texto - Instituto de Física del Plasma

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“Memorial” del Prof. Dr. Constantino Ferro Fontán
Buenos Aires, 11 de Mayo de 2006.
Aula del Instituto de Física del Plasma (CONICET-FCEyN/UBA)
Señoras y señores, permítanme que les de la bienvenida con el título que nos reúne en este
momento: queridos amigos de Constantino Ferro Fontán.
El Dr. Marcos Machado, Director Científico de la Comisión Nacional de Actividades
Espaciales me escribió el mes pasado:
“Gracias por avisarme. Obviamente es una noticia de esas que uno nunca quiere recibir, lo
lamento muchísimo. Como sabes muy bien, siempre he considerado a "Ferro" como un
excelente profesional, maestro y más importante aún una excelente persona. Realmente la
noticia me da mucha tristeza y te acompaño a vos y a todos en el INFIP en el sentimiento.”
Me gustaría decirle a Marcos y a otros que me han escrito, pero sobre todo a mi mismo, lo
siguiente.
Días atrás leía en el “Corriere della Sera” una nota sobre un autor napolitano
contemporáneo, escritor con un gran sentido de individualidad e independencia de los
factores mundanos. Patroni Griffi, puesto que de él se trata, pone en labios de un personaje
de la comedia "Antes del Silencio" lo siguiente.
"Debes dejar de creer que la gente se muere. Es cosa de tontos. ¡Que mala costumbre, es
casi un vicio - debes combatirlo. Es una falta de educación. Un día te voy a escribir una
lista de gente que nunca murió".
Constantino se murió hace un mes pero deberíamos ponerlo en la lista de la gente que no ha
muerto nunca. Cada uno de los presentes podría explicar porqué no murió. Yo comienzo el
encuentro con algunos recuerdos y voy a decir porqué y cómo continua viviendo conmigo.
Me gusta recordar a Constantino llegando una noche de Febrero de 1993 a Schladming,
Austria, en tren viajando desde España. Schladming es una ciudad del norte de Stiria y
célebre centro de esquí, que hospeda un conocido Simposio Invernal de Física Teórica al
cual se combinaban entonces reuniones satélites de Teoría de Plasmas en Pichl, una
pequeña aldea de las montañas cercanas. Esa noche tuvimos una cena de camaradería en
una “Italienische pizzería” de las afueras. El Dr. Charles Farrugia, entonces en el Imperial
College, hoy profesor de la Universidad de New Hampshire, EEUU, estaba allí y me ha
escrito:
“The news of the passing away of Constantino saddens me greatly. He was such a nice
man. I still remember sitting at a table with you and him passing jokes. I shall miss him
greatly.”
Al día siguiente le faltaba moneda local, había nevado toda la noche y le ofrecí un préstamo
pero “Ferro” era muy independiente, quería disponer dinero a su comodidad. El Hotel
estaba aislado en la ladera de la montaña, las primeras estribaciones del Dachstein. Había
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que ir a una estafeta postal a unos tres kilómetros en descenso para conseguir el contado.
Constantino y yo caminamos lentamente a los pies de las montañas de Stiria, hundiéndonos
en partes en la nieve, pero conversando animadamente unas tres horas entre ida y vuelta
que pasaron volando. Son momentos de confraternización inolvidables. Cuando llegamos a
la estafeta postal, solitaria y perdida en la nieve, sorpresa, sorpresa, la bella jovencita que
atendía la ventanilla luego de ver su pasaporte le habló a Constantino con fuerte acento
pero en un discreto español. Recibimos una lección acerca del nivel de los empleados
públicos de ese país.
Paso a otro aspecto de Constantino: sus clases eran un modelo, un verdadero maestro como
dice Marcos. Varias veces le dijimos: Constantino sólo falta tomar fotos de tus pizarrones,
hacer impresiones y tendríamos unos magníficos apuntes. El se sonreía y se quedaba
callado, era circunspecto en su forma de ser. Hoy eso se puede hacer fácilmente, un libro de
apuntes tomados del pizarrón con una cámara digital. Constantino dibujaba sus pizarrones
con gran perfección, en realidad los organizaba mentalmente como un ajedrecista que
anticipa varias jugadas en su mente y los realizaba con una letra y unas fórmulas dignas de
un artista gráfico.
Constantino era un perfeccionista en todo lo que le gustaba hacer. Silenciosamente y con
toda sencillez ponía en acción un alto sentido competitivo. Deseaba descollar sin que se
notara, aspiraba a superarse en todo. Recuerdo a Constantino en los veranos de Valeria del
Mar. Nos turnábamos para preparar la cena. Pero mientras nosotros salíamos del paso con
algún plato rutinario, Constantino en cambio preparaba manjares elaborados, ponía en
juego una cocina “científica”. Comenzaba con horas de anticipación, tenía recetas
estudiadas y experimentadas. Era un excelente cocinero y también un provecto barman, con
las caipirinhas era imbatible.
El Ing. Juan Carlos Ferreri, quien no puede estar hoy con nosotros porque viajó en misión a
Bariloche - es Gerente de Apoyo Científico de la Autoridad Regulatoria Nuclear de
Argentina - me envió esta reflexión poética y desconsolada
“Es una real desgracia, que nos quede al menos el recuerdo de su calidad personal y
profesional. Cuando se murió un amigo aquí y declaré, como vos al INFIP, de luto a esta
Gerencia, escribí:
"Ya estoy solo.
Fueron vana ilusión
nuestros diálogos."
Siempre nos quedamos un poco más solos en estos casos.....”
Hay alguien que lo conoció desde la primera hora y que no quiere estar ausente a pesar de
vivir en el otro hemisferio. El Dr. Roberto Suaya escribe, entre otros recuerdos:
“.....Nos conocíamos desde añares (1954 para ser preciso). Hicimos juntos una escuela
preparatoria para rendir el examen de ingreso al Liceo Militar. La relación continuó durante
el corto periodo común del liceo (yo lo deje a fin del 56) y retomó cuando Constantino
ingreso a Exactas en el 60, un año después que yo..... . Se profundizo durante nuestro
periodo de jóvenes licenciados trabajando en partículas, éramos tres junto a Cesáreo
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Domínguez, también Liceano, hoy en África del Sur..... tenemos los tres [juntos] un
papiro.....en Phys Letters B (1970)..... Ferro lo llamaba el papiro de la Camada..... . Lo
invité a Grenoble en varias oportunidades, mientras él peleaba su dura batalla contra el
cáncer. No solía Constantino compartir, al menos conmigo, lo angustioso de la batalla que
yo creí ganada. Solo protestaba y aun esto en voz baja, por lo poco que alcanzaba el sueldo
de profesor titular de la UBA en España..... .”
Entre los que están lejos me escribió el Prof. Felix Rodriguez Trelles desde EEUU:
“.....Fue un golpe tremendo, aunque no imprevisto. Yo lo conocí en 1964, cuando
formamos la UUN (Unión Universitaria Nacional) con Julio Sánchez, la gente del PSIN y
muchos humanistas, entre ellos Constantino y Roberto Gini. Fue él quien influyó
decisivamente sobre muchos de nosotros para quedarnos en la Facultad en el 66. Y esa
decisión nos cambió la vida a todos, definitivamente.....”.
A esas reflexiones de Felix, puedo agregar que por aquel entonces Constantino me llevó a
conocer al “Colorado Ramos”. Durante un tiempo fui influenciado por las ideas de la
“izquierda nacional” y por los libros de Abelardo Ramos. Era el pensamiento “nacional y
popular”, como se decía entonces. Por el lado de mi padre yo venía del ideario Mazziniano:
“Dio e popolo” y “República y libertad”. Se pueden figurar ustedes la mezcla insólita.
Cuarenta años más tarde puedo sonreír y pensar: “péché de jeunesse”. El pensamiento de
Constantino en materias históricas, sociales y económicas, solía resultar incómodo. Fue
siempre «políticamente incorrecto», en el sentido de que no hacía concesiones al clima
dialéctico dominante en cada período que le tocó vivir.
Entre los que no pueden estar hoy aquí no quiero olvidar a los profesores H. Vucetich,
(CONICET-UNLP), A. Gonzáles (CONICET – UNCPBA), M. Dankert (CONICET-UBA),
A. Sanguinetti de Bórmida (CONICET), que enviaron condolencias. Y debo recordar a los
amigos brasileños que lo querían mucho. El Presidente del Centro Brasileño de
Investigaciones Físicas (CBPF) en Rio de Janeiro, Prof. Dr. Ricardo Galvão, me escribe en
buen español
“Tengo el corazón contrito por esa noticia. Estoy seguro que todos nosotros sus
compañeros de tantos años mantendremos con gran celo la imagen de él; un físico de la
más alta calidad asociado a un alma noble y grandiosa, en nuestros recuerdos más
agradables.
Que nuestro Señor lo tenga a su lado cuidando de sus amigos aún en este mundo.”
El afecto que emanan estas líneas me convence de que Ricardo comprende, lo mismo que
Patroni Griffi, que hay gente que nunca murió.
La Dra. Virginia Alves, directora del Laboratorio Associado de Plasmas del Instituto
Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), Sao Jose dos Campos, Brasil, expresa:
“.....as palavras fazem pouco sentido em momentos como este. A tristeza se mistura ao fato
incontestável de que a morte de uma pessoa querida nos faz pensar em nossa própria vida e
do que fazemos com ela a cada dia. Receba um carinhoso abraço”.
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Abrazo afectuoso que comparto con todos ustedes.
Por la importancia de la institución destaco el mensaje del Centro LatinoAmericano de
Física:
“Estimado Prof. Gratton:
El dia de hoy, en el Centro Latinoamericano de Física nos hemos enterado del fallecimiento
del Prof. Constantino Ferro Fontán. Considerando la perdida intelectual que Latinoamérica
sufre con la muerte del Prof. Ferro Fontán, desde el CLAF queremos expresar a usted
nuestro gran pesar.
Solicitamos a usted se sirva extender nuestras condolencias a la familia, colegas y amigos
del Prof. Ferro Fontán.
Aprovecho la oportunidad para presentar a usted las consideraciones de mi más alta estima.
Prof. Feliciano Sánchez Sinencio
Director del CLAF
Para concluir informo algo que les gustará conocer. El 24 de abril pasado, reunida la
Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires (ANCBA) en su segunda sesión plenaria
de 2006, el Presidente Dr. Julio H. G. Olivera - quien fue Rector de la UBA en 1964 - 65 y
quien dispensó su ayuda a Ferro Fontán en 1973-74 en momentos de dificultad, por las
circunstancias que atravesaba la Universidad, desde la posición de Secretario de Estado de
Ciencia y Técnica (segundo gobierno de J. D. Perón) - me invitó a decir algunas palabras en
recuerdo del ilustre científico desaparecido.
“Con gran pesar comunico al claustro académico que el 5 de abril del corriente la
hija Laura nos dio por teléfono desde Madrid la noticia del fallecimiento de su padre, el
Prof. Dr. Constantino Ferro Fontán, distinguido físico argentino y Vice-director del
Instituto de Física del Plasma (CONICET - UBA) ocurrido ese día en horas de la
madrugada.
Posiblemente varios miembros del claustro académico que han tenido actuación en el
CONICET han conocido personalmente al Dr. Ferro Fontán, entre otras ocasiones
compartiendo la mesa de deliberaciones de la Junta de Calificaciones de la Carrera del
Investigador y saben de su calidad científica y humana eminente. Sin lugar a dudas
Argentina pierde un físico de gran valor, así lo atestiguan los mensajes de condolencias
que hemos recibido de colegas del país y del exterior.
Fue investigador superior del CONICET, profesor plenario de la FCEN -UBA, un gran
educador y un hombre de refinada y vasta cultura, que podía conversar con solvencia de
temas históricos y literarios, además de las cuestiones de su área de especialización. Fue un
físico versátil y con gran talento para captar rápidamente el núcleo de nuevas ideas. Publicó
un gran número de trabajos de investigación y dirigió muchas tesis doctorales, actuando en
muy diversas ramas de la física: a saber la teoría de partículas elementales, el estudio de la
interacción débil (una de las cuatro fuerzas fundamentales responsable de los decaimientos
radiactivos), la física de fluidos, la fisicoquímica de alimentos, la mecánica estadística, la
teoría de procesos no-lineales (también llamada teoría del caos) y last but not least, la
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teoría de plasmas que cultivó durante la mayor parte de su vida, en los últimos años con una
orientación hacia la astrofísica, en relación con los plasmas que circundan los núcleos
galácticos activos.
Entre otras etapas de su vida profesional me gustaría recordar que fue investigador asociado
del Centro Internacional de Física Teórica (ICTP) de Trieste, Italia, fue investigador
asociado del CERN, el gran centro europeo de física fundamental, ubicado cerca de
Ginebra, Suiza, disertante por invitación especial en el prestigioso Institute for Advanced
Studies, de Princeton, N. J., EEUU, por varios años (entre 1986 y 1990) fue Vice-decano de
la FCEN -UBA, era representante argentino ante el CLAF, el Centro Latinoamericano de
Física, fue varias veces investigador visitante del Institut de Recherche des Phénomenes
Hors Equilibre, IRPHE/CNRS-Universidad de Provenza, Marsella, Francia, e investigador
visitante de la Universidad Politécnica de Madrid, ciudad en la que se le declaró el mal
contra el cual luchó denodadamente por varios años y donde murió.
El INFIP queda huérfano de un gran científico y con profunda tristeza reconoce una pérdida
irreparable. Hemos colocado una señal de luto en el centro de la cartelera como signo de
nuestra consideración y respeto por Constantino. Quien les habla pierde un colega y amigo
de cuarenta años, desde que nos conocimos en 1965 como docentes auxiliares del curso de
Mecánica de los Fluidos, junto al cual he atravesado por los mares más tempestuosos de la
vida universitaria argentina de la segunda parte del siglo XX.
En el próximo mes hemos proyectado una reunión de amigos para recordar nuestro
querido Constantino y por sugerencia del Dr. Julio H. G. Olivera, quien lo conocía
personalmente, estamos planeando una reunión científica de homenaje en esta Academia.”
Luego de este discurso el plenario académico se puso de pié y observó un minuto de
silencio. Se decidió luego que la alocución “in memoriam” fuera incluida en los Anales que
la Academia publica todos los años.
Es ahora el momento de formar una comisión para concretar el proyecto de una
jornada científica pública de homenaje en la ANCBA, una comisión que proponga un plan
de comunicaciones y disertantes, que me ayude a organizar la reunión apuntando hacia el
fin del segundo cuatrimestre del año en curso.
Gracias por vuestra prolongada atención. Cedo la palabra a otros participantes que desean
recordar a nuestro querido Constantino, en primer lugar a las damas aquí presentes.
Dr. Fausto T. Gratton
Director del INFIP
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