El informe pericial en los procedimientos de familia

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EL INFORME PERICIAL EN LOS PROCEDIMIENTOS DE FAMILIA.
Dionisio Roda y Roda. Doctor en Derecho y Abogado de Familia.
1. Aspectos generales.
La prueba pericial es definida por la doctrina como la realizada por un especialista,
denominado perito, quien por sus especiales conocimientos técnicos, artísticos y
profesionales es requerido por las partes para que aporte una información específica
referente a su área de conocimiento al Juzgador.1 Se regula en el proceso civil en el
Título I, del Libro II, Sección 5ª( arts.335 a 352) de la Ley de Enjuiciamiento Civil, en
los artículos del Título IV del Libro I ,99, 100.2, 105 y 124 a 128 de la LEC.
La prueba pericial se ha convertido en una de los medios probatorios fundamentales en
los procedimientos contenciosos de separación y divorcio, cuando el objeto de la
discusión entre las partes versa sobre la guarda y custodia de los hijos. La finalidad de
este medio probatorio es la de aportar conocimientos de psicología infantil y de
relaciones interpersonales al Juzgador, con el objetivo de informarle sobre aspectos
importantes que han de ser tenidos en cuenta a la hora de resolver sobre el objeto del
litigio.
Esta prueba es realizada a través de la emisión de un informe o dictamen, por los peritos
quienes pueden ser clasificados de la siguiente manera: Por un lado, los psicólogos
privados, que son los contratados por las partes para la elaboración del informe pericial.
Por otro, los denominados miembros de los Equipos Técnicos Judiciales que están
adscritos a los Juzgados de Familia y a las Audiencias Provinciales, y están formados
por psicólogos y trabajadores sociales. Por último, los denominados Equipos
Colaboradores, compuestos por psicólogos elegidos por insaculación de las listas
previamente confeccionadas, por el Juzgador ante la falta de Equipos Técnicos
Judiciales, bien por la no existencia de estos en el partido judicial o por la imposibilidad
material de realizar un informe debido a la acumulación de trabajo. La formación
académica de estos profesionales es la misma, con independencia del grupo al que
pertenezcan según la clasificación anterior. Deben ser psicólogos colegiados
especialistas en el desarrollo evolutivo del menor y trabajadores sociales con amplia
experiencia en su campo. Como toda pericia, la capacidad del profesional que la realiza
condicionara sin duda el resultado del informe y los efectos que éste produzca en el
proceso.
Con respecto al informe pericial, puede ser a la hora de su aportación al Juzgador, oral o
escrito, aunque preferentemente se realiza de forma escrita, en lo que se conoce como
dictamen pericial. En este documento se ha de hacer constar, por un lado, la identidad
de quién lo realiza, el objeto de la pericia, la descripción de los sujetos a quienes se
perita, las operaciones y metodología empleada y sobre todo las conclusiones de la
1
CALAZA LÓPEZ S, pág. 1. FÁBREGA RUÍZ C.F, pág.2. RODRIGO DE LARRUCEA C, pág. 2.
pericia. Es preferible que el informe no contenga demasiada terminología técnica dado
que los destinatarios, las partes, no son expertos en la materia. Asimismo tampoco debe
de ser una ponencia ni una Tesis Doctoral, sino simplemente debe responder a lo
solicitado en un lenguaje claro y con unas conclusiones debidamente fundamentadas.
No se debe extralimitarse el informe a cuestiones ajenas al objeto de la pericia, ni
tampoco indicarle al Juzgador las medidas que debe adoptar en el caso concreto. Es
bastante frecuente sobre todo cuando la cuestión litigiosa se centra en la guarda y
custodia de los hijos, que en los informes se aconseje o incluso se recomiende
encarecidamente al Juzgador la distribución del tiempo que los menores deben de estar
con cada progenitor, lo que supone desde mi punto de vista una injerencia en la potestad
del Juzgador que además hace poco objetivo el informe.
La aportación del informe al proceso se puede realizar por las partes en su primer
escrito procesal, bien con la demanda o la contestación, o por el contrario se puede
solicitar como medio de prueba durante la vista, o anunciar su solicitud en sus escritos
iniciales. Esta solicitud posterior consiste en la petición de las partes al Juzgador para
que se estime conveniente la realización por parte de los Equipos Técnicos Judiciales o
por los Equipos Colaboradores de un informe psicosocial. Al realizarse esta petición
puede ser desestimada por el Juzgador, lo que supone un importante contratiempo, de
ahí que sea aconsejable siempre que se pueda y se crea conveniente, la aportación en su
caso de un dictamen pericial con carácter previo bien en la demanda o en la
contestación.
2. Los Equipos Técnicos Judiciales:
De la clasificación anteriormente realizada con respecto a los peritos, destacan sobre los
demás los denominados Equipos Técnicos Judiciales, también conocidos como los
Gabinetes Psicosociales. Los componentes de estos Equipos Técnicos no son
funcionarios, sino personal contratado al servicio de la Administración de Justicia.
Surgen a raíz de la Ley del Divorcio 30/81. Aparecen regulados en los artículos 770.4 y
777.5 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y en los artículos 92.6 y 92.9 del Código Civil.
Su importancia radica principalmente en el hecho de que son peritos adscritos a los
Juzgados de Familia lo que les convierte a priori en unos peritos objetivos. Salvando las
lógicas distancias, son equiparables a los forenses judiciales en los procedimientos de
tráfico. Esta aparente objetividad es la razón por la cuál sus dictámenes son acatados en
la mayoría de las ocasiones por los Juzgadores.
Otra de las ventajas de las que gozan a la hora de la elaboración de sus dictámenes es la
que les permite entrevistarse con todas las partes. Por el contrario, para la elaboración
de los informes realizados por el perito a instancia de parte, los que habíamos
calificados como privados, normalmente la parte contraria nunca va a poder ser
entrevistada para la elaboración del informe, lo que supone una carencia que hace que el
informe no este completo. Este aspecto positivo también se aplica cuando el informe es
realizado por los Equipos Colaboradores al ser éstos elegidos por insaculación y tener el
mismo carácter objetivo que los otros.
2.A. Metodología de los informes.
Por la importancia de los dictámenes realizados por estos peritos, vamos a comentar la
metodología empleada en su elaboración. Aunque pueda resultar sorprendente no existe
ninguna metodología que se realice de forma general, sino que cada Equipo tiene su
propio método. No obstante se puede estructurar los métodos para la elaboración del
informe en tres fases. La primera, consiste en la entrevista con todas las partes. Durante
esta fase se evalúan individualmente a cada uno de los cónyuges o progenitores,
mediante la realización de entrevistas, con el objetivo de valorar la relación de éstos
entre sí, y con respecto a los hijos. Se puede asimismo intentar averiguar la influencia
de terceras personas en la relación. Es conveniente asimismo entrevistar a los hijos que
tengan madurez suficiente con la finalidad de evaluar no solamente su opinión sobre el
conflicto sino sobre todo para descubrir la actuación de los progenitores con respecto a
la atención y cuidado de los hijos. Con respecto a la mecánica de las entrevistas hay que
procurar que se faciliten respuestas no sobre los motivos de la ruptura sino sobre la
idoneidad del entrevistado para el cumplimiento de las funciones de la guarda y
custodia de los hijos. Se intentará que cada entrevistado exponga las cosas positivas del
otro, así como su valoración sobre las capacidades reales para ejercer la guarda y
custodia de los hijos a juicio del entrevistado sobre el otro progenitor. La segunda fase
consiste en realizar actos que permitan la interacción entre los padres y los hijos para
poder ser observados por el perito para su evaluación. Esto se lleva a cabo mediante
encuentros bilaterales entre los progenitores y sus hijos, así como entre los propios
hermanos, siempre en presencia del perito. La finalidad es averiguar la relación entre los
sujetos aunque ésta prueba se realice siempre en presencia del psicólogo, lo que
indudablemente condicionara la actuación de los sujetos intervinientes. La tercera fase
se realiza mediante la realización de unos test por los sometidos a la pericia. Existe una
discusión frecuente sobre la efectividad de estos test en relación a los objetivos de la
pericia. Efectivamente es habitual la realización de tres modelos de test, por un lado, el
denominado " Cuida" que pretende determinar la valoración de los que lo realizan con
respecto a sus capacidades para ser tutores y educadores de menores. Este test esta
indicado sobre todo en supuestos de idoneidad para ser educadores y en supuestos de
adopción o acogimiento, de ahí que se cuestione su capacidad en supuestos de
progenitores. El segundo test habitual es el " Tamai" que pretende determinar la
inadaptación personal, social, escolar y familiar de los hijos. Existen varios niveles,
según la edad de los menores, y demuestra la valoración y actitud de los menores sobre
si mismos, su autoestima y su comportamiento. Este test esta indicado para los hijos,
aunque algunos peritos lo han aplicado a los progenitores, lo que es sorprendente y
acredita la poca fiabilidad de los mismos si se utilizan incorrectamente. El tercer test es
el denominado como " El test de Cattell". Este test es frecuentemente utilizado para
determinar la personalidad de la persona que lo realiza. No obstante algunos expertos
psicólogos no lo recomiendan porque suele producir conclusiones confusas en
determinados términos o parámetros. Aparte de los mencionados existen numerosos test
que pueden ser realizados y valorados en función de la mayor o menor capacidad que
tenga el perito para ello.
No se puede olvidar que los Equipos Técnicos Judiciales están compuestos por
psicólogos y trabajadores sociales. A estos últimos les corresponden la realización de un
informe paralelo sobre el entorno social y laboral de los progenitores y las condiciones
de habitabilidad del núcleo familiar. Se realiza mediante la entrevista con vecinos y el
reconocimiento personal de los lugares donde se desarrolla la vida familiar. Este
informe se suele incorporar al informe del psicólogo para complementar la prueba
pericial.
La metodología en los dictámenes o informes realizados por los peritos privados, suele
consistir en entrevistas o realización de test pero únicamente a los sujetos que los han
propuesto, por lo que como hemos comentado con anterioridad no producen los
resultados óptimos. Tampoco pueden ser entrevistados los menores por parte de los
peritos privados si no ha sido autorizado con el consentimiento de ambos progenitores,
por lo que salvo contadas ocasiones nunca van a poder entrevistar ni analizar a los
menores. Los informes privados en definitiva y debido a las carencias expuestas se
reducirán a un estudio de uno de los progenitores, su entorno social y sus relaciones.
3. La valoración de los dictámenes por el Juzgador.
Anteriormente se apuntaba un factor importante en relación con los dictámenes
elaborados por los Equipos Técnicos Judiciales y los Equipos Colaboradores, el relativo
a la aparente objetividad de estos informes. Esta objetividad se fundamenta en que los
servicios de los peritos como profesionales no han sido buscados por una de las partes,
sino que se derivan de la admisión de la prueba pericial por parte del Juzgador. Esta
imparcialidad hace que sus conclusiones sean aceptadas por el Juzgador al considerar
que las mismas son objetivas. No obstante, en ocasiones y en virtud de la facultad del
Juzgador estos informes a pesar de su objetividad, no son valorados de forma positiva
por el Juzgador, quien puede no tener en cuenta lo expuesto en los mismos.
La valoración de un informe pericial es producto de un ejercicio intelectual-volitivo que
debe ser realizado por el Juzgador. Se valorarán los informes periciales según las reglas
de la sana crítica, entendiendo como tal la valoración efectuada de forma libre y
discrecional utilizando la razón y la lógica. No obstante podemos establecer unos
criterios seguido por el Juzgador para la realización de esta valoración.
El primer criterio es el referente a la credibilidad del autor que lo ha elaborado. En
función de que el perito goce de una determinada credibilidad será dicho informe mejor
o peor valorado. El segundo elemento es el estudio de las posibles incidencias acaecidas
durante la práctica de la pericia y que pueden afectar al contenido. El tercer criterio a
tener en cuenta, son las denominadas "máximas de la experiencia" proporcionadas por
los peritos. En definitiva, se trata de la valoración de la significación real de los datos,
conclusiones y juicios de valor que se han consignado en el dictamen pericial. El cuarto
y último elemento consiste en la comprobación de si lo manifestado por el perito
coincide o no, con lo expuesto por las partes en sus respectivos escritos. Tendrá que
valorar si las recomendaciones del perito encuentran acomodo en la realidad de los
hechos enjuiciados, que permita al Juzgador tomar en consideración lo expuesto en su
informe para fundamentar su resolución. Debido a la exigencia impuesta por el Tribunal
Constitucional referente a la necesidad de la motivación de las resoluciones judiciales se
ha hecho necesaria una revisión del criterio de la sana crítica. Esta revisión consiste en
admitir como válido este criterio únicamente cuando el dictamen pericial sea objeto de
una valoración racional y lógica. Y para ello es necesario que el Juzgador tenga presente
el método científico usado por el perito, que se analice la pericia sin obviar los
elementos indirectos de valoración tales como la credibilidad, emotividad y claridad y
por último que se plasme de forma clara en la resolución judicial la valoración racional.
Para una correcta valoración por el Juzgador de esta prueba sería necesario además de
los elementos anteriormente referidos, que el Juzgador tuviera sobrados conocimientos
de conceptos psicológicos, metodología empleada y aplicación de los test sobre los
sujetos objetos de la pericia. No es necesario que el Juzgador se convierta en un
psicólogo, porque obviamente no se puede ser Juez y parte, pero si es conveniente por
lo menos que se tengan unos conocimientos básicos que les permita interpretar los
resultados y la metodología de los informes con independencia de lo manifestado por
los autores de los mismos.
4. Reflexiones sobre la prueba pericial:
Los informes periciales se realizan con la finalidad de que las partes puedan aportar
elementos científicos que respalden sus pretensiones en el proceso. Generalmente
cuando el objeto de la controversia se centra en la guarda y custodia de los hijos, se
utilizan para demostrar la idoneidad de un progenitor para ostentar la guarda y custodia
o para lo contrario. Los informes son utilizados por todas las partes que intervienen en
el proceso inclusive el Juzgador. En este sentido, en multitud de ocasiones el Juzgador
lo utiliza como un fundamento que justifique su resolución
Teniendo en cuenta la utilización que todas las partes hacen de este medio de prueba
por encima de cualquier otro, es conveniente que se reflexione si realmente es útil
recurrir a éste
Cualquiera de las partes que interviene en un proceso, es plenamente consciente de que
el resultado del informe pericial, y sobre todo el emitido por los Equipos Técnicos
Judicial y los Equipos Colaboradores, condicionara en gran medida la resolución del
proceso. Por lo que acudir a este medio probatorio se configura como una última
posibilidad. En multitud de supuestos se recurre a esta prueba con la esperanza de que el
informe aflore elementos negativos de un progenitor que facilite la obtención de la
guarda y custodia al otro. Pero también existe la posibilidad de que el informe pericial
solicitado se vuelva en contra de la parte solicitante. Por lo tanto, habrá que plantearse
si es conveniente o no recurrir a este medio de prueba. Esta decisión dependerá de las
circunstancias de cada caso concreto. Le corresponderá al letrado decidir en última
instancia si se recurre a este medio probatorio o, si por el contrario es conveniente no
hacerlo. Es aconsejable siempre que los medios económicos lo permitan, que con
carácter previo al inicio de la acción judicial, se recurra a un perito de confianza para
realizar un estudio de las posibilidades reales de la parte afectada con la finalidad de
aconsejar o no, la solicitud de la práctica de este medio de prueba.
Esta prueba debe realizarse cuando realmente existan circunstancias objetivas que la
aconsejen. Para solicitar someter a las partes a una exploración de los miembros de los
Equipos Técnicos o de los peritos, es porque los directores del proceso tengan la
seguridad de que existen elementos de riesgo evidente que pueden afectar al interés del
menor en los supuestos de guarda y custodia. No se debe realizar esta prueba si
realmente no existen estos elementos y lo único que se pretende es perjudicar a la otra
parte o simplemente tentar a la suerte de que se descubran factores o elementos que
ayuden a la pretensión de cada parte. El problema no radica en la efectividad de este
medio probatorio en un procedimiento de familia, sino precisamente en la utilización
érronea del mismo y en el hecho de establecer toda una estrategia procesal entorno al
resultado de esta prueba.
Un uso responsable de esta prueba por parte de los operadores jurídicos aparte de
beneficiar a las partes enfrentadas en un proceso de familia, evitará el actual colapso
que presentan los Juzgados de Familia con respecto a la práctica de ésta. Y se facilitará
que no se alargaran en exceso los procedimientos, los cuáles, se dilatan en el tiempo al
estar a la espera de la práctica de la misma.
BIBLIOGRAFÍA.
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