INC-C y M-33-12 mara de la Segunda Sección de Occidente

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INC-C y M-33-12
mara de la Segunda Sección de Occidente: Sonsonate, a las diez horas y quince minutos del once
de diciembre de dos mil doce.
Por recibido el oficio N° 2691 de fecha quince de noviembre del presente
año, mediante el cual el Juez de lo Civil de esta ciudad remite a esta Cámara las diligencias no
contenciosas de ACEPTACIÓN DE HERENCIA, promovidas por el Licenciado PEDRO
ADALBERTO A. D., de […], como defensor público de derechos reales y personales de la
Procuraduría General de la República, en representación de la señora EMETERIA
CELEDONIA T. H.; a efecto de que se conozca del recurso de apelación interpuesto por el
referido profesional, del auto definitivo pronunciado a las once horas del treinta y uno de octubre
del presente año, por medio de la cual el Juez de lo Civil de esta ciudad declaró improponible la
solicitud presentada por el mismo.
De conformidad a lo establecido en el art. 277 inciso 2° con relación al
508 del Código Procesal Civil y Mercantil, y habiéndose cumplido con los otros requisitos
establecidos en los arts. 511 y 513 del Código Procesal Civil y Mercantil, ADMÍTESE el recurso
de apelación interpuesto por el Licenciado PEDRO ADALBERTO A. D.; en consecuencia,
pronúnciese la sentencia que corresponde.
I. Que en relación a la convocatoria de audiencia establecida en el art. 513
inc. 3° del Código Procesal Civil y Mercantil, esta Cámara advierte que no obstante el art. 147
texto inicial prescribe que en el proceso Civil y Mercantil rige el principio general de oralidad, el
cual tiene como finalidad primordial la contradicción entre los sujetos procesales, en aras de
facilitar la búsqueda de la verdad real; y que el art. 8 del mismo cuerpo normativo, literalmente
dice: “en los procesos civiles y mercantiles las actuaciones se realizaran de forma
predominantemente oral”, lo cual se materializa a través de las audiencias; también es cierto
que dicho artículo nos da la pauta para sostener que el mismo no es absoluto, lo que significa que
pueden darse casos en los que a pesar de lo regulado en el art. 147, pueda prescindirse de la
oralidad.
II. Que del análisis del art. 514 del Código Procesal Civil y Mercantil, el
cual prescribe expresamente: “En la audiencia, el tribunal oirá a la parte apelada para que se
oponga o para que se adhiera a la apelación. En seguida oirá a la parte apelante, con
relación a la oposición, el cual no podrá ampliar los motivos de su recurso. Tanto el
recurrente como el recurrido podrán proponer la práctica de prueba.”, se desprende que la
audiencia tiene una doble función o contenido, pues además de garantizar el principio de
contradicción se deben asegurar: 1) Las alegaciones de las partes empezando por el apelado, y 2)
El pronunciamiento sobre la prueba de las partes en apelación, la presentada en ese mismo acto
por el apelante, y la que promueva el apelado. Partiendo de esas finalidades se puede prescindir
de señalar audiencia oral por no ser necesaria para decidir el recurso de apelación interpuesto por
el Licenciado PEDRO ADALBERTO A. D., pues en primera instancia solamente ha
comparecido el solicitante, es decir, el apelante, no existiendo parte demandada que sería la parte
apelada, lo que implica que no existe parte contraria que venga a oponerse a lo planteado por el
apelante, pues las presentes diligencias son de carácter no contencioso; que, además, se debe
tomar en consideración que el impetrante en su escrito de apelación ha concretizado los
fundamentos en los que radica su inconformidad con la resolución pronunciada por el Juez A
quo; que también éste no ha solicitado la práctica o recepción de ningún tipo de prueba, y que
tampoco se prevé la posibilidad de que la pida en audiencia, pues ya consta en el expediente
documentación suficiente para resolver la improponibilidad dictada; por todo ello es que en el
presente recurso se estima que la realización de la audiencia se torna innecesaria, pues con la
celebración de la misma no se cumplirían los fines antes apuntados para los cuales se estableció;
y siendo que, como ya se mencionó anteriormente, con la documentación que obra en el proceso
esta Cámara queda suficientemente instruida para resolver el presente incidente, resulta
procedente con sólo la vista de los autos resolver el asunto de fondo planteado.
III. Que el Juez de lo Civil de esta ciudad, mediante auto definitivo de las
once horas del treinta y uno de octubre del presente año, resolvió declarar improponible la
solicitud presentada por el Licenciado PEDRO ADALBERTO A. D.; que su decisión la basó en
que la muerte está sujeta a otras disposiciones que nada tienen que ver con las de la aceptación de
herencia que menciona el Código Civil a partir de los arts 981 y sig., es decir, que las
aceptaciones de herencia son para las personas que se les ha comprobado su fallecimiento a
través de su defunción (sic), pero éste no es el caso; que resolver las presentes diligencias de
forma favorable sería contravenir lo dispuesto en relación a las reglas particulares relativas a la
herencia, ya que la aceptación de herencia y la posesión definitiva de los bienes del desaparecido
son dos cosas totalmente distintas.
IV. Que inconforme con tal resolución, el Licenciado PEDRO
ADALBERTO A. D. interpuso recurso de apelación; que su desacuerdo lo fundamentó en que la
improponibilidad decretada se ha sustentado solamente en los artículos 981 del Código Civil y 81
del Código Procesal Civil, manifestando que se contraviene una con otra, sin especificar cuál es
efectivamente la contravención. En tal sentido, en nombre y representación de su representada y
conforme lo regulado en el art. 83 C.C., inciso final, que dice: “No presentándose herederos, se
procederá de conformidad a lo prevenido para igual caso en el libro III, título de la apertura de la
sucesión”. Que estamos ante lo que es un trámite de diligencias de aceptación de herencia, es así
que al regirnos en esto, es lógico que tenemos que relacionar todo el título desde el principio y,
en éste caso, como lo pertinente es el artículo 956, 988 C. C., respecto de quienes son llamados a
la sucesión, ordinal primero, 981 y siguientes, todos del Código Civil; art. 10 del Código de
Comercio, art. 3, 17 inc. 2° y 35 inc. 3° y 14 del Código Procesal Civil y Mercantil; que en éste
ámbito de análisis es que se decidió promover DILIGENCIAS JUDICIALES NO
CONTENCIOSAS DE ACEPTACIÓN DE HERENCIA INTESTADA, a fin de que se declare
heredera con beneficio de inventario de los bienes que a su defunción dejó el señor EDUARDO
F. a su representada en su carácter de cónyuge sobreviviente, debiendo conferírsele la
administración y representación interina de la sucesión con las facultades y restricciones de los
curadores de la herencia yacente. Dicha apelación la sustenta en el artículo 510 ordinal segundo y
tercero CPCM, por lo siguiente: En cuanto al ordinal segundo del artículo en mención, es que con
la documentación se ha probado la muerte del causante, consecuentemente, lo pertinente es las
diligencias de aceptación de herencia de su representada de lo dejado por el causante, lo que dice
el artículo 83 inc. 2° C. C. En cuanto al ordinal tercero del artículo 510 CPCM, es porque se ha
aplicado un derecho no concerniente cuando le dice que le declaran IMPROPONIBLE en base al
artículo 981 y siguientes, y los artículos 81 y 87 CC., y podría decirse que el 87 inc. 2° CC., parte
primera dice: “Los bienes raíces del desaparecido no podrán enajenarse ni hipotecarse antes de la
posesión definitiva”. Que ésta parte le da más pauta para ver que sí se pueden las diligencias de
aceptación de herencia, pues en fin si el artículo 83 inciso segundo nos manda a aplicar el título
de la apertura de la sucesión, es en todo el título y lo relacionado con dicho título es de acuerdo
con lo que es HERMENEUTICA JURIDICA que se ha enseñado y nos encontramos con la
aceptación de herencia.
V. Que el Licenciado PEDRO ADALBERTO A. D., en el carácter
expresado, ha promovido en el Juzgado de lo Civil de esta ciudad diligencias judiciales no
contenciosas de ACEPTACIÓN DE HERENCIA, en representación de la señora EMETERIA
CELEDONIA T. H., a efecto de que ésta acepte la herencia intestada de los bienes que a su
defunción dejó el señor EDUARDO F.; que como prueba de la muerte del causante adjuntó a su
solicitud inicial la certificación de la partida de defunción del referido causante, en la que consta
que le fue declarada su muerte presunta (fs. 5 del expediente principal).
Que el art. 956 del Código Civil, en su parte pertinente, dispone que: “La
sucesión de los bienes de una persona se abre al momento de su muerte…”; que de acuerdo a lo
anterior, la apertura de la sucesión se produce al fallecimiento del causante. Tanto la muerte real
como la presunta da lugar a la apertura de la sucesión. En el caso de la muerte presunta la
apertura de la sucesión se produce al dictarse el decreto de posesión provisional (art. 83 C.C.); si
no ha existido posesión provisional, al dictarse el decreto de posesión definitiva (art. 89 inc.
último)
(SOMARRIVA
UNDURRAGA
DERECHO
SUCESORIO,
EDITORIAL
NASCIMENTO S. A. SANTIAGO CHILE, 1961, pag. 27).
Que, de acuerdo a lo expresado en el párrafo anterior, las diligencias de
muerte presunta y de aceptación de herencia, si bien tienen sus propias reglas particulares, son
instituciones que están relacionadas, pues sabido es que para seguir diligencias de aceptación de
herencia, es requisito o presupuesto indispensable establecer la muerte de una persona, la que,
como ya se dijo, puede ser real o presunta; que en el caso considerado, se ha probado la muerte
del causante EDUARDO F. con su certificación de la partida de defunción agregada a las
diligencias.
Que en cuanto a las finalidades del recurso de apelación interpuesto, consta
que el impugnante alegó como propósitos de la alzada, que se revisen los hechos probados que se
fijaron en la resolución, así como la valoración de la prueba (art. 510 2° CPCM) y el derecho
aplicado para resolver las cuestiones objeto de debate (art. 510 3° CPCM); que con relación a la
primera, afirma lo impetrante que con la documentación se ha probado la muerte del causante,
consecuentemente, lo pertinente son las diligencias de aceptación de herencia de su representada
de lo dejado por el causante; que al respecto se observa que el Juez de lo Civil de esta ciudad no
tuvo por probada la muerte del causante EDUARDO F., es decir, que no le dio valor probatorio a
la certificación de la partida de defunción del mismo, extendida por el Registro del Estado
Familiar de la Alcaldía Municipal de esta ciudad, en virtud de oficio número 2185, de fecha
veinticinco de agosto de dos mil diez, librado por su persona, lo que es un instrumento público
de conformidad a lo dispuesto en el art. 331 CPCM que constituye prueba fehaciente del hecho
que documenta, que es la muerte de una persona; que, por ello, ésta Cámara advierte una
valoración errónea del Juez a quo del instrumento público en cuestión.
Que con relación a la revisión del derecho aplicado que alega el impetrante,
debe decirse que el art. 510 3° CPCM se refiere a la aplicación del derecho material, para el caso,
las disposiciones legales que se refieren a la presunción de muerte por desaparecimiento, como
hecho generador del derecho subjetivo de solicitar la aceptación de herencia de los bienes del
causante; que revisado que ha sido el derecho aplicado, puede concluirse que existen
disposiciones legales relativas a la presunción de muerte por desaparecimiento, que facultan la
iniciación de las diligencias de aceptación de herencia, tales como: El art. 83 inc. último, C. C.,
que dice: “No presentándose herederos, se procederá en conformidad a lo prevenido para igual
caso en el libro III, título de la apertura de la sucesión”. En el mismo sentido, el art. 84 inc. 2° C.
C., dice: “El patrimonio en que se presume que suceden, comprenderá los bienes, derechos y
acciones del desaparecido, cuales eran a la fecha de la muerte presunta”. Asimismo, el art. 89 inc.
último C. C., ya citado, dice: “Si no hubiere precedido posesión provisoria, por el decreto de
posesión definitiva se abrirá la sucesión del desaparecido según las reglas generales. Finalmente,
el art. 90 C. C., dice: “Decretada la posesión definitiva, los propietarios, los legatarios, y en
general todos aquellos que tengan derechos subordinados a la condición de muerte del
desaparecido, podrán hacerlos valer como en el caso de verdadera muerte”; que, por las razones
antes expuestas en los párrafos anteriores, deberá revocarse el auto definitivo pronunciado por el
Juez a quo, mediante el cual declaró improponible la solicitud de diligencias no contenciosas de
ACEPTACIÓN DE HERENCIA, por estimar que no se encuentra apegada a derecho y,
además, deberá ordenársele que admita la solicitud presentada y le de el trámite legal
correspondiente.
POR TANTO: Sobre la base de lo expuesto, disposiciones legales citadas
y de conformidad a lo que establecen los arts. 1, 29 N° 1°, 218 inc.2°, 510 y 517 todos del
Código Procesal Civil y Mercantil, esta Cámara RESUELVE: a) REVÓCASE el auto definitivo
que declaró improponible la solicitud presentada en las diligencias no contenciosas de
ACEPTACIÓN DE HERENCIA, promovidas por el Licenciado PEDRO ADALBERTO A.
D., como defensor público de derechos reales y personales de la Procuraduría General de la
República, en representación de la señora EMETERIA CELEDONIA T. H.; y b)
ORDÉNASELE al Juez de lo Civil de esta ciudad admita la solicitud de diligencias no
contenciosas de ACEPTACIÓN DE HERENCIA presentada y de el trámite legal
correspondiente.
Devuélvase el proceso principal al Juzgado de su origen, con certificación
de lo resuelto.
PRONUNCIADA POR LOS MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN FRANCISCO
ELISEO ORTIZ RUIZ Y ERNESTO CEA.
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