Las celdillas que han de formar los tubos celulares, empie

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Castellarnau.—TALLO DEL PINSAPO.
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Las celdillas que han de formar los tubos celulares, empiezan á diferenciarse desde que la zona cortical está bien determinada, lo que acontece después de la formación de los canales resiníferos y de la felodérmis. En el corte transversal se
observa que superan á las demás en dimensiones, pierden la
clorofila, y su contorno toma u n a forma ligeramente poligonal.
Al principio, ofrece alguna duda si son realmente celdillas
ó espacios intercelulares, y sin paredes propias; pero m u y
pronto se distinguen éstas claramente á la luz polarizada, y,
sobre todo, empleando u n a lámina de selenita que dé el color,
rojo de primer orden. Entonces, la sección de los tubos—en
cortes de dos céntimos de milímetro de espesor—toma h e r mosos colores azul y amarillo, colocados en cuadrantes opuestos, y orientado el azul próximamente en la dirección de la
sección principal del nícol polarizador, cuando el eje de la
placa de selenita forme con la misma 45°.
El azul se cambia en rojo si las- secciones de los nícoles son
paralelas, y entonces la selenita colora el campo de verde.
Esta acción sobre la luz polarizada, efecto de la polarización
lamelar, indica u n a constitución distinta de la que tienen las
celdillas del parénquima; y los reactivos la ponen también en
evidencia, como voy á exponer con algún detenimiento. Con
la disolución de yodo y el ácido sulfúrico, buscando para éste
una concentración conveniente, se hinchan las paredes, avanzando hacia el centro, y se coloran de azul. La cavidad t u b u losa queda muy reducida (1) y de figura irregular, formando
sus bordes una película arrugada y replegada sobre sí misma,
de color ocre-amarillo. Esta película se desprende en algunos
puntos; y empleando el ácido sulfúrico m u y diluido, para que
ño hinche la pared celular, parece ésta de color verdoso, mezcla del azul y amarillo de sus dos capas.
El cloro-yoduro de zinc altera poco la pared de los tubos, y
la colora de morado. La película interior se distingue perfectamente, porque además de arrugarse y desprenderse, toma el
color morado oscuro, casi negro. Con la potasa, en caliente,
se hinchan y ponen amarillas, y la película experimenta u n
principio de disolución, parecido al de las celdillas suberosas.
(1) Véase la lámina x m , ñg. 10.
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