EQ-0059/2011. Resolución por la que se sugiere al Ayuntamiento

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Ilustrísimo señor:
Nuevamente nos dirigimos a V.I. en relación con el expediente de queja que se
tramita en esta Institución con la referencia más arriba indicada (EQ 0059/2011),
referente al elevado nivel de ruidos, escándalos, y suciedad que padecen los vecinos
más próximos a la C/Agustín de la Hoz, en ese Término Municipal.
Una vez llevada a cabo la correspondiente investigación, constan los siguientes
ANTECEDENTES
I.- Con fecha 20 de enero de 2011, tiene entrada en el Registro de la Oficina del
Diputado del Común una queja suscrita por un ciudadano con DNI núm. ….., relativa a
las molestias procedentes de la actividad desarrollada en un local sito en la calle
Agustín de la Hoz, núm. 11, de ese Municipio.
Al parecer, dicho local no sólo es el centro de ensayo de la murga “Los Tabletudos”,
con los molestos ruidos que ello ocasiona a los vecinos, sino que funciona también
como bar con actividad musical, pese a no contar con un sistema de insonorización
para el desarrollo de tales actividades.
Según el reclamante, el establecimiento tiene una barra dispuesta a estos efectos, con
música a un elevado nivel, las puertas permanecen abiertas todo el tiempo, y allí se
celebran eventos deportivos, fiestas, etc., llegando incluso en una ocasión a cerrar la
calle y utilizar la misma como cancha para un partido de fútbol.
Asimismo, añade en sus escritos que el alboroto hasta altas horas de la madrugada
(desde las 00.00 horas hasta las 06.00 horas) se debe también a la congregación de
jóvenes consumiendo bebidas alcohólicas (botellón) por fuera del citado
establecimiento, en plena vía pública, dejando un rastro de basura y suciedad (orines,
vómitos, etc.).
El promotor de la queja manifiesta igualmente que, a pesar de sus reiteradas
denuncias, la única respuesta que ha recibido de esa Corporación es un informe de la
Concejal Delegada (Expediente de Aperturas nº 2010001372), del que se extrae: “(…)
consultada la base de datos de ese Departamento no existe constancia de solicitud de
Licencia de Apertura para el local “Murga Los Tabletudos en la dirección antes
señalada.”
II.- Examinada toda la documentación aportada por el reclamante la queja fue
admitida a trámite y nos dirigimos a ese Ayuntamiento, contestándonos éste mediante
informe técnico emitido por el Departamento de Infracciones, el 23 de enero de 2011,
que: “(…) examinadas las denuncias presentadas en este Departamento, en las cuales
no consta la identidad de las personas responsables de los hechos y no habiendo
partes de la Policía Local al respecto, este Departamento no puede tramitar
expediente sancionador alguno”.
III.- Tras poner en conocimiento del reclamante el contenido de dicho informe, éste
vuelve a ponerse en contacto con nosotros para exponer su preocupación, ya que las
molestias continúan. Por lo que, solicitamos nuevamente al Ayuntamiento que
adoptara medidas al respecto, entendiendo que su actuación hasta el momento había
sido del todo insuficiente.
IV.- Finalmente, tras reiterar nuestro escrito, recibimos, el 14 de noviembre de 2011,
informe técnico sobre la licencia de actividad, en el siguiente sentido: “(…) al no
tratarse de ningún tipo de actividad comercial, mercantil, profesional o de servicio la
misma no necesita licencia de apertura para realizar los ensayos propios de una
murga”.
A la vista de los hechos reseñados, esta Institución estima necesario realizar las
siguientes
CONSIDERACIONES
Primera.- El Diputado del Común está legitimado para intervenir, supervisando la
actuación administrativa denunciada objeto de esta reclamación, en virtud de nuestro
Estatuto de Autonomía (art. 14).
Del mismo modo, la Ley 7/2001 de 31 de julio, del Diputado del Común designa a
éste como Alto Comisionado del Parlamento de Canarias, para la defensa de los
derechos fundamentales y las libertades públicas, pudiendo supervisar las actividades
de las administraciones públicas canarias en sus relaciones con los ciudadanos a fin de
garantizar dichos derechos y libertades.
Segunda.- Según el art. 103 de la Constitución Española (en adelante C.E.) la
Administración debe servir con objetividad los intereses generales y actuar de acuerdo
con los principios de eficacia y con pleno sometimiento a la Ley y al Derecho.
Del mismo modo, el art. 3.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común
(LRJPAC), también recoge el deber de respetar, en su actuación, los principios de
buena fe y de confianza legítima, así como los criterios de eficiencia y servicio a los
ciudadanos.
Tercera.- Evidentemente, el escándalo generado por el desarrollo de este tipo de
actividades que tienen lugar cerca del domicilio del reclamante constituyen una
vulneración del derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo
de la persona (art. 45 CE).
Además, afecta a otros derechos constitucionales como es el derecho a la integridad
física (art. 15 CE); la intimidad personal y familiar y a la inviolabilidad del domicilio
(Art. 18 CE); la propiedad privada de su vivienda (Art. 33 CE); y a la protección de la
salud (art. 43 CE).
Cuarta.- Según la Ordenanza Municipal de limpieza y recogida de residuos de Arrecife
(publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Las Palmas, Núm. 76, miércoles 26
de junio de 2002), corresponde al Ayuntamiento la inspección y limpieza en la vía
pública (paseos, plazas, aceras, calles, jardines, etc., de propiedad municipal
destinados al uso general de los ciudadanos).
Asimismo, en cumplimiento del deber cívico, los ciudadanos podrán denunciar a la
autoridad municipal las infracciones que en materia de limpieza pública presencien o
se tenga conocimiento cierto, obligándose éste a atender las reclamaciones o
denuncias mediante el ejercicio de las acciones que en cada caso correspondan
(disposición general primera, apartado 3).
Esa misma norma prohíbe arrojar a la vía pública todo tipo de residuo, tales como
colillas, cáscaras, papeles o cualquier otro desperdicio similar (art. 47).
Quinta.- La Ordenanza Municipal de protección al medio ambiente contra la emisión
de ruidos y vibraciones del Ayuntamiento de Arrecife (publicada en el Boletín Oficial de
la Provincia de Las Palmas, Núm. 76, miércoles 26 de junio de 2002), es de de
obligado y directo cumplimiento para toda instalación, actividad y comportamiento
que comporte la producción de ruidos o vibraciones que impliquen riesgo, daño o
molestia grave para las personas o bienes de cualquier naturaleza.
La intervención municipal tenderá a conseguir que las perturbaciones por ruidos y
vibraciones evitables no excedan de los límites que se indican en dicha norma.
Correspondiendo a la Alcaldía – Presidencia, a través de su Delegación de Policía Local
y los Servicios Técnicos correspondientes, exigir de oficio o a instancia de parte, la
adopción de las medidas correctoras, señalar limitaciones, ordenar cuantas
inspecciones sean precisas e imponer las sanciones correspondientes en caso de
incumplimiento de lo ordenado.
Sexta.- Según esa misma normativa, cualquier otra actividad o comportamiento,
singular o colectivo, no comprendido en los artículos precedentes, tales como gritar,
cantar, dar portazos y, en general, todo aquello que produzca una molestia en el
vecindario y que sea evitable con la observación de una conducta cívica normal, se
considerará incurso en el régimen sancionador de dicha norma (art. 27).
Séptima.- La contaminación acústica es objeto de preocupación a nivel europeo por
lo que se ha regulado al respecto siendo la Directiva 2002/49/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 25 de junio de 2002, la norma que tiene por objeto la
evaluación y gestión del ruido ambiental, constituyendo en la actualidad el referente
básico de la política comunitaria en esta materia.
En España, la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido se aprobó como
transposición de la citada Directiva, y tiene como objetivo prevenir, vigilar y reducir la
contaminación acústica.
Octava.- Asimismo, la Ordenanza reguladora del consumo y venta de drogas
institucionalizadas (alcohol y tabaco) establece que, al objeto de garantizar el
cumplimiento de lo dispuesto en esa norma, corresponderá al servicio municipal
competente y a los agentes de la Policía Municipal que se asigne este cometido, el
ejercicio de las funciones inspectoras, a tal fin están facultados para inspeccionar,
reconocer y controlar todo tipo de locales e instalaciones.
Novena.- De los informes obrantes en el expediente se deduce que esa Corporación
no considera que el local donde ensaya la murga sea una actividad que precise
licencia de apertura, por lo que no ha adoptado medida correctora alguna.
Al mismo tiempo, como tampoco ha podido identificar a los responsables de los
escándalos producidos en la calle, no ha incoado expediente sancionador alguno.
En este sentido, entendemos que, en cualquier caso, se trata de un establecimiento
físico donde se desarrolla una actividad recreativa o de ocio, que por su naturaleza
debe ser entendida como “clasificada” por los molestos ruidos que puede generar y,
por tanto, su desarrollo debe estar sometido a una serie de requisitos administrativos
que hagan posible su coexistencia con el uso residencial. Máxime si dicho local
funciona el resto del tiempo como bar.
En nuestra opinión, el desarrollo de esas actividades en tales condiciones es a todas
luces incompatible con el derecho al descanso, teniendo la administración municipal el
deber de intervenir para conseguir que las perturbaciones por ruidos y vibraciones
evitables no excedan de los límites indicados en las ordenanzas, sea cual sea la
naturaleza del emisor acústico.
Por tanto, es competencia de ese Ayuntamiento reducir el ruido ambiental, en
particular, cuando los niveles de exposición son tan elevados que puedan producir
efectos nocivos para la salud humana, pudiendo incurrir ese Ayuntamiento en
inactividad administrativa al no haber realizado durante todo este tiempo una mínima
actuación al respecto (no sólo preventiva, sino correctiva y sancionadora).
Esa omisión se desprende del escaso contenido de sus informes, de la falta de
mediciones de ruido en la vivienda del reclamante a raíz de sus denuncias, de la
ausencia de controles policiales efectivos, etc., resultando su actuación del todo
insuficiente para disuadir a los jóvenes de actitudes incívicas.
No obstante, la aplicación directa de la normativa existente en la materia, exige la
adopción de medidas que eviten la producción de contaminación acústica en el
municipio, teniendo en cuenta de forma conjunta todas las fuentes emisoras (música
del local, ruidos de los ensayos, escándalos de los clientes, tanto dentro como fuera
del local, música procedente de vehículos aparcados en la acera, botellón organizado
por fuera del establecimiento).
En este sentido, puede afirmarse que la Administración ha hecho dejación de las
funciones que tiene encomendadas por Ley y esa tolerancia o pasividad municipal ha
perjudicado a los vecinos, que han venido padeciendo las desagradables
consecuencias del desarrollo continuo de esas actividades, pese a no existir un deber
jurídico de soportarlas.
Décima.- Obviamente, existe un deber de la Administración de conciliar el derecho de
los vecinos al descanso con las actividades que puedan ocasionar molestias en
viviendas cercanas, atendiendo de manera especial a aquellas que supongan una
tradición o costumbre popular que forme parte de nuestra cultura como son los
Carnavales.
Actualmente, la ubicación del local de ensayo de la murga hace imposible que sea
compatible con el derecho al descanso de los que residen en el entorno, por lo que
ese Ayuntamiento tiene el deber de asumir el compromiso de buscar locales
apropiados donde pueda desarrollarse una actividad musical (banda, murga,
comparsa, etc.) sin infringir el principio básico de toda convivencia como es el respeto
a los derechos de los demás.
Por tanto, debemos insistir en la necesidad de disponer de locales alternativos para
ensayos sin generar molestias a los vecinos de acuerdo a la normativa existente
materia de ruidos.
En virtud de los antecedentes y de las consideraciones expuestas, de conformidad con
lo dispuesto en el art. 37.1 de la Ley 7/2001, de 31 de julio, del Diputado del Común,
he resuelto remitir a V.E. la siguiente Resolución del Diputado del Común:
SUGERENCIA
- Que, en el ejercicio de sus potestades, haga cumplir la normativa existente en la
materia, evitando inmisiones molestas a los vecinos y garantizando el respeto de sus
derechos al descanso y la tranquilidad en su hogar ya que, tal y como señala la
Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es un elemento contaminante del
medio ambiente con consecuencias terribles sobre la salud humana, tanto física como
mental.
- Que, habiendo tenido conocimiento de que esa Corporación ha contratado los
servicios de una empresa para la ubicación de sonómetros que permiten un control
preciso de los niveles de ruidos en determinadas zonas de ocio, se proceda a hacer
una medición en el lugar de los hechos para tener un informe riguroso de la
contaminación real que padecen estos vecinos.
- Que, dado que para el ciudadano puede resultar una “tarea del todo imposible”
identificar a los responsables del botellón, se requiera desde esa Corporación, en aras
de las competencias que tiene atribuidas, al responsable de la principal actividad
objeto de esta reclamación (Presidente de la Agrupación), recordándole que el
ejercicio de la actividad debe ajustarse a la legalidad vigente y no causar molestias a
los vecinos.
- Que, como órgano competente en la materia, aumente sus esfuerzos en realizar un
control efectivo de tal actividad, prohibiendo el consumo de bebidas alcohólicas en la
vía pública y los excesivos ruidos, así como, se aumenten las labores de limpieza en la
zona.
- Que adopte todas las medidas necesarias para evitar situaciones similares a la
denunciada puesto que, al parecer, el ruido no procede de una única actividad sino de
la suma de varias.
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