Correspondencia – Biopsia de médula ósea: proliferación de me­ gacariocitos con morfología madura y grande, con proliferación normal o levemente aumen­ tada de las series granulocítica y eritroide. – No debe reunir criterios de la OMS para el resto de los trastornos mieloproliferativos. – Demostración de la mutación del JAK2 V617F o del MPL W515L/K u otro marcador clonal o en ausencia de mutación del JAK2 V617F, que no exista evidencia de deficiencia de hie­ rro ni otras causas de trombocitosis reactiva entre las que se encuentran procesos de ori­ gen infeccioso, inflamatorio, farmacológico, neoplásico o hemorrágico [5,7]. Se deben cumplir los cuatro criterios para el diagnóstico [8]. Nuestra paciente no presentaba la mutación del JAK2 V617F, pero se descartó fe­ rropenia u otra causa de trombocitosis reactiva. Es decir, cumplía los criterios diagnósticos de TE. Cuando la primera manifestación clínica de la TE es el ictus isquémico, muchos autores pro­ ponen en la fase inicial un tratamiento anticoa­ gulante con heparina en combinación con un fármaco mielosupresor y la hidroxiurea es el de elección; a las dos semanas, la heparina se pue­ de sustituir por warfarina. En la fase de mante­ nimiento, el fármaco anticoagulante se sustitu­ ye por un antiagregante (el ácido acetilsalicílico es de elección) y se mantendrá en combinación con la hidroxiurea [5]. De este modo, se consi­ gue controlar el número de plaquetas, pero su función sigue alterada [7]. La prevención cobra gran importancia debido al alto riesgo de epi­ sodios isquémicos recurrentes, motivo por el que muchos autores defienden el papel de los antiplaquetarios en la prevención primaria, y en combinación con la hidroxiurea en la pre­ vención secundaria [2,5,6]. Inicialmente duran­ te el ingreso, nuestra paciente fue tratada con heparina y al alta se añadió ácido acetilsalicíli­ co, posteriormente se pasó a un tratamiento mielosupresor con hidroxiurea para la preven­ ción de un nuevo episodio trombótico, tal y como muchos autores proponen. En conclusión, la TE debe considerarse un factor de riesgo para sufrir un ictus isquémico y esta complicación puede ser la forma de pre­ sentación del proceso mieloproliferativo. Bibliografía 1. 142 Pósfai E, Marton I, Szoke A, Borbényi Z, Vécsei L, Csomor A, et al. Stroke in essential thrombocythemia. J Neurol Sci 2014; 336: 260-2. 2. Naganuma M, Isoda K, Nishi S, Ito K, Teruyuki H. Repeated episodes of ischemic stroke over a short period in a patient with essential thrombocythemia on anticoagulant therapy. J Stroke Cerebrovasc Dis 2014; 23: 166-8. 3. Benassi G, Ricci P, Calbucci F, Cacciatore FM, D’Alessandro R. Slowly progressive ischemic stroke as first manifestation of essential thrombocythemia. Stroke J Am Heart Assoc 1989; 20: 1271-2. 4. Durán-Ferreras E, Camacho-Muñoz B. Trombocitemia esencial: una causa inhabitual de ictus isquémico. Casos Clínicos en Neurología 2010; 12: 9-12. 5. Vemmos KN, Spengos K, Tsivgoulis G, Manios E. Progressive stroke due to essential thrombocythemia. Eur J Intern Med 2004; 15: 390-2. 6. Richard S, Perrin J, Baillot PA, Lacour JC, Ducrocq X. Ischaemic stroke and essential thrombocythemia: a series of 14 cases. Eur J Neurol 2010; 18: 995-8. 7. Asencio-Sánchez VM, Manteca-Jiménez G, CanoNavarro E. Trombocitemia esencial y trombosis venosa retiniana. Arch Soc Esp Oftalmol 2004; 79: 629-32. 8. Castro-Ríos M, coord. Neooplasias mieloproliferativas crónicas clásicas BCR-ABL negativas. Buenos Aires: Sociedad Argentina de Hematología 2012. p. 317-62. Importancia de la genética molecular en la epilepsia refractaria del lactante con fenotipo normal Eloísa de Santiago García-Caro, Jacinto Martínez-Antón Sección de Neuropediatría. UGC de Pediatría. Hospital Infantil del Hospital Regional Universitario. Málaga, España. Correspondencia: Dra. Eloísa de Santiago García-Caro. Sección de Neuropediatría. Hospital Infantil del Hospital Regional Universitario. Arroyo de los Ángeles, s/n. E-29011 Málaga. E-mail: [email protected] Aceptado tras revisión externa: 27.01.14. Cómo citar este artículo: De Santiago García-Caro E, Martínez-Antón J. Importancia de la genética molecular en la epilepsia refractaria del lactante con fenotipo normal. Rev Neurol 2014; 59: 142-4. © 2014 Revista de Neurología La epilepsia es un trastorno neurológico que afecta al 1% de la población. De este porcenta­ je, se estima que presentan epilepsia refractaria un 20-25%. Bajo este término, se engloban síndromes epilépticos graves en los que se han utilizado dos o más fármacos antiepilépticos (FAE), en dosis máximas tolerables, con certeza diagnóstica, adecuada indicación farmacológi­ ca para el tipo de crisis y buena adhesión al tra­ tamiento [1]. El período neonatal protagoniza la mayor incidencia de convulsiones de la edad pediátrica (1,8-3,5/1.000 nacimientos), además con mayor índice de farmacorresistencia [2,3]. La actividad epileptiforme continua sobre un cerebro en desarrollo produce gran alteración del desarrollo cognitivo, sensorial y motor y ori­ gina las llamadas encefalopatías epilépticas de inicio temprano (EEIT). Dentro de este grupo, se han descrito numerosas enfermedades con fi­ siopatologías desconocidas y gran heterogenei­ dad clínica; hoy en día se sabe que el 10-30% de las EEIT consideradas antes como criptogéni­ cas son de causa genética, la mayoría monogé­ nicas y esporádicas [4-6]. Presentamos dos casos de epilepsia refrac­ taria del lactante con fenotipo normal y diag­ nóstico de encefalopatía epiléptica precoz, en los que las técnicas mixtas de citogenética mo­ lecular permitieron identificar alteraciones ge­ néticas específicas. Caso 1. Lactante niña de 3 meses que ingresa para estudio de crisis convulsivas parciales se­ cundariamente generalizadas. Sin antecedentes perinatales ni familiares de interés. Exploración: afebril, activa y reactiva, sin dismorfias ni dis­ cromías cutáneas, destaca hipotonía generali­ zada y reflejos osteotendinosos vivos sin clonos. Se solicita hemograma, bioquímica, EAB, amo­ nio, láctico, ácido pirúvico, hidroxibutirato, ami­ noácidos, ácidos orgánicos y perfil de acilcarni­ tinas en sangre y orina, cuerpos reductores en orina, ecografía y RM craneal, todo normal, y EEG que muestra ondas lentas parietotempora­ les derechas. Se inicia oxcarbacepina con bue­ na respuesta inicial. A los pocos días, aparecen mioclonias, y se cambia a ácido valproico que, al no controlar las crisis, es preciso añadir leve­ tiracetam para un mejor control. Alta hospitala­ ria pero, 14 días más tarde, reingresa por au­ mento del número, intensidad y duración de las crisis, espasmos en extensión de novo y altera­ ción del desarrollo neurológico (ausencia de seguimiento visual, utilización deficiente de las manos, hipotonía marcada...). Se amplia el es­ tudio con biotinidasa, CDG, sulfito oxidasa y fondo de ojo, todo normal, mientras que el EEG continúa siendo inespecífico con patrón de on­ das lentas. Se practica un CGH-array 60k, que confirma la deleción en la citobanda Xp22.13 de 0.022 Mb (chrX: 18425510-18447051), que afecta al gen CDKL5, con lo que la paciente es diagnosticada de EEIT tipo 2. Actualmente, la niña tiene 7 meses, presenta retraso psicomo­ tor grave, continúa con espasmos en extensión de difícil control con vigabatrina y levetiracetam y el EEG ya reproduce hipsarritmia fraccionada. www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 59 (3) Correspondencia No ha seguido tratamiento con ACTH por falta de autorización de los padres y no se ha practi­ cado estudio genético en éstos. Caso 2. Lactante niña de 3 meses, derivada a nuestro hospital para estudio de crisis convulsi­ vas desde el período neonatal. Aporta estudio del hospital de origen: hiperamoniemia (206 y 303 µmol/L), con resto de estudio metabólico (ácido pirúvico, hidroxibutirato, aminoácidos, ácidos orgánicos y perfil de acilcarnitinas en sangre y orina), serología TORCH y citoquímica y cultivo del LCR normales. Ecografía, RM cere­ bral y fondo de ojo también normales, con EEG en el que se objetivan puntas de bajo voltaje tem­ porales derechas con transmisión a la región homóloga contralateral. Se inicia tratamiento con fenobarbital y es dada de alta con un ade­ cuado control de las crisis. Durante el segui­ miento ambulatorio, se produce un aumento de la frecuencia y duración de las crisis, motivo por el que ingresa ya en nuestro hospital a los 3 meses de edad, y se procede al cambio de feno­ barbital por ácido valproico. Sin antecedentes perinatales ni familiares de interés. Exploración: no presenta dismorfias faciales ni lesiones cutá­ neas, aunque escaso seguimiento visual, au­ sencia de sostén cefálico, hipotonía axial con reflejos osteotendinosos simétricos sin clonos. Ante la hiperamoniemia intermitente, se reali­ za test de sobrecarga con alopurinol, objetiván­ dose aumento de amonio y ácido orótico, y del número de crisis, compatible con déficit parcial de OTC. El EEG ya reproduce hipsarritmia atípica fraccionada durante el sueño que, unido al ini­ cio de espasmos en extensión, motiva el inicio de vigabatrina. El cariotipo convencional mues­ tra 46 cromosomas con dotación sexual XX, pero un cromosoma del par 15 presenta un ex­ ceso de material cromosómico en la porción proximal del brazo largo; se amplía el estudio con hibridación in situ con fluorescencia (FISH), mediante la sonda SNRPN, con resultado de duplicación parcial en la región q11→13 de uno de los cromosomas del par 15, compatible con el síndrome de duplicación del cromosoma 15. El estudio citogenético en sangre periférica de los padres es normal. Debido a un inadecuado control de las crisis, se sustituye la vigabatrina por topiramato, que en biterapia con ácido val­ proico consigue erradicar los espasmos en ex­ tensión. Actualmente, la ni­ña tiene 11 meses y presenta retraso psicomotor grave; el control de las crisis es adecuado con topiramato, zoni­ www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 59 (3) samida y clobazam y está en seguimiento por Gastroenterología con dieta pobre en proteí­ nas. Aunque el estudio genético no ha detecta­ do mutaciones en los fragmentos estudiados del gen OTC, no se excluyen mutaciones fuera de la región analizada o mutaciones no detectables por secuenciación Las convulsiones refractarias representan un gra­ ve problema clínico, que originan daño neuro­ lógico permanente. En concreto, las EEIT consti­ tuyen un grupo de síndromes convulsivos gra­ ves y normalmente refractarios al tratamiento, con una mortalidad alta durante los primeros meses de vida, y con evolución hacia un retraso psicomotor grave y otros tipos de epilepsia como el síndrome de West o la epilepsia multi­ focal, entre los supervivientes. En 2003, Kals­ cheuer et al [7] publicaron los dos primeros pa­ cientes con espasmos infantiles y retraso men­ tal debido a mutaciones del gen CDKL5. Este gen codifica una proteincinasa, situada en el ce­ rebro y que interviene en la maduración neuro­ nal y la sinaptogénesis [8]. La mutación del gen CDKL5 (OMIM 300203) origina dos enfermeda­ des: el síndrome Angelman-like (OMIN 105830) [9] y la EEIT tipo 2 (OMIM 300672), enferme­ dad del caso 1, caracterizada por epilepsia re­ fractaria precoz, retraso psicomotor grave, hi­ potonía, contacto visual pobre y, en ocasiones, fenotipo similar al síndrome de Rett [10], esto último debido a que el gen CDKL5 comparte ruta metabólica con el MECP2, principal gen altera­ do del síndrome de Rett clásico [11]; la diferen­ cia es que se trata de una forma atípica del sín­ drome de Rett con convulsiones precoces y fe­ notipo característico al nacimiento. Bahi-Buis­ son et al [12] describieron tres etapas en la EEIT tipo 2: primera, con convulsiones recurrentes, hipotonía grave y EEG intercrítico normal; se­ gunda, con espasmos infantiles e hipsarritmia; y tercera, con epilepsia mioclónica refractaria. El segundo paciente padece el síndrome de duplicación del cromosoma 15, caracterizado por una alteración estructural de la región 15q11q13, susceptible a reorganizaciones como deleciones, traslocaciones, duplicaciones e inversiones. To­ dos los casos son de novo y existe gran diversi­ dad fenotípica y alta variabilidad clínica según el tamaño del fragmento duplicado [13]. Se han descrito varias manifestaciones clínicas: desde ausencia de síntomas hasta encefalopatías pro­ fundas, trastornos del espectro autista y epilep­ sia refractaria (espasmos infantiles, convulsio­ nes tonicoclónicas generalizadas, ausencias atí­ picas, mioclonías) [14]. En cuanto al diagnóstico, el estudio citogenético convencional debe aso­ ciar FISH con sondas proximales del cromoso­ ma 15 y de la región PW/SA (Prader Willi/An­ gelman). El CGH-array detectará de forma preci­ sa la duplicación y su extensión, considerándo­ se prueba diagnóstica definitiva [15]. La epilepsia refractaria constituye una enti­ dad con numerosas enfermedades con fisiopa­ tologías desconocidas y gran heterogeneidad clínica. Las actuales técnicas mixtas de citoge­ nética molecular como el FISH y, sobre todo, el CGH-array [15], permiten identificar la ganancia o pérdida cromosómica por rastreo del genoma completo en una simple etapa, con la ventaja de no necesitar información previa acerca de la anomalía cromosómica en cuestión. Esto ha su­ puesto grandes ventajas al permitir identificar el origen genético de epilepsias antes considera­ das criptogénicas, lo cual ha proporcionado no sólo una mejora en la actitud terapéutica con el empleo de fármacos antiepilépticos concretos a través de marcadores genéticos específicos (te­ rapia génica), sino también un asesoramiento genético adecuado de las familias. Ante todo paciente con epilepsia refractaria y fenotipo normal, en los que se hayan descartado malfor­ maciones estructurales y alteraciones metabóli­ cas y, con estudio genético convencional nor­ mal, será imprescindible practicar un estudio mixto de citogenética molecular. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Kwan P, Arzimanoglou A, Berg AT, Brodie MJ, Allen Hauser W, Mathern G et al. Definition of drug resistant epilepsy: consensus proposal by the ad hoc Task Force of the ILAE Commission on Therapeutic Strategies. Epilepsia 2010; 51: 1069-77. Jensen FE. Neonatal seizures: an update on mechanisms and management. Clin Perinatol 2009; 36: 881-900. Silverstein FS, Jensen FE. Neonatal seizures. Ann Neurol 2007; 62: 112-20. Depienne C, Gourfinkel-An I, Baulac S, LeGuern E. Genes in infantile epileptic encephalopathies. In Noebels JL, Avoli M, Rogawski MA, Olsen RW, Delgado-Escueta AV, eds. Jasper’s basic mechanisms of the epilepsies. Bethesda, MD: National Center for Biotechnology Information; 2012. URL: http:// www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK50785/. Noh GJ, Jane Tavyev Asher Y, Graham JM Jr. Clinical review of genetics epileptic encephalopathies. Eur J Med Genet 2012; 55: 281-98. Mastrangelo M, Leuzzi V. Genes of early-onset epileptic encephalopathies: from genotype to phenotype. Pediatr Neurol 2012; 46: 24-31. Kalscheuer VM, Tao J, Donnelly A, Hollway G, Schwinger E, Kübart S, et al. Disruption of the serine/ 143 Correspondencia threonine kinase 9 gene causes severe X-linked infantile spasms and mental retardation. Am J Hum Genet 2003; 72: 1401-11. 8. Moseley BD, Dhamija R, Wirrell EC, Nickels KC. Historic, clinical and prognostic features of epileptic encephalopathies caused by CDKL5 mutations. Pediatr Neurol 2012; 46: 101-5. 9. Bartnik M, Derwinska K, Gos M, Obersztyn E, Kołodziejska KE, Erez A, et al. Early-onset seizures due to mosaic exonic deletions of CDKL5 in a male and two females. Genet Med 2011; 13: 447-52. 10. Kilstrup-Nielsen C, Rusconi L, La Montanara P, Ciceri D, Bergo A, Bedogni F, et al. What we know and would CARTA AL DIRECTOR Oliver Sacks y la neurología literaria Susana Collado-Vázquez a, Jesús M. Carrillo b a Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos. b Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, España. Correspondencia: Dra. Susana Collado Vázquez. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Rey Juan Carlos. Avda. Atenas, s/n. E-28922 Alcorcón (Madrid). E-mail: [email protected] Aceptado: 28.04.14. Cómo citar este artículo: Collado-Vázquez S, Carrillo JM. Oliver Sacks y la neurología literaria [carta]. Rev Neurol 2014; 59: 144. © 2014 Revista de Neurología Hemos leído con gran atención el interesante artículo de Guardiola y Baños, ‘Oliver Sacks y la neurología literaria’, sobre el neurólogo que ha conseguido novelar sus casos clínicos y acercar la neurología al público general, realizando una importante labor científica y divulgativa [1]. El cine, como muy bien apuntan los autores del artículo, se ha fijado en las obras de Sacks [1]. La adaptación más conocida es Despertares (1990) [2], nominada a tres Óscar, que ya ha­ bía inspirado en 1982 una obra teatral, A kind of Alaska. 144 like to know about CDKL5 and its involvement in epileptic encephalopathy. Neural Plast 2012; Jun 17. [Epub ahead of print]. 11. Maortua H, Martínez-Bouzas C, Calvo MT, Domingo MR, Ramos F, García-Ribes A, et al. CDKL5 gene status in female patients with epilepsy and Rett-like features: two new mutations in the catalytic domain. BMC Med Genet 2012; 13: 68. 12. Bahi-Buisson N, Kaminska A, Boddaert N, Rio M, Afenjar A, Gérard M, et al. The three stages of epilepsy in patients with CDKL5 mutations. Epilepsia 2008; 49: 1027-37. 13. Bassecourt M, Miramar MD, Rodríguez A, Alcaine MJ, Calvo MT, López J. Síndrome de inversión duplicación del cromosoma 15 (INVDUP15) de novo: presentación de tres casos clínicos. Laboratorio Clínico 2011; 4: 186-95. 14. Sempere-Pérez A, Manchón-Trives I, Palazón-Azorín I, Alcaraz-Más L, Pérez-Lledó E, Galán-Sánchez F. Microdeleción 15q11.2 (BP1-BP2). Un nuevo síndrome con expresividad variable. An Pediatr (Barc) 2011; 75: 58-62. 15. Ezugha H, Anderson CE, Marks HG, Khurana D, Legido A, Valencia I. Microarray analysis in children with developmental disorder or epilepsy. Pediatr Neurol 2010; 43: 391-4. La historia que da título a El hombre que confundió a su mujer con un sombrero fue llevada también al teatro, y a Michael Neyman le inspi­ ró una ópera en 1986, que un año después se adaptó al cine. El título hace referencia a un hombre con incapacidad para el reconocimiento de rostros, o prosopagnosia, término acuñado en 1947 por Joachim Bodamer. Pese a su infrecuen­ cia, esta alteración se ha mostrado en el cine en Faces in the crowd (2011), sobre la testigo de un asesinato que, tras despertar de un estado de inconsciencia, no puede reconocer los rostros. Como curiosidad, en la película Memento, el protagonista, con amnesia anterógrada, se lla­ ma Jimmy G, igual que el paciente que sufre este trastorno, debido a un síndrome de Korsa­ koff, en El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. También se han llevado al cine varios de los casos relatados en Un antropólogo en Marte (1995), como Ver o no ver, con el título de A primera vista (1999), sobre un joven ciego que, tras ser operado y recuperar la vista, tiene difi­ cultades de adaptación a su nueva situación. Anteriormente, también se había realizado una obra teatral: Molly Sweeny (1994). The music never stopped (2011) es la adaptación de otro de los casos, El último hippie, sobre un hombre que, tras sufrir un tumor cerebral, tiene lagunas de memoria pero recuerda algunas cosas, como la música de los años sesenta. El título de Un antropólogo en Marte se debe a una frase recogida en el capítulo dedicado a Temple Grandin, una científica brillante con sín­ drome de Asperger. La vida de esta zoóloga se ha mostrado en el telefilme Temple Grandin (2010), basado en el libro de Margaret Scarcia­ no, y en el que Claire Danes y Julia Ormond in­ terpretan los papeles principales. La película obtuvo siete Emmy y un Globo de Oro a la me­ jor actriz. Muchos de los aspectos que aparecen en el filme están descritos por Sacks, como la sintomatología de Grandin, o la ‘máquina de abrazos’ que diseñó. Grandin ha escrito Pensar con imágenes: mi vida con el autismo, con pró­ logo de Oliver Sacks. Estas adaptaciones teatrales, cinematográ­ ficas y televisivas aumentan el impacto de la obra de Oliver Sacks y dan a conocer a la pobla­ ción general diversas enfermedades neurológi­ cas y sus implicaciones personales, profesiona­ les y sociales [2,3]. Bibliografía 1. Guardiola E, Baños JE. Oliver Sacks y la neurología literaria. Rev Neurol 2014; 58: 277-83. 2. Collado-Vázquez S, Cano-de-la-Cuerda R, JiménezAntona C. Deficiencia, discapacidad, neurología y cine. Rev Neurol 2010; 51: 757-63. 3. Collado-Vázquez S, Cano-de-la-Cuerda R, JiménezAntona C, Muñoz-Hellín E. Deficiencia, discapacidad, neurología y literatura. Rev Neurol 2012; 55: 167-76. www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 59 (3)