EL PERIODO DE ACOGIDA Se va a dar un gran cambio en la vida de vuestro hijo o hija: Sale del mundo familiar, donde tiene un rol definido, y entra en la Escuela Infantil, que le va a ofrecer un importante abanico de posibilidades con el fin de enriquecer sus experiencias, en un ambiente creado para ellas y ellos, pero compartiendo tiempo y espacio con otros niños y niñas, y personas adultas. Con el fin de que el cambio se produzca de una manera natural, se crea “El Periodo de Transición”. En este periodo, entendido como un proceso en el cual habrá diversas variaciones o altibajos, las familias juegan un papel vital: Pues de esta separación criatura-familia, y de la manera de resolverla, se derivará el proceso de socialización y la actitud hacía la escolaridad y el aprendizaje en general. Pero sigue siendo un proceso que debemos pasar, y no debe suponer una excesiva carga para las familias, pues una gran tensión familiar en este proceso generaría mayor angustia. Éste proceso es algo que el niño y la niña deben hacer suyo, es un logro a conseguir, y en dicho esfuerzo debemos estar la familia y las educadoras apoyando, no evitando el conflicto, pues es una pieza clave en el logro del objetivo, sino ayudando en la resolución de los diversos conflictos que puedan surgir. Por ello la relación Familia-Escuela adquiere mayor importancia. La comunicación diaria de todos los hechos cotidianos nos ayudarán a comprender mejor lo que ocurre, y ello será clave para ayudarle en este proceso tan importante de su corta vida. Debemos recordar que el proceso es INDIVIDUAL. No podemos ni debemos comparar con los demás. El ritmo de adaptación también es personal, y nadie es mejor ni peor por que el proceso se realice más tarde o más temprano. El objetivo no es llegar antes, sino llegar en las mejores condiciones, superando con nuestra ayuda los conflictos internos vividos por las propias criaturas. CONSEJOS DURANTE EL PERIODO DE ACOGIDA - - Hablar de manera positiva de la Escuela Infantil. No engañar nunca (“el papa o la mama no se van...”). No entender el tiempo del periodo con criterios de organización familiar y/o laboral, y priorizar el proceso emocional de cada niña y niño. Evitar comentarios del tipo: “oh, pobrecico”, “tan chiquita y a la Escuela”, “ahí vas a aprender a comer bien, a portarte bien, etc...”. No chantajearles: “si no lloras, te compraré...”. Debemos entender su descontento en forma de rabietas, lloros, etc... porque hay que saber que forman parte del propio periodo, que lo deben de superar. - En el periodo se darán altibajos, y pequeños objetivos ya logrados deberán superarse de nuevo. - La adaptación debe ir acomodando los ritmos y horarios de la Escuela y el Hogar: comidas, siesta... - La acogida no sólo es para las criaturas, sino también para las educadoras y para las familias, respecto a una nueva situación de separación. - La acogida necesita de una progresividad: + El primer día con padres y/o madres en el aula. + A continuación sin ellos, un tiempo reducido (una hora, hora y media). + El aumento de horas se especificará a cada familia según el nivel de adaptación adquirido. - Insistimos en que el proceso es personal, no son buenas las comparaciones, y cada niño y niña debe llevar su ritmo. - El objetivo es el proceso en sí mismo, no el realizarlo antes o después. - Teniendo en cuenta la importancia del proceso, no debemos obsesionarnos con él, sino tomarlo de manera natural, como otros procesos naturales (los primeros dientes, los primeros pasos, etc...) y en este sentido aceptar el conflicto que va a vivir vuestro hijo/a, y aprender a superarlo. - EL PRIMER DÍA EN LA ESCUELA Observaciones realizadas durante estos años, nos indican la necesidad de revisar este proceso. El primer día marca la afinidad hacía la escuela y su entorno. Por ello, el eje principal de éste momento debe ser la propia criatura. Debemos observar a las niñas y niños: como se desenvuelven en el espacio, con los demás compañeros, con las personas adultas… pero siempre desde su propio protagonismo. Por ello, vamos a pedir que este primer día mantengamos silencio durante el tiempo de estancia en el aula. Vamos a observar como se relaciona con el entorno y los demás, y estar en total disposición a sus necesidades, algo que no se dará si hablamos entre las personas adultas, pues de ese modo, las niñas y niños pierden el protagonismo que deben tener. Al terminar el tiempo de estancia podremos hacer los comentarios pertinentes. Recordar que para cualquier duda en cuanto a la actitud a seguir en este proceso podéis consultarlo con las educadoras. De este modo lograremos que este proceso de acogida sea realmente enriquecedor para vuestros HIJOS e HIJAS.