La Repercusión Arancelaria de las Regalías

Anuncio
20 de julio de 2004
Núm. 1
VICEPRESIDENCIA DE DESARROLLO Y
CAPACITACIÓN PROFESIONAL
Comisión de Comercio Exterior
“L a R e p e r c u s i ó n A r a n c e l a r i a d e l a s R e g a l í a s”
La base gravable del impuesto general de importación se
determina de conformidad con la Sección I del Capítulo III
de la Sección Tercera de la Ley Aduanera. El artículo 64
de la misma ley establece que dicho impuesto se
determina sobre el valor en aduanas de las mercancías y
que éste es, en principio, el valor de transacción de las
mercancías y que éste, a su vez, es el precio pagado por
las mercancías adicionado con ciertos cargos.
C.P.C. Manuel C. Gutiérrez García
Presidente
C.P.C. José Besil Bardawil
Vicepresidente de Desarrollo y
Capacitación Profesional
C.P. Juan Francisco Fernández Andrea
Director Ejecutivo
Comisión de Comercio Exterior
Lic. Mario Echagaray Govea
Presidente
Lic. Carlos Aguirre Cárdenas
Vicepresidente
Lic. Rafael Delgado Alarcón
Secretario
Lic. Daniel Amézquita Díaz
Lic. Marcos Carrasco Menchaca
Lic. Francisco Cortina Velarde
Lic. Carlos Espinosa Berecochea
Lic. Jaime H. Galicia Briceño
Lic. Alejandro García Seimandi
Lic. Balam Lamoglia Riquelme
C.P. José López del Castillo
C.P. Christian Natera Niño de Rivera
C.P. Fernando G. Sánchez Morales
C.P. Adrián Vázquez Benítez
C.P. Mario H. Venegas Cubero
Dichos cargos son conocidos como incrementables
y se encuentran listados en el artículo 65 de la Ley
Aduanera. Específicamente, la fracción III de la
disposición en comento se refiere a las regalías que el
importador tenga que pagar como condición de venta de
las mercancías.
Por lo tanto, los importadores que paguen regalías
relacionadas con sus mercancías de importación deben
analizar si las primeras deben adicionarse al valor en
aduanas de las segundas. Cada importador debe
determinar si sus pagos de regalías constituyen una
condición de venta de las mercancías que importa.
No obstante, para ello debe tomarse en cuenta que
el término condición es equívoco, pues admite diversos
significados.
La palabra condición tiene un significado jurídico
como modalidad de las obligaciones. El Código Civil
Federal establece en su artículo 1938 que la obligación es
condicional cuando su existencia o resolución dependen
de un acontecimiento futuro e incierto. De acuerdo con los
artículos 1939 y 1940 del mismo código, la condición es
suspensiva cuando de su cumplimiento depende la
existencia de la obligación y es resolutoria cuando
cumplida resuelve la obligación (volviendo las cosas al
estado que tenían como si la obligación no hubiese
existido).
Según esta acepción, la condición es un
acontecimiento futuro de realización incierta del cual
depende el nacimiento o extinción de obligaciones.
Nótese como la realización del acontecimiento impacta la
existencia misma de la obligación condicionada. Si la
condición suspensiva no se cumple, nunca surgirá la
2
obligación. Si la
retroactivamente.
condición
resolutoria
se
cumple,
la
obligación
se
desaparece
Aplicando la acepción jurídica de la condición para interpretar la mencionada fracción
III del artículo 65 de la Ley Aduanera, resulta que las obligaciones derivadas de la venta de
mercancías de importación podrían estar sujetas a la condición consistente en el pago de
regalías. La condición será suspensiva si el nacimiento mismo de la compraventa ocurra con
el pago de las regalías. La condición será resolutoria si el pago (o bien, la falta de pago) de
las regalías se tradujera en la desaparición de la compraventa con efectos retroactivos.
Se reitera que bajo la acepción jurídica de la palabra condición, el pago o falta de pago
de las regalías impactaría la existencia misma de la compraventa de mercancías de
importación.
Sin embargo, como se mencionó en párrafos anteriores, la palabra condición admite
diversos significados.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua señala múltiples acepciones de la
palabra condición, además de la ya comentada acepción jurídica. Entre las acepciones de la
palabra condición se encuentran la de “situación o circunstancia indispensable para la
existencia de otra” y la de “circunstancia que afecta un proceso o al estado de una persona o
cosa”.
Entonces, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua, la palabra condición puede
entenderse como una circunstancia que antecede algo, ya sea como un prerrequisito
indispensable o como causa de afectación. Aplicando estas acepciones de la palabra
condición para interpretar el artículo 65, fracción III de la Ley Aduanera, se tiene que las
regalías serán una condición en la medida que su pago haya sido un prerrequisito para la
venta de las mercancías, o bien, que la expectativa de su pago haya afectado a la propia
venta. Es decir, las regalías podrían considerarse una condición cuando su pago haya sido
un motivo determinante de la venta y afectado el precio de las mercancías.
Aun cuando todas las acepciones mencionadas de la palabra condición guardan
ciertas semejanzas, tienen una diferencia fundamental: bajo la acepción jurídica, la regalía
tendría que afectar la existencia misma de la venta para considerarse como una condición;
mientras que bajo las demás acepciones, la regalía puede considerarse como una condición
si existe como un antecedente indispensable, prerrequisito o motivo para la celebración de la
venta.
En esta tesitura, es de gran relevancia determinar cual de las acepciones de la palabra
condición debe ser adoptada en materia de valoración aduanera.
En principio, parecería sensato adoptar la acepción jurídica de la palabra y desechar el
resto, pues a fin de cuentas el análisis de la Ley Aduanera es el análisis de una disposición
jurídica. Sin embargo, el hecho de que una institución jurídica se denomine condición, no
impide que un ordenamiento legal utilice la misma palabra con un sentido distinto. Por
ejemplo, imagínese el absurdo que resultaría de aplicar la acepción jurídica de condición
para interpretar lo que debe entenderse por “condiciones generales de trabajo” según la Ley
Federal del Trabajo o las “condiciones de higiene” a que se refiere el Código Civil Federal en
materia de arrendamiento.
3
Así, antes de descartar cualquier significado de la palabra condición debe
desentrañarse cual fue la intención del legislador al dictar la Ley Aduanera y así podrá
inferirse cual es la acepción de la palabra condición que debe tomarse en cuenta al
interpretar el artículo 65, fracción III de dicho ordenamiento. En este punto cabe señalar que
la interpretación de la disposición en comento bajo la intención del legislador no vulnera lo
dispuesto por el artículo 5 del Código Fiscal de la Federación en materia de aplicación
estricta de las disposiciones fiscales, pues los tribunales federales han sostenido que la
aplicación estricta no implica que la interpretación jurídica de dichas disposiciones deba
ceñirse necesariamente a una interpretación literal.
La exposición de motivos de la Ley Aduanera vigente no se refiere a la valoración
aduanera de las mercancías y por ende, no arroja luz sobre lo que debe entenderse por
condición de venta de mercancías de importación.
Sin embargo, debe tomarse en cuenta que lo dispuesto por la Ley Aduanera en
materia de valoración es un reflejo casi perfecto de lo dispuesto por el Acuerdo Relativo a la
Aplicación del Artículo VII del Acuerdo General Sobre Aranceles Aduaneros y Comercio,
conocido como el Acuerdo de Valoración.
Al respecto, cabe recordar que al adherirse al Acuerdo General Sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio (originalmente conocido como “GATT” por sus siglas en inglés y base
de la Organización Mundial de Comercio), México adoptó el Acuerdo de Valoración,
obligándose a implementar las disposiciones de éste en su legislación interna. En efecto, el
párrafo 1 del artículo 25 del Acuerdo de Valoración establece que cada gobierno que se
adhiera al acuerdo velará por que sus leyes, reglamentos y procedimientos administrativos
se encuentren conformes con él.
En esta tesitura, es lógico concluir que el legislador mexicano se encontraba
constreñido a implementar las disposiciones del Acuerdo de Valoración al dictar la Ley
Aduanera y que así lo hizo, pues se reitera que la Ley Aduanera refleja fielmente lo dispuesto
por el Acuerdo de Valoración. Además, debe tomarse en cuenta que la Ley Aduanera no
podría contravenir el Acuerdo de Valoración, por tener éste último mayor jerarquía al tratarse
de un tratado internacional, de conformidad con el artículo 133 de nuestra constitución.
Así, puede concluirse que la intención del legislador mexicano al dictar la Ley
Aduanera fue precisamente adoptar las disposiciones del Acuerdo de Valoración. Es decir,
introducir en nuestro derecho interno las disposiciones del GATT en materia de valoración.
Entonces, para entender lo dispuesto por la Ley Aduanera en materia de valoración
aduanera, debe tomarse en cuenta lo dispuesto por el GATT y su Acuerdo de Valoración.
Esto es, para la interpretación de la Ley Aduanera en materia de valoración es válido acudir
al GATT y al Acuerdo de Valoración, pues los segundos informaron a la primera.
Consecuentemente, a continuación debe analizarse lo dispuesto por el GATT y el
Acuerdo de Valoración para determinar cuando las regalías deben considerarse una
condición de venta de las mercancías de importación.
El artículo VII del GATT dispone que el valor de las mercancías debe ser su valor real,
entendiendo por este el precio de venta de las mismas mercancías en el curso de
4
operaciones comerciales normales efectuadas en condiciones de libre competencia. Por otro
lado, el Acuerdo de Valoración establece que la base de la valoración en aduana debe ser el
valor de transacción, excluyendo valores arbitrarios o ficticios.
De conformidad con el artículo 8 del Acuerdo de Valoración, el valor de transacción
debe ser adicionado con diversos cargos; los ya mencionados incrementables. Dentro de los
incrementables, el propio artículo 8 del Acuerdo de Valoración incluye expresamente a los
cánones y derechos de licencia relacionados con la mercancía objeto de valoración que el
importador tenga que pagar como condición de venta de las mercancías.
Ahora bien, tomando en cuenta el concepto de valor real establecido por el GATT,
puede inferirse que los incrementables son aquellos cargos que forman parte del valor real
de las mercancías, aún cuando aparezcan separados del precio pagado por éstas. Por ello,
con el objeto de que el valor en aduanas refleje el valor real de las mercancías, debe incluir
el precio pagado por éstas adicionado con los incrementables correspondientes, evitando la
sub-valuación en aduanas.
Entonces, las regalías deberán considerarse como incrementables, en la medida que
formen parte del valor real de las mercancías. En otras palabras, las regalías serán
incrementables si en realidad forman parte del precio de que tendrían las mercancías en una
venta realizada en condiciones comerciales normales en condiciones de libre competencia.
En consecuencia, bajo el Acuerdo de Valoración, las regalías deberán considerarse
como una condición de venta, en la medida que su pago haya afectado el valor real de las
mercancías. Este razonamiento conduce a la conclusión de que el Acuerdo de Valoración
emplea el término condición como circunstancia que afecta la venta.
Cabe señalar que el Comité Técnico de Valoración en Aduana, establecido bajo los
auspicios de la Organización Mundial de Aduanas, ha expedido diversas opiniones
consultivas sobre la aplicación del Acuerdo de Valoración en materia de cánones y derechos
de licencia. El Comité ha sido sumamente casuístico y no ha definido expresamente lo que
debe entenderse por condición de venta. Sin embargo, sus resoluciones se orientan en el
sentido de que la condición de venta es un motivo determinante de la venta, un presupuesto
sin el cual ésta no hubiera existido.
Por lo tanto, bajo el Acuerdo de Valoración y en consecuencia, bajo la Ley Aduanera,
las regalías podrían considerarse una condición de venta si la expectativa de su pago fue el
motivo determinante de la venta y se tradujo en una reducción sustancial del precio pactado
por las mercancías.
De tal suerte, para la correcta determinación del valor en aduanas de las mercancías
de importación, la cuestión de las regalías no puede ignorarse, sino que debe ser analizada
minuciosamente en cada caso.
COLEGIO DE CONTADORES PÚBLICOS DE MÉXICO. Presidente: CPC Manuel C. Gutiérrez García. El Material aquí reproducido es propiedad del CCPM,
queda estrictamente prohibida su reproducción total o parcial sin previa autorización por escrito.
© DERECHOS RESERVADOS Prohibida su reproducción total o parcial.
5
Descargar