1. CONCEPTO FILOSÓFICO DE HOMBRE EN LA EDAD ANTIGUA: GRECIA 1.1. GEOGRAFÍA EN LA ANTIGUA GRECIA El marco geográfico comprendía la Grecia continental, en el extremo de la península de los Balcanes, la Grecia insular o islas del mar Egeo y la Grecia asiática o costas de la península de Anatolia. En el territorio griego, cortado por numerosas y profundas ensenadas, se alzan varios sistemas montañosos, que fraccionan el país en muchos valles recorridos por escasos y pocos caudalosos cursos de agua. La agricultura y el pastoreo no requieren mano de obra abundante y disciplinada bajo un gobierno autoritario, como en los países que practicaban el regadío. Ello influyó en que surgieran ciudades independientes, hasta formar pequeños Estados. En Grecia nunca hubo un estado griego unificado, con una capital, como sucedió en otras civilizaciones antiguas. Su clima es templado, el paisaje vario y risueño y sus costas se presentan muy recortas. Pese a su favorable posición geográfica, Grecia ha sido siempre un país pobre, debido a la ausencia de recursos minerales de cierta importancia en su subsuelo y al carácter rocoso de su suelo poco apto para los cultivos agrícolas; sólo algunas y estrechas llanuras son idóneas para el cultivo de agrios, de vides y de olivos. Desde un punto de vista estrictamente geográfico, se suele dividir el territorio de la antigua Grecia en cuatro regiones: 1 - Zona septentrional, comprendida la región del Epiro por el Oeste y la de Tesalia por el Este, separadas entre sí por la cadena montañosa del Pindo. - Zona central, que comprendía ocho regiones: Acarnia, Etolia, Dórida, Lócrida, Fócida, Beocia, Megárida y Atica; en esta última se levanta la ciudad de Atenas. - Zona meridional separada de la central por el istmo de Corinto; esté constituida por la península del Peloponeso subdividida en seis regiones: Acaya, Arcadia, Argólida, Elida, Mesenia y Laconia: la ciudad principal era Esparta. - Zona insular, formada por gran número de islas de distinta extensión, entre las que la mayor era la de Creta (llamada más tarde Candía). Mapa N. 1 Mapa de la Antigua Grecia Fuente: Enciclopedia Encarta 2003 2 Este mapa muestra las principales divisiones étnicas de la antigua Grecia y destaca las principales ciudades en cada región. La antigua Grecia, poblada por distintos grupos étnicos, estaba formada por diversas ciudades-estado independientes. Los estados vecinos firmaban ocasionales alianzas, como la formada para crear una fuerza defensiva común bajo el liderazgo de Esparta, durante la invasión persa de Grecia en el año 480 a.C. Las ciudades-estado también lucharon entre sí, como fue el caso de la guerra del Peloponeso desde el 431 a.C. hasta el 404 a.C. entre Esparta y Atenas. 1.2. PERFIL DE LA CIVILIZACIÓN GRIEGA Los griegos supieron poner de manifiesto altísimas dotes de amor patrio y valor militar. La gloria del pueblo griego estriba en el altísimo nivel de civilización que alcanzaron en los distintos órdenes de la actividad humana. Dotados de gran inteligencia y de viva fantasía, deseosos de aprender siempre más y mejor, los griegos llegaron a alcanzar cumbres hasta ahora no igualadas en la concepción y realización de obras de arte. 1.2.1. Vida pública y privada. Los antiguos griegos tenían la costumbre de pasar la mayor parte del tiempo en el ágora, en los gimnasios y en otros lugares de reunión pública, donde, además de interesarse por la vida de la polis, desenvolvían sus actividades personales. No cuidaban, por tanto, excesivamente sus habitaciones particulares que, sin embargo, resultaban bastante higiénicas, puesto que estaban aireadas y soleadas. 3 Por lo que se refiere a la indumentaria, los griegos, en general, tuvieron gustos sencillos; los hombres se vestían con el llamado hitón, una especie de larga camisa sin mangas, sobre la cual se colocaban un manto sujeto a uno de los costados, llamado clámide, o bien un manto que formaba muchos pliegues y que recibía el nombre de palio. La mujer acostumbraba a vestir también el hitón, llevando sobe él un manto muy amplio conocido con el nombre himatión; los más jóvenes se cubrían con el peplos, es decir, con un vestido sin mangas sujeto con unas hebillas a la altura de la cadera. Los calzados más simples eran de forma similares a las sandalias usadas en nuestros días, o bien se trataba de ligeros zapatos estrechos sujetos en los tobillos por correas que luego se anudaban por encima de las pantorrillas. 1.2.2. Las actividades económicas. Los griegos, que en los primeros tiempos se dedicaron preferentemente al pastoreo y a la agricultura, llegaron a ser muy pronto comerciantes y artesanos de gran habilidad. Tal metamorfosis no fue ni improvisada ni dejada al azar, sino que vino impuesta por diversos factores; en primer lugar fue una consecuencia directa de la colonización griega en las costas itálicas y sicilianas. En ellas, los moradores indígenas no estaban en condiciones de abastecer a los colonizadores de los objetos que les eran necesarios, y a estas necesidades debieron subvenir los comerciantes y marinos de la madre patria. Más tarde se inició la fabricación in situ de distintos objetos que comenzaron a darse a conocer y luego fueron solicitados por los mismos indígenas, los cuales, aunque se mostraban propicios a similar una civilización superior a la suya, no conseguían producir manufacturas de calidad tan refinada como las de los 4 comerciantes griegos. Estos, a cambio, adquirían materias primas, principalmente cobre, pieles, granos, etc. Hubo, además, otros motivos, se pueden considerar de orden natural, que incitaron a los griegos a dedicarse a otras actividades fuera de las netamente avícolas: por un lado el incesante aumento de la población, y, por otro, la escasa superficie cultivable del territorio helénico, cuya producción fue siempre deficitaria para las necesidades de la población. Fue, pues, necesario recurrir a la importación de granos de Egipto y de las costas del Mar Negro, mientras en las distintas ciudades griegas se daba impulso a las actividades artesanas que luego alimentarían una poderosa corriente de exportaciones que permitió equilibrar la balanza de las importaciones. Los griegos fueron muy hábiles en la elaboración de los metales (especialmente el oro, la plata y el bronce) así como en la cerámica, decorada con admirables pinturas. Se dedicaron también, y con notable maestría, al tejido del lino y de la lana; los principales centros de tales actividades fueron las ciudades de Atenas y Corinto; es evidente que se trataba de una producción netamente artesana, a la que dedicaban, en modestos talleres, núcleos familiares enteros. Los puertos más activos, por el volumen de mercancías embarcadas y descargadas, fueron los del Pireo y Siracusa; asumió especial importancia el puerto de Corinto, debido a su estratégica posición geográfica, ya que estaba situado en el istmo que separa los dos mares de Grecia, el Jónico y el Egeo. En el Siglo V antes de Cristo, el estado de guerra casi sin solución de continuidad en que se halló envuelto el territorio repercutió 5 de modo evidente en sentido negativo sobre la economía interna de Grecia. En las regiones en las que los ejércitos contendían, el ir y venir de las tropas de un territorio a otro producían las consecuentes devastaciones de mieses, de frutos, incendios de poblados, fugas masivas de su población civil…No fueron menores los daños que la guerra hizo a los comerciantes: los graves riesgos que implicaba el transporte de mercancías, junto con las frecuentes piraterías que obligaron a los armadores a resguardar sus naves al amparo de los puertos más seguros. Tal situación se agravó por el creciente poderío naval de los atenienses, lo que produjo el retroceso de la producción industrial o, mejor dicho, de la artesana, hasta el punto de que las únicas elaboraciones que produjeron y que se mantuvieron en activo fueron las relacionadas con los pertrechos militares: maderas y velas para la marina, hierro y cuero para el ejército; las demás fueron poco a poco abandonadas por resultar antieconómicas. 1.2.3. Los estudios científicos. Como la mayor parte de los pueblos antiguos, en especial los orientales, los griegos fueron apasionados llamadas cultivadores exactas. de las Efectivamente, ciencias, se especialmente dedicaron con de las admirables resultados a la aritmética y a la geometría, desarrollando con intuición e inteligente raciocinio las nociones ya adquiridas por otros pueblos. Son universalmente conocidos, por citar sólo un ejemplo, los nombres de Tales de Mileto y de Pitágoras, a los que se deben los fundamentos de la doctrina matemática. Directamente relacionados con el desarrollo de estas últimas estuvieron los progresos realizados en el campo de la astronomía, que adquiere caracteres de verdadera ciencia gracias a los griegos, que relaboraron con riguroso método científico las teorías emitidas anteriormente por otros pueblos de la Antigüedad. La 6 medicina adquirió un especial auge hasta el período llamado clásico; también en tan delicado campo los griegos se dedicaron con rigor científico y seriedad, hasta conseguir notables éxitos. Después de los estudios de Empédocles que logró identificar en el órgano cardíaco el centro del sistema vascular, y de Diones, tenido como el primer experto en anatomía humana, el verdadero padre de la medicina, en el significado moderno del término, puede ser considerado Hipócrates. 1.2.4. Características generales de la cultura Griega 1.2.4.1. El pueblo griego desarrolló un espíritu crítico e inquisitivo ante la realidad circulante. En efecto, es el primer pueblo que racionaliza e intenta comprender las leyes que rigen la naturaleza y el lugar que ocupa el hombre en ella. 1.2.4.2. Esta búsqueda racional de conocimiento llevó a los griegos a organizarlo y sistematizarlo en grandes nociones y disciplinas que, aún hoy, continúan vigentes. Así pues, separaron épica y lírica, mito e historia, tragedia y comedia, ensayo y crítica, etcétera. 1.2.4.3. Crearon los postulados básicos del pensamiento filosófico y político y las dos grandes vertientes de la filosofía (el idealismo, representado por Platón y el realismo representado por Aristóteles). 1.2.4.4. Sentaron las bases del pensamiento científico y desarrollaron las matemáticas, la geografía, la medicina. 1.2.4.5. Por todo lo anterior, se ha afirmado que el pueblo griego crea la razón humana. 7 1.2.4.6. También se le considera como el modelador de un ideal del hombre en el que se conjugan las cualidades morales y las cualidades físicas, ya que para los griegos la ética y la estética se confunden, en el sentido de que conciben que lo bello es, necesariamente, bueno, pues el exterior y el interior del hombre están estrechamente vinculados. 1.2.4.7. En el arte, y prácticamente en todas sus actuaciones, existe una búsqueda perpetua de belleza, ya que como se señala en el punto anterior, la belleza implica una aspiración a ser mejor en todos los sentidos. Es evidente la enorme y rica herencia que el pueblo griego legó, herencia que se debe conocer para poder, al mismo tiempo, entender una parte importante de nuestra cultura contemporánea. 8 Imagen N. 1 El Erecteón Fuente: Jacques Pirenne. Historia Universal, 1989 El Erecteón en la Acrópolis de Atenas, exponente de la cultura griega. Dentro de la cultura griega se considera importante mencionar dos características que van a ser fundamentales para comprender mejor su producción literaria, a saber, el mito y la concepción del cosmos. 9 - El mito. Como en todas las culturas arcaicas, el mito griego estuvo profundamente vinculado a la religión. En ella se encuentra una serie de mitos que representan y explican los fenómenos y manifestaciones de la naturaleza, aunque también hay mitos cuya fuente es una realidad histórica que ha sido remodelada y de la cual se independizan después. Los héroes legendarios, entonces, se convierten en figuras míticas que proporcionan modelos ejemplares, arquetipos universales en los que el pueblo, además, conserva su pasado. Hay que señalar en este punto que todos los dioses griegos son profundamente humanos y que esta humanización se da tanto en la apariencia física como en los conflictos y pasiones de los que constantemente son víctimas. En Grecia, los mitos constituyeron la materia prima de todas las manifestaciones artísticas entre las que destacan la literatura y la escultura, e inclusive fueron punto de partida de muchos planteamientos filosóficos. - La Concepción del cosmos a partir de un pensamiento mítico griego. Los griegos concibieron el cosmos de una manera muy especial: para ellos, la naturaleza no se rige por leyes de causa y efecto, sino por lo que se puede llamar orden o destino (justicia cósmica). Según esta concepción, el hombre no es un mero instrumento de los dioses, sino que tiene una responsabilidad importante en el mantenimiento de la salud y la estabilidad cósmica. Sin embargo, esto no es una empresa sencilla porque el héroe –que constituye el punto de encuentro entre las fuerzas terrestres y divinas- es presa fácil de sus pasiones (la cólera, el orgullo, la envidia, etc.) y con ello pone en peligro al cielo y a 10 la tierra. La enfermedad o locura del héroe que se excede (que viola las normas establecidas) contagian el universo entero y lo desestabilizan. En este caso, la única posibilidad de restaurar el orden es la destrucción el héroe (en Edipo Rey de Sófocles, la estabilidad del universo ha sido quebrantada al convertirse Edipo en parricida y casarse con su madre; la desgracias que azotan al pueblo de Tebas desaparecen en cuanto Edipo queda ciego y se convierte en un mendigo errante). Imagen N. 2 Homero y Venus de Milo Fuente: Visual. Enciclopedia básica. 1992 La mitología griega se basa en las fábulas y en la tradición histórica. En los poemas de Homero y otros autores clásicos, los dioses inmortales, aparecen bellos y sublimes, como Afrodita, conocida como la Venus de Milo. 11 1.3. PERÍODOS HISTÓRICOS DE GRECIA El nombre de Grecia fue dado por los romanos. Los griegos se denominaban helenos y a su país lo llamaban Hélade porque, según una leyenda, descendían de Helen, personaje mitológico cuyos hijos originaron los grupos helenos: aqueos, jonios, eolios y dorios. Los griegos pertenecían al grupo racial y cultural indoeuropeo. Entraron en Grecia continental por la época en que otros grupos indoeuropeos (arios, hititas, persas, etc.) invadieron el Cercano Oriente y la India. Alrededor de 1700 a. de C. penetraron en la región jonios, eolios y aqueos, y comenzó la historia de Grecia, que se divide en los períodos micénico, homérico, arcaico y clásico. 1.3.1. Grecia Micénica (1700-1100 a. C.). Este período se llama así por la ciudad de Micenas, uno de los centros principales de los aqueos, grupo que predominó sobre los otros. Los aqueos eran guerreros, formaron varios reinos independientes unos de otros y levantaron ciudades amuralladas. Rendían culto a los dioses y enterraban a sus reyes en tumbas, rodeados de armas y objetos de oro y bronce. Aunque vivían de la agricultura, practicaron la piratería en el mar y un comercio pacífico. Por rivalidades mercantiles con la ciudad de Troya, situada en la costa asiática, los reyes aqueos formaron una coalición que la atacó y destruyó. La información sobre este período está contenida en tablillas escritas en aqueo y en numerosas leyendas, sobre todo en la Ilíada, atribuida a Homero, que describe las costumbres y la guerra contra Troya. 1.3.2. Grecia homérica (1100-776 a. C.) Los dorios, último grupo helénico que invadió la península, se impusieron con sus armas 12 de hierro, sometieron a los aqueos y acabaron sus realizaciones culturales. Este período se llama homérico porque la principal información sobre él está en la Odisea, que relata el regreso de Ulises después de la guerra de Troya. Ante la invasión doria, numerosos jonios y elogios huyeron a las islas del Egeo y a la costa de Asia Menor, donde fundaron ciudades que, al contacto con las civilizaciones orientales, se desarrollaron y convirtieron en centros de progreso. Los dorios, además, ocuparon islas y el sur de la costa de Asia Menor. Así, la Grecia asiática quedó dividida en la Jonia, la Eólida y la Dórida. Pasada la barbarie inicial, en este período comenzó a formarse la civilización griega. Como el comercio marítimo decayó completamente, la tierra fue la fuente principal de riqueza. En cada ciudad los clanes más poderosos y los dueños de las tierras tomaron el poder, abolieron la jefatura de los reyes y establecieron gobiernos aristocráticos (de las palabras griegas aristo = los mejores y kratos = gobierno), o sea, de los nobles por nacimiento. Los nobles formaban el Consejo de la ciudad, que asesoraba a los magistrados, pequeño número que tenía a su cargo la dirección del ejército, la administración de justicia y demás funciones ejecutivas. Los magistrados eran elegidos por la Asamblea, compuesta por los ciudadanos guerreros, la cual tomaba decisiones, pero subordinada a los intereses del Consejo y de los magistrados. 1.3.3. Grecia Arcaica (776-500 a. C.) Este período comienza con los primeros Juegos Olímpicos, punto de partida del calendario griego. Estas competencias continuaron celebrándose cada cuatro años en Olimpia, en honor a los dioses. Durante este período se obtuvieron varios logros. 13 a) Se consolidó el sistema de Polis, o sea la unidad social, económica y política que constituyó la ciudad-estado griega, original de esta civilización. Cada polis era un estado soberano, con leyes, gobierno e instituciones propias y presentaba las siguientes características: - Un espacio urbano amurallado, con una acrópolis o cerro elevado, donde se levantaban fortalezas para la defensa de la ciudad y templos a las divinidades. - Una plaza o ágora que servía de mercado y sitio de reunión, de la ciudadanía. - Un conjunto de tierras y aldeas próximas, donde se cultivaba trigo, vid, olivo y árboles frutales y donde se criaban ovejas, terneros y cabras. - Una población variable, según el tamaño de la ciudad, (entre 10,000 y 40,000 ciudadanos), para facilitar la comunicación y participación de todos en la polis. - Eran ciudadanos únicamente los nacidos en la polis y de padres ciudadanos. En contadas ocasiones se concedía la ciudadanía a los extranjeros. Así, por ejemplo, un ateniense era extranjero en las demás ciudades. Sólo los ciudadanos podían tener tierras, participar en asambleas, ser designados para cargos públicos y tomar parte en los cultos. Los extranjeros y los esclavos carecían de derechos. - Finalmente, en cada polis la opinión de los ciudadanos era escuchada en la asamblea, donde se discutían públicamente los 14 problemas de la ciudad, se tomaban decisiones y se elegían magistrados. b) Se produjo una expansión colonizadora por las costas e islas del Mediterráneo y el Mar Negro, debido al crecimiento de la población y a que los aristócratas monopolizaban las escasas tierras cultivables. Varias ciudades programaron la emigración de miles de griegos hacia las citadas áreas, donde fundaron colonias agrícolas, organizadas en forma independiente, que sólo mantenían vínculos religiosos y comerciales con la ciudad fundadora. Consecuencias de la colonización griega fueron: intenso comercio entre ciudades y colonias, que desplazó a los fenicios del control marítimo; desarrollo de industrias; uso de la moneda, recién inventada en Asia Menor; construcción de embarcaciones más ligeras, los trirremes o barcos con tres filas de remos; difusión de la civilización de la esclavitud en el mundo griego, por captura o compra de hombres en lejanas tierras. c) La expansión colonizadora provocó cambios políticos, económicos y sociales en la polis. Nuevos ricos, surgidos del comercio y el desarrollo de las manufacturas, reclamaron a los aristócratas compartir el gobierno. En algunas ciudades hubo luchas sociales; en otras, el problema se solucionó pacíficamente, confiando a legisladores u hombres prudentes y capacitados la reforma de las instituciones y leyes escritas. Estos cambiaron la estructura de la sociedad: desde entonces, la riqueza fue el factor decisivo para alcanzar importancia social y poder político. Los más ricos comerciantes pasaron a ocupar, junto con aristócratas terratenientes, 15 las magistraturas o altos cargos ejecutivos y tuvieron más participación en los Consejos. La forma de gobierno aristocrática pasó de ser oligárquica (de oligoi = algunos). No obstante, los antagonismos sociales continuaron porque las clases populares no obtenían las mejoras deseadas y muchas aristocracias se negaban a perder su poder. En casi todas las ciudades surgieron tiranos a mediados del Siglo VI a. de C. Eran jefes militares, líderes populares o magistrados que tomaron el poder ilegalmente, con apoyo de gente armada. Tiranía no significa dictadura cruel y despótica, sino usurpación. Los tiranos repartieron tierras entre los campesinos pobres, sometieron a las oligarquías y aristocracias y realizaron notables obras públicas. Sin embargo, las tiranías se convirtieron en dinastías familiares y, al final de dicho siglo, los tiranos fueron derrocados en casi todas las ciudades. El régimen oligárquico se restableció en la mayoría de las polis. Otras, como Atenas, organizaron un sistema democrático (de demos = pueblo). 1.3.4. Grecia clásica (500-431 a. de C.) a) Las guerras médicas (490-449 a. de C.) fueron el conflicto con los persas o medos. Empezaron a raíz de la sublevación de las ciudades griegas de la costa asiática contra la dominación del Imperio Persa. El monarca Darío hizo arrasar a Mileto, que había iniciado el movimiento libertador, y decidió castigar a Atenas, por la ayuda prestada a los sublevados. Hubo dos grandes guerras, en las cuales los griegos enfrentaron a una potencia superior en hombres y armamentos. En la primera, los 16 hombres de Darío fueron derrotados en la llanura de Maratón. Diez años más tarde Jerjes, su sucesor, invadió a Grecia por tierra y mar. Ante el peligro, la mayoría de las ciudades se aliaron bajo la dirección de Esparta, que poseía el mejor ejército. Pero, éste fue vencido en Las Termópilas. Los persas incendiaron a Atenas, cuya población había evacuado previamente Temístocles, diezmó y puso en fuga a los persas, cuya infantería fue derrotada en su retirada. La victoria naval de Micala (479 a. de C.) selló la independencia de las ciudades de la costa asiática. b) El Siglo de Pericles es el período posterior a las guerras médicas. Se denomina así por el principal gobernante de Atenas. Para impedir nuevos intentos conquistadores, Atenas organizó la Liga de Delos, una confederación de ciudades marítimas que construyó una poderosa flota que arrojó a los persas de Egeo. La dirección de la Liga convirtió a Atenas en la polis más poderosa de Grecia y en centro artístico, literario y científico. Este poderío agudizó la rivalidad con Esparta, desató la lucha contra ella y condujo a la decadencia de la civilización helénica. 1.4. ORIGEN DE LA FILOSOFÍA Lo que movió a los hombres a filosofar, como dice Aristóteles, fue La admiración. Para comprender la inspiración filosófica es preciso sentir, en algún momento al menos, la extrañeza por las cosas que son o existe, librarse de la habituación al medio y a lo cotidiano, ponerse en el puesto del que abre los ojos en un ambiente desconocido y extraño. 17 Existe una primera admiración directa ante la existencia. 1.5. FILOSOFÍA EN GRECIA Cuando se indaga el origen –en lo humano- de la cultura –de esta que llamamos occidental, que es también la cultura que ha predominado en el mundo civilizado- se remonta siempre hasta la Grecia antigua. Fue Grecia (siglos VI a II a. de C.) un pueblo excepcionalmente dotado para el pensar filosófico, y en él suele buscarse también el origen de la filosofía. Estas condiciones especialmente aptas brotan de una peculiaridad general de aquel pueblo: su carácter esencialmente humanista. Toda la cultura griega se desarrolla en torno al hombre, y brota de la serena contemplación de la naturaleza humana. El arte griego no representa a descomunales dioses ni a desatadas fuerzas de la naturaleza, como acontecía en otros pueblos de su época, sino el hombre armónico, al canon de sus perfecciones. Un Apolo o una Venus griegos tienen como medidas somáticas la medida aritmética de multitud de medidas experimentalmente tomadas. La concepción arquitectónica de sus templos busca psicológicamente la serenidad en la contemplación del espectador, incluso deformando ligeramente las líneas teóricas para corregir las ilusiones ópticas. La vida política se constituye ajustada al verdadero hombre, como una democracia de libre, humana y flexible administración. Hasta sus mismos dioses son hombres con sus facultades potenciadas. Pues bien, este espíritu humanista liberó en Grecia al pensamiento de la armazón irracional – mito y religión – con que se 18 presenta en los pueblos anteriores y exteriores a Grecia, e hizo posible la reflexión puramente filosófica. Se ha discutido si es justo atribuir el inicio de la filosofía con la cultura Griega, al despreciar a lo filósofos de las más antiguas culturas orientales. Sólo en Grecia se plantean racionalmente las cuestiones y sólo allá la razón fue utilizada como un medio adecuado de penetrar en la realidad. Los griegos tomaron conocimiento del valor de la actividad racional, descubrieron la razón. En los antípodas de ésta teoría se encuentra otra que quiere descubrir la más profunda sabiduría en los textos sagrados de la India, y no ve en la cultura griega más que una reducción de proporciones y horizontes respecto a la filosofía oriental, que le proporciona cuanto tiene de positivo. No debe despreciarse, pues, el caudal de sabiduría filosófica que se encierra en las literaturas orientales, pero es justo comenzar por Grecia el estudio del esfuerzo del hombre contra el misterio que le rodea: la filosofía, porque es en Grecia donde se encuentra las primeras soluciones verdaderamente racionales. La sabiduría oriental, por otra parte, influye sobre numerosos temas del pensamiento griego, con lo que, indirectamente, se habrá de entrar en contacto con su contenido y con su espíritu. 19 1.5.1. Los primeros filósofos cosmólogos: Tales, Anaximandro y Anaxímenes. Fueron el Siglo VI antes de J. C. y la ciudad de Mileto – puerto griego de la costa de Asia Menor - la época y el escenario de los más remotos intentos filosóficos de que se posee noticias. Allí vivió un personaje cuyo conocimiento llega envuelto en la oscuridad de la leyenda y del mito. Tales de Mileto. Uno de los fabulosos Siete Sabios de Grecia, autor de la cosmología en la que el agua es el principio de todas las cosas. Lo que movió a los hombres a filosofar fue la admiración, y lo que históricamente les admiró fue, ante todo, el cambio y la multiplicidad de individuos, experiencias que parecen contradecir vivamente a la inmutabilidad y unidad de las ideas. Los primeros filósofos procuran encontrar en el mundo físico - en la realidad material siempre cambiante que rodea al hombre - un fondo estable, un sustrato permanente al que todas las sustancias se redujeran, algo ante lo que la multiplicidad y el cambio se convirtieran en apariencias. De Tales no se sabe más de lo que Aristóteles afirma: que el principio buscando creyó encontrarlo en el agua, sustancia originaria que estaría en el fondo de todas las cosas. Se puede suponer algunos motivos que psicológicamente actuarían en aquel pensamiento todavía primitivo: el agua del mar es el límite de la tierra, y más allá del 20 mundo aseguran los navegantes que se extiende el océano infinito; si se profundiza bajo el suelo en el que habita el hombre, se encontrará agua; el agua desciende del cielo y hace brotar la vida de las plantas, que son, a su vez, el alimento de los animales; el agua, en fin, puede transformarse por la temperatura en sólida y en gaseosa: el principio de todas las cosas será pues, el agua. Anaximandro. Otro filósofo de aquel legendario núcleo milesio autor de un escrito entorno a la naturaleza, opinó que ese principio o fondo común de todas las cosas no debe ser el agua precisamente, sino una sustancia indeterminada, invisible y amorfa de donde el agua y todos los elementos de la naturaleza proceden. Llamó a este principio el apeiron (lo indeterminado). Y como lo indeterminado viene a identificarse con el caos para los griegos, pueblo amante de lo concreto y limitado, de la perfección de la forma, habrá de buscarse en la afirmación de Anaximandro la primitiva creencia griega de que el mundo (el Cosmos, ordenado) procede del Caos, creencia que ya expresaba la Teogonía de Hesíodo: “Mucho antes de todas las cosas existió el Caos; después, la Tierra espaciosa. Y el amor, que es el más hermoso de todos los Inmortales”.1 Introdujo el reloj de sol inspirándose en los babilonios, y que fue el primero en diseñar la Tierra. Un tercer filósofo de Mileto es Anaxímenes. Discípulo y compatriota de Anaximandro, autor, a su vez, de una obra sobre la Naturaleza, sostuvo que el principio común de la aparente multiplicidad y variabilidad de las cosas es el aire. El debió aparecer a los ojos de 1 Sopena. Enciclopedia Temática. Tomo XIV (España: Editorial Sopena 1985) 21 Anaxímenes como el medio vital, la capa que envuelve a la tierra fuente de la vida y origen de todas las cosas. El aire, por otra parte, tiene la apariencia sutil, indivisible y debió aparecer a los ojos de Anaxímenes como el medio vital, la capa que envuelve a la tierra, fuente de la vida y origen de todas las cosas. El aire, por otra parte, tiene la apariencia sutil, indivisible y amorfa que Anaximandro reclamaba para el principio universal. Imagen N. 3 Tales de Mileto-Anaxímenes- Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986 Esta meditación sobre el Cosmos o universo material se prolonga en el siglo siguiente (V antes de J.C.) con otros filósofos que suele agruparse bajo el nombre de pluralistas. Sus rasgos comunes estriban en admitir no una sola sustancia o arjé, sino una pluralidad de elementos materiales irreductibles entre sí y también en suponer una fuerza cósmica que explica el movimiento o cambio de las cosas. 1.5.2. Pitágoras y su escuela. Poco antes de estos últimos filósofos (siglo V), en la colonia griega del sur de Italia (Magna Grecia) fundó Pitágoras una asociación que era a la vez escuela filosófica y comunidad religiosa. La doctrina de Pitágoras tuvo un carácter religioso 22 e esotérico; probablemente no fue sino una desviación de la mística órfica, según la cual las almas humanas preexisten y sobreviven a los cuerpos. Esta escuela, de la que no se sabe qué debe atribuirse a su fundador y qué a sus discípulos, tenía algo de secreto y misterioso, como misterioso y nuevo era el culto al dios Dyonisos, cuya fe se profesaba. El culto dionidíaco se inspiraba en los misterios órficos (revelados al poeta y músico Orfeo), pero representaban en realidad una penetración en el mundo heleno de las oscuras religiones, entre las que predominan las monoteístas, de los pueblos orientales. Se ha contrapuesto muchas veces lo apolíneo y lo dionisíaco. Apolíneo es el espíritu griego: culto a la forma, a lo limitado, a la serena claridad de lo humano perfecto; dionisíaco, el dominio de las fuerzas oscuras de la naturaleza, la intensidad de las pasiones profundas, el principio indeterminado, caótico, informe, que precedió y que rodea amenazante al orden limitado de lo humano. 23 Imagen N. 4 Pitágoras Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989 Los pitagóricos fueron los introductores de este nuevo culto religioso y atormentado, por oposición al humanismo con que en Grecia se concebía a la religión y al esteticismo que la rodeaba. Los griegos suponían que bajo su inspiración se realizaban sacrificios crueles y orgías, prácticas inconcebibles para la mentalidad griega. No es ésta, sin embargo, la principal aportación de esta escuela en orden a la filosofía. Los pitagóricos fueron grandes cultivadores de las matemáticas y creyeron encontrar en los números el principio (arjé), que los milesios habían creído descubrir en los elementos naturales. 24 Ellos observaron que en la matemática es donde únicamente se puede obtener la exactitud completa y la evidencia absoluta; que el movimiento de los cuerpos celestes puede estudiarse matemáticamente y predecirse así los eclipses y demás fenómenos; que hasta las bellas artes, la música está sometida a número y medida. Y fácil les fue concluir que el secreto del Universo está escrito en signos matemáticos, que ellos son el principio fundamental del que todos se derivan. Pero, como participaban de la afición oriental a lo arcano y misterioso, envolvieron también esta teoría con el velo de un saber oculto, reservado sólo a los iniciados. Asignaron así a los números una significación cabalística y a algunos un simbolismo sagrado. De este modo creían poseer una clave para la interpretación del Universo. Todo para ellos se hallaba regido por el número y el orden; los cuerpos siderales, en su acompasado movimiento, interpretan una sinfonía musical que no es percibida por el oído humano. Este mismo concepto de orden universal hizo admitir otra aportación de la filosofía india: el eterno retorno, la pervivencia2 terrena de las almas que trasmigran a otro cuerpo cuando sobreviene la muerte, repitiendo así la sinfonía infinita del Universo. Esta idea de la metempsicosis3 pasará a Platón, que recoge varios temas del pitagorismo. Los pitagóricos admitían la inmortalidad del alma y representan al mundo como una esfera dentro de su inmutable forma, la naturaleza 2 3 PERVIVENCIA: Persistencia, continuidad. METEMPSICOSIS: Trasmigración de las almas de un cuerpo a otro. 25 compuesta de los cuatro elementos. El Sol, a Tierra, y todos los cuerpos celestes giran en torno del Fuego central o Castillo de Zeus. 1.5.3. Heráclito y Parménides. La viva antítesis entre la serena experiencia inteligible y la cambiante experiencia de los sentidos llega a su planteamiento definitivo y a soluciones contradictorias con dos filósofos, también del Siglo V antes de J. C., que han sido llamados los padres de la metafísica. Heráclito de Efeso, llamado “El Oscuro”, tuvo la aguda percepción de la variabilidad y fugacidad de cuanto existe, de su diversidad y perpetua mudanza; todo cambia, es la conclusión en que expresa lo que la realidad le ofrece. Nada de cuanto existe es, al momento siguiente, igual a sí mismo. Ni en el mundo ni en nosotros mismos hay nada que pueda considerarse permanente, sino sólo un continuo fluir. La razón, como un talismán maldito, es sólo capaz de crear conceptos estáticos, muertos, lo más ajeno a la realidad y a la vida misma. Y como el filósofo encarna ansia humana de conocer, de poseer intelectualmente, se representa a Heráclito llorando, es decir, como al hombre que llora su fracaso, la imposibilidad de sus afanes. Se dice de Heráclito que vio en el fuego el principio de todas las cosas, pero esto es en él sólo un símbolo: el fuego no es propiamente una entidad, sino una destrucción; representa la naturaleza cambiante de las cosas, su tránsito vertiginoso, irreparable, hacia la nada. Parménides de Elea, es el verdadero fundador de la escuela Eleática, preanunciada por Pitágoras, y es también el que formula la nueva doctrina. Se atribuye a él la primera enunciación del principio de identidad. Para Parménides, toda cosa es, porque existe; y sólo lo que 26 es, se puede pensar. Ligeramente posterior a Heráclito y, contra el pensamiento de éste, que identifica con el del vulgo imprudente y ciego, construye su propia concepción de Universo. “Para que algo fluya – comienza sentado – es preciso que haya antes ese algo, es decir, un sustrato permanente, un ser en sí. La razón me pone en contacto con ese algo, con la inmutabilidad de las ideas, pero, ante todo, con una idea que es la base de las demás: la idea de ser, por la que me hago cargo de todo lo que es”.4 Para que todas las ideas o realidades puedan existir, será necesario que el ser, lo más inmediata y seguramente conocido, tenga unos límites posibles, porque donde algo es ilimitado no cabe nada más. Y ¿con qué limitará el ser? ¿Con el ser? En este caso no limitaría, porque nada limita consigo mismo. ¿Con el no ser? A esto responde Parménides: el no ser, no es; es imposible, impensable. Si yo obtengo la idea de ser de cuanto hay, ¿con qué derecho hablaré de algo desconocido, incognoscible? Luego el ser no limita ni con el ser, ni con el no ser; lo que vale como decir que no limita, que es ilimitado, infinito. Pero si es infinito, es uno, porque no hay lugar para otro. Es, además, eterno, porque ¿qué le precederá?, ¿qué le seguiría? ¿el ser?, ¿el no ser?... Es, asimismo, inmutable, porque ¿de dónde vendría?, ¿a dónde iría?... Y este ser uno, infinito, eterno, inmutable, es lo que el filósofo de Elea llama Dios; fuera de él nada hay. De este modo Parménides cae en el panteísmo: cuanto existe es parte, manifestación, de una sola sustancia, de un solo ser, que es Dios. La existencia de individuos y la mutación de las cosas son mera 4 Gambra, Rafael. Historia sencilla de la filosofía. XIII edición. (España: Ediciones Rialp, 1984) 27 apariencia, engaño de “los ojos ciegos, los oídos sordos, la lengua que es sólo un eco”, propios del vulgo. Así pues, en la contradicción radical que movió a los hombres a filosofar, Heráclito resolvió a favor del mundo de los sentidos, negando la razón, y Parménides a favor de la razón, negando la experiencia sensible. Ambos abocan a dos actitudes ante la vida que son esencialmente opuestas al espíritu heleno y occidental: el escepticismo en Heráclito, el quietismo contemplativo en Parménides. Ello exigía del genio filosófico griego otras más profundas soluciones capaces de recomponer la integridad del hombre y, con ella, su armonía y actividad. Imagen N. 5 Heráclito y Parménides Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989 Se puede observar cómo en este período de iniciación (preático o presocrático) de la filosofía griega, el pensamiento humano ha ascendido ya a través de los grados de abstracción que se ha hablado. Los primeros filósofos cosmólogos, con su búsqueda de un principio material de todas las cosas, representaban el primer grado de abstracción: la abstracción física. Pitágoras y su escuela, a su vez, ascendieron al segundo grado o abstracción matemática. Heráclito y 28 Parménides, primeros filósofos metafísicos, alcanzaron, por fin, el tercer y último grado, la abstracción metafísica. 1.5.4. Siglo de Oro de la filosofía griega. halla el Siglo de Oro de la filosofía griega. Entre el V y el IV se Es el período ático, que produciría, además de Sócrates, a las dos figuras quizá más grandes de la filosofía de todos los tiempos: Platón y Aristóteles. Una característica fundamental señala el límite de su comienzo: el espíritu reflexiona sobre sí mismo, y abandona, por el momento, es estudio del mundo exterior. ¿Para qué conocer el mundo – se pregunta Sócrates – si no me conozco a mí mismo? ¿Qué soy yo mismo y qué mi razón, ese instrumento de que me valgo para conocer? Tal es el problema para este período, que se ha llamado humanístico de la filosofía griega. 1.5.4.1. Los Sofistas y el Subjetivismo: descubrimiento del hombre. En la iniciación de esta nueva época hay que destacar un fenómeno de carácter social, que lo que se conoce en la historia con el nombre de sofística, cuyo mérito consiste en haber conquistado problemas inéditos y filosóficos. la base de muchos e importantes descubrimientos El hombre, el sujeto humano y no sólo el universo y la naturaleza de las cosas ocupa y preocupa a la sofística: el hombre y sus relaciones con el mundo exterior. Sofista no quiere decir en sí más que sabio o maestro de sabiduría, y así era empleada esta palabra en aquella época. El sentido peyorativo5 y hasta insultante que hoy tiene (hábil falsario en el discurso) procede de lo que realmente llegaron a ser los sofistas. 5 PEYORATIVO: Despectivo, ofensivo, insultante, despreciativo. 29 Grecia no tuvo unidad política hasta los tiempos de Alejandro, que son los de su decadencia. Se gobernaba por ciudades (polis) independientes, democrática, y en forma con democracia de los pequeños grupos sociales. la espontánea En el ágora se administraba justicia públicamente, y cada ciudadano defendía su propia causa. En estas condiciones puede comprenderse la inmensa importancia que para todos tenía el saber exponer brillantemente y convencer a los jueces. Pues bien, los sofistas fueron precisamente maestros dedicados a la enseñanza de retórica y dialéctica, esto es, del arte de exponer, defender y persuadir públicamente. Lo que hasta esa época había sido el libre y desinteresado ejercicio de la más noble dedicación, se convirtió entonces en una actividad mercantil; éste fue el primer sentido peyorativo que, la época, adquirió la palabra sofista: el que cobra por enseñar o, mejor aún, enseña por cobrar. Pero es más profundamente peyorativo el sentido que la palabra adquirió a lo largo de la historia, y ello se deriva del vicio intelectual en que fueron a dar los sofistas con el ejercicio de su función. A fuerza de enseñar a defender todas las causas, y aun de lograr que sus alumnos triunfasen a veces con causas injustas, casi indefendibles, se extendió entre ellos un espíritu escéptico, irónico hacia el concepto de verdad, y una fe ciega en el poder humano de convicción y en su habilidad dialéctica. Uno de los sofistas que registra la historia, Protágoras (485 – 411), es uno de los profetas del futuro escepticismo. Protágoras es subjetivista al máximo y puede decirse que es el fundador del relativismo. Expresó esta convicción en su conocido principio “el hombre es la medida de todas las cosas”. Lo que vale tanto como decir que el conocimiento es algo del sujeto, algo que se da en su mente, por lo que el hombre puede crearlo y presentarlo como mejor 30 le acomode; es cuestión de habilidad. Protágoras identifica lo que parece con lo que es: pero aquello que es la verdad para un hombre dado, puede venir a ser también la verdad de otro: las cosas que parecen a cada uno, son también… y de ahí se sigue la importancia de la retórica, instrumento persuasivo de capital importancia. Protágoras juntó religión, moral, costumbre, ley humana y divina y justicia. Fue acusado de ateísmo y huyó de Atenas. refiere que murió en un naufragio. La tradición Había sido amigo del estadista Perícles, pero esto no era válido para salvarlo de las acusaciones de impiedad, que en Grecia era tan fácil lanzar contra los personajes más importantes. Dejó gran fama y un escrito, “Verdad”, cuyo título sonaba un tanto irónico por el valor elástico que él atribuía a aquél término. Este movimiento social fue la ocasión de que el espíritu griego se apartase de los temas objetivos – metafísicos o cosmológicos – para polarizarse en la contemplación de lo interior, del hombre mismo y su intelecto. ¿Qué es la verdad, eso que los sofistas ponen en entredicho? ¿Qué es la razón, eso que sirve para el descubrimiento de la verdad? 1.5.4.2. Sócrates. En el seno del movimiento sofístico surge esta figura que conmovió profundamente aquel ambiente, y que habrá de ser inspiradora y maestra de los más grandes filósofos griegos de la Edad de Oro. 31 El ateniense Sócrates es un innovador que modifica las teorías de los sofistas, conservando lo mejor de ellas: el interés por la naturaleza humana. Este filósofo no escribió nada, ni tuvo tampoco un círculo permanente donde expusiera y sistematizara su pensamiento; él negaba su inclusión entre los sofistas “porque no cobraba por enseñar”. Sócrates habló únicamente; con sus amigos, con sus ciudadanos, libremente, con la espontaneidad del diálogo. Por ello de su personalidad y de su pensamiento se sabe muy poco. Además los discípulos que de él hablan (Jenodonte, Platón y Aristóteles) son, cada uno por su estilo, malos biógrafos. Se dice que el pueblo griego descubrió la razón, esta significación de los griegos se encarna propiamente en la figura de Sócrates. Sócrates afirmó la razón como medio adecuado para penetrar la realidad. Y hubo de sostener esta afirmación frente a dos clases de contradictores. Primeramente, contra los sofistas: la razón bien dirigida sirve para alumbrar la realidad, no es una linterna mágica que forja visiones a capricho sin relación con “lo que es”. Después, contra los irracionalistas, contra los filisteos de la cultura. Mucha gente en Atenas, como en todas partes, pasaba por especialista o profesional en una materia sin que una verdadera comprensión de la misma cimentase aquel conjunto de conocimientos. Sabían cosas porque se las habían enseñado, pero si se escarbaba en su saber se descubría en seguida que estaba montado en el aire. En el fondo, todos éstos, como los pueblos orientales y los bárbaros, sabían de un modo irracional, basado en la revelación o en el mito. 32 Sócrates paseaba por las calles de Atenas y tropezaba, por ejemplo, con un militar, les hace una pregunta sobre cualquier cosa relacionada con su profesión. Ellos dan una respuesta más o menos acertada; entonces Sócrates les pide una aclaración sobre los fundamentos en que ello se basa, preguntándoles simplemente “¿por qué?”. La mayoría de las veces, los interrogados no resisten dos de estas preguntas y comienzan a divagar o a dar respuestas vacías. No hay en ellos verdadera ciencia porque no la han adquirido mediante el ejercicio de la razón, sino por autoridad o por la memoria. La nesciencia (ignorancia) es pues, el punto de partida de la búsqueda de la verdad. “Sólo sé que no sé nada, pero aún supero a la generalidad de los hombres que no saben esto tampoco”. La búsqueda de la verdad ha de realizarse con la propia razón de cada uno, que es el instrumento de penetrar en la realidad. El resultado de esta búsqueda racional es el hallazgo de la verdad. creación de la mente ni de su Esta verdad no es habilidad dialéctica, sino “descubrimiento”. Este hallazgo es una aventura de la mente que lejos de admitir falso y extraños ídolos, debe seguir su propio impulso (genio o demonio interior). De aquí el lema que Sócrates adoptó para su pensamiento “Conócete a ti mismo”. . 33 Imagen N. 6 Sócrates Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989 Sócrates es el filósofo perfecto que encarna el trinomio ideal: sabiduría, buen sentido, recta conciencia. En efecto, aseguraba preferir a los oficios públicos, su obra de perfeccionamiento del hombre: obra dirigida a hacer que hubiesen muchos hombres con capacidad de cubrir con honor las cargas del Estado. Reformó el método y la enseñanza filosófica, poniéndole como fundamento la inducción. Finalmente, dio comienzo al estudio de los problemas morales, atribuyendo a la ética un valor que hasta entonces, no había tenido nunca. 1.5.4.3. Platón y el primer idealismo. El más grande discípulo de Sócrates, Platón, era ateniense y de noble familia. De naturaleza excepcional y aristocrática, se sintió de súbito arrastrado al arte y a la poesía y para las primeras experiencias filosóficas se apoyó en Cratilo, el cual había sido ya alumno de Heráclito y de Protágoras. A los veinte 34 años abandonó el arte para dedicarse enteramente a la filosofía. Entonces llegó a ser propiamente discípulo de Sócrates, y la fascinación del maestro influyó siempre sobre su existencia y su pensamiento. Estuvo tres veces en la Magna Grecia, donde tuvo curiosidad de profundizar en el conocimiento de las doctrinas pitagóricas y de hacerse amigo del singular Arquitas de Tarento, matemático y filósofo seguidor de Pitágoras y hombre de estado, además de valeroso estratega. Al contrario de Sócrates, Platón dejó muchos escritos, treinta y seis en total, escritos en forma de diálogo. Se distinguen cuatro grupos. a) Diálogos socráticos que son: Apología de Sócrates, Critón, Carmida, Jon, Lisidas, Lachete, Protágoras, Primer libro de la República, Eutifrón. b) Diálogos polémicos: Gorgias, Menón, Eutidemo, Hipias el mayor, Hipias el menor, Cratilo, Meneseno. c) Diálogos dogmáticos: El banquete, Fedro, Fedón, La República. d) Diálogos decadentes: Theetetes, Parménides, el Sofista, Político, Filebo, el Timeo, Leyes para un estado ideal. Las muchas obras de Platón se pueden dividir por materias, y se tendría así: para la dialéctica que es para él la doctrina de las ideas: Theetetes, el Sofista y Parménides, los cuales tratan respectivamente los problemas del conocimiento, del ser y de las ideas o la relación entre el uno y los muchos. 35 Sócrates había combatido el subjetivismo de la sofística, afirmando la existencia de los conceptos o verdad universal, su discípulo Platón extiende los conceptos del maestro a toda la realidad. Para él existen no sólo las cosas sensibles, compuestas de materia y forma, todas singulares y mutables, sino también las esencias universales o ideales fuera del ser, concebidas por nuestra mente; o sea hay un mundo sensible y un mundo inteligible o mundo de las ideas. Toda la teoría platónica está basada sobre esta teoría de las ideas que contrasta con el grosero sensismo de los sabios que le precedieron, y da a su pensamiento aquel carácter idealista y casi poético que forma su mayor mérito. No está claro si Platón había querido identificar a Dios con la idea del Bien, que para el filósofo es la primera idea. Algunos se inclinan por esta tesis, otros, en cambio, hacen una distinción y subordinan (o bien no) la divinidad ordenadora del mundo sensible y la primera idea, causa final y formal de todo lo que existe. En cuanto a la cosmología platónica, el filósofo se limita a indicar la existencia de una materia informe que ha sido animada por la divinidad. En cuanto al alma del hombre, ha habido una existencia suya antes de ser unida al cuerpo, y seguirá existiendo también después que el cuerpo haya parecido; pero existirá en condición del premio o de castigo eterno. Acaso también deberá estar sometido al castigo de existir todavía en unión con la materia, pero en grado inferior. (Aquí 36 como en otras partes, por ejemplo en la teoría de las ideas – números, se encuentra un eco de las doctrinas del misterioso Pitágoras). Existen en el hombre tres almas o, al menos, tres aspectos o fuerzas que mueven al alma: la razón que tiene su sede en la frente, a la que compara al mismo hombre; la irascible, el ánimo, que tiene su sede en el pecho y lo compara con león; finalmente el alma pasional, apetito que tiene su sede en el vientre y recuerda a una fiera de muchas cabezas. La primera tiene la misión de gobernar a las otras dos según sabiduría y razón, puesto que la virtud que le compete es precisamente la sabiduría. La segunda debe tener la fortaleza necesaria para frenar los apetitos en armonía con el alma anterior, a fin de que no se desborden ni desencadenen. A la última compete la virtud de la templanza. Si las tres almas obran en armonía desarrollando cada una su propia misión, se verá realizado el ideal de la justicia. En cuanto a la teoría del conocimiento, Platón está cierto de que en su existencia anterior, antes de haberse unido al cuerpo, el alma contempló las ideas eternas para olvidarlas después que se mezcló con la materia corpórea. De este modo, saber es recordar. Con esta teoría de la reminiscencia Platón explica el origen de los conceptos. Distingue después Platón cuatro grados en el conocimiento que son: conjetura, creencia, discurso y conocimiento filosófico. 37 Los dos primeros grados tienen por objeto el mundo aparente y forman la opinión; los otros dos constituyen las manifestaciones del entendimiento y tienen por objeto el mundo inteligible. Platón tiene el mérito de haber admitido la existencia de Dios, afirmando al mismo tiempo que el alma es inmortal y que el fin del hombre es la virtud que le conducirá, en la vida ultraterrena, a la suma bienaventuranza que consiste en la contemplación de Dios. Haber descubierto esta verdad cerca de cuatrocientos años antes de Cristo, es algo admirable y explica el respeto que por Platón sintieron los más severos exponentes de la Patrística y de la Escolástica. Imagen N. 7 Platón Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989 38 Cuadro N. 1 DOCTRINA PLATÓNICA DOCTRINA PLATÓNICA LAS IDEAS EL DUALISMO “Hay que distingue antes que nada, qué es lo que siempre es y no se engendra, y qué es lo que engendra y nunca es”, dice Platón. Lo primero constituye la verdadera realidad; lo segundo, la apariencia. Lo primero es objeto de ciencia o conocimiento en sentido estricto; lo segundo es objeto de opinión. Gracias a los sentidos conocemos el mundo de las cosas; la percepción es el resultado de ese conocimiento. Gracias al pensamiento contemplamos el mundo de las ideas; el concepto es el resultado de esa contemplación. La concepción platónica es, pues, dualista: hay un mundo de ideas invisibles, y otro de cosas visibles. A ese dualismo corresponde el del pensamiento y la percepción, el de la ciencia y la opinión. No hay paso gradual del uno al otro; una multitud de percepciones no puede suministrarnos el concepto de las cosas, así como la multitud de lo visible no puede originar el mundo de las ideas invisibles. Esos dos mundos son de naturaleza diferente: uno es el mundo del cambio; el otro, de lo inmutable. LA PARTICIPACIÓN La solución que Platón ofrece para el problema de las relaciones entre ambos mundos puede sintetizarse en la palabra participación. Aunque diferente del invisible, el mundo visible tiene semejanza con él: en su imagen (ídolo). Del mismo modo, las percepciones, aunque de naturaleza diferente del concepto, son como imágenes de éste. 39 Las ideas son como los arquetipos de las cosas, como sus modelos; y las cosas son como copias de las ideas. Perfectos los primeros, imperfectos los segundos. El mundo de éstos es la imagen móvil del mundo de aquéllos. El tiempo, que sólo rige en el mundo sensible, es, según la famosa frase de Platón, la imagen móvil de la eternidad. Esta definición, con las variantes correspondientes, es aplicable a todo lo sensible, que siempre es imagen móvil, cambiante, perecedera de la idea, la cual es inmóvil, fija, eterna. El mundo de las cosas participa del mundo de las ideas, sin que éstas sufran desmedro alguno. Así como un cuerpo puede participar de la luz cuando es atravesado por ella, sin que la luz se mezcle con el cuerpo que atraviesa. La multiplicidad de las cosas que participan de una misma idea no empobrece a ésta ni puede agotarla. Con esto, Platón se aparta por completo de todas las concepciones anteriores, que habían llegado a hablar de dos mundos, pero concibiéndolos como dos partes o aspectos de una realidad única. El mundo platónico de las ideas es otro mundo, merced al cual se da este mundo temporal que lo copia imperfectamente. LAS IDEAS Esta concepción platónica se va desarrollando poco a poco, y la forma que adquiere en un momento de su complicada y larga historia puede resumirse así: I. Junto a la pluralidad, objeto de la opinión, hay unidades últimas que constituyen el objeto del conocimiento y forman el mundo de las ideas. II. Hay una idea o forma para cada multiplicidad de cosas que podemos designar con el mismo nombre. Es decir: hay una idea de belleza, de la que participan todas las cosas bellas; hay una idea caballo, mesa, etc.; y, lo mismo, una idea árbol, calor, vegetal, etc. 40 III. Los entes particulares son los que son porque participan de la idea. El punto II es el que suscita más dificultades. Y Platón parece haberlo abandonado después, limitando las ideas a las de los cuatro elementos, las estrellas y las especies, animales y vegetales. LA DIALÉCTICA El dualismo platónico entre los dos mundos aparece igualmente en el mundo de la vida práctica, pero bajo otra forma: es el dualismo que se establece entre la actividad vulgar, no fundada en principios racionales, y la acción del sabio, fundada en la razón. El hombre, pues, puede elevarse hacia el mundo de las ideas con el auxilio de la dialéctica. El método dialéctico, como lo llamó Platón, es el que conduce de lo sensible a lo ideal. Desde el punto de vista simplemente lógico, la dialéctica es el proceso que lleva de la percepción al concepto. Pero este aspecto lógico tiene un aspecto ético correspondiente, pues ir de la percepción al concepto es elevarse del mundo de los sentidos al mundo de las ideas. El fin de la dialéctica, como proceso interior, es el de conducir al hombre a la posesión del bien, que en el pensamiento platónico concluye por ser la idea suprema. LA REMINISCENCIA Si sólo existiese el mundo de lo múltiple, la ascensión dialéctica no sería posible o el llamado mundo de las ideas sería mera derivación del mundo sensible. El hombre sólo puede llegar a contemplar las ideas porque ya las había contemplado antes, en una existencia anterior. El esclavo que bajo la guía de Sócrates descubre una relación geométrica que antes ignoraba y que Sócrates no ha enseñado, debió de conocer antes lo que ahora a descubierto, pues si no ha aprendido y lo sabe, es forzoso que lo haya sabido antes. ¿cuándo? ¿dónde? En el mundo 41 de las ideas. El verdadero conocimiento es una reminiscencia. INFLUENCIA PITAGÓRICA Platón, en su juventud, recibió influencias pitagóricas y a ellas volvió en la vejez. En la puerta de su Academia se leía la inscripción: “Nadie entre sin saber matemática”. La influencia pitagórica fue en él triple: en cuanto doctrina; en cuanto interpretación de la filosofía como comunidad de espíritus cuyo último propósito es la salvación; y en cuanto tentativa política de encomendar el gobierno a los sabios. En determinado momento del desarrollo de su teoría de las ideas, Platón sostiene que toda cosa es una cosa; por lo tanto, todas participan de lo uno. El uno es, entonces, idea; y esta idea es la de la unidad en cuanto número. Es decir: que al mundo de las ideas y al mundo de las cosas, habría de agregar el de los números como tercer mundo. El paso siguiente de Platón consistirá en identificar el Uno con el Bien y con Dios, por donde la unidad pitagórica pasa a regir todo el mundo de las ideas y también el mundo sensible. IDEALISMO Y REALISMO Platón es idealista en cuanto afirma que la realidad última está constituida por el mundo de las ideas. Pero es también realista en el sentido de que atribuye realidad, precisamente, a las ideas. DIOS – EL BIEN Platón terminó por hacer de las ideas, primitivamente estáticas, un mundo dinámico que es causa del otro. Y Dios, idea suprema, causa del mundo. Sin embargo, las ideas no podrían ser causa del mundo de los fenómenos, porque para ello deberían ser móviles, es decir, ser también ellas cosas en 42 devenir. El mismo Platón se planteó estas dificultades y trató de superarla. Para ello debió modificar el sentido en que debía entenderse la relación causal entre las ideas y las cosas. Y lo modificó entendiendo a las ideas como causas finales a que las cosas tienden; es decir, como el objetivo teleológico hacia el cual van las cosas. El bien es aspiración de lo hombres, y a él se subordinan todas las ideas, como a su aspiración se subordinan todas las demás aspiraciones. Todo tiende al bien. Y, por ello, el bien es su causa. EL AMOR Aquí introduce Platón su teoría del amor como “aspiración a poseer el bien, para siempre”, identificando tal posesión con la contemplación última a que aspira el filósofo: la contemplación de la idea suprema o sumo bien. LA INMORTALIDAD DEL ALMA NOVEDAD DE LA DOCTRINA La inmortalidad del alma no es una concepción generalizada en el mundo griego. A ciertos interlocutores de Sócrates hasta les resulta asombroso que pueda sostenerse eso. El mérito de Platón consiste en intentar una demostración de lo que constituía una novedad motivo de asombro. DEMOSTRACIÓN DE LA INMORTALIDAD. LA GENERALIZACIÓN DE LOS CONTRARIOS Un primer argumento para demostrar la inmortalidad del alma es el de la generación de contrarios. En toda pareja de contrarios uno de los términos 43 procede del otro: composición y descomposición, frío y calor, sueño y vigilia se alternan, convirtiéndose el uno en el otro. Así suceda con la muerte y la vida, que son términos contrarios. Si la vida estuviese destinada a la muerte, sin más todo habría de terminar en la muerte. Pero siempre hay nueva vida; y eso se debe a que la muerte tiene que volver a su contrario, y para ello es necesario que el alma separada del cuerpo, subsista y vuelva a unirse a otro cuerpo. Este argumento se relaciona con la idea de la trasmigración de las almas, invocada luego por Platón. Y se enlaza, además, con la teoría del conocimiento como reminiscencia. LO SIMPLE Y LO COMPUESTO El cuerpo es compuesto; el alma, simple. O lo compuesto puede disolverse; lo simple, no. El alma pues, subsiste. Las almas irán junto a los dioses, o vagarán como espectros, entre las tumbas, o se unirán a cuerpos animales inferiores o superiores, o de hombres. RÉPLICAS Y CONTRARRÉPLICAS Contra estos argumentos los discípulos sostienen: 10 el alma puede concebirse como una armonía del cuerpo, a la manera de la armonía de la lira: disuelto el cuerpo, ya no hay alma, así como, rota la lira, no hay armonía; 20 La subsistencia del alma no prueba su inmortalidad: el alma puede ir asumiendo sucesivos cuerpos, e ir gastándose, como se gasta un traje, hasta disolverse. A lo primero Sócrates replica que si admite que el conocimiento es reminiscencia, es decir, que el alma preexiste, no se la puede considerar armonía del cuerpo, ya que la armonía es posterior y no anterior a él. A lo segundo, que el alma es la que da vida al cuerpo; no puede, pues, morir, 44 porque es, precisamente, la que da vida. EL MUNDO ORIGEN DEL MUNDO Platón expone su concepción sobre el origen del mundo, especialmente en el Timeo. Es ajena a él la idea de una creación “de la nada”, que en general repugnaba al pensamiento griego. Lo que los filósofos se preguntaban entonces era cómo había surgido el orden del mundo. EL ORDEN DEL MUNDO Platón comienza por afirmar la necesidad de que el orden del mundo haya tenido un origen. El espectáculo del universo, con toda su belleza, demuestra, según Platón, que ha sido construido de acuerdo con un modelo y por un buen artífice. Sin embargo, todo lo que acerca de esto pueda decirse ha de aceptarse, advierte platón, simplemente como una “fábula verosímil”, sin intentar ir más allá. DIOS, PRINCIPIO ORDENADOR Dios es bueno; y por ello quiso que las cosas “llegasen a ser semejantes a él en todo lo posible, quiso que todas las cosas fuesen buenas como él. “tomó entonces todo lo visible, que no permanecía quieto, y se agitaba irregular y desordenadamente, e impuso ordenen el desorden. E hizo eso porque el orden es más hermoso que el desorden; porque Dios no puede hacer sino lo más bello posible. 45 EL MUNDO, SER ANIMADO Para ello juntó el alma invisible a las cosas visibles, e hizo del mundo un animal (ser animado). Lo dotó así de inteligencia, para que fuese hermoso. El mundo es, así, un solo animal que encierra a todos los animales. En él se dan los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra); y su forma perfecta, es decir, la esférica (“la más perfecta y más semejante a sí misma”). Como no hay nada fuera del mundo, éste no necesita sentidos ni miembros, ya que nada puede percibir o aprehender. FORMACIÓN DE LOS DIOSES Dios forma directamente a los dioses con el elemento fuego. A los otros seres -los de los tres elementos restantes- los forma indirectamente, confiando esa tarea a los dioses. FORMACIÓN DE LOS SERES Los dioses, imitando a Dios, formaron los cuerpos y les unieron el alma. Resultaron de ello movimientos encontrados que sacudían a los cuerpos y, por intermedio de éstos, llegaban al alma: son las sensaciones. Así, sucesivamente, Platón sigue explicando la formación de los órganos del cuerpo. EXPLICACIÓN FINALISTA Toda esta explicación de la formación del mundo, y de los seres, es finalista; supone, además de un artífice, una intención o fin en la obra. 46 LA FILOSOFÍA FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN Educar es para Platón proponerse que las almas alcancen toda la perfección de que sean capaces. Y como la máxima perfección es la contemplación de las ideas, educar es hacer que los hombres se eleven del mundo sensible al mundo ideal. El educador tiene que ser filósofo, pues sólo el filósofo es capaz de tal elevación. El filósofo es el hombre capaz de “prepararse a morir”, o sea, de cumplir la “ejercitación de la muerte”, con que Platón define a la filosofía, porque ésta, en cuanto aspira al verdadero conocimiento, tiene que ir alejándose de los sentidos, que sólo pueden ser fuertes de opiniones. ORGANIZACIÓN DE LA CIUDAD Su ciudad ideal no es marítima, sino terrestre, pues el mar corrompe con más facilidad a los hombres. El número de sus familias ha de ser pequeño – no más de cinco- y entre ellas se repartirán las tierras, de modo que su cultivo asegure los medios indispensables de subsistencia. No hay moneda no dotes: se evita así el enriquecimiento y el cambio de fortuna de las familias. LA FAMILIA La familia debe constituirse pobre la base de matrimonios concertados según el criterio que más importa: el de la utilidad pública y no el de las preferencias personales, ya que la función del matrimonio es la de dar hijos. Por ello, los solteros han de pagar impuestos, y los matrimonios sin hijos han de ser separados. 47 INFLUENCIA PLATÓN Y LA CULTURA OCCIDENTAL Platón no es solamente uno de los más grandes filósofos griegos: es uno de los espíritus rectores de la cultura occidental. Sus doctrinas, que en el mundo helénico se prolongaron hasta dar lugar al sistema de Plotino, penetraron en el cristianismo, por obra especialmente de San Agustín, e influyeron directa o indirectamente, a través de los siglos, en las grandes concepciones del espíritu occidental. PLATONISMO Y ARISTOTELISMO Platonismo y aristotelismo fueron, las dos actitudes posibles, durante muchas centurias, del pensamiento europeo. Y ha llegado a afirmarse que todos somos o platónicos o aristotélicos. BELLEZA DE SU OBRA Su obra, independientemente de su valor filosófico, alcanza la belleza propia de las obras de arte, y suscita admiración aun cuando las ideas sustentadas no las comparta quien las estudie. EL DIVINO PLATÓN La posteridad ha expresado su admiración por el pensador llamándole “el divino Platón”. Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986 48 1.5.4.4. Aristóteles. Aristóteles nació en Estagira, de Tracia. Discípulo de Platón, fue definido por éste como la mente de la escuela; mostró ser el crítico más equilibrado y objetivo del gran maestro. Era hijo de un médico, y esto explica en parte su tendencia más racionalista y empírica, su gran afición a la lúcida observación. En el año 335 fundó su escuela llamada Liceo (parece ser que este nombre le vino por su proximidad al templo de Apolo Liceo). Murió en Calcide, Eubea, donde estaba refugiado desde que le habían acusado de impiedad. Aristóteles introduce en la filosofía el más iluminado realismo. Aristóteles es considerado como el verdadero fundador de la metafísica y de la historia natural; en todos los demás campos de la ciencia humana tiene también sumo interés. El filósofo habrá de ejercer imperecedera influencia sobre todas las épocas y escuelas en todas las partes del mundo. Escribió obras de Lógica: Las Categorías, Sobre la interpretación, Los Tópicos. Estos trabajos fueron reunidos bajo la denominación de Organon. Obras de ciencia natural: El Cielo, la Física, Sobre el alma, etc. Obras de metafísica: La Metafísica. 49 Obras de ética y política: Ética a Nicómaco, la Política, Constitución de Atenas. Obras de Arte: Retórica y Poética. Tratados varios: Sobre el sentido y sobre lo sensible, del sueño y de la vigilia, y otros. Aristóteles divide la materia filosófica en teórica y práctica. Esta última concierne a la ética y a la política, mientras que la filosofía teorética guarda relación con la física, la matemática y la filosofía. Aristóteles, crítico y analista sutilísimo del pensamiento humano, examina minuciosamente los juicios y conceptos que distribuye en diez categorías, que serían las cualidades y los modos de ser de todo lo que existe. Estas son: sustancia, en primer lugar, cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, acción, pasión, hábito y situación. A él se debe el famoso principio de contradicción, o mejor de no contradicción, piedra de toque de todas las verdades, en virtud de la cual no es posible admitir que una misma cosa sea y no sea a la vez. La física aristotélica considera que los cuerpos terrestres están compuestos de materia prima unida a una forma sustancial. De distinta naturaleza son los cuerpos celestiales movidos por Dios, primer motor inmóvil de todas las cosas. 50 La materia (que para Aristóteles no está producida por nada) que compone los cielos y el incorruptible éter, la que compone todo lo terreno resulta de cuatro elementos, cada uno de los cuales tiene su lugar natural. Cada elemento (tierra, agua, aire y fuego) tiende a ocupar su propio lugar. La psicología aristotélica reconoce al hombre una superioridad sobre todos los demás seres vivientes por el hecho de estar dotado de un alma e inteligencia activa. El filósofo distingue en el alma humano cinco potencias, a saber: l vegetativa, sensitiva, intelectiva, apetitiva y locomotiva. Aristóteles especifica también los límites y competencias de cada una. Compara el alma sensitiva a una tabula rasa que recibe las sensaciones de los objetos externos, o internos como podrían ser la memoria o la fantasía. Luego distingue un doble entendimiento: activo y pasivo, puesto que el entender se tiene –como en el sentir- potencia y acto. Así como el alma sensitiva es como tabula rasa ante los estímulos que pueden producir en ella las cosas sensibles, así el entendimiento o alma inteligible puede ser tabula rasa o pasivas dispuesta a recibir ideas. Sentir y pensar, en suma, pueden tener un proceso bastante semejante. En ambos casos la potencia para al acto por medio de aquel que ya está en acto. En cuanto al alma racional, Aristóteles asegura que no puede tener su origen en la materia: es inmortal y divina. Sin embargo, no explica bien el filósofo si el alma ha sido creada por Dios, o hecha a 51 imagen y semejanza de Dios, que para él es el acto puro. Tampoco se entretiene demasiado en hablar de la vida ultraterrena. La metafísica aristotélica está relacionada con su teodicea. En esta philosophia prima o estudio del ser en cuanto tal, Aristóteles afirma precisamente que Dios universal e inmaterial, causa primera del ser, es el bien supremo (que rige el universo) hacia el que tienden todas las cosas. Motor inmóvil, eterno, incorpóreo, uno, se contempla a sí mismo pero no las cosas mutables, puesto que es tan absoluto que no puede pensar lo que es finito (en este caso el filósofo niega la providencia). Aristóteles se propone superar el dualismo platónico y llega a una conclusión más práctica y decisiva. Hay diferencias sustanciales sobre este punto entre los dos filósofos. Aristóteles considera, ante todo, el ser compuesto de dos elementos: materia y forma, mientras que Platón aseguraba que el ser era la idea y sólo la idea. Además, Aristóteles, a diferencia de Platón que había imaginado un Alma divina artífice del universo, no habla nunca de creación puesto que concibe lo creado como movido por Dios motor inmóvil, pero eterno en el tiempo como Dios mismo. Finalmente, lo que de verdad existe para Aristóteles es el individuo, no el universal como pensaba Platón. Otra fundamental teoría aristotélica es la que se refiere al acto y a la potencia. El devenir no es crear o nacer de la nada –esto es imposible, según Aristóteles-, sino pasar del estado potencial al estado actual de cosa que existe de una manera determinada. En cierto sentido, devenir es cambiar. La materia representa la potencia, lo que no es ser, lo que deviene; y como el ser está compuesto de materia y 52 forma se dirá que la potencia para al acto, o sea que la forma se une a la materia cuando interviene una fuerza motriz. El movimiento (kinesis) es el paso de la potencia al acto. Aristóteles analiza después la causa eficiente o motriz por la que la potencia se convierte en acto, y observa que necesita de otra causa para realizarse, y ésta a su vez de otra anterior y así sucesivamente, con lo que llegaríamos hasta el infinito a no ser que se admita una causa primera o motriz, es decir, un motor inmóvil, el acto puro, o sea Dios. El filósofo especifica que son cuatro las causas: dos intrínsecas, que son la causa material y la causa formal; y dos extrínsecas, que son la causa eficiente y la final. Aristóteles considera que el hombre tiende a conseguir la felicidad, que se identifica con la virtud en cuanto ambas no son otra cosa que la actuación armónica y perfecta de todas las potencias del individuo. A esto el filósofo añade una serie de concomitancias particulares y afortunadas que pueden dar al hombre el máximo bienestar físico y material. Es interesante notar cuánto se aleja en este aspecto el concepto aristotélico del cristiano: el filósofo, al afirmar que la vida vivida según la razón es un elemento de felicidad, no se aleja demasiado de las doctrinas cristianas, pero se revela completamente hombre de su tiempo y entre los antípodas de la religión cristiana cuando afirma que la sola virtud no basta para hacer al hombre feliz si no va acompañada de otras afortunadas circunstancias y condiciones de vida. 53 Acerca de las virtudes específicas Aristóteles se declara seguidor del justo medio y exhorta a rehuir los excesos en todo tipo de cosas. El hombre debe ser generoso pero no pródigo; valiente pero no temerario… y así sucesivamente en todos los campos. Gracias a él la filosofía se convierte en ciencia, no en materia ociosa, como había sido para muchos pensadores anteriores a él, como los sofistas. A él compete no sólo el título de grande y de sabio sino también el de filósofo honesto. Imagen N. 8 Aristóteles Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989 54 Cuadro N. 2 DOCTRINA DE ARISTÓTELES DOCTRINA ARISTOTÉLICA Aristóteles es el primer genio universal de la humanidad. Ningún campo del conocimiento le es extraño. En todos penetra con espíritu sistemático y riguroso. Es el primero que intenta una historia de la filosofía. Explora regiones totalmente nuevas, como la poesía. Estudia la estructura del razonamiento de manera tal que durante más de veinte siglos su análisis no sufre prácticamente modificaciones. Su metafísica inspira aún hoy a muchos pensadores. Su física tuvo vigencia hasta el Renacimiento, época en que se produce una gran reacción contra Aristóteles. PLATONISMO Y ARISTOTELISMO. Su figura ha sido contrapuesta a la de Platón y se ha sostenido que esos dos pensadores contienen ya las posibilidades últimas de toda actitud filosófica: se es platónico o se es aristotélico. Su obra se caracteriza por la eliminación del elemento mítico, tan preponderante en Platón. En su sistema no se recurre a los mitos ni a las leyendas, que resultan de su aspiración a ser rigurosamente técnico. LA LÓGICA Aristóteles dedicó a lo que hoy se llama lógica una serie de tratados, cuyo conjunto recibió luego la denominación de Organon (instrumento del conocimiento). Esos tratados son, en filosofía, lo que los elementos de Euclides son en matemáticas: han constituido la fuente obligada para el estudio de la lógica a través de los siglos. ASPIRACIÓN AL CONOCIMIENTO El hombre es ante todo, para Aristóteles, un ser teorético: lo que constituye 55 su más alta dignidad y lo que lo define es su aspiración al conocimiento. Pero el conocimiento exige ser estudiado, pues es el instrumento con que se conoce. Se necesita saber cuál es su estructura, cuáles son sus leyes y cuál es su empleo correcto y cuáles son sus abusos. La lógica tiene esa función. Es, por ello una preparación necesaria para todo conocimiento. LAS CATEGORÍAS Y LA REALIDAD El libro llamado Categorías se propone clasificar los tipos de respuesta posibles a la pregunta qué es algo, o sea, qué puede predicarse de algo. La búsqueda de las categorías o predicados indica ya que la lógica está relacionada con la filosofía primera, o metafísica, que estudia el ser; y esa relación resulta del hecho de que al mostrar qué es lo que puede decirse de algo, se muestra simultáneamente cuáles son los aspectos últimos de la realidad. Lo que en el pensamiento se descubre, al descubrir las categorías, es lo que ha descubierto en la realidad. CATEGORÍAS Y LENGUAJE Para saber cuáles son las categorías es necesario recurrir al análisis del lenguaje, ya que el pensamiento se expresa mediante éste. El descubrimiento de las categorías está facilitado por el estudio de las funciones gramaticales o partes de la oración (sustantivo, adjetivo, verbo, etc.). LAS DIEZ CATEGORÍAS La lista de las categorías, en su forma completa, cobra, presentada en una serie de juicio, esta forma: - El hombre es una sustancia - Largo de dos codos es una cantidad 56 - Blanco es una cualidad - Doble es una relación - En el liceo es un lugar - Ayer es un tiempo - Sentado es un posición - Calzado es un estado - Cortar es una acción - Ser cortado es una pasión. La lista de las categorías responde a la necesidad, sentida desde mucho antes en el mundo griego, de precisar el sentido de la palabra “es”, que parece no ser siempre el mismo. Las categorías intentan, por lo tanto, mostrar los diversos aspectos del ser. LA SUSTANCIA Con respecto a la sustancia, Aristóteles ya muestra en su lógica la importancia que, en contra de Platón, atribuye al ser individual. “toda sustancia, dice Aristóteles, designa un objeto real, que es siempre un individuo”. Junto a esas sustancias primeras, Aristóteles admite sustancias segundas, que designan alfo que parece ser real, pero en sí no lo es. Para Aristóteles lo universal sólo es real en el individuo; o, de otra manera, que Aristóteles no admite el mundo de las ideas en sí, aparte del mundo de los individuos, aceptado por Platón. LA SUSTANCIA Y EL CAMBIO Al estudiar la sustancia, Aristóteles introduce en su lógica nociones que son importantes en metafísica. Uno de los caracteres que diferencian a la sustancia de las demás categorías es la posibilidad de recibir contrarios: un hombre puede tener primero la tez clara y después oscura, tener frío y luego 57 calor, sin dejar de ser el hombre que es. En cambio, una misma acción no puede ser primero buena y después mala. Lo que caracteriza a la sustancia es, pues, que sufre cambios. LA PROPOSICIÓN La proposición es una enunciación afirmativa o negativa. Toda proposición exige un verbo y es, forzosamente, o verdadera o falsa. Aristóteles ya distingue entre las expresiones que son juicios o las que no lo son, a pesar de contener todos los elementos de la proposición. Las órdenes, las preguntas, las súplicas no son ni verdaderas ni falsas, pues no afirman ni niegan nada, y no son, por lo tanto, proposiciones. LA DEMOSTRACIÓN Aristóteles estudia también la demostración, que es el razonamiento que parte de conocimientos anteriores, fundados en última instancia en principios. La ciencia demostrativa parte de conocimientos ciertos, primitivos, inmediatos, más claros que las conclusiones que se obtienen partiendo de ellos. Los principios, o proposiciones que se conocen sin demostración, impiden el regreso al infinito, que debe ser evitado para que la demostración sea posible. Con mucha frecuencia, al discutir teorías ajenas, Aristóteles señala como defecto el regreso al infinito que ellas suponen. LOS PRINCIPIOS LÓGICOS Los principios lógicos solo parecen enunciados en el Organon. Su desarrollo es uno de los temas de la Metafísica. 58 LA CIENCIA La lógica se detiene a analizar qué es una ciencia. Para Aristóteles la ciencia es siempre conocimiento de lo general, no de lo particular. Además, la ciencia se aplica sólo a lo que es forzoso, necesario, y no a lo contingente o fortuito. La ciencia se basa en la demostración, y no puede ser adquirida por los sentidos que son los que suministran el material del conocimiento, material ya depurado, pues la sensación es, como la nutrición, una asimilación selectiva. - La lógica de Aristóteles ha sido sometida a severas críticas por parte de los lógicos contemporáneos. Pero al final de su tratado, Aristóteles, después de decir que antes que él no había “nada” en esa disciplina, agrega: “esperamos que quienes hayan estudiado nuestras lecciones se muestren indulgentes si encuentran alguna en nuestro estudio, y agradezcan los descubrimientos que con él se han logrado.”6 LA METAFÍSICA EL SER. La metafísica estudia el ser; es decir, estudia la realidad última, ya que todo lo real es, aun cuando en lo real haya diversas formas de ser. Aristóteles aborda el problema de la sustancia, el de las causas, el de la materia y la forma, el de acto y la potencia, el del cambio, el de Dios. SUSTANCIAS Y CUALIDADES La sustancia es lo real en sí. No puede ser afirmada de ningún sujeto, y en cambio, admite todas las afirmaciones. No puede darse una sustancia sin cualidades, pero tampoco pueden darse cualidades sin sustancia. La sustancia tiene prioridad sobre todo lo demás. Las cualidades se dan en la 6 Fuente: Quillet. Diccionario Enciclopédico, tomo VII. (Argentina: Editorial Argentina Arístides Quillet, S. A.). 59 sustancia, pero la sustancia no se da en las cualidades. En eso consiste su prioridad. El universo es para Aristóteles una pluralidad de sustancias. MATERIA Y FORMA No puede darse ninguna realidad primordial o material, sin forma. La materia puede cambiar de forma, pero nunca carecer de ella. La forma de alfo constituye su esencia, es lo que hace que una cosa sea lo que es. La forma de una mano permite que ésta aprehenda7 los objetos, es decir, sea efectivamente una mano. Una mano esculpida no tiene la forma de la mano del ser vivo, sino simplemente su figura, ya que no puede aprehender objetos. POTENCIA Y ACTO El problema del cambio se plantea Aristóteles como el de las nociones de potencia y acto, nociones paralelas, respectivamente, a las de posibilidad y realidad. Todo lo que sufre un cambio es, es un momento dado, algo en acto y algo en potencia. Gracias a ello, puede sufrir el cambio, y lo que era en potencia convertirse en acto. Lo que fuese totalmente en acto no cambiaría: el acto puro es Dios, exento de potencia, es decir, exento de cambio. LAS CUATRO CAUSAS El verdadero conocimiento es para Aristóteles el conocimiento por las causas. Éstas son cuatro, que Aristóteles aclara con el ejemplo de la estatua. Para que haya una estatua es necesario: la materia con que construirla; la idea, en el escultor, de lo que quiere esculpir; las herramientas y las manos con que se la esculpe; la obra misma concluida. Aristóteles llama, 7 APREHENDER: Coger, asir, prender. 60 respectivamente, a esas causas: material, formal, eficiente y final. DIOS, MOTOR INMÓVIL Dios es para Aristóteles causa final y eficiente del universo. No es causa material: es decir, el universo no está hecho de la sustancia de Dios. Y Dios existe, pues de lo contrario se tendría una serie infinita de causas. Dios, como causa eficiente, es motor del universo; como término de la jerarquía universal, es decir, como acto puro, tiene que ser inmóvil. De ahí surge la famosa definición de Aristóteles, según la cual Dios es motor inmóvil. Ese motor inmóvil no crea la materia. De ese motor inmóvil depende todo el universo; a ese motor inmóvil se endereza, como a su causa final, todo el universo. Acto puro, forma sin materia, unidad sin parte, infinitud sin extensión, Dios es pensamiento que se piensa a sí mismo, pensamiento de pensamiento, o sea, el ser que se contempla a sí mismo. LA FÍSICA EL MOVIMIENTO. La física es ante todo el estudio del cambio y de todo lo que éste implica. Aristóteles estudia el infinito, el espacio, el tiempo, as condiciones necesarias para que se dé un cambio. Distingue cuatro clases de movimientos: el sustancial, el cualitativo, el cuantitativo y el espacial. Asigna como objeto a la física la realidad observable o fenoménica, diferenciándola de la matemática, por un lado, y de la metafísica por el otro. EL UNIVERSO El universo comprende dos regiones: el mundo sublunar, que es el nuestro, donde se dan la generación y la corrupción, y el supralunar, infinitamente 61 más amplio, donde reina el orden y cierta inmutabilidad. Hay en él cuerpos sensibles formados por un elemento particularmente ligero, el éter, y animados por un movimiento circular. Ese movimiento infunde vida a los cuerpos celestiales, que son, por lo tanto, verdaderos seres espirituales. LA PSICOLOGÍA Alma. Aristóteles distingue tres clases de almas: la vegetativa, que es la de las plantas; la sensible, que es la de los animales, y la racional, que es propia de los hombres. El conocimiento es posible gracias a los sentidos, que suministran los elementos, que constituyen su punto de partida. El alma es la forma del cuerpo. INTELECTO Hay dos clases de intelecto: el pasivo, que en cierto modo se convierte en lo que conoce y el activo, que es el que impone forma. VOLUNTAD La voluntad es un apetito racional. En cuanto apetito, es un deseo, y se propone fines; en cuanto racional, busca los medios para realizarlos. INMORTALIDAD La sensación, la memoria, el intelecto pasivo participan de la caducidad del cuerpo y mueren con él. Sólo el intelecto activo, que concibe lo universal, parece capaz de cierta inmortalidad de las almas particulares. 62 LA MORAL Aristóteles presenta una moral de la felicidad. Ésta comprende una ética, que se aplica al individuo; una económica, relativa a la familia, y una política, que atañe a la ciudad. ÉTICA El hombre busca la felicidad; eso significa que busca el supremo bien. El ideal de la vida consiste en un desarrollo armonioso y racional de nuestras facultades, la más alta de las cuales es el pensamiento. La virtud consiste en atenerse al justo medio. Las pasiones, entendidas en el sentido de inclinaciones, son buenas en sí mismas. Lo que corresponde es disciplinarlas y ordenarlas. ECONOMÍA La familia es una institución natural. Aristóteles rechaza el comunismo preconizado por Platón. Justifica la esclavitud, aunque sostiene que el esclavo tiene derecho a un tratamiento humano. POLÍTICA En la Metafísica, Aristóteles decía que el hombre tiende por naturaleza a conocer; en la Política dice que el hombre tiende por naturaleza a la vida en la polis: el hombre es, según su definición, un “animal político”; está hecho para la polis; quien no puede vivir en ella, o no necesita de ella, es “o una bestia o un dios”. 63 Aristóteles introduce en la Política la misma concepción jerárquica que admitía en el universo. La asociación de los hombres en el estado tiene por fin asegurar una existencia material y espiritualmente feliz. Las leyes no han de aspirar simplemente a garantizar los derechos de cada individuo, sino a hacer mejores a los ciudadanos. La filosofía de Aristóteles es ante todo un intelectualismo. Prácticamente proscrita de Atenas, halló más tarde acogida en Alejandría, y de allí comenzó su difusión y su influencia, que llega hasta nuestros días. Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986 1.5.5. Estoicismo – epicureismo. El neoplatonismo. Se ha visto cómo después de la muerte de Platón y de Aristóteles, tuvieron otros directores y otras tendencias más o menos diversas. El estoicismo tuvo por fundador a Zenón de Citio (finales del siglo II, principios del siglo III a. de C.) que escogió como sede de su enseñanza una galería porticada adornada con pinturas y afirma que la fuerte de toda verdad es la representación que dan los sentidos. El monismo dinámico de los estoicos defiende que toda la realidad resulta de una única sustancia material y viviente con dos aspectos: uno pasivo, que sería la materia informe, y otro activo que se identifica con el logos o con el fuego de Heráclito, un fuego que todo abarca e informa, aun siendo también él sutilísima materia. Empirismo sensítico, panteísmo, fatalismo y determinismo finalístico se entrecruzan en esta compleja y compuesta doctrina que no niega la precedencia divina, pero afirma que actúa según determinadas leyes. 64 La virtud para ellos consiste en obrar según la naturaleza; pero esto equivale a vivir conforme a la razón. Sólo la virtud debe tener valor ante los ojos del hombre; eso que vulgarmente es considerado como mal o desgracia ha de ser despreciado por el sabio que, sin embargo, en su absoluta libertad, puede recurrir al suicidio para librarse (Zenón, de hecho, se dejó morir de hambre para rendir homenaje a su teoría). La lógica de Aristóteles, en sus grandes líneas, fue mantenida por los estoicos, los cuales, sin embargo, acentuaron más la importancia de lo sensible en el conocimiento humano. La moral estoica era bastante elevada si se considera el tiempo en que se desarrolló, pero equivocadamente algunos la quisieron comparar con la moral cristiana. Los estoicos propugnan un imperio universal por una suerte de consmopolitisismo naturalista fundado en el principio de que todos somos iguales por tener una misma naturaleza humana, mientras que el cristiano vive para obrar el bien, aunque le cueste e, incluso, aunque sus semejantes le desprecien; por lo demás, un cristiano no puede recurrir al suicidio para librarse de los males físicos o espirituales que le afligen. El epicureismo es contemporáneo del estoicismo, surgió trescientos años antes del nacimiento de Cristo, por obra de Epicuro de Samos que difundió en Atenas sus doctrinas y enseñó en un ameno jardín a la entrada de la ciudad; ésta sería la cuarta gran escuela griega. 65 Si para Aristóteles había sido como un slogan aquello de que “no hay nada en el entendimiento que antes no haya pasado por los sentidos”, Epicuro olvida la lógica, que él llama canónica, y juzga que el único conocimiento válido es el de los sentidos. El único criterio de verdad viene dado por la evidencia sensible. La filosofía neoplatónica griega tuvo larga vida; puede decirse que duró desde el siglo I hasta el siglo VI de nuestra era y es algo, de por sí, bastante distinto de la filosofía que ya es estaba inclinando hacia el cristianismo, pero también, como ella, mística y religiosa. La filosofía religiosa neoplatónica está teñida de magia, y admite que puede recurrirse a prácticas mágicas para granjearse la amistad de los dioses, emanaciones de la gran divinidad de la que todo brota. 1.5.6. Decadencia de la filosofía griega. Después de la desaparición de Aristóteles, la filosofía griega se presenta incierta y compleja, rica de nombres y pobre de ideas nuevas. El sincretismo que intenta encontrar una más válida filosofía al recoger lo mejor de los antiguos pensadores, no sabe hacer otra cosa que resucitar el atomismo de Demócrito de Abdera, el sensitismo de Heráclito de Éfeso, la magia del número tan cara a Pitágoras, el misticismo de Platón, y tratar de conciliar todo esto, o parte de estas teorías, con el racionalismo aristotélico. Pero, a pesar de estos repetidos retornos a esta o aquella filosofía, el primer gran innovador es Sócrates, aunque tampoco él tendrá en la historia del pensamiento filosófico, el puesto que, justamente, corresponde a su mejor alumno Platón. 66 A Sócrates corresponde el mérito de haber desvinculado la filosofía de la incierta cosmogonía de los primeros tiempos. A Platón, el de haber intuido la universalidad del concepto, el mundo de las ideas. A Aristóteles, mente por encima de todas, el haber implantado sobre las bases racionales la más subjetiva de todas las ciencias. Con Aristóteles, la filosofía antigua dio de sí cuanto pudo dar: más no se puede esperar de una época pagana que desconocía muchos misterios de la ciencia y de la misma física. El medievo cristiano perfeccionará la filosofía teológica, las relaciones entre el hombre y Dios, mientras la Edad Moderna, gracias al progreso, modifica algunas teorías superadas en lo que atañe a la filosofía de las ciencias, pero no alcanza a ver una absoluta mejora de los problemas éticos debido a que la reflexión moral no puede estar del todo independiente de la reflexión metafísica, donde el progreso mismo ha infiltrado un materialismo cada vez más creciente y escéptico. 67 CONCLUSIONES - Se atribuye a Grecia el Origen de la filosofía porque es el primer pueblo que racionaliza e intenta comprender las leyes que rigen la naturaleza y el lugar que ocupa el hombre en ella. Su carácter esencialmente humanista. Toda la cultura griega se desarrolla en torno al hombre, y brota de la serena contemplación de la naturaleza humana. - Los primeros filósofos –cosmólogos- procuran encontrar en el mundo físico un fondo estable, un sustrato permanente al que todas las sustancias se redujeran, algo ante lo que la multiplicidad y el cambio se convirtieran en apariencias. - El Siglo de Oro de la filosofía en Grecia produjo a las tres grandes figuras de la filosofía de todos los tiempos: Sócrates, Platón y Aristóteles. El hombre, el sujeto humano y no sólo el universo y la naturaleza de las cosas ocupa y preocupa a estos filósofos: El hombre y sus relaciones con el mundo exterior son parte fundamental de sus teorías. - Existen diversas ideas de hombre, y la misión de la filosofía no consistirá necesariamente en crear una nueva cuanto en distinguir las existentes y en discriminar cuál sea la idea más potente (es decir, capaz de reducir a las otras). Pues las ideas de hombre han de suponerse ya dadas en correspondencia a épocas o sociedades determinadas. 68 RECOMENDACIONES - Se recomienda a Universidades y catedráticos la elaboración de material condensado acerca de temas específicos con el afán de facilitar su búsqueda. - Se recomienda a estudiantes el uso de este material para conocer y diferenciar el concepto de hombre que se tenía en la edad antigua y cómo fue evolucionando, desde los primeros cosmólogos hasta llegar al Siglo de Oro de la filosofía griega (Sócrates, Platón y Aristóteles). 69 BIBLIOGRAFÍA - ARTIGAS, M. Introducción a la filosofía. Pamplona: Ed. EUNSA, 1984. - ARTIGAS, M. y Sanguineti, J. L. Filosofía de la naturaleza. Pamplona: Ed. EUNSA, 1984. - FERNÁNDEZ, Pilar. Treinta Temas De Iniciación Filosófica. 2a Ed. Colombia: Universidad de la Sabana, 1991. 325 p. - FINANCE, J. Conocimiento del saber. Madrid: Ed. Gredos, 1971. - GAMBRA, Rafael. Historia Sencilla De La Filosofía. XIII ed. 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