El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo

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ANUARIO No 30 (2007)
ISSN 1316-5852
EL DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL
Y EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
SANCIONATORIO
Marie Picard de Orsini
Docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Universidad de Carabobo
Judith Useche
Docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Universidad de Carabobo
Ramón José Bahri Pinto.
ANUARIO No 30 (2007)
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“Un sistema político donde se violen los
derechos humanos no puede calificarse verdaderamente como democrático, por más
que en la constitución o en las leyes se exprese formalmente garantías al respecto”.
Reinbard willig *
Fundación Konrad Adenauer. Caracas. 1995
Recopilación para la comprensión estudio y difusión
de los derechos Humanos.
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
EL DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL
Y EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
SANCIONATORIO
RESUMEN
El derecho al debido proceso constituye una garantía inherente a la persona humana. Es un derecho complejo que comprende una serie de garantías
que se materializan en una diversidad de derechos para el investigado, entre
los cuales figuran, el derecho a acceder a la justicia, el derecho a ser oído,
el derecho a la articulación de un proceso debido, derecho a los recursos
legalmente establecidos, derecho a un tribunal competente, independiente e
imparcial, derecho a obtener una sentencia fundada en derecho, derecho a
un proceso sin dilaciones indebidas entre otros. Todos estos derechos están
contemplados en la Constitución de 1999, en especial el artículo 49 cuando
establece que el debido proceso es un derecho aplicable a todas las actuaciones judiciales y administrativas que tienen su origen en el principio de
la igualdad ante la ley, ya que en ambos ámbitos tanto, en el procedimiento
judicial como administrativo tienen iguales oportunidades en la defensa de
sus derechos como en la presentación de pruebas. Igualmente, el debido
proceso constitucional tiene aplicación en los procesos administrativos, los
cuales están consagrados en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, de la misma se derivan otros derechos que se relacionan entre sí,
el derecho a hacerse parte, el derecho a ser notificado, a tener acceso al
expediente, a presentar pruebas y ser informado de los recursos que pueda
ejercer cualquier afectado por un acto administrativo. En consecuencia, el
Estado en ejercicio de la potestad sancionatoria, deberá investir el procedimiento administrativo sancionatorio de las garantías previstas en el artículo
49 constitucional.
Palabras claves: Debido proceso, Garantía, Derecho humano, Procedimiento Administrativo sancionatorio.
DUE PROCESS OF LAW AND THE ADMINISTRATIVE
SANCTIONATORY PROCEDURES
ABSTRACT
The right to due process constitutes an inherent guaranty to a human
being. It is a complex right that comprises a set of guaranties that ensures a
variety of rights for the one being investigated such as the right to access to
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Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
DUE PROCESS OF LAW AND THE ADMINISTRATIVE
SANCTIONATORY PROCEDURES
ABSTRACT
The right to due process constitutes an inherent guaranty to a human
being. It is a complex right that comprises a set of guaranties that ensures a
variety of rights for the one being investigated such as the right to access to
justice, the right to be heard, the right to articulation of a due process, the
right to legally established resources, the right to a competent, independent
and impartial tribunal, the right to get a sentence based on law, the right to a
process without undue delays, among others. All these rights are expressed
in the 1999 Constitution, especially in article 49 which establishes that due
process is a right applicable to every juridical and administrative actions
which has its origins in the principle of equality before law since in both juridical and administrative procedures, the defendant has same opportunities
to both the defense of his right and the presentation of proofs. In addition,
the constitutional due process is applied in administrative processes which
are expressed in the Organic Law of Administrative Procedures. This law
also expresses other rights which are related, mainly, the right to be notified,
the right to access the file, the right to present proofs and being informed
of the resources that any affected person can exercise in an administrative
action. Consequently, the State, exercising its sanctionatory authority, must
invest the sanctionatory administrative procedure of guaranties provided in
the constitutional 49 article.
Key words: Due process of law, Guaranty, Human right, Sanctionatory Administrative Procedures.
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
EL DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL
Y EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
SANCIONATORIO
Introducción.
Consideraciones generales.
I.
Derecho fundamental al debido proceso.
1.Naturaleza del debido proceso.
2.El debido proceso y sus antecedentes.
3.El debido proceso en el ámbito internacional.
4.El debido proceso en el ámbito nacional.
5.Titulares del derecho fundamental al debido proceso.
6.Principios que comprende el derecho al debido proceso.
A.El derecho a la defensa.
B.El derecho a la doble instancia.
C.La presunción de inocencia.
D.El derecho de toda persona a ser oída.
E. El principio del juez natural.
F. El derecho a no ser constreñido a confesarse culpable contra si mismo.
G.Principio de validez de la confesión solo si se ha hecho
sin coacción.
H.Principio de la legalidad: Nulla poena sine lege.
I. Principio nom bis is idem.
J. Derecho a obtener reparación del Estado por los errores judiciales.
II. El procedimiento Administrativo.
1. Consideraciones generales sobre el procedimiento administrativo.
2. El procedimiento administrativo y la función administrativa.
3. Definición de función administrativa.
4. Definición de procedimiento administrativo.
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A.
B.
Base legal.
Clases de procedimientos administrativos.
5. El procedimiento administrativo
A. Preliminares sobre la potestad sancionatoria.
B. El procedimiento administrativo sancionatorio.
C. Obligatoriedad de la realización del iter procedimental administrativo sancionatorio.
D. Garantías y derechos en el procedimiento administrativo sancionatorio.
E. Derecho- garantía a la defensa en el procedimiento administrativo sancionatorio.
F. Derecho- garantía derivado del principio de seguridad jurídica.
Conclusión.
Bibliografía.
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
EL DEBIDO PROCESO CONSTITUCIONAL
Y EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
SANCIONATORIO.
Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo, en primer término, el análisis
del derecho–garantía del Debido Proceso Constitucional y en segundo lugar, la aplicación de este instrumento en el procedimiento administrativo
sancionatorio, en virtud del ejercicio de la potestad sancionatoria que tienen
atribuida los entes de Derecho Público, mediante la cual dictan actos administrativos que contienen sanciones, id est, cargas que recaen sobre la esfera
jurídica de los administrados involucrados en un procedimiento administrativo sancionatorio.
El Estado, en ejercicio de su poder crea el ordenamiento jurídico positivo y establece un orden normativo, actúa y se desenvuelve por medio
de una estructura de órganos, desempeñados por personas físicas (agentes),
cuyos actos se imputan y atribuyen al Estado, esto es, a sus entes descentralizados territorialmente o funcionalmente­ – entes autárquicos, empresas del
Estado, sociedades del estado-.
El Estado en cualquiera de sus manifestaciones, debe regirse con sujeción a la ley, para evitar la arbitrariedad, abuso de poder o desviación de
poder. Es elemental que el Estado debe garantizar el debido proceso tanto en
las actuaciones judiciales como administrativas, conforme al texto constitucional, de lo que se deduce que el Estado en el ejercicio del “ius puniendi”,
en aras de preservar el orden público, en protección del interés general, debe
sujetarse al marco jurídico y proveer las garantías en protección de los derechos de los particulares, de allí que al imponer alguna sanción debe seguir el
procedimiento legalmente establecido.
El presente estudio ha sido desarrollado en dos partes: Una primera,
referida a la garantía-derecho del debido proceso, desde el punto de vista
constitucional; y, una segunda que contiene el procedimiento administrativo sancionatorio.
El método utilizado, ha sido el documental.
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Consideraciones Generales
El Estado en cualquiera de sus manifestaciones, debe regir su actuación para evitar la arbitrariedad, abuso de poder o desviación de poder. Es
básico que el Estado debe garantizar el debido proceso tanto en las actuaciones judiciales como administrativas, tal como lo establece la Constitución
de 1999, de lo que se deduce que el Estado en el ejercicio del “ius puniendi”, en aras de preservar el orden público, en protección del interés general,
debe sujetarse al marco jurídico y proveer las garantías en protección de
los derechos de los particulares, de allí que al imponer alguna sanción debe
seguir el procedimiento legalmente establecido.
La noción a la que alude el artículo 49 es al proceso que reúne las
garantías indispensables para que exista una tutela judicial efectiva.
Entendiendo por proceso “un medio para asegurar la solución
justa de una controversia, a lo cual contribuyen el conjunto de
actos de diversas características generalmente reunidos bajo el
concepto de debido proceso legal” Zambrano (2006)
El texto constitucional no establece una clase determinada de proceso, sino la necesidad de que cualquiera sea la vía procesal escogida para la
defensa de los derechos o intereses legítimos, las leyes procesales deben
garantizar la existencia de un procedimiento que asegure el derecho de defensa de las partes y la posibilidad de una tutela judicial efectiva. Este es el
sentido que nos expresa la norma constitucional cuando enuncia:
“tanto en las actuaciones judiciales como administrativas. En
consecuencia, teniendo presente que las normas de procedimiento son una expresión de los valores constitucionales,
la acción de amparo contra resoluciones, sentencias, actos u
omisiones de los Tribunales de la República, está dirigida a
proteger el derecho a un debido proceso que garantice una tutela judicial efectiva. Moros. (2006)
* Recopilación para la comprensión, estudio y defensa de los derechos humanos.
Presentación.
Por otra parte, el debido proceso ha sido entendido por reiterada jurisprudencia de la Sala Político-Administrativa de la extinta Corte Suprema de
Justicia, en referencia (sentencia de fecha 9 de junio de 1999, caso Banesco
Banco Universal), como:
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
” El trámite que permite oír a las partes de la manera prevista
en la ley, y que ajustado a derecho otorga a las partes el tiempo
y los medios adecuados para imponer sus defensas, y como
parte del derecho a la defensa el derecho a probar. (ob.cit.)
I. Derecho fundamental al debido proceso.
Los derechos fundamentales constituyen el eje primordial de la relación entre el individuo y la comunidad. Limitan la intervención del poder
del Estado en la libertad privada al fundamentar el ejercicio de la participación democrática e igualan las diversas posiciones en el ámbito político. Actualmente, con el aparecimiento del estado social, los derechos han asumido
la garantía de la colectividad y su existencia.
El debido proceso es uno de los derechos fundamentales generales presentes en la constitución. Se trata de un principio básico de la organización
de cualquier sociedad. El concepto a través del tiempo ha variado notablemente. Sin embargo, lo podemos catalogar actualmente como principio y
como derecho fundamental que se coloca como base estructural tanto del
Estado de Derecho como del Estado Democrático. Si el Estado de Derecho
es una organización política en la que el poder se ejerce de acuerdo a los
debidos procesos establecidos en la ley, la democracia no es más que la
institucionalización de un debido proceso para el ejercicio del poder en sus
distintas manifestaciones.
El objetivo fundamental de toda democracia es el respeto de los derechos fundamentales materiales del individuo y la búsqueda de la paz y la
justicia social. De lo anteriormente expuesto se desprende que la democracia es el medio para el respeto de las libertades, de la igualdad y de los
derechos sociales.
Es el instrumento para la construcción de la paz y la armonía sociales,
para la reducción de las desigualdades, de la mejor distribución de la riqueza. Es en fin el establecimiento de un Estado Democrático, Social de Derecho y de Justicia tal como lo pauta, en Venezuela, la Constitución de 1999.
1. Naturaleza del debido proceso
El debido proceso tiene una doble naturaleza: un derecho fundamental
que se entiende como derecho fundamental autónomo, y como garantía o
derecho fundamental indirecto.
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En el primer caso, se trata de un derecho fundamental al debido proceso como protector de las facultades del individuo como partícipe del Estado
Constitucional Democrático y el ejercicio de facultades.
En el segundo caso, el Debido Proceso es un derecho fundamental
indirecto o garantía, protege otros derechos fundamentales en el Estado Democrático: la libertad, la igualdad, los derechos políticos o de participación
y los derechos sociales.
Como derecho fundamental autónomo lo encontramos en la Constitución de 1999, dentro del titulo que se refiere a los deberes, derechos
humanos y garantías y por ello el tribunal supremo de justicia, en Sala Constitucional ha calificado al Debido Proceso como un derecho tutelable en si
mismo al que a veces se vinculan otros derechos que no son fundamentales,
para obtener una protección expedita por la vía de la tutela. la tutela judicial
efectiva, como derecho susceptible de ser objeto del recurso de amparo.
Como derecho fundamental indirecto el Debido Proceso es una garantía con la cual se quiere sujetar a reglas mínimas sustantivas y procedimentales el desarrollo de las actuaciones impartidas por las autoridades en
el ámbito judicial o administrativo para garantizar y proteger los derechos
e intereses de las personas con la sujeción de las autoridades al sistema
de las reglas establecidas por el Estado Constitucional se trata de proteger
el principio de la legalidad e igualdad y el acceso a la administración de
justicia ,meta del derecho.
Indudablemente que el debido proceso es una garantía que debe comprender, un conjunto de condiciones mínimas que permitan siempre dentro
del marco del procedimiento breve, oral y público que se asuma, el respeto
de los derechos constitucionales, en primer lugar, los procesales, que comienzan con la acción hasta la ejecución efectiva y dentro del plazo razonable, de la decisión judicial que llegue a dictarse. Sea como derecho, sea
como garantía, ambos forman parte de los derechos fundamentales y humanos que tienen todas las personas en el marco de un proceso judicial.
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……”el Estado debe garantizar al ciudadano el conjunto de
garantías o derechos constitucionales procesales sin ellos el
proceso judicial no será justo, razonable y confiable. Los derechos constitucionales o garantías evitan lesionar los derechos
de los ciudadanos por lo que “el debido proceso es la suma de
las garantías constitucionales mínimas que debe reunir todo
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
proceso, sea o no judicial, para que pueda calificársele de justo, razonable y confiable, que garantice al ciudadano la efectividad de su derecho material.” Bello et al. (2006)
2. El debido proceso y sus antecedentes
El concepto del debido proceso envuelve comprensivamente el desarrollo progresivo de prácticamente todos los derechos fundamentales de carácter procesal o instrumental, como conjuntos de garantías de los derechos
de goce-cuyo disfrute satisface inmediatamente las necesidades o intereses
del ser humano-, es decir, de los medios tendientes a asegurar su vigencia y eficacia. Este desarrollo muestra tres etapas de crecimiento Ambrosio
(2000), a saber:
1. En un primer momento se atribuyó valor y efecto constitucional
al principio del debido proceso legal- como aÚn se conoce en
la tradición británica y norteamericana: due process of law.Del cap´tulo 39 de la Carta Magna inglesa de 1215 se desarrolló este derecho de los barones normandos frente al Rey “Juan
Sin Tierra” a no sufrir arresto o prisión arbitrarios, y a no ser
molestados ni despojados de su propiedad sin el juicio legal
de sus pares y mediante el debido proceso legal. Su contenido
fue un signo claro de alivio ante los excesos de este Rey y de
sus predecesores, con su antecedente inmediato en la “Carta de
Coronación de Enrique I “o “Carta de las Libertades”, primera
Carta concedida por un monarca inglés, otorgada por aquél en
1100, en el momento de su acceso al trono. Según el pasaje de
la Magna Charta que interesa:
“Ningún hombre libre deberá ser arrestado, o detenido en prisión,
o desprovisto de su propiedad, o de ninguna forma molestado; y
no iremos en su busca, ni enviaremos por él, salvo por el juzgamiento legal de sus pares y por la ley de la nación”.
A partir de este último concepto del Capítulo 39 de la Magna Charta, transcrito del latín original per legem terrae y traducido al
inglés como law of the land, se desarrolló el de debido proceso
legal- due process of law-, en su acepción contemporánea.
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El Capítulo 39 fue una protesta contra el castigo y las ilegales
violaciones a la libertad personal y de los derechos de propiedad,
y garantizaba el derecho a un juicio justo y a una justicia honesta. Creaba y protegía inmunidades de que las personas nunca
habían disfrutado hasta entonces, así como los derechos propios,
apelaciones a otras libertades fueron, o sustantivas, o procesalmente orientadas hacia fines sustantivos, motivo por el que la
Carta Magna inglesa se convirtió en uno de los documentos constitucionales más importantes de la historia. No en vano recibió
más de 30 confirmaciones de otros monarcas ingleses, las más
importantes, de Enrique III, en 1225; de Eduardo I, en 1297, y de
Eduardo III, en 1354.
De todo esto fue desprendiendo también una reserva de ley en
materia procesal, en virtud de la cual las normas rituales sólo
pueden ser establecidas mediante ley formal, emanada del Parlamento- y de un Parlamento progresivamente más democrático
y representativo-, además de un derecho a la propia existencia
y disponibilidad de un proceso legal. En esta primera etapa no
se hizo aún cuestión constitucional de cuáles fueran los procedimientos preestablecidos o preestablecibles en cuanto a su contenido, sino sólo en cuanto a la imperatividad de su existencia y a
que estuvieran prefijados por ley formal (Idem).
2. Sin embargo, a poco andar la insuficiencia del principio anterior,
derivada de su carácter meramente formal, hizo que la doctrina se extendiera al llamado debido proceso constitucional- hoy,
simplemente, debido proceso-, según el cual el proceso, amén
de regulado por ley formal y reservado a ésta, debe en su mismo
contenido ser garantía de toda una serie de derechos y principios
tendentes a proteger a la persona humana frente al silencio, el
error o la arbitrariedad, y no sólo de los aplicadores del derecho,
sino también del propio legislador; con lo que se llegó a entender
que la expresión de la Magna Charta law of the land se refiere,
en general, a todo el sistema de las garantías todavía sólo procesales o instrumentales- implicadas en la legalidad constitucional.
Este es el concepto específico de la garantía constitucional del
debido proceso en su sentido procesal actual.
3. Pero aún se dio un paso más en la tradición jurisprudencial
anglo-norteamericana, al extenderse el concepto del debido
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proceso a lo que en esa tradición se conoce como debido sustantivo o sustancial- substantive due process of law-, que, en
realidad, aunque no se refiere a ninguna materia procesal, constituyó un ingenioso mecanismo ideado por la Corte Suprema
de los Estados Unidos para afirmar su jurisdicción sobre los
Estados Federados, al hilo de la enmienda XIV a la Constitución federal, pero que entre nosotros, sobre todo a falta de esa
necesidad, equivaldría sencillamente al principio de razonabilidad de las leyes y otras normas o actos públicos, o incluso
privados, como requisito de su propia validez constitucional,
en el sentido de que deben ajustarse, no sólo a las normas o
preceptos concretos de la constitución, sino también al sentido
de justicia contenido en ella, el cual implica, a su vez, el cumplimiento de exigencias fundamentales de equidad, proporcionalidad y razonabilidad, entendidas éstas como idoneidad para
realizar los fines propuestos, los principios supuestos y los valores presupuestos en el Derecho de la Constitución.
3. El debido proceso en el ámbito internacional
En este sentido, Esparza (1995)
Es necesario hacer notar que “… cabe realizar en este momento una consideración y es la de constatar la existencia
de un movimiento de constitucionalización e internacionalización de los principios procesales especialmente en los
países de corte democrático-occidental, con lo que estarían
bastante definidos aquellos principios a los que un proceso
debe ajustarse para ser considerado como fruto de un Estado
Democrático”.
El debido proceso se ha institucionalizado a través de convenios y pactos que forman parte del Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
encontramos que el artículo 7 de la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano que estipula:
“Ningún hombre puede ser acusado, arrestado ni detenido
sino en los casos determinados por la ley con las formalidades
prescritas en ella. Los que soliciten, expidan, ejecuten o hagan
ejecutar órdenes arbitrarias, deben ser castigados; pero todo
ciudadano llamado o preso en virtud de la ley debe obedecer
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al instante y si resiste se hace culpable”.
Este artículo establece el principio de la legalidad pero sobre el derecho al debido proceso lo encontramos en los artículos 8, 10 y 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea
General de la ONU el 10 de diciembre de 1948 en cuyos artículos quedó
establecido lo siguiente: el artículo 8 hace mención del principio de legalidad pero los artículos 10 y 11 si se refieren al principio de la publicidad,
independencia, imparcialidad, la presunción de inocencia y los principios de
respeto a las formas de cada juicio y de favorabilidad en materia penal.
Artículo 8.- “Toda persona tiene derecho a un proceso efectivo ante
los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitución o por la ley”.
Artículo 10.- “ Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena
igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal
independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos
y obligaciones o para el examen de cualquier actuación contra
ella en materia penal”.
Artículo 11.
1. “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma
su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la
ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las
garanntías necesarias para su defensa.”
2.
Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento
de cometerse no fueron delictivos según el derecho nacional o
internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito “.
En la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,
adoptada por la IX Conferencia Internacional Americana celebrada en Bogotá en el mes de mayo de 1948, en cuyo artículo XXVI quedó consagrado
el derecho a un proceso regular, en los términos siguientes:
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“Se presume que todo acusado es inocente hasta que se pruebe
que es culpable.
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
Toda persona acusada de delito tiene derecho a ser oída en
forma imparcial y pública, a ser juzgada por tribunales anteriormente establecidos y de acuerdo con leyes pre-existentes
y a que no se le impongan penas crueles, infamantes o inusitadas.
Su reconocimiento como derecho humano por la convención
americana sobre derechos humanos es bastante importante,
es así como en el artículo 4 se refiere a la prohibición de pena
de muerte, el artículo 5 se refiere al principio de la restricción
de las penas con fundamento en la integridad personal, los
principios relativos a la finalidad de las penas y el mandato
de separación entre condenados y sindicados y niños y adultos
detenidos.”
Por otra parte, el artículo 7, establece las regulaciones de la libertad
personal y los artículos 8 y 25 estipulan todas las garantías de un procedimiento debido.
El concepto del debido proceso ha ido evolucionando y es de esta manera el convenio europeo para la protección de los derechos humanos y de
las libertades fundamentales, suscrito en roma en el año de 1950 y que entró
en vigencia en 1953, consagró el derecho al debido proceso. en los años
60, este derecho adquiere rango convencional expreso .a nivel universal y
americano, mediante su incorporación expresa en tratados sobre derechos
humanos que han sido suscritos y ratificados por Venezuela. Nos referimos, al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, adoptado por la
Asamblea General de la ONU el 16 de diciembre de 1966, el cual entró en
vigor en Venezuela en el año de 1978. Este instrumento consagra el derecho
al debido proceso de la siguiente manera:
Artículo 14
1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con
las debidas garantías por un tribunal competente, independiente
e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la
determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil.
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La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de
los juicios por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional
en una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada
de las partes o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal,
cuando por circunstancias especiales del asunto, la publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o
contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores
de edad exija lo contrario, o en las acusaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.
2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme
a la ley.
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en
forma detallada, de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella;
b) A dispones del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a comunicarse con un defensor de su
elección;
c) A ser juzgado sin dilaciones indebidas;
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o
ser asistida por un defensor de su elección; a ser informada, si no
tuviere defensor, del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre
que el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor
de oficio, gratuitamente, si careciere de medios suficientes para
pagarlo;
e) A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener
la comparecencia de los testigos de descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo;
f) A ser asistida directamente por un intérprete, si no comprende o
no habla el idioma empleado en el tribunal;
g) A no ser obligada a declarar contra si misma ni a confesarse
culpable.
4. En el procedimiento aplicable a los menores de edad a efectos
penales se tendrá en cuenta esta circunstancia y la importancia de
estimular su readaptación social.
5. Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho
a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescrito
por la ley.
6. Cuando una sentencia condenatoria firme haya sido ulteriormente revocada, o el condenado haya sido indultado por haberse
producido o descubierto un hecho plenamente probatorio de la
comisión de un error judicial, la persona que haya sufrido una
pena como resultado de tal sentencia deberá ser indemnizada,
conforme a la ley, a menos que se demuestre que le es imputable
en todo o en parte el no haberse revelado oportunamente el hecho
desconocido.
7. Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual
haya sido ya condenado o absuelto por una sentencia firme de
acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país.
En el continente americano, el derecho al debido proceso quedó consagrado en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, suscrita
en San José de Costa Rica en 1969 en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, la cual entró en vigencia en el año de
1977 aplicable de acuerdo con el artículo 23 de la Constitución de 1999 se
consagra el debido proceso de la siguiente manera:
Artículo 8.
Garantías judiciales.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos
y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas.
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del
juzgado o tribunal,
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación
formulada,
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c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados
para la preparación de su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser
asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre
y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el estado, remunerado o no según la legislación
interna, si el inculpado no se defendiere por si mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes
en el tribunal y de obtener la comparecencia como testigos
o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra si mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin
coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia”.
Es necesario recordar que el debido proceso es uno de los derechos
más importantes del derecho internacional humanitario. El convenio 1º de
ginebra, ley 5ª de 1960, reconoce en su artículo 3.1 d El principio del juez
natural, al consagrar la prohibición de imponer condenas sin juicio previo
ante “un tribunal legítimamente constituido, con garantías judiciales reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados”.
Asimismo, en el artículo 49, establece el principio de la legalidad, al
comprometer a las partes contratantes a desarrollar legislativamente las sanciones penales aplicables a las personas que vulneren las disposiciones del
convenio y finalmente, en su último inciso, instituye las garantías procesales
a los inculpados.
Artículo 31 constitucional:
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“Toda persona tiene derecho, en los términos establecidos por
los tratados, pactos y convenciones sobre derechos humanos ra-
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
tificados por la República, a dirigir peticiones o quejas ante los
órganos internacionales creados para tales fines, con el objeto de
solicitar el amparo a sus derechos humanos.
El Estado adoptará, conforme a procedimientos establecidos en
esta Constitución y la ley, las medidas que sean necesarias para
dar cumplimiento a las decisiones emanadas de los órganos internacionales previstos en este artículo.”
4. El debido proceso en el ámbito nacional.
Teniendo el debido proceso una evolución internacional muy importante y en especial en el campo de los derechos humanos que debe ser respetado y acatado por los países y que nace como una obligación no solo
nacional sino también internacional.
La Constitución de Venezuela de 1999, en el artículo 23 le otorga jerarquía constitucional, a los tratados, pactos y convenios relativos a derechos
humanos, los cuales, incluso, prevalecen en la medida en que contengan
una normativa más favorable que las establecidas en la propia constitución
y en las leyes. Además dichos tratados son de aplicación inmediata y directa
por los tribunales y demás órganos del Poder Público.
El artículo 257 constitucional establece que” el proceso constituye un
instrumento fundamental para la realización de la justicia”. En este sentido,
para que la función jurisdiccional pueda ser prestada por el Estado para resolver controversias jurídicas existe una única vía, cual es, el proceso.
El artículo 26 constitucional, sanciona el derecho de acción y que el
acceso a los órganos de la administración de justicia se le otorga cuando
así manifieste su voluntad de someter la satisfacción del derecho alegado
la intervención del Estado a través del órgano jurisdiccional. En el proceso
judicial existen principios procesales que han sido constitucionalizados, los
cuales encuentran su ubicación en los artículos 26, mencionado anteriormente y el 49 de la constitución de 1999, el primero referido a la tutela
judicial efectiva y el segundo referido al debido proceso con principios
diferentes a la tutela judicial efectiva.
El derecho fundamental al debido proceso se encuentra establecido
como derecho fundamental en la Constitución de 1999 en el artículo 49
como garantía judicial y administrativa y de esta manera se consagra:
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Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
“El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia”:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo
estado y grado de la investigación y del proceso. toda persona tiene
derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga,
de acceder a las pruebas y disponer del tiempo y de los medios
adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones
establecidas en esta constitución y la ley.
2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo
contrario.
3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente, por un tribunal competente, independiente
e imparcial establecido con anterioridad. Quien no hable castellano o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene derecho a un
intérprete.
4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías
establecidas en esta Constitución y en la ley. Ninguna persona
podrá ser sometida a juicio sin conocer la identidad de quien la
juzga, no podrá ser procesada por tribunales de excepción o por
comisiones creadas para tal efecto.
5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o
pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de
afinidad.
la confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de
ninguna naturaleza.
6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que
no fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes
preexistentes.
7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos en virtud de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente.
8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o
reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial,
retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o
de la particular de exigir la responsabilidad personal del magistrado o magistrada, juez o jueza y del Estado, y de actuar contra
éstos o éstas.
144
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
Como puede observarse la Constitución de 1999 desarrolla con detalle
y extensión esta garantía haciéndola extensiva a los procedimientos administrativos en los casos en que, para su desarrollo, se requiere la participación de los sujetos concretos respecto a los cuales se producirán los efectos
del acto administrativo en el que culminará dicho procedimiento. De esta
manera, el artículo 49 establece una serie de principios cuya finalidad primaria es garantizar el derecho de defensa de las partes que dicen y contradicen
en un determinado proceso que fue creado con el objeto de desarrollar la
función jurisdiccional para resolver las controversias jurídicas al respecto la
Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia al referirse al debido proceso expresó:
…En tal sentido, la jurisprudencia ha señalado que el debido
proceso, como medio idóneo para garantizar el derecho fundamental a la defensa consagrado en el artículo 49 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, resulta aplicable a todas las
actuaciones judiciales y administrativas, y tiene su fundamento en el principio de igualdad ante la ley.
Así, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Político-Administrativa, ha declarado:
“… que la doctrina comparada, al estudiar el contenido y alcance del derecho al debido proceso ha precisado que se trata de
un derecho complejo que encierra dentro de sí, un conjunto de
garantías que se traducen en una diversidad de derechos para
el procesado, entre los que figuran, el derecho a acceder a la
justicia, el derecho a ser oído, el derecho a la articulación de un
proceso debido, derecho de acceso a los recursos legalmente
establecidos, derecho a un tribunal competente, independiente
e imparcial, derecho a obtener una resolución de fondo fundada
en derecho, derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, derecho a la ejecución de las sentencias, entre otros, que se vienen
configurando a través de la jurisprudencia. Todos estos derechos se desprenden de la interpretación de los ocho ordinales
que consagra el artículo 49 de la Carta Fundamental.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia comparada han precisado, que este derecho no debe configurarse aisladamente,
sino vincularse a otros derechos fundamentales como lo son,
el derecho a la tutela efectiva y el derecho al respeto de la dig145
Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
nidad de la persona humana. Forma parte de este fundamental
derecho y garantía, constatar que la actividad del funcionario,
en el ejercicio de su potestad sancionatoria y disciplinaria, se
ajusta a los principios fundamentales y superiores que rigen
esta materia, es decir, al principio de la legalidad formal, mediante el cual la facultad de sancionar se atribuye a la Administración Pública con suficiente cobertura legal; al principio
de legalidad material, que implica la necesidad de que los presupuestos de la sanción o pena estén previstos en la ley; el
principio de proporcionalidad de la sanción administrativa; el
principio de la tutela efectiva y el derecho a la presunción de
inocencia, entre otros.”
Tenemos que hacer la siguiente observación en la cual repara Zerpa
(2006),
“ En Venezuela, la garantía no es nueva: lo novedoso es la sistematicidad en su concepción integradora tal como está descrito en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pero ya veremos que en dicho artículo no
se encierra de manera única el referido derecho humano, sino
que por el contrario, dicha norma no es más que el punto de
partida de una más global concepción de la garantía : el proceso, para ser debido, debe ser justo, como atribución inherente
de un concepto del estado al que no le basta ser catalogado
como de derecho, sino que le importa más ser entendido como
un estado de justicia.”
La noción del “debido proceso” como ha sido asumida en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela comporta el categorizar a
dicho derecho como uno de los derechos humanos, vinculado éste a todo
proceso jurisdiccional o administrativo y con miras a posibilitar tanto el
requerimiento como el reconocimiento judicial a un “ juicio justo”.
El artículo 49 comienza estableciendo que el debido proceso debe
aplicarse a todas las actuaciones judiciales y administrativas por lo que se
deduce que la defensa es un derecho inviolable en cualquier estado y grado
de la causa, incluyendo la fase de investigación, por lo que la persona debe
ser notificada de la demanda que se proponga en su contra y disponer del
tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa asegurando el
doble grado de jurisdicción.
146
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
La presunción de inocencia, debe extenderse a los demandados en
cualquier género de proceso y no exclusivamente a los penales lo cual
constituye una presunción que favorece al demandado antes de la terminación del juicio mediante sentencia firme.
El debido proceso debe realizarse ante los jueces naturales, eximiendo
al indiciado confesar su propia culpa, en los juicios en que la relación sustantiva esté regulada por normas de orden público.
Este artículo 49 tiene su base en el artículo 3 de la Constitución cuando
establece que “El Estado tiene como fines esenciales, entre otros, la garantía
del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta
Constitución”.
Además, el artículo 19 constitucional establece la obligación del Estado a investigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos humanos cometidos por sus autoridades, estableciendo:
Artículo 19.- “El Estado garantizará a toda persona, conforme al
principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce
y ejercicio irrenunciable, indivisible e independiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los
órganos del poder Público de conformidad con la Constitución,
los tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por
la República y las leyes que los desarrollen”.
Asimismo, el artículo 29, estableciendo:
Artículo 29: “El Estado estará obligado a investigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos humanos cometidos por
sus autoridades.
Las acciones para sancionar los delitos de lesa humanidad, violaciones graves a los derechos humanos, y los crímenes de guerra son imprescriptibles. Las violaciones de derechos humanos
y los delitos de lesa humanidad serán investigados y juzgados
por los tribunales ordinarios. Dichos delitos quedan excluidos
de los beneficios que puedan conllevar su impunidad, incluidos
el indulto y la amnistía.”
147
Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
En el mismo sentido, el artículo 2 reitera esta carga de garante de los
derechos del individuo que tiene el Estado y que se desarrolla mediante el
debido proceso, al establecer “la preeminencia de los derechos humanos”.
Igualmente, los artículos 25, 26 Y27
Artículo 25: “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que
viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias
públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad
penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan
de excusa órdenes superiores.”
Artículo 26. “Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los
mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial,
idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable,
equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o
reposiciones inútiles.”
Artículo 27. “Toda persona tiene derecho a ser amparada por los
tribunales en el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aun de aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en los instrumentos
internacionales sobre derechos humanos.
El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral,
público, breve, gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad
judicial competente tendrá potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación que más se
asemeje a ella. Todo tiempo será hábil y el tribunal lo tramitará
con preferencia a cualquier otro asunto.
La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por cualquier persona, y el detenido o detenida será puesto
bajo la custodia del tribunal de manera inmediata, sin dilación
alguna.
148
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno, por la declaración del estado de excepción o de la restricción
de garantías constitucionales.”
5. Titulares del derecho fundamental al debido proceso
Es importante preguntarnos ¿a quien protege la noción del debido proceso? tomando lo expresado por Zerpa quién cita a Carlos Ayala Corao
en su obra “Derechos Humanos y Proceso Penal en la Constitución de 1999”
establece que
”…las garantías del debido proceso están igualmente referidas
a las víctimas de violaciones de tales derechos y/o a sus familiares, quienes deben contar con amplias posibilidades de ser
oídos y de actuar en las investigaciones, las acusaciones y en
los respectivos procesos, tanto en procura del esclarecimiento
de los hechos y del castigo de los responsables” (Sentencia de
fecha 19-11-99, CtTDH, Caso: Villagran. Morales u otros”…
En consecuencia, las garantías del debido proceso son aquellas reglas
que deben ser acatadas por el Estado en cualquier actuación judicial y administrativa, tal como la Constitución de 1999 establece
6. Principios que comprende el derecho al debido proceso
A. El derecho a la defensa
El artículo 49.1 constitucional establece lo siguiente:
“La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables
en todo estado y grado de la investigación y del proceso. Toda
persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los
cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer
del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del
debido proceso. Toda persona declarad culpable tiene derecho
a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta
Constitución y la Ley.
Entre los derechos y garantías constitucionales procesales dentro del
debido proceso constitucional, sea jurisdiccional o administrativo se ubica
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Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
el derecho de defensa. Este derecho de defensa establecido constitucionalmente se refiere al hecho de que toda persona, en el marco de un proceso
jurisdiccional o administrativo, en las ocasiones previstas por la Ley y en
los procedimientos correspondientes puede realizar alegatos de hecho o de
derecho, acciones o excepciones que favorezcan sus intereses, también producir pruebas que le favorezcan, recurrir de los fallos judiciales contrarios
o perjudiciales, sea inclusive en la fase de ejecución de la sentencia ya que
este derecho se debe en todo estado y grado de la causa, incluida la fase de
casación y de ejecución.
Al respecto, Bello (2006)
…” el derecho a la defensa adopta una multiplicidad de formas,
como lo son:
a. La alegación, que como derecho de cualquiera de las partes en
el proceso, constituye la manifestación de expresión judicial
de los argumentos de hecho y de derechos que sean el fundamento de la pretensión o excepción, así como de cualquier clase de peticionamiento judicial por mas simple que sea, donde
se pueden manifestar o aportar a través de su envoltorio- envoltorio del alegato- cualquier clase de hechos , sean constitutivos, extintivos, impeditivos o invalidativos, modificativos o
exceptivos, de manera que la alegación también comprende la
excepción.
b. Derecho a ser oído.
c. Derecho a estar presente en los actos del proceso.
d. El derecho a la asistencia técnica y letrada.
e. El derecho a producir pruebas legales y pertinentes en las
oportunidades procesales previstas para tal efecto, lo que a su
vez involucra como parte del derecho a la defensa, el derecho al aseguramiento de la prueba, de aportación, publicidad,
contradicción, admisión, conocimiento, evacuación, control y
apreciación.
f. El derecho a presentar alegatos finales, informes u observaciones con vista a todos los actos procesales realizados.
g. El derecho a recurrir del fallo judicial perjudicial, que involucra el derecho a que se respeten los lapsos para recurrir, a que
sea admitido el recurso de cumplir con todos los requisitos de
ley, el derecho a recurrir de hecho cuando le es negado el recurso, el derecho a informar u observar en el acto de informes, el
derecho a producir pruebas en la medida de su permisibilidad.
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
B. El derecho a la doble instancia.
El contenido de este principio radica en el derecho a que la sentencia
judicial puede ser revisada por el superior del juez que la emitió y se hace
efectivo por vía de apelación o por vía de la consulta como grado de jurisdicción. Sin embargo el artículo constitucional establece que es posible que
existan procesos judiciales donde no exista una segunda instancia.
De ello se desprende que el principio de la doble instancia no tiene
carácter absoluto y el legislador está autorizado para indicar en que casos
no hay segunda instancia en cualquier tipo de proceso, sin perjuicio de los
recursos extraordinarios que pueda consagrar.
Este principio es uno de los más importantes del debido proceso ya que
concreta la garantía de la participación de los interlocutores en el discurso
jurisdiccional, en especial, para presentar argumentaciones y pruebas. De
esta manera, el derecho de defensa garantiza la asistencia al proceso, hacerse
parte en el mismo, defenderse, presentar alegatos y pruebas.
C. La presunción de inocencia
Este principio está establecido en el artículo 49.2, “Toda persona se
presume inocente mientras no se pruebe lo contrario”.
De acuerdo con esta presunción, el sujeto a quien potencialmente deba
imponérsele una sanción se presume inocente, a menos que existan pruebas
fehacientes que demuestren lo contrario.
D. El derecho de toda persona a ser oída
El artículo 49.3 constitucional establece:
“Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de
proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente, por un tribunal competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quién no
hable castellano, o no pueda comunicarse de manera verbal,
tiene derecho a un intérprete.”.
Es el derecho a ser oído por el tribunal competente, independiente e
imparcial establecido con anterioridad.
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Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, ha señalado
en sentencia, de fecha 24 de enero de 2001, Nº 5, Expediente Nº 00-1223,
lo siguiente:
…Al respecto, es menester indicar que el derecho a la defensa y al debido proceso constituyen garantías inherentes a la
persona humana y en consecuencia, aplicables a cualquier clase de procedimientos, El derecho al debido proceso ha sido
entendido como el trámite que permite oír a las partes, de la
manera prevista en la Ley, y que ajustado a derecho otorga a
las partes el tiempo y los medios adecuados para imponer sus
defensas.
En cuanto al derecho a la defensa, la jurisprudencia ha establecido que el mismo debe entenderse como la oportunidad para
el encausado o presunto agraviado de que se oigan y analicen
oportunamente sus alegatos y pruebas. En consecuencia, existe violación del derecho a la defensa cuando el interesado no
conoce el procedimiento que pueda afectarlo, se le impide su
participación o el ejercicio de sus derechos, o se le prohíbe
realizar actividades probatorias.
Adicionalmente, la misma Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia en sentencia de fecha 20 de septiembre de 2001, nº 1745, expediente nº 01-1114 expresó:
152
“El derecho al debido proceso, consagrado en el artículo 49
de la Constitución a favor de todo habitante de la República,
comprende el derecho a defenderse ante los órganos competentes, que serán los tribunales o los órganos administrativos,
según el caso.
Este derecho implica notificación adecuada de los hechos imputados, disponibilidad de medios que permitan ejercer la defensa adecuadamente, acceso a los órganos de administración
de justicia, acceso a pruebas, previsión legal de lapsos adecuados para ejercer la defensa, preestablecimiento de medios que
permitan recurrir contra los fallos condenatorios (de conformidad con las previsiones legales), derecho a ser presumido
inocente mientras no se demuestre lo contrario, derecho de ser
oído ,derecho de ser juzgado por el juez natural, derecho a no
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
ser condenado por un hecho no previsto en la ley como delito
o falta, derecho a no ser juzgado dos veces por los mismos
hechos, derecho a no ser obligado a declararse culpable ni a
declarar contra si mismo, su cónyuge, ni sus parientes dentro
del segundo grado de afinidad y cuarto de consanguinidad, entre otros.
La consagración constitucional del derecho al debido proceso,
significa que la acción de amparo ejercida por violación de
algunos de los extremos allí señalados por actuación u omisión
judicial, procederá cuando los hechos presuntamente constitutivos de la infracción efectivamente impidan o amenacen
impedir a un particular el goce y ejercicio inmediato de alguna
de las facultades que dicho derecho al debido proceso otorga.
Es así como no todo error de procedimiento que cometan los
jueces, ni todos los errores cometidos en la escogencia de la
ley aplicable o en la interpretación de la misma constituyen
infracción al derecho al debido proceso. Solo cuando la infracción de reglas legales resulte impeditiva del goce o ejercicio
de los derechos y facultades garantizados por el artículo 49
citado, se verificará la infracción constitucional presupuesto
de procedencia de la acción de amparo ejercida por violación
al debido proceso, de modo que el accionante deberá alegar
cómo y de qué manera el error judicial le impide o amenaza el
goce o ejercicio del derecho que señala conculcado, expresando la actividad procesal a la que tenía derecho y que no puede
ejercer como resultado del hecho constitutivo de la supuesta
infracción constitucional, así como la urgencia en el restablecimiento de la situación lesionada”…
E. El principio del juez natural
El artículo 49.4, establece “Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías establecidas en esta constitución y en
la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin conocer
la identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o por comisiones creadas para tal efecto”.
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Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
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El derecho al juez natural es un derecho a un juez preestablecido, con
competencias prescritas por la ley y que de esta manera permita que en el
juicio exista una garantía de imparcialidad.
El principio del juez natural evita a que se hable de jueces ad hoc, que
puedan ser nombrados para determinado caso que pudiesen resolver conflictos jurídicos mediante apreciaciones parcializadas que no correspondan con
el imperio de la legalidad. El juez natural es aquel a quien la constitución o
la ley, le han asignado el conocimiento de ciertos casos para su solución. La
asignación corresponderá a la competencia correspondiente.
Que debe reunir ciertas características como: la legalidad, debe ser
fijada por la ley, la imperatividad, en el sentido de que no es derogable por
la voluntad de las partes; inmodificabilidad, ya que no puede variar en el
curso del proceso; la indelegabilidad, no puede ser delegada por quien la
detenta; y finalmente, es de orden público, se fundmenta en el interés de la
colectividad.
F. Derecho a no ser constreñido a confesarse culpable contra si mismo.
Según el artículo 49.5 constitucional “Ninguna persona podrá ser
obligada a confesarse culpable o declarar contra sí misma, su
cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad. La confesión
solamente será válida si fuere hecha sin coacción de ninguna
naturaleza.”
Esta garantía constitucional procesal, se refiere a que nadie puede ser
obligado a declarar en su contra o se, contra si mismo, o contra los señalados, lo que no debe interpretarse que no pueda declarar voluntariamente en
su contra, declararse culpable de la comisión de un hecho que le acarreará
responsabilidad penal o el reconocimiento de un hecho controvertido que le
traerá consecuencias jurídicas desfavorables.
G. Principio de validez de la confesión solo si se ha hecho
sin coacción.
La confesión como garantía constitucional procesal es válida en la medida en que sea voluntaria y no haya sido obligada considerando que la
confesión según Bello,
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
…es una declaración de parte donde se reconocen la existencia
o verdad de hechos controvertidos propios del confesante, o de
los cuales tiene conocimiento, que le acarrean o traen consecuencias jurídicas desfavorables o simplemente favorables a
los intereses de su adversario; éste último elemento-el perjuicio- es precisamente el elemento que diferencia la declaración
de parte de la confesión, pues existirá ésta última, en la medida
que esa declaración de parte sea desfavorable a los intereses
del sujeto que confiesa, de lo contrario, esa manifestación será
una simple declaración de parte “.
H. Principio de la legalidad.
Principio nulla crimen nulla poena sine lege
Según el artículo 49.6 constitucional “Ninguna persona podrá ser
sancionada por actos u omisiones que no fueren previstos como
delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.”
Es el derecho a ser juzgado conforme a la ley.
La legalidad del proceso es una garantía de que el juez debe ceñirse a
un esquema determinado sin la posibilidad de inventar trámites que pudiesen hacer dudar de la legalidad respectiva.
Es importante aclarar que el principio de la legalidad tiene dos dimensiones: una formal y otra material.
En su dimensión material relevante en el derecho penal y en general
en el derecho sancionatorio. Según este principio se exige que las prohibiciones de conductas particulares y las sanciones para los actos que puedan
infringir deban aparecer en una ley anterior al acto que se vaya a enjuiciar.
Es así, como el principio de la legalidad establece una reserva de ley
para las prohibiciones, las penas y las sanciones.
En su dimensión formal, el principio de legalidad establece que las
actuaciones procesales de la jurisdicción deben estar previstas en una ley anterior al procedimiento en que ellas se lleven a cabo. Por lo tanto, las actuaciones procesales de la jurisdicción deben estar previstas en una ley anterior
y el poder judicial debe ajustarse totalmente a dichas prescripciones.
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I.
Principio nom bis in idem
Según el artículo 49.7 constitucional “Ninguna persona podrá ser
sometida a juicio por los mismos hechos en virtud de los cuales
hubiese sido juzgada anteriormente.”
Es una garantía o derecho constitucional procesal que consiste en el
hecho de que ninguna persona puede ser sometida a juicio por los mismos
hechos en virtud de los cuales ha sido ya juzgada.
J. Derecho a obtener reparación del Estado por los errores judiciales.
Según el artículo 49.8 constitucional “Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la situación
jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir
la responsabilidad personal del magistrado o magistrada, juez o
jueza y del Estado, y de actuar contra éstos o éstas.”
Según Bello,
“Es una garantía procesal constitucional que se refiere a la responsabilidad del Estado, retardo u omisiones injustificadas en
la Administración de justicia y que se materializa en el derecho
que tienen los administrados de solicitar el Estado el restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada, norma
que se encuentra relacionada con el artículo 255, que establece
cual es la responsabilidad de los operadores de justicia, con
motivo al error judicial, retardo u omisiones injustificadas, inobservancia sustancial de normas procesales, denegación de
justicia, parcialidad y por los delitos de cohecho y prevaricación que incurran en el ejercicio de sus funciones”.
El artículo 255 constitucional establece:
156
…” Los jueces o juezas son personalmente responsables, en
los términos que determine la ley, por error, retardo u omisiones injustificadas, por la inobservancia sustancial, de las normas procesales, por denegación, parcialidad y por los delitos
de cohecho y prevaricación en que incurran en el desempeño
de sus funciones.”
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
Igualmente, lo establecido en el artículo 25 constitucional:
“Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o
menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y
la ley es nulo; y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad
pena, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan
de excusas órdenes superiores.”
Por lo tanto, los jueces serán responsables penal, civil y administrativamente, por los actos que puedan dictar en el ejercicio de la función pública, que violen o menoscaben los derechos garantizados por la Constitución
y por la ley.
Es así como la responsabilidad del Estado como garantía constitucional, es producto del funcionamiento del sistema de justicia, en manos de
los jueces, que confiere a los particulares el derecho de exigir, el restablecimiento de la situación jurídica violada por la actividad jurisdiccional o la
reparación del daño sufrido.
II. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
1. Consideraciones generales sobre el
administrativo
procedimiento Sigue siendo una premisa fundamental la defensa de la
persona ante las posibles arbitrariedades de los órganos del Poder Público,
quizás algunos crean que se trata una quimera inalcanzable, otros, por el
contrario, confían puede ser posible; mientras los hombres crean en los
principios de igualdad, libertad y justicia, tendremos condiciones de defender nuestros intereses legítimos y derechos, aún y cuando, la misión
consista en enjuiciar al aparato administrativo.
Por tanto, debemos entender que esta defensa no está solamente en manos del particular, sino que el Estado deberá crear todo un conjunto de
técnicas eficaces que le permita al individuo exigir la restitución de sus derechos vulnerados.
En este sentido, la Justicia Administrativa ha resultado ser por mucho
tiempo uno de los mecanismos protectores por excelencia ante las eventuales
arbitrariedades de la Administración Pública y por consiguiente la entendemos
como el conjunto de instrumentos técnico-jurídicos encaminados al control
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Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
de la legalidad de la actividad de la Administración, de su potestad reglamentaria y del sometimiento de la Administración a los fines que la justifican.
En consecuencia, estos mecanismos se orientan a la integridad de derechos e intereses legítimos, de lo que se deriva que la Justicia Administrativa
deberá encuadrarse en un contexto constitucional.
El estudio del tema del procedimiento administrativo en Venezuela,
tiene su vigor a raíz de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en la década de los ochenta, aunque su trazado
es una construcción jurisprudencial, los doctrinarios del derecho patrio han
realizado estudios al respecto; asimismo, la doctrina extranjera, dichos estudios servirán de fundamento en el desarrollo del presente estudio.
2. El procedimiento administrativo y la función administrativa
Uno de los tópicos esenciales de estudio del Derecho Administrativo, es la protección del particular contra el ejercicio irregular o abusivo de la
función administrativa.
Es por todos conocido que la función administrativa, es una de las funciones jurídicas del Estado, ya que a diferencia de lo que sucede en el Derecho Constitucional, en el Derecho Administrativo, se analizan las distintas
funciones del Estado y no los distintos Poderes del Estado, pues el poder es
uno sólo y radica en el Estado, en cambio, las funciones son distintas como
también los órganos que llevan a cabo esas funciones son diferentes.
La función administrativa, es aquella que provee a la satisfacción de
necesidades colectivas, que actúa sobre el presente, es continua, permanente, y es por ello que esta función no se puede interrumpir por huelgas ni por
lock out que realicen las empresas a cargo de la prestación de los servicios
públicos.
3. Definición de función administrativa
Conjunto de actividades afines, dirigidas a proporcionar a las unidades
de una organización, los recursos y servicios necesarios para hacer factible
la operación institucional. Actividad preponderante que desarrolla la Administración Pública, en el ejercicio de sus atribuciones; conjunto de actos
administrativos realizados en cumplimiento de normas o leyes llevadas a
cabo por un órgano responsable del sector público.
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
Brewer (1984), sostiene que “la función administrativa dentro de las
funciones del Estado, es como la gestión, en concreto del interés público por
el Estado como sujeto de derecho que se relaciona con los administrados.”
Fraga (1980), expresa, que “la función administrativa es la que el Estado realiza bajo un orden jurídico, y que consiste en la ejecución de actos
materiales o de actos que determinan situaciones jurídicas para casos individuales”.
Recuérdese que el cauce formal, que para la acción administrativa representa el procedimiento administrativo, se justifica como
garantía del interés público, y de los derechos de los administrados; de modo, que es impretermitible la función administrativa para
la presencia del procedimiento administrativo, sin desconocer que
entes privados investidos de potestades públicas legalmente, se encuentren inmersos en un procedimiento administrativo.
Entonces, el acto administrativo en sentido amplio, puede definirse como
toda declaración administrativa productora de efectos jurídicos y en sentido restringido, sería sólo la declaración unilateral e individual que produzca
efectos jurídicos, en todo caso, en ejercicio de la función administrativa.
4. Definición de Procedimiento Administrativo
Araujo (1989), lo define:
El procedimiento administrativo como el cauce formal, jurídico y
necesario para la actividad de la Administración en la producción
de sus actos jurídicos.
Como cauce formal, representa una ordenación unitaria de una
pluralidad de operaciones expresadas en actos de trámite diversos por ante los órganos administrativos; Así, el procedimiento
administrativo comprende, incluso, los actos que realizan los particulares al intervenir legítimamente en el mismo.
Como cauce jurídico, es una serie de actos de naturaleza y efectos
muy variables, en los que se concreta la actuación administrativa
y, a la vez, es un presupuesto de la impugnación procesal del resultado.
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Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
Y, como cauce necesario, pues constituye una obligación jurídica
cuya ausencia o cumplimiento irregular acarreará un vicio que
afectará al acto, ya sea su validez, ya sea en su posibilidad de
ejecución. (Pág. 39)
La doctrina administrativa ha puesto de manifiesto el principio de la
instrumentalidad del procedimiento administrativo, con lo que se quiere
significar que nunca es un fin en sí mismo, sino un instrumento, cauce,
para alcanzar un fin, o como lo destaca la doctrina al afirmar que, el procedimiento administrativo es una concatenación de actos administrativos
preparatorios y preordenados para la determinación de los efectos finales;
es, se concluye, un camino de formación del acto administrativo. Lo que
importa es el fin al cual sirve el procedimiento, ya que aquel tiene razón de
ser por la existencia de éste.
Es de señalar que el autor citado señala que la cuestión del procedimiento administrativo queda planteada, tan pronto como se reconoce en el
Estado la existencia de una función administrativa. Esta función fija al Estado metas en su obrar y para llegar a ellas, necesariamente, tiene que seguir
determinados caminos, los cuales forman parte del procedimiento.
Gordillo (2001), lo precisa:
Definimos al procedimiento administrativo como la parte del derecho administrativo que estudia las reglas y principios que rigen
la intervención de los interesados en la preparación e impugnación de la voluntad administrativa.
Estudia por tanto la participación y defensa de los interesados en
todas las etapas de la preparación de la voluntad administrativa
y desde luego, como debe ser la tramitación administrativa en
todo lo que se refiere a la defensa, participación e intervención de
dichos interesados. (Pág. IX-7)
El desideratum es depender menos de la tutela benevolente del Estado
y basarse más en la activa defensa del particular. Los interesados podrán
interponer contra aquella medida, determinados recursos que habrán de ser
tramitados y decididos en el seno de la propia Administración.
El citado autor hace un extenso estudio de la protección del usuario y
del administrado en la defensa de sus derechos e intereses en sede admi160
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
nistrativa o judicial por lo que este conocimiento es un aporte apreciable a
tomar en cuenta en la elaboración del estudio.
En este orden, García (1986).
El procedimiento administrativo es la primera de las garantías,
en tanto que supone que la actividad de la Administración tiene
que canalizarse obligadamente a través de unos cauces determinados, como requisito mínimo para que pueda ser calificada de
actividad legitima. (Pág. 381-382)
El procedimiento administrativo abarca un conjunto de actos preparatorios o de trámite que han de culminar en la decisión de la autoridad
administrativa competente sobre la cuestión de fondo que le corresponde
resolver.
En ese mismo sentido, Giannini (citado por Lares, 2001) define los
procedimientos, como una serie de actos de autoridad administrativa coligados entre sí y tendientes a una única finalidad. (pág.593); de modo que
éstos procedimientos comprenden, un cadena de resoluciones de carácter
previo que han de ser dictadas por los órganos de la Administración y que
conducen a la emisión de actos administrativos, bajo las formalidades de
fondo y forma y será un vicio de nulidad absoluta la inobservancia total del
procedimiento.
En este sentido, Dromi (1987)
...específicamente, el procedimiento administrativo indica las
formalidades y trámites que deben cumplir la Administración (en
ejercicio de la función administrativa) y los administrados (en su
gestión de tutela individual con participación colaborativa en el
ejercicio de la función administrativa).
Así, se distinguen dos etapas procedimentales: una primera, de
formación de la voluntad administrativa, tanto de origen unilateral o
bilateral, como de efectos individuales o generales; y otra de fiscalización, control e impugnación, que comienza cuando la primera concluye.
La participación de los administrados se realiza en los dos momentos.
En el primero por medio de visitas, peticiones, observaciones, y en el
segundo por medio de recursos administrativos. Es de la esencia del
procedimiento administrativo regular la intervención de los interesados
161
Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
en la preparación e impugnación de la voluntad administrativa, ya sea a
través del ejercicio del derecho de petición o del ejercicio del derecho
de recurrir. Comprende tanto el procedimiento que regula la formulación del acto (constitutivo), como su cuestionamiento y fiscalización
(impugnativo). Es preciso acotar que la Administración debe sujetar su actividad a
requisitos de obligatoria observancia, en este sentido Leal (2001)
“El formalismo aquí no es sino la obligación impuesta por la
ley, a la Administración de sujetar su actividad a requisitos,
trámites, antes de la exteriorización de su voluntad. Voluntad
que sólo puede formarse a través del procedimiento. “(LOPA
artículo 1)
Al seguir, el formato preestablecido, el particular puede prever cual
será la próxima actuación de la Administración, dándole oportunidad de
preparar su defensa.
Sostenía, Ihering. (1994)
“Es una valla en contra de la arbitrariedad, pues limita la actuación de la Administración, pues limitan la actuación de la Administración. Aseguran que la labor de la Administración sea el
resultado de la reflexión y no del impulso.” (Pág. 77-78)
A. Base legal
El estudio del procedimiento administrativo en Venezuela, tiene su
vigor a raíz de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos en la década de los ochenta, aunque su delineado es una
construcción jurisprudencial.
B. Clases de Procedimientos Administrativos
El Derecho venezolano, en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos contempla el procedimiento administrativo ordinario, el cual ha
servido de guía a procedimientos especiales, regulado en el artículo 47, por
ejemplo, el procedimiento administrativo sancionatorio.
El artículo 47, contiene la base legal de los procedimientos especiales:
162
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
“Los procedimientos administrativos contenidos en leyes especiales se aplicarán con preferencia al procedimiento ordinario
previsto en este capítulo en las materias que constituyan la especialidad.”
De modo que de acuerdo a la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, están contemplados dos clases de procedimientos administrativos, el ordinario y el especial, contenido en leyes especiales.
El artículo 48 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, establece:
“El procedimiento se iniciará a instancia de parte interesada,
mediante solicitud escrita, o de oficio. En el segundo caso, la
autoridad administrativa competente o una autoridad administrativa superior ordenarán la apertura del procedimiento y notificará a los particulares cuyos derechos subjetivos o intereses
legítimos, personales y directos pudieren resultar afectados, concediéndoles un plazo de diez (10) días para que expongan sus
pruebas y aleguen sus razones.”
La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, consagra que iniciado el procedimiento se procederá a abrir expediente en el cual se recogerá
toda la tramitación a que de lugar el asunto; de las comunicaciones entre
las distintas autoridades, así como de las publicaciones y notificaciones que
se realicen, se anexara copia al expediente, en aras de garantizar el debido
proceso.
El Artículo 51, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, establece: Iniciado el procedimiento se procederá a
abrir expediente en el cual se recogerá toda la tramitación a
que de lugar el asunto. De las comunicaciones entre las distintas autoridades, así como de las publicaciones y notificaciones que se realicen, se anexara copia al expediente
El Artículo 60 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos establece: La tramitación y resolución de los expedientes
no podrá exceder de cuatro (4) meses, salvo que medien causas
excepcionales, de cuya existencia se dejará constancia, con indicación de la prórroga que se acuerde. La prórroga o prórrogas
no podrán exceder, en su conjunto, de dos (2) meses.
163
Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
A manera de acotación, se entiende que estos lapsos se aplican en el
procedimiento administrativo ordinario, pudiéndose aplicar en los procedimientos especiales, cuando los mismos no figuren taxativamente en la
normativa que lo contenga o, en casos en los cuales los lapsos previstos no
sean suficientes para realizar todo el iter procedimental, ejemplo: el lapso
previsto para instruir el procedimiento de primera instancia en el Reglamento que rige los casos de alumnos y profesores en materia disciplinaria,
en la Universidad de Carabobo, el cual establece taxativamente que la Comisión que instruye el expediente deberá pronunciarse en treinta días, pero
no prevé el lapso del desarrollo del iter procedimental, por lo tanto debe
acudirse al previsto en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
5. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONATORIO
A. Preliminares sobre la potestad sancionatoria
Aceptada genéricamente la existencia de la potestad sancionadora de
la Administración, doctrina y jurisprudencia se han puesto de acuerdo en la
tesis que hoy es absolutamente dominante, la potestad sancionadora de la
Administración forma parte, junto con la potestad penal de los tribunales, de
un ius puniendi superior del Estado, que además es único, de tal manera que
aquellas no son sino simples manifestaciones concretas de éste.
El Derecho Administrativo Sancionador esta montado sobre una serie
de principios que la jurisprudencia y la doctrina han ido creando y que hoy
están recogidas en el artículo 49 constitucional que contiene el derecho al
debido proceso, como son los principios de legalidad, el de reserva legal, el
de tipicidad, el non bis idem, el de culpabilidad, el de prescripción que el
Estado está obligado a garantizar aún cuando tenga atribuida por excelencia
la potestad sancionadora, siendo innegable que las sanciones administrativas, son consecuencia de la potestad de policía; la potestad sancionatorìa
debe realizarse a través de un procedimiento administrativo, son actos dictados por la Administración que pueden influir en la esfera jurídica de los
particulares, en virtud, del gravamen que puede impactar en los derechos de
los particulares se hace necesario que el procedimiento administrativo, este
investido de un cúmulo de garantías que garanticen el debido proceso.
Las sanciones administrativas, son pronunciadas por la Administración
sin intervención del juez, por lo que la naturaleza jurídica de las mismas,
es evidente que debe ser considerada como acto administrativo y en consecuencia susceptible de recurrirlo en vía administrativa y/o en sede juris164
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
diccional. La potestad sancionadora se funda en la competencia que tienen
las autoridades administrativas para imponer sanciones por las acciones u
omisiones antijurídicas.
Peña (2005)
Pese a la exorbitante potestad sancionatoria que actualmente detenta la Administración Pública venezolana tanto desde el punto
de vista cuantitativo como cualitativo, como quedó demostrado
en el capitulo I, y a la significativa incidencia que tiene dicha
potestad sobre los derechos fundamentales de los administrados, aún no ha sido sancionada una ley general sobre el procedimiento sancionatorio, que tal vez inclusive podría extenderse
al completo ejercicio de la potestad sancionatoria, regulando los
principios generales, las sanciones y el procedimiento.
La inexistencia de la referida ley origina un panorama normativo
ciertamente confuso, por no decir caótico. En efecto, ya ha quedado demostrado que casi todas las leyes administrativas sancionadas después de la entrada en vigencia de la Constitución de 1961,
traen un capitulo destinado exclusivamente a establecer sanciones
administrativas en sus diversas modalidades (pecuniarias, interdictivas y disciplinarias), con la particularidad de que las sancionadas
hasta 1999, muy pocas de ellas regulan el procedimiento que debe
seguir la Administración para imponerlas. (Pág. 434)
Como puede observarse, a pesar de que la Administración Pública
venezolana ha detentado la potestad sancionatoria desde 1830, no ha sido
sancionada ley alguna que regule un procedimiento general de tipo sancionatorio que marque directrices al respecto, lo que ha originado la utilización
generalmente del procedimiento ordinario previsto en la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, con serias dificultades en detrimento de
los derechos de los interesados.
(Idem)
Ha construido una definición sobre la potestad sancionatoria de la Administración, en los siguientes términos:
“Es la situación de poder originada en una norma expresa de
la Constitución que faculta a la administración Pública para
165
Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
infligir un mal a los ciudadanos, que en términos generales no
se traduce en privación de la libertad, cuando éstos infrinjan
una orden o prohibición definida en una norma legal, previa
determinación de la culpabilidad del imputado, mediante el
debido procedimiento administrativo.”
B. El Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
El artículo 47, contiene la base legal de los procedimientos especiales, el cual establece: “Los procedimientos administrativos
contenidos en leyes especiales se aplicarán con preferencia al
procedimiento ordinario previsto en este capítulo en las materias que constituyan la especialidad.”
El Procedimiento Administrativo Sancionatorio, se configura de
acuerdo a la norma supra citada como un procedimiento especial, debiendo
ser regulado de manera específica en la normativa que lo contenga.
El procedimiento sancionatorio, es el conjunto concatenado de actos
que deben seguirse para imponer una sanción administrativa. En sentencia,
del Tribunal Constitucional español en las sentencias del 30 de enero y 8 de
junio de 1981 sustentó:
“los principios inspiradores del orden penal son de aplicación,
con ciertos matices, al derecho administrativo sancionador,
dado que ambos son manifestaciones del ordenamiento punitivo del Estado”.
La Sala Político Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia en fecha 17 de noviembre de 1983, ratificada en decisión del 1 de octubre de 1996, señalando que la cobertura de las garantías constitucionales que
rigen el proceso penal han sido interpretadas ampliamente por la doctrina y
la jurisprudencia:
166
... a tal punto que la aplicabilidad de los preceptos en ellos
enunciados ha sido extendida a todas las ramas del derecho
público, allende los límites del derecho penal y de las normas
que protegen exclusivamente la libertad física del individuo,
a fin de convertirlas en pautas fundamentales de la genérica
potestad sancionatoria del Estado. (Gaceta Forense. 3ª Etapa.
Nº 122.Pág. 270)
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
Para De Grazia (2003)
“La necesidad del procedimiento sancionatorio deriva del derecho a la defensa, el cual conforme reiterado criterio del Tribunal Supremo de Justicia, es extensible en su aplicación tanto al
procedimiento constitutivo del acto administrativo como a los
recursos internos consagrados por la ley para depurar aquél.
En consecuencia, la emisión de un acto administrativo sin
cumplir el procedimiento respectivo, y fundamentalmente,
sin garantizar la participación activa de los interesados, apareja su nulidad absoluta. En estos supuestos, la existencia de
prueba evacuadas unilateralmente por la Administración para
comprobar los hechos que dieron origen a la medida punitiva, no pueden invocarse para convalidar el acto sancionatorio
dictado, ya que la falta de audiencia al interesado es un vicio
de tal gravedad que afecta todas las actuaciones que hubiere
realizado la Administración a su espalda.
Por ello, la jurisprudencia sostiene, con razón que son inválidas e insuficientes las pruebas evacuadas por la administración
sin que el sujeto sancionado hubiere tenido participación en su
desarrollo, ni dispusiese de los medios y recursos para contradecirlas o invalidarlas…” (pág.4)
En este orden de ideas, Fraga (2000)
“El ejercicio de la potestad administrativa sancionatoria no es
un poder ilimitado que poseen las Administraciones Públicas;
antes por el contrario, se trata de una actividad modulada intensamente por una serie de principios que, en su mayoría, derivan de la Constitución y por otros que, aún careciendo de una
regulación expresa en el Texto Fundamental, tiene conexión
con derechos inherentes a la persona humana (y por tanto
puede estimarse también reconocidos por la Constitución de
acuerdo a lo previsto en su artículo 22) o derivan de principios
generales del derecho. “(Pág. 70)
Para este autor, el procedimiento administrativo sancionatorio en el
ejercicio de la potestad sancionatoria se gobierna a través de varios principios, traducidos en garantías sustantivas como la reserva legal, la tipici167
Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
dad, la culpabilidad, la razonabilidad o proporcionalidad, la prescripción, la
presunción de inocencia; y, también por garantías formales, como el debido
proceso, comprendidos en éste el derecho a ser oído, el derecho a promover y evacuar pruebas, interdicción de las pruebas ilegítimas, derecho a la
formación del expediente administrativo y acceder al mismo, derecho a la
notificación, derecho a la motivación, derecho a la doble instancia.
C. Obligatoriedad de la realización del iter procedimental
Administrativo sancionatorio
Toda sanción administrativa se formaliza mediante un acto administrativo, para cuya formación es necesaria la sustanciación previa de un
procedimiento sancionatorio, a través de un expediente administrativo.
Según De Grazia: Dicho procedimiento tiende, fundamentalmente,
a consumar dos objetivos, primero: constituye un mecanismo
de corrección de la actividad administrativa, desde que permite al órgano con potestad sancionadora comprobar fehacientemente si se ha cometido algún ilícito; en segundo término, es
el medio que asegura al presunto infractor, ejercer su derecho
a la defensa, alegando y probando lo que le resulte favorable
y controlando, a la par, la actuación inquisitiva de la Administración. Como lo señaló la Sala Político-Administrativa del
Supremo Tribunal, en sentencia de fecha 25 de julio de 1990
(Caso Compagnie Générale Marítime) “El principio de oir al
interesado … no sólo constituye un principio de justicia, sino
también de eficacia, por cuanto asegura un veraz conocimiento de los hechos, contribuye a mejorar la administración y a
garantizar decisiones más justas.
168
Este derecho a ser oído es un derecho transitivo el cual requiere alguien que quiera escuchar para ser real y efectivo. Ahora
bien, el que la administración pública escuche involucra necesariamente que ella conozca todos los argumentos y planteamientos del interesado (artículo 62 L.O.P.A), así como los que
deriven del cumplimiento por su parte de impulsar de oficio el
procedimiento (artículo 53 L.O.P.A.) y que decida, fundamentándolos, tales planteamientos (artículos 9 y 18 ejusdem).
La necesidad del procedimiento sancionatorio deriva del derecho a la defensa, el cual, conforme reiterado criterio del Tribunal Supremo de Justicia, es extensible en su aplicación tanto al
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
procedimiento constitutivo del acto administrativo como a los
recursos internos consagrados por la ley para depurar aquél.
En consecuencia, la emisión de un acto sancionatorio sin
cumplir el procedimiento respectivo, y fundamentalmente, sin
garantizar la participación activa del interesado, apareja su
nulidad absoluta. En estos supuestos, la existencia de pruebas
evacuadas unilateralmente por la Administración para comprobar los hechos que dieron origen a la medida punitiva, no
pueden invocarse para convalidar el acto sancionatorio dictado, ya que la falta de audiencia del interesado es un vicio
de tal gravedad, que afecta todas las actuaciones que hubiere
realizado la administración a su espalda. Por ello, la jurisprudencia sostiene que son invalidas e insuficientes las pruebas
evacuadas por la Administración sin que el sujeto sancionado
hubiere tenido participación en su desarrollo, ni dispusiese de
lo medios y recursos para contradecirlas o invalidarlas.”
D. Garantías y Derechos en el Procedimiento Administrativo Sancionatorio
Al igual que en el procedimiento administrativo ordinario o sumario o
sancionatorio, según sea el caso, como asienta De Grazia
“…el criterio de la unidad superior de la tipificación punitiva
del Estado, y la invariable aplicación de los idénticos principios al proceso judicial penal y al procedimiento administrativo sancionador, fue recogido por la jurisprudencia patria”;
la Sala Político-Administrativa de la extinta Corte Suprema
de Justicia, en sentencia, de fecha 17 de noviembre de 1983,
ratificada en decisión del 01 de octubre de 1996, es clara en
este aspecto, al señalar que la protección de las garantías
constitucionales que rigen el proceso penal han sido interpretadas considerablemente por la doctrina y la jurisprudencia
en nuestro país, “a tal punto que la aplicabilidad de los preceptos en ellos enunciados ha sido extendida a todas las ramas del Derecho Público, más allá de los límites del derecho
penal y de las normas que resguardan sólo la libertad física
del individuo, a fin de convertirlas en prototipos esenciales de
la potestad sancionadora del Estado, genéricamente” (Gaceta
Forense, Tercera Etapa; No. 122. Pág. 270).
169
Marie Picard de Orsini / Judith Useche.
ANUARIO No 30 (2007)
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada
en 1999, eminentemente humanista y, en tal sentido preceptúa un conjunto de principios que al mismo tiempo tienen naturaleza de garantías y de
derechos. Por tanto, han de aplicarse tanto en materia penal, como en las
sanciones administrativas.
Entonces, estas garantías y derechos al debido proceso se aglutinan
en el derecho a la defensa que comprende la asistencia jurídica, el derecho a
ser notificado de los cargos por los cuales se le investiga, acceder a las pruebas, disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa,
serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso, el
derecho a recurrir del fallo; derecho a la presunción de inocencia; derecho a
ser oído, comprende que debe estar revestido de las debidas garantías, dentro del plazo razonable determinado en la ley, por un tribunal competente,
independiente e imparcial; derecho al juez natural; derecho a la no confesión contra si mismo, derecho al principio de legalidad - tipicidad, derecho
a no ser juzgado dos veces por los mismos hechos; responsabilidad del
Estado por errores judiciales.
E. Derecho-garantía a la defensa en el procedimiento administrativo sancionatorio
El derecho a la defensa se manifiesta a través del derecho a ser oído
o a la audiencia -también denominado audi alteram parte; este derecho esta
regulado en el artículo 68 de la LOPA, a decir de Araujo, se trata de una
consagración concreta del derecho a ser oído, es decir, deben ser emplazados preliminarmente para exponer sus argumentos, la necesidad el derecho
de acceso al expediente, el derecho a formular alegatos y presentar pruebas,
derecho a una decisión expresa, motivada y fundada en derecho; el derecho
a recurrir, el derecho de acceso a la justicia.
El procedimiento administrativo compone una garantía del derecho a
la defensa, ya que sin procedimiento es dificultoso sostener que las partes
esgrimieron sus alegatos y mostraron sus pruebas en defensa de sus derechos e intereses; los afectados deberán ser asistidos jurídicamente, en cuanto
sea necesario por la idoneidad de la defensa que se requiera.
La notificación de los cargos por los cuales se le investiga, forma parte
del derecho a la defensa, por cuanto no saber con exactitud porque se le
investiga, materializa estado de indefensión en contra de la persona investigada.
170
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
Para que el derecho a la defensa, en el curso de un procedimiento sancionatorio, sea real y efectivo, es ineludible cumplir con una serie de formalidades, tendientes a informar al sujeto pasivo del procedimiento de las imputaciones que existen en su contra, para que éste a su vez pueda defenderse
debidamente de tales imputaciones, siempre enmarcadas en una presunción,
garantizándose el principio de presunción de inocencia.. En este sentido, el
numeral 1 del artículo 49 de la Constitución vigente determina que “Toda
persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le
investiga”.
Esta formalidad de rango constitucional tiene por objeto permitir a las
personas señaladas como presuntas infractoras, conocer con exactitud los
hechos que se le imputan y las disposiciones legales aplicables a los mismos. Lo que se persigue con la materialización de este derecho-garantía en
el ámbito del procedimiento administrativo sancionatorio, es impedir que
en algún momento pueda constituirse indefensión para el interesado como
consecuencia de una ilustración defectuosa, incompleta o inoportuna de los
términos de la imputación.
Cabe destacar que se quebranta el derecho a la defensa, cuando la
Administración, prescinde de la previa formulación de cargos, o los formula por unos hechos, asentando luego su decisión definitiva en hechos
distintos, o en una nueva calificación legal a los que se imputaron en la
formulación previa, este cambio sobrevenido en la calificación jurídica
configura la inconstitucionalidad de lo actuado, por cuanto deviene en una
flagrante violación del derecho a la defensa; una vez que se haya cumplido
la investigación preliminar y, la misma arroje suficientes indicios deberá
realizarse la formulación de cargos pero ya como imputado.
Igualmente, forma parte del debido proceso la doble instancia, esto es,
recurrir del fallo.También integra el derecho constitucional a la defensa y al
debido proceso, el derecho de acceder a las pruebas, controlarlas, contradecirlas e impugnarlas; de modo que la ausencia o incumplimiento de este
derecho básico durante el procedimiento administrativo, viola el derecho
constitucional a la defensa y al debido proceso del investigado y, por otra
parte, vicia de nulidad absoluta el acto que se dicte en dicho procedimiento,
por mandato constitucional serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso, esto es, que las pruebas que se hayan obtenido sin
la anuencia del afectado estarán viciadas.
171
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Respecto, al derecho a probar en el procedimiento administrativo se ha
pronunciado la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 25 de mayo del 2001 (Caso: Wilde José Rodríguez
D. Vs Ministerio de Justicia), en la cual se sostiene:
…destaca esta Sala que, en el curso del procedimiento seguido
en el presente caso, se transgredió específicamente, dos derechos esenciales que son parte y contenido del derecho a la
defensa como son: el derecho a la prueba y el derecho de presunción de inocencia.
Con respecto al primero, ha asegurado el Tribunal Constitucional español “…El derecho a que las pruebas pertinentes
sean admitidas y practicadas es inseparable del derecho mismo a la defensa”. (SS 147/87, de 25 de septiembre). Asimismo, en otra decisión precisa que, “La denegación no fundada
de la práctica de las pruebas solicitadas puede provocar indefensión y vulnerar el derecho de defensa” (SS 351/93, de
29 de noviembre). En el caso de autos, este Máximo Tribunal
evidencia que ha sido vulnerado este derecho -como ya expuso- en virtud de que no se le permitió al recurrente demostrar
su inocencia mediante la evacuación de las pruebas que éste
consideraba pertinentes y fundamentales para su defensa…”
Lo que deviene, en sostener sin discusión que la prueba es una actividad procesal encaminada a demostrar la veracidad o no de determinados
hechos que han de servir de fundamento a una decisión.
En cuanto, a la carga de la prueba en el procedimiento administrativo
sancionatorio, es indudable que la carga de la prueba corresponde íntegramente a la Administración Pública. Al respecto Brewer (1978)
172
“Es la iniciativa se la Administración la que produce el establecimiento de la sanción, y es la Administración quien
debe probar las situaciones de hecho que puede provocar la
aplicación de esa sanción. La Administración, en este sentido, tiene que realizar todos los actos necesarios para lograr
la precisa determinación de la circunstancia a los efectos de
aplicar los supuestos de derecho que consagra la sanción en
particular”. Pág.17)
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
Por otra parte, en virtud de la presunción de inocencia, la Administración tiene la carga de la prueba respecto a la culpabilidad del investigado.
El íntegro respeto al derecho-garantía a la presunción de inocencia requiere
que la carga de la prueba este en cabeza del acusador y no se traslade al
investigado.
(Nieto) “De esta manera, la presunción de inocencia no puede
ser demolida por indicios o suposiciones, ya que su “fortaleza
constitucional” le hace inmune a la contraprueba realizada
por simples indicios o conjeturas que no tienen nunca fuerza
bastante para romper aquélla”.
Es incuestionable, entonces que derivados del derecho constitucional a la defensa y al debido proceso, en los procedimientos administrativos
sancionatorios los particulares que fungen como imputados tienen derecho a
promover y evacuar las pruebas que resulten pertinentes y convenientes en
beneficio de sus descargos, a desvirtuar; al mismo tiempo, tienen derecho a
que tales pruebas sean correctamente valoradas por la Administración, además de la obligación que tiene la Administración de probar los hechos antes
de imponer la sanción.
De modo que el derecho a la prueba se quebranta, no sólo cuando se
impide al investigado en un procedimiento sancionatorio la posibilidad de
promover las pruebas que considere ineludibles para su defensa, sino también cuando las pruebas promovidas, a pesar de ser indudablemente conducentes y pertinentes, no son evacuadas y mucho menos valoradas por la
autoridad administrativa.
Es concluyente que de estos derechos-garantías, emana el derecho de
conocer y hacerse parte en el procedimiento administrativo sancionatorio.
De manera que cada vez que la Administración requiera manifestar su voluntad, debe tramitar el procedimiento legalmente establecido y durante su
tramitación ofrecerle audiencia a los interesados.
En canto al derecho- garantía de la legalidad, este principio admite
concreciones, la primera bajo la denominación de la legalidad administrativa
que implica que toda actuación de la Administración debe estar sustentada
en una norma atributiva de competencia; por otra parte, implica rodear el
ejercicio de la potestad punitiva del Estado de las garantías de la tipificación
y de la reserva legal.
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ANUARIO No 30 (2007)
El principio non bis in idem constituye uno de los elementos del principio general de legalidad que domina el Derecho Administrativo Sancionador en todas sus formas. Este principio se vincula al principio de proporcionalidad, al menos por su finalidad. En efecto, una acumulación de sanciones
administrativas o penales es desproporcionada en relación de los hechos o a
las actuaciones que la expresa.
De acuerdo al artículo 49 constitucional que consagra el derecho al
debido proceso en todas las actuaciones “judiciales y administrativas” y,
una de cuyas manifestaciones es, precisamente, la garantía que asegura que
“Ninguna persona podrá ser sometida a juicio, por los mismos hechos en
virtud de los cuales hubiese sido juzgado anteriormente.
B. Derecho-garantía derivados del principio de seguridad jurídica
La manifestación fundamental de la seguridad jurídica del administrado es verificable a través del efectivo cumplimento del derecho a la defensa;
de este principio se derivan el derecho a ser oído y, oído por autoridades
imparciales, el derecho a la audiencia del interesado, el derecho de acceso al
expediente, derecho a una decisión motivada.
Dentro del derecho a la defensa se encuentra el derecho a ser oído. Lo
que se quiere significar con el derecho a ser oído es la producción de los
alegatos que pueden ser de fondo o de forma que deberán realizarse dentro
de un plazo razonable.
El derecho a la audiencia del interesado, es una especie del derecho a
ser oído, es lo que se conoce como previa audiencia de los interesados, para
determinar si sigue el procedimiento; derecho a ser sancionado sólo por autoridades imparciales, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos,
al enumerar en el artículo 30 los principios que deben regir la actividad
administrativa, incluye como uno de estos principios el de “imparcialidad”;
este principio es de rango constitucional.
Se quebranta, este principio, y por lo tanto se infringe el ordenamiento
jurídico-administrativo, cuando el funcionario que personifica a un órgano
de la Administración, participa en la solución de un asunto en el cual tiene
algún interés personal, sea de carácter pasional, familiar, ideológico, político, económico o de cualquier otra especie (imparcialidad objetiva). Igualmente, la imparcialidad y objetividad supone que el órgano a quien compete
174
El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
decidir un asunto, no tenga una posición prejuzgada, que pueda influirlo a
decidir en una determinada forma (imparcialidad subjetiva), y menos se
respeta la garantía de imparcialidad y objetividad, cuando la decisión es
adoptada por un funcionario que ha adelantado opinión sobre el caso que le
corresponde decidir, así, lo sostiene Araujo.
Con el propósito de garantizar el derecho a la defensa, se consagró el
derecho que tienen los interesados de acceder al expediente en cualquier
estado o grado del procedimiento (Art. 59 LOPA), porque el interesado necesita tener un conocimiento íntegro y cabal del expediente que contenga
su caso, derecho derivado del principio de publicidad previsto en el artículo
59 de la Ley Orgánica de Procedimientos administrativos; y, por último el
derecho a una decisión motivada significa la obligación de la Administración de motivar los actos administrativos de efectos particulares, esta en
estrecha relación con el principio de defensa, articulo 9 de la Ley Orgánica
de Procedimientos Administrativos
CONCLUSION
El Estado en cualquiera de sus manifestaciones, esta obligado a regir
su actuación para evitar la arbitrariedad, abuso de poder o desviación de
poder. Es fundamental que el Estado garantice el derecho al debido proceso
tanto en las actuaciones judiciales como administrativas, de conformidad
con el texto constitucional aprobado en 1999, de lo que se deriva que el
Estado en el ejercicio del “ius puniendi”, en aras de salvaguardar el orden
público, en defensa del interés general, debe sujetarse al marco jurídico y
proporcionar las garantías en protección de los derechos de los particulares,
de modo que al imponer alguna sanción debe realizar el procedimiento legalmente determinado.
El debido proceso, se puede catalogar como principio y como derecho
fundamental que se coloca como base estructural tanto del Estado de Derecho como del Estado Democrático.
El debido proceso tiene una doble naturaleza, un derecho fundamental
que se entiende como derecho fundamental autónomo, id est, se trata de un
derecho protector de las facultades del individuo como participe del Estado
Constitucional Democrático y el ejercicio de facultades; y, como garantía o
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derecho fundamental indirecto, pues protege otros derechos fundamentales
en el Estado Democrático, como la libertad, la igualdad, los derechos políticos o de participación y los derechos sociales.
Es ampliamente, reconocido la existencia de un movimiento de constitucionalización e internacionalización de los principios procesales a los
que debe ajustarse un proceso o un procedimiento administrativo, para ser
preciado como creación de un Estado democrático.
La justicia administrativa ha resultado ser uno de los mecanismos
protectores por excelencia ante las eventuales arbitrariedades de la Administración Pública y como corolario se entiende, como el conjunto de instrumentos técnico-jurídicos encaminados al control de la legalidad de la
actividad administrativa, de la potestad reglamentaria y del sometimiento
de la Administración a los fines que la justifican. En consecuencia, estos
mecanismos se orientan a la integridad de derechos e intereses legítimos,
de lo que se deriva que la Justicia Administrativa deberá encuadrarse en
un contexto constitucional.
La potestad sancionadora de la Administración forma parte, junto
con la potestad penal de los tribunales, del ius puniendi del Estado; de
allí que resulte obligante que esta potestad debe ejercerse revestida de
una serie de principios que se encuentran configurados en una doble
vertiente, esto es, como derecho y garantía, así, lo precisa el artículo 49
constitucional; en tal sentido, del gravamen que puede impactar en los
derechos e intereses de los particulares se hace necesario un cúmulo de
garantías que garanticen el debido proceso, bien sea en vía administrativa o judicial.
De modo que en vía administrativa la Administración dispone del
marco legal, previsto en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos para realizar el iter procedimental o en su defecto la moldura
normativa que regule el procedimiento administrativo especial, el cual
deberá desarrollarse con todas las garantías previstas en el artículo 49
constitucional en protección de los derechos e intereses de los involucrados en un procedimiento administrativo sancionatorio.
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El Debido Proceso Constitucional y el Procedimiento Administrativo Sancionatorio.
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