antecedentes de hecho

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Roj: STS 2644/1996 - ECLI:ES:TS:1996:2644
Id Cendoj: 28079130031996100041
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso
Sede: Madrid
Sección: 3
Nº de Recurso: 4534/1995
Nº de Resolución:
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: ELADIO ESCUSOL BARRA
Tipo de Resolución: Sentencia
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a tres de Mayo de mil novecientos noventa y seis.
Visto por la Sección Tercera de la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo, del Tribunal Supremo,
el recurso de casación número 4.534 de 1995, interpuesto por DON Oscar , representado por la Procuradora
Doña María Rodríguez Puyol, y por la ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO, representada y defendida
por su Abogacía, contra la Sentencia de fecha 27 de enero de 1995, dictada por la Sala de lo ContenciosoAdministrativo (Sección Cuarta) de la Audiencia Nacional, en el recurso nº 855 de 1992.
No se han personado en el recurso, como parte recurrida, ni DON Oscar ni la ADMINISTRACIÓN
GENERAL DEL ESTADO.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- DON Oscar , interpuso recurso contencioso- administrativo contra la denegación, por
silencio de la Administración, de su petición de que su título de Médico Especialista en Cardioangiología,
obtenido en la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador (República Argentina), le fuera homologado
al título español de Especialista en Cardiología.
Seguido el proceso por sus trámites, la Sala de lo Contencioso-administrativo (Sección Cuarta) de
la Audiencia Nacional, dictó sentencia, de fecha 27 de enero de 1995, que contiene el siguiente FALLO:
"Estimar parcialmente el recurso contencioso-administrativo, interpuesto por la representación procesal de
D. Oscar , contra la desestimación presunta, por silencio administrativo, de la petición de homologación del
título de Médico Especialista de Cardioangiología, expedido por la Universidad de Buenos Aires, a que se
contrae el mismo; reconociendo al recurrente la posibilidad de obtener la homologación del título indicado
por el de Médico Especialista en Cardiología, previa superación de una prueba de conjunto sobre aquellos
conocimientos básicos de la formación española; sin perjuicio de que pueda acogerse a lo establecido en
la Orden de 14 de octubre de 1991, sobre condiciones de homologación de títulos extranjeros de Médicos
Especialistas.".
SEGUNDO.1.- Contra dicha sentencia, preparó recurso de casación la representación procesal de DON Oscar ,
así como el ABOGADO DEL ESTADO.
2.- La Sala de lo Contencioso-Administrativo (Sección Cuarta) de la Audiencia Nacional, mediante
Providencia de fecha 17 de abril de 1995, tuvo por preparados, en tiempo y forma, los recursos de casación
y ordenó emplazar a las partes.
3.- Habiendo sido debidamente emplazadas las partes, los recurrentes comparecieron, en tiempo y
forma, ante esta Sala y formalizaron, por escrito, sus RECURSOS DE CASACIÓN. La representación procesal
de DON Oscar solicita que se dicte sentencia por la que se estime el recurso y se case la recurrida, ordenando
la homologación de su título por el correspondiente título español de la misma especialidad. El ABOGADO DEL
ESTADO solicita igualmente que se dicte sentencia por la que se case la recurrida y se dicte otra resolución
más ajustada a Derecho, ya que entiende el Abogado del Estado que no es de aplicación la Disposición
Adicional Segunda, apartado 1, del Real Decreto 86/1987.
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TERCERO.- Por Providencia de fecha 11 de octubre de 1995, se acordó admitir a trámite el recurso
de casación interpuesto por el ABOGADO DEL ESTADO, en nombre y representación de la Administración
General, y el recurso de casación interpuesto por la Procuradora Sra. Rodríguez Puyol, en nombre y
representación de DON Oscar ; y, no habiéndose personado el ABOGADO DEL ESTADO ni DON Oscar
como partes recurridas, quedaron los autos pendientes de señalamiento para votación y fallo.
CUARTO.- Por Providencia de fecha 21 de marzo de 1996, se nombró Magistrado Ponente al Excmo.
Sr. D. Eladio Escusol Barra y se señaló el presente recurso de casación para deliberación, votación y fallo el
día 26 de abril de 1996, en que tuvieron lugar dichos actos procesales.
VISTO, siendo Ponente el Magistrado Excmo. Señor Don Eladio Escusol Barra.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- La sentencia recurrida estimó, en parte, el recurso contencioso-administrativo interpuesto
por DON Oscar , que había solicitado de la Administración la homologación de su título de Médico
Especialista en Cardioangiología, obtenido en la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador
(República Argentina), al título español de Especialista en Cardiología. El Tribunal de instancia anuló el acto
impugnado (que denegó por silencio la petición del interesado) por no ser conforme a Derecho, y declaró el
derecho del recurrente a realizar una prueba de conjunto sobre los conocimientos básicos de la formación
española, requeridos para la obtención del título español, al objeto de que pueda expedírsele, si dicha prueba
resulta superada, el título de Médico Especialista pretendido; todo ello sin perjuicio de que pueda acogerse a
lo establecido en la Orden de 14 de octubre de 1991.
SEGUNDO.- La sentencia recurrida, para estimar, en los términos indicados, el recurso contenciosoadministrativo interpuesto por el interesado, se planteó la siguiente cuestión: si el acto de homologación
comporta una simple comprobación de la existencia y autenticidad del título argentino con reconocimiento
de su validez oficial por la Administración, sin otras valoraciones; o si el acto de homologación supone
una comprobación de los requisitos para obtener el título académico y, además, una valoración de dichos
requisitos, en relación con la reglamentación o normativa existente en España para el ejercicio de dicha
especialidad. Concluye la sentencia recurrida señalando que el acto de homologación comprende los aspectos
estrictamente académicos y profesionales, por lo que "la expedición de un título académico otorgado
por una Universidad de la República Argentina en una especialidad médica, no comporta el derecho a
su reconocimiento automático con plenitud de efectos en el Estado español, pues los efectos superan
a los meramente académicos, y se extienden al ámbito de la reglamentación diseñada para el ejercicio
profesional,...".
Además, la sentencia recurrida, haciéndose eco del artículo 2º del Convenio hispano-argentino de 23
de marzo de 1971, explicita que las condiciones de homologación de títulos extranjeros de educación superior
aparecen reguladas en el Real Decreto 86/1987, de 16 de enero. Y concluye señalando que el acto de
homologación no se configura siempre como una simple comprobación de títulos, sino que es patente -dicela intención del legislador de que, a través de dicho acto, se constate una "formación acreditada" equiparable,
al menos, a la exigida en España. Por ello, entiende la sentencia recurrida, la Administración, debe motivar su
resolución a través de la que explicite o aprecie la formación del peticionario ( arts. 6 y 7 del R.D. 86/1987), y,
en caso de que no se aprecie la equivalencia con el título español correspondiente, la homologación "puede
condicionarse a la superación de una prueba sobre aquellos conocimientos básicos de la formación española
requeridos para la obtención del título ( art. 2 del Real Decreto 86/1987)".
TERCERO.- La representación procesal del recurrente, al amparo del art. 95.1.4º de la L.J.C.A., articuló,
en primer lugar, el siguiente motivo de casación: que la sentencia recurrida infringe lo dispuesto en el
artículo 2º del Convenio de Cooperación Cultural firmado entre España y la República Argentina en 1971. El
análisis de este primer motivo casacional, a tenor de su planteamiento, exige que hagamos las siguientes
consideraciones:
1ª.- La sentencia recurrida, en el segundo de sus fundamentos de Derecho, tiene en cuenta que el art.
2º del Convenio de Cooperación Cultural entre España y Argentina de 23 de marzo de 1971, ratificado por
instrumento de 17 de noviembre de 1972 y publicado en el Boletín Oficial del Estado del 3 de abril de 1973,
establece lo siguiente: "Las Partes convienen en reconocerse mutuamente los títulos académicos de todo
orden y grado, tal como los otorga o reconoce el otro país oficialmente".
2ª.- Sin necesidad, en el caso que resolvemos, de tener que distinguir entre Tratado-Ley y TratadoConvenio, consignamos que el Convenio hispano-argentino dicho, como convenio de cooperación cultural,
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es expresión de la coincidencia de voluntades para la siguiente finalidad: reconocerse mutuamente los
títulos académicos que cada uno de dichos Estados otorgue, "tal como los otorga o reconoce el otro país
oficialmente".
3ª.- La aplicación de todo acuerdo internacional, suele presentar dificultades singulares. En el caso que
nos ocupa, el Convenio dicho, en cuanto norma de Derecho Internacional, validamente celebrada y publicada
oficialmente en España, pasó a formar parte de nuestro ordenamiento interno, de suerte que sus disposiciones
sólo pueden ser derogadas, modificadas o suspendidas, en la forma prevista en los propios tratados o de
acuerdo con las normas generales del Derecho Internacional ( art. 96 CE). No existiendo constancia de que
dicho Convenio haya sido derogado, modificado o suspendido, debe entenderse vigente al momento en que
el interesado solicitó la homologación de su título superior extranjero por el correspondiente español.
4ª.- La Ley Orgánica 11/1983, de 25 de agosto, de Reforma Universitaria, acorde con el art. 149.1.30ª
de la Constitución, dispone que el Gobierno regulará las condiciones de homologación de títulos extranjeros
( art. 32.2 de la L.O. 11/1983). Y en cumplimiento de los mandatos contenidos en la Constitución y en la Ley
Orgánica de Reforma Universitaria, nació el Real Decreto 86/1987, de 16 de enero, por el que se regulan las
condiciones de homologación de títulos extranjeros de educación superior. Dichas normas (las legales y la
reglamentaria, así como la Ley Orgánica 7/1985, de 1º de julio, de Derechos y libertades de los extranjeros en
España y su Reglamento, para el caso de que sean súbditos extranjeros quienes pretendan la homologación
de su título), son, junto con el Convenio hispano-argentino dicho, la normativa aplicable en casos como el
que resolvemos.
CUARTO.- Hechas las anteriores precisiones, debemos dar respuesta al primer motivo de casación de
los cuatro articulados. Veamos:
La representación procesal del recurrente, entiende que la sentencia impugnada aplicó indebidamente
el art. 2º del citado Convenio hispano-argentino. Este motivo debe ser estimado, por las siguientes razones:
1ª.- En el caso que nos ocupa, como ya hemos dicho, la normativa aplicable la constituyen la
Constitución española, la L.O. 11/1983, el Real Decreto 86/1987 y el Convenio hispano-argentino de
1971. Pues bien, el art. 6 del R.D. 86/1987, dispone que las resoluciones de concesión o denegación de
homologación de títulos extranjeros de educación superior, se adoptarán de acuerdo con las siguientes
fuentes:
a) Los Tratados o Convenios internacionales bilaterales o multilaterales en los que España sea
parte, y, en su caso, las recomendaciones o resoluciones adoptadas por los organismos u organizaciones
internacionales de carácter gubernamental de los que España sea miembro.
b) Las tablas de homologación de planes de estudio y los títulos aprobados por el Ministerio de
Educación y Ciencia, previo informe de la Comisión Académica del Consejo de Universidades.
2ª.- El artículo 6 del R.D. 86/1987, que tiene su engarce preciso con la L.O. 11/1983 y con la Constitución
española, llama, en primer lugar, al Tratado o Convenio internacional de que sea parte España, a los efectos
de la homologación de los títulos extranjeros. En el caso que resolvemos, como hemos dicho, ese Convenio
existe en vigor y, por lo tanto, a él debemos atenernos dado que el art. 2º del mismo, párrafo 1º, es una norma
imperativa: "las Partes -dice- convienen en reconocerse mutuamente los títulos académicos de todo orden y
grado, tal como los otorga o reconoce el otro país oficialmente".
La homologación de los títulos de educación superior, tal como los otorga Argentina, no perjudica que
el Estado español promueva por medio de los órganos pertinentes el derecho al ejercicio profesional por
parte de quienes ostenten un título reconocido de acuerdo con el párrafo 1º del art. 2º del Convenio dicho, y
sin perjuicio de las reglamentaciones que España impone a sus nacionales (art. 2º, párrafo 2º, del Convenio
hispano-argentino).
Queda, pues, estimado, el primer motivo de casación articulado.
QUINTO.- Al amparo del art. 95.1.4º L.J.C.A, articula la representación procesal del actor el segundo
motivo de casación, por el que denuncia que la sentencia recurrida infringe la jurisprudencia aplicable a la
cuestión objeto de debate. También este motivo de casación debe ser estimado.
Las numerosas sentencias que cita la parte, son expresión de que el art. 2º, párrafo 1º, del Convenio
de Cooperación Cultural entre España y Argentina de 23 de marzo de 1971, como primera fuente a aplicar, es
norma imperativa que impone la convalidación automática de los títulos de educación superior. Esta doctrina
jurisprudencial, que se contiene, entre otras, en las sentencias de esta Sala de 30 de junio de 1982, 27 de
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octubre de 1982, 31 de octubre de 1983, 1 y 2 de febrero de 1995 y 4 de marzo de 1995, es la que debe ser
observada, puesto que el citado Convenio equipara o pone en relación de igualdad los títulos de enseñanza
superior españoles y argentinos. De ahí que la Administración debe convalidar (dar validez académica en un
país a los títulos otorgados por el otro) de modo automático. Convalidado automáticamente el título de que se
trate, alcanza sentido el párrafo 2º del art. 2º del citado Convenio.
Queda, pues, estimado también el segundo motivo de casación.
SEXTO.- Al amparo del art. 95.1.4º de la Ley Jurisdiccional, articula el recurrente un tercer motivo de
casación, por el que denuncia que la sentencia recurrida infringe los arts. 42 a 72 del Convenio de Viena,
regulador del Derecho de los Tratados, así como lo establecido en el artículo 96 de la Constitución española
respecto a la aplicabilidad de los Convenios Internacionales. Y fundamenta el cuarto motivo de casación,
articulado también al amparo del art. 95.1.4º de la L.J.C.A., por el que invoca infracción de la normativa
interna española relativa a la homologación de títulos universitarios extranjeros y, en concreto, del art. 6 del
R.D. 86/1987. La estimación de los motivos primero y segundo de casación articulados por la representación
procesal del actor hace innecesario entrar en el examen de los motivos tercero y cuarto que se enuncian, a
los que, por otra parte, se ha hecho referencia en la argumentación de los fundamentos precedentes.
SÉPTIMO.- Al ser estimados el primer y el segundo motivos de casación articulados por la
representación del demandante, procede casar la sentencia recurrida ( art. 102.1 L.J.C.A.), y resolver sobre
el recurso contencioso-administrativo interpuesto en la instancia, dentro de los términos en que se planteó
el debate. Y:
1.- Habiendo acreditado el recurrente, DON Oscar , en el expediente administrativo y en el proceso
seguido en la instancia, que está en posesión del título de Licenciado en Medicina y Cirugía, al haber obtenido,
por Orden de 26 de marzo de 1991, la homologación del título de Médico expedido por la Facultad de Medicina
de la Universidad de Buenos Aires (República Argentina).
2.- Habiendo acreditado el recurrente, en el expediente administrativo y en el proceso seguido en la
instancia, que está en posesión del título de Médico Especialista en Cardioangiología, título obtenido en la
Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador (República Argentina).
3.- En consecuencia, y dado que del contenido del art. 2º, párrafo 1º del Convenio Cultural hispanoargentino, resulta que para obtener la convalidación de títulos de educación superior obtenidos en Argentina,
únicamente se requiere que el peticionario ostente la nacionalidad argentina o española; haber obtenido el
título superior correspondiente, y que los documentos a través de los que se acredite la obtención del título
en Argentina, sean indubitados, mediante el proceso de legalización correspondiente. Y como quiera que la
Administración no ha expresado duda alguna sobre los documentos presentados por el interesado, ello es
suficiente para que pueda declararse el derecho del peticionario a la homologación de su título extranjero por
el correspondiente título español. En casos como el que se contempla en las actuaciones, no es necesario
efectuar análisis comparativo de los Planes de estudio vigentes en los países de España y Argentina.
OCTAVO.- Todo lo anteriormente razonado es suficiente argumentación para desestimar el único motivo
de casación articulado por el Abogado del Estado que, como antes se ha dicho, se ha limitado a expresar que,
a su juicio, no es aplicable la Disposición Adicional Segunda, apartado 1, del Real Decreto 86/1987, sobre
condiciones de homologación de títulos académicos extranjeros de educación superior.
NOVENO.- Por todo lo razonado, estimados el primer y el segundo motivo de casación de los invocados
por DON Oscar , procede anular la sentencia recurrida y estimar el recurso contencioso-administrativo
interpuesto en la instancia, con la consecuencia de declarar que el acto impugnado no es conforme con el
ordenamiento jurídico, y declarar el derecho del recurrente a que la Administración homologue su título de
Médico Especialista en Cardioangiología, al equivalente título español de Especialista en Cardiología.
DÉCIMO.- Dados los términos del art. 131 de la Ley Jurisdiccional, no se aprecia temeridad ni mala fe,
a los efectos de hacer especial pronunciamiento sobre las costas procesales.
Por todo lo expuesto, en nombre de Su Majestad El Rey, y en el ejercicio de la potestad de juzgar que,
emanada del pueblo español, nos confiere la Constitución
FALLAMOS
PRIMERO.- Que, declarando que no ha lugar al recurso de casación interpuesto por la
ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO, debemos desestimar y desestimamos el motivo articulado por
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el Abogado del Estado. CONDENAMOS A LA ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO al pago de las
costas procesales causadas por el recurso de casación por la misma interpuesto.
SEGUNDO.- Que debemos declarar y declaramos haber lugar al recurso de casación interpuesto por
DON Oscar , representado por la Procuradora Doña María Rodríguez Puyol, contra la sentencia de fecha
27 de enero de 1995, dictada por la Sala de lo Contencioso-Administrativo (Sección Cuarta) de la Audiencia
Nacional, en el recurso número 855 de 1992, por haber sido estimados el primer y el segundo motivo de
casación de los articulados. ANULAMOS Y DEJAMOS SIN EFECTO ALGUNO LA SENTENCIA RECURRIDA
EN CASACIÓN.
TERCERO.- Que debemos ESTIMAR Y ESTIMAMOS el recurso contencioso-administrativo interpuesto
en la instancia por DON Oscar , contra la desestimación, por silencio administrativo, de su petición de
que le fuera homologado su título de Médico Especialista en Cardioangiología, obtenido en la Facultad de
Medicina de la Universidad del Salvador (República Argentina). ANULAMOS Y DEJAMOS SIN EFECTO
el acto administrativo impugnado, por no ser conforme con el ordenamiento jurídico. DECLARAMOS EL
DERECHO DE DON Oscar a que la Administración homologue su título extranjero, obtenido en la República
Argentina, de Médico Especialista en Cardioangiología al correspondiente título español de Especialista en
Cardiología.
CUARTO.- No ha lugar a hacer pronunciamiento alguno sobre las costas causadas en la instancia. Por
lo que se refiere a las costas causadas en este recurso de casación, el interpuesto por DON Oscar , cada
parte debe satisfacer las suyas.
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior Sentencia por el Excmo. Sr. Don Eladio Escusol Barra,
Magistrado Ponente en estos autos, de lo que, como Secretario, certifico. Sra. Palencia Guerra.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertara en la Colección Legislativa , lo pronunciamos,
mandamos y firmamos
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