IBD No. 4/Julio-Agosto 2007 Adecuación De La Regla Específica A La Genérica Del Recurso De Apelación En Los Trámites De Jurisdicción Voluntaria Constantino Gallegos Calderón 1 SUMARIO: I.- introducción II.-la jurisdicción voluntaria III.-resoluciones judiciales IV.-los medios de impugnación V.-de los términos y el recurso de apelación en el código de procedimientos civiles. I.-Introducción En esta época de constante transformación de los ordenamientos jurídicos nacionales, cada entidad federativa se ha propuesto siempre estar a la vanguardia con las exigencias sociales en la impartición de la justicia, esto ha motivado a las autoridades legislativas llevar a cabo numerosas reformas, tanto al Código Civil como al de Procedimientos Civiles, entre las cuales cabe destacar lo concerniente a los medios de impugnación al establecerse un nuevo mecanismo para su debido ejercicio. 1 Licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la UMSNH. Catedrático de Derecho Civil IV. Miembro de la Academia de Derecho Civil http://www.themis.umich.mx/ibd 1 Destacando entre otras cosas, la modificación del término para la interposición del recurso de apelación, en materia de sentencias definitivas e interlocutorias, olvidándose del trámite de Jurisdicción Voluntaria, al haber quedado con un término menor en comparación con otro tipo de resoluciones, lo que con independencia de su naturaleza, debió dársele similar regulación dentro de los medios de impugnación, en vista de que se trata igualmente de un trámite que se realiza ante el órgano jurisdiccional, pero no se debe dejar en el olvido, ya que no ha caído en desuso, esto, pretende de cierta manera una adecuación del párrafo segundo del artículo 1196 al 110 fracción I, del Código de Procedimientos Civiles del Estado, es decir, la regla específica del primero a la genérica del segundo. En el recorrido de este trabajo se hará referencia al trámite de Jurisdicción Voluntaria como materia primordial, aunque la denominación no es compartida por algunos juristas nos permitirá la realización del estudio; así como de las resoluciones judiciales, los recursos y de manera especial el término para la interposición del recurso de apelación. II.-La Jurisdicción Voluntaria 2.1 La idea de Jurisdicción Voluntaria. En esta época a pesar de la evolución que está sufriendo el derecho en todos sus órdenes, no ha dejado de contemplarse en los ordenamientos jurídicos mexicanos el tema de la jurisdicción voluntaria, tópico que se ha prestado para realizar diferentes comentarios respecto sí debe o no considerarse como jurisdicción, en virtud de la ausencia de las partes como elemento del proceso en el que se resuelve un conflicto de intereses. Sin embargo, es un trámite del cual se hace uso cotidianamente por la fuerza o certeza que se concede a una resolución judicial. http://www.themis.umich.mx/ibd 2 En este trabajo se hará referencia a diferentes opiniones de estudiosos del derecho para ubicarla dentro del esquema normativo, consecuentemente, su conocimiento corresponde al órgano jurisdiccional. El profesor Arturo Valenzuela realizó una distinción jurídica a lo que llamó proceso y cuasiproceso, entendiendo por el primero el conjunto de actos en que se desarrolla la función jurisdiccional, bajo determinadas formas que se llaman procesales. Los órganos jurisdiccionales desarrollan, por lo mismo, su actividad específica dentro de un cuadro de formas procesales. Sin embargo, los órganos jurisdiccionales aún obrando bajo formas procesales, pueden desarrollar actividades que no son del ejercicio del poder jurisdiccional. Cuando una actividad no es jurisdiccional, pero se desarrolla bajo formas procesales, su desarrollo se llama cuasiproceso, que se caracteriza por tener formas procesales y por carecer de contenido jurisdiccional. 2 El insigne jurista Carnelutti de una manera pragmática y elocuente lleva a cabo una separación resaltando la importancia del proceso voluntario destacando ---Así como el estudio científico del proceso ejecutivo está más atrasado que el del proceso de ejecución y todavía más atrasado el del cautelar, el proceso voluntario, bajo este aspecto, atrás de todos, de manera que no parece excesivo llamarlo la cenicienta del proceso civil---. Se ha hablado de ello algo; pero casi exclusivamente para discutir si la jurisdicción voluntaria es o no es hermana de la contenciosa. 3 Su importancia, para quien observe bien, no es inferior a la del proceso contencioso; incluso, si se consideran las relaciones prácticas entre la prevención y la represión, como entre la higiene y la terapia, hay que creer que ya hoy, y todavía más en el futuro, el desarrollo del proceso voluntario puede hacer frente 2 VALENZUELA, Arturo. Derecho Procesal Civil. Librería Carrillo Hermanos e Impresores. Guadalajara, Jalisco, México. p. 167-168 3 Derecho Procesal Civil y Penal. Colección de Clásicos del Derecho. Obra Compilada y Editada por Editorial Pedagógica Iberoamericana. Traducción de Enrique Figueroa Alfonzo, impreso en México 1994. p. 247 http://www.themis.umich.mx/ibd 3 victoriosamente al proceso contencioso. Hablo de lo que el proceso voluntario es hoy; y más aún de lo que deberá ser. 4 El gran procesalista uruguayo J. Eduardo Couture opina en la relación a la jurisdicción voluntaria diciendo ---Un texto antiguo, con más fortuna de la merecida, denominó jurisdicción voluntaria a los procedimientos judiciales seguidos sin oposición de partes, y en los cuales la decisión que el juez profiere no causa perjuicio a persona conocida. 5 Algunas definiciones legales fijan este contenido, pero añaden que son procedimientos de jurisdicción voluntaria aquellos en que “·sea necesaria o se solicite la intervención del juez…”. 6 Acontece, así, que en la actualidad, la denominada jurisdicción voluntaria no es jurisdicción ni es voluntaria. Su índole no es jurisdiccional, por las razones que se darán inmediatamente; y no es voluntaria porque en muchos casos, la intervención de los jueces se halla impuesta por la ley bajo pena de sanciones pecuniarias, o privación del fin esperado. 7 El profesor Cipriano Gómez Lara considera igualmente que existe una diferencia entre la jurisdicción voluntaria y contenciosa al afirmar ---De acuerdo con un principio varias veces repetido, sostenemos que la única jurisdicción verdadera y genuina es la contenciosa---. 8 El litigio, en nuestra opinión, es un elemento necesario para la existencia del proceso y, por tanto, para el desempeño o desarrollo de la función 4 Idem. COUTURE, Eduardo J. Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Buenos Aires, Argentina. Euros Editores S. R. L. 2004. p. 38 6 Idem. 38 7 Couture. Op. cit. p. 38 8 GOMEZ LARA, Cipriano. Teoría General del Proceso. Oxford University Press. México 2005. 10ª Ed. p. 101 5 http://www.themis.umich.mx/ibd 4 propiamente jurisdiccional, ya que la jurisdicción siempre recae sobre una controversia. Sin embargo, la expresión “jurisdicción voluntaria” sigue siendo sumamente utilizada y con ella se alude a una serie de gestiones o de tramitaciones en las cuales no hay litigio y que se desenvuelven frente a un órgano judicial, cuya intervención obedece a una petición de algún sujeto de derecho y que tiene por objeto examinar, certificar, calificar o dar fe de situaciones. La doctrina se ha planteado en diversas ocasiones el interrogante relativo a la naturaleza de estos actos de jurisdicción voluntaria. Algunos han considerado que son actos administrativos puestos en manos de autoridades judiciales por mandato de la ley. Otras opiniones sostienen que se trata de una función sui generis, de naturaleza especial, la cual no puede asimilarse ni identificarse a los actos administrativos ni a los actos meramente jurisdiccionales---. 9 Por último, el profesor José Ovalle Favela, refiere ---Esta división tradicional pretende distinguir la jurisdicción en contenciosa y voluntaria, según que aquella recaiga o no sobre un litigio. Ya hemos visto que la finalidad de la jurisdicción es la resolución de litigios, mediante la aplicación del derecho y de criterios de justicia; y que el elemento objetivo de la función jurisdiccional consiste precisamente en el litigio sobre el que se ejerce dicha función. 10 De acuerdo con esta caracterización de la función jurisdiccional, es claro que la llamada jurisdicción voluntaria no tiene, en modo alguno, naturaleza jurisdiccional, ya que carece de la finalidad y del elemento objetivo propios de esta función pública. 11 La expresión jurisdicción voluntaria tiene sus orígenes en el derecho romano y proviene de un texto de Marciano, que indicaba que los procónsules tenían, fuera de la ciudad, jurisdicción “pero no contenciosa, sino voluntaria: para 9 Idem. P. 101 OVALLE FAVELA, José. Teoría General del Proceso. Oxford University Press. México 2005. 6ª Ed. p. 127 11 Idem. 10 http://www.themis.umich.mx/ibd 5 que ante ellos (pudiesen) ser manumitidos tanto los libres como los esclavos y hacerse adopciones…”. Desde entonces, y a pesar de las numerosas y constantes críticas en su contra, dicha expresión se ha utilizado para designar un conjunto variado de actos y procedimientos que se realizan ante juzgadores y que tiene como característica común la ausencia de conflicto entre partes. 12 Sí, por un lado, la llamada jurisdicción voluntaria no tiene, en sentido estricto, carácter jurisdiccional ni voluntario y, por el otro, la jurisdicción es una función que se ejerce para resolver conflictos, y en este sentido siempre es contenciosa, esta división tradicional carece de justificación. 13 Es generalizada y opuesta la opinión respecto de la división tradicional que se hace de la jurisdicción en contenciosa y voluntaria, criticando severamente a ésta última, al considerar que a la misma no le corresponde el calificativo de jurisdicción, por la razón que los casos que se ventilan ante el órgano jurisdiccional no son propiamente conflictos entre partes, sino trámites que deberían realizarse en el orden administrativo. Es prudente puntualizar que efectivamente los trámites que se realizan en la vía de jurisdicción voluntaria no son controversias entre partes, pero, desde el momento en que el órgano jurisdiccional toma conocimiento de una petición en vía de autorización y sobre la que en su momento de pronuncia una resolución, en ese preciso instante se adquiere la categoría de jurisdiccional, pues la intervención solicitada del órgano jurisdiccional es una función pública, con independencia si se trata de un litigio. Pudiera explicarse en esta época de manera vanguardista que la jurisdicción no se determina por lo que se resuelve sino quien resuelve, así como por su regulación en el ordenamiento adjetivo civil al considerarla como una forma 12 13 Idem. Idem. http://www.themis.umich.mx/ibd 6 procedimental, con situaciones específicas que deben conocer los órganos jurisdiccionales, sobre las cuales pronunciarán una resolución, que según el caso, podrá ser materia de impugnación a través del recurso de apelación, por tanto, son atendibles todas las opiniones de los grandes procesalistas cuando llevan a cabo una diferenciación de la jurisdicción, pero en realidad la jurisdicción no se divide, solamente se le ha denominado de diferente manera para una mejor sistematización y ordenación, ya que sus pronunciamientos son parte de la función del Estado, desde luego con eficacia, pero sin la autoridad de cosa juzgada que corresponde a las contiendas judiciales. 2.2. La intervención judicial en los actos de Jurisdicción Voluntaria. La polémica estará siempre presente en un tema que ha sido objeto de innumerables estudios y comentarios, todos ellos de gran valor, pero en la época actual es necesario ubicar el de la jurisdicción voluntaria dentro de los trámites que requieren de la intervención judicial, en virtud de que nuestra realidad ha demostrado que encomendar esta tarea a un fedatario público o un organismo administrativo, contraviene disposiciones expresas que contemplan su regulación en el ordenamiento adjetivo civil, además de que representaría en este momento una modificación de diversos cuerpos normativos para su adecuación a la exigencia social, entre ellos el Código de Procedimientos Civiles. En este apartado invocaremos los criterios de algunos juristas nacionales y extranjeros que han opinado en ese sentido, tal es el caso de Rafael de Pina al señalar ---Teniendo en cuenta la conexión que existe entre los actos de la jurisdicción contenciosa y los de la voluntaria, ya que la materia objeto de éstos se convierte automáticamente en contenciosa en cuanto surge oposición, y dada también la naturaleza jurídica de la misma y la preparación especial que requiere http://www.themis.umich.mx/ibd 7 el conocimiento de estos actos, a nuestro juicio los únicos funcionarios a quienes pueden encomendarse, con las necesarias garantías, son los judiciales. 14 Este criterio, que es el tradicional en España y en los países hispanoamericanos, es, además, el único que, a nuestro juicio, debe mantenerse, tanto desde el punto de vista doctrinal como desde el legal. La legislación mexicana se ajusta a él. 15 Por lo que respecta a la afirmación de que los actos de jurisdicción voluntaria podrían confiarse a los notarios, poniéndolos al margen de las actividades de los jueces, baste decir que no constituye un criterio unánime ni siquiera entre quienes ejercen la fe pública notarial. Aunque los autores de las obras de derecho notarial han hecho “bandera de reivindicación para la función notarial de los actos de jurisdicción voluntaria”, hay que reconocer que, no obstante, “prudentes voces se han alzado para impugnar estas equivocadas ideas”, reconociendo “que la llamada jurisdicción voluntaria no es específicamente notarial, aunque se hallan algunos puntos de contacto y de similitud” entre ambas actividades. 16 Los notarios, a quienes según algunos autores debiera encomendarse la resolución de los casos de la llamada jurisdicción voluntaria, tienen, sin duda, un gran papel que representar en la vida jurídica de cualquier país, pero no, ciertamente, el de sustituir a los jueces en el ejercicio de las funciones que nadie más que ellos están llamados a cumplir. 17 14 DE PINA, Rafael y José Castillo Larrañaga. Derecho Procesal Civil. Ed. Porrúa. México 1982. 15ª Ed. p. 83 15 Idem. 16 Ibidem. p. 83-84 17 Idem. http://www.themis.umich.mx/ibd 8 El gran procesalista uruguayo J. Eduardo Couture cuando trata la función de la jurisdicción voluntaria ha escrito ---Se dice habitualmente que la jurisdicción voluntaria cumple una función administrativa y no jurisdiccional---. 18 El ilustre jurista J. Eduardo Couture para justificar su apreciación realiza una definición del acto administrativo diciendo ---que es aquel que, a petición de parte o ex officio, expide un órgano del poder público para reglamentar una ley, para promover a su mejor cumplimiento, para aplicarla a un caso particular o para dirimir una controversia entre partes---. 19 Dentro de una noción tan amplia, en la hemos querido abarcar lo general y lo particular, puede admitirse que los procedimientos de jurisdicción voluntaria tienen naturaleza administrativa. 20 Acaso la dificultad de la cuestión provenga de que este cometido coincide en buena parte con el de la jurisdicción. Pero la ausencia del elemento cosa juzgada, sustancial para calificar el acto jurisdiccional, impide incluir a los actos judiciales no contenciosos entre los actos de la jurisdicción. 21 La razón de esta dualidad de criterios se halla, normalmente, en la mayor o menor trascendencia y proyecciones sociales del acto judicial. Cuando un acto de publicidad, de autorización, de tutela, adquiere significación excepcional, se prefiere la autoridad de los jueces a la autoridad de los agentes de la administración. Ellos constituyen una garantía mayor. La jurisdicción voluntaria perteneció en sus primeros tiempos a los notarios y con el andar del tiempo fue pasando a los órganos del poder judicial. Nada impide que pasen mañana a la administración y aun que vuelvan a su fuente de origen como se ha propuesto. 22 18 Couture. Op. cit. p. 43 Idem. 20 Couture. Op. cit. p. 43 21 Idem. 22 Idem. 19 http://www.themis.umich.mx/ibd 9 Por comenta último, el profesor J. Eduardo Couture, con un criterio más real ---Lo que no podrá acontecer nunca es que los cometidos jurisdiccionales queden sometidos a la administración sin procesos ulteriores de revisión. Y ello acontece porque una de las garantías sustanciales del acto jurisdiccional es que él emane de jueces que sean, como se señala reiteradamente a lo largo de este libro, independientes, responsables y dotados de autoridad como para imponer su voluntad a la de los gobernantes---. 23 Francesco Carnelutti al hablar acerca de la extensión del proceso voluntario, señala ---Este reconocimiento, comenzado en tiempos no remotos, ha dado ya resultados interesantes no sólo en el estudio de materias reguladas por normas especiales, sobre las cuales la ciencia detiene difícilmente su mirada, sino también, de un lado, con el descubrimiento de procesos voluntarios bajo la forma de procesos contenciosos en materia de capacidad y de estado familiar y, de otra parte, con la extensión del proceso voluntario a la materia del estado patrimonial. Más interesante todavía considero; si tal investigación debiese conducir al reconocimiento de su carácter voluntario, como también parece probable, la solución podría sugerir una reforma del instituto en el sentido de liberarlo del presupuesto de un proceso precedente, en el curso del cual surja la cuestión sobre la legitimidad de una ley que debería ser aplicada allí: en verdad, la certeza sobre la legitimidad de una ley tiene la importancia para el orden jurídico que trae cuenta facilitar el medio para procurarla, aun disponiendo las cosas en modo de impedir la proposición de demandas desatinadas---. 24 Estas indicaciones tienden a llamar la atención del lector sobre la posibilidad de desarrollo del proceso voluntario, el cual, actualmente, si no me equivoco, no presta más que en pequeña parte a la certeza jurídica los servicios que del mismo se podrían obtener y que sólo un conocimiento científico profundo 23 24 Idem. Carnelutti. Op. cit. p. 249 http://www.themis.umich.mx/ibd 10 conseguiría derivar del mismo. Cómo se puede ordenar un instituto sin tener en cuenta el fin al que debe tender, es cosa en absoluto incomprensible. Ha perjudicado y perjudica sobre todo el que no se reconozca el debido peso al fin de prevención del proceso voluntario y no se vea, por tanto, que el desarrollo de la jurisdicción voluntaria puede ayudar a la descongestión de la jurisdicción contenciosa. 25 La intervención judicial en los asuntos de jurisdicción voluntaria es necesaria y trascendente, en vista de que en la actualidad en trámites de naturaleza administrativa se requiere de resoluciones judiciales como presupuesto para su desarrollo, como sucede en nuestro Estado, tal es el caso de la Manifestación de Predios Ignorados; igualmente, nuestro Código de Procedimientos Civiles encomienda a los notarios la conclusión de sucesiones, caso específico, pero no por ello se deba sostener que los actos de jurisdicción voluntaria son de naturaleza administrativa, ya que su calificativo de jurisdiccional se desprende propiamente de la autoridad que conoce como son los jueces, que son los únicos que deben sostener la jurisdicción y no se les puede sustituir en el ejercicio de las funciones que le ha sido encomendada por el Estado. En esta cuestión, las opiniones vertidas sobre el criterio anterior, no han sido suficientes para cambiar en el sistema actual los actos llamados de jurisdicción voluntaria que se encuentran atribuidos a los órganos jurisdiccionales, debido a las formulas procesales con que se desarrollan y que requieren forzosamente de la de la intervención del juzgador para la declaración de ciertos derechos, función que únicamente corresponde al Poder Judicial. Volver al pasado al considerar que sea un notario o el órgano administrativo quien corresponda conocer de lo que actualmente resuelve el órgano jurisdiccional, se consideraría como un retroceso y una invasión de funciones que 25 Idem. http://www.themis.umich.mx/ibd 11 de alguna forma no representaría ninguna ventaja, pero sí una serie de inconvenientes que se deben resolver a través de la función jurisdiccional la que ha dado resultados excelentes en la actualidad. III.-Resoluciones Judiciales 3.1. La resolución judicial. Aún cuando existe una serie de opiniones de estudiosos al respecto, recurriremos a algunas de ellas para poder orientar la idea de resolución judicial, Guillermo Cabanellas la entiende como “toda decisión o providencia que adopta un juez o tribunal en el curso de una causa contenciosa o de un expediente de jurisdicción voluntaria, sea a instancia de parte o de oficio”. 26 Otra idea la proporciona el profesor Ovalle Favela cuando nos cita que “las resoluciones judiciales son los actos procesales por medio de los cuales el órgano jurisdiccional decide sobre las peticiones y los demás actos de las partes y los otros participantes”. 27 La actividad de los órganos jurisdiccionales en el proceso de manifiesta en una serie de actos regulados por la ley. Las resoluciones judiciales son la exteriorización de estos actos procesales de los jueces y tribunales, mediante los cuales atienden a las necesidades del desarrollo del proceso a su decisión. 28 26 Gómez Lara. Op. cit. p. 325 Ovalle Favela. Op. cit. p. 295 28 DE PINA. Op. cit. p. 335 27 http://www.themis.umich.mx/ibd 12 El Diccionario Jurídico Espasa define las resoluciones judiciales como los actos del tribunal por los que éste decide sobre las cuestiones que se le plantean, ya sea sobre el fondo, ya sean de carácter personal. 29 Es difícil superar las opiniones de los grandes procesalistas en materia de resoluciones judiciales, pues es uniforme el criterio en señalar que se encargan de resolver cuestiones planteadas en un proceso o dentro del mismo. Su origen pudiera buscarse fijando nuestra mirada hacia el pasado en el Derecho romano y en la Edad Media para percatarnos que siempre se ha buscado la manera de solucionar algunas diferencias entre los individuos en sus relaciones sociales. Actualmente nuestro sistema jurídico nos permite a través del reconocimiento que hace la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano, de los derechos fundamentales del hombre, hacer uso del derecho de petición y el acceso a la administración de la justicia, aspectos que desde luego encierran un campo bastante complejo de determinaciones y resoluciones judiciales, que deben ser emitidas por una autoridad de una manera negativa o positiva a los intereses del requirente, dentro o fuera de un proceso de naturaleza judicial o administrativa. En nuestra opinión sin querer mutilar o empobrecer el concepto de resoluciones judiciales, diremos que son determinaciones que las autoridades judiciales emiten a casos concretos, independientemente de su naturaleza, pues en esencia la finalidad es la misma, resolver una cuestión planteada ante una autoridad en la búsqueda de una respuesta. Los estudiosos de la materia han enunciado y siguen opinando de acuerdo con su época histórica que les corresponde vivir, en consecuencia, el derecho requiere de actualizaciones constantes para responder a las necesidades sociales, 29 Diccionario JURIDICO ESPASA. Madrid 1998. p. 879 http://www.themis.umich.mx/ibd 13 por eso se considera que es urgente unificar los criterios acerca de las resoluciones judiciales y evitar estériles interpretaciones. 3.2. Clasificación de las resoluciones judiciales. Las resoluciones judiciales pueden clasificarse en dos grandes grupos: interlocutorias y de fondo. Las primeras ---providencias (que también suelen recibir denominación de decretos) y autos (que también han sido calificados como sentencia interlocutorias) --- que son las que dictan los órganos jurisdiccionales durante la sustanciación del proceso; las segundas ---sentencias---, las que deciden la cuestión de fondo que constituye el objeto del mismo. 30 La resolución judicial más importante en el proceso es la sentencia, en la que el juzgador decide sobre el litigio sometido a proceso. Pero el juzgador emite resoluciones judiciales no sólo cuando dicta la sentencia, sino también cuando provee sobre diversos actos procesales de las partes y demás participantes durante el desarrollo del proceso. A esta segunda clase de resoluciones judiciales se les suele denominar autos. 31 La ley adjetiva civil federal al hablar de las resoluciones judiciales las clasifica en los términos siguientes: “Las resoluciones judiciales son decretos, autos o sentencias; decretos, si se refieren a simples determinaciones de trámite; autos, cuando decidan cualquier punto dentro del negocio, y sentencias, cuando decidan el fondo del negocio”. 32 El código adjetivo civil del Estado realiza una clasificación en autos, sentencias interlocutorias y sentencias definitivas. Sentencia definitiva es la que 30 De Pina. Op. cit., p. 335-336 Ovalle Favela. Op. cit., p. 295 32 Gómez Lara. Op. cit., p. 325 31 http://www.themis.umich.mx/ibd 14 decide el negocio en lo principal, e interlocutoria es la que resuelve un incidente o una competencia; y son autos en cualquier otro caso. 33 La preocupación acerca de la clasificación de las resoluciones judiciales es meramente formal, en virtud de que todas las determinaciones que pronuncia un juez dentro de un proceso, en la mayoría de los casos van encaminadas a responder a una petición, en otras resulta de oficio; ello es indicativo que unas responden al desarrollo del proceso y el proceso mismo, en otras palabras, unas son de forma y otras de fondo, pero al final resoluciones, de ahí que su clasificación sea más de orden sistemático, pues en la práctica son pronunciamientos con mayor o menor trascendencia que no requieren de una gradación. Los estudiosos de la disciplina procesal se han inclinado por ordenarlas en resoluciones definitivas e interlocutorias, únicamente por la intensidad de las mismas en que deban ser atacadas mediante los recursos correspondientes, pero no porque sea necesario a un proceso hablar de resoluciones de fondo y forma, de trascendencia o intrascendencia, en consideración a que su finalidad es la misma, unas dentro del proceso y otras finalizando el mismo al resolver sobre el conflicto de intereses. 3.3. La sentencia. Al hablar de las sentencias siempre se asocia con la finalización de un conflicto de intereses, o bien, se considera como la determinación a que llega el juzgador después de haber agotado todas las etapas del proceso, es decir, la forma normal de concluir con la controversia, pudiendo terminarse de manera anormal. Es la típica resolución que decide el fondo de la controversia o las que de manera incidental se presentan en el curso del proceso o en alguna de sus etapas. 33 Art. 72 del Código de Procedimientos Civiles de Michoacán. http://www.themis.umich.mx/ibd 15 Para don Eduardo Pallares la sentencia “es el acto jurisdiccional por medio del cual el juez resuelve las cuestiones principales de la materia del juicio o las incidentales que hayan surgido durante el proceso”. 34 El vocablo sentencia sirve para denotar, a un mismo tiempo, un acto jurídico procesal y el documento en que él se consigna. Como acto, la sentencia es aquel que emana de los agentes de la jurisdicción y mediante el cual deciden la causa o punto sometidos a su conocimiento. Como documento, la sentencia es la pieza escrita, emanada del tribunal, que contiene el texto de la decisión emitida. 35 La sentencia debe ser considerada como el fin normal del proceso. Toda la actividad de las partes y del órgano jurisdiccional se encamina, prácticamente, a este resultado, que constituye su meta. La denominación de sentencia debiera reservarse para designar, únicamente, a la resolución judicial en virtud de la cual el órgano jurisdiccional competente, aplicando las normas al caso concreto, decide la cuestión planteada por las partes. 36 Para Gómez Lara es un tipo de resolución judicial, probablemente el más importante, que pone fin al proceso. Si dicha sentencia, además de poner fin al proceso, entra al estudio del fondo del asunto y resuelve la controversia mediante la aplicación de la ley general al caso concreto, decimos que se ha producido una sentencia en sentido material. Por el contrario, si la resolución que pone fin al proceso no entra al fondo del asunto ni dirime la controversia estaremos frente a una sentencia formal, pero no material. 37 34 PALLARES, Eduardo. Derecho Procesal Civil. Editorial Porrúa. México 1976. 6ª Edición. pág. 421 Couture. Op. cit. p. 227 36 De Pina. Op. cit., p. 33 37 Gómez Lara. Op. cit., p. 327 35 http://www.themis.umich.mx/ibd 16 El Diccionario Jurídico Espasa nos define la sentencia como la resolución judicial que se reserva para la decisión de los asuntos de superior relevancia, singularmente para decidir sobre el fondo del asunto. En cualquier caso, resolución que pone término al proceso, tanto si entra sobre el fondo como si, por falta de algún presupuesto del proceso, tiene que finalizarlo sin juzgar el objeto procesal (en este caso de habla de sentencia absolutoria de la instancia). 38 Para el profesor Arturo Valenzuela > es el acto por el cual el órgano jurisdiccional resuelve el conflicto jurídico, apropiándose y realizando el interés jurídico no satisfecho, se llama sentencia <. 39 Es enorme la literatura que existe sobre tópico de la sentencia, lo que representa desde luego una dificultad el emitir un juicio al respecto, aunque son unánimes las opiniones al considerarla como la parte con la que finaliza el proceso al resolver la cuestión principal o de fondo planteada. Por ello es importante señalar que de todos los actos ejecutados en el proceso, debe considerarse como de mayor importancia y trascendencia, porque la autoridad jurisdiccional resuelve el conflicto de intereses concluyendo de esa manera la función jurisdiccional. 3.4. Clasificación de las sentencias. Siendo la sentencia el acto del órgano jurisdiccional que responde directa y cumplidamente al derecho de acción, puede clasificarse según la acción puesta en ejercicio. Atendiendo al objeto directo del derecho de acción, la sentencia es declarativa, de condena, ejecutiva, cautelar y constitutiva. 40 Sentencia declarativa.- La sentencia declarativa, que responde a la acción de simple declaración, será aquella que contenga la afirmación incontestable de 38 Diccionario Jurídico Espasa. p. 907 Valenzuela. Op. cit. p. 124. 40 Idem. p. 135-137 39 http://www.themis.umich.mx/ibd 17 que al interés particular de la relación jurídica que se lleva al proceso como desconocida o violada, corresponde la tutela de la norma jurídica invocada. Sentencia de condena.- La sentencia de condena hace esencialmente, como la declarativa, la declaración incontestable del interés concreto tutelado, pero tiene como agregado específico, un mandamiento dirigido al demandado para que cumpla con su obligación, bajo apercibimiento de proceder coactivamente en su contra sino cumple con la prestación que es a su cargo. Sentencia ejecutiva.- La sentencia ejecutiva declara el valor del título ejecutivo si en el proceso se ha discutido su eficacia jurídica, y contiene la orden de ejecución coactiva sobre bienes del demandado. Sentencia cautelar.- La sentencia cautelar establece una garantía para la observación del estado de hecho o de derecho existente al iniciarse el proceso, por todo el tiempo que éste dure, hasta dictarse sentencia firme. Sentencia constitutiva.- Se entiende por sentencia constitutiva aquella que tiene como función no la de declarar una relación o estado jurídico preexistente, sino la de crear una relación nueva o un estado jurídico nuevo. En estos casos, se dice, la sentencia no comprueba lo que ya existe, sino que crea algo que no existía. 41 Las sentencias han sido objeto de diferentes clasificaciones. Todas ellas coinciden, sin embargo, en lo esencial. 42 La clasificación más aceptada es la siguiente: según absuelvan o condenen al demandado, en desestimatorias y estimatorias; según recaigan sobre un incidente o pongan término a la relación procesal, en interlocutorias y definitivas; 41 42 Valenzuela. Op. cit., p.137 De Pina. Op. cit., p. 343 http://www.themis.umich.mx/ibd 18 por el juez o tribunal que las dicta, en de primera y segunda instancia; en atención a sus efectos sustanciales, en de condena, declarativas y constitutivas; por la naturaleza de la decisión, en de fondo (que resuelvan la cuestión planteada) y de rito (que pone fin a éste sin entrar en la resolución de la cuestión planteada), en el primer caso se llama también material, y en el segundo, formal. 43 Considerada la demanda como un proyecto de sentencia formulado por el actor, ésta tendría idéntico carácter que la acción de condena, declarativa o constitutiva, que en aquella se ejercite. 44 La clasificación de las resoluciones judiciales como mere-interlocutorias, interlocutorias y definitivas tiene como criterio de orientación la eficacia de la sentencia con relación al proceso. Pero cuando se trata de determinar los distintos tipos de sentencias en consideración al derecho sustancial o material que ellas ponen en vigor, entonces la clasificación se divide en otros tipos: sentencias declarativas, de condena y cautelares. 45 Son sentencias declarativas, o de mera declaración, aquellas que tienen por objeto la pura declaración de la existencia de un derecho. 46 En verdad, debe anticiparse que todas las sentencias contienen una declaración del derecho como antecedente lógico de la decisión principal. Sentencia de declaración es la sentencia absolutoria que desestima la demanda, ya que en definitiva ella declara la inexistencia del derecho que el actor pretende como suyo. Sentencia de declaración son, asimismo, las sentencias de condena y las constitutivas, por cuanto se llega a ese extremo luego de considerar y declarar 43 Idem. Idem. 45 Couture. Op. cit., p. p 256-262 46 Couture. Op. cit., p. p 256-262 44 http://www.themis.umich.mx/ibd 19 la existencia de las circunstancias que determinan la condena o la constitución del estado jurídico nuevo. 47 Son sentencias de condena todas aquellas que imponen el cumplimiento de una prestación, ya sea en sentido positivo (dar, hacer), ya sea en sentido negativo (no hacer, abstenerse). 48 Se denominan sentencias constitutivas aquellas que, sin limitarse a la mera declaración de un derecho y sin establecer una condena al cumplimiento de una prestación, crean, modifican o extinguen un estado jurídico. Sentencias cautelares, la terminología que rige respecto de ellas es muy variada. Se les llama, indistintamente, providencias cautelares, medidas de seguridad, medidas precautorias, medidas de garantía, acciones preventivas, medidas cautelares, etc. 49 Para Eduardo Pallares de las numerosas y variadas clasificaciones de las sentencias que han hecho los jurisconsultos, tomamos las siguientes especies, temerosos, sin embargo, de que se nos escapen algunas poco conocidas: • Sentencias contradictorias o dadas en juicio contradictorio, son aquéllas que se pronuncian en un proceso en que ha habido contradicción y defensa del demandado; • Sentencias en rebeldía, las contrarias a las anteriores o sea cuando el juicio se ha seguido en rebeldía del demandado o del actor; • Sentencias definitivas, las que deciden la cuestión principal que se ventila en el juicio o sea las pretensiones formuladas en la demanda y en las defensas del demandado; • Incidentales o interlocutorias, las que deciden alguna cuestión incidental surgidas durante el proceso; 47 Idem. Idem. 49 Idem. 48 http://www.themis.umich.mx/ibd 20 • Procesales, las que resuelven sólo cuestiones del procedimiento; • Sentencias de fondo o sustanciales, las que deciden las cuestiones litigiosas planteadas en la demanda y contestación; • Sentencias totales, las que resuelven todo el litigio sin dejar ninguna cuestión pendiente; • Sentencias parciales, las contrarias a las anteriores; • Puras o simples, las que resuelven las cuestiones litigiosas sin someter la decisión a ninguna condición o reserva; • Condicionales, las contrarias de las anteriores; • Sentencias con reserva, las que absuelven o condenan al demandado, reservando lo derechos del actor o del propio demandado respectivamente para que los ejerciten en juicio diverso. Tales las que conforme a nuestro Código se dictan en los juicios ejecutivos, cuando se declara improcedente la acción ejecutiva o en los juicios orales cuando ha sido objetado de falso un documento. • Sentencias constitutivas.- Las que constituyen un nuevo estado de derecho extinguiendo o modificando otro; • Sentencias de condena.-La mayor parte de las sentencias tienen esta naturaleza, y son las que declaran procedente la acción y condenan al demandado a efectuar una prestación; • Sentencias preservativas, las que declaran procedente una acción cautelar; • Sentencias arbítrales, las que pronuncian los jueces árbitros. Se llaman también laudos; • Sentencias complementarias, las pronunciadas por el tribunal superior, en las que resuelve que el inferior omitió decidir; • Sentencias provisionales, las que no alcanzando la autoridad de la cosa juzgada material, producen efectos jurídicos provisionales que podrán ser modificados posteriormente. Tales son las que se pronuncian en cuestiones http://www.themis.umich.mx/ibd 21 de alimentos, interdicción, juicios de posesión provisional, pérdida de la patria potestad declaración de herederos, aprobación de inventarios en las sucesiones, y adjudicación y participación de bienes y jurisdicción voluntaria. • Sentencia dispositiva, aquella en que el juez crea la norma aplicable, al caso concreto por no existir disposición legal que a él concierna; • Sentencias de pura declaración, las que no contienen condena y solo declaran un estado de derecho o una relación jurídica. También sólo declaran una situación de hecho; • Sentencias anulables, las que teniendo un vicio legal pueden ser declaradas nulas mediante un recurso o acción. 50 Es incuestionable que la opinión general de todos los autores, es hacer una clasificación de las sentencias atendiendo a una serie de cualidades y características que nos llevarían a pensar en las resoluciones y en las acciones, pero consideramos que la sentencia es única, resuelva o no el fondo de la controversia, simplemente que se hace una distinción en algunos casos para la interposición del recurso que desde luego nos remite a los términos, pero creyendo que el derecho como fenómeno social resultado de la convivencia humana, está sujeto a los cambios que el contexto histórico requiere, es decir, se está buscando la unificación de criterios para evitar resoluciones contradictorias, entonces, la clasificación es aceptable pero en el orden doctrinario, más no para la impartición de justicia, que trabaja a través de esquemas cerrados con marcos jurídicos plenamente identificados que no pueden ser rebasados o modificados hasta en tanto no se demuestra su inoperancia, por ello, continuando con la opinión personal del suscrito, creemos que solamente existen sentencia de fondo y forma en el proceso, con independencia del sentido de la misma, que puede ser 50 Pallares. Op. cit., p.p. 423-434 http://www.themis.umich.mx/ibd 22 condenatoria o absolutoria, según la conducta procesal desplegada por las partes en la búsqueda de la verdad. IV.-Los Medios De Impugnacion 4.1. Teoría de la impugnación. El Diccionario Jurídico Espasa en relación a los recursos nos dice que son peticiones de quien es parte en un proceso para que se examine de nuevo la materia ---fáctica o/y jurídica--- de una resolución judicial que, no habiendo pasado en autoridad de cosa juzgada formal, resulte perjudicial para el sujeto jurídico que recurre, con la última finalidad de que dicha resolución se sustituya por otra favorable al recurrente. Llámase también recurso al conjunto de actos procesales desencadenantes por la impugnación de la resolución. 51 Couture al referirse a los recursos opina que, genéricamente hablando, medios de impugnación de los actos procesales. Realizado el acto, la parte agraviada por él tiene, dentro de los límites que la ley confiera, poderes de impugnación destinados a promover la revisión del acto y su eventual modificación. Recurso quiere decir, literalmente, regreso al punto de partida. Es un re-correr, correr de nuevo, el camino ya hecho. Jurídicamente la palabra denota tanto el recorrido que se hace nuevamente mediante otra instancia, como el medio de impugnación por virtud del cual se re-corre el proceso. Dictada y notificada la sentencia de primera instancia, queda a merced de la impugnación de las partes. 52 Los recursos para De Pina y Castillo Larrañaga, son los medios técnicos mediante los cuales el Estado atiende a asegurar el más perfecto ejercicio de la función jurisdiccional. 53 51 Diccionario Jurídico Espasa. p. 847 Couture. Op. cit., p. 277-278 53 De Pina. Op. cit., p. 365-367 52 http://www.themis.umich.mx/ibd 23 Luego citando a Manuel de la Plaza, señalan, por muy decidido que sea el propósito de los jueces y los tribunales de sujetarse al estricto cumplimiento de sus deberes, pueden incurrir en equivocaciones, aplicando indebidamente la ley, ya que, al fin, como hombres, no pueden sustraerse a la falibilidad humana, de aquí que se haya siempre reconocido la necesidad de establecer medios adecuados para la reparación de los agravios e injusticias que pudieran inferirse con esas posibles equivocaciones, concediéndose, al efecto, a quien se crea en este sentido perjudicado, facultad para reclamar aquella reparación, sometiendo la resolución judicial que irrogue el agravio e injusticia a nuevo examen o revisión y enmienda, bien por el mismo juez o tribunal que la dictara, o por otros jueces o tribunales superiores, según los casos. 54 Para estos autores, existen, además de los recursos, procesos autónomos de impugnación de las resoluciones judiciales, como el amparo directo y los procedimientos incidentales de impugnación, tales como los de nulidad de actuaciones. Igualmente se refiere el llamado recurso de responsabilidad, que no es ni un recurso ni un medio de impugnación. Opinan también que no puede atribuirse la naturaleza de recurso al llamado para algunos autores aclaración se sentencia, en virtud de la cual la parte puede obtener del juez la de algún concepto o que supla cualquier omisión que contenga una resolución de esta clase, sobre punto discutido en el litigio, aclaración o enmienda que también puede realizarse de oficio, y con las cuales no se trata de impugnar la sentencia, sino de esclarecerla o completarla. 55 Para Ovalle Favela la palabra impugnación proviene del latín impugnatio, acción y efecto del verbo impugnare, el cual significa combatir, contradecir, refutar, luchar contra. En efecto, en el derecho la expresión impugnación tiene un sentido muy amplio: se le utiliza para designar tanto las inconformidades de las partes y demás participantes contra los actos del órgano jurisdiccional, como las 54 55 De Pina. Op. cit., p. 365-367 Idem. http://www.themis.umich.mx/ibd 24 objeciones que se formulan contra actos de las propias partes (la impugnación de documentos). 56 En el derecho procesal, sin embargo, se suele emplear la palabra impugnación para denominar el acto por el cual las partes y los demás legitimados controvierten la validez o la legalidad de los actos procesales del órgano jurisdiccional. Sólo estos actos ---y no los de las partes ni de los terceros--- son objeto de impugnación procesal en sentido estricto. 57 Pueden ser objeto de impugnación procesal los diversos actos del órgano jurisdiccional. Conviene aclarar, sin embargo, que existen algunos actos procesales del órgano jurisdiccional que las leyes declaran inimpugnables, por lo que no pueden ser combatidos. Asimismo, se debe precisar que regularmente los medios de impugnación se dirigen contra las resoluciones judiciales y las comunicaciones procesales, especialmente aquellas que tienen como destinatarios a las partes y los terceros (notificaciones, emplazamientos, citaciones y requerimientos). 58 Pero no sólo los actos procesales del órgano jurisdiccional pueden ser impugnados, sino también sus omisiones. 59 Los medios de impugnación son los procedimientos a través de los cuales las partes y los demás sujetos legitimados controvierten la validez o la legalidad de los actos procesales o las omisiones del órgano jurisdiccional, y solicitan una resolución que anule, revoque o modifique el acto impugnado o que ordene subsanar la omisión. 60 56 Ovalle Favela. Op. cit., p. 326-327 Ovalle Favela. Op. cit., p. 326-327 58 Idem. 59 Idem. 60 Idem. 57 http://www.themis.umich.mx/ibd 25 Los medios de impugnación son procedimientos que regularmente se desarrollan dentro del mismo proceso en el que se emitió el acto impugnado o en el que se incurrió en la omisión. Estos procedimientos se inician con la interposición del medio de impugnación, se desenvuelven a través de diversos actos y terminan con la resolución que sobre el acto o la omisión combatida dicte el órgano jurisdiccional que conozca de la impugnación. 61 Para el ilustre profesor Gómez Lara, en todo proceso existe un principio general de impugnación, o sea que las partes deben contar con los medios para combatir las resoluciones de los tribunales, si éstas son incorrectas, ilegales, equivocadas o irregulares o pronunciadas sin apego a derecho. Por regla general, en todo proceso existe un principio de impugnación, incluso en aquellos carentes de recursos reglamentados, ya que es muy difícil encontrar un proceso que no admita un medio de impugnación. 62 Toda impugnación se basa en la falibilidad humana; es decir, los actos del hombre están siempre expuestos a caer o a incurrir en equivocaciones y en injusticias. Esta puede ser considerada la razón justificativa de la impugnación. 63 Otra observación que consideramos útil es que la teoría de la impugnación debe presentar un enfoque unitario, al menos en lo procesal, lo que nos permite advertir que los actos de impugnación como resistencia a una resolución de autoridad rebasan el límite de lo meramente procesal. Puede, pues, pensarse en una impugnación extra o metaprocesal, como aquella que intenta el particular frente a los actos de la administración pública que no son actos de tipo jurisdiccional. 64 61 Ovalle Favela. Op. cit., p. 326-327 Gómez Lara. Op. cit., p. 335-336 63 Idem. 64 Idem. 62 http://www.themis.umich.mx/ibd 26 Carnelutti refiere que el régimen del proceso está dispuesto, por lo menos teóricamente, ya que no siempre del mejor modo posible, indudablemente en forma idónea para garantizar contra ese riesgo; Sin embargo, la ley misma reconoce su gravedad y dispone un medio especial para combatirlo. A ello provee un instituto al que la ciencia del proceso ha dado el nombre de impugnación. 65 El principio de la impugnación es muy simple; en efecto, se trata de volver a juzgar. ¿Cómo se verifica la exactitud de una operación aritmética? Se la vuelve a hacer otra vez; y sino basta una vez, dos, tres veces seguidas: si el resultado no cambia, se adquiere, si no propiamente la certeza, sí por lo menos una razonable persuasión de que no ha habido equivocación. De igual modo se procede para verificar la justicia de la decisión. 66 4.2 Diferencia entre medios de impugnación y recursos. El marcar o pretender señalar diferencias de términos del orden jurídico, en este caso, impugnación y recurso, representa desde luego un análisis semántico, pero en esta ocasión, más que preocupación en cuanto al origen de su terminología, es llevar a cabo una distinción en el orden práctico dentro del ejercicio profesional, donde con mucha facilidad y desconocimiento de su significado se utilizan de manera sinónima en las diferentes gestiones que se realizan al interior de los juzgados. Para llevar a cabo la contrastación entre ambos términos, es necesario recurrir a algunas definiciones proporcionadas al respecto, don Eduardo Pallares nos indica que debemos entender por impugnación ---al acto por el cual se exige del órgano jurisdiccional la resolución o revocación de una resolución judicial, que no siendo nula o anulable, es sin embargo, violatoria de la ley y, por tanto, injusta--. Para el propio Don Eduardo Pallares los recursos son medios de impugnación que otorga la ley a las partes y a los terceros para que obtengan, mediante ellos, 65 66 CARNELUTTI, Francesco. Cómo se hace un Proceso. Ed. Colofón. 7ª edición, 2004. p. 101 Idem. http://www.themis.umich.mx/ibd 27 la revocación o modificación de una resolución judicial sea ésta auto o decreto. Excepcionalmente, el recurso tiene por objeto nulificar la resolución o la instancia misma. 67 De Pina y Castillo Larrañaga, refieren que los recursos son los medios más frecuentes por virtud de los cuales se procede a la impugnación de las resoluciones judiciales, pero no los únicos. Cuando se hace referencia a los recursos, no se agotan todos los medios posibles de impugnar las resoluciones judiciales. Los recursos son medios de impugnación de las resoluciones judiciales, pero no todos los medios de impugnación son recursos. 68 El profesor Cipriano Gómez Lara realiza una distinción entre recurso y medio de impugnación. Todo recurso es, en realidad, un medio de impugnación; contrariamente, existen medios de impugnación que no son recursos. Esto significa, pues, que el medio de impugnación es el género y el recurso es la especie. El recurso técnicamente es un medio de impugnación intraprocesal, en el sentido de que vive y se da dentro del seno mismo del proceso, ya sea como un reexamen parcial de ciertas cuestiones o como una segunda etapa, o segunda instancia, del mismo proceso. 69 Por el contrario, pueden existir medios de impugnación extra o metaprocesales, entendido esto en el sentido de que están dentro del proceso primario ni forman parte de él. Estos medios de impugnación pueden ser considerados extraordinarios y frecuentemente dan lugar a nuevos o ulteriores procesos. En el sistema procesal mexicano serían recursos la apelación, la revocación y la queja, que están reglamentados y se dan dentro del proceso común y corriente. Ahora bien, el juicio de amparo es un medio característico de impugnación, porque no es parte del proceso primario, sino que es un proceso 67 PALLARES, Eduardo. Diccionario de Derecho Procesal Civil. Ed. Porrúa. 10ª edición, México 1977. p. 404 68 De Pina. Op. cit., p. 365 69 Gómez Lara. Op. cit., p. 338 http://www.themis.umich.mx/ibd 28 específico impugnativo, por cuyo medio se combate una resolución definitiva dictada en un anterior y distinto proceso. 70 La Enciclopedia Encarta lleva a cabo una diferenciación cuando se refiere al Recurso de amparo ---su naturaleza jurídica depende de quién tenga que conocer en cada caso concreto este recurso, ya que se divide en dos cuestiones muy importantes. La primera tiene que ver con el recurso contra los actos del poder legislativo lesivos de los derechos fundamentales, de los que el Tribunal o Corte Constitucional ha de conocer en primera y única instancia. La segunda se relaciona con la obligación de agotar la vía judicial previa en los recursos de amparo contra los actos del poder ejecutivo y del judicial. La cuestión, pues, es ver si en verdad se recurre ante una instancia superior o no, si se revisa una actuación anterior, en cuyo caso puede constituir un verdadero instrumento de impugnación--. 71 Después de haber presentado un panorama bastante amplio de las opiniones acerca de la impugnación y los recursos, existe gran coincidencia en los autores acerca de la esencia de los mismos, que siempre buscan un juicio o razonamiento diferente por el superior jerárquico, al considerarse vulnerado algún derecho en el orden formal o sustantivo. En opinión personal, el recurso es propiamente el acto de manifestar el desacuerdo con una resolución dictada por una autoridad, independientemente de la situación que le de origen; la impugnación, en consecuencia, será el medio de llevar a cabo la inconformidad contra la decisión judicial. 70 Gómez Lara. Op. cit., p. 338 71 Enciclopedia Microsoft Encarta 2003. “Recurso de amparo”. http://www.themis.umich.mx/ibd 29 Aspecto que es coincidente con lo que propone el distinguido profesor Cipriano Gómez Lara, al referir que el medio de impugnación es el género y el recurso es la especie. 72 Finalmente, la flexibilidad de nuestro lenguaje nos permite entender que no existe una diferencia substancial al respecto, ya que en la práctica cotidiana por costumbre o de manera equivocada suelen utilizarse de manera semejante. Tal es el caso en Michoacán, en el Código de Procedimientos Civiles hasta antes de su reforma en el 2004, que hacia referencia “De los Recursos”, en el cual de manera específica la “apelación”, donde solamente se interponía haciendo mención al mismo y contra la resolución recurrida; siendo hasta la Segunda Instancia donde realmente se llevaba a cabo propiamente la impugnación con la expresión de agravios. Sin embargo, lo correcto sería utilizar propiamente los términos para evitar situaciones contrarias a su significación. 4.3. Clasificación de los recursos. Sobre el particular, aparte de mencionar la basta literatura jurídica que existe debido a las diversas opiniones de autores nacionales y extranjeros que pronuncian al respecto, sobre conviene desentrañar el por qué de una taxonomía de recursos horizontales y verticales en los ordenamientos jurídicos, de manera especial en la legislación adjetiva civil de Michoacán, que será la parte nuclear del estudio. En cuanto a éste tópico es muy ilustrativo el comentario realizado en el tema anterior, ya que haremos uso del término “recurso” para realizar la clasificación correspondiente, ya que la impugnación pudiera darse dentro del proceso con un sentido diferente, tal es el caso de la aclaración de sentencia, tachas, objeciones, admisión de pruebas, etc., que son medios de atacar 72 Gómez Lara. Op. cit., p. 338 http://www.themis.umich.mx/ibd 30 actuaciones de las partes o de la propia autoridad sobre las que recayó un proveído en el desarrollo del conflicto de intereses. De Pina atendiendo a su regulación y especificación en los ordenamientos jurídicos, al señalar que los recursos judiciales se dividen en ordinarios y extraordinarios. Los ordinarios entregan en toda su integridad a la actividad del órgano jurisdiccional que ha de resolverlos, la cuestión litigiosa. Los extraordinarios versan sobre la cuestión del derecho (casación) o de hecho (revisión) y han de fundamentarse en motivos específicos, determinados para cada clase, previamente, en la ley. 73 ALCALA ZAMORA citado por Rafael de Pina, creemos que realizó una categorización de recursos intraprocesales y metaprocesales, pues entiende que la clasificación de los recursos judiciales debe ser tripartita y no bipartita. En su opinión, los recursos judiciales pueden clasificarse en ordinarios ---que se presentan como medios normales de impugnación---, extraordinarios ---que han de basarse necesariamente en motivos específicos señalados por el legislador---, y excepcionales. Para el reconocimiento de los recursos excepcionales tiene en cuenta “la línea divisoria marcada por la institución ante la que se detienen las otras categorías, o sea, la cosa juzgada, y el que “al existir recursos extraordinarios, distintos de la revisión, hay que caracterizar a ésta como excepcional”. 74 El profesor Ovalle Favela de manera estructural o de gradación, clasifica los medios de impugnación tomando en cuenta dos criterios: a) la identidad o diversidad entre el órgano que emitió el acto impugnado y el que decidirá la impugnación, b) los poderes atribuidos al juzgador que debe resolver la impugnación. 75 73 De Pina. Op. cit., p. 368 Ibidem, p. 369 75 Ovalle Favela. Op. cit. 331 74 http://www.themis.umich.mx/ibd 31 1. De acuerdo con el primer criterio, los medios de impugnación se clasifican en verticales y horizontales, según las gráficas expresiones de Guasp. (Derecho Procesal civil. t. segundo, 4a. ed., Civitas, Madrid, 1998, pp. 554 y 555). Los medios de impugnación son verticales cuando el tribunal que debe resolver la impugnación (el tribunal ad quem) es un órgano distinto y de grado superior al que emitió el acto impugnado (juez a quo). A los medios de impugnación verticales también se les llama devolutivos, ya que anteriormente se consideraba que, por la interposición y admisión de estos medios de impugnación, el juez a quo devolvía la jurisdicción al tribunal ad quem. Es evidente que la jurisdicción no se devuelve como si fuese un bien mueble. Tanto el juez a quo como el tribunal ad quem tienen su propio jurisdicción, pero diferente competencia por razón del grado. 76 El ejemplo típico de un medio de impugnación vertical es el recurso de apelación, a través del cual una parte o ambas, solicitan al tribunal de segundo grado o instancia (tribunal ad quem) la revisión de una resolución dictada por el juez de primera instancia (juez a quo) para que la modifique o revoque. La revisión se limita, por regla general, a los agravios expresados por el apelante. Al recurso de apelación también se le llama recurso de alzada, precisamente porque a través de este recurso el conocimiento del proceso se eleva, se alza, al tribunal de grado superior. 77 Los medios de impugnación son horizontales cuando quien los resuelve es el mismo juzgador que emitió el acto impugnado. A esta clase de medios de impugnación –en los que no se da la diversidad entre el órgano responsable del acto impugnado y el órgano que resuelve la impugnación—también se les llama no devolutivos o remedios, ya que permiten al juzgador que llevó a cabo el acto impugnado enmendar o corregir, por si mismo (remediar), los errores que se haya cometido. El recurso de revocación tiene carácter horizontal, en virtud de que es 76 77 Idem. Idem. http://www.themis.umich.mx/ibd 32 un medio para impugnar una resolución dictada por el mismo juez que va a resolver el recurso. 78 2. De acuerdo con el segundo criterio, los medios de impugnación pueden clasificarse en de anulación, de sustitución y de control. A través de los medios impugnativos de anulación, el juzgador que conoce de la impugnación no puede decidir sobre la nulidad o validez del acto impugnado. Este tipo de medios de impugnación se basa en el análisis de los argumentos sobre errores in procedendo, de actividad o de procedimiento expresados por el impugnador. Si el juzgador declara la nulidad, el acto o procedimiento impugnados perderán su eficacia jurídica; pero los nuevos actos sólo podrán ser realizados por el propio juzgador o autoridad que emitió los anulados. Son ejemplos de medios de anulación el incidente de nulidad de actuaciones, el recurso de reposición en el proceso penal y el juicio de nulidad fiscal. 79 En cambio, en los medios impugnativos de sustitución el juzgador que conoce y resuelve la impugnación se coloca en la misma situación del juzgador que emitió el acto impugnado, lo viene a sustituir, por lo que puede confirmar, revocar o modificar dicho acto. En estos medios de impugnación se estudian los argumentos sobre errores in iudicando, de juicio o de fondo, o sobre un juicio erróneo sobre los hechos. Ejemplo de esta clase de medios de impugnación es el recurso de apelación. 80 Por último, en los medios de control –que normalmente son verticales—el tribunal ad quem no invalida ni convalida el acto impugnado, ni lo confirma, revoca o modifica, sino que se limita a resolver si dicho acto debe aplicarse; o si la omisión debe subsanarse. Este último caso es el del recurso de queja en el 78 Ovalle Favela. Op. cit. p. 332 Idem. 80 Ibidem. 79 http://www.themis.umich.mx/ibd 33 procedimiento penal y de la excitativa de justicia en los procesos fiscal y agrario, a los que hemos hecho referencia. 81 En la búsqueda de una diversa opinión en lo que ve a la clasificación de los recursos, para una mejor contrastación, haremos referencia por último a la que propone el profesor Carlos Arellano García, cuando dice, clasificaremos a los recursos desde diferentes puntos de vista: 82 A) Desde el punto de vista del órgano jurisdiccional que conoce de los recursos, podemos determinar que existen dos clases de recursos, aquellos que se ventilan ante el propio órgano que emitió la resolución como ocurre con la aclaración se sentencia, la revocación y la reposición. Frente a ellos están los recursos que se tramitan y resuelven ante órgano distinto, superior jerárquico, como ocurre con la apelación ordinaria, la apelación extraordinaria, la queja, la responsabilidad y la revisión oficiosa. B) Desde el punto de vista de la seriedad con que se formulen los recursos, éstos pueden ser frívolos o serios. Son recursos frívolos aquellos que se interponen por ligereza de la parte recurrente, sin tener razones verdaderas para hacerlos valer o por tener razones ilegales para provocar dilaciones injustificadas. Son recursos serios aquéllos que entrañan en el recurrente una posición no censurable puesto que, aunque el tema del recurso sea debatido, la solidez de los argumentos y la ausencia de un ánimo dilatorio, no dejan lugar a sospechar una actuación indebida en el recurrente. 81 82 Idem. ARELLANO GARCIA, Carlos. Derecho Procesal Civil. Ed. Porrúa. México 2003, p. 525-528 http://www.themis.umich.mx/ibd 34 C) Desde el punto de vista de la elección del recurso idóneo, según las reglas procesales de procedencia del recurso los recursos pueden ser considerados como procedentes o como improcedentes. Un recurso es improcedente cuando se ha hecho valer contra una resolución impugnable con un medio de impugnación. En cambio, un recurso se considera procedente cuando el recurrente ha escogido como recurso el establecido por el legislador para combatir la resolución de que se trate. D) En cuanto a la interposición en tiempo de un recurso, los recursos pueden ser oportunos y extemporáneos. Es recurso oportuno aquél que ha sido interpuesto dentro del término concedido por el legislador para su instauración. Será extemporáneo aquél recurso que ha sido presentado después de concluido el término establecido por el legislador para la interposición de ese recurso. E) Por lo que hace a la operancia de los agravios que se hayan hecho valer contra la resolución combatida, los recursos pueden ser fundados o infundados. Un recurso es fundado cuando los preceptos legales que invoca el recurrente, como violados en la expresión de agravios, las partes referidas de la sentencia recurrida y los motivos de violación invocados, conducen a considerar que la violación existe produciéndose una modificación o revocación de la sentencia impugnada. http://www.themis.umich.mx/ibd 35 El recurso es infundado cuando los elementos aportados por el recurrente no son suficientes para concluir que haya alguna necesidad de alterar la sentencia o resolución impugnada. F) En lo que atañe a que se mantenga actualizado el recurso por estar vigentes los motivos de interposición del recurso, da lugar a que los recursos puedan clasificarse en desiertos o sin materia y recursos con materia. Son recursos desiertos o sin materia aquellos en los que no podrá decidirse de fondo porque no se hicieron valer los agravios o porque hubo desistimiento del recurso. Son recursos con materia aquéllos en los que se han formulado agravios aunque no hayan sido contestados éstos. También tienen materia los recursos en los que ha habido desistimiento de parte. G) En cuanto a la instancia de parte, los recursos pueden ser oficiosos cuando no se requiere la persona del recurrente. En cambio, son recursos a instancia de parte aquellos en los que se requiere que un interesado interponga el recurso. En nuestro sistema procesal del Distrito Federal, la aclaración de sentencia y la revisión forzosa son recursos oficiosos, mientras que los demás son a instancia de parte. H) En lo que se refiere a la procedencia normal del recurso o a la procedencia insólita cuando se producen circunstancias muy anómalas, los recursos pueden ser ordinarios o extraordinarios. En el Derecho vigente mexicano, en el Distrito Federal, existe la apelación ordinaria y la apelación extraordinaria. Sostiene el distinguido maestro Rafael de Pina como concepto de recurso extraordinario: “Medio de impugnación que sólo puede ser utilizado en casos concretos y determinados y que requiere ser fundado en motivos taxativamente predeterminados, derivados de error de derecho o de hecho que el recurrente http://www.themis.umich.mx/ibd 36 considere que el órgano jurisdiccional ha cometido en la resolución que constituye su objeto. Sobre la clasificación de los recursos ordinarios y extraordinarios, nos ilustra el maestro Eduardo Pallares: “Esta división depende de las diversas especies de recursos que en cada legislación se establecen. En la nuestra, son recursos ordinarios aquéllos que se interponen contra una sentencia que no ha causado ejecutoria, mientras que en los extraordinarios acontece lo contrario. Figuran en primer grupo los recursos de revocación, apelación y queja, y en el segundo grupo el de apelación extraordinaria.” I) Desde el punto de vista del fin que persiguen los recursos éstos pueden ser objetivos o subjetivos. Son objetivos los que se enderezan única y exclusivamente en contra del contenido de la resolución combatida para propender a la obtención de su modificación o revocación. En cambio, son subjetivos los que se encauzan en contra del órgano jurisdiccional como los recursos de queja y de responsabilidad. J) En cuanto al alcance de las facultades revisoras los recursos pueden ser limitados o ilimitados. Son recursos limitados aquéllos que no podrán examinar la resolución recurrida más que a la luz de los agravios que en contra de ellas se hagan valer. Son recursos ilimitados aquéllos que pudieran otorgar al órgano jurisdiccional la facultad de revisar todo lo actuado para mantener o alterar la resolución recurrida o la resolución sujeta a revisión. La apelación y la revocación son recursos limitados, mientras que la revisión forzosa es ilimitada. http://www.themis.umich.mx/ibd 37 K) En lo que atañe a la suspensión de los efectos de la resolución recurrida, los recursos pueden ser suspensivos o no suspensivos. Serán suspensivos cuando en virtud de su interposición se detenta el deber de cumplir o la posibilidad de ejecutar la sentencia, mientras que serán no paralizantes aquellos recursos que se tramitarán y decidirán sin perjuicio de que en ínter se cumpla o se ejecute la sentencia. L) Los recursos pueden ser principales o accesorios. Son principales aquéllos recursos que se interponen con autonomía de otros recursos interpuestos. Es irrelevante para ellos que haya o no interpuesto algún otro recurso. Son accesorios los recursos que dependen de otros. Así sucede con la apelación adhesiva. Si la parte a la que la sentencia le es desfavorable se desiste de su recurso o no expresa agravios, la apelación adhesiva deja de existir pues, su interposición y su resultado está vinculado a la apelación anterior. Después de las clasificaciones propuestas de los recursos, en nuestra opinión, todas ellas son correctas e ilustrativas, pero trascendentes en una época histórica determinada, aunque se desprendan de la interpretación de los ordenamientos jurídicos nacionales y extranjeros, que desde nos permitirán reducir poco a poco el espectro normativo. Si bien es cierto que los recursos son los instrumentos que nos permiten combatir las resoluciones, ya sean de fondo o forma, cuando se considera de manera subjetiva haber recibido un agravio por la vulneración de una disposición por su falta o indebida aplicación, se hace necesario hace uso de los mecanismos que el legislador ha considerado necesarios y justos. Actualmente, creemos urgente una reestructuración de los recursos en los ordenamientos estatales, en los que no se hiciese denominación alguna, simplemente el interés de la parte afectada de hacerlo valer oportunamente, precisando únicamente el tipo de resolución que se recurre, para con ellos http://www.themis.umich.mx/ibd 38 determinar si se trata de un recurso vertical u horizontal, aunque la verdad, todos deberían ser resueltos por la superioridad, que son propiamente los tribunales creados para tal fin. El distinguido profesor colombiano Jairo Parra señala: “El sistema de los medios de impugnación ha sido reordenado y simplificado: abolida la distinción escolástica entre medios ordinarios y medios extraordinarios… La tendencia general del código a reforzar la autoridad del juez y hacer más rápido el curso del procedimiento, impugnaciones, en el se sentido manifiesta de limitar también el en número el de campo las de las sentencia impugnables…”. 83 4. 4 El recurso de apelación. Hablar de apelación es hacer referencia a uno de los recursos más comunes que contemplan los ordenamientos adjetivos civiles de los estados, pero principalmente es un mecanismo o instrumento que se viene arrastrando desde la época romana, y posteriormente, en el derecho español, para combatir las resoluciones de las autoridades judiciales, en este caso, la de los jueces de primera instancia, por consecuencia, de bastante trascendencia en algunos casos cuando realmente en la práctica cotidiana se interpone por la creencia fundada de de injusticia por alguna omisión, vulneración por indebida o falta de aplicación de una disposición normativa llevando su conocimiento a la superioridad, entonces se hace necesario comentar algunas de las opiniones vertidas por expertos de la materia como es el caso de don Eduardo Pallares al señalar que el recurso de la apelación ---es el que se interpone ante el juez de primera instancia para que el tribunal de segunda modifique o revoque la resolución contra la cual se hace valer--. 84 83 PARRA QUIJANO, Jairo. Racionalidad e ideología en las pruebas de oficio. Ed. Temis S. A. BogatáColombia 2004. p. 213 84 PALLARES, Op. cit. p. 85 http://www.themis.umich.mx/ibd 39 En el interés de precisar un poco mejor la noción del recurso de apelación, atenderemos a la opinión de Rafael de Pina que nos dice ---la apelación es el más importante de los recursos judiciales ordinarios. Mediante este recurso, la parte vencida en la primera instancia obtiene un nuevo examen y fallo de la cuestión debatida por un órgano jurisdiccional distinto, que en la organización judicial moderna es jerárquicamente superior al que dictó la resolución recurrida (tribunal de segunda instancia). Por medio de este recurso, el juicio pasa de la primera a la segunda instancia, sin que después de ésta, en el derecho mexicano, quepa ninguna otra, si bien la sentencia recaída en apelación puede ser impugnada, utilizando el juicio de amparo. 85 Siguiendo el estudio del recurso de apelación conviene citar a Eduardo J. Couture que al respecto señala ---La apelación, o alzada, es el recurso concedido a un litigante que ha sufrido agravio por la sentencia del juez inferior, para reclamar de ella y obtener su revocación por el juez superior---. Distingue en este concepto tres elementos. Por un lado el objeto mismo de la apelación, o sea el agravio y su necesidad de reparación por acto del superior. El acto provocatorio del apelante no supone, como se verá, que la sentencia sea verdaderamente injusta: basta con que él la considere tal, para que el recurso sea otorgado y surja la segunda instancia. El objeto es, en consecuencia, la operación de revisión a cargo del superior, sobre la justicia e injustita de la sentencia apelada. 86 Los sujetos de la apelación. Este punto tiene por objeto determinar quienes pueden deducir recurso, y quienes no pueden deducirlo; en términos técnicos, quiénes tienen legitimación procesal en la apelación. El recurso interpuesto por quien carece de legitimación no surte efectos, ya que, como acaba de verse, la apelación sólo funciona a propuesta de parte legítima. 87 85 De Pina. Op. cit., p. 373 Couture. Op. cit., p. 286-287 87 Couture. Op. cit., p.287 86 http://www.themis.umich.mx/ibd 40 En último término, los efectos de la apelación. Interpuesto el recurso se produce la inmediata sumisión del asunto al juez superior (efecto devolutivo). Pero en la previsión natural de que la nueva sentencia pudiera ser revocatoria de la anterior, normalmente se suspenden (efecto suspensivo) los efectos de la sentencia recurrida. El problema de los efectos de la apelación trae aparejada, también, la cuestión ya examinada de saber cual es la condición jurídica de la sentencia recurrida, en el tiempo que media entre la interposición del recurso y su decisión por el superior. 88 Para Carlos Arellano García la apelación ---es uno de los recursos concedidos por el legislador a las partes, a los terceros y a los demás interesados, para impugnar ante el superior las resoluciones jurisdiccionales del inferior, que el propio legislador fije como impugnables. 89 Para Francesco Carnelutti la apelación “se hace para corregir los errores eventualmente cometidos por la primera decisión. El mismo nombre de apelación (de apellare, llamar) alude al hecho de dirigirse la parte a otro juez a fin de que juzgue mejor que el juez que ha juzgado ya. 90 Lógicamente, cualesquiera que sean los errores que el juez a quo pueda haber cometido, el juez ad quem, y puesto que, como se dijo, basta la impugnación para quitar valor de cosa juzgada a la decisión impugnada tiene la vía libre para hacer lo que habría podido y debido hacer el primer juez; y así decidir según justicia. 91 Otro gran conocedor de la materia Giuseppe Chiovenda nos dice que --- en virtud de la apelación, la causa fallada por el juez inferior es traída al juez superior. 88 Couture. Op. cit., p. 287 ARELLANO GARCIA, Op. cit. p. 537 90 CARNELUTTI, Francesco. Derecho Procesal Civil y Penal. Colección de Clásicos del Derecho. p. 147 91 Ibidem, p. 147 89 http://www.themis.umich.mx/ibd 41 Este tiene el mismo conocimiento pleno del negocio que el primer juez; esto es, examina la causa desde dos aspectos que pudieron ser objeto de examen por parte del primero. El conocimiento del segundo juez tiene por objeto, aparente e inmediato, la sentencia de primer grado, que deberá ser declarada justa o injusta en hecho y en derecho; pero en realidad tiene por objeto la relación decidida, sobre el cual el segundo juez ha de resolver ex novo, basándose en todo el material reunido. 92 Por último, citaremos la definición que se hace del recurso de apelación diciendo que es la petición que realiza una de las partes del proceso, solicitando el nuevo examen de un asunto sobre el que ya ha recaído una resolución que le resulta perjudicial y que pretende sea sustituida por otra. En el recurso de apelación se impugna una sentencia ante el juez superior jerárquico del que dictó la decisión impugnada, característica por la cual se califica a este recurso de «devolutivo». La decisión que el tribunal ante quien se recurre (llamado juez ad quem) adopte, sustituye a la anterior que se apeló (dictada por el juez a quo). Con el recurso de apelación se abre la llamada segunda instancia, en la que se permite que la materia en litigio vuelva a ser examinada, pese a existir ya una sentencia definitiva, por un tribunal superior al que se supone más experimentado y que es en general colegiado. 93 Después del cúmulo de opiniones vertidas acerca del significado del recurso de apelación, creemos que todas con algunas diferencias mínimas, son coincidentes en señalar que se trata propiamente de un instrumento que permite a todos involucrados en un proceso o cuasiproceso acudir a una instancia superior para la revisión de una resolución judicial que se considera injusta y que requiere forzosamente de un nuevo análisis. CHIOVENDA, Giuseppe. Curso de Derecho Procesal Civil. Biblioteca Clásicos del Derecho Procesal, Volumen 4, edit. Harla 1997, Traducción de Enrique Figueroa Alfonso, p. 523 93 Enciclopedia Microsoft Encarta 2004. 92 http://www.themis.umich.mx/ibd 42 El recurso de apelación lo considero como una medida sana implementada en su momento por el legislador para responder a las necesidades de los contendientes en un conflicto de intereses, de poder recurrir una determinación judicial a través de este medio cuando se considera que causa agravio o perjuicio a una de las partes. Pero más allá de estas apreciaciones, el mecanismo está encaminado a subsanar algunas deficiencias de los juzgadores al momento de resolver debido a la falibilidad humana, en virtud a que el ser humano independiente de su investidura judicial, es una persona que tuvo una formación en principios vigentes en una época determinada, que desde luego no deberían influir en su ánimo al momento de pronunciar una resolución judicial, pero influyen dando lugar a una apreciación a lo mejor diferente o muy radical de una disposición normativa. Hasta estos momentos a pesar de la gran cantidad de literatura que existe al respecto, el recurso de apelación ha tenido una evolución lenta, porque considero que es el instrumento por excelencia para combatir las resoluciones judiciales, definitivas o de fondo en un proceso, sin que sea necesaria alguna innovación respecto a su desenvolvimiento. Sin embargo, en la práctica cotidiana se abusa de su utilidad al tratar de combatir nuestras propias deficiencias en el desconocimiento del propio derecho, al acudir a la apelación para combatir cualquier resolución contraria a nuestros intereses no contraria al orden jurídico ni a la subjetividad del juzgador, pues tratamos de ocultar nuestra incapacidad, cuando lo correcto es reconocer la capacidad del juzgador y del colitigante, para poder hasta cierto punto, dignificar nuestra profesión evitando que sean los propios tribunales de alzada los que resuelvan nuestra incompetencia, salvo casos excepcionales, donde realmente se requiere de la intervención del superior jerárquico. http://www.themis.umich.mx/ibd 43 V.- De Los Terminos Y El Recurso De Apelación En El Codigo De Procedimientos Civiles. 5.1. Los términos y su regulación en Michoacán. El tiempo en el proceso es un factor de importancia decisiva, es indudable que debe ser tenido muy en cuenta al regular las actividades en que la función jurisdiccional se desenvuelve. El tiempo que dura el proceso se mide en plazos y términos. La palabra término, en su acepción forense, según Kisch citado por De Pina y Castillo Larrañaga 94 , el espacio de tiempo que se concede para evacuar un acto o diligencia judicial, considerándose como sinónimo de plazo. Kisch distingue entre término y plazo. Término, según él, es el espacio de tiempo que se fija para la realización de una actividad conjunta de tribunal con las partes o con otras personas, v.gr., los testigos o peritos; plazo, el espacio de tiempo que generalmente se fija para la ejecución de actos procesales unilaterales, es decir, para actividades de las partes fuera de las vistas, v.gr., la interposición de un recurso. 95 En cuanto a los conceptos de términos y plazo el profesor Cipriano Gómez Lara, 96 señala que existe gran confusión al respecto y muchos códigos y autores emplean mal estos vocablos. Así, se habla en muchos casos de términos, cuando en realidad la ley y los autores quieren referirse a plazos. Nos dice Briceño, citando a Guasp, {…} término es el momento en que debe realizarse un determinado acto procesal; plazo el espacio de tiempo en el que debe realizarse {…} lo importante en el concepto del término, es que haya conexión, que su unidad conceptual produzca instantaneidad jurídica {…} el término es algo más 94 De Pina. Op. cit., p. 228 Idem. 96 Gómez Lara, Op. cit., p. 250 95 http://www.themis.umich.mx/ibd 44 que la coincidencia entre el tiempo astronómico y el acto {…} todo plazo tiene, pues, un momento a quo y otro a quem, uno marca el principio y otro que señala la meta. De lo anterior, el profesor Cipriano Gómez Lara 97 concluye que, en rigor, cuando las leyes hablan de términos en la mayoría de los casos se refieren a términos, a lapsos en los cuales es oportuna y procedente la realización de determinados actos procesales. Por el contrario, el término en sentido estricto es el momento preciso señalado para la realización de un acto. Por ello, con todo acierto se ha dicho que el cómputo sólo es referible a los plazos y que los términos sólo son susceptibles de fijación o señalamiento. En un enfoque de naturaleza procesal, después de haber analizado la polémica terminológica suscitada entre los insignes procesalistas como Alsina, Couture, Pallares, Gómez Lara, Alcala-Zamora, entre otros, Carlos Arellano García, 98 estima que el término o plazo procesal es el tiempo de que dispone una parte, un órgano jurisdiccional o un tercero, para ejercitar derechos o cumplir obligaciones, con oportunidad, dentro de cualquiera de las etapas en que se divide el proceso. En nuestra opinión, sin cuestionar ni contradecir los criterios aportados por los juristas mencionados, estamos totalmente de acuerdo con el profesor Carlos Arellano García, en utilizar de manera sinónima las palabras término y plazo en el proceso, por la equivalencia entre ambos vocablos, ya que uno y otro están vinculados al tiempo en que las partes en un proceso o procedimiento deben ejecutar sus actuaciones para no verse perjudicados por su inactividad. Sin embargo, es necesario puntualizar que la polémica acerca de la distinción entre término y plazo, está más encaminada a una cuestión de técnica jurídica que una exigencia de orden jurisdiccional en virtud de que en la práctica cotidiana se usan 97 98 Idem. Arellano García, Op. cit. p. 438 http://www.themis.umich.mx/ibd 45 indistintamente sin que ello represente una limitación para el ejercicio de derechos y el cumplimiento de obligaciones. Los términos encuentran su regulación en el Capítulo V, Título Primero del Código de Procedimientos Civiles del Estado 99 de manera general en su artículo 102 que establece >Los términos judiciales empezarán a correr desde el día siguiente hábil a aquel en que se hubiere hecho el emplazamiento, citación o cualquiera otra notificación, y no podrán suspenderse por ningún motivo cuando estuvieren en curso. Se contará en ellos el día del vencimiento, salvo el caso en que la ley disponga expresamente otra cosa<. De la lectura de la disposición transcrita se aprecia claramente que los legisladores participaron de utilizar el vocablo término para referirse al espacio de tiempo en que deberá iniciarse el cómputo de los plazos en el que se desarrollarán las actuaciones judiciales de las partes; además de determinar por regla general que los términos no se pueden suspender, salvo que la ley disponga lo contrario como es el caso del artículo 407 del cuerpo de leyes en comento. 5.2. Los recursos en el Código de Procedimientos Civiles para el Estado. En capítulos anteriores hicimos referencia a los medios de impugnación (género) y los recursos (especie) a través de los cuales se pueden combatir las decisiones judiciales por situaciones intrínsecas o extrínsecas. Los recursos para De Pina y Castillo Larrañaga >son los medios más frecuentes por virtud de los cuales se procede a la impugnación de las resoluciones judiciales; pero no lo únicos. Cuando se hace referencia a los recursos, no se agotan todos los medios posibles de impugnar las resoluciones 99 Cuadernos Michoacanos de Derecho. ABC Editores. Vol. 65 http://www.themis.umich.mx/ibd 46 judiciales. Los recursos son los medios de impugnación de las resoluciones judiciales; pero no todos los medios de impugnación son recursos<. 100 Los recursos regulados por el Código de Procedimientos Civiles del Estado en el Capítulo I, del Título Séptimo, son los siguientes: a) Revocación. b) Apelación. c) Queja. En la mayoría de la literatura procesal, la opinión es generalizada al considerar a la revocación como un recurso horizontal que tiene por propósito la modificación total o parcial de la resolución recurrida por el mismo órgano jurisdiccional que la ha dictado. En Michoacán 101 este medio de impugnación puede pedirse verbalmente en el acto de la notificarse el auto o decreto, o por escrito, dentro del día siguiente al de la notificación, expresando el promovente en ambos casos, las razones en que apoye su pretensión. La queja es el recurso vertical que se interpone cuando el juez se niega a admitir una demanda o desconoce de oficio la personalidad o personería de un litigante antes del emplazamiento y contra la denegación de apelación. El recurso de queja 102 contra el juez se interpondrá ante él, dentro de los tres días siguientes a la notificación de la resolución reclamada. 4.3. La impugnación en los trámites de Jurisdicción Voluntaria. La impugnación responde a la idea de inconformidad en contra de una decisión procesal en la búsqueda de un resultado distinto al obtenido, fundado en dudas en cuanto al fondo del asunto; para dar satisfacción a tal inquietud se establecen 100 De Pina y Castillo Larrañaga. Op. cit. p. 365 Código de Procedimientos Civiles, artículo 689. 102 Idem, art. 732 101 http://www.themis.umich.mx/ibd 47 en el derecho positivo procedimientos especiales en los que se cuestiona el resultado alcanzado de manera primitiva. En nuestro concepto, las resoluciones judiciales dictadas en los trámites de Jurisdicción Voluntaria pueden ser impugnadas a través de los recursos que contempla el Código de Procedimientos Civiles, como son: revocación, apelación y queja. Sin embargo, no es muy común que se combatan las resoluciones dictadas en los trámites de Jurisdicción Voluntaria por la pérdida de tiempo, ya que es más factible iniciar nuevamente el trámite respectivo, salvo que en ocasiones en criterios personales se considera que el acto procesal vulnera cuestiones de fondo, se hace uso del medio de impugnación más común que es la apelación. Aún cuando se discute en la actualidad acerca de su naturaleza, de si debe o no dársele el calificativo de jurisdicción, consideramos conforme a nuestra legislación civil y otras donde encuentra su regulación, que es un procedimiento en el que interviene un órgano jurisdiccional concediendo o negando mediante una decisión judicial la autorización que se solicita, consecuentemente, si se trata de gestiones ante la autoridad judicial, es incuestionable que debe contemplar mecanismos para criticar o contradecir las determinaciones que en sentido adverso de pronuncian, en caso contrario, se dejaría al promoverte en estado de indefensión vulnerando sus derechos fundamentales, por ello, repito que son indispensables los medios de impugnación . 4.4. La apelación en el Código de Procedimientos Civiles para el Estado. Retomando alguno de los conceptos propuestos, diremos que la apelación es un recurso ordinario y vertical, por el cual una de las partes o ambas solicitan al tribunal de alzada un nuevo estudio sobre una resolución dictada por un juez de primera instancia, con el objeto de que el superior jerárquico la modifique o revoque. http://www.themis.umich.mx/ibd 48 En la mayoría de los casos, la apelación es el instrumento más común de impugnación de las sentencias definitivas dictadas por los jueces de origen, que origina una segunda instancia de conocimiento de un conflicto sometido a decisión jurisdiccional. La legislación adjetiva civil de Michoacán en su artículo señala: >Las resoluciones judiciales se clasifican en autos, sentencias interlocutorias y sentencias definitivas. Sentencia definitiva es la que decide el negocio en lo principal, e interlocutoria es la que resuelve un incidente o una competencia; y son autos en cualquier otro caso<. La disposición transcrita nos sugiere en la clasificación que establece, que las resoluciones dictadas en los asuntos de Jurisdicción Voluntaria deben encuadrarse dentro del grupo de las definitivas, ya que aún cuando no se ha determinado su naturaleza jurídica, ni deciden una cuestión controvertida, se pronuncia concediendo o negando la autorización solicitada por el promovente, por ello, es admisible el recurso de apelación conforme a la regla genérica contenida en la fracción I, del artículo 110 del Código de Procedimientos Civiles del Estado. 5.5. El término para la interposición del recurso de apelación en los asuntos de Jurisdicción Voluntaria. Aunque actualmente predomina la tendencia doctrinal de negar el carácter jurisdiccional a los trámites de Jurisdicción Voluntaria, bajo el argumento de considerarla una actividad administrativa; más por atrevimiento que con conocimiento, nos aventuramos a decir que debe dársele el calificativo de jurisdicción mientras se encuentre reconocida en el ordenamiento procesal civil y corresponda a la autoridad judicial conocer de casos específicos, ya que la jurisdicción no se determina por lo que se resuelve sino quien resuelve, en este http://www.themis.umich.mx/ibd 49 caso, la función del juez que no puede considerarse como una actividad administrativa, aún cuando en esta época el término jurisdicción ya no es privativo del Poder Judicial, sino que ha invadido otras ramas del derecho que desde luego se traduce en una perversión e invasión de esferas. Es cierto que aún cuando no se ha determinado la naturaleza de los trámites reconocidos en nuestro Código de Procedimientos Civiles como de Jurisdicción Voluntaria, ello no es indicativo que sus resoluciones deban tener una regulación menor que los autos para la interposición del recurso de apelación de acuerdo con las reglas establecidas en el artículo 110 del ordenamiento referido, que sería de tres días conforme a la fracción IV y segundo párrafo del normativo 1196 del cuerpo de leyes en cita, término que no corresponde a las resoluciones dictadas en los diferentes procedimientos de Jurisdicción Voluntaria, que deben ser consideradas, en cierta forma, como definitivas. VI.- Conclusiones Primera.- Se debe llevar a cabo la reforma del segundo párrafo del artículo 1196 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, para lograr una homogenización con la regla genérica establecida en la fracción I, del normativo 110 del ordenamiento jurídico referido, en virtud de que las resoluciones dictadas en los diferentes procedimientos de Jurisdicción Voluntaria deben ser consideradas, en cierta forma, como definitivas. Segunda.- Es correcto concedérsele el carácter de jurisdiccional a los trámites de Jurisdicción Voluntaria, en virtud de que la jurisdicción no se determina por lo que se resuelve sino quien resuelve, en este caso, la función del juez que no puede considerarse como una actividad administrativa, aún cuando el término jurisdicción ya no es privativo del Poder Judicial. http://www.themis.umich.mx/ibd 50 Tercera.- Mientras el Código de Procedimientos Civiles de Michoacán reconozca los trámites de Jurisdicción Voluntaria y sus gestiones ante la autoridad judicial, es incuestionable que debe contemplar mecanismos de impugnación para criticar o contradecir sus determinaciones, ya que de lo contrario, al promovente se le vulnerarían derechos fundamentales. FUENTES DE INFORMACION ARELLANO GARCIA, Carlos. Derecho Procesal Civil. 10ª Edición. Editorial Porrúa. México 2005 ARELLANO GARCIA, Carlos. Teoría General del Proceso. 5ª. Edición. Editorial Porrúa, México 1995. BECERRA BAUTISTA, José. 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