Derechos especiales de giro: ¿divisa mundial?

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www.pulso.cl • Lunes 9 de noviembre de 2015
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OPINION 11
Tribuna Libre
Derechos especiales de giro: ¿divisa mundial?
La emisión de más DEG permitiría al FMI financiar mayores préstamos y desarrollar una política monetaria de verdad anticíclica.
JOSÉ ANTONIO
OCAMPO
E
N LAS RECIENTES reuniones
anuales del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco
Mundial (BM), celebradas en Lima
(Perú), se habló mucho de la debilidad de varias economías en ascenso
y en desarrollo, pero el debate se
centró muy poco en una causa fundamental: el sistema monetario
mundial. Mucho más se hablará al
respecto en la reunión de la junta
del FMI, si bien está por verse lo que
este hará.
El problema que afrontan las economías en ascenso y en desarrollo
se debe a que sus entradas de capital
tienen una marcada tónica procíclica. Cuando estaban aumentando
rápidamente -sobre todo en comparación con las economías avanzadas-, atrajeron cantidades enormes
de capital, pero, al multiplicarse los
riesgos, el capital empezó a regresar
a un país emisor de reservas: a
saber, Estados Unidos. Al fin y al
cabo, EEUU va a aumentar los tipos
de interés y el dólar se ha apreciado
frente a todas las divisas del mundo.
En el pasado, esa tónica ha propiciado en última instancia una
corrección y el déficit en aumento
de EEUU por cuenta corriente acabó
provocando una depreciación del
dólar, pero esas correcciones (en
1979-1980, 1990-1991 y 2007-2008)
han estado siempre relacionadas
con una desaceleración o una crisis
mundial.
Así se pone de relieve el problema
inherente a la utilización del dólar
de EEUU, una moneda nacional,
como divisa de reserva internacional primordial de la economía mundial. El economista belga Robert
Triffin fue el primero en determinar
ese problema -denominado el “dilema Triffin”- en el decenio de 1960,
al subrayar el conflicto fundamental
entre los objetivos nacionales, como
por ejemplo la limitación del tamaño del déficit exterior, y los imperativos internacionales, como por
ejemplo la creación de liquidez suficiente para satisfacer la demanda de
activos de reserva. Además, ese sistema somete a la economía mundial
a ciclos de confianza en el dólar de
EEUU, al tiempo que pone a la economía mundial a merced de una
autoridad nacional, la que adopta
decisiones con escasa consideración
para con sus repercusiones internacionales.
Así, pues, la única forma de estabilizar el sistema sería la de colocar en
su centro una verdadera divisa
mundial. Esa fue la idea en la que se
basaba la propuesta de John
Maynard Keynes en el decenio de
1940 de crear una divisa supranacional, llamada “bancor”, y esa fue la
motivación en la que se basó la creación en 1969 de los derechos especiales de giro (DEG) del FMI, que
debían llegar a ser “el principal activo de reserva del sistema monetario
internacional”.
Las asignaciones generales de DEG
deben basarse en “una necesidad
mundial a largo plazo de complementar los activos de reserva” con
decisiones adoptadas en períodos
sucesivos de hasta cinco años. Hasta
ahora, se han hecho dichas asignaciones solo en tres ocasiones (en
1970-72, en 1979-81 y en 2009) y la
última ascendió a US$250.000
millones, como parte del plan de
recuperación aprobado por el G-20
para gestionar la crisis financiera
mundial.
U
LTIMAMENTE se ha hablado
de los DEG en los noticiarios
a raíz del debate sobre si el
FMI debería añadir el renminbi
chino a la canasta de divisas que
determina el valor de la unidad. En
vista del papel internacional en
aumento del renminbi, parece más
que evidente que esa divisa debería
formar parte de la canasta de los
DEG. Ahora bien, el debate debería
centrarse en cómo permitir a los
DEG alcanzar su capacidad máxima
como instrumento de cooperación
internacional.
El primer paso para hacer de los
DEG una fuerza más activa en las
finanzas mundiales sería el de anu-
Mente Ágil
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5
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8
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4
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FUAD CHAHIN
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SI
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Completa la cuadrícula para que los números se conecten horizontal, vertical o diagonalmente.
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Diputado DC e integrante
comisión de Constitución
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“La cárcel
es el gran
disuasivo y
esta debe
ser efectiva”
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¿Es adecuada la pena de cárcel para la colusión
del proyecto de ley sobre la libre competencia?
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4
El autor es profesor Universidad de
Columbia, presidente Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Empresarial Internacional y
ex ministro de Hacienda de Colombia.
Copyright: Project Syndicate, 2015.
Criterios Opuestos
8
1
lar la división entre las cuentas de
DEG y las operaciones normales del
FMI. Mientras siga existiendo esa
división, los DEG funcionarán, en el
mejor de los casos, como una línea
de crédito que puede utilizar incondicionalmente su titular: algo así
como un descubierto en una cuenta
bancaria y no un verdadero activo
de reserva.
Un método mejor sería el de permitir a los países “depositar” DEG
no utilizados en el Fondo a fin de
que se puedan usar para financiar
operaciones de préstamo del FMI.
Dicho de otro modo, la emisión de
más DEG permitiría al FMI finan-
ciar más préstamos. Si se emitieran
dichos DEG durante crisis, como la
que afrontan actualmente las economías en ascenso y en desarrollo,
el resultado sería una política
monetaria mundial de verdad anticíclica.
Se podría incluso dar un paso más
asignando los DEG conforme a una
nueva fórmula que no solo tenga en
cuenta las cuotas del FMI, sino también la demanda (o necesidad) de
reservas de divisas. Con la fórmula
actual, los países más necesitados de
divisas -es decir, los de renta media
o baja (excluida China)- percibirían
tan solo un poco más de la tercera
parte de la asignación total. Ello no
es suficiente.
Aun sin ese cambio, los DEG pueden y deben adquirir una posición
más prominente en las reservas
mundiales. Como los países en
ascenso y en desarrollo padecen
problemas cada vez mayores, no
hay tiempo que perder. Unos cinco
decenios después de que Triffin
determinara por primera vez los
problemas debidos a la condición de
divisa de reserva del dólar de EEUU,
es de esperar que haya llegado por
fin el momento de los DEG. P
—Estamos satisfechos de que el Gobierno haya acogido nuestra solicitud de darle
discusión inmediata al proyecto, porque los consumidores
no pueden seguir esperando
para tener una legislación más
sólida en materia de combate
a la colusión de los monopolios
en mercados altamente concentrados, como los que tenemos en nuestro país. El proyecto no solo repone la pena de
cárcel, sino que también fortalece el rol de la Fiscalía Nacional Económica, perfecciona la
delación compensada, que
hace que las multas se apliquen en función del beneficio
económico obtenido, para que
nunca más le salga más barato al infractor pagar la multa
que dejar de cumplir la ley. Los
delincuentes de cuello y corba-
ta que se están coludiendo tienen que estar preocupados,
porque se va a despachar rápidamente este proyecto, que va
a establecer penas privativas de
libertad efectivas, para que se
cumplan en la cárcel, porque la
cárcel es el gran disuasivo para
que nunca más les metan la
mano en el bolsillo a millones
de chilenos con estas prácticas
que no son aceptables. Vamos
a reponer la indicación planteada en la comisión de Economía, para aumentar efectivamente las penas de cárcel, porque si no lo más probable es
que las personas terminen
siendo beneficiadas por la irreprochable conducta anterior
o, eventualmente, con la colaboración sustancial si deciden
ir a un juicio abreviado, y pueden terminar con penas que
no sean privativas de libertad.
“Debemos ser
responsables
al establecer
la sanción
penal”
DIEGO VICUÑA
Programa legislativo
Fundación Jaime Guzmán
NO
—Para quienes
creemos que la
libre competencia constituye el pilar esencial
sobre el cual descansa el sistema de libre mercado, la colusión es el atentado más dañino.
Concertar precios y asignarse
cuotas de mercado es inmoral, pues, además de impedir
que el mercado se desarrolle de
manera eficiente, ofreciendo a
los consumidores productos
de mejor calidad a un menor
precio, atenta contra la fe pública y la libertad de las personas. El libre mercado no solo
consiste en asignar eficientemente los recursos, sino que es
indisociable con la democracia: ambos se fundamentan en
la libertad de las personas de
tomar sus propias decisiones.
Con la finalidad de inhibir estas conductas, es indispensable
robustecer las sanciones. El
aumento del tope de multas
que contempla el proyecto permitirá cumplir esta finalidad
inhibitoria, ya que, al establecer sanciones por el doble del
beneficio obtenido, o el 30% de
las ventas de la línea de negocios asociados a la infracción,
impedirá que un acto colusivo
sea un negocio para las empresas. Asimismo, la pena de
cárcel también constituye un
disuasivo y debe incorporarse,
pero establecer procedimientos paralelos ante la justicia
administrativa y penal, como
hace el proyecto, debilitará la
persecución de los carteles, impidiendo su detección. Debemos ser responsables al establecer la sanción penal, ya que
podría terminar produciendo
el efecto contrario al esperado,
afectando a consumidores. P
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