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FACOEMULSIFICACION
MANEJO DEL PACIENTE EN EL PREOPERATORIO INMEDIATO
Dr. Guillermo Pereira, UOC – AVAO 2009
1.- EVALUACION EL DIA PREVIO A LA INTERVENCION: Es sumamente importante examinar al
paciente el día antes de la intervención, no solo porque éste se siente mucho mas tranquilo y
reconfortado si habla con su médico, sino porque es muy peligroso no hacerla en este
momento, debido a que podrían haber cambios importantes en relación a la evaluación
practicada días o semanas antes. Hay necesidad de examinar con la lámpara de hendidura, los
bordes palpebrales, la superficie ocular y los fondos de saco conjuntivales para descartar
cualquier indicio aunque sea leve de conjuntivitis. Sabemos de muchos casos, en los cuales
este examen fue omitido, el paciente llegó al pabellón, le aplicaron neosynefrine, la pupila
dilató y al mismo tiempo, desapareció por completo la congestión conjuntival. El cirujano
practicó una intervención perfecta y al otro día tuvo la ingrata sorpresa de una endoftalmitis.
Este examen es igualmente importante para revisar todos los datos consignados en la historia
del paciente: tipo de catarata, estado de la cornea y contaje de células endoteliales. OCT,
presencia y grado de astigmatismo. biometría y tipo de lente que se va a implantar. En base a
estos datos, se anota en la hoja quirúrgica cualquier indicación especial, como tipo de
anestesia, el uso de viscoelástico dispersivo durante toda la intervención, azul tripan y la
posibilidad de practicar incisiones límbicas relajantes.
2.- MEDICACION PREOPERATORIA: después de estar seguros que no hay el menor indicio de
conjuntivitis, le indicamos al paciente: Tobradex, Systane y Nevanac, instruyéndole que use las
gotas simultáneamente en ambos ojos, 4 veces el día anterior y 2 veces el día de la
intervención, antes de dirigirse al área quirúrgica. Aparte de la combinación del antibiótico con
el
esteroide, muy importante para prevenir la infección y minimizar la reacción
postoperatoria, el lubricante para disminuir las molestias irritativas, el antiinflamatorio no
esteroideo es fundamental, porque está demostrado que disminuye en forma eficaz, la
posibilidad del edema macular cistoide.
3.-MANEJO PREOPERATORIO: cuando el paciente llega al pre-quirófano, es recibido por un
miembro del equipo de anestesiología, quien conversa con el, evalúa sus signos vitales, le
toma una vena en la flexura del codo y de acuerdo a su vasta experiencia, determina el mayor
o menor grado de ansiedad que pueda tener. En base a esto, decide la aplicación de una
moderada sedación para tranquilizarlo. Acto seguido, se aplican en el ojo a ser operado, gotas
anestésicas, generalmente Alcaíne y midriáticos, usualmente Neosynefrine al 2.5% y Ciclogyl al
1%, cada 5 minutos y en varias oportunidades. Actualmente preferimos mezclar en un
recipiente: 1 cc de Alcaíne, 1 cc de Neosynefrine, 1 cc de Ciclogyl y 1 cc de Midriacyl. En esta
solución, se sumergen varias pequeñas esponjas de Metiulcelulosa, para que se impregnen
profundamente del líquido. Una de estas se coloca en el fondo de saco conjuntival inferior del
ojo que se va a operar. Los resultados que se obtienen con este sistema son mucho más
eficaces, no hay problema con la cornea ya que el fenómeno de Bell la aparte de la esponja, y
para el paciente es mucho menos molesto que recibir 15 o 20 gotas en el ojo que se va
aintervenir. Cuando faltan 5 minutos para el comienzo de la intervención, se retira la esponja
de Metilcelulosa y se coloca sobre la superficie del ojo, Lidocaína al 2% en forma de gel, para
potenciar el efecto anestésico y Betadine al 5%, que está demostrado que es el agente más
efectivo para eliminar la flora bacteriana conjuntival. La limpieza de la zona operatoria se hace
con Betadine, se horizontaliza la camilla en la cual el paciente ha permanecido en posición
semisentada, se coloca y se fija la cabeza en forma adecuada y se traslada al paciente al
quirófano en donde será intervenido en la misma camilla en la cual ha permanecido desde su
llegada.
4.- DILATACION PUPILAR.: Esta debe ser lo mas amplia posible, para facilitar y hacer mas
segura la intervención. Recuerdo que hace años en una de las reuniones de la Academia
Americana de Oftalmología, se presentó un estudio que se denominaba la ley de 80 – 20, en
donde se demostraba estadísticamente que el 80% de las complicaciones en
facoemulsificación, se presentaba en el 20% de los ojos cuya dilatación era insuficiente. Por
esta razón, si con la medicación referida en el párrafo anterior, no se logra un resultado
adecuado, debemos recurrir a otras medidas a saber: si habíamos planificado anestesia tópica,
podemos practicar una peribulbar, ya que la difusión del anestésico, al bloquear el ganglio
ciliar, ayuda a lograr nuestro objetivo. Si a pesar de esto, no se logra una dilatación adecuada,
después de la incisión inicial, conviene irrigar la cámara anterior con una solución de lidocaína,
mas adrenalina, ambas sin preservativo. Podemos incluso emplear maniobras mecánicas como
la dilatación de la pupila utilizando un ganchito de iris y un rotador de Lester, o instrumentos
diseñados para tal fin como el dilatador de Beehler, o el expansor pupilar de Malyuhin. Cuando
existen sinequias posteriores secundarias a una uveítis, o fibrosis del iris secundaria al uso
prolongado de mióticos, hay que practicar una sinequiólisis con espátula e incluso practicar
varias iridotomías radiales, teniendo el cuidado que estas no tengan una longitud mayor de 1
mm para preservar el esfínter pupilar y evitar una midriasis permanente en el postoperatorio.
5.- ANESTESIA: Este tema es tratado extensamente en otro capítulo, así es que solo haremos
unos breves comentarios al respecto. La tendencia actual es utilizar en facoemulsificación cada
vez mas la anestesia tópica-intracamerular por sus indudables ventajas. En nuestro caso en
particular, la utilizamos prácticamente en el 100 % de los casos. Tiene esta sin embargo
algunas limitaciones, unas dependientes del paciente y del ojo que se va a intervenir y otras
debidas al cirujano. Por esta razón, muchos oftalmólogos siguen empleando la anestesia por
infiltración, utilizando una mezcla de 2 cc de Lidocaína al 2 % sin adrenalina y 2cc de Marcaine
al 0.75% y 1 cc de Hialuronidasa como factor de difusión. Con relación a las 2 alternativas: la
Retrobulbar y la Peribulbar, estamos absolutamente convencidos, que la primera debe ser
descartada por completo. No hay ninguna justificación de exponer al paciente a las graves
complicaciones que esta puede ocasionar tanto a nivel local como general. Siendo la
Peribulbar igualmente efectiva y con una posibilidad de complicaciones infinitamente menor,
es en nuestro criterio, la que se debe utilizar. La anestesia general se reserva únicamente para
los niños pequeños y excepcionalmente para algunos adultos con severas alteraciones de la
esfera emocional.
6.- ACTIVIDADES A CUMPLIR PREVIAS A LA INTERVANCION: Siempre insistimos, que al llegar al
área quirúrgica, antes de lavarnos y vestirnos de cirujano, debemos sentarnos en la silla en la
cual vamos a operar y comprobar, que el freno funcione, que suba y baje adecuadamente, que
la altura de los apoyabrazos sea cómoda y que el espaldar esté en una posición confortable.
En cuanto al microscopio, debemos asegurarnos que los oculares estén en cero, que la
distancia interpupilar sea la adecuada, que el desplazamiento X-Y funcione y que esté
centrado, que el sistema de enfoque está en la mitad, es decir que podamos activarlo hacia
arriba o hacia debajo de acuerdo a las necesidades y por último que la iluminación tanto
coaxial como oblícua, estén en perfectas condiciones. También, naturalmente debemos
comprobar que ambos pedales, tanto el del microscopio como el del facoemulsificador,
funcionen a la perfección.
7.- INICIO DE LA INTERVENCION: Cuando el paciente ingresa al pabellón, el enfermero que
conduce la camilla, lee en voz alta el nombre del paciente, el cual está escrito en una etiqueta
que se le ha pegado sobre la bata, a la altura del pecho, a su llegada al pre-quirófano. Acto
seguido miramos a una pizarra colocada en la pared izquierda del pabellón en donde debe
estar escrito el nombre que corresponda al de la etiqueta, además la edad del paciente, el ojo
que se va a operar, el tipo de lente que se va a implantar y el poder dióptrico del mismo. Una
circulante, nos muestra la historia clínica en donde revisamos el diagnóstico y la indicación
operatoria, revisamos la biometría, el lente que se ha seleccionado, la queratometría y la
topografía por si hemos planificado la incisión en un meridiano determinado o incisiones
límbicas relajantes para corregir un astigmatismo preexistente y por último cualquier
indicación adicional como el uso de azul tripan o viscoelástico dipersivo durante toda la
intervención. Debemos además revisar el lente intraocular que vamos a implantar y
comprobar que el tipo y el poder dióptrico correspondan a lo que hemos planificado. Todos
estos detalles pudieran parecer excesivos, pero son imprescindibles. Cuando iniciamos nuestra
práctica profesional y operamos un caso a la semana, conocemos a la perfección todos y cada
uno de los datos de ese paciente. Pero cuando nos disponemos a realizar una sesión
operatoria en la cual vamos a intervenir 10 o más casos, todos estos pasos y precauciones son
necesarios, ya que un error es imperdonable y no debe ocurrir jamás.
8.-PREPARACION DE LA ZONA OPERATORIA: Antes de trasladar al paciente al quirófano, un
asistente realiza la asepsia de la zona operatoria, utilizando Betadine al 5%. Fija la cabeza en
forma adecuada, utilizando adhesivo el cual se ha doblado para que su superficie adherente
esté hacia afuera de tal manera que se pegue a la piel de la frente y se fije a los bordes del
cabezal de la camilla. La otra superficie adherente del adhesivo está orientada hacia afuera y
sirve para fijar un campo estéril que se coloca sobre la frente. A continuación, se cubre al
paciente con una sábana igualmente estéril, provista de un agujero de 5 cm de diámetro que
deja expuesto el ojo a ser intervenido. Esta sabana debe estar provista de bolsillos a ambos
lados para que allí se colecte el líquido y en esta forma evitar que se moje la ropa del cirujano
o los pedales del microscopio o del facoemulsificador. A continuación, se separan los párpados
utilizando adhesido micropore y mientras el ayudante los separa, se coloca sobre el ojo un
tegaderm al cual se le ha practicado una incisión horizontal que corresponde la hendidura
palpebral. Luego se coloca el separador de parpados el cual hace que el plástico se incurve
hacia los fondos de saco conjuntivales lo cual tiene la enorme ventaja de aislar por completo el
borde de los parpados y la raíz delas pestañas. Luego se instilan gotas de anestésico,
antibiótico y betadine, después de lo cual se lava profusamente la superficie ocular y se esta
en condiciones de iniciar la intervención.
1.- INCISIONES: La tendencia actual en Facoemulsificación, es practicar incisiones cada vez
mas pequeñas, ya que estas ofrecen indudables ventajas con son: a) Menor inducción de
astigmatismo, b) Rehabilitación visual mas rápida, c) Herida mas sólida y resistente, d) Menor
pérdida de células endoteliales, d) Ausencia de problemas relacionados con las suturas y e)
Menor inflamación postoperatoria. Sin embargo, debemos tener siempre presente que esta
debe ser ejecutada en forma perfecta, ya que si es defectuosa en cuanto a localización,
orientación o extensión, puede ser el origen de serios problemas durante la intervención o en
el postoperatorio. Hay otros factores que deben tomarse en cuenta: mientras mas cerca
estemos del eje visual, mayor será la inducción de astigmatismo, por lo tanto las incisiones
corneales deben ser más cortas que las esclerales. Si un paciente presenta patología asociada
como glaucoma y existiera la posible necesidad de cirugía filtrante en el futuro, debemos
practicar nuestra incisión en cornea y lejos del meridiano en el cual deberíamos operar en caso
necesario, para dejar el limbo y la conjuntiva sin alteraciones. Por último, sabiendo que una
incisión en el meridiano más curvo, logra aplanarlo y disminuir su poder, podemos ubicar
nuestra incisión en este sitio, con el fin de debilitarlo y neutralizar un astigmatismo
preexistente , para lograr un resultado final lo mas cercano a la emetropía no sólo esférica
sino también astigmática.
En los comienzos, cuando empezó a practicarse la facoemulsificación, prácticamente todas la
incisiones eran esclerocorneales combinadas naturalmente con un colgajo conjuntival. La
tendencia actual es utilizar cada vez más la incisión corneal, ya que en esta, no hay que cortar
la conjuntiva ni utilizar cauterización escleral, lo cual es favorable para el uso de la anestesia
tópica. Hace unos años, cuando se operaba un miope muy alto, era necesario emplear
incisiones esclerales, ya que nos existían lentes plegables con poderes dióptricos bajos y por lo
tanto se requería para implantarlos, una incisión de 6 mm de extensión, la cual no es adecuada
para la cornea. Ya hoy se dispone de lentes plegables incluso con poderes negativos tal
manera, que esta indicación ya no existe.
Actualmente, la gran mayoría de cirujanos, sólo emplean la incisión principal en forma
esclerocorneal cuando combinan la facoemulsificación con una operación filtrante por la
coexistencia de una glaucoma no bien controlado medicamente. Para aquellos que utilizan
rutinariamente este tipo de incisión, algunos comentarios: el colgajo conjuntival debiera ser
con base en el fornix y la cauterización muy suave para no alterar la esclera. La longitud de la
misma debe ser de 3 o 6 mm dependiendo del lente que se va a implantar; debe iniciarse con
un surco de unos 300 micrones de profundidad, preferiblemente curvo con la convexidad
dirigida hacia la cornea (sonrisa invertida), y cuya parte central debe estar aproximadamente a
1 mm del limbo. A continuación se hace el túnel esclerocorneal, con un crescent, el cual debe
extenderse por lo menos 1 ½ mm en cornea clara. Aquí hay un detalle anatómico que
debemos tener presente: la curvatura corneal no es igual a la escleral, por lo tanto al llegar al
limbo se debe reorientar la punta del instrumento hacia arriba aproximadamente en unos 10°,
ya que de lo contrario penetraremos en cámara anterior prematuramente, muy cerca de la raíz
del iris, lo cual nos dificultará la introducción de la cánula de titanio. Concluído el túnel
esclerocorneal, vamos a penetrar con un queratomo, aquí nuevamente tener en cuenta la
curvatura corneal, orientar la punta hacia arriba y hacer movimientos laterales hasta llagar al
fondo del túnel, enderezar en este momento la punta del instrumento y penetrar finalmente
en cámara anterior.
Nosotros utilizamos de rutina la vía corneal, empleamos cuchilletes de diamante, de 1 ½ mm
para la incisión lateral y de 2.2 mm para la incisión principal. Hacemos las 2 incisiones en forma
simultanea, es decir que penetramos lateralmente, dejamos el instrumento en posición para
que no se escape el acuoso y practicamos la incisión principal en el meridiano de las 12 o en
sus vecindades. La ventaja de proceder en esta forma, es que no necesitamos sujetar el ojo
con una pinza, y como no retiramos el cuchillo de la incisión lateral, al no perderse acuoso,
practicamos la incisión principal en un ojo con presión normal, lo cual es imprescindible para
que esta quede perfecta. Hacemos las incisiones en un solo plano es decir tipo paracentesis,
teniendo en cuenta que el instrumento no debe orientarse perpendicularmente a la cornea ,
sino elevar la punta unos 10° para lograra un trayecto intracorneal paralelo al iris, de por la
menos 2 mm de extensión. Solo hacemos la incisión principal en 2 planos cuando actuamos en
el meridiano mas curvo y queremos aplanarlo para disminuir un astigmatismo preexistente.
Con respecto al meridiano en el cual hacemos la incisión principal, preferimos el de las 12 o sus
vecindades. No utilizamos el abordaje temporal por varias razones: en nuestros pabellones, los
microscopios están situados por detrás del cirujano, el paciente lo operamos en la misma
camilla en que ha estado desde su llegada; una vez concluída la intervención, retiran al
paciente e ingresan otro y prácticamente lo único que nos cambiamos son los guantes antes de
iniciar la siguiente intervención. Por otra parte, nuestra institución es docente y los residentes
en formación deben observar a través del microscopio, todas la maniobras que realiza el
cirujano; si operáramos por vía temporal, cuando actuamos en el ojo izquierdo, el microscopio
del ayudante está sobre el pecho del paciente y hace imposible su utilización.
En relación al sitio de la incisión, esta no es estrictamente corneal, sino a nivel de la arcada
vascular del limbo. Los trabajos de Paul Ernst, han demostrado que la cicatrización de las
heridas coneocorneales es sumamente lenta, y al mes recién empieza el proceso, ya que la
cornea no tiene elastina ni fibroblastos, lo cual retarda enormemente el proceso y hace que la
herida sea muy vulnerable. La incisión a nivel de la arcada vascular por el contrario cicatriza
mucho mas rápidamente, y solo tiene 2 inconvenientes sin ninguna importancia: cuando
grabamos en video la intervención, el pequeño sangramiento a nivel de la herida, hace que la
intervención no luzca perfecta desde el punto de vista estético, y por otra parte exista la
posibilidad que el líquido que sale por la herida operatoria infiltre el espacio subconjuntival y
provoque balonamiento del mismo. Si observamos que esto empieza a ocurrir, debemos
detenernos y hacer 2 pequeños cortes con tijera en la conjuntiva a ambos extremos de la
incisión con lo cual se soluciona el problema.
En relación al material del cual son fabricados cuchilletes y los queratomos, definitivamente
preferimos los de diamante ya que permiten unas incisiones perfectas. Sin embargo algunas
consideraciones al respecto son pertinentes: al comienzo, sobre todo para el que empieza a
utilizar la anestesia tópica, es aconsejable que los queratomos de diamante no tengan filo
cortante hacia los lados, ya que si se produjera un movimiento intempestivo del ojo, pudiera
ampliarse en forma inconveniente la herida principal. Por otra parte y también para el que está
en período de comienzo, creemos que los instrumentos de acero son mucho mas seguros, ya
que como no penetran tan rápida y fácilmente, permiten orientar mucho mejor la dirección de
la herida.
En relación a la incisión lateral, una pequeña controversia que existe es si esta debe estar a 90°
de separación con relación a la incisión principal o si es mejor que esté a una distancia menor;
la mejor sugerencia es practicarla en el sitio en donde nos sintamos mas cómodos para mover
simultáneamente en cámara anterior, los 2 instrumentos que empleamos durante la
intervención. Hoy es muy común, utilizar 2 incisiones laterales ya que cada vez se emplean
con más frecuencia las cánulas de Buratto para aspirar los restos corticales. Para poder
introducirlas en cámara anterior es necesario que estas tengan una extensión de 1 ½ mm., y
por lo tanto no es aconsejable utilizar cuchilletes con bisel muy largo, ya que esto obliga a
introducirlos muy profundamente en cámara anterior para lograr la longitud adecuada, lo cual
podría ser peligroso en ojos en donde estas sean poco profundas. Sugerimos emplear
cuchilletes de la anchura requerida y con un bisel muy poco pronunciado, ya que en esta
forma, una vez que penetramos, ya tenemos la incisión con la longitud adecuada. Al igual que
la incisión principal, las laterales deben ser hechas en forma tangencial tipo paracentesis
paralelas al plano del iris y con un trayecto intracorneal de unos 2 mm. Finalmente, creemos
que estas, al igual que la principal, deben estar a nivel del limbo ya que el mínimo
sangramiento a este nivel nos guía perfectamente par ubicarlas durante la intervención.
Una observación final pero sumamente importante: independientemente del queratomo o
cuchillete que estemos utilizando, sea de diamante o de acero, si al tratar de penetrar,
notamos resistencia, detengámonos inmediatamente ya que seguramente la punta del
instrumento se ha deteriorado; es un gravísimo error aumentar la presión para tratar de
lograr nuestro propósito, ya que en un momento determinado podemos vencer la resistencia y
penetrar súbitamente y sin ningún control, pudiendo provocar daños sumamente graves en los
tejidos intraoculares.
2.- CAPSULORHEXIS: Es ésta una maniobra sumamente delicada y en nuestro criterio, la mas
difícil de dominar a la perfección en la etapa de comienzo. Después de haber practicado la
incisión principal, llenamos la cámara anterior idealmente con viscoelástico dispersivo, ya que
este se adhiere firmemente a los tejidos intraoculares, especialmente al endotelio y lo protege
durante la intervención, y por otra parte, no se escapa fácilmente de la cámara anterior y por
lo tanto esta mantiene una buena profundidad, lo cual es requisito indispensable para que la
maniobra se realice en forma adecuada.
Existen 2 instrumentos y técnicas para practicar la capsulorhexis: el cistotomo y la pinza de
Utrata. En el primer caso, se intoduce el cistotomo el cual en la inmensa mayoría de los casos
es una aguja hipodérmica calibre 25, cuyo bisel se ha doblado en una extensión aproximada
de 1 mm. Con este se hace la incisión inicial en la cápsula anterior y se fabrica un pequeño
colgajo el cual se dobla, de tal manera que la cara profunda se oriente hacia arriba. A
continuación, con la punta del instrumento, se hace una pequeña presión sobre el colgajo y se
empuja progresivamente en forma circunferencial para lograr una capsulotomía circular
contínua. La otra modalidad consiste en hacer el corte inicial en la cápsula con el cistotomo o
con el extremo puntiagudo de la pinza de Utrata, se toma el colgajo con este instrumento y
haciendo tracciones sucesivas en forma circunferencial, se logra la completar la maniobra. Es
importante mencionar, que el colgajo debe estar evertido completamente es decir
descansando sobre la cápsula anterior, y que no debemos en ningún momento levantarlo con
la pinza, para poder tener un control mas perfecto en relación a la progresión de la
capsulotomía.
En relación a estas 2 modalidades o técnicas, definitivamente creemos que la pinza de Utrata
es un mejor instrumento, ya que permite un control mucho más exacto de la progresión de la
capsulotomía, especialmente en casos difíciles o cuando exista tendencia a extensión de la
misma hacia la periferia.
Algunas sugerencias interesantes: al comienzo, debe utilizarse sistemáticamente un
viscoelástico dispersivo ya que este se escapa con menor facilidad de la cámara anterior y por
lo tanto esta permanece profunda lo cual es requisito indispensable para su ejecución, y
además teñir siempre la cápsula anterior con azul Tripan aunque exista un buen reflejo de
fondo ya que la tinción de la misma permite monitorizar mucho mas exactamente la
progresión de la maniobra. Cuando hacemos el corte inicial en la cápsula anterior, debemos
utilizar la porción roma del bisel y no el borde cortante, queremos desgarrar y no cortar la
cápsula, ya que si hacemos un corte nítido de la misma, cuando al final queremos lateralizar
para fabricar el colgajo, corremos el riesgo que este se extienda hacia la periferia. En relación
al meridiano en el cual se haga el corte inicial, esto depende de la preferencia de cada quien,
sin embargo para el que se inicia, recomendamos hacerlo en el meridiano vertical es decir
comenzar en el centro y prolongarlo hacia las 12, ya que en esta forma es menos difícil
construir el colgajo inicial y luego tomarlo con el instrumento de nuestra elección.
Al estar ejecutando la capsulotomía, debemos concentrar nuestra atención, no en la punta del
instrumento sino en el sitio exacto en el cual progresa el desgarro, para determinar en todo
momento la posible extensión del corte hacia la periferia y poder remediar la situación. Es
necesario soltar y volver a tomar el colgajo, tantas veces como sea necesario para mantener el
control del corte. Si en algún momento notamos una disminución de la profundidad de la
cámara anterior, debemos detenernos inmediatamente, retirar el instrumento y colocar mas
viscoelástico para profundizarla, ya que si el diafragma iridolenticular se desplaza hacia
adelante, la zónula se ponen a tensión y aumenta considerablemente la tracción excéntrica
que esta ejerce sobre la cápsula anterior lo cual favorece la posibilidad de la extensión de la
misma hacia la periferia.
3.-HIDRODISECCION: Tiene por objeto, separar la masa sólida de la catarata, de su envoltura
capsular, con el fin de facilitar su movilización en el espacio endosacular durante las maniobras
de división del núcleo en cuadrantes, para su ulterior emulsificación. Se introduce una cánula a
través de la herida principal y su punta se coloca por debajo del borde de la capsulorhexis,
orientándola en forma perpendicular hacia el fondo saco capsular. A continuación se empuja
suavemente el embolo de la inyectadora a la cual va conectada, tratando que el chorro de
líquido llegue al fondo de saco capsular, se incurve hacia atrás y pase por detrás de la catarata,
entre esta y la cápsula posterior, lo cual si la maniobra es exitosa, se evidencia como una
honda líquida que progresa desde el sitio de infusión hacia toda la superficie posterior de la
catarata.
Una vez logrado esto, es aconsejable hacer una discreta presión hacia abajo sobre el centro de
la catarata valiéndonos para esto de la misma cánula que hemos utilizado. Esto se hace para
lograr 2 objetivos: desplazar el líquido acumulado entre la cápsula posterior y la catarata, para
que este se dirija hacia el fondo de saco, se eleve en 360° y llegue nuevamente a la cámara
anterior. Con esto se logra que la presión en la cápsula posterior disminuya y que el líquido al
pasar de atrás hacia adelante, contribuya a eliminar las adherencias entre la corteza
cristaliniana y el fondo de saco capsular. A continuación, ejercemos cierta presión hacia abajo
y lateralmente sobre la catarata, no ya en el centro sino en la media periferia para comprobar
que la catarata gira libremente dentro de la bolsa capsular.
Algunas consideraciones importantes: antes de introducir la cánula de hidrodisección en
cámara anterior, debemos hacer cierta presión a nivel del labio posterior de la herida con el fin
de eliminar cierta cantidad de viscoelástico, ya que la inyección de líquido durante la
maniobra, podría provocar una elevación inconveniente de la presión intraocular. Cuando
introducimos la cánula, no debemos hacer presión sobre el embolo de la inyectadora ya que si
sale líquido por la punta de la misma, este puede dificultar la visualización y esta es
sumamente importante ya que debemos situar la punta en el sitio adecuado y este es por
encima de la corteza e inmediatamente por debajo del borde de la capsulorhexis, para que la
honda líquida pase entre esta 2 estructuras. Si no tenemos este cuidado y colocamos la cánula
en el espesor de la corteza, cuando presionamos el embolo, el liquido circulará
intracorticalmente, y al final de la intervención tendremos el problema difícil de una delgada
capa de corteza firmemente adherida a la cápsula posterior, que hace difícil y riesgosa su
eliminación. Si esto sucediera, no debemos tratar de aspirarla ya que podríamos romper la
cápsula posterior; aconsejamos utilizar una espátula de Barraquer con la cual hacemos una
suave presión sobre la capa cortical y logramos interrumpir su continuidad y que los bordes se
eviertan, acto seguido introducimos viscoelástico por debajo de ellos y así logramos separar la
cortezo de la cápsula, con lo cual se logra que su aspiración sea menos difícil y mas i segura.
Las cánulas de hidrodisección idealmente deben tener la punta angulada a 90° para que la
columna líquida llegue al fondo de saco capsular en forma perpendicular y así favorecer su
paso a la superficie posterior de la catarata.
Comentarios finales: Existen casos en los cuales no debiera practicarse hidrodisección. Cuando
tenemos un paciente con una catarata polar posterior, ya que la cápsula posterior en su unión
con la opacidad es sumamente débil y puede romperse con la presión del líquido. El otro caso
es el de las cataratas blancas maduras por varias razones: la primera porque la total opacidad
nos impide ver lo que pasa por detrás de la catarata, la segunda porque la cápsula posterior es
también aquí muy frágil y la tercera, por que no es necesaria ya que en estos casos, la corteza
es completamente líquida y por lo tanto no hay adherencias entre esta y la capsula.
4.- EMULSIFICACIÓN DEL NUCLEO: La casi totalidad de la técnicas de emulsificación del núcleo,
comienzan con una división del mismo en fragmentos o cuadrantes para luego emulsificarlos
en forma secuencial. Existe en la actualidad uniformidad de criterio en que debe emplearse la
menor cantidad de energía y también flujo de salida y potencia de succión no muy elevadas, ya
que tanto el exceso de energía como la circulación muy abundante de líquido durante la
intervención, pudieran ser perjudiciales para las delicadas estructuras intraoculares. En
relación al sitio en donde debe hacerse la división del núcleo, hay en la actualidad 2
tendencias: a) realizar las maniobras dentro de la bolsa capsular (técnicas endosaculares) o por
fuera de ella (técnicas supracapsulares).
En la primera modalidad, pueden emplearse diversas técnicas de las cuales las más conocidas
son las de Dividir y Conquistar, existiendo 2 variedades: los surcos profundos en forma de cruz
original de Shepherd, y la de cráter preconizada por Gimbel. En ambos casos se trata de
fracturar el núcleo en diversas porciones o cuadrantes para luego emulsificarlos. Un aporte
importante que ha logrado disminuir considerablemente la cantidad de ultrasonido necesario
para lograra la fractura del núcleo es el Facochop original de Nagahara en el cual se clava la
aguja de titanio en el centro del núcleo para fijarlo al mismo y a continuación se introduce un
instrumento (chop) provisto de un borde cortante posterior el cual se desplaza desde el
ecuador hasta el centro en dirección a la cánula con lo cual se logra cortar el núcleo en 2
mitades. La otra técnica conocida como prechop se debe a Akahoshi quien ha diseñado una
pinza de acción cruzada, de extremo puntiagudo, la cual se clava en el núcleo y al abrirla se
logra su fractura.
Algunos comentarios en relación a las técnicas endosaculares: Si practicamos las técnicas de
dividir y conquistar, tenemos que emplear una cantidad importante de ultrasonido para lograr
los surcos o el cráter imprescindibles para lograr la fractura del núcleo y por otra parte, para
lograr nuestro objetivo, es necesario rotar el núcleo dentro de la bolsa capsular, lo cual podría
ser muy peligroso en casos de defectos zonulares expontáneos o traumáticos en donde las
presiones necesarias para rotar el núcleo podrían agravar el problema y conducir a serias
complicaciones. Otro caso en el cual consideramos que estas técnicas están contraindicadas,
es en los pacientes con pseudoexfoliación capsular, en los cuales la debilidad zonular podría
conducir a iguales problemas.
Si tratamos de practicar la técnica de Facochop, debemos tener en cuenta ciertos detalles;
debemos retraer el manguito de silastic que cubre la aguja de titanio, para que esta quede
expuesta en una extensión de unos 2 mm, para que su penetración en el núcleo sea suficiente,
y por otra parte, una vez que hemos clavado el aguja en posición 3, debemos pasar
inmediatamente a posición 2, ya que si esta continúa vibrando, su adherencia al núcleo se
debilita. Hay que tener sumo cuidado cuando vamos a introducir el chop por debajo de la
cápsula anterior para dirigirlo hacia el ecuador. Existe el peligro si no nos fijamos bien en que
lo coloquemos por encima de la cápsula y no por debajo de ella de lo cual resulta una grave
complicación, ya que al dirigir el borde cortante hacia el centro, provocamos una extensa
herida en la cápsula anterior. Es muy recomendable que en los primeros casos o cuando la
visualización no sea muy buena, teñir la cápsula anterior con azul tripan para evitar esta
complicación. Existe una variante en la técnica de facochop, que es la que se denomina faco
quick chop, en donde en lugar de utilizar un instrumento con borde posterior cortante y
llevarlo hasta el ecuador, se emplea un chop puntiagudo el cual se clava en el centro del
nucleo justo al lado de la aguja de titanio y al hacer movimientos divergentes con los 2
instrumentos se logra la fractura del núcleo. Es una técnica efectiva y muy ventajosa en ciertos
casos como las pupilas que no dilatan muy bien.
Desde hacia varios años, utilizamos de rutina en nuestros casos la técnica supracapsular para
emulsificar el núcleo. Es muy ventajosa, se puede utilizar en todos los casos y es mandatoria
cuando existen alteraciones zonulares como anotamos en el párrafo anterior. Procedemos en
la siguiente forma: practicamos una capsulorhexis de unos 6 mm de diámetro, hacemos la
hidrodisección y luego la repetimos suavemente; la presión hidrostática dentro de la bolsa
capsular hace que en la inmensa mayoría de los casos el ecuador del núcleo se prolapse en
algún meridiano; acto seguido valiéndonos de una espátula de Barraquer imprimimos
movimientos de rotación con los cuales logramos sacarlo por completo de la bolsa capsular. A
continuación colocamos viscoelástico por encima y por debajo para separarlo de la cápsula
posterior y del endotelio. Inicialmente utilizamos la técnica del quick chop pero con la variante
que en lugar de clavar la aguja de titanio de arriba hacia abajo, lo hacemos de abajo hacia
arriba. Luego clavamos el chop de arriba abajo y con movimientos divergentes facturamos el
núcleo. Actualmente utilizamos la técnica de prechop con la pinza de Akahoshi , prácticamente
en el 100% de nuestros casos con excelentes resultados. Si no logramos lujar el núcleo con la
hidrodisección, procedemos en la forma siguiente: con un ganchito de iris, retraemos no el iris
sino el borde de la capsulorrhexis, con una espátula levantamos el ecuador del nucleo y con
los 2 instrumentos logramos lujarlo después de los cual con rotación lo sacamos de la bolsa
capsular.
Cuando describimos por primera vez esta técnica, inmediatamente surgieron muchas
opiniones en contra, diciendo que era sumamente peligrosa ya que se trabajaba muy cerca del
endotelio y que íbamos a provocar numerosas descompensaciones corneales. Los análisis de
células endoteliales en el pre y postoperatorio han demostrado que la pérdida es
sensiblemente igual a los casos con técnicas endosaculares, que entre paréntesis solo son
endosaculares en cuanto a la división del núcleo ya que la emulsificación de los cuadrantes se
hace sistemáticamente en el espacio supracapsular. La evaluación de miles de casos que
hemos operado con esta técnica nos permite concluir en que es muy segura y efectiva incluso
para la gente que comienza como son nuestros residentes, quienes desde el principio son
entrenados con esta modalidad operatoria.
13.- ASPIRACION DE LOS RESTOS CORTICALES: Comenzamos diciendo que muchos cirujanos
en la etapa de comienzo, respiran aliviados cuando emulsifican la última porción del núcleo.
Este es un error grave y debemos recordar que la inmensa mayoría de casos de ruptura de la
cápsula posterior suceden precisamente durante esta fase de aspiración de la corteza, así es
que no podemos descuidarnos y practicar esta maniobra con suma atención para evitar
situaciones inesperadas. Existen 2 modalidades o técnicas para practicarla: La pieza de mano
provista de irrigación y aspiración, en cuyo extremo distal conectamos una cánula de acero
provista de un orificio pero no en la punta sino lateralmente y cuyo diámetro puede ser de
diferentes medidas; nosotros preferimos el de 0.3 mm. La cánula se recubre de un manguito
de silastic similar al que se utiliza con la cánula de titanio del facoemulsificador, el cual permite
la entrada al ojo de la solución de BSS, necesaria para mantener una presión intraocular
constante durante la maniobra.
Algunas recomendaciones importantes: al introducir la cánula en el ojo, el pedal debe estar en
posición 1 de irrigación, ya que necesitamos profundizar la cámara anterior para separar la
capsula posterior del borde de la capsulorhexis, debido a que los restos corticales están
adheridos al fondo de saco capsular y tenemos que colocar la cánula por debajo de la cápsula
anterior para lograr su eliminación. El orificio de la cánula debe estar orientado
horizontalmente hacia la derecha o hacia la izquierda, ya que si lo colocamos para arriba o
para abajo este se puede ocluir con la capsula anterior o la posterior. Los orificios del manguito
de silastic también deben estar orientados lateralmente es decir en el mismo sentido del
orificio de la cánula, ya que si no lo hacemos así, la columna de líquido entrante se dirige hacia
arriba en dirección al endotelio lo cual podría ser perjudicial para este. Cuando aspiramos el
extremo de una porción de corteza, debemos hacer ligera tracción hacia el centro para tratar
de desprenderlo del fondo de saco. En este momento debemos utilizar la siguiente estrategia:
succión no muy elevada ya que se corre el riesgo de escindir la porción de corteza en 2
mitades, una proximal que vamos a aspirar y otra distal que se retrae hacia el fondo de saco,
haciendo su ulterior aspiración mas difícil.
Un error que se comete muy frecuentemente el que comienza, es aspirar la corteza situada en
la mitad inferior dejando para el final la más difícil que es la subincisional. Debemos siempre
comenzar por esta, es decir entre los meridianos de 11 y 1 (si es que hemos practicado la
incisión principal a las 12) ya que en este momento la cápsula posterior se encuentra
distendida por toda la corteza y el epinucleo, lo cual hace que la maniobra sea menos difícil.
Una vez que hemos aspirado la corteza subincisional, procedemos en forma ordenada a
aspirar los restos corticales en forma secuencial, hasta dejar completamente libre, la bolsa
capsular. Hay casos en los cuales es difícil eliminar en su totalidad el material situado por
debajo de la incisión; ante esta situación, podemos actuar en la forma siguiente: implantamos
el lente intraocular, y una vez que este esté en la bolsa capsular, lo rotamos dentro de la
misma de tal manera que las asas desprendan el material adherido al fondo saco, para facilitar
su eliminación. La otra alternativa es practicar una incisión lateral adicional y utilizar las
cánulas de Buratto, con las cuales logramos un perfecto acceso a esta región.
La otra modalidad o técnica, es utilizar las cánulas de Burato, que acabamos de mencionar, las
cuales tienen un diámetro de 1 mm, y se usan una para la irrigación y otra para la aspiración.
La principal ventaja de este sistema, es que tenemos fácil acceso a la zona subincisional y como
las podemos intercambiar y usar indistintamente la irrigación y la aspiración a la derecha o a la
izquierda, podemos lograr nuestro objetivo en cualquier meridiano
Algunos comentarios importantes: Si las vamos a utilizar, debemos practicar 2 incisiones
laterales de 1 mm de extensión. No debemos introducir una de ellas a través de la herida
principal, ya que si lo hacemos, deprimimos el colgajo corneal del cual depende el mecanismo
autosellante de la misma. En estas condiciones se escapa el líquido y trabajamos con una
cámara anterior de profundidad disminuída y fluctuante. Una vez que ambas cánulas estén en
cámara anterior, debemos tener presente que la de irrigación no debe movilizarse a menos
que tengamos que aplastar con ella contra el orificio de la de irrigación algún fragmento de
núcleo o una porción muy densa de corteza. En cuanto a la de aspiración, no debemos
movilizarla hacia los lados ya que desplazamos el ojo en esa dirección; debemos por el
contrario movilizarla utilizando la incisión como sitio de rotación, para que el ojo permanezca
inmóvil y no se formen pliegues en la cornea. Debemos proceder siempre en forma
sistemática: Si introducimos la de irrigación por la incisión izquierda, utilizamos la de aspiración
para eliminar toda la corteza de ese lado, luego cambiamos de mano y procedemos a aspirar la
del lado derecho. Creemos que la ventaja más importante de este sistema, es que como no
utilizamos la incisión principal desaparece por completo el problema de la corteza
subincisional.
5.- IMPLANTE DEL LENTE INTRAOCULAR: Existen en la actualidad 2 tipos de lentes
intraoculares: los rígidos y los plegables. Los primeros, fabricados generalmente de PMMA, se
utilizan cada vez menos, ya que hacen necesaria la ampliación de la incisión principal hasta 6
mm con lo cual se pierden gran parte de la ventajas de la incisión pequeña. Hasta hace unos
años, su implante era necesario en los casos de pacientes con miopías muy altas ya que no
existían lentes plegables con valores positivos bajos y aun negativos. Ya este problema ha
desaparecido ya que actualmente disponemos de lentes plegables prácticamente en todos los
poderes. Si por alguna circunstancia, tenemos que implantar un lente rígido, sugerimos
practicar una incisión escleral, ya que no creemos que es una buena idea hacer una incisión
corneal de 6 mm. En relación a los lentes plegables estos se fabrican de diversos materiales,
siendo los mas comunes los de silicon y los acrílicos, los cuales se fabrican en multitud de
categorías como monofocales, multifocales , acomodativos, asféricos, toricos etc. con el fin de
lograr un resultado visual cada vez mas perfecto en los pacientes.
Para su implante, existen 2 modalidades o técnicas: la pinza, con la cual se dobla el lente y con
ella se introduce en el ojo, y los inyectores, los cuales constan de un cartucho plástico de
forma triangular en el cual en la porción posterior ancha se coloca el lente y su extremo
anterior redondeado y de pequeño diámetro se coloca en la herida operatoria para permitir
su implante. Este dispositivo plástico se coloca en un instrumento metálico provisto de un
embolo, el cual empuja el lente hacia el interior del ojo. La tendencia actual es utilizar cada vez
mas el sistema de inyectores por 2 ventajas fundamentales: Permiten el implante del lente a
través de incisiones cada vez más pequeñas lo cual forma parte de la tendencia actual de la
facoemulsificación, y por otra parte, con este sistema, el lente intraocular en ningún momento
se pone en contacto con la superficie ocular en donde a pesar de toda la limpieza que se
efectúa en el preoperatorio pueden haber gérmenes que pudieran adherirse al lente y ser
introducidos al fondo se saco capsular, siendo responsables de inflamaciones recurrentes en el
postoperatorio. En relación a esto, vale la pena mencionar que si utilizamos una pinza para
doblar e introducir el lente intraocular, este debe ser manejado en el aire, es decir impedir en
todo momento el contacto de este con el ojo para evitar la posibilidad del problema que recién
hemos mencionado
Independientemente del sistema que utilicemos, pinza o inyector, hay ciertos detalles
importantes que debemos tomar en cuenta antes y durante el implante del lente intraocular.
Debemos inyectar suficiente cantidad de viscoelástico para profundizar la cámara anterior y
lograr que la cápsula posterior sea cóncava y se separe de la capsulorhexis ya que si no se
toma esta precaución se corre el riesgo que podamos romperla con el asa inferior en el
momento de introducirla. Si empleamos una pinza para doblar e implantar el lente, esta debe
orientarse en forma lateral y las asas deber estar dirigidas hacia la izquierda; una vez en
cámara anterior, se dobla la pinza para verticalizar el lente, después de los cual se abre
lentamente, para luego extraerla. Cuando vamos introduciendo el lente, debemos deprimir el
asa inferior y empujarla hacia las 6 para colocarla por debajo de la cápsula anterior y dirigirla
hacia el fondo de saco. Una vez logrado esto, debemos colocar también el asa superior en el
bolsillo capsular;, utilizamos el rotador de Lester y en relación a esto es necesario hacer
algunos comentarios. Con frecuencia observamos que cirujanos en proceso de comienzo,
tiene serias dificultades con esta maniobra, tratan de pasar el asa por debajo del borde de la
capsulorhexis y no lo logran, se angustian, aumentan la presión y pueden ocasionar serios
problemas. Es necesario saber que esta maniobra que luce muy fácil en manos expertas,
consta en realidad de 3 tiempos que hay que seguir en forma secuencial.
Una vez que hemos colocado el rotador en la unión del asa superior con la óptica del lente, es
necesario deprimirlo hacia el polo posterior con el fin de que el borde inferior del lente este en
un plano inferior al borde la capsulorhexis, luego se empuja hacia las 6 para que este pase por
debajo de la cápsula anterior y finalmente se imprime un movimiento de rotación, con el cual
se logra que el asa superior pase por debajo de la capsula anterior y se coloque en el fondo de
saco. Logrado esto, con el mismo retador, imprimimos ligeros movimientos al lente para
lograr su perfecto centrado.
A continuación aspiramos el viscoelástico para evitar que este pueda provocar hipertensión en
el postoperatorio, recordando que el dispersivo que esta en contacto con el endotelio, no
debemos tratar de extraerlo porque podemos provocar mas daño que bien Luego hidratamos
los bordes de las heridas con solución, y a continuación inyectamos solución miótica a través
de la incisión lateral para lograr el doble propósito de contraer la pupila y presurizar el ojo. En
algunos casos, como sucede frecuentemente en los miopes altos, inyectamos líquido, la
cámara se profundiza pero el ojo permanece hipotónico. Si no estamos satisfechos con la
presión intraocular, no debemos dudar ni un instante y colocar un punto corneal para luego
presurizar el ojo a niveles que nos dejen satisfechos.
6.- FINAL DE LA INTERVENCION: Una vez concluída la operación, debemos hacer una
evaluación minuciosa del estado del ojo: la presión ocular, el estado de las heridas, la
profundidad de la cámara anterior, el centrado del lente y el estado de la pupila. A
continuación, se retiran los campos, se instilan gotas antibióticas y se coloca un protector
transparente. Es muy conveniente en este momento, dirigirnos al paciente y hacer
comentarios favorables con respecto al desarrollo de la intervención y en base a esto hacer un
pronóstico muy optimista en relación a la evolución postoperatoria y el resultado final. Nunca
debemos olvidar que el paciente está angustiado y nuestras palabras son el mejor sedante que
pueda recibir.
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