Universidad de Chile EH2601 - Literatura, Cine & Otras Ficciones Semestre Otoño 2012 30 de Mayo Generaciones modernas, individualismo y la paradoja de Hardenberg Profesor: Cesar Cuadra B. Ayudante: Nicolás Miranda C. Alumno: Javier Farías S. Facultad de Cs. Físicas y Matemáticas Generaciones modernas, individualismo y la paradoja de Hardenberg2 Vivimos en un mundo que avanza a pasos agigantados, la ciencia ha hecho posibles nuevas tecnologías, las cuales han hecho que el hombre pueda tener una mejor calidad de vida y, a su vez, pueda conectarse con todo el mundo. Todos estos avances tecnológicos se han traducido en significantes cambios sociales, los cuales, han sido favorables desde cierto punto, pues por una parte, como ya se mencionó, el hombre ha mejorado su calidad de vida, está más comunicado con el resto del mundo, lo cual crea un intercambio cultural significante, pero así mismo ciertas culturas van “perdiendo identidad” y se comienzan a influenciar por otras culturas, como es el caso de América Latina, y Chile en particular, donde nuestras culturas se ven altamente influenciadas por culturas europeas y norte americanas. Este proceso de aculturación se ve en cada ámbito de la sociedad, en elementos como la industrialización, la tecnología, el derecho, la política, la economía, el estilo de vida, el idioma, la religión o los valores y tradiciones occidentales, claros ejemplos son tradiciones como Halloween o cadenas de comida rápida McDonald’s, ambos símbolos explícitos de las influencias norteamericanas en nuestro continente. Como mencioné, las comunicaciones han logrado conectar cada rincón del mundo, pero ¿no debería una mejor comunicación crear un mundo más unido? ¿Por qué, en vez de compartir más, estamos centrándonos más en nosotros mismos? Según el diccionario “Sociedad” corresponde a un grupo de individuos que interactúan entre sí, comparten ciertos rasgos culturales y cooperan en conjunto para alcanzar metas comunes. Hoy en día pareciera que la palabra “sociedad” está perdiendo valor, si bien, seguimos siendo individuos que interactuamos entre nosotros, sin embargo cada vez estamos persiguiendo metas menos comunes, pareciera que el mundo moderno nos seduce para que tomemos el camino del hedonismo y pareciera, aún más, que el fin del hombre actual es él en sí mismo. Estamos rodeados de publicidad que incentiva al consumismo y, si bien, el hombre siempre ha sido un consumidor, pero en otras épocas procuraba consumir de acuerdo con sus necesidades naturales. Hoy en día el hombre busca una vida más cómoda, consume más que para suplir sus necesidades básicas, es más, el consumo por placer ha pasado a ser casi una necesidad básica más para el hombre. Como consecuencia de esta sociedad de consumo se está generando una mentalidad distinta, una mentalidad moderna que confunde la búsqueda de la felicidad con la búsqueda del placer. ¿Cuantas veces en el día nos detenemos a pensar en necesidades que no son nuestras? ¿Cuántas veces reflexionamos sobre el sistema en el que vivimos? Llegamos al mundo, vamos al colegio, vamos a la universidad, trabajamos, nos jubilamos y fallecemos, porque las cosas así son, no hay mayor cuestionamiento. ¿En qué momento soñamos? Cada vez hay menos “edukadores”1, personas con convicciones e ideales. Las juventudes actuales tratamos de evitar el camino del sacrificio y caemos en la paradoja de Hardenberg2, abandonamos nuestros ideales y nos entregamos al sistema donde las cosas son porque son, y no hay como nosotros podamos cambiarlo, nos declaramos incapaces de nadar contra la corriente. Pareciera que caemos cada vez más profundo en el pozo del individualismo. A veces creemos que es necesario ser un “senador Bulworth” para luchar contra esta sociedad que fomenta el individualismo y salir a las calles a gritar la decadencia a la que nuestras acciones nos destinan, pero parece que pocos han escuchado el dicho “hay que comenzar por casa”, pocos son los que tienen el valor de cuestionar sus modo de vida, de seguir sus sueños e ideales, de dejar de tratar los sueños como esas verdades que nadie se atreve a decir. Si queremos igualdad en la sociedad hay luchar por ella, porque cuando no tenemos el valor de seguir nuestros ideales es cuando caemos en este individualismo moderno. El mundo de hoy nos ofrece el camino fácil, donde podemos asumir nuestra autonomía y vivir en busca de nuestra autoafirmación, descuidando cualquier responsabilidad ante la sociedad, es decir, podemos vivir desprovistos del componente ético. Tratamos de encontrar nuestra identidad propia sin darnos cuenta que para poder distinguirnos tenemos que vernos en el otro, estamos, al mismo tiempo, abrazando esta estructura capitalista y confundiendo el “tener” con el “ser”, pareciera que las generaciones cada vez se preguntan menos si al vivir de cierta manera están siendo honestos consigo mismos y, de los pocos que se cuestionan, son aún menos los que tienen el coraje de luchar por sus verdaderos ideales, somos más los que estamos tirando la toalla, entregándonos a la corriente del rio, y transformándonos en un Hardenberg2. ________________________________________________________________________________ 1: En alusión a los jóvenes idealistas de la película “Los Edukadores” 2: Hardenberg: Personaje de la película “Los Edukadores” Representa a quien abandonó lo que alguna vez fueron sus ideales y convicciones. Bibliografía: Definición de sociedad (RAE): http://buscon.rae.es/draeI/SrvltObtenerHtml?LEMA=sociedad&SUPIND=0&CAREX T=10000&NEDIC=No Individualismo: http://es.wikipedia.org/wiki/Individualismo “La era del vacío” – Gilles Lipovetsky