Russian authorities fail to tackle racist attacks

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AI Index: EUR 46/021/2006
10 May 2006
Las autoridades rusas no hacen frente a las agresiones racistas
Al menos 28 personas resultaron muertas y 366 fueron agredidas por motivos racistas en
Rusia durante al año pasado, de acuerdo con los datos que ha recopilado un centro de
información de Rusia, el Centro Analítico de Información Sova. No obstante, la cifra real
puede ser muy superior, puesto que muchos delitos de motivación racial no se denuncian o
no se registran como tales.
"No voy a la policía porque he oído más casos de que [...] incluso gente que va a la policía a
denunciar [...] al final [la policía] se pone en su contra", dice Rony Kumi, de Ghana, que fue
agredido por cuatro hombres en una calle de Moscú.
De acuerdo con cifras oficiales, hay unos 150 "grupos extremistas" con más de 5.000
miembros en Rusia, aunque organizaciones no gubernamentales calculan que la cifra de
miembros es, en realidad, diez veces superior. Estos grupos bien organizados profesan una
ideología racista, neofascista y violenta y sus miembros intervienen con frecuencia en
agresiones violentas contra personas muy diversas.
Estudiantes extranjeros, solicitantes de asilo y refugiados de África, Asia, Oriente Medio y
Latinoamérica, miembros de grupos étnicos y migrantes del Cáucaso y Asia Central, así
como miembros de las comunidades judía y romaní constituyen sus objetivos. Incluso los
ciudadanos de etnia rusa a los que consideran simpatizantes de extranjeros o grupos de
minorías étnicas, como, por ejemplo, seguidores de la música rap o reggae, también han sido
objetivo ya que son vistos como “traidores”. Las autoridades rusas no están cumpliendo su
obligación de prevenir estas agresiones que a menudo resultan mortales. Una actuación
policial inadecuada y la tendencia a clasificar las agresiones racistas como “vandalismo” han
dado lugar a que la mayoría de estas agresiones no se investiguen ni se enjuicien
eficazmente.
"Estas agresiones son una de las manifestaciones más notables de la intolerancia y la
xenofobia arraigadas en muchas partes de la sociedad rusa. Pero, al hacer caso omiso de
los delitos de odio racial, se ha fomentado el crecimiento de la xenofobia y el neofascismo
extremos en el país”, afirma Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional.
A raíz de atentados violentos a gran escala contra civiles que se han atribuido a grupos
armados de oposición chechenos, los chechenos y miembros de otros grupos étnicos del
Cáucaso septentrional han sufrido persecución. Al pertenecer a un grupo minoritario que se
puede distinguir a simple vista de los miembros de la etnia rusa, también son especialmente
vulnerables a comprobaciones de documentación sobre el terreno, que forman parte de las
así llamadas medidas “antiterroristas” o a las comprobaciones que la policía realiza con fines
de extorsión.
Un proyecto de vigilancia de la situación llevado a cabo por una organización de derechos
humanos en 2005 reveló que, cuando viajan en metro en Moscú, las personas de aspecto no
eslavo tienen, de media, 21 veces más de probabilidades de que las paren y les pidan sus
documentos que las personas de aspecto eslavo.
La Sra. Khan dijo que el Estado tiene la obligación de proteger los derechos humanos de
todas las personas que haya en su territorio, independientemente del color de su piel. “Debe
perseguir y poner a disposición judicial a quienes los violen. Es hora de que las autoridades
rusas aborden la trayectoria cada vez más negativa del país en materia de derechos
humanos y cumplan con sus obligaciones internacionales, si es que quieren desempeñar una
función en el panorama internacional".
Actualmente, el gobierno ruso preside el grupo de los ocho países más industrializados (el
G8) y pronto presidirá, por espacio de seis meses, el Comité de Ministros del Consejo de
Europa. La Sra. Khan dijo que la trayectoria de Rusia desde el punto de vista del racismo es
incompatible con el lugar que ocupa en el panorama internacional y menoscaba su posición
en el mundo. "Rusia debe cumplir con las obligaciones que le impone el derecho
internacional de los derechos humanos.
"El racismo atenta contra el concepto mismo de universalidad de los derechos humanos.
Niega sistemáticamente a ciertas personas el disfrute pleno de los derechos humanos debido
a su color, raza, etnia, ascendencia u origen nacional. De acuerdo con el derecho
internacional de los derechos humanos, Rusia debe combatir la discriminación en todas sus
formas", concluyó la Sra. Khan.
La Sra. Khan definió como muy poco adecuadas y aisladas las iniciativas que han tomado
algunas autoridades regionales para abordar el racismo. "Es hora de que el gobierno federal
ponga en práctica un plan nacional exhaustivo para dar a la lucha contra el racismo la
prioridad que merece".
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