Gersón Merma Abad

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LEGISLACION DE LOS Y LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR:
URGEN CAMBIOS INMEDIATOS
informe:
Gersón Merma Abad*
"Las disposiciones a favor de los débiles y desamparados reflejan
bastante bien la calidad de la sociedad cualquiera sea su grado de
desarrollo".
WILFRED JENKS
Los trabajadores del hogar han sido olvidados por los legisladores y casi
siempre han estado marginados en sus derechos sociales, no obstante en otras
legislaciones no existe legislación especial para ellos, pues son considerados como
trabajadores obreros.
En muchos países en esta actividad se ha formado el "paternalismo" en vez de
"patronalismo", término que sin duda refuerza la concepción de dependencia.
Un error fundamental, creemos, es que el trabajo doméstico está considerado
como un trabajo de consumo y no de producción.
Dadas las condiciones en las que este grupo de trabajadores prestan sus
servicios, tales condiciones dependen de la situación económica, social, hábitos de
vida, medios pecuniarios de los empleadores, etc., lo que refuerza su precariedad.
Este grupo de trabajadores presentan mayor grado de dependencia y
subordinación dadas las características especiales en las cuales son prestados sus
servicios.
Una modalidad ya difundida y errónea entre los empleadores respecto a la
aseveración que en los internados, asilos, casas de reposo, casas -pensiones u otros
parecidos, de atención con alimentos en los que se ha tratado de sostener hay
servidores domésticos, no es exacta. Pues en donde haya criterio de lucro o negocio ya
no existe el servicio doméstico, pues como repetimos en este sentido para que haya
servicio doméstico dentro del hogar familiar debe haber ausencia de lucro o negocio
constituido, ósea hogar familiar, pues la palabra domestico significa "demus" que
significa "casa".
El problema es básicamente de legislación y promoción humana, dadas las
características que se dan en cada región, país o lugar, es necesario crear normas
para que la sociedad las cumpla por poseer este grupo de trabajadores, tan iguales
derechos como cualquier otro trabajador, pues el trabajo como axioma señala que la
economía debe estar al servicio del hombre, y no el hombre al servicio de la
economía.
*
Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
LA LIMITACIÓN DEL CONSENTIMIENTO EN EL PAGO DEL SALARIO.
En el caso de los trabajadores del hogar, la Ley 27986 permite la superexplotacion de
este sector, pues esta señala el acuerdo mutuo entre ambas partes, en cuanto a la
fijación de su salario, por lo cual el acuerdo es expreso, y en la cual la posición
siempre dominante del empleador ha hecho que sea siempre él quien fije el contenido
y las condiciones del contrato de trabajo.
Así, el trabajador, solo puede adherirse o no a las condiciones fijadas de antemano
por el empleador, la adhesión flanquea al trabajador el ingreso al trabajo, la no
adhesión le significa quedar fuera, está claro que ante situación tan desfavorable, la
voluntad del trabajador pierde un terreno enorme que gana el empleador.
Así pues, la restauración de este equilibrio debe provenir del Estado, mediante la
promulgación de textos legales restrictivos de la voluntad del empleador,
sobredimensionada por las reglas del libre mercado. Estas restricciones deben
señalar un mínimo como base, mas debajo de las cuales no se pueden pactar
condiciones en la prestación del trabajo y el pago del salario.
Así pues, los trabajadores del hogar, como casi todos los asalariados del país, aparte
de la dependencia jurídica establecida por el contrato de trabajo, se encuentran en
inferioridad respecto a sus empleadores por la dependencia económica, pues por lo
general ellos deben entregarles su fuerza de trabajo para poder recibir los ingresos
económicos, bajo la forma de remuneración, que les permita su subsistencia y la de su
familia. Esta dependencia por la falta de los medios económicos y la carencia de los
medios de producción por parte de los trabajadores, conlleva a estos a la dependencia
jurídica y le sirve de sustento material.
Legislación:
Fue el inciso b) del art. 1 del Decreto Supremo de 25 de junio de 1921 que se
reglamenta las leyes o disposiciones legales que por primera vez en nuestra
legislación define a los domésticos. Se redactó de la siguiente manera:
“Se reputan servicios domésticos, los de cocineros, mayordomos, mozos,
criados, amas, lavanderas y los de aquellos que desempeñan ocupaciones
similares, siempre que éstos verifiquen el trabajo en domicilio particular y
por cuenta del jefe de la familia".
CRONOLOGIA:
El 11 de noviembre de 1839 en que se dio el Reglamento de la Policía de
Lima, a la que se agrega el servicio doméstico fue reglamentado confiando esta
labor a la policía.
Decreto Subprefectural de 7 de mayo de 1901.
Resolución Suprema del 30/05/1901
Decreto Supremo de 25 de junio de 1921
Decreto Supremo de 2 de julio de 1937.
Resolución Ministerial del 14 de marzo de 1940.
Decreto Supremo de 17 de julio de 1941.
Decreto Supremo 023 de 30 de abril de 1957.
Resolución Suprema 018-TD de 14 de diciembre de 1957
Decreto Supremo 002-70-TR de 10 de marzo de 1970.
Resolución Suprema 400-71-TR del 19 de octubre de 1971.
Decreto Supremo 015-72 de 28 de setiembre de 1972.
Art. 3 inciso d) Decreto Ley 19990 (24/04/73)
Resolución Suprema del 03 de noviembre de 1973.
Ley 27986, Ley de Trabajadores del Hogar-(03/06/03)
Reglamento de la Ley - Decreto Supremo 015-2003-TR (20/11/03)
Decreto Supremo 004-2009-TR
PANORAMA ACTUAL
Human Righ, en su informe " Esconder bajo la alfombra los abusos
contra las trabajadoras domésticas en el mundo." El desconocimiento de los
derechos laborales de los trabajadores domésticos está directamente vinculado a su
condición de mujer. El trabajo doméstico es considerado como la extensión natural
del papel de la mujer en la familia y la sociedad. Se le paga a la mujer un salario
para que realice las tareas que en la casa las lleva a cabo en forma gratuita.
Según datos de la OIT, 52.6 millones entre mujeres y hombres mayores de 15
años, durante el 2010 han desempeñado actividades como trabajadores domésticos.
A la vez en el último decenio comprendido (2008), se han sumado a la fuerza laboral
en el mundo 200 millones de mujeres constituyendo en el año 2007, 1.200 millones
de trabajadoras en todo el mundo, pese a constituir el 40% de la población activa
mundial, las mujeres representan el 60% de trabajadores pobres del mundo, por lo
empleos subpagados que encuentran.
A la vez, acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) (2007), en
el Perú se desempeñan como trabajadores/as del hogar un total de 322,764 personas,
5.38% son varones y 94.62% son mujeres.
En el Perú durante el periodo de gobierno de Alejandro Toledo
Manrique siendo Ministro de Trabajo Fernando Villarán De La Puente, (un
ex dirigente sindical bancario y ex profesor de marxismo de la Universidad
Católica), se promulgo la actual Ley27986- Ley de Trabajadores del Hogar,
atentatoria contra este minoritario grupo de trabajadores, reglamentada
tiempo después durante la gestión de Jesús Alvarado Hidalgo, por Decreto
Supremo 015-2003-TR (20/11/03), defenestrado pocos meses después por
supuestos escándalos de corrupción.
El régimen jurídico vigente de los trabajadores del hogar es inconstitucional,
por los derechos sociales menores en relación a los otros grupos de trabajadores, la
oferta de trabajo cada vez más reducida, frente a su demanda, en esta actividad,
tiene por causa, en mucho, su inferioridad legal.
La tesis que señalamos es la de que le corresponden los mismos
derechos acordados a los demás trabajadores, como sucede en los países con
mayor desarrollo industrial y social en el mundo.
La Organización Internacional del Trabajo en la 100 reunión de la Conferencia
Internacional del Trabajo, llevada a cabo en junio de 2011, adopto el Convenio 189
sobre el "trabajo decente" para los trabajadores y trabajadores domésticos,
buscando concientizar sobre el caso del salario mínimo, jornada de trabajo, días de
descanso, trabajadoras gestantes y demás.*
* Algunas conocidas ONGS que asesoran sindicatos y otros abogados y
profesionales afines a ellas, han lanzado la consigna de la ratificación del
Convenio 189, induciendo en error a los trabajadores, calificándola como la
panacea de su legislación, para bajo este supuesto, una vez ratificado,
alcanzar a garantizar los derechos laborales a este grupo vulnerable de la
fuerza laboral del país, omiten decir, claro está, que gran parte o casi toda
la legislación anti- laboral actual vigente para los trabajadores del hogar ya
prevée lo señalado en este Convenio, el cual con ratificación o sin ella solo
se cumplirá sobre todo si existe la voluntad, sobre todo política, de hacerla
cumplir. Para estas organizaciones y sus abogados decirlo o no decirlo, no
va en el libreto, es parte del juego de los actores sociales y su convalidación
como parte del sistema.
Los empleadores,al tratar de modificarse las condiciones de trabajo de los grupos más
vulnerables, entre ellos los trabajadores del hogar, pronostican entonces y como lo
siguen haciendo en la actualidad, ante un reclamo de sus derechos sociales, una
catástrofeeconómica, lo cual no es cierto, pues por el contrario, elevar el poder
adquisitivo de la población laboral, revertirá en repotenciar el consumo y la
economía nacional.
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