Seguridad alimentaria y cultivos básicos A juicio de los expertos en

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Seguridad alimentaria y cultivos básicos
A juicio de los expertos en salud, y según la OMS, la seguridad alimentaria está
garantizada “cuando todas las personas tienen en todo momento acceso a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para llevar una vida activa y sana”.
Gran parte de esa seguridad depende de un pequeñísimo número de plantas,
denominadas cultivos básicos.
De las más de 50 000 especies de plantas comestibles existentes en el mundo,
escasamente algunas cientos contribuyen de manera importante a nuestros
suministros de alimentos. Prácticamente solo unas pocas plantas de cultivo
satisfacen toda la ingesta de energía alimentaria mundial. El arroz, el maíz y el
trigo representan dos tercios de este ya pequeño grupo de alimentos.
Esos tres granos son el alimento básico de más de cuatro mil millones de
personas y constituyen su fuente tanto de nutrición como de ingreso.
Por definición, en la mayor parte de nuestra dieta domina un cultivo básico y este
satisface nuestras principales necesidades de energía y nutrientes. Cuando los
cultivos básicos se ven amenazados por la sequía, las plagas o los suelos pobres en
nutrientes, el hambre y la pobreza pueden aumentar vertiginosamente.
Los cultivos básicos son productos básicos objeto de comercio en todo el mundo.
Cuando su cosecha se ve limitada por enfermedades o condiciones de cultivo
difíciles, las consecuencias económicas son mundiales. Cuando las cosechas son
malas o cuando los cultivos se utilizan para fabricar combustibles, en lugar de
alimentos o forrajes, los precios suben, los agricultores enfrentan la ruina
financiera, los alimentos son demasiado costosos para los pobres, y los ingresos
nacionales se utilizan para importar alimentos, lo que hace más vulnerables a los
países y a las personas.
Como resultado del cambio climático, aumentan las sequías, inundaciones y
tormentas que diezman los cultivos, y se amplían los intervalos de temperatura
que propician la propagación de las enfermedades de las plantas, lo que redundará
en el futuro en una mayor vulnerabilidad de los alimentos. El riesgo de pérdida de
cosechas y rendimientos bajos que entrañan la sequía, las enfermedades o el
aumento de la salinidad en el agua de riego, puede reducirse mediante la
obtención de cultivos más robustos que tengan mayor capacidad para soportar
condiciones de cultivo más difíciles y que puedan prosperar mejor en ellas.
Con el fin de encontrar plantas más resistentes, la División Mixta FAO/OIEA de
Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura se centra en actividades
encaminadas a la mejora de las variedades de alimentos básicos. Asimismo,
apoya los esfuerzos de los Estados Miembros por mejorar sus técnicas de
mutación genética de las plantas mediante la aceleración del proceso de
fitomejoramiento para desarrollar nuevas variedades de cultivos básicos con una
mayor resistencia a las enfermedades y al estrés, y les presta asistencia en la
identificación de cepas mejoradas de mayor rendimiento y valor nutritivo.
Lizette Kilian, División de Información Pública.
Correo electrónico: [email protected]
Los alimentos básicos del mundo
Por lo general, las personas siguen un régimen alimentario basado en uno o
varios de los siguientes alimentos básicos: arroz, trigo, maíz, mijo, sorgo, raíces y
tubérculos (como las patatas, la mandioca, el ñame y el taro), y productos de
origen animal como carne, leche, huevos, queso y pescado. De arroz se alimenta
casi la mitad de la humanidad. Las raíces y los tubérculos son alimentos básicos
importantes para más de mil millones de personas de los países en desarrollo, y
aproximadamente el 40 % de esos alimentos los consume la mitad de la
población del África subsahariana.
Carne y leche
La mayor parte del régimen alimentario de los masáis de Kenya y Tanzania se ha
basado tradicionalmente en alimentos que da el ganado: leche, carne y sangre.
Actualmente, el grano ha pasado a ser un alimento básico de los masáis, aunque
siguen bebiendo un litro de leche por persona y día. En algunas regiones, los
regímenes alimentarios están limitados por el clima: las frutas y verduras frescas
escasean en el Ártico, donde los habitantes dependen en gran medida de la carne
y el pescado como alimentos básicos. Por ejemplo, las tribus esquimales de
Alaska y el Canadá septentrional, además de pescado, se han alimentado
tradicionalmente de carne de foca, morsa y ballena.
Tubérculos
Los tubérculos son ricos en carbohidratos, calcio y vitamina C, pero no en
proteína. No obstante, el consumo por persona de raíces y tubérculos se ha
reducido en muchos países desde principios del decenio de 1970, principalmente
porque para las poblaciones urbanas ha resultado más barato y fácil comprar
cereales importados. Los hábitos están cambiando y la dependencia en todo el
mundo de una serie de plantas va en aumento. Por ejemplo, el consumo de arroz
en las islas del Pacífico ha aumentado en un 40 % desde 1970, mientras que el de
raíces y tubérculos se ha reducido en un 8 %. Aunque los granos de cereales y los
tubérculos constituyen el grueso de los alimentos básicos, no son los únicos
alimentos dominantes en el mundo.
Frutas y legumbres
Los habitantes de climas tropicales dependen de frutas feculentas como el
plátano y la fruta del árbol del pan. En algunos lugares de África y Asia,
especialmente en la India, las legumbres como los frijoles, las lentejas y los
garbanzos son alimentos básicos. Factores como el desarrollo económico, el
aumento de los ingresos y el libre comercio han contribuido a que muchos países
hayan dejado de consumir sus alimentos tradicionales. Pese a esta tendencia,
cada vez se reconoce más la importancia de los cultivos básicos tradicionales en
la nutrición.
www.fao.org/docrep/u8480e/u8480e07.htm
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