FEMINICIDIO: MUERTE IMPUNE DE MUJERES DEVELANDO EL

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FEMINICIDIO: MUERTE IMPUNE DE MUJERES
DEVELANDO EL ANTES Y EL DESPUES DE LAS CIFRAS
“…la sociedad, ignora, silencia, invisibiliza, desvaloriza, le quita
importancia a la violencia contra las mujeres
y a veces las comunidades (familia,
barrios, cualquier forma de organización social)
minimizan las violencias y tienen
mecanismos violentos de relación y trato con las mujeres”
Elizabeth Castillo Vargas, Programa Salud Sexual y Género,
Profamilia, 2007
Desde el lugar de feminista, Defensora de Derechos Humanos de las Mujeres y
ciudadana les propongo estas palabras que dedico a la memoria de Milvia Yurani
Gallego Gómez, joven asesinada el 24 de noviembre de 2009.
El tema infortunado aunque urgente que nos convoca hoy, es la muerte de las
mujeres, asesinadas por el hecho de ser mujeres; para muchas de ellas la muerte
aleve estuvo antecedida por un infierno de violencias domésticas, sexuales,
económicas, psicológicas…; la muerte de la mayoría está en la impunidad, varias
de esas muertes eran evitables y/o prevenibles. A demás en medio de la guerra,
de la confrontación armada, de la militarización de la vida, las mujeres son
asesinadas por ser madres, hermanas, esposas, amantes, hijas, amigas, por ser
lesbianas. Los cuerpos, vida y dignidad de las mujeres son usados para dejar
“mensajes” al enemigo, para “recordarle”, “advertirle” o “cobrarle”. Esas formas de
ser asesinadas las mujeres, las feministas las han llamado femicidio y/o
feminicidio. No es exclusivo de nuestro contexto colombiano y latinoamericano,
existen feminicidios que se dan en forma masiva, clandestina, con aceptación de
las cultural y religiones: infanticidio de niñas, en los países en los que se prefiere a
niños varones (China y la India), lapidaciones, asesinatos de honor, muertes de
mujeres por dotes…
feminicidio: muerte a las mujeres por el hecho de ser mujeres, definido así por
reconocidas y prestantes teóricas y abogadas feministas; es también un crimen de
odio contra las mujeres y lo femenino; se da en lo privado y en lo público. En la
ocurrencia de este crimen puede existir responsabilidad directa del Estado por
acción o por omisión y puede llegar a ser una práctica de todos los participantes
en la acción bélica de la guerra. El feminicidio expresa de manera degradante y
mortal la discriminación, las relaciones de poder asimétricas entre los géneros y el
machismo.
“Doris Botero Vásquez, 35 años, habitante del barrio Picacho al noroccidente de la
ciudad, estaba amenazada de muerte y se iría desterrada de su barrio. El sábado
25 de Marzo de 2003 la asesinaron: Recibió una llamada en la mañana y cuando
abrió la puerta de su casa le dispararon hombres armados de las AUC, quienes
cogieron el cadáver en hombros, lo montaron en un colectivo y se la llevaron. A la
familia (su esposo y dos hijos menores) no le permitieron salir, ni hablar con nadie.
El cadáver fue encontrado en el Barrio Cabañas, en Bello. Doris trabajaba desde
hace 3 años en la Corporación Picacho con Futuro como coordinadora del
Programa de Desarrollo Familiar. Entre las actividades que impulsó están el
proyecto de promoción de los derechos de las mujeres víctimas de violencia
sexual". El Colombiano, jueves 3 de abril de 2003. pag: Paz y D.H 12ª
Acontecimientos como estos retumbaron en la ciudad en estos ocho años de seguridad
democrática sin lograrla conmover.
La tendencia desde los imperativos sociales, culturales, desde los imaginarios,
mitos y prejuicios es considerar a las mujeres, niñas y jóvenes, culpables de todas
las violencias que viven en su cuerpo, vida y dignidad. Entonces si una mujer
muere a manos de su compañero, después de muerta es revictimizada por no
haberse ido del lado del agresor, por llevar esa vida tan desordenada y de tanta
violencia, ¿el asesino? Suelto por falta de pruebas, porque aunque estén las
anteriores denuncias por violencia doméstica, sexual o económica, el actual juez o
fiscal no encuentra quién vincular al proceso. Los feminicidas sueltos y muchas
otras mujeres en riesgo. Es el caso de Cindy Lorena Giraldo y María Caterine
Ochoa Patiño, ambas encontradas
el día 4 de Marzo del año 2009,
desmembradas y empacadas en bolsas de basura, en una casa del barrio Boston
por cuya muerte no hay detenidos y el único sospechoso fue dejado en libertad
por un tecnicismo.
Ante hechos tan horrendos, la pregunta tiene que ir más allá de las cifras, se hace
necesario interpelar a la sociedad entera. ¿Qué pasa con el sistema judicial que
favorece a los victimarios y desestima la investigación de los feminicidios? Si no
se castiga, sino se investiga el feminicidio, el mensaje que reciben los feminicidas
es que no cometieron un delito grave, que la vida de las mujeres no vale nada,
que le pertenece. Por otro lado, el manto de silencio y/o rumores que ponen en
entre dicho la reputación de la victima; los titulares de prensa que hablan de
“crimen pasional” o de nexos de las mujeres victimas con la delincuencia o grupos
armados, como si esto pudiera justificar tanta atrocidad
El hogar, la casa puede llegar a ser el lugar más peligroso para las niñas, jóvenes
y mujeres, todas y todos sabemos, gracias a los informes del MSM y las cifras
oficiales, que la violencia sexual y la violencia doméstica registra altas cifras de
ocurrencia, a pesar del subregistro (90%), en Medellín y que estás son vividas al
interior de las unidades familiares o domésticas. Sabemos también que la
violencia sexual y la doméstica hacen parte del continuo de violencias que
terminan en feminicidio, es decir en la muerte de una mujer. ¿No será que también
debemos interrogar esa familia? El sistema patriarcal idealiza “la familia” como el
lugar sagrado del amor y la fraternidad sin embargo otra es la realidad que las
mujeres viven en ella. Nuestra cultura idealiza a la madre y tiene toda clase de
dichos, canciones y costumbres que perpetuán la violencia contra las mujeres en
todas sus formas.
“En circunstancias que evidencian la ignominia de la violencia y la degradación de
la sociedad, fue asesinada en Medellín la integrante de la Ruta Pacífica de las
Mujeres, Olga Marina Vergara. Esta líder feminista y pacifista, de amplia
trayectoria en la capital antioqueña por su trabajo a favor de las mujeres, fue
masacrada junto con su hijo, nuera y nieto en su propia casa en el sector de Prado
Centro este miércoles 24 de septiembre/2008” Comunicado Ruta Pacífica de las
Mujeres.
La ciudad de los grandes eventos será que se atreve a tomar medidas
estratégicas, de largo aliento que generen protección y seguridad a las mujeres de
por ejemplo diseñando, instalando, equipando, colocando en marcha las Unidades
de Atención Integral a las violencias sexuales, que aparecen en la política pública .
¿Cuándo hogares de acogida se convertirá en un programa del Estado Local para
que su funcionamiento y presupuesto no dependa de los movimientos políticos de
la coyuntura? A demás de ampliarse para acoger a muchas otras mujeres. Esta
acogida a salvado ya muchas vidas de mujeres en la ciudad.
Amo esta ciudad porque la se terriblemente maravillosa, conozco a su gente que
se deja convocar por la poesía, la música, el arte, el deporte y sueño con el día en
que mucha de esa sensibilidad también la aunemos con el propósito de poner fin
al silencio, la indiferencia, las justificaciones que “naturalizan” la violencia contra
las mujeres, que deja en la impunidad el feminicidio, los feminicidas sueltos y a las
mujeres en soledad y permanente riesgo.
Nosotras decimos con la Ruta Pacífica de las Mujeres:
Desactivemos todos los artefactos de la guerra, los de hierro, los de la palabra que
la incita y los del olvido!
PIEDAD MORALES
NANA EN MEMORIA DE MARJOIRE
A Marjoire Kisner,
víctima de feminicido: crimen de odio
que asesina a las mujeres
Medellín, 10 de septiembre de 2009
Piedad Morales
Trajiste al nacer una estrella
empapándote las manos de ternura
El corazón puesto expuesto
de ganas lentas para sanar almas
contra augurios y dictámenes
Alba del mar lloraste
las desgracias de los otros
y en tiempo de “sálvese quien pueda”
fuiste por la ciudad sembrando
semillas de almíbar
trazo de atajos a la muerte y desazón
Nadie espantó la furia que congeló tu risa
Quienes debieron protegerte
Te llamaron
“caso aislado”
“descuidada”
Se oyó por las bocinas y en los diarios
mentiras impunes cubiertas
de justificación y disimulo
Hoy nos enteramos que tu vida
vale para jueces y leyes
dos centavos
Te olvidó la justicia de los hombres
para perdonar al femicida
Fíltrate esperanza por las hendijas del dolor
Asístenos en esta hora de indignación y memoria.
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