Prevención: consideraciones criminológicas y victimológicas

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Prevención: consideraciones criminológicas y
victimológicas
Por Hilda Marchiori
La prevención del delito, desde una perspectiva criminológica y victimológica,
comprende las diversas medidas para evitar o atenuar el delito.
La prevención surge débilmente en la escuela clásica del Derecho Penal, con
relación a su vinculación con la pena, al considerarse que la pena presenta en sí una
importante función de intimidación en la población y, por consiguiente, de
evitación del delito.1 Pero para algunos criminólogos, como JOSÉ MARÍA RICO2, la
prevención tiene su origen en la Escuela Positivista unida al concepto de
tratamiento del delincuente.
Razones del estudio y medidas preventivas
En las últimas décadas la Prevención ha sido un tema central en la
Criminología3 y Victimología. Entre las principales razones del estudio y aplicación
de las medidas preventivas se pueden mencionar, a nuestro modesto criterio, los
siguientes aspectos:
1) El incremento de una delincuencia agravada en sus modalidades delictivas
y la aparición de nuevas formas de criminalidad. En la mayoría de los países ha
aumentado el número de hechos delictivos, sobre todo en Latinoamérica. Estamos
observando un sistema institucional colapsado.
2) Los gravísimos daños ocasionados en las víctimas y en la sociedad. Mayor
número de víctimas, no sólo en aspectos cuantitativos sino cualitativos, esto es,
elección del delincuente de víctimas vulnerables que no pueden percibir el peligro,
no pueden defenderse, ni solicitar ayuda. Sufren las más graves consecuencias que
provoca el delito.
3) La impunidad en el accionar de los delincuentes especialmente de la
criminalidad organizada. Se observa que sólo un escaso número de ciudadanos
víctimas obtiene justicia por el daño sufrido. Es decir, tanto en el delincuente que
actúa solo, como en los grupos delictivos y en las organizaciones criminales existe
una altísima impunidad.
4) La alta vulnerabilidad de las víctimas. Como se ha señalado la
criminalidad accidental es algo del pasado. Se observa en los últimos años un
agravamiento en los modos de la criminalidad, en las armas utilizadas, en la
crueldad hacia la víctima. Una víctima que es elegida precisamente por su
vulnerabilidad.
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5) Los altos costos económicos, sociales, culturales y éticos que provoca la
delincuencia. Este aspecto fundamental de Política Criminal y Preventiva aún no
esta suficientemente comprendida por el Estado.
6) El colapso institucional policial y de la administración de justicia. El
agravamiento y extensión de la criminalidad ha conducido a un colapso de las
instituciones policiales y de administración de justicia donde se advierte que
muchas de las metodologías institucionales se perciben y resultan obsoletas.
7) La reincidencia delictiva-persistencia en el delito- implica múltiples
fracasos: el penal, el sistema penitenciario, el fracaso del propio individuo y el de su
familia para ayudarlo en la recuperación. Este proceso de reincidencia constituye
uno de los problemas más serios a nivel institucional y social. La reincidencia es un
agravamiento del delito, un deterioro en la personalidad del delincuente y un revés
de los medios empleados para asistirlo.
8) El fracaso del sistema penitenciario en la recuperación individual y social
del delincuente. La alta reincidencia, esto es, la persistencia en el delito., en
numerosas situaciones provocada por la sobrepoblación de las cárceles, la
carencia de personal especializado, las infraestructuras inadecuadas, la cambiante
política penitenciaria que implica una crisis en el sistema penitenciario, donde se
han olvidado de que en ella ingresa el individuo: una persona. Esta actual
frustración es debido principalmente a que no se realiza una labor de
individualización, de respeto y de ayuda para su recuperación social del individuo
que ha dañado a su comunidad.
9) La carencia de una asistencia y ayuda a las víctimas de delitos. Son
precarios aun los programas de asistencia a los ciudadanos que han sido víctimas
de delitos. Aquí se observa que se carece de personal especializado, si bien es cierto
que en los últimos años se ha avanzado, el mismo esta delimitado a las zonas
urbanas –grandes ciudades- o determinadas regiones. Por otro lado es importante
preparar personal victimológico para ayudar, asistir, acompañar a las víctimas, a
obtener su reparación y su sobrevivencia por el daño sufrido.
10) El descalabro de las penas tradicionales, vinculadas a la reincidencia
delictiva, a la persistencia en el delito. Se ha agravado el índice de la reincidenciapersistencia en el delito- por la carencia de programas que realicen una tarea de
redes institucionales sociales, económicas, de vivienda, de asistencia familiar, de
tratamiento penitenciario para evitar la continuidad en el delito.
11) Débiles respuestas institucionales y estatales frente al crimen organizado.
Hace mucho tiempo que se está llegando “demasiado tarde” en los aspectos de
detección, tratamiento y prevención de los grupos delictivos y de las organizaciones
criminales. Se observa una alta impunidad, que conduce a una situación social
anómica y destrucción de los niveles de redes sociales y culturales.
12) La carencia de investigaciones sobre la criminalidad que conduzca al
conocimiento de las formas de delincuencia por regiones y la implementación de
medidas preventivas. Esto implica un compromiso de las Universidades de los
países latinoamericanos para conocer la criminalidad de cada región teniendo en
consideración los estudios e investigaciones criminológicas y victimológicas.
México es uno de los principales países de Latinoamérica donde se advierte una
real preocupación de sus Universidades por el problema de la criminalidad. En
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Argentina, el CEPREDE se ofrece como la única alternativa científica que ilumina
dicha imprescindible tarea.
13) Carencia de personal especializado en los proyectos y aplicación de
medidas de prevención asociadas a políticas sociales. En todos los campos y áreas
de la Criminología se observa esta carencia de personal especializado en
Criminología, Victimología, Ciencias Penales, Penitenciarismo, adolescentes en
conflicto con la ley penal, en adicciones, mediación comunitaria, trabajadores
sociales, expertos en evaluación de programas, coordinadores barriales, encuestas
de victimización, todo ello en relación a las verdaderas necesidades de la región.
14) Se advierte un marcado atraso en las respuestas institucionales frente al
delito, a la criminalidad, al delincuente y hacia la víctima.
Modelos de prevención del delito
La prevención del delito, a nuestra consideración criminológica-victimológica,
conlleva los siguientes modelos:
El modelo clásico o punitivo que resulta de la aplicación de la pena y que
tiene como objetivo preventivo apartar al delincuente del delito.
El modelo médico -psicológico- terapeútico que realiza la prevención del
delito por medio del diagnóstico y tratamiento individualizado del delincuente para
su readaptación y evitar la persistencia-reincidencia en el delito.
El modelo social que parte del concepto que la delincuencia surge en un
medio social y cultural propicio por las fallas en las estructuras y en la organización
sociales. Para la prevención del delito es necesario, según este modelo, programas
de viviendas, capacitación, empleo, con especial atención a los jóvenes.
Modelo preventivo comunitario que consiste en la participación activa de
los vecinos para la transformación de su propio barrio o zona que habita. El centro
vecinal es el núcleo de la participación de los vecinos y sus respuestas para la
seguridad.
Modelo de prevención mecánico o físico dirigido al manejo del espacio
inseguro y propicio a la victimización. La prevención significa la modificación de
los espacios a través, también, de la participación vecinal.
Modelo de diseño ambiental, consistente en la transformación de los
espacios inseguros por espacios seguros.
Modelo de seguridad urbana, que implica una respuesta a la problemática
del crecimiento descontrolado de las ciudades, que genera exclusión, marginalidad,
delincuencia. Este modelo consiste en promover redes para una mejor cohesión en
los programas de prevención con la intervención de instituciones gubernamentales
y no gubernamentales y la participación activa de los ciudadanos.
Modelo preventivo victimológico, cuyo objetivo es fortalecer las redes de
prevención de victimización6.
El modelo preventivo está vinculado y derivado del diagnóstico de la
criminalidad, es decir, qué se desea prevenir, qué tipo de delitos, a qué víctimas
afecta y los daños provocados a la comunidad, serán las bases para la
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puntualización del programa. Es significativamente diferente una criminalidad
organizada de tráfico de drogas, que una criminalidad relacionada a la violencia
familiar.
La Criminología presenta múltiples enfoques relacionados a la prevención del
delito. Cabe señalar los valiosos y fundamentales aportes de Irvin Waller Luigi
Daga, Jose Maria Rico, Emilio Viano, Jane Jacob, Luis Rodríguez Manzanera,
Claudio Stampalija, Irvin Waller, M. Marcus, Oscar Newman, éste último en
especial considerando, desde la arquitectura, el diseño y transformando los lugares
y edificios inseguros y propicios al crimen por espacios seguros y agradables a la
vida comunitaria. La prevención trata de utilizar en cada cultura, sus propios
mecanismos culturales. En estos investigadores se advierte la consideración de la
prevención como un requisito esencial para mejorar calidad de vida de un barrio o
comunidad, para la educación y los Derechos Humanos, tratando de utilizar, en
cada ámbito, sus propios engranajes culturales, costumbres y vida comunitaria.
En el trabajo sobre Nuevas estrategias de Prevención del delito, CLAUDIO
STAMPALIJA4, analiza dos clases o modelos de prevención que se han desarrollando
en los países: la prevención situacional y la prevención social.
a) La prevención situacional apunta a reducir las posibilidades o las
ocasiones para que el delincuente lleve a cabo su meta, sobre todo, mediante
sistemas mecánicos de protección y fundamentalmente, a través del trabajo de
protección vecinal.
b) Prevención social que consiste en actuar sobre los factores directos que
ocasionan el hecho delictivo, es decir, analizar y trabajar en los temas de la
marginalidad, del desempleo, del aislamiento, de la educación, salud, de la
vivienda, a través de una animación social, cultural y económica y
fundamentalmente, dando importancia al ámbito local.
La prevención situacional surge en los países anglosajones, Países Bajos,
Escandinavia, en tanto que la prevención social se inicia en Francia, con los
Consejos Criminales de Prevención Ciudadana, de Prevención del delito. De esta
experiencia francesas que logra en poco tiempo la constitución de cerca de
ochocientos Consejo Vecinales de Prevención del delito, surge el Foro Europeo de
las Ciudades Seguras.
EL DR.STAMPALIJA5 señala que la reducción del delito- la prevención generalse realiza a largo plazo y nunca a corto plazo, pero la reducción aunque paulatina se
nota a medida que transcurre el tiempo. En las medidas de prevención Stampalija
destaca el rol importante, en Latinoamérica, que tienen los municipios para evitar
los delitos. La nueva concepción municipal se conforma en tres aspectos: la
participación de los vecinos, la solidaridad y la descentralización y democratización
de los barrios, es el acercamiento de la administración comunal con sus vecinos
porque el municipio tiende hacia el desarrollo social y se erige en el escenario
natural para el encuentro con la comunidad.
La temática de la seguridad urbana es, para IRVIN WALLER6 una prioridad
debido al incremento en los últimas décadas de robos, asaltos y violación de
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domicilio, en consecuencia es necesario resguardar las comunidades del delito y
hacerlas más seguras. Por ello, sugiere acciones que permitan atacar los flagelos de
niños mal atendidos, juventud alienada, viviendas inadecuadas, carencia de
educación, violencia familiar y sistemas de justicia que necesitan ser modernizados.
WALLER muestra que la diferencia entre la delincuencia ocasional y los
delincuentes que persisten en el delito está que en este segundo grupo se
encuentran un mayor número de personas que han presentado dificultades en su
crianza, educación, y con altas carencias económicas,
Los delincuentes ocasionales no serán tentados a delinquir, dice WALLER7, si
el diseño físico facilita la visibilidad o dificulta cometer el hecho delictivo. Son los
programas denominados “Diseñando para erradicar el delito” que puede tener
éxito con el delincuente ocasional y desviar al persistente hacia otros objetivos y
está fundamentado en una combinación de prevención del delito a través de
diseños del medio ambiente y de espacios defendibles. Por ej. cabinas telefónicas
en espacios iluminados y visibles.
WALLER, del mismo modo que anteriormente lo había señalado EMILIO
VIANO,8 destaca el rol específico de la policía en promover una prevención eficaz y
de amplio espectro, que también implica reforzar la información pública para la
prevención como un abordaje esencial en la lucha contra el delito.
La preocupación por ciudades más seguras condujo a analizar estrategias para
prevenir el delito, de allí surge la Resolución de las Naciones Unidas para la
prevención del delito en zonas urbanas, desde el Octavo Congreso sobre Prevención
del delito y tratamiento del delincuente en el año 1990; como el Consejo de Europa
y su Carta Urbana para Europa y los distintos Foros de Intendentes de
Latinoamérica. En estas estrategias se destaca la prevención, en los temas comunes
en zonas urbanas, como el tratamiento del abuso de drogas, programas para
jóvenes con alto riesgo en delitos graves; programas para evitar la reiteración de
delitos en zonas vulnerables; la participación vecinal en los programas preventivos.
MICHEL MARCUS9, experto en los programas de seguridad urbana, puntualiza
el papel de la justicia. Por su carácter simbólico, la justicia contribuye a la
democracia. Por ello, la confianza de los ciudadanos en la justicia sirve como
indicador de la cohesión social.
Las zonas urbanas-dice M.Marcus- muestran la imagen de una civilización
urbana de inseguridad integrada por menores y jóvenes que ingresan al sistema
penal, un aumento en la agresividad y modalidades delictivas, la problemática del
abuso de drogas, y la lucha por los territorios urbanos. Es evidente que la alta
inseguridad de las zonas urbanas esta configurada por el aumento -explosión- de la
delincuencia, con una modalidad de una depredación y acentuada por un
pronunciado sentimiento de inseguridad en todos los sectores de la ciudad. A esta
realidad de la criminalidad las estrategias de prevención comprenden desde
nuevas actividades policiales, una reforma de la justicia, ayuda y prevención hasta
las actividades de los grupos vecinales y comunitarios.
MARCUS10 explica que el Foro para la Seguridad Urbana (FESU) se ha
constituido sobre el principio del rechazo a la exclusión, que convierte a un
individuo marginado en un delincuente potencial. Basados en que las raíces de la
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delincuencia se buscan en las disfunciones de la comunidad en la vida cotidiana, el
Foro reúne colectividades territoriales, ciudades, provincias, regiones, que
reflexionen en las respuestas democráticas sobre la seguridad urbana. Las nuevas
propuestas para programas preventivos hacia ciudades más seguras implican: a)
Financiamiento de políticas sociales y urbanas para erradicar la exclusión, y
favorecer la educación y calidad de vida. b) Establecimiento de estructuras de
prevención de la delincuencia, investigación y desarrollo de los programas de
prevención del delito. c) Las municipalidades de las ciudades requieren de
estructuras de prevención de la delincuencia. d) Importancia de una tarea
conjuntan entre instituciones gubernamentales, no-gubernamentales para alentar a
los vecinos de los barrios a participar en el desarrollo de ciudades más seguras,
especialmente para niños, mujeres discapacitados y ancianos.
En lo que respecta a la Prevención Victimológica, se considera que las líneas
fundamentales, están referidas a la asistencia y tratamiento victimológico, es decir
la aplicación de las medidas tendientes al conocimiento, comprensión y ayuda a la
víctima para atenuar y superar las consecuencias producidas por el delito.
Esquemáticamente corresponde un trabajo a nivel asistencial- terapeútico y un
nivel de orientación e información sobre la situación jurídica- familiar- social,
sobre sus Derechos. Implica principalmente la comprensión del sufrimiento de la
víctima y del grupo familiar provocado por el hecho traumatizante que representa
el hecho delictivo.
Paralelamente, la importancia de la capacitación y actualización referente a
los procesos de victimización; el estudio e investigación de la geografía de la
Victimización-donde se cometen los delitos y quienes son las víctimas, modalidades
de la Victimización; estudio de la cifra conocida- la que ingresa el sistema penal- y
la cifra negra de la criminalidad a través de la aplicación de la Encuesta de
Victimización.
En los Programas Preventivos Victimológicos es necesario partir de la
protección y ayuda a las personas mas vulnerables- los niños, mujeres, las personas
con capacidades especiales, los ancianos, las víctimas de grupos delictivos, del
crimen organizado- personas altamente vulnerables, que su vulnerabilidad implica,
como ya se ha manifestado: no poder percibir el peligro, no poder defenderse, no
poder solicitar ayuda; por ello sufren las consecuencias mas graves de la
Victimización, como por ejemplo maltrato infantil, delitos contra la integridad
sexual, trata de personas, lavado de dinero, vaciamiento económico, secuestro.
Reforzar, como indica los Documentos de Naciones Unidas, en especial Los
Principios para las Víctimas del delito y Abuso del Poder( 1985) sus Derechos10 a
la Información, asistencia, acompañamiento, Derecho a la Reparación del daño
sufrido, Derecho a la recuperación, Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
La aparición en el escenario nacional e internacional del Boletín del
CEPREDE será un nuevo estímulo, especialmente para nuestro país y la región
latinoamericana, de indagar y profundizar sobre las mejores estrategias para
prevenir el delito y la violencia y, en fin, de que nuestras países avancen hacia la
construcción de políticas públicas superadoras en aras de lograr la mejor seguridad
para la ciudadanía.
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Referencias- Notas
1 HILDA MARCHIORI, Criminología. Teorías y Pensamientos. Ed.Porrua.
México.2000.
2 JOSÉ MARIA RICO, Prevención del delito. Editorial Lerner. Córdoba. 1991.
3 Todos los enfoques criminológicos consideran fundamental el desarrollo de los
programas y políticas preventivas.
4 CLAUDIO STAMPALIJA, Nuevas Estrategias y Políticas de Prevención del delito.
En Criminalidad y Prevención del delito. Ed. Advocatus. Argentina. 1994.
5 CLAUDIO STAMPALIJA, ob cit
6. IRVING WALLER, Nuevos diseños de desarrollo institucional frente a la
inseguridad urbana. Primer Congreso de Seguridad Ciudadana. Córdoba. 1990.
7 IRVIN WALLER. Ob. cit.
8- EMILIO VIANO, Tácticas-medidas de los ciudadanos para prevenir el delito.
En criminalidad y prevención del delito. Editorial Advocatus. Córdoba. 1994.
Tambien Violencia, victimización y cambio social. Ed. Lerner. Córdoba. 1987.
9.- MICHEL MARCUS, Nuevas formas de criminalidad urbana y nuevas formas
de justicia, Forum Europeo para la Seguridad Urbana.España. 1995.
10. Naciones Unidas. Los Principios de Justicia para las víctimas del delito y
Abuso del Poder. Res. 40/34. 1985-
La autora es doctora en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. En 1986 fundó en esa provincia el
primer Centro de Atención a la Víctima de Latinoamérica. Directora de la Oficina de Derechos Humanos y
Justicia del Poder Judicial de Córdoba. Hilda Marchiori es profesora de Criminología de la Universidad
Nacional de Córdoba. Profesora del posgrado de Victimología, Universidad Nacional de Córdoba. Es autora
de más de treinta libros de la especialidad, entre ellos “Criminología”, “La víctima del delito”,
“Criminología.Teorías y pensamientos”, “Criminología del suicidio”, “Estudio del delincuente”, “Víctima,
denuncia y criminalidad”, “La determinación judicial de la pena” y “El problema de la ejecución de la prisión
preventiva. La institución penitenciaria; psicología criminal”.
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