D egradaci¶on microbiana del D etritus en ecosistemas estuarino-lagunares R . To r r e s A lva r a d o , F. Gu t i¶e r r e z Me n d ie t a y F. Co n t r e r a s E s p in o s a . L a b . d e E c o s is t e m a s Co s t e r o s . D e p t o . d e H id r o b io lo g ¶ ³a . D .C.B .S . U A MI. Introducci¶ on. Muchos compuestos org¶anicos se liberan dentro del medio acu¶ atico, constituyendo el material conocido como detritus. Este aporte de materia org¶ anica usualmente es m¶as grande en las ¶areas costeras que en los oc¶eanos, por ejemplo, como valor medio aproximadamente el °ujo de materia org¶anica que alcanza el sedimento en zonas costeras es del 25 al 50%, mientras que en las regiones oc¶eanicas es aproximadamente del 1 al 5% (Suess, 1980). Este aporte de materia org¶ anica da origen a la denominada cadena alimenticia del detritus. Mecanismos de formaci¶ on del detritus. Los estudios sobre ecolog¶³a energ¶etica en sistemas acu¶ aticos demuestran que los ecosistemas costeros reciben energ¶³a a partir de dos fuentes principales: luz y materia org¶ anica, las cuales dan origen a la cadena del pastoreo y a la cadena del detritus, respectivamente, y cuya interrelaci¶ on caracteriza a la trama tr¶ o¯ca existente en este tipo de ambientes. Por el hecho de que las zonas estuarino-lagunares son sitios con elevadas tasas de depositaci¶ on de material org¶ anico, la cadena del detritus llega a ser m¶as importante inclusive que la cadena del pastoreo. La cadena del detritus es particularmente importante en los sistemas estuarinos y lagunares, ya que ¶estos reciben un aporte considerable de materia org¶ anica con un alto contenido energ¶etico, como el aporte de hojas proveniente de la vegetaci¶ on circundante del manglar, la cual en la mayor¶³a de las ocasiones no est¶a disponible de forma directa para la comunidad acu¶atica debido a su complejidad estructural, siendo entonces necesaria su degradaci¶ on a compuestos sencillos, funci¶on que es efectuada por los hongos y las bacterias. Puede hablarse de una v¶³a detr¶³tica cuando la materia org¶ anica muerta no se utiliza inmediatamente con gran rapidez, sino que va siendo paulatinamente atacada y descompuesta a medida que circula en diversos lugares. Este transporte por v¶³a detr¶³tica es especialmente importante en la frontera entre ecosistemas de organizaci¶ on diferente: tierra-mar, playas, marismas, aguas dulces-aguas marinas, desembocaduras de r¶³os al oc¶eano, sistemas terrestresepicontinentales, lagos eutr¶ o¯cos y a lo largo de los r¶³os; siendo particularmente importante en estuarios someros con comunidades vegetales extensas (Odum y Heald, 1975). Engler et al., (1977) se~ nalan que en los sistemas estuarinos y costeros altamente productivos, la fracci¶ on constituida por el sedimento, la materia org¶ anica y los microorganismos asociados a ella, conforman el complejo conocido como detritus. Los procesos de degradaci¶on microbiana conducen a la mineralizaci¶on de los elementos (carb¶ on, nitr¶ ogeno, f¶osforo y azufre, principalmente), as¶³ como a la regeneraci¶on de nutrientes al medio. Al mismo tiempo, como resultado de las actividades metab¶ olicas, se alteran las concentraciones de O2 , CO2 , pH y Eh (potencial redox) del ecosistema. El detritus tambi¶en representa una fuente de alimento para los organismos detrit¶ofagos (bent¶ onicos y planct¶ onicos), ya que la s¶³ntesis bacteriana del mismo, da como resultado la elaboraci¶on de biomasa celular (producci¶on secundaria) susceptible de ser utilizada por diversos consumidores. Por detritus org¶ anico se conoce todos los tipos de materiales biog¶enicos en varios estados de descomposici¶ on microbiana, los cuales representan una fuente potencial de energ¶³a para especies consumidoras; por tanto, el detritus incluye todos los organismos muertos m¶ as las secreciones, excreciones, regurgitaciones y egestiones de los organismos vivos, junto con todos los productos subsecuentes de la descomposici¶ on (Darnell, 1967 a.). Para comprender el mecanismo por el cual la energ¶³a del detritus es liberada, es necesario examinar primero la naturaleza del detritus, como es producido y cuales son los procesos involucrados en su degradaci¶ on. Puesto que la producci¶ on primaria excede a la producci¶ on secundaria en la mayor¶³a de los ambientes estuarino-lagunares, con base en la informaci¶on disponible hasta ahora, se tiene que la mayor parte del 43 44 ContactoS 39, 43{54 (2001) detritus proviene de la vegetaci¶on, siendo las siguientes fuentes: 1. Aut¶ octonas ² Fitoplancton (algas y bacterias autotr¶ o¯cas) ² Vegetaci¶on marginal sumergida ² Diatomeas y algas ¯lamentosas de planicies limosas ² Peri¯ton 2. Al¶ octonas ² Vegetaci¶on marginal de marisma, a este respecto Reimold et al., (1975) reportan un aporte de detritus por vegetaci¶ on de marismas a un estuario de Georgia de 18 mg/g/d¶³a de Spartina alterni°ora y de 7 mg/g/d¶³a de Juncus roemerinuos. ² Vegetaci¶on marginal de pantano ² Vegetaci¶on marginal de manglar, Odum y Helad (1975) reportaron un aporte de materia org¶anica proveniente del manglar de 19 ton/m2 /a~ no y Coronado-Molina et al., (2000) calcularon un aporte de hojas de manglar a la laguna de T¶erminos, Campeche, de 768-1 125 g/m2 /a~ no. ² Fitoplancton de r¶³os y marino ² Material costero y de playa lavado durante las tormentas o en la marea alta ² Material arrastrado por el viento, especialmente hojas y granos de polen El detritus de origen animal tambi¶en puede ser aut¶ octono o al¶ octono, incluye partes duras de los animales como estructuras quitinosas, dientes, huesos, escamas, etc.; estos materiales son qu¶³micamente m¶ as resistentes que los vegetales y tienden a permanecer despu¶es de que se ha perdido la parte blanda, forman el llamado humus, lo que se traduce en la acumulaci¶on de un standing stock bajo condiciones de equilibrio entre producci¶on y degradaci¶ on. Adem¶ as del detritus de origen vegetal y animal existe el proveniente de los desechos org¶ anicos que resultan de las actividades humanas. Cualquiera que sea el origen de la materia org¶anica que entra a formar parte del detritus, ¶este se clasi¯ca en: 1. Particulado: c¶ ascaras, heces, esqueletos, hojas y fragmentos de organismos. 2. Subparticulado: coloides (prote¶³nas, carbohidratos, l¶³pidos), mol¶eculas qu¶³micamente reducidas (biocromos, vitaminas, amino¶ acidos, azucares, urea, NO3 , NO2 ) o gases disueltos (metano, amoniaco, ¶ acido sulfh¶³drico). Las mol¶eculas totalmente oxidadas (CO2 , H2 O) no aportan energ¶³a a ninguna especie consumidora conocida, por tanto no entran en el esquema del detritus (Atlas y Bartha, 1981). En las zonas estuarino-lagunares el detritus se acumula sobre la fase sedimentaria en donde directa o indirectamente y a trav¶es de la conversi¶ on microbiana, proporciona una fuente alimenticia signi¯cativa para una gran variedad de consumidores primarios como invertebrados y peces (Odum y Heald, 1975), hasta los niveles tr¶ o¯cos superiores (Pomeroy et al., 1977). Adem¶ as de lo anterior los microorganismos por medio de su actividad bioqu¶³mica intervienen en el reciclamiento de nutrientes hacia la columna de agua, en donde ¶estos ser¶ an utilizados en su mayor¶³a por los productores primarios (Caraco et al., 1989). Papel de los microorganismos en la cadena del detritus. El detritus particulado y subparticulado una vez presentes en el medio acu¶ atico experimentan una descomposici¶ on biol¶ ogica que involucra una simpli¯caci¶ on mec¶ anica y una bioqu¶³mica. 1. La simpli¯caci¶ on mec¶ anica, ocurre a trav¶es de arrastre, sacudimientos y rodamiento cont¶³nuo por la acci¶ on de las olas y corrientes de agua. Los procesos de trituraci¶ on de varias especies consumidoras tambi¶en es importante (Darnell, 1967 b.). 2. La simpli¯caci¶ on bioqu¶³mica, es el resultado de la actividad microbiana, siendo necesario para que ¶esta pueda efectuarse, que las bacterias colonizen las part¶³culas del detritus. Robb et al., (1979) demostraron que los elementos pioneros de la colonizaci¶ on son los hongos (principalmente en la degradaci¶ on celulol¶³tica), propiciando posteriormente una colonizaci¶ on bacteriana. El esquema completo de la sucesi¶ on microbiana fue propuesto por Odum (1982): Degradaci¶ on microbiana. . . R. Torres, F. Guti¶errez y F. Contreras. a) mohos, hongos y bacterias formadoras de esporas. b) bacterias formadoras de esporas. Estos dos grupos utilizan sustancias org¶ anicas de f¶ acil descomposici¶on como az¶ ucares, amino¶acidos y prote¶³nas simples. c) mixobacterias de la celulosa. Trabajan sobre las sustancias m¶as resistentes (celulosa y lignina). d) actinomicetos. Est¶an asociados a la descomposici¶on del humus. Cabe se~ nalar que aproximadamente del 2 al 10% de la super¯cie del detritus org¶anico es colonizado por bacterias y parece haber un l¶³mite en el ¶ area disponible para la colonizaci¶on (Mann, 1982). En esta colonizaci¶on la diversidad de tipos celulares adheridos a una part¶³cula es sorprendentemente elevado, a¶ un cuando las part¶³culas no son ricas en nutrientes (Paerl, 1975). Una vez formado el complejo detritusmicroorganismo se inicia la degradaci¶on de la materia org¶ anica principalmente por bacterias. Las bacterias tienen como funci¶on la descomposici¶ on de todo componente del detritus, por su versatilidad enzim¶ atica degradan cualquier compuesto org¶ anico producido naturalmente y la mayor¶³a de los compuestos sint¶eticos. El consumo de pr¶acticamente cualquier material en el medio ambiente, aunado al crecimiento y reproducci¶on r¶apida de las bacterias da como resultado una producci¶on de biomasa bacteriana potencialmente alta (producci¶ on secundaria). La descomposici¶on del detritus involucra reacciones moleculares de segundo orden que est¶an condicionadas por la concentraci¶on de los reactivos, los valores del potencial de oxidaci¶on y reducci¶on (pH, Eh), el contenido de los diferentes aceptores ¯nales de electrones (O2 , NO3 , SO4 , CO2 ), as¶³ como por la capacidad enzim¶atica de la micro°ora. Quiz¶ a el punto m¶ as importante de la descomposici¶on del detritus es su relaci¶ on con el ciclo de los minerales: carb¶ on, nitr¶ ogeno, f¶ osforo y azufre, principalmente; aunque la realizaci¶ on completa de dichos ciclos requiere tanto de condiciones aerobias como anaerobias. Degradaci¶ on aerobia. La cadena alimenticia aer¶obica est¶a formada por organismos de diferente tama~ no y distintos tipos de alimentaci¶ on; no obstante, todos presentan el mismo metabolismo energ¶etico conocido como respiraci¶ on aer¶ obica. En la zona aer¶obica, que comprende generalmente la columna de agua y unos pocos cent¶³metros, en ocasiones mil¶³metros, de espesor del sedimento, el detritus particulado puede ser 45 consumido por los metazoarios, mientras que las mol¶eculas org¶ anicas peque~ nas son incorporadas por los microorganismos (hongos y bacterias), los cuales de manera individual efect¶ uan las primeras transformaciones de la materia org¶ anica tanto disuelta como particulada, en CO2 y biomasa mediante el metabolismo de la respiraci¶ on aer¶ obica; siendo este proceso muy e¯ciente para la producci¶ on de energ¶³a y por lo tanto para el reciclamiento del carbono (Lehninger, 1978). La respiraci¶ on aer¶ obica es efectuada por muchas bacterias del tipo heterotr¶ o¯co, las cuales incorporan peque~ nas mol¶eculas org¶ anicas como la glucosa, las rompen en peque~ nas unidades y ¯nalmente las oxidan hasta CO2 en presencia de ox¶³geno. La respiraci¶ on aer¶ obica comprende las v¶³as de gluc¶ olisis, ciclo de los ¶ acidos tricarbox¶³licos (ATC) y la cadena de transporte electr¶ onico (Fig. 1); a trav¶es de estas rutas se producen aproximadamente 38 mol de ATP por cada mol de glucosa oxidada, esto corresponde a una e¯ciencia del 43% de utilizaci¶ on de energ¶³a del substrato empleado, el resto se pierde como calor (entrop¶³a). Como resultado de la degradaci¶ on biol¶ogica aer¶ obica, en el sistema se propicia una demanda de ox¶³geno que supera al aporte del mismo, cre¶ andose condiciones generalmente anaer¶obicas y altamente reductoras a una determinada profundidad. Esta profundidad establece el l¶³mite entre el metabolismo aer¶ obico y el anaer¶ obico y generalmente se sit¶ ua por debajo de la interfase sedimento-agua, aunque en algunos casos se localiza por arriba de dicha interfase y en algunas microzonas adyacentes a las ra¶³ces vegetales. Degradaci¶ on anaerobia. Cuando el ox¶³geno se ha agotado, los microorganismos aer¶ obicos estrictos cesan de crecer y bajo estas circunstancias, la descomposici¶ on del carbono org¶ anico contin¶ ua a trav¶es de los microorganismos anaer¶ obicos, dicha degradaci¶ on es m¶ as importante en ambientes que reciben una carga org¶ anica elevada como los estuarios y lagunas costeras. Con base en su bioqu¶³mica especializada los microorganismos anaer¶ obicos se dividen en: fermentadores, desnitri¯cantes, reductores obligados de protones, sulfatoreductores y metan¶ ogenos. a) Organismos fermentadores, son organismos anaer¶ obicos facultativos o estrictos que efect¶ uan una degradaci¶ on incompleta de la materia org¶ anica, dando lugar a la generaci¶ on de diversos productos como ¶ acidos grasos vol¶ atiles, alcoholes y CO2 46 ContactoS 39, 43{54 (2001) F ig . 1 . V ¶ ³a s me ta b¶o lic a s inv o luc ra da s e n e l pro c e so de la re spira c i¶o n y la fe rme nta c i¶o n. Degradaci¶ on microbiana. . . R. Torres, F. Guti¶errez y F. Contreras. y a una ganancia de energ¶³a baja comparada con la respiraci¶on aer¶obica (Fig. 1). Algunos substratos fermentables son la glucosa, la fructosa, la sacarosa, la celobiosa y algunos pol¶³meros tales como celulosa y quitina. Para que pueda existir una fermentaci¶ on equilibrada se requiere de la generaci¶on de productos reducidos como ¶acidos org¶anicos, ¶acidos grasos vol¶ atiles y alcoholes. Laanbroek et al., (1985) establecieron la existencia de una tendencia general hacia la producci¶on de acetato e hidr¶ ogeno en condiciones de baja concentraci¶on de substrato y bajas presiones parciales de hidr¶ ogeno, y todo parece indicar que en sedimentos costeros, el acetato y el hidr¶ogeno son los productos de la fermentaci¶on m¶as importantes seguidos por el propionato. b) Organismos desnitri¯cantes, este grupo abarca aquellos microorganismos que son capaces de efectuar un proceso de respiraci¶on utilizando nitratos como aceptores terminales de electrones (Fig. 1); al presentarse este aceptor en cantidades limitadas en el sistema, la zona que ocupan las bacterias desnitri¯cantes es estrecha y muy restringida (Mechalas, 1974). Aunque este mecanismo es de menor importancia en la mineralizaci¶on de la materia org¶anica, su contribuci¶ on se destaca en las transformaciones reductoras del nitr¶ogeno (Sorensen et al., 1979). c) Organismos reductores de protones obligados, tales como las bacterias acetog¶enicas reductoras de protones obligadas, transforman los productos reducidos de la fermentaci¶on en acetato, hidr¶ ogeno y CO2 . En sedimentos con un elevado contenido de sulfatos como los marinos, existe evidencia de que las bacterias sulfatoreductoras pueden reemplazar o competir con las acetog¶enicas siempre y cuando la presi¶ on parcial del hidr¶ogeno se mantenga baja (Dicker y Smith, 1985). d) Organismos sulfatoreductores, son bacterias anaer¶obicas estrictas y requieren no s¶ olo de la ausencia de ox¶³geno para su crecimiento, sino tambi¶en necesitan un potencial redox bajo aproximado de 0 a -100 mV. Las c¶elulas de este grupo presentan un amplio intervalo de formas morfol¶ogicas: bacilos (Fig. 2), vibrios, cocos, sarcinas y ¯lamentos. Las bacterias que efect¶ uan una sulfatoreducci¶ on desasimiladora utilizan principalmente sulfato como el aceptor terminal de electrones en su oxidaci¶on anaer¶obica de substratos org¶ anicos, estas bacterias tienen la capa- 47 cidad de activar el sulfato y reducirlo a sulfuro de hidr¶ ogeno o ¶ acido sulfh¶³drico (H2 S): 2(CH2 O) + SO4¡2 ¡! 2HCO3¡ + H2 S Las bacterias sulfatoreductoras utilizan los ¶ acidos grasos vol¶ atiles como donadores de electrones, as¶³ como compuestos fen¶ olicos, ind¶ olicos y amino¶ acidos (Gibson et al., 1988). Las bacterias reductoras de sulfatos se encuentran ampliamente distribuidas en ambientes terrestres y acu¶ aticos anaer¶ obicos. Aquellos h¶ abitats que tienen una elevada actividad metab¶ olica sulfatoreductora se caracterizan por el olor a sulfuro de hidr¶ ogeno y el color negro del agua o del sedimento producido por efecto de la precipitaci¶ on del sulfuro de hierro. Debido al aporte elevado e inagotable de sulfato, los sedimentos marinos, estuarinos y de marismas, as¶³ como los lagos y estanques hipersalinos, constituyen los h¶ abitats permanentes y m¶as signi¯cativos de este tipo de bacterias en la naturaleza (Nedwell, 1984). Asimismo, las bacterias sulfatoreductoras se han encontrado en h¶ abitats particulares como limos y sedimentos de sistemas contaminados, digestores para aguas de desecho, suelos inundados (arrozales) y en heces de animales y del hombre. En estos h¶ abitats ricos en substancias org¶ anicas fermentables, el crecimiento de las bacterias sulfatoreductoras u ¶nicamente se encuentra limitado por la disponibilidad de sulfato (Visser et al., 1993). La liberaci¶ on de sulfuro de hidr¶ ogeno durante la sulfatoreducci¶ on desasimilatoria tiene diversas implicaciones tanto ecol¶ ogicas como econ¶ omicas. Desde la perspectiva ecol¶ogica, el sulfuro de hidr¶ ogeno producido forma un enlace con el hierro del complejo FePO4 , creado durante condiciones aer¶ obicas, para constituir el sulfuro de hierro (FeS) que precipita y provoca la liberaci¶ on de fosfato inorg¶ anico. Por consiguiente la sulfatoreducci¶ on es un proceso necesario para la mobilizaci¶ on del fosfato presente en el hierro hasta fosfato libre, siendo un factor importante que contribuye al movimiento de nutrientes inorg¶ anicos del sedimento hacia las zonas aerobias (Jorgensen y Fenchel, 1974). Asimismo, el H2 S en concentraciones elevadas es un inhibidor de la respiraci¶on animal y cancela la incorporaci¶ on de nutrientes principalmente en los arrozales (Train, 1979). 48 ContactoS 39, 43{54 (2001) F ig . 2 . D iv e rsida d de ba c te ria s sulfa to re duc to ra s: a ) Des u lfovibrio des u lfu ricans . b) D. gigas . c ) D. bacu latu s . d) Des u lfomonas pigra. e ) Des u lfotomacu lu m acetox idans (c ¶e lula s v e g e ta tiv a s y c o n e spo ra s). Esc a la : l¶ ³ne a = 1 0 ¹m (Pfe nning et al., 1 9 8 1 ) Econ¶ omicamente, la producci¶on de sulfuro de hidr¶ ogeno merece especial atenci¶on en la industria, ya que la inducci¶on de la precipitaci¶ on del sulfuro de hierro a partir de hierro ferroso se considera el factor responsable de la corrosi¶ on anaer¶obica; esta corrosi¶on es particularmente importante en aquellas industrias caracterizadas por el empleo de bombas, surtidores, tanques, sistemas de calentamiento, sistemas acarreadores de petr¶oleo y estructuras submarinas (Tanner, 1989). e) Organismos metanog¶enicos, son los que participan en la u ¶ltima fase de la degradaci¶on anaerobica y que es conocida como metanog¶enesis; ¶esta procede cuando la concentraci¶on de sulfatos disminuye, como sucede, por ejemplo, por debajo de la zona de sulfatoreducci¶on. Se sabe en general, que las bacterias que toman parte en dicho proceso poseen las propiedades de los anaer¶ obicos estrictos y se encuentran en n¶ umeros elevados donde los valores de Eh son iguales o inferiores a -200 mV. Las bacterias metanog¶enicas se distribuyen ampliamente en los ambientes acu¶aticos: estanques, marismas, pantanos, lagos y oce¶anos (trincheras y cordilleras mesoc¶eanicas), en estos habitats acu¶aticos la liberaci¶ on de burbujas a partir del estrato sedimentario generalmente indica la presencia de la actividad metanog¶enica; otros h¶abitats metanog¶enicos incluyen el tracto intestinal del hom- bre y los animales, los digestores de aguas de desecho y las tierras cultivadas como los arrozales (Mah, 1982). Las bacterias metanog¶enicas abarcan un grupo morfol¶ ogicamente diverso, contiene bacilos cortos o largos, cocos y varios arreglos de estas formas b¶ asicas en largas cadenas o agregados (Fig. 3). Todos los miembros poseen dos cofactores u ¶nicos, el factor 420 (F420) y el ¶ acido 2-mercaptoetanosulf¶ onico (coenzima M o CoM) (Mah y Smith, 1981). Las bacterias metanog¶enicas representan un grupo de procariontes u ¶nico debido a que producen un hidrocarburo, el metano, como principal producto de su metabolismo a partir de la reducci¶ on del CO2 con hidr¶ ogeno molecular, o bien, a partir de otros substratos org¶ anicos simples como formiato, metanol, metilaminas o acetato (Phelps y Zeikus, 1985): 4H2 + CO2 4CH3 OH 4CH3 NH3+ + 2H2 O CH3 COO¡ + H + (Vogels et al., 1988) ¡! ¡! ¡! ¡! CH4 + 2H2 O 3CH4 + CO2 + 2H2 O 3CH4 + CO2 + 4N H4+ CH4 + CO2 Degradaci¶ on microbiana. . . R. Torres, F. Guti¶errez y F. Contreras. 49 F ig . 3 . M ic ro fo to g ra f¶ ³a e le c tr¶o nic a to ma da po r Ja c k Pa ng bo rn de una se c c i¶o n de M e tha no sa rc ina , mo stra ndo v e s¶ ³c ula s de g a s y c o mpa rta me nta liz a c i¶o n. Esc a la : l¶ ³ne a = 0 .5 ¹m. (M a h y Smith, 1 9 8 1 ) El metano que se genera de esta actividad en los 10 primeros metros del sedimento puede difundirse a la atm¶ osfera donde participa en el efecto de invernadero, al respecto se ha calculado una emisi¶ on total de metano a la atm¶osfera de 1.8 Ton/a~ no proveniente de la descomposici¶on anaerobia de la materia org¶ anica del humedal El Pantanal (Amazonas) (Karl y Tilbrook, 1994). En lo que se re¯ere al metano que se produce por debajo de los 10 m, ¶este no alcanza la atm¶osfera; tambi¶en debe considerarse que el metano puede ser utilizado como fuente de energ¶³a por las bacterias metanotr¶o¯cas (Lidstrom, 1983) mediante su conversi¶on a CO2 , aproximadamente del 10 al 30% del metano producido por metanog¶enesis es consumido por las bacterias metanooxidantes. La oxidaci¶on del metano es un proceso estrictamente aer¶obico y requiere de una temperatura ¶ optima entre 25 y 37± C. La producci¶ on in situ del gas metano tiene un efecto considerable sobre la estabilidad sedimentaria; directamente por el atrapamiento de burbujas de gas en los sedimentos no consolidados e indirectamente por la iniciaci¶ on de ciertas caracter¶³sticas diagen¶eticas como la cementaci¶on de carbonatos y la formaci¶ on de n¶ odulos (Whelan, 1974). La metanog¶enesis tambi¶en es un proceso que se utiliza para el tratamiento de diferentes desechos t¶oxicos, org¶ anicos, agr¶³colas e industriales. Finalmente, el gas metano tiene enormes ventajas para ser usado como combustible dom¶estico, en automotores y en otros procesos criog¶enicos (Yen y Tang, 1977). La producci¶ on de metano a partir de la actividad microbiana metanog¶enica es un proceso econ¶ omicamente m¶as competitivo que la generaci¶ on de metano derivada de los combustibles f¶ osiles cuyo costo se ha incrementado notablemente en los u ¶ltimos a~ nos. Los compuestos inorg¶ anicos reducidos, resultantes de la descomposici¶ on anaer¶ obica (Fig. 4) representan energ¶³a potencial que solo puede ser utilizada en presencia de ox¶³geno y de luz; cuando estos compuestos se difunden hacia arriba pueden ser oxidados por bacterias quimioaut¶ otrofas en presencia de ox¶³geno. La energ¶³a liberada de esta oxidaci¶ on se utiliza para asimilar CO2 y sintetizar materia org¶ anica en forma de biomasa bacteriana disponible para los niveles tr¶ o¯cos superiores (Fenchel, 1977). Donde la luz alcanza la zona anaer¶ obica, las bacterias sulfurosas verdes y p¶ urpuras utilizan el H2 S como donador de hidr¶ ogeno en el proceso fotosint¶etico, dando como resultado la liberaci¶ on de sulfato, el cual se difunde para posteriormente participar en otros procesos de mineralizaci¶ on. Las mol¶eculas ¯nales totalmente oxidadas (H2 O, etc) no aportan energ¶³a a ning¶ un consumidor, por tanto no entran en el esquema. Al analizar en conjunto la cadena anaer¶ obica que participa en la degradaci¶ on de la materia org¶anica, se observa la existencia de una serie de relaciones entre los microorganismos que en ella participan y que los hace ser dependientes unos de otros para el buen funcionamiento del ambiente sedimentario. En los sedimentos de medios acu¶ aticos las bacterias sulfa- 50 ContactoS 39, 43{54 (2001) F ig . 4 . Re pre se nta c i¶o n e sq ue m¶a tic a de la de g ra da c i¶o n de l de tritus e n e l se dime nto . Degradaci¶ on microbiana. . . R. Torres, F. Guti¶errez y F. Contreras. toreductoras y las productoras de metano ocupan nichos similares en los estados terminales de la mineralizaci¶ on anaer¶obica de la materia org¶anica. Sin embargo, la sulfatoreducci¶on es el proceso dominante en la descomposici¶on de la materia org¶anica en sedimentos caracterizados por la presencia de sulfatos como los estuarino-lagunares (Howarth y Teal, 1979). Su importancia es tal, que llega a representar del 36% al 50% de la degradaci¶on de carbono org¶ anico (Howes et al., 1984) y, aproximadamente, la mineralizaci¶on del 11% de la producci¶ on primaria neta de la columna de agua (Aller y Yingst, 1980), mientras que s¶olo el 5% del carbono ¯jado en la fotos¶³ntesis es convertido a metano (CH4 ) (Vogels,1979). La dominancia cuantitativa de la sulfatoreducci¶ on obedece a que la presencia de sulfatos previene la acumulaci¶ on de metano al presentarse una competencia entre las bacterias sulfatoreductoras y las metanog¶enicas por el hidr¶ogeno y el acetato; en esta competencia, la sulfatoreducci¶on se ve favorecida cin¶etica y termodin¶amicamente debido a que produce m¶ as energ¶³a por mol de hidr¶ogeno o acetato en comparaci¶ on con la formaci¶on de metano (SchÄ oenheit et al., 1982). Tambi¶en in°uye el hecho de que como durante el proceso de sulfatoreducci¶on se libera sulfuro de hidr¶ogeno, cuando la concentraci¶ on de ¶este llega a ser elevada se induce una inhibici¶ on de la metanog¶enesis (Cappenberg,1975), aunque otros autores han reportado algunos metan¶ogenos tolerantes a elevadas concentraciones de sulfuros (Mountfort y Asher, 1979). Las bacterias sulfatoreductoras y metanog¶enicas, juegan un papel clave en el consumo de los productos metab¶ olicos generados por los organismos que preceden a la descomposici¶on anaer¶obica, el consumo de tales productos por estos grupos terminales est¶ a in°uido por el tipo de substancias liberadas por las reacciones previas de fermentaci¶ on, mejoran la conservaci¶on de la energ¶³a de las bacterias fermentadoras y mantienen las condiciones termodin¶ amicas que se requieren para el catabolismo de los ¶ acidos grasos vol¶atiles. Un ejemplo de lo anterior, se presenta en la relaci¶on existente entre los fermentadores, los reductores obligados de protones y los metan¶ ogenos a trav¶es del consumo de H2 , proceso conocido como \transferencia de hidr¶ogeno entreespecies", el cual permite mantener una presi¶ on baja de hidr¶ ogeno en el medio, facilitando al mismo tiempo el catabolismo de los productos menores de la fermentaci¶on (propionato, valerato, butirato) hasta acetato, H2 y CO2 con liberaci¶on de energ¶³a. 51 Tabla 1. Estequiometr¶³a de las reacciones metab¶ olicas durante la degradaci¶ on del detritus (Fenchel et al., 1998 y Conrad et al., 1986). Metabolismo ¢ G± (kJ mol-1) Respiraci¶ on aer¶ obica - 479 Desnitri¯caci¶ on - 453 Sulfatoreducci¶ on - 41 a - 152 Metanog¶enesis - 28 a -136 Acetog¶enesis - 105 Fermentaci¶ on - 10 a -77 Importancia. Las interrelaciones existentes entre la microbiota aerobia y anaerobia generan ambientes biogeoqu¶³micos diferentes (Fig. 5), cada uno caracterizado por una forma de metabolismo dominante. Dichos ambientes o estratos est¶ an caracterizados por mecanismos metab¶ olicos sucesivamente menos e¯cientes (Tabla 1), en cada uno de ellos la poblaci¶ on microbiana dominante explota el medio ambiente y crea un medio ambiente nuevo que favorece a otras especies. Entonces, la transici¶ on de un ambiente aerobio hasta uno productor de metano, es una consecuencia geoqu¶³mica de los cambios ambientales auspiciados por las especies de microorganismos (Claypool y Kaplan, 1974). Por lo expuesto anteriormente el conocimiento acerca de las actividades metab¶ olicas de los microorganismos efectuadas durante la mineralizaci¶on de la materia org¶ anica es un factor primordial para entender las propiedades qu¶³micas y f¶³sicas del sedimento. Aunado a lo anterior, en los procesos de degradaci¶ on microbiana mencionados, las bacterias al descomponer el detritus org¶ anico deben asimilar los nutrientes inorg¶ anicos disueltos en el agua, de esta manera enriquecen el detritus con nitr¶ ogeno y f¶osforo. Por tanto, la disponibilidad de estos elementos puede limitar la proporci¶ on de descomposici¶ on y la utilizaci¶ on del detritus por los niveles tr¶ o¯cos superiores. Asimismo una vez que la materia org¶ anica vegetal y animal son desintegradas a compuestos m¶as simples y, eventualmente reducidas a sus constituyentes minerales por las bacterias, ¶estas van a transferir los nutrientes a los invertebrados al ser ingeridas por los mismos, dando lugar a una relaci¶on depredador-presa. 52 ContactoS 39, 43{54 (2001) F ig . 5 . Suc e si¶o n de lo s pro c e so s me ta b¶o lic o s inv o luc ra do s e n la de sc o mpo sic i¶o n de l de tritus. Ela bo ra do po r lo s a uto re s. Bibliograf¶³a. 1. Aller, R. C. & J. Y. Yingst. 1980. Relationships between microbial distributions and the anaerobic decomposition of organic matter in surface sediments of Long Island Sound, USA. Mar. Biol.: 29-42 2. Atlas, R. M. y R. Bartha. 1981. Microbial Ecology: Fundamentals and Applications. AddisonWesley Publishing. Company. USA. 557 pp. 3. Cappenberg, Th. E. 1975. A study of mixed continuous cultures of sulfate-reducing and methane-producing bacteria. Microbiol. Ecol. 2: 60-72 6. Conrad. R., B. Schink & T. J. Phelps. 1986. Thermodynamics of H2-consuming and and H2 producing metabolic reactions in diverse methanogenic environments under in situ conditions. FEMS Microbiol. Ecol., 38:353-360. 7. Coronado-Molina, C., J. W. Day, E. Reyes, B. P¶erez y S. Kelly, 2000. Litterfall and nutrient dynamics in mangroove forests located at T¶erminos Lagoon, M¶exico and Everglades, Florida, p. 448. En: Millenium Wetland Event. Quebec, Canada. Agosto 2000. Res¶ umenes de Congreso. 8. Darnell, M. R. 1967 a. The organic detritus problem. En: Lau®, G. H. (de.) Estuaries. A.A.A.S. 374-375. 4. Caraco, N. F., J. J. Cole & G. E. Likens. 1989. Evidence for sulphate-controlled phosphorus released fron sediments of aquatic systems. Nature. 341: 316-318 9. Darnell, M. R. 1967 b. Organid detritus in relation to the Estuarine Ecosystem. En: Lau®, G. H. (ed.) Estuaries. A.A.A.S. 376-382. 5. Claypool, G. E. and Kaplan, I. R. 1974. The origin and distribution of methane in marine sediments. In: I. R. Kaplan (ed.). Natural Gases in Marine Sediments. Plenum, New York. 99-139 10. Dicker, H. J. & D. W. Smith. 1985. E®ects of organic amendments of sulfate reduction activity, H2 consumption, and H2 production in salt marsh sediments. Microbiol. Ecol. 11: 299315 Degradaci¶ on microbiana. . . R. Torres, F. Guti¶errez y F. Contreras. 11. Engler, R. M., J. M. Brannon, J. Rose & G. Bigham. 1977. A practical selective extraction procedure for sediment characterization. In: T. F. Yen (ed.). Chem. Mar. Sedim. 163-171 12. Fenchel, T., G. M. King & T. H. Blackburn. 1998. Bacterial biogeochemistry: The ecophysiology of mineral cycling. Academic Press, London. 307 pp. Fenchel, T. 1977. The signi¯cance of bacterivorous protozoa in the microbial community of detrital particles. En: J. Cairns (ed.). Aquatic microbial communities. Garland, New York. 529-544. 13. Gibson, G. R., G. T. Macfarlane & J. H. Cummings. 1988. Occurrence of sulphate-reducing bacteria in human faeces and the relationship of dissimilatory sulphate reduction to methanogenesis in the large gut. J. Appl. Bacteriol. 65: 103-111 53 23. Mah, R. A. AND M. R. Smith. 1981. The methanogenic bacteria. In: P. S. Mortimer, H. Stolp, H. G. TrÄ uper, A. Balows and H. G. Schlegel (ed). The prokaryotes. A handbook on habitats isolation and identi¯cation of bacteria. Springer-Verlag, New York. 948-977 24. Mann, K. H. 1982. Ecology of Coastal Waters. A Systems Approach. Studies in Ecology 8. 322 pp. 25. Mechalas, B. J. 1974. Pathways and environmental requeriments for biogenic gas production in the ocean. In: I. R. Kaplan (ed.). Natural Gases in Marine Sediments. Plenum Press. 11-25 26. Mountfort, D. O. and R. A. Asher. 1979. Effect of inorganic sul¯de on the growth and metabolism of Methanosarcina barkeri Strain DM. Appl. Environ. Microbiol. 37 (4): 670-675 14. Howarth, R. W. & J. M. Teal. 1979. Sulfate reduction in a New England salt marsh. Limnol. Oceanogr. 24: 999-1013 27. Nedwell, D. B. 1984. The input and mineralization of organic carbon in anaerobic aquatic sediments. Adv. Microbial. Ecol. 7:93-131 15. Howes, B. J., J. W. H. Dacey and G. M. King. 1984. Carbon °ow through oxygen and sulfate reduction pathways in salt marsh sediments. Limnol. Oceanogr. 29: 1037-1051 28. Odum, E. P. 1982. Ecolog¶³a. 3a ed. Ed. Interamericana. M¶exico. 639 pp. 16. Jorgensen, B. B. 2000. Bacteria and marine biogeochemistry. In: H. D. Schulz & M. Zabel (ed.). Marine Geochemistry. Springer-Verlag, Germany. 184-192. 17. Jorgensen, B. B. & T. Fenchel. 1974. The sulfur cycle of a marine sediment model system. Mar. Biol. 24: 189-201 18. Karl, D. M. & B. D. Tilbrook. 1994. Production and transport of methane in oceanic particulate organic matter. Nature. 368: 732-734 19. Laanbroek, H. J., J. P. Blok and L. Steenhuis. 1985. Variability in fermentation patterns of sugar-utilizing bacteria isolated from anaerobic, intertidal sediments. Microbial. Ecol. 11 (2): 117-126 20. Lehninger, A, L. 1978. Biochemistry. Worth. Publishers., Inc. New York. 1104 pp. 21. Lidstrom, M. E. 1983. Methane consumption in Framvaren, an anoxic marine fjord. Limnol. Oceanogr. 28(6): 1247-1251 22. Mah, R. A. 1982. Methanogenesis and methanogenic partnerships. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B. 297: 599-616 29. Odum, W. E. & E. J. Heald. 1975. The detritus based food web of an estuarine mangroove community. En: L. E. Cronin. (ed.) Estuarine Research. 1: 217-228. 30. Paerl, H. W. 1975. Bacterial uptake of dissolved organic matter in relation to detrital aggregation in marine and freshwater systems. Limnol. Oceanogr. 19 (6) 966-972. 31. Pfenning, N., F. Widdel and H. G. Truper. 1981. The dissimilatory sulfate-reducing bacteria. In: M. P. Starr, H. Stolp, H. G. Truper, A. Ballows and H. G. Schlegel (ed.). The prokaryotes. A handbook on habitats isolation and identi¯cation of bacteria. Springer-Verlag, New York. 926-940 32. Phelps, T. J. & J. G. Zeikus 1985. E®ect of fall turnover on terminal carbon metabolism in Lake Mendota sediments. Appl. Environm. Microbiol. 50: 1285-1291. 33. Pomeroy, L. R., K. Bancroft, J. Breed, R. R. Christian, D. Frankenberg, J. R. Hall, L. G. M, W. J. Wiebe, R. G. Wiegert & R. L. Wetzel. 1977. Flux of organic matter through a salt marsh. In: M. Wiley (ed.). Estuarine Processes. Academic Press. II: 270-279 54 ContactoS 39, 43{54 (2001) 34. Reimold, R. J., J. L. Gallagher, R. A., R. A Linthurst & W. J, Pfei®er. 1975. Detritus production in Coastal Georgia Salt Marshes. En: L. E. Cronin. (ed.) Estuarine Research 1: 217-228. 41. Visser, A., I. Beeksman, F. Van Der Zee, A. J. M. Stams & G. Lettinga. 1993. Anaerobic degradation of volatile fatty acids at di®erent sulphate concentrations. Appl. Microbiol. Biotechnol. 40: 549-556 35. Robb, F. B., R. Davies, R. Cross, C. Kenyon & C. H. Williams. 1979. Cellulolytic bacteria as primary colonizers of Potamogeton pectinatus L (Sago Pond weed) from brackish South Temperate Coastal lake. Microbiol. Ecol. 5 (3): 157-177. 42. Vogels, G. D., J. T. Keltjens & C. Van Der Drift. 1988. Biochemistry of methane production. En: Alexander J. B. Zehnder (Ed.). Biology of Anaerobic Microorganisms. John Wiley and Sons. U.S.A. 707-770 36. SchÄ oenheit, P., J. K. Kristjansson & R. K. Thauer. 1982. Kinetic mechanism for the ability of sulfate reducers to out-compete methanogens for acetate. Arch. Microbiol. 132: 285-288 37. Sorensen, J., B. B. Jorgensen & N. B. Revsbech. 1979. A comparasion of oxygen, nitrate and sulfate respiration in coastal marine sediments. Microbiol. Ecol. 5: 105-115 43. Vogels, G. D. 1979. The global cycle of methane. Antonie van Leeuwenhoek. 45:347-352 44. Whelan, T. 1974. Methane and carbon dioxide in coastal marsh sediments. In: I. R. Kaplan (ed.). Natural Gases in Marine Sediments. Plenum Press. 47-61 45. Yen, T. F. and J. I. S. Tang. 1977. Chemical aspects of marine sediments. In: T. F. Yen (ed.). Chem. Mar. Sed. 1-38 38. Suess, E. 1980. Particulate organic carbon °ux in the oceans-surface productivity and oxygen utilization. Nature 228: 260-263. 39. Tanner, R. S. 1989. Monitoring sulfate-reducing bacteria: comparasion of enumeration media. J. Microbiol. Methods. 10: 83-90 40. Train, R. E. 1979. Quality Criteria for Water. Castle House Publications. Great Britain. 256 p. cs