decisión amparo rol c556-10 - Consejo para la Transparencia

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Entidad pública: Municipalidad de
Gorbea
DECISIÓN AMPARO ROL C556-10
Requirente: Mariela Vásquez Arroyo
Ingreso Consejo: 19.08.2010
En sesión ordinaria N° 202 de su Consejo Directivo, celebrada el 26 de noviembre de
2010, con arreglo a las disposiciones de la Ley de Transparencia de la Función Pública y
de Acceso a la Información de la Administración del Estado, en adelante, Ley de
Transparencia, aprobada por el artículo primero de la Ley N° 20.285, de 2008, el Consejo
para la Transparencia, en adelante indistintamente el Consejo, ha adoptado la siguiente
decisión respecto del Amparo Rol C556-10.
VISTOS:
Los artículos 5°, inc. 2°, 8° y 19 N° 4 y 12 de la Constitución Política de la República; las
disposiciones aplicables de las Leyes N° 20.285 y N° 19.880; lo previsto en el D.F.L. N° 1
– 19.653, del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado de la Ley N° 18.575; la Ley N° 19.628, de 1999, de Protección
de Datos de Carácter Personal; el artículo 61 de la Ley N° 18.834, de 2004, sobre
Estatuto Administrativo; los artículos 246 y 247 del Código Penal; el D.S. N° 161/1982, del
Ministerio de Salud, que aprueba el Reglamento de Hospitales y Clínicas; y, los D.S. N°
13/2009 y 20/2009, ambos del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, que
aprueban, respectivamente, el Reglamento del artículo primero de la Ley N° 20.285, en
adelante indistintamente el Reglamento y los Estatutos de Funcionamiento del Consejo
para la Transparencia.
TENIENDO PRESENTE:
1) SOLICITUD DE ACCESO: El 28 de julio de 2010 doña Mariela Vásquez Arroyo,
solicitó al Departamento de Salud Municipal de la Municipalidad de Gorbea copia de
todos los antecedentes médicos, ficha clínica y documentación perteneciente a la
Posta Lastarria y Atención de Salud Rural de Gorbea, de su tío don René Arroyo
Toncozo, quien falleció en el Hospital de Gorbea el 19 de julio de 2010 a
consecuencia de una sepsis de foco urinario.
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2) RESPUESTA: Mediante Oficio Ordinario N°101, de 2 de agosto de 2010, el Director
del Departamento de Salud de Gorbea respondió a la solicitud de acceso señalando
que no es factible entregar copia de la ficha clínica de don René Arroyo Troncozo, por
cuanto, de acuerdo a la Ley N° 19.628, sobre Protección a la Vida Privada y a los
artículos 246 y 247 del Código Penal, que regulan el secreto estadístico, y demás
disposiciones vigentes al momento de la fecha del fallecimiento, en el caso de
pacientes fallecidos, será el cónyuge sobreviviente y los descendientes o
ascendientes del fallecido, que acrediten este parentesco mediante certificado de
nacimiento y/o matrimonio respectivo, los que tendrán acceso a la lectura de la ficha.
Asimismo, tendrán acceso a copia de la misma cuando conste en la ficha o en otro
documento la voluntad del fallecido en ese sentido, o bien acrediten su calidad de
herederos a través de copia del Certificado de Posesión Efectiva respectivo.
3) AMPARO: El 19 de agosto de 2010 doña Mariela Vásquez Arroyo dedujo amparo a su
derecho de acceso a la información pública, mediante presentación ante la
Gobernación Provincial de Cautín, en contra del Departamento de Salud Municipal de
la Municipalidad de Gorbea, fundado en el hecho de haber recibido respuesta negativa
a su requerimiento de información. Adjunta a su presentación fotocopia de su Carnet
de Identidad y certificado de nacimiento; fotocopia del Carnet de Identidad, certificado
de nacimiento y de defunción de don René Arroyo Troncozo; y, del certificado de
nacimiento de doña Nibia Arroyo Troncozo.
4) DESCARGOS U OBSERVACIONES DEL ORGANISMO: Este Consejo Directivo
acordó admitir a tramitación el presente amparo, trasladándolo mediante Oficio N°
1628, de 2 de septiembre de 2010, al Sr. Alcalde de la Municipalidad de Gorbea,
quien, el 14 de septiembre de 2010, evacuó sus descargos y observaciones indicando
que:
a) En respuesta a la solicitud de acceso planteada por la reclamante, se le señaló
que no era factible entregar los antecedentes solicitados, por cuanto las fichas
clínicas de los pacientes no son información pública, por lo que a su respecto no
se aplican las normas de la Ley de Transparencia, invocadas por la reclamante.
b) La ficha clínica es un documento reservado, confidencial, sujeto al secreto
profesional, en la cual un equipo de salud registra la historia médica del paciente y
de su proceso de atención médica.
c) La confidencialidad de la ficha clínica se encuentra tratada en los siguientes
cuerpos legales:
i. Artículos 246 y 247 del Código Penal, que establecen sanciones al
empleado público que revela la información confidencial de que tiene
conocimiento en virtud de su cargo o que incurre en infracción al
“secreto estadístico” contenido en la Ley N° 17.374.
ii. Artículo 61 letra h) de la Ley N° 18.834, Estatuto Administrativo, que en
relación a las obligaciones funcionarias dispone que todo funcionario
público debe “guardar secreto en los asuntos que revistan el carácter
de reservado en virtud de la Ley, del Reglamento, de su naturaleza por
instrucciones especiales”.
iii. Artículo 7° de la Ley N° 19.628, Sobre Protección de la Vida Privada,
que dispone que “las personas que trabajan en el tratamiento de datos
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personales, tanto en organismo públicos como privados, están
obligadas a guardar secreto sobre los mismos, cuando provengan o
hayan sido recolectados de fuentes no accesibles al público, como
asimismo, sobre los demás datos y antecedentes relacionados con el
banco de datos, obligación que no cesa por haber terminado sus
actividades en ese campo”. A su vez, el artículo 10 del mismo cuerpo
legal dispone que “no pueden ser objeto de tratamiento los datos
sensibles, salvo cuando la ley lo autorice, exista consentimiento del
titular o sean datos necesarios para la determinación u otorgamiento de
beneficios de salud que correspondan a sus titulares”.
iv. En cuanto a quienes pueden solicitar o recabar información contenida
en una ficha clínica, debe tenerse presente la norma citada
precedentemente, así como el Decreto Supremo N° 161, de 1982, del
Ministerio de Salud, que en sus artículos 17 y 22 establece que “Todo
paciente tiene derecho a recabar la entrega de informes de resultado
de exámenes de laboratorio, anatomía patológica, radiografías,
procedimientos diagnósticos y terapéuticos (cirugías, endoscopía y
otros) en el momento que lo estime necesario y dentro del plazo
mínimo establecido” y que “toda información bioestadística o clínica que
afecte a personas internadas o atendidas en el establecimiento tendrá
carácter reservado y estará sujeta a las disposiciones relativas al
secreto profesional”. Sólo el Director Técnico del establecimiento podrá
proporcionar o autorizar la entrega de dicha información a los
Tribunales de Justicia y demás instituciones legalmente autorizadas
para requerirla. Respecto de otras instituciones sólo podrá
proporcionarse información con la conformidad del paciente o
entregarse datos estadísticos globales en los que no se identifique a
personas determinadas.
v. En conclusión, la información requerida sólo puede ser entregada al
propio paciente o a quienes éste autorice por escrito, sin perjuicio de la
facultad de los Tribunales de Justicia u otros organismos autorizados
por leyes especiales para requerirla.
vi. Dado que el paciente ha fallecido, será el cónyuge sobreviviente y los
descendientes o ascendientes del fallecido que acrediten este
parentesco mediante certificado de nacimiento y/o de matrimonio, los
que tendrán acceso a la lectura de la ficha, al mismo tiempo, tendrán
acceso a copia de la misma cuando la voluntad del fallecido conste en
la ficha clínica o en otro documento, o bien acrediten su calidad de
herederos a través de copia del Certificado de Posesión Efectiva.
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Y CONSIDERANDO:
1) Que, en primer término, y a modo de contexto, debe establecerse que toda
información que obra en poder de los órganos de la Administración el Estado,
cualquiera sea su formato, soporte, fecha de creación, origen, clasificación o
procesamiento, se presume pública, salvo que concurra a su respecto las excepciones
que prevé la Ley de Transparencia, todo ello conforme lo dispone el artículo 5° del
mismo cuerpo legal.
2) Que en cuanto al análisis de la solicitud vinculada a la ficha clínica, cabe señalar que
éste se centrará básicamente en las particularidades del presente caso, esto es, la
solicitud de la ficha clínica de un paciente fallecido, formulada por la sobrina por línea
materna de éste, calidad que fue acreditada debidamente por la reclamante en la
presentación del amparo de la especie.
3) Que, como se expondrá en los considerandos que siguen, dada la definición y
contenido de ficha clínica, se concluye que los antecedentes médicos y documentos
requeridos, de existir, deben estar contenidos en ella, de ahí que el análisis del
requerimiento se centrará en dicho documento.
4) Que en relación a la ficha clínica, para un acertada resolución del presente amparo,
resulta pertinente, a juicio de este Consejo, considerar lo siguiente:
a) La ficha clínica es un documento en que consta la historia clínica de un paciente y
toda la información concerniente a su salud, su evolución y las atenciones médicas
recibidas. Para el Fondo Nacional de Salud (FONASA) es el “documento
reservado y secreto, de utilidad para el enfermo, el establecimiento, la
investigación, la docencia y la justicia, en el cual se registra información del
paciente y de su proceso de atención médica”. Según lo indicado en la letra F N° 2
del Manual de Procedimientos de la SOME y la página web del FONASA
(http://www.fonasa.cl/prontus_fonasa/antialone.html?page=http://www.fonasa.cl/prontus_fo
nasa/site/artic/20041125/pags/20041125125608.html) la ficha clínica consta de una
serie de formularios, cuyo contenido es el siguiente:
i)
Carátula.
ii) Anamnesis: Parte del examen clínico que reúne todos los datos personales,
hereditarios y familiares del enfermo, anteriores a la enfermedad y los
antecedentes relevantes de la enfermedad actual.
iii) Examen físico.
iv) Evolución clínica.
v) Tratamiento farmacológico e indicaciones.
vi) Indicaciones no farmacológicas.
vii) Exámenes y procedimientos.
viii) Protocolo operatorio: descripción del acto quirúrgico.
ix) Hoja de enfermería.
x) Comprobantes de parto, si procede.
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xi) Gráfica de signos vitales.
xii) Epicrisis: informe elaborado al alta del paciente y por el médico tratante, que
resume la condición de ingreso del paciente, exámenes, procedimientos y
tratamientos indicados, evolución clínica, condición al alta del paciente y las
indicaciones post - alta.
b) El marco normativo de la ficha clínica en Chile está conformado por las siguientes
normas de rango infralegal:
i) Manual de procedimientos de la Sección de Orientación Médica y
Estadística, SOME, aprobado por Resolución Exenta N° 926, de 14 de junio
de 1989, del Ministerio de Salud, que regula la extensión, archivo,
despacho, eliminación y confidencialidad de la Ficha Clínica: En el N° 10,
regula la confidencialidad de la historia clínica, señalando que “Las
historias clínicas son documentos reservados, de utilidad para el
enfermo, el establecimiento, la investigación, la docencia y la justicia,
debiendo guardar el debido secreto profesional toda persona que
intervienen en su elaboración o que tenga acceso a su contenido”. En su
párrafo 3°, se establece que las historias clínicas pueden ser solicitadas por
escrito, por consulta médica, hospitalización, investigación o estudio,
tramitación de beneficios económicos y otros casos que deben ser
autorizados por escrito por el médico.
ii) Directiva Permanente Interna Administrativa N° 4, del Ministerio de Salud
que establece las normas para el manejo de las historias clínicas en los
establecimientos del Sistema Nacional de Servicios de Salud, que
establece en su N° 1 que “Las historias clínicas deberán considerarse
reservadas y secretas, de utilidad para el enfermo, el establecimiento, la
investigación, la docencia y la justicia, por lo que se podrá autorizar su uso
para otros fines, guardando en todos los casos el secreto profesional”. A su
vez, su N° 6 señala que el paciente, su representante legal o el médico
cirujano tratante podrán requerir una copia de los exámenes de laboratorio
que se le hayan practicado al enfermo, un informe con el diagnóstico de su
enfermedad y tratamiento practicado.
iii) Decreto Supremo N° 161, de 1982, del Ministerio de Salud, Reglamento de
Hospitales y Clínicas, que en su artículo 22 dispone que “Toda la
información bioestadística o clínica que afecte a personas internadas
o atendidas en el establecimiento tendrá carácter reservado y estará
sujeta a las disposiciones relativas al secreto profesional. / Sólo el
Director Técnico del establecimiento podrá proporcionar o autorizar la
entrega de dicha información a los Tribunales de Justicia y demás
instituciones legalmente autorizadas para requerirla. / Respecto de otra
clase de instituciones, sólo podrá proporcionarse información con la
conformidad del paciente o entregarse datos estadísticos globales en los
que no se identifique a personas determinadas”.
c) Por otra parte, existe un proyecto de ley que regula los derechos y deberes que las
personas tienen en relación con las acciones vinculadas a su atención en salud,
iniciado en 2006 por Mensaje de la ex Presidenta M. Bachelet (Boletín N° 4398-11,
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actualmente en 2º trámite constitucional en el Senado), que regula la reserva de la
información contenida en la ficha clínica en su párrafo 4°, señalando lo siguiente:
Artículo 12: La ficha clínica es el instrumento en que se registra la historia
médica de una persona. Toda la información que surja, tanto de la ficha
clínica como de los estudios y demás documentos donde se registren
procedimientos y tratamientos a los que fueron sometidas las personas,
será considerada como dato sensible, de conformidad a lo dispuesto en el
artículo 2°, letra g), de la ley N° 19.628.
Artículo 13, inciso 2°: Ningún tercero que no esté directamente relacionado
con la atención de salud de la persona tendrá acceso a la información que
emane de la ficha clínica. Con todo, la información contenida en la ficha
clínica podrá ser entregada a ciertas personas y organismos, a saber: a) Al
titular de la ficha clínica, a menos que el médico o profesional tratante,
atendido su estado emocional, psiquiátrico o psicológico, lo considere
inconveniente y resuelva retener parte de la información; b) A los
representantes legales del titular de la ficha clínica, su apoderado, un
tercero debidamente autorizado y los herederos en caso de
fallecimiento, los cuales podrán requerir copia de los datos que sean de
su interés; a menos que el médico o profesional tratante, en protección y
beneficio del propio titular de la ficha, considere que de ello se seguirá un
perjuicio para él (Lo destacado es nuestro).
d) Que la experiencia comparada revisada también admite en ciertos casos el acceso
a las fichas clínicas de personas fallecidas, así:
i)
La Agencia Española de Protección de Datos ha acogido reclamaciones
planteadas por familiares de personas fallecidas ante la denegación de acceso
a las fichas clínicas de aquéllas (Resoluciones N° R/00629/2009 y N°
R/01226/2009) aplicando el artículo 18 N° 4 de la Ley 41/2002, básica
reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en
materia de información y documentación clínica1, según el cual “Los centros
Sanitarios y los Facultativos de ejercicio individual sólo facilitarán el acceso a la
historia clínica de los pacientes fallecidos a las personas vinculadas a él, por
razones familiares o de hecho, salvo que el fallecido lo hubiese prohibido
expresamente y así se acredite. En cualquier caso el acceso de un tercero a la
historia clínica motivado por un riesgo para su salud se limitará a los datos
pertinentes. / No se facilitará información que afecte a la intimidad del fallecido
1
El artículo 15 de dicha Ley 41/2002 dispone que “1. La historia clínica incorporará la información que se
considere trascendental para el conocimiento veraz y actualizado del estado de salud del paciente. Todo
paciente o usuario tiene derecho a que quede constancia, por escrito o en el soporte técnico más adecuado,
de la información obtenida en todos sus procesos asistenciales, realizados por el servicio de salud tanto en el
ámbito de atención primaria como de atención especializada. / 2. La historia clínica tendrá como fin principal
facilitar la asistencia sanitaria, dejando constancia de todos aquellos datos que, bajo criterio médico, permitan
el conocimiento veraz y actualizado del estado de salud. El contenido mínimo de la historia clínica será el
siguiente:
a) La documentación relativa a la hoja clínico-estadística. b) La autorización de ingreso. c) El informe de
urgencia. d) La anamnesis y la exploración física. e) La evolución. f) Las órdenes médicas. g) La hoja de
interconsulta. h) Los informes de exploraciones complementarias. i) El consentimiento informado. j) El informe
de anestesia. k) El informe de quirófano o de registro del parto. l) El informe de anatomía patológica. m) La
evolución y planificación de cuidados de enfermería. n) La aplicación terapéutica de enfermería. ñ) El gráfico
de constantes. o) El informe clínico de alta”.
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ni a las anotaciones subjetivas de los profesionales, ni que perjudique a
terceros”. Para ello ha considerado que, de acuerdo al artículo 14 del cuerpo
legal mencionado, “…la historia clínica comprende el conjunto de los
documentos relativos a los procesos asistenciales de cada paciente, con la
identificación de los médicos y de los demás profesionales que han intervenido
en ellos, con objeto de obtener la máxima integración posible de la
documentación clínica de cada paciente, al menos, en el ámbito de cada
centro”, añadiéndose que “Cada centro archivará las historias clínicas de sus
pacientes, cualquiera que sea el soporte papel, audiovisual, informático o de
otro tipo en el que consten, de manera que queden garantizadas su seguridad,
su correcta conservación y la recuperación de la información”. Por otra parte,
cabe mencionar especialmente lo señalado por la Agencia Española de
Protección de Datos Personales en el Informe Jurídico 171/2008, quien ante la
consulta sobre el acceso por parte del solicitante a la historia clínica de su tía
fallecida, basada en la Ley N° 41/2002, básica reguladora de la autonomía del
paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y
documentación clínica, y en la Ley Orgánica 1/1982, reguladora de la
protección civil de los derechos fundamentales al honor, a la intimidad personal
y familiar y a la propia imagen, concluyó que “En lo que respecta al acceso a
los datos de la tía fallecida del solicitante, sólo podrá ser posible el acceso en
caso que el solicitante hubiera sido designado por la misma para el ejercicio de
las acciones previstas en la Ley Orgánica 1/1982 o tuviera la condición de
heredero de la difunta. En caso contrario, también habría el acceso si el
solicitante actuase en nombre y representación de la hermana de la fallecida y
ésta ostentase tal condición”.
ii) El Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de
Datos Personales, IFAI, ante una solicitud del resumen del expediente clínico
de una persona fallecida planteada por alguno de sus parientes le dio el
tratamiento de solicitud de acceso a datos personales, por aplicación del
artículo 3 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública, que establece lo que se entiende por datos personales, entre los que
se encuentran los estados de salud físicos o mentales; del artículo 18, fracción
II del mismo cuerpo legal, que define información confidencial; y del 32º de los
Lineamientos Generales para la clasificación y desclasificación de la
información de las dependencias y entidades de la Administración Pública
Federal, que establece en detalle qué información tendrá esta calificación.
Además valida como peticionarios a los parientes del fallecido por aplicación
del 34º de los lineamientos aludidos, que considera “…como confidenciales los
datos personales referidos a una persona que ha fallecido, a los cuales
únicamente podrán tener acceso y derecho a pedir su corrección, el cónyuge
sobreviviente y/o los parientes en línea recta ascendente y descendente sin
limitación de grado, y línea transversal hasta el segundo grado”, por lo que
ante solicitudes de esta naturaleza ha instruido la entrega de dicha información
(Expediente 1929/09).
5) Que, por otra parte, y según ha venido señalando este Consejo en sus decisiones
Roles C64-10, C322-10 y C398-10, la Ley N° 19.628, sobre Protección de Datos
Personales, no resulta aplicable al caso de la especie, por cuanto una persona
fallecida no es titular de datos personales, a la luz de su definición contenida en el
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artículo 2°, letra ñ) de dicho cuerpo legal, en razón de que, como consecuencia del
hecho jurídico de la muerte ha dejado de ser persona, según se colige de los artículos
55, 74 y 78 de nuestro Código Civil.
6) Que, por otra parte, tal como se señaló en el considerando 9) de la decisión del
amparo Rol C322-10 «la Agencia Española de Protección de Datos “…ha venido
tradicionalmente poniendo de manifiesto que el derecho fundamental a la protección
de datos es un derecho personalísimo que, en consecuencia, se extingue por la
muerte de las personas… En este sentido, si el derecho fundamental a la
protección de datos ha de ser considerado como el derecho del individuo a decidir
sobre la posibilidad de que un tercero pueda conocer y tratar la información que le
es propia, lo que se traduce en la prestación de su consentimiento al tratamiento,
en el deber de ser informado y en el ejercicio por el afectado de sus derechos de
acceso, rectificación, cancelación y oposición, es evidente que dicho derecho
desaparece por la muerte de las personas, por lo que los tratamientos de datos de
personas fallecidas no podrían considerarse comprendidos dentro del ámbito de
aplicación de la Ley Orgánica 15/1999” (Informe Nº 365/2006). Consecuencia lógica
de lo anterior sería que dicho derecho no se transmite a los herederos del fallecido,
por lo que no es posible aceptar que el requirente de información esté actuando en
este caso ejerciendo un derecho que le haya sido transmitido».
7) Que, para una acertada resolución del presente amparo, resulta pertinente tener a la
vista el razonamiento de este Consejo expresado en los considerandos 10) a 13) de la
decisión del amparo Rol C322-10, que se transcribe a continuación:
«10) Que, sin embargo, también debe analizarse esta petición desde el prisma del derecho que
puedan tener las personas cercanas a la persona fallecida para acceder a los datos personales
de aquélla. A este respecto se ha señalado que “Como regla general en los países cuyo
derecho civil es heredero del Código de Napoleón…el derecho a la protección de datos, como
derecho de la personalidad, se extingue con la muerte de las personas. / Sin embargo, hay que
tener en cuenta que el que una persona fallecida no sea titular del derecho no implica que
puedan seguir tratándose sus datos, dado que ese tratamiento puede causar un perjuicio a su
honor, cuyo resarcimiento puede reclamarse por sus herederos. Además, mantener el
tratamiento de los datos de una persona que ha fallecido puede dar lugar a otros perjuicios de
sus familiares, difíciles de evaluar” (El Derecho a la Protección de Datos Personales, 1ª ed.,
material curso Fundación CEDDET, p 45). En el mismo orden de ideas la Agencia Española de
Protección de Datos, en el informe 365/2006 recién citado, sostuvo: “No obstante, debe
recordarse que si bien el derecho a la protección de datos desaparecería como consecuencia
de la muerte de las personas, no sucede así con el derecho de determinadas personas para
ejercitar acciones en nombre de las personas fallecidas, con el fin de garantizar otros derechos
constitucionalmente reconocidos. Así, por ejemplo, cabe destacar que la Ley Orgánica 1/1885,
de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la
propia imagen, pone de manifiesto en sus artículos 4 a 6 que el fallecimiento no impide que por
las personas que enumera el primero de los preceptos citados puedan ejercitarse las acciones
correspondientes, siendo éstas la persona que el difunto haya designado a tal efecto en
testamento, su cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos que viviesen al tiempo de
su fallecimiento o, a falta de las personas anteriormente citadas, el Ministerio Fiscal”.
11) Que, por otro lado, la honra de las personas fallecidas puede considerarse que también se
proyecta como un derecho propio de sus familiares, toda vez que su memoria constituye una
prolongación de dicha personalidad, protegida y asegurada como parte de la honra de la
familia (Nogueira A., Humberto. El derecho a la libertad de opinión e información y sus límites.
Santiago: Lexis Nexis, 2002, p. 131-133). Por ello se ha entendido que el derecho a la honra
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prohíbe la "violación del buen nombre de la persona o su familia como consecuencia de la
divulgación de aspectos de la vida privada de las personas que por su naturaleza afectan su
reputación" (ídem., p.132).
12) Que, de acuerdo a lo anteriormente expresado, los llamados a cautelar dicha honra, y por
ende, a determinar qué información desean sustraer del conocimiento de terceros no
vinculados al fallecido, son los familiares del fallecido, derecho al que subyace el supuesto
lógico de conocer tal información.
13) Que, por otro lado, aceptar la confidencialidad absoluta de la ficha clínica de un fallecido
impediría el acceso a los antecedentes que pudieran revelar la existencia de eventuales
negligencias médicas y ejercer el derecho a perseguir las responsabilidades civiles y penales
correspondientes, si fuera el caso, como también el ejercicio de otros derechos (p. ej, los
relativos a un seguro de vida), conclusión que por ello debe descartarse.».
8) Que, por esto, si bien la información contenida en documentos tales como las fichas
clínicas ya no sean “datos personales”, sino simples “datos”, por referirse a una
persona ya fallecida, este Consejo estima que su tratamiento podría afectar los
derechos de sus familiares, como un derecho propio de éstos, tal como se señala en
el considerando 11) precitado de la decisión del amparo Rol C322-10. En efecto, tanto
el derecho comparado analizado como el proyecto de ley en tramitación que regula los
derechos y deberes que las personas tienen en relación con las acciones vinculadas a
su atención en salud, entienden que su revelación podría causarles perjuicios difíciles
de evaluar, por lo que se trata de información reservada cuya comunicación puede
realizarse en ciertas ocasiones y bajo ciertas circunstancias.
9) Que, de los antecedentes analizados, este Consejo desprende que para acceder a la
ficha clínica de una persona fallecida no basta con la relación de parentesco
acreditada (sobrina), sino que debe constar alguna de las siguientes circunstancias:
a) Ser heredera del fallecido, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 983 del Código
Civil, o que actúa en representación de uno o más herederos.
b) Tener una legitimación activa para ejercer otros derechos que supongan el acceso
previo a la ficha clínica del difunto.
10) Que en la especie, la reclamante sólo acredita su parentesco en relación con el
fallecido, sin que ello suponga necesariamente su calidad de heredera del mismo,
todo lo cual no resulta suficiente para hacer concurrir de manera fehaciente uno de los
supuestos indicados en el considerando precedente, razón por la cual ha de
rechazarse el presente amparo, según se indicará en la parte resolutiva del presente
acuerdo.
EL CONSEJO PARA LA TRANSPARENCIA, EN EJERCICIO DE LAS FACULTADES
QUE LE ATRIBUYEN LOS ARTS. 24 Y SIGUIENTES Y 33 B) DE LA LEY DE
TRANSPARENCIA Y POR LA UNANIMIDAD DE SUS MIEMBROS PRESENTES,
ACUERDA:
I.
Rechazar el amparo interpuesto por doña Mariela Vásquez Arroyo en contra de la
Municipalidad de Gorbea, por los fundamentos indicados en la parte considerativa
del presente acuerdo.
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II.
Encomendar al Director General de este Consejo notificar el presente acuerdo a
doña Mariela Vásquez Arroyo y al Sr. Alcalde de la Municipalidad de Gorbea.
Pronunciada por el Consejo Directivo del Consejo para la Transparencia, integrado por su
Presidente don Raúl Urrutia Ávila y los Consejeros don Alejandro Ferreiro Yazigi y don
Jorge Jaraquemada Roblero. Se deja constancia que el Consejero don Juan Pablo
Olmedo Bustos no concurre al presente acuerdo por encontrarse ausente.
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