333/02 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las diez horas y treinta minutos del día treinta y uno de marzo de dos mil cuatro. El anterior recurso y adhesión al mismo han sido interpuestos, el primero por el Licenciado José Gerardo Hernández Rivera en su carácter de Apoderado de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa CEL y el segundo por el Licenciado Juan Esteban Paniagua, en su calidad de Defensor Particular de los imputados JOSÉ ANTONIO CORNEJO ÁVALOS y LUIS ALONSO ARDÓN HERNÁNDEZ, contra la resolución pronunciada a las ocho horas del día treinta de octubre de dos mil dos, por la cual se modifica el fallo contenido en la sentencia definitiva pronunciada a las veintitrés horas y quince minutos del día veintiuno de diciembre de dos mil, en el proceso penal instruido contra los imputados JOSÉ ANTONIO CORNEJO ÁVALOS y LUIS ALONSO ARDÓN HERNÁNDEZ, por el delito de ESTRAGOS, Art. 266 Pn, en perjuicio de la Seguridad Colectiva y de los señores José Ricardo Amaya Lazo, Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, Daniel Portillo Velasco, Gloria Jasmine Lucía Molina, Filadelfo Leopoldo Baires, José Alberto González Díaz y Mauricio Arturo Salaverría Cáceres. Por resolución de esta Sala, pronunciada a las ocho horas y treinta minutos del día treinta y uno de enero de dos mil tres, se previno a los recurrentes que subsanaran las omisiones advertidas en su escrito de interposición, prevención evacuada dentro del término de ley. Habiéndose cumplido con las formalidades previstas para la interposición del recurso ADMÍTESE. RESULTANDO: I).- Que en la sentencia relacionada en el preámbulo de la presente resolución, se resolvió: "... POR TANTO: En base a las anteriores consideraciones y de conformidad con los Arts. 2, 3, 11, 12, 14, 15, 74, 75, 172, 181, 189, 193 ordinales 2, 3 y 4, de la Constitución de la República, Arts. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 13, 18, 32, 33, 38, 74, 75, 114, 115, 116, 121 Inc. 1º y 3º, 266, todos del Código Penal; Arts. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 9, 10, 12, 13, 15, 19 número 1, 42 y siguientes, 52, 53 inciso tercero letra c, 87, 95 y siguientes, 376, 477, del Código Procesal Penal; sobre la base del veredicto de Culpabilidad emitido por el Honorable Tribunal de Jurado el veintiuno de diciembre del año dos mil, y en cumplimiento de lo ordenado por la Honorable Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en las sentencias de amparo anteriormente relacionadas, la Suscrita Juez en nombre de la República de El Salvador, FALLA: --- I. TÉNGASE por cesada la suspensión de los efectos del acto reclamado, suspendidos por la Honorable Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, en el auto de admisión del amparo promovido por el abogado Luis Arévalo Rivas, como Apoderado General Judicial de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL); y revocada tal suspensión por sentencia de amparo de las quince horas con once minutos del día diez de octubre del presente año; en consecuencia, ejecútense éstos.--- II. MODIFÍCASE el fallo pronunciado por la Suscrita Juez, en la Sentencia de las veintitrés horas y quince minutos del día veintiuno de Diciembre del año dos mil, en cuanto a la responsabilidad civil, a favor de los señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, en su carácter individual; Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales y Carolina Rosales de Gutiérrez, en su carácter colectivo, en los términos que se expresaran en los romanos subsiguientes.--- III CONDÉNASE a los señores JOSÉ ANTONIO CORNEJO ÁVALOS Y LUIS ARDÓN HERNÁNDEZ, de generales conocidas en el juicio, y subsidiariamente a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), a pagar al Señor Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, en su carácter individual, la cantidad de SIETE MILLONES CUATROCIENTOS NOVENTA Y CUATRO MIL CIENTO QUINCE COLONES CON CUARENTA Y OCHO CENTAVOS; y a los señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales y Carolina Rosales de Gutiérrez, en su carácter colectivo, la cantidad de CINCO MILLONES DOSCIENTOS DIEZ MIL TRES COLONES CON NOVENTA Y CINCO CENTAVOS, correspondiendo a cada uno de estos la cantidad de UN MILLÓN SETECIENTOS TREINTA Y SEIS MIL SEISCIENTOS SESENTA Y SIETE COLONES CON NOVENTA Y OCHO CENTAVOS, en concepto de reparación de los daños materiales ocasionados.--- IV. CONDÉNASE a los señores JOSÉ ANTONIO CORNEJO ÁVALOS Y LUIS ARDÓN HERNÁNDEZ, de generales conocidas en el juicio, y subsidiariamente a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), a pagar a cada uno de las víctimas señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales y Carolina Rosales de Gutiérrez, la cantidad de CUATROCIENTOS MIL COLONES, en concepto de indemnización por los perjuicios causados a éstos, por daños morales, que suman en total UN MILLÓN DOSCIENTOS MIL COLONES.--- El monto total en concepto de responsabilidad civil que deberá de recibir el señor Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, asciende a la cantidad de NUEVE MILLONES SEISCIENTOS TREINTA MIL SETECIENTOS OCHENTA Y TRES COLONES CON CUARENTA Y SEIS CENTAVOS, o su equivalente en dólares. El monto total en concepto de responsabilidad civil que deberá de recibir el señor Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, asciende a la cantidad de NUEVE MILLONES SEISCIENTOS TREINTA MIL SETECIENTOS OCHENTA Y TRES COLONES CON CUARENTA Y SEIS CENTAVOS, o su equivalente en dólares. El monto total en concepto de responsabilidad civil que deberá de recibir el señor José Enrique Gutiérrez Rosales, asciende a la cantidad de DOS MILLONES CIENTO TREINTA Y SEIS MIL SEISCIENTOS SESENTA Y SIETE COLONES CON NOVENTA Y OCHO CENTAVOS, o su equivalente en dólares. Y el monto total que deberá recibir la señora Carolina Rosales de Gutiérrez en concepto de responsabilidad civil asciende a DOS MILLONES CIENTO TREINTA SEIS MIL SEISCIENTOS SESENTA Y SIETE COLONES CON NOVENTA Y OCHO CENTAVOS o su equivalente en dólares. Así como también deberán pagarse los intereses Bancarios con sus respectivos intereses vencidos y moratorios, hasta la fecha del cumplimiento de la presente sentencia, para lo cual se les previene a las partes interesadas que presenten constancias actualizadas que acrediten capital, destino del crédito, intereses vencidos e intereses moratorios, a la fecha de esta sentencia; advirtiéndose a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), que los intereses vencidos y moratorios en que incurran por incumplimiento de este fallo, correrán a cuenta de dicha institución, cuya cantidad forma parte de este fallo, en que han incurrido las víctimas Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales, y Carolina Rosales de Gutiérrez, respecto a las deudas que tenían en los Bancos y de las que han incurrido en mora como consecuencia de este hecho.--- V. Certifíquese la presente Sentencia en su oportunidad, al Señor Juez de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena, con sede en esta Capital; y háganse las comunicaciones de Ley, a las demás autoridades competentes.--- VI. Declarase Ejecutoriada la presente resolución, sino se interpusiere recurso alguno.--- VII. Téngase por notificada a partir de esta fecha, la presente resolución de modificaciones del fallo de la sentencia pronunciada a las veintitrés horas y quince minutos del día veintiuno de Diciembre del año dos mil, por medio de su lectura integral, y entréguese fotocopia de la misma a las partes..." II).- Contra el anterior pronunciamiento los abogados José Gerardo Hernández Rivera y Juan Esteban Paniagua, el primero Apoderado de CEL y el segundo Defensor de los imputados José Antonio Cornejo Avalos y Luis Alonso Ardón Hernández, denuncian: 1.- La violación del Principio de Congruencia al inobservar el Art.359 del Código Procesal Penal, al otorgar el a quo en su resolución, más de lo pedido por el querellante en concepto de responsabilidad civil a favor de los señores Gutiérrez Rosales. 2.- Inobservancia del inciso primero y último del Art.121 del Código Penal, pues se condenó a la Comisión al pago de la responsabilidad civil subsidiaria sin existir disposición legal que la obligue al pago de conformidad al Art.121 Inc.final del Código Penal; 3.- Denuncian la inobservancia de los incisos primero y segundo del Art.162, inciso primero del Art.195 y Art.206 del Código Procesal Penal. En la fundamentación del motivo critican el contenido y valoración probatoria del peritaje presentado por el Ingeniero René Mauricio Monterrosa Miranda. Para el efecto de fijar el objeto del recurso se transcriben los argumentos que contienen la fundamentación de los motivos alegados: PRIMER MOTIVO. El Licenciado José Gerardo Hernández Rivera, en el primero de los motivos sostiene que la sentencia viola el Principio de Congruencia al otorgar más de lo pedido por el querellante en concepto de responsabilidad civil. Los argumentos esenciales de la fundamentación del motivo, los expresa el recurrente de la manera siguiente: "... que la Juzgadora ha emitido una SENTENCIA INCONGRUENTE con las pretensiones de la parte QUERELLANTE, lo cual constituye un vicio en la sentencia, pues ha resuelto otorgándole más de lo pretendido en juicio por la parte pretensora, que en este caso recae en la de los señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales y Carolina Rosales de Gutiérrez, a través de su Apoderado Especial, Licenciado HUGO ALBERTO LÓPEZ FORTIZ, es decir que se ha emitido una sentencia en la modalidad de SENTENCIA ULTRAPETITA, al fallar la Juez a quo otorgando más; pues el monto pretendido como REPARACIÓN DEL DAÑO CIVIL CAUSADO por los Querellantes a través de su Apoderado, era la suma de UN MILLÓN CUATROCIENTOS VEINTIÚN MIL COLONES, para los señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales y Carolina Rosales de Gutiérrez; y UN MILLÓN TRESCIENTOS ONCE MIL COLONES para el señor Oscar Manuel y José Enrique Gutiérrez Rosales, más un cuarenta por ciento en concepto de daño emergente y lucro cesante, que equivaldría a las sumas de QUINIENTOS SESENTA Y OCHO MIL CUATROCIENTOS COLONES para los primeros y QUINIENTOS VEINTICUATRO MIL CUATROCIENTOS para los segundos, que harían un gran total pretendido de TRES MILLONES OCHOCIENTOS VEINTICUATRO MIL OCHOCIENTOS COLONES; pero en el caso concreto la Juez se extralimitó en el monto pretendido, ya que este asciende a TRECE MILLONES NOVECIENTOS CUATRO MIL CIENTO DIECINUEVE COLONES con CUARENTA Y DOS CENTAVOS DE COLÓN, más los intereses bancarios vencidos e intereses bancarios moratorios, en que han incurrido las víctimas sobre este pronunciamiento, también se ha extralimitado la Juzgadora recurrida, pues en ningún momento en el libelo de acusación, ni en el auto de apertura a juicio, ni en el debate en juicio, se discutió respecto del pago de los intereses bancarios vencidos y moratorios, constituyendo en dicho caso una SENTENCIA EXTRA PETITA, ya que en ningún apartado de la acusación y auto de apertura a juicio se dijo que se iba a someter a discusión durante el desarrollo de la Vista Pública, el pago de los intereses bancarios vencidos y moratorios; siendo además atentatoria la referida sentencia pues en lo que respecta a dicho rubro, se dice que se condena directamente a la Institución que represento y no de manera subsidiaria al pago de los referidos intereses bancarios vencidos y moratorios...". SEGUNDO MOTIVO. En el segundo de los motivos denuncia la inobservancia del inciso primero y último del Art. 121 del Código Penal, pues considera que no existe disposición legal que obligue el pago de la responsabilidad civil subsidiaria a que fue condenada la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa CEL, al explicar el motivo lo hace de la siguiente manera: "... Cuando el funcionario o empleado de una Institución Oficial Autónoma, sea encontrado responsable de un hecho punible, la norma que se señala inobservada, es decir el artículo 121 incisos primero y tercero parte última del Código Penal, prescribe de manera expresa y determinante, que se podrá declarar la RESPONSABILIDAD CIVIL SUBSIDIARIA ESPECIAL, siempre que EXPRESAMENTE LO ORDENE LA LEY; para el caso de que las personas de los Ingenieros JOSÉ ANTONIO CORNEJO ÁVALOS y LUIS ARDÓN HERNÁNDEZ, laboraban al momento de que fueron encontrados responsables del delitos de ESTRAGOS, para la COMISIÓN EJECUTIVA HIDROELÉCTRICA DEL RÍO LEMPA (CEL), debe de acudirse no de manera supletoria si no de forma integrante, según lo prescrito en el artículo 1 del Código Procesal Penal, a la Ley Especial de Creación de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lema, ello pues basado en la garantía constitucional de SEGURIDAD JURÍDICA, que no es más que la salvaguardia de la integridad de un estado democrático de derecho, la cual impone al Estado el deber insoslayable de respetar y asegurar la inviolabilidad de derechos constitucionales; pero al buscar dentro de todo el articulado que compone la ley de la autónoma no encontramos ninguna disposición que expresamente refiera de que cuando un empleado en ejercicio de sus funciones dentro de la institución cometa algún hecho que visto a la luz del derecho penal sea punible, deba responder subsidiariamente; ante tal ausencia en la legislación especial y al no haberse emitido ordenamiento jurídico que vincule a mi representada a responder de manera subsidiaria civil especial, la sentencia contra la cual hoy se recurre no está arreglada conforme a derecho, por lo que es viable recurrir contra la misma...". TERCER MOTIVO. En el tercero de los motivos denuncia la inobservancia de los incisos primero y segundo del Art. 162, inciso primero del Art. 195 y Art. 206, todos del Código Procesal Penal. En lo esencial de la fundamentación del motivo, el recurrente afirma: "... que la Juez a quo, en la resolución que recurro, ha dado valor pleno al peritaje que fuera presentado por el ingeniero RENÉ MAURICIO MONTERROSA MIRANDA; que si bien es cierto de que los hechos pueden ser probados por cualquier medio legal de prueba, también es cierto que este debe ser idóneo a lo que procesalmente llamamos pertinente; además si dicho Ingeniero MONTERROSA MIRANDA, fue introducido al debate como perito, para tener en cuenta su peritaje y darle valor probatorio respecto de los puntos de su peritación, se tuvo que valorar de manera integral los puntos de su pericia; por ello al invocar el artículo 195 del Código Procesal Penal, como inobservado, no se esta cuestionando la falta de título o de conocimiento científico del citado profesional, si no lo que se ataca es la falta de objetividad de su pericia, ya que en ella citan cuestiones que llegaron a su conocimiento por interpósitas personas o a través de otros medios como lo fue la documental y pericial respecto de hechos que no son de su conocimiento científico o que necesitaba de operaciones técnico-científicas; estos conocimientos son los que le transmitieron el Contador JOSÉ ISIDRO RECINOS, quien fungía como tal a la orden de la víctima señor OSCAR MANUEL GUTIÉRREZ ROSALES, y documentalmente se encuentran las hojas de liquidación del Ingenio Central Azucarero INJIBOA, S.A. y Certificación del Jefe de la Agencia de Extensión Agropecuaria y Forestal del CENTA, de que en el Distrito de Riego número 3 Lempa-Acahuapa, fueron afectados los señores Oscar Manuel y José Enrique ambos de apellido Gutiérrez Rosales y por último cita haber tenido a la vista una constancia del Banco Agrícola Comercial, en donde se hace constar los intereses acumulados de parte del señor OSCAR MANUEL GUTIÉRREZ ROSALES por no poder cubrir las obligaciones crediticias; es decir que el referido perito MONTERROSA MIRANDA, dictaminó sobre cuestiones que no eran parte de sus conocimientos y que además no pudo percibirlos--- Que al presentar su informe, se advierte lo antes señalado, y en el cual además, si bien dejó constancia del estado en que se encontraba el lugar donde ocurrió el hecho y que fue objeto de su pericia, debe de tomarse en cuenta que este lo realizó después de haber transcurrido más de un año, no encontrando a esa fecha vestigios de lo que dictaminó en su peritaje.--- Que el peritaje es carente de manera detallada sobre las operaciones que realizó el perito MONTERROSA MIRANDA para arribar a las conclusiones que llegó, pues el cita entre otras cosas de que en el Ingenio azucarero INJIBOA, no le recibieron la caña al señor GUTIÉRREZ ROSALES, debido a la presencia de erwinia en la caña que él llevó para su comercialización; para ello él fitotecnista que expresó ser, debió tomar con criterio científico muestras de la caña, así como de la tierra para mandarla a analizar a los laboratorios del CENTA, para luego incluirla como operación técnica realizada, y el porqué también incluía el resultado técnico obtenido; debió haberse abstenido de emitir conclusiones respecto de hechos que no eran de su conocimiento técnico, tal es el caso del informe que presuntamente le proporcionó el contador José Isidro Recinos y otros detalles que no eran de su competencia por lo que la eficacia probatoria de la pericia es muy cuestionable, atreviéndonos a decir de que no es una verdadera pericia.--- En cuanto a las conclusiones podemos decir que no fueron respuestas precisas que como experto relativas a las cuestiones sometidas a su consideración debió emitir, pues debió ser específico y ceñirse en lo relativo a su conocimiento científico que era el área de Agricultura pero más específicamente a la fitotecnia, ya que en lo demás carecía de competencia a efecto de emitir opinión, como lo era el caso de conocimientos científicos de otras materias y áreas, para el caso de contaduría.--- Por lo que las conclusiones del perito MONTERROSA, por llamarlo así aunque él se limitó a expresar RESUMEN, no pueden ser el vehículo para la incorporación de elementos probatorios que se pretendía obtener con la pericia, pues se apartan de toda realidad científica, por lo que no tiene valor como pieza de convicción si no que es un mero acto de autoridad ajeno a la función pericial…". El Licenciado Juan Esteban Paniagua se adhirió en los mismos términos al recurso presentado por el Apoderado de CEL. III).- Este tribunal, enterado de los argumentos y de la solución que proponen los recurrentes al presente caso, deberá en esta providencia examinar las pretensiones de los querellantes en su acusación y las admitidas en el auto de apertura a juicio para poder determinar su correspondencia o no con el fallo recurrido, a fin de establecer la existencia o inexistencia de los vicios denunciados, y emitir el pronunciamiento que corresponde. Por ello, la Sala considera pertinente hacer previamente una exposición de lo que constituye el principio de congruencia, desarrollado por la doctrina Penal y Civil y la jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional de esta Corte Suprema de Justicia, de la naturaleza de las disposiciones que lo contemplan, de la clase de motivo de casación que puede llegar a constituir su inobservancia, y de las consecuencias de ello, así: a) PRINCIPIOS RECTORES EN MATERIA DE CASACIÓN: Tanto en la Casación Civil como en la Penal, existen principios rectores comunes, como son su procedencia única contra las sentencias definitivas y contra las que ponen fin al juicio o acción haciendo imposible su continuación. Igualmente, el recurso de casación tradicionalmente admite dos modalidades, la primera, que es por infracción de ley, o sea, por vulneración de la ley material o sustantiva, y la segunda, por quebrantamiento de forma, es decir, por violación también de ley, pero de carácter adjetiva; en este último caso se infringen las normas de derecho procesal que garantizan el juicio justo, lo que no significa que la sentencia dictada no lo sea. Las consecuencias de tales modalidades son también, en ambos recursos similares, pues cuando se casa una sentencia por motivos de fondo, el tribunal está obligado a pronunciar la sentencia que proceda, en tanto, que cuando sea por motivos de forma, debe declarar la nulidad y mandar a reponer el proceso desde el primer acto válido. Así lo regulan los artículos 421, 422 y 427 del Código Procesal Penal, como los artículos 18, 19 y 20 de la Ley de Casación Civil. Es por eso importante para esta Sala, determinar con precisión la naturaleza del motivo invocado que en este apartado se trata, contemplado en el inciso primero del artículo 359 Pr.Pn., en el número 8 del artículo 362 Pr.Pn. como vicio de la sentencia que habilita la casación, y en el número cuatro del artículo 3 de la Ley de Casación Civil. El ex Magistrado de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, el Doctor José Ricardo Girón, en la conferencia denominada "Consideraciones al Recurso de Casación en Materia Civil", publicada en la Revista del Ministerio de Justicia de 1959, a páginas 61, con respecto a los motivos del recurso que nos ocupa señala que: """. Cuando el Tribunal de Casación censura los vicios "in judicando", decide sobre el uso que de la norma legal se hizo y en caso de haber sido por uno u otro concepto infringido, anula la sentencia y pronuncia su propia decisión, esto último, desde luego, conforme a nuestro sistema y al de otros muchos países que difiere, entre otros, del sistema originario francés; asimismo cuando censura vicios "in procedendo" no desaparece su fin represivo puesto que el Tribunal en caso de existir aquéllos vicios, anula la sentencia y devuelve los autos al Tribunal que la pronunció para que enderece la actividad procesal por sus causes legales y dicte un nuevo fallo, alguien sostiene y no sin razón que en este último caso la fiscalización de que hablamos tiene más bien un matiz preventivo"". Continúa manifestando el jurista a página 73: """He insinuado asimismo mas arriba, apoyado en la doctrina imperante, que los errores "in iudicando", o los que, con la denominación de "infracción de ley o de doctrina legal" enumera específicamente nuestra ley bajo los N°s 2, 3, 4, 5 y 6 del Art. 3°, no son propiamente errores jurídicos sino, más bien, errores procesales a excepción del comprendido en el N° 2 cuando en la sentencia se haya aplicado una ley inconstitucional por cuanto el vicio en este caso, tiene relación directa con la validez de la norma en el momento de la decisión. Respecto a los errores comprendidos en los N°s 3, 4, 5 y 6 ya citados que se refieren, por su orden a los casos de incongruencia del fallo con las pretensiones deducidas por los litigantes; los de ultra petición y extra petición; los de pronunciamientos contradictorios; los de oposición del fallo con la cosa juzgada o aquellos en que el fallo resuelve sobre asuntos ya fenecidos en Primera Instancia por deserción o desistimiento siempre que estas excepciones se hayan alegado; y finalmente, los de abuso, exceso o defecto de jurisdicción por razón de la materia, todos estos, vuelvo a repetir, son propios errores "in procedendo", cuyo origen y naturaleza veremos en seguida pero que, no obstante, nuestra Ley los agrupa entre los vicios "in iudicando" o, empleando su terminología, entre los de infracción de ley o de doctrina legal con apego a la distinción básica entre errores de fondo y errores de forma, claro que, siguiendo este criterio, no podría negarse que nuestra ley es congruente puesto que los expresados motivos encierran realmente cuestiones de fondo. Alguien ha dicho precisamente a este respecto, que sería exorbitante considerar una cuestión de forma la incompetencia por razón de la materia la cual inhibe totalmente al órgano jurisdiccional para conocer en el asunto, motivo este contemplado en el N° 6 del Art. 3 de la Ley. Cosa semejante podría decirse del motivo que señala el N° 5 del mismo artículo, cuando el fallo es contrario a la cosa juzgada o resuelve sobre asuntos ya terminados en primera instancia por deserción o desistimiento, siempre que dichas excepciones se hubieran alegado""". Asimismo a página 79, el citado ex Magistrado expresa: """Al hablar de los errores "in judicando" hice la observación de que, a la clasificación que de ellos hace nuestra ley cabe hacer la misma crítica que los autores han hecho a la legislación española, en cuanto se incluyen entre los vicios "in judicando" algunos que son mas bien, errores "in procedendo" como los que consisten en incongruencia del fallo con las pretensiones deducidas por los litigantes; que otorgue mas de lo pedido o no haga declaración sobre algún extremo; que contenga disposiciones contradictorias; que sea contrario a la cosa juzgada o resuelva asuntos ya terminados en primera instancia por deserción o desistimiento y, cuando hubiere abuso, exceso o defecto por razón de la materia. Todos estos errores pueden catalogarse entre los que se refieren a la fase decisoria del procedimiento y se originan en la infracción de una norma procesal que marca los límites dentro de los cuales el Juzgado tiene poder para pronunciarse, de modo que, si excede esos límites su decisión puede ser atacada, ora porque ha habido exceso o defecto total de poder P. Ej.: un fallo contra la cosa juzgada, o sobre asuntos ya fenecidos por deserción o desistimiento, o un fallo dictado con abuso, exceso o defecto de jurisdicción por razón de la materia; ora por exceso o defecto parcial de poder, ejemplos: fallo incongruente, ultra petición o extra petición u omisión de algún extremo y pronunciamientos contradictorios""". De ahí, como se ha dicho, la necesidad de determinar la naturaleza del motivo, sobre todo en materia penal, en la que se reguló sin mayor seriedad y con mucha oscuridad lo relativo a los motivos de forma y de fondo del recurso. El inc. 1º del Art. 421 Pr. Pn., únicamente manifiesta que el recurso de casación procederá cuando la sentencia se basa en la inobservancia o errónea aplicación de un precepto legal, mientras que el número ocho del artículo 362 Pr.Pn. solo enuncia que la inobservancia de las reglas relativas a la congruencia entre la sentencia, la acusación y el auto de apertura a juicio, es un defecto de la sentencia que habilita la casación; en cambio, en La Ley de Casación Civil, la separación es clara y no deja dudas al respecto, porque enumera y separa los motivos de fondo de los motivos de forma, en los Arts. 3 y 4. b) CONSIDERACIONES LEGALES: ART. 362 No. 8 Y 359 Pr. Pn., EN RELACION AL Art. · No. 4 LEY DE CASACIÓN CIVIL Y EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA EN LA DOCTRINA DE LOS EXPOSITORES DEL DERECHO: Este principio básico, que no puede en modo alguno ser obviado por el Juzgador al momento de pronunciar sentencia en todo ámbito del derecho, encuentra su sustento legal dentro del aspecto penal en el inciso primero del artículo 359, y en el número 8 del artículo 362, ambos del Código Procesal Penal, que a la letra, respectivamente, dicen: """La sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias que los descritos en la acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio o, en su caso, en la ampliación de la acusación, salvo cuando favorezcan al imputado""". """Los defectos de la sentencia que habilitan la casación, serán los siguientes:…8)La inobservancia de las reglas relativas a la congruencia entre la sentencia, la acusación y el auto de apertura a juicio""". En términos generales, se puede decir que el principio de congruencia, es la correspondencia entre la petición de las partes y la sentencia, lo cual a su vez hace concurrir lo que se conoce como la fijación del objeto del debate, que al mismo tiempo pretende preservar la vigencia del derecho de defensa, dando de este modo vida al proceso acusatorio, pues el imputado debe saber con suma claridad de que se le acusa para poder ejercer una correcta y atinada defensa, debiéndose tener en cuenta desde luego, que esto no solo es en relación al aspecto penal, sino también en lo relativo a la responsabilidad civil, según lo prevé el inciso primero del artículo 343 Pr.Pn., el cual reza: " Durante la vista, el fiscal o el querellante podrán ampliar la acusación mediante la inclusión de un nuevo hecho o una nueva circunstancia que no haya sido mencionada en la acusación o en el auto de apertura a juicio, que modifica la calificación legal o la pena del mismo hecho, integra un delito continuado o modifica los términos de la responsabilidad civil". En la sentencia del Proceso de Amparo de fecha doce de agosto de dos mil dos, relativa al caso que nos ocupa, iniciado por demanda presentada ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia por una de las víctimas, el señor Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, contra providencia del Tribunal de Sentencia de San Vicente, y de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, por considerar que vulneran los derechos constitucionales de petición, en su manifestación de obligación de congruencia de las decisiones judiciales, seguridad jurídica y propiedad; la Sala de lo Constitucional, respecto al principio de congruencia, dijo: """Cabe hacer notar, entonces, que el derecho a la protección jurisdiccional comprende, entre otros aspectos, obtener una resolución congruente, es decir, una resolución en la que exista ajuste entre el fallo y las peticiones de las partes. Al respecto, la doctrina ha reconocido que la falta de congruencia en una decisión judicial puede darse a través de distintas manifestaciones, tales como: (a) que la sentencia otorgue mas de lo pedido por el actor; (b) que conceda menos de lo admitido por el demandado; o (c) que resuelva cosa distinta de lo pedido por ambas partes, omitiendo así el pronunciamiento respecto de las pretensiones deducidas en el proceso. Así, hay incongruencia omisiva cuando no se deciden todos los puntos objeto del debate, ni se da respuesta a una pretensión de la parte, siempre que el silencio judicial no pueda razonablemente interpretarse como desestimación tácita. Por el contrario, hay incongruencia por extra petitum, cuando existe desajuste entre lo resuelto por el Tribunal que conoce y lo planteado en la demanda o en el recurso; esto es, que el pronunciamiento judicial recaiga sobre un tema que no esté incluido en las pretensiones procesales, de tal modo que se haya impedido a las partes la posibilidad de efectuar las alegaciones pertinentes en defensa de sus intereses relacionados con lo debatido""". En palabras de José Manuel Marco Cos, en la obra "Código Procesal Penal Comentado", Tomo II, artículos 229 al 455.1 Primera Edición, Septiembre 2001, editado por la Corte Suprema de Justicia, a página 566 al hablar sobre el artículo 359 Pr.Pn. que contempla los relativo a la sentencia y acusación, dice: """ II. COMENTARIO. A) El principio acusatorio. Sobre la congruencia como requisito interno de la sentencia se ha hablado en los comentarios al artículo 357 CPP, al que nos remitimos expresamente…El artículo 359 CPP cuyo comentario ahora se aborda se refiere de forma expresa y pormenorizada a un aspecto bien concreto de la congruencia, cual es la necesaria correlación entre acusación y sentencia, lo que nos lleva a la constatación de que dicho precepto constituye también la proclamación practica del principio acusatorio en la medida en que la sentencia que se aparte de su contenido de lo que dispone dicho artículo infringirá el mismo, que es uno de lo que necesariamente deben informar el proceso penal en general y muy en particular el juicio plenario, tanto en su desarrollo como en la culminación del mismo que la sentencia representa""". Dentro del panorama jurídico que se refleja de la opinión y preceptos legales antes relacionados, naturalmente se comprende, que todo ello está íntimamente relacionado y corresponde también en lo tocante a la responsabilidad civil que provoca todo daño proveniente de la ejecución delictual, pues como lo establece el artículo 114 del Código Penal, que la ejecución de un hecho descrito por la ley como delito o falta, origina obligación civil en los términos previstos en dicho Código En ese orden, es innegable e ineludible, que la sentencia del Juez debe estar en concordancia con lo solicitado en la acusación o en su ampliación, en el caso de una sentencia condenatoria, en lo que a las consecuencias civiles se refiere, sea mediante la restitución, la reparación, la indemnización y las costas procesales; pues como señala el autor citado en la relacionada obra "Código Procesal Penal Comentado", a página 559, al referirse a los requisitos de la sentencia: """La motivación de la responsabilidad civil. También, en cuanto integrante de la sentencia, deben fundamentarse suficientemente las decisiones que se tomen en relación con la responsabilidad civil, exteriorizando los motivos del Tribunal para fijar en determinada cuantía la indemnización, o para determinar a ciertas personas con derecho a la percepción de las reparaciones correspondientes""". El Doctor Roberto Romero Carrillo, ex Magistrado de la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia, en su obra "La Normativa de Casación", Ediciones Ultimo Decenio, Primer Lugar del Certamen Jurídico " Pbro. y Dr. José Simeón Cañas", año 1991, a páginas 103 y siguientes, manifiesta: """58- FALLO INCONGRUENTE CON LAS PRETENSIONES DEDUCIDAS POR LOS LITIGENTES, QUE OTORGA MAS DE LO PEDIDO O NO HACE DECLARACIÓN RESPECTO DE ALGUN EXTREMO. Estos tres motivos de casación por infracción de ley forman parte de lo que se denomina congruencia en las resoluciones judiciales, que es la correspondencia o conformidad de lo resuelto en el fallo con las pretensiones hechas valer en el juicio por las partes. La falta de esa congruencia entre lo pedido y lo resuelto produce la incongruencia. Que debe haber conformidad entre lo pedido y lo resuelto es un principio universal del derecho procesal; pero en nuestro derecho positivo no existe una norma que expresamente la exija. Sin embargo, puede decirse que la exigencia está implícita en el Art.421 del Código de Procedimientos Civiles, que prescribe que las sentencias recaerán sobre las cosas litigadas y en la manera que han sido disputadas, sabida que sea la verdad sobre las pruebas del mismo proceso. La falta de congruencia o incongruencia, es, según la propia ley, un motivo de casación en el fondo, pero en forma desglosada como adelante se verá, aun cuando la doctrina de los expositores del derecho sostiene que en realidad no es un vicio que afecta el fondo del asunto sino que es un error de procedimiento, que no constituye verdaderamente un error in iudicando sino un error in procedendo. Este vicio puede presentarse en tres formas, a las que se refiere Devis Echandía en su citada obra ("Compendio de Derecho Procesal", Tomo I, pág. 432) que son: a) Cuando se otorga mas de lo pedido (plus petita o ultra petita); b) Cuando se otorga algo distinto a lo pedido (extra petita); c) Cuando se deja de resolver sobre algo pedido (citra petita). La sentencia puede ser entonces plus o ultra petita, extra petita o citra petita, según otorgue mas de lo pedido, algo distinto a lo pedido o no resuelva sobre algún punto que fue pedido, respectivamente. En todos estos casos habrá incongruencia...""". Continuando con lo relativo al principio de congruencia y para una mejor comprensión de su contenido, se debe citar lo que el jurista Hernando Devis Echandía en su obra "Compendio de Derecho Procesal", Tomo I, Novena Edición, Editorial ABC, Bogotá, 1983, refiere a páginas 481 y siguientes: """275.-QUE SE ENTIENDE POR CONGRUENCIA. Se entiende por congruencia o consonancia el principio normativo que delimita el contenido de las resoluciones judiciales que deben proferirse, de acuerdo con el sentido y alcance de las peticiones formuladas, por las partes, en la civil, laboral y contencioso- administrativo, o de los cargos o imputaciones penales formulados contra el sindicado o imputado, sea de oficio o por instancia del Ministerio Público o del denunciante o querellante (en el proceso penal), para el efecto de que exista identidad jurídica entre lo resuelto y las pretensiones o imputaciones y excepciones o defensas oportunamente aducidas, a menos que la ley otorgue facultades especiales para separarse de ellas. Es uno de los principios mas importantes e interesantes del derecho procesal, y por ello los autores suelen estudiarlo con detenimiento...""". Así pues, se ha hecho la apología anterior, con la finalidad de sustentar qué es lo que se debe de entender por principio de congruencia, a fin de que la presente sentencia sea sumamente clara y explícita. c) FALLO INCONGRUENTE CON LAS PRETENSIONES DEDUCIDAS POR LOS LITIGANTES Y NATURALEZA DE LA NORMA INFRINGIDA. La Ley de Casación civil en el numero 4 del articulo 3 menciona la incongruencia como motivo de casación por infracción de ley o de doctrina legal, cuando señala: """Si el fallo fuere incongruente con las pretensiones deducidas por los litigantes, otorgue mas de lo pedido o no haga declaración respecto de algún extremo.""". Mientras que, es el número 8 del artículo 362 del Código Procesal Penal. el que contempla que la inobservancia de las reglas relativas a la congruencia entre la sentencia, la acusación y el auto de apertura a juicio, es un vicio que habilita la casación. Así la ley, tanto civil como penal, determinan que la falta de congruencia en la sentencia es un motivo de casación, pero que, en el artículo 18 la ley de Casación Civil se define claramente que debe ser subsanado de forma directa por el Tribunal de Casación, lo cual no regula en ninguna de sus disposiciones el Código Procesal Penal. Por ello, es de suma importancia relacionar lo que la doctrina señala en cuanto a este punto, para poder determinar la naturaleza del motivo, y por consiguiente, si será esta Sala la que debe enmendar directamente el error, o reenviar el proceso para esos efectos. En la página, Tomo y obra citados, el jurista Colombiano Hernando Devis Echandía, señala: "La incongruencia o inconsonancia es un error in procedendo o un defecto procesal y no un error sustancial de la sentencia; de ahí que para los efectos del recurso extraordinario de casación deba alegarse por la causal segunda y no por la primera. (Véase Tomo III, num. 139)...". Siendo que, en el Tomo III, número 139 de la obra en referencia, en lo pertinente, el jurista señala: "… En cambio el num. 2 del art.368 del nuevo C. de P.C. le dio una redacción adecuada a la causal: "No estar la sentencia en consonancia con las pretensiones de la demanda o de las excepciones propuestas por el demandado". Se refiere esta causal a errores in procedendo, en el caso de que la sentencia de segunda instancia contenga resoluciones o pronunciamientos que no forman parte de la litis, es decir: que no han sido pedidos ni en la demanda ni en la reconvención, o que se pidieron pero por una causa petendi distinta a la que el Tribunal tuvo en cuenta, o de que se haya declarado probada una excepción que no fue alegada debiendo serlo, es decir, prescripción o compensación o nulidad sustancial relativa (extra petita); o que deje de resolver sobre puntos que han formado parte del litigio, como peticiones de la demanda o excepciones de mérito del demandado que hayan sido probadas y en los tres casos mencionados además alegadas (minus petita); o que condene a mas de lo pedido por el demandante (ultra o plus petita)...""". La doctrina de los expositores pues, y la opinión de los juristas nacionales mencionados, es unánime en considerar, que la falta de congruencia en el fallo de la sentencia, es un motivo de casación por quebrantamiento de las formas esenciales del juicio, y no un motivo por infracción de ley como lo sostiene la Ley de Casación Civil Salvadoreña. Por ello, se debe recordar también, que es de acuerdo a la naturaleza de norma infringida, que el Tribunal de Casación dispondrá, de forma directa o no, la subsanación del asunto, y que no es la ubicación de la disposición en determinado texto de ley lo que determina su naturaleza, pues ciertamente, dentro de la ley procesal existen disposiciones de contenido sustantivo, y a su vez dentro de la ley material hay normas de carácter procesal, tal como lo señala el mencionado jurista Doctor José Ricardo Girón a página 71 de la Revista en referencia, cuando expone: """Ahora bien, los vicios o errores que en general puedan dar lugar a la casación de la sentencia pronunciada en instancia, se hallan agrupadas en nuestra legislación siguiendo la misma técnica del derecho español la cual ha merecido de propios y extraños críticas severas por la confusión que ha introducido en su clasificación; confusión que, según sus críticos, obedece a que el legislador español se apartó de la distinción fundamental y clásica de "errores in judicando" y "errores in procedendo", ateniéndose mas bien, a una distinción mucho mas ardua de lo que a simple vista parece entre el fono y la forma, entre lo material o sustantivo y lo formal o adjetivo; bien sabemos nosotros cuando consultamos nuestros códigos que hay muchas disposiciones entre las llamadas sustantivas y otras tantas entre las llamadas adjetivas cuya clasificación, en uno u otro campo, ofrece serias dudas. Se cita por los autores, la original clasificación de los errores que la casación contempla, introducida por el jurista italiano Carnelutti, basada en la diferencia entre el orden y el fondo, el primero atañe a la conducta que el Juez ha de seguir en el proceso y el segundo a la decisión de la litis….""". Es por ello que, para determinar la decisión a pronunciar con relación a enmendar directamente la violación de ley o disponer la reposición del juicio o de la resolución por un Tribunal A quo, tal como lo ordena el artículo 427 Pr.Pn., deberá el Tribunal examinar la naturaleza de la norma infringida o violada para establecer el tipo de error, es decir, si es de forma o de fondo, para luego concluir en tal decisión, así lo considera el jurista Fernando de la Rúa en la obra " El Recurso de Casación en el Derecho Positivo Argentino", Editor Víctor P. De Zavalia, Buenos Aires, 1968, a paginas 100 y 101, cuando expresa: """Lo que cuenta para decidir el tipo de error cometido es la naturaleza de la norma violada y no su origen (Congreso Nacional o Legislatura, v. gr.) ni su inserción en un determinado cuerpo legal (Código Penal o Código Procesal, v.gr.). La naturaleza de la norma deriva de su finalidad y de su efecto. Si la norma tiene por fin establecer y resguardar derechos subjetivos (derecho civil) o señalar el ámbito represivo de restricción de la libertad personal (derecho penal), su naturaleza es sustantiva. Cuando su fin es en cambio determinar el modo de conducta para hacer valer el derecho subjetivo desconocido o reprimir la violación a la prohibición penal, o sea para pedir y otorgar el reconocimiento y eficacia jurisdiccional del derecho, su naturaleza es procesal""". De ahí entonces la necesidad de identificar la naturaleza de la norma y del motivo, porque de ese modo el Tribunal determinará la manera de solucionar el caso, bien enmendado directamente la violación o disponiendo la reposición del juicio o la resolución impugnados en la instancia de origen. Cuando el artículo 359 Pr.Pn. dispone, que la sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias que los descritos en la acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio o, en su caso, en la ampliación de la acusación; indudablemente que está incluyendo todo lo relativo a la responsabilidad civil proveniente del daño causado con motivo de la ejecución delictual, lo cual tiene íntima relación con lo que dispone la parte segunda del inciso tercero del artículo 361 Pr.Pn. cuando dispone que si en el proceso no hubiere podido determinarse con precisión la cuantía de las consecuencias civiles del delito, el Tribunal las fijará tomando en cuenta la naturaleza del hecho, sus consecuencias y los demás elementos de juicio que hubiere podido recoger. MOTIVOS ALEGADOS: Expuestos los enunciados doctrinarios y jurisprudenciales, con relación a la violación del principio de congruencia denunciada se hacen las siguientes consideraciones: Para analizar la cuestión de fondo del primero de los motivos es necesario partir en primer lugar de la petición concreta del querellante contenida en el escrito de acusación y en segundo término el quantum de la responsabilidad civil decretada por el tribunal de mérito a favor de los señores Gutiérrez Rosales. A folios 107 vuelto de la quinta pieza aparece el escrito de acusación presentado por el abogado Hugo Alberto López Fortís, en el pide a favor de los señores Gutiérrez, se les indemnice por los daños causados en las cantidades siguientes: """….2) Carolina Rosales de Gutiérrez, José Enrique Gutiérrez Rosales y Oscar Manuel Gutiérrez Rosales: un millón cuatrocientos veintiún mil colones, 3) Oscar Manuel y José Enrique Gutiérrez Rosales: un millón trescientos once mil colones, más un incremento del cuarenta por ciento en concepto de daño emergente y lucro cesante…""". En el fallo recurrido el tribunal de mérito respecto al monto de la indemnización a favor de los señores Gutiérrez, se pronunció en los términos siguientes: """ de manera directa condenó a los señores JOSE ANTONIO CORNEJO AVALOS Y LUIS ARDON HERNÁNDEZ, y subsidiariamente a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa CEL, a pagar a cada uno de las víctimas señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales y Carolina Rosales de Gutiérrez, la cantidad de CUATROCIENTOS MIL COLONES, en concepto de indemnización por los perjuicios causados a éstos, por daños morales, que suman en total UN MILLON DOSCIENTOS MIL COLONES.---El monto total en concepto de responsabilidad civil que deberá de recibir el señor Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, asciende a la cantidad de NUEVE MILLONES SEISCIENTOS TREINTA MIL SETECIENTOS OCHENTA Y TRES COLONES CON CUARENTA Y SEIS CENTAVOS, o su equivalente en dólares. El monto total en concepto de responsabilidad civil que deberá de recibir el señor José Enrique Gutiérrez Rosales, asciende a la cantidad de DOS MILLONES CIENTO TREINTA Y SEIS MIL SEISCIENTOS SETENTA Y SIETE COLONES CON NOVENTA Y OCHO CENTAVOS, o su equivalente en dólares. Y el monto total que deberá recibir la señora Carolina Rosales de Gutiérrez en concepto de responsabilidad civil asciende a DOS MILLONES CIENTO TREINTA Y SEIS MIL SEISCIENTOS SETENTA Y SIETE COLONES CON NOVENTA Y OCHO CENTAVOS o su equivalente en dólares. Así como también deberá pagarse los intereses Bancarios con sus respectivos intereses vencidos y moratorios, hasta la fecha del cumplimiento de la presente sentencia, para lo cual se les previene a las partes interesadas que presenten constancias actualizadas que acrediten capital, destino del crédito, intereses vencidos e intereses moratorios, a la fecha de esta sentencia; advirtiéndosele a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), que los intereses vencidos y moratorios en que incurran por incumplimiento de este fallo, correrán a cuenta de dicha Institución, cuya cantidad forma parte de este fallo, en que han incurrido las víctimas señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, José Enrique Gutiérrez Rosales, y Carolina Rosales de Gutiérrez, respecto a las deudas que tenían en los Bancos y de las que han incurrido en mora como consecuencia de este hecho...""". La Sala al analizar la petición del abogado querellante contenida en la acusación, respecto al monto de la indemnización solicitada a favor de la señora Carolina Rosales de Gutiérrez y los señores Oscar Manuel y José Enrique Gutiérrez Rosales, y lo resuelto por el tribunal de mérito, de manera evidente advierte que no existe la debida correlación entre lo concretamente pedido en la acusación y lo resuelto en la sentencia, lo cual constituye falta de congruencia entre la pretensión de las víctimas y lo otorgado por la Juez. La falta de correlación entre lo pedido y lo resuelto se evidencia del cotejo de las cantidades expresadas por el querellante quien desglosa su petición de la manera siguiente, en un apartado solicita a favor tanto de la señora Rosales de Gutiérrez y los señores Oscar Manuel y José Enrique un millón cuatrocientos veintiún mil colones y además para los dos últimos reclama un millón trescientos once mil colones. En concepto de daño emergente y lucro cesante sobre las cantidades antes expresadas reclama un incremento del cuarenta por ciento más, en esos términos aparece la petición del abogado López Fortís, en su escrito de acusación agregado a folios 107 vuelto de la quinta pieza del proceso. Mientras que, en el fallo recurrido pronunciado a las ocho horas del día treinta de octubre de dos mil dos el Tribunal de Sentencia de San Vicente, condenó a los señores JOSE ANTONIO CORNEJO AVALOS Y A LUIS ARDON HERNANDEZ Y SUBSIDIARIAMENTE A LA COMISION EJECUTIVA HIDROELÉCTRICA DEL RIO LEMPA CEL. En las cantidades siguientes: A favor del señor Oscar Manuel Gutiérrez Rosales, NUEVE MILLONES SEISCIENTOS TREINTA MIL SETECIENTOS OCHENTA Y TRES COLONES CON CUARENTA Y SEIS CENTAVOS. Y A FAVOR DEL SEÑOR JOSE ENRIQUE GUTIERREZ ROSALES, DOS MILLONES CIENTO TREINTA Y SEIS MIL SEISCIENTOS SESENTA Y SIETE COLONES CON NOVENTA Y OCHO CENTAVOS Y LA SEÑORA CAROLINA ROSALES DE GUTIERREZ, DOS MILLONES CIENTO TREINTA Y SEIS MIL SEISCIENTOS SESENTA Y SIETE COLONES CON NOVENTA CENTAVOS. ADEMÁS CONDENO AL PAGO DE LOS INTERESES BANCARIOS MORATORIOS HASTA LA FECHA DE CUMPLIMIENTO DEL FALLO PRONUNCIADO. La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en el proceso de amparo antes mencionado, relacionado al asunto que nos ocupa, en la conclusión de su análisis expresó: """De lo anterior, puede afirmarse que el Tribunal demandado al pronunciarse sobre la condena que en concepto de responsabilidad civil correspondía, si bien es cierto expresó en forma general los rubros que habrían de ser tomados en cuenta en dicha responsabilidad, también es cierto que omitió exponer de manera detallada las cantidad de dinero que a cada rubro, de manera que exteriorizara la consecuencia de corolarios que lo condujeron a determinar el monto que en concepto de responsabilidad civil se estableció. En otras palabras, la autoridad demandada necesariamente tenía que exponer las razones en que se basó para fijar la suma de dinero señalada, de manera que las partes pudieran tener la plena certeza y convencimiento que en dicha cantidad estaban incluidos los rubros que el artículo 115 del Código Penal señala como consecuencias de la responsabilidad civil. En conclusión, esta Sala advierte que la sentencia relacionada carece de una motivación adecuada, ya que en ningún momento el Tribunal de Primera Instancia detalló en forma clara y precisa los rubros comprendidos en la cantidad de dinero que en concepto de indemnización por responsabilidad civil se estableció, lo que produjo que las partes no tuvieran conocimiento cierto y determinado de los aspectos comprendidos en dicha indemnización"""". Mas adelante, la Sala de lo Constitucional manifiesta: """En definitiva, esta Sala considera que se ha comprobado la vulneración a una debida motivación de las resoluciones judiciales como garantía a través de la cual se manifiesta el derecho a la protección jurisdiccional, por lo que procede acceder a lo solicitado y pronunciar la correspondiente sentencia estimatoria""". De acuerdo a lo anterior entonces, no hay duda, que para que la Juez A quo se pronunciara, como lo señalan los recurrentes, otorgando mas de lo pedido por el querellante en concepto de responsabilidad civil a favor de los señores Gutiérrez Rosales, indispensable debió ser que la parte querellante se pronunciara en la audiencia de la vista pública sobre la ampliación o modificación de los términos de la responsabilidad civil, se admitiera ésta por la Juez, y se sometiera al contradictorio precisamente ese punto. Si no obstante la omisión de ese procedimiento, la Juez, otorgó mediante la resolución impugnada mas de lo pedido por el querellante en concepto de responsabilidad civil a favor de los señores Gutiérrez Rosales, sin ser tampoco esa la razón por la cual la Sala de lo Constitucional de esta Corte amparó a dichas personas; no cabe duda que la referida funcionaria inobservó una norma de carácter procedimental, la cual le obligaba a comportarse de manera congruente con relación a las partes y al proceso mismo dentro del juicio, puesto que para culminar en su decisión en lo relativo al exceso del monto de la responsabilidad civil debió previamente cumplir con la formalidad del principio acusatorio que contempla las reglas de la congruencia, el que en este caso fue obviado porque no hubo ampliación de la acusación en lo relacionado al exceso del monto a lo pedido por las víctimas como indemnización, pues de haberse observado ese procedimiento se hubiese posibilitado de forma legal llegar a la conclusión que tomó la Juez, o bien rechazar las pretensiones formuladas. La naturaleza entonces de la norma y del motivo de casación que invocan los recurrentes, a juicio de este Tribunal, es de carácter procesal, y no sustancial, en cuanto que la juzgadora irrespetó la delimitación y regulación del poder de decisión que la ley le otorga, criterio con el cual adopta esta Sala los juicios de valor doctrinarios y jurisprudenciales que a este respecto se han expuesto, pues como lo relativo a la responsabilidad civil no fue modificado a través de una ampliación de la acusación, la Juez no podía tomar decisión alguna sobrepasando el procedimiento; entonces de lo que se trata este asunto es de determinar la validez o no del medio por el cual llegó al pronunciamiento del fallo la Juez. No se discute pues, en esencia, el fondo de la acreditación de derecho alguno, porque en realidad no se trata de establecer si las víctimas tienen derecho o no a ser resarcidas económicamente porque de eso no hay duda, sino el medio ilegítimo para llegar a su pronunciamiento, siendo indispensable para ello cumplir con el principio del contradictorio que se regula en el ámbito civil y penal. Las reglas del principio de congruencia entonces, no solo determinan el límite de lo pretendido y lo resistido, sino que de manera previa e ineludible obligan al juez y a las partes a observar el orden y camino procedimental que deben conducir al juzgador al pronunciamiento definitivo, y por lo tanto, sin esa observancia, no debe ni puede fallar alterando o modificando las pretensiones formuladas por las partes, caso contrario, la sentencia adolece de un vicio en su construcción que la descalifica como acto jurisdiccional. La Sala arriba pues, a la conclusión que el fallo visto en casación es violatorio del principio de congruencia denunciado por el recurrente, pues de manera evidente en lo que respecta a la cuantía de la indemnización decretada a favor de las víctimas señora Carolina Rosales de Gutiérrez, Oscar Manuel Gutiérrez Rosales y José Enrique Gutiérrez Rosales, la Juez de mérito en su pronunciamiento se apartó del comportamiento que debía observar y aplicar en el desarrollo del juicio, y como consecuencia de ello, se apartó de los términos y alcances de la pretensión formulada por el abogado querellante Hugo Alberto López Fortís, apoderado de las víctimas mencionadas. En consecuencia, se ha establecido el vicio que invocan los recurrentes de conformidad al primero de los motivos alegados; no obstante, se les debe hacer ver, que la solución que ellos pretenden del caso, no es congruente con su planteamiento, desde luego que no es absolviendo a sus representados como se solucionará el conflicto, ya que como se ha expuesto ampliamente, que siendo el vicio alegado y establecido, violatorio de una norma de carácter procedimental, no es posible que esta Sala se pronuncie de forma directa enmendado el error. Corresponde entonces, que este Tribunal case la sentencia recurrida y se pronuncie por un reenvío del proceso, previa nulidad de dicha providencia en lo relativo a la condena civil y todos los actos que estén estrechamente relacionado con ello, a fin de que se discutan contradictoriamente en audiencia especial y ante otro Juez del mismo Tribunal A quo, las pretensiones de la parte acusadora únicamente en lo tocante a la reparación del daño causado a las víctimas; audiencia en la cual podrá la parte querellante, si lo estima pertinente, deducir otras pretensiones respecto a la responsabilidad civil. De conformidad a las razones expuestas, declarase la nulidad del fallo recurrido. Por los efectos y alcances de esta resolución no se puede soslayar el hecho de que el fallo impugnado y que aquí se anula, tiene su antecedente en las sentencias pronunciadas en los amparos constitucionales registrados bajo los números 6042001 y 683-2001 promovidos el primero por el señor Oscar Manuel Gutiérrez Rosales y el segundo por la señora Carolina Rosales de Gutiérrez y los señores Oscar Manuel Gutiérrez Rosales y Enrique Gutiérrez Rosales, en lasque la Honorable Sala de lo Constitucional, al ampararlos, dejó sin efecto todo aspecto relativo a la indemnización por responsabilidad civil contenida en la sentencia de las veintitrés horas y quince minutos del día veintiuno de diciembre de dos mil emitida por el Tribunal de Sentencia de San Vicente. Por lo tanto, debido al carácter accesorio del objeto a discutir -acción civil- ésta deberá someterse al juicio contradictorio de las partes en una audiencia especial de conformidad al Art.153 Pr.Pn., ante un Juez distinto del Tribunal de Sentencia de San Vicente, y como sustento de la audiencia especial que habrá de verificarse, esta Sala hace las siguientes consideraciones: En primer lugar, el legislador constitucional, en nuestro sistema jurídico-político, ha establecido los principios y garantías que constituyen el debido proceso y por su parte, el legislador ordinario o secundario ha dictado las normas reguladoras del proceso penal adecuadas al diseño constitucional. Si entendemos el proceso penal como un conjunto de actuaciones que nos lleva a un fin, y éste se diseña bajo la estructura de fases, etapas y audiencias, cada una de ellas representa un momento oportuno y lógico, en la cronología de la sustanciación. Además, hay que destacar que el proceso penal se estructura y organiza en fases que cumplen objetivos específicos de un objetivo general y principal que es el encuentro de la verdad real o material y la adecuada justicia penal. En una de esas fases se controla el resultado del juicio, etapa donde las partes controlan la decisión final por medio de los recursos, y efectivamente, en el caso concreto, objeto de este pronunciamiento, la Sala al comprobar la existencia del vicio denunciado en el primero de los motivos ha anulado el fallo visto en casación. Con base a lo antes dicho, esta Sala considera que la estructura formal del proceso y la garantía del debido proceso no se vulneran con la realización de la audiencia especial a la que antes nos hemos referido en la que únicamente se someterá al control de las partes lo atinente a la cuantía de responsabilidad civil reclamada por el abogado querellante representante de la familia Gutiérrez. II) Con relación al segundo de los motivos los impugnantes alegan la inobservancia del inciso primero y la parte final del Art.121 del Código Penal, al condenar al pago de la responsabilidad civil subsidiaria especial a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa. En la audiencia celebrada para la fundamentación oral y discusión del recurso el Licenciado Hernández Rivera, solicitó que se incorporara el informe expedido por el señor Alfonso Arístides Alvarenga, quien en ese momento fungía como tercer secretario de la Asamblea Legislativa, en donde aparece que en el índice legislativo de la Asamblea no existe Decreto Legislativo que establezca expresamente cuales instituciones públicas autónomas y que municipalidades responderán por hechos punibles cometidos por sus funcionarios o empleados, en el desempeño de sus funciones. Documento que se agregó materialmente. Por otra parte, según el recurrente el Art.121 Pn., en su opinión, es una ley penal en blanco, criterio con el cual no está de acuerdo la Sala, pues según la dogmática penal la estructura de las normas penales se compone de dos partes: la definición del supuesto de hecho punible y el establecimiento de la consecuencia jurídica o sanción. Se dice que nos encontramos ante una ley penal en blanco, cuando parte de esta estructura no se contiene en la propia ley penal sino que ésta se remite a una norma distinta. Así el Art.272 Pn., al definir el delito de tráfico de productos químicos y sustancias nocivas remite a las leyes y reglamentos que regulan su despacho y suministro. A partir del ejemplo citado queda claro que ley penal en blanco es todo precepto definidor de un delito que deje la determinación de alguna parte específica del supuesto de hecho a cargo de otras leyes, reglamentos o actos de administración. De manera que el Art.121 Pn., no puede considerarse ley penal en blanco, pues no describe ningún hecho punible. De la fundamentación expresada por los recurrentes, para el segundo de los motivos se extrae que no existe en la ley de creación de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa, disposición que la obligue al pago de la responsabilidad civil subsidiaria especial por los daños causados por sus empleados en el ejercicio de sus funciones dentro de la institución. Y no existiendo ley especial que vincule subsidiariamente a la autónoma al pago de la responsabilidad civil subsidiaria especial a que se refiere el Art.121 del Código Penal, tal omisión les habilita a recurrir de la sentencia de mérito. En cuanto al fondo del motivo en comento esta Sala a los recurrentes les recuerda que existe un precedente jurisprudencial de la Honorable Sala de lo Constitucional, en el amparo constitucional promovido por el abogado Luis Arévalo Rivas, en su calidad de apoderado de CEL registrado bajo el número 589-01, quien pretendía que se amparara a la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa, dejando sin efecto jurídico la condena civil subsidiaria pronunciada por el Tribunal de Sentencia de San Vicente. Petición que no le prosperó, pues contrariamente a su pretensión la Honorable Sala de lo Constitucional al resolver el amparo en sentencia definitiva estableció de manera categórica la responsabilidad civil de la autónoma representada por el abogado Arévalo Rivas, en los términos siguientes: La sentencia de la Sala de lo Constitucional, en la parte pertinente, al motivo alegado por el recurrente en el presente recurso, literalmente dice: "... La actividad del Estado lleva consigo una inevitable y constante creación de riesgos que es preciso evitar que incidan sobre un patrimonio particular amparándose en un injustificado privilegio de exoneración. Es a cubrir los eventuales daños que se produzcan en su gestión que tiende la responsabilidad patrimonial subsidiaria del Estado.--- Dicha responsabilidad encuentra su fundamento en lo dispuesto por el artículo 245 de la Constitución, que a la letra reza: "Los funcionarios y empleados públicos responderán personalmente y el Estado subsidiariamente, por los daños materiales o morales que causaren a consecuencia de la violación a los derechos consagrados en esta Constitución". A partir de tal disposición se perfila la posibilidad de respuesta por parte del Estado frente al daño producido en el patrimonio de un particular por actuaciones de sus funcionarios o empleados, claro está, en forma subsidiaria.--- No obstante la disposición constitucional citada se refiere a la posibilidad del Estado de responder frente a la producción de daños materiales o morales derivados de violaciones a derechos constitucionales, el contenido de la misma no debe ser interpretado en forma restrictiva, en el sentido de considerar al Estado –en su carácter de ente de centralización administrativa- como único obligado a afrontar dicha carga, ya que al confiar la realización de algunas de sus actividades administrativas a órganos a los que se les reconoce una personalidad jurídica, un patrimonio propio y un poder de decisión –entre ellos las instituciones oficiales autónomas-, éstos actúan como organizaciones administrativas del mismo Estado, el cual constituye un centro primario respecto de aquéllas en un sistema compuesto con relaciones de carácter externo.--- En ese sentido, debe precisarse que las instituciones oficiales autónomas -por ser las que atañen al caso en estudio- son creadas con el objeto de satisfacer algunas necesidades de orden general que el Estado está obligado a cubrir, pero que, por requerir de personal y procedimientos técnicos especializados debe separarlas de su seno y conferirlas a organismos constituidos por particulares que cuentan con la preparación técnica necesaria y suficiente para garantizar su eficaz funcionamiento. Para ello el Estado les provee de patrimonios especiales, los cuales, si bien constituyen bienes propios de las instituciones autónomas, provienen todos del fondo estatal.-- Lo anterior implica que lo dispuesto en el artículo 245 de la Constitución no es de aplicación exclusiva al Estado, ya que habiéndose determinado que las instituciones oficiales autónomas constituyen estructuras administrativas de la organización estatal con patrimonio propio, es viable que la responsabilidad a que se refiere la mencionada disposición constitucional sea también exigible a tales instituciones. Dicha exigibilidad supone la necesaria concurrencia de tres elementos, a saber: (i) la producción de un daño de carácter material o moral que afecte la esfera jurídica de un gobernado –el cual requiere para su materialización que sea susceptible de ser patrimonialmente evaluable-, (ii) que la persona sobre la que recaiga el menoscabo no tenga el deber jurídico de soportarlo, y (iii) que el acto o la omisión sea imputable a un servidor público.--(i) Partiendo de una estrecha interdependencia de las relaciones sociales que refuerza inevitablemente los lazos de solidaridad en el seno de la colectividad, debe señalarse que la responsabilidad civil subsidiaria de las instituciones oficiales autónomas debe ser vista desde una perspectiva objetiva. Lo anterior deja al margen cualquier planteamiento subjetivista basado en la culpa individual del funcionario o empleado que produce materialmente el daño, situando así el centro de atención en la persona de la víctima, a la que la comunidad no puede dejar desamparada en aquellos casos en que el daño sufrido derive del desarrollo de actividades y del funcionamiento de servicios públicos de los que la comunidad misma es beneficiaria.--- Respecto de lo anterior debe precisarse que toda negligencia, error u omisión en el desempeño de las actividades de los funcionarios y empleados públicos están necesariamente vinculadas con su cargo, lo que genera un deber de reparación para las instituciones oficiales autónomas como responsables del servicio de que se trate, mismo que habrá de ser subsidiario frente a la insolvencia del funcionario o empleado –entre otros supuestos- en virtud de cuya actuación fueron ocasionados los daños, los que para que sean imputables a dichas instituciones, además de ser producidos por personas situadas bajo su autoridad o por objetos colocados bajo su guarda, deben tener un nexo causal directo con la actividad de la institución oficial autónoma imputable.--- Con base en lo anterior, puede afirmarse que el fundamento de la responsabilidad civil subsidiaria de las instituciones oficiales autónomas constituye un mecanismo básicamente objetivo de reparación, que sólo opera en la medida en que se haya producido un daño patrimonial o moral como consecuencia de violaciones a derechos consagrados en la Constitución, conculcaciones que deberán generarse por acciones u omisiones reflejadas en las actuaciones de funcionarios o empleados públicos –expresado en un término genérico, de los servidores públicos- que les sean imputables.--- (ii) Siguiendo el orden expuesto, debe señalarse que la constitucionalización de la responsabilidad patrimonial subsidiaria de las instituciones oficiales autónomas no se formula como un simple sistema de cobertura de los daños causados por los actos ilícitos de los servidores públicos que laboren para tales instituciones, sino también de los daños producidos por una actividad perfectamente lícita cuando la persona que, sufrido el menoscabo, no ha tenido el deber jurídico de soportarlo. Dicho en otros términos, el fundamento constitucional de la responsabilidad civil subsidiaria de las instituciones oficiales autónomas lo constituye la protección y garantía del patrimonio de la víctima cuya preservación se pretende frente a todo daño no buscado, no querido ni merecido por la persona que resulte lesionada de la actuación de las entidades en comento.--- Así, la responsabilidad subsidiaria de las instituciones oficiales autónomas tiende a cubrir toda lesión sufrida por los particulares como consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos, al margen del cual sea el grado de voluntariedad e incluso de previsión del servidor público. Lo anterior implica que debe prescindirse en absoluto de la licitud o ilícitud del acto generador del daño resarcible, lo cual supone la inclusión dentro del ámbito de la cobertura patrimonial dispuesta por el artículo 245 de la Constitución, de los daños causados involuntariamente o, al menos, con una voluntad incidental no directamente dirigida a producirlos. Y es que basta la producción de un resultado dañoso que cause un perjuicio efectivo, evaluable económicamente e individualizado respecto de una persona o un grupo de personas para que opere la obligación de las instituciones oficiales autónomas de responder civilmente en forma subsidiaria, ya que como se señaló, no se precisa de otro requisito más que la relación de causalidad entre el acto y el daño a un patrimonio privado que es preciso reparar...". Este tribunal de conformidad al criterio expresado por la Sala de lo Constitucional quien ha establecido en su resolución los fundamentos jurídicos de la responsabilidad civil subsidiaria del estado y de las autónomas, concluye que el segundo de los motivos alegados por los recurrentes jurídicamente es insostenible y en consecuencia no es procedente acceder a sus pretensiones. III) En la tercera causal de casación alegada, los recurrentes denuncian la inobservancia de los incisos primero y segundo del Art.162, inciso primero del Art.195 y 206 del Código Procesal Penal. Los recurrentes censuran la valoración probatoria dada por el tribunal sentenciador, al informe pericial elaborado por el perito Ingeniero René Mauricio Monterrosa, criticando de manera puntual el peritaje en los siguientes aspectos: 1.- Afirman que el peritaje carece de objetividad, pues en su elaboración el perito obtuvo la información de interpósitas personas y de prueba documental y pericial; 2.- Señalan además que el perito dictaminó sobre cuestiones que no eran parte de su conocimiento y que no pudo percibir; y, 3.- Que debió abstenerse de emitir conclusiones respecto de hechos que no eran de su conocimiento técnico, debiendo ser específico y ceñirse en lo relativo a su conocimiento científico en el área de agricultura, afirman además que el informe no es una verdadera pericia. Tomando como base las anteriores observaciones esta Sala advierte, que al fundamentar el motivo, los recurrentes, de manera subjetiva y particular, critican el informe pericial, pretendiendo de esa manera restarle eficacia probatoria al mismo, estrategia que debieron utilizar en el juicio al momento de la producción de la prueba, posiblemente logrando de esa manera restarle valor probatorio ante el juez receptor de los elementos de prueba suministrados. Además, por la vía del interrogatorio, debieron desacreditar al perito en los mismos puntos que le censuran en la fundamentación del motivo. Partiendo de los limites del tribunal de casación para valorar prueba, el motivo planteado de la manera que lo formulan los recurrentes no puede ser atendido. Si agregamos que en la solución que pretenden, los recurrentes afirman que la prueba pericial se incorporó de manera irregular al juicio, al revisar los pasajes pertinentes del proceso advertidos que no tienen razón ya que la prueba en cuestión ingresó al proceso de acuerdo al diseño establecido en la ley, en primer lugar a folios 108 vuelto de la quinta pieza en el romano V de la acusación bajo el epígrafe del ofrecimiento de prueba en el apartado de la prueba documental en el folio 110 vuelto, se oferta el informe del perito René Mauricio Monterrosa Miranda. Asimismo en la sexta pieza en el cuerpo del auto de apertura a juicio folios 7 vuelto aparece que se admitió el dictamen pericial elaborado por el perito Ingeniero René Mauricio Monterrosa. Y por último, a folios 2 y 3 de la octava pieza, aparece que en la recepción de prueba se le dio lectura al dictamen pericial, cuestionado por los recurrentes, consta además que al perito René Mauricio Monterrosa, se le sometió al interrogatorio de la Fiscalía, querellante y defensa. De manera que es infundada la afirmación de los recurrentes, al mencionar en el recurso que la pericia fue incorporada de manera irregular. Por todo lo dicho la Sala concluye que no existe el vicio que se denuncia y en consecuencia no es atendible la pretensión de los recurrentes. POR TANTO: Con base en las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Art. 50 inciso segundo No. 1, y Arts. 357, 421, 422, 427 Pr. Pn., en nombre de la República de El Salvador esta Sala FALLA: 1.- CÁSASE la resolución de las ocho horas del día treinta de octubre de dos mil dos, mediante la cual se modifica el fallo contenido en la sentencia definitiva pronunciada a las veintitrés horas y quince minutos del día veintiuno de diciembre de dos mil, por la violación al Principio de Congruencia denunciado en el primero de los motivos. Ordenase la reposición de la misma, previa audiencia especial, en la que se debatirá ùnicamente lo concerniente a la responsabilidad civil. 2.- DECLÁRASE NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito por los motivos segundo y tercero por improcedentes. 3.- Remítase el proceso al tribunal de origen, para que este a su vez lo remita al Tribunal de Sentencia de Zacatecoluca, para que realice la Audiencia Especial ordenada. Notifíquese.