( 2 8 ) Castellarnau.—TALLO DEL PINSAPO. 423 Las celdillas que han de formar los tubos celulares, empiezan á diferenciarse desde que la zona cortical está bien determinada, lo que acontece después de la formación de los canales resiníferos y de la felodérmis. En el corte transversal se observa que superan á las demás en dimensiones, pierden la clorofila, y su contorno toma u n a forma ligeramente poligonal. Al principio, ofrece alguna duda si son realmente celdillas ó espacios intercelulares, y sin paredes propias; pero m u y pronto se distinguen éstas claramente á la luz polarizada, y, sobre todo, empleando u n a lámina de selenita que dé el color, rojo de primer orden. Entonces, la sección de los tubos—en cortes de dos céntimos de milímetro de espesor—toma h e r mosos colores azul y amarillo, colocados en cuadrantes opuestos, y orientado el azul próximamente en la dirección de la sección principal del nícol polarizador, cuando el eje de la placa de selenita forme con la misma 45°. El azul se cambia en rojo si las- secciones de los nícoles son paralelas, y entonces la selenita colora el campo de verde. Esta acción sobre la luz polarizada, efecto de la polarización lamelar, indica u n a constitución distinta de la que tienen las celdillas del parénquima; y los reactivos la ponen también en evidencia, como voy á exponer con algún detenimiento. Con la disolución de yodo y el ácido sulfúrico, buscando para éste una concentración conveniente, se hinchan las paredes, avanzando hacia el centro, y se coloran de azul. La cavidad t u b u losa queda muy reducida (1) y de figura irregular, formando sus bordes una película arrugada y replegada sobre sí misma, de color ocre-amarillo. Esta película se desprende en algunos puntos; y empleando el ácido sulfúrico m u y diluido, para que ño hinche la pared celular, parece ésta de color verdoso, mezcla del azul y amarillo de sus dos capas. El cloro-yoduro de zinc altera poco la pared de los tubos, y la colora de morado. La película interior se distingue perfectamente, porque además de arrugarse y desprenderse, toma el color morado oscuro, casi negro. Con la potasa, en caliente, se hinchan y ponen amarillas, y la película experimenta u n principio de disolución, parecido al de las celdillas suberosas. (1) Véase la lámina x m , ñg. 10.