los textos descriptivos

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LOS TEXTOS DESCRIPTIVOS
1. LA DESCRIPCIÓN
Definida habitualmente como «pintura con palabras», la descripción es una
variedad de discurso mediante la cual se atribuye a los objetos determinadas
cualidades o propiedades, creando así una representación verbal de sus rasgos
característicos. Como la narración, es también una forma de «recrear» la
realidad: el emisor pretende formar una imagen de los objetos que sea
semejante a la que se puede captar mediante los sentidos, para que el receptor
la perciba ya no sensitiva, sino intelectualmente.
2. ASPECTOS PRAGMÁTICOS
De la definición que se acaba de dar se desprende que la función comunicativa
básica de los textos descriptivos será la REFERENCIAL: el interés y la atención del
emisor se centra en el referente, en lo que describe. Sin embargo, ello no
impide que su intención pueda ser más compleja y que incluya, además de la
representación del objeto, otras finalidades que, en determinados tipos de
descripciones, pueden incluso tener más relevancia que la meramente
referencial: si el emisor describe sentimientos propios sin distanciarse de ellos
(en la poesía lírica, por ejemplo) predominará la FUNCION EXPRESIVA; en la
publicidad, la descripción de un producto puede contener elementos de
FUNCIÓN CONATIVA, puesto que se pretende persuadir al receptor e inducirle a
comprarlo: en la mayoría de los textos literarios de carácter descriptivo
interesa, más que el referente mismo, la «imagen» -que de él se recrea, es
decir, el mensaje y su forma, por lo que predominará la FUNCIÓN ESTÉTICA o
POÉTICA por encima de la referencial.
Además de su intención comunicativa y de la finalidad concreta que persiga con
la descripción -que puede ser muy variada-, interesa del emisor el punto de
vista que adopta y su actitud ante lo descrito. Se pueden hacer descripciones
muy diferentes, incluso opuestas, de un mismo objeto si se observa desde
PERSPECTIVAS o PUNTOS DE VISTA distintos. El concepto es similar al que ya
veíamos en la narración y se basa en la relación que el que describe tiene con lo
descrito: puede tratarse de una perspectiva ESPACIAL (el descriptor puede
contemplar el objeto como algo próximo y observarlo en detalle, o como algo
lejano y quizá sólo entrevisto), TEMPORAL (como algo actual, del pasado
reciente, antiguo ...), EMOTIVA (ver el objeto como algo familiar, con afecto,
pasión, repugnancia ... o, al contrario, distanciándose afectivamente de él), o
cualquier otro tipo de punto de vista que defina la posición desde la que el
emisor hace su descripción: intelectual, sociológica, política, estética, etc. En
cualquiera de los casos, tener en cuenta la perspectiva desde la que se realiza la
descripción permite comprender la intención del emisor, su conocimiento y
visión del mundo, sus actitudes, etc.
También es fundamental la ACTITUD DESCRIPTIVA, es decir, la mayor o menor
disposición del emisor a presentar una imagen «fiel» y ajustada del objeto o,
por contra, a incluir su propia subjetividad en la descripción. Ello permite
distinguir entre DESCRIPCIONES OBJETIVAS y SUBJETIVAS. Las primeras suelen
tener una finalidad meramente informativa y en ellas el emisor trata de ocultar
su punto de vista personal o, en todo caso, intenta que éste no influya en la
imagen que el receptor se forme del objeto descrito. En las segundas, pretende
transmitir su propia visión personal del objeto y convencer al receptor de que es
adecuada.
La intención comunicativa, el punto de vista y la actitud del emisor definen los
dos grandes tipos de descripción que suelen distinguirse: la descripción técnica
y la descripción literaria.
 La DESCRIPCIÓN TÉCNICA tiene una finalidad eminentemente práctica:
presenta las características del objeto con la finalidad de instruir al
receptor. En realidad, está muy próxima a la exposición, de la que se
distingue por ser, no tanto una explicación de ideas sobre la realidad que
sirve como tema, sino una presentación de rasgos característicos de esa
realidad. Con todo, ambas variedades de discurso comparten muchas
peculiaridades, como la tendencia a la OBJETIVIDAD (léxico denotativo,
adjetivación de carácter especificativo), la PRECISIÓN en la información
(exhaustividad y minuciosidad en la presentación de los datos, uso de
tecnicismos) y la CLARIDAD (estructuración lógica de las observaciones).
De hecho, este tipo de descripción aparece habitualmente en textos
expositivos de carácter técnico, científico, histórico, sociológico, etc.,
como un procedimiento complementario a la explicación de las ideas
El Sol tiene un diámetro de 1.391.000 km. (unas 109 veces mayor que el
de la Tierra). Por lo menos éste es el diámetro del enorme globo de gas
del cual nos llega la luz solar. La «superficie» brillante, constituida
principalmente por los gases hidrógeno y helio, se encuentra a una
temperatura de 6.000 grados centígrados y se denomina fotosfera. No
obstante, cuando hablamos de la fotosfera como «superficie» debemos
indicar que el globo gaseoso no presenta una corteza como la superficie
sólida de nuestro planeta. Por encima de la fotosfera hay una capa
gaseosa algo más fría -a unos 5.000 grados centígrados- cuyo espesor es
de unos 500 kms. [...] Está constituida principalmente por hidrógeno,
pero también por pequeñas cantidades de otros elementos, tales como
helio, oxígeno, titanio y hierro. El gas de esta capa tiene muy poca
densidad, siendo su presión de sólo una milésima parte de la del aire de
nuestro planeta al nivel del mar. Podemos considerar dicha capa como
la parte inferior de la atmósfera solar. [Colin A. Roman: Secretos del
cosmos]
 La
DESCRIPCIÓN LITERARIA, en cambio, se caracteriza por la
SUBJETIVIDAD y la EXPRESIVIDAD. Predomina la función poética, y su
finalidad es más estética que práctica: lo más importante no es la
información que se transmite -que, lejos de ser exhaustiva, se limita a
aquellos rasgos del objeto que sirven para el propósito del autor-, sino la
expresión de su visión subjetiva de lo descrito y el efecto que la imagen
creada pueda causar en el receptor. Compárese la anterior descripción
técnica del Sol con la siguiente que hace el poeta José de Espronceda en
su Himno al Sol:
De los dorados límites de Oriente,
que ciñe el rico en perlas Océano,
al término sombroso de Occidente
las orlas de tu ardiente vestidura
tiendes en pompa, augusto soberano,
y el mundo bañas en tu lumbre pura.
Vívido lanzas de tu frente el día,
y, alma y vida del mundo,
tu disco en paz majestuoso envía
plácido ardor fecundo
y te elevas triunfante,
corona de los orbes centelleante. [...]
¿Y habrás de ser eterno, inextinguible,
sin que nunca jamás tu inmensa hoguera
pierda su resplandor, siempre incansable,
audaz siguiendo tu inmortal carrera,
hundirse las edades contemplando,
y solo, eterno, perenal, sublime,
monarca poderoso dominando?
No, que también la muerte,
si de lejos te sigue,
no menos anhelante te persigue.
¿Quién sabe si tal vez pobre destello
eres tú de otro sol que otro universo
mayor que el nuestro un día
con doble resplandor esclarecía?
No es frecuente la aparición de referencias al receptor o destinatario real
en los textos descriptivos (a no ser, por supuesto, que sea precisamente
él el objeto descrito). Aun así, como ya hemos visto otras veces, al autor
ha de tener en cuenta a quién va dirigida su descripción para que su
construcción y su expresión sean adecuadas. Cuando aparecen esas
referencias a la segunda persona suelen tener por objeto producir la
aproximación psicológica del receptor a la realidad descrita, la cual gana,
por tanto, en verosimilitud y capacidad evocadora:
Salid de estas capillas y oratorias; entrad en el convento. La piedra gris
vuelve a saltaros a los ojos en la grande escalera, chata y maciza, en los
largos claustros de bóvedas rechonchas, en los anchos patios de
eminentes muros desnudos. [...] Os asomáis a una ventana y contempláis
el vasto panorama de la huerta conventual. Por sus rectos caminos van,
vienen las manchas negras de los ejercitantes que en estos días limpian y
sahúman sus conciencias en el retiro.
[Azorín: Los pueblos]
El referente de un texto descriptivo, es decir, el OBJETO descrito o TEMA,
puede ser cualquier elemento de la realidad: es posible describir
REALIDA- DES FÍSICAS (seres inanimados, animales, personas, lugares,
ambientes ...), REALIDADES ABSTRACTAS (sentimientos, creencias,
conceptos ...) o incluso PROCESOS (una receta de cocina, por ejemplo,
puede entenderse como una descripción de un proceso). En este último
caso, resulta similar a una narración, de la que la distingue el hecho de
que las acciones que se describen no aparecen concebidas como
realizadas por personajes concretos, en un espacio y en un tiempo
también concretos.
El canal y el código son asimismo variables. Según la intención y la
situación comunicativas, el autor decidirá realizar una descripción oral o
una escrita, utilizar sólo el código verbal, algún código no verbal (como
gestos, signos gráficos, imágenes ...) o un código mixto, como suele ser
habitual en la publicidad.
3. ASPECTOS ESTRUCTURALES
3.1. ORGANIZACIÓN DEL CONTENIDO Y TÉCNICAS DESCRIPTIVAS
El contenido de un texto descriptivo está constituido por los diferentes rasgos
característicos, propiedades, cualidades, etc., que se atribuyen a la realidad que
sirve como tema. Este contenido se elabora mediante un proceso que, en
realidad, no es diferente del que tiene lugar en la creación de todo tipo de
texto. Se suelen mencionar las siguientes FASES DEL PROCESO DESCRIPTIVO:
observación, selección, ordenación y expresión.
FASES DEL PROCESO DESCRIPTIVO
OBSERVACIÓN
DEL OBJETO
PRESPECTIVA DEL
EMISOR
SELECCIÓN DE
LOS RASGOS
SIGNIFICATIVOS
INTENCIÓN
COMUNICATIVA
ORDENACIÓN
DE LOS
RASGOS
OBSERVADOS
EXPRESIÓN
CONVENCIONES PROPIAS
DEL GÉNERO
La OBSERVACIÓN permite al autor recopilar los rasgos que definen el objeto
descrito y formar su imagen. Como ya sabemos, está condicionada tanto por el
objeto mismo como por el punto de vista y la actitud del observador. De todo lo
observado, el autor SELECCIONA, de acuerdo con su intención y con la finalidad
que pretende dar a su descripción, aquellos hechos y características que
resultan relevantes, y descarta los que no tengan un significado especial. Según
sea la selección realizada por el autor, y dependiendo también del tratamiento
que haga de esos rasgos característicos, es decir, de la TÉCNICA DESCRIPTIVA
que utilice, podemos encontrar tipos diferentes de descripciones:
 Cuando el autor acumula una gran cantidad de elementos (a veces
relacionados con aspectos distintos o recogidos desde perspectivas
diferentes) con el fin de crear una imagen completa y minuciosa de lo
descrito, nos encontramos ante una DESCRIPCIÓN EXHAUSTIVA, que es
típica de los textos técnicos; las literarias, en cambio, son con frecuencia
DESCRIPCIONES SELECTIVAS: el autor se centra sólo en unos pocos rasgos
a los que carga de una gran expresividad y significación: El Barón de Benicarlés, perfumado, maquillado, decorado, vestido con
afeminada elegancia, dejó sobre la consola el jipi, el junco y los guantes.
[R. del Valle-Inclán: Tirano Banderas]
 En la DESCRIPCIÓN ESTÁTICA, la realidad se describe inmovilizada, como
si permaneciera fuera del discurrir del tiempo. La imagen se mantiene
fija, de forma que los rasgos que el autor ha seleccionado no cambian a
lo largo del texto. En la DESCRIPCIÓN DINÁMICA (también llamada
impropiamente CINEMATOGRÁFICA) se describe una realidad en
movimiento y, por tanto, sujeta al transcurso temporal: los rasgos
descritos son cambiantes, se mueven y se transforman: Llegaron a una meseta rasa, en cuyo borde estaba el horizonte que se
veía lejísimos desde la casa, y esperaron a que bajara el sol y se
derramara la sangre. Poco a poco vieron venir una nube rosa; luego una
niebla rojiza les en- volvía y tenía un olor ácido, como a yodo y limones.
Por fin la niebla se hizo roja del todo y nada se veía salvo aquella luz
densísima entre carmín y escarlata. De cuando en cuando pasaba una
veta más clara, verde o de color de oro. La niebla se hizo cada vez más
roja, más oscura y espesa y dificultaba la luz, hasta que se vieron en una
noche de color escarlata. Entonces la niebla empezó a soltar una
humedad y una lluvia finísima, pulverizada y ligera, de sangre que lo
empapaba y lo enrojecía todo. El niño cogió las sábanas y se puso a
sacudirlas en el aire hasta que se volvían del todo rojas. [...] Ya la niebla
había tomado un color negro rojizo y se veteaba de azul. El olor agrio y
almizclado se iba transformando en otro olor más ligero, como de
violetas animales. La luz aumentaba de nuevo y la niebla tomaba un
color morado, cárdeno, porque las vetas azules se habían fundido con lo
demás. [...] La niebla aclaraba tomando un color rosa azulado, cada vez
más claro, hasta que abrió de nuevo, y todo se volvió a ver. El cielo
estaba blanco y limpio, y el aire tenía un perfume a tila y rosas blancas.
Abajo se veía el sol que se iba con sus nieblas escarlata y carmín.
Oscurecía.
[R. Sánchez Ferlosio: Alfanhuí]
 La DESCRIPCIÓN REALISTA selecciona y presenta las características del
tema descrito de forma pretendidamente objetiva y fiel a la realidad, sin
deformarlas mediante la imaginación o el deseo. Otras clases de
descripciones se basan en algún tipo de deformación que el autor lleva a
cabo: por ejemplo, la DESCRIPCION IDEALIZADA selecciona sólo los
rasgos positivos para crear una imagen embellecida del objeto; la
DESCRIPCIÓN CARICATURESCA, en cambio, utiliza la exageración de los
rasgos para crear una imagen ridícula o grotesca:
...el colosal estorbo que le cortaba el paso afectaba la forma y
redondeces corpulentas de un cerdo bien cebado para San Martín.
Acercóse más el caballero [...], y vio que el ingente animal se ponía en
dos pies, y conservando el rostro y jeta cochiniles, se decoraba con
prendas usuales en los seres humanos. Sobre su cabeza llevaba un
sombrerillo blando, ladeado, y en su carnoso pescuezo, corbata de
cuadros rojos y amarillos, prendida con un alfilerón espléndido. Agitó la
espantable visión las patas delanteras, que resultaban brazos cortos
atrozmente ridículos en su vivo accionar. Y al mismo tiempo lanzó un
gruñido cerdoso, que atronando los aires imitaba el habla humana, y así
decía:
-Yo soy Galo Zurdo y Gaitín, secretario de este ayuntamiento.
[B. Pérez Galdós: El caballero encantado]
La ORDENACIÓN del contenido, o lo que es lo mismo, la estructura del texto
descriptivo, puede ser muy variada. Depende de la intención del emisor, pero
también a veces de ciertas convenciones establecidas para algunos tipos
especiales de descripciones. Así, es habitual en muchas descripciones técnicas
de distinto tipo seguir un orden prefijado que pretende dar cuenta de todas las
características del objeto:
a) COMPOSICIÓN: enumeración de las partes o elementos que lo
constituyen.
b) USO: explicación de su funcionamiento o del proceso necesario para
su utilización.
c) PROPIEDADES o UTILIDAD.
Puede comprobarse este tipo de organización de la descripción, con distintas
variantes, en los prospectos de los medicamentos (composición, posología,
indicaciones y contraindicaciones, efectos secundarios), en los manuales de
instrucciones de ciertos aparatos (componentes, instrucciones de
funcionamiento, etc.) o en una receta de cocina (ingredientes, preparación,
presentación).
En las descripciones literarias, aunque funcionan también ciertas
«convenciones» de época -en este sentido se puede hablar, por ejemplo, del
modelo renacentista en la descripción de la mujer-, el autor tiene una mayor
libertad para organizar la descripción de acuerdo con su intención comunicativa
y su actitud ante el objeto descrito. El orden que adopte puede seguir un
criterio espacial (de arriba abajo, de izquierda a derecha, de dentro afuera...),
temporal (sobre todo en descripciones dinámicas), lógico (de lo general a lo
particular, de lo físico a lo psíquico, de lo principal a lo secundario ...) o cualquier
otro que el autor considere adecuado al objetivo que pretende alcanzar. En
cualquier caso, este orden es siempre significativo: con él quien describe «dirige
la mirada» del receptor en el sentido que le conviene y, por lo tanto, tomar
conciencia del orden ayuda a comprender la intención y la actitud del autor y,
en último término, el sentido del texto. Obsérvese cómo, en el siguiente poema
de Antonio Machado, la disposición simétrica de los elementos que componen
la descripción del paisaje en cada una de las estrofas (iris - lluvia - sol - campo /
prado -sol - agua - iris) sirve para sugerir una impresión de unidad y belleza que se
resume en el verso final:
Desgarrada la nube;
el arco iris brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.
Desperté. ¿ Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía atónito y disperso .
. . . ¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris!...
¡el agua en tus cabellos!
De la última fase del proceso descriptivo, la EXPRESIÓN, nos ocupamos en el
apartado 4.
3.2. LA DESCRIPCIÓN DENTRO DEL RELATO
Como el diálogo, la descripción aparece con frecuencia en los relatos utilizada
como una técnica o procedimiento específico dentro del discurso narrativo.
Mediante las descripciones de personajes (o RETRATOS), el narrador facilita
información relevante sobre el aspecto físico y la psicología de éstos. La
descripción que aporta sólo datos sobre el aspecto físico se denomina
PROSOPOGRAFÍA. Si da información solamente de carácter psicológico o moral,
se denomina ETOPEYA. También son frecuentes las descripciones del espacio
físico donde transcurre la acción (PAISAJE), las del ambiente o las de objetos de
relevante significado dentro de la trama.
Además de transmitir fácilmente información significativa, las descripciones
pueden tener también ciertas funciones en relación con la estructura del texto.
Por un lado, suponen normalmente una interrupción del hilo narrativo, una
detención del transcurso del tiempo y de las acciones de los personajes, sobre
todo si es una descripción estática: afecta, por tanto, al ritmo o tempo de la
narración, que se vuelve más lento. Por otro lado, pueden servir para marcar
partes distintas de la estructura del relato (por ejemplo, el inicio en la mayoría
de los cuentos tradicionales: Érase una vez un país en el que ... ), para provocar en
el lector determinadas emociones relacionadas con la acción (temor, suspense,
melancolía...) o para sugerir contenidos de carácter simbólico. A veces, sin
embargo, la descripción tiene un mero valor «decorativo».
4. ASPECTOS LINGÜÑISTICOS
En toda descripción hay que tener muy presentes siempre LAS FORMAS VERBALES, LA ADJETIVACIÓN, LAS ESTRUCTURAS SINTÁCTICAS y LOS
PROCEDIMIENTOS (O RECURSOS) LITERARIOS, porque son elementos que
aparecen o no, o se usan de una manera u otra, según el tipo de descripción.
 Es característico el uso de FORMAS VERBALES imperfectivas, que
inmovilizan la acción, frente al de las formas perfectivas típico de los
pasajes narrativos -según vimos en el tema anterior-. Los más habituales
son el presente intemporal, sobre todo en las descripciones técnicas, y el
pretérito imperfecto de indicativo, que es la forma verbal característica
de las descripciones insertadas en los relatos. Es frecuente también la
combinación de ambos. En cuanto al tipo de verbos, predominan en la
descripción estática los atributivos y aquéllos predicativos que significan
estado. En cambio, las descripciones dinámicas, al expresar el movimiento y la
transformación del objeto descrito, admiten mejor los verbos que significan
acción o proceso.
 Son los SUSTANTIVOS y, sobre todo, los ADJETIVOS las palabras que aportan la
información auténticamente descriptiva. De la misma forma que, como vimos,
apenas se puede concebir una narración sin verbos, en la descripción adquieren
especial importancia los sustantivos -que dan nombre a los objetos de la
realidad y clasifican estados y seres- y los adjetivos - que expresan las
cualidades y rasgos del objeto descrito y proporcionan la visión denotativa o
connotativa que el autor quiere transmitir-. Además, ponen de relieve los
componentes sensoriales de la descripción. Por ello, el estudio de la
adjetivación es imprescindible en el comentario de un texto descriptivo.
 En cuanto a las ESTRUCTURAS SINTÁCTICAS, predominan la yuxtaposición y la
coordinación. La yuxtaposición permite describir el objeto como un todo,
logrando una cierta simultaneidad de las impresiones. Por el contrario, la
coordinación implica un cierto dinamismo en la medida en que supone una
sucesión de los distintos componentes.
 Los PROCEDIMIENTOS o RECURSOS ESTILÍSTICOS son muy importantes en la
descripción subjetiva y literaria. Dependen, sobre todo, de los mecanismos que
utilice el autor para crear la imagen del objeto descrito, según el tipo de
descripción de que se trate. Por ejemplo, en las descripciones de carácter
analítico, en las que se pretende describir el objeto que sirve como tema
haciendo referencia a las distintas partes que lo componen, suele emplearse la
ENUMERACIÓN de elementos y de rasgos característicos de cada uno de ellos rasgos que se suelen precisar median- te series de adjetivos coordinados-:
Siempre hallábamos lo mismo: todo solitario, y detrás de una reja, una mujer
idiota y tullida; eran sus ojos muy hermosos, dóciles y dulces; sus mejillas,
pálidas de mal y de clausura; sus cabellos, muchas veces trenzados para
contener el ímpetu de su abundancia; pero su boca, su boca horrenda como un
cáncer; la boca del alarido de todas las tardes, desgarrada, de una carne de
muladar, mostrando las encías, los quijales, toda la lengua gorda, revuelta,
colgándole y manándole bestialmente ... Me miraba muy triste y sumisa, y se le
retorcía una mano entre los hierros, una mano huesuda, deforme, erizada de
dedos convulsos; le temblaban los dedos como se estremecen los gusanos.
[Gabriel Miró: El humo dormido]
En ocasiones, la creación de la imagen se basa en la analogía: el autor
caracteriza el objeto relacionándolo con otras realidades con las que guarda
alguna semejanza. Los procedimientos literarios utilizados son entonces las
METÁFORAS y las COMPARACIONES:
De nuestro don Manuel me acuerdo como si fuese cosa de ayer [...]. Tendría él,
nuestro santo, entonces unos treinta y siete años. Era alto, delgado, erguido,
llevaba la cabeza como nuestra Peña del Buitre lleva su cresta, y había en sus
ojos toda la hondura azul de nuestro lago. Se llevaba las miradas de todos, y
tras ellas los corazones, y él, al mirar- nos, parecía, traspasando la carne como
un cristal, miramos al corazón.
[Miguel de Unamuno: San Manuel Bueno, mártir]
Una función similar tiene el uso de la PERSONIFICACIÓN en la descripción de
animales o cosas y de la ANIMALIZACIÓN o COSIFICACIÓN en la descripción de
personas. Estos dos últimos recursos son muy habituales en la descripción
caricaturesca.
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