PUNTO SynthesiS DE VISTA 45 AVENTURAS DEL PENSAMIENTO Bacterias: CUCHICHEO, ESTRÉS Y MUERTE VIRGINIA MENDOZA GUZMÁN Facultad de Ciencias Químicas/Universidad Autónoma de Chihuahua E staba haciendo una revisión bibliográfica que me ayudara a escribir lo que debía ser la introducción de mi trabajo de titulación y me encontré con una serie de temas que alborotaron mis entendederas, por lo que me atrevo a compartir con los lectores de esta revista estos interesantes temas. Me enteré de que, para tomar decisiones, las bacterias verifican el quórum en el entorno, y eso lo tuve que leer y releer varias veces para comprender lo que significa “quórum” en el contexto del crecimiento microbiano. Seguí leyendo y me encontré que para que las bacterias pudieran “sentir” el número en que sus congéneres se encuentran, tienen sentidos como ojos o como oídos en sus membranas; los científicos les llaman receptores, los que describen como proteínas de membrana, cuya función es recoger las señales que cada una de las bacterias emite. Luego me doy cuenta de que se refieren a señales químicas, pequeñas moléculas denominadas autoinductores, que funcionan como “votos” 1 ENERO-MARZO 2008 45 SynthesiS contables por los “funcionarios de casilla” que cada bacteria tiene sobre su membrana en forma de receptores, y cuando se completa el quórum se produce la respuesta bacteriana, que es de tipo genético; es decir, se enciende la traducción de un grupo de genes que transcriben proteínas con funciones bien específicas y definidas. Entre estas funciones se han reconocido el desarrollo de la pudrición blanda de los vegetales, el deterioro de los alimentos, la resistencia ante diferentes tipos de estrés como el desarrollado por frío, calor, oxidativo y otros, y en muchas ocasiones parte de la respuesta es el aumento de la virulencia sobre el huésped. Lo que dicen los científicos es que los genes blancos, indispensables para la respuesta bacteriana, son vecinos muy próximos en el genoma de los genes que expresan la virulencia. También leyendo me enteré que las bacterias eran capaces de desarrollar resistencia ante condiciones de estrés, así que busqué información y me encontré que, igual que cualquier ser vivo, sufren por condiciones que les causan estrés, como la refrigeración, la aplicación de altas temperaturas, condiciones ácidas, alta concentración de sal y la presencia de antibacterianos en su medioambiente. Y el tema me pareció muy interesante, pues quienes trabajamos en el área de los alimentos siempre estamos luchando contra los microorganismos que encontramos en ellos y en el ambiente de procesamiento de los alimentos. También me enteré que las bacterias son tan resistentes que, cuando son sometidas a un estrés subletal (aquel que no llega a causar la muerte) se fortalecen, volviéndose más resistentes ante condiciones más severas. Por ejemplo, si se procesa un alimento en un ambiente con 4° C, algunas de las bacterias que lo alcanzan ya se han adaptado a vivir a esa temperatura mediante mecanismos genéticos, produciendo proteínas con capacidad de protegerlas del frío, al grado que aún cuando los alimentos sean refrigerados a una temperatura entre 1 y 2° C, una proporción de la población microbiana logra sobrevivir, e introduce el riesgo que involucra su desarrollo. También si el ambiente de procesamiento está constantemente sometido a tratamiento con agentes antimicrobianos, las bacterias son capaces de desarrollar resistencia ante estos compuestos, aumentando su resistencia térmica, que queda evidenciada por el desarrollo bacteriano después del tratamiento térmico. Por ejemplo, en el caso de estrés térmico, la protección llega con la síntesis de proteasas y proteínas ENERO-MARZO 2008 AVENTURAS DEL PENSAMIENTO denominadas “chaperonas”; las primeras contrarrestan la acumulación de proteínas que han sido desnaturalizadas irreversiblemente, degradándolas, en tanto que las chaperonas, como su nombre lo indica, cuidan, verifican y controlan que las proteínas que también han sido desnaturalizadas y que por eso pierdan su conformación nativa, vuelvan a plegarse correctamente y de esta manera pueden renaturalizarse y recuperar su capacidad biológica. Otro aspecto muy interesante es la llamada “resistencia cruzada”, que está descrita como una resistencia diferente del tipo de estrés aplicado; es decir, si el estrés aplicado es una elevada osmolaridad generada al reducir la Aw de un alimento (lo cual se podría lograr aumentando la concentración de sal en el producto), esto produce un aumento de la resistencia osmofílica, produciendo al mismo tiempo el aumento de la resistencia térmica. La respuesta bacteriana ante esta situación es la síntesis de compuestos llamados osmolitos, que permiten ligar agua para resistir los cambios de Aw, pero que tienen también la capacidad de volver más resistente a la bacteria frente a temperaturas elevadas, a las cuales no podría resistir sin la experiencia previa de la adición de sal. Así que las bacterias reaccionan como nosotros los humanos, nos volvemos resistentes a las elevadas temperaturas si vivimos en Hermosillo y resistimos los 10° C bajo cero cuando vivimos en Chihuahua. Y todavía no me repongo, ¿las bacterias hacen como que están muertas? Y lo tengo que pensar con cuidado para creer que lo que dicen los libros de ellas, ¡es cierto! Si observamos por el microscopio una sola bacteria, no podemos decidir si está viva o está muerta, la única forma de saberlo es inocularla en un medio que contenga todas las sustancias que nutricionalmente necesita y esperar a que el crecimiento se haga visible. Así que el crecimiento de las bacterias no se mide con el aumento de masa corporal o del tamaño individual, la forma en que los microbiólogos miden el crecimiento o desarrollo bacteriano es el aumento en el número de ellas, que se revela con el conteo en un medio de cultivo. Los microbiólogos establecen que un material está libre de bacterias si no logran hacerlas crecer en un medio de cultivo rico en nutrientes, pero me entero de que si las bacterias han sido sometidas a un estrés severo aunque subletal, como temperaturas elevadas o condiciones de frío, presencia de antimicrobianos, aplicación de radiaciones u otros métodos de control, es 2 AVENTURAS posible que al ser colocadas en un medio óptimo para su crecimiento no crezcan, aún cuando sigan vivas, aunque los microbiólogos no puedan probar que lo están. Entonces se dice que las bacterias se encuentran en un estado denominado como “viable pero no cultivable”, es decir, vivas pero sin capacidad de reproducirse. Y traducido: no detectables. Pero si se enriquece el medio de cultivo y no se utiliza ningún reactivo selectivo, pueden ser “convencidas” de que su mundo ha cambiado y que su medio ambiente se ha vuelto muy bueno, de tal modo que ganan “confianza” y se reponen volviendo a entrar en estado vegetativo, recuperando su capacidad de reproducirse. Y surgen las preguntas: ¿qué les sucede? ¿por qué pierden su capacidad de reproducirse? y, ¿cómo se recuperan? Y los que saben lo explican describiendo que las bacterias enfocan todas sus rutas metabólicas con un solo objetivo: su gasto de energía y todos sus sistemas están orientados en camino de la recuperación individual, y una vez logrado esto vuelven a multiplicarse, volviéndose visibles a las técnicas de recuento de laboratorio. Todos estos hallazgos en la literatura me hacen pensar en la forma en que visualizamos a las bacterias. Son seres vivos que son afectados por el estrés medioambiental, que obedecen a la ley del alimento, “crecemos cuando hay alimentos y no lo hacemos en época de penuria alimenticia”; además son capaces de tomar decisiones que afectan a los clanes bacterianos, estableciendo alianzas (simbióticas) con otras familias o cepas para protegerse ante condiciones adversas, ocultándose en forma de vivos-pero-sin-reproducción o formando películas protectoras que les faciliten la sobrevivencia. Una de las posibilidades que actualmente se encuentran en desarrollo, en relación con los hallazgos 3 SynthesiS DEL PENSAMIENTO 45 del quorum sensing, es la búsqueda de nuevas formas de controlar a los microorganismos, ya que requieren de las señales de quórum para producir los factores de virulencia en respuesta a la asociación con el hospedero; la ruta de señalización es el blanco para el diseño de los inhibidores de las señales (autoinductores) que actuarían como antibióticos; ya en ausencia de las señales no podrían generarse los mecanismos de virulencia o de ataque microbiano a los alimentos; en tanto que la identificación del aumento de la resistencia bacteriana y de la resistencia cruzada son datos importantes a considerar cuando se trata de llevar a cabo el control de la población microbiana. El estado de viable pero no cultivable es un tema importante, especialmente cuando se trata de alimentos listos para consumir, ya que no requieren de ningún tipo de procesamiento preliminar, sobre todo aquellos que son almacendos en frío y la bacteria que nos ocupa es un psicrótrofo que es capaz no solo de sobrevivir sino de crecer y reproducirse en temperaturas de refrigeración, y la ausencia de su detección nos podría dar una confianza que finalmente resulta falsa. Así que es indispensable aplicar metodologías que nos permitan detectar su presencia. Revisión bibliográfica BOGOSIAN, G. y E.V. BOURNEUF: “A Matter of Bacterial Life and Death”, EMBO Reports, vol. 2(9), 2001, pp. 770-774. BOSGELMEZ-T INAZ, G.: “Quorum sensing in Gram-Negative Bacteria”, Turk J. Biol., n. 27, 2003, pp. 85-93. DOYLE, M.E.; A.S. MAZZOTTA, T. WANG, D.W. WISEMAN y V.N. SCOTT: “Heat Resistance of Listeria monocytogenes. A Review”, J. of Food Prot., n. 64(3), 2001, pp. 410-429. DUCHÉ, O.; F. T RÉMOULET , P. GLASER y J. LABADIE: “Salt stress proteins induced in Listeria monocytogenes”, Appl. Environ. Microbiol., n. 68(4), 2002, pp. 1491-1498. FEDER, M.E. y G.E. Hofmann: “Heat Shock Proteins, Molecular Chaperones and the Stress Response: Evolutionary and Ecological Physiology”, Ann. Rev. Physiol., n. 61, 1999, pp. 243-282. GOULD, G.W.: “Induced Tolerance of Microorganisms to Stress Factors”, en S.M. Alzamora, M.S. Tapia y A. López-Malo: Fundamental Aspects and Applications. Minnimally Processed Fruits and Vegetables, Aspen Publishers, Inc., Gaithersburg, Maryland, 2000. GRIFFITHS, M.W.: “Quorum Sensing and Virulence in Foodborne Pathogens”, IFT Annual Meeting, julio 12-16, 2004, Las Vegas, NV. LIN, Y-D. y C-C. CHOU: “Effect of Heat Shock on Thermal Tolerance and Susceptibility of Listeria monocytogenes to Other Environmental Stresses”, Food Microbiology, n. 21, 2004, pp. 605-610. T UNCAN, J.: “Effect of Cold Temperature on Germicidal Efficacy of Quaternary Ammonium Compound, Iodophor, and Chlorine on Listeria”, J. of Food Prot., vol. 56, n. 12, 1993, pp. 1029-1033. SUGA, H. y K.M. SMITH : “Molecular Mechanisms of Bacterial Quorum Sensing as a New Drug Target”, Current Opinion in Chemical Biology, vol. 7, 2003, pp. 586-591. S ENERO-MARZO 2008