ARTE RUPESTRE DEL ARCO MEDITERRÁNEO U B JALANCE Universitat de Barcelona CAVEA Inés Domingo Sanz ¡§¨£¤ Ó¡ ¦ ± IMÁGENES EN LA PIEDRA ARTE RUPESTRE EN EL ABRIGO DE LAS MONTESES ၂၃ ĉĎęĆǣĞĚēęĆĒĎĊēęĔĉĊĆđĆēĈĊȀĎēĎĘęĊėĎĔĉĊĚđęĚėĆ ĊĝęĔĘǣĔĘĆĚęĔėĊĘ ĔęĔČėĆċŃĆĘǣĔĘĆĚęĔėĊĘ đĚĘęėĆĈĎĔēĊĘǣēČĊđġēĈčĊğ ĆĕĆĘǣĊĘŮĘ ĆėĈŃĆĆęŘē đĆēĔĘǣĆēęĔĘđĎěĆėĊĘǡĆěĎĊėĆĚĒĆĎēǡēČĊđĆĆćĆęĊė ĆđĈĔĘǣēĴĘĔĒĎēČĔ ĎĘĊŕĔĉĊĈĚćĎĊėęĆǣēĆĊĈĆ ĆĖĚĊęĆĈĎŘēǣēĆĊĈĆ ǣͻͺǦͺͶǦͻͷǦͺͳͷͶǦͶ ĊĕŘĘĎęĔđĊČĆđǣͳͺǦʹͲͳ͵ ĒĕėĊĘĎŘēǣ ėġċĎĈĆĘĎěĊėǤǤ IMÁGENES EN LA PIEDRA ARTE RUPESTRE EN EL ABRIGO DE LAS MONTESES ၂၃ Inés Domingo Sanz ¡§¨£¤ Dídac Roman Monroig ¦ ± EL ABRIGO DE LAS MONTESES 6 × × À ï ÀǤϐ Àǡ ϐǡ Ǥ ǡ Ǥ À À ǡ ǡ × ǤïÀǡ Àǡ ÓǤ Óǡ ǡÀ Ǥ × ×Ǥ× × ÀǤǡ ϐǡ ǡ Ǥ ǡ À Óǡ ϐ Ǥ ×ǡǡ Ǥ ǡ ǡ ǡǡ Ǥ ×ǡ EL ABRIGO DE LAS MONTESES 8 ï À ϐ ± ǡ × ×ǡ × Ǥ À × ǡ ǡ ǡ ǡ ǡ À± ͳͻͻͺǤ ǡÓ ǡ × Ó× ïÓ ǡ ± Ǥ ϐÓͲ ×ǡ × Àǡ ï ǡ À À ǡ × × Ǥ ǡ ÓÀǡ ǡï Ǥ ǡ±ǯ × ǡϐ ǡ ǡ Ǥǡ ͷͲΨï À± Ǥ ǡ ǡ ϐ Ǧ Ǧ × ××ǡ ϐ × ǡ À ǡ × × × Ǥ À ǮVǡ DETALLE DE FIGURA EN EL ABRIGO DE LAS MONTESES 10 Ó ǣ Ǥ ǡ Ǥ ǡǡ ϐÀ Ǥ ǤͲͲͲÓ ǡ × Ó Ǥ À ×ǡ ͳͻͻͺǤ × ïǡǡ ǡ Ǥ ǡ Ó ×ǡ Ǥ Óǡǡ × ǡ À × Ǥ Ǥ ×ǡ ǡ×ǡǡ××ǡ Ǥ ï ï Ǥ × ǡ Ǥ ǡ± Ǥ Ǥ ǡ × Ǥ DETALLE CIERVO, ABRIGO DEL CARCHE. SUPERPOSICIÓN DE CALCO SOBRE FOTOGRAFÍA. C 1. Introducción. 2. ¿Qué entendemos por arte Levantino y arte Esquemático? 3. Arte rupestre prehistórico en Jalance. 3.1. De los primeros hallazgos a los últimos descubrimientos. 3.2. Manifestaciones artísticas prehistóricas en Jalance. 3.3. Conclusiones. 4. Acercándonos a los autores: el poblamiento prehistórico. 5. El paisaje: entorno natural y usos tradicionales. 6. El Patrimonio Cultural de Jalance. 6.1. El abrigo de las Monteses, Patrimonio Mundial. 6.2. Patrimonio jalancino. 7. Bibliografía. 13 CIERVO LEVANTINO SOBRE FIGURA ESQUEMÁTICA, ABRIGO DEL CARCHE. SUPERPOSICIÓN DE CALCO SOBRE FOTOGRAFÍA. 1 El término Municipal de Jalance conserva en su territorio un valioso legado de nuestra prehistoria: las pinturas rupestres de estilo Levantino del abrigo de las Monteses. Distribuido a lo largo de la fachada Mediterránea de la Península Ibérica, el arte Levantino es una muestra única de las formas de vida, las creencias y las tradiciones de las poblaciones prehistóricas que habitaron nuestras tierras desde hace unos 7000 años. El valor Patrimonial del arte rupestre de nuestras tierras fue reconocido a nivel Nacional en 1985, con la declaración de todos los abrigos y cuevas con arte rupestre como BIC (Bien de Interés Cultural) (Artículo 41, título V de la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español). Su reconocimiento Internacional llegó el 5 de diciembre de 1998, cuando el yacimiento de las Monteses fue incluido en el inventario de Bienes Declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO bajo el título Rock art of the Mediterranean Basin on the Iberian Peninsula, con el número GH LGHQWLÀFDFLyQ (VWD GHFODUDFLyQ Y reconoce tanto su valor histórico y cultural, como la singularidad de los espacios naturales en los que se inscribe. Un reconocimiento internacional de estas características obliga a las instituciones locales, autonómicas y nacionales, y al resto de la sociedad a comprometerse en la protección, la conservación, el estudio, la difusión y la puesta en valor de este patrimonio milenario y de su entorno natural. El abrigo de las Monteses es el único yacimiento jalancino que fue incluido en aquel inventario inicial de la UNESCO. Sin embargo, son diversos los ejemplos de arte rupestre Levantino y Esquemático que hoy conocemos en Jalance. Al abrigo de las Monteses, descubierto en 1977, se unió en 1997 el abrigo del Carche o abrigo Poveda. El número de estaciones rupestres se ha multiplicado en los últimos 5 años con los estudios promovidos desde el Ayuntamiento, con nuevas evidencias en abrigos como la Vieja Pelada y el barranco de los Robles. Todos ellos tienen la consideración de Bien de Interés Cultural y desde el consistorio se está 15 trabajando para que también sean incluidos en el Inventario de Patrimonio Mundial de la UNESCO. El Ayuntamiento de Jalance, consciente de su responsabilidad, inició en el año 2009 un plan para la protección y difusión del arte rupestre ubicado en su término. A lo largo de varias campañas subvencionadas por el Ministerio de Cultura y contando con un equipo multidisciplinar se han emprendido diversas DFFLRQHV FRQ XQ GREOH REMHWLYR FLHQWtÀFR \ divulgativo. En 2009 se comenzaron las prospecciones del territorio y los estudios arqueológicos junto con la redacción de un plan para la gestión y la difusión del abrigo de las Monteses. Con este trabajo se sentaban las bases de un desarrollo ordenado para la protección y puesta en valor del conjunto. Este trabajo permitió valorar el potencial de este yacimiento y su entorno. El proyecto comprendió el estudio de todas las muestras conocidas con arte rupestre en el término de Jalance y la prospección de su entorno para buscar nuevas evidencias. El hallazgo de nuevos yacimientos arqueológicos y artísticos ha enriquecido considerablemente el proyecto de puesta en valor y el conocimiento de la historia de Jalance. En años posteriores se ha procedido a la ejecución de las diferentes fases del plan de gestión. El primer paso implicaba necesariamente la protección adecuada del abrigo y las pinturas con la sustitución del FHUUDPLHQWRFRQVWUXLGRDÀQDOHVGHODGpFDGD de 1970. Esta construcción, de mampostería y enrejado de hierro, no se adecuaba a las propuestas actuales de protección del arte rupestre. Por esta razón, ha sido sustituido por un cierre perimetral que resulta menos invasivo, y que permite, por primera vez en más de treinta años, volver a observar el abrigo tal y como lo conocieron sus pintores. 16 Las fases sucesivas del proyecto incluirán la adecuación de una ruta senderista y una pequeña exposición permanente, que permitan la comprensión de las Monteses en su entorno paisajístico, cultural y artístico. Un proyecto vivo que seguirá siendo impulsado desde el consistorio. El presente volumen pretende dar a conocer los resultados de los estudios e intervenciones DUTXHROyJLFDVUHDOL]DGDVFRQHOÀQGHDYDQ]DU en el conocimiento y la puesta en valor del abrigo de las Monteses. Estos trabajos son un ejemplo de colaboración entre instituciones públicas como el Ayuntamiento de Jalance, promotor del proyecto; el Ministerio de Cultura, que ha aportado el apoyo económico a través de una línea de ayudas al Patrimonio Mundial; ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) y la Universidad de Barcelona, que KDQDSRUWDGRHOHQIRTXHFLHQWtÀFROD'LUHFFLyQ General de Patrimonio Cultural Valenciano que en todo momento ha facilitado los trámites necesarios y ha apoyado y aportado ideas; y la empresa CAVEA Patrimonio Cultural que ha desarrollado el proyecto y ejecutado las sucesivas fases en colaboración con ICREA y la U.B. Esta colaboración ha estado guiada por un objetivo común, la protección del arte rupestre, y por una convicción, que la mejor manera de salvaguardar el patrimonio artístico rupestre y su entorno natural es concienciar a la sociedad sobre su valor histórico, artístico y cultural y sobre la necesidad de respetarlo. Por último, el libro que tienen en sus manos quiere demostrar que el legado que nos ha dejado el ser humano prehistórico va más allá de los objetos o muestras de arte, representaciones físicas que han perdurado al paso de los siglos. También podemos observar su herencia en los usos del paisaje, el aprovechamiento que se hace de los recursos naturales y la forma en que habitamos y recorremos nuestro entorno. La documentación de apriscos habitados hasta hace pocos años y las conversaciones mantenidas con pastores jalancinos (Francisco Poveda y José Ramiro García), nos demuestran TXHDOÀQ\DOFDERODVFRVDVQRKDQFDPELDGR tanto durante varios milenios. Es en los últimos años cuando esa forma ancestral de relacionarse con la naturaleza está desapareciendo. Esperemos que con libros como este no sea sin dejar rastro. ARQUERO, ABRIGO DEL CARCHE. SUPERPOSICIÓN DE CALCO SOBRE FOTOGRAFÍA. 17 DETALLE CABALLO, ABRIGO DEL CARCHE. SUPERPOSICIÓN DE CALCO SOBRE FOTOGRAFÍA. 2 သ4 !လ Las pinturas rupestres prehistóricas de Jalance pertenecen a dos tradiciones artísticas prehistóricas denominadas arte Levantino, que podremos visitar en los abrigos de las Monteses, el Carche y el barranco de los Robles; y arte Esquemático, visible en el abrigo del Carche y en el de la Vieja Pelada. Se trata de dos manifestaciones artísticas que comparten territorios y, en ocasiones, incluso los mismos abrigos y paneles, como veremos en el yacimiento jalancino del Carche. Ambas utilizan como lienzo las paredes de abrigos iluminados por la luz natural y situados en zonas de media y alta montaña y presentan una amplia distribución por la fachada mediterránea de la Península Ibérica. Sus diferencias las encontramos en las técnicas de representación, en el grado de naturalismo de los motivos y en los temas representados. El arte Levantino es un arte naturalista, en el que hombres (Figura 2.1), mujeres (Figura 2.2) y, en ocasiones niños, ataviados con arcos, ÁHFKDV \ XQD JUDQ YDULHGDG GH DGRUQRV corporales, protagonizan escenas narrativas muy dinámicas. En ellas podemos reconocer actividades de caza, guerra, recolección de la miel, danzas, escenas de maternidad, ejecuciones, individuos muertos y en alguna ocasión composiciones integradas de manera exclusiva por animales. Entre las especies de fauna representada destacan los ciervos (Figura 2.3), las cabras (Figura 2.4), los toros (Figura 2.5) y los jabalíes (Figura 2.6), y de manera más anecdótica los équidos, los insectos y los carnívoros. Esos temas compartidos nos permiten hablar de una tradición común TXH UHYHOD OD ÁXLGH] GH LGHDV FUHHQFLDV \ tradiciones a lo largo de un vasto territorio. Sin embargo, algunos motivos, temas o formas de representación muestran una distribución más reducida dentro del área Levantina, como las representaciones de jabalíes que se concentran en el área septentrional (Domingo et al, 2003). Estos particularismos revelan la existencia de diversos territorios con rasgos regionales 19 2.1. ARQUERO NATURALISTA DEL ABRIGO DEL SORDO (AYORA). 20 2.2. PAREJA DE MUJERES LEVANTINAS DEL ABRIGO DE LA ROCA DELS MOROS (COGUL). 21 2.3. CIERVO LEVANTINO DEL ABRIGO DE TORTOSILLA (AYORA). 2.4. CABRA LEVANTINA DEL ABRIGO DE LA ROCA DELS MOROS (COGUL). 22 2.5. TORO LEVANTINO DEL ABRIGO DEL PRADO DE NAVAZO (ALBARRACÍN). 2.6. JABALÍ LEVANTINO DEL ABRIGO DEL MAS D’EN JOSEP (TÍRIG). 23 2.7. CIERVO ESQUEMÁTICO DEL ABRIGO DE LA ROCA DELS MOROS (COGUL). 2.8. ANTROPOMORFOS ESQUEMÁTICOS DEL ABRIGO DE SELVA PASCUALA (VILLAR DEL HUMO). 24 2.9. SOLIFORME ESQUEMÁTICO DEL ABRIGO DE LA FUENTE DE SELVA PASCUALA (VILLAR DEL HUMO). propios. De este modo, el arte Levantino de Jalance muestra rasgos generales comunes a todo el arte Levantino, y otros de carácter regional que comparte con otros conjuntos de OD UHG KLGURJUiÀFD GHO -~FDU \ TXH SHUPLWHQ GHÀQLU XQD SURYLQFLD DUWtVWLFD GHQWUR HQ ORV territorios centrales de la provincia de Valencia (Martínez, 2006; Domingo, 2012), como ya sugiriera con anterioridad Hernández (2005). Del mismo modo, las variaciones en las formas GH UHSUHVHQWDU OD ÀJXUD KXPDQD 'RPLQJR 2006; Mateo, 2006; Utrilla & Martínez, 2007, etc) permiten concluir que dentro del arte Levantino existen diversas fases con características SURSLDV TXH UHÁHMDQ XQD FLHUWD SHUGXUDFLyQ temporal de esta tradición. 2.10. PUNTIFORMES ESQUEMÁTICOS DEL ABRIGO DE MECA (AYORA). El arte Esquemático es una tradición artística que, como su nombre indica, se caracteriza SRUODVLPSOLÀFDFLyQ\HVTXHPDWL]DFLyQGHODV IRUPDV DQDWyPLFDV GH ODV ÀJXUDV KXPDQDV y animales, que quedan reducidas a sus líneas básicas (Figuras 2.7 y 2.8). Junto a ellas aparecen otros motivos como los soliformes (Figura 2.9), los ramiformes y otra serie de PRWLYRV JHRPpWULFRV ]LJ]DJV EDUUDV SXQWRV y combinaciones de puntos) (Figura 2.10), a los que hay que añadir otra serie de motivos interpretados como de tipo simbólico, como los ídolos oculados y los esteliformes. 25 2.11. RECREACIÓN DE UNA ESCENA COTIDIANA DE UN GRUPO EPIPALEOLÍTICO EN EL ENTORNO DE LAS MONTESES (DIBUJOS: ÁNGEL SÁNCHEZ). ¿Quiénes eran y cómo vivían sus autores? En la actualidad sabemos que las tradiciones artísticas Levantina y Esquemática (o algunas de sus fases) están vinculadas a los procesos de transformación económica, social y cultural que WUDH FRQVLJR OD 1HROLWL]DFLyQ D& es decir, la introducción de las actividades agrícolas y ganaderas en estos territorios. Tras más de 100 años de estudios los investigadores siguen debatiendo sobre las formas de vida de los autores del arte Levantino, dadas las GLÀFXOWDGHV GH REWHQHU GDWDFLRQHV DEVROXWDV por la falta de conservación de materia orgánica en los pigmentos utilizados. Las dos teorías más ampliamente aceptadas son: 26 TXH VH WUDWH GH ORV ~OWLPRV FD]DUHFROHFWRUHV que habitaban estas tierras y que pintan su territorio frente a la llegada de los Neolíticos; o de poblaciones plenamente agricultoras y ganaderas que utilizan el arte para marcar el nuevo territorio. (Figura 2.11 y 2.12) En cuanto al arte Esquemático se acepta la existencia de diversas fases, con una fase antigua vinculada al Neolítico inicial en tierras valencianas, andaluzas y aragonesas, y una fase más reciente asociada a momentos avanzados del Neolítico y a la Edad del Cobre (Hernández, 2009). 2.12. RECREACIÓN DE UNA ESCENA COTIDIANA DE UN GRUPO NEOLÍTICO EN EL ENTORNO DE LAS MONTESES (DIBUJOS: ÁNGEL SÁNCHEZ). ¿Cómo pintaban? En ambas tradiciones artísticas hay un predominio de los motivos pintados, frente al grabado, y las diferencias las encontramos en las formas de aplicar la pintura y en el tipo de trazo. El arte Esquemático se caracteriza por sus trazos gruesos e irregulares, realizados con algún tipo de pincel grueso o con los dedos. Por el FRQWUDULRHODUWH/HYDQWLQRGHVWDFDSRUODÀQXUD y el modelado de los trazos que sólo pudieron REWHQHUVH FRQ OD D\XGD GH XQ SLQFHO ÀQR Desconocemos el tipo de pinceles empleados, pero lo más probable es que utilizaran materias primas naturales para fabricarlos, como tallos de plantas deshilachados, cabello humano o animal, o incluso plumas de aves. La paleta de los artistas levantinos y esquemáticos es muy similar. En ambos casos recurren a colorantes naturales (minerales o carbón vegetal), que machacan para obtener XQ SROYR ÀQR TXH D FRQWLQXDFLyQ PH]FODQ con líquidos para producir pintura. No hay constancia de que se utilizara sangre para estas mezclas, y es muy probable que en general recurrieran al disolvente universal: el agua. En el arte Levantino encontramos motivos pintados en rojo, negro y blanco, mientras que en el esquemático hay un mayor predominio del rojo, en sus diversas tonalidades. 27 ARQUERO FILIFORME, ABRIGO DEL CARCHE. SUPERPOSICIÓN DE CALCO SOBRE FOTOGRAFÍA. 3 Y 3.1. De los primeros hallazgos a los últimos descubrimientos El primer hallazgo de arte rupestre prehistórico localizado en el término de Jalance tuvo lugar en diciembre de 1977, cuando el guarda forestal José A. Pérez Piera descubrió las pinturas rupestres del abrigo de las Monteses (Aparicio, 1990). La noticia fue trasmitida al Servei d’Investigació Prehistòrica (SIP) de la Diputació de València, que procedió al cierre del conjunto como medida de protección. Desde esa fecha y hasta la actualidad las pinturas levantinas de las Monteses han sido objeto de diversas noticias (Aparicio, 1980; 1982; Poveda, 1995, 2001) y de una publicación más completa a principios de los años 90 (Aparicio, 1990). Transcurridos 20 años desde aquel primer hallazgo, en 1997 se produce un segundo descubrimiento: el abrigo del Carche, también conocido como abrigo Poveda o abrigo de la fuente del Candil. Según el historiador Poveda se trata de un descubrimiento casual a manos de su hijo José Vicente Poveda cuando visitaban el paraje en XQDH[FXUVLyQIDPLOLDU3RYHGD(O hallazgo fue informado a la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana, que procedió a su cierre tras evaluar los actos vandálicos que provocaron la desaparición de parte de los PRWLYRV GHO SDQHO /HYDQWH(09 (Figura 3.1) Doce años después (entre 2009 y 2012), y fruto de una colaboración entre el Ayuntamiento de Jalance, la empresa CAVEA Patrimonio Cultural, ICREA y la Universitat de Barcelona, y gracias D OD ÀQDQFLDFLyQ GHO 0LQLVWHULR GH &XOWXUD se producen nuevos hallazgos en la zona, y nuevas actuaciones de protección, estudio y difusión de este Patrimonio prehistórico. Los primeros resultados fueron avanzados en el 5º Congreso Internacional del Neolítico Peninsular celebrado en Portugal en 20101 . Pero este volumen engloba por primera vez la totalidad 1 Domingo,I., Rubio,R., Rives,B. y Roman,D. 2010. Novedades sobre Arte Rupestre y Poblamiento Neolítico en la muela de Jalance. 29 3.1. NOTICIA DE PRENSA DANDO A CONOCER EL DESCUBRIMIENTO DEL ABRIGO DEL CARCHE (LAS PROVINCIAS, JUEVES 10 DE ABRIL DE 1997). de los hallazgos e intervenciones arqueológicas para ofrecer una visión más completa del arte prehistórico de Jalance. 3.2. ¿Qué pintaron en Jalance? Las muestras de arte rupestre prehistórico que hoy conocemos en Jalance se distribuyen a lo largo de todo el término, desde la muela de Jalance al entorno de la conocida cueva de Don Juan. Se trata en todos los casos de motivos pintados sobre los soportes calcáreos de cuatro abrigos al aire libre, iluminados por la luz natural. Los motivos y temas representados corresponden a dos tradiciones artísticas: el arte Levantino y el arte Esquemático. El territorio jalancino alberga también otras muestras de arte rupestre de cronología incierta que también recogemos brevemente en estas líneas. (Mapa 1) 30 3.2.A. El abrigo de las Monteses El abrigo de las Monteses se encuentra en el barranco de la Peña, un barranco de régimen estacional, que recorta la vertiente oriental de la muela de Jalance, para verter sus aguas HQ HO UtR &DXWDEiQ DÁXHQWH GHO UtR -~FDU /DV fuentes y abrigos que jalonan sus vertientes y VX DEXQGDQWH ÁRUD DFW~DQ FRPR SXQWRV GH atracción para numerosas especies de fauna que buscan agua, refugio y alimento. Esa riqueza natural ha favorecido el tránsito y la ocupación humana desde la prehistoria hasta la actualidad. (Figura 3.2) La cavidad se abre al sur en la parte central de XQ H[WUDRUGLQDULR DQÀWHDWUR QDWXUDO ORFDOL]DGR en la margen derecha del barranco, que cuenta con una acústica excelente que facilita la comunicación entre las dos márgenes del mismo. Esa ubicación y su morfología geminada lo convierten en un enclave muy 31 MAPA 1: ABRIGOS CON ARTE RUPESTRE PREHISTÓRICO E HISTÓRICO EN EL TÉRMINO DE JALANCE (MAPA: JESÚS GARCÍA PATÓN). 3.2. VISA PANORÁMICA DE LA VERTIENTE DERECHA DEL BARRANCO DE LA PEÑA Y DEL ABRIGO DE LAS MONTESES. singular. El abrigo tiene unas dimensiones de 4,43 m de altura, 7,29 m de longitud y 5,95 m de profundidad, y está ubicado a una altitud de 588 m s.n.m. y a unos 66 m sobre el fondo del barranco. (Figura 3.3 y 3.4) En la actualidad el único panel conservado se encuentra en la columna central que divide en dos a la cavidad, a 1,2 m sobre el nivel del suelo (Figura 3.5). En total conserva 6 motivos SLQWDGRV WUHV ÀJXUDV KXPDQDV XQ DUTXHUR naturalista y dos restos informes, que revelan que el friso original era más complejo de lo que ha llegado hasta nosotros. Técnicas de representación Las pinturas de las Monteses fueron ejecutadas sobre un fondo rocoso cuidadosamente SUHSDUDGR8QDQiOLVLVGHWDOODGRGHODVXSHUÀFLH nos revela la presencia de múltiples estrías y el pulido de las aristas de la roca, producto de una regularización o alisamiento intencionado por abrasión. Este procedimiento técnico no 32 encuentra paralelos en el arte Levantino, lo que contribuye a resaltar la singularidad de este yacimiento. (Figura 3.6) Una vez preparado el soporte, los artistas Levantinos procedieron a decorar la pared mediante el empleo de algún tipo de pincel ÀQR FRPR VH GHGXFH GH OD FDOLGDG HO grosor y el modelado de los trazos de los motivos conservados. De la paleta de colores característica del arte Levantino, los pintores de las Monteses escogieron exclusivamente el rojo, aunque en diversas tonalidades que revelan variaciones en la cantidad o el origen de los colorantes naturales utilizados. 'HVFULSFLyQGHODVÀJXUDV Motivo 1. Trazo anaranjado vertical. Motivo 2. Restos informes. Motivo 3. Arquero naturalista en actitud de marcha hacia la derecha. En una de sus manos transporta un arco de doble curvatura, con la FXHUGDGHWDOODGD\XQSDUGHÁHFKDV(OVH[R aparece representado de forma explícita. (Figura 3.7) Motivo 4. Figura humana naturalista sentada y orientada hacia la derecha (Figura 3.9). Tradicionalmente se ha interpretado como IHPHQLQD DO LJXDO TXH OD ÀJXUD 3RYHGD 1995: 16; 2001: 32; Aparicio, :55; 1990: 11; Olària, 6LQHPEDUJRDPEDVÀJXUDVFDUHFHQ de los rasgos que caracterizan a las mujeres levantinas, es decir, la indicación de los senos o la presencia de faldas (Domingo, 2005). Sus amplias caderas contribuyeron también a esta interpretación. No obstante, ese tipo de caderas DQFKDV WDPELpQ HV FRP~Q HQ ÀJXUDV GH RWURV WHUULWRULRVTXHDOLUFDUJDGDVFRQDUFR\ÁHFKDV se consideran masculinas. Por tanto, no existen evidencias claras para determinar su género. /R PiV GHVWDFDGR GH HVWD ÀJXUD HV HO REMHWR ovalado que sostiene frente a la cara, para el que existen pocos paralelos en el arte Levantino (Figura 3.9). Mientras Poveda (2001) lo interpreta como alimento, Aparicio (1990: 11) habla de un instrumento musical para marcar el ritmo de una danza. Si buscamos paralelos en otros conjuntos Levantinos, sorprende su escasez, con tan sólo GRV ÀJXUDV DVRFLDGDV D REMHWRV VLPLODUHV HO arquero 26b del Cinto de las Letras (Dos Aguas), TXH0DUWtQH]5XELRGHVFULEHFRPREROVD RIDUGR\ODÀJXUDGHODEULJRGHO%DUUDQFGH la Palla (Tormos), interpretado por Hernández, Ferrer y Catalá (1988) como un hacha o azuela. Ambas interpretaciones concuerdan con la actividad desarrollada en sendas escenas de caza, aunque de tratarse de un hacha o azuela, resulta extraño que el mango no sea visible. En el caso de las Monteses descartamos que se trate de una bolsa por su posición frente a la cara. Por el contrario, la posición del brazo GH HVWD ÀJXUD HVWDUtD HQ FRQVRQDQFLD FRQ su interpretación como un hacha o azuela. Tampoco podemos descartar que se trate de 33 3.4. PLANTA Y SECCIÓN DEL ABRIGO DE LAS MONTESES, CON INDICACIÓN DEL LUGAR DONDE SE LOCALIZAN LAS PINTURAS (POR S. OLIVARES, X. LAUMAIN Y A. LÓPEZ). 3.3. ABRIGO DE LAS MONTESES. LAS PINTURAS SE ENCUENTRAN 34EN LA COLUMNA CENTRAL QUE DIVIDE LA CAVIDAD EN DOS. 3.5. DETALLE DEL PANEL PINTADO (ABRIGO DE LAS MONTESES). algún tipo de contenedor de líquidos, lo que MXVWLÀFDUtD VX GLVSRVLFLyQ IUHQWH D OD FDUD GHO individuo de las Monteses. Esta interpretación sería también coherente con su presencia en las cacerías del barranc de la Palla o del Cinto de las Letras, ya que en sus desplazamientos por el territorio el cazador necesita ir provisto de algún tipo de contenedor de agua. Motivo 5. Figura humana naturalista sentada y orientada hacia la izquierda. Al igual que la anterior ha sido interpretada como femenina, pero tal y como hemos argumentado para ésta, carece de los rasgos que caracterizan a las mujeres en el arte Levantino. (Figura 3.9) 3.6. LA SUPERFICIE DEL PANEL FUE PREVIAMENTE PULIDA POR FROTACIÓN PARA PREPARAR EL LIENZO A PINTAR, CLARAMENTE VISIBLE POR LA TONALIDAD MÁS CLARA DE LA ZONA DECORADA. Motivo 6. Figura humana erguida en disposición de relativo descanso (Figura 3.8). La cabeza y parte del torso han desaparecido por un GHVFRQFKDGR SHUR HO UHVWR GH OD ÀJXUD VH encuentra en buen estado. Su aspecto general es algo tosco y desproporcionado, con 35 3.7. ARQUERO 3 (ABRIGO DE LAS MONTESES). cierto prognatismo ventral y una articulación forzada de brazos y pies. La pierna atrasada, relativamente naturalista, contrasta con la adelantada, efectuada con un trazo grueso nada modelante, y rematado con un trazo a modo de pie, también mal articulado. Un trazo ÀQRDWUDYLHVDDOLQGLYLGXRDODDOWXUDGHOWRUVR tal vez restos de su armamento original. Composición e interpretación (QHODEULJRGHODV0RQWHVHVODÀJXUDKXPDQD es la gran protagonista (Figura 3.11 y 3.12). La existencia de restos de pigmento y el deterioro de la mayor parte del panel sugieren que la composición original debió de ser mas compleja de lo que ha llegado hasta nosotros. (OSURWDJRQLVPRDEVROXWRGHODÀJXUDKXPDQD y la ausencia de fauna podría llevarnos a interpretar esta composición como una escena de tipo social, tan presente en otros conjuntos OHYDQWLQRV 3HUR VL DQDOL]DPRV ODV ÀJXUDV FRQ 36 3.8. FIGURA HUMANA 6 (ABRIGO DE LAS MONTESES). más detalle, tampoco podemos descartar que alguna de ellas, en concreto el arquero 3, en disposición de marcha descendente hacia la derecha, pudiera haber formado parte de una escena de caza, muy común en el arte Levantino. El análisis formal de las representaciones nos permite distinguir al menos dos fases de ejecución. Una protagonizada por los motivos 4 y 5, y tal vez el arquero 3, todos ellos de tipo naturalista, de trazo bien cuidado y sin ningún tipo de adorno corporal. Y una segunda fase protagonizada por el individuo 6, de factura más tosca. La ausencia de superposiciones impide determinar el orden de ejecución, y por tanto deducir qué fase es la más antigua y cuál es la más reciente. Sin duda, los grandes protagonistas de este SDQHO VRQ ODV GRV ÀJXUDV FHQWUDOHV TXH aparecen sentadas, y el peculiar objeto ovalado que sostiene una de ellas (Figura 3.10). 3.9. DETALLE DE LAS DOS FIGURAS CENTRALES, SENTADAS Y AFRONTADAS. Todos ellos son ciertamente singulares en el arte Levantino. En el Racó dels Sorellets (Alicante) GRV ÀJXUDV IHPHQLQDV VHQWDGDV HQ GLVSRVLFLyQ similar sujetan entre sus manos a un individuo infantil al que una de ellas está amamantado. Pero esa composición se aleja de la que vemos en las Monteses, en las que la única actividad destacable es la ubicación del supuesto contenedor de líquido o mazo frente a la cara del individuo 4. ¿Se trata de una instantánea de vida cotidiana en la que los protagonistas han sido captados en un momento de descanso que aprovechan para beber?, ¿se trata de una HVFHQDHQODTXHODÀJXUDVXMHWDXQKDFKDR azuela para efectuar una actividad que ya no podemos adivinar? o ¿se trata de una escena GH DOWR FRQWHQLGR VLPEyOLFR FX\R VLJQLÀFDGR es sólo accesible para los iniciados en aquella cultura? En cualquier caso resulta curiosa la falta de equipamiento de ambos individuos, sin adornos corporales o el característico 3.10. DETALLE DEL MOTIVO 5 DONDE PODEMOS APRECIAR EL MODELADO DE LA FIGURA Y EL PECULIAR OBJETO QUE SOSTIENE FRENTE A LA CARA. armamento de los personajes levantinos: el DUFR\ODVÁHFKDV Singularidad del conjunto $ SHVDU GHO UHGXFLGR Q~PHUR GH ÀJXUDV conservadas, la singularidad de este conjunto y la complejidad de su interpretación es innegable. La documentación de una técnica de preparación del soporte receptor por medio de la abrasión con objeto de regularizar ODVXSHUÀFLHFDUHFHGHSDUDOHOLVPRVHQHODUWH Levantino. Del mismo modo, la escena central, protagonizada por dos individuos sentados uno frente al otro también constituye una novedad, al igual que el objeto que sujeta en la mano uno de ellos. Todos estos particularismos, junto con el buen estado de conservación de las pinturas y la riqueza medioambiental del HQWRUQR FRQÀHUHQ D HVWH \DFLPLHQWR XQ JUDQ valor patrimonial. 37 3.11. PANEL DE LAS MONTESES CON LOS 6 MOTIVOS CONSERVADOS. 3.12. CALCO A ESCALA DEL ABRIGO DE LAS MONTESES (POR I. DOMINGO). SUSTITUCIÓN DEL CERRAMIENTO EN EL ABRIGO DE LAS MONTESES VISTA DEL ABRIGO DE LAS MONTESES. ʹͲͳʹǡ × ͵͐ ǡ ǡ × Ǥ × × × × × × Ǥ À ǡ À DzdzǤ ǡ ϐÓͲ ͺͲǡ À × ǡ ϐ × Ǥ À × × ǡ × ± ϐ ǡ ǡ× À Ǥ ± ǡ Ǥ 39 VISTA DEL ABRIGO ANTES Y DESPUÉS DE LA ELIMINACIÓN DEL CIERRE. VISTA DE LA NUEVA VALLA PERIMETRAL. 40 INTERVENCIÓN DE CONSERVACIÓN PREVENTIVA EN EL ABRIGO DE LAS MONTESES, JALANCE LAURA BALLESTER CASAÑ, RESTAURADORA V ×ǡ × ǡ × Ǥ ǡ ϐǤ Protección de las pinturas. × × ϐ Ǥ × × Ǥ PROTECCIÓN DE LAS PINTURAS Retirada del cierre y construcción de obra. × × ×Ǥ ×ϐ ×Ǥ À × × À × × ×Ǥ ǡ× × ϐ Ǥ Àϐ Ǥ ELIMINACIÓN MANUAL DEL ANTIGUO CERRAMIENTO 41 Limpieza. × ± × À × × ǡ × ×ǡ Ó ×Ǥ ʹͶǤ INYECCIÓN DE NANOPARTÍCULAS DE HIDRÓXIDO DE CALCIO Reintegración cromática. À ǡ ± ǡ × ǡ × Ǥ LIMPIEZA DE LA SUPERFICIE ROCOSA REINTEGRACIÓN CROMÁTICA DE LAS ZONAS INTERVENIDAS 42 3.13. VISTA DEL ABRIGO DEL CARCHE (AL FONDO), DESDE LA CABECERA DEL BARRANCO AGRIO. 3.2.B. El abrigo del Carche El abrigo del Carche, también conocido localmente como abrigo de la fuente del Candil o abrigo Poveda, en referencia a su descubridor, se encuentra en la rambla de 0XUHOO\PiVFRQFUHWDPHQWHHQVXFRQÁXHQFLD con el barranco Agrio. Su ubicación es privilegiada al hallarse en un punto estratégico TXH GRPLQD OD FRQÁXHQFLD GH ORV GRV barrancos, en cuya base se localizan la fuente del Candil y la fuente del Carche. (Figura 3.13) Esta abundancia de puntos de agua actúa como foco de atracción para la fauna salvaje y también para los pastores que durante siglos han acudido a este lugar para utilizarlo como abrevadero natural para el ganado (comunicación personal de Francisco Poveda Pérez, pastor de Jalance, y Joaquín Piera García, Concejal de Agricultura, durante una entrevista efectuada el 27 noviembre de 2009). El abrigo se abre al Sureste y tiene unas dimensiones de 7,29 m de longitud x 4,43 m de altura máxima. (Figura 3.14 y 3.15) La reciente revisión del conjunto nos ha permitido descartar la descripción de una de las escenas ofrecida recientemente por Aparicio (2010), y completar la descripción ofrecida inicialmente por Poveda, quien 43 3.14. VISTA DEL ABRIGO DEL CARCHE. 3.15. PLANTA Y SECCIÓN DEL ABRIGO DEL CARCHE, CON INDICACIÓN DEL LUGAR DONDE SE LOCALIZAN LAS PINTURAS (POR S. OLIVARES, X. LAUMAIN Y A. LÓPEZ). 44 3.16. CALCO DE LOS MOTIVOS 2-4 (ABRIGO DEL CARCHE) (POR I. DOMINGO). 3.17. MOTIVOS 2-4 (ABRIGO DEL CARCHE). 45 3.18. CALCO DE LOS MOTIVOS 5-11 (ABRIGO DEL CARCHE) (POR I. DOMINGO). habla de “algunos manchones informes, WUD]RV JHRPpWULFRV \ WUHV R FXDWUR ÀJXUDV zoomorfas incompletas” junto a una escena de caza protagonizada por un ciervo herido, un arquero y una cabeza de cabra montesa (Poveda, 2001:33). En nuestra revisión pudimos LGHQWLÀFDUXQWRWDOGHÀJXUDVDODVTXHKD\ que sumar diversos restos informes a izquierda y derecha del panel central, que revelan que la composición original fue más compleja de lo que ha llegado hasta nosotros. Los motivos documentados nos remiten a dos tradiciones artísticas postpaleolíticas: el arte Levantino y el arte Esquemático. Técnica de representación Los artistas del Carche seleccionaron un único color para la ejecución de este panel: el rojo, con diversas tonalidades que oscilan entre el violáceo y el casi anaranjado. El tipo de trazo, más cuidado en los motivos levantinos, y más 46 grueso en los esquemáticos, remite sin duda a GRV WUDGLFLRQHV JUiÀFDV ELHQ GLIHUHQFLDGDV HO WUD]RÀQRSURSLRGHOSLQFHOGHODUWH/HYDQWLQR frente al trazo grueso realizado con los dedos o con pinceles gruesos en la tradición esquemática. 'HVFULSFLyQGHODVÀJXUDV Motivo 1: Restos indeterminados. Motivo 2: Ciervo levantino de gran cornamenta orientado hacia la izquierda. Se trata de un ciervo herido, de pronunciada giba y pezuñas delanteras bisulcas. Destaca la representación del vómito o la sangre del animal herido, representada por una concentración de puntos situados alrededor de la boca, de las patas delanteras y de la herida efectuada por una ÁHFKD HQ OD SDUWH DQWHULRU GHO YLHQWUH )LJXUD 3.16 y 3.17) 3.19. MOTIVOS 5-11 (ABRIGO DEL CARCHE). 0RWLYR 5HVWRV GH XQD SRVLEOH ÀJXUD DQLPDO de tipo esquemático. Motivo 4. Arquero de tipo lineal a la derecha. La PDQRDGHODQWDGDVRVWLHQHXQDÁHFKDHQODTXH se detalla la punta triangular y la emplumadura. En la otra sostiene un arco simple en el que se GHWDOODODFXHUGD\XQKD]GHÁHFKDV(OVH[R aparece representado de forma explícita. 0RWLYR5HVWRVGHXQDSRVLEOHÀJXUDKXPDQD levantina orientada hacia la derecha, de grandes dimensiones. Tan sólo conserva el extremo distal de las piernas, con gruesas pantorrillas y detalle de los pies. (Figura 3.18 y 3.19) Motivo 6. Zoomorfo indeterminado orientado KDFLD OD GHUHFKD (O HOHPHQWR GHÀQLWRULR de la especie en los animales levantinos es generalmente la cornamenta, que en esta ÀJXUD KD TXHGDGR FXELHUWD SRU OD FDEH]D del équido 7. Por tanto es difícil determinar si los trazos cortos que parecen dibujarse en la parte superior de su cabeza corresponden a la representación de una cabra o se trata de los restos de una cornamenta de cérvido. Motivo 7. Équido levantino de gran tamaño orientado hacia la derecha, en la que es claramente visible la representación de una de las orejas y la crinera, representada mediante la yuxtaposición de trazos cortos paralelos. Esta ÀJXUD GRWD GH JUDQ VLQJXODULGDG DO FRQMXQWR ya que las representaciones de équidos son poco frecuentes, o casi anecdóticas, en el arte Levantino, y por lo general resultan poco naturalistas. Motivo 8. Trazos indeterminados que podrían corresponder a las patas extendidas de un cuadrúpedo. 47 3.20. MOTIVOS 10-11 (ABRIGO DEL CARCHE) 3.21 ARQUERO 13 (ABRIGO DEL CARCHE). Motivo 9. Ciervo levantino de gran cornamenta, en posición de parada orientado hacia la derecha. Los numerosos desconchados de la pared han provocado la casi total desaparición de una de las cuernas (la adelantada). De la otra se conservan un candil y la corona, de tres puntas. También son visibles una de las orejas, el cuerpo masivo y las cuatro extremidades, de las que no se conservan las pezuñas. Motivo 11. Antropomorfo de tipo esquemático efectuado mediante una barra gruesa vertical a modo de tronco y dos arcos abiertos hacia abajo a modo de extremidades. Motivo 10. Ciervo levantino de pequeño tamaño orientado hacia la izquierda (Figura 3.20). La cabeza conserva el arranque de las dos cuernas, con sus candiles inferiores, y el detalle de las orejas. Las patas traseras están muy perdidas. En su ejecución destaca la utilización de dos tonalidades de rojo, uno más claro para el relleno y otro más oscuro, casi negruzco, para su silueta y para algunos detalles del interior del cuerpo, hoy indescifrables. Podría tratarse de una licencia artística del pintor o de un repinte SRVWHULRUGHODÀJXUDSDUDUHDYLYDUOD Motivo 13. Arquero levantino de tipo naturalista orientado hacia la derecha (Figura 3.21). La ÀJXUD FRQVHUYD OD FDEH]D FRQ GHWDOOH GH melena, los brazos y el torso, pero la parte inferior se ha perdido. El brazo atrasado aparece ÁH[LRQDGRPLHQWUDVTXHHODGHODQWDGRVRVWLHQH un arco de gran tamaño, en el que se detalla la cuerda. 48 Motivo 12. Restos de un posible arquero orientado hacia la izquierda, del que tan sólo se conserva la parte superior de la cabeza y XQDÁHFKDTXHVRVWLHQHSDUDOHODDOFXHUSR Motivo 14. Restos informes que debieron FRUUHVSRQGHU D XQD ÀJXUD GH JUDQGHV dimensiones. (Figura 3.22) 3.22. CALCO DE LOS MOTIVOS 12-15 (ABRIGO DEL CARCHE) (POR I. DOMINGO). Motivo 15. Restos de un zoomorfo indeterminado orientado hacia la izquierda del que tan sólo se conservan la cabeza, el cuello y el arranque de las patas delanteras. (Figura 3.23) Composición e interpretación Los motivos se localizan en la parte central y más cóncava de la cavidad, a una altura aproximada de 1,25 m, lo que indica que los pintores efectuaron las representaciones ligeramente agachados o incluso sentados. El análisis preliminar del yacimiento, realizado con motivo de la puesta en valor del abrigo de las Monteses y su entorno, nos permitió evaluar el interés y la complejidad de este conjunto (Figura 3.24). La escena más conocida, y más IiFLOGHLGHQWLÀFDUVHHQFXHQWUDDODL]TXLHUGD GHOSDQHO\FDSWDODIDVHÀQDOGHODFDFHUtDGH un ciervo macho, que aparece herido por una ÁHFKDTXHDWUDYLHVDVXYLHQWUH/DH[SUHVLyQGH abatimiento se acentúa con la representación GHOYyPLWR\RODVDQJUHGHODSUHVDÀJXUDGRV 3.23. DETALLE DEL CUADRÚPEDO 15 (ABRIGO DEL CARCHE). 49 3.24. CALCO COMPLETO DEL ABRIGO DEL CARCHE (POR I. DOMINGO). por un punteado distribuido frente a su cabeza y alrededor de su herida ventral. Esta convención JUiÀFD HV HVSHFtÀFD GHO iUHD PHULGLRQDO GHO arte Levantino, con ejemplos en el vecino abrigo de Tortosilla (Ayora), la cueva de la Sarga (Alcoi) o el abrigo del Barranc de la Palla (Tormos) (Domingo, 2012). Tras el disparo mortal el arquero cambia de dirección enarbolando XQDGHVXVÁHFKDVFRPRVHxDOGHp[LWR(OHVWLOR lineal y la postura de este arquero recuerda a algunos de los documentados en el Cortijo de las Sorbas (Letur, Albacete), lo que resulta interesante a la hora de analizar las áreas de contacto de los habitantes de Jalance en las IDVHVÀQDOHVGHODUWH/HYDQWLQR A la derecha de esta escena encontramos la composición central (motivos 5 a 11) y más compleja del abrigo. Pero un análisis detenido de la pared revela que lo que a primera vista 50 parece una maraña de trazos y manchas es en realidad un palimpsesto de distintas especies de animales de estilo Levantino y un antropomorfo de tipo esquemático, parcialmente superpuestos. Son precisamente esas superposiciones las que dotan a este conjunto de una gran singularidad y de un gran YDORUFLHQWtÀFR\DTXHJUDFLDVDHOODVSRGHPRV diferenciar diversas fases e incluso establecer el orden de adición de los motivos al panel y construir secuencias cronológicas relativas. Por lo general, los paneles Levantinos se caracterizan por su limpieza expositiva, lo que VLJQLÀFD TXH DXQTXH PXFKRV SDQHOHV VH KDQ construido a lo largo de visitas sucesivas, los SLQWRUHVWLHQGHQDHYLWDUDODVÀJXUDVDQWHULRUHV para facilitar la lectura de las narraciones representadas. Sin embargo, el abrigo del Carche presenta un total de 7 motivos 25 cm superpuestos que son de gran interés para avanzar en la reconstrucción de la secuencia artística regional. 1RKD\GXGDGHTXHODÀJXUDPDVDQWLJXDHVOD del cuadrúpedo 6, sobre el que posteriormente se pintan el équido 7 y el ciervo 9, y entre sus patas el ciervo 10 y el antropomorfo esquemático 11. Sin embargo, una de las superposiciones clave para los estudios de arte Levantino y Esquemático (la que se produce entre los dos últimos motivos), es difícil de interpretar a simple vista y requiere de nuevos estudios SDUDGHWHUPLQDUFXiOGHODVGRVÀJXUDVHVPiV antigua: si el ciervo levantino o el antropomorfo esquemático. Por otro lado, el estilo de las representaciones humanas levantinas del Carche nos remite a dos momentos distintos de la secuencia del arte Levantino. El arquero 13 (y posiblemente el 12) corresponde a las fases más antiguas, en las que hay un dominio del naturalismo y del volumen corporal, mientras que la combinación de un cuerpo tipo barra con extremidades lineales en el arquero 4 remite a las fases más recientes (Domingo, 2006 y 2008). Por tanto, su presencia en un mismo panel nos habla de un uso reiterado de esta cavidad, que demuestra la importancia de este emplazamiento para las poblaciones levantinas. Por último, a la derecha del panel encontramos a los arqueros 12 y 13. La reconstrucción de la escena en la que participarían resulta complicada debido al deterioro del panel. $PEDVÀJXUDVVLJXHQGLUHFFLRQHVFRQWUDSXHVWDV sin que por ello podamos descartar su participación en una actividad común, como ocurre en otros yacimientos levantinos (véase SRU HMHPSOR ODV ÀJXUDV KXPDQDV YLQFXODGDV D 51 3.25. VISTA DEL ABRIGO DEL BARRANCO DE LOS ROBLES. la escena de caza de la Sarga I, Alcoi). Este WLSR GH ÀJXUDV GH WDPDxR PHGLRJUDQGH \ de tipo naturalista suelen participar tanto en actividades de tipo social, como en escenas de caza, por lo que cualquiera de estas opciones sería viable. Singularidad del conjunto El abrigo del Carche puede considerarse un conjunto de gran singularidad por presentar en XQPLVPRSDQHOÀJXUDVGHWLSR(VTXHPiWLFR\ Levantino, que además se hallan superpuestas. La existencia de superposiciones entre ambos estilos es clave para determinar la cronología de ambas tradiciones, por lo que consideramos prioritario avanzar en el estudio de estas superposiciones en los próximos años. El conjunto del Carche incluye ciertos particularismos y FRQYHQFLRQHV JUiÀFDV GH JUDQ LQWHUpV SDUD avanzar en el estudio del arte Levantino: como la presencia de un équido, poco frecuente en este arte, o de algunas convenciones JUiÀFDVFRPXQHVDRWURV\DFLPLHQWRVGHOiUHD 52 meridional levantina, como el vómito del ciervo RORVUDVJRVHVWLOtVWLFRVGHODVÀJXUDVKXPDQDV Su análisis más detallado en el contexto regional (los núcleos vertebrados por el río Júcar) y en el contexto general del arte Levantino será clave para establecer la secuencia artística regional y SDUDGHWHUPLQDUODViUHDVGHLQÁXHQFLDGHHVWH territorio en las diversas fases del arte Levantino y del Esquemático. Es por ello que estamos llevando a cabo un estudio más exhaustivo de este conjunto, incluyendo la realización de analíticas no destructivas de pigmentos, que nos permitirán avanzar en la comprensión de este yacimiento y su secuencia. 3.2.C. Abrigo del barranco de los Robles El abrigo del barranco de los Robles se encuentra en la margen derecha del barranco homónimo, un curso de agua estacional que vierte sus aguas al río Júcar (Figura 3.25). La cavidad se abre al noroeste a una altura de 740 m s.n.m., y tiene unas dimensiones de 8,28 m de anchura, 4,6 m de 3.26. PLANTA DEL ABRIGO DE LOS ROBLES. profundidad y 2,43 m de altura aproximada. (Figura 3.26 ) La presencia de un murete adosado a la pared del abrigo revela su utilización para el desarrollo de actividades apícolas en fechas recientes. Una práctica que se ha documentado igualmente en varios abrigos de este mismo barranco y en los barrancos adyacentes. El estado de conservación de sus paredes HV PX\ GHÀFLHQWH /D ~QLFD ÀJXUD KXPDQD levantina conservada se encuentra en la SDUWH FHQWURL]TXLHUGD GH OD FDYLGDG \ PiV concretamente en el extremo izquierdo de la hornacina central, a una altura de unos 70 cm. El resto del abrigo está muy DOWHUDGR \ KD SHUGLGR OD VXSHUÀFLH RULJLQDO como consecuencia de la descamación y fracturación de la roca . Esas alteraciones han provocado la desaparición de cualquier otra evidencia rupestre originalmente vinculada a HVWDÀJXUDKXPDQD Técnica de representación El artista de los Robles seleccionó un pigmento GHWRQDOLGDGDQDUDQMDGD\XQSLQFHOÀQRSDUD aplicar la pintura sobre el soporte rocoso que no parece haber sido previamente preparado. 'HVFULSFLyQGHODVÀJXUDV Motivo 1: Figura humana levantina de pequeño tamaño (apenas 5 cm de longitud) (Figura 3.27 \6HWUDWDGHXQDÀJXUDGHWLSROLQHDOHQ actitud de marcha hacia la derecha. Tanto los brazos como las piernas carecen de modelado anatómico, a excepción de la indicación del SLH/DÀJXUDFDUHFHGHFXDOTXLHUWLSRGHDGRUQR corporal o del armamento característico de los DUTXHURVOHYDQWLQRVHODUFR\ODVÁHFKDV Composición e interpretación /DV FDUDFWHUtVWLFDV IRUPDOHV GH HVWD ÀJXUD humana permiten adscribirla a la fase más reciente de la secuencia artística del arte Levantino (Domingo, 2005a y b y 2006; Utrilla \ %HD 8QD IDVH HQ OD TXH ODV ÀJXUDV 53 3 cm 3.27. DETALLE DE LA FIGURA HUMANA DEL ABRIGO DE LOS ROBLES. 3.28. CALCO DE LA FIGURA HUMANA DEL ABRIGO DE LOS ROBLES (POR I. DOMINGO). humanas son de pequeño tamaño, en ocasiones apenas 5 cm, y en el que sus rasgos anatómicos quedan reducidos a simples trazos que reproducen la estructura corporal básica: cabeza, tronco y extremidades. Este WLSR GH ÀJXUDV DSDUHFHQ YLQFXODGDV D WRGR tipo de escenas: actividades de caza, escenas bélicas, actividades que requieren trepar por algún tipo de elemento vegetal, etc. La falta de armamento (muy común en las actividades de caza y guerra) y esa amplitud de temas a ORVTXHHVWHWLSRGHÀJXUDVKXPDQDVDSDUHFHQ vinculadas nos impide deducir la actividad original a la que estuvo vinculada. abundancia de cavidades cuya ubicación JHRJUiÀFD RULHQWDFLyQ \ FDUDFWHUtVWLFDV HUDQ favorables para contener representaciones rupestres. No obstante, la mayoría de los HQFODYHVKDQSHUGLGRODVXSHUÀFLHRULJLQDOSRU OD GHVFDPDFLyQ VXSHUÀFLDO \ OD IUDFWXUDFLyQ de la roca, favorecida por su fragilidad y por los marcados cambios térmicos diarios y estacionales característicos de estos territorios. En algunos conjuntos, esas alteraciones se han visto a su vez potenciadas por los fuegos antrópicos que han provocado el ennegrecimiento de las paredes. Por tanto este descubrimiento viene a llenar un vacío en la zona. Singularidad del conjunto La localización de este yacimiento en la zona oeste del término de Jalance y en las proximidades de la cueva de Don Juan resulta de gran interés, ya que se desconocía la existencia de arte rupestre en esta zona. Esta parte del territorio se caracteriza por la 54 INTERVENCIÓN DE CONSERVACIÓN DEL ABRIGO DEL BARRANCO DE LOS ROBLES, JALANCE. VALENCIA. LAURA BALLESTER CASAÑ, RESTAURADORA VǤ Ǥ ǡ À × Ǥ ǡǡ × × ǡ ǡ Ǥ ×ǡ × ǡǡ ǡÀ ǡ Ǥ ǡï ǡ ÀǤ DETALLE DEL ESTADO DE LA SUPERFICIE ROCOSA JUNTO A LA FIGURA ANTROPOMORFA. 55 VV V ×ϐ × × ï Ǥ ǡ À × × À × × ×Ǥ ǡǤ× × ϐ Ǥ ϐÀǡ ϐ 56 Ǥ INYECCIÓN DE NANOPARTÍCULAS DE HIDRÓXIDO DE CALCIO. APLICACIÓN DE MORTERO EN LAS GRIETAS. IMAGEN DE LA FIGURA PINTADA TRAS SU CONSOLIDACIÓN. 3.2.D. Abrigo de la Vieja Pelada El abrigo de la Vieja Pelada se encuentra en el barranco que le da nombre, próximo a su FRQÁXHQFLD FRQ HO EDUUDQFR GH OD 3HxD 6H trata de una pequeña cavidad de 8,1 m de anchura x 4,14 m de altura máxima, orientada hacia el oeste y situada al pie de un salto de agua. (Figura 3.29 y 3.30) /D~QLFDÀJXUDGHWLSRHVTXHPiWLFRFRQVHUYDGD en este yacimiento se halla muy deteriorada por la erosión provocada por la escorrentía VXSHUÀFLDO 3.29. PLANTA Y SECCIÓN DEL ABRIGO DE LA VIEJA PELADA, CON INDICACIÓN DEL LUGAR DONDE SE LOCALIZAN LAS PINTURAS (POR S. OLIVARES, X. LAUMAIN Y A. LÓPEZ). Técnica de representación /D ÀJXUD FRQVHUYDGD VH KD HIHFWXDGR FRQ pigmento rojo aplicado directamente sobre un soporte rocoso sin preparación previa. El tipo GH WUD]R GH ODGRV SDUDOHORV \ ELHQ SHUÀODGRV VXJLHUHODXWLOL]DFLyQGHDOJ~QWLSRGHSLQFHOÀQR lo que la aleja del trazo grueso característico de las representaciones esquemáticas propias del Neolítico y el Eneolítico. La tonalidad rojiza tampoco coincide con los tonos anaranjados más característicos del arte Esquemático clásico. 'HVFULSFLyQGHODÀJXUD Motivo 1. Figura posiblemente antropomorfa de tipo esquemático (Figura 3.31 y 3.32). Un trazo 57 3.30. VISTA DEL ABRIGO DE LA VIEJA PELADA. rectilíneo vertical actúa de eje vertebrador de OD ÀJXUD /D SDUWH FHQWUDO DSDUHFH FRUWDGD SRU XQD ÀJXUD UHFWDQJXODU FHUUDGD TXH VH aleja de los característicos brazos arqueados y dispuestos en jarra tan comunes en la tradición esquemática. En la parte superior se yuxtapone un trazo vertical que se bifurca en su extremo distal. La pérdida de pigmento que afecta a esta zona impide determinar si el trazo conservado a la izquierda formaba parte de un rectángulo cerrado o se trataba de una forma abierta a modo de brazo. La presencia de un desconchado en la parte derecha ha provocado la desaparición de esa parte de la ÀJXUDDXQTXHWRGRSDUHFHLQGLFDUTXHHOWUD]R visible a la izquierda del motivo se repetiría en la parte derecha. En la parte inferior un trazo FRQ LQÁH[LyQ DQJXODU \ DELHUWD HQ VX H[WUHPR SDUHFHÀJXUDUODVH[WUHPLGDGHV Composición e interpretación El único motivo conservado se halla a la derecha de la parte más cóncava de la cavidad, en un punto en el que apenas existe cornisa de protección. El motivo se halla a una altura de 0,90 m, por lo que sin duda el pintor o la pintora lo efectuaron sentados en la plataforma del abrigo. La búsqueda de paralelos en los 58 3.31. MOTIVO ESQUEMÁTICO DEL ABRIGO DE LA VIEJA PELADA. territorios más próximos nos lleva a Navarrés, y más concretamente al abrigo de Cuevas Largas I (Martorell, 2010). Pero al margen de este yacimiento recientemente descubierto no encontramos otros motivos similares que QRVSHUPLWDQDÀQDUVXFURQRORJtD(QFXDOTXLHU caso, la presencia de trazos angulares nos recuerda a motivos más recientes, ya de cronologías de la Edad del Bronce o del Hierro, que a los clásicos antropomorfos esquemáticos diseñados durante el Neolítico. 3.2.E. Otras muestras de arte rupestre Junto a las muestras de arte prehistórico que acabamos de enumerar el término de Jalance conserva otros restos pintados y grabados de diversas cronologías, que evidencian una circulación más o menos continuada por el territorio jalancino y un deseo inherente al ser humano de dejar marcas a su paso por dicho territorio. Entre los hallazgos documentados GHVWDFDQ)LJXUD$( El abrigo de la rambla de la Carrasca I, junto a la cueva de las Macheras, con un grabado ÀQR LQIRUPH GH FURQRORJtD LQFLHUWD (VH WLSR GH JUDEDGR ÀQR HV \D XWLOL]DGR GHVGH HO 3DOHROtWLFR SHUR DO QR SRGHU LGHQWLÀFDU QLQJ~Q WLSR GH ÀJXUD QR SRGHPRV GHVFDUWDU TXH VH 5 cm 3.32. CALCO DEL MOTIVO ESQUEMÁTICO DEL ABRIGO DE LA VIEJA PELADA (POR I. DOMINGO). trate de una grabado más reciente, e incluso contemporáneo. El abrigo de la ladera occidental de Alcola, con un solo resto informe pintado en rojo, de tonalidad similar a los motivos Levantinos de las Monteses. Sin embargo, al no conservar motivos completos es difícil adscribirlo con seguridad al arte Levantino. La cueva del Capitán, con un motivo cruciforme grabado con la técnica del piqueteado, con el extremo superior bifurcado y el brazo izquierdo arqueado. Su cronología es también incierta, y podría oscilar entre época medieval y la actualidad El abrigo del barranco de Capellanes, con una cruz grabada de cronología histórica (probablemente del siglo XIX o XX). (O DEULJR GH OD 5DPEOD GH OD &DUUDVFD ,, con cruces pintadas en negro de cronología claramente contemporánea. 3.3. Conclusiones Las muestras de arte rupestre prehistórico e histórico de Jalance evidencian una vez más la necesidad de los humanos por señalizar el territorio para facilitar el tránsito, comunicar información relevante sobre la presencia de recursos o la propiedad de las tierras, transmitir información de tipo cultural o simbólica o simplemente por matar el tiempo y dejar una huella de nuestra visita a un determinado lugar. Los abrigos con arte prehistórico de las Monteses, el Carche, el barranco de los Robles y la Vieja Pelada tienen que ser estudiados en el contexto del arte rupestre postpaleolítico GH OD UHG KLGURJUiÀFD GHO -~FDU TXH DUWLFXOD los conjuntos con arte rupestre Levantino, (VTXHPiWLFR DQWLJXR R 0DFURHVTXHPiWLFR y Esquemático de los términos municipales de Ayora, Jalance, Bicorp, Millares, Dos Aguas, etc. En los últimos años se ha demostrado que el arte rupestre postpaleolítico en general, y el arte Levantino en particular, muestra una cierta variabilidad interna y unos rasgos de regionalización cada vez más evidentes, que nos permiten hablar más que de una tradición artística unitaria, de un entramado de territorios artísticos (Domingo, 2008). Estas evidencias de territorialidad nos obligan a profundizar en el estudio del arte rupestre postpaleolítico desde una perspectiva regional, prestando más atención a aquellas zonas tradicionalmente olvidadas por estar alejadas de los grandes núcleos artísticos (como los del Bajo Aragón, 9DOOWRUWD*DVXOOD HO PDFL]R GHO &DURLJ HWF por hallarse en la frontera entre diversas comunidades autónomas, o por conservar un número menor de representaciones. Estos territorios pueden ofrecernos las claves para UHFRQVWUXLU ODV iUHDV GH LQÁXHQFLD \ ODV UXWDV de comunicación entre los grandes conjuntos rupestres y por los territorios menos conocidos, FRPR HO 9DOOH $\RUD&RIUHQWHV PHUHFHQ nuestra atención. La diversidad estilística de los cuatro conjuntos jalancinos evidencian la circulación continuada por estas tierras desde las fases más antiguas del arte Levantino, a inicios del Neolítico, hasta las fases más avanzadas del arte Esquemático, ya bien entrada la Edad del Bronce o incluso del Hierro. 59 3.33A. GRABADO DEL ABRIGO 1 DE LA RAMBLA DE LA CARRASCA. 3.33B. CRUCIFORME GRABADO DE LA CUEVA DEL CAPITÁN. 3.33C. RESTOS DE PINTURA DEL ABRIGO DE LA VERTIENTE OCCIDENTAL DE ALCOLA. 60 3.33E. MOTIVOS CRUCIFORMES EN NEGRO EN EL ABRIGO 2 DE LA RAMBLA DE LA CARRASCA. 3.33D. CRUZ GRABADA DEL ABRIGO DEL BARRANCO DE CAPELLANES. 4 4.1. El poblamiento prehistórico de Jalance Para entender las formas de vida y de ocupación del territorio de los grupos humanos que pintaron abrigos como el de las Monteses, el Carche, la Vieja Pelada o los Robles, es necesario explorar las tierras jalancinas desde el punto de vista arqueológico en busca de huellas que evidencien su paso por estas tierras. Pero antes de empezar nuestro viaje a la prehistoria queremos recordar dos aspectos importantes. En primer lugar el debate abierto HQWUH ORV FLHQWtÀFRV VREUH OD FURQRORJtD \ las formas de vida de los autores del arte rupestre Levantino y Esquemático. Aunque la cronología paleolítica del arte Levantino ya está plenamente descartada, se sigue discutiendo si los autores fueron los últimos cazadores y recolectores del Mesolítico (hace unos 7000 años) o las poblaciones agrícolas y JDQDGHUDVGHO1HROtWLFRKDFHXQRV años). En segundo lugar, como veremos a lo largo de estas líneas, el número de yacimientos !ဓ Y prehistóricos conocidos en Jalance es todavía escaso, al igual que en el resto del Valle de $\RUD&RIUHQWHVSRUORTXHQXHVWUDYLVLyQGHOD Prehistoria en estas tierras es todavía parcial. En Jalance existen evidencias de cinco yacimientos prehistóricos, aunque la información existente sobre ellos es muy escasa. En algunos casos se trata de hallazgos casuales de hachas de piedra pulida en determinados lugares del término municipal, sin más evidencias que permitan hablar de un yacimiento arqueológico. La referencia más antigua conocida es el yacimiento al aire libre de Las Rochas (Pascual y García, 2007). Se trata de un yacimiento descubierto en el año 2007 en el marco de unas prospecciones realizadas en el contexto de la instalación de un huerto solar (que, hasta el momento no se ha instalado). Según el informe remitido a la Conselleria de Cultura, en este lugar se halló un elevado número de restos de industria lítica, entre los que destaca un buen número de buriles y raspadores. 61 4.1. EL YACIMIENTO PREHISTÓRICO DE LA CUEVA DEL TOLLO (JALANCE). El lugar del hallazgo es un altiplano con un amplio dominio visual sobre el valle, lo que lleva a los investigadores a interpretarlo como un posible cazadero o un lugar para la fabricación de sus útiles. La tipología de estos útiles nos remite al Paleolítico superior, en algún momento entre el Gravetiense y el Magdaleniense, es decir, en un lapso temporal entre hace 25000 y 13000 años. Sin duda alguna se trata de un yacimiento muy interesante, ya que es la referencia más antigua de poblamiento humano en todo el 9DOOHGH$\RUD&RIUHQWHV1RREVWDQWHODIDOWD de un estudio pormenorizado de los materiales y de una excavación arqueológica impiden RIUHFHUXQDPD\RUGHÀQLFLyQ El salto temporal entre esta ocupación prehistórica y la siguiente que conocemos en Jalance es bastante amplio, con un vacío de unos 9000 años, ya que el siguiente yacimiento jalancino conocido es la cueva del Tollo, que SHUWHQHFHDO1HROtWLFRÀQDO&DOFROtWLFR6HWUDWD de un gran abrigo descubierto en 2009 en el marco de unas prospecciones vinculadas con 62 la puesta en valor del abrigo de las Monteses (Figura 4.1). Ese mismo año se practicó un sondeo de 1m2 para comprobar la existencia GH QLYHOHV DUTXHROyJLFRV /D VXSHUÀFLH excavada fue reducida por lo que los restos recuperados no son abundantes, pero permiten adscribir este yacimiento al Neolítico ÀQDO&DOFROtWLFR \ SRU WDQWR D SREODFLRQHV plenamente productoras (ganaderas y/o agricultoras) en las que la caza todavía jugaría un papel importante. Entre los ocho restos de industria lítica merece la pena destacar un fragmento de lámina con retoques continuos en un borde, muy posiblemente usada como cuchillo (Figura 4.2). Se trata de una pieza de muy buena calidad, tanto en la materia prima como en su morfología, que conserva unas dimensiones de 78,5 x 16,5 x 3,7 mm, y que de estar completa SRGUtD VREUHSDVDU IiFLOPHQWH ORV PP de longitud. De ser así, se trataría de un soporte de dimensiones considerables que podría quedar integrado en el grupo de dimensiones 4.2. LÁMINA RETOCADA . CUEVA DEL TOLLO (JALANCE). PHGLDQDVJUDQGHV GH ODV OiPLQDV GH JUDQ formato (Fernandez et al, 2006). Entre el resto de materiales recuperados también hay que destacar la aparición de una mano de molino de arenisca, lo que demuestra que en el yacimiento debían realizarse tareas de molienda del cereal. También se recuperaron cinco pequeños fragmentos de cerámica prehistórica sin decoración y diversos fragmentos de fauna, que corresponden a FLHUYR FDEUD \ FRQHMR LGHQWLÀFDFLyQ GH OD fauna realizada por J. V. Morales) (Figura 4.3). En el Ayuntamiento de Jalance se encuentran depositadas dos hachas de piedra pulida que, según recoge Poveda (2001) se recuperaron en el Rincón del Chuzal y en el barranco del Agua (Figura 4.4). Se trata de dos piezas que podrían DGVFULELUVHDPHGLDGRVÀQDOHVGHO1HROtWLFRHQ momentos paralelos a la ocupación de la cueva del Tollo. En este caso, no podemos hablar de yacimientos arqueológicos como tales, ya que se trata de dos hallazgos casuales, y no se han encontrado otros materiales en la zona. Pese 4.3. RESTOS DE FAUNA. CUEVA DEL TOLLO (JALANCE). a todo, la presencia de estas hachas nos sirve SDUD FRQÀUPDU XQD RFXSDFLyQ GHO ÀQDO GH OD Prehistoria en diversos puntos del término de Jalance. Finalmente, dentro de este primer grupo de yacimientos queremos destacar la cueva de Don Juan (Figura 4.5). Se trata de una cavidad bien conocida por el público por sus formaciones naturales, aunque como yacimiento arqueológico es poco destacable. En alguna RFDVLyQ VH KD DÀUPDGR OD H[LVWHQFLD GH XQ yacimiento Mesolítico en la cavidad (Poveda, 1995), aunque los materiales depositados en el Servei d’Investigacions Prehistòriques (SIP) de la Diputació de València no permiten sostener esta adscripción. Este conjunto de materiales se compone de cuatro lascas de sílex, 13 fragmentos informes de cerámica prehistórica lisa que parecen corresponder a la Edad del Bronce y algunos fragmentos de cerámica ibérica y romana. Por lo tanto, con los datos H[LVWHQWHV QR SRGHPRV PiV TXH FRQÀUPDU OD 63 4.4. HACHAS DE PIEDRA PULIDA RECUPERADAS EN EL TÉRMINO DE JALANCE. RINCÓN DEL CHUZAL Y EL BARRANCO DEL AGUA. presencia de restos prehistóricos vinculados a la Edad del Bronce.(Figura 4.6) A estos yacimientos, podemos añadir que en el lecho de la rambla de la Carrasca, en VX FXUVR PHGLRVXSHULRU SXGLPRV ORFDOL]DU diversos restos de industria lítica sobre sílex. Las características de estas piezas, algunas lascas y un par de núcleos, no permiten establecer con ÀDELOLGDG VX FURQRORJtD DXQTXH OD DOWHUDFLyQ sufrida por el rodamiento en el lecho de la rambla nos informa de la posible existencia de un yacimiento prehistórico en algún lugar aguas arriba. A modo de conclusión sobre las evidencias de ocupaciones prehistóricas en el término GH -DODQFH SRGHPRV DÀUPDU TXH ORV GDWRV conocidos son muy escasos, remitiéndonos a una fase indeterminada del Paleolítico superior /DV 5RFKDV DO ÀQDO GHO 1HROtWLFR FXHYD GHO Tollo y hachas) y a la Edad del Bronce (cueva de Don Juan). Esta ausencia de evidencias no VLJQLÀFDTXHOD]RQDQRHVWXYLHVHRFXSDGDFRQ 64 una mayor intensidad durante la prehistoria o en otros momentos, sino que podría deberse a una ausencia de hallazgos debido a una GHÀFLHQWH FRQVHUYDFLyQ GH ORV PDWHULDOHV R una baja visibilidad de los mismos. 4.2. El poblamiento prehistórico en el Valle de Ayora-Cofrentes La baja densidad de yacimientos prehistóricos en el término de Jalance puede hacerse extensiva, con algunos matices, al resto del valle. Únicamente la cueva de la Diabla (Ayora) ha sido excavada y publicada con cierto detalle (García et al., 2011 y 2012), mostrando ocupaciones del Calcolítico Campaniforme. (Figura 4.7). El resto de referencias, al igual que ocurre en Jalance, corresponden a hallazgos aislados LQGXVWULD OtWLFD HQ OD FRQÁXHQFLD GH ORV UtRV Júcar y Cabriel en Cofrentes o un hacha de la Casa del Baile en Ayora), o a excavaciones que no han sido publicadas con detalle (Puntal del Olmo Seco y cueva Negra en Ayora), que 4.5. VISTA DE LA CUEVA DE DON JUAN (JALANCE). (FOTOGRAFÍA: ÁNGEL NAVARRO) HQ JHQHUDO QRV UHPLWHQ DO ÀQDO GHO 1HROtWLFR DXQTXH VH KD DÀUPDGR TXH OD LQGXVWULD OtWLFD de Cofrentes podría pertenecer al Paleolítico medio (Poveda, 2001). Por lo tanto, con los datos existentes, si obviamos las escasas y dudosas referencias a posibles materiales del Paleolítico medio y Mesolítico en Cofrentes, observamos una primera ocupación del valle en Las Rochas (Jalance) durante el Paleolítico superior. Posteriormente nos encontramos con diversos lugares con RFXSDFLRQHV GHO ÀQDO GHO 1HROtWLFR D& \ &DOFROtWLFR &DPSDQLIRUPH a.C.), como la cueva del Tollo, la cueva de la Diabla, el Puntal del Olmo Seco, la cueva Negra o el abrigo de Pedro Mas. Los datos proporcionados por la mayor parte de estos yacimientos son escasos, y desgraciadamente no permiten conocer con detalle las características de estos grupos humanos. El conjunto de los datos conocidos permiten DÀUPDUTXHGXUDQWHHO3DOHROtWLFRHOYDOOHHVWXYR ocupado por grupos cazadores y recolectores, aunque los yacimientos conocidos son muy escasos y no permiten una valoración detallada. La llegada de la agricultura y la ganadería DO 9DOOH GH $\RUD&RIUHQWHV QR VH SURGXMR KDVWD HO 1HROtWLFR ÀQDO R LQLFLRV GHO &DOFROtWLFR (García et al., 2011). Se trata de un momento de expansión de la agricultura, posiblemente vinculada con la introducción del arado tirado por animales (Bernabeu, 1995). Esta expansión se caracterizará por la existencia de poblados que poseen una elevada presencia de silos, así como otros tipos de yacimientos vinculados a este poblamiento como las cuevas funerarias. Que se trata de una primera expansión, y que ocupan territorios que hasta ese momento han estado poco habitados o desocupados lo demuestran los datos sobre la fauna que hemos recuperado en la cueva de la Diabla y la cueva del Tollo. En estos conjuntos, la fauna salvaje tiene una gran importancia entre los animales consumidos lo que podría estar indicando esta baja ocupación humana en el territorio y por lo tanto una elevada densidad 65 66 4.6. MAPA CON LA LOCALIZACIÓN DE LOS YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE JALANCE. 4.7 EL YACIMIENTO PREHISTÓRICO DE LA CUEVA DE LA DIABLA (AYORA). de fauna salvaje. La presencia destacada de los recursos silvestres en momentos avanzados del Neolítico ha sido documentada en diversas ocasiones, como en los yacimientos del Cinto Mariano (Juan Cabanilles et al, 2006), Fuente Flores (Juan Cabanilles y Martínez, 1988) o la Ereta del Pedregal (Pérez Ripoll, 1995). Esta importancia de la fauna salvaje que se documenta en yacimientos de pastores neolíticos también podría deberse a que estos grupos humanos utilizasen la ganadería preferentemente para la explotación de recursos como la lana o la leche, siendo HVFDVDVODVRFDVLRQHVHQODVTXHVHVDFULÀFDVHQ los animales domésticos para el consumo de la carne. Este hecho podría ser especialmente relevante fuera de los poblados, es decir, en los refugios temporales utilizados por los pastores para guardar el ganado lejos de ORV DVHQWDPLHQWRV HVWDEOHV (Q HVWDV FXHYDV redil, podría darse el caso que el pastor del rebaño se alimentase únicamente de la carne de animales cazados y no de los animales domésticos, de los que se pueden extraer otros productos importantes sin necesidad de VDFULÀFDUORV Es en estos momentos cuando parece que aumenta la densidad de la ocupación humana del valle de forma importante, y a partir de la Edad del Bronce y la época Ibérica, el número de yacimientos se incrementa considerablemente. 67 5.1. BARRANCO DE LOS ROBLES. 68 5 “Por paisaje se entenderá cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos.” (Convenio Europeo del Paisaje, Consejo de Europa, Florencia, 2000). 5.1. El paisaje actual Las exploraciones por el término de Jalance permiten disfrutar de un paisaje natural de gran belleza y diversidad. La poca densidad de población del valle, unida a una escasa explotación agrícola de las zonas abruptas han permitido una excelente conservación del SDLVDMH HVSHFLDOPHQWH GH OD ÁRUD \ OD IDXQD Así mismo el paso por la localidad del río Júcar regala a su territorio algunos de los rincones y vistas más espectaculares de las tierras valencianas. (Figura 5.1 y 5.2) En las zonas más húmedas y sombrías la cobertura vegetal es tan densa que prácticamente impide el paso de las personas, y en las cumbres más expuestas los árboles ဓ dejan paso a vegetación arbustiva, aunque sin duda alguna, el mayor protagonismo lo posee una especie: el pino. Los pinos carrascos dominan el paisaje, acompañados por el pino rodeno y las carrascas en determinadas zonas. El sotobosque es especialmente denso en algunas laderas, con un dominio del madroño, el romero, el brezo de invierno, el boj, las aliagas, la estepa blanca o el esparto, lo que, pese a la lejanía de la costa, muestra las claras LQÁXHQFLDV PHGLWHUUiQHDV TXH SRVHH HO YDOOH (Figura 5.3) No podemos olvidarnos de los enebros y las sabinas, que crecen unidos a las especies anteriormente citadas y en las zonas más expuestas. (Figura 5.4) Pese a esta riqueza y densidad vegetal, hay que destacar que tanto Jalance como el resto de valle tienen en sus términos municipales una evidente dualidad paisajística. En contraposición a la espectacularidad de las zonas más altas y los barrancos más profundos, encontramos la zona central del Valle, donde 69 5.2. RÍO JÚCAR Y VEGETACIÓN DE RIBERA.. junto a pequeñas huertas y campos de cultivo se desarrolla una vegetación casi esteparia, dominada por el esparto, la aliaga y la retama. A nivel faunístico dos especies son las claras dominadoras del paisaje: una autóctona, OD FDEUD PRQWpV \ RWUD IRUiQHD HO PXÁyQ Sin duda alguna, esta segunda especie, introducida para la caza a mediados del siglo XX, se ha adaptado perfectamente al paisaje del valle, siendo una de las grandes protagonistas en todo el territorio. Asimismo, y debido a la existencia de un elevado número de cotos privados de caza, también es posible observar algunos ciervos, aunque su número todavía es reducido. Por lo tanto, como especies autóctonas, aparte de la cabra montés, es posible observar animales tan emblemáticos de las zonas mediterráneas como el jabalí o el zorro, junto a otros más esquivos como la gineta, la comadreja o la ardilla. Tampoco debemos olvidar la elevada presencia de conejos y liebres, así como aves rapaces como el águila perdicera, el cernícalo y el halcón común.(Figura 5.5) 70 Como vemos, el territorio jalancino es un claro ejemplo de paisaje mediterráneo, con LQÁXHQFLDV FRQWLQHQWDOHV GRQGH DEXQGDQ ODV especies vegetales y animales, entre las que podemos destacar el pino y la cabra montés. Se trata de un territorio agreste, con grandes barrancos y montañas, pero también con un valle central que lo divide y lo articula, que permiten una elevada biodiversidad. 5.2. El paisaje prehistórico El paisaje en Jalance ha cambiado de forma importante a lo largo de la prehistoria, especialmente entre la última glaciación (hace entre 25.000 y 11.000 años) y la llegada del clima actual (Holoceno), que se caracteriza por un aumento de las temperaturas y las precipitaciones. Este nuevo clima propició la expansión de los bosques, la desaparición de la fauna vinculada al clima frío y la consolidación de las especies animales mejor adaptadas a estas condiciones. El paisaje que existía durante la ocupación del yacimiento de Las Rochas, que podría 5.4. BOSQUE DE PINOS EN LA ZONA DEL ZACAE. 5.5. CABRA MONTÉS EN JALANCE. (FOTOGRAFÍA DE JESÚS GARCÍA PATÓN) 5. 3 R . BR FLO EZ O D E IN V IER N O E N 71 adscribirse a un período de hace entre 25.000 y 13.000 años, era muy diferente al actual. Nos encontramos en el último período glacial, que tuvo su máximo frío hace unos 20.000 DxRV FRQ XQD WHPSHUDWXUD GHO RUGHQ GH 12°C inferior a la actual. En estos momentos nos encontraríamos con un valle con una parte central caracterizada por bosques DELHUWRV GH SLQRV GH PRQWDxD WLSRV QLJUD sylvestris) acompañados de sabinas y enebros, y unas zonas más altas donde dominarían las herbáceas. La fauna asociada a estos momentos serán los uros, los caballos y los ciervos en el valle, y cabras y rebecos en las zonas más altas. Asimismo, existirían diversos depredadores, como el lobo, el lince o el oso de las cavernas. En estos momentos, en las zonas más protegidas los bosques serían más densos, existiendo algunas especies caducifolias y fauna como corzos o jabalíes que también podrían habitar estos refugios. Con la llegada de la fase climática actual (el Holoceno, hace unos 11.000 años), asistimos a un gran desarrollo de los bosques. La temperatura asciende y las precipitaciones son abundantes en las primeras fases de este período, lo que provocará la existencia de densos bosques de pinos, carrascas y quejigos, así como bosques de ribera a orillas del río. La fauna más vinculada al clima frío irá desapareciendo para 72 dejar paso al claro dominio del ciervo, el corzo y la cabra montés. En este contexto paisajístico es cuando tenemos los primeros datos directos de un yacimiento del valle, en la cueva de la Diabla (Ayora) (García et al., 2011; Carrión y Morales, 2012). En este yacimiento, la vegetación de hace unos 4000 años está dominada por los bosques de pino rodeno, con la presencia tanto de pino carrasco FRPR VDOJDUHxR TXH UHÁHMDQ OD H[LVWHQFLD GH un paisaje de transición entre las zonas altas y el fondo del valle. Asimismo se documenta la presencia de Quercus caducifolios y perennifolios (carrascas y quejigos), fresnos, madroños y romero. Todas estas especies nos muestran un paisaje de bosques de pinos y carrascas con un sotobosque similar al actual. En estos momentos parece que los grupos agrícolas comienzan a asentarse en el valle, por lo que debemos pensar que también empezaría una cierta deforestación, con la tala de árboles y quema de diversas áreas para crear campos de cultivo de cereal. Esto generaría un paisaje de bosque pero salpicado con pequeños claros dedicados al cultivo. La fauna documentada hace 4000 años es similar a la que encontramos actualmente, con el dominio del ciervo y la cabra montés, y una fuerte presencia de conejos, jabalíes y zorros. Asimismo, en estos momentos la ganadería de cabras y ovejas está en pleno desarrollo, por 5.6. BARRANCO DE LA PEÑA lo que pequeños rebaños de estos animales también serían frecuentes por el valle. 5.3. Los usos tradicionales del paisaje en Jalance El entorno de las pinturas rupestres de Jalance no debe verse como un paisaje natural agreste de difícil acceso. Ahora mismo, a nuestros ojos, las sendas para acceder a ellas son escarpadas o inexistentes, la vegetación crece sin impedimentos y no se aprecian restos de actividad humana cercana. Accediendo a barrancos y paredes rocosas durante los trabajos de prospección, teníamos en muchas ocasiones la sensación de transitar por parajes por los que no habían pasado otras personas desde hacía cientos, o puede que miles de años. De tanto en tanto, estas paredes y abrigos rocosos contienen restos de apriscos, muros desmoronados y señales de apiarios que poco a poco han ido fundiéndose con sus contenedores minerales. Hay silencio, evidencias del paso de las cabras monteses y cavidades que tal vez nunca tuvieron nombre. Los más ancianos del pueblo, sin embargo, sí recuerdan los tiempos en que los montes se llenaban de personas atareadas buscándose el sustento. De cuando el Monegre se volvía blanco por todas las cabras que pasaban allí ODVQRFKHV\SRUODVFDxDGDVÁXtDQDQLPDOHV\ pastores. Dormían en apriscos, si “hacía malo”, o en tiendas de campaña, si lucía el sol. En Sácaras todas las casas estaban habitadas y VH WXUQDEDQ SDUD RUJDQL]DU ÀHVWDV FRQ EDLOHV Los carboneros amontonaban pilas de leña que humeaban durante días. Con las primeras políticas de repoblación forestal, de creación GHUHVHUYDVGHFD]DFRQODH[SDQVLyQGHÀQLWLYD de la electricidad y el gas doméstico, con la industrialización, todo este uso del monte se fue abandonando. Quedan restos, y recuerdos de esas actividades, que seguramente no volverán ya. Las herramientas para documentar estos usos y actividades se basan en varias disciplinas. Destaca OD HWQRORJtD /D HWQRORJtD VH GHÀQH FRPR ´/D ciencia que estudia las causas y razones de las costumbres y tradiciones de los pueblos” [DRAE]. Como ocurre con todas las ciencias humanas, hay en su contenido numerosos recursos de otras disciplinas: antropología, historia, sociología, folklore, arqueología… Este objeto inicial de estudio se amplía a la documentación de usos y costumbres económicas, culturales y sociales que están en proceso de desaparición o que incluso han desaparecido en fechas recientes. El estudio etnológico es imprescindible para una completa valoración del paisaje cultural conservado y las transformaciones ocurridas en él. Los estudios relacionados con el arte rupestre y su entorno presentados en esta obra se han centrado en dos zonas principales: la muela 73 de Jalance (incluyendo parte de la depresión de Sácaras) y los barrancos que vierten a los Cañones del Júcar, en sus vertientes septentrionales. El estudio del parcelario en esta zona no ofrece GDWRV GHÀQLWLYRV DFHUFD GH VX FURQRORJtD Los cultivos aterrazados en laderas de gran inclinación tienen dos momentos de máxima H[SDQVLyQ HQWUH ORV VLJORV ;,,, \ ÀQDOHV GHO ;9, cuando la población morisca va perdiendo las mejores zonas de cultivo en llano y se produce un desplazamiento de población a áreas montañosas despobladas hasta el momento (Torró, 1990). En el siglo XVIII hay un proceso expansivo del cultivo y la ganadería, impulsado SRU HO DXPHQWR GHPRJUiÀFR \ OD DFWLYLGDG HFRQyPLFDTXHFXOPLQDDÀQDOHVGHOVLJOR;,; (Furió, 1995). (Q HO 9DOOH GH $\RUD&RIUHQWHV OD SREODFLyQ dominante siguió siendo, tras la conquista de Jaime I, mayoritariamente morisca. Tan sólo en Ayora la población se componía de cristianos, y en Cofrentes dominaban algunas familias nobles cristianas sobre el conjunto de la población. Por lo tanto, no existe un proceso de desplazamiento de los moriscos hacia zonas menos favorables en el valle de Ayora. No se tiene constancia de poblamientos moriscos en el entorno occidental de la muela de Jalance en las fechas indicadas que expliquen un modelo de aterrazamientos tan acusados en las laderas más abruptas, por lo que es más acertado deducir que este modelo GHFXOWLYRVHLQWHQVLÀFDUtDDSDUWLUGHOVLJOR;9,,, -RVp 0DUWtQH] $OR\ DÀUPD TXH -DODQFH a pesar de su abundante hidrografía, apenas dispone de suelo cultivable apto debido a la geografía, y que se necesitan grandes trabajos para obtener buenos cultivos de los suelos de \HVRGHOYDOOHÁXYLDO Cavanilles, en 1790, por su parte, no valora en exceso la actividad económica de Jalance en SDUWLFXODUTXHGHÀQHFRPRXQSXHEORSHTXHxR 74 \ SREUH HQ 5HÀHUH HO FXOWLYR GH KXHUWDV a orillas del Júcar y el Cautabán. Respecto a la muela, no hace mención expresa a ella, aunque sí a la muela de Cortes y la depresión del Sácaras. Tampoco menciona la existencia GHFXOWLYRVVLJQLÀFDWLYRVHQHODOWRGHODPXHOD Existen evidencias de agricultura tanto en el alto como en las laderas e incluso rozando el fondo de los barrancos, agricultura de secano y de bajo rendimiento, muy condicionada por el clima, la escasez de agua y el poco sedimento apto para el cultivo en los altos. En las terrazas de la ladera todavía sobreviven almendros y olivos. En algunos puntos concretos, hay nogales, fresno y posiblemente almez, usado todavía para fabricar bastones y mangos de herramientas. Las actividades humanas documentadas en la muela en general, y en su vertiente occidental en concreto, consisten en una agricultura minifundista sin apenas regadío, el pastoreo y el tránsito de ganado y actividades complementarias como la obtención de esparto y leña, la recolección y la caza. En la depresión de Sácaras, sí existe una franja de terreno más llana y apropiada para el cultivo, en especial en su extremo Sur. No se han documentado tampoco formas de regadío de entidad, porque salvo un par de fuentes de poco caudal, no hay un curso de agua estable en esta depresión. El paisaje en el entorno de los barrancos del Júcar Esta zona se localiza en un sistema montañoso que oscila entre los 700 y 1000 m s.n.m., al oeste del municipio, con un profundo corte en el extremo Norte causado por el río Júcar. A esta área se accede desde la carretera que transita hacia el Moragete y caminos secundarios de acceso a Jarafuel. Existe una partida en esta zona, de orografía llana, denominada el Campichuelo. Esta 5.7. CORRAL DE LA FUENTE DE LA GORRINA. denominación aparece en otras partidas de pueblos de la comarca y designan un terreno amesetado con una altura superior a los 700 m donde es posible el desarrollo de cultivos en campos algo más extensos que en la depresión del valle que constituye el eje central de la comarca. Estos campos de cultivo están casi por completo dedicados al cultivo de la almendra, con algún campo aislado de viñas. En general, los campos no están abandonados. Hay numerosas casetas de uso agrícola. Los cultivos debieron de consistir hasta hace unas décadas en cereales, como evidencia la existencia de numerosos rulos de piedra para el trillado y preparación del grano. Esta pequeña llanura desaparece según se avanza hacia el Oeste, donde grandes barrancos y ramblas se desarrollan hacia el cauce del Júcar. La carretera asfaltada transcurre a los pies de estos barrancos, bajo las empinadas laderas de las formaciones rocosas de las muelas más altas. La vegetación se compone de pino carrasco, en clara regresión según se asciende más allá de los 900 metros, pino piñonero, pino rodeno, fresnos en las umbrías y sabinas. En las umbrías, además, se desarrolla una densa vegetación arbustiva mediterránea de gran diversidad y valor ecológico. Existen, en las vaguadas y en alguna ladera, restos de campos abancalados, de escasa extensión y densidad. El aprovechamiento agrícola en esta zona es muy limitado, dedicado a algún cultivo de cereal, y bancales mínimos de almendro y olivo abandonados en su mayoría. El ganado y las abejas La actividad principal se basó hasta mediados del siglo XX en la ganadería, tanto de subsistencia como de venta de excedentes. El ganado mayoritario era el caprino, en especial de la denominada cabra blanca, una variedad resistente de menor tamaño que la cabra ibérica que predomina en las cabañas actuales. También se criaban, en menor número, 75 5.8. APIARIO EN EL BARRANCO DE LOS ROBLES. yeguadas y bovinos, en zonas más llanas y de mejor acceso a pastos y abrevaderos. Según los testimonios orales recogidos, la producción prioritaria consistía en la carne de cabrito, vendida a diferentes tratantes. La esquila era testimonial y la elaboración de leche y queso se dirigía al consumo propio. La ganadería trashumante, proveniente de Castilla, seguía camino hacia los pastos litorales y prelitorales siguiendo una cañada que pasaba pegada al pueblo y proseguía hacia Cortes por la depresión de Sácaras. Estos pastores trashumantes no utilizaban los abrigos y corrales existentes, y tampoco se detenían en los pastos del término. (Figura 5.7) La apicultura era otro elemento económico importante. Las estructuras vinculadas a esta actividad van desde cavidades con una mínima preparación para acoger colmenas a grandes abrigos acondicionados para un gran número de colmenas y estructuras de protección. Con el término apiario se designa a un conjunto de colmenas, sea cual sea su tipología. Los abrigos de uso apícola se denominan también apiarios, aunque este vocablo designa también a un tipo de estructuras 76 5.9. COLMENA CUADRANGULAR MOVILISTA Y COLMENA CILÍNDRINA FIJISTA. con nichos de mampuestos y mortero que servían para acomodar panales en su interior, prescindiendo de las clásicas colmenas móviles rectangulares y cónicas. No se han documentado estos apiarios con estructuras de obra en las zonas de prospección, ya que parecen ubicarse en terrenos más bajos y menos expuestos. (Figura 5.8) Los abrigos apícolas se sitúan por lo general orientados al Sur, en cavidades naturales de toda forma y tamaño. De esta forma quedan más resguardados de las inclemencias naturales, recibiendo más horas de sol. Algunos se protegen con un muro, más o menos HODERUDGRTXHGLÀFXOWDHODFFHVRDDQLPDOHV que puedan destruirlas al buscar la miel, como los jabalíes, o que las dañen, como las cabras. 6L HV QHFHVDULR VH SUHSDUD OD VXSHUÀFLH GHO abrigo, aplanándola con lajas de piedra para que las colmenas estén más estables. Los apicultores más veteranos señalan que los rendimientos apícolas en este tipo de apiaros eran modestos, de una sola corta de miel al año. En las colmenas cilíndricas, además, la corta de miel producía bastantes daños al conjunto de la colmena, ya que destruía toda 5.10. “PALOS” COLOCADOS PARA ACCEDER A COLMENAS SALVAJES. (CINTO DE PESEBRIQUIOS) la estructura cerosa y morían muchas abejas en el proceso. Las informaciones orales al respecto señalan que estos apiarios en abrigos se usan de forma PX\ SRFR IUHFXHQWH \D KDFLD ÀQDOHV GH OD década de 1950, y que pocos de los apicultores que siguen vivos los emplearon. La sustitución GHODVFROPHQDVÀMDV\FLOtQGULFDVSRUHOPRGHOR cuadrangular actual comienza a principios del siglo XX. (Figura 5.9) Otra forma de explotación apícola consistía en el corte de miel directo de colmenas salvajes, que se denominaban “hornos de abejas”. Jose Ramiro García Soriano, vecino de Jalance, relata cómo, en su niñez, algunas personas acudían a una cavidad situada justo por encima del abrigo de las Monteses a recoger miel. Para acceder usaban “palos”, troncos de arbustos hincados en grietas y agujeros que se usaban a modo de escalera precaria. Estos “palos” todavía son visibles, y su visión evoca de forma directa al modo en que los pintores levantinos debían de recolectar la miel, tal y como se plasma en la famosa escena de las cuevas de la Araña de Bicorp. En la pared del cinto de los Pisibriquios otro acceso con palos señala la existencia de más colmenas salvajes. Se dispone una línea vertical para subir a unos siete u ocho metros de altura, y una vez allí, otros palos posibilitan desplazamientos en horizontal para acceder a diversas oquedades. (Figura 5.10) El agua (ODJXDVXSHUÀFLDODH[FHSFLyQGHOUtR-~FDUHV escasa en el término. Todos los puntos donde ésta mana son aprovechados de diferentes formas. Como ocurre con el resto de actividades, poco a poco este uso del agua ha ido cambiando a otras necesidades: almacenamiento en balsas como recurso frente a incendios, o en balsas de riego. En las proximidades del abrigo de Las Monteses, se localizan varios puntos de agua cercanos. El barranco de la Peña no suele ofrecer un suministro de agua constante y sólo HQpSRFDVGHPXFKDOOXYLDPDQDQÀOWUDFLRQHV de las paredes. La fuente de Argente, con un abrevadero de factura contemporánea, junto al camino a Cortes de Pallars, se secó en fechas recientes. En el propio barranco de la 3HxDKD\XQSHTXHxRD]XGHQVXWUDPRÀQDO 77 5.11. AZUD EN EL BARRANCO DE LA PEÑA. 5.12. ABREVADERO DEL CARCHE. TXHUHFRJHODVÀOWUDFLRQHVSDUDDEDVWHFHUDXQ particular. (Figura 5.11) En la rambla Murell, justo debajo del abrigo del Carche, se encuentra la fuente del Candil, que mana sobre el estrato calizo de la rambla de 0XUHOOHQVXFRQÁXHQFLDFRQHOEDUUDQFR$JULR También a pocos metros está el abrevadero de la rambla, una fosa natural alimentada por una pequeña cascada, y que aparece citado en todos los mapas antiguos conocidos.(Figura 5.12) abrevadero natural, el antiguo Charco de los Robles, que sigue existiendo en la actualidad. Rambla Murell abajo, otro pequeño azud abastece una acequia que alimenta una balsa GH ULHJR FDVL HQ OD FRQÁXHQFLD GH OD UDPEOD con el Regajo. En la zona de los cañones del Júcar, y a causa de las terribles avenidas de 1982 que tantos daños causaron, se construyeron presas de contención en la mayoría de barrancos que van a dar al Júcar. Ese año, las inundaciones provocaron desprendimientos en el barranco de los Robles que anularon sendas y un 78 Construcciones Casi olvidadas, perviven aún restos de construcciones destinadas a acoger tanto a personas como a ganado. Situadas en los barrancos y sus inmediaciones, no puede DÀUPDUVH TXH VHDQ H[FHVLYDPHQWH JUDQGHV R complejas. Su forma, función y construcción responden a necesidades de tipo existencial y económico: se aprovecha el material existente en las inmediaciones, adaptándose a la orografía y sin concesiones a lujos en una época donde no los había. Los usuarios son, casi siempre, los propios constructores. Sin embargo, son evidencias claras de los antiguos usos de esta zona. Algunas de estas estructuras son la expresión mínima de lo que se requiere de un refugio: un abrigo pequeño, restos de un fuego para calentarse y cocinar, tal vez una SHTXHxDVXSHUÀFLHSUHSDUDGDSDUDGRUPLU 5.13. BARRACA DE PIEDRA. 5.14. CASA DE LA CUEVA DEL VIEJO. Un refugio temporal característico es la pequeña choza o barraca circular de piedra que se encuentra en la carretera a Moragete. Este tipo de construcciones se encuentran en todo el ámbito mediterráneo, y son abundantes en la vecina comarca manchega de la Manchuela. (Figura 5.13) indican siempre el lugar de estancia de los pastores. La entrevista con el pastor Francisco Poveda *DUFtDGHMDHQWUHYHUTXHDOPHQRVGHVGHÀQDOHV del XIX, los pastores que dormían en los apriscos eran de extracción social mucho más humilde que aquellos que poseían corrales y casetas. Francisco Poveda narra que en ocasiones tenía que pernoctar en los apriscos cuando le sorprendía la noche o el mal tiempo en la muela. Cuenta también que él mismo levantó el muro del corral de la fuente la Gorrina, y que la puerta del mismo la colocó un carpintero. El uso de apriscos y corrales se simultaneó en el tiempo en función del aprovechamiento de los pastos y de las necesidades de refugio y pernocta de pastores y ganado. No puede establecerse una cronología completa de estos elementos, aunque para la mayoría de corrales se puede estimar su origen en el siglo XIX y principios del XX. Muchos de ellos ya están abandonados en el primer tercio del XX. Los apriscos, por su parte, son numerosos. Cuentan con construcciones muy simples: un muro de alzado diverso que transcurre paralelo a la plataforma de la cavidad y deja abierto un extremo por el que entra el rebaño. Esta abertura podía cerrarse con ramas o matorrales o una puerta de madera. Algunos apriscos tienen divisiones interiores, para separar ovejas preñadas del resto e incluso rebaños diferentes. Los pastores se acomodan en la parte más resguardada, llegando a construir en ocasiones una pequeña estructura de refugio con suelo pavimentado de yeso (caso de la cueva del Tollo). Las paredes manchadas de humo 79 5.15. ANTIGUO CAMINO A CORTES. 80 José Ramiro, pastor en su niñez, los usa en función de su cercanía y la climatología, sin importar a quién pertenece. Esta versión, que contradice en principio a la de Francisco 3RYHGDWDOYH]LQGLTXH\DHOPRPHQWRÀQDOGHO uso de apriscos y cavidades y por lo tanto la importancia relativa de su propiedad. Los apriscos dejan de usarse a mediados del siglo XX, siendo utilizados en momentos puntuales como refugios durante la Guerra Civil como escondite de los hombres que trataban de evitar el reclutamiento. Francisco Poveda y Jose narran este extremo en sus entrevistas e incluso llegan a citar cómo se oculta gente en cavidades del barranco de la Peña y de la rambla de Murell. Tras la Guerra Civil, las actividades de los maquis abren otra etapa de ocultamiento en los montes del término y sus respectivas cuevas y abrigos. El aprisco más impresionante es, con toda seguridad, el situado en la margen izquierda del barranco de los Capellanes. En un plano catastral de la década de 1920 lo denominan “Cueva del Viejo”; en la actualidad, se llama casa del Morenillo. El abrigo, de grandes dimensiones (más de treinta metros de largo y más de veinte de altura) aloja en su interior una pequeña casa, bien conservada. Está adosada a la pared rocosa del fondo, con tejado a un agua de tejas. En el exterior se conserva un pequeño horno. Desde el aprisco se divisa la salida del barranco, escarpada y profunda, con la cueva de Don Juan a su derecha. (Figura 5.14) Por último, se han visto, y en ocasiones recorrido, trechos de antiguos caminos y YHUHGDV(QODÀJXUDVHHQWUHYpHODQWLJXR camino a Cortes, que pasaba junto al corral de Argente y sobre la ladera sur de Sácaras. JALANCE. MARCO GEOGRÁFICO JESÚS GARCÍA PATÓN , GEÓGRAFO Ǧǡ Ǥ ±ǡ ǡ ϐ ͻͶǡͺͲ ʹǤ ǡ ǡ ǡ ÓǤ ǡ ǡ ϐ ǡ Óǡ ×Ȃǡ ×À Ǧï ϐ Ǥ ± ×± ÓǤ × × ǡ Ǥ × arco Teruel – AlmansaǤÀǡï Ǥ ϐ Ó Ǥ ǡ À Ǥ BADLANDS JUNTO AL CAMINO DE LAS ROCHAS. ͶͷͲǡͺͺ ͺͷ͵ ǡͳǤͲͳͺ × graben del Júcar, × ǤÀ ϐ ×ǡ ǡ Ǥ × ± Óǡ ǡ ͵ͲͲ Ǥ ͳǤͲ͵͵ ͻͺʹ Ǥǡǡ Ó × ǡ ǡ ×Ǥ Ǥ ×Ǧǡ Àǡ ǡ ȂǤ ǡ fosa de Sácarasǡ Ȃ Ǥ × ǡ ǡ ͶͲͲ Ǥ ± ×ǡ ï ǡ ×ǡ ͺͻ ͻͲͻ Ǥ ǡ 81 PANORÁMICA DE LOS CAÑONES DEL JÚCAR EL VALLE DE SÁCARAS ENTRE LA MUELA DE JALANCE (DERECHA) Y LA MUELA DE CORTES (IZQUIERDA). × À ǡ ϐ ï Ǥ ϐ ǡ ϐï Ǥǡ ×À ǡ ±Ǥ À × ǡ ȋ ǡǡ ȌǤ ϐÀ Ó ǡ ǡ ϐ 82 À ǡÀ ǡ ×ȂǤ ǡ Ǥ À ï ǡ Àǡ ǡ ϐ ǡ ǡ ǡ × Ǥ ǡ ǡ Àï ×ÓǤ 6 6.1. El abrigo de las Monteses, Patrimonio Mundial En diciembre de 2013 se cumplen 15 años de la inscripción del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica en el listado de la UNESCO, lo que nos recuerda la enorme importancia del arte rupestre Levantino y, por extensión, de los abrigos conservados en Jalance. Su doble interés artístico e histórico hace de este tipo de representaciones un medio excepcionalmente único para acercarnos a los hombres y mujeres que hace miles de años habitaron estas tierras y decidieron dejar su impronta para la posteridad. (Figura 6.1) El valor patrimonial de estas muestras de arte prehistórico es compartido con otros muchos restos culturales del pasado. En Jalance yacimientos arqueológicos como el de las Rochas, con restos paleolíticos, la FXHYD GHO 7ROOR FRQ RFXSDFLRQHV GHO ÀQDO del Neolítico, la cueva de Don Juan, con restos de la Edad del Bronce, o el Castillo, de época medieval constituyen buenos ejemplos. 6.1. DIPLOMA DE INCLUSIÓN DEL ARTE RUPESTRE DEL ARCO MEDITERRÁNEO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA EN EL LISTADO DE PATRIMONIO MUNDIAL) 83 Fuera del municipio, en el ámbito nacional e internacional existen innumerables muestras GHDUWHOXJDUHV\HGLÀFLRVGHJUDQLPSRUWDQFLD histórica y arquitectónica que constituyen también un patrimonio inestimable. Todos ellos cuentan con diferentes grados de protección a escala local, nacional o internacional, y es responsabilidad de todos el que perduren para las futuras generaciones. Entonces, ¿qué es lo que convierte al abrigo de las Monteses y al resto del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo en algo tan excepcional para que la UNESCO lo haya considerado Patrimonio Mundial?. Una declaración que a día de hoy es la máxima consideración global que un bien cultural puede alcanzar. El criterio bajo el que la UNESCO reconoce el valor universal excepcional del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo se basa en la consideración de que “…el corpus de pinturas rupestres prehistóricas tardías en la cuenca mediterránea del este de España es el mayor grupo de yacimientos con arte rupestre de Europa, y ofrece una imagen excepcional de la vida humana en un periodo fundamental de la evolución cultural humana”. La declaración tiene también en cuenta su enorme valor documental, además del artístico, su integración en el paisaje, de alto valor ecológico; y su naturaleza frágil y vulnerable. De todos los yacimientos con arte Levantino y Esquemático que hoy conocemos en Jalance, tan sólo uno, el abrigo de las Monteses, fue incluido en el inventario de yacimientos declarados Patrimonio de la Humanidad. El yacimiento fue incorporado con el número de LQYHQWDULR \ FRQ XQD QRPHQFODWXUD errónea, el Peñón de los Machos, por lo que en ORV SUy[LPRV DxRV VH WUDEDMDUi SDUD PRGLÀFDU la denominación y para que se incorporen al listado el resto de conjuntos jalancinos. El Arte Rupestre del Arco Mediterráneo comparte la consideración de Patrimonio 84 Mundial con otros muchos ejemplos. Enumerarlos todos en estas líneas resulta una tarea imposible, pero para comprender la trascendencia de esta declaración nombraremos algunos cuyo valor artístico, arquitectónico o ambiental es reconocido por todos. Dentro del Estado español los ejemplos son numerosos, de hecho España es, después de Italia, el país que más inscripciones tiene en el listado. La Alhambra, el Generalife y el Albaicín de Granada; la cueva de Altamira y el Arte Paleolítico en cueva del norte de España; la catedral de Burgos o la Lonja de la seda de Valencia son solo algunos ejemplos. Todos los casos anteriores son reconocibles LQWHUQDFLRQDOPHQWH \ UHÁHMDQ OD JUDQ importancia del listado, pero también podemos ÀMDUQRV HQ DOJXQRV FDVRV IXHUD GHO iPELWR nacional. El extenso yacimiento de Angkor en Camboya; la Gran Muralla China; las Zonas Históricas de Estambul, con Santa Sofía y la Mezquita Azul y la ciudad de Dubrovnik en Croacia.(Figura 6.2) Con la inclusión del abrigo de las Monteses en el listado de la UNESCO, la población de Jalance trasciende la dimensión local, incluso nacional, ya que comparte la categoría con otros puntos del planeta con elementos declarados también Patrimonio Mundial. En el listado no se distingue entre grandes y pequeñas poblaciones o entre continentes. De hecho el arte rupestre se encuentra siempre situado en zonas rurales y, en la mayoría de los casos, en pequeñas poblaciones como Jalance. Esto supone una oportunidad para los pueblos donde se encuentra que sufren en muchos casos la despoblación. ALHAMBRA,GRANADA. (FOTOGRAFÍA: GERMÁN FIGUEREDO) CATEDRAL DE BURGOS.(FOTOGRAFÍA: CUEVA DE ALTAMIRA, SANTILLANA DEL MAR, CLEMENCE COHEN) CANTABRIA. (FOTOGRAFÍA: MUSEO DE ALTAMIRA) DUBROVNIK, CROACIA.(FOTOGRAFÍA: RAQUEL NEVOT) SALA DE CONTRATACIÓN DE LA LONJA DE LA SEDA, VALENCIA. (FOTOGRAFÍA: ANA MECA) MEZQUITA AZUL, ESTAMBUL, TURQUÍA. (FOTOGRAFÍA: ANDREA FERNÁNDEZ MANEIRO) GRAN MURALLA CHINA. (FOTOGRAFÍA: PILAR PINA LASHERAS) ANGKOR, CAMBOYA. (FOTOGRAFÍA: IVÁN RIVES) FIGURA 6.2. 85 6.4. ACCESO AL CASTILLO DESDE EL INTERIOR. (FOTOGRAFÍA: ANA MECA) 6.3. VISTA DEL CASTILLO DOMINANDO SOBRE LA POBLACIÓN DE JALANCE. 6.2. Patrimonio jalancino El abrigo de las Monteses, reconocido a escala mundial por la UNESCO, supone una oportunidad única para la promoción del municipio, pero en Jalance hay mucho más que arte rupestre. Jalance posee en su territorio un rico patrimonio gracias al legado histórico y DOH[FHSFLRQDOPDUFRJHRJUiÀFR\QDWXUDOFRQ el que cuenta. Las ocupaciones prehistóricas, los convulsos siglos medievales y modernos y la reciente historia contemporánea permiten a los actuales habitantes de la villa y a los visitantes que aquí se acercan disfrutar de diversos HGLÀFLRVKLVWyULFRV\\DFLPLHQWRVDUTXHROyJLFRV muy interesantes. Por estas tierras pasaron los ganaderos y agricultores neolíticos, las FRPXQLGDGHV DQGDOXVtHV FRQ VXV HÀFLHQWHV huertas irrigadas, la conquista de los señores feudales cristianos, se libraron batallas como la de los Dos Pedros y las Guerras Carlistas. Al mismo tiempo, el terreno montañoso, situado junto a uno de los principales ríos de la Península Ibérica ofrece paisajes de gran belleza capaces de emocionar a cualquier visitante. 86 Todo este patrimonio comparte dos características, su enorme importancia y su vulnerabilidad. Ambas deben incitar a su protección implicando a toda la sociedad, a las instituciones y los vecinos, siendo una responsabilidad compartida por todos. El Castillo de Jalance )RUWLÀFDFLyQ PHGLHYDO GH RULJHQ DQGDOXVt aparece citado por primera vez por el geógrafo FHXWt$O,GULVLDSULQFLSLRVGHOVLJOR;,,ORTXHQRV permite asegurar que los primeros restos deben datar del siglo XI. Ha sido testigo de toda la historia de la población desde entonces y ha sufrido diversos episodios violentos, como la propia conquista cristiana, la guerra de los Dos Pedros entre los reinos de Castilla y Valencia, y las Guerras Carlistas. Todos ellos han dejado su impronta en sus muros pudiendo rememorarlos observando sus piedras. En él se distinguen básicamente dos partes, la celoquia o residencia señorial y el albacar, espacio abierto intramuros destinado a la protección de la población. De las estructuras 6.5. IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL. 6.6. INTERIOR DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MIGUEL. que actualmente pueden observarse destacan OD PXUDOOD H[WHULRU \ HO JUDQ HGLÀFLR FHQWUDO en una posición elevada, construidos con mampostería de buena calidad y sillarejos, dándoles un aspecto de solidez y fortaleza imponentes. El resto de estructuras en su interior, de menor calidad, datan de épocas posteriores. Por ejemplo, los muros de cañizo y yeso situados en la celoquia datan de las Guerras Carlistas, cuando fue utilizado como cuartel militar y refugio de la población. Una vez realizada la ascensión, podremos comprender perfectamente porqué está HGLÀFDGR HQ HVWH HVWUDWpJLFR OXJDU \D TXH HO dominio del paso del valle, desde Cofrentes hasta Jarafuel, e incluso hasta Teresa, es completo. Resulta difícil imaginar que durante la edad media se pudiese transitar por el camino que conecta Cofrentes con Ayora sin ser avistado por las huestes destacadas en este castillo. (Figura 6.3 y 6.4) capillas entre los contrafuertes y bóveda de cañón. El exterior es sobrio, sin apenas decoración, con campanario de planta cuadrada y acceso adintelado sobre el que se VLW~D XQD KRUQDFLQD FRQ OD ÀJXUD GHO VDQWR DO que se encuentra consagrada. Como ocurre con los templos de esta época y estilo, destaca su profusa decoración interior con capiteles con motivos vegetales sobre pilares acanalados de estilo clásico que sustentan arcos de medio punto. Y por encima de todo, llama la atención del visitante su PDJQtÀFR UHWDEOR SURIXVDPHQWH GHFRUDGR con la imagen de San Miguel en el centro, entre columnas salomónicas cubiertas por enredaderas, todo ello en un brillante color dorado.(Figura 6.5 y 6.6) La Iglesia de San Miguel 6H WUDWD GH XQ HGLÀFLR GH HVWLOR EDUURFR construido en 1736, de una sola nave, con 87 6.7. ERMITA DE SAN MIGUEL. La Ermita de San Miguel (GLÀFLRFRQVDJUDGRD6DQ0LJXHOFRQVWUXLGRHQ 1880, de pequeño tamaño y planta cuadrada, cubierto por una cúpula. La elegancia del conjunto reside precisamente en la sencillez y KXPLOGDGGHOHGLÀFLR'HVWDFDHOOXJDUGRQGH se encuentra situada, un pequeño monte en la salida del pueblo donde también se ubica el vía crucis. Se trata de un entorno que proporciona un paseo muy agradable, no solo por la ermita, sino también por las vistas del castillo y la población.(Figura 6.7) La Casa del Arco (VHOSULPHUHGLÀFLRXWLOL]DGRFRPR$\XQWDPLHQWR en Jalance, construido en 1835. Dota a la plaza del Ayuntamiento de una estampa única y característica, gracias al arco de medio punto que da paso a la calle Purísima y sobre el que se sitúan las dependencias. Es un símbolo del poder popular de los jalancinos, ya que pocos pueblos pueden presumir de conservar el espacio donde se 88 6.8. CASA DEL ARCO. toman las decisiones políticas municipales desde la primera mitad del siglo XIX. (Figura 6.8) El entorno natural: los cañones del Júcar y la muela de Jalance, y valle del Sácaras, dos paisajes diferentes Si de algo puede presumir Jalance, es de VX HQWRUQR QDWXUDO OD VLWXDFLyQ JHRJUiÀFD proporciona espectaculares y muy variados paisajes. En pocos lugares puede observarse tanta variedad botánica y faunística. Si bien dominan los bosques de pinos, basta una mirada un poco más detenida para poder distinguir carrascas, robles, madroños, fresnos y una gran variedad poco común de especies arbóreas. La numerosa presencia de animales salvajes también es inusual y raro es el día de campo en que no se disfrute con la visión de XQJUXSRGHFDEUDVRPXÁRQHVXQDUDSD]RXQ jabalí. Todo ello resulta de un gran atractivo y un recurso único que se debe preservar. El entorno del río Júcar, con profundos cañones y encajonados barrancos proporciona vistas 6.9. AGRESTE PAISAJE EN LOS CAÑONES DEL RÍO JÚCAR. 6.10. VISTA DEL VALLE DE SÁCARAS CON LA MUELA DE CORTES AL FONDO. panorámicas realmente únicas. Desde la muela de Jalance se disfruta de las vistas de la población por un lateral y el valle de Sácaras y la muela de Cortes por el otro. En la muela de Jalance es donde se desarrollará la ruta senderista para visitar las pinturas del abrigo de las Monteses. (Figura 6.9 y 6.10) 89 6.11. FORMACIÓN KÁRSTICA EN EL INTERIOR DE LA CUEVA DE DON JUAN. EL ÁNGEL. (FOTOGRAFÍA: JESÚS GARCÍA PATÓN) 6.12. LA CUEVA DE DON JUAN. (FOTOGRAFÍA: JESÚS GARCÍA PATÓN) 90 La cueva de Don Juan Se trata de uno de los principales atractivos turísticos de Jalance, posiblemente el que más visitantes atrae al año. Tras la acción del agua durante miles de años sobre la piedra caliza, al introducirnos en su interior podemos ser testigos de cómo la naturaleza ha ido modelando la roca y nos ha dejado formas de inverosímil belleza. Columnas, estalagtitas, estalagmitas, banderas y otras formaciones calcáreas se suceden en su interior para deleite del visitante. (Figura 6.11 y 6.12) 7 APARICIO, J. 1980. El primer arte valenciano. Nuevos hallazgos (1977-1980). Archivo de Arte 9DOHQFLDQR APARICIO, J., MESEGUER, V. Y RUBIO, F. 1982. El primer arte valenciano II. El Arte Rupestre Levantino. Valencia, I.V.E.P.P.H.A. APARICIO, J. 1990. Covacha de las Monteses -DODQFH9DOHQFLDCullaira APARICIO, J. 2010. Noticia sobre una representación híbrida en el abrigo Poveda (Jalance, Valencia). En VVAA Ponencias de los Seminarios de Arte Prehistórico desde 2003-2009. V, VI, VII, VIII, IX, X. Gandía-Tírig. Real Academia de Cultura, Valencia: AAVV. 1990. Jornadas sobre parques con arte rupestre. Zaragoza, Departamento de Cultura y Educación. BERNABEU, J. 1995. Origen y Consolidación de las sociedades agrícolas. El País Valenciano entre el Neolítico y la Edad del Bronce, Actes de les Jornades d’Arqueologia a Alfàs del Pi (27-29 de Gener de 1994)*HQHUDOLWDW9DOHQFLDQD CARRIÓN, Y.; MORALES, J.V. 2012. El paisaje prehistórico de las Tortosillas. En Domingo, I., Rubio, R. y Rives, B. 2012. Actas de las Jornadas Abrigo de Tortosilla. 100 aniversario de su descubrimiento. Ayora, Ayuntamiento de Ayora/Diputación de Valencia. BIBLIOGRAFÍA CAVANILLES, A. J. 1997. Las observaciones de Cavanilles. Doscientos años después. Valencia, Bancaixa. DOMINGO, I. 2005a. Técnica y ejecución de la ÀJXUDKXPDQDHQHO$UWH5XSHVWUH/HYDQWLQR+DFLD una visión actualizada del concepto de estilo: validez y limitaciones. Servicio de Publicaciones de la Universitat de València. 457 pp. DOMINGO, I. 2005b. Las formas de representación GH OD ÀJXUD KXPDQD (Q 0DUWtQH]9DOOH 5 FRRUG Arte Rupestre en la Comunidad Valenciana. 9DOHQFLD*HQHUDOLWDW9DOHQFLDQD DOMINGO, I. /DÀJXUDKXPDQDSDUDGLJPD de continuidad y cambio en el arte Levantino. Archivo de Prehistoria Levantina;;9, DOMINGO, I. 2008. Territorialidad y regionalización de las técnicas de representación en el arte 3HQtQVXOD,EpULFD$OLFDQWH0$54 DOMINGO, I. 2012. El abrigo de Tortosilla y su interpretación en el contexto del arte Levantino. En Domingo, I., Rubio, R. y Rives, B. 2012. Actas de las Jornadas Abrigo de Tortosilla. 100 aniversario de su descubrimiento. Ayora, Ayuntamiento de Ayora/ 'LSXWDFLyQGH9DOHQFLD DOMINGO, I., RUBIO, R. Y RIVES, B. 2012. Actas de las Jornadas Abrigo de Tortosilla. 100 aniversario de su descubrimiento. Ayora, Ayuntamiento de Ayora/ Diputación de Valencia. 91 FÉRNANDEZ LÓPEZ DE PABLO, J.; GARCÍA PUCHOL, O. Y JUAN-CABANILLES, J. 2006. Les lames de VLOH[ GH JUDQG IRUPDW GX 1pROLWKLTXH ÀQDO HW GH l’Énéolithique du Pays Valencien (Espagne). En J. Vaquer et F. Briois (dirs): /DÀQGHO·ÇJHGH3LHUUHHQ Europe du Sud. Actes de la Table Ronde de l’EHESS. &DUFDVVRQHVHSWHPEUH FURIÓ, A. 1995. Història del País Valencià. Ed. Alfons el Magmànim. Valencia. GARCIA BORJA, P.; CARRIÓN, Y.; LÓPEZ, J.E.; MORALES, J.V.; PARDO, S.; PÉREZ, F.; PÉREZ JORDÀ, G.; ROMÁN, D.; SAÑUDO, P. Y VERDASCO, C. 2011. Les ocupacions prehistòriques de la cueva de la Diabla (Ayora, València). Saguntum3/$9 GARCIA BORJA, P.; CARRIÓN, Y.; LÓPEZ, J.E.; MORALES, J.V.; PARDO, S.; PÉREZ, F.; PÉREZ JORDÀ, G.; ROMÁN, D.; SAÑUDO, P. Y VERDASCO, C. 2012. Las ocupaciones prehistóricas de la cueva de la Diabla y el poblamiento Neolítico en Ayora. En I. Domingo; R. Rubio; B. Rives (Coord.), Abrigo de Tortosilla. 100 aniversario de su descubrimiento. Primer hallazgo de Arte Rupestre en la Comunidad Valenciana. Diputació de València & Ayuntamiento de Ayora: GARCÍA, O. Y AURA, E. (coords) 2006. El abric de la Falguera (Alcoi, Alacant). 8000 años de ocupación humana en la cabecera del río de Alcoi. Diputación de Alicante, Ayuntamiento de Alcoi y CAM. GARCÍA PATÓN, J. (O 9DOOH GH $\RUD Cofrentes. Una comarca con sabor a miel. Grupo $FFLyQ/RFDO9DOOH$\RUD&RIUHQWHV HERNÁNDEZ, M. 2009. Acerca del origen del arte Esquemático. Revista Tabona HERNÁNDEZ, M; FERRER, P. Y CATALÁ, E. 1988. Arte Rupestre en Alicante. Alicante, Centre d’Estudis Contestans. HERNÁNDEZ, M.S. 2005. Del Alto Segura al Turia. Arte rupestre postpaleolitico en el Arco Mediterráneo. Actas del Congreso arte rupestre en la España mediterránea (Alicante, 25-28 de octubre de 2004). $OLFDQWH ,QVWLWXWR $OLFDQWLQR GH &XOWXUD ´-XDQ *LO $OEHUWµ&DMDGH$KRUURVGHO0HGLWHUUiQHR JUAN CABANILLES, J. Y MARTÍNEZ, R. (1988). Fuente Flores (Requena, Valencia). Nuevos datos VREUH HO SREODPLHQWR \ OD HFRQRPtD GHO 1HR eneolítico valenciano. Archivo de Prehistoria Levantina;9,,, JUAN CABANILLES, J.; MARTÍNEZ, R.; BADAL, E.; OROZCO, T.; VERDASCO, C. 2005. Un aprisco bajo abrigo en el yacimiento eneolítico de “El Cinto Mariano” (Requena, Valencia). En P. Arias, R. 2QWDxyQ & *DUFtD0RQFy HGV III Congreso del Neolítico en la Península Ibérica 92 MATEO, M.A. 2006. Aproximación al estudio de ODÀJXUDKXPDQDHQHO$UWH5XSHVWUH/HYDQWLQRGHO Alto Segura. Cuadernos de Arte Rupestre MARTÍNEZ ALOY, J. 1927. Provincia de Valencia, Tomo I. En Carreras Candi, F. Geografía General del Reino de Valencia. Valencia. MARTÍNEZ RUBIO, T. 2006. El cinto de las Letras (Dos Aguas). Revisió dels Panells 55 anys després de la seua publicació. Saguntum3/$9 MARTÍNEZ, R. (coord.) 2005. Arte rupestre en la Comunidad Valenciana. Valencia. Generalitat Valenciana. MARTÍNEZ, R. Y VILLAVERDE, V. (coord.) 2002. La cova dels Cavalls en el barranc de la Valltorta. Monografías del Instituto de Arte Rupestre, 1. Tírig, Museo de la Valltorta. MARTORELL, X. 2010. Arte y Territorio en el Río Grande. En J. A. López, R. Martínez, C. Matamoros (Coords): El arte rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica: 10 años en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO$FWDV,9&RQJUHVR OLARIA, C. 5HÁH[LRQHV DFHUFD GH ODV representaciones de mujeres en el arte postpaleolítico. Quaderns de Prehistoria i Arqueologia de Castelló PASCUAL BERLANGA, G.; GARCÍA PUCHOL, O. (2007): 3URVSHFFLyQDUTXHROyJLFDHWQRJUiÀFD\GH elementos del Patrimonio Arquitectónico previa al proyecto de instalación de un huerto solar de 2,2 MW en el Polígono 5, parcelas 181, 182, 184, 185, 194, 301 y 302 del polígono 64 de Jalance (Valencia). Memoria arqueológica referencia del permiso 9 PÉREZ-RIPOLL, M. 1990. La ganadería y la caza en la Ereta del Pedregal (Navarrés, Valencia). Archivo de Prehistoria Levantina;; POVEDA, J.V. 1995. Historia de Jalance. Ayuntamiento de Jalance. POVEDA, J.V. 2001. Historia del Valle de AyoraCofrentes. Desde la Prehistoria hasta la expulsión de los moriscos (1609). Ayora, Mancomunidad del Valle GH$\RUD&RIUHQWHV ROSELLÓ CEREZUELA, D. 2008. Diseño y evaluación de proyectos culturales. Barcelona. Ariel Patrimonio. TORRÓ I ABAD, J. 1990. Poblament i espai rural. Transformacions històriques. IVEI. Valencia UTRILLA, P. Y MARTÍNEZ-BEA, M. /D ÀJXUD humana en el Arte Levantino aragonés. Cuadernos de Arte Rupestre DETALLE DE LA ESCENA EN EL ABRIGO DE LAS MONTESES. 93 DETALLE DE CIERVO HERIDO, ABRIGO DEL CARCHE. 94