A CIENCIA CIERTA

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A CIENCIA CIERTA
MICROS RADIALES
LA FUENTE DE LA ETERNA
SENECTUD
¿Por qué envejecemos? Esta inquietante
pregunta ha acosado a la humanidad
desde la más remota antigüedad, y ha
dado lugar en muy diversas culturas a
un sinnúmero de mitos y leyendas sobre
la quimera de la eterna juventud.
También la ciencia se ha interesado por
el asunto. Es así como en los años
sesenta el investigador Hayflick descubrió
que las células humanas no pueden
dividirse más de unas ochenta o noventa veces. Posteriormente, dejan de
funcionar, dañando incluso a las células circundantes y, aunque vivan algún
tiempo más, se dirigen inexorablemente a la muerte.
Este comportamiento, llamado límite de Hayflick, no es exclusivo de las células
humanas. Todos los organismos conocidos tienen tiempos de vida
genéticamente limitados.
Se piensa que el límite de Hayflick se estableció en el curso de la evolución
porque en la división celular es siempre posible que se produzcan errores en
el copiado del ADN, que pueden causar enfermedades y otras anomalías.
Con cada división la probabilidad de una mutación problemática es mayor,
por lo que es conveniente que la división celular no sea infinita.
¿Cómo saben las células cuando detener la división? Los cromosomas, es
decir, las cadenas de información genética contenidas en el núcleo de la
célula, tienen en sus extremos una larga región de ADN repetitivo llamado
2007
Héctor Rago, José Domingo Mujica, Ileana Iribarren
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telómero. El telómero no contiene información genética y su función esencial
es la de proteger los cromosomas de la degradación.
Durante la división celular cada célula duplica su material genético y lo
distribuye en las dos células hijas, que son, en teoría, genéticamente idénticas
a la célula madre. Pero esta copia nunca es perfecta. El agente que duplica el
ADN es como una impresora que no copia el final de una página. En cada
división se pierde una parte del telómero, que protege así a los genes, de
manera que no se pierda información genética. A medida que el telómero se
agota disminuye su función protectora. El cromosoma se hace inestable y la
célula deja de dividirse. Con la disminución de la longitud del telómero se
reduce también una el metabolismo celular. Se cree que este mecanismo
explica el límite de Hayflick.
De manera que el telómero, al tiempo que protege la información genética,
hace las veces de reloj celular de la vida. Podríamos decir a ciencia cierta que
es en el mejor de los sentidos, la fuente de la eterna senectud.
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Héctor Rago, José Domingo Mujica, Ileana Iribarren
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