Experiencias en la aplicación de las órdenes de protección en el

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Foro Mujer y Justicia
Lecciones nuevas y experiencias aprendidas
8 de Octubre de 2011
Mesa de Trabajo 3: Órdenes de Protección.
Ponente: Lic. Susana Silvia Garcés Noblecía.
Cargo: Jueza Segundo en materia familiar de Morelia, Michoacán.
Dependencia: Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán.
“Experiencias en la aplicación de las órdenes de protección en el Estado”
La promulgación de la Ley de acceso a las mujeres a una vida libre de
violencia del Estado de Michoacán, es un instrumento jurídico cuyas
disposiciones legales tienen como finalidad la protección de las mujeres,
adolescentes y niñas, tendientes a erradicar todo tipo de violencia que les
impida el libre ejercicio de sus derechos y el desarrollo pleno de sus
capacidades y tiene como objetivo lograr la convivencia armónica entre
hombres y mujeres.
La legislación que nos ocupa, establece en su artículo 6° fracción XIV,
que las órdenes de protección son los actos de protección y de urgente
aplicación en función del interés superior de la víctima y son
fundamentalmente de emergencia, preventivas y de naturaleza civil.
Deberán otorgarse por la autoridad competente, inmediatamente que conozcan
los hechos probablemente constitutivos de infracciones o delitos que
impliquen violencia de género contra las mujeres.
Por su parte, el numeral 39 de la Ley en comento señala que tales
órdenes son personalísimas e intransferibles, que las de emergencia y
preventivas tendrán una temporalidad no mayor de 72 horas y deberán
expedirse dentro de las 24 horas siguientes al conocimiento de los hechos
que las generen.
Son Órdenes de Protección y Emergencia, las siguientes:
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I.
II.
III.
IV.
Desocupación por el agresor, del domicilio conyugal o donde habite
la víctima, independientemente de la acreditación de propiedad o
posesión del inmueble, aún en los casos de arrendamiento del
mismo;
Prohibición al probable responsable de acercarse al domicilio, lugar
de trabajo, de estudios, del domicilio de las y los ascendientes y
descendientes o cualquier otro que frecuente a la víctima;
Reingreso de la víctima al domicilio, una vez que se salvaguarde su
seguridad; y,
Prohibición de intimidar o molestar a la víctima en su entorno social,
así como a cualquier integrante de su familia.
Son Órdenes de Protección Preventivas, las siguientes:
I.
Retención y guarda de armas de fuego propiedad del agresor o de
alguna institución privada de seguridad, independientemente si
las mismas se encuentran registradas conforme a la normatividad
de la materia. Es aplicable lo anterior a las armas punzocortantes
y punzocontundentes que independientemente de su uso, hayan
sido empleadas para amenazar o lesionar a la víctima;
II.
Inventario de los bienes muebles e inmuebles de propiedad
común, incluyendo los implementos de trabajo de la víctima;
III. Uso y goce de bienes muebles que se encuentren en el inmueble
que sirva de domicilio de la víctima;
IV. Acceso al domicilio en común, de autoridades policíacas o de
personas que auxilien a la víctima a tomar sus pertenencias
personales y las de sus hijas e hijos;
V.
Entrega inmediata de objetos de uso personal y documentos de
identidad de la víctima y de sus hijas e hijos;
VI. Auxilio policíaco de reacción inmediata a favor de la víctima, con
autorización expresa de ingreso al domicilio donde se localice o
se encuentre la víctima en el momento de solicitar el auxilio; y,
VII. Brindar servicios reeducativos integrales especializados y
gratuitos, con perspectiva de género al agresor en instituciones
públicas debidamente acreditadas.
Así, en relación a estas órdenes de protección, les comento que la
experiencia en los juzgados familiares de esta ciudad, así como en los
tribunales civiles foráneos del Estado que conocen de materia familiar, es
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en el sentido de que en la mayoría de los casos no se solicitan estas
medidas por parte de las mujeres invocando la Ley de Acceso de las
Mujeres a una vida libre de violencia, tal vez por desconocimiento de la
existencia de la legislación en el foro de abogados o porque en el Código
Familiar del Estado se encuentran previstas como actos prejudiciales: la
separación de personas y la separación de personas en caso de violencia
familiar que tienen los mismos propósitos de protección a las víctimas que
sufren violencia de cualquier tipo. De hecho, únicamente los abogados
adscritos a la Secretaría de la Mujer son quienes invocan la ley de Acceso
de las Mujeres en sus solicitudes de separación de cónyuges, en caso de
violencia; sin embargo, también es de ponderarse que tales pedimentos se
han admitido por los jueces en los acuerdos que los decretan, con
fundamento en los artículos relativos al Código Familiar incluso invocando
supletoriamente las disposiciones aplicables para las providencias
precautorias a que alude el Código de Procedimientos Civiles, la razón es
que, las órdenes de protección que establece la ley de Acceso, tienen una
temporalidad no mayor de 72 horas contados a partir de la fecha en que se
emiten, y las que se decretan como acto prejudicial tienen una
temporalidad por todo el tiempo que dure el procedimiento y hasta que se
emita sentencia definitiva; además, tienen la misma finalidad las
consignadas en la ley de acceso y las de la legislación familiar.
Una cuestión discutible en este apartado es el tiempo en el que deben
de emitirse, porque la ley de Acceso determina que deberán expedirse
dentro de las 24 horas y el Código Familiar no establece un tiempo preciso
para hacerlo; no obstante ello, por la naturaleza y gravedad de las
situaciones que se presentan, es siempre importante que el juez determine
con la mayor prontitud posible; empero, si se emiten aplicando la ley de
acceso será muy poco probable que el juez pueda ejecutarlas
personalmente dentro de las 24 horas, porque, por ejemplo: vamos a
suponer que una señora es víctima de violencia física por parte de su
esposo el día de hoy en este momento, pero, para que un juez civil o
familiar ejecute personalmente la orden de protección, primero tendría que
acudir al Juzgado a solicitar en forma verbal o escrita tal orden, se turnaría
el caso al juez que por razón de turno le corresponda conocer del caso ese
mismo día, una vez que el juez reciba la solicitud deberá proveerla de
inmediato y autorizar la protección ordenando la salida del agresor del
domicilio, autorizando el uso de la fuerza pública y girando el oficio
correspondiente a la policía, creo que de esa manera se estaría cumpliendo
con lo que establece la ley de acceso, aún sin recabar pruebas acerca de si
son ciertas las afirmaciones de la señora, es decir tendría que creerse en la
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buena fe de la mujer en el sentido de que dice la verdad y efectivamente es
agredida, no obstante, es poco probable que por el trabajo que realiza un
juez en un día pueda en ese instante ejecutar de inmediato la solicitud
porque comúnmente se encuentra en su jornada laboral atendiendo diversas
audiencias de pruebas, de juntas de conciliación, audiencias de menores
previamente decretadas y señaladas para hora precisa, sin pasar por alto la
revisión de acuerdos y sentencias que se tienen que emitir ese día;
entonces, no se estaría cumpliendo con el objetivo de celeridad que
pretende la ley de acceso, porque la intención es que sean emergentes, casi
inmediatas, es decir, que en caso de que una mujer esté siendo agredida la
autoridad la auxilie rápidamente, incluso con autorización expresa de
ingreso al domicilio donde se localice la víctima, por lo cual se reitera que
el Juez estaría solo en aptitud de expedir la orden de protección por escrito
mediante un oficio girado a Seguridad Pública, ordenando que la policía se
constituya en el domicilio de la víctima y la proteja de su agresor, así por
razones prácticas creo que es poco probable que tales ordenes sean
solicitadas a los jueces.
Por otra parte en relación a las experiencias en las diligencias de
separación de personas como acto prejudicial consignadas en el Código
Familiar, se ha debatido acerca de si es necesario o no recibir pruebas para
poder decretar la separación de los cónyuges o concubinarios de su
domicilio conyugal, a este respecto debo decirles que en lo personal, no
decreto la medida de forma inmediata con el sólo dicho de la mujer que
afirma ser agredida, ¿porqué?, porque la codificación familiar no faculta
para ello y si tenernos el artículo 265 del Código de Procedimientos Civiles
de aplicación supletoria que determina que el que pida la protección deberá
acreditar el derecho que tiene para gestionar y la necesidad de la medida
que solicita, pudiendo consistir la prueba en documentos o testigos idóneos
que serán por lo menos tres.
Finalmente, el artículo 4° de la Ley de Acceso determina que la
aplicación de la misma corresponde y obliga a los servidores públicos
de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial y a los ayuntamientos, así
como de los organismos autónomos y descentralizados, quienes expedirán
la reglamentación correspondiente y tomarán las medidas
presupuestales y administrativas que permitan garantizar el derecho
de las mujeres a una vida libre de violencia, asimismo, el numeral 42 del
ordenamiento en comento, señala que corresponderá a las autoridades
federales, estatales y municipales en el ámbito de sus competencias,
otorgar las órdenes emergentes y preventivas de la presente Ley, no
obstante lo anterior; la ley no precisa a que autoridad o autoridades les
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confiere la atribución de emitir las órdenes de protección, tampoco
determina si las facultades para su ejecución se reservan a la autoridad
judicial o administrativa, por lo cual creo necesario que se lleven a cabo
reformas pertinentes a la Ley de Acceso, precisamente en el Capítulo
Segundo relativo a las Ordenes de Protección, para determinar tal aspecto a
fin de evitar confusiones en su aplicación y que se delimite la competencia
de las autoridades encargadas en su emisión y ejecución, asimismo se
establezca el procedimiento que deben cumplir las autoridades para su
emisión y ejecución pues la ley es omisa en ese aspecto lo cual puede
impedir su cumplimiento.
CONCLUSIONES
PRIMERA. Las órdenes de protección son instrumentos jurídicos que tienen como
finalidad la protección de las mujeres, adolecentes y niñas tendientes a erradicar todo tipo
de violencia que les impida el libre ejercicio de sus derechos.
SEGUNDA. La experiencia en los Juzgados familiares de esta ciudad y los
juzgados civiles foráneos del Estado, es en el sentido de que no son solicitadas por las
mujeres invocando la Ley de Acceso de la mujeres a una vida libre de violencia, sino a la
codificación familiar, es por ello que se hace necesaria su difusión en los medios de
comunicación masiva.
TERCERA. Por razones prácticas es poco probable que la ejecución de las órdenes
de protección sean realizadas por los jueces; sin embargo la ley de Acceso los faculta para
emitirlas.
CUARTO. Se propone que se lleven a cabo reformas a la Ley de Acceso para
determinar la competencia de las autoridades encargadas en su emisión y ejecución ante la
omisión legal lo cual puede impedir su cumplimiento.
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