1 La economía, la física y el calentamiento global El calentamiento global que vivimos en el universo tiene una relación muy estrecha con las ciencias económicas. Una de las posibles definiciones de esta ciencia es la que estudia “La extracción, producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios”Observemos que de acuerdo con ésta y otras definiciones posibles estamos basando la acción de esta ciencia, en el estudio del transporte de energía necesario para llevar a cabo los fines allí determinados. Estamos, por tanto, buscando la relación entre los seres humanos y el complemento restante del medio del que forman parte, que les permita subsistir bajo las condiciones prescriptas por las leyes que dicta la naturaleza. Con este fin se hace necesario saber cómo es el funcionamiento de dichas leyes para adaptar comportamientos que, en el marco de las mismas, logren los fines que nos conformen en nuestros deseos. A través del “prueba y error” el ser humano va descubriendo los complicados mecanismos de dicho funcionamiento y, en forma simplificada, forma un modelo que le sirva para prever los resultados a obtener de una interacción entre él y un objeto de sus alrededores. La repetición de estas interacciones y la constatación de los resultados obtenidos en la práctica le permite constatar la veracidad del modelo y sus límites de aplicación- Una de las ramas de la ciencia que busca comprender el funcionamiento del universo a través de dichos modelos es la física. Veamos a que resultados llega: El contenido energético del universo es constante Todo intercambio energético irreversible que conduzca a un trabajo tiene una eficiencia menor que 1. Es decir que el valor energético equivalente al trabajo realizado es siempre menor que la energía “utilizada” para ello. La diferencia entre la energía intercambiada y la del trabajo obtenido es la entropía, un tipo de energía de “menor calidad” cuyo último escalón es el calor. Los intercambios energéticos sólo son posibles si existe un potencial que actúe por la existencia de una diferencia en los valores de una variable relacionada con aquel. Por ejemplo la temperatura para transmitir calor. Esta energía es la que necesitamos para vivir, Y aquí viene el dilema de la entropía. Si siempre producimos calor, llegará un momento en que la temperatura se hará uniforme y por tanto no podrá ser transferida (no hay diferencia de temperaturas). Y esto significa la muerte Esto tiene varias consecuencias: Para minimizar el inevitable efecto destructivo de los intercambios energéticos debemos ser prudentes en la ejecución de los mismos. Lo que vox populi se conoce como “ahorrar energía” En virtud de que, para poder subsistir debemos recuperar la energía invertida, pero entregamos menos, quien reciba el trabajo realizado deberá pagar en exceso lo recibido. Es decir “tomar prestada” energía de la naturaleza para poder pagar. Tomar esa energía significa disminuir posibilidades de otro 2 intercambio y aumentar la entropía y así sucesivamente en una cadena de “utilización de energía” Es claro que esto último hace que el endeudamiento por “servicios prestados” sea impagable de por sí, pero se agrava enormemente si existe acumulaciones de energía por mayor exigencia de la intercambiada en el momento del “cobro” de la misma, por cuanto desestabiliza el sistema y puede llevarlo a su destrucción. Es como si en un barco todos los pasajeros se acumularan en un costado del mismo, si el peso es tal que el centro de gravedad se desplace lo suficiente, el barco se hunde irremediablemente. Solamente intercambios energéticos cuasi equilibrados garantizan un mayor periodo de vida del sistema. Llevemos esto a la “vida diaria” y empezando por atrás comprobaremos que si existen acumulaciones (expresadas en unidades de dinero, por ejemplo), en función de que la energía es constante, es porque en algún lugar hay un agujero faltante de energía. Es decir un acto injusto que desequilibra el sistema. Lo contrario es la actitud solidaria de repartir justamente los bienes. Pero al igual que en las leyes de Newton, las masas mas grandes atraerán a las más pequeñas hasta integrarlas en una cada vez más poderosa. La entropía producida en estos intercambios se verá reflejada por su segundo significado de desorden. La energía quitada a muchos para enriquecer a pocos desequilibrará la sociedad pudiendo llevar a revueltas para que los muchos recuperen lo que necesitan para subsistir y tender a devolver el sistema a una situación más equilibrada. El desarrollo de la ciencia es también un proceso entrópico. El deseo de más conocimientos e información llevó a desarrollar métodos que permitieran, por medio de intercambios energéticos, estudiar las respuestas a los mismos del medio que habitamos. Para ello se desarrollaron por ejemplo aparatos que dieran comodidad al estudio, pero que con ciertos arreglos llevados a cabo por también técnicos, pudieran dar “comodidades” a las personas en la vida diaria. A estas comodidades se les fue asignando un valor intrínseco, que debe ser pagado, como vimos más arriba con un nuevo aumento de entropía que se verá reflejado en la sociedad con mayor desorden físico, síquico y espiritual – Un buen ejemplo de esto es el automóvil particular, que requiere un sacrificio propio para su compra, pero que termina produciendo estrés, aislamiento, comportamientos asociales, agresividad, etc., y que, a la vez, contagia todo esto al resto de la población que deberá ´pagar ´por la infraestructura necesaria para el funcionamiento de los muchos automóviles. Esto puede hacerse extensivo a otros “inventos útiles” como la televisión, el celular y otros mas derivados de los mismos, etc. A eso se suma que dichos elementos de consumo están diseñados para una cierta clase “suprasocial”, blanca judeocristiana y occidental que absorbe energía de lares que ella no habita y como lo estamos viendo desordena en forma desgarrante los conceptos de vida de muchos por querer mantener su supremacía de pocos. A este fenómeno se suma el hecho de que se desvirtúa el sentido de medida, cuando el patrón usado para ello (la moneda), se convierte él mismo en mercadería, pues deja de ser un valor de comparación por variar de acuerdo al “mercado”. Aquí se introduce un robo de energía a la naturaleza adjudicándole una cantidad de la misma no existente pero que aumenta el poder de quien realiza la transacción. La medida física, claramente, no responderá a un valor correspondiente de la energía transferida y desfigurará el modelo del sistema real con consecuencias imprevisibles a la hora del balance final. Estas crisis 3 las conocemos por demasía, producen un exceso de entropía que se resuelve con formas extremas de imposición de la mentira por las trampas hechas, como imposiciones a los sueldos, aumento de impuestos injustos o simplemente esclavitud o guerras.. Esta muy breve introducción al problema sugiere inmediatamente, que las conductas solidarias son las que producen un sistema más estable, y, que el comportamiento a seguir debe ser el de menor acumulación de bienes y mayor ahorro. Es evidente que eso significa eliminar la producción innecesaria de bienes materiales, y para comprender el fenómeno, requiere el incremento positivo de bienes intelectuales, fomentando la adquisición de información que conlleve al aumento de conocimientos a toda la población sin diferenciación de clases sociales ni edades y el uso de los mismos en forma adecuada a la convivencia, es decir, a la estabilidad del sistema. Lo anterior deriva en que la subsistencia de la sociedad no está ligada al aumento de la producción per se, sino al mantenimiento de un sistema cuasi estacionario para mantener ciertas condiciones de vida aceptables. Las mismas derivarán de una decisión democrática, en la cual se tenga en cuenta los cambios sociales, pero se eviten determinadas influencias de grupos interesados en acumulaciones que solo favorecen a a aquellos que en esa forma aumenten su poder desestabilizador. (Ejemplo; influencia de medios de comunicación dependientes) En general los partidos políticos de izquierda han sido los preocupados por el bienestar de las cases menos privilegiadas, que a la vez son las mas sensibles a los cambios climáticos y sus consecuencias económicas y sociales. La pregunta es si la izquierda está dispuesta a un cambio histórico de este tipo, saliendo de las viejas reivindicaciones de la época de las grandes chimeneas, para comprender que estamos en una situación de riesgo inminente por exceso de producción, porque ahora ya no sólo se corre el riesgo de regalar plusvalía, sino que lo que se juega es la vida del planeta. Y esto es una cadena entrópico - física (recalentamiento global), -social (migraciones por empobrecimiento local), -política (tratados internacionales leoninos acumulativos de capitales dominantes, reforzamientos de nacionalismos fruto de frustraciones con movimientos de izquierda que gestionaron y hasta impulsaron el capitalismo y el neoliberalismo, guerras imperialistas, etc.). Es evidente que las nuevas reivindicaciones deben estar relacionadas entre otros con: el trabajo como derecho humano ( a través del mismo nos reconocemos ) y no del puesto de trabajo como “regalo” del explotador al explotado; el derecho a la educación contínua (Ejemplo: 6 horas diarias de trabajo y 2 de estudio); el respeto al medio ambiente, en el entendido de que la explotación de las riquezas naturales debe estar en consonancia con decisiones tomadas por la sociedad en su conjunto; 4 un sistema democrático de gobierno con una mucho mayor influencia de las organizaciones sociales, a los efectos de que los representantes nombrados no inviertan el sentido político de la representación adjudicándose el derecho de indicar al pueblo como éste se debe comportar y rendimientos de cuentas periódicos de aquellos un sistema político que rechace todo tipo de dependencia del exterior, especialmente en lo que se refiere a lineamientos económicos y jurídicos decididos por nuestra sociedad. La existencias sine equa non de un contexto laicista de la educación a todos los niveles. Una concepción económica de cadenas de producción que, no sólo elimine intermediarios, sino que solo juzgue el valor del trabajo realizado por el esfuerzo hecho y no por conceptos elitarios derivados de utilización de “educación” recibida por el actor. (Ej.: vale mucho menos lo que hace un recolector de basura, que lo que hace un médico, aunque lo que hace aquel es preventivo de lo que cure el segundo) ( Y no olvidemos, que en muchos casos, mientras que los futuros profesionales solo estudiaron, no produjeron bienes para la sociedad que además los tuvo que mantener) Nuestra izquierda en el poder, en mi criterio, copió el método de desarrollo europeo de los años 60, con las consecuencias nefastas para el medio ambiente conocido, Para lograr capitales no sólo continuó la instalación de un régimen que benefició a capitales extranjeros con contratos leoninos ( acuerdos y tratados de inversión, inversión directa, zonas francas) sino que los mismos sirvieron en su mayor parte para instalaciones de carácter estrictamente extractivista, que siguieron produciendo la misma dependencia que vive nuestro continente desde 1492. La crisis estadounidense y europea superentrópica colaboró trasladando capitales cuyas ganancias fáciles pudieron salir del país por razón de las leyes anteriores, sin reinversión y sin aportes a investigación y desarrollo y con consiguiente destrucción del medio ambiente que pagamos los uruguayos. Como en todos estos casos se produjo un microboom que favoreció a gran parte de la población que aumentó enormemente el consumo y que ahora debe despertar, porque la calidad del trabajo no le permitió a la gran masa incrementar su experiencia en diferentes disciplinas que le sirvieran como escape a la crisis que seguiría al microboom. En cuanto a la parte positiva de las mejoras sociales y su mejor relacionamiento con el movimiento sindical, resultan ahora en dificultades para ser mantenidas porque, entre otros, en toda la etapa del microboom no se fomentó debidamente el ahorro y por el contrario se alentó el consumo interno , consistente en su mayor parte de productos de importación china y de uso superfluo, Y no olvidemos la cantidad de impuestos que no se cobran a grandes firmas como UPM o Montes de Plata, y a cambio de eso, sólo en carreteras debemos pagar unos 3 mil millones de dólares y no sé cuánto de los pasivos que nos deja el millón de hectáreas de desierto que producirán los campos de eucaliptos y similar para la plantación de soja. Es que la naturaleza es un banco que cobra altos intereses en unidades de entropía. No cabe duda alguna que los cambios sociales se corresponden a un gran cambio en el sentido de solidaridad con respecto al comportamiento de gobiernos anteriores de 5 derecha, pero para el mantenimiento de medidas que colaboren al sustento de los mismos se necesitan ganancias que deberían provenir de inversiones para producir bienes de alta calidad, que requieran poco material natural y mayor uso de la habilidad e inteligencia y que se ´potencie con investigación y desarrollo. (Para elegir algo: herramientas de alta precisión o producción de bombas de ultravacío, o alimentos prontos a base de cosechas orgánicas, o, ya que tenemos madera, producción de muebles de calidad o casas prefabricadas, etc.) sumado a una filosofía anticosumista y de ahorro para los períodos de crisis. El apoyo estatal a empresas autogestionadas por sus trabajadores puede ser un gran paso al necesario reparto de bienes para mantener un estado más estable de la sociedad, al igual que el apoyo a nuestras empresas públicas como fuentes de bienestar social y, naturalmente, a la enseñanza superior en su esfuerzo por aumentar los conocimientos científicos que requiere una sociedad moderna y justa. Por último y para evitar en su mayor parte los efectos entrópicos enumerados mas arriba, que como vimos, son fruto de acumulaciones* (de capital) que desestabilizaron el sistema en que vivimos tenemos que “barajar y dar de nuevo”, es decir olvidar las deudas ,repartir lo que existe y restablecer una nueva economía solidaria. Esto que parece una utopía no lo es. Los mayas recomenzaban cada 7años sus condiciones de vida perdonando todas las deudas. Por qué no nosotros? *En el NYtimes de hace unos días se escribía que 61 personas son propietarias del 95% del capital mundial.