REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 1 2 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS, SECCIONAL TUNJA FACULTAD DE DERECHO REVISTA DE DERECHO PRINCIPIA IURIS No. 9 Tunja, 2008-1 Principia Iuris Tunja, Colombia No. 9 pp. 1 - 204 Enero Junio 2008 ISSN: 0124-2067 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 3 Entidad Editora Universidad Santo Tomás seccional Tunja Director Dr. Ciro Nolberto Güechá Medina Editor Dr. Diego Mauricio Higuera Jiménez Numero de la revista NUEVE (9) PRIMER SEMESTRE DE 2008 Periodicidad SEMESTRAL ISSN 0124-2067 Dirección postal Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja. Calle 19 # 11-64. Tunja, Boyacá, Colombia. Teléfono (8) 7440404 Ext. 1024 Correo electrónico [email protected] [email protected] Diseñador: Santiago Súarez Corrector de estilo: José Miguel Gaona Traducción de textos Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja. Departamento de Idiomas Anotación: El contenido de los Artículos es responsabilidad exclusiva de sus autores. 4 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 CONSEJO EDITORIAL Fray Carlos Mario Alzate Montes, O.P. Rector Seccional Fray Tiberio Polanía Ramírez, O.P. Vicerrector Académico Fray Erico Juán Macchi Céspedes, O.P. Vicerrector Administrativo y Financiero Fray José Antonio González Corredor, O.P. Decano de División Dr. Ciro Nolberto Güechá Medina Decano de Facultad Dra. Yenny Carolina Ochoa Suárez Secretaria de División Dr. Diego Mauricio Higuera Jiménez Director Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas COMITÉ CIENTÍFICO Ph. D. Juan Antonio García Amado Universidad de León, España Ph. D. Pierre Subra de Bieusses Universidad Paris X, Francia Ph. D. Pablo Guadarrama Universidad Central de las Villas, Cuba Ph. D. Jorge Arenas Salazar Universidad Nacional, Colombia Ph. D. Carlos Mario Molina Betancur Universidad Santo Tomás, Colombia Ph. D. Ricardo Rivero Universidad de Salamanca, España REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 5 COMITÉ EDITORIAL Ph. D. Ciro Nolberto Güechá Medina Universidad Externado, Colombia Ph. D. Nidia Catherine González Universidad Johannes Gutenberg, Alemania Ph. D. Ana Yazmin Torres Torres Universidad Carlos III, España Mg. Germán Bernal Camacho Universidad Flacso, México Mg. Diego Mauricio Higuera Jiménez Universidad Nancy 2, Francia COMITÉ EDITORIAL SECCIONAL Fray Tiberio Polanía Ramírez, O.P Vicerrector Académico Dr. Galo Christian Numpaque Acosta Director Centro de Investigaciones Dra. Andrea Sotelo Carreño Directora Departamento de Comunicaciones y Mercadeo PARES ACADÉMICOS: Fray Faustino Corchuelo Alfaro, O.P. Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja Mg. Alejandra Susana Monteoliva Directora de Posgrados, Pontificia Universidad Javeriana Mg. Fernando Arias García Procuraduría General de la Nacion- Docente Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja Esp. Miguel Angel García Castellanos Juez Penal del Circuito Tunja-Docente Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja Mg. Diego Mauricio Higuera Jiménez Director Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas 6 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 CONTENIDO Editorial ....................................................................................................... 11 Diego Mauricio Higuera Jiménez Sección I. Artículos de producción institucional De la moral heterónoma a una Ética Autónoma ............................................ 21 Róbinson Arí Cárdenas Sierra La Política Transversal de Equidad de Género. Análisis comparado de las herramientas más innovadoras para su implantación ......................... 31 Hugo Fernando Guerrero Sierra Presunciones en Contratación Estatal .......................................................... 47 Jorge Enrique Patiño Rojas Juicio como escenario del Debate Probatorio ................................................ 69 Alfonso Daza González El documento electrónico en la legislación colombiana: ¿Confiable o no en el ejercicio de la actividad comercial? ............................................... 87 Enrique López Camargo La Movilidad y la Educación por Competencias en Colombia ....................... 101 Carlos Mario Molina Betancur Sección II. Tema Central- Del pluralismo jurídico al interior del país. Aporías alrededor del Pluralismo Jurídico: Hacia una configuración del estado del arte y una crítica de sus supuestos conceptuales ................. 117 Paulo Ilich Bacca Benavides Principia Iuris Tunja, Colombia No. 9 pp. 1 - 204 Enero Junio 2008 ISSN: 0124-2067 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 7 ¿Puede la Teoría Poscolonial fortalecer la Teoría Crítica del Derecho? ......... 139 Oscar Andrés López Cortés Sección III. Colaboradores Extranjeros Controverses sûr le contrôle de la constitutionnalité des actes administratifs/ Controversias sobre el control de constitucionalidad de los actos administrativos ........................................................................ 175 Franck Moderne 8 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 CONTENTS Editorial ............................................................................................................. 11 Diego Mauricio Higuera Jiménez Part I. Research articles. Santo Tomás University From the heteronymous morals to the Autonomic Ethics ............................. 21 Róbinson Arí Cárdenas Sierra Transversal politics in gender issues (mainstreaming). Comparative analysis of the most innovative tools for its implementation ......................... 31 Hugo Fernando Guerrero Sierra Presumptions in state contracting ............................................................... 47 Jorge Enrique Patiño Rojas The electronic document in the colombian law ............................................ 69 Enrique López Camargo Prove regime in the colombian criminal procedure ...................................... 87 Alfonso Daza González Mobility and education by competences in Colombia ................................. 101 Carlos Mario Molina Betancur Part II. Central topic - From The juridical pluralism inside the country Contradiction around the Legal Pluralism: Towards a set of state of the art and criticism of its assumptions conceptual ................................ 117 Paulo Ilich Bacca Benavides REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 9 ¿Can the postcolonial theory strengthen the critical theory of law? ........... 139 Oscar Andrés López Cortés Part. III. International guest articles Controversies about the constitutional control of administrative acts .................................................................................... 175 Franck Moderne 10 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 EDITORIAL La academia, en su razón de ser, no basta con ser una transmisora de conocimiento, sino que, a través de la investigación, debe avanzar en el estado del desarrollo intelectual humano para obtener una efectiva contribución al tratamiento de problemas sociales y humanos, así como en la naturaleza; todos los miembros del sistema deben cumplir con su rol, el cual es fundamental en tanto se es parte de un conjunto, la investigación se propone cumplir con una parte del inagotable esfuerzo del proyecto humanista: cohesionar y articular la academia. La investigación y la participación social, deben ser objetivos de todos los desarrollos en la universidad. En coherencia con los principios anteriores y continuando con nuestro proyecto académico-institucional tenemos el gusto de presentar a la comunidad jurídica e intelectual en general, la revista PRINCIPIA IURIS Número Nueve. Esta revista integra los avances investigativos varios trabajos de profesionales, fundamentalmente, de los investigadores de la Universidad Santo Tomás Seccional Tunja, así como también de docentes e investigadores de orden nacional e internacional. Estos estudiosos exponen los avances y resultados sus proyectos investigativos como un esfuerzo por apoyar la producción y valoración del conocimiento socio-jurídico en los niveles regional, nacional e internacional, para contribuir a la solución de los problemas sociales con el máximo de calidad analítica y propositiva. Conforme el formato diseñado, la revista PRINCIPIA IURIS Número Nueve presenta seis Artículos de producción institucional: la obtención de una ética de liberación autonómica tras desarrollarse una moral de cumplimiento a las normas y los valores en desarrollo de la voluntad, es expuesta en las reflexiones del profesor REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 11 Róbinson Cardenas ; por su parte el docente Hugo Fernando Guerrero presenta de forma comparativa varios modelos de desarrollo de la equidad de género, como una política pública transversal, la cual es reconocida pero no aplicada en Colombia; La contratación estatal es analizada por el docente Jorge Enrique Patiño, quien expone las presunciones aplicables a estos actos jurídicos, partiendo de las más generales a las aplicables a toda la administración pública, para llegar a aquellas más específicas en materia de contratación. La conjunción entre el derecho probatorio y el actual sistema procesal penal son abordados por el profesor Alfonso Daza, examinándose la adaptación a este nuevo ordenamiento; El docente López Camargo cuestiona la fiabilidad del documento electrónico en las actividades comerciales en Colombia, anticipándose a la visión probatoria del documento electrónico en el contexto económico universal de conformidad con la legislación vigente; La necesidad de implementar un sistema educativo flexible que permita desarrollar las habilidades y competencias exigidas por la competitividad de la vida moderna son expuestas por el profesor Carlos Mario Molina Betancur. En la sección dedicada al tema central, presentamos con agradecimiento, dos interesantes Artículos de prestigiosos colaboradores nacionales: el profesor Paulo Ilich Bacca Benavides nos ofrece en un escrito humanista y reivindicatorio sus estudios sobre la diversidad de los pueblos, exponiendo las contradicciones, aparentemente insuperables, respecto de la posibilidad de desarrollo del pluralismo jurídico en el contexto colombiano contemporáneo. Por su parte, la Teoría Poscolonial es disertada por el profesor Oscar Andrés López Cortés en un Artículo que examina la posibilidad de esta para fortalecer la teoría crítica del derecho, comparando varios de los desarrollos más interesantes en dicha materia. Con orgullo y agrado presentamos el Artículo de colaboración internacional redactado por profesor emérito de la universidad de París I Franck Moderne, en el cual se exponen las controversias respecto del control de constitucionalidad de los actos administrativos, enfocándolos hacia el derecho público francés contemporáneo desde sus orígenes, hasta llegar a la ampliación de competencias de control del Consejo Constitucional, así como de la Corte Europea de Derechos Humanos. Este Artículo llama la atención de lo internacional en perspetiva de la actualidad en contexto de la comunidad tomasina, a su vez, invitando a todos los nuestros a participar con sus producciones intelectuales en las discusiones académicas de tipo internacional. 12 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 En este momento podemos decir que nos encontramos satisfechos, no como quien ha llegado a su meta, lo cual es cuestionable que sea posible, sino como aquel que se ha esforzado en la búsqueda de sus objetivos, el camino que se ha formado, como fin en sí mismo, nos impulsa a seguir adelante en la profundización de nuestros trabajos y en el mejoramiento de los mismos. Es por esto que la próxima edición de la Revista, cuyo tema central será «la actualidad del derecho público en Colombia», tendrá un espacio dedicado a la investigación formativa, en el cual se publicará los trabajos de grado más destacados entre los estudiantes de los programas de posgrado. A todos los gestores de este proyecto, los profesores investigadores, los colaboradores externos, los comités académicos, administrativos y directivos de nuestra universidad, nuestros sentimientos de profunda gratitud. Esperamos humildemente que esta publicación se acerque a los objetivos aquí plasmados. Diego Higuera Editor REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 13 14 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Sección i: ArtículoS de producción inStitucionAl. pArt i: reSeArch ArticleS. SAnto tomáS univerSity. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 15 16 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 DE LA MORAL HETERÓNOMA A UNA ÉTICA AUTÓNOMA FROM THE HETERONOMOUS MORALS TO THE AUTONOMIC ETHIC Róbinson Arí Cárdenas Sierra** Fecha de recepción: 15-5-08 Fecha de aprobación: 05-06-08 RESUMEN * El presente artículo explora la vida moral, no simplemente como obediencia a normas sin clara conciencia de los valores en juego (heteronomía), sino como cumplimiento del «deber» según la convicción personal, en ejercicio de la libertad (en expresión kantiana, «obrar por deber»), resultado de la formación ética («Ethica docens») orientada a la conquista de la autonomía. PALABRAS CLAVES Moral, heteronomía, valores, libertad, «Ethica docens», autonomía. ABSTRACT: This paper explores morals not as the way by which person obeys rules without clear conscience of values (heteronomy), but rather as the way by which man does his duty putting the stamp of his individual personality on use of liberty (in accord with the kantian distinction, «to act by duty»), as a result of the «Ethica docens», educational ethics aimed at the autonomy’s conquest. KEYWORDS: Morals, heteronomy, values, liberty, «Ethica docens», autonomy. ** * Mg. en Filosofía, Docente – Investigador adscrito al grupo de Investigaciones Socio-Jurídicas USTA Tunja; [email protected]. Artículo de reflexión producto de la línea de Investigación Institucional «Filosofía Política Tomista y Filosofía Política Contemporánea. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 17 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. 1. LA ACCIÓN EN EL ÁMBITO DE LA MORAL Y DEL DERECHO POSITIVO La moral positiva o conjunto de costumbres y pautas colectivas vigentes, que regulan lo que se considera «bueno», constituyen, en su origen, un fenómeno normativo heterónomo, es decir, impuesto a los sujetos desde fuera y desde los intereses suprapersonales. No obstante, cada miembro de la colectividad—solidario con la supervivencia de ésta—deberá asimilar esa moral como asunto personal. El Derecho, como mínimo ético, como producto social y conjunto de normas orientadas a garantizar, limitar y regular los espacios de libertad de cada uno de los individuos que conforman una sociedad, debe ser asumido, igual que en el caso de la moral positiva, como un auténtico asunto personal, de tal modo que sus normas se hagan realmente vinculantes desde la conciencia de los individuos. Por lo pronto, no se discute si la norma que se impone merece el respeto íntimo de quienes la cumplen, pues puede ocurrir que esta exigencia se traduzca en una forma de opresión por parte de la moral o del derecho positivos, cuando funcionan como aparatos de control despóticos al servicio de intereses antisociales o de disvalores 1 de coexistencia. Los filósofos clásicos, como Tomás de Aquino, exigían cumplir el sistema normativo, a no ser que 1 hubiera evidencia de su injusticia o su inhumanidad. Tanto en el derecho como en la moral positiva existe un elemento común que los aproxima: el sujeto que cumple los imperativos normativos heterónomos, bien por convicción, bien por conveniencia externa o por temor. Por supuesto, hay que aclarar que moral y derecho no son lo mismo; empero no puede decirse tampoco de manera tajante que exista entre ellos una completa oposición o divorcio, pues, siguiendo al desaparecido Jusfilósofo Arthur Kaufmann—quien a su vez seguía al Aquinate—: el derecho se ocupa de una parte de la interioridad moral desde el fuero externo (ad alterum), mientras que la moral, se convierte en aquella conciencia que desde su fuero interno (ab agenti) asume la exterioridad (Kaufmann A., 1999, p. 395 y 404). Pongámoslo de esta forma: dos sujetos, dentro de sus respectivos automóviles, frente a un semáforo, son consultados acerca de por qué razón no deberían pasarse la señal roja. El primero, llamémoslo A, respondería que no lo hace «porque el comparendo es muy costoso», y el segundo sujeto, llamémoslo B, diría que «estaría poniendo en riesgo la vida de alguien, además de la propia». En la primera situación se actúa por coacción, sin adhesión al contenido del deber, lo que Kant denominaba actuar tan solo «conforme al deber»(Kant I., «Disvalor»: «Aspecto negativo de un valor» (Dicc. Filosofía José Ferrater Mora) 18 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Róbinson Arí Cárdenas Sierra 1963, p.33 y 34). La norma, en este caso, no es realmente vinculante en la conciencia del individuo, ni desde la perspectiva del derecho, ni mucho menos desde el ángulo de la moral positiva. Como diría Kaufmann, el sujeto respeta las reglas, pero al mismo tiempo puede ser un canalla en sus convicciones Kaufmann Arthur, 1999, p. 394 y 395), de tal forma que si la multa del comparendo fuera mucho menos costosa, «se comería el semáforo», pues en últimas lo que está en juego y prima como última razón es el valor del comparendo. Aquí se trata de una decisión unilateral de una falsa autonomía, egocéntrica y peligrosa para la convivencia. En oposición al sujeto A, el sujeto B deja ver claramente que sí hay una real adhesión a las razones valiosas de la exigencia heterónoma; su actuación se realiza con calidad ética, es decir, «por deber» (Kant I., 1963, p. 33 y 34). 2. GRADUAL INTERIORIZACIÓN DE LA MORAL POSITIVA Y DEL DERECHO Como se ha insistido desde Pedro Abelardo, Tomás de Aquino, Thomasius, Kant, la vida moral —a diferencia --de la vida jurídica— implica que las costumbres y pautas externas sean interiorizadas. De acuerdo con Kant, la vida moral pertenece al «fuero interno» y se espera que el sujeto actúe no sólo «conforme al deber», sino «por 2 deber», asumido autodeterminación propia. como En la vida jurídica, desde la filosofía del derecho de Hegel (Hegel Guillermo, 1968, p. 129 – 141) hasta las escuelas filosóficas del derecho actuales, se ha pretendido establecer la misma afirmación que Kant hace para la vida moral, señalando además que el problema definitivo que debe resolver toda filosofía del derecho, al igual que en el caso de la moral positiva, es establecer cómo la legalidad jurídica se hace realmente vinculante en la conciencia de los individuos (Kaufmann A., 1999, p. 360 y 361). Se da, pues, una tendencia a separar menos los ámbitos de la moral positiva y del derecho, y, al mismo tiempo, se deja ver que lo decisivo de la interiorización en ambos casos depende de un estadio en el que el individuo haya alcanzado realmente plena autonomía moral, la cual sólo se gana progresivamente y en la medida en que se aprende a vivir con los demás de manera opcionalmente alteritiva2. El tomista Jacques Maritain lo propone de este modo: «La verdadera autonomía propia del ser humano es cumplir una ley —la ley de otro— que ha hecho suya con la razón y con el amor» (Maritain J., 1962, p. 147). La alteridad, inclusión de la existencia del otro («alter»), en este contexto, por supuesto, supone un encuentro sensato, donde no se descartan los conflictos, sino que se espera saber vivir en ellos de manera «Alteritivo» de «alteridad»: en relación con el otro, en vez de «alterativo»: que altera o cambia. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 19 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. creativa y constructiva, mediante un proceso de perfeccionamiento que va superando la anomia (todo vale) hasta llegar a la autonomía plena (o madurez moral fundada en el reconocimiento de la jerarquía de valores). Los más conocidos psicólogos de la vida moral, Piaget y Kholberg, describen las etapas de ese gradual paso a la autonomía moral en el desarrollo del niño y del joven: de una situación de anomia (0-6 años) a un «status» de autonomía (13 años en adelante), pasando por etapas de heteronomía (78 años) y socionomía (9-12 años). No sobra aclarar que la autonomía moral no implica abandonar las exigencias de la heteronomía ordenadora. 3. MADURACIÓN DE LA AUTONOMÍA Y MORAL CÍVICA Autonomía no significa romper con las pautas del grupo al que se pertenece, sino hacerse cargo de ellas con lucidez, como garantía de convivencia, como si el sujeto fuera autolegislador y capaz de aplicarlas como autojuez. Y a ese nivel de autonomía moral se llegó muchísimas veces en todos los pueblos, aun sin que existiese el nivel reflexivo ético, que es un invento griego de la época sofistico-socrática, hace más o menos 2.500 años. Es cierto que muchos adultos no alcanzan el nivel de autonomía moral y se quedan como niños en la anomia o en la heteronomía simple (como ocurre con 20 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 el sujeto A frente al semáforo); pero ese es un problema de escaso cociente de «inteligencia moral», típica idiotez moral. No se puede decir que la autonomía moral sólo se alcanzó cuando se inventó el discurso ético como logos crítico de la moral. Muchísimos genios morales perfectamente autónomos, surgieron y surgen viviendo a plenitud su herencia moral colectiva, pues en toda moral existen las motivaciones básicas de toda existencia humana, como distinta de la mera vida zoológica. No olvidar que la moral siempre ha acompañado al hombre mientras la ética es un saber teórico tardío, cultivado por especialistas. La ética es una reflexión valorativa acerca de la moral y por esta razón su existencia tiene la misma duración de la filosofía en general: aproximadamente 25 siglos. Como se menciona en el subtítulo, toda moral debe madurar en autonomía, lo cual supone un afinado, progresivo y potenciado uso de la razón; y esa maduración —desde el punto de vista puramente racional— resulta más exigente hoy que en el pasado. En el pasado, la religión orientó casi todo precepto moral (González L., 1998, p 1). Pero, en la medida en que empieza a evolucionar la modernidad y, con ella, la secularización de toda creencia religiosa, ésta va cediendo terreno al estadio de la razón. Hoy por hoy, nos encontramos en una situación donde los preceptos morales se diversifican y Róbinson Arí Cárdenas Sierra no se justifican sino en el encuentro racional más que en las discusiones religiosas, lo cual puede resultar altamente provechoso para un mundo donde el pluralismo cultural y religioso se imponen, y pueden conducir a situaciones de intolerancia y barbarie. equitativas y más sensibles frente a la miseria y desolación que deben soportar los menos aventajados y marginados de todo marco jurídico, social y económico protectivos, que parecen constituir la mayoría planetaria (más de 3.000.000.000). A esa moral movida desde la razón, suele llamársele también moral cívica, ya que sus orientaciones no se desprenden de creencias religiosas, sino de juicios racionales consensuados que se originan desde cada sujeto para preferir, proponer o decidir, por ejemplo, sobre situaciones compartidas de orden político, religioso o jurídico. Se espera que en este tipo de moral cada individuo sea capaz de actuar «por deber» (de manera autojustificada), lejos de cualquier inclinación ciega, instintiva o fundamentalista (por ceñimiento acrítico a códigos indiscutibles). El discurso de la moral cívica está presente en obras de filósofos como Rawls o Habermas, quienes desde sus ángulos de visión proponen un replanteamiento del papel del derecho y la justicia a partir de una experiencia racional dialógica, elevada al plano de la deliberación colectiva, a fin de proponer un esquema verdaderamente democrático y, por ello, más justo. En esas propuestas, es posible deducir juicios que nos remiten al ejercicio de la moral cívica. Por ejemplo, en la Teoría de la Justicia de John Rawls la idea de pensar la sociedad como una empresa cooperativa en la que cada asociado, a través de un ejercicio racional (teoría de la elección racional), propone elementos para la construcción de una justicia equitativa (sin exclusión) en función de la dignidad de todo ser humano. Todas las morales deben madurar en autonomía, pero tal vez la que más apremia esta maduración es la moral civil o cívica, pues en ella se engastan más fácilmente los principios de la convivencia y desde ella es posible repensar dialécticamente una organización social capaz de minimizar la contradicción y la desgracia humana. Sobre ella se ha disertado abundantemente desde hace algunas décadas, precisamente para analizar y proponer alternativas que permitan desarrollar sociedades más justas, más Habermas, en «Facticidad y Validez», también nos conduce hacia la construcción de una moral civil, cuando al referirse a la estructuración interna de un sistema de derechos pone, como punto de partida, el «mutuo reconocimiento racional» que debe existir entre los individuos, a fin de REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 21 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. alcanzar una organización social verdaderamente justa. La única forma, de acuerdo con Habermas, de establecer claras relaciones entre la facticidad (los hechos sociales) y la validez (firmeza jurídica), es por medio de un encuentro intersubjetivo, lo que supone que cada individuo haya realmente alcanzado madurez estimativa y, por lo mismo, madurez en autonomía moral. Esa madurez resulta decisiva también para responder a la pregunta que se hace Kaufmann: ¿Cómo hacer para que las normas jurídicas se hagan realmente vinculantes en la conciencia de los individuos? Si el derecho debe ser una exteriorización del fuero interno de cada individuo, una forma de manifestar una parte de la vida moral, es porque seguramente allí el individuo ha alcanzado plena libertad de sus actos, se ha hecho responsable, introyectando con lucidez la justificación de las normas, y su actuación es «por deber», con la consiguiente conformidad externa («conforme al deber»), que es lo único que los observadores perciben. 4. MORAL CONSUETUDINARIA Y ÉTICA En el contexto de la cultura occidental ¯heredera de la cultura griega, que fundó la Ética¯ se contrasta lo moral con lo ético , enfatizando que este nivel es liberador; pero no hay que olvidar 22 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 que no siempre la Ética cumple esta función, pues puede convertirse en discurso ideológico, justificador de algún interés opresor. Las éticas soviéticas no aparecían precisamente como liberadoras, sino como imposiciones del Partido Comunista. Sin embargo, para hablar de Ética en sentido auténtico, es preciso considerarla como liberadora y con poder para promover la conquista de la auto-nomía (el sujeto legislador de sí mismo). Se puede distinguir —como lo hace José Luís Aranguren en su Ética— entre «Ethica docens» y «Ethica utens», dos distinciones propuestas por el medieval Alberto Magno, maestro de Tomás de Aquino (Vidal M., 2000, p.558). La primera es una pedagogía crítica de la moral vigente, que enseña a aclarar las motivaciones valiosas y a emanciparse de cuanto resulta bloqueador del personal proyecto de vida. La «Ethica docens», purificadora del comportamiento moral ordinario, genera una nueva práctica moral, es decir, una «Ethica utens», que se encarga de restaurar lo más humano de la vieja moral o de proponer unos principios y una normatividad alternativos para superar la esclerosis de las convenciones negativas heredadas. Pero también «Ethica utens» se puede referir a la moral consuetudinaria más o menos racionalizada por los guías autorizados. El siguiente diagrama ayuda a visualizar las relaciones entre las dos Róbinson Arí Cárdenas Sierra «Éticas» y la moral consuetudinaria o recibida del grupo: 2 1 Moral Consuetudinaria “Ethica 4 docens” 7 6 5 “Ethica Utens” El sector 1 corresponde a la moral consuetudinaria, traducida en los hábitos de comportamiento del grupo. El sector 2 señala el ámbito de la razón crítica de la moral («Ethica docens» = ética formativa de la razón práctica), a la luz de unas determinadas antropología y axiología. El sector 3 alude a la ética vivida, correctora de las prácticas heredadas o forma nueva de vivir humanamente (a la luz de la lucidez de la «Ethica docens»), superando lo instintivo o lo caprichoso. De los tres círculos intersecantes surgen 3 intersecciones: la 4, que señala un campo común a la moral consuetudinaria y a la «Ethica docens»: ésta debe contar con la primera para no caer en la abstracción, descontando la experiencia humana real, ámbito del «mundo de la vida»; la 5, que indica las relaciones entre «Ethica docens» y «Ethica utens», pues ésta resulta básicamente regida por la primera; y la intersección 6, que señala las relaciones entre «Ethica utens» y moral consuetudinaria: la primera tiene como materia para redireccionar o corregir las conductas propias de la segunda; además, las tendencias positivas de ésta ayudan a la primera a fundirse de manera dinámica en la vida cotidiana. Ninguna «Ethica utens» arraigará, como reclamo de la inteligencia de la «Ethica docens» si no se tienen en cuenta las posibilidades reales de vida, que hunden sus raíces en la historia colectiva. En este contexto, habrá que decir que el puente entre la pura heteronomía (de la moral de grupo o moral positiva y del derecho positivo) y la conquista de la necesaria autonomía de la conducta moral o jurídica es la «Ethica docens», encargada de conducir a las nuevas generaciones del ámbito de la imposición externa, sin motivación valiosa, hacia la crítica y recuperación racional de los sistemas puramente coactivos o coercitivos. El producto final de la «Ethica docens» será la liberación de los temores y la conquista de la autonomía cognoscitiva y voluntaria en la acción, sin que ello signifique negar la necesidad de la heteronomía: ésta sigue siendo instrumento de organización colectiva, cuya fuente estará en quienes regulan la vida social; lo que se espera es que la voluntad ajena, suprapersonal, sea comprendida en sus motivaciones axiológicas y REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 23 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. cumplida como voluntad propia, por hallar esas motivaciones dignas de ser compartidas. «Ethica docens» fue la ética aristotélica, que enseñaba a alcanzar la «frónesis» o «prudencia» de los romanos, como razón práctica libre aplicada a la acción. «Ethica docens» es también la ética tomista, que «conduce» y «eleva» hasta el «estado de hombre perfecto», es decir, «prudente»: capaz de decidirse y actuar con libertad de perfección o «libertad de calidad», a partir del reconocimiento y validación de las exigencias de las distintas esferas del «deber ser». La «Ethica docens» es la ética que progresivamente impulsa hacia la «libertad para» («libertad positiva», en Isaiah Berlín (Berlin I., 2005, p.43 107) o libertad creativa para actuar con autenticidad humana. Se trata de una ética educativa que orienta hacia el deseo radical de nuestra voluntad por hacer el bien, pero también al mismo tiempo, alcanzar la felicidad. Kant, por supuesto no estaría de acuerdo con esta última afirmación, pues para él, el acto moral no tiene fines, en él no caben ni la bondad natural, ni los sentimientos ni la felicidad: simplemente se actúa por respeto a la ley de acuerdo a los dictados de la razón, de manera fría, sin cálculo de resultados sensibles (Maritain J., 1962, p. 149 y 153). 24 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 La posición legalista de Kant dejaría por fuera elementos vitales que, de todos modos, son esenciales en la medida en que se progresa para alcanzar mayoría de edad moral. Siguiendo a Maritain, la autonomía moral debe soportarse en principios axiológicos tales como la bondad, la compasión y la amistad. Son elementos sensibilizadores y me obligan a sentir y a preferir el bien con los que me rodean. Esos elementos son parte de mi circunstancia vital, cumplen un papel potenciador para el pleno desarrollo de mi autonomía y madurez moral. Si esos principios o valores hacen parte de mi gradual maduración hacia la autonomía moral, el diálogo y la tolerancia serían más claros al momento de superar las diferencias y alcanzar un verdadero escenario de convivencia y concordia 5. HACIA UNA ÉTICA PLANETARIA En el mundo contemporáneo, cuando se cae en la cuenta de la urgencia de una «Moral Planetaria» o «Ethica utens» en función de la Humanidad amenazada, los nuevos éticos hablan de la necesidad de establecer «mínimos morales» comunes en el seno del pluralismo moral universal. En este caso, se impone como mediación transformadora de inteligencias y voluntades una Ética dialógica, abierta (nueva «Ethica docens» convocadora), sobre principios interdependientes compartidos universalmente como éstos: Róbinson Arí Cárdenas Sierra • • • • • • • • Respeto activo a las exigencias de la vida Alteridad (reconocimiento del otro como humanidad global y como persona) Igualdad (no discriminación) Tolerancia (respeto a la diferencia) Argumentación (actuar superando toda forma de irracionalidad) Acuerdos solidarios (lograr el consenso para superar desigualdades económicas, políticas y sociales) Sostenibilidad ecológica Inclusión universal Estos principios se presentan a la conciencia actual como la base para pensar en estados sociales y democráticos de derecho, en cuanto sujetos de una comunidad internacional social y democrática, sin hacer caso omiso de los «derechos» de todos los seres del planeta. Suponen una madurez cívica y colectiva por parte de cada individuo y de cada pueblo, lo cual sólo podría alcanzarse a través de una nueva Ética que empiece por ejercer crítica de las formas morales o jurídicas positivas que, actualmente, violan (por acción o por omisión) alguno o algunos de los principios propuestos. 6. HACIA UNA NUEVA MENTALIDAD Hoy por hoy, cada vez se hacen más peligrosas frases como: «si quieres la paz, prepárate para la guerra», o «el fin justifica los medios», ya que sus implicaciones, en el contexto contemporáneo, son aceleradores de distintas formas de destrucción, que van acercando a la destrucción planetaria: el Humanicidio. En el momento y espacio en que vivimos, ya no es posible hablar de guerras justas, ni de legitimar ciertos actos de violencia o agresividad como necesarios para combatir los males que afectan a una sociedad («guerras preventivas», «guerras contra el terrorismo»). Se hace urgente, desde la idea de «Ética planetaria» o «Ética mundial», que la forma de pensar cambie de la exclusión a la inclusión, como único mecanismo para evitar el fin de la Humanidad. El pensamiento incluyente es la mejor propuesta para fomentar el sentido de tolerancia e igualdad y, por ende, llegar a una ética comunicativa entre los pueblos, que integre todos los elementos fraternizadores de todos los modelos éticos y de las morales de cada cultura. El concepto de pensamiento incluyente encierra todas aquellas propuestas éticas que tienen en cuenta, al decidir o actuar, los intereses de los no-prójimos y proponen «mínimos» para el encuentro con los distintos. Las sociedades contemporáneas cuentan con vigías públicos de ética planetaria. La Universidad ha constituido y debe seguir constituyendo el vigía privilegiado de cada pueblo, ya que allí converge todo saber. De la Universidad se espera que REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 25 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. actúe como motor ético local, regional, nacional y mundial. Para ello debe reformarse de tal manera que recupere su origen como lugar del «estudio general», donde se cultiva una comprensión de totalidad que sirva de mapa de ruta a la Humanidad. Precisamente esa comprensión de totalidad es lo que funda la «Ethica docens», típico producto universitario desde la edad media, desde cuando Alberto Magno propuso el significante. Como «intelectual colectivo» cosmovisivo y, por ello, como central ética nacional y mundial, la Universidad debe convertirse en activadora de un nuevo estilo moral claramente justificado por su matriz racional o «Ethica docens», en lo posible discurso transdisciplinario, sobre la base de continuos encuentros interdisciplinarios. La «Ethica docens» universitaria podría aprovechar el alcance de los 7 saberes básicos para la educación del futuro sostenible, propuestos por Edgar Morin (Morin, 1999, passim): 12345- 26 Conocer los límites del conocimiento Conocimiento global transdisciplinario Comprensión de totalidad de la vida humana Común destino planetario del género humano Enfrentar las incertidumbres • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 6 -Enseñar la comprensión (pensamiento incluyente) 7- Ética del género humano (desarrollo personal y social tienen como límite los derechos de la Humanidad). Hoy se entiende por educación, no tanto la «condición» hacia la perfección moral de las personas, sino su instrucción para lograr conocimientos y habilidades cientifico-técnicas, descuidando la importancia de la «Ethica docens», como crítica a los hábitos morales —a veces perversos—, y el resultado no es una «Ethica utens» autónoma con capacidad estimativa racional, sino una domesticación en aquello que conviene al sistema o a la mentalidad imperantes. En muchos casos, ésto es lo que ha engendrado «monstruos educadísimos», como aquellos que participaron en los campos de concentración nazis: médicos, por ejemplo, muy bien preparados para colocar inyecciones letales; ingenieros expertos en hacer cámaras de gas que mataran más rápidamente; enfermeras tituladas de las mejores universidades, expertas en matar niños asfixiándolos; jueces que desde su propia lógica extremadamente formal y radical actuaban neutralmente frente al régimen y coadyuvaban para legalizar toda forma de exterminio. Pero ese pasado no ha pasado del todo. En la actualidad es posible detectar, en la actuación de muchos profesionales, situaciones próximas a las descritas: Róbinson Arí Cárdenas Sierra abundan los casos de individuos que han alcanzado altísimos niveles de preparación universitaria (especialistas, magísteres, doctores, posdoctores) y sin embargo no han alcanzado libertad moral constructiva. Hacer la «real gana» no equivale a libertad racional. Su conducta moral, ni siquiera ha superado la «anomia», y por ello su cinismo los libera de actuar, por lo menos, «conforme al deber». En la actualidad, nos encontramos en una situación en donde lo único que preocupa al Estado es el desarrollo de currículos orientados a la capacitación para la «competitividad». Los modelos educativos abandonan, en la práctica, el viejo lenguaje humanista de la formación integral (que queda para la retórica ceremonial) e introducen lenguajes ajenos, tomados del empresarismo mercantil: al estudiante se le llama «cliente» o «usuario de servicios», por ejemplo, y se le satisface proporcionándole «saberes útiles». Ahora, como cualquier empresa o industria debemos alcanzar niveles de certificación al estilo de las famosas certificaciones ISO, como si el estudiante fuera un producto más de venta a la sociedad consumista, el cual debe ir, lo mismo que un enlatado de atún o una caja de yogurt o de quesos, bien empacado, con los debidos sellos de calidad, fecha de vencimiento y fecha de expedición, sin calificar su capacidad de responsabilidad ante la propia vida y la de los demás. 7. ¿PODRÍA EL ESTADO COLOMBIANO ALCANZAR AUTONOMÍA MORAL? Para responder esta pregunta, resulta clarificador el enfoque filosófico-político de Jacques Maritain, quien distingue entre Estado y Cuerpo Político o Sociedad Política. Para el filósofo tomista, el Estado es un instrumento al servicio del Cuerpo Político. Se tata de una realidad impersonal, aparato de poder neutral, operado por especialistas, con el propósito de servir a las más apremiantes necesidades sociales (Maritain, 1997, p. 26 y 27). No es —en un sentido estricto— una persona jurídica, ni mucho menos una persona de carne y hueso. Su papel es solamente instrumental. Maritain define, en cambio, el Cuerpo Político como una realidad ético-social y material, que nace por la razón y está compuesta por todos los individuos que conforman la sociedad (Maritain, 1997, p. 23 y 24). El Cuerpo Político no se compone solamente de partidos políticos, asociaciones, sindicatos, instituciones, gobierno; es un entramado de diversas relaciones, fundadas por cada uno de los individuos que hacen parte de una nación. Su papel primordial es el de hacer efectivo el Bien Común para todos, y el Estado es solamente una parte de ese cuerpo o sociedad. De acuerdo con estos conceptos, queda claro que el Estado no es persona en REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 27 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. ningún sentido, así por ficción jurídica, se le considere tal; sin embargo, esto no quiere decir que su ejercicio no tenga como sustento básico un contenido moral, que no puede estar ausente de las voluntades de sus operadores, reguladas por los grandes valores de coexistencia y convivencia constitucionales, integrados por la idea de Bien Común. Si los individuos no han alcanzado autonomía moral (conciencia estimativa racional), el colectivo que es el cuerpo político, por supuesto tampoco. Y si no hay auténtica autonomía axiológica en ninguno de los dos niveles, mal podrían cultivarla los operadores del Estado, que son a un tiempo individuos y partes activas del Cuerpo Político, que vive una «moral pública». El Estado colombiano podría alcanzar la autonomía moral que alcancen los sujetos a que sirve. Como tal, el Estado es una mera forma u organización que carece de conciencia propia. Cuando un guerrillero mata a otro (junto con su amante) y le corta un brazo, sin escrúpulo alguno, y luego se entrega a los operadores del poder para reclamar jugosa recompensa —ofrecida para quien delatara la ubicación del presunto delincuente muerto—, y esos operadores (a todo nivel) aplauden y pagan al homicida…Y la sociedad aplaude también…Todo ello indica que la «autonomía moral» equivale —en 28 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 todos los niveles— a perfecto estado de barbarie o de idiotez ética compartida. La ética jurídica colombiana (que valida axiológicamente las instituciones penales), ¿no supone «debido proceso», imposición legal de penas, exclusión de la pena de muerte (tanto por parte del Estado como de los particulares)? Por negar la legitimidad ética del sistema jurídico, ¿el doble homicida —presunto autor de muchos otros homicidios y posibles masacres— se torna héroe, inocente, acreedor a recompensas? 8. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. ARANGUREN, José Luis. (1968). ÉTICA. Madrid: Revista de Occidente. 2. AUTORES VARIOS. (1999). Seminario de Ética y Tomismo, Facultad de Posgrados en Educación (Docencia Universitaria) VUAD. Santa Fe de Bogotá: Universidad Santo Tomás. 3. BERLIN, Isaiah. (2005). Dos Conceptos de Libertad y otros escritos. Madrid: Alianza Editorial. 4. BOER Winkel, F. (1968). Hacia una nueva mentalidad. Salamanca: Sígueme 5. CÁRDENAS Patiño, Alberto. (1990). Ética y deber ser, Seminario de Ética para jueces. Bogotá. Róbinson Arí Cárdenas Sierra 6. GONZÁLEZ Álvarez, Luis José. (1997). Ética Latinoamericana, Bogotá: Ediciones Usta. 7. HEGEL, Guillermo Federico. (1968). Filosofía del Derecho (con prólogo de Carlos Marx). Bs. As.: Claridad, quinta edición. 11.Edgar Morin. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Bogotá: UNESCO, MEN. 12.MARITAIN, Jacques. (1997). «El Hombre y el Estado». Madrid: Encuentro 8. HABERMAS, Jürgen: Facticidad y Validez. (2000). Valladolid: Trotta. 13.MARITAIN, Jacques. (1962). «Filosofía Moral». Madird : Moráta. 9. KANT, Imanuel. (1963). Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. Madrid: Colección Austral. 14.RAWLS, John. (1985). Teoría de la Justicia. M{exico: Fondo de Cultura Económica 10.MARCIANO, Vidal. (2000). Nueva Moral Fundamental. Bilbao: Desclée De Brouwer. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 29 30 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 LA POLÍTICA TRANSVERSAL DE EQUIDAD DE GÉNERO. ANÁLISIS COMPARADO DE LAS HERRAMIENTAS MÁS INNOVADORAS PARA SU IMPLANTACIÓN TRANSVERSAL POLITICS IN GENDER ISSUES (MAINSTREAMING). COMPARATIVE ANALYSIS OF THE MOST INNOVATIVE TOOLS FOR ITS IMPLEMENTATION. Hugo Fernando Guerrero Sierra** Fecha recepción: 11-07-08 Fecha de aceptación: 28-07-08 RESUMEN * Este trabajo presenta un análisis comparativo de las experiencias y modelos en materia de equidad de género desarrollados en diversos países y organizaciones internacionales, identificados como los que han elaborado e implantado las herramientas más innovadoras y eficientes en relación con la política transversal de género. El objetivo de este trabajo es acercar al lector una panorámica de las herramientas y mecanismos de control que aseguran la correcta incorporación de la perspectiva de género. PALABRAS CLAVE Género, política transversal de género, política pública, política comparada. ABSTRACT This article presents a comparative analysis of models and experiences of gender equity developed in different countries and ** * C. Ph. D. en Relaciones Internacionales. Investigador adscrito al centro de Investigaciones Socio-jurídicas USTA Tunja; [email protected] Artículo de Investigación científica, producto del proyecto «Cooperación interinstitucioal y solucion a conflictos interestatales» que hace parte de la línea de investigación en derechos humanos y constitución democrática. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 31 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. international organizations, identified here as those that elaborate and establish innovative tools related to transversal politics in gender issues (mainstreaming) . In order to make sure that transversal politics in gender issues are correctly applied; several countries have created innovative and efficient tools to apply a gender perspective in the definition of 1. INTRODUCCIÓN SOBRE LA POLÍTICA TRANSVERSAL DE GÉNERO Y SUS HERRAMIENTAS La defensa de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es bien conocida en el ámbito internacional y, con el objeto de que esta se materialice, se han ido adoptando a lo largo de la historia una serie de acuerdos que conceden a la mujer una posición de visibilidad en las sociedades actuales. Después de un largo camino, un hito en la historia de los derechos por la igualdad entre hombres y mujeres lo constituye, La Plataforma Global de Acción, acordada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995, en la cual se exige que los gobiernos nacionales que han ratificado los acuerdos adoptados en la Conferencia, incorporen la Perspectiva Transversal de Género (en inglés, mainstreaming) 32 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 public policy and legislation. The goal of this article is to present to the reader a general overview of the mechanism of control and tools used to ensure a proper incorporation of gender perspective. KEY WORDS Gender issues, mainstreaming, public policy, comparative politics. a todas sus políticas públicas y legislación (Comisión Europea, 1999). Según el Grupo de Expertos del Consejo de Europa, la política transversal de género es la organización, mejora, desarrollo y evaluación de los procesos políticos para conseguir que los actores, normalmente involucrados en la adopción de medidas políticas, incorporen la perspectiva de igualdad de género en todas las iniciativas, a todos los niveles y en todas las etapas del proceso. (En Consejo de Europa, citado por Lombardo, 2003). La política transversal de género es «una estrategia que se utiliza para conseguir que se tengan en cuenta las preocupaciones y experiencias de las mujeres, al igual que las de los hombres, en la elaboración, puesta en marcha, control y evaluación de las políticas públicas y legislación en todas Hugo Fernando Guerrero Sierra las esferas políticas, económicas y sociales, de manera que beneficien por igual a hombres y mujeres y no se perpetúe la desigualdad. El objetivo final de esta política es conseguir la igualdad de los géneros» (CEDAW,1979). pública o legislación. Esta herramienta permite elaborar políticas teniendo en cuenta las diferencias de género que existen entre hombres y mujeres, sus diferentes realidades sociales, expectativas de vida y circunstancias económicas. Para poder poner en práctica los principios de la política transversal de género es necesario utilizar herramientas que faciliten su correcta y eficaz aplicación. Las herramientas concretas que utilizan en la práctica los países más vanguardistas para incorporar la perspectiva de género a sus iniciativas, y analizar el Impacto de Género que puede tener una iniciativa concreta, son: Las directivas generales (Frameworks o Guidelines) que sirven para dar forma y una dirección general a la política transversal de género. Estas directivas sientan las bases generales de actuación y, sobretodo, asignan de una manera clara y directa las responsabilidades en la aplicación de la política transversal de género. Los Informes de Impacto de Género permiten entender de qué manera una política impacta de forma particular a cada uno de los géneros, y rompen con la teoría tradicional de que las políticas públicas o legislación afectan de la misma manera a hombres y mujeres. En este sentido, un claro ejemplo de cómo una política pública afecta de distinta manera a ambos géneros sería el caso de un aumento del precio del transporte público. A pesar de que en principio puede parecer una política que afectaría a la sociedad en general, después de realizar un Informe de Impacto de Género se concluye que cualquier cambio en la política de los precios del transporte público afecta más a un género que a otro. Los Informes de Impacto de Género que a diferencia de las directivas generales, son una herramienta específica que utilizan los funcionarios que elaboran políticas públicas, iniciativas o proyectos de ley para incorporar la perspectiva transversal de género a las mismas. Los Informes de Impacto de Género son una herramienta a través de la cual se evalúa el impacto que tiene tanto en hombres como en mujeres una política Supongamos el caso de que en una ciudad el porcentaje de usuarios mujeres fuese mayor que el porcentaje de usuarios hombres de transporte público. Siendo así, cualquier variación del precio tendría un mayor impacto sobre las mujeres que sobre los hombres. Dado que los IIG sirven para que los funcionarios públicos tengan en cuenta la perspectiva de género durante todo REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 33 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. el proceso de desarrollo de las políticas públicas, desde la elaboración, pasando por la toma de decisiones, la implantación y hasta la evaluación, es fundamental que sean fáciles de utilizar y fácilmente entendibles por los funcionarios públicos. Los Informes de Impacto de Género se elaboran a través de la construcción de indicadores tanto cualitativos1 como cuantitativos 2 que, en su conjunto, permiten una valoración objetiva del impacto de género de la política correspondiente. Llegados a este punto, es importante no confundir la política transversal de género con las políticas de género. Por un lado, la política transversal de género lo que pretende es que se incluya la perspectiva de género en todas las políticas públicas del gobierno y legislación, de manera sistemática y permanente. En este sentido, la política transversal de género se debe aplicar a todas las áreas de gobierno, desde transporte y vivienda hasta educación y sanidad. Por otro lado, las políticas de género pretenden corregir problemas ya existentes en la sociedad, y dan preferencia a un género sobre otro para igualar situaciones que de por sí son desiguales, intentando hacer la realidad más equitativa. Por tanto, su aplicación es, en teoría, temporal. Un 1 2 claro ejemplo de una política de género es la discriminación positiva, que se ha creado a propósito para que los grupos menos beneficiados tengan acceso a recursos y representación. A este último respecto cabe mencionar el caso de EE.UU., que para la promoción de la equidad de género, ha optado, por lo general, por utilizar políticas de género en lugar de políticas transversales de género. Estas políticas de género han consistido mayoritariamente en corregir, mediante la aplicación de la discriminación positiva de género, determinadas situaciones específicas de desigualdad. EEUU no incorpora de forma transversal la perspectiva de Impacto de Género, ya que no han firmado la CEDAW (Convención de la ONU, sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer) por lo que tampoco están obligados a la incorporación de la perspectiva de género de manera transversal3. Finalmente, para poder realizar los Informes de Impacto de Género de forma adecuada y eficiente, es fundamental que existan datos estadísticos divididos por género. Sin la existencia de estos datos divididos por género, sería imposible medir los efectos que tienen las diferentes políticas o simplemente sería imposible identificar qué género es el destinatario de las mismas. De lo anterior se deduce Los indicadores cuantitativos son variables que miden cantidades tales como el número de usuarios de un servicio, el número de mujeres que utilizan ordenadores o el número de mujeres que, en comparación con los hombres, tienen acceso a Internet. Los indicadores cualitativos son las opiniones, percepciones y juicios de valor de la gente sobre un determinado tema como puede ser la percepción sobre un servicio recibido, la satisfacción personal, etc. 34 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Hugo Fernando Guerrero Sierra que una de las características que hace la desigualdad de género más difícil de erradicar es la de su invisibilidad. Será imposible, por tanto, detectar la desigualdad si ésta no es visible en datos y, por tanto, si ésta no aparece reflejada en las estadísticas oficiales. Las estadísticas son un instrumento que permiten llevar a cabo actuaciones concretas y cambiar determinadas situaciones, es decir, son instrumentos para la acción y para el cambio. Las estadísticas desagregadas por género permitirán, entre otras cosas, visualizar los problemas de las mujeres, elevar la conciencia de que existen tales problemas e impulsar los cambios, que son el fundamento de las políticas, programas, planes y proyectos. Las estadísticas desagregadas por género permitirán un acercamiento a la realidad social, sin vendas, de manera que quedan a la luz las verdaderas diferencias entre hombres y mujeres todavía muy arraigadas socialmente y sobre las cuales se debe actuar mediante políticas públicas y/o programas. Para el desarrollo de programas y proyectos es, por tanto, indispensable contar con datos e indicadores que permitan un mejor conocimiento sobre la dimensión del problema. Según María Pazos (2006), la labor que ha realizado la Oficina de Estadística Sueca (Statistics Sweden) es crucial a este respecto. En 1994 el Parlamento sueco incluyó en su 3 regulación de las estadísticas oficiales que: «Las estadísticas oficiales referidas a individuos deben desagregarse por sexo a menos que exista una razón especial que lo impida» El año siguiente, la Plataforma de Acción aprobada en el Congreso sobre la Mujer de la ONU, que se celebró en Pekín, adoptó esta medida como uno de los objetivos a perseguir en todos los países: «Asegurar que las estadísticas referidas a individuos se recogen, procesan y analizan presentándose por sexo y edad, y que reflejan los problemas, asuntos y cuestiones relacionadas con hombres y mujeres en la sociedad» Esto es, en definitiva, la aplicación de la transversalidad de género a las estadísticas oficiales. 2. LOS QUE ESTÁN A LA VANGUARDIA EN TEMAS DE IMPACTO DE GÉNERO En los países más adelantados en la incorporación del enfoque transversal de género, varias instituciones colaboran entre sí para lograr este objetivo. Las funciones de estas instituciones varían de un país a otro pero, en términos generales, se pueden dividir en tres tipos: Coordinación y seguimiento, Apoyo técnico y formación, EE.UU. es la única democracia industrializada de occidente que no ha ratificado la Convención de la ONU, sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en ingles). Un listado de los países que han ratificado la CEDAW, se encuentra en la página web:http://www.un.org/ womenwatch/daw/cedaw/states.htm REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 35 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Vigilancia y supervisión. Tres de los países más vanguardistas en temas de Impacto de Género y que cumplen con las funciones enumeradas anteriormente son Noruega, Canadá y Reino Unido. Asimismo, estos países han desarrollado e implementado el uso de los Informes de Impacto de Género por su gran utilidad y eficacia para lograr incorporar la perspectiva de género en todas sus políticas públicas y legislación. Noruega El gobierno noruego adoptó la política transversal de equidad de género a mediados de los años ochenta. Desde entonces, Noruega ha destacado por la innovación de las instituciones que ha creado para incorporar la perspectiva de género a sus políticas públicas y legislación, e implementar el uso de los Informes de Impacto de Género. El caso noruego destaca por implementar programas sucesivos para desarrollar métodos y procedimientos para integrar de manera sistemática la perspectiva de género en todas las áreas de políticas públicas, así como para concienciar a los funcionarios de los diferentes ministerios. El principal resultado de estos programas ha sido la inclusión de la elaboración de Informes de Impacto de Género en las reglas generales para el desarrollo de políticas públicas, las «Instrucciones para Estudios y Reportes Oficiales» (Instruís om utredning av 36 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 konsekvenser). Según estas instrucciones, todas las propuestas de políticas públicas y legislación deben incluir una valoración del potencial impacto que tendrán en relación con los objetivos generales de equidad de género del gobierno (Arbeids-og administrasjonsdepartement, 2000 ) También es de destacar, en el caso noruego, la existencia de la figura del Defensor del Género, que es el encargado de recibir y procesar todas las demandas interpuestas, tanto por ciudadanos de manera individual, como por instituciones, por la falta de equidad de una política pública o propuesta de legislación concreta. Tras recibir la demanda, el Defensor de Género inicia una investigación y, si determina que existe un incumplimiento o Impacto de Género, el Defensor de Género emite una recomendación al gobierno y al parlamento, que no es vinculante, para intentar cambiar la situación. En el caso noruego, la equidad de género y el análisis de impacto de género se engloban dentro de la Ley de Equidad de Género (Norweigan Gender Equality Act, 1978) Esta Ley incorpora los preceptos principales de la CEDAW en la que los países firmantes se comprometieron a «tomar medidas para poner fin a la discriminación de la mujer en todas sus formas» (CEDAW, 1978). La figura del «Defensor de Género», es primera institución de este tipo en el mundo. Hugo Fernando Guerrero Sierra Canadá En 1976 el gobierno canadiense creó una agencia independiente para que se encargara de los asuntos de la mujer, la Status of Women Canada (SWC), cumpliendo así su compromiso de aplicar la política transversal de género. Esta institución está a cargo de la coordinación de la política transversal de género del gobierno canadiense a nivel nacional. El primer acercamiento sistemático para implantar los compromisos asumidos en relación con la política transversal de género se realizó en 1995 mediante el documento «Setting the Stage for the Next Century, The Federal Plan for Gender Equality» (SWC,1995), que fue presentado ante la Conferencia de Naciones Unidas de Beijing en 1995. Este documento recoge el compromiso de implantar el uso de los Informes de Impacto de Género durante el proceso de desarrollo de políticas públicas y legislación, y forma parte de la legislación canadiense en relación con la equidad de género. Cuatro años más tarde, en 1999, la agencia SWC creó una Dirección para el Análisis del Impacto de Género (Gender Based Analysis Directorate) para dar apoyo a los ministerios, departamentos y agencias federales en el diseño de procesos que les permitan utilizar correctamente los Informes de Impacto de Género y aplicar sus resultados o conclusiones a todas sus políticas y actividades (SWC,2001). La Dirección para el Análisis de Impacto de Género de SWC, ha creado un manual (SWC,1998) para elaborar los Informes de Impacto de Género durante el proceso de planificación e implantación de políticas públicas o legislación. La SWC pretende que con la utilización de este manual se consiga mejorar la efectividad de los Informes de Impacto de Género y, por tanto, de la equidad de género para lograr los siguientes tres objetivos (SWC,2004): • Mejorar el acceso: Las políticas gubernamentales deben tener la habilidad para que tanto hombres como mujeres accedan de manera equitativa a los beneficios de las políticas públicas o legislación. Esto incluye la eliminación de barreras de acceso o crear mecanismos que posibiliten el acceso equitativo a los recursos. • Aumentar la inclusión: Se deben crear los mecanismos para que ambos géneros estén representados de manera equitativa en todo el proceso de elaboración de las políticas públicas o legislación. • Equiparar los beneficios: Los beneficios que se pretenden alcanzar con la política pública o legislación deben estar equitativamente disponibles a ambos géneros, teniendo en cuenta las ventajas y limitaciones REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 37 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. que un género puede tener sobre el otro. Para poder cumplir estos objetivos generales el manual de la Dirección para el Análisis de Impacto de Género de SWC se estructura como una guía «paso a paso» (SWC,1997), para ser utilizada en las diferentes fases de la creación de políticas públicas o legislación. Este manual, en forma de preguntas, detalla los diferentes pasos a seguir –ocho en total- para que los funcionarios verifiquen si se está teniendo en cuenta e incluyendo la perspectiva de género en las políticas públicas o legislación. Es importante destacar que la elaboración de los Informes de Impacto de Género no es obligatoria en Canadá. Por tanto, los departamentos y agencias federales que acuden a SWC lo hacen de manera voluntaria y conseguir una verdadera transversalización en el gobierno federal depende de la voluntad política. A pesar de que en Canadá no existe obligatoriedad de realizar los Informes de impacto de Género, he decidido incorporarlo en este trabajo como caso de estudio, puesto que han logrado desarrollar unas herramientas de gran efectividad, que pueden ser utilizadas como modelos por los países que decidan incorporar la perspectiva de género mediante la elaboración de los Informes de Impacto de Género. 38 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Reino Unido El Reino Unido es uno de los países que más ha avanzado en la implementación de los principios de la política transversal de género. En 1999, y mediante el Gender Equality Public Service Agreement (Gender Equality Office, 2002) impulsado por el gobierno de Tony Blair, se establecieron las líneas generales de acción para incorporar la perspectiva de género a las políticas públicas y legislación, y en 2003 se acordaron los Objetivos de Equidad de Género 2003-2006, que fijaron las líneas específicas de actuación del gobierno para estos años. Desde entonces diversas instituciones, a las que se les han otorgado facultades ad-hoc, han sido responsables de salvaguardar el cumplimiento y la aplicación de la política transversal de género. Las principales instituciones relacionadas con la implantación de la política transversal de género son: • El Ministerial Subcommittee on Women’s Issues: Se creó en 1992 y está integrado en la estructura del gobierno. Está formado por los ministros de los principales ministerios del gobierno y presidido por el Ministro de Trabajo. Se reúnen con frecuencia semestral. Su principal función es dar seguimiento a las políticas generales del gobierno y supervisar su implantación, para verificar que incorporan la perspectiva de género de forma transversal. Hugo Fernando Guerrero Sierra • La Women and Equality Unit: Esta unidad se creó en 1997 y encabeza los esfuerzos del gobierno británico para reducir y eliminar las barreras de género. Esta unidad asesora y da apoyo técnico a todas las entidades públicas que se lo soliciten, y también da formación a los funcionarios públicos encargados de formular políticas públicas y legislación para la incorporación de la perspectiva de género a través del uso de los Informes de Impacto de Género. Desde el año 2000 está vinculado al Departamento de Comercio e Industria, que ejerce una labor de coordinación central de las políticas laborales y mantiene una relación muy estrecha con los diferentes gremios, asociaciones y grupos del sector privado. • La Equal Opportunities Commission: Esta comisión se creó en 1975. Es una entidad autónoma financiada principalmente por el gobierno. Colaboran con la Unidad de Equidad y de la Mujer. Su objetivo es la eliminación de todo tipo de discriminación. Tiene la capacidad de investigar incumplimientos de la Ley de Discriminación por Sexo (Sex Discrimination Act,1975). A partir del mes octubre del 2007 esta Comisión de Igualdad de Oportunidades traspasará sus funciones a la nueva Comisión de Equidad y Derechos Humanos (Commission for Equality and Human Rights) que al igual que la actual Comisión, actuará en coordinación con la Unidad de Equidad y de la Mujer (The Women and Equality Unit). Mientras que la Unidad de Equidad y de la Mujer y la Comisión de Igualdad de Oportunidades son entidades autónomas y funcionan al margen del ministerio al que están vinculadas y/o al mismo gobierno, el Sub-comité ministerial de asuntos de la mujer es el que toma las decisiones oficiales dentro del gobierno. En el Reino Unido la equidad de género y la política transversal de género están incluidas en la Ley de Derechos Humanos y en la Ley de Discriminación por Sexo. Todas las actuaciones de las instituciones mencionadas anteriormente en relación con la equidad de género y la política transversal de género se realizan dentro del marco del programa gubernamental denominado «Better for Women, Better for All» («Mejor para las Mujeres, Mejor para Todos»). Este programa refleja «el compromiso del gobierno de no marginar los intereses de la mujeres y reconoce que el progreso de la mujer es el progreso de la sociedad en general» (Consejo de Europa, 2005: 203) La elaboración de los Informes de Impacto de Género en el Reino Unido ha sido, hasta ahora, de carácter voluntario. Su elaboración o no depende, por tanto, de la voluntad política del correspondiente ministro o entidad emisora de la política pública o legislación. La Unidad de Equidad y de la Mujer se encarga de dar el apoyo técnico necesario a los funcionarios de REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 39 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. los ministerios o entidades emisoras para que puedan elaborar los Informes de Impacto de Género de forma práctica y efectiva. En este sentido, para facilitar la labor de estos funcionarios, la Unidad de Equidad y de la Mujer ha realizado un manual para la elaboración de los Informes de Impacto de Género. El manual es de muy fácil utilización y está diseñado para que lo pueda utilizar cualquier funcionario que elabore políticas públicas o legislación. De acuerdo con el manual, la elaboración de un Informe de Impacto de Género se divide en cinco pasos. Una de las ventajas de este manual es que se puede utilizar en cualquiera de las fases de la elaboración de las políticas públicas o legislación, es decir, desde su formulación hasta su evaluación. A partir del año 2007 la Comisión de Equidad y Derechos Humanos (que sustituirá a la actual Comisión de Igualdad de Oportunidades) será la entidad responsable de dar seguimiento y evaluar el aumento de la utilización de los Informes de Impacto de Género en los procesos de elaboración de políticas públicas y legislación. En 2005 se aprobó la Ley de Equidad (The Equality Hill.2005), en virtud de la cual se crea la Comisión de Equidad y Derechos Humanos, que empezó a funcionar en octubre de 2007. Esta ley prevé la utilización de mecanismos mucho más efectivos para garantizar la incorporación de la perspectiva de género en todas las acciones de gobierno a través de la utilización de 40 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 los Informes de Impacto de Género, y que además esto se convierta en una práctica habitual. 3. IMPLANTACIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO A NIVEL INTERNACIONAL Existen también organismos internacionales y entidades multilaterales que han realizado una inmensa labor en la implantación de la perspectiva de género en sus programas de desarrollo internacional. En este trabajo se analizan los casos de la Comisión Europea y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Comisión Europea Como parte del esfuerzo de la Unión Europea de incorporar la perspectiva de género a todas sus políticas públicas y legislación, la Comisión Europea ha desarrollado un modelo de Informes de Impacto de Género para la inclusión de la perspectiva de género y el análisis del impacto de género. Este modelo se utiliza tanto en las propuestas que se envían al Parlamento Europeo como en sus propias políticas. El Informe de Impacto de Género de la Comisión Europea consiste en tres fases Comisión Europea,1999). Cada fase consta de una serie de consideraciones y de requisitos que los funcionarios encargados de realizar las políticas o legislación deben responder para determinar el potencial Impacto de Género Hugo Fernando Guerrero Sierra Fase 1 Procedimiento: Evaluación de la relevancia de Impacto de Género. En esta primera fase se determina la necesidad de llevar a cabo un IIG más detallado. Requisitos: Para poder realizar una evaluación del posible Impacto de Género es necesario que las estadísticas estén divididas por géneros y que los funcionarios respondan a las siguientes preguntas en relación con la política o legislación: Requisitos: Los criterios de las diferencias entre hombres y mujeres se deben establecer de acuerdo con lo siguiente: • Participación (en comités, posiciones de toma de decisión, salarios, etc.): Se debe determinar el número de hombres y mujeres que participan y cómo se encuentran representados. • Recursos (tales como el tiempo, dinero, información, educación, etc.): Se debe evaluar el acceso a estos recursos por cada género, tratando de asegurar la equidad. • ¿Afecta a uno o a ambos géneros? • ¿Tiene una influencia en la vida diaria de la población? • ¿Existen diferencias en relación a los derechos, recursos, participación y valores entre hombres y mujeres? Si la respuesta a alguna de las tres preguntas es afirmativa, existe un componente relevante de Impacto de Género. En este caso, se debe continuar con la siguiente fase para realizar una evaluación de Impacto de Género. Fase 2 Procedimiento: Evaluación del efecto específico de género que tiene la política propuesta, con base en diferentes criterios. • Valores y estándares que pueden afectar al papel desempeñado por cada uno de los géneros: Se debe evaluar si la propuesta afecta a valores y estándares dentro de la sociedad. Fase 3 Procedimiento: Ajustes necesarios para corregir el Impacto de Género. Requisitos: ¿Cómo ayuda la propuesta a eliminar inequidades y promover la equidad entre hombres y mujeres? Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Uno de los campos en el que se han desarrollado en mayor profundidad las políticas de equidad de género es en el de las ayudas para el desarrollo. En este campo, el Programa de las Naciones REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 41 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha sido pionero en la creación de herramientas para la incorporación de la perspectiva de género. En el año 2002 el PNUD publicó un manual para la elaboración de los IIG, que aplica los principios de la política transversal de género (UNDP,2002). Este manual está dividido en dos grandes secciones: a. Diez pasos para incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas: Esta primera parte describe, paso a paso, como incorporar la política de equidad de género en el proceso de elaboración de políticas públicas. Cada paso contiene un cuestionario y una lista de comprobación. Estos pasos son: 1. Una aproximación de género a las partes implicadas. ¿Quiénes toman las decisiones? 2. La creación de una agenda pública con perspectiva de género. 3. ¿Cuáles son los objetivos de la política pública? 4. Análisis de la situación actual y de la información necesaria. 5. Investigación y análisis. 6. La formulación de la política desde una perspectiva de género. 7. Argumentación de la política. 8. Seguimiento. 42 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 9. Evaluación. 10. Comunicación con perspectiva de género. b. Aproximación sectorial a la implantación de la perspectiva de género: En esta segunda sección se aborda el mismo tema, pero desde un punto de vista sectorial. Es importante señalar que cada aproximación sectorial tiene en cuenta los 10 pasos de la sección anterior, que los adapta a las necesidades de cada área. Entre estos sectores destacan los siguientes: Macroeconomía y comercio, Gobernanza y participación, Empleo, Educación, Salud, Justicia y derechos humanos, Medios de comunicación, Medio ambiente y desarrollo sostenible. Este manual se ha estado utilizado durante los últimos años de manera permanente por el PNUD. Además, ha servido de referencia para la gran mayoría de las agencias de las Naciones Unidas tales como ACNUR y UNICEF. A pesar de que el manual está pensado para la incorporación de la perspectiva de género a las políticas públicas de los organismos internacionales, su contenido es fácilmente aplicable a los contextos nacionales. Así, el manual se ha utilizado en varios países de América Latina, en concreto en programas específicos dentro de Bolivia, Perú y Paraguay (el Ministerio de Salud de Perú está utilizando las plantillas desarrolladas por el PNUD para incorporar la perspectiva de género a su política de salud rural). Hugo Fernando Guerrero Sierra 4. CONCLUSIÓN A lo largo de este trabajo se ha descrito de qué manera los países más avanzados y vanguardistas en materia de equidad de género han emprendido y desarrollado el proceso de incorporar la política transversal de género en las políticas públicas gubernamentales y en los proyectos de legislación, las herramientas que han diseñado para ello y las instituciones que han creado o adaptado para apoyar y supervisar su implementación. Los países más avanzados en materia de equidad de género han optado por crear una o varias entidades públicas específicamente dedicadas, principal o exclusivamente, a la implantación de la política transversal de género. Del análisis de estos países, se puede concluir que la herramienta más utilizada y que está resultando más efectiva para incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas y legislación de los países más vanguardistas es el Informe de Impacto de Género. En cuanto al modelo de los Informes de Impacto de Género, la mayoría de los países han optado por desarrollar un modelo genérico y único de Informe, además es fundamental que el contenido de los Informes sea sencillo y fácil de aplicar, para que no aumente de manera significativa la carga laboral de los funcionarios encargados de su elaboración. A lo largo de la investigación para este trabajo también se puede concluir que una buena fórmula para que, se realicen los Informes de Impacto de Género es el desarrollo de manuales o guías que describan los pasos que deben seguir los funcionarios para incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas y legislación. Asimismo, es muy importante que existan datos cuantitativos divididos por género para que, primero, se facilite la elaboración de los Informes y, posteriormente, se puedan medir los avances logrados en relación con la equidad de género. Una vez elaborado el IIG, es necesario que se evalúe su contenido. Una correcta elaboración de los IIG permite medir y cuantificar el impacto de la política pública o legislación sobre la equidad de género. A pesar de que en los países analizados aun no existen resultados claros y contundentes acerca del impacto de la política transversal de género sobre la propia equidad de género, fundamentalmente, por la novedad de su implantación, los resultados preliminares son prometedores. De las experiencias de los países más avanzados en esta materia analizados en este trabajo se puede concluir que, a pesar de que hoy por hoy no existe una utilización generalizada de los IIG para incorporar la perspectiva de género REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 43 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. en las políticas públicas y en la legislación, se ha identificado que son una herramienta altamente efectiva. Por ello, y para garantizar su utilización, los países más avanzados han reformado, van a reformar o están en proceso de reformar su legislación para incluir la obligatoriedad de que se elaboren IIG para incorporar la perspectiva de género en los deferentes ámbitos de la política pública. 5. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. Act no 45 of june 9 th (1978) on Gender Equality. Disponible en Internet en: http://www.likestillingsombudet.no/ english/act.html 2. Arbeidsog administrasjonsdepartement (2000)»Instruks om utredning av konsekvenser, foreleggelse oghøring ved arbeidet med offentlige tredninger, forskrifter, proposisjoner og meldinger til Stortinget» Oslo, Noruega. 3. Comisión Europea (1998) «100 palabras para la igualdad. Glosario de términos relativos a la igualdad entre mujeres y hombres», Dirección General de Empleo, Relaciones Laborales y Asuntos Sociales, Bruselas. Disponible en Internet en la página web: http://www.europarl.europa.eu/ transl_es/plataforma/pagina/celter/ glosario_genero.htm 44 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 4. Comisión Europea (1999) Dirección General de empleo, Relaciones laborales y asuntos sociales (Bruselas) «Guía para la Evaluación del impacto en función del Género», OPOCE (Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas), Luxemburgo. Disponible en Internet en la página web: h t t p : / / e c . e u r o p a . e u / employment_social/gender_equality/ docs/gender/gender_es.pdf 5. Comisión Europea (1999) «Guía para la Evaluación del impacto en función del Género», Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas), Luxemburgo. Disponible en Internet en la página web: h t t p : / / e c . e u r o p a . e u / employment_social/gender_equality/ docs/gender/gender_es.pdf 6. Consejo de Europa (1999) «Mainstreaming de género. Marco conceptual, metodología y presentación de buenas prácticas». Informe final de las actividades del Grupo de especialistas en mainstreaming (EG-SMS), (versión español e inglés), Instituto de la Mujer, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Serie documentos, número 28, Madrid, pp. 26. 7. Consejo de Europa (2005) «National Machinery, action plans and gender mainstreaming», pp. 203. Disponible en internet en la página web: http:// Hugo Fernando Guerrero Sierra www.coe.int/T/E/Human_Rights/ Equality/PDF_EG(2004)4_E.pdf 8. Equal Opportunities Commission en: http://www.eoc.org.uk/ 9. Gender Equality Public Service Agreement en: http://www.womenandequalityunit. gov.uk/gender_equality_duty/ gender_psa.htm 10.GenderNet, Country Information (1995), United Kingdom, ver punto 1.1 «Situation at the time of the Bejing Conference in 1995», de la página web: http://www.gendernet.at/opencms/ opencms/gnet/de/leftNav/ Country_information/UK.html 11. Lombardo, E. «El mainstreaming de género en la Unión Europea», en Aequalitas. Revista Jurídica de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, vol.10-15, mayo-diciembre 2003, pp. 6-11. Disponible en Internet en la página web: http://www.ucm.es/ info/mageeq/documentos/ Art_MainstreamingUE.pdf 12. Organización de las Naciones Unidas (1979) «Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against Women (CEDAW)» Nueva York, EE.UU. El texto completo de la convencion puede verse en http://www.un.org/womenwatch/ daw/cedaw/cedaw.htm 13. Pazos, M. (2006) «Género y Estadísticas Administrativas: necesidades y dificultades. El ejemplo de los permisos de paternidad y maternidad». Comunicación para el Seminario Internacional: El papel de los registros administrativos en relación con el análisis social y económico y el desarrollo del sistema estadístico nacional. Madrid. Disponible en Internet en la página web: http:// www.ief.es/ 14. Sex Discrimination Act, (1975), en: http://www.eoc.org.uk/PDF/sda.pdf 15.Status of Women Canada (1995) «Setting the Stage for the Next Century, The Federal Plan for Gender Equality» se encuentra disponible en internet en: http://www.swc-cfc.gc.ca/pubs/ 066261951X/199508_066261951X_e.pdf 16.Status of Women Canada (1998) «Gender-Based Analysis: A Guide for Policy-Making» en: http://www.swc-cfc.gc.ca/pubs/ gbaguide/gbaguide_e.html 17.Status of Women Canada (2001) «Canadian Experience in Gender Mainstreaming». Ver apartado 2.2 Institutional Infraestructure, de la página web: http://www.cfc-swc.gc.ca/pubs/ 0 6 6 2 6 6 7 3 5 2 / 200112_0662667352_2_e.html 18.Status of Women Canada (2003) The Eight Steps of Gender-Based Analysis, del citado manual «GenderBased Analysis: A Guide for PolicyMaking» en: http://www.swc-cfc.gc.ca/ pubs/gbaguide/gbaguide_e.html REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 45 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. 19.Status of Women Canada (2004) «Gender Based Analysis (GBA) Performance Measurement» en: http:/ /www.swc-cfc.gc.ca/pubs/ g b a p e r f o r m a n c e / gbaperformance_2_e.html 20. The Equality Bill (2005), en: http:/ /www.publications.parliament.uk/pa/ ld200506/ldbills/017/2006017.htm 21.UNDP (2002) «Gender mainstreaming in practice: a handbook» Nueva York, Estados Unidos. En: 46 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 http://www.undp.org/women/docs/ RBEC_GM_manual.pdf 22.Woman and Equality Unit (2004) «Gender Impact Assessment». Department of Trade and Industry. Londres, Reino Unido. D i s p o n i b l e : h t t p : / / www.womenandequalityunit.gov.uk/ equality/gender_impact_assessment.pdf PRESUNCIONES EN CONTRATACION ESTATAL PRESUMPTIONS IN STATE CONTRACTING Jorge Enrique Patiño Rojas** Fecha recepción: 25-06-08 Fecha de aceptación: 30-08-08 RESUMEN * En este artículo se aborda el tema de las presunciones en la contratación estatal en Colombia, partiendo del concepto y las distintas modalidades de presunción; se precisan las más generales, aplicables a toda la actividad de la administración pública, y las particulares, propias de la contratación oficial. En éstas, se examinan las de pacto de las cláusulas excepcionales, de la cláusula de caducidad y del sometimiento a las leyes nacionales estipuladas en los contratos que tengan por objeto el ejercicio de una actividad que constituya monopolio estatal, en los de prestación de servicios públicos o explotación y concesión de bienes del Estado y en los de obra; igualmente aludimos al pacto concretado en la cláusula de reversión para los contratos de explotación y concesión de bienes del Estado, así como la presunción de equilibrio financiero del contrato, y la de compra a precios de mercado en ciertos contratos. Finalmente, hacemos referencia a la presunción de legalidad de algunos actos administrativos propios de la contratación estatal, a la culpa, sus consecuencias jurídicas. PALABRAS CLAVE Presunción, contrato estatal, equilibrio contractual, buena fe, cláusulas excepcionales, incumplimiento. ** * Mg. en Historia. Investigador, adscrito al Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas USTA Tunja; [email protected] Artículo de investigación científica resultado final de una etapa del proyecto, «contexto del derecho administrativo y contratación estatal», en desarrollo de la línea de investigación en derecho administrativo. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 47 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. ABSTRACT This article discusses the presumptions in state contracting in Colombia, based on the concept and different forms of presumption; in this article are specified the most general, applicable to all activities of public administration, and specific presumptions, typical of public contracting. Those different forms examine compact clauses, exceptional clauses, lapsing of legal action clause and submission clause of national laws stipulated in contracts relating to the exercise of an activity that constitutes a state monopoly, provision of public services and concession or exploitation of state property. Also referring to the pact resulted in the reversion clause in the contracts for operating and grant of state property, as well as the presumption of financial balance of the contract, and the clause of purchase at market prices on certain contracts, particularly those whose monetary amount is equal to or less than 10% of the amount, if the assets are acquired in a trade officially named as ‘department store’. Finally, we refer to the presumption of legality of certain administrative acts typical of public contracting, and the blame clause and their legal consequences attributable that, without valid justification breach a contract, including the state. 1. INTRODUCCIÓN junto con las que, siendo generales, tienen que ver con dicho tema jurídico - administrativo, procurando su estudio sistemático. En Colombia, hasta antes de la expedición de la ley 1150 de 2007, en materia de contratación estatal, solamente se conocían las presunciones generales de pacto de que trata la ley 80 de 1993. Con la entrada en vigencia de la nueva ley, la institución en mención amplió su espectro jurídico, pues se crearon algunas más. En este artículo nos proponemos integrar las presunciones propias de la contratación pública, 48 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 KEYWORDS Presumption, presumption of pact, agreement, state contract, contractual balance, market prices, good faith, clauses exceptional, failure.. Metodológicamente, previo al examen de las presunciones particulares propias de la contratación estatal, cada vez de más creciente utilización tanto en el procedimiento administrativo como en la instancia procesal, como marco inicial, aludimos a las presunciones generales, de común utilización en el desenvolvimiento de la actividad estatal. Así mismo, para el Jorge Enrique Patiño Rojas desarrollo del tema, primero se hace necesario acercarnos al concepto de presunción en sus distintas modalidades, al de contrato estatal, y dentro de éste, tangencialmente, al de su equilibrio financiero: la obligatoriedad inicial, el eventual rompimiento y la perentoriedad del reequilibrio, dentro del marco jurídico holístico de las presunciones. Con la paulatina incorporación de las presunciones en esta materia, esencialmente de orden técnico, no solo se honra el mandato del art. 228 de la Carta Política, de prevalencia del derecho sustancial sobre las simples formalidades, sino que, de contera, lo estrictamente reglado va cediendo un pequeño pero persistente espacio a lo discrecional1 (Locke, 1995) (que, como se sabe, es diferente a lo arbitrario), pero siempre en procura del bien común y de la equidad. Precisamente, en este sentido, el nuevo delito tipificado en el Código Penal (ley 599 de 2000, artículo 409), es el de «interés indebido en la celebración de contratos» (que reemplazó al de «interés ilícito en la celebración de contratos», del Código Penal de 1980), en razón de la importancia que cobra cada día la función teleológica en la contratación estatal, y en general en la actividad 1 pública, en desmedro paulatino de la rigurosa formalidad. A pesar de que los dogmáticos penalistas aleguen que el nuevo tipo penal se halla incompleto, y tengan que remitirse a la criticada figura del tipo penal en blanco -entendida como la conducta penal definida por el legislador de manera genérica-, obligando al juez a valerse de otros ordenamientos legales, en este caso del ordenamiento administrativo, y a hacer del ejercicio jurídico necesariamente una operación integradora. 2. METODOLOGÍA La metodología que hemos considerado más adecuada para desarrollar el problema es necesariamente históricosociológica, esto es, primordialmente buscando una explicación que desde el pasado explique el deber ser del nuevo Estado, teniendo como instrumento el derecho administrativo. Dependiendo de la información disponible, del pasado, se especificará y estimará un modelo moderno de derecho administrativo, para un Estado equitativo y moderno. Al respecto poseemos las fuentes primarias los datos obrantes en las entidades oficiales sobre la evolución del derecho administrativo, (Congreso), Gobierno, Asambleas, Concejos, El tema de la discrecionalidad en las decisiones públicas no es nuevo. Desde el siglo XVII, Locke manifestó claramente: «Allí donde el poder legislativo y el ejecutivo residen en manos distintas –como ocurre (…) en los gobiernos bien estructurados – el bien de la sociedad requiere que varios sean los asuntos que se dejen a la discreción de quienes ostentan el poder ejecutivo; pues como los legisladores no pueden prever y procurar mediante leyes todo lo que pueda serle útil a la comunidad, el ejecutor de las leyes, al tener el poder en sus manos, tiene, por derecho común natural, el derecho de hacer uso de dicho poder para el bien de la sociedad…». LOCKE, John. «Segundo tratado sobre el gobierno civil». Altaya. Barcelona. 1995. p. 164. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 49 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Registraduria Nacional del Estado Civil, etc.) y como fuentes secundarias las bibliografícas para reforzar los conceptos básicos tratados en la investigación sobre derecho administrativo, administración publica, legitimidad, participación, equidad, etc. 3. PRESUNCIONES En general, en derecho, una presunción tiene que ver con la prueba, mejor con la afectación que ella le ocasiona al sistema probatorio, pues con su presencia en un caso determinado, la carga de probar se invierte, correspondiendo a la contraparte demostrar lo contrario de lo que una parte afirma; se quiebra, así, el viejo y conocido aforismo, actori incumbit onus probando (Incumbe probar las obligaciones a quien las alega, dice el art. 1757 del C.C.), y se ingresa al mundo de las presunciones, muy comunes en el derecho administrativo, precisamente por el carácter pretoriano2 de esa jurisdicción. Así las cosas, en síntesis, en derecho, una presunción es una forma de probar y se diferencia del hecho notorio (Bentham, 2000. ps. 61 y 62) en que éste no se pone en duda por las partes litigiosas, y no requiere prueba, como lo establece el artículo 177 del C.P.C. En concreto, desde la perspectiva del mero pensamiento filosófico, una 2 presunción jurídica, «consiste en el proceso lógico o razonamiento en virtud del cual de un hecho dado, que en todo caso ha de constar fehacientemente, se induce otro hecho cuya realidad no consta, pero del que, por la relación que tiene con aquel en que la presunción se funda, se exime de la prueba directa» Mans, 1978. p. 132) Desde la norma positiva, en Colombia, el artículo 66 del C.C., estipula que: «Se dice presumirse el hecho que se deduce de ciertos antecedentes o circunstancias conocidas», y, desde la doctrina jurídica reciente, una presunción, «corresponde a un modelo de razonamiento que permite tener por cierto lo que es probable»( Paillet, 2001. p. 157). Sin embargo, las presunciones no son patrimonio exclusivo de la disciplina del derecho: se practican en economía, en filosofía y en general en las ciencias sociales; en economía, por ejemplo, existe la denominada renta presuntiva; en filosofía, particularmente en la lógica formal, se relaciona estrechamente con el tema de las inferencias, inductivas y deductivas. Las presunciones jurídicas tienen su fuente bien en la ley, llamadas presunciones legales (praesumptio iuris o praesumptio legis), o son creación del propio juez, presunción judicial (praesumptio facti o praesumptio hominis). Las dos admiten prueba en El Pretor romano era simultáneamente juez y legislador. «El ejercicio del ius edicendi, que puede ser definido como el derecho que tenían los magistrados romanos superiores de expresar o indicar la norma por la que habría de regirse la relación jurídica llevada a su conocimiento, es el que posibilita la amplia labor edictal que cumplieron en Roma los ediles, los gobernadores de provincia y, muy especialmente, los pretores». ARGÜELLO, Luis Rodolfo. «Manual de Derecho Romano». Reimpresión. Editorial Astrea. Buenos Aires. 1979. ps. 94 y 95 50 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Jorge Enrique Patiño Rojas contrario, por lo que se denominan «iuris tantum o simpliciter iuris». También existe la presunción de derecho o absoluta, que no admite prueba en contrario, como lo estipula el artículo 66 del C.C. Sin embargo, en Colombia, jurídicamente, no es de recibo esta presunción absoluta, pues la Corte Constitucional determinó que era inexequible la única de ese tipo vigente hasta entonces, al declarar así la expresión «de derecho» contenida en el inciso segundo del artículo 92 del C.C., pasando a ser «simplemente legal» o ‘praesumptio iuris’ o ‘praesumptio legis’. (Corte Constitucional, C-004 del 22 de enero de 1998. M.P. Jorge Arango Mejía, 1988. ps. 323 y ss). Lo que significa que en nuestro país todas las presunciones tienen carácter relativo, esto es, potencialmente pueden ser desvirtuadas. 4. PRESUNCIONES GENERALES EN ADMINISTRACION PÚBLICA Por razones metodológicas consideramos pertinente referirnos, en primer lugar, a las presunciones generales de la administración pública, también tenidas en cuenta en materia de contratación, pues esta actividad estatal, en su desarrollo práctico, involucra distintas manifestaciones de la administración, desde actos y hechos hasta omisiones, como la que genera el silencio administrativo positivo previsto en el artículo 25-16 de le ley 80/93. 4.1. Presunción de buena fe. De acuerdo con un viejo principio del derecho que se remonta a 1789, con el advenimiento de la Revolución Francesa, hoy elevado en Colombia a norma constitucional, en el artículo 83, se concreta en nuestra legislación la presunción de la buena fe. Principio que queda incorporado de suyo en toda la actividad estatal, como presunción de carácter legal o praesumptio iuris. Mediante ella se cree, legalmente, que la actuación de los particulares y de las autoridades públicas se ciñe a los postulados de la buena fe, en particular las distintas manifestaciones de la actividad contractual. Además, el artículo 28 de la ley 80 de 1993 concreta la presunción de la buena fe para la interpretación de las normas relativas a procedimientos de selección y escogencia de contratistas y en lo referente a las cláusulas y estipulaciones de los propios contratos estatales. Un estado de derecho, fundamentado en la buena fe y en la confianza legítima de las partes, materializa, necesariamente, la actividad de la administración pública en actos, hechos, operaciones administrativas y contratos. No obstante, eventualmente, el Estado también se manifiesta mediante omisiones, derivadas tanto de lo que debieron ser actos administrativos, o hechos dejados de consumar, y hasta con contratos no formalizados. La primera forma de omisión es denominada por el derecho REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 51 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. como silencio administrativo (sustantivo o procedimental), en sus modalidades de negativo o positivo, éste determinado casuística y excepcionalmente en el ordenamiento jurídico. La omisión derivada de un hecho, o mejor, de lo que debió ser un hecho es simplemente eso, una omisión; pero, jurídicamente tomada como una actuación del Estado. En cuanto a la contratación, se define como la actividad preferentemente consensuada de la administración pública, desarrollada bajo condiciones legales, con reglas «claras», naturalmente preestablecidas, con el propósito que el Estado cumpla con las finalidades previstas en el ordenamiento jurídico, según los artículos 2º de la Carta Política «Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución…» y 3º de la ley 80 de 1993 «DE LOS FINES DE LA CONTRATACION ESTATAL. Los servidores públicos tendrán en consideración que al celebrar contratos y con la ejecución de los mismos, las entidades buscan el cumplimiento de los fines estatales, la continua y eficiente prestación de los servicios públicos y la efectividad de los derechos e intereses de los administrados que colaboran con ellas en la consecución de dichos fines. (…»). Pero, paradójicamente, dicha actividad no es totalmente consensuada 52 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 debido a dos razones fundamentales propias de la contratación: i). Porque se pueden adelantar procedimientos simplificados (de contratación), para garantizar la eficiencia en la gestión contractual (art. 2º No 2º L. 1150/07); y, en consecuencia, el jefe de la entidad o su delegado, mediante acto administrativo debidamente motivado justificará la decisión (art. 5º Dec. 2474/08); y, ii). Porque las entidades públicas pueden hacer uso de las llamadas cláusulas exorbitantes (de interpretación, modificación y terminación unilateral del contrato), y de la cláusula de caducidad, que se entienden incorporadas en los contratos estatales previstos en la ley, aun cuando no se consignen expresamente (artículo 14-2 de la ley 80). Aparecen así la dimensión distributiva de los contratos estatales y la dimensión de imperio de las decisiones de las autoridades públicas, que, en conjunto, le hacen perder la dimensión al carácter reglado que debe primar en la contratación estatal, haciéndola cada vez más discrecional. Sin embargo, a pesar de las prerrogativas estatales, el sometimiento al estado de derecho, tanto de la entidad contratante como del contratista, es perentorio y, además de la presunción de la buena fe, la relación administración – administrado se basa en las siguientes adicionales presunciones generales: Jorge Enrique Patiño Rojas 4.2. De autenticidad de documento público. El documento público, sostiene el artículo 252 del C.P.C. (mod. Dec. 2282 de 1989, art. 1º num. 115), se presume auténtico, mientras no se pruebe lo contrario, mediante la tacha de falsedad. Que un documento sea auténtico, en sentido técnico, significa que: «por oposición al documento privado, se aplica al documento que, habiendo sido protocolizado o solamente redactado por un funcionario público competente y cumpliendo las formalidades requeridas, da fe por sí mismo hasta que no sea tachado de falsedad» (Cornu,1995). toda la motivación jurídica y material del procedimiento de contratación estatal y su valoración3, corresponden con lo que por su parte la realidad enseña. Correspondiendo en este punto el derecho con lo que en la lógica formal se denomina criterio material de verdad. 4.3. De legalidad de la actuación administrativa, incluida la adelantada a través de la actividad contractual. Por el principio de la buena fe, toda la actuación administrativa del Estado se presume hallarse conforme con el ordenamiento jurídico. A pesar que en el campo del derecho administrativo es más conocida la presunción de legalidad de los actos administrativos, con sustento jurídico general e implícito en algunas normas constitucionales y legales. Dentro de las primeras, son los artículos 6, 121, 122, 123 inciso segundo y 124; mientras el art. 66 del C.C.A., es el sustento legal. 4.5. De indemnización por daño antijurídico. Significa que, si con la actividad contractual, o con cualquiera otra desplegada por la administración, se causa un daño antijurídico a un particular, esto es, un daño que quien lo sufre no está en la obligación de soportarlo, se presume la responsabilidad del Estado, y la obligación de repararlo (art. 90 C.P.). No obstante, el Código Civil ya había estipulado el daño en general como fuente de las obligaciones civiles, «Las obligaciones nacen (…) ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona…», afirma el artículo 1494 de dicha obra. El aporte del artículo 90 es el estatus superior que con él adquiere la responsabilidad objetiva o de pleno derecho, de creciente aplicación en la jurisdicción, particularmente con la entrada en vigencia de la Carta Política de 1991. 4.4. De certeza de los fundamentos de hecho, en los que el Estado sustenta su actuación administrativa, incluidos los fundamentos fácticos de la actividad contractual. Es decir, se presume que 4.6. De validez de las firmas. Mediante la cual se presume que quien suscribe un documento privado es su autor, a menos que él lo desmienta. Lo que determina la abolición de las 3 En lógica, la valoración coincide con el criterio trascendente de verdad, según el cual, la descripción del fenómeno del conocimiento, «…consiste en la concordancia del contenido del pensamiento con el objeto», y hace parte del ‘concepto de verdad’. HESSEN, Juan. «Teoría del Conocimiento». Gráficas modernas. Bogotá. p. 115 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 53 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. autenticaciones y del reconocimiento de firmas por parte de autoridad o funcionario alguno, para estos eventos, siempre y cuando, estimamos, quien presente el documento ante la dependencia estatal sea la misma persona que lo suscribe (artículo 24 L. 962 de 2005). Para la efectividad de la presunción, en los casos anteriores, probatoria y administrativamente, se procede de la siguiente manera: 4.6.1. Las presunciones de buena fe y de autenticidad de documento público favorecen a las partes por igual. La buena fe es presumible y aplicable a las partes, administración y administrado, en principio 4 , en igualdad de condiciones. El documento público, inicialmente favorece a quien lo haga oponible, a menos que se pruebe lo contrario o haya tacha de falsedad. 4.6.2. Las presunciones favorables a la administración. En éstas la carga de la prueba recae en el administrado. • En cuanto a la legalidad de la actuación administrativa. El afectado, normalmente un particular, debe probar la ilegalidad o ilegitimidad de la actuación administrativa; si nó, 4 5 sencillamente la actuación fue legítima, correspondiendo con las exigencias legales5. • En la de certeza de los fundamentos de hecho, sustento de la actuación administrativa. El afectado, normalmente un particular, debe probar la falsedad de los fundamentos de hecho en los que la administración sustenta su actuación. 4.6.3.. Las presunciones favorables al administrado. En las siguientes, la carga de la prueba recae en la administración. • En la de indemnización del daño antijurídico. En este caso la administración, así demuestre la legitimidad y legalidad de su actuación, debe indemnizar a quien resulte perjudicado, pues este tipo de daño implica que el particular no debe soportar el perjuicio. • En la de presunción de validez de las firmas. En este caso la administración debe suponer que la firma en los documentos privados corresponde a la que en ellos se estipula, por lo que los funcionarios deben aceptar su radicación u oponibilidad, a menos que el supuesto suscriptor la niegue. Se dice ‘en principio’ porque, como se sabe, el derecho no es estrictamente neutral El estructural funcionalismo hace coincidir, consideramos que inadecuadamente, lo legal - racional con lo legítimo. WEBER, Max. Economía y Sociedad. FCE. Primera reimpresión de la segunda edición en español de la cuarta edición en alemán. Santafé de Bogotá. 1997. p. 214 54 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Jorge Enrique Patiño Rojas 5. PRESUNCIONES EN LA CONTRATACIÓN ESTATAL En este tema de la contratación, a pesar de ser rigurosamente reglado, existen las siguientes presunciones: 5.1. Presunción especial de pacto. Dispone que en los contratos que tengan por objeto el ejercicio de una actividad que constituya monopolio estatal, en los de prestación de servicios públicos 6 o en los de explotación y concesión de bienes del Estado, así como en los contratos de obra, se entienden pactadas, genéricamente, algunas cláusulas excepcionales al derecho común, antes denominadas cláusulas exorbitantes, propias del poder soberano del Estado, aun cuando no se consignen expresamente en el texto del contrato (art. 14, numerales 1º y 2º, ley 80/93). Dentro de la presunción de pacto, tenemos: 5.1.1. Cláusulas excepcionales. En los contratos atrás referidos, las cláusulas excepcionales al derecho común, de interpretación, modificación y terminación unilateral por parte de la entidad contratante, propias de los contratos estatales, se entienden pactadas aun cuando no se consignen expresamente (art. 14, numerales 1º y 2º, ley 80/93). En criterio de la Corte Constitucional en Sent. T-1341 del 11 6 de diciembre de 2001. M.P. Dr. Alvaro Tafur Galvis, en principio, estas cláusulas de privilegio en favor de la administración desfavorecen el debido proceso, particularmente la garantía del derecho de defensa y contradicción del contratista, previsto en el artículo 29 de la Carta Política. Sin embargo, en particular, en cuanto a la terminación unilateral del contrato, agrega que: «la finalidad inscrita en la potestad excepcional aludida y las consecuencias que derivan para el contrato por razón de las nulidades absolutas señaladas como causantes de su terminación (L. 80/93, art. 44, nums. 1º, 2º y 4º) justifican razonablemente la limitación de ese derecho», en concreto, es la finalidad estatal de los contratos de esa naturaleza lo que determina la preeminencia de la posición estatal y su posición dominante. En síntesis, para la Corte, en la citada sentencia, las causales de terminación del contrato estatal previstas en los numerales 1º, 2º y 4º del artículo 44 de la ley 80/93 7, «atendiendo a la afectación que producen en el orden jurídico no son susceptibles de reparación, enmienda o saneamiento por las partes; por el contrario, imponen la terminación de forma inmediata del contrato que las contiene». No obstante, para otros eventos propios de la ejecución del contrato, y los Una categoría importante de servicios públicos son los domiciliarios: acueducto, alcantarillado, aseo, energía eléctrica, telefonía pública, básica conmutada, telefonía móvil rural y distribución de gas combustible. Art. 14-21, ley 142 de 1994 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 55 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. referidos en los numerales 3º y 5º de la ley 80 /938, atendiendo el mandato del artículo 27 de la ley 80, sí se llegare a romper la ecuación contractual por causas no imputables a quien resulte afectado, «las partes adoptarán en el menor tiempo posible las medidas necesarias para su restablecimiento». Es decir, previo a la terminación unilateral, debe buscarse el arreglo directo entre los contratantes. Así se previó, además, en el artículo 11 de la ley 1150/07, para la liquidación de los contratos estatales: primero hacer uso de la posibilidad de mutuo acuerdo, así sea sólo de manera parcial, o sea, para algunos ítems del total de las diferencias surgidas del desarrollo o ejecución del contrato. 5.1.2. Cláusula de caducidad. Esta presunción dispone que en los contratos ya referidos (num. 4.1), se entiende pactada la cláusula excepcional de caducidad, aun cuando no se consigne expresamente (art. 14, numerales 1º y 2º, ley 80/93). Como es sabido, la aplicación de la cláusula de caducidad a un contratista del Estado le deriva su correspondiente sanción, consistente en quedar inhabilitado por cinco años contados a partir de la fecha de ejecutoria del acto que la declaró, para participar en licitaciones y celebrar contratos con las 7 8 entidades estatales, aplicable a quienes a ella dieron lugar, incluyendo «los socios de sociedades de personas a las cuales se les haya declarado la caducidad, así como a las sociedades de personas de las que aquellos formen parte con posterioridad a dicha declaratoria» (art. 8º lit. c) e i), L. 80/ 93). 5.1.3. Sometimiento a las leyes nacionales. Establece que en los contratos en este punto referidos, se entiende pactado que están sometidos a las leyes nacionales aun cuando esto no se consigne expresamente (art. 14, numerales 1º y 2º, ley 80/93). No obstante, para algunos contratos, como los celebrados con organismos de cooperación internacional, financiados en su totalidad o en sumas iguales o superiores al 50% con fondos de los organismos de cooperación, asistencia o ayuda internacionales, es potestativo someterse a los reglamentos de tales entidades. (Art. 20 L. 1150). 5.2. Presunción de inclusión de la cláusula de reversión. Por mandato legal, en los contratos de explotación y concesión de bienes del Estado quedará incluida la cláusula de reversión, denominada por algunos doctrinantes cláusula de garantía. Mediante la Las tres causales de nulidad absoluta por las que se puede dar por terminado unilateralmente el contrato, por cuenta de la administración, son cuando éste se celebre, 1º Con personas incursas en inhabilidad o incompatibilidad, previstas en la Constitución o en la ley; 2º Contra expresa prohibición constitucional o legal y 3º Cuando se declaren nulos los actos administrativos en que se fundamenten Las dos causales de nulidad absoluta (nums. 3º y 5º), por las que puede haber arreglo directo entre las partes, antes de darse por terminado unilateralmente el contrato, por cuenta de la administración, son cuando éste se celebre, 3º. Con abuso o desviación de poder y, 5º. Cuando se hubieren celebrado con desconocimiento de los criterios previstos en el artículo 21 sobre tratamiento de ofertas nacionales y extranjeras o con violación de la reciprocidad de que trata la ley 80. 56 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Jorge Enrique Patiño Rojas cláusula de reversión se pactará que, al finalizar el término de explotación o concesión, los elementos y los bienes afectados en la misma pasen a ser propiedad de la entidad contratante, sin que por ello ésta deba efectuar compensación alguna (art. 19, ley 80/ 93). Esta norma constituye otra presunción especial de pacto (art. 14, ley 80/93). Según la doctrina, la finalidad de esta cláusula es la seguridad de la continuidad en la prestación del servicio público objeto del contrato de concesión, pero debe morigerarse, pues «la reversión no constituye una especie de «comiso» que le permita a la administración entrar a ocupar la totalidad de los bienes utilizados por el contratista» (Consejo de Estado. Sent. de 19 de Julio de 2002. En, «Estatuto general de la contratación de la administración pública», 2006. p. 144). 5.3. Presunción de equivalencia de prestaciones. Todo contrato estatal, al igual que los contratos del derecho privado, es simultáneamente oneroso y conmutativo, por la recíproca carga obligacional y por la equivalencia de las mismas, respectivamente; en consecuencia, se deben mantener tales condiciones a lo largo de la vigencia jurídica del contrato. Sin embargo, a pesar de la condición de imperio del Estado, si se llegare a romper la equivalencia, como es posible, por su condición de contrato conmutativo, 9 debe surgir su resarcimiento inmediato9 sobre la base de que quien obtenga el provecho, debe soportar la carga; «ubi emolumentum, ubi onus», reza el aforismo latino. Al respecto, se halla en juego el concepto de justicia, de igualdad en el sostenimiento de las cargas públicas (art. 95-9 C.P.). «Nadie podrá enriquecerse sin justa causa a expensas de otro», sostiene el art. 831 C. de Co. Así mismo, «La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es a los sistemas de pensamiento» (Rawls, ____, p. 19). - Naturaleza del contrato estatal. La clasificación del contrato estatal como oneroso y conmutativo, al igual que en el derecho privado, obedece, respectivamente, a que, primero, «tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose cada uno a beneficio del otro» (art. 1497 C.C.); y, segundo, porque «cada una de las partes se obliga a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra parte debe dar o hacer a su vez» (art. 1498 C.C.). En el caso del contrato estatal, mientras no haya incumplimiento del contratista, no importa la condición de imperio del propio Estado, ni las implicaciones derivadas de tal situación privilegiada, pues el contrato, en la mayoría de las eventualidades en que se presente desajuste, se debe reequilibrar; bien El ordenamiento jurídico colombiano prevé distintas modalidades para el restablecimiento de la ecuación financiera: arreglo directo (conciliación interna, amigable composición y transacción); conciliación externa (en tribunal de arbitramento, prejudicial y judicial); y vía jurisdiccional (acciones, principalmente la contractual). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 57 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. sea a cargo de la entidad contratante, como ocurre con mayor frecuencia, o a cargo del contratista y a favor de la entidad estatal. La condición dominante o de imperio del Estado hace que el contrato estatal, en principio conmutativo, se torne, eventualmente, distributivo 10 . Al respecto Ulpianus, citado por Gaius sostiene que, «aquello que es voluntad del príncipe tiene vigor de ley, ya que por lex regia llamada también de imperio, el pueblo le ha concedido todo imperio y toda potestad» (Ulpianus, citado por Gaius. «. 1975. p. 8). Lo anterior significa que los contratos estatales surgen a la vida jurídica como conmutativos, esto es, con equivalencia de prestaciones; pero, dada la presunción de pacto que incorpora las denominadas cláusulas excepcionales en todo contrato estatal, en pro de la administración, en razón de la ratio esencia del poder del Estado, la equivalencia se puede romper a favor del contratante, trocándose en modalidad onerosa el contrato estatal inicialmente conmutativo. Continuando con la idea anterior, generalmente es mediante la conocida figura del hecho del príncipe, en sus distintas modalidades, que el Estado, de manera unilateral y potencialmente hablando, pone en desequilibrio la ecuación contractual, bien sea: i). Por una decisión interna de la entidad contratante, como por ejemplo, la 10 obligación al contratista de la ejecución de mayor cantidad de obra de la acordada en el contrato; ii). Por una decisión externa a la entidad contratante, por ejemplo del legislativo, estableciendo un nuevo impuesto, o el incremento de uno existente; iii). Por el hecho negativo del príncipe, que en todo caso le genera menores ingresos al contratista, como cuando en un contrato de concesión de una vía, el Estado abre paralelamente una nueva que baja el flujo vehicular por la vía en concesión, perjudicando pecuniariamente al contratista. En nuestro ordenamiento jurídico, la presunción de equivalencia de las prestaciones se puede discriminar de la siguiente manera: 5.3.1. Al perfeccionamiento del contrato. Los contratos del Estado, expresa el artículo 40 de la ley 80, se perfeccionan cuando se logre acuerdo sobre el objeto y la contraprestación y éste se eleve a escrito. Desde este momento, obligatoriamente, surge la equivalencia entre derechos y obligaciones. No obstante, en sentencia del Consejo de Estado del 27 de marzo de 1992, se dejó en claro que la equivalencia contractual surge, no desde el contrato, sino desde los propios pliegos de condiciones. «Mientras el pliego señala -dice la sentencia- que los impuestos, derechos y gastos de legalización que por motivo de él cobre el Gobierno colombiano los «…la justicia conmutativa ha sido definida como la que tiene lugar entre las partes, la distributiva es aquella que tiene lugar entre el todo y las partes.» BOBBIO, Norberto. «Estado, gobierno y sociedad». Primera reimpresión. FCE. Bogotá. 1997. p. 21. 58 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Jorge Enrique Patiño Rojas pagará el contratista, la cláusula contractual introduce una nota de futuro («llegue a cobrar el Gobierno») que como tal obliga al contratista no sólo a pagar los vigentes al momento de su legalización sino todos aquellos que se establecieron en el futuro» (Tomado de revista Legis, 1992 p. 384). Por lo cual, por presentarse la ruptura del equilibrio financiero del contrato, con ocasión de la aparición de impuestos surgidos con posterioridad al perfeccionamiento del mismo, y en contra de los estipulado en el pliego de condiciones, la Corporación ordenó la correspondiente indemnización a favor del contratista. Entonces, desde el perfeccionamiento del contrato surgen las siguientes puntuales presunciones relativas con la equivalencia de las prestaciones de los cocontratantes: a).Presunción de recibir oportunamente lo pactado. Según el artículo 5 numeral 1º de la ley 80 de 1993, dentro de los derechos y deberes de los contratistas, estos, «Tendrán derecho a recibir oportunamente la remuneración pactada…», y a que su valor intrínseco no sea alterado durante la vida jurídica del contrato. Es decir, el contrato estatal debe surgir equilibrado a la vida jurídica y así permanecer, durante su vigencia legal, hasta la liquidación. b). Presunción de igualdad entre prestaciones y derechos. En los contratos conmutativos, la interpretación de las normas sobre contratos estatales, relativas a procedimientos de selección y escogencia de contratistas, y en la interpretación de las cláusulas y estipulaciones de los contratos se tendrá en consideración, entre otros elementos, «la igualdad y equilibrio entre prestaciones y derechos que caracteriza a los contratos conmutativos»; como lo estipula el artículo 28 de la ley 80/93. c). Presunción de equivalencia entre derechos y obligaciones. El artículo 27 de la ley 80, referido a la ecuación contractual, sintetiza tal condición: «En los contratos estatales se mantendrá la igualdad o equivalencia entre derechos y obligaciones surgidos al momento de proponer o de contratar, según el caso. Si dicha igualdad o equivalencia se rompe por causas no imputables a quien resulte afectado, las partes adoptarán en el menor tiempo posible las medidas necesarias para su restablecimiento». 5.3.2. Preservación de la ecuación económica. Además de la obligación que el contrato, desde su inicio o perfeccionamiento, esté signado con la prevalencia del equilibrio contractual, éste debe preservarse hasta el final. Así quedó establecido en nuestro REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 59 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. ordenamiento jurídico, siguientes eventos: en los a). Actualización o revisión de precios a favor de la entidad contratante. Dentro de los derechos y deberes de las entidades estatales, para mantener a su favor el equilibrio contractual, el artículo 3º numeral 4º de la ley 80 de 1993, establece que para la consecución de los fines de la contratación estatal, ellas solicitarán la actualización o la revisión de los precios cuando se produzcan fenómenos que alteren en su contra el equilibrio financiero o económico del contrato. Es decir, en caso de romperse la ecuación económica en contra de la entidad estatal, se prevé la actualización o revisión de los precios para preservarla (art. 4º numeral 3º de la ley 80). b). Mantenimiento de la ecuación o equilibrio inicial. No obstante, la aplicación de las conocidas potestades exorbitantes de las entidades estatales, la ley dispone el sostenimiento de la ecuación o equilibrio inicial del contrato. Para estos casos, dice, «deberá procederse al reconocimiento y orden de pago de las compensaciones e indemnizaciones a que tengan derecho las personas objeto de tales medidas y se aplicarán los mecanismos de ajuste de las condiciones y términos contractuales a que haya lugar, todo ello con el fin de mantener la ecuación o equilibrio inicial» (artículos 14-1 y 27 de la ley 80). 60 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 c). Inalterabilidad del equilibrio financiero del contrato. Los contratistas, tendrán derecho a que el valor intrínseco de la remuneración no se altere o modifique durante la vigencia del contrato (artículo 5 numeral 1º de la ley 80 de 1993). Así mismo, se mantendrá la igualdad o equivalencia entre derechos y obligaciones surgidos al momento de proponer o de contratar, según el caso. Si dicha igualdad o equivalencia se rompe por causas no imputables a quien resulte afectado, las partes adoptarán en el menor tiempo posible las medidas necesarias para su restablecimiento (artículo 27 de la ley 80). Lo que significa que, en situación de normalidad, en la vigencia jurídica del contrato estatal, debe prevalecer finalmente su carácter conmutativo sobre el distributivo. Cabe indicar, por último en este punto, que son cuatro los áleas generales a los que se halla sometido el contrato estatal y que de presentarse uno de ellos puede venir intempestivamente su desequilibrio financiero: i). El administrativo, referente a las decisiones estatales, concretadas en el hecho del príncipe, interno o externo, según si fue la entidad contratante la que ocasionó el desequilibrio, o no, correspondiéndole dicho evento a otra entidad estatal; ii). El económico, referente al albur de la economía y del mercado; iii). Tecnológico, relacionado Jorge Enrique Patiño Rojas con los adelantos científicos, con la tecnología y. iv). Material, relacionada con un hecho extraño (caso fortuito o fuerza mayor). Sin embargo, por fuera de los anteriores, también se presentan otros factores de desequilibrio del contrato estatal: la denominada teoría de la imprevisión o de riesgo imprevisible y el eventual incumplimiento de una de las partes. En estos dos últimos casos, el restablecimiento del equilibrio es distinto entre sí (y también con respecto a los cuatro áleas generales). En la teoría de la imprevisión, referida a circunstancias excepcionales, ajenas a las partes contratantes, se procederá por la revisión del contrato; mientras que dado el incumplimiento, como adelante se verá, el contratante incumplido debe indemnizar al contratante cumplido o que se allane a cumplir. Sobre la teoría de la imprevisión, el artículo 868 del Código de Comercio establece que, «Cuando circunstancias extraordinarias, imprevistas o imprevisibles (…), alteren o agraven la prestación de futuro cumplimiento a cargo de una de las partes, en grado tal que le resulte excesivamente onerosa, podrá esta pedir su revisión». Las circunstancias extraordinarias, no imputables a las partes, «…determinan un trastorno de la economía financiera del contrato que lleva al contratista a suministrar las prestaciones con pérdida» (González Rodríguez, 2007, ps. 383 y 384). La teoría de la imprevisión tuvo su origen en el fallo de Gas de Burdeos, del Consejo de Estado de Francia (1916), que estableció su aplicación, «cuando el contrato está cumpliéndose y es transformado por un suceso excepcional que no depende de la voluntad de las partes contratantes y que razonablemente no podía entrar entre sus previsiones en el momento de la suscripción del contrato» (Long, 2000. p. 119) A pesar de la distinción referida inicialmente entre la teoría de la imprevisión y el incumplimiento del contrato, si existe alguna similitud entre ellas está en que en estas causales de alteración del equilibrio financiero del contrato no habría, en sentido estricto, lugar al reequilibrio, pero sí a la revisión o la indemnización, respectivamente, en favor del contratante cumplido o que se allane a cumplir, de cuenta del contratante incumplido. Por último, en cuanto a la posibilidad de aplicación del derecho privado (civil y comercial) a la actividad de la contratación estatal, se halla prevista en el artículo 13 de la ley 80/93, pero solo de manera supletiva, esto es, «salvo en las materias particularmente reguladas en esta ley». 5.4. Presunción de compra a precios de mercado. Dentro de la submodalidad de contratación de mínima cuantía (correspondiente a la modalidad de menor cuantía), según el artículo 46 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 61 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. del decreto 2474 de 2008, inc. 2º, «Cuando la entidad adquiera bienes o servicios en establecimientos que correspondan a la definición de ‘gran almacén’ señalada por la Superintendencia de Industria y Comercio, se presumirá que ha adquirido a precios de mercado». Esta presunción es reiterativa en los siguientes tres casos: mercado’ y en establecimiento de comercio calificados como ‘gran almacén’. Creemos más bien que en esta clase de contratos podría primar el concepto de intuito personae, como sucede en los servicios profesionales, de apoyo a la gestión y los trabajos artísticos, que se contratan directamente (art. 2, num. 4, lit. h. L. 1150). 5.4.1. Modalidad genérica. Según el parágrafo del artículo 46 del decreto 2474 de 2008, lo señalado en esta norma para los contratos de mínima cuantía (como especie de la submodalidad de menor cuantía que a su vez forma parte de la modalidad de selección abreviada), entre otras cosas, se aplica a las demás causales de selección abreviada (no solo a la causal de menor cuantía), y al concurso de méritos cuando la cuantía o monto pecuniario del contrato sea inferior al diez por ciento (10%) de la menor cuantía. Es decir, en todas las submodalidades de la selección abreviada y en el concurso de méritos, cuando la contratación sea de mínima cuantía, y los bienes y servicios se adquieran en establecimientos que correspondan a la definición de ‘gran almacén’, señalada oficialmente, se presumirá la contratación a precios de mercado. Sin embargo, es poco explicable, racionalmente hablando, cómo la inteligencia, como objeto de contratación abstracto, suplida mediante el concurso de méritos, pueda adquirirse considerando los ‘precios de 5.4.2.Adquisición de bienes homogéneos. En la modalidad de selección abreviada, para el caso de los «bienes homogéneos» (normalmente adquiridos mediante el procedimiento de la menor cuantía), como norma especial, el artículo 17 del Dec. 2474/ 08, establece que en tal evento la entidad podrá optar por adquirir dichos bienes en los términos del artículo 46 del referido decreto, esto es, que en los contratos de mínima cuantía, es decir, cuando el valor de los mismos no exceda el diez por ciento de la menor cuantía (10%), se presume, que se han adquirido a precios de mercado. 62 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 También, para la adquisición de bienes y servicios con características técnicas uniformes y de común utilización por parte de las entidades estatales, denominados bienes homogéneos (art. 52 Dec. 2474/08), sus contratos destinados a cubrir programas de protección de personas amenazadas, o desmovilizadas, o desplazadas por la violencia; programas de protección de derechos humanos de grupos de personas habitantes de la calle, y en Jorge Enrique Patiño Rojas general, contratos que cubran determinados objetos sociales, de que trata el artículo 2º numeral 2º literal h de la ley 1150 de 2007, se presume, que se celebrarán por parte de la entidad tomando como única consideración los precios del mercado, creemos, así se supere el 10% de la menor cuantía, pero respetando el procedimiento que según el manual de contratación de cada entidad permita obtener la oferta más favorable, teniendo en cuenta la naturaleza del bien o servicio a contratar. 5.4.3. Contratación reservada del sector defensa y DAS. Los contratos que se suscriban para la adquisición de bienes y servicios con reserva legal, del sector defensa y del DAS (literal d, numeral 4 del artículo 2º de la ley 1150), pertenecientes a la modalidad de contratación directa, como lo establece el parágrafo del artículo 79 del decreto 2474, no requerirán de la obtención previa de varias ofertas y tendrán como única consideración la adquisición en condiciones de mercado, concretándose así la presunción tratada en este aparte, referente a la compra en condiciones del mercado. Agregándose la consideración legal que las condiciones técnicas de estos contratos no pueden ser reveladas, exceptuándose, en consecuencia, su publicación. 5.5. Presunción de los contratos con ciertos fines sociales. Los contratos estatales previstos en el artículo 2º numeral 2º literal h de la ley 1150 de 2007, a cargo de entidades que ejecuten «…programas de protección de personas amenazadas, programas de desmovilización y reincorporación a la vida civil de personas y grupos al margen de la ley, incluida la atención a grupos familiares, programas de atención a población desplazada por la violencia, programas de protección de derechos humanos de grupos de personas habitantes de la calle, niños y niñas o jóvenes involucrados en grupos juveniles que hayan incurrido en conductas contra el patrimonio económico y sostengan enfrentamientos violentos de diferente tipo, y población de alto grado de vulnerabilidad con reconocido estado de exclusión que requieran capacitación, resocialización y preparación para el trabajo, incluidos los contratos fiduciarios que demanden», se presume, se celebrarán por parte de la entidad tomando como única consideración las condiciones del mercado (art. 52 del decreto 2474/08). Por lo tanto, a criterio de la entidad contratante, para los anteriores contratos no se hará la publicación en el SECOP (Sistema Electrónico de Contratación Pública), exigida para la generalidad de los contratos estatales, con miras de preservar la seguridad de los beneficiarios del programa. 5.6. Presunción de legalidad de algunos actos relativos a la contratación. Como se ha venido sosteniendo, todos los actos REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 63 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. administrativos emanados de la administración pública se presumen legales, incluidos los de la contratación. Sobre este particular, por lo novedosos, nos parece relevante referirnos a los dos siguientes: i. El manual que en cada entidad regula la forma de selección del contratista y, ii. El de apertura del procedimiento contractual que, además, tiene la facultad de establecer la modalidad de selección. 5.6.1. Del manual de contratación. A partir del artículo 89 de decreto 2474 de 2008, las entidades estatales sometidas al Estatuto General de Contratación tienen la obligación de elaborar y expedir un manual de contratación que señale los procedimientos internos, los funcionarios intervinientes y todos los asuntos propios de la selección del contratista, así como la vigilancia y control de la ejecución contractual, en los términos establecidos en la norma mencionada; manual que, se presume, se expide en concordancia con el ordenamiento legal. 5.6.2. Del acto administrativo de apertura del proceso de selección. Cada entidad, mediante acto administrativo de carácter general, de manera motivada, ordenará la apertura del procedimiento de selección que se desarrolle a través de licitación, selección abreviada y concurso de méritos. Dentro del mismo se debe señalar, entre otras exigencias, «La modalidad de selección que 64 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 corresponda a la contratación» (art. 3º. Dec. 2474/08). Igualmente, el acto de apertura de la contratación directa debe justificarla, señalar la causal invocada y determinar el objeto a contratar (art. 4º. Dec. 2474/08), lo que también implica la necesidad de su motivación. Por su parte, la selección abreviada corresponde a la modalidad de escogencia objetiva del contratista prevista para aquellos casos en que por las características del objeto a contratar, las circunstancias de la contratación, la cuantía o la destinación del bien, obra o servicio, mejor convenga para garantizar la eficiencia de la gestión contractual (art. 2º num. 2º L. 1150). De lo anterior se deduce la relativa discrecionalidad en la escogencia de la modalidad de contratación, pero siempre buscando la eficiencia en los procedimientos y justificando, cualquiera haya sido el criterio determinante de la modalidad, el que, debe presumirse, está acorde con el ordenamiento legal. No obstante, de acuerdo con la ley, la regla general para la escogencia del contratista sigue siendo la licitación pública (art. 2º num. 1º L. 1150). Las presunciones anteriores, derivadas de la legalidad de los manuales de contratación expedidos por las entidades estatales y del acto de apertura del procedimiento de selección, indican que las decisiones en ellos contenidas se hallan conforme al Jorge Enrique Patiño Rojas ordenamiento legal, y serán obligatorias, «mientras no hayan sido anulados o suspendidos por la jurisdicción de lo contencioso administrativo» (art. 66 C.C.A.). 5.7. Presunción de culpa por incumplimiento de contrato. Según la Corte Suprema de Justicia, en contundente sentencia, «Las obligaciones se contraen para cumplirse. Hay una presunción de culpa en quien no las satisface en el modo y tiempo debidos, porque el incumplimiento es un hecho o una omisión que afecta el derecho ajeno. El deudor puede destruir esa presunción probando que su incumplimiento obedeció a la fuerza mayor o caso fortuito que sobrevino sin culpa y antes de estar constituido en mora (C.C., art. 1604). Pero como la culpa proviene de no obrar con la diligencia o cuidado que la ley gradúa según la naturaleza del contrato (arts. 63 y 1604), resulta que al deudor, para exonerarse de responsabilidad, no le basta probar el caso fortuito, sino también que empleó la diligencia, o cuidado debido para hacer posible la ejecución de su obligación. ‘Esta consiste en realizar el resultado convenido mientras no se haga imposible, y en poner diligentemente los medios para que la imposibilidad no se presente. Si el resultado era realizable y no se realizó, o si con cierta diligencia pudo evitarse que se hiciera imposible, el deudor es responsable.’»(Tomado del C.C. Editorial Temis, 1986. ps. 690 y 691). En este evento, de incumplimiento, aparece el concepto de indemnización del contratante incumplido o culpable en favor del cumplido o dispuesto a cumplir. 6. CONCLUSIÓN Las presunciones en la contratación estatal, al igual que en otras áreas del derecho, y del derecho administrativo en particular, van ganando cierto espacio desde la ley y la jurisprudencia. A pesar de inspirarse la actuación contractual de la administración pública como una actividad eminentemente reglada, las distintas presunciones (bien legales o bien de hombre) a ella aplicadas, la posicionan como una actividad relativamente discrecional a lo largo de su procedimiento administrativo y hasta la finalización de la vida jurídica del contrato. Por lo mismo, el manejo probatorio para los casos presumibles cambia de forma radical, principalmente para las partes. El rol del juez se hace más dinámico y analítico, pues en cada caso debe resolver la siguiente inquietud: quien debía contrarrestar la presunción ¿lo hizo, o no? En contratación estatal, además de las presunciones generales de la administración pública, son relevantes, en síntesis, las siguientes: i). La que REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 65 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. indica la incorporación de las cláusulas exorbitantes en todo contrato celebrado por la administración pública, incluidas las de caducidad y reversión, denominada genéricamente presunción de pacto; ii). La de equivalencia en el equilibrio económico del contrato; iii). En ciertos contratos estatales, algunas compras, se tienen como realizadas en condiciones (o a precios) de mercado, particularmente cuando se lleven a cabo en establecimientos denominados oficialmente como ‘gran almacén’; iv). Los actos administrativos relacionados con la contratación estatal, como todo acto en general, se presume, están de acuerdo con el ordenamiento jurídico. v). En caso de incumplimiento de un contratante, sin causal que lo justifique, se presumirá la culpa del contratante incumplido. 7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. ARGÜELLO, Luis Rodolfo. «Manual de Derecho Romano». Reimpresión. Editorial Astrea. Buenos Aires. 1979. 2. ASAMABLEA NACIONAL CONSTITUYENTE. Constitución Política de Colombia de 1991. Legis. Bogotá. 2008. 3. BENTHAN, Jeremías. «Tratado de las pruebas judiciales». Tomo I. Giro Editores Ltda. Bogotá. 2000. 66 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 4. BOBBIO, Norberto. «Estado, gobierno y sociedad». Primera reimpresión. FCE. Bogotá. 1997. 5. Colombia, Código Civil. Decimoctava edición. Editorial Temis. Bogotá. 1986. 6. Colombia, Código De Comercio. Duodécima edición. Editorial Temis. Bogotá. 1987. 7. Colombia, Congreso Nacional de la República. Ley 80 de 1993. 8. Colombia, Congreso Nacional de la República Ley 142 de 1994. 9. Colombia, Congreso Nacional de la República Ley 1150 de 2007. 10.Colombia, Consejo De Estado. Sección Quinta. 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REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 67 68 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 JUICIO COMO ESCENARIO DEL DEBATE PROBATORIO TRIAL LIKE SCENARIO OF THE PROBATORY DEBATE Alfonso Daza González** Fecha recepción: 04-05-08 Fecha de aceptación: 03-06-08 RESUMEN * El artículo desarrolla, a partir de las decisiones de las altas Cortes colombianas, las consideraciones que hacen del juicio el principal escenario del debate probatorio. Para tal efecto se analizan las fases probatorias que se surten dentro de la etapa procesal de juicio, es decir, el descubrimiento, la solicitud, la admisión, la práctica y la valoración de las pruebas. Lo anterior teniendo en cuenta que con la adopción, a través del Acto Legislativo 03 de 2002, de un sistema procesal penal con tendencia acusatoria, se abandona el principio de permanencia de la prueba, para en su lugar adoptar los de inmediación, oralidad, publicidad, contradicción y concentración, lo que significa que prueba solo es la descubierta, solicitada, admitida y practicada en juicio. PALABRAS CLAVE Prueba, descubrimiento, admisión, práctica, valoración, juicio. ABSTRACT The article develops, starting from the decisions of the high Colombian Cortes, the trial like scenario of the probatory debate. For such an effect the probatory phases are developed that are provided inside the procedural stage of trial, that is to say, the discovery, the application, the admission, the practice and the valuation of the evidences. ** * C. Ph. D. en Derecho Profesor investigador Universidad Santo Tomás Tunja; [email protected]. Artículo de reflexión, resultado de la investigación terminada denominada: «Las pruebas en el nuevo sistema procesal penal colombiano», proyecto que se desarrolló en la línea de investigación en derecho penal y procesal penal. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 69 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. The above-mentioned keeping in mind that with the adoption, through the Legislative Act 03 of 2002, of a penal procedural system with accusatory tendency, he/she gives way the principle of permanency of the evidences, it stops in their place to adopt those of immediacy, orality, publicity, contradiction and concentration, what means that it proves alone it is the discovered, requested, admitted and practiced in trial 1. INTRODUCCIÓN el principio de permanencia, según el cual todo elemento allegado en cualquier etapa procesal era prueba y por tanto servía de sustento para la decisión sobre la responsabilidad del sujeto, y se adoptan los principios de inmediación, concentración, contradicción y publicidad, que traen como consecuencia que la prueba sea descubierta, solicitada, admitida y practicada en una misma etapa, ante el mismo funcionario. Con la introducción de un nuevo esquema procesal penal, es evidente que todo su andamiaje sufre lógicas y necesarias modificaciones. A tal consideración, por supuesto, no escapa el régimen probatorio en el proceso penal después de la modificación introducida a través del Acto Legislativo 03 de 2002. Régimen probatorio que se ajusta, en la mayoría de sus conceptos, a las características propias de un sistema procesal de tendencia a acusatoria, pero que en algunos momentos, atendiendo al esquema jurídico que deviene de la concepción de Estado Social de Derecho, se aparta de tales características para ser más garantista y para privilegiar situaciones de orden sustancial sobre las de orden formal. Dentro de las modificaciones de mayor trascendencia en el esquema procesal penal, se encuentra en el régimen probatorio, en tanto que, se abandona 70 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 KEY WORDS Evidence, discovery, admission, practice, valuation, trial. Y es precisamente esta nueva lógica probatoria la que se estudia en el presente artículo, desarrollando las diferentes fases probatorias que se surten dentro de una misma etapa procesal que es la de juicio. 2. JUICIO El juicio, bajo el nuevo esquema procesal, es el principal escenario del debate probatorio, por ser la etapa en la que se realizan verdaderos actos de prueba. Alfonso Daza González Como quiera que con la Ley 906 de 2004 «Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal», se reglamentó el Acto Legislativo No. 03 de 2002 y, en consecuencia, se definieron las bases para hablar en Colombia de un sistema procesal penal acusatorio, es importante señalar que al pasar de un sistema inquisitivo a un sistema acusatorio, se abandona el principio de la investigación como principal escenario del debate probatorio y el principio de permanencia de la prueba, que era su consecuencia, para adoptar el del juicio como principal escenario del debate probatorio (CPP., art. 381). La diferencia entre ambos sistemas es muy clara: en el sistema anterior, vigente con la Ley 600 de 2000, se presentaban varias situaciones; por un lado, era prueba todo lo que se allegaba al expediente en cualquier momento especialmente en la etapa investigativa, por el otro, que no existía un proceso de incorporación sino simplemente como iba llegando se iba anexando y finalmente, como todo era prueba todo servía para dictar sentencia. En cambio, en el nuevo sistema procesal penal no todo es prueba, y por ello se habla de actos de investigación y de actos de prueba. Son actos de investigación los que realice la Policía Judicial bajo la dirección del Fiscal y actos de prueba los que adquieran esta calidad luego de ser descubiertos por la Fiscalía con el escrito de acusación y en la respectiva audiencia de formulación de acusación por parte de la Fiscalía y la defensa, sean admitidos en la audiencia preparatoria y se hubiesen practicado e incorporado en la audiencia del Juicio Oral. En este sentido, se identifican como principales actos de prueba el descubrimiento, la solicitud, la admisión y la práctica de pruebas. 2.1. Descubrimiento probatorio Es la audiencia de formulación de acusación el principal momento procesal en el que tiene lugar el descubrimiento probatorio, es la oportunidad procesal donde las partes deben colaborar decididamente para que el descubrimiento se verifique en forma garantista y correcta, teniendo presente que en todo caso, corresponde al juez velar por la vigencia de las garantías fundamentales de cada uno de los intervinientes, desplegando en pleno sus facultades como persona que dirige y es responsable de la marcha del juicio en condiciones constitucionales y legales (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25920 del 21 de febrero de 2007). El descubrimiento probatorio se concreta cuando la Fiscalía y la defensa suministran, exhiben o ponen a disposición de la contraparte todas las evidencias y elementos probatorios de REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 71 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. que dispongan; y anuncian todas las pruebas cuya práctica solicitarán para ser llevadas a cabo en el juicio oral, para respaldar su teoría del caso. El descubrimiento probatorio es un aspecto sustancial de la actuación, que se enraíza en el debido proceso y que toca en sus cimientos el derecho a la defensa. Por ello, si un descubrimiento es defectuoso o incompleto, conlleva vulneración de garantías fundamentales y podría generar nulidad de lo actuado, en los términos del artículo 457 de la Ley 906 de 2004. El descubrimiento probatorio es propio de la esencia del sistema acusatorio y su carácter adversarial y se relaciona directamente con los principios que sustentan el proceso y las prácticas probatorias dentro de éste. En este orden de ideas, el descubrimiento guarda una estrecha relación con el debido proceso, consagrado en el artículo 29 de la Constitución, en la medida que este procedimiento permite la materialización del postulado constitucional según el cual al sindicado o sindicada se le debe seguir un procedimiento con la observancia de la plenitud de las formas del juicio y tiene el derecho de presentar y controvertir pruebas, a ejercer el derecho de defensa a través de un abogado o abogada, y a solicitar la exclusión de las pruebas obtenidas con violación del debido proceso. 72 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Respecto al principio denominado igualdad, consagrado constitucional y legalmente, el descubrimiento probatorio tiene una relación importante, en tanto corresponde a los servidores judiciales hacerlo efectivo para los intervinientes en desarrollo de la actuación. El principio de igualdad de armas se concreta en esta actuación, toda vez que se desarrolla el derecho que tiene la defensa de conocer las evidencias y elementos probatorios que la Fiscalía utilizará para la acusación y, a la vez, el derecho que asiste a la Fiscalía para conocer de cuáles evidencias y elementos probatorios se servirá la defensa con la finalidad de que puedan desempeñarse en el mismo plano o nivel. Teniendo en cuenta que esta prerrogativa no se agota en el simple conocimiento previo, sino que otorga a cada parte la potestad de «utilizar», si conviene a sus intereses, las evidencias y elementos probatorios aducidos por la otra, bien para impugnar la pertinencia o el poder de persuasión, o bien para respaldar su propia teoría. Es de preponderante importancia el descubrimiento probatorio frente al principio de legalidad, por cuanto este procedimiento es presupuesto para decidir sobre la pertinencia y el decreto de la prueba por parte del juez y por la necesidad de observar las formas propias del juicio. Ello es tan cierto y relevante, que en el caso de llegarse a practicar una prueba que no fue objeto de descubrimiento, y ésta fuere tenida Alfonso Daza González en cuenta para decidir, en segunda instancia o en sede de casación, puede ser objeto de la cláusula de exclusión. El descubrimiento probatorio permite además que se concrete el derecho a la defensa, en la medida que sabiendo los medios de conocimiento que se van a usar en su contra, tiene una mayor oportunidad el procesado o procesada de controvertirlos y desvirtuarlos, esto es, de preparar su defensa. No menos importante es la relación que tiene el descubrimiento con el principio de lealtad, bajo el supuesto de que todos los intervinientes en el proceso deben actuar conforme a los postulados de la buena fe. Supuesto que implica que los descubrimientos realizados por una y otra parte deben ser íntegros, completos, y de esa manera evitar que a la postre alguna de las partes resulte sorprendida y en una situación de desigualdad por simple desconocimiento. El descubrimiento probatorio también representa la concreción del principio de contradicción, en virtud del cual las partes tienen derecho a conocer y controvertir las pruebas que se harán valer en su contra (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25920 del 21 de febrero de 2007). De otro lado, es pertinente referir los momentos procesales en los cuales se concreta el descubrimiento probatorio. En tal sentido se identifican tres momentos, no siendo los únicos: la presentación del escrito de acusación, la audiencia de formulación de acusación y la audiencia preparatoria. La Fiscalía debe anunciar desde el escrito de acusación las pruebas que pretende hacer valer en el juicio oral, para lo que debe realizar una lista detallada, que contenga una relación de los hechos, las pruebas anticipadas, de haberlas, los datos para localizar los testigos de cargo y de descargo, los datos para la ubicación de los peritos, los documentos que pretenda aducir con los respectivos testigos de acreditación y, además, los elementos que pudieren resultar favorables al acusado. El numeral 5° del artículo 337 del Código de Procedimiento Penal, dispone el deber para la Fiscalía de entregar copia del escrito de acusación con destino al acusado, al Ministerio Público y a las víctimas, con fines únicos de información, con el objeto de que la defensa realmente acceda al escrito de acusación y sus anexos antes de realizarse la audiencia de formulación de acusación, lo cual implica una conducta diligente del Fiscal, de la defensa y del Juez de conocimiento. Otro momento procesal es la audiencia de formulación de acusación, que a su vez es el principal escenario en el que se lleva a cabo el descubrimiento probatorio, es el espacio en el que las partes deben colaborar para que el descubrimiento se verifique en forma REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 73 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. garantista y correcta. En todo caso, corresponde al administrador de justicia velar por la vigencia de las garantías fundamentales de cada uno de los intervinientes, desplegando en pleno sus facultades como director y responsable de la marcha del juicio en condiciones constitucionales y legales. En la referida audiencia, la Fiscalía, a su vez, puede solicitar al juez que ordene a la defensa la entrega de la copia de los elementos materiales de convicción, de las declaraciones juradas y demás medios probatorios que pretenda hacer valer en juicio. En este orden de ideas, para las partes surge el deber de descubrir los elementos materiales probatorios que pretenden hacer valer en juicio, y paralelamente para el juez surge la obligación de velar porque el descubrimiento sea completo, íntegro y con observancia de las garantías para todos los intervinientes. La admisibilidad de la prueba está condicionada al correcto y completo descubrimiento probatorio: así lo dispone el artículo 346 de la Ley 906 de 2004, al decir que el Juez tiene la obligación de rechazar todas aquellas evidencias o elementos probatorios sobre los cuales se haya incumplido el deber de revelar información durante el procedimiento de descubrimiento. Por tanto, las evidencias, medios y elementos no descubiertos, no podrán aducirse al proceso ni convertirse en 74 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 prueba dentro del mismo, ni practicarse durante el juicio oral (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25920 del 21 de febrero de 2007). Finalmente, la audiencia preparatoria (CPP., arts. 356 y 357), constituye otro momento procesal importante para verificar el descubrimiento probatorio. En ésta, el administrador de justicia cumple un papel preponderante, en tanto tiene la misión de garantizar un adecuado descubrimiento; para ello debe otorgarle a las partes la oportunidad de pronunciarse al respecto, también debe ordenar a la defensa descubrir sus elementos materiales probatorios y evidencia física, así como ordenar a la Fiscalía y a la defensa que enuncien la totalidad de pruebas que proyectan hacer valer en el juicio oral. También, en esta audiencia hay lugar a que la fiscalía y defensa realicen estipulaciones probatorias. En esta audiencia, el juez, a petición de la partes, puede solicitar a la Fiscalía o Defensa que descubran materialmente los elementos materiales probatorios y evidencia física que pretenden hacer valer, para que las partes las conozcan y estudien. Pero si el administrador de justicia concluye que para construir un juicio justo es necesario, aún cuando las partes no manifiesten su deseo, puede solicitar que se exhiban los elementos materiales probatorios y evidencia física en desarrollo de esta audiencia Alfonso Daza González denominada preparatoria (Corte Suprema de Justicia, Rad. 21920 del 21 de febrero de 2007). Como ya se refirió, los anteriores son algunos momentos procesales en los que se verifica el descubrimiento probatorio, pero hay otros como la audiencia de juicio oral, que sin ser el escenario apropiado para solicitar pruebas o para descubrirlas, bajo los presupuestos consagrados en el artículo 344 del Código de Procedimiento Penal, es decir, que ese medio de prueba solicitado se hubiere encontrado durante el desarrollo del juicio, que sea muy significativo por su incidencia en el juzgamiento y por ende, objetivamente, deba ser descubierto, nace la posibilidad para que en el desarrollo de la audiencia de juicio oral se descubran elementos materiales probatorios (Corte Suprema de Justicia, Rad. 24468 del 30 de marzo de 2006). 2.2. Solicitud Es la audiencia preparatoria, el escenario que en el sistema penal acusatorio se erige como la oportunidad para el trámite de las solicitudes de pruebas que habrán de practicarse en el juicio oral, es el momento procesalpara solicitar las pruebas orientadas a llevar al conocimiento del juez, más allá de toda duda razonable, de los hechos y circunstancias materia del juicio, que permitan establecer la responsabilidad penal del acusado o acusada como autor o partícipe de esos hechos. Aún cuando la regla general estime que las solicitudes probatorias se realizan en la audiencia preparatoria, por excepción, y teniendo en cuenta que la audiencia del juicio oral no es un escenario apropiado para solicitar pruebas sino para practicar las que se hubiesen autorizado desde la audiencia preparatoria, existe la posibilidad de que ya en el juicio oral alguna de las partes intervinientes solicite la práctica de una prueba. Tal prueba debe cumplir las condiciones que establece el artículo 344 en su inciso final para que el juez la decrete; tales condiciones se refieren a que ese medio de prueba solicitado se hubiere encontrado durante el desarrollo del juicio, que sea muy significativo por su incidencia en el juzgamiento y que, por ende, deba ser descubierto. Así que el juez, luego de oír a las partes y considerar el perjuicio que podría acarrear al derecho a la defensa y a la integridad del juicio, debe decidir si excepcionalmente la prueba encontrada y solicitada es admisible o si debe excluirse. No es posible que se configure este caso especial cuando se trata de pruebas excepcionales (encontradas o derivadas), es decir, aquellas que se conocen con antelación o son evidentes y obvias y aún así no fueron enunciadas ni descubiertas en las oportunidades REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 75 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. legales para ello, por causas atribuibles a la parte interesada en la prueba; entre ellas, incuria, negligencia o mala fe (Corte Suprema de Justicia, Rad. 24468 del 30 de marzo de 2006). Entre tanto, el artículo 357 establece las reglas que debe observar el juez respecto de las solicitudes probatorias que se realizan en la audiencia preparatoria. Tales preceptivas son: a. Se establece una regla general conforme a la cual los únicos actores procesales que pueden solicitar pruebas en esta audiencia son la fiscalía y la defensa. b. El decreto de pruebas solicitadas está condicionado a que éstas se refieran a los hechos de la acusación, y se adecuen a las reglas de pertinencia y admisibilidad. c. Los medios de prueba a los que pueden acudir las partes para acreditar sus pretensiones deben ser lícitos y debidamente aducidos al proceso. d. Excepcionalmente, «agotadas las solicitudes probatorias de las partes», el Ministerio Público podrá solicitar la práctica de una prueba no pedida, de la cual tuviere conocimiento y que pudiere tener esencial influencia en los resultados del juicio. Su carácter excepcional deriva de que se trata de la única solicitud probatoria que puede ser tramitada con posterioridad a la audiencia preparatoria, tal como lo 76 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 prevé el artículo 374 (Corte Constitucional, Sent. C-454 de 2006). Al observar y analizar las reglas expuestas, se concluye que el legislador omitió otorgar a las víctimas la posibilidad de hacer solicitudes probatorias en desarrollo de la audiencia preparatoria. Por lo mismo el artículo 357 de la Ley 906 de 2004 fue objeto de revisión constitucional por vía de acción pública de inconstitucionalidad. El fundamento de la acción se encontraba en la tesis según la cual la referida norma adolece de una omisión legislativa que deriva en un trato discriminatorio y diferencial a las víctimas, ya que establece de manera expresa la posibilidad que la defensa, la Fiscalía y hasta el Ministerio Público tienen en desarrollo de la audiencia preparatoria de realizar solicitudes probatorias, al tiempo que no otorga a las víctimas tal facultad, degenerando en una vulneración a los derechos a la igualdad y al acceso de la justicia en contra de las víctimas. Frente a tales acusaciones la Corte ha discurrido su análisis expresando que: La efectividad del derecho a acceder a la justicia, en el que se inscriben los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación de las víctimas, se encuentra en una relación directa con el derecho a probar. El derecho a conocer la verdad sobre los hechos que entrañan el agravio a la víctima, está inescindiblemente vinculado con la Alfonso Daza González posibilidad de probar; el derecho a la justicia resulta inconcebible al margen de una posibilidad real de incidir probatoriamente en el esclarecimiento de los hechos y la determinación de responsabilidades; y el derecho a la reparación, cuando se ejerce en el proceso penal, se consolida a partir de la determinación de la responsabilidad por el hecho punible. La interdependencia de estos derechos conlleva a que el derecho a aportar y solicitar pruebas en torno al hecho mismo, las circunstancias, la determinación de los autores o partícipes, y la magnitud del daño, se constituya en un presupuesto inexcusable del derecho de las víctimas a acceder efectivamente a la justicia. Resulta inane que se contemple la posibilidad de asistencia de los representantes de las víctimas a la audiencia preparatoria (Art. 355 CPP), que se exija que en esa diligencia deba estar asistida por un profesional del derecho o estudiante de consultorio jurídico (Art. 137.3 CPP), y paralelamente se le excluya de la posibilidad de realizar solicitudes probatorias, tal como lo establece la norma demandada. La naturaleza bilateral del derecho a la tutela judicial efectiva, impone que se reconozcan a la víctima garantías de acceso a la justicia similares a las que se reconocen al imputado o acusado. No pretende desconocer la Corte las especificidades del nuevo sistema en el que se asignan a la Fiscalía unas competencias que propugnan por el restablecimiento del derecho y la reparación integral de la víctima (Art. 250.6 CP), sin embargo ellas no tienen la virtualidad de desplazar a la víctima, cuando en un ejercicio soberano de su derecho de acceso a la justicia, opta por agenciar por su cuenta (a través de su representante) sus intereses dentro del proceso penal. Tampoco se suple la exclusión de los representantes de las víctimas de la posibilidad de efectuar solicitudes probatorias en la audiencia preparatoria, con la facultad excepcional que el inciso final de la disposición acusada confiere al Ministerio Público para solicitar, en el juicio, la práctica de una prueba no solicitada en la audiencia preparatoria, y que pudiere tener esencial incidencia en los resultados del juicio. Los intereses que defiende el Ministerio Público en el proceso penal (el orden jurídico, el patrimonio público, o los derechos y garantías fundamentales, Art. 109 C.P.P.), son muy distintos a los intereses que agencia el representante de las víctimas, englobados en los derechos a conocer la verdad, a que se haga justicia en su caso, y a obtener reparación (Corte Constitucional, Sent. C – 454 de 2006). Bajo las consideraciones ya conocidas, la Corte procedió a concluir que la norma efectivamente adolece de una omisión importante que atenta contra REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 77 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. el derecho de acceso de la víctima a la justicia, consagrada en el artículo 29 de la norma superior, en cuanto obstruye sus posibilidades de efectiva realización de sus derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación, y la coloca, de manera injustificada, en una posición de desventaja en relación con otros actores e intervinientes procesales. Por tanto, la Corporación decidió declarar la exequibilidad de la norma condicionada en el entendido que las víctimas tienen a posibilidad de realizar solicitudes probatorias en desarrollo de la audiencia preparatoria. Mientras tanto al Ministerio Público, como ya se refirió, se le ha concedido iniciativa probatoria con fundamento en el numeral 7° del artículo 277 de la Constitución Política, que asigna al Procurador General de la Nación y a sus agentes la función de «intervenir en los procesos y ante las autoridades judiciales o administrativas, cuando sea necesario en defensa del orden jurídico, del patrimonio público, o de los derechos y garantías fundamentales.» Surgiendo de tal disposición la posibilidad excepcional para el Ministerio Público, en el sistema acusatorio colombiano, de solicitar la práctica de alguna prueba relevante, que no hubiese sido solicitada por las partes. Como lo establece el artículo 374, «toda prueba deberá ser solicitada o presentada en la audiencia preparatoria», salvo que sea alguna de 78 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 aquellas que excepcionalmente puede solicitar el Ministerio Público. 2.3. Admisión En la audiencia preparatoria el juez, luego de presenciar y garantizar el descubrimiento probatorio de la defensa, de fijar las pruebas a hacer valer en el juicio, de dar espacio para que las partes se manifiestan sobre las estipulaciones probatorias, y finalmente, si a ello hay lugar, después de exhibir los elementos probatorios, decide sobre su admisión y el orden de presentación de las mismas en el juicio. En efecto, el juez debe valorar la pertinencia, conducencia, utilidad, autenticidad y admisibilidad de la prueba. La pertinencia, según el artículo 375 del Código de Procedimiento Penal, consiste en que el elemento material probatorio, la evidencia física y el medio de prueba deben referirse, directa o indirectamente, a los hechos o circunstancias relativos a la comisión de la conducta delictiva y sus consecuencias, así como a la identidad o a la responsabilidad penal del acusado. También se consideran pertinentes cuando solo sirven para hacer más probable o menos probable uno de los hechos o circunstancias mencionados, o se refiere a la credibilidad de un testigo o de un perito. En tanto que se debe valorar también la autenticidad de la evidencia, ya que Alfonso Daza González la parte interesada se puede oponer a su admisión si demuestra que existen vicios en el procedimiento de cadena de custodia, o falta de acreditación de la procedencia del elemento o si se halla que una evidencia, objeto o medio probatorio es definitivamente inauténtico. En tal evento, el administrador de justicia debe decidir lo que en derecho corresponda, pues se trata de un proceso dialéctico que avanza hacia la construcción de la verdad con audiencia de los adversarios. Bajo estos supuestos, si el juez no decreta la prueba, su rechazo no se debe a motivos de ilegalidad, sino por carencia de poder de convicción, por persistir serias dudas sobre la manera como se produjo la recolección de la evidencia o la forma en que se produjo el elemento probatorio, o la autenticidad del mismo en cuanto de ella dependa la posibilidad de aceptar como cierto su contenido (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25920 del 21 de febredo de 2007). Luego, el código establece como regla general que toda prueba pertinente es a su vez admisible, pero opone algunas excepciones como son: a) Que exista peligro de causar grave perjuicio indebido; b) Probabilidad de que genere confusión en lugar de mayor claridad al asunto, o exhiba escaso valor probatorio, y, c) Que sea injustamente dilatoria del procedimiento (CPP., Art. 376). La primera de las excepciones hace referencia a que la finalidad de presentar evidencia en un proceso adversarial es causar perjuicio a la contraparte, pero se trata de un perjuicio debido, razón misma del proceso. El perjuicio indebido a que se hace mención es el que de alguna forma afecte la imparcialidad del juez por tener esa evidencia un valor objetivo menor al que se pretende presentar (USAID y Defensoria del Pueblo, 2005). Frente a la segunda, la probabilidad de confusión de la prueba ofrecida debe observarse frente a los hechos que se pretenden probar, frente al desgaste administrativo que implica una prueba compleja y frente a la dilación del procedimiento que pueda acarrear. Mientras que la tercera debe observarse en la medida que como criterio de eficiencia en el proceso, el juez debe analizar si el proceso de formación y práctica de la prueba se compensa con el valor probatorio de la misma, o si su valor es inferior al tiempo que demora la práctica de ésta. Por ejemplo, la petición de la Fiscalía al juez para que otorgue más tiempo a fin de ubicar un testigo de cargo, frente al perjuicio que se ocasiona por la prolongación de la detención preventiva del acusado afectando sus derechos fundamentales, y el principio de eficiencia del proceso penal (Usaid y Defensoria del Pueblo, 2005). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 79 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Dentro de los criterios de valoración que se deben tener en cuenta para tomar determinaciones frente a los elementos materiales probatorios, se encuentra el criterio referido al sometimiento a cadena de custodia, frente al cual la Corte ha dicho que no puede condicionar la admisión de la prueba. En tal sentido se ha manifestado diciendo: En cambio, los comprobados defectos de la cadena de custodia, acreditación o autenticidad de la evidencia o elemento probatorio, podrían conspirar contra la eficacia, credibilidad o asignación de su mérito probatorio, aspectos estos a los que tendrá que enfilar la crítica la parte contra la cual se aduce (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25920 del 21 de febrero de 2007). La cadena de custodia, la acreditación y la autenticación de una evidencia, objeto, elemento material probatorio, documento, etc., no condicionan -como si se tratase de un requisito de legalidad- la admisión de la prueba que con base en ellos se practicará en el juicio oral; ni interfiere necesariamente con su admisibilidad, decreto o práctica como pruebas autónomas. Tampoco se trata de un problema de pertinencia. De ahí que, en principio, no resulta apropiado discutir, ni siquiera en sede casacional, que un medio de prueba es ilegal y reclamar la regla de exclusión, sobre la base de cuestionar su cadena de custodia, acreditación o autenticidad. En ese orden ideas, la cadena de custodia no debe tenerse en cuenta para verificar la admisibilidad del medio de conocimiento, los defectos en la cadena de custodia por tanto no se pueden alegar en ese sentido, mas si se deben tener en cuenta al momento de valorar el medio de conocimiento, al momento de valorar su veracidad y su autenticidad. Por el contrario, si llegare a admitirse una prueba respecto de la cual, posteriormente, en el debate oral se demuestran defectos en la cadena de custodia, indebida acreditación o se pone en tela de juicio su autenticidad, la verificación de estos aspectos no torna la prueba en ilegal ni la solución consiste en retirarla del acopio probatorio. 80 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 2.4. Práctica: producción y aducción Luego de que los elementos materiales probatorios hayan sido descubiertos y admitidos en las audiencias precedentes, se llega al juicio oral, que es el principal escenario del debate probatorio, donde se practican las pruebas con sujeción a los principios de oralidad, publicidad, inmediación, contradicción y concentración, elementos que al tiempo que le imprimen una identidad propia, lo distancian, en gran proporción, del juicio en los sistemas procesales anteriores. Alfonso Daza González Al ser el juicio el principal escenario del debate probatorio, se convierte en etapa cardinal en la tarea de averiguar la verdad. Debido a que los resultados de la actividad investigativa de la Fiscalía y la defensa en las fases anteriores al mismo no tienen aún el carácter de prueba, pues éste se adquiere solo cuando los elementos de conocimiento son aducidos en el debate público, con total respeto de los principios que orientan el juicio oral. En el nuevo esquema el juicio oral se convierte, como ya se dijo, en el principal escenario del debate probatorio; ello indica que se abandona el principio de la permanencia de la prueba y en su lugar se activan con rigor los de oralidad, publicidad, inmediación, contradicción y concentración. En este orden de ideas, prueba es la que se practica en el juicio oral ante el juez de conocimiento, y sólo ella puede suministrar el fundamento de la sentencia ya sea absolutoria o condenatoria. Ello indica que los elementos materiales probatorios y las evidencias físicas recaudadas en las anteriores etapas del proceso -indagación e investigación-, si bien son el fundamento para imponer medidas de aseguramiento o medidas cautelares, o para restringir otros derechos fundamentales, no tienen efecto por sí mismos en el juzgamiento, es decir, no sirven para fundamentar una sentencia, pues ésta, se reitera, ha de estar soportada en las pruebas aducidas durante el juicio oral (Corte Suprema de Justicia, Rad. 25738 del 9 de noviembre de 2006). En tal sentido, frente a la práctica de las pruebas, su producción y aducción la Corte ha manifestado: Salvo lo atinente a la prueba anticipada, resulta claro como desarrollo del principio de inmediación que el juzgador no solo tiene una relación directa con los intervinientes sino también con los expertos, testigos y demás medios de prueba y, por lo mismo, con el objeto del juicio, lo que sin duda le va otorgar un grado de conocimiento más certero, justo y equitativo, en cuanto al acontecer fáctico y a la responsabilidad penal, máxime cuando en este sistema también impera el principio de prueba preparatoria, es decir, que los elementos materiales probatorios recaudados en la fase de investigación, deben repetirse, en algunos eventos, en la audiencia oral, para asegurar la oralidad, la publicidad, la controversia y la defensa. De la misma manera, el proceso de producción y aducción en el juicio oral conlleva el acatamiento de los postulados de concentración, publicidad y contradicción. El primero en cuanto a que los actos procesales de adquisición de prueba deben cumplirse en el juicio oral con el objeto que el juzgador pueda conservar en su REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 81 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. memoria lo ocurrido en ese lapso y, así, la decisión que se adopte cumpla con los fines previstos en la Constitución Política y en los tratados internacionales. declare ante el juez (testigo de acreditación) o los testigos o peritos se sometan al interrogatorio y contrainterrogatorio de las partes. 2.5. Valoración Respecto del segundo, es claro que el proceso penal no puede ser secreto. De ahí que este postulado vela para que los intervinientes conozcan todos los medios de prueba que las partes pretendan hacer valer en el juicio con el ánimo de soportar la correspondiente teoría del caso, salvo algunas excepciones, como por ejemplo, en «los casos en los cuales el juez considera que la publicidad de los procedimientos ponen en peligro a las víctimas, jurados, testigos, peritos y demás intervinientes; se afecte la seguridad nacional; se exponga a un daño psicológico a los menores de edad que deban intervenir; se menoscabe el derecho del acusado a un juicio justo; o se comprometa seriamente el éxito de la investigación» (Corte Suprema de Justicia, Rad. 26128 del 11 de abril de 2007). Ello indica que solo se puede hablar de pruebas una vez estas hayan sido practicadas en juicio. En este punto es pertinente hacer énfasis en que los elementos materiales probatorios tienen la potencialidad de convertirse en prueba si son presentados ante el juez de conocimiento en el curso del juicio oral, siempre y cuando en desarrollo del citado principio de inmediación, el responsable de la recolección, aseguramiento y custodia 82 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 La etapa de la valoración, que corresponde al sentenciador, una vez que las partes han presentado sus argumentos y su personal apreciación en cuanto al mérito que se le debe otorgar a la masa probatoria, obviamente desde la perspectiva de la teoría del caso. Dicho de otra manera, en esta etapa el juzgador procede a realizar la correspondiente reconstrucción fáctica (juicio de hecho) y jurídica (juicio de derecho), en cuanto a la comisión de la conducta punible y la participación y responsabilidad penal del acusado, lo cual deberá concluir sobre el grado de conocimiento de «más allá de toda duda» y con base en los precisos criterios de valoración señalados en el respectivo capítulo de la citada Ley 906 de 2004. De esa manera, sólo pueden ser objeto de apreciación aquellos medios de prueba en cuyo proceso de producción y aducción se respetaron los derechos fundamentales y los requisitos formales que establece la ley como condición de su validez (Corte Suprema de Justicia, Rad. 26128 del 11 de abril de 2007). Alfonso Daza González La Corte ha entendido que frente a la valoración de medios de conocimiento, en particular frente a las entrevistas y los testimonios, suelen presentarse diversos problemas que en muchas ocasiones devienen de circunstancias humanamente comprensibles, como el miedo, el terror, las amenazas, los problemas psicológicos o fisiológicos. Problemas tales como fallas en los procesos de rememoración, fallas en el comportamiento del testigo durante el interrogatorio y el contrainterrogatorio, fallas en la forma de sus respuestas y fallas en la personalidad del testigo como fuente directa del conocimiento de los hechos. Resulta razonable comprender que un testigo que en otro momento (llámese investigación) recordó lo sucedido, hizo aseveraciones, inculpó, fue entrevistado, en instancia de juicio oral ya no rememore lo que conoce por diversas razones, intencionales o no intencionales, simplemente porque no es nada fácil señalar en un estrado público a una o varias personas procesadas como las responsables de un delito. En tal caso, en el que la fuente directa de conocimiento de los hechos no recuerda o no quiere recordar lo dicho, o se retracta, cambia su versión o cualquier otra circunstancia semejante, existe aún la fuente indirecta del conocimiento de los hechos, es decir el o la testigo de acreditación que accedió al medio de conocimiento, quien comparece como testigo y seguramente hará un relato coherente, se someterá a interrogatorio y contrainterrogatorio, hará un relato del verdadero comportamiento del entrevistado, el verdadero sentido de sus respuestas y de la incriminación que haya podido realizar. Cuando esto sucede el medio de conocimiento, conformado por la versión preliminar del testigo (entrevista, acta, reconocimiento) adicionada al testimonio del órgano de investigación e indagación (testigo de acreditación), se debe tener como prueba integral del proceso susceptible de contemplación y valoración jurídica. En este orden ideas, se encuentra que el juez se enfrenta a dos referentes con respecto al tema de prueba. Uno es la posición del testigo renuente, olvidadizo, que se retracta, que niega lo que otrora dijo o reconoció, es decir, el testigo que en etapa de indagación o investigación prestó su eficaz colaboración pero en el juicio no se ratifica, y otro referente, es la versión del «testigo de acreditación», del representante del órgano de indagación o investigación que lo entrevistó, lo examinó y similares, quien comparece a la audiencia pública, acredita su idoneidad, acredita la cadena de custodia de los elementos materiales probatorios y evidencia física, aporta documentos obtenidos (actas, entrevistas, dictámenes, fotografías, documentos gravados, reconocimientos, etc.), se ha sometido a los contrainterrogatorios y su testimonio y aportes fueron admitidos legalmente como pruebas del proceso. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 83 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Frente a estas situaciones no se puede predicar que exista un error que afecte la validez o legalidad de la prueba, lo que existe es una vicisitud relativa a la contemplación de la prueba, de tal forma que en el supuesto en el que el testigo se retracte, no asista a la audiencia o similares, la prueba debe ser igualmente valorada e incorporada teniendo como referente el testigo indirecto, bajo el entendido que la actitud del testigo no es el único punto de donde parte la valoración de la prueba testimonial, como lo ha dicho la Corte: No es regla del pensamiento judicial penal (tarifa probatoria negativa) predicar que si el testigo que ayer imputó ante el órgano de investigación y hoy se retracta o nada contesta en el juicio, por esa razón le imprima un sentido absolutorio a la sentencia. Dicho de otra manera, el juez tiene el deber constitucional y legal de apreciar las pruebas válidamente aducidas al proceso y fallar en justicia, de conformidad con el sistema de persuasión racional con apoyo en los medios probatorios con los que cuenta el proceso. Es factible apreciar la credibilidad del dicho del renuente a partir del diálogo que ofreció durante el proceso desde el momento del recaudo del elemento material probatorio y evidencia física legalmente aceptado en el juicio (art. 275 ib.); es viable apreciar la versión (incluso la actitud pasiva del testigo en la audiencia de juicio oral y público) y 84 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 confrontarla con aquella que rindió ante el órgano de indagación e investigación para hacer inferencias absolutamente válidas, puesto que se trata en síntesis de apreciar un medio de conocimiento legítimo, de cara a los criterios de apreciación de cada prueba en concreto (testimonial, documental, etc.). Por ello, el concepto de prueba testimonial como medio del conocimiento no es de cobertura restrictiva; no se puede entender cómo, si el testigo directo, en la audiencia del juicio oral se retracta o guarda silencio, entonces de nada valen las imputaciones que hizo ante el órgano de investigación o de indagación, las evidencias que suministró y que fueron aportadas legítimamente por el testigo de acreditación que también declara en el proceso (Corte Suprema de Justicia, Rad. 26411 del 8 de noviembre de 2007). Así, el juez no puede abandonar la valoración de esa prueba bajo el justificante de la renuencia o retractación del testigo, sino debe atender a la finalidad misma del proceso cual es impartir justicia material y llegar a la verdad, y por tanto no puede dejar de darle relevancia a esa prueba. Porque es precisamente la labor de un buen administrador de justicia la correcta apreciación de una prueba teniendo siempre como norte logar impartir una verdadera justicia material. Alfonso Daza González 3. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 26128», M.p. Quintero Milanés, J. L., Bogotá D.C. 1. Colombia, Corte Constitucional (1995, octubre), «Sentencia C – 543», M. p. Hernández Galindo, J. G., Bogotá. 6. Colombia, Corte Suprema de Justicia (2007, febrero), «Sentencia 25920», M.p. Zapata Ortiz, J., Bogotá. 2. Colombia, Corte Constitucional (2006), «Sentencia C-454», M.p. Córdoba Triviño, J., Bogotá D.C. 7. Colombia, Corte Suprema de Justicia (2006, noviembre), «Sentencia 25738», M.p. Espinosa Pérez, S., Bogotá D.C. 3. Colombia, Corte Constitucional (2005), «Sentencia C-591», M.p. Hernández, C. I., Bogotá D.C. 4. Colombia, Corte Suprema de Justicia (2007, noviembre), «Sentencia 26411», M.p. Gómez Quintero, A., Bogotá D.C. 5. Colombia, Corte Suprema de Justicia (2007, abril), «Sentencia 8. Colombia, Corte Suprema de Justicia (2006, marzo), «Sentencia 24468», M.p. Lombana Trujillo, E., Bogotá D.C. 9. USAID y Defensoría Del Pueblo (2005), «Módulo para defensores públicos. Pruebas en el sistema penal acusatorio», Bogotá D.C. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 85 86 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 EL DOCUMENTO ELECTRÓNICO EN LA LEGISLACIÓN COLOMBIANA. ¿CONFIABLE O NÓ EN EL EJERCICIO DE LA ACTIVIDAD COMERCIAL? THE ELECTRONIC DOCUMENT IN THE COLOMBIAN LAW Enrique López Camargo** Fecha recepción: 02-07-08 Fecha de aceptación: 30-08-08 RESUMEN * La rapidez en la celebración de negocios actualmente ha llevado el mundo al comercio electrónico, y a través de ella, la celebración de innumerables contratos que, para efectos jurídicos, tienen la misma fuerza probatoria que el documento físico. ¿Qué tanta confiabilidad tiene para el ejercicio de la actividad comercial el uso de este documento? Basta decir que la declaración de voluntad de uno de los contratantes debe coincidir con la voluntad del oferente, sin más formalismos al respecto, permitiendo rápidamente la operación. PALABRAS CLAVE Contrato, documento electrónico, comercio informático, probatorio, digital, clave, mensaje de datos, confiabilidad. ABSTRACT Nowadays, the business agility has introduced the world into the electronic trade, and through this one the celebration of uncountable contracts, which have the probatory force in both juridical effects and physical document. ** * C. Mg. en Derecho Administrativo, Docente USTA Tunja; [email protected] Artículo corto de reflexión académica en torno a las expectativas que viene presentando el manejo del documento electrónico y las contratos que de él se deriven. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 87 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. The will declaration from one of the contracting parts must match the will from the offered, with no more formal ways to permit a quick procedure. KEY WORDS Contract, electronic document, electronic commerce, probatory, digital, key, data message, trust. 1. INTRODUCCIÓN en el ejercicio de la actividad comercial?» consta de cuatro partes o numerales que se describen a continuación. El presente escrito tiene como finalidad, ahondar en la realidad jurídica colombiana respecto del documento electrónico y el tratamiento legal dado por el legislador colombiano a esta clase de operaciones comerciales y financieras que se viene imponiendo en el mercado mundial y de la que se precisa saber: ¿Qué tan confiable son las operaciones realizadas a través de este documento?. El trabajo propuesto plantea los principales aspectos de la ley modelo del documento electrónico, así como la resolución 26930 de 200 y el decreto 1747 de 2000 aclaratorios de algunos vacíos jurídicos y semánticos plasmados en la citada norma. A lo largo del estudio se plantea el comparativo con el documento físico, para determinar si es confiable la realización de negocios, suministro de bienes o servicios con la utilización de esta nueva forma de contracción electrónica. La estructura formal del escrito «El documento electrónico en la legislación colombiana: ¿confiable o no 88 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 El primer aspecto tratado consiste en unas generalidades y definiciones jurídico-semánticas de documento, tomando como base algunos doctrinantes y los fundamentos jurídicos de nuestra propia formación. Aunque las generalidades se predican del documento en sentido general, no se prescinde de la alusión al electrónico, que finalmente es el llamado a analizar. El segundo punto del análisis y el que mayor relevancia tiene para el presente caso, esta relacionado con los aspectos inherentes al comercio electrónico, contenidos en la ley 527 de 1999. La equivalencia funcional que contempla la citada norma, se presenta en los siguientes puntos: el documento escrito; la firma digital, de la cual se hacen reparos y manifestaciones de desacuerdos; los documentos originales y las copias y finalmente la conservación de los mensajes de datos como soporte probatorio. Acápite Enrique López Camargo adicional del tema tratado, se referencia con el consentimiento para el perfeccionamiento de los contratos a partir del negocio electrónico. En dicho contrato, el consentimiento se convierte en el envió de mensajes de aceptación de la oferta por parte de los contratantes. El tercer aspecto contenido en el presente escrito, hace referencia a los riesgos que enfrenta la contratación electrónica y para tal efecto se tomaron los tres niveles de riesgos tratados por el Comité de Basilea como son: los riesgos operacionales en los que se ven involucradas la entidades financieras por el mal manejo de la información o por la intromisión de terceras personas en el sistema operativo; los riesgos de reputación que pone en situación de desconfianza al sistema bancario colombiano y los riesgos legales que a decir de nuestro estudio son bastantes y variados y que han sido estudiados y analizados por algunos doctrinantes como Serio Rodríguez Azuero, entre otros. Algunas acotaciones conducentes a verificar las ventajas y desventajas del documento electrónico frente al documento físico, se trataron en la última parte del escrito. La reevaluación del concepto de jurisdicción territorial con características procésales y probatorias, insta a la aplicación de la lex mercatoria; la inmediatez y dinámica del documento 1 electrónico en contraste con el documento físico, que nos lleva a enfrentar los mismos riesgos; la duración y mantenimiento por espacios de tiempo considerables de uno y otro documento que conlleva a la reevaluación del concepto «establecimiento» y los negocios a distancia especialmente de origen bancario, no escaparon al modesto análisis aquí presentado para ponerlos a la entera disposición y evaluación de nuestros distinguidos lectores. La investigación realizada es de carácter socio-jurídico y previendo el impacto que ha tenido en la actividad comercial el documento electrónico. El conocimiento que pretende obtenerse se enmarca dentro del tipo de investigación descriptivo- analítico, conjugado con el método del empirismo. Las fuentes bibliográficas utilizadas como consulta de apoyo, se relacionan en el pie de página correspondiente. 2. GENERALIDADES Antes de adentrarnos en los vericuetos de la legislación colombiana, se hace menester precisar qué es un documento. Según Andrés de la Oliva1, los documentos «son objetos materiales que incorporan la expresión escrita de un pensamiento humano y son susceptibles de incorporarse a unos autos o a un expediente. De acuerdo a De la Oliva (2001), el documento en sentido general debe permitir no solo la manifestación de ideas, sino también, servir de medio probatorio. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 89 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Subsiguientemente, por prueba documental se entiende el medio de prueba consistente en el conjunto de actividades dirigidas a convencer al tribunal de la certeza de unos hechos, mediante la apreciación de documentos». Haciendo inferencia a lo descrito, se puede hacer la siguiente precisión: en los tiempos modernos se incorpora el pensamiento del ser humano en nuevas formas de información y comunicación entre las partes, predicables a partir de los avances y dinámica de la informática que, a su vez, permite que aparezcan nuevas formas de contratación jurídicamente relevantes2. Así, pues, en el documento se hace constar la causa del contrato que dio origen a aquel; verbi gracia el contrato de mutuo, consigna la voluntad y el pensamiento inequívoco de las partes en un documento denominado titulo valor. «El documento es necesario no solo porque es condición del nacimiento y conservación del derecho, sino también de su disfrute. Sin él no es posible hacer efectivo el derecho en contra del obligado, ni trasmitirlo a un tercero, ni darlo en garantía»3 Las apreciaciones y posiciones doctrinarias descritas anteriormente están siendo reevaluadas en la 2 3 4 actualidad, ya que ese documento físico, impreso en papel del que se predicó su existencia y validez durante muchos años, ha tomado una nueva dimensión, consistente en la transformación del mismo, con igual relevancia jurídica de aquel: «Las consecuencias jurídicas del mensaje de datos se regirán conforme a las normas aplicables al acto o negocio jurídico contenido en dicho mensaje de datos»4 Adicionalmente a lo aquí afirmado, también se precisa de la reevaluación de la legislación comercial que no se encuentre en consonancia con las formas modernas de realizar negocios y regular la interrelación de los seres humanos, lo que de suyo garantiza mayor rapidez en el surgimiento de esta nueva economía. 3. ASPECTOS RELEVANTES SOBRE EL COMERCIO ELECTRÓNICO CONTENIDOS EN LA LEY 527 DE 1999 3.1. La equivalencia Funcional La ley 527 de 1999, «Por medio de la cual se define y reglamenta el acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales, y se establecen las entidades de certificación y se dictan otras disposiciones», enuncia el principio de De acuerdo con Aparicio Vaquero (2002) la tecnología aplicada a la información y las comunicaciones, tiene incidencia directa en las nuevas formas de contratación, por ello no debe desconocerse la existencia y validez de los documentos electrónicos. En un estudio sobre «Derecho Mercantil establece al documento como condición o requisito sine quanon, para la celebración de negocios (Tena 1970). De acuerdo con la Ley 527 (1999), las consecuencias jurídicas emanadas del documento electrónico, se estaban a los mensajes allí consignados. 90 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Enrique López Camargo la equivalencia funcional en el artículo 5º, en el siguiente tenor: «Reconocimiento jurídico de los mensajes de datos. No se negarán efectos jurídicos, validez o fuerza obligatoria a todo tipo de información por la sola razón de que esté en forma de mensaje de datos». A su vez, el mismo marco normativo, en su artículo 2º precisa el concepto de mensaje de datos así: «La información generada, enviada, recibida, almacenada o comunicada por medios electrónicos, ópticos o similares, como pudieran ser, entre otros, el Intercambio Electrónico de Datos (EDI) 5 , Internet, el correo electrónico, el telegrama, el télex o el telefax». Tal como se expresó anteriormente, los cambios presentados en las nuevas formas de comunicación de la sociedad, también originaron cambios en las formas de contratación, y se dio un gran paso del documento soportado en papel, al documento soportado electrónicamente, aunque la citada ley admite la mixtura entre las dos clases de documentos, con la misma validez jurídica, siempre y cuando la información contenida en uno y otro documento, coincida en todo y cada uno de sus apartes y que además sea consultable en el mensaje de datos, y así se desprende de lo preceptuado en 5 6 7 el artículo 6º: «Cuando cualquier norma requiera que la información conste por escrito, ese requisito quedará satisfecho con un mensaje de datos, si la información que éste contiene es accesible para su posterior consulta». De igual manera, hace referencia el artículo 8º: «Cuando cualquier norma requiera que la información sea presentada y conservada en su forma original, ese requisito quedará satisfecho con un mensaje de datos sí: a) Existe alguna garantía confiable de que se ha conservado la integridad de la información, a partir del momento en que se generó por primera vez en su forma definitiva, como mensaje de datos o en alguna otra forma; b) De requerirse que la información sea presentada, si dicha información puede ser mostrada a la persona que se deba presentar»6. Otro aspecto importante dentro de este capítulo, tiene que ver con la firma digital, explicada en el artículo 2ºc ley 527 de 1999 y en la cual son precisados algunos conceptos en el decreto 1747 del año 2000, y referenciada en la obra del Dr. Henry Alberto Becerra7 en los siguientes términos: «Se entenderá como un valor numérico que se adhiere a un mensaje de datos y que, utilizando un procedimiento matemático conocido, vinculado a la clave del iniciador y al texto del mensaje permite determinar De acuerdo con la ley 527 (1999) hace precisiones a cerca de donde se pueden almacenar toda clase de datos y la transmisión electrónica de los mismos. De acuerdo con la Corte Constitucional (2001) el articulado demandado se ajusta a la Constitución Política de 1991en lo referente al mensaje de datos. En un estudio sobre los Títulos Valores , en el capitulo relacionado a la firma de éstos establece los rasgos característicos de la firma digital (Becerra Leon, 2001) REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 91 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. que este valor se ha obtenido exclusivamente con la clave del iniciador y que el mensaje inicial no ha sido modificado después de efectuada la transformación». A efectos de sanear vacíos conceptuales, el decreto 1747 de 2000, hace precisiones sobre los términos que han sido expuestos en la definición precitada sobre la firma digital, y algunos otros que corresponden al contexto general del documento electrónico en los 10 numerales siguientes: 1. Iniciador: persona que actuando por su cuenta, o en cuyo nombre se haya actuado, envíe o genere un mensaje de datos. 2. Suscriptor: persona a cuyo nombre se expide un certificado. 3. Repositorio: sistema de información utilizado para almacenar y recuperar certificados y otra información relacionada con los mismos. 4. Clave privada: valor o valores numéricos que, utilizados conjuntamente con un procedimiento matemático conocido, sirven para generar la firma digital de un mensaje de datos. 5. Clave pública: valor o valores numéricos que son utilizados para verificar que una firma digital fue generada con la clave privada del iniciador. 92 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 6. Certificado en relación con las firmas digitales: mensaje de datos firmado por la entidad de certificación que identifica, tanto a la entidad de certificación que lo expide, como al suscriptor y contiene la clave pública de éste. 7. Estampado cronológico: mensaje de datos firmado por una entidad de certificación que sirve para verificar que otro mensaje de datos no ha cambiado en un período que comienza en la fecha y hora en que se presta el servicio y termina en la fecha en que la firma del mensaje de datos generado por el prestador del servicio de estampado, pierde validez. 8. Entidad de certificación cerrada: entidad que ofrece servicios propios de las entidades de certificación sólo para el intercambio de mensajes entre la entidad y el suscriptor, sin exigir remuneración por ello. 9. Entidad de certificación abierta: la que ofrece servicios propios de las entidades de certificación, tales que: a) Su uso no se limita al intercambio de mensajes entre la entidad y el suscriptor, o b) Recibe remuneración por éstos. 10. Declaración de Prácticas de Certificación (DPC): manifestación de la entidad de certificación sobre las políticas y procedimientos que aplica. Enrique López Camargo Pero antes de hacer algunos reparos y manifestar desacuerdos con los procedimientos para certificar la firma digital y la firma misma, bien vale la pena precisar doctrinaria y legalmente el concepto de firma. El artículo 826 inciso 2º decreto 410 de 1971 establece: «por firma se entiende la expresión del nombre del suscriptor, o de alguno de los elementos que la integran, o de un signo o símbolo empleado como medio de identificación personal»; y a efectos de dar valor probatorio a un documento, la Corte Suprema de Justicia8 precisó: «la firma de un documento es el elemento que le indica al juez, o, en general a cualquier persona, que un escrito impreso, plano, dibujo, etc., tiene un autor cierto». Por otra parte, se afirma: «La firma es una palabra, o pequeño mensaje o dibujo, que tiene como fin identificar y asegurar o autentificar la identidad de un autor».9 Los reparos y desacuerdos con la firma digital, están orientados hacia la certificación y confiabilidad de la firma en sí misma. De acuerdo con la resolución 26930 del año 2000 emanada de la Superintendencia de Industria y Comercio, ha de ser una entidad legalmente constituida la que certifique y autorice la utilización de la firma digital, para la celebración de cualquier operación o negocio electrónico, y es ahí donde 8 9 encontramos que la norma es excluyente, contrariando el principio de la generalidad de la ley, pues de manera intrínseca, limita el acceso a toda aquella persona que no tenga la capacidad de acceder al sistema, o simplemente que carezca de las nociones básicas de acceder a él (analfabetismo técnico), o, lo que es peor aún, que no esté certificado por la entidad autorizada para ello, bien sea para la generación de firma digital o solicitud de información de un probable contratante . Ahora bien, la certificación que expiden las entidades autorizadas se constituyen en documentos adsustantian actus, por lo tanto, a pesar de su autenticidad, se requerirá la copia física de la transacción realizada, para efecto de cotejo de documentos en un proceso cualquiera. En cuanto tiene que ver con los riesgos que se corren, la firma digital se ve enfrentada a los virus informáticos que suministran terceros diferentes a los contratantes y la piratería de la informática, el sabotaje con el objeto de paralizar la actividad del servidor de Internet, la interceptación no autorizada y que se constituye en el momento propicio para que actúen los hackers y la decodificación, entre otros, lo cual no garantiza seguridad plena en la firma para los usuarios del sistema. En el año 2001 la Corte Suprema de Justicia en Sentencia de agosto 22, expediente 16430, cuyo magistrado ponente fue Germán Valdés Sánchez, preciso que un documento tiene validez si esta estampada la firma de un autor cierto, pues bien podría colocarse allí el nombre de alguien que puede no estar enterado de operación alguna en la que sea parte. En el año 2008 la pagina de Internet Wikipedia.or.wiki/firma, estableció una definición para la firma en sentido general. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 93 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. Un tercer aspecto a destacar dentro de la equivalencia funcional, está relacionado con los documentos originales y las copias como medios de prueba. Con respecto a los documentos electrónicos originales, se exige una garantía mínima de conservación en su integridad 10 ; en este punto de discusión, bien vale la pena formularse unos interrogantes: ¿acaso todos los documentos provenientes de un negocio electrónico no son originales?, ¿de dónde se predica su copia?, ¿Cuánta confiabilidad puede contener este documento? Para resolver este interrogante ha de acudirse a la norma tanta veces citada sobre documento electrónico, que en su artículo 8º literal a establece: «Existe alguna garantía confiable de que se ha conservado la integridad de la información, a partir del momento en que se generó por primera vez en su forma definitiva, como mensaje de datos o en alguna otra forma». Tanto para los documentos originales como para las copias, ha de seguirse lo contemplado en la norma procesal civil a partir del artículo 275 y siguientes, ya que este principio probatorio aplica de igual manera para los documentos de origen electrónico, sin perjuicio de las conductas dolosas que se puedan presentar posteriores a la celebración del contrato y que logren cambiar el sentido inicial del mismo. 10 11 Por último, es necesario hacer referencia a la conservación del mensaje de datos; aunque la ley 527 de 1999 no fija el tiempo de conservación de documentos, se entiende que ésta debe ceñirse de igual manera que para los documentos físicos, además de lo contemplado en la Ley General de Archivos. El artículo 12 de la ley sobre documentos electrónicos precisa: «Que el mensaje de datos o el documento sea conservado en el formato en que se haya generado, enviado o recibido o en algún formato que permita demostrar que reproduce con exactitud la información generada, enviada o recibida» (el subrayado no es del texto). Tal como lo señala dicha ley, la conservación de los documentos no solo puede ser por parte del interesado sino a través de terceros, por ejemplo, mediante contrato de Cajillas de Seguridad. 3.2. El consentimiento en el documento electrónico La palabra consentimiento viene del latín «consensus», derivada a su vez de «cun» y de «sentire», lo cual supone el acuerdo de dos o más voluntades sobre el mismo punto. Por lo tanto, el consentimiento constituye la esencia misma de un contrato, dado que éste existe cuando dos o más personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común11. Consentir no es cosa De acuerdo con Rincón Cárdenas (2006) se exige para su validez que el documento electrónico sea original. Se precisa igualmente que todo original debe tener su correspondiente copia, entonces ¿Cómo saber cual es la copia? En el año 1997 Franco Zuluaga, y Agudelo Yepes plantearon una definición del término consentimiento, por tener una connotación general. en el campo de la medicina, y en razón de que la voluntad y madurez de las partes son emanadas de seres humanos complejos en su desarrollo psicológico, por lo tanto, el consentimiento no escapa al campo de los negocios. 94 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Enrique López Camargo distinta a aceptar con voluntad plena una propuesta o una oferta, es tomar una decisión sin ningún apremio o presión indebida que conduzca a viciar aquel; el consentimiento se convierte en el elemento intrínseco y esencial del negocio y su causa eficiente. Frente al contenido del contrato, que no es otra cosa que el anhelo o lo querido por las partes, se formula una declaración de voluntad, la cual se convierte en el consentimiento, y conlleva implicaciones jurídicas. En cualquier negocio que se realice, existe consentimiento en ambos extremos contractuales, es decir del oferente y del aceptante. Respecto de los documentos electrónicos, originados en un contrato, puede preguntarse: ¿cómo se manifiesta el consentimiento? La ley 527 de 1999, de manera reiterada hace referencia al concepto mensaje de datos para precisar que éste ha de ser el lenguaje utilizado por las partes y por medio del cual se comunican y consienten o no sus ofertas. El artículo 1º contiene la siguiente precisión: «La presente ley será aplicable a todo tipo de información en forma de mensaje de datos...». A su vez, el artículo 14 de la norma en cita expresa con mayor claridad jurídica y certeza literaria la figura del consentimiento así: «En la formación del contrato, salvo acuerdo expreso entre las partes, la oferta y su aceptación podrán ser expresadas por medio de un mensaje de datos. No se negará validez o fuerza obligatoria a 12 un contrato por la sola razón de haberse utilizado en su formación uno o más mensajes de datos»12. En virtud de lo anteriormente descrito, queda claro pues, que para todos negocios informáticos, el consentimiento se afinca en el mensaje de datos, por lo tanto, «una obligación nace del concurso real de la voluntades de dos o más personas, como en los contratos o en las convenciones…» (Artículo 1494 C.C.). El contrato electrónico, a su turno, quedaría perfeccionado con el intercambio de informaciones concordantes, que sería el equivalente al conocido acuerdo de voluntades contemplado en la norma en cita, artículo 1495 de C.C: «Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa». Así pues, el intercambio de mensajes claros, diáfanos e inequívocos del querer contratar, con el encriptamiento de la firma digital, se tendrá como el consentimiento en los negocios electrónicos. 4. RIESGOS EN LA CONTRATACIÓN ELECTRÓNICA El riesgo puede definirse como contingencia o proximidad de un daño; también es la posibilidad de peligro o contratiempo. Los contratos realizados a través de medios electrónicos gozan de una relativa seguridad, al igual que reducción de sus costos, pero debido a La Corte Constitucional en sent C-662 de 2000 declara que es perfectamente válido el artículo y no contraviene la constitución ni las demás normas comerciales en el sentido de manifestar que frente a la oferta debe darse la aceptación del negocio consignando para el caso referido uno o varios mensajes. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 95 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. la rapidez con que se actualizan los equipos y programas informáticos, también surgen nuevos factores de riesgo, que afectan principalmente a las transacciones bancarias, convirtiéndose en blanco en la mayoría de las veces, de conductas delictivas que han ganado terreno frente a la normatividad penal vigente. debe mantener latente una imagen de seguridad y solidez en todos sus sistemas. Por convertirse el contrato electrónico en operación esencial para las entidades financieras, deben estar al frente de las operaciones personas muy especializadas, que no permitan que se genere un clima de desconfianza que pudiera llevar a un pánico colectivo. El doctrinante Rodríguez Azuero13 hace referencia a los tres niveles de riesgos importantes para la banca electrónica, con base en los estudios adelantados por el comité de Basilea y que son: a) Riesgos operacionales b) Riesgos de reputación c) Riesgos legales Los riesgos legales se generan por la pasividad y lenta regulación de conductas criminales con base en negocios electrónicos, lo que ha creado enormes vacíos jurídicos en el Código Penal colombiano. La dinámica y el veloz desarrollo de los sistemas de información electrónica, ha dejado rezagada la ley para la aplicación de sanciones a la comisión de delitos informáticos. Contribuye a lo anterior la carencia de una política criminal que adopte medidas de fondo y no se ciña solamente a las ineficaces reformas de códigos. A título de sugerencia normativa, en el código penal colombiano debería existir el agravante punitivo para el delito de hurto, siempre que la transacción bancaria se realice con la utilización indebida del sistema electrónico. Por su parte, el derecho privado y en especial el derecho comercial colombiano, se han rezagado con el tiempo en su normatividad existente; la regulación de nuevas modalidades comerciales y contractuales, han sido suplidas en gran parte por el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero (EOSF). Los riesgos operacionales son aquellos que se generan por el uso indebido de los sistemas operativos del banco o por la intromisión de personas no autorizadas al sistema; para el primer caso, está la falsificación de tarjetas y bandas magnéticas, para el segundo caso, es notoria la presencia de los hackers, que han defraudado a muchos ahorradores colombianos. La operatividad de los sistemas financieros se desarrolla mediante contraseñas, mensajes encriptados y algunos otros procedimientos, que hacen cada vez más latente estos riesgos. Los riesgos de reputación se dan en razón de la confianza que debe depositar una entidad crediticia frente a sus clientes. Es por ello que aquella 13 De acuerdo con Rodríguez Azuero (2006) los contratos electrónicos acarrean riesgos, que comisiones especializadas de carácter internacional han venido estudiando en los últimos años. 96 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Enrique López Camargo El comercio electrónico ha desdibujado por completo la ubicación espacial de los contratantes en la realización de sus negocios; por lo tanto, queda en entredicho el domicilio de las partes para que un juez asuma competencia en virtud de este principio procesal. «Se tiene que en la arquitectura de los medios electrónicos, y de Internet en particular, dificulta la aplicación de los criterios territoriales tradicionales de definición de jurisdicción y legislación aplicables. El régimen jurídico de la contratación electrónica debe percatarse de estas dificultades y encontrar herramientas que le permitan adecuarse»14. 5. EL DOCUMENTO ELECTRÓNICO FRENTE AL DOCUMENTO FÍSICO En aras de establecer notorias diferencias y las ventajas o desventajas del documento electrónico frente al físico contenido en un papel y con base en las prácticas sociales que giran en torno a los negocios, es imperativo analizar algunos puntos en tal sentido, como resultantes del presente escrito. 5.1. La reevaluación del concepto de jurisdicción territorial en el documento 14 15 16 17 electrónico dista mucho de la obligatoriedad que debe señalarse en un documento escrito, para efectos procesales y probatorios. El derecho civil colombiano15 establece claramente que se debe indicar el lugar de celebración del contrato, a efectos de asignar criterios territoriales; a su vez, la norma procesal civil16 determina el juez competente para conocer el asunto materia de la controversia; dicha posición jurídica no es aplicable al documento electrónico, en virtud del ámbito geográfico extensivo e ilimitado en el cual se puede contratar. Por lo complejo que resulta la regulación nacional acorde con la dinámica del negocio electrónico, se hace necesario optar por la legislación internacional (lex mercatoria), que permita la aplicación práctica de leyes y reglamentos que faciliten toda clase de transacciones. Respecto de la competencia territorial, se ha pronunciado la Corte Suprema de Justicia17 en los siguiente términos: «así, pues, la determinación del asiento principal de los negocios, a la luz de la legislación nacional, depende del material probatorio que obre en el proceso, teniendo en mente que dicho De acuerdo con Umaña Chaux (2006) el concepto de territorialidad de la ley que aplica a los principios jurídicos de Jurisdicción y Competencia, debe ser revisado por la normatividad vigente en materia de contratación electrónica a efectos de subsanar vacíos jurídicos sobrevivientes. En el articulado existente y en especial el artículo 20, se plantea el concepto de Jurisdicción territorial, entendida esta como la delimitación jurídica que no política del territorio y que deberá señalarse en el documento a efectos de determinar la competencia. Con la variación el los proceso puede afirmarse que todos los jueces en Colombia son competentes para conocer los negocios relacionados con la contratación electrónica. (Código Civil Colombiano 1887). En el año 1887 el Código de Procedimiento Civil artículo 75 planteo los «Presupuestos procesales de la demanda, entre los que se debe precisar la jurisdicción a efectos de determinar el juez competente e inexorablemente volvió a referirse a Lugar, es decir a territorio desde el ámbito de lo físico. En el año 1998, la Corte Suprema de Justicia prescribe el término «sede» para determinar que es el lugar donde se celebraron los negocios y por tanto es allí donde radica la competencia del juez. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 97 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. lugar debe coincidir con el lugar de concentración de los negocios y centro de las relaciones de tipo patrimonial y por tanto, en el análisis correspondiente, pueden tenerse como puntos clave de partida la sede de la administración de los negocios, el lugar en que se lleva la contabilidad, el lugar en que se realice el pago de impuestos, primando estos indicadores sobre el lugar en que se encuentren los bienes productivos sometidos a explotación económica, porque, de lo que se trata es de fijar la «sede» donde debe presumirse que la persona actúa personalmente y cuenta con los instrumentos de control de sus asuntos, forzoso es entender que, en general, esto ocurre en el centro en el que concentre sus operaciones, no así donde se encuentren ubicados físicamente aquellos bienes». magnitud. A través del documento electrónico se recortan, incluso desaparecen, no solo los espacios físicos para su archivo, sino también el concepto de «establecimiento», limitado a las estructuras arquitectónicas. 5.2. La inmediatez y dinámica con que se produce el intercambio y envío de la información electrónica. Esta situación contrasta con la contenida en el documento físico, aunque para ambos casos se presenten los mismos riesgos de extravío e interceptación o modificación de sus contenidos. Esta situación de comodidad, rapidez y reserva, ha permitido el incremento de los negocios financieros como lo ha podido establecer la Asociación Bancaria18. Lo tortuoso que resulta en muchas veces la presencia física de la persona con documento físico para adelantar cualquier clase de negocio, ha venido cediendo terreno a la comercialización con documento electrónico. 5.3. La durabilidad de los documentos. El contenido en documento de papel sufre el deterioro quizás más severo y veloz que el documento electrónico. Igualmente, la ocupación espacial del documento físico hace muchas veces inmanejable, con relativa prontitud y eficiencia los negocios de cierta 18 5.4. Los negocios a distancia. El documento electrónico permite la celebración de negocios bajo esta modalidad, especialmente los de origen financiero o bancario, que facilitan la comunicación interinstitucional y el envío de mensajes para autorizar o aceptar un contrato. Basta pensar que el uso del teléfono convencional y celular, abrió el paso a transacciones electrónicas, para medir las dimensiones de los negocios del futuro, que hoy se han afianzado con el uso de la Internet. 5.5 El factor ecológico y ambiental es un punto relevante a tratar. La tala de árboles para la fabricación de papel y el posterior reciclaje y quema del mismo, deberán desaparecer por Encuesta realizada entre usuarios de Internet y entidades del sector financiero en Colombia, para establecer la preferencia en negocios dependiendo de la clase de documento. El estudio de la entidad, pudo establecer las ventajas del trámite mediante el documento electrónico. (Asociación Bancaria , 2008). 98 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Enrique López Camargo completo, debido a que cada vez es menor la utilización del papel en la celebración de negocios, lo cual contribuye a preservar la ecología y a mantener un ambiente sano. Los elementos químicos utilizados, para los negocios electrónicos –muy a pesar de los virus- garantizan ambientes más sanos y saludables para la humanidad. Por eso el potencial de expansión del comercio por medio electrónico es muy amplio e incontenible. • 6. CONCLUSIONES • • • El avance de los negocios mediante el documento electrónico, le está tomando ventajas considerables a las transacciones tradicionales que tenían su fuente en el documento físico. La legislación comercial colombiana se encuentra desactualizada para atender las situaciones sobrevinientes de las operaciones originadas en el documento electrónico. De ahí que se haga necesario orientar dichas operaciones por la lex mercatoria que rige para los negocios de carácter internacional. Hoy es posible hablar de negocios a distancia, ya que el uso cada vez más frecuente de la Internet facilita el proceso. Sin embargo, se mantienen muchas dudas por parte de algunas personas que no ven mucha confiabilidad en esta forma electrónica de concretar negocios o • intercambiar bienes y servicios. Para disuadir estas dudas, bien vale la pena recordar lo contenido en el artículo octavo de la ley 527 de 199: «Existe alguna garantía confiable de que se ha conservado la integridad de la información, a partir del momento en que se generó por primera vez en su forma definitiva, como mensaje de datos o en alguna otra forma». La reevaluación del principio de jurisdicción territorial y algunos otros como el consentimiento y firma digital, deben motivar al órgano legislativo colombiano a realizar actualizaciones jurídicas, acordes con los avances tecnológicos del momento. La ley 527 de 1999, plantea unos problemas de equivalencia funcional, que bien pronto deberán tener pronunciamiento legal y jurisprudencial. De otro lado, se requiere una capacitación al común de las personas por parte del Congreso de la República y la Superfinanciera, para lograr actualizarlas en estos avances. 7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. Asociación Bancaria Banking Authot. (2008). 2. Aparicio V. (2004) «La nueva contratación InformáticaIntroducción al Outsourcing de los REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 99 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. sistemas de información». Colmares Albolote (Granada). 3. BECERRA L.(2001) «De los Títulos Valores». 2ª. Edición. Doctrina y Ley. Bogotá. 4. Colombia, (2007), Código Civil Colombiano, Bogota, Temis. 5. Colombia (2008), Código de Procedimiento Civil, Bogota, Legis 6. Colombia, Corte Constitucional, (2000, junio), «sentencia C-662», M.P. . Morón Díaz, F. Bogota. 7. Colombia. Corte Suprema de Justicia (2001, agosto) «sentencia expedientes 16430», M.P. Valdés Sánchez, G. Bogotá. 8. De la Oliva, A (2001) Definiciones de términos. Diccionario Jurídico Espasa. (vol.1) Madrid Edit. Espasa Calpe. 9. Artículo de reflexión (2007 Junio) Es.wikipedia.or.wiki/firma. 100 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 10.Franco Zuluaga, J. A y Agudelo Yepes, M. P. (1997) «El consentimiento y la advertencia del riesgo en medicina» Revista del Instituto Nacional de Medicina Legal de Colombia. Volumen XVI. Bogotá. 11.Colombia, (1999) ley 527 Bogota, Librería El Profesional. 12.Rincón Cárdenas, E (2006). «Contratación Electrónica». Centro Editorial U. del Rosario. Bogotá. 13.Rodríguez Azuero, S (2006). Contratación Electrónica «Referencias a los contratos bancarios en Colombia». Centro Editorial U. del Rosario. Bogotá. 14.Tena, Fde J. (1970) «Derecho Mercantil Mexicano» 6ª. Edición. Edit. México Porrúa S.A. Mexico 15.Umaña Chaux, A F (2006) «Contratación Electrónica» U. del Rosario, Bogotá. LA MOVILIDAD Y LA EDUCACIÓN POR COMPETENCIAS EN COLOMBIA MOBILITY AND EDUCATION BY COMPETENCES IN COLOMBIA Carlos Mario Molina Betancur ** Fecha recepción: 30-05-08 Fecha de aceptación: 30-06-08 Humpty Dumpty intentó convencer a Alicia de que las palabras podían significar cosas diferentes, y su razonamiento fue tajante: «la cuestión es saber […] quién dará la norma… y punto» (CARROLL, L., Alicia a través del espejo, Barcelona, 1981, p. 104). ** * RESUMEN * En estos momentos podemos hablar de una nueva sociedad del conocimiento, caracterizada por unas exigencias profesionales globalizadas y competitivas que reclaman un conocimiento aplicable. En este contexto la comunidad nacional, tanto en lo referente al sector público como al sector privado, no puede ser indiferente. Así, la movilidad y la educación por competencias se plantean como características de un sistema educativo que busque responder adecuadamente a la formación de una nueva generación. PALABRAS CLAVE Educación, movilidad, habilidad, aptitud. competencias, ABSTRACT Now we can talk about an emerging knowledge society, characterized by a globalized and competitive professional demand, who claim applicable knowledge. In this context the national community, both public sector and the private sector, can not be indifferent. Thus the mobility and education by competences Ph. D. en Derecho; Investigador, adscrito al Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas USTA Tunja; [email protected] Artículo de Investigación científica, producto del proyecto de investigación en educación y derecho. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 101 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. are suggested as characteristic of an education system that seeks to respond adequately to the formation of a new generation. KEYWORDS Education, mobility, competences, ability, aptitude. 1. INTRODUCCIÓN universidades del ranking mundial de las mejores instituciones educativas del planeta, así como el bajo presupuesto que se destina a la ciencia y a la tecnología en nuestro país, con relación a los demás países latinoamericanos, no parecen ser razones suficientes para dejar de debatir sobre lo evidente. Cursa en el Congreso de la República un proyecto de Ley sobre Ciencia y Tecnología (Proyecto de Cámara N. 028 de 2007), uno más dentro de los numerosos proyectos de debate sobre la educación en Colombia (Proyecto de ley del Senado, sobre la reforma a la ley 30 de 1993). El proyecto de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología busca (Ley 29 de 1990 y sus decretos reglamentarios 339, 585 y 591 de 1991, el decreto 393 de 1991 y las leyes 80 de 1993 y 1150 de 2007), entre otras, convertir a Colciencias en un Departamento Administrativo 1, así como crear un fondo nacional de financiamiento para la ciencia y la tecnología. Una vez más se enfrascan nuestros representantes en un debate sobre si Colombia necesita más dinero e independencia para afrontar los retos de la ciencia y la tecnología. La ausencia de nuestras 1 2 3 Amplias han sido las demostraciones académicas e institucionales sobre la importancia que tiene la innovación para el desarrollo económico y social de un país subdesarrollado2. Pero no es solamente la falta de financiamiento público; es también la falta de inversión privada en todas sus dimensiones: el sector público no cuenta con un sistema de información confiable en materia de inversión e innovación, los Ministerios de Relaciones Exteriores, del Interior o de Comercio Exterior no cuentan con la información necesaria que necesitan los inversionistas extranjeros que quieran acercarse al país3; igual que el sector privado no cuenta con sistemas Dicho financiamiento se nutre hoy de partidas presupuestales, lo que se agrandaría con recursos provenientes de las privatizaciones (10%) y de las concesiones (5%). Ver, algunas publicaciones especiales realizadas por Ámbito Jurídico, la del 3-16 de marzo de 2008, pp. 24-25. En materia de transferencias, innovaciones, patentes, licencias, productividad e inversión, los indicadores son muy bajos. Solamente en materia de patentes, Colombia reporta 0,01 de patentes por cada mil habitantes, detrás de las tres economías más grandes de Latinoamérica: Brasil (0,04), México (0,08), Argentina (0,05) y Chile (0,04) 102 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Carlos Mario Molina Betancur integrados que promuevan la innovación y la alta tecnología industrial y comercial4. En un mundo cada vez más globalizado la competitividad se ha vuelto un tema clave para poder alcanzar los mercados más dinámicos. Según datos de la UNESCO, el Banco Mundial y el BID, Colombia es la cuarta economía de América Latina, pero no es un país competitivo, porque su PIB no invierte lo suficiente en investigación 5. Los inversionistas extranjeros no han visto con buenos ojos los débiles índices de productividad con calidad, los indicadores de riesgo financiero y los altos indicadores de inseguridad. Es por ello, que Colombia ha sido uno de los últimos países en ser visitados por las grandes multinacionales que invadieron a Latinoamérica después del derrumbamiento del muro de Berlín6. Aparte de los indicadores económicos que nos sancionan en todos los frentes, estudios de transparencia internacional, de gobernabilidad y del Instituto Frayser, han demostrado que la innovación y la productividad con calidad dependen en gran parte de otros factores estructurales, igualmente importantes, como la calidad de las instituciones, tanto públicas como privadas; es decir, que no puede existir innovación y productividad con calidad sin estabilidad política, planeación 4 5 6 7 macroeconómica, protección de los derechos de propiedad intelectual, adecuada apertura comercial, sistema financiero y tributario confiable y calidad en la educación. Este último tema sería para nosotros el más importante de todos y al que menos se le destina en el presupuesto nacional7. Esto, por cuanto si se pretende producir con calidad para ser competitivos, se necesitan buenos ingenieros, buenos arquitectos, buenos científicos, buenos economistas, buenos financieros, y, sobretodo, buenos abogados, bilingües en lo posible, y conocedores del sistema global de producción, para lo cual se necesita viajar fuera de Colombia, antes de salir de las universidades o inmediatamente después de terminar sus estudios, lo que implica una política seria de movilidad que le ayude a los estudiantes de las facultades de derecho a conectarse con el mundo y con su realidad globalizada. Estos nuevos profesionales son los encargados de interpretar no solamente las necesidades de nuestra sociedad sino las nuevas tecnologías, que llegan generalmente del exterior, en muchas ocasiones, en otros idiomas. Es por ello necesario implementar una buena educación fundamentada en Sobre marcas, tecnología de punta aplicada, certificaciones de calidad y licencias internacionales. Detrás de Brasil, México, Argentina y Chile Colombia ocupó el puesto 77 entre 137 países que se analizaron por su desarrollo económico. En dicho indicador se estableció que solamente el 2,3% de las empresas nuestras son innovadoras y que el 6% invirtió en investigación El presupuesto destinado a Colciencias, órgano adscrito al Departamento Nacional de Planeación ha sido muy pobre, escasamente ha llegado a los cien mil millones de pesos en los últimos 10 cincuenta mil millones de pesos. Ver, www.dnp.gov.co REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 103 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. competencias para un mejor aprovechamiento de la movilidad. Sin una buena base de competencias, los estudiantes difícilmente podrán absorber los conocimientos que se brindan en el exterior para una buena adaptación local. De esta estrecha relación está dependiendo hoy nuestro conocimiento para el desarrollo. Por ello debemos insistir en esta ponencia sobre la necesidad de un buen sistema de movilidad académica (2) para el éxito de la utilización de las competencias en el mundo globalizado de la ciencia y de la tecnología (3). armonización de migraciones laborales, lo que estableció recientemente el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) para agilizar las relaciones académicas y laborales de toda la región. El sistema pretende cambiar las costumbres educativas europeas, ancladas por siglos en el direccionismo religioso o estatal y convertirlo en un saber universal con factores cuantitativos y cualitativos mínimos que destruyan el saber uniforme y disciplina en un pensamiento abierto y autónomo que se rija por sus propias normas multidisciplinares. 2. EL SISTEMA DE MOVILIDAD ACADÉMICA EN COLOMBIA Si en la época del enciclopedismo era necesario conocer, en la época de la ilustración y de las revoluciones era más necesario saber y comprender muchas de las cosas que aprendíamos. Hoy, ni el conocimiento ni el saber son suficientes. Es necesario aplicar con resultados auténticos que demuestren que el saber sirve para algo. Por ello, el aprender-haciendo ha invadido la enseñanza del derecho, la cual no tiene más remedio que cambiar la transmisión de conocimiento por la aplicación del conocimiento. Práctica y teoría se encuentran de nuevo dentro de un mundo multidisciplinar en donde todas las ramas de la ciencia se tocan y ninguna excluye a la otra. Hoy se habla mucho de la movilidad académica y muchos de los programas de pregrado en derecho ofrecen esta posibilidad, como sinónimo de apertura y flexibilidad, dos nuevos componentes recientes de planes de estudio. A pesar de los parámetros establecidos en Bolonia, resulta complicado uniformar criterios. Cada institución académica interpreta sus componentes y todas han acudido a los medios de comunicaciones más diversas para agilizar el tránsito de estudiantes y profesores en el mundo académico. 2.1. El sentido de la movilidad en la nueva sociedad del conocimiento La movilidad tiene, en primer lugar, el interés de homologar títulos universitarios antes de pasar a la 104 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 La competencia, propia del conocimiento práctico, invade los campus universitarios, con rankings mundiales de producción y desafíos enormes en materia de financiamiento. Carlos Mario Molina Betancur Algunos pensarán que se trataba de empresas de conocimiento que luchaban por atraer el máximo número de estudiantes para impactar de forma más durable el medio industrial y comercial. Sin embargo, el tema es más complejo, en donde la universidad no debe albergar solamente la empresa sino que ésta debe tener en cuenta una gran parte de la sociedad y de sus instituciones gubernamentales. En esta «guerra» de conocimiento, las universidades privadas le han abierto las puertas a la empresa y tal vez por ello la evidencia del dinamismo en materia de movilidad, pero cada vez más se evidencia que dicha competencia no tiene sentido si esta alianza no integra tanto la sociedad como a sus gobernantes. Con esto llegó el sistema de control de la calidad de los programas académicos que acreditaba las bases mínimas que necesitaba un programa con miras a la competitividad. 2.2. Los retos de la movilidad en la sociedad del siglo XXI En la Europa de la guerra fría, existía una estructura rígida en la forma de concebir la educación. La estructura que planteaba el sistema europeo constaba de tres niveles universitarios: la diplomatura, la licenciatura y el doctorado. La primera, consistía en impartir tres años de estudios académicos que pretendían formar en conocimientos técnicos para un mejor 8 y fácil acceso al mercado laboral. En este aspecto, Inglaterra y EE.UU, con sistemas que privilegian lo práctico, avanzaron considerablemente en una formación media que les permitía a las empresas tener un personal suficientemente calificado y entrenado y no uno abundantemente supercalificado, pero nada entrenado. De su lado, a la licenciatura correspondían estudios de 5 años o más, en donde la formación contenía muchos más conocimientos teóricos y una mejor especialidad, pero el profesional no tenía ningún contacto con la realidad. Por último, los estudiantes que realizaban los estudios de licenciatura podían acceder a los estudios de doctorado8, con un mínimo de dos años. Como innovador, podemos resaltar la reforma universitaria europea de posguerra que traslada las competencias financieras y presupuestales de las decanaturas a los departamentos. De esta forma el sistema se vuelve más autónomo y dinámico y se organiza por ciclos de formación: de 1r ciclo, para los tres primeros años de una carrera universitaria (Le DEUG o diplomatura), de 2º ciclo, para los estudios con dos años más de estudio (la licence o la licenciatura y de 3 r ciclo, para los estudios de maestría y doctorado que sobrepasaran los cinco años de preparación inicial (la maîtrise, doctorat o maestría y doctorado). Mirar la normativa española, RD 1496/1987, de 6 de noviembre de 1987 y el LRU el RD 778/1998, de 30 de abril del mismo año. BOE Nº 298, de 14 de diciembre de 1987 y BOE Nº 104, de 1 de mayo de 1998 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 105 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. A partir del 2000, España, un poco más adelantada que Francia, cambió su sistema educativo 9, ingresando un nuevo sistema de créditos 10 . La estructura volvió a ser como antes y pasó a carreras de cuatro años, con dos niveles; desapareciendo las diplomaturas y las licenciaturas. El primer nivel lo llamó pregrado, con un mínimo de cuatro años, y el segundo lo denominó posgrado, el cual se divide en dos ciclos: máster y doctorado. Dicho sistema es el actualmente utilizado en Colombia, con la diferencia que la mayor parte de las carreras son de cinco años, como mínimo. Hoy -más acorde con España- Francia eliminó el sistema maîtrise y lo llamó Máster I, conservando para los estudios de maestría el título de Máster II. Se uniformó de esta manera el sistema de enseñanza en tres niveles: pregrado (240 créditos), máster (60 y 120 créditos) y doctorado (mínimo 60 créditos). La idea de los cambios que se instauraron en Europa fue la implementación de la declaración de Bolonia que facilitara la integración Europea por medio de un proceso de convergencia europeo en la enseñaza superior, el cual favoreciera de una forma más amplia la libre circulación de trabajadores de la región. Para ello se han implementado varios programas 9 10 11 de intercambio académico como el ERASMUS y el proyecto piloto TUNING, los cuales pretenden desarrollar un espacio europeo competitivo, tal como se concibe en la Declaración de Bolonia11. Con el proyecto TUNING se pretende establecer algunos parámetros básicos para evaluar los resultados de cada área de conocimiento, tanto en el contenido teórico como en el experimental. Igualmente se pretende definir las competencias genéricas y específicas de cada área (http:// www.relint.deusto.es/TUNINGProject/ index.htm). En el mismo lineamiento se encuentra el Programa PISA (Programme for International Student Assessment), fundado en 1997 por los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico), el cual pretende monitorear el conocimiento que adquieren los estudiantes al final de su enseñanza obligatoria. Con este monitoreo se pretende medir mejor el conocimiento y las habilidades básicas que se adquieren en este periodo. De esta forma se podrían establecer las mejores herramientas para una adecuada inserción en el campo profesional de la nueva sociedad globalizada. Con el sistema LOU, Ley Orgánica 6/2001. Ver la reglamentación en: RD 1044/2003, de 1 de agosto, por el que se establece el procedimiento para la expedición por las universidades de Títulos académicos (BOE nº 218 de 11 septiembre 2003). RD 1125/2003, de 5 de septiembre, por el que se establece el sistema de créditos y el sistema de calificaciones en las titulaciones universitarias de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional (BOE Nº 224 de 18 septiembre 2003). Esta ya ha sido reformada por la Ley Orgánica 4/2007. ECTS: European Credit Transfer System Programas de la Comisión Europea bajo el marco de los Programas ERASMUS y SÓCRATES. 106 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Carlos Mario Molina Betancur 3. LAS COMPETENCIAS QUE DESARROLLAN LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA Mucho se ha hablado de competencias en los últimos tiempos en Colombia. Es normal escuchar hablar a todos los directivos de muchas competencias que se han ido integrando en los currículos universitarios. Parece una novedad académica que obliga a realizar diplomados y conferencias al respecto, pero encontramos que el tema de las competencias no es nada nuevo; por el contrario, es un tema ya utilizado en la educación técnica y en el ámbito laboral12. Como la sociedad ha cambiado considerablemente, el papel del profesor ha tenido que cambiar también y adaptarse a un mundo mucho más ágil, en donde la actualización necesita ser mucho más rápida y globalizada. Si buscamos brindar una enseñanza por competencias, nos tendremos que dar cuenta que primero habrá que formar a los formadores de competencias: los maestros. Por ello, el profesor de hoy necesita de herramientas nuevas para enfrentar la nueva generación, la cual aprende mucho más rápido y de forma más lúdica. Estos nuevos cerebros viven en un mundo virtual, desprovisto de fronteras y con cánones de cultura muy diferentes a los que conocieron nuestros educadores. 12 Quedándonos específicamente en el contexto colombiano, los estudiantes de hoy no comparten los mismos valores éticos, religiosos y morales que compartimos las pasadas generaciones. Ellos viven en un mundo moral en donde consumir drogas, eutanasiar personas, abortar, marcarse y torturarse corporalmente, vender o alquilar órganos, prostituirse elegantemente, intercambiar su pareja sexual, ser transexual u homosexual, no tienen la gravedad ni el repudio social de otros tiempos; vivir peligrosamente, es de actualidad y la vida corta pero intensa se ha convertido en un gran atributo. En materia religiosa, practicar una religión está desactualizado y entre más extrañas y desconocidas sean sus prácticas y creencias espirituales más admirada y respetada será la persona. Por último, en materia ética, los valores no son los mismos de otros tiempos, las jerarquías generacionales, el respeto por la palabra dada, el lenguaje adecuado y la buena escritura, las buenas relaciones y las fórmulas de cortesía son cánones de comportamiento que producen más risa que admiración; la muerte de personas no produce el mismo reproche de otras épocas, incluso las masacres y los secuestros producen más morbosidad que indignación. Programas de la Comisión Europea bajo el marco de los Programas ERASMUS y SÓCRATES. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 107 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. La juventud colombiana de hoy se educa de forma ambivalente: de un lado, condena el robo de carros pero no tienen ningún reparo en comprar repuestos robados; se dice patriota, pero apoya el contrabando, maldice la corrupción, pero no duda en ofrecer dinero cuando comete una infracción de tránsito o cuando diligencia un permiso de conducir, se dice colombiano, pero adora el estilo extranjero. Ante esta nueva generación 3B (bueno, bonito y barato), el maestro es impotente y no se encuentra lo suficientemente preparado para afrontar el cambio, por ello se necesita un nuevo perfil profesional docente, que sepa afrontar un estudiantado menos educado, mucho más joven, muy propenso al bilingüismo, a la virtualidad y a la lúdica; un estudiante es mucho más exigente con los demás, pero mucho menos con sí mismo. El reto es grande y de nosotros depende el futuro de nuestra sociedad; debemos capacitarnos para infundir en el estudiantado aptitudes positivas de cambio, en donde se tome conciencia de la urgente necesidad de adoptar la cultura del respeto por los demás, de la legalidad, el desarrollo sustentable, del progreso científico y económico responsable, de la responsabilidad en el tratamiento de la información, del énfasis en las cuestiones de género y de diversidad, así como de la necesidad de una convivencia pacífica. 108 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 El enfoque de la educación, basada en la capacitación por competencias, constituye un marco natural para el aprendizaje de una habilidad. Si bien es cierto que existen diferentes formas de ver las competencias, existe una sola manera de enfocar las habilidades, para una óptima utilización y desarrollo de las capacidades. La palabra competencia tiene su raíz latina competere que significa dirigirse con otros hacia un punto determinado o hacia algo3. Se dice entonces que una persona es competente cuando demuestra estar preparado para concurrir con otros en la realización de una actividad determinada. Dicha persona está en la capacidad de desarrollar aptitudes por el hecho de estar armado de una cantidad de habilidades que le aportó la formación por competencias. Sin entrar a establecer de forma detallada que existen las competencias individuales, generales, instrumentales, interpersonales, transversales y sistémicas, y que existen varios modelos y tipologías de competencias, nos consagraremos a tratar de definir la competencia y a descifrar su contenido cualificado. Por cualificación se entiende el conjunto de conocimientos y habilidades que los individuos adquieren durante los procesos de socialización y formación. La Carlos Mario Molina Betancur competencia se refiere únicamente a ciertos aspectos del acervo de conocimientos y habilidades: los necesarios para llegar a ciertos resultados exigidos en una circunstancia determinada; la capacidad real para lograr un objetivo en un contexto dado (Mertens, L. (1996).). Se denomina competencia a la habilidad o capacidad de demostrar una aptitud adecuada, la cual solo se revela si se posee, cuando en la práctica se movilizan diferentes recursos y conocimientos y se hace frente a una situación problemática en un contexto particular (González, L. (2004)). La formación basada en competencias constituye, entonces, una propuesta de aprendizaje orientado a la formación integral del ser humano (Tobón Tobón, Sergio, 2005). Es una formación en cadena que reúne la teoría con la práctica y convierte al individuo en un ser social más responsable y eficaz en sus actividades cotidianas; es la única manera de realizar un cambio importante de la sociedad actual. Pero hay que estar atentos por cuanto la definición de las competencias ha sido extensamente interpretada sin que hoy se sepa a ciencia cierta cuál es su verdadero contenido y sin que se sepa distinguir adecuadamente de otros significados similares. Competencia: Capacidad, facultad, calificación, función, actitud, destreza, potencial, autoridad, genio, suficiencia, disposición, lucidez, saber, cualidad, virtud, competitividad, idoneidad, talento, mente, razón, ingenio, inteligencia, entendimiento, solvencia, dominio, pericia, habilidad, destreza, maña, arte, aptitud. Estas competencias deben estar claramente diferenciadas de lo que son las habilidades, facultades, conforme a la tabla No. 1. Con la implementación de muchas de estas competencias, el docente podrá estar seguro de capacitar a un número de personas que desarrollarán ciertas habilidades con el fin de poner en práctica muchas aptitudes que podrán transformar, no solamente al que las practica, sino a los que las reciben. A continuación en las tablas No.2 y No. 3 mostraremos algunos de los saberes que se pretender desarrollar una buena práctica de aptitudes (Pavié, A. (2007)) y las características de la formación por competencias de acuerdo al pensamiento complejo. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 109 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. TABLA No. 1: COMPETENCIAS CLARAMENTE DIFERENCIADAS COMPETENCIA FACULTAD - HABILIDAD COMUNICATIVAS ORAL ESCRITA Intervenir, convencer e influir en los juicios. DIRECCIÓN Y MANDO Asistir a las partes interesadas en un debate jurídico. DIRECCIÓN Y MANDO ARGUMENTATIVAS ARGUMENTATIVAS OPERATIVAS DE DESEMPEÑO DIRECCIÓN Y MANDO 110 CAPACIDAD - APTITUD Aptitud para utilizar adecuada y estratégicamente las herramientas comunicativas, sus reglas, elementos y procesos. Para dirigir una adecuada presentación de teoría y de caso, con el fin de persuadir y convencer al juez, al cliente o a la contraparte en el juicio, de manera concluyente, ética y respetuosa. Capacidad de patrocinar o representar personas morales o físicas, directa o indirectamente en actuaciones de administración pública o privada y en los casos en los que se otorgue poder suficiente. Negociar y administrar para la solución pacífica de conflictos. Aptitud para la interacción simbólica, respetuosa y útil, logrando los objetivos corporativos y legales propuestos en pro del beneficio social. Capacidad de hallar, describir y llevar a la práctica posibles soluciones a problemas, en especial los de índole jurídica, de manera asertiva y justa. Argumentar la permanencia de las normas jurídicas. Capacidad para desarrollar en grupos sociales, la conciencia política para el cambio y desarrollo de la norma. Aptitud para organizar y dirigir procesos de evolución y modificación social desde la estructura jurídica y los procesos normativos. Argumentar y comunicar la norma jurídica. Aptitud de obtener, clasificar, verificar y utilizar inteligentemente la información jurídica. Capacidad para escuchar y transmitir de manera clara y precisa sus ideas, hacer informes judiciales escritos que contengan los argumentos para sustentar sus ideas. Pronunciar con suficiencia y convencimiento el discurso y desempeñarse hábilmente en el debate jurídico. Trabajar en equipos jurídicos. Aptitud del abogado para desempeñar un papel colaborativo y participativo con otros profesionales del derecho, investigadores judiciales, profesionales de las ciencias forenses y con sus clientes. Capacidad de trabajo para solucionar problemas; alcanzando resultados sinérgicos. Gerenciar reuniones operativas y eficientes de tipo jurídico. • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Capacidad para planear, organizar, ejecutar y evaluar reuniones de tipo profesional; aplicando sus destrezas de liderazgo y trabajo en equipo. Todo esto enfocado a obtener, mediante la generación de un flujo constante de información pertinente, un conjunto de soluciones contrastadas y justificadas para resolver problemas y obtener resultados jurídicos. Carlos Mario Molina Betancur COMPETENCIA FACULTAD - HABILIDAD ÉTICAS Aplicar el Derecho a la preservación del medio ambiente. Aptitud para impulsar la creación de normas que permitan un desarrollo sostenible, sin dañar las condiciones naturales del ambiente y con el fin de procurar el mayor equilibrio posible en la utilización de tecnologías para el cuidado en la preservación de la naturaleza. INVESTIGATIVAS EMPRENDEDORAS Emprender para generar desarrollo social. Aptitud para fomentar el análisis y la valoración de situaciones, condiciones y posibilidades para el desarrollo social, mediante identificación y solución de problemas jurídicos relacionados con el desarrollo social en contextos cambiantes. COGNITIVAS Asesorar asuntos que requieran opinión jurídica. COGNITIVA Realizar trámites judiciales y administrativos. Aptitud para realizar cada uno de los estados y diligencias que hay que recorrer en un negocio hasta su conclusión. COMUNICATIVA ORAL ESCRITA Preguntar, interrogar contrainterrogar. Aptitud para interrogar personas para que respondan sobre lo que conocen de un asunto, bien sea para fortalecer lo dicho o ponerlo en duda en un determinado sentido. ORGANIZATIVA Gerenciar la práctica profesional del Derecho. Capacidad para gestionar recursos de todo tipo, cuidando los intereses encomendados de forma racional y productiva. REFLEXIVA ARGUMENTATIVA Juzgar conductas, actos y hechos. Capacidad para comprender, analizar e interpretar conductas humanas y hechos jurídicos, con aptitud para ponderar y comparar el comportamiento observable. Aptitud para verificar, mediante evidencia, la relación existente entre distintos hechos y conductas, con el propósito de deliberar acerca de un acto o hecho o sobre la responsabilidad de alguien, de la razón que le asiste o no en un asunto determinado, tomando una decisión jurídica procedente. INTERPRETATIVA Analizar la normativa, la doctrina y la jurisprudencia jurídica, nacional y extranjera. Capacidad para examinar, distinguir y separar las diferentes partes del discurso jurídico para conocer mejor sus principios, componentes, propiedades, funciones y elementos básicos. y CAPACIDAD - APTITUD Capacidad de opinar o dar consejo a sus clientes, colegas, instituciones y organizaciones en asuntos de tipo jurídico de manera ética, ágil y clara. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 111 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. TABLA No. 2: SABERES PARA UNA BUENA PRÁCTICA DE APTITUDES Asume las competencias dentro del marco de la formación humana y el pensamiento complejo. SABER SER Conceptualiza la formación de las competencias como proceso complejo, teniendo en cuenta el proyecto ético de vida y la transdisciplinariedad. SABER CONOCER Integra en el análisis de las competencias el contexto personal, social, laboral y empresarial, familiar y educativo, acorde con los propósitos de un determinado proyecto pedagógico. SABER HACER TABLA No. 3: CARACTERÍSTICAS DEL PROFESIONAL COMPETENTE 1. Saber actuar y reaccionar con pertinencia • • • • • 2. Saber combinar los recursos y movilizarlos en un contexto • Saber construir competencias a partir de los recursos. • Saber sacar partido de los recursos propios y de los recursos del entorno. 3. Saber transferir • • • • • 112 Saber qué hay que hacer. Saber ir más allá de lo prescrito. Saber elegir en una urgencia. Saber arbitrar, negociar. Saber encadenar las acciones según la finalidad. Saber memorizar múltiples situaciones y soluciones tipo. Saber tomar perspectiva. Saber utilizar los metaconocimientos para modelar. Saber darse cuenta de los indicadores de contexto y saber interpretarlos. Saber crear las condiciones de posibilidad de transferencia con ayuda de esquemas transferibles. • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Carlos Mario Molina Betancur 4. Saber aprender y aprender a aprender • • 5. Saber comprometerse • • Saber sacar lecciones de la experiencia, saber transformar su acción en experiencia. Saber describir cómo se aprende. Saber sacar lecciones de la experiencia, saber transformar su acción en experiencia. Saber describir cómo se aprende. 4. CONCLUSIÓN La enseñanza y el aprendizaje basados en competencias desde el pensamiento complejo reúnen a la vez los postulados de la UNESCO del año 2000 y lo dicho en Bolonia dos años más tarde. Esto destruye, en cierta forma, una posición contraria, promovida por los países alejados de EE.UU, según la cual todos estos procesos son dirigidos por el imperio capitalista que pretende implantar un «econocimiento», en donde se consideran las competencias como un proceso educativo reducido a los intereses de los procesos económicos. Esto no es del todo salido de la realidad; tiene una parte de verdad, pero, como todas las verdades a medias, resultan siendo grandes falacias, tenemos que entender que, si bien es cierto que el desarrollo del trabajo por competencias se lo debemos a la empresa privada, no por ello debemos diabolizar la propuesta y darle ese tinte economicista a la aplicación competencial en la educación superior. Lo que pretende la UNESCO y los intelectuales de Bolonia no es más que la formación integral del individuo a través de una adecuada formación sociocultural de autorrealización personal, mucho más acorde con los tiempos que corren, en donde la sociedad necesita desarrollarse con financiamiento del sector productivo. Esto quiere decir, en palabras del maestro Sergio Tobón Tobón, que se debe formar hoy para no llenarse de conocimiento sino para ser un ente racional y práctico que lo lleve a ser más social, más solidario, mucho más ambiental, eficaz en su profesión y con un proyecto ético de vida (José Ángel Lòpez Herrías, 2005.). Por ello no podemos caer en la trampa de equiparar competencia a competitividad, porque esta última no es sino un elemento de la formación por competencia. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 113 Sección I. Artículos de investigación. Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas. 5. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 4. Programas de la Comisión Europea bajo el marco de los Programas ERASMUS y SÓCRATES 1. GONZÁLEZ, L. (2004) Formación universitaria por competencias, en www.ugcarmen.edu.co/ documentos/cinda/gonzalez. 5. Ámbito Jurídico, del 3-16 de marzo de 2008, pp. 24-25. 2. MERTENS, L. (1996). Competencia laboral: sistemas, surgimientos y modelos. CINTERFOR/OIT. Montevideo, Uruguay. http:// cinterfor.org.uy 3. TOBÓN TOBÓN, Sergio, Formación basada en competencias: pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica, Bogotá, Banco de la República, ECOE Ediciones, 2005, p. XVI. 114 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 6. Ley 29 de 1990 y sus decretos reglamentarios 339, 585 y 591 de 1991, el decreto 393 de 1991. 7. Ley 80 de 1993 8. Ley 1150 de 2007. 9. Proyecto de Cámara N. 028 del 5 de diciembre de 2007. 10.Proyecto de ley del Senado, sobre la reforma a la ley 30 de 1993 Sección ii: temA centrAl- del plurAliSmo jurídico Al interior del pAiS pArt ii: centrAl topic - From the leGAl plurAliSm inSide the country. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 115 116 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 APORÍAS ALREDEDOR DEL PLURALISMO JURÍDICO: HACIA UNA CONFIGURACIÓN DEL ESTADO DEL ARTE Y UNA CRÍTICA DE SUS SUPUESTOS CONCEPTUALES CONTRADICTION AROUND THE LEGAL PLURALISM: TOWARDS A SET OF STATE OF THE ART AND CRITICISM OF ITS ASSUMPTIONS CONCEPTUAL Paulo Ilich Bacca Benavides** Fecha de recibido: 07-07-08 Fecha de aceptación: 03-08-08 RESUMEN * El artículo presenta los puntos más sobresalientes del reconocimiento constitucional de la diversidad étnica y cultural en Colombia. Para hacerlo, pone en evidencia la ruptura que se presenta entre la justicia de los pueblos originarios y la filosofía política que encarna el pluralismo jurídico. La tesis del artículo, es que el pluralismo jurídico consagrado en la Constitución de 1991 devino en un monolingüismo constitucional, toda vez que supedito el entendimiento particular de la justicia de cada pueblo indígena singularmente considerado, a los axiomas derivados de la lengua de la Constitución y la ley. PALABRAS CLAVE Pluralismo jurídico, justicia indígena, estado social de derecho, diversidad étnica, lenguaje. ABSTRACT There is a seemingly insoluble contradiction respect to pluralism of legal systems to try to establish the understanding about «Indian justice». This coexistence of parameters of conduct should not be framed in an effort to ** * C. Mg. en Derecho. Investigador del Grupo de Estudios en Teoría del Derecho, Teoría Política y Derecho Constitucional adscrito a UNIJUS; [email protected] Artículo de investigación científica producto del proyecto «Del pluralismo jurídico al monolingüismo constitucional: un acercamiento al reconocimiento de la diversidad étnica y cultural en Colombia». REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 117 Sección II. Colaboradores Nacionales place an order or another as superior, nor establish a strong separation between them; on the contrary it is about of a state of Pluralistic Social State of Law, which should allow legal pluralism, which will have to develop sources of materials needed to realize this State and also it will be required to recognize the plurality of «Indian justice» with cultural identity, and they in turn have a linguistic otherness, because this language determine the philosophical thought of a community and its connection to the world. 1. NOTAS ACLARATORIAS que en este escrito denominaré «justicia india»1. Hace algunos meses atrás, un sabedor de la comunidad de los Pastos, en Nariño, me indicaba que el entendimiento de la justicia india2, estaba mediado por un puente de traducibilidad: La justicia india sólo podrá entenderse y sentirse si se trabaja desde la base del pueblo indio, es decir, si se baja a la base; solo cumplido este tránsito nos estará dado El presente artículo, es fruto del trabajo de varios años caminando al lado de los pueblos Amerindios de Colombia y Sur América, el plan de trabajo que me propongo constituye una suerte de examen introspectivo, realizado a partir de la confrontación de dos de las principales fuentes desde las que estaría dado abordar el problema de lo 1 2 KEYWORDS Legal pluralism, indian justice, social state of law, ethnic diversity, language. Me refiero especialmente a la fuente material de la justicia india, que se encontraría articulada en torno a los pilares de los «textos» aportados por la tradición oral de cada comunidad o grupo étnico, aclarando que ésta no es la única fuente, ni la más importante. Aquella que podríamos denominar fuente formal de la justicia india, articulada en torno a los «textos escritos» según los parámetros de la tradición grafa del mundo occidental, dichos materiales, no son fuente stricto sensu de la justicia india, pero pueden considerarse dentro de la tradición académica como una importante fuente auxiliar: «La palabra escrita (en castellano o quechua) no es la fuente principal para la reflexión filosófica andina, sino más bien un medio auxiliar». (Estermann, 1998, 66). El término justicia india se utilizará con el ánimo de presentar algunos rasgos «generales» que podrían ser compartidos por los diferentes pueblos indios. Sin embargo, debemos ser enfáticos en señalar que cada pueblo indio tiene su propia manera de entender y sentir la justicia y que toda fórmula generalizante atenta contra la singularidad de cada etnia en su conjunto. Así por ejemplo, la justicia del gran pueblo de los Pastos se relaciona íntimamente con la recuperación de su territorio ancestral, mientras la justicia del pueblo Siona está más relacionada con las ceremonias que giran en torno al alimento sagrado Ayahuasca. Hace algún tiempo cuando un indio Pasto insistía en la delimitación del tema del presente artículo y en las fuentes que se utilizarían en él, comentaba: «Recuperación de tierras es a Pasto como Yajé a Siona». Como nos lo recuerda Estermann, antes que una cultura andina lo que existen son distintas culturas andinas, sin embargo, lo andino puede ser visto como un ldealtyp, es decir, «como una proyección ideal y abstracta de los múltiples fenómenos llamados andinos». En nuestro caso, la denominación justicia india correspondería a un ldealtyp proyección de diversas prácticas indias, que darían cuenta del entendimiento de la justicia. (Ibíd., 53). 118 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides subir a escribir sobre lo aprendido3. Pues bien, la fórmula que emerge de la voz milenaria del gran pueblo de los Pastos y que comparto en su integralidad, sufre una suerte de inversión en el artículo que presento a continuación. Inversión, en tanto mis reflexiones no son fruto de un trabajo desde la base, si bien es cierto que se pronuncian desde un acercamiento sincero a integrantes de comunidades indígenas que me han abierto sus puertas, «el sentir» de este breve proyecto entonces, está mediado por la hospitalidad de las lenguas del gran pueblo de los Pastos (Nariño), del pueblo Kamentsá (Putumayo) y del pueblo quechua-aymará (Perú y Bolivia). Con el primero de ellos -mi pueblo, por razones geográficas, culturales y de idiosincrasia-, estaré en deuda por el resto de mi vida por haberme enseñado que los pilares de la resistencia india son cimientos que sostienen la vida misma, que en el fondo de esta lucha se encuentra la pervivencia de la tierra y por haberme hecho entender que lo indio no corresponde a una raza sino a un 3 4 sentir 4 . Al segundo de ellos, debo agradecerle mi salud espiritual y física en los últimos cuatro años, su medicina milenaria ha sido eficaz remedio para asumir con serenidad las diversas embestidas con que nos aguza la ciudad en el día a día. Al tercero, por haberme acogido entre los suyos, jamás olvidare la filosofía de las palabras sabias que me arrullaron en las cocinas de Ahuac (Valle del Mantaro) y los consejos sinceros que el rector de la Universidad Tawantinsuyu, Germán Choquehuanca, compartió conmigo en Laja. A estos tres grandes pueblos, mi gratitud inmensa por sacar la justicia india de los libros y hacérmela percibir en el cuerpo. Inversión en segundo término, en tanto soy fruto de una formación universitaria que contradice prima facie la lógica en que el indio a-prende dentro de su territorio, en tal sentido, todo aquello que podría enunciar sobre la justicia india bajando a la base, se vería necesariamente reconducido por la especificidad de mi lenguaje, por la pertinencia de mi traducción, que como traslación supone ya una traición y una Gran parte de los trabajos que analizan la justicia indígena en el país, ocurre lo contrario a la sugerencia planteada por el pueblo Pasto en la voz de Taita Efrén Tarapuez. El lo relacionado al reconocimiento constitucional de la diversidad étnica y cultural, puede apreciarse que el análisis de lo nacional se encuentra supeditado a planteamientos teóricos supranacionales, al respecto es ejemplificante la crítica que hace José María Arguedas a Julio Cortazar: Suele pensarse «que mejor se entiende la esencia de lo nacional desde las altas esferas de lo supranacional». (Arguedas, 1975, 18-19) «El pensamiento indio no cayo en la metafísica abstracta. Pensar indio es acción concreta sobre cosas o hechos concretos y útiles. Es sentir en la mente agua, tierra, viento, sol mezclándose en armonía perfecta. La mente india analiza, valora y cataloga causas de nuestra vida» [...] «Racismo es odio a raza, a color de piel. Los indios no odiamos colores, odiamos opresión. En los Andes, Bolivia, Perú, Ecuador, hay valles con indias e indios de tez, cabellos y ojos claros. Jamás tuvieron contacto con europeos. Su color es adecuación a sus climas y ambientes locales. No podríamos odiar a nuestros hermanos y hermanas porque sus cuerpos se acomodaron al escenario telúrico. El Tawantinsuyu fue multirracial y la palabra raza es desconocida en aymara o kheswa». Habla el pueblo kheswaymara. (Reynaga, 1989, 21298) REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 119 Sección II. Colaboradores Nacionales cierta ingratitud con la lengua del otro. Así, a lo sumo, me veo compelido a interpretar y a traducir, a servir de puente entre racionalidades diferentes que se expresan a través de lenguas diferentes5, en este mismo instante quien estuviera leyéndome se ve en la necesidad de traducir aquello que intento significar6. De igual manera, mi empresa se encuentra en la necesidad de trabajar con puentes traductores que acercándonos a la lengua india puedan dar razón de su justicia, en este caso, se trataría de trabajar con lenguas diferentes lo que evidentemente ubica a la traducción en su ámbito propiamente dicho: «Si bien es cierto que «traducimos» a cada instante cuando hablamos o recibimos indicaciones en nuestra propia lengua, es obvio que la traducción en un sentido más amplio y común surge cuando dos idiomas se encuentran» (Steiner, 1995, 14). Empecemos precisando entonces, que el estatuto de traducibilidad de este ensayo resulta de la mediación entre conceptos propios del derecho occidental (estatuto epistemológico del que también soy heredero) y de un primer acercamiento al entendimiento y al sentimiento de la justicia india, sin 5 6 embargo, sostengo de manera categórica que dicho acercamiento sólo fue posible en tanto dejé de pensar la justicia india en términos de la teoría constitucional y de la ciencia política, en ese momento, comprendí que ambas realidades respondían a lenguas y mundos diferentes. La lengua utilizada por los teóricos y estudiosos de las teorías multiculturales y de la ciudadanía, lo mismo que de todos aquellos que han escrito sobre jurisdicción indígena, no permite un diálogo horizontal y fluido con los diferentes pueblos indios, pues éstos, piensan y sienten la justicia desde su lengua. Difícilmente se podrá traducir conceptos como el de constitución, jurisdicción especial indígena, o jurisdicción ordinaria, a idiomas como el kichua, el quechua o el aymara: «kheswaymaras recién alfabetizados suelen decir riendo: «Yo puedo hacerle hablar al libro, pero no sé lo que dice» (Reynaga, 1989, 256). Inversión en tercer término, en tanto mi acercamiento al sentir indio también ha estado mediado por textos escritos, y señalo en todo caso una mudanza por cuanto no existe una fuente escrita en estricto sentido de la filosofía india. El Este artículo sostiene una relación inescindible entre lengua y justicia, sólo sería posible entender y sentir la justicia de un pueblo indio, si se llegara a pensar y a soñar en la lengua de dicho pueblo. Considero que a pesar, de que cada lengua india tiene una traducción a su respectiva justicia india, existen rasgos comunes que las caracterizan y fuentes que las unen, de ahí la cavida ha un análisis de carácter general. Esto no constituye una justificación suficiente para acudir a generalizaciones, tal como existen justicias indias, es también pertinente señalar que se debe hablar más que de una lengua, de una pluralidad de lenguas indias. Existen incluso lenguas hermanas, que compartiendo territorio e historia singularizan formas diferentes de ver y entender el mundo: «El kheswa es la ductilidad, ternura y dulzura de valles verdes. El aymara es montaña, austeridad, sobriedad y dureza de las rocas graniticas de Tiwanaku». Habla el pueblo Kheswaymara, (Reynaga, 1989, 30). «Tú, que me lees, ¿estás seguro de entender mi lenguaje?» (Borges, 2002, 113) 120 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides pensamiento indio tiene sus propios textos7 y pienso que no es despreciable la labor de darlos a conocer en su real dimensión: como textos vivos, como pensamiento con consecuencias prácticas, como actualización diaria del mito, etc. Las dicotomías eurocentristas que separaron al «antiguo mundo» del «nuevo mundo», llamaron a la separación entre «civilización» y «barbarie», «arte» y «artesanía», «idiomas» y «dialectos», «teoría» y «praxis». Llamamos contrario sensu, a sentir al texto indio con la misma intensidad con que disfrutamos los maravillosos textos de la tradición occidental, el texto más allá del instrumento cartáceo que equipara al libro, el texto como una arquitectura en que incluso el tiempo se puede inmovilizar: «El conocimiento hacedor de Tiwanacu, Sacsaywamán, Wiñay Wayna y otras poesías talladas en piedra, pulseó las palpitaciones del universo y las bacterias. Sin embargo no creó armas defensivas ni ofensivas». (Reynaga, 1989, 233). Finalizando estas aclaraciones planteo dos enmiendas finales: 1. No pretendo presentar a la justicia india ubicada en un nivel superior respecto a la tradición en que se ubica el derecho occidental, pero sí reconocer a una y otra como diferente y singular. Cada una de ellas, responde a historias y fuentes diferentes, así, una y otra configuran su propio tiempo, una y otra tienen su 7 propia lengua, una y otra manejan sus propios códigos y su propia ley. Lo anterior no implica separar tajantemente cada una de ellas, tanto sobreponer la una a la otra como separarlas podría resultar muy peligroso, se trataría entonces, de aprovechar los espacios en que la justicia india comparte y se enriquece al lado de la tradición del derecho occidental y viceversa. El esfuerzo consistiría en entender la justicia india dentro del marco «sui generis» que vive en la actualidad, nos vemos en la necesidad de establecer un polílogo entre las diferentes formas de entender la justicia y el derecho: «Es sobre todo una filosofía de la interculturalidad, es decir: una reflexión sobre las condiciones y los límites de un diálogo (o polílogo) entre las culturas» (Estermann, 1998, 9). Por último, soy conciente del peligro que entraña el intento de explicar la justicia india conbase en fuentes ajenas a su razón de ser, mis citas son un puente más de traducibilidad, una herramienta heurística para brindar una interpretación, una traducción, un entendimiento. Cada cita corresponde a un texto y a un contexto puntual, intentaré ser cuidadoso a la hora de armonizar textos y contextos que incluso podrían llegar a excluirse, asumo la responsabilidad que se desprende de este riesgo. Confronto en este instante vía Derrida y Estermann, a la tradición antropológica que ha establecido una relación entre cultura y escritura, cultura textual y cultura oral, planteando la división entre sociedades con escritura (con historia) y sociedades sin escritura (sin historia): «Para la filosofía, concebida como «historia de la filosofía» (interpretación de la interpretación), la «textualidad» de una cultura es una conditio sine qua non. Pero para la filosofía como interpretación de la experiencia vivida, la cuestión de la «grafidad» o «agrafidad» de una cultura es secundaria» (Estermann, Op cit , 65). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 121 Sección II. Colaboradores Nacionales 2. BALANCE PRELIMINAR 2.1. El Constitucional Reconocimiento La consagración constitucional de la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana y de la jurisdicción especial indígena, planteó debates sobre el carácter de la pluralidad y la participación en el contexto social, dichas disputas, abrieron camino en la demarcación de líneas de investigación y de posturas políticas consolidadas. El reconocimiento constitucional se enmarca dentro de los parámetros dominantes impuestos por el EstadoNación y articulados con el proceso de globalización, en una dicotomía que merece análisis riguroso teniendo en cuenta el caso que nos convoca, el concepto de Estado-Nación sigue enmarcado en la clásica postura weberiana donde confluyen las relaciones de dominación social y la integración de la sociedad en su conjunto 8. En este contexto resulta determinante el concepto de soberanía, por lo que los rasgos característicos del modelo transnacional, que opacan dicho concepto pareciesen diluirse momentáneamente y de manera paradójica 9 . El problema de la soberanía del Estado Colombiano se 8 9 inscribe en un panorama conflictivo en el que el texto constitucional choca con las concepciones internas que lo configuran: Se consagra un Estado democrático, participativo y pluralista y a la vez fundado en el respeto de un único concepto de dignidad humana, a saber, la solidaridad y la prevalencia del interés general frente al particular. Entonces, como lo anota Beatriz Eugenia Sánchez, la carta «no trae una fórmula para resolver la gran pregunta: ¿qué significa la plurietnicidad y la multiculturalidad dentro de una república unitaria?» (Sánchez, 2001, 38). Pero más allá de las prolíficas contradicciones internas del texto constitucional a las que ya nos hemos acostumbrado, debemos anotar que la eficacia instrumental de los derechos que el Constituyente de 1991 consagró para las comunidades indígenas depende de la articulación con la filosofía particular de cada colectividad, que se manifiesta a través de fuentes que por su historia y su tradición se diferencian de las fuentes propias del derecho occidental, difícil tarea si consideramos que desde la Colonial el derecho indiano partía de considerar «la superioridad española y católica sobre la voluntad individual o colectiva de los súbditos americanos» (García/ Rodríguez, 2003, 35) y el etnocentrismo «El Estado, lo mismo que las demás asociaciones políticas que lo han precedido, es una relación de dominio de hombres sobre hombres basado en el medio de la coacción legítima (es decir considerada legítima). Así, pues, para que subsista es menester que los hombres dominados se sometan a la autoridad de los que dominan en cada caso. Cuándo y por qué la hagan, sólo puede comprenderse cuando se conocen los motivos internos de justificación y los medios externos en los que la dominación se apoya». (Weber, 1987, 1057). «Una de las paradojas de la globalización es que permite que las comunidades subalternas dentro del Estado-Nación creen alianzas transnacionales, por encima del Estado para luchar por sus propios derechos sociales y humanos». (Mignolo, 1999, 67). 122 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides que los académicos del derecho profesan en sus cátedras10. Es básico reconocer la capacidad de las comunidades indígenas en la creación jurídica, lo mismo que la imposibilidad fáctica de una ley única que condense a las 84 comunidades indígenas diferentes y heterogéneas, singulares como grupos y con interioridades espirituales disímiles. 2.2. La Academia Desde el punto de vista académico el reconocimiento constitucional de la diversidad étnica y cultural ha permitido consolidar un material bibliográfico interesante que iniciada la década de los noventas era prácticamente inexistente. Hoy podemos hablar de posturas epistemológicas que han consolidado marcos teóricos definidos en esta interesante problemática. De un lado encontramos a los académicos que fundamentados en la filosofía práctica del multiculturalismo celebran el particularismo de la raza, fortaleciendo la crítica progresista y ubicándose principalmente en el discurso de los derechos (Borrero, 2003). En otra orilla encontramos a los académicos que reconociendo las reivindicaciones 10 11 emanadas del campo jurídico no prescinden de la esfera política y antropológica, pensando en espacios de resistencia y cuestionando la supuesta neutralidad de la ley (Zambrano, 2.002). En la senda de la teoría de las relaciones internacionales se han hecho importantes aportes desde los llamados estudios de crítica poscolonial, cuyo enfoque cuestiona las características fundamentales del capitalismo tardío como nodo central en la homogenización mental derivada de los pilares del sistema mundo, en tal sentido, esta corriente disinde de los postulados básicos tanto del liberalismo, como del comunitarismo (Castro, Guardiola y Millán, 1999). Estas posturas, singularizadas por posiciones teóricas y políticas pareciesen coincidir en la necesidad de declinar frente el ideal integracionista del Estado - Nación, que en el marco de la Constitución de 1991 se refleja en la unidad nacional y la igualdad de «todos» los sujetos frente a la ley11. El presente artículo intentará dar cuenta de estas perspectivas, sus potencialidades y peligros. Estos desarrollos son el punto de fundamento a mi tesis, que planteando la existencia de una pluralidad de justicias indias sostendría que el reconocimiento de La historia pertinente de nuestras instituciones jurídicas no incluye las perspectivas no occidentales (sobre todo no las que persistan en nuestro espacio social) pues al fin y al cabo, nuestras instituciones son, y siempre han sido, decididamente occidentales. Ni siquiera las reconstrucciones más recientes de nuestra teoría jurídica particular, animadas por la pasión crítica de los CLS norteamericanos, logran escapar a esta ceguera generalizada. (Guardiola/Sandoval, 2000, 52) «También debería implicar la renuncia a los intentos integracionistas, es decir, a la búsqueda de una unidad social construida sobre la igualdad jurídica de acuerdo con la cual todos los individuos son iguales sin que cuenten las consideraciones étnicas» refiriéndose a la Constitución de 1991 (Sánchez, 2001, 39), REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 123 Sección II. Colaboradores Nacionales dicha pluralidad sólo es posible a través de una alteridad lingüística, acercamiento al otro que se encontraría fundado en el respeto de las diversas lenguas de la naturaleza y no necesariamente de una lengua «humanizada», reconducida en el caso que nos convoca por la lengua del derecho constitucional12. 2.3. Realidad Social Los artículos de la Constitución Política de 1.991 que reconocieron el derecho a la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana y la configuración de una jurisdicción especial indígena dentro de la fórmula política del Estado Social de Derecho, plantean la necesidad de un balance en cuanto a las diferentes ramas del poder público se refiere. Los comportamientos de la rama ejecutiva y legislativa después de más de una década de la expedición de la Constitución de 1.991 dan cuenta de un desinterés generalizado por la problemática de los grupos indígenas y por las reivindicaciones sociales que los mismos han buscado. El reformismo constitucional, piedra angular de la institucionalidad en Colombia desde épocas pretéritas, se ha caracterizado al decir de García y Rodríguez por «la 12 13 constante utilización de la práctica de creación y reforma del derecho con propósitos de legitimación institucional, más que de eficacia social, con lo cual se dejó intacto el fenómeno colonial de la ineficacia instrumental del derecho» (Op cit , 29). El Congreso de la República cuando ha incorporado el factor étnico en sus normas lo ha hecho desde una marcada concepción occidental y antropocéntrica caracterizada por concebir a la sociedad homogéneamente sin soportar la diferencia. Los avances que se han conseguido en lo que a esta materia se refiere radican en la «inclusión» de los grupos indígenas en lo que se ha denominado la «sociedad mayor», pero jamás en el reconocimiento del otro y de su vida interior en medio de la pluralidad 13 . El desarrollo más importante se ha presentado en la rama jurisdiccional del poder público, siendo la Corte Constitucional la impulsora de avances doctrinales que han representado un importante sendero en medio del anquilosado formalismo con que se había tratado esta temática, sin embargo, siguen existiendo graves desproporciones interpretativas que dan cuenta del marcado etnocentrismo de los jueces. El apartado IV del presente artículo abogará por una forma específica de alteridad lingüística. Asi mismo se hara referencia a la pluralidad de lenguas filosóficas y de lenguas naturales. La justicia india, tal como será abordada en el presente ensayo, no podrá ser entendida sin en el reconocimiento de esta alteridad lingüística en su doble acepción: «El hombre no es toto coelo distinto de los entes vivos no-humanos. También los animales y las plantas son ‘animados’ y merecen como la pachamama, respeto y un tratamiento justo, de acuerdo con su ‘lugar’ en el orden cósmico» (Estermann, 1998, 177). Este artículo insise en la distancia entre «incluir» y reconocer al otro en la diferencia: «De manera que se sigue legislando para una sociedad homogénea, pese a que formalmente se incluya a los indígenas». (Sanchéz, 2001, 57) 124 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides Las prácticas propias del sistemamundo han llegado a las comunidades indias, desde el trabajo con estos pueblos se puede dar cuenta de un extraño sincretismo entre el saber ancestral de la comunidad y las diferentes destrezas comerciales que se han ido incorporando en ellas en forma de relaciones sinergéticas a decir de Taussig en su análisis sobre la propiedad de los términos y la deformación del discurso, este proceso resulta devastador al interior de las comunidades, pues suele suscitar conflictos que enmarcados en la fuerza del pensamiento indio corroen gravemente los cimientos sobre los que se sostiene la comunidad. Observando la antipatía entre dos médicos del Putumayo comenta el autor en mención: «La enemistad entre Santiago y Esteban me parecía que enfocaba y magnificaba muchas de las tensiones producidas por la expansión de la economía nacional en la frontera y que lo hacía en un ambiente inusitado -es decir, la comercialización del poder mágico de la indianidad-» (Taussig, 2.002, 197). Las comunidades indígenas en las actuales circunstancias, viven una etapa muy particular dentro de un proceso de «resistencia» milenario en el que no sólo se resiste a través del cultivo de lo propio sino también en la asimilación de lo ajeno con la consigna de reapropiarlo14. En este contexto, las comunidades 14 siguen danzando y tejiendo mientras a la sombra del proceso de globalización se presenta lo que Casement escribía para «The Contemporary Review» en la terrible época de las compañías caucheras en el Putumayo: «Sus danzas, sus cantos, eran una parte más importante de su vida que la satisfacción de sus necesidades materiales. Éstas podrían haber estado mucho mejor atendidas si hubiera concentrado en ellas todas sus energías. Todo, salvo su música, su baile y sus canciones, era transitorio» (Taussig, Op cit , 89). Es así como desde el punto de vista social resulta indispensable analizar estos fenómenos sin perder de vista el contexto político en que tienen lugar, tanto para rescatarlos como una práctica milenaria de resistencia como para criticarlos cuando se convierten en una práctica- de desindianización. 3. ALREDEDOR DEL MULTICULTURALISMO 3.1. El reconocimiento constitucional de la Diversidad Étnica y Cultural y del Pluralismo Jurídico en la Constitución Política de 1991 en Colombia La expedición de la Constitución de 1991 y la consagración del derecho a la diversidad étnica y cultural en Colombia implicó un giro jurídico con importantes consecuencias en la Este fenómeno se presenta desde el tiempo de los Incas: «Ocurrió lo que suele suceder cuando un pueblo de cultura de alto nivel es dominado por otra: tiene la flexibilidad y poder suficiente como para defender su integridad y aun desarrollarla, mediante la toma de elementos libremente elegidos o impuestos. A todos los transforma». Habla el pueblo Quechua. (Arguedas, 1981, 193 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 125 Sección II. Colaboradores Nacionales tradición de la organización jurídicopolítica del país, hasta entonces, caracterizada por ignorar la existencia de minorías étnicas15 en el territorio nacional. El giro fundamental consignado en los Artículos 7 y 70 se enmarca en la concepción de Estado Social de Derecho y se argumenta en el paso de la uniformidad cultural de la nación a un reconocimiento de las perspectivas multiculturales. El balance presentado por Rodrigo Uprimny Yepes acerca de la Constitución (Zambrano, 2.002) comenta que el Estado Social de Derecho es una fórmula política que en Colombia se ha enriquecido con los aportes del multiculturalismo. Desde la perspectiva de Zambrano, la Constitución tuvo una orientación epistemológica etnicista donde el concepto de multiculturalismo se limitaba a lo pluriétnico de la nación Colombiana, «siendo lo étnico una realidad eminentemente indígena» (Zambrano, 18). Es este escenario el pluralismo jurídico encuentra un cuerpo modelador, es la Constitución la que consolida la jurisdicción especial indígena que tiene su máxima expresión en la perspectiva cultural del pluralismo jurídico, énfatizando en la presencia de diferentes ordenes jurídicos, correspondientes a las diversas culturas que conviven en un mismo espacio y tiempo (García y Rodríguez, Op cit , 48-49). 15 En un Estado pluralista existe pluralismo jurídico al decir de Zambrano, quien además anota que no es el pluralismo jurídico del que depende la existencia o inexistencia de pluralidad: «El pluralismo jurídico es una consecuencia de un Estado pluralista no la causa definitoria de la pluralidad» (Zambrano, Op cit , 25). El reconocimiento del pluralismo jurídico en el texto constitucional y la celebración del discurso multiculturalista dentro del Estado Social de Derecho merece una revisión detenida. En primera instancia y respondiendo a los argumentos que tanto Uprimny como Zambrano ratifican, debemos anotar que incluso partiendo de un marco teórico identificado con los supuestos de estos autores, resultaría básico responder a tres preguntas centrales antes de realizar tal afirmación: ¿Existen en Colombia las condiciones materiales para la concreción de un Estado Social de Derecho?, en tal sentido, ¿Cuáles son las posibilidades reales de marchar hacia un Estado Social de Derecho Pluralista?, ¿No habría que preguntarse antes por los rasgos fundamentales que caracterizan a la política pluralista en nuestro contexto?. En perspectiva histórica y partiendo de un enfoque que podría denominarse constitucional, la consolidación del Estado Social de Derecho es fruto de la concreción de El concepto de «minorías étnicas», usado en los discursos multiculturales, es una muestra de la terminología que distingue entre categorías sociales dominantes y/o predominantes y categorías sociales dominadas. Desde lo ideológico no debemos olvidar que el concepto de lo minoritario se encuentra estrechamente relacionado con el concepto de minoridad que alude a una «minoría de edad». Los menores de edad -en este caso los indios-, «deben» empezar a regirse por las instituciones y las figuras de aquellos que ostentan la mayoría de edad. Los mayores de edad «incluyen al menor» pero no lo reconocen como diferente 126 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides una realidad histórica por la que Colombia no ha transitado y cuyo presupuesto fundamental es la consolidación del Estado de Derecho, ¿Ya superó Colombia este umbral?. Se plantean los interrogantes con el ánimo de poner en cuestión el discurso que la crítica progresista ha utilizado en este debate, a saber, el de los derechos. Si bien no pretendemos ser retardatarios con los avances conseguidos tanto en el énfasis jurídico, cultural y político que Zambrano reseña en su trabajo y que se deben mantener, debemos anotar que dichos argumentos se muestran poco plausibles cuando existen fuentes que en lo sustancial alinean dentro de la postura epistemológica rescatada por Zambrano y Uprimny, que recalcan que Colombia carece de las fuentes materiales para concretar un Estado Social de derecho pluralista (Zambrano, Op cit , 20-21). Para el profesor Ernesto Pinilla Campos (2.002), en el país existe una grave desproporción entre las fuentes formales del derecho y las fuentes materiales del mismo (condiciones aptas para la aplicación de la fuente formal), que obstaculizan la concreción de la fórmula política que el texto constitucional consagró desde su primer artículo. En el caso que nos ocupa, la situación se torna supremamente compleja, pues si las fuentes materiales imposibilitan la concreción de un Estado Social de Derecho, habrá que decir que el giro hacia un Estado Social de Derecho Pluralista es todavía más remoto, si tenemos en cuenta que por un lado desde los tiempos coloniales y luego con la inserción a la República se excluyeron las formas de conocimiento que contravienen el pensamiento occidental, entre éstas, el conocimiento de formas diferentes de concebir el Estado y la justicia, como en el caso de los pueblos indígenas, y por el otro, si precisamos que las denominadas corrientes progresistas del derecho y los propios Magistrados de la Corte Constitucional, han recibido con espantoso recelo la consagración recogida en la Carta de 1991: Dicha incomprensión puede verse entre nosotros en la relativa indiferencia con que los cultores del llamado nuevo derecho han recibido la revolucionaria ‘restauración’ de la(s) república(s) de indios en la constitución de 1991, el escepticismo y disgusto generalizado con que la academia jurídica nacional siguió las actuaciones de la Corte Constitucional respecto de las pretensiones de los U’wa y los Emberá - Katío y quizá más significativo aún, la ausencia de las comunidades indígenas del Sur del país de la mesa de negociaciones de paz y los debates alrededor de la aplicación del Plan Colombia. (Guardiola y Sandoval, Ibíd., 52) Cuando Zambrano se refiere al escenario del impulso cultural, habla de un cambio del contexto de la Constitución de 1886 a la de 1991. Se REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 127 Sección II. Colaboradores Nacionales pasa de una nación uniforme culturalmente, prohispana y católica, con participación política excluyente para amplios sectores diversos, a una Constitución en la que se promovía un Estado Social de Derecho con aportes de visiones multiculturales, con posibilidades democráticas de inclusión autónoma de actores hasta el momento marginados. A los postulados del profesor Zambrano, habría que agregarle que la reforma planteada a la carta política de 1863 que desembocaría con la proclamación del texto constitucional de 1886 respondió a una contraposición entre las fuentes formales y las fuentes materiales del derecho. Mientras la Constitución Política de 1863, simbólicamente se ajustaba a un modelo donde el énfasis social se constituía como un pilar de la democracia, la realidad material de nuestro país no se compadecía con dicha aspiración simbólica16, pues los ejes que lo regían eran el republicanismo, el centralismo, el presidencialismo, el confesionalismo y las libertades Públicas, cada uno de ellos ubicado en su contexto, entonces, lo que hizo la constitución de 1886 fue reafirmar la realidad conservadora que tocaba al país en ese momento(Villa, 1997, 35 – 43). Los móviles que dieron 16 a luz la Constitución de 1991 responden desde esta misma perspectiva a un proceso político que ni siquiera alcanzó los presupuestos consensuales mínimos a que aluden este tipo de teorías apoyadas en autores como Rawls o Habermas, perspectivas a las que no adscribo, y que fundamentan la filosofía práctica del multiculturalismo. Zambrano, en la senda del discurso multiculturalista que parte importante de los académicos colombianos han construido a partir de los desarrollos del comunitarismo de McIntyre, Sandel, Walser, Taylor y del giro realizado por Rawls en «Liberalismo Político», afirma: «De ahí que los estudios sobre multiculturalismo en Colombia, proviniendo de perspectivas distintas, hagan convergencia en horizontes similares y coincidan en los alcances de la promoción de la diversidad en estos años y en la necesidad de avanzar hacia un Estado Pluralista Social de Derecho o como dijo Uprimny, para evaluar la viabilidad de un Estado Social de Derecho Pluralista» (Zambrano, Op cit , 28). Sin pretender ser retardatarios en los avances conseguidos en el énfasis legal (protección), cultural Dicha aspiración simbólica podría ubicarse en un constitucionalismo aspiracional, categoría usada por García Villegas en reciente conferencia: «No solo de mercado vive la democracia» pronunciada en la Universidad de Wisconsin-Madison. Este intelectual habló de constitucionalismo proteccionista y de constitucionalismo aspiracional. En el primer caso, el texto constitucional se liga al pasado de un pueblo, de tal forma que desde el conocimiento del ser de cada pueblo se plasma su deber ser, por lo que éste puede adaptarse con mayor flexibilidad a las crisis que sufre el sistema social. Por su parte, el constitucionalismo aspiracional suele prosperar donde hay frustración con el presente, ineficacia por encima del grado contemplado en el sistema jurídico, desconfianza de los canales institucionales para transformar la realidad e impulso de los movimientos sociales para que el órgano protector de la constitución pueda desarrollarla dentro de marcos interpretativos amplios. 128 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides (multiculturalismo) y político (autonomía), que Zambrano expone en su trabajo y sin salir aún de este marco de referencia, es preciso argüir que una evaluación sobre las fuentes materiales de sustento a la pluralidad en Colombia resultaría más pertinente, teniendo en cuenta por ejemplo, que el propio acuerdo que aprobó el reglamento de la Corte Constitucional (Acuerdo No. 01 de 31 de Enero de 1992), presentó graves inconsistencias internas que vedaban prima facie el avance hacia una Colombia pluralista. 3.2. Los Límites Jurídicos de la Pluralidad Desde una perspectiva sociológica, el trabajo de Beatriz Eugenia Sánchez recoge puntos a tener en cuenta a la hora de analizar la consagración constitucional de la diversidad étnica y cultural en Colombia, poniendo en apuros a los postulados que románticamente dan por consolidada la fórmula de un Estado Social de Derecho Pluralista. A más de una década de la expedición de la Constitución de 1991, existen contradicciones y vacíos que deben tenerse en cuenta al plantear disquisiciones en torno al pluralismo jurídico. A decir de Sánchez, el reconocimiento constitucional puede actuar a manera de efecto bumerán si su desarrollo y reglamentación no es el adecuado (Sánchez, Op cit , 8). La historia del país muestra un escenario desolador en lo que se refiere al trato que se les ha brindado a las comunidades indígenas. Si hay algo en que han estado de acuerdo liberales y conservadores en medio de sus luchas intestinas, ha sido en la desaparición de los indios para consolidar el tan ansiado proyecto de modernidad. En este contexto, puede resultar paradójica la coincidencia entre el proyecto regenerador de Caro y la consigna de formar la nacionalidad manifiesta de Uribe Uribe: Religión, lengua, costumbres y tradiciones: nada de esto lo hemos creado; todo lo hemos recibido habiéndonos venido de generación en generación, y de mano en mano, por decirlo así, desde la época de la conquista y del propio modo pasará a nuestros hijos y nietos como precioso depósito y rico patrimonio de razas civilizadas. Miguel Antonio Caro (Jaramillo Uribe, 1996, 13). La experiencia de todos los pueblos y la nuestra propia, enseñan que desde el momento en que se consigue que una nación bárbara entienda la lengua de la nación cristiana que se pone en contacto, aquella se asimila a esta. (Uribe Uribe, 1907, 13). Igualmente coincidirán cuando de reivindicar una retórica científica se trata, pues hay que poner a la nación en la escala del progreso, haciendo un balance del grado de civilización en el que se encuentra la misma. En este contexto, Jaramillo Uribe señala alegremente: REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 129 Sección II. Colaboradores Nacionales «[...] A la luz de estos nuevos planteamientos, que inició Max Weber en la historia de la cultura y de las formas del pensamiento, es como podría revisarse el enfoque de algo que también vislumbró Caro, a saber, los efectos de la lucha de la inquisición contra la brujería, la magia, la superstición y otras formas de pensamiento no racional incluyendo las creencias religiosas indígenas» (Jaramillo Uribe, 1996, 120). La ciencia en la sociedad burguesa construye y amplía las fronteras a nivel económico, político, social y cultural, la relación con el «otro» para la incorporación de la nación a un orden mundial progresista no se debe tornar problemática. Tanto Miguel Antonio Caro como Rafael Uribe Uribe, plantearán la necesidad de reducir al nativo para ocupar el territorio sin problemas: […] y cosa singular: luego que se afianzó por siglos en América la dominación de los reyes de Castilla, cuando volvió a sonar el grito de Independencia, fueron otra vez españoles de origen los que alzaron la bandera y no sólo tuvieron que combatir a los expedicionarios de España, sino a las tribus indígenas, que fueron entonces el más firme baluarte del gobierno colonial. Séanos lícito preguntar: el valor tenaz de los indios de Pasto, los araucanos de Colombia, 17 que todavía en 1826 y 1828 desafiaban y exasperaban a un Bolívar y a un Sucre, y lo que es más, y aún increíble, que todavía en 1840 osaban desde sus hórridas guaridas vitorear de nuevo a Fernando VII [...] .Miguel Antonio Caro (Jaramillo Uribe, 1996, 13) De manera que en la mayor porción del suelo patrio no pueden establecerse pacíficamente familias nacionales o extranjeras sin exponerse al ataque de los bárbaros. De donde se deduce que domesticarlos, ó lo que es lo mismo, hacer que nos entiendan, equivale a verificar la conquista de un territorio casi del tamaño de Europa y con certeza más rico. (Uribe Uribe, 1907, 8) La Constitución de 1991 abrió importantes espacios de participación sin embargo, dejó intacta la matriz etnocéntrica del Estado en sus aspectos fundamentales. Si bien los fallos de la Corte Constitucional fundan una tradición que se abre a la fórmula política de la Constitución de 1991, no han logrado tomarle el pulso a las disposiciones que venimos analizando y siguen siendo reduccionistas y etnocéntricos. Dichas decisiones dependen en gran parte del magistrado ponente y se sujetan a cambios inesperados según la perspectiva de los miembros del Tribunal 17 Constitucional . "La Corte no ha creado un espacio en el que se pueda realizar un diálogo intercultural, pues dentro del proceso de toma de decisiones, sólo se concede un pequeño espacio para escuchar la voz de las comunidades implicadas (dentro de las pruebas y ocasionalmente en la audiencia pública). Espacio que parece ser más una concesión generosa del juez blanco, que un derecho de los pueblos indígenas" (Sánchez, Op cit , 60 - 61. 130 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides 4. PLURALISMO JURÍDICO HEGEMÓNICO Leyes de la Monolengua El presente apartado confronta los postulados más significativos esgrimidos por la crítica progresista de los derechos, con algunas reflexiones de mi investigación personal. Para hacerlo, propongo pensar en la justicia y en la lengua, valga decir, recapacitar en torno a la posibilidad múltiple de la ética y la textualidad; de ahí, que hubiese sido más pertinente empezar hablando sobre las justicias y las lenguas; y creo que no está demás insistir en el acento plural de las mismas, festejando y carnavaleando alrededor de la posibilidad de la sospecha, de la emergencia y el vértigo que supone la comunicación más allá del sentido unidimensional de lo que suele entenderse por lenguaje; la hipótesis que deseo considerar frente a las mencionadas tesis progresistas es que existe una relación inescindible entre lengua y justicia(Derrida, 1992, 1997). Mi sospecha nació en el camino o se puede decir que se trata de una figuración de caminante, de una peregrinación por algunas de las calzadas del mundo de los pueblos de Indoamérica, es también por eso que quiero trasladar el lugar de mi hipótesis a este universo, para referirme a lo que en el estado actual de mi investigación he denominado «justicia india». De manera sucinta y casi que repetitiva, 18 sostengo que existen una pluralidad de justicias indias y que el reconocimiento de dicha infinidad sólo es posible a través de la aceptación de una alteridad lingüística, otredad que a mi modo de ver se negó en Colombia cuando el Artículo 246 constitucional dispuso que «las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, de conformidad con sus propias normas y procedimientos, siempre que no sean contrarios a la constitución y leyes de la república». En el caso colombiano, el denominado pluralismo jurídico expresado en el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural de la nación y en la consagración de una jurisdicción especial indígena, devino en un monolingüismo constitucional, en tanto supedito la justicia de cada pueblo indio a la doble violencia (instauradora y conservadora) que deriva del mencionado precepto. De forma tal, la lengua instituida por la Constitución de 1991 establece una ley de traducción monolingüe18, dictando un decreto de interdicción que impone una política de la lengua neocolonial que incluye pero que no reconoce la diferencia. En tal sentido, mi cavilación encuentra ecos de resonancia en Derrida: Hay que ser justo con la justicia, y la primera justicia que debe ser hecha es la de escuchar, leer, interpretar intentar «Algunos afirman que siendo proporcionalmente minoritaria la presencia indígena debe adaptarse al orden jurídico «de las mayorías» expresado en el constitucionalismo vigente» (Gómez 2.002, 244) REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 131 Sección II. Colaboradores Nacionales comprender de dónde viene aquélla, qué es lo que quiere de nosotros, sabiendo que ella lo hace a través de idiomas singulares (Diké, Ius, Iustitia, Justice, Gerechtigkeit, por limitarnos a idiomas europeos que sería también necesario delimitar a través o a partir de otros; volveremos sobre esto) y sabiendo también que esta justicia se dirige siempre a singularidades, a la singularidad del otro, a pesar o en razón mismo de su pretensión de universalidad. (Derrida, 1.992, 146). La alteridad lingüística por la que abogaré, sin perder de vista que mi cuerpo y mi alma se encuentran perneados por la justicia india, no se limita a reconocer la lengua del otro en tanto humano, sino que se extiende al reconocimiento de una lengua de la naturaleza. Hablaré de una pluralidad de lenguas filosóficas en el primer caso y de una pluralidad de lenguas naturales en el segundo. La justicia india tal como propongo abordarla, no podrá ser entendida sin en el reconocimiento de esta alteridad lingüística en su doble acepción. La primera designación de alteridad lingüística utilizada por Bruno Mazzoldi para responder a la pregunta de si ¿existe una filosofía latinoamericana?, sostendría que reducir las diversas formas de 19 20 pensamiento al molde analítico asumido por la filosofía occidental19, sería tanto como negar que existen culturas diferentes a la Greco-Latina o declinar torpemente al postulado canónico que la considera como superior «a las demás», de tal forma, la respuesta contundente que dará Mazzoldi a su pregunta será: «No una, sino muchas. Aquí y en cualquier parte, más que de una filosofía (…), vale hablar de una pluralidad de lenguas filosóficas» (Mazzoldi, 1). El problema de fondo derivado de esta proposición, se da en mi sentir, en que todo diálogo intercultural se ve reconducido por una traducción en la pertinencia de los términos a utilizar y de las categorías que firman, signan y reafirman la interpretación con nombre propio, más allá de la hermenéutica exegética que derivaría de todo texto oral u escrito. El reto que he asumido, es el intento de tender puentes de traducibilidad entre lo que aquí se ha denominado justicia india y el marco que singulariza al derecho occidental. Todo estudio del lenguaje, conllevaría una doble necesidad: la de traducir y la de abrir espacio a aquello que se torna intraducible20, es por eso, que cada cultura tiene su propio tiempo, su propia lengua unida indisolublemente con el primero y su propia filosofía unida indisolublemente con la segunda. Hablar de una pluralidad de justicias "'Filosofía' es un fenómeno surgido en las costas mediterráneas de habla griego en el siglo VI a.c., y por lo tanto, cada expresión 'filosófica' no-occidental tiene que demostrar su 'filosoficidad' a la medida del arquetipo griegooccidental"(Estermann, Ibíd, 14). "En un sentido nada es intraducible, pero en otro sentido todo lo es, la traducción es otro nombre de lo imposible. En otro sentido de la palabra "traducción", por supuesto, y de un sentido al otro me es fácil mantenerme siempre firme entre esas dos hipérboles que en el fondo son la misma y se traducen además una a otra". (Derrida, 1997, 80). 132 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides indias, comporta aceptar la existencia de una pluralidad de lenguas filosóficas al interior de las culturas amerindias y la presencia de una pluralidad de lenguas en una misma lengua21. «Negar a América Latina –la de habla kichua, que de ninguna manera es «completamente extraña a lo que podría llamarse cultura latinoamericana», así como no lo son la inca ni la azteca: ¿qué otra cosa podía dar a entender Martí al reclamar el estudio de «nuestra Grecia»?, negarle filósofos por tener huakakikuna sería casi tan abusivo como negar el entrenalgas a una india de Tambobamba, Perú, provincia de Apurimac, por tener siki, en lugar de «culo» propiamente dicho». (Mazzoldi, 1). El Estado funda y conserva la violencia, en tal sentido, podríamos decir que el Estado es el fundador y el conservador de la justicia como derecho o el juez que opta por resolver violentamente el problema de la justicia, de esta forma, cuando Derrida (1.992) refiere que una decisión puede estar ajustada a derecho (siguiendo a cabalidad lo preceptuado por la constitución y la ley) y que sin embargo este hecho no hace que la 21 22 decisión se considere justa, le está dado (a)firmar: «El mejor paradigma lo constituye la fundación de los EstadosNación o el acto instituyente de una constitución que instaura lo que en francés se llama ‘l´etat de droit’» (Derrida, Op cit , 149,150). Así entonces, tenemos que la Constitución Política de 1.991 lo que hizo fue supeditar la justicia de cada pueblo indio a la doble violencia ( instauradora y conservadora) de la disposición que consagra la existencia de una jurisdicción especial indígena 22 , de forma tal, la lengua instituida por la Constitución de 1991 establece una ley de traducción monolingüe, en tanto reconoce una pluralidad de justicias indias pero siempre y cuando no contravengan lo establecido por el trinomio analógico Estado-Derecho-Violencia; la proclama del constituyente de 1991 pareciese decir: «... Una lengua no puede por sí misma más que hablar de sí misma. Sólo se puede hablar de una lengua en esa lengua. Aunque sea poniéndola fuera de sí misma». (Derrida, 1997, 36). Por su parte, el concepto de pluralidad de lenguas naturales (la segunda acepción de alteridad lingüística), Adelantándome a la segunda acepción del concepto de alteridad lingüística utilizado en este artículo, debo señalar que indagando por la traducción de justicia al idioma Kamentsá, pude constatar que dicha traducción cambia dependiendo de la justicia a que nos estemos refiriendo: Una es la traducción para la justicia con el agua, otra la traducción para la justicia con la tierra, otra la traducción para la justicia con los animales etc. En igual sentido, las varas de justicia del cabildo tienen diferente traducción, en tratándose de las varas de oro o de las varas de plata. Así, como vemos, en el caso de las culturas Amerindias además de enfrentarnos a una pluralidad de justicias dependiendo de la etnia con que estemos trabajando, nos enfrentamos a una pluralidad de justicias dependiendo de la lengua de cada pueblo. Habla el pueblo Kamentsá, en la voz de Deyber Sigindioy (Conversación personal). Así mismo se desprende del artículo 8-2 del Convenio 169 de 1.989 de la OIT: «Dichos pueblos deberán tener el derecho de conservar sus costumbres e instituciones propias, siempre que éstas no sean incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional ni con los DD HH internacionalmente reconocidos». En igual sentido el artículo 9-1 del mismo convenio. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 133 Sección II. Colaboradores Nacionales apunta a señalar que en el caso de lo que aquí he venido denominando justicia india, existe una realidad extrahumana que tiene su propia lengua y que cohabita y coexiste con la realidad del indio en tanto sujeto 23, de este modo, el concepto de alteridad lingüística no sólo apuntaría al reconocimiento de diferentes lenguajes humanos, sino también de diferentes lenguajes de la naturaleza expresados y canalizados por sus diferentes lenguas (es lo que he encontrado en las voces de José María Arguedas y de Ramiro Reynaga, y que desde una reconducción –léase traducción- a la filosofía occidental puede verse en la obra de Estermann)24. Es la obra de Emmanuel Levinas la que ha hecho más eco en la reivindicación de la ‘alteridad’ como crítica profunda a la ‘mismidad’ y al totalitarismo de la filosofía moderna, sin embargo, como nos lo recuerda Estermann la ‘alteridad’ levinasiana nuevamente se limita a ver el rostro del hombre y el de Dios; «el ‘otro’ tiene rostro humano, y no se manifiesta en ninguna parte como ‘naturaleza’» (Estermann, Op cit, 174). La postura de Levinas, parecería encontrar un giro epistémico en la obra de uno de sus discípulos más connotados, a saber, Jacques Derrida. Así lo anotó Bruno Mazzoldi en el curso 23 24 que impartiera en la Maestría de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia durante el primer semestre del año 2.004 y así se puede corroborar en «Fuerza de Ley: El Fundamento Místico de la Autoridad», en el que Derrida aboga por una comprensión de la justicia que se extienda a plantas, a animales y a especies intermedias como las esponjas: «Es necesario reconsiderar la totalidad de la axiomática metafísicoantropocéntrica que domina en occidente el pensamiento de lo justo y de lo injusto». (Derrida, 1992, 143) Reconsiderar el paradigma en mención, supone un desplazamiento de lógicas para «aprender» conceptos como el de sujeto y el de identidad, que si bien podrían ser utilizados en los márgenes de la justicia y de la filosofía india, jamás tendrían el significado que se les ha asignado dentro de la axiomática logomórfica y antropo-lógica de occidente. El sujeto es concebido dentro del mundo indio como relacionalidad, en tal sentido, no hay sujeto por fuera de la naturaleza pero no es el sujeto el centro de la misma. Cada organismo de la naturaleza cumple una función clave dentro del proceso vital, por lo que la justicia no puede generalizar ni «juzgar» por igual los desequilibrios naturales, «[...] los ciclos de vida sólo pueden reproducirse (continuar), si se mantiene Utilizo el concepto de «sujeto» en este momento, como una forma de dar a entender mi idea, sin embargo, me veo compelido a realizar la siguiente aclaración: «No se puede definir al runa mediante concepciones ontológicas o gnoseológicas, sino por medio de concepciones relacionales. Por eso, prácticamente es imposible e infructífero tratar de buscar un equivalente ‘homeomórfico’ en la filosofía andina para el concepto occidental de ‘sujeto’. En: Josef Estermann, Op cit , 201-202. «El horror vacui de los griegos y medievales cede ante el horror irrationalitis por lo ‘otro’ en la modernidad, por lo que no es logo-mórfico, ni antropo-lógico». Ibíd., 195. 134 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Paulo Ilich Bacca Benavides la justicia recíproca (como ‘relación’) con los distintos ‘dadores’ de vida [...]» (Estermann, Op cit , 234). Es por eso, que he abogado por una alteridad lingüística que reconozca una pluralidad de lenguas naturales, pues quizás, se ha dejado de ser justo con el otro en el momento que se decidió no escuchar la lengua de la cascada, la lengua de la montaña, la lengua de la piedra etc. En una lengua habitan pluralidad de lenguas, así, como no se podría reducir el idioma castellano a uno sólo, porque lo que existe son pluralidad de castellanos; ni tampoco se podría reducir el idioma quechua a uno sólo porque lo que existen son pluralidad de quechuas (chinchaysuyu, huanca-cochucos, chanka, cuzqueño, etc.); hay también en cada organismo de la naturaleza una pluralidad de lenguas, percibamos por ejemplo dos de las lenguas que los kheswaymaras escuchan en las piedras: Los ojos no sólo ven. Sienten cuando dejamos que sus pupilas abiertas toquen vibraciones de cosas y seres. Así la experiencia aprendió a diferenciar las piedras por su sexo, a escoger las piedras machos para calentarlas al rojo vivo sin que estallen y cocinar con ellas y separar las piedras hembras que aceptan ser talladas. Habla el pueblo kheswaymara. (Reynaga, Op cit, 23). Para la justicia india las leyes humanas están dentro de las leyes naturales, de tal modo, aquella justicia que devino en derecho es ajena a un tiempo donde lo justo relaciona «bienes, sentimientos, personas y hasta valores religiosos» (Estermann, Op cit , 123), un tiempo donde justicia y fe suponen una integridad que no puede ser disociada, pues de ésta depende la armonía de la vida diaria, un tiempo donde todos dependen de todos y donde el humano es uno más de los eslabones del universo: «Sintiéndonos y sabiéndonos eslabón, insignificante y cósmico al mismo tiempo, podemos hablar con ríos y montañas, saludarlos, pedirles permiso para atravesarlos. Percibir sus cambios y humor. Sentirnos siempre acompañados por las diferentes formas que adquiere la vida en cada momento. Los pescadores jóvenes suelen preguntar a los viejos: ¿Cómo hay que saludar al mar para que no canse? (Reynaga, Op cit., 22-23). Pluralidad de lenguas naturales, es entonces la traducción que propongo para acercarnos a una de las lenguas en que se expresa la ética de las culturas amerindias y desde la que nos estaría dado criticar el ideal antropocéntrico de buena parte de las filosofías de occidente «incluidas» las filosofías del derecho. Pluralidad de lenguas naturales, previniendo no sólo aquellas políticas de lo idéntico que afirman la monolengua filosófica, sino también aquellas que afirman la monolengua metafísicoantropocéntrica. En tal sentido, la sentencia (a) firmada por Derrida, en REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 135 Sección II. Colaboradores Nacionales el caso de la justicia india se extiende a esta doble alteridad lingüística: «Es injusto juzgar a alguien que no comprende la lengua en la que la ley está inscrita o en la que la sentencia es pronunciada, etc.» (Derrida, 1992, 143). Pluralidad de lenguas naturales, en tanto revaloración de las políticas de la identidad25, una reivindicación de lo mismo desde lo radicalmente otro: «Colectivamente se sintió: todos los seres del universo además de tener los mismos elementos y depender unos de otros, por la evolución cíclica en espiral eterna, son lo mismo. Todo lo que existe es ser humano en diferente momento de evolución. Todos fuimos o seremos estrellas cuando la rueda cíclica enlace otros tiempos y otros espacios. En 1970 soldaba para David Alfaro Siqueiros, el famoso pintor mexicano, las esculturas de su gigantesco mural La Marcha de la Humanidad. Me interesó una momia congelada en el momento de alzar vuelo. El maestro me explicó: «Es un azteca recién muerto, vuela a fundirse con Venus». «. (Reynaga, Op cit, 22). Propongo entonces una política de la identidad relacional, tal como se deriva del pronombre personal de la primera persona singular en el quechua: Yonosotros. Una política de la identidad con ecos de resonancia de la gran Amazonia a los Andes milenarios, ese soplo identitario que une pueblos, religiones, mitologías, artes, filosofías, lenguas, y desde el que nos está dado 25 exigirle al filósofo el don de la música y el don de la risa: «‘Siona’ reza el chispazo de la iluminación profana que sólo acogería jovialmente otro rigor, no el de la política de lo idéntico y de la razón comunicativa, sino el de un duelo por la etnicidad convertido en chanza, retorcida lógica del sueño extremado o despertar sonambúlico a la medida de la sentencia apodíctica y otramente universitaria mediante la cual Francisco Piaguaje, de la vereda Buenavista, suele convertir la asunción ética de su empeño comunitario en gracioso oxímoron, no sin soplar una teoría cuya validez rebasa ampliamente las fronteras del bajo Putumayo». (Mazzoldi, B: «ISHILLA. Sobre tres libros», inédito, 7). 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Agamben, Giorgio (1995). Infancia e Historia. 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Óscar Andrés López Cortés** Fecha de recibido: 07-07-08 Fecha de aceptación: 03-08-08 RESUMEN * Este artículo analiza la teoría poscolonial como una herramienta crítica diversa y complementaria a la teoría crítica tradicional en el derecho. PALABRAS CLAVE Derecho, teoría crítica, teoría poscolonial, estudios culturales. ABSTRACT The purpose of this article is to explore the potential of the post-colonial theory as a critic instrument different from traditional critic theory in law-studies. KEY WORDS Law, critical theory, postcolonial theory, cultural studies. ** * C. Ph. D. en Antropología, miembro del grupo de investigación Transformaciones Jurídicas e Identitarias en el Moderno Colonial/Capitalista Sistema/Mundo; [email protected]. Artículo de reflexión producto del proyecto de investigación Movimiento Social, Identidad y Derecho(s). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 139 Sección II. Colaboradores Nacionales 1. METODOLOGÍA Para ello se recurre, en primer lugar, al planteamiento de García y Rodríguez acerca de lo que una teoría crítica en el derecho debería incluir. Como forma de respuesta a los planteamientos de estos autores, se reseñan tres autores de diferentes lugares del mundo que coinciden en afirmar la necesidad de construir una teoría crítica en el derecho apoyada en los estudios culturales, y más concretamente, en la teoría poscolonial, estos autores son Peter Fitzpatrick, Balakrishnan Rajagopal y Farid Benavides. Una vez que es reconstruido el planteamiento de estos autores, se hace una revisión detenida de dos trabajos de Santiago Castro-Gómez, con el fin de constatar la fuerza o debilidad de los planteamientos de los tres anteriores, quienes han intentado una revisión crítica de la teoría jurídica y el discurso del derecho como su derivado. Por último se presentan las conclusiones. 2. INTRODUCCIÓN El derecho, como disciplina social, puede ser cuestionado desde múltiples referentes. Sin embargo, la mayor parte del intento por construir una teoría crítica colombiana ha provenido de la sociología y de la teoría jurídica. Este 1 2 tipo de teoría crítica ha tenido en cuenta los aportes de la sociología en general y de la filosofía1, aunque en muchas ocasiones se ha constituido en un eco de teorías críticas foráneas que pocas veces logra cuestionar los paradigmas existentes. En este sentido, y estando parcialmente de acuerdo con lo planteado por García y Rodríguez acerca de lo que puede ser una perspectiva crítica en el derecho2, considero que en Colombia la teoría crítica aún no tiene la capacidad de ser un generador de prácticas e ideas emancipadoras. En su lugar, se pueden encontrar expresiones y usos alternativos del derecho que en algunos casos logran consolidar reivindicaciones contramayoritarias, como sucede con buena parte de la jurisprudencia constitucional o con algunas experiencias de la justicia comunitaria. En cualquier caso, con apoyo en los mismos autores, estas experiencias que pueden ser calificadas como positivas por un observador que percibe el derecho como mecanismo que con regularidad permite mantener posiciones hegemónicas funcionales a los intereses de élites- no dejan de ser situaciones aisladas que con el tiempo pueden desaparecer, desvanecerse o incluso convertirse en manifestaciones adversas (Cárdenas, 2004). En otros Actualmente en Colombia se distinguen los trabajos de filosofía analítica como los de: Rodolfo Arango «El concepto de derechos sociales fundamentales» y «DD HH como límite a la democracia. Análisis de la Ley de Justicia y Paz»-, o los de filosofía marxista como los de Óscar Mejía Quintana «Teoría política, democracia radical y filosofía del derecho». Entendida como aquella que «hace alusión al esfuerzo consciente por cuestionar los fundamentos de las formas jurídicas y sociales dominantes con el fin de impulsar prácticas e ideas emancipadoras dentro y fuera del campo jurídico» (García, 2003, 17). 140 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Oscar Andrés López Cortés términos -y ésta es una primera hipótesis de este artículo- el derecho, y más concretamente la teoría crítica del derecho en Colombia, aún no tiene la capacidad de consolidar de manera permanente un arsenal de prácticas e ideas emancipadoras; de hecho iría más allá: ni siquiera ha sido capaz de «cuestionar los fundamentos de las formas jurídicas y sociales dominantes», salvo en casos realmente aislados. Los autores García y Rodríguez sostienen que la potencia -y al mismo tiempo el reto- de los estudios críticos, se encuentra en la capacidad de cuestionar los fundamentos de las prácticas jurídicas dominantes que reproducen el statu quo, para luego, en una fase reconstructiva, ofrecer propuestas que conlleven la creación de prácticas, instituciones y formas de pensar concretas que materialicen valores como la solidaridad y la inclusión social. (García, 2003, 17-18). Si seguimos de cerca las condiciones expuestas en esta conceptualización, con dificultad podríamos encontrar en la experiencia local «prácticas, instituciones y formas de pensar concretas» que hagan de la solidaridad y la inclusión valores y realidades concretas. Lo que se observa en la cotidianidad es la intensificación de todo tipo de dramas humanitarios como el desplazamiento, el encarecimiento de la atención en salud y, en general, la disminución de cobertura del sistema de seguridad social producto de la insolidaridad que genera la privatización de éste, el aumento de la informalidad y el subempleo, el aumento de la inequidad, como se puede constatar con el crecimiento del coeficiente de Gini, y muchas otras situaciones que ponen en evidencia la ausencia de los requisitos enunciados (García y Rodríguez, Op. Cit). Contrario a lo anterior se podría argumentar que quizás aún nos encontremos en la fase deconstructiva, no en la reconstructiva, entendida aquella como el momento de «cuestionar los fundamentos de las prácticas jurídicas dominantes que reproducen el statu quo» (Peñalver, 2002). De ser cierto esto, tenemos que formular algunos interrogantes, como por ejemplo: ¿Cuál es el componente de los estudios críticos que es capaz de cuestionar los fundamentos de las prácticas jurídicas dominantes?, ¿acaso será una práctica discursiva?, ¿o una específica forma de ejercicio del derecho como el litigio estratégico?, ¿o la pluralidad jurídica? Independiente de cuáles sean las respuestas a estos interrogantes, volvemos a un problema básico: los estudios críticos se han encerrado en la sociología y la filosofía del derecho, excluyendo otras formas de hacer crítica, como las que ofrecen los estudios culturales en el derecho. Quizás por esto es muy escasa la literatura colombiana aceptada y enseñada en las facultades de derecho del país acerca de lo que es una REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 141 Sección II. Colaboradores Nacionales perspectiva crítica de la disciplina jurídica. La mayoría de las veces la teoría crítica se ha visto confinada a las asignaturas de sociología jurídica y/o de teoría del derecho, materias que son vistas como complementos de una disciplina mayor que es la dogmática jurídica y el derecho procesal, urgencias disciplinares para muchas facultades. En esa perspectiva, la teoría crítica se convierte en la cenicienta de las asignaturas «mayores», o, en el peor de los casos, meros complementos, despectivamente llamadas «materias costura» en la enseñanza del derecho. Esta dinámica puede ser muy desalentadora si se tiene en cuenta que a través de ella se condena al derecho a convertirse en una disciplina reducida al conocimiento y manejo de las normas, (lo cual es necesario, pero no suficiente) sin posibilidades de profundizar los debates críticos, ni de adentrarse en análisis interdisciplinarios que cuestionen el derecho como el resultado de una práctica social, parte de un discurso que obedece a unos intereses externos y que está lejos de ser una práctica neutral y aséptica. Sin la reflexión crítica que la sociología y la teoría jurídica ofrecen, el derecho pierde la capacidad de abordar debates urgentes para la disciplina como los que tienen que ver con la determinación de su estatuto epistemológico, la capacidad emancipadora del derecho, la forma en que se enseña en las facultades, los intereses a los que obedece, la 142 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 capacidad de apropiación que sobre el mismo tiene la población, entre otros muchos interrogantes alimentados desde la teoría crítica, y a los que sólo esta perspectiva parece poder acceder. Pero, además de lo lamentable que tiene relegar la teoría y sociología jurídica a una posición subordinada y menor, es necesario plantear que éstas no pueden ser las únicas manifestaciones críticas acerca del derecho. Los estudios culturales, los estudios de género, la teoría crítica de la raza, entre otros, ofrecen también una amplia gama de elementos críticos que, con contadas excepciones, no han sido aún muy explorados en nuestro medio. Dicho esto, este artículo tiene entonces un doble propósito: de un lado, hacer visibles otras posturas críticas que no parten de la sociología ni de la teoría jurídica de manera ortodoxa; y en un segundo momento, describir los elementos conceptuales y las corrientes principales de la teoría poscolonial. Estos dos propósitos se conjugan para lograr un objetivo común: plantear un marco teórico consistente que permita considerar la teoría poscolonial como una teoría crítica con capacidad de cuestionar la práctica y el discurso jurídico. En la primera parte me dedicaré a reseñar tres posiciones críticas, aún muy difundidas en nuestro país. El interés por ellas radica en que Oscar Andrés López Cortés constituyen perspectivas abiertamente distintas de las posiciones tradicionales, pues apelan a elementos exóticos en el derecho como el análisis cultural y la teoría del discurso. En este punto reconstruiré el planteamiento de Peter Fitzpatrick, quien ofrece una crítica al derecho, y en especial al positivismo jurídico, como elemento epistemológico dominante dentro de la disciplina. Luego abordaré el trabajo de Balakrishnan Rajagopal, quien con base en elementos de etnografía institucional 3 y análisis histórico plantea un debate al derecho internacional de los DD HH y al concepto de desarrollo. Por último, reseñaré un trabajo de Farid Benavides Vanegas, quien crítica la formación del discurso jurídico del siglo XIX en Colombia, a partir de la reflexión foucaultiana y su capacidad heurística de analizar el proceso colonial en América. En la segunda parte, me concentraré en explicar algunos aportes representativos de la teoría poscolonial con base en el trabajo de Santiago Castro-Gómez. Por último, presento las conclusiones a manera de intento de respuesta a la pregunta que se formula como título de este artículo. 3 3. LOS ESTUDIOS CULTURALES Y UNO DE SUS DERIVADOS, LA TEORÍA POSCOLONIAL- COMO HERRAMIENTA CRÍTICA La teoría poscolonial surge en lo que se ha denominado el campo de los estudios culturales del derecho y nace como una corriente crítica divergente al marxismo, aunque se desprenda del interior mismo del marxismo. Los estudios culturales -y por esa misma ruta la teoría poscolonial- constituyen una crítica al marxismo, la cual radica, principalmente, en el hecho de que Marx, o su teoría, jamás se hubieran ocupado de estudiar el desarrollo del capitalismo en América Latina, con todo y lo que ello implica en términos de estructuras, prácticas y construcción de subjetividades. Una primera razón a la que algunos autores atribuyen este «punto ciego» de Marx, es la influencia que él recibió de autores como Hegel y Locke, que lo llevó a considerar diferentes cuestiones centrales como elementos de análisis universales o universalizables, negando el capitalismo en América y todas las causas y efectos de éste, por considerar Este recurso metodológico es utilizado y definido por autores como Arturo Escobar de la siguiente forma: «Desde la perspectiva de la etnografía institucional, una situación local no es tanto un estudio de caso como un punto de entrada para el estudio de las fuerzas institucionales y discursivas y de cómo éstas se relacionan con aspectos socioeconómicos más amplios. Lo que importa es describir las prácticas que en realidad organizan la experiencia cotidiana de la gente, «revelar las determinaciones no locales del orden localmente histórico o vivido» (Smith, 1986:9)» (Escobar, 1998, 210). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 143 Sección II. Colaboradores Nacionales que América Latina se encontraba en un estado de atraso semejante al feudalismo, lo que impedía el desarrollo del capitalismo y la consiguiente toma de conciencia por parte de las clases proletarias. Así, para Marx y muchos de los autores que lo influenciaron, las sociedades de lo que hoy llamaríamos tercer mundo eran sociedades no capitalistas, dependientes y colonizadas, que solamente pueden ser definidas con relación al otro, esto es, como una contraposición a las sociedades que sí reúnen características tales como la existencia de un mercado, división social del trabajo, acumulación de excedentes, generación de riqueza y la producción de valores de cambio, elementos básicos de las sociedades capitalistas modernas. Veamos a continuación tres posturas que desarrollan elementos de la teoría poscolonial para construir una teoría crítica del derecho. 3.1. La crítica desde los estudios culturales a Hart y Dworkin, como modelos del positivismo jurídico Como lo dice Peter Fitzpatrick, la negación del mito premoderno tipifica una mitología renovada, y en tanto niega el mito característico de la época precedente, es coherente, pues negar el mito es asumir una posición que puede catalogarse como científica. ¿Pero qué es lo que permite la negación 144 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 del mito? La ciencia positiva, como producto de la modernidad que permite conocer la realidad de todo aquello que nos rodea, construye también el derecho positivo, elemento que remplaza al mito, pero, en ese proceso, oculta su carácter mítico y se convierte en el nuevo mito no develado de la modernidad. Una de las primeras discusiones que el autor aborda es la distinción entre el derecho como doctrina autónoma y el derecho como dependiente de la sociedad, que es para él la oposición entre la teoría y la sociología del derecho. Desde esta perspectiva, el derecho, como doctrina autónoma, considera el universo de las normas como algo completo y unificado, enfoque que para el autor resulta predominante en la enseñanza del derecho y que ha sido respaldado por la filosofía analítica. Fitzpatrick pretende, con apoyo en algunos elementos de teoría poscolonial, sostener que el derecho unificado de la modernidad se mantiene de esa manera gracias al mito, un mito elaborado sociológicamente a través de la tradición de las ciencias sociales de tipo positivistas, basadas en la razón y la prueba empírica. De esa manera, el autor discute -especialmente en el primero y en el último capítulo de La Mitología del Derecho Modernola que él considera la obra más significativa de la filosofía del derecho actual: «El concepto de Derecho» de Oscar Andrés López Cortés H.L.A. Hart. La discusión parte de considerar la obra de Hart como una pieza más del positivismo jurídico en la que se reemplaza la voluntad popular en la creación de las reglas, por la voz oficial de los funcionarios investidos del poder para decir el derecho, en este caso, los jueces. Para Fitzpatrick, Hart traiciona los elementos de la filosofía del lenguaje en los cuales basa los primeros cuatro capítulos de su obra, fundamentos de los cuales se desprende, sin reparo alguno, cuando comienza a sustentar que es el juez, y no la sociedad, quien posee la facultad de crear reglas, y no cualquier tipo de reglas, sino precisamente aquellas que constituyen la esencia del derecho, , las reglas de reconocimiento que confieren validez a todo el ordenamiento. Para Fitzpatrick, en este arbitrario paso no pueden confluir más que elementos míticos, momento en el cual Hart ha abandonado la filosofía del lenguaje por una «escena de esencialismos» de una historia colonial contada en clave de occidente. En aquello que Hart identifica como el núcleo del sistema jurídico, esto es, la combinación de reglas de reconocimiento, cambio y adjudicación, propias de un mundo jurídico «evolucionado», que ha superado las patologías, «podemos captar con más amplitud la elevación mítica de un derecho esencial.» (Fitzpatrick, 1998, 208). Y es en esta parte donde Fitzpatrick explora un elemento poco estudiado en los análisis que los juristas han elaborado acerca de la obra de Hart, como son los fundamentos utilizados en el Concepto de Derecho que se derivan de la antropología social del siglo XX. Así como Kelsen fue influenciado por la antropología moral de Kant, los prejuicios racistas de Locke acerca de las sociedades atrasadas, están presentes en la obra de Hart, en particular cuando el autor inglés establece la diferencia entre sociedades jurídicas evolucionadas y sociedades que no han identificado su regla de reconocimiento a las que denomina como primitivas. A partir de la crítica cultural que explora hasta las mismas fuentes teóricas de Hart, Fitzpatrick detecta lo que puede ser una fuerte contradicción en su obra, pues El Concepto de Derecho oscila entre reconocer que posiblemente jamás han existido sociedades sin reglas secundarias y una afirmación contraria, según la cual es a partir de las sociedades sin reglas secundarias que han evolucionado los actuales sistemas jurídicos. Fitzpatrick advierte que es a partir de estos elementos antropológicos de los que Hart elabora diversas afirmaciones, como, por ejemplo, la que contempla una sociedad primitiva que solamente cuenta con reglas primarias, identificándola como un estadio anterior de todas las sociedades europeas civilizadas, es decir, REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 145 Sección II. Colaboradores Nacionales «evolucionadas», a las que las sociedades atrasadas podrán parecerse en la medida que sistemáticamente construyan la regla de reconocimiento y encuentren el sistema jurídico, abandonando así el mundo prejurídico. En este relato se percibe un elemento evolucionista, que coloca al derecho occidental en la cabeza del desarrollo científico social del mundo, de un mundo que se esfuerza por llevar el derecho a las sociedades primitivas o salvajes que desconocen el concepto del derecho como sistema de normas. Afirma Fitzpatrick: «Con frecuencia la antropología ha proporcionado relatos de transición que no difieren de los de Hart, relato del desarrollo de las sociedades desde un estado primitivo y de la génesis distintiva del derecho en ese desarrollo, cuando la organización pública u oficial surge de normas sociales difusas y generalizadas.» (Fitzpatrick, 1998, 208). conceptual de una entidad que progresa o evoluciona.» La crítica de Fitzpatrick, en este caso, apunta a uno de los elementos centrales de la obra de Hart, como es la idea de que todas las sociedades progresivamente pueden encontrar la ventaja de separar el derecho y la moralidad, lo que sería una cuestión de la historia del derecho, especialmente del derecho moderno, en la cual las sociedades desarrolladas han progresado, evolucionado, hacia formas más ventajosas en las que se encuentra clara y explícita la regla de reconocimiento. Es en ese paso donde Fitzpatrick ubica el mayor reparo a la tesis de Hart, pues por él se agota la creatividad de la sociedad en la elaboración de las reglas, la cual le es delegada a las «filas de los funcionarios», es decir, a los jueces y en general al aparato burocrático que reemplaza la voluntad social en la creación de las normas (Fitzpatrick, 1998, 209). Junto a la influencia del elemento antropológico que afirma la existencia de sociedades atrasadas, por oposición a sociedades desarrolladas y civilizadas, como las que conocen el derecho occidental, Fitzpatrick sostiene que existe un segundo elemento que contribuye a la creación del derecho como mito en el positivismo de Hart, el cual proviene de la historia evolutiva del Siglo XIX, que se encuentra directamente ligado con el anterior, y afirma que el derecho «es esencialista porque requiere el establecimiento En opinión de Fitzpatrick, la fusión de los elementos provenientes de la antropología social del siglo XX y la historia evolutiva del siglo XIX, presentes en la obra de Hart, lo acercan más a los filósofos de la ilustración, que a la filosofía del lenguaje, en tanto Hart se encuentra buscando los elementos del derecho, así como los filósofos de la ilustración buscaron los elementos de las formas en sus orígenes. Otra consecuencia que resulta de esa filiación se encuentra en la semejanza que existe entre las historias de la 146 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Oscar Andrés López Cortés ilustración y el relato que presenta Hart de la vida en estado natural que se contrapone a la civilización occidental que niega el estado natural y lo supera(Fitzpatrick, 1998, 210). El análisis de Fitzpatrick permite ver un Hart pocas veces anunciado en los textos de filosofía del derecho, un Hart racista y plagado de prejuicios, un Hart leído en clave de teoría poscolonial. Para Fitzpatrick la inclusión del elemento de autoridad, representado por los actos oficiales desplegados por los funcionarios como únicos intérpretes y emisores legítimos de la regla de reconocimiento, así como el hecho de que la obra de Hart se encuentra en búsqueda de una esencia singular del derecho que procede de un concepto evolucionado occidental, en tanto realidad universal indiscutible, hace de Hart el principal representante del positivismo mítico. Los fundamentos del positivismo de las ciencias sociales salen a flote en este punto, ya que para Hart la sociedad ordenada y controlada por el derecho se separa de los actos oficiales de carácter racional formal; sin embargo, anota Fitzpatrick, en todo esto no existe más que el mito occidental universalista que considera que todas las sociedades se pueden conformar de la misma manera en desconocimiento 4 de sus particularidades propias (Fitzpatrick, 1998, 211). Fitzpatrick emplea un recurso adicional que bien vale la pena destacar para nuestro medio. A través de la conjugación de teoría y sociología jurídica debate desde referentes empíricos las teorías de Hart. Apelando a los trabajos de Cotterrell para mostrar la profunda contradicción que la cosmología occidental revive en el autor inglés4. Conforme a lo anterior, para Fitzpatrick el derecho moderno es creado en la distinción hecha desde la Ilustración entre la razón y lo monstruoso, aunque lo monstruoso es sólo una creación más del mismo movimiento definida como «lo otro», lo extraño, lo irrazonable. A esto se suma que la realidad se convierte en la manifestación de un proceso de descubrimiento y realización y no en la de un orden mítico. El derecho moderno existe en tanto la humanidad, a través de las ciencias sociales, entiende la realidad como algo distinto del mito, de lo que se concluye que no existe el derecho como creación de la modernidad, allí donde reina lo monstruoso, lo otro, o simplemente donde la realidad es la manifestación de un poder mítico. (Fitzpatrick, 1998, 47). "Así, en este etapa, tenemos dos Hart opuestos: el filósofo del lenguaje y el enunciador de la esencia del derecho. Y tenemos dos conjuntos opuestos de consecuencias de esta división. En uno encontramos los usos populares, un aspecto interno de las reglas y sujetos activos y reflexivos, todo lo cual se halla en el núcleo mismo del análisis inicial de Hart. En el otro hay el dominio de las determinaciones oficiales, un dominio que finalmente surge como una necesidad universal en esa historia natural del derecho, que Hart encuentra en la escena primigenia. Es en este punto de abismal diferencia cuando Hart presenta un cuadro resuelto y concluido en «los fundamentos de un sistema jurídico», el «broche» que sostiene «toda su teoría normativa del derecho» (Cotterrell, 1989, 100) REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 147 Sección II. Colaboradores Nacionales Ahora bien, para Fitzpatrick, en el paso de la filosofía del lenguaje al positivismo que arbitrariamente da Hart, se encuentra impreso el universalismo que lleva a la teoría del derecho por él propuesta, a silenciar las sociedades nominadas como sistemas jurídicos patológicos. Estas sociedades que se encuentran compuestas por seres salvajes, aún no han establecido cuál es la regla de reconocimiento a la cual todas las demás reglas del sistema deben su validez. Desde la mirada imperial de Hart, las sociedades primitivas carecen de historia y proyecto propio, lo que hace necesario que el europeo aporte a los salvajes un conocimiento adecuado, entendido como una regla de reconocimiento. Finalmente Fitzpatrick advierte cómo la teoría de Hart parte del imaginario europeo, según el cual las sociedades nativas son simples, pequeñas y autónomas, encontrándose determinadas por unos incipientes marcos legales que producen incertidumbre y estancamiento. En una crítica que sigue de cerca la tesis de Edward Said hecha en Orientalismo, señala que para Hart estas sociedades están ávidas de seguridad y orden, el cual sólo puede ser brindado por el derecho occidental moderno nacido en las civilizadas sociedades europeas. Es allí donde entra el funcionario (aquel que despojó a la sociedad de la interpretación y que constituye el salto de la filosofía a lo mítico, o el despojo de la perspectiva interna social por la 148 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 individualidad), como máxima expresión de la racionalidad burocrática, experto, portador del saber que ordenará la sociedad. Esta frase lapidaria de Fitzpatrick lo resume bien: «Dado que la situación colonial presenta una realidad administrada, es el funcionario quien debe hacer realidad la humanidad incipiente del nativo» (Fitzpatrick, 1998, 218). 3.2. Rajagopal y la crítica al Derecho Internacional de los DD HH La obra de Rajagopal constituye una crítica al derecho internacional, particularmente al discurso de los DD HH, como parte de una narrativa occidental que a juicio del autor ha absorbido la capacidad de confrontación de los movimientos sociales. De acuerdo con lo anterior, el discurso de los DD HH se ha constituido en la única posibilidad legítima de emancipación, invisibilizando, y en algunos casos, autorizando la represión de otra forma de resistencia que se ubique por fuera de esta lógica. La metodología del autor es el resultado de un ejercicio de sincretismo entre la crítica interna y un ejercicio de crítica externa, entablando un diálogo directo con el derecho internacional, sus instituciones y su normatividad. A partir de allí construye una crítica apoyada en un estudio de caso y varios ejemplos de los ejercicios de resistencia de los movimientos sociales alrededor del mundo. Desde esta perspectiva el Oscar Andrés López Cortés trabajo de Rajagopal constituye un nuevo tipo de trabajo socio-jurídico internacional que intenta ofrecer descripciones más densas de las transformaciones jurídicas, en tanto muestra los problemas internos de aplicación del derecho internacional, debatiendo así su eficacia, pero además cuestionando su legitimidad desde las prácticas discursivas coloniales. De acuerdo con el planteamiento del autor, la idea general de investigación radica en la necesidad de mostrar la relación subyacente entre derecho internacional y tercer mundo a lo largo del siglo XX, con el fin de poner en evidencia que -lejos de constituir una relación sencilla- se encuentra por el contrario plagada de complejidades, siendo necesario construir una narrativa que comprenda dos fenómenos que pueden tomarse como ejes temáticos de la investigación: la necesidad de poner el acento en el discurso del desarrollo como lógica gobernante de la vida política, económica y social del tercer mundo, énfasis que permite superar la tradicional comprensión del discurso del desarrollo como un discurso tecnocrático, apolítico, aséptico y neutral. El segundo eje, constituye un análisis profundo del papel de los movimientos sociales en la configuración de la relación que existe entre la resistencia del Tercer Mundo y el derecho internacional, la cual tradicionalmente el mismo derecho internacional se ha encargado de invisibilizar, de manera que una nueva práctica de esta disciplina conduzca a mostrar la incidencia de los movimientos sociales en la creación del derecho permitiendo su comprensión, como un proceso de construcción de abajo hacia arriba, recurso típicamente desconstructivista (Rajagopal, 2005, 2527). La primera hipótesis de Rajagopal es que las orientaciones disciplinarias predominantes en el derecho internacional son deficientes, porque no han logrado polemizar aún el discurso del desarrollo como narrativa que ha contribuido a la formación del derecho y de las instituciones internacionales. La segunda, es que el derecho internacional nunca ha tenido en cuenta la perspectiva de lo subalterno, que les permita a los internacionalistas una apreciación real del papel de los movimientos sociales en la evolución del derecho internacional (Rajagopal, 2005, 52). Desde esta perspectiva, se puede decir que el objetivo general de la obra es desafiar las narrativas tradicionales sobre la manera en que han ocurrido los cambios legales internacionales y sobre cómo podría comprenderse el lugar que debe tomar el derecho en una praxis social progresista, que se tomen en serio las distintas formas de resistencia del tercer mundo y contribuya así a la búsqueda de formas culturalmente legitimadas de resistencia que no caigan en la trampa REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 149 Sección II. Colaboradores Nacionales del localismo cultural. (Rajagopal, 2005, 28). Entre las diversas fuentes conceptuales y metodológicas a las que acude Rajagopal el posestructuralismo francés, la teoría poscolonial y el posmodernismo, se funden abiertamente con la teoría crítica de la raza, la teoría crítica del desarrollo y el trabajo crítico del tercer mundo (TWAIL Third World Approaches to International Law) (Rajagopal, 2005, 28), para ofrecer una serie de categorías y métodos comprometidos políticamente, a la vez que se constituyen en elementos pertinentes para el desarrollo de la obra. Respecto de sus categorías básicas es destacable la forma en la que en el primer capítulo reconstruye la discusión en torno al papel del poder, los actores y las instituciones frente a la resistencia, para lo cual acude al concepto de resistencia como categoría analítica en la obra de Antonio Gramsci (Cuadernos de la Prisión 1971), Michel Foucault (particularmente en los análisis que hicieran Gordon, Burchell y Millar a principios de los 90 a propósito de las conferencias dictadas por Foucault a finales de los setenta), Frantz Fanon («Concerning violence» y «Pitfalls of National Consciousness») y Partha Chatterjee («The Nation and its Fragments»). De acuerdo con la reconstrucción teórica, un primer tema abordado por 150 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 el autor es la relación que existe entre el derecho internacional y la resistencia que ejercen los movimientos sociales. Según el planteamiento del autor, cuando el derecho internacional encuentra resistencia, sólo puede comprenderla y manejarla adoptando ciertas esencias inmutables sobre la occidentalidad o el Tercer Mundo y mediante el uso de ciertas ideas de legitimidad y redención. De la misma manera en que el colonialismo, como sistema, sancionaba como legítimas sólo ciertas formas de resistencia anticolonial -como el nacionalismo moderado- únicamente le ha sido concedida legitimidad a ciertas formas de resistencia en el Tercer Mundo, como, por ejemplo, al discurso de los DD HH, de carácter ideológico imperial para el autor-. (Rajagopal, 2005, 53). El segundo abordaje radica en la relación existente entre resistencia y las instituciones propias del derecho internacional. La idea de Rajagopal es que el derecho no presta atención a la dinámica mediante la cual la resistencia puede continuar incluso después de haberse producido una institucionalización exitosa de sus fines, y opta por comprender las «instituciones como incorporaciones funcionales de la racionalidad legal y la resistencia como una aberración que exige represión». Desde esta perspectiva, la resistencia como categoría de análisis no es siempre y simplemente una reacción contra la hegemonía, sino que en realidad es una Oscar Andrés López Cortés multitud compleja de visiones alternativas sobre las relaciones sociales y, por lo tanto, de la historia de la humanidad. Así entendida, la resistencia como categoría en el derecho internacional implica ver al Estado como un terreno plural y fragmentado, caracterizado por la heterogeneidad, por el disenso y las controversias; en combinación con lo anterior, se requiere una teoría de los DD HH que comprenda la articulación entre la acción de los movimientos sociales y la posibilidad de reivindicar un orden jurídico internacional, en tanto la acción de los mismos no implica, per se, un rechazo de ese orden jurídico. El orden jurídico internacional es un espacio importante para la acción de los movimientos sociales que puede permitir la ampliación del espacio político disponible para sus políticas transformativas (Rajagopal, 2005, 3447). En cuanto a la crítica que el autor hace al discurso de los derechos, destaca la reflexión acerca de la violencia ejercida desde el Estado en nombre de los DD HH. Según Rajagopal, este discurso impone obligaciones al Estado de usar la violencia para asegurar los derechos que se consideran básicos, como el derecho a la vida, libertad personal y seguridad física, igualdad, libertad de culto o religión y educación obligatoria, aprobando ciertas formas de violencia y desaprobando otras por considerarlas vulneradoras de los DDHH, pero la clasificación y lo que se acepte como legítimo depende siempre de visiones funcionalistas y universalistas (léase occidentales o eurocéntricas) más no de realidades locales. Una de las riquezas de la obra de Rajagopal es el cuestionamiento que hace al discurso del desarrollo a partir del análisis historiográfico, el cual es transversal en el texto. Allí, lo primero que aprecia es que el desarrollo, como disciplina, en realidad es la continuación del sistema colonial impuesto en el periodo de entre guerras denominado sistema de mandato, mediante el cual las potencias industriales del mundo se repartieron los territorios de las antiguas colonias, convirtiéndose en el medio que allanaría la intervención actual a través del desarrollo. Esta transición, la cual califica de «no pacífica», es posible gracias a la creación de nuevos paradigmas y a la sofisticación de algunos otros conocidos por el sistema colonial, que permiten la imposición de estándares universales y atemporales, esto es, válidos en todo tiempo y lugar como elementos de medición del desarrollo. Estos estándares se acomodan a la realidad de las democracias occidentales de Europa y a la norteamericana, donde el nivel de vida de un ciudadano promedio se convierte en la medida de la riqueza indispensable para ser desarrollado, y en este sentido: la medida de la felicidad y el bienestar universal como los únicos posibles (Rajagopal, 2005, 77-90). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 151 Sección II. Colaboradores Nacionales Pero la crítica al discurso del desarrollo no podía estar completa sin preguntarse por el papel que han jugado las instituciones de Bretton Woods5; las que estuvieron originalmente concentradas en la reconstrucción de Europa y -en el caso del FMI- en el déficit de la balanza de pagos de los distintos países, pero que hoy han adquirido nuevos intereses en el curso de su interacción con el tercer mundo. Hacia la década de los 60 y 70 estas instituciones se encontraron con un tercer mundo convulsionado6. La tesis central del autor, al respecto, evidencia que éstas instituciones se constituyeron en una de las herramientas más importantes en la carrera por la oficializaciación del discurso del desarrollo, de manera que éste pudiera ser apropiado de forma universal. En ese sentido, Rajagopal cuestiona la versión tradicional y bipolar según la cual estas instituciones eran vistas de manera plana, ya fuera como benevolentes samaritanas, o como herramientas mecanicistas en manos del capital global opuestas a la justicia social y a la equidad. Plantea, en cambio, que las instituciones del Bretton Woods 5 6 constituyeron un «espacio complejo en el cual el poder, la justicia, la seguridad y el humanitarismo funcionaron en términos contradictorios y complementarios (...) como fenómenos que no podían existir separadamente». (Rajagopal, 2005, 139), contribuyendo así a superar los análisis esencialistas de la izquierda y del liberalismo económico. Rajagopal remata la crítica a la institucionalización y expansión del discurso del desarrollo, planteando que el discurso de la modernización como elemento central en el proceso de trasformación social del tercer mundo, se encuentra basado en elementos de desarrollo y bienestar medidos en términos principalmente económicos. Pero se debe tener en cuenta que el discurso de la modernización ha cedido el lugar de privilegio al discurso de la democratización como ideología gobernante del derecho internacional actual y, en ese sentido, vehículo renovado de la hegemonía. La democratización se acompaña ahora de una relación fuerte entre cultura y política, donde cualquier intervención en defensa de la democracia justifica el uso de la fuerza basada en la Creadas tras la segunda Guerra Mundial, contemplan el grupo de instituciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional dedicadas a la vigilancia del sistema económico internacional, inc1uyendo el acceso al capital occidental. Las del grupo del BM comprenden El Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), la Agencia de Garantías para la Inversión Multilateral (AGIM) y el Centro Internacional para la Solución de Disputas sobre Inversión (CISDI) (Rajagopal 2005, 124). Como lo señala el autor, «un caldero hirviente y problemático de campesinos, mujeres, medio ambientalistas, activistas de los DD HH, pueblos indígenas, activistas religiosos, y otros individuos que desafiaban los órdenes políticos y económicos de la época (...) conformando nuevos movimientos sociales que llevaron los problemas de equidad y justicia directamente a las agendas políticas de las élites gobernantes» (Rajagopal, 2005, 126) 152 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Oscar Andrés López Cortés institucionalización, como herramienta de expansión del derecho 7 internacional (Rajagopal, 2005, 165193). Una de las conclusiones más relevantes que deja el texto de Rajagopal, es que el discurso de los DD HH puede ignorar y condonar ciertas formas de violencia, no porque ello se justifique en la división de los derechos o el principio de la «realización progresiva» del PIDESC, sino más bien porque se encuentra patológicamente arraigado en dos modelos del papel del Estado en la economía, que se reflejan en el discurso de los DD HH, ambos derivados del discurso del desarrollo, sin que lo anterior signifique que el discurso de los DD HH deje de ofrecer alternativas plausibles de defensa para los movimientos sociales. 3.3. La subalternización: una visión desde una perspectiva decolonial en y para Colombia Farid Benavides se puede ubicar dentro de la crítica poscolonial al derecho. Sus fuentes son diversas, Imannuel Wallerstein, Aníbal Quijano, Enrique Dussel, Walter Mignolo, Fernando Coronil, junto con múltiples teóricos de la academia norteamericana8. Todas 7 8 estas influencias se evidencian en su texto «La subalternización a través del discurso jurídico: una visión desde una perspectiva decolonial», en el cual intenta mostrar el carácter constitutivo del derecho, es decir, la manera en que el discurso jurídico deviene en un espacio de poder y de constitución de identidades subalternas. Para sustentar esta tesis el autor se basa en el concepto de mentalidad de gobierno y las diversas interpretaciones que del mismo han hecho autores de diferentes corrientes. El autor inicia con una crítica a la versión oficial de la historia de la independencia (1810-1819), afirmando que en ella se ocultan de manera conveniente diversos aspectos, entre los que resaltan: ¾ La ambigüedad del proceso de inicios del Siglo XIX, que en un primer momento fue un proyecto de autonomía, pero que posteriormente adquirió tintes independentistas. ¾ Quienes se independizaron fueron los hijos de los españoles en América, que son mostrados como «criollos, guerreros luchadores por la libertad creadores de una nación soberana», por esa vía se fue invisibilizando el aporte «Dentro de esta dinámica, surgen mecanismos de intervención más sofisticados como las operaciones de paz multidimensionales, que si bien aparecen desde finales de la década del 40, se intensificaron exponencialmente en la década del noventa. Estas operaciones comprenden, entre otras, intervenciones de expertos científicos de diversas áreas incluyendo antropólogos, juristas, economistas, geólogos, ingenieros, biólogos (...) que terminaron garantizando una gestión más intensiva y efectiva en el mantenimiento de la paz, posible por medio de la comprensión de las realidades locales y el acercamiento de las instituciones al «campo», en la lógica del rescate de los estados fallidos (Somalia, Liberia, Afganistán, Camboya), y del mantenimiento de los patrimonios universales». (Rajagopal, 2005, 171). Se destacan las referencias sobre las reflexiones de John Brigham, Alan Hunt y Eve Derian Smith REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 153 Sección II. Colaboradores Nacionales a la historia de los indígenas, las mujeres y los afro-descendientes. ¾ El proceso de resistencia a la independencia, en el que el derecho como agente directo de construcción de identidades en la consolidación de la nación- es dejado de lado o sólo mencionado como el resultado de una «mezcla de tradiciones jurídicas en donde, obviamente, la mirada nunca se apartó de Europa». A partir de allí, el autor introduce la discusión en torno a la relación que existe entre derecho y poder constitutivo, para lo cual critica la visión tradicional del derecho, según la cual éste es un producto del poder soberano. Dentro de esta categoría podemos encontrar a H.L.A. Hart que coincide con la visión positivista del derecho pero también con la visión marxista clásica, ya que esta última ve el derecho como ideología, es decir, como un instrumento mediante el cual una clase ejerce dominación sobre otra. Lo que caracteriza a estas dos visiones es su concepción del derecho como instrumento y la ubicación del poder soberano diferente del que ocupa la sociedad civil, ya que el poder de producción normativa se encuentra en el Estado, (legislador y jueces) en tanto que la sociedad civil se ubica en el espacio correspondiente a la libertad. Según Benavides, en Foucault es posible encontrar una visión diferente del derecho. Es así como llega a afirmar 154 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 que en Historia de la Sexualidad y en el texto sobre mentalidad de gobierno, el poder deja de ser un aspecto negativo para convertirse en constitutivo de identidades (Focault en Varela y Alvarez, 1991). En este punto el autor retoma las interpretaciones que Rose y Valverde hicieron de estos aspectos de la obra de Foucault para mostrar que, a diferencia de Austin y Hart, en la época moderna el Estado empieza a perder centralidad y el derecho es complementado y normalizado a partir de prácticas no legales como la psiquiatría y la psicología; por lo anterior se establece una relación directa entre el derecho y la disciplina, en tanto las biopolíticas de la mentalidad de gobierno necesitan de un marco legal para su desarrollo. De acuerdo con el autor, el carácter constitutivo de la ley es mostrado a través del discurso de los derechos civiles mediante la constitución de los individuos como ciudadanos. De esta manera, la norma se construye como un juicio desde afuera sobre los individuos y se desplaza el objeto y el sujeto de la misma. Así, ya no es un soberano el que se encarga de determinar qué es lo prohibido, sino que se trata del control y el gobierno sobre los sujetos libres que tienen la capacidad de gobernar y gobernarse; por lo tanto, la ley deja de ser del Estado para convertirse en una ley de la sociedad. Gobernar no es sólo una cuestión de autoridad o de relaciones de poder sino también de creación de Oscar Andrés López Cortés identidades y de realidad. El derecho se convierte con el Estado en un espacio de regulación y orden, de control de poblaciones, que a la vez de conferir poder, «interviene en la construcción social y de gobierno del sujeto moderno». El punto siguiente del análisis de Benavides es la relación entre derecho y clase. Inicia exponiendo las diversas teorías del marxismo clásico que ven en el derecho un instrumento de dominación de la clase burguesa sobre el proletariado. A partir de la instauración de una ideología legal que legitima el proceso de acumulación, de tal manera que lo que en la realidad es dominación y explotación queda oculto tras la forma del contrato de trabajo en el que sujetos iguales enajenan su fuerza de trabajo y otros la adquieren por un precio establecido en el mercado. El autor advierte que «no existe forma de saber -desde un punto de vista marxista- el preciso significado funcional del derecho». Sin embargo, intenta -usando a Thompson, Gramsci y Althusserexponer la relación entre estructuras externas y el contenido de la ley. De esta manera, para Benavides la teoría estructuralista marxista permite reconocer la autonomía relativa del derecho frente a la economía, en lo que define como relación de dependencia/ independencia. El derecho ya no sería solamente represión de una clase social sobre otra, sino que este derecho le serviría a los movimientos sociales para avanzar en sus luchas, lo que confirmaría el carácter constitutivo del derecho y su producción social superando la visión estructuralista. De otra parte, para Benavides, la perspectiva cultural del marxismo representada por E. Thompson -que ve la estructura y la superestructura de la sociedad interrelacionadas y no separadas- deja entrever que el derecho puede promover la trasformación social en la medida en que la ley es práctica y conciencia, es decir, el derecho y la ley «son hegemónicos no solo frente al proletariado sino también frente a la clase dominante», y, por lo tanto, el derecho desde esta perspectiva se acercaría mucho a la visión foucoltiana, según la cual el derecho es un «instrumento que controla a los ciudadanos a través de su consentimiento». Esto se explica en la medida en que, si el derecho puede convertirse en un discurso contra el Estado, es el Estado el encargado e interesado de proteger y promover este discurso. Se construye, entonces, alrededor de este discurso un consenso respecto al ejercicio del poder por parte de la burguesía, en el que los subalternos se benefician, pero a la vez permiten el ejercicio de ese poder. Así entendido el derecho -como un mecanismo de regulación- tiene por sí mismo un mecanismo de exclusión, ya REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 155 Sección II. Colaboradores Nacionales que la regulación -usando a Huntselecciona lo que se considera como un problema social. Además, posee unos agentes encargados del control del problema, de la regulación y un conocimiento de la regulación, ya que el problema aparece como tal, en tanto es construido y definido por las ciencias sociales. Benavides se sirve de este punto de vista, pero lo cuestiona, en cuanto no se pregunta el por qué ciertos sujetos quedan por fuera de la ley, y por qué unos son agentes de regulación y otros son regulados, llegando a afirmar categóricamente que los estudios de derecho europeos y anglosajones «permanecen atrapados en una visión eurocéntrica y ahistórica, que no se ocupan del papel de los Estados en el sistema-mundo y, sobre todo, que se olvidan de tener en cuenta el carácter colonial y capitalista del derecho moderno.» Latina a partir de su des/ encubrimiento como su primera periferia. Finalmente, para imprimir ese carácter colonial y capitalista del derecho que olvidan los europeos, el autor da cuenta del debate sobre la modernidad y la posmodernidad en autores como Enrique Dussel, Santiago Castro y Walter Mignolo para coincidir que en América Latina la discusión sobre lo posmoderno parte de bases equivocadas, pues se construye sobre categorías racionales europeas que adoptan la historia de Europa y se olvidan del carácter genocida y colonial de esa razón. Se olvidan que Europa se construyó como discurso a sí misma a partir de oriente y que creó América Así, el derecho como discurso escrito institucionalizado define, limita y regula las prácticas sociales entre «el espacio hegemónico de los dominadores» y el «ámbito fronterizo de los sectores populares». Es claro que los marginados no hablan por la ley, ya que no poseen el código lingüístico necesario para expresarse dentro del derecho; su voz necesita ser puesta de cierta manera, trasformada. Ese proceso, según el autor, implica la trasformación en sujeto jurídico, y en esa trasformación se realiza un acto de control y además de transculturación, mediando una violencia epistémica o hermenéutica. 156 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 En este orden de ideas, el derecho, como discurso y como parte de una estrategia de poder, crea sujetos, pero no por sí mismo, sino por aquellos sujetos que tienen el poder de producir ese discurso y que se valen de éste para construirse a sí mismos y buscar, no sólo la dominación, sino, además, la justificación de ésta. Para sustentar la afirmación anterior, el autor parte de la manera en que Ángel Rama habría mostrado cómo el uso de la palabra escrita se convirtió en un factor de exclusión/inclusión y de distintivo entre lo civilizado y lo que no lo era, así como el hecho de que los dominadores se valieron de la palabra escrita «como parte de su disciplinamiento y de dominio (pos) colonial». Oscar Andrés López Cortés No sobra decir que las resistencias a este proceso de subalternización giran en torno alrededor de esta categoría ya creada. Por último, el autor en su texto, evidencia el carácter construido de la realidad social, y por lo mismo la posibilidad, y obviamente, la existencia de mundos alternativos. 4. LOS ESTUDIOS POSCOLONIALES Los estudios poscoloniales se enmarcan dentro de los estudios culturales, los cuales se caracterizan por ser estudios críticos, pero en una línea divergente de los estudios marxistas. De hecho, esta corriente representa una crítica al marxismo basada en la afirmación según la cual Marx, o su teoría, jamás se ocupó de estudiar el desarrollo del capitalismo en América Latina, en lo que se ha denominado como la ausencia de la «cuestión latinoamericana». Para la teoría poscolonial, la postura de Marx es el resultado de la influencia de autores como Hegel y Locke, que lo llevaron a considerar diferentes cuestiones centrales negando el capitalismo en América y todas las causas y efectos de éste. Entre esas cuestiones centrales se encuentra el hecho de que las sociedades de lo que hoy llamaríamos tercer mundo, eran para Marx sociedades no capitalistas, dependientes y colonizadas, que se definen con relación al otro, esto es, como una contraposición a las que sí lo son, lo que implica que solo pueden ser miradas desde la perspectiva de las sociedades modernas europeas, que sí consiguieron un desarrollo plenamente capitalista. Para Castro Gómez, Marx habría construido esa idea de planteamientos hegelianos que afirmaban que Asia y América podían ser definidas como sociedades fuera de la historia. Según Marx, Europa y EE.UU. habían comenzado a desarrollar industria e instituciones sociales republicanas, mientras que las jóvenes repúblicas latinoamericanas continuaban en la «rigurosa jerarquía social», «el desenfreno de los clérigos seculares», y la «vanidad» de la clase dirigente cuyo interés era hacerse ricos, dominar, controlar la burocracia y obtener títulos y grados. Esto a su vez daba como resultado que el continente americano fuera incapaz de desarrollar una estructura social y económica que le permitiera insertarse en el proceso revolucionario mundial. Así descrita, América Latina era un conjunto de sociedades semi feudales gobernadas por latifundistas que ejercían su poder despótico sobre unas masas carentes de organización. En síntesis, Castro Gómez explica cómo para el marxismo, el colonialismo no es otra cosa que el pasado de la modernidad, es un fenómeno aditivo más no constitutivo de ésta, que aparece más como un efecto vinculado a la consolidación del mercado mundial, que como una causa del mismo, y en ese sentido, no REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 157 Sección II. Colaboradores Nacionales representa ninguna incidencia en las prácticas ideológicas de la sociedad (Castro Gómez, 2005a, 13-20). La primera crítica a este planteamiento marxista, la cual se puede catalogar como inicios de la teoría poscolonial, provendrá de intelectuales del tercer mundo. Según estos, el colonialismo no es sólo un fenómeno económico y político sino que posee una dimensión epistémica vinculada con el nacimiento de las ciencias humanas, tanto en el centro como en la periferia. La razón de esta crítica es que las humanidades y las ciencias sociales modernas crearon un imaginario sobre el mundo social del «subalterno» (el oriental, el indio, el negro, el campesino, la mujer) que no sólo sirvió para legitimar el poder imperial en un nivel económico y político sino que contribuyó a crear los paradigmas epistemológicos de estas ciencias y a generar las identidades de colonizadores y colonizados. De acuerdo con Edward Said, la dominación imperial de Europa sobre sus colonias de Asia y medio oriente durante los S XIX y XX condujo a la institucionalización de una cierta imagen o representación sobre el oriente y lo oriental. Una de las características del poder imperial en la modernidad es que el dominio no sólo por la fuerza, sino que requiere de un elemento ideológico o representacional de un discurso sobre otro. (Castro Gómez, 2005a, 20-27). En esta argumentación, oriente y 158 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 occidente deben ser vistas como formas de vida más que como meros lugares geográficos. En estos lugares complejos se radican estructuras objetivas, tales como las leyes de Estado, los códigos comerciales, planes de estudio en las escuelas, los proyectos de investigación científica, los reglamentos burocráticos, las formas institucionalizadas de consumo cultural, entre otras. Frente a esto, Said nos recuerda que no podemos pasar por alto el hecho objetivo según el cual las formas de conocimiento ya habían sido ubicadas en una concepción lineal de la historia. De esa manera, su aporte y mérito devela que los discursos de las ciencias humanas construidos de la imagen triunfalista del progreso histórico se sostienen sobre una maquinaria geopolítica de saber/poder, declarando como ilegítima la existencia simultánea de distintas voces culturales y formas de producir conocimientos. (Castro Gómez, 2005a, 13-20). A estas tesis reaccionaron algunas voces del marxismo, para quienes las teorías post socavan peligrosamente la fe básica en la racionalidad del mundo, lo cual deja sin piso cualquier intento político de transformación social. Afirman que si la realidad social no es otra cosa que una construcción del lenguaje de la ciencia o del poder, ya no sería posible distinguir entre un programa político totalitario y uno de oposición porque careceríamos de criterios objetivos para hacerlo. (Castro Gómez, 2005a, 27). El autor añade que autores como Amhad, Oscar Andrés López Cortés argumentan desde el marxismo y, en contra, Said que su tesis invita a desligar los discursos de las luchas sociales y económicas que le sirven de sustento, convirtiéndolos en una especie de seres metafísicos que poseen vida propia. De acuerdo con eso, no existe diferencia entre la realidad y su representación narrativa, como si hubiésemos perdido la posibilidad de acceder a las cosas mismas y la razón se encontraría atrapada en las máscaras del poder, el lenguaje y el deseo (Castro Gómez, 2005a, 29). Frente a estas disputas conceptuales de occidente entre los teóricos del orientalismo y del marxismo, surge una teoría poscolonial propia, una en y para América Latina. Uno de los primeros aportes provendrá de José Carlos Mariátegui, quien desde sus tempranas obras del siglo XX advertía a Latinoamérica sobre la necesidad de construir un marxismo en clave latinoamericana, tal y como lo hizo en 1928, año de la primera publicación de «Siete ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana», constituyendo a su vez los orígenes de lo que posteriormente se denominaría como «la filosofía de la liberación». Tal y como lo afirma Estermann, la construcción de una filosofía latinoamericana que supera el papel de ciencia reproductora de la filosofía de tradición europea, comienza a gestarse con los trabajos del argentino Juan Bautista Alberdi en el siglo XIX, quien por primera vez utilizó el concepto de «filosofía latinoamericana». De allí surgieron, según Estermann, dos corrientes distintas pero complementarias: la de la liberación, encabezada por Mariátegui, Salazar, Dussel y otros, y la filosofía «interculturada», de la cual harían parte Zea, Kusch, Miró Quesada y otros (Estermann, 1998, 13). En la corriente de la filosofía de la liberación, debemos recordar que Mariátegui logró plantear el problema del indio desde el socialismo -lo cual paradójicamente lo acerca pero a la vez lo aleja de la posición marxista tradicional- ya que para Marx el pueblo indio se subsumía dentro de la categoría analítica denominada proletariado, negando la existencia del pueblo indígena como una clase social relevante para los análisis. De acuerdo con esto, las propuestas hechas para la superación de la explotación obrera abarcaban a los indígenas, pero a la vez los hacía invisibles al subsumirlos en la categoría de proletarios o explotados. Sin embargo, esta es solamente una interpretación a manera de crítica, ya que, como vimos antes, para el marxismo, una revolución proletaria no tenía viabilidad alguna en América del Sur, dado que su estado feudal y el predominio de figuras como la de Bolívar, impedían la aparición de las contradicciones propias del capitalismo y por ende de la revolución como respuesta a esas contradicciones. Pero es de anotar que, precisamente el punto de ciego de Marx, como lo REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 159 Sección II. Colaboradores Nacionales enuncia Castro Gómez, es lo que impide prestar atención a la realidad suramericana que más tarde vería Mariátegui, y que le permitiría a este último construir una propuesta de base marxista pero desde la interpretación de la realidad latinoamericana. Un argumento de cara a este planteamiento lo podemos encontrar directamente en Mariátegui, para quien las tesis sobre el problema indígena debían construirse sobre una visión estructural, superando el problema exclusivamente étnico y comprendiendo las medidas policiales como agravantes del conflicto. El reconocimiento de lo indígena debía partir de una crítica socialista que buscara las causas del conflicto en la economía del país, que se ocupara menos de una cuestión tutelar y permitiera pensar el problema en términos del inequitativo régimen de propiedad agraria fundado en la Colonia y reproducido en la República (Mariátegui, 1977, 35-44). Eduardo Grüner, para quien las teorías poscoloniales son fundamentales para la reconstrucción de la teoría crítica que el marxismo tradicional ya no puede realizar debido a su abandono de la perspectiva cultural. No obstante, la riqueza de su aporte radica en su capacidad de advertir la trampa que puede generar la tendencia de «culturizar el colonialismo» haciendo de él un concepto abstracto y metafísico que le quita su carácter político. Así su 160 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 propuesta sostiene la necesidad de contar con una teoría general de la historia y una perspectiva particular desde donde elaborarla, con herramientas analíticas adecuadas para un análisis concreto de las etapas, períodos y movimientos de esa historia, en función de sus coordenadas, sociales económicas, y políticas (Castro Gómez, 2005a, 38-42). 5. LA HYBRIS DEL PUNTO CERO, EL APORTE DE SANTIAGO CASTRO El autor se ubica dentro de los estudios poscoloniales, los cuales a su vez acuden al posmodernismo y al posestructuralismo, corrientes de pensamiento que, tanto en la versión anglosajona como en la latinoamericana, han encontrado fuertes detractores, en ambos casos especialmente desde el marxismo, aunque las criticas latinoamericanas en su mayoría se limitan a constituirse en el eco de las críticas anglosajonas. Castro Gómez afirma que en la vertiente anglosajona algunos de los principales críticos del posestructuralismo han sido Alex Callinicos junto a Aijaz Ahmad y a Arif Dirlik. En el caso latinoamericano, pero en una perspectiva crítica no marxista se encuentra Carlos Reynoso, Nelly Richard, y, en una perspectiva marxista, Eduardo Grüner, haciendo la salvedad que este autor es el primero en sustentar la posibilidad de combinar las dos corrientes teóricas. Oscar Andrés López Cortés La Hybris del Punto Cero constituye un intento por develar la manera en que fue leída y enunciada la ilustración europea en las colonias españolas para lo cual comienza examinando la manera en que América se convierte en un objeto de conocimiento central para pensadores europeos de la Ilustración y del Iluminismo como Locke, Hume, Kant, Rousseau, Turgot y Condorcet. En ese sentido, Castro-Gómez muestra la forma en que los filósofos europeos del siglo XVIII «tradujeron» la información a su alcance proveniente de los cronistas y demás viajeros a América del siglo XVI, quienes informaban acerca de las condiciones de sus habitantes nativos; lo que constituyó una lectura de América desde la hegemonía política y cultural de Europa, especialmente de Francia, Holanda, Inglaterra y Prusia (Castro Gómez, 2005b, 15). Con ese propósito, La Hybris del Punto Cero supera el problema elemental acerca de si los intelectuales neogranadinos leyeron bien o mal a Rousseau, Locke o los demás pensadores europeos; no se trata advierte su autor- simplemente de un problema de mala o buena recepción de la Ilustración como fenómeno intraeuropeo o como un texto original que es copiado por otros. Más allá de eso, la pregunta central de CastroGómez es por el lugar de la ilustración neogranadina como nueva ciencia cuyos discursos son re-localizados y adquieren sentido en la Nueva Granada de mediados del siglo XVIII. Es decir, la pregunta es por las características del locus enuntiationis desde el cual se lee, traduce y enuncia la Ilustración en Colombia. Una de sus premisas se sustenta en los conceptos acuñados por Pierre Bourdieu de habitus y capital cultural. Para Castro-Gómez, el habitus de los neogranadinos está directamente relacionado con el discurso de limpieza de sangre, que para los criollos constituía su capital cultural más relevante en tanto les permitía distinguirse -en una forma de distanciamiento étnico- de indios y negros, asumiendo un punto aparentemente neutral desde el cual tomarlos a ellos como su objeto de conocimiento. Pero en realidad ocurrió -según Castro Gómez- un fenómeno diferente, pues la Ilustración en el país sería algo más que una simple transposición de textos originales y de significados nuevos; se trataría más bien de una estrategia de los criollos ilustrados para asumir un posicionamiento social privilegiado frente a los grupos subalternos (CastroGómez, 2005b, 15-16). En este sentido, Castro Gómez afirma que el conocimiento y las formas de construirlo adoptadas por las clases ilustradas de América, siguen de cerca la transformación epistémica adelantada en Europa unos años antes, en la cual se afirmaba que el científico social debía distanciarse del objeto de conocimiento con el fin de evitar las REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 161 Sección II. Colaboradores Nacionales contaminaciones pre-científicas o metafísicas, y entregarse únicamente a la experiencia y la observación que rigen la obtención de los datos empíricos. Esto era, con apoyo en Hume, la construcción de una ciencia descriptiva que observará al hombre tal cual es y no como debía ser, prescindiendo de consideraciones morales o religiosas. A través de la observación, y cuando el sujeto ya había observado lo necesario para comprender la naturaleza, el paso siguiente lo constituía la formulación de leyes universales, fijas y eternas -al modo de leyes físicas- a las cuales se encontraban sometidos hombres y sociedades. Es en este punto donde el concepto de La Hybris del Punto Cero adquiere toda su relevancia. Si el científico social, como en su momento lo hizo el sujeto que conoce en las ciencias naturales, lograba hacer tábula rasa con todo el conocimiento anterior, y rompía la familiaridad que tenía con su objeto de conocimiento para formular leyes fijas, podía alcanzar la certeza deshaciéndose de las opiniones ancladas en el sentido común. Ese punto cero ubicaba al científico en un lugar desde el cual podía nombrar todo por vez primera, haciéndose único titular de la experiencia legítima del conocimiento y, por tanto, descartando cualquier otra forma de éste que no compartiera su punto de partida (Castro-Gómez, 2005b, 21-27). 162 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Este lugar de privilegio que le otorgaba el poder avalar una forma de conocimiento y descartar otras, no sólo le permitiría marcar el punto cero de un conocimiento epistemológico absoluto, sino, además, el poder designar lo que era válido económica y socialmente para todo el mundo de acuerdo con unas leyes naturales superiores al hombre que regirían todo comportamiento. Afirma Castro-Gómez que a esto se le puede denominar el plano de la trascendencia, cuyo objetivo era el de establecer mediaciones racionales para todas las dimensiones de la actividad humana y social. De esta idea de Hume se valdría Adam Smith uno de sus más importantes alumnosquien planteaba que las actividades económicas del hombre en sociedad constituía un lugar privilegiado para observar imparcialmente el modo en que operan las leyes de la naturaleza humana. Al respecto, la primera ley que Smith recoge de Hume es aquella que señala el privilegio que dan los hombres a la satisfacción de los intereses cercanos por encima de los remotos, esto es, una especie de comportamiento lógico y racional del hombre en el cual se da privilegio al interés personal por encima del general. De allí, Smith lograría establecer su ley universal en la economía política, según la cual la división del trabajo y la propensión al lucro mediante el comercio y el intercambio de bienes, resultan manifestaciones de un comportamiento natural de todos los seres humanos, independientes de las conciencias Oscar Andrés López Cortés individuales o de las culturas a las cuales estos pertenecen (Castro Gómez, 2005b, 25-30). De esa forma, la división social del trabajo propia del sistema capitalista que Smith conocía en los países desarrollados se constituiría en la tendencia natural de todos los países, por lo cual, las leyes y el Estado mismo, sólo debían garantizar la plena libertad que potenciara las actitudes egoístas en pos del enriquecimiento individual (satisfacer lo cercano en Hume). En este punto Smith afirmar que el libre albedrío de todos los individuos redundaría en beneficio colectivo, en tanto se realizaba bajo el mecanismo natural de leyes internas y supraindividuales: la mano invisible del mercado mundial. Castro Gómez muestra como -tanto Smith como Hume- parten de un supuesto que parece irrebatible: «La naturaleza humana es un ámbito de fundación trascendental que vale para todos los pueblos de la tierra y funciona con independencia de cualquier variable cultural o subjetiva» (Castro Gómez, 2005b, 28-32). Esta forma de conocimiento racional empírico generaba un problema metodológico que –paradójicamenteserá convertido en un argumento de 9 ventaja a favor de las sociedades europeas: como quiera que la forma de conocimiento cartesiana sólo posibilitaba la observación científica de las sociedades que vivían en el presente, en principio impedía conocer el pasado en tanto no existía forma material de observarlo empíricamente; ante este dilema metodológico la ciencia de la época construye la hipótesis según la cual algunas sociedades permanecen estancadas en su evolución histórica, es decir, no han llegado a desarrollar la forma racional mediante la cual la naturaleza humana construye sus leyes internas y supraindividuales, representado así el pasado vivo de las sociedades evolucionadas como aquellas habitadas entonces por los científicos sociales (Castro Gómez, 2005b, 31-37). De allí llegaron a afirmar que, en la medida que la naturaleza humana era una sola, se podía seguir un mismo patrón evolutivo de tiempo que permitiera a esas sociedades atrasadas alcanzar la evolución de las europeas. Al respecto, la influencia de Locke en el Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, sería trascendental, este pensador expuso la manera en que los pueblos de América se encontraban en condición de atraso, pese a las abundantes riquezas de recursos «No puede haber demostración más clara de esto que digo que lo que vemos en varias naciones de América, las cuales son ricas en tierra y pobres en lo que se refiere a todas las comodidades de la vida; Naciones a las que la naturaleza ha otorgado, tan generosamente como a otros pueblos, todos los materiales necesarios para la abundancia: suelo fértil, apto para producir en grandes cantidades todo lo que pueda servir de alimento, vestido y bienestar; y sin embargo, por falta de mejorar esas tierras mediante el trabajo, esas naciones ni siquiera disfrutan de una centésima parte de las comodidades que nosotros disfrutamos. Y hasta un rey en esos vastos territorios se alimenta, se aloja y se viste peor que un jornalero de Inglaterra.» (Locke, 2000, 67-68) REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 163 Sección II. Colaboradores Nacionales naturales con las que contaban9. Este atraso era consecuencia de dos factores: la ausencia de pensamiento racional (predominio de saberes inferiores, metafísicos, pre-científicos o simplemente irracionales), les impedía desarrollar un mercado generador de riquezas; y, segundo, la incapacidad de comprender la necesidad de trabajar más allá de lo necesario para sobrevivir, es decir, trabajar para generar la acumulación que se traduce en riqueza, signo inequívoco de la evolución y el mayor grado de desarrollo adquirido por las sociedades europeas. Esto es lo que Locke consideraba como la relación de no simultaneidad entre las sociedades americanas y europeas, en el que éstas han desarrollado un modo de subsistencia basado en la división especializada del trabajo y el mercado capitalista, mientras que las primeras representan la economía perteneciente al «pasado de la humanidad». Así, capitalismo y nueva ciencia se constituyen en los factores de medición del desarrollo de todas las sociedades, factores que a su vez son tomados en escala evolutiva, lineal y progresiva, donde los inferiores representan la mentalidad primitiva y la economía de subsistencia en tanto que los más altos el pensamiento abstracto y la economía capitalista de mercado (Castro Gómez, 2005b, 31-37). Estos elementos evidencian lo que se ocultaba al interior imperceptible de los pliegues del pensamiento de intelectuales como Smith. Si 164 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 efectivamente América era de alguna forma el pasado de Europa, y en general, Asia, África y América eran el otro de Europa, ¿qué interés real podía haber de parte del mundo occidental europeo por generar el desarrollo en aquellas tierras, especialmente si se tiene en cuenta que para Smith las leyes naturales -y no los hombres y sus leyes- serían las únicas que podrían determinar tal acontecimiento? Esta pregunta puede ser contestada si se tiene en cuenta que América ocupa un lugar específico en la teoría del mercado global de Smith, al que Wallerstein denominará el moderno sistema mundo. En este punto, con apoyo en Wallerstein, Castro-Gómez muestra cómo ese sistema mundo que se constituye a partir de la colonización de América y la consecuente construcción de redes de intercambio y rutas comerciales por el Atlántico, asigna un papel subalterno a América y sus pobladores. Ese lugar signado por categorías como «atraso» y «pobreza» aducidas por pensadores como Lockeconstituyeron una realidad que determinó la posición de América en el moderno, colonial y capitalista sistema mundo, el lugar de productor periférico de materias primas y mano de obra barata para el desarrollo industrial de las potencias del centro. Luego América sí tiene un lugar en el capitalismo, lo que sucede es que no es el mismo lugar que los países industrializados. Pero aún era necesario hacerles creer a los habitantes de Oscar Andrés López Cortés América la validez absoluta de la teoría concebida en Europa, y es allí donde ciencia y poder se unen, pues el mecanismo para convencer a los pobladores de América sería precisamente el del método racional científico de la modernidad europea. La capacidad de convencer al americano se encuentra directamente relacionada con la creación de subjetividades, es decir, con la posibilidad de crear un sujeto específico dispuesto a admitir la validez de las tesis racionalistas surgidas en Europa. En este punto, y a falta de un sustituto más «científico», surge la diferencia de razas como el elemento distintivo por el cual se explica el grado de evolución mayor de las sociedades europeas frente al atraso de las colonias americanas y sus gentes. Éste no era el único criterio, pues mientras pensadores como Rousseau consideraban que los cambios abruptos en las condiciones medioambientales eran la causa del surgimiento del pensamiento científico y la economía en Europa antes que en otros continentes, Montesquieu pensaba sobre la influencia del clima y la geografía sobre las facultades humanas. Sin embargo, Castro Gómez anota que será la superioridad natural de la raza blanca el argumento esgrimido por influyentes pensadores alemanes como Blumenbach y Kant (Castro Gómez, 2005b, 37). De acuerdo a lo anterior, Kant también se destacó por sus obras de antropología moral y geografía física que hacían parte de la entonces denominada «historia natural». Para Kant, el hombre era un objeto de estudio en tanto hacía parte del reino de la naturaleza, pese a que había algo en él que lo exceptuaba del determinismo de las leyes naturales y por tanto de la «historia natural». Era esa «naturaleza moral» del hombre lo que justificaba la adopción de un método diferente de estudio, uno que incluyera dos sub-disciplinas: la geografía física, que se ocuparía de estudiar la naturaleza corporal del hombre de acuerdo con sus determinaciones externas, tales como el medio ambiente, la fisonomía y la raza. Así como una antropología pragmática encargada de estudiar la naturaleza moral del hombre desde el aspecto de su propia capacidad para superar el determinismo de la naturaleza física y elevarse al plano de la libertad. Así, Kant tomaba distancia de pensadores como Hume, pues consideraba que la naturaleza moral del hombre contenía un estatuto superior a las demás ciencias, por lo que la antropología moral encargada de estudiarla contenía un estatuto epistemológico igualmente superior a la simple experiencia o el empirismo, concentrándose en aquello que es inmanente «que puede ser observado siempre del mismo modo: el «punto cero» de la moral.» (Castro Gómez, 2005b, 3839). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 165 Sección II. Colaboradores Nacionales Esto no quiere decir que Kant no compartiera la idea según la cual la ciencia opera de acuerdo con máximas y principios definidos racionalmente cuya validez es independiente de la posición que asuma el observador, pero esta forma de conocer era aplicable exclusivamente a la geografía física; sin embargo, entre esta última y la antropología moral sí existe una diferencia metodológica dado que cada una de ellas aborda aspectos cualitativamente distintos de la experiencia humana. Así, resulta válido el estatuto de cientificidad de la geografía física que utiliza una taxonomía clasificatoria de los seres vivos mediante la cual se describe objetivamente al mundo natural en categorías abstractas con el fin de determinar semejanzas formales entre ellos (Castro Gómez, 2005b, 40-41). Castro- Gómez utiliza el ejemplo del concepto de raza para mostrar la validez que Kant daba al estatuto de cientificidad de la geografía física, ya que la raza no sería una inmanente de la humanidad sino una categoría histórica que es el fruto de una operación formal del entendimiento como observación realizada desde el punto cero. La raza, en opinión de Kant, presta la utilidad científica de permitir establecer diferencias entre grupos que pertenecen a una misma especie, pero con características hereditarias diferentes. Es decir, Kant sostiene que, en principio, todos los hombres pertenecen a una misma especie pero 166 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 pueden pertenecer a razas diferentes, en tanto cada uno posee características fenotípicas distintas, para su deducción cuatro razas diversas: la blanca, la amarilla, la negra y la roja, respectivas a Europa, Asia, África o América; éstas no sólo corresponden a diferencias marcadas por la geografía física sino por el carácter moral de los pueblos, de ello Kant deduce que los negros, amarillos y rojos son razas moralmente inmaduras dada su incapacidad para realizar el ideal verdaderamente humano de superar el determinismo de la naturaleza, para colocarse bajo el imperio de la ley moral. Por lo que sólo la raza blanca es capaz de llevar a cabo el ideal moral de la humanidad (Castro Gómez, 2005b, 40-41). La traducción hecha por Castro-Gómez de Physische Geographie de Kant es bastante sugestiva: «La humanidad existe en su mayor perfección (Volkommenheit) en la raza blanca. Los hindúes amarillos poseen una menor cantidad de talento. Los negros son inferiores y en el fondo se encuentran una parte de los pueblos americanos» (Kant en Castro Gómez, 2005b, 41). Pero Castro Gómez señala además como este presupuesto metodológico implicaba la necesidad de un punto cero en la ciencia, lo que garantizaba la «ruptura epistemológica» del observador con toda concepción religiosa o metafísica del mundo. Castro Gómez considera que la posición kantiana de observar a la raza roja como Oscar Andrés López Cortés el lugar de observación donde se encuentra el estado más primitivo del desarrollo moral, se funda en el discurso colonial de las ciencias humanas que se construye entre Europa y sus colonias, aspecto que a juicio del autor representa un punto ciego en Foucault y que puede ser completado a través de la categoría latinoamericana de colonialidad del poder (Castro Gómez, 2005b, 42-45). Al respecto, principia el autor por establecer, con apoyo en el trabajo de Edward Said, el concepto de colonialismo moderno, el cual se caracteriza por presentar un elemento ideológico o representacional que junto al conocido sometimiento físico garantizan el dominio imperial. Ese elemento representacional es definido como la construcción del discurso acerca del otro y la incorporación de ese discurso en las prácticas de dominados y dominadores. Esta relación afecta directamente el campo de la cultura, generando la colonialidad, que es definida como la dimensión cognitiva del poder y que complementa el colonialismo, definido como la dominación económica y militar; sin la fusión de ambas la construcción de subjetividades propias de oriente frente a occidente no serían posibles. Sin embargo, debe anotarse que no se trata solamente de un asunto de habitus o de «conciencia» sino de formas de vida y pensamiento atadas a estructuras objetivas tales como las leyes, los modelos de educación, el consumo, las instituciones, entre otras, como las ciencias humanas. Este aspecto de las ciencias merece una especial atención ya que filología, arqueología, antropología, etnología, geografía, historia y muchas otras, contribuyen a reforzar la idea convalidada en Hegel de Asia como el pasado de la civilización grecolatina que es el referente cultural más próximo de la Europa moderna como el fin último de la civilización, su punto más alto y por ende superior a todo lo anterior. De acuerdo con este esquema, todo lo anterior es tan solo preparación de la racionalidad científico técnica de la modernidad, no coetánea a esta y solo interesante en la medida que es exótica, mágica y premoderna (Castro Gómez, 2005b, 42-45). Si bien Castro-Gómez advierte que esta relación entre saber y poder ya había sido anunciada por Foucault, resulta superior, en tanto el filósofo posestructuralista no se ocupó del ámbito macro de esta relación como aquello que con Said se puede denominar como las geopolíticas del conocimiento. En este punto Said afirma que la colonialidad es un elemento constitutivo de la modernidad, que se representa a sí misma como real basada en la división geopolítica de centros y periferias, donde el centro produce el conocimiento válido caracterizado por la disciplina, la creatividad y el pensamiento abstracto, condiciones que se encuentran ausentes en el resto del mundo (pre-racional, mítico, acientífico REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 167 Sección II. Colaboradores Nacionales e imitativo). Esta idea es reforzada por las ciencias humanas a partir de los siglos XVIII y XIX que niegan el poder explicativo de las «otras voces» acompañando al proceso de expropiación económica y territorial un proceso de expropiación epistémico (Castro Gómez, 2005b, 46-47). 6. CONCLUSIONES En las líneas precedentes nos hemos preguntado acerca de la existencia de una teoría crítica en el derecho, cuestionamiento que en definitiva no puede tener una respuesta unívoca y definitiva. Más bien, podemos afirmar a esta altura, que la sociología y la teoría del derecho se han convertido en buenas experiencias de aproximación crítica a todo lo que el derecho comprende: como mecanismo de producción normativa, su práctica, su forma de enseñanza, etc. En este aspecto, los aportes de Mauricio García y César Rodríguez acerca de los elementos que una teoría crítica en el derecho debería presentar, lucen esclarecedores e incluso necesarios, pero no suficientes. Y no lo son en tanto una teoría con semejante propósito debería también ser capaz de cuestionar los paradigmas existentes y la centralidad, en cuanto a la producción intelectual que éstos representan, lo que puede lograrse a través de una mirada cultural que, además de cuestionar los fundamentos 168 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 de las formas jurídicas, se pregunte por el lugar de enunciación del discurso jurídico, la posición que ocupan sus emisores, las condiciones de su recepción, el contexto social y económico en el que es recibido, las condiciones históricas concretas de los sujetos involucrados, entre otras preguntas que, probablemente, los estudios culturales ayuden a responder. A lo largo de este artículo hemos reflexionado acerca de la capacidad de las teorías críticas de constituirse en un generador de prácticas e ideas emancipadoras, y hemos constatado aunque de manera preliminar- que autores como Fitzpatrick, Rajagopal y Benavides, desconfían con buenas razones de la capacidad emancipadora del derecho. No quiere decir lo anterior que los tres autores nieguen de manera definitiva la posibilidad emancipadora que ciertas prácticas jurídicas pueden tener. Por el contrario, lo que estos autores reconocen, especialmente los dos últimos, es que en tanto las prácticas jurídicas sean re/apropiadas directamente por los movimientos sociales pueden constituirse en herramientas de reivindicación poderosas para los mismos. Pero la distancia que estos autores marcan -y que es relevante para los efectos de este artículo- es que las teorías críticas deberían aportar elementos novedosos en la búsqueda del objetivo emancipador. Fitzpatrick se Oscar Andrés López Cortés fundamenta en elementos antropológicos que refuerzan «científicamente» la validez indiscutible de la teoría del derecho en Hart, la cual esconde los prejuicios raciales de sus fuentes. Rajagopal, muestra cómo el poder de representación de los países más ricos logran ser cooptados los avances de los movimientos sociales al integrarlos en la lógica normativa del derecho internacional de los DD HH, lo que él denomina como la lógica de producción de arriba hacia abajo; finalmente propone que los DD HH debieran mantener una perspectiva diferencial -que reconociera la diversidad cultural- y flexibilizar su noción de universalidad. Por su parte, Benavides evidencia la forma en que el discurso jurídico se convierte en un espacio de poder y de constitución de identidades subalternas para dominar; simultáneamente, objeta los estudios críticos tradicionales por mantener la visión ahistórica y eurocéntrica sobre función de los Estados en el sistemamundo, invisibilizando el carácter colonial y capitalista del derecho moderno. Los tres autores recurren a la perspectiva cultural, lo que marca una diferencia fundamental en su crítica, enriqueciendo así el banco de cuestionamientos que pueden ser formulados a propósito de las prácticas, la enseñanza, los participantes, y al discurso jurídico en general. Apelando a recursos tan variados como la crítica literaria, la etnografía institucional, el análisis histórico, el análisis del discurso; y a visiones tan extrañas a los análisis jurídicos tradicionales, estos autores buscan deconstruir los paradigmas sobre los que se basan incluso las teorías críticas en el derecho y proponer nuevos caminos comprometidos teórica y políticamente con la emancipación por la vía del derecho. Para una valoración más integral de las propuestas de estos autores, este artículo intentó describir los dos conjuntos de elementos que nutren sus teorías. En primer lugar, aquello que es objeto de sus críticas, y en segundo, los elementos teóricos fundamentales de la teoría poscolonial. 7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. ________ Posmodernidad y transmodernidad. Diálogos con la filosofía de Gianni Vattimo (1999). México: Universidad Iberoamericana Puebla. 1a edición. 2. ________ y Rodríguez, César (1993). 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REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 171 172 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Sección iii: colAborAdoreS extrAnjeroS pArt. iii: internAtionAl GueSt ArticleS REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 173 174 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 CONTROVERSIAS SOBRE DEL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS CONTROVERSES SÛR LE CONTROLE DE LA CONSTITUTIONNALITÉ DES ACTES ADMINISTRATIFS Franck Moderne** Fecha de recibido: 05.08.08 Fecha de aceptación: 15-08-08 RESUMEN * El derecho administrativo ha sido concebido como un derecho constitucional concretizado, siendo el control de constitucionalidad de los actos administrativos una consecuencia lógica de la constitucionalización del derecho administrativo. Sin embargo en Francia, por principio, el control de constitucionalidad de los actos administrativos es improcedente, habiendo rehusando el Consejo de Estado este control como una consecuencia de la ausencia original de un control de constitucionalidad respecto de las leyes en el sistema francés. El principio de la tesis se basa en una concepción de aplicación material de la ley, si un acto administrativo desarrolla una ley de la república adoptada por el parlamento, este acto escapa al control de constitucionalidad pues el juez ordinario finalizaría censurando la voluntad del representante de la soberanía, pero este principio se ha mermado en el actual orden jurídico. El desarrollo dado ha marcado una diferencia con las concepciones y principios tradicionales del derecho francés, en primer lugar, por la constitución vigente de 1958, la cual estableció el Consejo Constitucional que, con el tiempo, empezó a ejercer funciones de control de constitucionalidad, protección jurisdiccional ** * Professeur émérite à l’Université de París I (Panthéon-Sorbonne) Ensayo Jurídico REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 175 Sección III. Colaboradores Extranjeros efectiva de los mandatos superiores a la cual, en los últimos tiempos se han sumado la aplicación y las decisiones de la Corte de Justicia de las Comunidades Europeas (CJCE) y la Corte Europea de Derechos del Hombre (CEDH). Este desarrollo se encuentra en situación conexa a un punto medular en este tema, la «revition constitutionnelle du 23 juillet 2008» la reforma constitucional del veintitrés de julio de 2008, situaciones que han terminado por establecer una viabilidad en ejercicio del control y aplicación de concordancia de las normas superiores en el ordenamiento jurídico francoeuropeo. Sumado a este establecimiento de organismos de control respecto de los mandatos de orden superior, encontramos un avance jurisprudencial de parte del juez administrativo, tanto de instancia como jurisdicción suprema. Vemos entonces como esta evolución se ha gestado, intentando superar una prohibición del esquema tradicional con un mandato del ordenamiento contemporáneo y, más que una abrogación de competencias por parte del juez ordinario, podríamos pensar en una auténtica integración de las ramas del poder público, donde ninguna se encuentra por encima de las otras pero sí interconectadas en sus funciones, especialmente a través del marco jurídico político supremo, la constitución. 176 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 PALABRAS CLAVE Control de constitucionalidad, actos administrativos, unión europea, derecho administrativo francés. ABSTRACT The administrative law has been conceived as a concrete constitutional right, being the constitutional control of administrative acts as a logical consequence of the constitution of administrative law, however in France, on principle, the constitutional control of administrative acts is inadmissible, the State Council have refuse this control as a result of an original absence of constitutional control respect to the laws in the french system. The thesis is based on a conception of application of the law, if an administrative act develops a republic law adopted by parliament; this act is beyond the control of constitutionality because the regular judge would end censuring the will of the representative of sovereignty, but this principle has been eroded in the current legal order. The development about this topic, has made a difference with the traditional concepts and principles of french law, in the first place by the constitution of 1958 which established the Constitutional Council which began to exercise control of constitutionality, effective judicial protection and in Franck Moderne recent times the implementation and decisions of the Justice Court of European Communities and the European Court of Human Rights. This development is related to a situation in this core issue, the «révision constitutionnelle du 23 juillet 2008» a constitutional reform of 23th of july 2008, situations that have been completed to establish a viable exercise in control and implementation of matching the superior standards in the european legal system. as higher jurisdiction; then we see this development as it has been brewing, trying to overcome a prohibition of the traditional pattern with a mandate of the contemporary legal system, and more than an abrogation of power from the ordinary judge, we could think of an authentic integration of the branches of public power where none is above the other and which are interconnected in their duties, particularly through the supreme legal and political framework, the constitution. This establishment of monitoring organizations respect of the mandates of higher order we find a jurisprudential breakthrough from the administrative judge, both as a court of first instance, KEYWORDS: Constitutionality control, administrative acts, European Union, french administrative law. 1. L’ARTICLE: Le débat sur le contrôle constitutionnel des actes administratifs n’a rien de nouveau dans le droit administratif français contemporain. Que le droit administratif, tel qu’il s’est forgé en France, se trouve étroitement lié au droit constitutionnel constitue une affirmation classique depuis le XIXème siècle, dans la mesure où le droit administratif a été initialement conçu comme un «droit constitutionnel concrétisé», c’est-à-dire comme le développement ou l’application concrète de la Constitution, invitée pour sa part à traiter les problèmes liés à l’organisation et au fonctionnement des pouvoirs publics dans le contexte d’un Etat de droit – ce qui ne signifie pas que le système de droit administratif serait, dans les pays qui l’ont adopté, la seule réponse juridique possible aux mandats édictés par ladite Constitution. Dans les Etats qui, comme la France, ont choisi de mettre en place un système de droit administratif spécifique, distinct du droit privé et adapté aux particularités de l’action administrative, le contrôle de la constitutionnalité des actes de l’Administration se présente historiquement comme la conséquence REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 177 Sección III. Colaboradores Extranjeros logique de l’évolution du système et plus particulièrement de la constitutionnalisation progressive de cette branche du droit public. Le Conseil d’Etat français s’est traditionnellement refusé à opérer une censure du législateur à travers le contrôle de constitutionnalité des lois, contrôle qu’il était fréquemment invité à opérer dans le cadre de l’examen de la légalité d’un acte administratif. Il avait adopté cette position de principe alors que le système constitutionnel français de l’époque ne prévoyait pas de contrôle direct de la constitutionnalité de la loi par un juge constitutionnel ad hoc (ce juge, aujourd’hui dénommé Conseil constitutionnel, n’a été institué que dans le cadre de la Constitution actuelle, celle de la Vème République de 1958). La fermeté de la position du juge administratif en ce qui concerne le contrôle de la constitutionnalité des actes administratifs qui lui étaient déférés repose sur plusieurs arguments de valeur inégale. Elle connaît toutefois certaines atténuations qui permettent au Conseil d’Etat d’opérer aujourd’hui un certain contrôle de constitutionnalité des actes de l’Administration. On étudiera donc successivement le principe, qui reste celui du refus d’un 178 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 contrôle de la constitutionnalité des actes de l’administration, et les atténuations au principe. 2. LE PRINCIPE: LE REFUS DE CONTROLER LA CONSTITUTIONNALITE DES ACTES ADMINISTRATIFS C’est un principe ancien et traditionnel du droit public français: l’acte administratif, pris pour l’exécution d’une loi votée par les représentants du peuple français, devait échapper au contrôle de constitutionnalité, contrôle qui aurait permis au juge ordinaire (juge administratif ou, éventuellement, juge judiciaire) de censurer indirectement le législateur, coupable d’avoir voté une loi inconstitutionnelle. Dans la conception française de la loi et de la hiérarchie normative lato sensu, un tel raisonnement se heurtait à des objections non seulement politiques mais théoriques, qui n’ont été surmontées que partiellement et à une date récente. La persistance du refus du Conseil d’Etat français (notre juge administratif suprême) de s’engager dans la voie, jugée périlleuse, du contrôle de la constitutionnalité des actes administratifs qui lui étaient déférés (directement ou au titre de l’appel des jugements rendus par les tribunaux administratifs, juges de première Franck Moderne instance) est notable: cette attitude de réserve prudente s’est manifestée tout au long de la IIIème République (18751940) et elle a été maintenue globalement par la suite jusqu’à une date récente. A- En ce qui concerne les solutions adoptées dans le cadre de la III ème République (1875-1940). Il faut se référer aux arrêts rendus par le Conseil d’Etat dans des affaires qui ont été jugées en Section du Contentieux le 6 novembre 1938, Dame Coudert et Sieur Arrighi (Rec., p.966; D. 1938.J.31, concl. R. Latournerie, note Ch. Eisenmann; S. 1937.3.33, concl. R. Latournerie), qui sont regardés comme des arrêts de principe en la matière. Cette politique a été constamment réaffirmée depuis lors sous la IVème puis la Vème République française (on laissera de côté, pour des raisons évidentes, le régime de Vichy, institué entre 1940 et 1945 sous l’égide du Maréchal Pétain, qui ne répondait pas aux exigences minimales d’un régime constitutionnel et démocratique dans des circonstances, il est vrai, exceptionnelles). On mentionnera par exemple l’arrêt d’Assemblée du 20 octobre 1989, Mme Roujansky (Rec., p. 135; JCP 1989.II.21371, concl. P. Frydman; RFDA 1989, p. 993). Elle avait été étendue logiquement aux actes considérés comme ayant force de loi, par exemple les «lois» édictées par le Gouvernement de Vichy (Cons. d’Et. 22 mars 1944, Vincent, Rec., p. 417; S. 1945. p. 353, concl. H. Detton, note R.E. Charlier), les «ordonnances» du Comité Français de Libération Nationale ou du Gouvernement Provisoire de la République Française pendant la période de transition séparant la fin de la II ème Guerre Mondiale et les débuts de la IV ème République (Cons. d’Et. 22 févr. 1946 Botton, Rec, p. 58; S. 1946.3.56, note P.H.), les ordonnances prises par le gouvernement en vertu de l’article 38 de la Constitution et ratifiées par le Parlement (Cons. d’Et. 7 févr. 1994, Ghez, Rec., p. 55;AJDA 1994, p. 412, note G. Guglielmi; Cons. d’Et. 29 oct. 2004, Sueur, Rec., p. 393, concl. D. Casas; BJCP 2005, n°38, p.65, obs. C.M.; AJDA 2004, p.2383, chron. C. Landais et F. Lenica; CMP, déc. 2004, p.20, note G. Eckert; Dr. adm. 2005, n°3, note A. Ménéménis), les lois référendaires (Cons. d’Et., Ass., 19 oct. 1962, Canal, Robin et Godot, Rec., p.552; GAJA, 15 ème éd. Dalloz 2007, n°83, p. 564, obs. de MM. Long, Weil, Braibant, Delvolvé et Genevois), les décisions à caractère législatif prises par le Président de la République en vertu de l’article 16 de la Constitution de la Vème République (1958) (Cons. d’Et. Ass., 2 mars 1962, Rubin de Servens et autres, Rec., p.143; GAJA n°82, p. 555, obs. de MM. Long, Weil, Braibant, Delvolvé, Genevois; JCP 1962.II.12613, concl. Henry; AJDA 1962. p.214; chron. J.M. Galabert et M. Gentot; D. 1962.J.109, chron. J. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 179 Sección III. Colaboradores Extranjeros Morange; JCP 1962.I.17111, chron. J. Lamarque; RDP 1962, p. 288, chron. G. Berlia; S. 1962.147, note J. Bourdoncle). Sur le plan théorique, la question avait été débattue. Le refus du Conseil d’Etat de statuer sur les exceptions d’inconstitutionnalité soulevées devant lui à l’occasion d’un procès administratif n’était-il pas contraire au principe bien connu du droit processuel (qu’il soit public ou privé) selon lequel «le juge de l’action est juge de l’exception» - ce qui lui permet de se prononcer sur l’exception éventuellement soulevée devant lui et de régler définitivement le procès? Pourquoi le juge administratif ne bénéficierait-il pas de ce raisonnement? Sous réserve, bien entendu, que la solution retenue n’ait d’incidence que sur le procès en cours? B-Dans le cadre de nouveaux textes constitutionnels correspondant à la IVème République (1946-1958) et à la Vème République (1958-2008). Le refus du juge administratif de contrôler par voie d’exception la constitutionnalité de la loi a été globalement maintenu. Au demeurant, la Constitution de 1958 (aujourd’hui en vigueur) a organisé un contentieux spécifique de la constitutionnalité de la loi mais elle l’a confié à un juge ad hoc, le Conseil constitutionnel, et non au juge de droit commun, administratif ou judiciaire. 180 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Dès lors, le Conseil d’Etat a souligné, dans un arrêt d’Assemblée du 4 février 1949, Chambre syndicale des agents généraux d’assurance de la Martinique, (Rec., p. 49), que le moyen fondé sur la contrariété entre une disposition législative et la Constitution «n’est pas de nature à être utilement présenté devant la juridiction contentieuse». Si le Conseil constitutionnel est spécifiquement chargé du contrôle éventuel de la constitutionnalité des lois, dans le système adopté par les constituants de 1958, ce contrôle s’exerce avant la promulgation du texte législatif et les autres juges ne sauraient lui faire concurrence sur ce terrain par la voie de l’exception. D’autres arguments ont été invoqués dans le même sens. Par exemple, l’exclusion d’un contrôle de constitutionnalité de la loi par le juge ordinaire (judiciaire ou administratif) permet d’éviter les conflits entre le juge et le législateur et de permettre par exemple au Conseil d’Etat, juge administratif suprême dans l’ordre juridique français, de se consacrer à sa tâche première qui est le contrôle de l’administration – ou encore un tel raisonnement évite au Conseil d’Etat (ou à la Cour de cassation, dans l’ordre judiciaire) d’entrer dans le jeu délicat des appréciations politiques sous le couvert d’un contrôle –même par voie d’exception- de la constitutionnalité de la loi. Le domaine des droits –non Franck Moderne seulement les droits traditionnels mais aussi et surtout les nouvelles libertés économiques et sociales reconnus par les textes constitutionnels de 1946 et 1958 – comporte à et égard bien des incertitudes et des zones d’ombre qui rendent plus aléatoire et plus contestable un contrôle, même indirect, de la constitutionnalité de la loi et son exploitation en dehors de la sphère du droit. On ne s’étonnera donc pas qu’un arrêt d’Assemblée du Conseil d’Etat en date du 5 mars 1999 Rouquette (Rec., p. 37; RFDA 1999, p. 357, concl. Chr. Maugüé, note D. de Béchillon et Ph. Terneyre; RDP 1999, p. 1223, obs. Ph. Camby) ait repris la formulation classique selon laquelle «il n’appartient pas au Conseil d’Etat statuant au contentieux s’apprécier la conformité de la loi au principe constitutionnel d’égalité devant les charges publiques». Bien que réaffirmé, ce principe va outefois connaître des atténuations ou limitations qui en réduisent la portée en droit positif français. 3. LES ATTENUATIONS AU PRINCIPE Diverses atténuations ont été en effet apportées à l’assertion traditionnelle. D’autres sont prévisibles dans le contexte de la dernière révision constitutionnelle. Si le principe est maintenu, sa portée se trouvera très vraisemblablement amoindrie dans l’ordre juridique qui s’annonce. Certains modes de raisonnement utilisés par les juges nationaux ont eu pour objectif et pour effet de resituer le problème du contrôle de la constitutionnalité des actes administratifs dans le nouveau contexte politico-juridique de la Constitution de 1958, actuellement en vigueur, en liaison avec les nouvelles données qui résultent de la construction européenne dans ses deux principales dimensions, l’Europe communautaire et l’Europe des droits de l’homme, dotées l’une et l’autre d’une protection juridictionnelle effective et efficace, par le biais de la Cour de Justice des Communautés Européennes (CJCE) et de la Cour Européenne des Droits de l’Homme (CEDH). D’autres facteurs, liés à la récente révision constitutionnelle du 23 juillet 2008, joueront vraisemblablement un rôle important dans l’évolution qui nous paraît la plus probable. A-Les techniques jurisprudentielles favorisant l’intervention du juge administratif en matière de contrôle de constitutionnalité des actes administratifs. Plusieurs jurisprudences du Conseil d’Etat français ont permis à notre juge administratif de pénétrer (au moins partiellement) dans un domaine qui paraissait lui être interdit a priori. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 181 Sección III. Colaboradores Extranjeros On se bornera à les mentionner, sans entrer dans le détail de l’analyse. Certaines de ces techniques relèvent de politiques jurisprudentielles élaborées par le Conseil d’Etat lui-même ou de pratiques des gouvernements en place quant au maniement de la distinction loi-règlement, qui est l’un des axes majeurs de notre système juridique dans le contexte de la Constitution de 1958. D’autres font intervenir des conceptions remaniées de la hiérarchie normative, en liaison notamment avec l’insertion de la France dans l’ordre juridique communautaire. 1° - Les considérations afférentes au jeu des normes internes. Il est évident que les interventions respectives du juge constitutionnel français (le Conseil constitutionnel) et du juge administratif (le Conseil d’Etat) sont tributaires au premier chef de la division constitutionnelle classique entre la loi et le règlement, laquelle constitue l’un des apports essentiels de la Constitution française de 1958 dans le champ de la théorie des normes. Il est non moins évident que la manière dont le juge saisi examine les actes qui lui sont déférés a également une incidence sur la portée du contrôle de 182 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 constitutionnalité susceptible d’être exercé. a) La répartition des matières entre la loi et le règlement a fait l’objet en droit français, d’abondantes controverses, dans le contexte de la nouvelle Constitution de 1958. Il est évidemment que la rédaction de la nouvelle charte constitutionnelle, liée à l’avènement de la Vème République, allait donner lieu à des interprétations évolutives susceptibles d’influer immédiatement –et d’une manière décisive- sur la répartition des compétences entre le juge constitutionnel (juge de la loi) et le juge administratif (juge des actes administratifs). La qualification exacte de l’acte litigieux au regard de la distinction constitutionnelle entre loi et règlement est en effet déterminante quant à la nature du contrôle juridictionnel exercé. La politique jurisprudentielle en la matière est de nature à exposer ou à soustraire l’acte en cause à un examen de constitutionnalité. C’est ainsi que la politique des «ordonnances», actes pris par le pouvoir exécutif dans des domaines relevant normalement de la compétence du législateur, et avec l’autorisation expresse de celui-ci (on parle parfois de «législation administrative»), conduit inévitablement à une intervention au contentieux du juge administratif, juge Franck Moderne naturel de l’exécutif. On songe particulièrement aux ordonnances prises par le gouvernement en vertu d’une autorisation expresse du législateur (art. 38 de la Constitution de 1958) (v. en ce sens Cons. d’Et., Ass., 24 nov. 1961, Fédération Nationale des syndicats de police, Rec., p. 658; AJDA.1962, p. 114, note J.T.; S. 1963, p. 59, note L. Hamon; D. 1962.J.424, note M. Fromont; Cons. d’Et. 29 oct. 2004, Sueur, Rec., p.393, concl. D. Casas., obs. C.M.; AJDA 2004, p. 2383, chron. C. Landais et F. Lenica; Cah. march. publ. déc. 2004, p. 20, note G. Eckert; Dr. adm. 2005, n°3, 4 et 5, note A. Ménéménis, etc.). Mais ce n’est pas là un exemple unique (v. N. Molfessis, «Les ordonnances de la XII ème Législature 2002-2007; l’avénement de la législation administrative», Dossier spéc. Législation, Jurisclasseur, sept. 2007, p. 1)1. La recevabilité du recours pour excès de pouvoir a été ainsi admise à propos d’autres actes relevant sans doute du domaine de la loi mais pris par des autorités administratives dûment habilitées à cet égard. Dans le même ordre d’idées, le basculement d’un acte d’une catégorie dans l’autre, à la suite d’une intervention du juge constitutionnel appelé à déterminer s’in s’agit d’un acte administratif ou d’un acte législatif, est de nature à provoquer ou à interdire le 1 contrôle du juge administratif ou celui du juge constitutionnel. Une certaine marge de manœuvre est ainsi laissée au juge constitutionnel en ce qui concerne par exemple la nature des décrets pour lesquels l’intervention du Conseil des ministres est requise par la loi de référence: le Conseil constitutionnel y a vu en définitive des actes de nature réglementaire, relevant au contentieux à ce titre du juge administratif – et non des actes de nature législative susceptible d’un contrôle de constitutionnalité par le juge constitutionnel normalement compétent. b) Il appartient par ailleurs au juge ordinaire de contrôler lui-même l’existence de la loi. Ce pouvoir lui a été reconnu depuis le siècle dernier au profit du juge pénal (Crim. 11 mai 1833, S. 1833.1.357, concl. Voysin de Gartempe), et au profit du juge administratif (Cons. d’Et. 2 déc. 1854, Dame Vve Massois, DP 1858.5.568). Le juge ordinaire s’est également attribué le droit de déclarer abrogée une loi dont le maintien dans l’ordre juridique n’eût pas été aisément compatible avec l’édiction d’un nouveau texte constitutionnel. Le Conseil d’Etat, tout comme la Cour de Cassation, ont utilisé à l’occasion ce procédé (B Genevois, «Le Conseil d’Etat n’est pas le censeur de la loi au regard de la On rappellera à ce propos que la ratification des ordonnances prises par le gouvernement au titre de l’article 38 de la Constitution a pour objet de leur conférer la qualité d’actes législatifs, échappant ainsi au contrôle de légalité exercé par le juge administratif; les ordonnances prises par le Président de la République dans le cadre de circonstances exceptionnelles relèveraient de la même analyse. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 183 Sección III. Colaboradores Extranjeros Constitution», RFDA 2000, p.715 s., not. p. 720). c) On observera enfin que les techniques d’interprétation adoptées par le juge administratif ou judiciaire dans le contexte de leurs compétences juridictionnelles respectives, peuvent contribuer à mieux situer l’acte contrôlé dans l’ordre juridique, et ont ainsi indirectement une incidence sur le problème du contrôle de la constitutionnalité des actes administratifs. Mais ces techniques ne jouent qu’un rôle d’appoint (B. Genevois, op. cit., p. 721 et les arrêts cités). 2° - Les considérations liées à l’insertion de la France dans l’ordre juridique communautaire européen On fait allusion ici à un arrêt d’Assemblée du Conseil d’Etat en date du 8 février 2007, Société Arcelor Atlantique et Lorraine et autres (RFDA 2007, p. 601, chron. T. Rambaud et A. Roblot-Troizier; AJDA 2007, p.577, chron. F. Lenica et J. Boucher; D. 2007.J.2742, étude P. Deumier; JCPAdm-Coll. terr. 12 févr. 2007, n°7, p. 3; RDP 2007, p. 1031, étude J. Roux; RFDA 2007, p. 384, concl. M. Guyomar; ibíd., p. 789, étude M. Canedo-París ; ibíd., p. 564, étude A. Levade; Europe mars 2007, n°3, étude D. Simon; RDEP 2007, n°6, p. 298, note B. Plessix), dans lequel le Conseil d’Etat a accepté de contrôler la constitutionnalité du droit communautaire dit «dérivé», à l’occasion 184 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 d’un recours contre un règlement de transposition d’une directive communautaire. La haute juridiction administrative française a accepté de contrôler la constitutionnalité d’un acte administratif interne, un règlement de transposition d’une directive communautaire (dont il reconnaîtra en définitive la validité). Certes, il ne s’agit pas d’un contrôle de constitutionnalité de la loi elle-même et la primauté de la Constitution française dans l’ordre juridique interne n’est pas remise en cause: le litige portait sur la légalité d’un décret pris pour l’application d’une directive communautaire et relatif à un système d’échange de quotas d’émission de gaz dits «à effet de serre», c’est-à-dire susceptibles d’accentuer le réchauffement de l’atmosphère et d’avoir ainsi une incidence sur le développement de la vie animale et végétale à la surface de la planète. Le décret, selon les requérants, était contraire notamment à certains principes constitutionnels parmi les plus classiques (le droit de propriété, la liberté d’entreprendre, le principe d’égalité); ils en avaient demandé l’abrogation aux autorités administratives compétentes et ils attaquaient le silence que leur avaient opposé lesdites autorités. Or le décret dont l’abrogation était demandée était la réplique exacte de la directive communautaire du 25 octobre 2003 (directive n°2003/87 CE), relative à un système d’échange de quotas de gaz à effet de serre, dans le Franck Moderne cadre de l’Europe communautaire – de sorte que le contrôle du décret impliquait indirectement mais nécessairement celui d’une directive communautaire au regard de la Constitution française; en l’absence de toute loi de transposition de la directive en cause, le juge administratif était amené à contrôler de ce fait la constitutionnalité de la directive de référence; le décret de transposition directe n’étant pas protégé par une loiécran, sa constitutionnalité pouvait être directement contestée devant le juge compétent, c’est-à-dire ici le juge administratif. Le contrôle de constitutionnalité opéré dans ces conditions par la juridiction administrative met en jeu l’article 88-1 de la Constitution française du 4 octobre 1958 (révision constitutionnelle de 1992), selon lequel «la République participe aux Communautés européennes et à l’Union européenne, constituées d’Etats qui ont choisi librement, en vertu des traités qui les instituent, d’exercer en commun certaines de leurs compétences». De cet article découle, rappelons-le, une exigence constitutionnelle de transposition des directives communautaires (Cons. const. 10 juin 2004, Loi sur la confiance dans l’économie numérique, Rec., p.101; RFDA 2004, p. 651, obs. B. Genevois; AJDA 2004, p. 1534, notes J. Arrighi de Casanova, M. Gautier et F. Melleray; ibíd., p.1937, note D. Chamussy; D. 2005.J.199, note S. Mouton; RFDA 2005, p. 465, étude P. Cassia; RFDC 2005, p. 147, étude O. Dupéré; RTDE 2005, p. 597, étude E. Sales; v. aussi Cons. const. 27 juill. 2006, Loi relative au droit d’auteur et aux droits voisins dans la société de l’information, D. 2006.J.2878, note X. Magnon; Dr. adm. 2006, n° 155, note P. Cassia et E. Saunier-Cassia). On rappellera à cet égard que le juge constitutionnel s’est reconnu compétent, dans cette dernière décision, pour vérifier que le texte de transposition n’allait pas «à l’encontre d’une règle ou d’un principe inhérent à l’identité constitutionnelle de la France», - et qu’il ne comportait pas de dispositions manifestement incompatibles avec le contenu de la directive à transposer (Cons. const. 30 nov. 2006, Loi relative au secteur de l’énergie; RJEP 2007, p. 41, note P.A. Molina; Contrats et marchés publics 2007, comm. 24, note G. Eckert; JCP,A.2014, note G. Drago; JCP 2007.J.120, chron. B. Plessix; AJDA 2007, p. 192; ibíd., p.473, note G. Marcou; Petites Affiches 7 mars 2007, p. 4, note G. Quiot). La signification de la politique jurisprudentielle du Conseil d’Etat a fait l’objet de controverses: la haute juridiction administrative exerce ce nouveau contrôle d’un décret de REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 185 Sección III. Colaboradores Extranjeros transposition d’un directive communautaire en acceptant de donner sa pleine portée à la primauté du droit (et du juge) communautaire; elle se heurte en conséquence au principe de suprématie constitutionnelle dans l’ordre juridique interne. Si la règle constitutionnelle ainsi heurtée par la directive à transposer est spécifique à l’ordre juridique français, elle l’emportera sur la directive contestée; si cette règle n’est pas spécifique et trouve une protection équivalente dans le droit communautaire, le contrôle de constitutionnalité du décret de transposition s’efface au profit des mécanismes de contrôle internes à l’ordre juridique communautaire. Ainsi le juge administratif national est invité, afin de s’assurer de la constitutionnalité du décret de transposition attaqué devant lui, à rechercher si la directive transposée est ou non conforme à la règle ou au principe général du droit communautaire servant de référence adéquate (s’il y a lieu, il conviendra de saisir la Cour de Justice des Communautés Européennes); en revanche, en l’absence de règle ou de principe général du droit communautaire susceptible de servir de référence, «il revient au juge administratif d’examiner directement la constitutionnalité des dispositions réglementaires contestées». La solution n’est applicable que dans l’hypothèse où la transposition de la 186 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 directive communautaire est opérée directement en droit interne par un acte de nature réglementaire, sans qu’une loi de transposition soit susceptible de faire écran entre la directive à transposer et l’acte réglementaire attaqué pris pour l’application de la loi de transposition. On observera au passage que le juge administratif, dans l’arrêt du 8 février 2007, Société Arcelor-Atlantique et Lorraine et autres, ne fait pas allusion aux règles et principes inhérents à «l’identité constitutionnelle de la France», notion il est vrai difficile à appréhender, mais préfère se référer à des principes plus concrets et donc, a priori, plus faciles à mettre en œuvre par le juge compétent. D’autres éléments du débat sont à prendre en considération avec l’adoption de la loi constitutionnelle du 23 juillet 2008. B-Les incidences de la révision constitutionnelle du 23 juillet 2008. La loi constitutionnelle du 23 juillet 2008 porte révision de la Constitution de 1958 dans l’objectif d’une modernisation des institutions de la Vème République (v. par ex. le dossier Semaine juridique du 30 juillet 2008, et notamment A. Roux, «Le nouveau Conseil constitutionnel. Vers la fin de l’exception française» ibíd.I, 175) Franck Moderne Dans la conception traditionnelle du droit administratif français, on le sait, le Conseil d’Etat en tant que juge administratif n’est pas chargé du contrôle de constitutionnalité de la loi. Il exerce sans doute une fonction contentieuse en sa qualité de juge administratif, mais son contrôle porte sur les actes administratifs pris pour l’application des lois votées par le Parlement dans les conditions prévues par la Constitution. C’est le Conseil constitutionnel –et seulement depuis la Constitution de 1958, celle de la Vème République, qui est chargé du contrôle de la constitutionnalité des lois, et encore ce contrôle doit-il être préventif, c’est-à-dire être exercé avant la promulgation de la loi contestée. La loi promulguée échappe donc en principe à tout contrôle de constitutionnalité. droits et libertés que la Constitution garantit, le Conseil constitutionnel peut être saisi de cette question sur renvoi du Conseil d’Etat ou de la Cour de cassation qui se prononce dans un délai déterminé». Une loi organique détermine les conditions d’application du présent article. Cela dit, la révision constitutionnelle adoptée par la loi du 23 juillet 2008 a modifié quelques aspects du problème, en instituant notamment une question préjudicielle de constitutionnalité, dire parfois (mais à tort) «exception d’inconstitutionnalité»2. On rappellera par ailleurs que les «décisions du Conseil constitutionnel ne sont susceptibles d’aucun recours» et qu’«elles s’imposent aux pouvoirs publics et à toutes les autorités administratives et juridictionnelles» (art. 62, al. 3 de la Constitution). Selon le nouveau système (art. 61-1 de la Constitution), «lorsque, à l’occasion d’une instance en cours devant une juridiction, il est soutenu qu’une disposition législative porte atteinte aux Il faut donc attendre qu’une loi organique vienne préciser les modalités de fonctionnement du nouveau système –et il faudra également attendre une jurisprudence significative 2 Aux termes de l’article 62 nouveau de la charte constitutionnelle, «Une disposition déclarée inconstitutionnelle sur le fondement de l’article 61-1 est abrogée à compter de la publication de la décision du Conseil constitutionnel ou d’une date ultérieure fixée par cette décision. Le Conseil constitutionnel détermine les conditions et limites dans lesquelles des effets que la disposition a produits sont susceptibles d’être remis en cause. A Roux («Le nouveau Conseil constitutionnel. Vers la fin de l’exception française», JCP, ed. G., 30 juill. 2008, n°31-35,I,175) fait observer avec raison que l’expression «exception d’inconstitutionnalité» devrait être réservée aux systèmes qui, tel le système appliqué aux Etats-Unis, permettent «au juge de l’action d’être également juge de l’exception» -ce qui n’est pas le cas dans le nouveau système français (entre autres), où le juge saisi d’un recours en tant que juge du fond doit renvoyer la question de constitutionnalité dont il est saisi par voie «d’exception» au juge spécifiquement chargé du contrôle de la constitutionnalité (v. aussi G. Alberton, «Peut-on encore dissocier exception d’inconstitutionnalité et exception d’inconventionnalité?», AJDA 26 mai 2008, p. 967 s.). REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 187 Sección III. Colaboradores Extranjeros du Conseil constitutionnelle pour en tirer les premiers enseignements. Pour l’instant, on en est réduit aux conjectures. La question préjudicielle de constitutionnalité devrait permettre en toute hypothèse de combler une lacune dans notre Etat de droit: - Les normes constitutionnelles susceptibles d’être invoquées à l’encontre de la loi dont la constitutionnalité est ainsi contestée sont toutes celle qui figurent dans le corps même de la Constitution, mais aussi celles du Préambule et, par l’intermédiaire de celui-ci, celles de la Déclaration des droits de l’Homme et du Citoyen de 1789, celles du Préambule de Constitution de 1946 (IVème République) et celles de la Charte de l’Environnement de 2003; - Une disposition ainsi déclarée inconstitutionnelle sur renvoi préjudiciel se trouve ipso facto abrogée, mais il appartient au juge constitutionnel de déterminer éventuellement de manière plus précise les effets de cette abrogation, qui n’est pas nécessairement immédiate. - Le juge constitutionnel ne pourra être saisi que sur le renvoi du Conseil D’Etat (juge suprême dans l’ordre administratif) ou de la Cour de cassation (juge suprême dans l’ordre judiciaire). Il appartient donc à ces 188 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 hautes juridictions d’assurer un filtrage des recours en se prononçant sur la recevabilité et le bien-fondé des demandes qui leur seraient adressées sur ce terrain par les justiciables. Il est difficile, en l’absence actuelle de loi organique précisant les modalités d’application des nouvelles dispositions constitutionnelles, de déterminer avec exactitude dans quelle mesure la pratique de la question préjudicielle de constitutionnalité influera sur les modalités du contrôle de constitutionnalité des actes administratifs. Mais il paraît évident que si le juge saisi de la légalité d’un acte administratif estime que cet acte a été pris dans le cadre et pour l’application d’une loi fortement suspectée d’inconstitutionnalité, il aura la tentation de saisir le Conseil d’Etat ou la Cour de cassation, selon le cas, pour les inviter à soumettre la difficulté au Conseil Constitutionnel. On peut donc admettre a priori que la dernière réforme constitutionnelle aura pour incidence inévitable, à court ou à moyen terme, de renforcer le contrôle de constitutionnalité des lois ordinaires et, par ce biais, des actes administratifs pris pour l’application de ces lois. Acceptons-en l’augure. Comme on le voit, le système français de contrôle de la Franck Moderne constitutionnalité des actes administratifs est en pleine mutation. Les instruments de ce contrôle se sont diversifiés. Le juge constitutionnel, saisi par la voie de la question préjudicielle de constitutionnalité, devra élaborer et affiner une politique cohérente en la matière. Il appartiendra aux juridictions administratives et judiciaires, dans le cadre de leurs compétences respectives, de déterminer, en amont, quels sont les textes législatifs qui leur paraissent mériter un examen spécifique de constitutionnalité et, en aval, quelles seront les conséquences immédiates ou médiales d’une déclaration d’inconstitutionnalité. Il conviendra également d’intégrer dans le nouveau dispositif les données apportées à un titre ou à un autre par les juridictions européennes et notamment par la Cour de Justice des Communautés Européennes ou par la Cour Européenne des Droits de l’Homme. Des adaptations, des mises au point, des réorientations, voire des révisions, sont donc à prévoir dans notre système juridique. La France est aujourd’hui entrée à cet égard dans une ère de turbulence. Franck Moderne REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 189 190 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 INSTRUCTIVO PARA AUTORES PRINCIPIA IURIS Principia Iuris es la revista institucional impulsada por la Facultad de Derecho de la Universidad Santo Tomás seccional Tunja, y su cuerpo docente, con periodicidad semestral, que publica artículos inéditos como producto definitivo o parcial de los resultados de investigaciones en el campo Socio-Jurídico, así como reflexiones y memorias en las áreas del conocimiento social, histórico, cultural y político, con el propósito de hacerlos visibles ante la comunidad nacional e internacional, en un esfuerzo por socializar los resultados en las investigaciones de la comunidad académica y con la expectativa de contribuir con el desarrollo del bienestar social. Criterios de los artículos que se presenten a consideración del comité editorial para su publicación: 1. Los artículos deben ser originales y contener una extensión de 12 a 25 páginas, en formato carta, fuente Arial 12, espacio 1 y ½ y con márgenes no inferiores a 3 cm. 2. En una nota o pie de página superpuesta al nombre del autor al inicio del artículo, debe mencionarse cargo e institución en que labora, máximo título académico obtenido, correo electrónico, nombre del proyecto y estado de la investigación, grupo de investigación al cual pertenece y la clase de artículo que es. (Lo anterior teniendo en cuenta la tipología de COLCIENCIAS: • • • Artículo de investigación científica y tecnológica: presenta, de manera detallada, los resultados originales de proyectos terminados de investigación. Estructura: introducción, metodología, resultados y conclusiones. Artículo de reflexión: presenta resultados de investigación terminada desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales. Artículo de revisión: resultado de una investigación terminada donde se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones publicadas REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 191 o no publicadas, sobre un campo en ciencia, con el fin de dar cuenta de los avances y las tendencias de desarrollo. Se caracteriza por presentar una cuidadosa revisión bibliográfica de por lo menos 50 referencias.) 3. Presentación del artículo con título (15 palabras máximo), subtítulo opcional y nombre del autor. 4. El cuerpo del artículo debe contener las siguientes características: • Resumen (no podrá ser inferior a 100 ni tampoco exceder 200 palabras) • Palabras Clave: se deben registrar mínimo 4, máximo 7 palabras. • Abstract: Será la traducción del resumen, en la que el autor vele por conservar el sentido del mismo. • Keywords: Debe corresponder a las palabras clave consignadas en español conservando la esencia del significado en el texto. • Introducción • Desarrollo del trabajo • Resultados (sólo en el caso de un artículo de investigación. • Conclusiones • Bibliografía 5. Referencias Bibliográficas: Se utilizará el sistema APA (American Psychological Association) para las citas de referencia, como aparece en la revista IUSTA No. 29 páginas 163 - 168: CITAS DE REFERENCIA EN EL TEXTO (Cita textual) El estilo APA requiere que el autor del trabajo documente su estudio a través del texto, identificando autor y fecha de los recursos investigados. Este método de citar por autor fecha (apellido y fecha de publicación), permite al lector localizar la fuente de información en orden alfabético, en la lista de referencias al final del trabajo. A. Ejemplos de citar en el texto una obra por un autor: 1. De acuerdo a Meléndez Brau (2000), el trabajo afecta los estilos de ocio… 2. En un estudio sobre la influencia del trabajo sobre los estilos de ocio… (Meléndez Brau, 2000). 3. En el año 2000, Meléndez Brau estudió la relación entre los estilos de ocio y el trabajo… Cuando el apellido del autor forma parte de la narrativa, como ocurre en el ejemplo 1., se incluye solamente el año de publicación de artículo entre paréntesis. En el 192 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 ejemplo 2., el apellido y fecha de publicación no forman parte de la narrativa del texto, por consiguiente se incluyen entre paréntesis ambos elementos, separados por una coma. Rara vez, tanto la fecha como el apellido forman parte de la oración (ejemplo 3.), en cuyo caso no llevan paréntesis. B. Obras con múltiples autores: 1. Cuando un trabajo tiene dos autores (as), siempre se cita los dos apellidos cada vez que la referencia ocurre en el texto. 2. Cuando un trabajo tiene tres, cuatro o cinco autores, se citan todos los autores la primera vez que ocurre la referencia en el texto. En las citas subsiguientes del mismo trabajo, se escribe solamente el apellido del primer autor seguido de la frase «et al.» y el año de publicación. Ejemplos: Ramírez, Santos, Aguilera y Santiago (1999) encontraron que los pacientes… (primera vez que se cita en el texto). Ramírez et al. (1999) concluyeron que… (próxima vez que se menciona en el texto). 3. Cuando una obra se compone de seis o más autores (as), se cita solamente el apellido del primer autor seguido por la frase «et al.» y el año de publicación, desde la primera vez que aparece en el texto. (En la lista de referencias, sin embargo, se proveen los apellidos de todos los autores.) 4. En el caso que se citen dos o más obras por diferentes autores en una misma referencia, se escriben los apellidos y respectivos años de publicación separados por un punto y coma dentro de un mismo paréntesis. Ejemplo: En varias investigaciones (Ayala, 1994; Conde, 1996; López & Muñoz, 1999) concluyeron que… C. Citas literales: Todo el texto que es citado directamente (palabra por palabra) de otro autor requiere de un trato diferente para incluirse en el texto. Al citar directamente, se representa la cita palabra por palabra y se incluye el apellido del autor, año de publicación y la página en donde aparece la cita. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 193 1. Cuando las citas directas son cortas (menos de 40 palabras), éstas se incorporan a la narrativa del texto entre comillas. Las normas de la APA no aclaran si ese texto debe ir en cursiva o no, desde mi punto de vista si el texto va corrido dentro de un párrafo más amplio se deja en letra normal, pero si se destaca con dos puntos y aparte entonces debe poner en cursiva. Ejemplo: «En estudios psicométricos realizados por la Universidad de Connecticut, se ha encontrado que los niños tienen menos habilidades que las niñas» (Ferrer, 1986, p.454). 2. Cuando las citas directas constan de 40 o más palabras, éstas se destacan en el texto en forma de bloque sin el uso de comillas. Comienza este bloque en una línea nueva, sangrando las mismas y subsiguientes líneas a cinco espacios (se puede utilizar el Tabulador). El bloque citado se escribe a doble espacio. Ejemplo: Miele (1993) encontró lo siguiente: El «efecto de placebo» que había sido verificado en estudio previo, desapareció cuando las conductas fueron estudiadas de esta forma. Las conductas nunca fueron exhibidas de nuevo aún cuando se administran drogas verdaderas. Estudios anteriores fueron claramente prematuros en atribuir los resultados al efecto placebo (p. 276). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS AL FINAL DEL DOCUMENTO La lista bibliográfica según el estilo APA guarda una relación exacta con las citas que aparecen en el texto del trabajo. Solamente se incluyen aquellos recursos que se utilizaron para llevar a cabo la investigación y preparación del trabajo y que, por tanto, están citados en el cuerpo del mismo tal y como se veía en el apartado anterior. • La lista bibliográfica se titulará: Referencias bibliográficas o Referencias. • La lista tiene un orden alfabético por apellido del autor y se incluye con las iniciales de sus nombres de pila. • Debemos sangrar la segunda línea de cada entrada en la lista a cinco espacios (utilice la función sangría francesa del procesador de palabras). 194 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • Los títulos de revistas o de libros se ponen en letra itálica; en el caso de revistas, la letra itálica comprende desde el título de la revista hasta el número del volumen (incluye las comas antes y después del número del volumen). • Se deja un solo espacio después de cada signo de puntuación. Formatos básicos generales Publicaciones periódicas (revistas) Autor, A.A. (año). Título del artículo. Título de la revista, volumen, páginas. Publicaciones no periódicas (libros) Autor, A.A. (año). Título de la obra. Lugar de publicación: Editor o casa publicadora. EJEMPLOS DE REFERENCIAS Revistas profesionales o «journals» Artículo con dos autores: • Campoy, T.J. y Pantoja, A. (2005). Hacia una expresión de diferentes culturas en el aula: percepciones sobre la educación multicultural. Revista de Educación, 336, 415 – 136. Artículo con un solo autor: • Pantoja, A. (2005). La acción tutorial en la universidad: propuestas para el cambio. Cultura y Educación, 17 (1), 67-82. Revista popular (magacín) • Sánchez, A. (2000, mayo). Bogotá: La capital más cercana a las estrellas. Geomundo, 24, 20-29. Se incluye la fecha de la publicación – el mes en el caso de publicaciones mensuales y el mes y el día en el caso de publicaciones semanales. Se incluye número de volumen REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 195 Artículos de periódicos • Ferrer, M. (2000, 14 de julio). El centro de Bellas Artes escenario para 12 estrellas de ópera. El San Juan Star, p.24 Ejemplos de referencia a libros • Pantoja, A. (2004). La intervención psicopedagógica en la Sociedad de la Información. Educar y orientar con nuevas tecnologías. Madrid: EOS. Libro con nueva edición: • Match, J. E., & Birch, J. W. (1987). Guide to successful thesis and dissertation (4th ed). New York: Marcel Dekker. Libro con autor colectivo (agencia de gobierno, asociaciones, institutos científicos, etc.): • American Psychological Association. (2001). Publication manual of the American Psychological Association (5th ed.). Washintong, DC: Author. • Cuando el autor y editor son los mismos, se utilize la palabra Authot (Autor) para identificar la casa editora. Enciclopedia: • Llorca, C. (1991). Revolución Francesa. En Gran enciclopedia RIALP. (Vol. 20, pp. 237-241). Madrid: Ediciones RIALP. Tesis de maestría no publicada • Rocafort, C. M., Sterenberg, C., & Vargas, M. (1990). La importancia de la comunicación efectiva en el proceso de una fusión bancaria. Tesis de maestría no publicada, Universidad del Sagrado Corazón, Santurce, Puerto Rico. Recursos electrónicos La World Wide Web nos provee una variedad de recursos que incluyen artículos de libros, revistas, periódicos, documentos de agencias privadas y gubernamentales, etc. Estas referencias deben proveer al menos, el título del recurso, fecha de 196 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 publicación o fecha de acceso, y la dirección (URL) del recurso en la Web. En la medida que sea posible, se debe proveer el autor del recurso. Documentos con acceso en el World Wide Web (WWW): • Brave, R. (2001, December 10). Governing the genome. Retrieved June 12, 2001, from http://online.sfsu.edu/%7Erone/GEessays/GoverningGenome.html • Suñol. J. (2001). Rejuvenecimiento facial. Recuperado el 12 de junio de 2001, de http://drsunol.com • Artículo de revista localizado en un banco de datos (ProQuest): • Lewis, J. (2001). Career and personal counseling: Comparing process and outcome. Journal of Employment Counseling, 38, 82-90. Retrieved June 12, 2002, from http://proquest.umi.com/pqdweb • Artículo de un periódico en formato electrónico: • Melvilla, N. A. (2002, 6 de junio). Descubra los poderes del ácido fólico. El Nuevo Día Interactivo. Recuperado el 12 de junio de 2002, de http://endi.com/ salud Documentos jurídicos y gubernamentales de Colombia: • Colombia, congreso Nacional de la República (2005, 29 de Junio), «Ley 960 del 28 de Junio de 2005, por medio de la cual se aprueba la Enmienda del `Protocolo de Montreal relativo a sustancias que agoten la capa de ozono’, adoptada en Beijing, China, el 3 de Diciembre de 1999", en Diario Oficial, núm. 45.955, 30 de Junio de 2005, Bogotá. • Colombia, Ministerio del Interior (2005, 29 de Febrero), «Decreto número 321 del 25 de Febrero de 2005, por el cual se crea la Comisión Intersectorial Permanente para los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario», en Diario Oficial, núm. 25.659, 5 de Julio de 2005, Bogotá. • Colombia (1997), constitución Política, Bogotá, Legis. REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 197 • Colombia, Corte Constitucional (1995, octubre), «Sentencia C – 543», M. p. Hernández Galindo, J. G., Bogotá. • Colombia, Ministerio de Educación Nacional (2005), «Estándares para el Currículo de lengua castellana» [documento de trabajo]. • Colombia (2005), Código Penal, Bogotá, Temis. (Fin cita textual) FOTOGRAFÍAS E ILUSTRACIONES Las fotografías, ilustraciones y gráficos deberán enviarse en archivos independientes del texto principal. También deberán ser identificadas como «figura» y enumeradas según el orden de utilización en el texto. La buena calidad de las ilustraciones, en la publicación se debe a la calidad de archivo enviado por el autor. Cada ilustración debe tener un pie de imagen que de cuenta de su providencia. 1. Entregar la carta de aceptación de condiciones de la revista y autenticidad del contenido del artículo. 2. Observaciones Generales. 3. Fechas y entrega de artículos. 4. Los artículos deben hacerse llegar en medio impreso y magnético al Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas de la Universidad Santo Tomás seccional Tunja. Correo electrónico: [email protected]. El comité editorial de la revista seleccionará los artículos para publicación con base en los conceptos emitidos por pares académicos en calidad de evaluadores anónimos, y en el cumplimiento de los requisitos de forma y contenido, los trabajos que no sean seleccionados, podrán ser publicados en oportunidades posteriores. 5. La revista se publica en los meses de junio y diciembre, razón por la cual los artículos pueden hacerse llegar al editor en cualquier época del año. 198 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 DECLARACIÓN DE ORIGINALIDAD DE ARTÍCULO PRESENTADO Titulo del artículo que se presenta: Área: Autor: Fecha de presentación: Por medio de esta comunicación certifico que el articulo que estoy presentando para posible publicación en la revista institucional impulsada de la Facultad de Derecho de la Universidad Santo Tomás seccional Tunja, Principia Iuris , es de mi entera autoría, siendo sus contenidos producto de mi directa contribución intelectual. Todos los datos y referencias a publicaciones hechas están debidamente identificados con su respectiva nota bibliográfica y en las citas que se destacan como tal. Por todo lo anterior, declaro que el material presentado se encuentra conforme a la legislación aplicable en materia de propiedad intelectual, y por lo tanto, me hago responsable de cualquier reclamación relacionada a esta. En caso de que el artículo presentado sea publicado, manifiesto que cedo plenamente a la Universidad Santo Tomás seccional Tunja los derechos de reproducción del mismo. Como contraprestación de la presente cesión, declaro mi conformidad de recibir (5) ejemplares del número de la revista en que aparezca mi artículo. El autor, El editor, C.C. C.C. Principia Iuris ISSN 0124-2067 REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 199 INSTRUCTIVOS PARA PARES EVALUADORES Formato de evaluación de artículos REVISTA PRINCIPIA IURIS ISSN 0124-2067 1. INFORMACIÓN DEL EVALUADOR Nombre completo: Lugar de trabajo: Cargo: Dirección: Teléfono: Título Pregrado: Títulos (s) Posgrado: Áreas de Especialidad Fecha recepción: Fecha de devolución: Título del Artículo: 200 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 Mail: 2. EVALUACIÓN DEL ARTÍCULO 2.1 TIPO DE ARTÍCULO (señale con x) • Artículo de investigación • Artículo de reflexión • Artículo de revisión • Otros (indique cuál) 2.2 INTERÉS PARA EL LECTOR (Señale con x) • Aporte de nuevos datos e información • Aporte nuevas interpretaciones o argumentaciones • Aporte por compendio, síntesis o revisión • Aporte teórico • Aporte metodológico • Revisión exhaustiva de bibliografía • Sin mucho interés • Otro comentario: 2.3 ESTRUCTURA Y CONTENIDO DEL ARTÍCULO: Califique de uno (mínimo) a cinco(máximo) cada uno de los siguientes criterios: • ¿El artículo hace una nueva e importante contribución al conocimiento por medio de material empírico y/o conceptual, o como síntesis teórica? ( ) • ¿El artículo logra el objetivo planteado? ( ) REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 201 • ¿El problema sobre el que trata está planteado de manera clara en la introducción? ( ) • ¿Las conclusiones y los resultados se relacionan con el objetivo? ( ) • ¿La presentación del argumento es clara y coherente? ( ) • ¿El argumento sustenta la conclusión? ( ) • ¿El material está presentado de manera efectiva y es adecuado para sustentar la discusión? ( ) • ¿Presenta estudios anteriores y debates sobre el tema? ( ) • ¿Las interpretaciones son convincentes? ( ) • ¿El artículo contiene, según su conocimiento, omisiones significativas o errores? • ¿Hay partes del argumento que son potencialmente erróneas, vagas o no suficientemente precisas? ( ) • Otro comentario 2.4 SOBRE LA FORMA DEL ARTÍCULO • ¿El título y el resumen reflejan adecuadamente el contenido del artículo? (Si _No_) • ¿Sugiere algún cambio? • ¿Las palabras clave son adecuadas y suficientes? (Si _ No _) • ¿Sugiere algún cambio? • ¿La longitud es adecuada? (Si _ No _) • ¿Sugiere algún cambio? • ¿Da el/la autor(a) demasiadas referencias o muy pocas? (Si _ No _) 202 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • ¿Son estas apropiadas para los puntos que intenta hacer en el texto? (Si _ No _) • ¿Hay errores obvios en la bibliografía? (Si _ No _) • ¿Se omiten fuentes importantes? (Si _ No _) 2.5 RECOMENDACIONES PARA EL EDITOR (Señale con x) • Publicable sin modificaciones • Publicable con modificaciones (se indican abajo) • No publicable (se indica abajo la razón) 2.6 RECOMENDACIONES PARA EL AUTOR Recomiende cambios puntuales, indicando los apartes del artículo en que deberían introducirse, o cambios generales en cuanto a estructura del documento: Comentarios (use papel adicional si lo requiere) Firma: REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1 • 203 Esta revista se terminó de imprimir en los talleres gráficos de: GRAFILASSER Editores • Impresores s 7431272 / 7447637 TUNJA - BOYACÁ 204 • REVISTA PRINCIPIA IURIS No.9, 2008-1