el derecho - Ciudad Real

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EL DERECHO
EDJ 2005/69908
Audiencia Provincial de Salamanca, sec. 1ª, S 25-4-2005, nº 17/2005, rec. 1/2005. Pte: González Clavijo, José Ramón
RESUMEN
La Sala estima parcialmente el recurso de apelación formulado por el Ministerio Fiscal y la acusación particular contra sentencia que
condenaba a ambos acusados como autores de un delito de usurpación de funciones, en el único sentido de absolver a uno de los acusados para
condenarle en su lugar como autor de un delito de prevaricación, al considerar que el acusado, en su condición de alcalde dictó una resolución
administrativa a sabiendas por la que nombró a una persona secretario de la plaza del ayuntamiento , prescindiendo total y absolutamente
de los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad, no reuniendo el agraciado con dicho nombramiento la titulación exigida para
el acceso a la subescala y categoría del puesto, y tratando de ocultar la imposibilidad de dicho acceso de manera intencionada. Ratifica el
Tribunal la absolución de dicho acusado del delito de nombramiento ilegal que se le imputaba, al subsumirse la conducta en el delito por
el que ya es condenado.
NORMATIVA ESTUDIADA
LO 10/1995 de 23 noviembre 1995. Código Penal
art.56 art.109 art.320 art.358 art.382 art.402 art.404 art.405
CLASIFICACIÓN POR CONCEPTOS JURÍDICOS
DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS
PREVARICACIÓN
Cuestiones generales
Conceptuación general
Bien jurídico protegido
Sujeto activo
Funcionario público
A sabiendas
USURPACIÓN
DE ATRIBUCIONES Y NOMBRAMIENTOS ILEGALES
FICHA TÉCNICA
Procedimiento: Apelación, Procedimiento abreviado
Legislación
Aplica art.56, art.109, art.320, art.358, art.382, art.402, art.404, art.405 de LO 10/1995 de 23 noviembre 1995. Código Penal
Cita LO 10/1995 de 23 noviembre 1995. Código Penal
Cita RD 1732/1994 de 29 julio 1994. Provisión de Puestos Trabajo Reservados a Funcionarios de la Administración Local
Cita RD 1174/1987 de 18 septiembre 1987. Régimen jurídico de los Funcionarios de Administración Local con Habilitación de
carácter nacional
Cita art.103, art.104 de CE de 27 diciembre 1978. Constitución Española
Cita art.358 de D 3096/1973 de 14 septiembre 1973. TR Código Penal, conforme a la L 44/1971
Cita art.240 de RDLeg. de 14 septiembre 1882. Año 1882. Ley de Enjuiciamiento Criminal
Jurisprudencia
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 25 mayo 2004 (J2004/51866)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 31 marzo 2004 (J2004/17477)
Cita en el mismo sentido STC Sala 1ª de 14 enero 2004 (J2004/385)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 4 diciembre 2003 (J2003/209393)
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Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 12 diciembre 2003 (J2003/201864)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 16 junio 2003 (J2003/30597)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 9 abril 2003 (J2003/8076)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 5 marzo 2003 (J2003/6590)
Cita en el mismo sentido STC Sala 1ª de 27 febrero 2003 (J2003/3858)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 9 diciembre 2002 (J2002/55509)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 11 noviembre 2002 (J2002/50338)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 28 octubre 2002 (J2002/44866)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 28 octubre 2002 (J2002/44865)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 28 octubre 2002 (J2002/44863)
Cita en el mismo sentido STC Sala 2ª de 30 septiembre 2002 (J2002/44856)
Cita en el mismo sentido STC Pleno de 18 septiembre 2002 (J2002/35653)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general SAP Salamanca de 12 abril 2002 (J2002/26219)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 17 mayo 2002 (J2002/16913)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 12 febrero 2001 (J2001/1039)
Cita en el mismo sentido STEDH de 25 julio 2000 (J2000/18326)
Cita en el mismo sentido STEDH de 27 junio 2000 (J2000/17096)
Cita en el mismo sentido STEDH de 8 febrero 2000 (J2000/144)
Cita en el mismo sentido STEDH de 8 febrero 2000 (J2000/136)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general SAP Salamanca de 10 mayo 1999 (J1999/16225)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 18 mayo 1999 (J1999/7983)
Cita en el mismo sentido sobre USURPACIÓN - DE ATRIBUCIONES Y NOMBRAMIENTOS ILEGALES STS Sala 2ª de 24
junio 1998 (J1998/8617)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 23 mayo 1998 (J1998/3923)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 3 febrero 1998 (J1998/375)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 27 enero 1998 (J1998/366)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 2 julio 1997 (J1997/4838)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 23 abril 1997 (J1997/2773)
Cita en el mismo sentido sobre USURPACIÓN - DE ATRIBUCIONES Y NOMBRAMIENTOS ILEGALES STS Sala 2ª de 24
octubre 1996 (J1996/7297)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 1 abril 1996 (J1996/3672)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 2 noviembre 1995 (J1995/5933)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Bien jurídico protegido STS Sala 2ª de 14 julio 1995 (J1995/3988)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 5 abril 1995 (J1995/2979)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 20 abril 1995 (J1995/2783)
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Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 17 febrero 1995 (J1995/571)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 28 diciembre 1994 (J1994/10321)
Cita en el mismo sentido sobre USURPACIÓN - DE ATRIBUCIONES Y NOMBRAMIENTOS ILEGALES STS Sala 2ª de 20
julio 1994 (J1994/6112)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Bien jurídico protegido STS Sala 2ª de 24 junio 1994 (J1994/5613)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 27 mayo 1994 (J1994/4912)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 31 marzo 1994 (J1994/2925)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Bien jurídico protegido STS Sala 2ª de 21 febrero 1994 (J1994/1533)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 3 diciembre 1993 (J1993/11027)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Sujeto activo
- Funcionario público - A sabiendas STS Sala 2ª de 10 mayo 1993 (J1993/4385)
Cita en el mismo sentido sobre DELITOS COMETIDOS POR FUNCIONARIOS PÚBLICOS - PREVARICACIÓN - Cuestiones
generales - Conceptuación general STS Sala 2ª de 10 mayo 1993 (J1993/4368)
Cita en el mismo sentido sobre USURPACIÓN - DE ATRIBUCIONES Y NOMBRAMIENTOS ILEGALES STS Sala 2ª de 29
octubre 1992 (J1992/10601)
Cita en el mismo sentido STEDH de 29 octubre 1991 (J1991/12543)
Cita en el mismo sentido STEDH de 29 octubre 1991 (J1991/12542)
Cita en el mismo sentido STEDH de 29 octubre 1991 (J1991/12541)
Cita en el mismo sentido STEDH de 26 mayo 1988 (J1988/10472)
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El día 25 de octubre de 2004, por la Ilma. Sra. Magistrada-Juez del Juzgado de lo Penal núm. 2 de Salamanca , se dictó
sentencia en el procedimiento de referencia que contiene el siguiente fallo:
Condeno al acusado Carlos como autor de un delito de usurpación de funciones del artículo 402 del Código Penal a la pena de
una año de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y condeno a la acusada
Alejandra como cómplice de un delito de usurpación de funciones del artículo 402 del Código Penal a las penas de seis meses de prisión
e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena, con imposición a ambos acusados por partes
iguales de una séptima parte de las costas.
Se absuelve al acusado de un delito de aceptación de nombramiento ilegal del artículo 406 del Código Penal , de un delito de
falsificación de documento público del artículo 390.1.2º del Código Penal y de un delito de estafa de los artículos 248 y 249 del Código
Penal . Se absuelve a la acusada de un delito de prevaricación del artículo 409 del Código Penal , de un delito de nombramiento ilegal
del artículo 405 del Código Penal , de un delito de falsificación de documento público del artículo 309.1,2ª del Código Penal , de un
delito de fraude del artículo 436 del Código Penal y de un delito de estafa del artículo 248 y 249 del Código Penal . Se declaran de oficio
seis séptimas partes de las costas. Una vez firme esta sentencia, comuníquese al Registro Central de Penados y Rebeldes del Ministerio
de Justicia con mención del precepto infringido.
Contra esta sentencia puede interponerse recurso de apelación ante este Juzgado para ante la Ilma. Audiencia Provincial de esta
Ciudad, en el plazo de diez días a contar del siguiente a su notificación.
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SEGUNDO.- Contra referida sentencia se interpuso recurso de apelación por la Procuradora Dª Cristina Martín Manjón en nombre
y representación de Carlos y Alejandra, solicitando que revocando la apelada absuelva, con todos los pronunciamientos favorables a los
anteriormente mencionados del delito a que han sido condenados por la Sentencia del Juzgado de lo Penal.
Por el Procurador Ángel Martín Santiago, en nombre y representación de la Entidad Local Menor de Bercimuelle, solicitando revocar
la recurrida en los siguientes particulares:
A) Que los hechos declarados probados son constitutivos de sendos delitos de prevaricación y de usurpación de funciones, previstos
y penados en los artículos 404 y 402 del C.P.
B) Que de dichos delitos son responsables en concepto de autores Alejandra, en cuanto a la prevariación, y Carlos, en cuanto a la
usurpación de funciones, debiendo responder como cómplice Alejandra del último tipo mencionado.
C) Que procede imponerles:
1.- A Alejandra, la pena de inhabilitación especial para empleo en cualesquiera Administraciones Públicas y para el derecho de
sufragio pasivo por tiempo de ocho años y seis meses por el delito de prevariación, así como la pena de un años de prisión por el delito
de usurpación de funciones.
2.- A Carlos, la pena de dos años de prisión por el delito de usurpación de funciones.
En ambos casos, con las accesorias a las penas privativas de libertad.
D) Que los condenados reintegren, a las arcas del Ayuntamiento de Puente del Congosto y de la E.L.M. de Bercimuelle, en proporción
del 63 % y del 37 %, respectivamente, la totalidad de emolumentos percibidos por Carlos junto a las cotizaciones efectuadas en Seguridad
Social, o alternativamente que Carlos reintegre a la E.L.M. de Bercimuelle el importe de 2.225,70 euros (por indicados conceptos
limitados a los meses de octubre de 2001 a enero de 2002, ambos inclusive).
E) Que los penados igualmente deberán abonar, solidariamente, el cincuenta por ciento de las costas ocasionadas, incluidas las de
la acusación particular.
Y por el Ministerio Fiscal solicitando se dicte sentencia revocando la recurrida en los términos de las conclusiones definitivas.
TERCERO.- Por el Ministerio Fiscal, se interesó la desestimación del recurso de apelación interpuesto por Carlos y Alejandra,
adhiriéndose al interpuesto por la Entidad Local Menor de Bercimuelle, con excepción de la petición de condena de Alejandra, autora
de un delito de usurpación de funciones por entender que solo lo es de un delito de prevariación, entendiendo igualmente que solo existe
responsabilidad civil de Carlos.
Por la Procuradora Dª Cristina Martín Manjón, en nombre y representación de Carlos y Alejandra, se presentaron escritos de impugnación al recurso de apelación interpuesto por la representación de la querellante y por el Ministerio Fiscal, interesando la desestimación
de los mismos.
Y por el Procurador D. Ángel Martín Santiago, en nombre y representación de la Entidad Local Menor de Bercimuelle, se presentó
escrito adhiriéndose al recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Fiscal e impugnando el formulado por la representación de
los acusados, solicitando la revocación de la recurrida.
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CUARTO.- Recibidas que fueron en esta Audiencia Provincial referidas diligencias se instruyó el presente Rollo, señalándose para
la votación y fallo del presente recurso de apelación el día siete de febrero de dos mil cinco, y poniéndose las actuaciones de manifiesto
al Ilmo. Sr. Magistrado Ponente para dictar resolución.
Se aceptan íntegramente los hechos declarados probados por la sentencia de instancia.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Por sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal núm. 2 de Salamanca , se condenó a Carlos como autor de un delito
de usurpación de funciones del art. 402 del C. Penal y a Alejandra como cómplice del mismo, absolviendo al primero de los delitos
de aceptación de nombramiento ilegal, falsificación de documento público y estafa, y a la segunda de los delitos de prevaricación,
nombramiento ilegal, falsificación de documento público, fraude y estafa.
El Ministerio Fiscal recurre la sentencia por los siguientes motivos: 1) Infracción de precepto legal por inaplicación del art. 404 del
C.P. , 2) Infracción de precepto legal por inaplicación del art. 109 C.P. y 3) Infracción de precepto legal por inaplicación del art. 56 C.P.
La acusación particular, Entidad Local Menor de Bercimuelle, recurre también la sentencia por:
1) Vulneración del art. 404 del C.P.
2) Necesaria imposición de la pena señalada en el art. 404 C.P. en relación con los arts. 42, 66-1ª y 74.1 C.P.
3) Vulneración del art. 402 C.P. , por el que se ha determinado en la sentencia la condena y la imposición de pena, en cuanto a ésta.
4) Infracción de los arts. 109, 110, 113, 116-1º, 123 y 124 C.P. y 240 L.E.Crim.
La defensa de ambos acusados recurre la sentencia condenatoria por: Infracción del art. 402 del C. Penal por error en la apreciación
de los elementos objetivos y subjetivos del tipo penal, ser contraria su aplicación a la Jurisprudencia y no ser coherente la condena con
los fundamentos de derecho que constituyen la línea argumental de la sentencia para concluir con la absolución por el resto de los delitos
por los que eran acusados y que concreta en:
1) Error en la apreciación de los elementos objetivos del tipo.
2) Error en la apreciación de los elementos subjetivos del tipo.
3) Contradicción con la Jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre el tipo.
4) Incoherencia de la sentencia.
SEGUNDO.- Por elementales razones de coherencia es necesario proceder en primer lugar al análisis del recurso interpuesto por
el Ministerio Fiscal en el que solicita principalmente la revocación de la sentencia a los efectos de que se condene a Alejandra como
autora de un delito de prevaricación del art. 404 del C. Penal .
Al respecto hay que comenzar analizando la cuestión de si es posible llegar a dictar una sentencia condenatoria en segunda instancia
por un delito del que la acusada ha resultado absuelta en la primera instancia, sin practicar prueba que dependa de los principio de
inmediación o contradicción.
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Al respecto debemos citar las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de 27 de junio de 2000 (caso Tierce c. San
Marino), 27 de junio de 2000 (caso Constantinescu c. Rumanía), 29 de octubre de 1991 (caso Helmers c. Suecia), 29 de octubre de 1991
(caso Jan-Äke Anderson c. Suecia), 29 de octubre de 1991 (caso Fedje c. Suecia), 26 de mayo de 1988 (caso Ekbatani c. Suecia). En
ellos se afirma que la falta de audiencia del demandante ante el órgano de apelación constituye una violación del art. 6 párrafo 1º del
Convenio Europeo, relativo al derecho a un proceso justo (Constantinescu). La misma violación se aprecia en el caso Helmers c. Suecia,
debido a la negativa del Tribunal de Apelación a acoger la demanda de audiencia contradictoria del demandante, o en el caso Ekbatani.
Sin embargo en los casos Luis Antonio y José Ramón, ambos contra Suecia, el TEDH descarta la violación del art. 6,1 del Convenio
Europeo para la protección de los Derechos Fundamentales y Libertades Públicas, al no plantearse ninguna cuestión de hecho o de
derecho que no pudiera resolverse basándose en el expediente.
Nuestro Tribunal Constitucional también ha tenido ocasión de pronunciarse sobre esta cuestión, entre otras en las sentencias 4/2004,
de 14 de enero, 118/2003, de 16 de junio; 68/2003, 41/2003, de 27 de febrero; 230/2002, de 9 de diciembre; 212/2002, de 11 de
noviembre; 200/2002, de 28 de octubre; 198, 197, 170/2002, de 30 de septiembre, y 167/2002, de 18 de septiembre.
Así la S.T.C. 118/2003, afirma:
"Hasta qué punto el órgano judicial ad quem puede revisar y corregir, sin verse limitado por las exigencias de inmediación y contradicción, la ponderación de la prueba que realiza el Juez penal de instancia, es la cuestión que se aborda por la ya citada STC 167/2002,
de 18 de septiembre en la que fue sentada por el Pleno de este Tribunal la doctrina constitucional que se reitera en las posteriores SSTC
197/2002, 198/2002 y 200/2002, de 28 de octubre; 212/2002, de 11 de noviembre; 230/2002, de 9 de diciembre; 41/2003, de 27 de
febrero; y 68/2003, de 9 de. Como hemos declarado en estas Sentencias, "desde su Sentencia de 26 de mayo de 1988 -caso Ekbatani
contra Suecia-, cuya doctrina se ha visto consolidada en otros pronunciamientos más recientes (vid. SSTEDH de 8 de febrero de 2000
-caso Cooke contra Austria y caso Stefanelli contra San Marino-; 27 de junio de 2000 -caso Constantinescu contra Rumania-, y 25 de
julio de 2000 -caso Tierce y otros contra San Marino), el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tiene declarado, en relación con
demandas promovidas por infracción del art. 6.1 del Convenio como consecuencia de haberse fallado la apelación de una causa penal
sin que se hubiese celebrado en esa fase audiencia o vista pública -como en el presente caso en el que se dictó además una Sentencia
absolutoria en la primera instancia que fue revocada en la apelación y sustituida por una Sentencia condenatoria- que el proceso penal
constituye un todo, y que el Estado que organiza Tribunales de apelación tiene el deber de asegurar a los justiciables, a este respecto,
las garantías fundamentales del art. 6.1 CEDH" (STC 197/2002, de 28 de octubre, FJ 3).
Es necesario, para ello, examinar el papel que ha de desempeñar la jurisdicción de apelación y la manera en la que los intereses del
demandante han sido realmente expuestos y protegidos ante el Tribunal a la vista de las cuestiones que éste tiene que juzgar. Ahora
bien, como precisábamos en la STC 167/2002, de 18 de septiembre, la exigencia de audiencia pública en segunda instancia no resulta
siempre e indefectiblemente impuesto al depender de la naturaleza de las pruebas sometidas a consideración del Tribunal ad quem.
Por ello hemos también declarado a partir de esta Sentencia que, "incluso cuando el Tribunal de apelación esté investido de plenitud
de jurisdicción, tal circunstancia no implica siempre, en aplicación del art. 6 del Convenio, el derecho a una audiencia pública en
segunda instancia, independientemente de la naturaleza de las cuestiones a juzgar. La ausencia de vista o debates públicos en segunda o
tercera instancia puede justificarse por las características del procedimiento de que se trate, con tal que se hayan celebrado en la primera
instancia" (SSTC 197/2002, de 28 de octubre, FJ 3; 167/2002, de 18 de septiembre, FJ 10).
"Sin embargo, cuando el Tribunal de apelación haya de conocer tanto de cuestiones de hecho como de Derecho, y en especial cuando
ha de estudiar en su conjunto la culpabilidad o inocencia del acusado, no puede, por motivos de equidad del proceso, decidir esas
cuestiones sin la apreciación de los testimonios presentados en persona por quien sostiene que no ha cometido la acción considerada
infracción penal; precisando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en ese supuesto que, tras el pronunciamiento absolutorio en
primera instancia, el acusado debe ser oído por el Tribunal de apelación, especialmente cuando, como es aquí el caso, ha sido este órgano
judicial el primero en condenarle en el marco de un procedimiento dirigido a resolver sobre una acusación en materia penal (STEDH de
27 de junio de 2000 -caso Constantinescu contra Rumania). Esta doctrina se reitera en la STEDH de 25 de junio de 2000 -caso Tierce y
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otros contra San Marino- en la que se excluye que la ausencia de hechos nuevos sea suficiente para justificar la excepción a la necesidad
de debates públicos en apelación en presencia del acusado, debiendo tenerse en cuenta ante todo la naturaleza de las cuestiones sometidas
al Juez de apelación" (SSTC 197/2002, de 28 de octubre, FJ 3; 167/2002, de 18 de septiembre, FJ 10)."
En base a la doctrina del Tribunal Constitucional antes citada, la exigencia de audiencia pública en esta segunda instancia no procede
siempre indefectiblemente, pues debe tenerse en cuenta la naturaleza de las pruebas sometidas a consideración del Tribunal ad quem.
Dado que, en el presente caso el Ministerio Fiscal acepta los hechos probados de la sentencia de instancia, discrepando únicamente de
la valoración y calificación que de los mismos se hace en los fundamentos de derecho de la sentencia recurrida, es posible proceder al
análisis de los motivos de su recurso sin necesidad de practicar prueba en la segunda instancia, una vez declarado, como así se ha hecho,
que se aceptan en su integridad los hechos declarados probados por el Tribunal "a quo".
Otra consideración merece el recurso interpuesto por la representación de la acusación particular, pues si bien es cierto que está en
sintonía con el recurso del Ministerio Fiscal, considera que hay error en la apreciación de la prueba al omitir el juzgador de instancia
las actuaciones de los acusados anteriores al 22 de octubre de 2001, que muestran, a su modo de ver, una determinada intencionalidad,
analizando detalladamente todo el material probatorio y muy especialmente las declaraciones de los acusados y testigos, declaraciones
que ahora, y en base a la citada doctrina del TEDH y TC no puede ser tenida en cuenta sin la práctica de nueva prueba en la que se
garantice la inmediación y contradicción y sin que se haya solicitado vista para la práctica de la misma.
No obstante, siempre será posible, por no verse afectada por la inmediación y contradicción, la valoración en esta segunda instancia
de la prueba documental unida a las actuaciones, aunque, como hemos dicho, basta, a los efectos de una eventual condena por el delito
de prevaricación, con tener en cuenta los hechos declarados probados, sin introducir ninguna modificación en esta segunda instancia
y ello por las razones que se exponen a continuación.
TERCERO.- El bien jurídico protegido en el delito de prevaricación es el correcto ejercicio de la función pública conforme a los
parámetros constitucionales. No obstante, el interés específicamente protegido es el debido respecto del principio de legalidad en el
ejercicio de las distintas funciones públicas, como principio esencial al que debe someterse la actividad pública en un Estado Social
y Democrático de Derecho; principio que goza de un amplio refrendo constitucional, como indican, entre otras, las S.S.T.S. de 23
noviembre 93, 21 febrero 94, 24 junio 94 y 14 julio 95.
La tutela penal debe quedar limitada a aquellos ataques más graves contra la función pública, respetando los principios de mínima
intervención y de selección fragmentaria de conductas en la intervención jurídico penal. Por ello el CP limita el tipo a aquellas infracciones de las normas legales administrativas llevadas a cabo en forma dolosa, por constituir las modalidades más graves de comportamiento, habiendo optado el legislador de 1995 por fijar una nítida frontera del ámbito sancionador que corresponde al derecho penal
con relación a otras normas del ordenamiento jurídico en la materia.
El delito de prevaricación requiere, pues, que la autoridad o funcionario público, a sabiendas de su injusticia, dicte una resolución
en un asunto administrativo, resolución que debe ser arbitraria, mientras que el anterior C.P. utilizaba el calificativo de injusta.
Esta A.P. en sentencia de 12 de abril 2002 dijo:
"No cabe duda de que el derecho penal rige el principio de intervención mínima debiendo resolverse las irregularidades o incluso
ilegalidades administrativas a través de la jurisdicción contencioso administrativa quedando reservada la intervención del derecho penal
exclusivamente para aquellos supuestos en los que claramente se aprecia la existencia de los elementos del tipo según la previsión del
legislador y que en lo que se refiere al delito de prevaricación, tal y como ha sido analizado e interpretado por la jurisprudencia del TS
(SS 27/1/98,23/4/97...) suponen que debe existir una resolución administrativa injusta, cuya ilegalidad sea evidente, patente, flagrante
y clamorosa, es decir, que supera la mera evidencia de la ilegalidad, poniendo el acento en la fácil cognoscibilidad de la contradicción
del acto con el derecho, lo que supone un ejercicio arbitrario del poder, no sometiéndose el funcionario al dictar su resolución a lo
querido por la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico, sino a su capricho y voluntad (SSTS 23/5/98, 4/12/98 y 23/10/2000),
con pleno conocimiento por la autoridad del funcionario de la injusticia de la resolución que dicta, elemento subjetivo éste de especial
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trascendencia, sobre la que ha llamado la atención el T. S. en aquellos casos en que tratándose de una prevaricación administrativa el
presunto autor puede no ser jurista (STS 23/10/2000)."
Los elementos que exige el tipo son:
1º Que se dicte una resolución, entendiendo por tal cualquier acto administrativo que suponga una declaración de voluntad de
contenido decisorio, que afecte a los derechos de los ciudadanos administrados, expresa o tácita, escrita u oral, son eficacia ejecutiva,
es decir, que resuelva sobre el fondo (STS 24 junio 94 y 17 febrero 95).
2º La resolución debe recaer sobre un asunto administrativo, entendiendo por tal todas las resoluciones emitidas por funcionarios
públicos y sometidas al Derecho administrativo, siempre que afectan al derecho de los administrados y a la colectividad en general, y
que además requieran de un procedimiento formal en el que el funcionario decida la aplicación del derecho acordado, (S.T.S. 31 marzo
1994, 3 diciembre 1993).
3º Carácter arbitrario de la resolución. La injusticia de la resolución ha sido interpretada por el T.S. de forma objetiva, en el sentido
de exigir una contradicción de la resolución con el ordenamiento jurídico, (STS 10 mayo 1993 y 27 mayo 1994).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, como afirma la sentencia de esta Audiencia de 10 de mayo de 1999:
"Para integrar el tipo de prevaricación no es suficiente que la resolución esté en contradicción con el ordenamiento jurídico, puesto
que no basta la ilegalidad que a veces puede ser producto de una interpretación errónea, equivocada o discutible, sino que se precisa
una contradicción clara y patente como es el caso, en el que no existe duda, como afirma la sentencia apelada, que la resolución dictada
por el acusado es contraria a derecho o no adecuada a la legalidad vigente por cuanto sin causa objetiva, adecuada y suficiente, priva al
funcionario de prestar el servicio de guardias que le da derecho a obtener unos complementos económicos, contradiciendo la normativa
que en Castilla y León rige la materia y siendo plenamente consciente de ello.
Tampoco puede afirmarse que es necesario para la existencia del delito de prevaricación que la resolución injusta o arbitraria perjudique a la causa pública o a intereses generales de la sociedad o de los administrados en general, sino en la medida en que la resolución
injusta o arbitraria perjudica a los intereses de los administrados, como es el caso que nos ocupa, tenemos que afirmar también que se
lesiona el bien jurídico que este tipo protege puesto que, evidentemente, la resolución arbitraria que priva de las guardias al querellante,
supone una declaración de voluntad que afecta al ámbito de los derechos del administrado, y de este modo, al recto y normal funcionamiento de la Administración pública con sujeción al sistema de valores instaurados en los artículos 103 y 104 de la Constitución ."
Es reiterada la doctrina jurisprudencial que requiere, para apreciar la injusticia, que el sujeto actúe con absoluta falta de competencia,
de modo que invada atribuciones que le son extrañas, que la resolución prescinda de elementos formales indispensables, o bien, que el
propio contenido de la resolución constituya un "torcimiento" del derecho, o una contradicción con el ordenamiento jurídico patente y
manifiesta (STS. 28 diciembre 94, 5 abril 95, 2 noviembre 95). Por arbitraria hay que entender aquella resolución que expresa algo más
que la simple contradicción con el derecho positivo, sinónima de "torcer" el derecho, en el sentido de tomar una decisión que jamás
podría tener cabida en el ordenamiento jurídico.
Al respecto la STS de 25 de mayo de 2004 afirma:
"Hay que decir aquí, una vez más, algo que esta sala viene repitiendo constantemente, tanto para la prevaricación administrativa
como para la judicial: no basta la mera ilegalidad a este respecto; no existen estos delitos cuando la resolución correspondiente es sólo
una interpretación errónea, equivocada o discutible, como tantas veces ocurre en el ámbito del derecho; se precisa una discordancia
tan patente y clara entre esa resolución y el ordenamiento jurídico que cualquiera pudiera entenderlo así por carecer de explicación
razonable. Es decir la injusticia ha de ser tan notoria que podamos afirmar que nos encontramos ante una resolución arbitraria. Son
equivalentes, pues, las respectivas expresiones de los citados art. 358 CP anterior y 404 CP actual, "resolución injusta" o "resolución
arbitraria" respectivamente.
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También es muy reiterada la doctrina de esta sala a la hora de concretar el contenido de esa injusticia o arbitrariedad: puede radicar
en la absoluta falta de competencia del funcionario o autoridad, en la inobservancia de alguna norma esencial del procedimiento, en la
ausencia de razonamiento, o en el propio contenido sustancial de lo resuelto."
4º.- El último elemento, de evidente carácter subjetivo, implica que, para cometer el delito de prevaricación, el autor deberá "a
sabiendas" de su injusticia, adoptar la resolución. Exige, pues, conciencia y voluntad del acto.
Así, la anteriormente citada Sentencia TS de 25 de mayo de 2005 dice:
"El otro requisito, de carácter subjetivo, viene recogido en los términos "a sabiendas", que es la consignación expresa en el texto de
la norma penal del dolo como elemento del delito, que revela el propósito del legislador de exigir el dolo directo para la comisión de
este delito. Dolo es actuación del sujeto conociendo la concurrencia de los elementos objetivos del injusto, en este caso, actuación con
el conocimiento del contenido injusto o arbitrario de la resolución administrativa. Véanse entre otras muchas las sentencias de esta sala
de 10.5.93, 20.4.95, 2.11.95, 1.4.96, 23.4.97, 2.7.97, 3.2.98, 18.5.99, 19.10.2000, 12.2.2001, 17.5.2002 y 5.3.2003."
Igualmente, la STS de 31 de marzo de 2004, afirma:
"Finalmente es necesario que exista un dolo muy concreto en la actividad delictiva, dolo que se traduce en la exigencia de que el agente
comisor dicte la resolución arbitraria "a sabiendas" de su injusticia. Este aspecto subjetivo de la intencionalidad debe tener su verdadera
dimensión en cada caso concreto, pues no es lo mismo que el hecho sea cometido por una persona lega en conocimientos jurídicos que
otra que por su profesión, cargo o cualquiera otra circunstancia posea esos conocimientos, sobre todo en el ámbito administrativo."
Y, para su evidente aplicación al caso, debemos citar las SSTS de 12 de diciembre de 2003:
"La resolución era, por lo tanto, manifiestamente injusta y se había dictado "a sabiendas" no obstante la advertencia de su ilegalidad
hecha por el Secretario de la Corporación municipal, por tanto con conciencia y voluntad del acto realizado. La subsunción fue correcta
pues se cumplían todos los requisitos establecidos por la jurisprudencia sobre el art. 358.1 del Código penal de 1973 , que había sido el
aplicado y del art. 404 del Código Penal vigente de 1995", y 4 de diciembre de 2003:
"De conformidad con lo expresado en la citada STS núm. 766/1999, de 18 mayo, como el elemento subjetivo viene legalmente
expresado con la locución "a sabiendas", se puede decir, en resumen, que se comete el delito de prevaricación previsto en el artículo
404 del Código Penal vigente cuando la autoridad o funcionario, teniendo plena conciencia de que resuelve al margen del ordenamiento
jurídico y de que ocasiona un resultado materialmente injusto, actúa de tal modo porque quiere este resultado y antepone el contenido
de su voluntad a cualquier otro razonamiento o consideración."
La prueba del elemento subjetivo resulta compleja y con frecuencia obliga a recurrir a pruebas indirectas o de indicios, habiéndose
negado al carácter doloso de la conducta cuando se solicita previo dictamen al asesor jurídico y se resuelve de conformidad, afirmándose,
como hemos visto, en caso contrario, o incluso cuando se dicta la resolución arbitraria sin haber utilizado los medios puestos a su alcance
para comprobar su concordancia con el ordenamiento jurídico (STS. 10 mayo 1993), lo que sería una forma de dolo eventual.
CUARTO.- En consideración a lo anteriormente expuesto hay que tener en cuenta que la sentencia de instancia, en su fundamento de
derecho primero, analiza correctamente la doctrina existente acerca del delio de prevariación, para, a continuación, ponerla en relación
con la conducta observada por la acusada Alejandra, llegando a la conclusión de que "tenia la condición de autoridad" y "dictó una
resolución administrativa, la Resolución de fecha 22-10-2001 por la que nombró a Carlos, Secretario -Accidental de la plaza de Secretario
- Interventor del Ayuntamiento de Puente del Congosto"... "que infringía abiertamente lo dispuesto en los artículos 10, 30 a 34 del R.D.
1732/1994 de 29 de julio de 1994 ...". Añade la Juez "También infringió la Resolución de la Alcaldesa de fecha 22-10-2001 el artículo
34 del R.D. 1732/1994 pues la acusada nombró a quien ella quiso prescindiendo total y absolutamente de los principios de igualdad,
mérito, capacidad y publicidad, no reuniendo el agraciado con dicho nombramiento la titulación exigida para el acceso a la subescala
y categoría del puesto".
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Hasta aquí, esta Sala está totalmente de acuerdo con la sentencia de instancia. Basta con leer detenidamente la declaración de hechos
probados para llegar a esa misma conclusión.
El error en la instancia se produce cuando se analiza el cuarto requisito o elemento del delito de prevaricación, el obrar "a sabiendas"
de la injusticia de la resolución.
La Juez parte de la existencia de un hecho incompatible con que la acusada dictara la resolución a sabiendas de su injusticia y este
hecho es que puso en conocimiento de la Junta de Castilla y León la citada resolución remitiendo copia de la misma "no resultando a los
efectos ahora examinados transcendentes que el escrito que la acompañaba pusiera que el acusado Carlos era empleado municipal"...
la frase entrecomillada, que aparece por primera vez ahora en la sentencia de instancia, pero que por referirse a hechos tiene indudable
valor de hecho probado, a pesar de su omisión en el lugar procesalmente oportuno, es de especial trascendencia en cuanto manifiesta
un especial deseo de la acusada de ocultar parte de la verdad a la Junta de Castilla y León.
Pero además, aún podemos sacar otras conclusiones admitiendo que no supiera de la ilegalidad de la resolución. (Si no lo sabía
¿porqué ese interés en ocultar que Carlos con anterioridad no era empleado municipal? o ¿es que estaba advertida o convenientemente
asesorada de que, conforme al R.D. 1732/1994, art. 33 , tal vez fuera posible nombrar con carácter accidental , y ante la imposibilidad
-todavía no acreditada-, de provisión del puesto por los procedimientos previstos en los arts. 30 a 32 del R.D., a uno de los funcionarios
suficientemente capacitado y era la manera de que pasase desapercibido el nombramiento para la Junta de Castilla y León).
Como decimos, se puede concluir que mantuvo su resolución, sin enmendarla, sabiendo de su injusticia, y ello se deduce de los
hechos probados:
- "La resolución es de fecha 22 de octubre de 2001, aunque ya el 28 de septiembre y el 1 de octubre, Carlos tenía reconocida firma
en dos entidades bancarias y el 1 de octubre se firma un contrato de trabajo en el que se contrataba al acusado como secretario ".
- "El 25 de octubre de 2001 comunica el Decreto de la Alcaldía a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León."
- "El 26 de octubre, al día siguiente "el Secretario Territorial de la Delegación Territorial en Salamanca de la Junta de Castilla y León
remitió un escrito a la acusada en el que le comunicaba que habiendo cesado la funcionaria titular de la Agrupación, sólo podría cubrirse
la vacante de conformidad con lo establecido en el Real Decreto 1732/1994 de 29 de julio, de provisión de puestos de trabajo reservados
a funcionarios de la Administración local con habilitación de carácter nacional y que a la vista de la documentación remitida debía
regularizar la situación de la Secretaría intervención en los términos establecidos en la normativa vigente al efecto de evitar posibles
responsabilidades en nombramiento ilegal y sus repercusiones en la función pública y asesoramiento legal preceptivo atribuido a los
puestos de Secretaria ."
- "En parecidos términos el Presidente del Colegio Oficial de Secretarios Interventores y Tesoreros de la provincia de Salamanca
remitió una carta a la acusada en fecha 10 de noviembre de 2001."
- "La acusada no atendió a lo manifestado en tales escritos del Secretario Territorial de la Delegación Territorial de la Junta de
Castilla y León en Salamanca y Presidente del Colegio Oficial de Secretarios , Interventores y Tesoreros de la Provincia de Salamanca ."
- "Con fecha 2 de enero de 2002 el Director General de Administración Territorial de la Junta de Castilla y León remitió a la acusada
un informe sobre los concursos para la previsión de puestos de trabajo reservados a funcionarios con habilitación nacional, modelo de
bases y del decreto de convocatoria para su información y a los efectos oportunos, comunicándole que la documentación relativa a la
convocatoria del concurso ordinario para el puesto vacante, la tenía que remitir a la Dirección General de la administración Territorial
antes del 10 de febrero."
- "En fecha 21-1-2002 se remitió a la Alcaldesa de Puente del Congosto escrito de fecha 18-1-2002 del Secretario Territorial de la
Delegación Territorial en Salamanca de la Junta de Castilla y León en el que se manifestaba que se había tenido conocimiento que no se
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había seguido el procedimiento legalmente previsto e indicado en el escrito de fecha 26-10-2001 y se requería a la citada Alcaldesa para
que remitiera a la Delegación Territorial en el plazo de cinco días, documento original o copia compulsada del Decreto o Resolución de
la alcaldía de nombramiento de secretario así como de las actas celebradas desde dicha fecha."
Hasta cuatro veces se le pone de manifiesto a la alcaldesa la ilegalidad del nombramiento y, pese a ello seguía manteniendo a Carlos
trabajando en el Ayuntamiento de Puente del Congosto", como también se afirma en los hechos probados.
Si ponemos esta conducta en relación con la doctrina jurisprudencial antes citada, difícilmente se puede negar la concurrencia del
elemento subjetivo del tipo, sin que pueda alegarse que, por su condición de ama de casa no tenía conocimientos y no sabía lo que
debía hacer ante tales requerimientos, máxime cuando nadie le había advertido de que podía incurrir en responsabilidades penales.
Precisamente, a un ama de casa es fácil que le afecte, y mucho, el primer requerimiento en el que se le advierte de las "posibles
responsabilidades en nombramiento ilegal y sus repercusiones en la función pública y asesoramiento legal preceptivo atribuido a los
puestos de Secretaría ".
Pero además, no se le advierte una, sino hasta cuatro veces, antes de atender a los mismos y suscribir un nuevo contrato con el
acusado, esta vez para prestar servicios como administrativo, y lo normal es que, quien dice, no tener conocimientos, sea el primero en
buscar asesoramiento y apoyo. La única reacción de la alcaldesa fue contestar el último requerimiento, a mano y justificándose en ser
ama de casa, alegaciones de las que desconfía la juez de instancia, pues es evidente que disponía de Carlos como secretario accidental
, lo que pone de manifiesto, una vez más, una desleal actitud que contribuye a demostrar que tenía perfecto conocimiento de la injusta
resolución dictada.
Haciendo nuestras las alegaciones del Ministerio Fiscal, la permanencia en la ilegalidad refrenda la conclusión de que la contratación
tenía como única finalidad colocar a Carlos .
QUINTO.- Podría plantearse la cuestión de si la conducta observada por Alejandra es constitutiva de un delito de nombramiento
ilegal del art. 405 del C.P. La doctrina entiende que existe una práctica identidad entre el bien jurídico tutelado en este delito y el
de prevariación, esto es, el debido respecto del principio de legalidad en el ejercicio de las distintas funciones públicas. Pero existen
importantes diferencias entre ellos que justifican su tratamiento separado. Así se llega a afirmar que los comportamiento tipificados en el
art. 405 C.P. son menos lesivos, pues la descripción típica requiere únicamente que la resolución sea ilegal, concepto con un significado
abiertamente distinto al empleado para calificar la resolución en el delito de prevariación (arbitraria). El delito del 405 C.P. es un minus
con respecto a la prevariación genérica del art. 404 C.P. , por lo que en los supuestos de propuesta, nombramiento o toma de posesión
arbitrarios, verificados a sabiendas de su injusticia, deben subsumirse en el tipo del 404, salvo que quede comprometido el principio
de proporcionalidad.
Sin embargo, importa ahora más un elemento del tipo de especial trascendencia en el supuesto que nos ocupa: es necesario que el
funcionario sea genéricamente competente para proponer, nombrar o dar posesión y Alejandra no lo era.
Al respecto la sentencia del Tribunal Supremo de 9 de marzo de 1994, citada en su recurso por el Ministerio Fiscal, es sumamente
clara al respecto por lo que destacamos de la misma los siguientes párrafos, al referirse también del nombramiento por un alcalde de
un secretario :
"La sentencia considera incurso al acusado en el delito del art. 382 en base a decir recaer el nombramiento provisional de Secretario
en persona carente de los requisitos legales establecidos, verificar el nombramiento de manera totalmente personal, sin sujeción a procedimiento alguno, ni siquiera documentando tal acto, y conociendo la carencia de requisitos en el nombrado . Pero es la propia sentencia
la que en el fundamento primero alude a la normativa reguladora al efecto representada por el RD 1174/1987, de 18 septiembre , y a
la falta de competencia del acusado para realizar el nombramiento efectuado. Así resulta, efectivamente, del análisis de los arts. 37 y
ss. de dicho Real Decreto. Concretamente, y aunque el art. 42 permite en caso de un puesto vacante determinadas opciones a la entidad
local, entre ellas efectuar una habilitación con carácter accidental , ello ha de ser siempre a favor de uno de sus funcionarios suficientemente capacitado, y tras haber solicitado la CL al Ministerio para las Administraciones Públicas la provisión del puesto mediante un
nombramiento provisional, no habiendo sido posible efectuarlo.
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En último término, y subsidiariamente, podrá la Corporación elevar al Ministerio propuesta de nombramiento , como funcionario
interino, de una persona que reúna las condiciones de titulación exigidas para el desempeño del mismo. No puede perderse de vista que el
precepto del art. 382 CP limita su tipificación al supuesto de nombramiento para cargo público de persona carente de los requisitos exigidos, pero partiendo de su efectuación por funcionario público competente para ello. Y, desde luego, previos los acuerdos corporativos
correspondientes y formulación de la oportuna propuesta. Si el Alcalde acusado carecía por sí solo de competencia para la designación
efectuada, cualesquiera que sean las condiciones del sujeto nombrado , el ilícito podrá tener su encaje en otra norma penal distinta, y,
por supuesto, merecer la sanción administrativa que corresponda, pero quedando fuera del cono de proyección del art. 382."
SEXTO.- Una vez acreditado, según se deduce de los hechos probados que Alejandra actuó a sabiendas de la injusticia de su proceder,
debe considerársela autora de un delito de prevaricación del art. 404 del C. Penal y, a tenor de lo previsto en este precepto en relación
con los arts 61, 66.6ª, 72 y 42 del C. Penal , procede imponerle la pena de 7 años de inhabilitación especial para empleo o cargo público
de carácter electivo, ya que el delito se ha cometido valiéndose de su condición de alcaldesa, quedando incluida la pérdida de todos los
honores que lleva consigo y sin posibilidad de obtener el mismo u análogo durante el tiempo de la condena. La pena se impone en el
grado mínimo previsto al no concurrir circunstancia alguna y ser delincuente primaria.
SEPTIMO.- Estimando el recurso del Ministerio Fiscal y de la acusación particular y considerando a Alejandra autora de un delito
de prevaricación para el nombramiento como secretario de Carlos, difícilmente se sostiene que sea cómplice del delito de usurpación de
funciones del que se acusa a este, pues dicha forma de participación no es sino la consumación de la prevaricación cometida, quedando
subsumida en ésta y sin posibilidad de reproche penal autónomo. Por ello debe ser absuelta del delito de usurpación de funciones, sin
necesidad de analizar los motivos de su recurso en este sentido, pues, como advierte el Ministerio Fiscal, si tiene conocimiento de que,
la actuación de Carlos como secretario es una usurpación de funciones, quien realiza su nombramiento no puede ser cómplice, sino
autora de prevaricación.
OCTAVO.- Sin embargo, sí es necesario entrar a conocer del recurso interpuesto por Carlos por infracción del art. 402 del C. Penal
, error en los elementos objetivos del tipo, error en los elementos subjetivos, contradicción con la doctrina del Tribunal Supremo e
incoherencia con los argumentos contenidos en la sentencia.
El recurso no ataca expresamente la declaración de hechos probados que, como hemos manifestado, se acepta en su integridad.
Partiendo de la realidad de los mismos es evidente que no se incurre por la Juez de Instancia en error en los elementos objetivos y
subjetivos del tipo de usurpación de funciones.
Así, la conducta descansa en tres componentes: El ejercicio del acto propio de una autoridad o funcionario público, la falta de
legitimación, y la atribución de carácter oficial, siendo este último elemento el que presta el carácter genuinamente propio de una
falsedad personal.
Basta con examinar la jurisprudencia existente al respecto, de las que es buen ejemplo las STS de 24-6-1998:
"La doctrina de esta Sala ha venido señalando los requisitos precisos para la existencia del delito de usurpación de funciones que
recogía el primer párrafo del artículo 320 del anterior Código Penal y ahora se encuentra en el 402 del nuevo Código. Esos requisitos
tienen un doble carácter: objetivo: el ejercicio de actos propios de una autoridad o funcionario público ya sean los atribuidos por una
disposición legal o reglamentaria, o aquellos que estén en el contexto de las atribuciones cuyo carácter oficial se atribuye el sujeto activo
del delito, y subjetivo: la asunción por el agente de esa función pública ya sea manifestándolo oralmente o dándolo a conocer por actos
con capacidad bastante para engañar a una persona o a una colectividad, con conocimiento por el agente de la antijuridicidad de su
conducta y voluntad de realizar su irregular actuación, todo ello en el marco de un característico delito de simple actividad que con ella
sola se lesionan intereses sociales colectivos y que por ello no precisa para consumarse de otros resultados lesivos (sentencias de 29
de octubre de 1992, 20 de julio de 1993, 20 de julio de 1994, 13 febrero y 24 octubre 1996)." para comprobar, a la vista de los hechos
probados que no han existido los errores denunciados.
Es evidente que el acusado realizó actos propios del secretario del ayuntamiento y entre ellos:
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-Firma del acta de la sesión ordinaria celebrada por la asamblea vecinal del Ayuntamiento de la Entidad Local Menor de Bercimuella
día 2 de noviembre de 2001. (folio 478).
-Certificación del Secretario del Ayuntamiento de 12 de abril de 2002. (folio 431).
-Certificación de Orden de 14 de diciembre de 2001, realizada el 30 de enero de 2002. (folio 434).
-Firma de entrega de documentos como secretario accidental el 24 de octubre de 2001. (folio 45).
-Firma de su propio nombramiento provisional (folio 48) de 22 de octubre de 2001.
-Entrega de documentación en el Registro General de la Diputación Provincial de Béjar como Secretario Interventor accidental de
5 de noviembre de 2001. (folio 440).
-Certificación constando como secretario de acuerdos del pleno de Bercimuelle de 2 de noviembre de 2001. (folio 441)
-Orden de pago de 23 de enero de 2002. (folio 92)
-Firma como Secretario en diez ocasiones para el pago de cheques desde el 8 de noviembre de 2001 a 8 de julio de 2002 y 27
transferencias a través de internet entre el 28 de noviembre de 2001 y 26 de mayo de 2002.
En cuanto al elemento subjetivo, difícilmente puede creerse que no sabia que no debía realizar tales actos, desde el momento en que,
según consta, ejerció de forma efectiva funciones de secretario y necesariamente tuvo que tener acceso a los frecuentes requerimientos
que se hacían a la alcaldesa y por el contenido de los documentos unidos a las actuaciones (folio 316).
Puede existir una cierta incoherencia en la sentencia, reconocida por el Ministerio Fiscal y por esta Audiencia, pero precisamente
la incoherencia está en haber absuelto a Alejandra del delito de prevaricación y no en la condena de Carlos, plenamente justificada por
las razones expuestas en la sentencia de instancia y que hacemos nuestras.
NOVENO.- Recurre la acusación la determinación de la pena en la Sentencia y, si bien es cierto que el C. Penal obliga a razonar
el grado y extensión concreto de la impuesta (art. 72) al encontrarse la misma dentro de los limites legalmente previstos en el tipo y,
en concreto, en su grado mínimo, ello no deja de ser una facultad del juzgador, existiendo en los autos y en especial en los hechos
probados suficientes elementos para considerar que es la adecuada y así se ha razonado en esta misma sentencia al imponer la pena
correspondiente al delito de prevaricación por el que se condena a Alejandra .
DECIMO.- En cuanto a la alegada por el Ministerio Fiscal, indebida aplicación del art. 56 del C.P. relativo a las penas accesorias,
dada la naturaleza del delito cometido, es evidente que la que debe imponerse a Carlos es la de inhabilitación especial para empleo o
cargo público, dada la relación directa con el delito de usurpación de funciones, de forma tal que la inhabilitación será para el desempeño
de cualquier empleo o cargo en la administración, sea esta local, provincial, autonómica, nacional o institucional y durante el tiempo
de la condena, incluida la derivada de cargo electo, pues difícilmente puede justificarse que ocupe un cargo de este tipo quién usurpa
funciones públicas siendo consciente de ello y pese a los requerimientos que efectuaron las autoridades competentes.
DECIMO PRIMERO.- Se invoca tanto por el Ministerio Fiscal como por la representación de la acusación la infracción del art. 109
del C.P. y concordantes en cuanto a la necesaria condena a la reparación del daño causado que debería consistir en, al menos el reintegro
de las retribuciones percibidas por quien indebidamente ocupó el cargo de secretario .
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Sin embargo, debe tenerse presente que la función se ha desempeñado, prestando servicios al municipio por lo que, de conformidad
con lo establecido entre otras en sentencias del T.S. de 26-2-1993, 28-10-93 y de la Audiencia Provincial de Asturias de 28-7-1995 y
5-2-91, si no hubo resultado dañoso no es posible la reclamación de la contraprestación por vía de responsabilidad civil.
DECIMO SEGUNDO.- En consideración a todo lo expuesto, se estima en parte el recurso interpuesto tanto por el Ministerio Fiscal
y por la acusación particular, tanto para condenar a Alejandra como autora de un delito de prevaricación, como para imponer a Carlos
la pena accesoria de inhabilitación especial en los términos dichos, desestimando su pretensión de condenar al último al pago de la
responsabilidad civil derivada del delito de usurpación de funciones. Se estima el recurso interpuesto por Alejandra al absolverla del
delito de usurpación de funciones, desestimando el interpuesto por Carlos .
Por todo ello sólo éste debe hacer frente a las costas derivadas de su recurso sin hacer pronunciamiento en cuanto a las costas
derivadas de los recursos interpuestos por las demás partes.
Vistos los artículos citados y demás de aplicación al caso.
FALLO
Que estimando parcialmente los recursos interpuestos por el Ministerio Fiscal y la representación procesal de la Entidad Menor de
Bercimuelle, así como por la representación procesal de Alejandra debemos revocar y revocamos en parte la Sentencia de 25 de octubre
de 2004 del Juzgado de lo Penal número 2 de Salamanca y debemos condenar y condenamos:
1º) A Carlos como autor de un delito de usurpación de funciones del art. 402 del C. Penal a la pena de un año de prisión e inhabilitación
especial para empleo o cargo público en la administración local, provincial, autonómica, nacional o institucional, incluida la derivada
de elección, durante el tiempo de condena.
2º) A Alejandra como autora de un delito de prevaricación del art. 404 del C. Penal a la pena de siete años de inhabilitación especial
para empleo o cargo público de carácter electivo, con perdida de los honores que lleva consigo y sin posibilidad de obtener el mismo
durante el tiempo de condena.
Se impone a ambos acusados por partes iguales una séptima parte de las costas de la instancia.
Debemos absolver y absolvemos a Alejandra como cómplice del delito de usurpación de funciones.
Se confirma la Sentencia de instancia en cuanto a la absolución a Carlos de los delitos de aceptación de nombramiento ilegal del art.
406 del C.P. de falsificación de documento público del art. 390.1.2º del C.P. y de un delito de estafa de los arts 248 y 249 del C.P. y en
cuanto a la absolución a Alejandra de los delitos de nombramiento ilegal del art. 405 del C.P. de falsificación de documento público del
art. 390.1.2ª del C.P. , de un delito de fraude del art. 436 del C. Penal y de un delito de estafa del art. 248 y 249 del C. Penal , declarando
de oficio seis séptimas partes de las costas.
Carlos deberá abonar las costas derivadas de su recurso de apelación, sin hacer pronunciamiento en cuanto al resto de las costas
causadas en esta segunda instancia.
Remítase certificación de la presente sentencia al Juzgado de procedencia con copia de la misma para notificación a las partes, junto
con los autos y archívese el presente rollo.
Así por esta nuestra sentencia, definitivamente juzgando lo pronunciamos, mandamos y firmamos. J. Ramón González Clavijo.- Ildefonso García Del Pozo.- F. Javier Cambon García.
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Publicación.- Leída y publicada ha sido la anterior sentencia por el Ilmo. Sr. Magistrado que la dictó, estando celebrando audiencia
pública en el mismo día de su fecha. Doy fe.
Fuente de suministro: Centro de Documentación Judicial. IdCendoj:37274370012005100284
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