Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica 4003756 SUPL AP.indd I 11/12/09 12:39:30 4003756 SUPL AP.indd II 11/12/09 12:39:31 P E D I ÁT R I C A ESPAÑOLA Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica S. Negre Policarpo M. Navarro Paterna A. Pereda Pérez 4003756 SUPL AP.indd III 11/12/09 12:39:31 Edita: ©Fotografía portada: Fotolia/NiDerLander y Kirill Sklemin ©2010 EDICIONES MAYO, S.A. Aribau, 185-187 / 08021 Barcelona Segre, 29 / 28002 Madrid Director y Editor de Acta Pediátrica Española: J. Dalmau Serra Subdirector: J.M. Moreno Villares ISBN: 978-84-9905-059-1 Depósito legal: B-47441-2009 Impresión: Comgrafic Impreso en España – Printed in Spain Reservados todos los derechos. No se puede reproducir ninguna parte de esta publicación, ni almacenarla en cualquier sistema recuperable, ni transmitirla por ningún medio electrónico, mecánico, fotocopiado, en discos, ni de cualquier otra forma de transmisión de información, sin la previa autorización por escrito del titular del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. El empleo de los nombres registrados, marcas registradas, etc., en esta publicación, no significa –incluso en ausencia de una declaración explícita– que tales nombres están exentos de las leyes y reglamentos protectores pertinentes y que por tanto pueden emplearse libremente. Responsabilidad de productos: el editor no puede garantizar los datos sobre la posología y aplicaciones de los medicamentos indicados en esta publicación. En cada uno de los casos, el usuario tiene que comprobar su precisión consultando otra literatura médica. w w w. e d i c i o n e s m a y o . e s 4003756 SUPL AP.indd IV 11/12/09 12:39:31 P E D I ÁT R I C A ESPAÑOLA Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica 4003756 SUPL AP.indd V Introducción 1 Bases inmunológicas en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 2 Efectos inmunológicos del tratamiento en la enfermedad inflamatoria intestinal 3 Infecciones prevenibles en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 5 Situación actual en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 7 Guía de actuación en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 8 Bibliografía 19 Anexos 23 11/12/09 12:39:31 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica 4003756 SUPL AP.indd VI 11/12/09 12:39:31 P E D I ÁT R I C A ESPAÑOLA Introducción A lo largo de la última década, el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal en sus diversas vertientes se ha visto marcado profundamente por el uso cada vez más precoz y habitual de los inmunosupresores, especialmente azatioprina (AZA) y metotrexato (MTX). Del mismo modo, con la introducción de las terapias biológicas, las guías se han ido modificando en las diferentes sociedades, tanto en pacientes adultos como en la edad pediátrica1. «Cuando bebas agua, recuerda la fuente» (Proverbio chino) En este sentido, las guías han incorporado –a la hora de considerar un tratamiento u otro, y de forma preeminente–, la situación clínica en relación con la patología digestiva, relegando a un segundo plano muy secundario la vertiente preventiva de las posibles complicaciones derivadas de estos tratamientos. Tanto los fármacos inmunosupresores como las posibles intervenciones quirúrgicas, así como la malnutrición, se asocian a una falta de respuesta inmune innata a algunos agentes infecciosos, actuando de forma sinérgica y aumentando en consecuencia la prevalencia de infecciones oportunistas2-4. A la hora de realizar la presente guía se ha considerado, en consecuencia, la actual ausencia de recomendaciones universales en el manejo de estos pacientes desde el punto de vista preventivo, y se ha optado por la búsqueda sistemática y la adaptación tanto de los metaanálisis llevados a cabo al respecto como de la información obtenida de los estudios más recientes en el campo pediátrico. De este modo, se ha intentado estructurar una base sobre la cual construir el trabajo clínico y analítico previo al inicio del tratamiento inmunosupresor y/o la terapia biológica, facilitando en la medida de lo posible la búsqueda rápida de la información y resaltando aquellos puntos en los cuales la evidencia debe llevarnos a actuar de un modo muy diferente al que, hasta el momento, veníamos aplicando. 1 4003756 SUPL AP.indd Sec1:1 11/12/09 12:39:31 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica Bases inmunológicas en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal Si bien se han realizado numerosos trabajos al respecto y está claramente demostrada la relación entre el sistema inmune y la lesión intestinal en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), no ha podido encontrarse una anomalía reproducible en todos los pacientes con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, en relación con este sistema. La variabilidad hallada tanto en la clínica como en la serología y la genética de estos pacientes sugiere que se trata de una serie de alteraciones inmunes heterogéneas con una manifestación similar. Con respecto a la inmunidad humoral, los pacientes con EII tienen niveles normales de IgG sérica, IgM, IgA e IgE5. Cuando analizamos el número de células plasmáticas presentes en la mucosa inflamada, se aprecia que está aumentado en su conjunto tanto en la enfermedad de Crohn como en la colitis ulcerosa; sin embargo, las células productoras de IgG presentan una clara diferenciación en ambas, con un desequilibrio favorable hacia las IgG1 en la colitis ulcerosa y hacia las IgG2 en la enfermedad de Crohn6. Si se estudia la especificidad de los anticuerpos circulantes, todos los pacientes con EII presentan variedad de ellos frente a bacterias entéricas, hongos y virus comunes7-9. Dentro de la EII, los pacientes con enfermedad de Crohn presentan niveles más elevados de anticuerpos frente a bacterias entéricas que los pacientes con colitis ulcerosa, aunque estos anticuerpos no son patogénicos ni se correlacionan con el grado de actividad, no siendo específicos tampoco de enfermedad (salvo los de Saccharomyces cerevisiae en la enfermedad de Crohn)10. Conforme a estos datos, es evidente que el sistema inmune humoral en la EII tiene un funcionamiento normal o incrementado, por lo que la respuesta inmune humoral en estos pacientes debe ser adecuada en ausencia de inmunosupresión farmacológica añadida. En cuanto a la inmunidad celular, existe una respuesta incrementada de células T frente a antígenos luminares (bacilos entéricos). Así, aunque de forma cuantitativa la proporción de células T y B en la mucosa afectada es similar a la mucosa control, de forma cualitativa es evidente, en el caso de la enfermedad de Crohn, que existe una respuesta proliferativa de las células T en el tejido inflamado aumentada en respuesta a antígenos microbianos11. Además, existe una respuesta diferente en la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU): en la EC, las células T de mucosa inflamada activadas por la IL-2 muestran una citotoxicidad similar al control, mientras que en la CU su citotoxicidad es menor12; asimismo, en la EC son más resistentes a la apoptosis13. Conforme a estos datos, algunos autores14 sugieren que la EC es «Th1like» (respuesta inflamatoria exagerada) y la CU es «Th2-like» (inmunorregulación inapropiada o respuesta «Th1 frustrada»). Con respecto a otros tipos celulares, se ha descrito un aumento de los monocitos15, los neutrófilos y los eosinófilos, y un incremento de la actividad de los mastocitos, aunque los resultados no son totalmente concluyentes. Desde el punto de vista de la inmunidad celular, por tanto, es lógico pensar que debe existir una adecuada respuesta a la inmunización activa (vacunación), dado que es cuantitativamente normal y está cualitativamente incrementada. La efectividad de la vacunación en los pacientes con EII, por tanto, debería depender entonces de forma fundamental de los efectos de la terapia inmunosupresora y biológica en la respuesta basal de cada paciente, así como de las posibles enfermedades infecciosas presentes en el momento de la vacunación. En la práctica, sin embargo, se ha demostrado una menor respuesta en algunos pacientes en cuanto a la producción de anticuerpos neutralizantes tras algunas vacunas, como por ejemplo el tétanos. Con respecto a ésta, se ha evidenciado una adquisición de títulos inferiores a lo normal de IgG antitétanos en suero, independientemente del tratamiento corticoideo, lo que parece relacionado con una incapacidad para generar células B específicas frente al toxoide tetánico administrado en la vacunación16. Si bien muchos autores propugnan la extrapolación de resultados vacunales de otras enfermedades crónicas de naturaleza inmunológica, como son el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide, son necesarios más estudios en el campo de la enfermedad inflamatoria intestinal, tanto en el sentido de la respuesta vacunal como en el del posible efecto desencadenante de brotes, que no se han identificado en estas otras patologías17. 2 4003756 SUPL AP.indd Sec1:2 11/12/09 12:39:31 Efectos inmunológicos del tratamiento en la enfermedad inflamatoria intestinal Tratamiento corticoideo Los corticoides poseen un efecto inhibidor sobre un amplio tipo de respuestas inmunes específicas mediadas por células B y T, así como en la función efectora de monocitos y neutrófilos, por lo que inhiben tanto la inmunidad innata como la adquirida. Sus efectos antiinflamatorios son mediados por la unión del receptor del corticoide al ADN, lo que induce los cambios siguientes: • Reclutamiento de factores de transcripción, promoviendo secundariamente la traducción de secuencias génicas que codifican productos antiinflamatorios, entre los que se incluyen I-kappa-B, el receptor II de la IL-1, la lipocortina-1 (anexina I), la IL-10, la alfa-2-macroglobulina y el inhibidor de la proteasa leucocitaria secretora18,19. • Inhibición de la síntesis de citocinas, compitiendo con o bloqueando la función de los factores de transcripción nuclear NF-kB y AP-1 (requeridos para la producción de mediadores proinflamatorios)20. • Disminución de la estabilidad del ARNm que codifica la IL-1, la IL-2, la IL-6, la IL-8, el TNF y el GM-CSF. Los corticoides propician una disminución en el número de células fagocíticas en los lugares de inflamación, basada en la menor expresión de moléculas de adhesión en la superficie de las células endoteliales y los leucocitos, aunque no influyen en la capacidad bactericida de los neutrófilos. Si bien el número de neutrófilos como tal disminuye en estos puntos, su número circulante se incrementa por una mayor liberación desde la médula ósea, una menor migración vascular y la inhibición de la apoptosis21. Esta disminución tisular sucede igualmente con los monocitos y macrófagos, que se ven afectados también en cuanto a la producción de eicosanoides, IL-1 y TNF, así como en la presentación de antígenos por parte de las moléculas HLA-II. Dado el papel central que tienen las células dendríticas circulantes y tisulares en la presentación de antígenos para estimular a las células T naïve, la disminución tisular y plasmática inducida por los corticoides puede dificultar el desarrollo de una respuesta adecuada a nuevos antígenos. Esto puede verse apoyado también por una mayor diferenciación de las células T hacia Th2 inducida por el tratamiento22. El número de linfocitos B circulantes se ve, por otra parte, menos influido por los corticoides que las células T, aunque la síntesis de anticuerpos disminuye levemente. Si a corto plazo se ha visto que los niveles prácticamente son invariables, en un periodo de años puede existir una disminución en el título de anticuerpos (por la inhibición de las células T y el catabolismo aumentado de los anticuerpos generados)23. Con todo esto, existe un riesgo dosisdependiente de infección asociada al uso de corticoides sistémicos, que varía enormemente en función de la patología de base y el uso de tratamientos concomitantes, lo que cada vez es más habitual. Con dosis bajas-moderadas (<2 mg/kg/día de prednisona o equivalente en niños, <40 mg/día en adultos) los linfocitos T disminuyen discretamente en la circulación (más los CD4 que los CD8), existiendo anergia cutánea por fallo del reclutamiento de las células hacia el lugar de reacción, y casos aislados de disfunción de las inmunoglobulinas si el tratamiento es prolongado. Con dosis elevadas de prednisona (>2 mg/kg/día en niños, >40 mg/día en adultos) se suprime la activación linfo- citaria y la producción de anticuerpos por las células B. En cuanto al efecto sobre vacunas particulares, la vacuna antigripal muestra discordancias, generando tanto títulos bajos de anticuerpos como títulos adecuados, y la vacuna antineumocócica ha mostrado una adecuada respuesta desde el punto de vista preventivo, aunque el título de anticuerpos esté disminuido. El significado de los títulos bajos de anticuerpos postinmunización en cuanto a la prevención real de la infección es dudoso, no habiéndose establecido límites de dosis en cuanto al uso de corticoides y un potencial éxito de la vacunación. La inmunosupresión debida al uso de corticoides es una contraindicación de las vacunas vivas, por lo que debe considerarse tanto la dosis de corticoides como la duración del tratamiento a la hora de decidir su administración o no. Tratamiento inmunosupresor (AZA/6-MP) El profármaco denominado azatioprina (AZA) y su metabolito activo, en el cual se convierte rápidamente tras su administración, la 6-mercaptopurina (6-MP), inhiben la biosíntesis de adenina y guanina, necesarias para la producción de ribonucleótidos, mediante la transformación intracelular del fármaco en los ácidos tioinosínico y tioguanílico (6-TG), que inhiben la síntesis del ácido inosínico intracelular. Este mecanismo conduce a una disminución de la proliferación de linfocitos T y B24, a una reducción en la síntesis de inmunoglobulinas y a una secreción disminuida de IL-225. A estos fenómenos se añade una inhibición de la coestimulación linfocitaria por su efecto sobre la proteína RAC1, mediante el cual se dificulta el enlace del CD28 en la superficie de las células T CD4 a las moléculas B7 de las células 3 4003756 SUPL AP.indd Sec1:3 11/12/09 12:39:32 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica presentadoras de antígenos 26, y además se propicia la apoptosis en lugar de la activación y proliferación de las células T. Debido a este efecto, pueden interferir en el reconocimiento de antígenos, la adhesión linfocitaria y la citotoxicidad mediada por células. En ocasiones pueden producir también supresión de médula ósea, conduciendo a una neutropenia y a una reducción marcada de las defensas del huésped, efecto que se asocia principalmente a la presencia en el paciente de la mutación doble de los alelos que codifican la TPMT (tiopurina metiltransferasa), aunque se han descrito casos en heterocigotos. Terapia biológica (anti-TNF) El factor de necrosis tumoral (TNF, nombre que procede de su capacidad in vitro y en ratones para lisar tumores) se sintetiza en los macrófagos activados y en las células T como una proteína transmembrana cuyo extremo citoplásmico libera el TNF soluble; para ejercer su acción biológica precisa la unión de tres monómeros que constituirán una forma trimérica del TNF capaz de enlazarse a los receptores TNFR1 y TNFR227 y que tiene como efectos: • Control de la migración de los leucocitos a los diversos órganos. • Aumento de la expresión endotelial de moléculas de adhesión (VCAM-1, ICAM-1, E-selectina) y de determinadas quimiocinas (MCP-1, MIP-2M, MIP-1-alfa y RANTES). • Liberación de citocinas inflamatorias: IL-1 beta, IL-6, IL-8 y GM-CSF. Estos efectos son los responsables del reclutamiento adecuado de las estructuras macrofágica central y periférica y linfocitaria periférica, y de las células gigantes multinucleadas en los granulomas, así como del mantenimiento de la estructura de éstos28. Los anti-TNF actúan inhibiendo estos mecanismos por diversas vías. Así, infliximab y adalimumab son anticuerpos que se enlazan al TNF monomérico y trimérico, siendo el primero un anticuerpo quimérico (región constante de la IgG1 de origen humano y regiones variables de los anti-TNF procedentes de ratón) y el segundo un anticuerpo monoclonal humano (región constante de la IgG1 y región variable, ambas de origen humano). Elementos coadyuvantes del tratamiento inmunosupresor Tanto el propio estado nutricional presente en el momento del diagnóstico de la EII como determinadas infecciones asociadas a éste o al tratamiento inmunosupresor (aislado o en combinación) pueden condicionar una tara añadida a la respuesta inmunitaria del paciente. De todas las infecciones virales conocidas hasta el momento, el único agente implicado (además del VIH) en una inmunosupresión global significativa es el sarampión, que puede asociar por este motivo sobreinfecciones graves y, en ocasiones, fatales29, entre las que destacan la neumonía, la gastroenteritis, la otitis media aguda, la gingivoestomatitis y la laringotraqueobronquitis. Los patógenos sobreinfectantes más frecuentes incluyen el virus del herpes simple, el citomegalovirus, el parainfluenza, el adenovirus, el coxsackie y el VRS. Otros virus implicados en alteraciones transitorias de la inmunidad celular son los herpesvirus, siendo estas alteraciones más intensas y prolongadas en caso de asociación con citomegalovirus. 4 4003756 SUPL AP.indd Sec1:4 11/12/09 12:39:32 Infecciones prevenibles en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal Como se ha visto previamente, el grado de inmunosupresión de los pacientes con EII depende tanto de la patología de base asociada como de factores coadyuvantes asociados (malnutrición, infecciones), así como de la dosis de los fármacos de forma aislada o en asociación, dado que son frecuentemente sinérgicos. El espectro de infecciones abarca desde los patógenos comunes hasta la flora normal de los pacientes inmunocompetentes, sin olvidar los numerosos patógenos oportunistas. Todas estas infecciones pueden prevenirse en mayor o menor medida mediante la adopción precoz de medidas anticipatorias30. Con respecto al tratamiento corticoideo, existe un incremento conocido de las infecciones virales (fundamentalmente por herpesvirus), bacterianas (principalmente por Staphylococcus aureus) y fúngicas (con predominio de Candida sp.), siendo su incidencia dosisdependiente. De cualquier modo, la principal infección oportunista relacionada con los corticoides es la causada por Pneumocystis jiroveci. Las infecciones protozoarias o helmínticas son poco habituales salvo en áreas endémicas, como sería el caso de la malaria, que es preciso considerar a la hora de realizar viajes internacionales (por otra parte cada vez más establecidos). En cuanto a la azatioprina, se han descrito infecciones en hasta un 9% de los pacientes, destacando la infección por el virus de la varicela-zóster (VVZ, 6% de los pacientes) en su variante diseminada, el citomegalovirus (CMV), el virus de Epstein-Barr (VEB), las hepatitis A y B, la bacteriemia y la neumonía intersticial. Las infecciones bacterianas tienen lugar habitualmente en el momento de aparición de la leucopenia. La mortalidad infecciosa en los pacientes tratados con este profárma- co y su metabolito se debe en su mayor parte al VVZ diseminado 31. En cuanto al CMV y el VEB, se han descrito casos fatales de mononucleosis infecciosa (CMV) y linfoma (VEB)32-35, asociación que no se ha demostrado en pacientes con otros tratamientos, particularmente los anti-TNF como infliximab36. Finalmente, se han descrito exacerbaciones de infecciones crónicas virales en pacientes con artritis reumatoide tratados con infliximab37. En relación con los anti-TNF, se había observado un aumento del riesgo de infecciones graves en estudios observacionales, pero no de forma clara en ensayos clínicos38-41, probablemente debido al escaso número de pacientes analizados y al reducido periodo de seguimiento aplicado. Esto fue así hasta la realización de un metaanálisis en 200642 que incluía 3.493 pacientes con anti-TNF y 1.512 con placebo. En este metaanálisis se encontró un NNT de infección severa de 3 a 12 meses de tratamiento de 59 (IC del 95%: 39-125). Si se consideran las infecciones virales de forma aislada, existen todavía pocos datos al respecto, de modo que es posible que varíe la incidencia de éstas y el sentido de la influencia del tratamiento de unas a otras. Por ejemplo, parece atenuarse la lesión hepática por el VHC, retrasándose sin embargo el aclaramiento viral en el caso del VHB43,44. En relación con este último, la falta de TNF de forma directa, o bien el descenso de la producción de interferón y la activación de linfocitos T de forma indirecta, condicionan un potencial riesgo de reactivación de ciertas infecciones víricas, entre ellas el VHB (infección controlada por citocinas y mecanismos celulares)45. En un estudio realizado en 80 pacientes con enfermedad de Crohn que recibían tratamiento con infliximab46, se apreció una hepatitis severa en los sujetos con AgHBs positivo previo, tras la retirada de infliximab. La reactivación no se observó en pacientes anti-HBs y anti-HBc positivos con transaminasas normales. Con respecto al VHC, los estudios son escasos y no han demostrado una presencia clara de efectos deletéreos del tratamiento, si bien deberían monitorizarse de forma estrecha las transaminasas en estos pacientes47,48. La inhibición del TNF es bien tolerada en pacientes con infección por el VIH, siempre y cuando el tratamiento esté bien establecido antes del inicio de infliximab49. Con respecto a otros virus, se han descrito infecciones por herpesvirus (varicela, CMV y VHS, así como Molluscum contagiosum), pero su asociación no está totalmente esclarecida. En el caso de la varicela, se han descrito infecciones malignas en pacientes con EII y tratamiento inmunosupresor, especialmente anti-TNF50. Desde el punto de vista de las infecciones bacterianas, se ha descrito la presencia de bacterias atípicas (además de los patógenos habituales), aunque en casos esporádicos (no queda claro si los anti-TNF son predisponentes desde el punto de vista real, aunque teóricamente es plausible una mayor presencia de dichas bacterias)40,51. Otras bacterias relacionadas con los anti-TNF son, principalmente, las micobacterias (y dentro de éstas Mycobacterium tuberculosis, que se comentará más adelante en un apartado específico) y otros patógenos causantes de infecciones granulomatosas, como Nocardia sp. y Listeria monocytogenes. Esta última es una bacteria intracelular grampositiva que se asocia a meningoencefalitis y septicemia, y está relacionada con la 5 4003756 SUPL AP.indd Sec1:5 11/12/09 12:39:32 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica Tabla 1. Fármacos empleados en la enfermedad inflamatoria intestinal y riesgo de infección64 Fármaco Riesgo infeccioso Aminosalicilatos No referido Antibioterapia No referido Corticoides OR: 2,2 (IC del 95%: 1,0-4,9) Azatioprina/6-MP Anti-TNF Combinación de fármacos Asociaciones especiales • ¿Clostridium difficile? (no demostrado) • Candida sp. • C. difficile • Herpesvirus • Staphylococcus aureus • Candida sp. • Pneumocystis jiroveci • Virus de la varicela-zóster diseminado • Citomegalovirus • Virus de Epstein-Barr • Virus de la hepatitis A • Virus de la hepatitis B • Neumonía intersticial • Virus de la hepatitis B • No observada con el virus de la hepatitis C (necesarios más estudios) • Citomegalovirus • Virus del herpes simple • Virus de la varicela-zóster • Micobacterias. • Nocardia sp. • Listeria monocytogenes • Histoplasma capsulatum y Coccidioides immitis (áreas endémicas) • Criptococcus sp. • Aspergillus sp. • P. jiroveci OR: 3,4 (IC del 95%: 1,5-7,5) OR: 11,1 (IC del 95%: 0,8-14,8) • AZA/6-MP + corticoides: OR: 17,5 (IC del 95%: 4,5-68) • AZA/6-MP + infliximab: OR: 1,6 (IC del 95%: 0,1-19) • AZA/6-MP + infliximab + corticoides: infinito (p <0,001) ingestión de productos cárnicos y lácteos39,52. Por tanto, el papel de los antiTNF en las infecciones posee una especial relevancia en el ámbito de las infecciones granulomatosas. Considerando las infecciones fúngicas, en áreas endémicas se han descrito infecciones por Histoplasma capsulatum Las de cada fármaco aislado más el efecto sinérgico (el efecto es mayor que cualquiera de los referidos previamente) y Coccidioides immitis, tanto con respecto a la reactivación de la infección latente como desde el punto de vista de la adquisición de primoinfecciones53. El criptococo, por otra parte, presenta una distribución mundial, relacionándose los anti-TNF con un inadecuado reclutamiento de linfocitos T CD4 activados y células de Langerhans en el área de infección, por lo que el riesgo de diseminación es mayor54. Por un mecanismo similar de inhibición del reclutamiento, en esta ocasión de neutrófilos, los anti-TNF aumentan el riesgo de aspergilosis55. Finalmente, dentro de los hongos también se han descrito casos de neumonía por P. jiroveci56,57, aumentando el riesgo de infección con la edad, con la presencia de enfermedad pulmonar asociada y en caso de tratamiento con dosis altas de corticoides58. En cuanto a las infecciones perioperatorias, deben realizarse más estudios al respecto, de modo que puedan establecerse periodos adecuados de abstinencia terapéutica previos y posteriores a la cirugía; no obstante, se ha indicado que, en caso de cirugía ortopédica, es razonable su suspensión algunas semanas antes de la intervención59. Para concluir, añadir que el riesgo de infección asociada a los anti-TNF está en relación con el tiempo de inicio del tratamiento, siendo mayor en el periodo inmediato tras su introducción (especialmente en caso de tuberculosis)60. En relación con el tratamiento inmunosupresor, se ha encontrado una incidencia aumentada de resultados anormales en la prueba de Papanicolau en pacientes con EII, así como displasia cervical por infección cervical crónica causada por el virus del papiloma humano (VPH)61-63. En resumen, los pacientes con EII tienen una mayor susceptibilidad de padecer determinadas infecciones, fundamentalmente debido al tratamiento inmunomodulador; éste, igualmente, incrementa la gravedad de dichas infecciones y propicia la reactivación de las latentes2. Este incremento es mucho más intenso en caso de terapia inmunosupresora combinada y/o asociación con agentes biológicos (tabla 1)64. 6 4003756 SUPL AP.indd Sec1:6 11/12/09 12:39:32 Situación actual en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal A pesar de existir guías relacionadas con la prevención de enfermedades infecciosas en pacientes inmunodeprimidos65-68, hacen referencia en su mayoría a la vacunación y no abordan otros aspectos ni delimitan consideraciones específicas sobre patologías concretas, salvo excepciones17, como podría ser la EII. Según lo expuesto en los apartados previos con respecto a los fundamentos inmunológicos de la EII y los tratamientos en ella empleados, estos pacientes presentan un riesgo de infección que debe ser considerado por todos los profesionales implicados en su cuidado, desde la atención primaria hasta los equipos de referencia. Dado que la inmensa mayoría de estas infecciones son potencialmente prevenibles, bien sea mediante ajustes terapéuticos basados en la clínica y/o las pruebas complementarias, o bien mediante profilaxis vacunal, cabría esperar que los pacientes con EII tuviesen un adecua- do control desde el punto de vista preventivo. A pesar de ello, si consideramos como criterio de referencia la tasa de vacunación en adultos con EII, vemos que dicha tasa resulta inadecuada68. En el estudio realizado por Melmed et al., los autores llegaron a las siguientes conclusiones: • Vacunación neumocócica: se aplicó a menos de un 10% de los pacientes en riesgo. • Vacunación antigripal: se aplicó de forma rutinaria a menos de un 28% de los pacientes en riesgo. • Vacunación frente al VHB: un 44% de los pacientes presentaban un riesgo aumentado de adquisición del VHB, principalmente por vía transfusional, no conociéndose en muchos casos las tasas de seroprotección posvacunal. • Consideración de la vacunación: los pacientes que no recibían tratamiento inmunosupresor pero susceptibles de recibirlo posteriormente no fueron considerados como candidatos para vacunación, en la mayoría de los casos, frente al neumococo y la gripe. • El motivo principal alegado por los pacientes para la no vacunación fue que «nunca se les ofreció» o que «no sabían que se necesitase», lo que refleja la necesidad de educación al respecto orientada tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios. Basándonos en estos estudios, es posible concluir que la tasa de vacunación de los pacientes con EII es baja pese al riesgo de infecciones inmunoprevenibles, al igual que la tasa de realización de controles serológicos previos al inicio de tratamientos inmunosupresores y la aplicación real de medidas preventivas/profilácticas. Esto es debido fundamentalmente al desconocimiento de pacientes y médicos acerca de las necesidades concretas que implica tanto la patología en sí misma como también los tratamientos administrados. 7 4003756 SUPL AP.indd Sec1:7 11/12/09 12:39:33 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica Guía de actuación en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal La actitud que debe adoptarse ante un paciente con EII en cuanto a la prevención de infecciones ha de basarse en una serie de principios: • Conocimiento por parte de pacientes, familiares y profesionales implicados de las bases inmunológicas de la enfermedad, del tratamiento y las posibles actitudes que adoptar. • Conocimiento por parte de pacientes, familiares y profesionales implicados de las diferentes infecciones que pueden presentarse en estos pacientes, para su prevención, diagnóstico y tratamiento precoz. • Establecimiento y empleo de medidas de cribado adecuadas y estandarizadas para todos los pacientes. • Administración de vacunas para la consecución de una protección inmunológica adecuada previa al inicio del tratamiento inmunosupresor o, en aquellos casos en que esto sea imposible, adecuación de las diferentes pautas de tratamiento y vacunación de modo que se consiga una protección adecuada durante la citada terapéutica inmunosupresora. • Administración de quimioprofilaxis en los casos en que sea necesaria, conforme al estatus inmunológico de cada paciente. Medidas educativas para el paciente y el profesional sanitario En la atención a estos pacientes, es clave asegurarse de que conocen los principales signos de alarma frente a infecciones potencialmente graves o relacionadas con el tratamiento, fundamentalmente los signos precoces, que deben revisarse de forma periódica. De cualquier modo, es esencial disponer de un acceso rápido las 24 horas del día a un equipo médico entrenado, y los pacientes deben conocer los motivos por los que deberían consultar de forma urgente con dicho servicio. Dentro de todas las medidas educativas encaminadas a conseguir un adecuado control del riesgo infeccioso, la principal debe ser mantener un contacto fluido entre atención primaria y atención especializada. Considerando las recomendaciones dentro del ámbito alimentario, con los fármacos anti-TNF se ha descrito una mayor incidencia de listeriosis, así como de salmonelosis, por lo que los pacientes deberían conocer los alimentos de riesgo y emplear las medidas de manejo de alimentos estándar, además de excluir ciertos alimentos específicos como podrían ser las carnes frías (patés, perritos calientes, delicatessen), los huevos poco cocinados y el queso fresco69,70. Actitud diagnóstica de infección, tratamiento y quimioprofilaxis Generalidades Desde el momento del diagnóstico de la EII, deberá quedar registrada en un apartado específico de la historia clínica –de rápido acceso y fácilmente comprensible por cualquier profesional– una exhaustiva anamnesis en cuanto al historial de infecciones pasadas, tanto bacterianas como víricas o de otra naturaleza. El estado dental deberá ser evaluado, y se indicará un tratamiento adecuado a las posibles infecciones presentes, así como medidas de higiene, generales y específicas, para cada paciente. Monitorización hematológica Desde el punto de vista hematológico, se realizará un recuento de neutrófilos y linfocitos previo al inicio de los inmunosupresores, con monitorización regular y continua posterior. En este sentido, es preciso conocer que el tratamiento a largo plazo (superior a 1 mes) con corticoides induce depleción linfocitaria dependiente de la dosis, y que existe un efecto sumatorio en caso de combinación con otros inmunosupresores. Del mismo modo que disminuyen las cifras linfocitarias, el tratamiento inmunosupresor puede disminuir el recuento de neutrófilos, induciendo neutropenia, situación en la cual debe mantenerse una elevada sospecha diagnóstica de infecciones oportunistas, dado que los síntomas pueden ser mínimos por la escasa respuesta inflamatoria. Infecciones virales En el mismo apartado de la historia clínica se hará constar el historial de vacunaciones, de forma que sea sencillo identificar aquellas que faltan y completar la pauta correspondiente. No deben olvidarse las dosis adicionales de toxoide tetánico, así como la fecha de su administración. Tampoco se deben olvidar, independientemente del sexo del paciente, las infecciones urinarias71. Antes del inicio del tratamiento inmunosupresor, es preciso comprobar los signos y síntomas asociados a estas infecciones, y realizar un sedimento de orina independientemente de si están presentes o no. Con respecto a la familia herpes, se registrará la posible existencia de infecciones por VVZ (especialmente varicela primaria) y VHS (recurrencias), aunque se comprobará mediante estudio serológico que incluya VHS (los pacientes con recurrencias frecuentes [>4 episodios] y/o severas del VHS son susceptibles de recibir tratamiento supresor con aciclovir o valaciclovir oral), VVZ (aquellos con títulos negativos deberán ser vacunados según se indica más adelante)72, VEB, CMV y VHH-6. Junto a este estudio serológico se realizará el correspondiente para otros virus hepatotropos (VHA, VHB, VHC, VIH), dentro del cual se valorará el título de anti-HBs. 8 4003756 SUPL AP.indd Sec1:8 11/12/09 12:39:33 En relación con el VHB, es fundamental comprobar la posible existencia de infección antes de iniciar un tratamiento anti-TNF (o corticoideo en dosis inmunosupresoras a largo plazo), dado que se han descrito reactivaciones de infecciones latentes en pacientes con artritis reumatoide y/o enfermedad de Crohn tratados con estos fármacos. Deberá administrarse tratamiento profiláctico con lamivudina en caso de infección activa o latente73. Además, se monitorizará de forma estrecha a estos pacientes, iniciándose el tratamiento cuando se detecte ADN del VHB en suero o cuando aumenten las transaminasas. La serología de detección del CMV, dado que se han descrito reactivaciones en pacientes tratados con metotrexato, azatioprina, 6-mercaptopurina e infliximab, como ya se ha indicado previamente74,75, es útil para identificar a los pacientes que ya han tenido contacto con el virus (IgG positiva) y que, por tanto, presentan riesgo de reactivación (la serología posterior en estos pacientes es de poca utilidad, a diferencia de en aquellos con IgG negativa, que presentan riesgo de infección primaria, en los que la serología resulta útil para el diagnóstico). Micobacterias En este punto se registrará igualmente el riesgo de tuberculosis (TBC) latente considerando diversos factores, como son el país de procedencia y/o la existencia de estancias prolongadas en países con elevada endemicidad, los contactos previos con pacientes infectados, y la fecha de administración de la última dosis de BCG. En caso de sospecha previa de TBC o diagnóstico firme, se indicarán las fechas, las pruebas realizadas y el tratamiento administrado. El resultado de la intradermorreacción de Mantoux se registrará idealmente conforme a lo indicado en el Anexo I. En pacientes que van a recibir tratamiento con anti-TNF debe realizarse un cribado frente a TBC, y en aquellos con sospecha de TBC activa o latente dicho tratamiento deberá posponerse, iniciándose terapia antituberculostática de acuerdo con las guías locales76-82. Del mismo modo, se realizará el cribado de los pacientes que van a recibir tratamiento corticoideo, dado que también aumenta el riesgo de reactivación tuberculosa, y la profilaxis con isoniacida produce una reducción de riesgo similar a la de los pacientes tratados con anti-TNF, próxima al 70%83,84. El cribado actual se lleva a cabo mediante una evaluación clínica del riesgo, una radiografía de tórax y el test de Mantoux. El principal problema del test de Mantoux es que el PPD contiene más de 200 antígenos ampliamente distribuidos entre las micobacterias, el BCG y las micobacterias ambientales. Así, individuos que se han sensibilizado frente a micobacterias no tuberculosas o vacunado con BCG ofrecen resultados falsos positivos frente al Mantoux85. Además, en pacientes infectados por micobacterias no tuberculosas la repetición del Mantoux (efecto booster) puede dar lugar, igualmente, a falsos positivos86. Por otra parte, aunque la sensibilidad del Mantoux para detectar infecciones tuberculosas latentes es en realidad desconocida (ya que no existe un criterio de referencia para la comparación), resulta evidente una menor sensibilidad ante tratamiento inmunosupresor y en niños pequeños87,88. En el momento actual se dispone de dos técnicas adicionales para el estudio de la infección tuberculosa latente: la QuantiFERON-TB Gold In-Tube® (Cellestis Limited, Carnegie, Victoria, Australia), que detecta la producción de IFN-gamma mediante ELISA tras la estimulación de muestras sanguíneas con antígenos específicos, y la T-SPOT.TB® (Oxford Immunotec, Oxford, Reino Unido), que detecta el número de células T que producen IFN-gamma mediante ELISPOT, tras la estimulación de células mononucleares aisladas de sangre periférica. La primera de estas téc- nicas ha sido aprobada por la FDA (Food and Drug Administration de los Estados Unidos) con este objetivo. Ambas pruebas se basan en la liberación de IFN-gamma (de ahí el nombre de «TIGRA»: tuberculosis IFN-gamma release assay) tras la exposición de los linfocitos T a antígenos específicos de M. tuberculosis, concretamente la ESAT-6 (6-kD M. tuberculosis early-secreted antigenic target protein) y la CFP-10 (10-kD culture filtrate protein), ausentes en el BCG y en la mayoría de micobacterias ambientales89. Existe una mala correlación entre las TIGRA y el Mantoux en pacientes con EII, en comparación con otros pacientes, y los principales factores asociados con estas discrepancias son el tratamiento inmunosupresor y la vacunación con BCG. Esto se debe a que el cribado mediante Mantoux está limitado en estos pacientes, como ya hemos comentado (falsos negativos con inmunosupresión y falsos positivos con BCG, aunque en este último supuesto el efecto sobre el Mantoux es mucho menor pasados 15 años desde la administración de la vacuna). En las TIGRA, a diferencia del Mantoux, la inclusión de un control positivo permite la detección de casos de anergia, lo que resulta especialmente útil en pacientes inmunodeprimidos (bien por enfermedad o bien debido al tratamiento, como se ha descrito en la propia enfermedad inflamatoria intestinal, en la cual la alta incidencia de anergia limita la utilidad del Mantoux antes del tratamiento con infliximab)87,90. Por este mismo mecanismo, se ha demostrado que los test basados en la liberación de IFN-gamma son más eficientes en niños y en casos de coinfección TBC-VIH91,92. Aunque se han descrito resultados falsos negativos con las TIGRA en pacientes con una reducción marcada del número de células T, por lo general se producen en caso de recuentos menores93 a 100 células/mm3, situación que no suele producirse en el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal. 9 4003756 SUPL AP.indd Sec1:9 11/12/09 12:39:33 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica En caso de inmunocompetencia, la sensibilidad de las TIGRA para diagnosticar TBC es comparable a la del Mantoux, especialmente en vacunados con BCG, pero su especificidad es mucho mayor94,95. Así pues, considerando en conjunto todo lo expuesto, las TIGRA muestran una elevada especificidad para detectar M. tuberculosis, experimentan una menor alteración por la vacunación previa con BCG y poseen una susceptibilidad menor para falsos negativos, en comparación con el Mantoux, en pacientes con tratamiento inmunosupresor; asimismo, la ausencia de falsos positivos (incluyendo la ausencia de efecto booster) evita controles y tratamientos innecesarios (con lo que ello supone en términos tanto económicos como de morbilidad) y, además, ahorra una segunda visita para la lectura del resultado del test. Por tanto, la mejor relación coste-efectividad del cribado frente a la infección latente con TIGRA en lugar de Mantoux queda ampliamente demostrada, sin olvidar las mayores desventajas de las TIGRA, que son la necesidad de un laboratorio validado y de un sistema adecuado para el transporte y almacenamiento96,97. A esto se añade una mayor capacidad para predecir la progresión a TBC activa (un 15% aproximadamente de los positivos en el test) comparado con el test de Mantoux (aproximadamente un 2% de los positivos). Basándonos en estos datos, recomendamos la realización de TIGRA a todos los pacientes con EII, por lo menos a aquellos en tratamiento inmunosupresor que van a recibir terapia antiTNF98,99. Parasitosis En caso de pacientes procedentes de áreas con posibilidad de adquisición de Strongyloides sp., se llevará a cabo un cribado de eosinofilia (aunque las cifras de eosinófilos pueden ser menores debido al tratamiento corticoideo), con estudio parasitológico de heces y serología. Hay que tener presente que en pacientes asintomáticos una única muestra de heces tiene un resultado fal- so negativo en el 70% de los casos, siendo la sensibilidad del 100% con la toma de 7 muestras. En pacientes con test positivo o hipereosinofilia de etiología no filiada y con historial de viajes se administrará tratamiento antiparasitario empírico con ivermectina antes de iniciar el tratamiento inmunosupresor100,101. Se debe tener en cuenta que los síntomas gastrointestinales son frecuentes en pacientes con estrongiloidiasis severa con o sin tratamiento corticoideo asociado, siendo el principal signo clínico el sangrado intestinal, elementos ambos que pueden ser confundidos con un brote de la enfermedad de base, lo que llevaría a un incremento de la inmunosupresión. Se han descrito igualmente infecciones bacterianas asociadas con la estrongiloidiasis severa, postulándose como mecanismo de producción de la sepsis la transmisión de bacterias entéricas a través de la pared intestinal transportadas en el interior de las larvas filariformes (así, la sepsis por gramnegativos es una forma frecuente de presentación en estos pacientes y debe ser considerada en pacientes de riesgo como un indicador de la necesidad de buscar una infección parasitaria subyacente). Hongos Finalmente, con anterioridad al inicio de la terapia inmunosupresora (y durante ésta) se valorará la posible existencia de candidiasis oral y/o vaginal, así como de intértrigo candidiásico, de forma que pueda administrarse el tratamiento adecuado y reducirse así el riesgo de sepsis por Candida sp. En cuanto a otros hongos, como por ejemplo C. immitis e H. capsulatum, las opciones diagnósticas y profilácticas son limitadas (no se han ensayado terapias preventivas, no existen test cutáneos con una adecuada fiabilidad…), por lo que debe tenerse un alto grado de sospecha en pacientes procedentes de áreas endémicas. Con respecto a la coccidioidomicosis, se realizarán radiografía de tórax y serología (IgM e IgG) previas al inicio del anti-TNF en los pacientes que corresponda (esto es útil en nuestro medio, dado que no existe primoinfección, sino sólo reactivaciones, pero no en caso de viaje a zonas endémicas). «Pneumocystis jiroveci» Dentro de la linfocitopenia, un recuento de linfocitos inferior a 600/mm3 y, de forma más específica, un recuento de linfocitos T CD4 menor de 300/mm3 son indicativos de un muy elevado riesgo infeccioso (la monitorización hematológica, por tanto, nos permite determinar los pacientes susceptibles de quimioprofilaxis frente a P. jiroveci, además de hacernos pensar en la posibilidad de otras infecciones) 102. En cuanto a la profilaxis frente a P. jiroveci, que se realizará con trimetoprimsulfametoxazol (TMP-SMZ), se incluirán dos tipos de pacientes: • Pacientes con linfopenia (<600 linfocitos/mm 3) y recuento CD4 bajo (<300 neutrófilos/mm3)103. • Pacientes en tratamiento crónico con inmunosupresores múltiples (al menos 2 agentes, incluyendo corticoides)31,104. Marcadores de infección Los pacientes con EII deben saber que en caso de tratamiento inmunosupresor la fiebre puede ser la principal manifestación de las infecciones oportunistas y, en ocasiones, la única105, especialmente si presentan linfopenia (CD4) o neutropenia (<500 neutrófilos/mm3). En caso de fiebre, antes de iniciar tratamiento antibiótico empírico se extraerán hemocultivos. Como marcadores de infección, la PCR puede emplearse para distinguir entre infección y clínica inflamatoria asociada a la EII (aunque aumenta en los brotes, es más elevada en casos de infección, fundamentalmente bacteriana)106. La procalcitonina, por otra parte, posee una buena sensibilidad y especificidad en el diagnóstico temprano107,108, y permite distinguir de forma precoz entre infecciones víricas y bacterianas, además de ayudar a dirigir el tratamiento antibiótico; no obstante, no ha sido probada de forma rutinaria en pacientes con EII. 10 4003756 SUPL AP.indd Sec1:10 11/12/09 12:39:33 En relación con la introducción de inmunosupresores en caso de infección activa, debe retrasarse hasta la resolución del proceso infeccioso, dado que no existen estudios que demuestren otras prácticas como seguras, incluyendo entre éstas las relacionadas con los abscesos perianales e intraabdominales o pélvicos, como muestra el estudio de Sands et al.109, en el que se concluye la necesidad de drenar la infección antes de comenzar el tratamiento con infliximab. Actuación ante la pauta de vacunación. Generalidades Como se ha expresado previamente en el apartado sobre situación actual en pacientes con EII, las vacunas están infrautilizadas tanto en caso de colitis ulcerosa como de enfermedad de Crohn. De acuerdo con las guías de inmunización en adultos, los pacientes con EII deben ser vacunados anualmente frente a la gripe110 y cada 5 años frente al neumococo (vacuna 23-valente), no habiendo mostrado los pacientes con anti-TNF tasas bajas de seroconversión111. Estas mismas guías indican que debe comprobarse siempre si existe inmunización en la infancia frente a rubeola, sarampión y paperas, aunque no dejan claro si en caso contrario debe administrarse la vacuna combinada, por el bajo riesgo existente en el momento actual frente a estas infecciones en países industrializados (algo que no está tan claro en nuestro medio). Sin embargo, sí que indican la necesidad de vacunar frente a la varicela a los pacientes naïve112, aunque establecen dos premisas para el adulto: 1) al tratarse de un virus vivo atenuado, no puede administrarse en caso de tratamiento inmunosupresor o si el tratamiento se va a iniciar de forma urgente, y 2) se deberán administrar 2 dosis con un intervalo de 4 semanas entre dosis, dado que su tasa de seroconversión es inferior a la pediátrica. En cuanto a la vacuna del VPH, no existen recomendaciones claras en cuanto a la respuesta inmune o la duración de ésta en pacientes inmunocomprometidos, lo que indica que muchos de los pacientes adultos con EII ya presentan displasia cervical en el momento del diagnóstico62,63,113. Si bien las guías para adultos con EII reconocen la existencia de una respuesta inmune subóptima en muchos pacientes en tratamiento inmunosupresor, lo hacen a partir de la extrapolación de resultados de otras patologías, sin considerar las características propias de estos pacientes, especialmente en lo que respecta a la vacuna frente al VHB114,115. En muchos casos están de acuerdo en valorar a los pacientes tras la vacunación, administrando una dosis booster a aquellos que presenten pobre respuesta a las dosis habituales (10-100 UI/mL)116 y 3 dosis a los que no presenten un título anti-HBs detectable. Todas las guías de vacunación en adultos indican que el mejor momento para completar la pauta de vacunación es al diagnóstico, salvo que se aprecie una significativa malnutrición caloricoproteica. En cuanto a los pacientes pediátricos (objeto de esta guía), se debe tener en cuenta, igualmente, por una parte la susceptibilidad a la infección de cada niño, y por otra la seguridad y eficacia de la inmunización de cada una de las vacunas. Con excepción de las de agentes vivos, muchas vacunas pueden administrarse con seguridad a estos pacientes, en los que resultan incluso más beneficiosas en caso de inmunodepresión farmacológica asociada. Así pues, existen una serie de recomendaciones generales, que no se diferencian en gran medida de las establecidas para la población pediátrica en general17: • En el momento del diagnóstico debe realizarse una anamnesis completa del historial de vacunaciones, de modo que se completen aquellas que no han sido administradas (catch-up), salvo contraindicación. • En pacientes no inmunodeprimidos se seguirán las recomendaciones estándar de inmunización en edad pediátrica. • En pacientes inmunodeprimidos se evitarán las vacunas con microorganismos vivos. • En pacientes inmunodeprimidos que han recibido vacunas durante el tratamiento, se determinará si existe una adecuada respuesta inmune, repitiendo la dosis en caso de inmunización inadecuada. No obstante lo anterior, una adecuada inmunización siguiendo las recomendaciones marcadas en las guías vigentes hasta el día de hoy es muy difícil de cumplir en la realidad, dado que, a diferencia de los adultos, los pacientes pediátricos pueden no haber recibido algunas de las vacunas o no haber alcanzado una inmunización adecuada, siendo necesario el inicio inminente del tratamiento inmunosupresor. Aquí entra en juego el balance entre el tiempo disponible para administración, el deseo de alcanzar una respuesta inmune óptima y la necesidad práctica de conseguir protección urgente frente a algunas enfermedades inmunoprevenibles (algo que ya se hace con algunas vacunas en niños sin EII, como la de la tos ferina, que se administra de forma muy precoz, consiguiéndose una baja respuesta inmune pero un gran beneficio en cuanto a la protección temprana). Con respecto a la pauta básica que debe seguirse, se empleará el calendario de vacunación de la Asociación Española de Pediatría (tabla 2), con las matizaciones que vamos a comentar. En cuanto a la vacuna frente al virus de la hepatitis B (a), se pueden aplicar dos pautas de vacunación, la primera de ellas con inicio en el momento del nacimiento y continuación a los 2 y 6 meses de edad (b), y la segunda de ellas con inicio a los 2 meses y posteriores dosis a los 4 y 6 meses de edad (c). Sin embargo, en los hijos de madres con AgHBs positivo y/o AgHBc positivo, se administrará 1 dosis de vacuna junto a 0,5 cc de gammaglobulina antihepatitis B (en sitios anatómicos diferentes) dentro de las primeras 12 horas de vida, con una segunda dosis al mes de vida y una 11 4003756 SUPL AP.indd Sec1:11 11/12/09 12:39:34 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica Tabla 2. Calendario de vacunación de la Asociación Española de Pediatría Meses Hepatitis B (a) Difteria Tétanos Tos ferina (e) Polio (g) Haemophilus influenzae b (conjugada) Meningococo C (conjugada) Sarampión Rubeola Parotiditis (triple vírica) Varicela (h) Neumococo (i) Papilomavirus (j) Rotavirus (k) Gripe (l) Hepatitis A (m) 0 2 4 6 12-15 15-18 HB (b) HB (b,c) HB (c) HB (b,c) DTPa DTPa DTPa DTPa VPI VPI VPI VPI Hib Hib Hib Hib MC MC Pn7v Rot Rot Rot Gr 13-16 Var Pn7v Gr HA DTPa (5.ª dosis) dTpa (f) MC TV (2.ª dosis) TV Pn7v 3-4 HB (d) MC Pn7v Años 6 11-12 Var Var Var Var VPH VPH Gr HA Gr HA Pn7v Gr HA Gr HA Gr HA Nota: véanse en el texto las letras correspondientes entre paréntesis (a-m) para ampliar la información sobre cada vacuna en concreto. tercera a los 6 meses de edad. En aquellos casos en los que el AgHBs materno sea desconocido, se administrará la primera dosis de vacuna al nacer, solicitando una serología urgente de la madre, de forma que en caso de positividad se pueda administrar la gammaglobulina frente a VHB dentro de la primera semana de vida (idealmente, dentro de las primeras 12 horas de vida). En caso de pacientes no vacunados en el primer año de vida, las 3 dosis se administrarán a partir de los 11-12 años, según la pauta 0-1-6 meses. Con respecto a la vacuna frente a la difteria, el tétanos y la tos ferina, todas las dosis serán de tos ferina acelular (e), empleando a partir de los 13-16 años la dTpa (adultos, baja carga antigénica), con una dosis de recuerdo cada 10 años (f). La vacuna frente a la polio será siempre inactivada (g), nunca oral. Son suficientes 4 dosis. La vacuna frente a la varicela (h) se recomienda de forma universal en niños sanos, con una primera dosis a los 1215 meses de vida y una segunda dosis a los 3-4 años. A partir de dicha edad se recomienda la vacunación de los niños y adolescentes susceptibles. La vacuna heptavalente frente al neumococo (i) se administrará según la pauta 2-4-6 meses, con una dosis de recuerdo en el segundo año de vida. La vacuna del virus del papiloma humano (j) seguirá la pauta 0-2-6 meses (preparado tetravalente) o la pauta 0-16 meses (preparado bivalente), recomendándose a las niñas con edad comprendida entre los 11 y los 16 años. Con respecto a la vacuna del rotavirus (k), la Asociación Española de Pediatría recomienda su discriminación frente a la vacuna del neumococo (en primer lugar) y la varicela (en segundo lugar), dado que la patología que produce es leve en comparación con los otros gérmenes. Se administrarán 2-3 dosis dependiendo del preparado de la vacuna, siempre separadas por 4 semanas, de tal forma que la primera dosis se administre entre las 6 y 12 semanas de vida y la pauta se complete antes de las 24-26 semanas de vida. La vacuna antigripal (l) se recomienda a partir de los 6 meses a todos los niños de riesgo (por su patología de base o por recibir tratamientos inmunosupresores o ácido acetilsalicílico), así como a todos aquellos cuyos padres o tutores la soliciten, o bien cuando su pediatra la considere indicada. La vacuna frente a la hepatitis A (m), igualmente, se recomienda a niños en situación de especial riesgo, así como a niños viajeros, y a todos aquellos susceptibles cuyos padres-tutores o pediatra lo soliciten. Se administrarán 2 dosis separadas 6-12 meses, a partir de los 12 meses de edad. Como puede apreciarse en el esquema anterior, la inmensa mayoría de las vacunaciones se aplican en los primeros 2 años, y las diversas dosis booster a partir de la segunda década de la vida (momento en que aumenta de forma drástica la incidencia de EII). 12 4003756 SUPL AP.indd Sec1:12 11/12/09 12:39:34 Enfermedades vacunables y enfermedad inflamatoria intestinal Considerando que la EII es poco frecuente en menores de 5 años, lo más probable es que la vacunación inicial se haya completado siguiendo las recomendaciones ya expuestas. Dado que la inmunidad previa no suele estar alterada, lo más probable también es que la respuesta vacunal haya sido adecuada. Por tanto, la incidencia de las enfermedades seroprevenibles antes de esta edad debería ser baja (aunque no existen estudios al respecto). En relación con otras enfermedades seroprevenibles, las principales que deben ser tenidas en cuenta en la EII son el neumococo, la gripe, la hepatitis B y la varicela117,118. No existen datos consistentes en cuanto a la incidencia de gripe e infección por neumococo en pacientes con EII, no apareciendo entre las causas de mortalidad en los seguimientos poblacionales existentes119,120. Los estudios sobre la prevalencia de hepatitis B en pacientes con EII son aislados y no reflejan la situación epidemiológica real, igual que en el caso de las hepatitis C y A (si bien la administración de la vacuna frente a esta última parece razonable en este grupo de pacientes). La infección por varicela es poco común en los pacientes con EII, aunque la situación de inmunodepresión en la cual suelen encontrarse confiere un carácter grave, y en ocasiones incluso letal, a esta infección72,121,122. En caso de no recibir tratamiento inmunosupresor, todo paciente susceptible debería ser vacunado (con el tiempo, en todos los casos existirá un periodo de inmunodepresión más o menos prolongado en el cual estarán potencialmente expuestos a esta infección). En cualquier caso, las infecciones suelen responder adecuadamente al tratamiento con aciclovir, no debiendo ser esto óbice para evitar la vacuna. En caso de exposición reciente deberá demorarse el tratamiento inmunosupresor (en la medida de lo posible) por lo menos 3 semanas desde el momento del contacto. Las mayores dudas de los profesionales sanitarios responsables de la vacunación de estos pacientes surgen una vez iniciado el tratamiento, algo que hemos comprobado en nuestra propia casuística, y que se debe tanto al temor a los efectos adversos de la vacunación asociados al tratamiento inmunosupresor, como a la preocupación que genera el no obtener una respuesta inmune adecuada. Por ello, vamos a comentar la actitud vacunal en relación con cada uno de los tratamientos concretos, presentando posteriormente una pauta rápida de vacunación en pacientes con EII que van a recibir inmunosupresores de forma inminente. Enfermedades vacunables y tratamiento inmunosupresor. Generalidades Como idea general, los pacientes en tratamiento inmunosupresor pueden recibir con seguridad vacunas a base de virus muertos, carbohidratos y proteínas desnaturalizadas, aunque no están completamente establecidas su efectividad y la duración de los títulos protectores de anticuerpos, una vez alcanzados éstos (fenómeno que se ha analizado especialmente en pacientes que han recibido vacunación antimeningocócica y antineumocócica tras el trasplante de órganos sólidos). En cualquier caso, dada la gravedad de estas infecciones, es preferible administrar la vacuna a no administrarla. Con respecto a las vacunas de virus vivos, existen varias consideraciones en función de la causa de la inmunodepresión. Así, por ejemplo, la triple vírica y la vacuna frente al virus de la varicelazóster se pueden y se deben administrar a los pacientes con inmunocompromiso secundario a infección por el VIH cuando los CD4 alcancen el nivel oportuno. Sin embargo, en los pacientes con trasplante de órgano sólido estas vacunas no se deben administrar para evitar producir una enfermedad asociada a la vacunación123. En el campo de la pediatría, se considera igualmente que las vacunas muertas o inactivadas son óptimas en los niños inmunodeprimidos, no suponiendo riesgo en ningún caso. A diferencia del caso de los adultos, la duración del efecto protector y la obtención de éste requieren más estudios, aunque suelen extrapolarse los datos sobre estos dos parámetros obtenidos en adultos. En relación con las vacunas a base de virus vivos, la recomendación general es que éstas no se administren, dado que las cepas pueden resultar virulentas para estos pacientes, produciendo enfermedad asociada a la vacuna, como en el caso ya expuesto de los adultos. Los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal no deben ser considerados como inmunodeprimidos salvo que se dé alguna de las siguientes condiciones: • Tratamiento con glucocorticoides (prednisona 20 mg/día o equivalente o, en caso de pesar menos de 10 kg, 2 mg/kg/día) durante 2 semanas o más, y hasta 3 meses de su finalización. • Tratamiento con dosis efectivas de AZA/6-MP (dado que el efecto en la seguridad vacunal no está establecido), dentro de los 3 primeros meses desde su finalización. • Tratamiento con metotrexato (por las mismas razones que en el caso anterior) hasta 3 meses después de su finalización. • Tratamiento con infliximab (por el mismo motivo que en los dos casos anteriores) hasta 3 meses de su finalización. • Malnutrición caloricoproteica significativa. Dado que en pacientes en tratamiento inmunosupresor muchas de las infecciones seroprevenibles son potencialmente graves o incluso letales, como podría ser el caso del sarampión o la varicela, cabría realizar un balance considerando el riesgo de la vacunación frente al riesgo de contraer la infección, aunque esto crea notables dudas en los profesionales (por ejemplo, 13 4003756 SUPL AP.indd Sec1:13 11/12/09 12:39:34 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica Tabla 3. Pauta de vacunación y tratamiento corticoideo Supuesto Actitud Dosis fisiológicas de mantenimiento (sólo dosis de mantenimiento, similares a las fisiológicas) Pueden administrarse vacunas de virus vivos durante el tratamiento corticoideo Si la dosis es menor de 2 mg/kg/día de prednisona (o equivalente), o menor de 20 mg/ día (si el peso del paciente supera los 10 kg), pueden administrarse vacunas de virus vivos durante el tratamiento Dosis bajas o moderadas de corticoides (administradas diariamente o en días alternos) Dosis elevadas de corticoides sistémicos (diarios o en días alternos, 2 mg/kg/día o más de prednisona o su equivalente, o 20 mg o más diarios si el paciente pesa más de 10 kg) durante menos de 14 días Dosis elevadas de corticoides sistémicos (diarios o en días alternos, 2 mg/kg/día o más de prednisona o su equivalente, o 20 mg o más diarios si el paciente pesa más de 10 kg) durante 14 días o más aunque se han realizado estudios en pacientes con leucemia o tratamiento prolongado con azatioprina acerca de la tolerancia de la vacuna de la varicela, con buenos resultados, éstos no pueden extrapolarse al manejo de la EII, dado que no existen estudios sobre ello). No obstante, dentro del grupo de pacientes pediátricos en tratamiento inmunosupresor, cabría un enfoque especial, aprovechando cada uno de los momentos en los cuales no hay un efecto dominante de este tratamiento y, especialmente, el intervalo previo a la administración de inmunosupresores. Aunque no existen estudios seriados que demuestren la producción de en- Pueden administrarse vacunas de virus vivos inmediatamente tras la suspensión del tratamiento No deben administrarse vacunas de virus vivos hasta que la terapia corticoidea se haya suspendido por lo menos 1 mes fermedad grave o letal en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tratados con inmunosupresores y sí de casos graves de enfermedad en pacientes no vacunados, en el momento actual las recomendaciones son las expresadas a continuación, no debiendo administrarse la vacuna en otros supuestos. Pauta de vacunación y tratamiento corticoideo La dosis mínima de corticoides sistémicos y el intervalo de administración considerado como suficiente para producir inmunodepresión en pacientes pediátricos no están completamente es- tablecidos, aunque se acepta de forma generalizada la clasificación y actitud recogidas en la tabla 3. Asimismo, la actitud frente a las diferentes vacunas será como se indica en las tablas 4 y 5. Aunque no sea estrictamente una vacuna, debemos recordar que en caso de contacto de un paciente bajo tratamiento corticoideo con un enfermo de varicela se administrará la gammaglobulina específica hiperinmune frente al virus de la varicela-zóster. Dado que lo fundamental es la protección del paciente frente a la infección por un germen potencialmente grave o incluso letal, se recomienda la vacunación frente al neumococo de forma sistemática. En caso de que esté recibiendo tratamiento inmunosupresor y se prevea que éste va a concluir, pueden administrarse 2 dosis de vacuna con un intervalo de 2-3 meses para asegurar la respuesta inmunitaria (se dará una dosis de vacuna inmediatamente y la otra dosis 3 meses tras la suspensión del tratamiento corticoideo). Pauta de vacunación y tratamiento inmunosupresor (tabla 6) Así como con los corticoides, debemos recordar que en caso de contacto de un paciente bajo tratamiento inmunosupresor con un enfermo de varicela se administrará la gammaglobulina específica hiperinmune frente al virus de la varicela-zóster. Tabla 4. Vacunas de microorganismos vivos y tratamiento corticoideo. Actitud que debe adoptarse Tipo de vacuna Vacuna Microorganismos vivos Actuación en caso de tratamiento corticoideo Contraindicada si: • Corticoides sistémicos, diarios o en días alternos, durante más de 2 semanas, en dosis superior Triple vírica a 2 mg/kg o mayor de 20 mg/día, de prednisona o equivalente. Esperar más de 3 meses tras la interrupción del tratamiento • Enfermedad de base que implique inmunosupresión, y recibiendo tratamiento corticoideo, sistémico o local, en cualquier dosis • Si inmunocompetencia: puede administrarse la vacuna en caso de corticoides inhalados o tópicos Varicela (ojos, piel, intraarticulares), o en caso de dosis inferior a la indicada previamente. Si el tratamiento es inferior a 2 semanas, esperar un mínimo de 10 días tras la interrupción de la corticoterapia Virus de la polio oral (VPO) • Sustituida por VPI (inyectable) BCG • No aconsejable 14 4003756 SUPL AP.indd Sec1:14 11/12/09 12:39:34 Tabla 5. Otras vacunas y tratamiento corticoideo. Actitud que debe adoptarse Tipo de vacuna Vacuna Sin microorganismos vivos Actuación en caso de tratamiento corticoideo DTP/DTPa VPI • Administrar 3 meses tras finalizar la corticoterapia Haemophilus influenzae b (Hib) • Pueden administrarse en el curso del tratamiento corticoideo, pero realizando un control serológico por si procede revacunar (respuesta inmunitaria insuficiente) Hepatitis B Meningococo C Aconsejable su uso sistemático • Menores de 5 años: heptavalente (VNC-7v) Neumococo • Entre 2 y 5 años: cambio secuencial a vacuna polisacárida 23-valente • Mayores de 5 años: aconsejable sólo la 23-valente Hepatitis A • Esperar 3 meses tras la interrupción del tratamiento corticoideo, si es posible Gripe • Véanse recomendaciones en apartado específico Tabla 6. Vacunas y tratamiento inmunosupresor Tipo de vacuna Vacuna Actuación en caso de tratamiento inmunosupresor Recomendación general Iniciar las vacunas como mínimo 2 semanas antes del comienzo del tratamiento inmunosupresor • Administrar 3-6 meses después de la interrupción del tratamiento inmunosupresor • Dar 2 dosis, separadas 4-8 semanas Triple vírica Microorganismos vivos Sin microorganismos vivos Varicela Virus de la polio oral (VPO) BCG • Sustituida por VPI (inyectable) • No aconsejable DTP/DTPa VPI Haemophilus influenzae b (Hib) Hepatitis B Meningococo C Neumococo Hepatitis A Gripe Tratamiento inmunosupresor y vacunación en «convivientes» (tabla 7) Dentro del término «convivientes» deben incluirse tanto los contactos domiciliarios como los de los profesionales sanitarios, que pueden ser transmisores al paciente de infecciones diversas potencialmente graves e incluso letales. Pauta acelerada y vacunaciones previas Son susceptibles de recibir una pauta acelerada de vacunación (aunque la • Respuesta incierta: considerar como no vacunados • 3 meses tras el tratamiento: revacunar • En el caso de la vacuna frente a la hepatitis B, si ya se han administrado 2 dosis y la última al menos 2 semanas antes, puede administrarse la tercera • Aconsejable su uso sistemático • Utilizar la VCN-7v de forma secuencial con la polisacárida 23-valente en los mayores de 2 años • Administrar 3 meses tras el tratamiento inmunosupresor • Administrar tras 1 mes de tratamiento y cuando el recuento de linfocitos sea mayor de 1.000/mm3 pauta general es la recomendada de forma ideal en cualquier paciente, siempre que sea posible su administración) los siguientes grupos: • Pacientes que no han sufrido la infección seroprevenible y que no han recibido la vacuna correspondiente. • Pacientes que han recibido las correspondientes vacunas pero de forma incompleta. • Pacientes que han recibido las vacunas de forma adecuada pero no han respondido a ellas. • Pacientes que han recibido las vacunas a una edad demasiado temprana. La pauta que deberemos aplicar es la indicada en la tabla 8. Aunque en la mayoría de los casos no será posible aplicar una pauta de vacunación previa al inicio del tratamiento inmunosupresor, en cada paciente deberá individualizarse la pauta, administrando las vacunas según el esquema anteriormente expuesto y considerando 15 4003756 SUPL AP.indd Sec1:15 11/12/09 12:39:35 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica Tabla 7. Vacunas en «convivientes» Tipo de vacuna Vacuna Actuación en «convivientes» Triple vírica Microorganismos vivos • Recomendadas en susceptibles Varicela Virus de la polio oral (VPO) BCG • Contraindicada (posibilidad de diseminación viral) • Aconsejada sólo si está indicada en el contacto DTPe/DTPa/dTpa Sin microorganismos vivos VPI Haemophilus influenzae b (Hib) Hepatitis B Meningococo C Neumococo (VNC heptavalente o VN 23-valente) Hepatitis A Gripe • Administrar 3 meses tras finalizar la corticoterapia • Pueden administrarse, pero debe realizarse un control serológico por si procede revacunar (respuesta inmunitaria insuficiente) • dTpa en adolescentes y adultos • Utilizar en lugar de VPO • Recomendada si el conviviente tiene menos de 5 años • Si está indicada la vacunación en el contacto • Especialmente recomendada en «convivientes» susceptibles • Especialmente recomendada. Administrar anualmente Tabla 8. Pauta acelerada de vacunación Edad <7 años >7 años Primera visita 1 mes 2 meses DTPa DTPa DTPa VPI VPI VPI Haemophilus influenzae b Haemophilus influenzae b Haemophilus influenzae b VHB Triple vírica Triple vírica Meningitis C Difteria y tétanos adulto Difteria y tétanos adulto VPI VPI Haemophilus influenzae b Haemophilus influenzae b HB VHB Triple vírica Triple vírica Meningitis C los riesgos individuales y las recomendaciones indicadas para cada tratamiento, completando aquellas que no sea posible administrar antes, en el momento más adecuado (véanse esquemas de administración previos). De cualquier modo, es preciso tener siempre presentes unos intervalos mínimos entre la vacunación y la administración del tratamiento inmunosupresor, 6 meses 14 meses DTPa VPI VHB Difteria y tétanos adulto VPI VHB en caso de que se intente completar la pauta vacunal previamente al inicio de dicho tratamiento (tabla 9). nes de inmunosupresión, se debe recomendar sin ninguna duda la vacunación antigripal. Actuación en cuanto a la pauta de vacunación. Vacunación antigripal y quimioprofilaxis Además de la vacunación (y nunca como sustitutos de ésta), pueden administrarse fármacos profilácticos en caso de pacientes con tratamiento inmunosupresor y ambiente gripal en el entorno que no hayan recibido la vacuna antes de 2 semanas previas al momento Ante cualquier caso de enfermedad inflamatoria intestinal, dado el potencial riesgo de la no vacunación en condicio- 16 4003756 SUPL AP.indd Sec1:16 11/12/09 12:39:35 Tabla 9. Intervalos de administración Vacuna Tiempo mínimo preinmunosupresión Triple vírica • 1 mes antes con inmunidad normal • VPI 2 semanas antes • No VPO en las 6 semanas previas • 1 mes antes con inmunidad normal • 2 semanas antes • <7 años DTPa • >7 años Td o dTpa (difteria-tétanos tipo adulto) Poliomielitis Varicela DTP Haemophilus influenzae b Neumococo Meningococo C Hepatitis A Hepatitis B Gripe • 2 semanas antes • 2 semanas antes • <2 años: heptavalente (neumococo heptavalente) conjugada • >2 años: 23-valente polisacárida o combinada con heptavalente • 2 semanas antes • 2 semanas antes • Pauta acelerada (0, 1, 2, 12 meses) • Anual de la exposición (los vacunados más de 2 semanas antes estarían teóricamente protegidos por la vacuna) (tabla 10). Existen dos grupos principales de fármacos antigripales: • Inhibidores de la neuraminidasa (oseltamivir y zanamivir): – Eficaces en el tratamiento de la infección aguda por los virus de las gripes A y B si se administran en las primeras 24-48 horas del inicio de los síntomas. – Oseltamivir está aceptado como profiláctico en mayores de 12 años. – Zanamivir únicamente está aprobado para uso terapéutico. • Inhibidores de la proteína M (amantadina y rimantadina): – Eficaces en el tratamiento de la infección por gripe A si se administran en las primeras 24 horas del inicio de la clínica. – No sirven frente al virus de la gripe B ni frente a otros virus respiratorios. – Utilizados de forma profiláctica previenen la infección, pero no evitan la infección subclínica, por lo que pueden desarrollarse anticuerpos protectores. – No alteran la respuesta humoral a la vacunación. – Considerando los efectos adversos sobre el sistema nervioso central, ri- mantadina es mejor tolerada que amantadina. Las dosis se ajustarán en caso de función renal disminuida. Vacuna frente al virus de la hepatitis B El aspecto más importante en cuanto a la vacunación frente al VHB en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal es la consecución de una respuesta inmunitaria adecuada, al tratarse de una vacuna recombinante (no de virus vivos). En la población general existe un 5-10% de no respondedores, que pueden clasificarse en tres grupos principales: • Pacientes con respuesta insuficiente debido a errores técnicos tanto en la administración (inoculación intraglútea…) como en el almacenamiento y/o transporte (congelación…). • Pacientes con fallo renal crónico y/o inmunosupresión: la tasa de respuesta con la dosis estándar en pacientes en hemodiálisis se sitúa en un 50-60% (debido a un defecto adquirido de la respuesta inmunocelular)124, habiéndose demostrado incrementos en la respuesta a más de un 70% si se dobla la dosis de vacuna, así como mediante su administración intradérmica125. No obstante, la administración intradérmica requiere un entrenamiento previo adecuado, ya que la inoculación subcutánea por error puede conducir a una menor eficacia. En Estados Unidos se recomienda la vacunación previa a la hemodiálisis y/o al estado de inmunosupresión, administrando dosis más elevadas en pacientes ya inmunocomprometidos. • Pacientes con ausencia de respuesta debido a condicionamientos genéticos: la no existencia del gen que controla la producción de anti-HBs está marcada por determinados haplotipos HLA (las moléculas HLA desempeñan un papel esencial en la presentación de antígenos)126. Así, se ha observado un mayor número de no respondedores en pacientes con HLA DR3, DR7 y/o DQ2, entre otros127-129, así como una tasa más baja en el título de anticuerpos entre los respondedores. No obstante, otros factores asociados aún no determinados in- Tabla 10. Quimioprofilaxis antigripal Fármaco Dosis • 1-9 años: 5 mg/kg/día, 42 días (máximo 150 mg en 2 dosis) • 10-64 años: 100 mg (2 veces/día), 42 días Amantadina • En niños con más de 10 años y peso inferior a 40 kg se calcula como 5 mg/kg/día • >65 años: <100 mg/día, 42 días • 1-9 años: 5 mg/kg/día, 42 días (máximo 150 mg en 2 dosis) • 10-64 años: 100 mg (2 veces/día), 42 días Rimantadina • En niños con más de 10 años y peso inferior a 40 kg se calcula como 5 mg/kg/día • >65 años: <100 mg/día, 42 días Oseltamivir • >12 años: 75 mg/día, 42 días Zanamivir • No autorizado como quimioprofilaxis 17 4003756 SUPL AP.indd Sec1:17 11/12/09 12:39:35 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica fluyen en la respuesta vacunal, dado que estos mismos haplotipos pueden encontrarse en pacientes respondedores. Tras la vacunación, se consideran las siguientes respuestas serológicas: • No respondedor: <10 mUI/mL. • Respondedor bajo: 10-100 mUI/mL. • Buen respondedor: >100 mUI/mL. En aquellos pacientes que no hayan respondido a las dosis iniciales de la vacuna VHB (no respondedores) pueden administrarse una o más dosis booster. Dado que con una única dosis booster se consigue una buena respuesta en un 25% de los pacientes y que con 3 dosis se alcanza una respuesta adecuada en un 50% de ellos, la recomendación general es administrar 3 dosis adicionales, realizando un control serológico a los 2-3 meses de la última dosis. No está claro si hay que administrar o no nuevas dosis a aquellos individuos que tampoco hayan respondido a la revacunación. mos su administración según la pauta ya indicada. Nuestra recomendación, dado que en situaciones de inmunosupresión no se ha esclarecido si existe un adecuado incremento en el título de anticuerpos y sí se ha demostrado una disminución de éstos con el tiempo, es que se administren dosis booster tanto a los no respondedores como a los respondedores bajos, de forma que el título de anticuerpos se sitúe por encima de las 100 mUI/mL116. Vacunación y viajes internacionales. Vacuna frente a la fiebre amarilla Vacuna frente al virus del papiloma humano Como ya hemos comentado previamente, existe una mayor incidencia de Papanicolau alterado así como de displasia cervical y cáncer de cérvix en el grupo de pacientes objeto de esta guía, por lo que, a pesar de no obtenerse una respuesta adecuada en caso de tratamiento inmunosupresor, recomenda- La vacuna frente a la fiebre amarilla está contraindicada en inmunodeprimidos y en pacientes menores de 9 meses de edad (especialmente en menores de 4 meses), dado el riesgo de encefalitis posvacunal. En caso de ser imprescindible el viaje y no poder administrarse la vacuna, debe redactarse una carta (en castellano, en francés y en inglés) que exima de la administración de la vacuna (debe realizarla Sanidad Exterior), aunque este documento no garantiza poder entrar en el país de destino. Se recomienda remitir dicha carta a Sanidad Exterior, junto con un informe resumiendo la historia del paciente y la situación de inmunodepresión actual. 18 4003756 SUPL AP.indd Sec1:18 11/12/09 12:39:35 Bibliografía 1. Rutgeerts P, Van Assche G, Vermeire S. Review article: infliximab therapy for inflammatory bowel disease-seven years on. Aliment Pharmacol Ther. 2006; 23: 451-463. 2. Lichtenstein GR, Feagan B, Cohen RD, et al. Serious infections and mortality in association with therapies for Crohn’s disease: TREAT Registry. Clin Gastroenterol Hepatol. 2006; 4: 621-630. 3. Rutgeerts P, Sandborn WJ, Feagan BG, et al. Infliximab for induction and maintenance therapy for ulcerative colitis. N Engl J Med. 2005; 353: 2.462-2.476. 4. Seksik P, Cosnes J, Niom-Lamurier I, et al. Incidence of benign infections in inflammatory bowel disease patients treated with azathioprine. Gastroenterology. 2006; 130: A72. 5. Elson C. The immunology of inflammatory bowel disease. En: Kirsner J, Shorter E, ed. Inflammatory Bowel Disease, 3.ª ed. Filadelfia: Lea & Febiger, 1988; 97-164. 6. Brandtzaeg P, Halstensen TS, Kett K. Immunopathology of inflammatory bowel disease. En: MacDermott RP, Stenson WF, eds. Inflammatory Bowel Disease. Nueva York: Elsevier Science Publishers BV, 1992; 95-136. 7. Auer IO, Roder A, Wensinck F, et al. Selected bacterial antibodies in Crohn’s disease and ulcerative colitis. Scand J Gastroenterol. 1983; 18: 217-223. 8. Blaser M, Miller R, Lacher J, et al. Patients with active Crohn’s disease have elevated serum antibodies to antigens of seven enteric bacterial pathogens. Gastroenterology. 1984; 87: 888-894. 9. Kangro HO, Chong SK, Hardiman A, et al. A prospective study of viral and mycoplasma infections in chronic inflammatory bowel disease. Gastroenterology. 1990; 98: 549553. 10. McKenzie H, Main J, Pennington CR, et al. Antibody to selected strains of Saccharomyces cerevisiae (baker’s and brewer’s yeast) and Candida albicans in Crohn’s disease. Gut. 1990; 31: 536-538. 11. Pirzer U, Schonhaar A, Fleischer B, et al. Reactivity of infiltrating T lymphocytes with microbial antigens in Crohn’s disease. Lancet. 1991; 338: 1.238-1.239. 12. Kusugami K, Youngman KR, West GA, et al. Intestinal immune reactivity to interleukin 2 differs among Crohn’s disease, ulcerative colitis, and controls. Gastroenterology. 1989; 97: 1-9. 13. Ina K, Itoh J, Fukushima K. Resistance of Crohn’s disease T cells to multiple apoptotic signals is associated with a Bcl-2/Bax mucosal imbalance. J Immunol. 1999; 163: 1.081-1.090. 14. Niessner M, Volk BA. Altered Th1/Th2 cytokine profiles in the intestinal mucosa of patients with inflammatory bowel disease as assessed by quantitative reversed transcribed polymerase chain reaction (RTPCR). Clin Exp Immunol. 1995; 101: 428435. 15. Rugtveit J, Brandtzaeg P, Halstensen TS, et al. Increased macrophage subsets in inflammatory bowel disease: apparent recruitment from peripheral blood monocytes. Gut. 1994; 35: 669-674. 16. Brogan MD, Shanahan F, Oliver M. Defective memory B cell formation in patients with inflammatory bowel disease following tetanus toxoid booster immunization. J Clin Lab Immunol. 1987; 24: 69-74. 17. Sands BE, Cuffari C, Katz J, Kugathasan S, Onken J, Vitek CH, et al. Guidelines for immunizations in patients with inflammatory bowel disease. Inflamm Bowel Dis. 2004; 5: 677-692. 18. Scheinman RI, Cogswell PC, Lofguist A, Baldwin AS Jr. Role of transcriptional activation of I kappa B alpha in mediation of immunosuppression by glucocorticoids. Science. 1995; 270: 283. 19. Almawi WY, Beyhum HN, Rahme AA, Rieder MJ. Regulation of cytokine and cytokine receptor expression by glucocorticoids. J Leukoc Biol. 1996; 60: 563. 20. Rhen T, Cidlowski JA. Antiinflammatory action of glucocorticoids –new mechanisms for old drugs. N Engl J Med. 2005; 353: 1.711. 21. Cox G. Glucocorticoid treatment inhibits apoptosis in human neutrophils. Separation of survival and activation outcomes. J Immunol. 1995; 154: 4.719. 22. Ashwell JD, Lu FW, Vacchio MS. Glucocorticoids in T cell development and function. Annu Rev Immunol. 2000; 18: 309. 23. Fedor ME, Rubinstein A. Effects of long-term low-dose corticosteroid therapy on humoral immunity. Ann Allergy Asthma Immunol. 2006; 97: 113. 24. Trotter JL, Rodey GE, Gebel HM. Azathioprine decreases suppressor T cells in patients with multiple sclerosis. N Engl J Med. 1982; 306: 365. 25. Crilly A, McInnes IB, Capell HA, et al. The effect of azathioprine on serum levels of interleukin 6 and soluble interleukin 2 receptor. Scand J Rheumatol. 1994; 23: 87. 26. Tiede I, Fritz G, Strand S, et al. CD28-dependent Rac1 activation is the molecular target of azathioprine in primary human CD4+ T lymphocytes. J Clin Invest. 2003; 111: 1.133. 27. Zhang G. Tumor necrosis factor family ligand-receptor binding. Curr Opin Struct Biol. 2004; 14: 154. 28. Gardam MA, Keystone EC, Menzies R, et al. Anti-tumour necrosis factor agents and tuberculosis risk: mechanisms of action and clinical management. Lancet Infect Dis. 2003; 3: 148. 29. Oldstone MBA. Virus-lymphoid cell interactions. Proc Natl Acad Sci U S A. 1996; 93: 12.756. 30. Serody JS, Shea TC. Prevention of infections in bone marrow transplant recipients. Infect Dis Clin North Am. 1997; 11: 459. 31. Aberra FN, Lichtenstein GR. Methods to avoid infections in patients with inflammatory bowel disease. Inflamm Bowel Dis. 2005; 11: 685-695. 32. Posthuma EF, Westendorp RG, van der Sluys Veer A, et al. Fatal infectious mononucleosis: a severe complication in the treatment of Crohn’s disease with azathioprine. Gut. 1995; 36: 311-313. 33. Garrido Serrano A, Pérez Martín F, Guerrero FJ, et al. Fatal infectious mononucleosis during azathioprine treatment in Crohn’s disease. Gastroenterol Hepatol. 2000; 23: 7-8. 34. Juffermans NP, Jager A, Kersten MJ, et al. Epstein-Barr virus-related lymphomas in patients with inflammatory bowel disease. Ned Tijdschr Geneeskd. 2005; 149: 1.859-1.863. 35. Dayharsh GA, Loftus EV Jr, Sandborn WJ, et al. Epstein-Barr virus positive lymphoma in patients with inflammatory bowel disease treated with azathioprine or 6-mercaptopurine. Gastroenterology. 2002; 122: 72-77. 19 4003756 SUPL AP.indd Sec1:19 11/12/09 12:39:36 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica 36. Torre-Cisneros J, Del Castillo M, Caston JJ, et al. Infliximab does not activate replication of lymphotropic herpesviruses in patients with refractory rheumatoid arthritis. Rheumatology (Oxford). 2005; 44: 1.1321.135. 37. Mok MY, Ng WL, Yuen MF, et al. Safety of disease modifying anti-rheumatic agents in rheumatoid arthritis patients with chronic viral hepatitis. Clin Exp Rheumatol. 2000; 18: 363. 38. Kroesen S, Widmer AF, Tyndall A, Hasler P. Serious bacterial infections in patients with rheumatoid arthritis under anti-TNF-alpha therapy. Rheumatology (Oxford). 2003; 42: 617. 39. Wallis RS, Broder MS, Wong JY, et al. Granulomatous infectious diseases associated with tumor necrosis factor antagonists. Clin Infect Dis. 2004; 38: 1.261. 40. Crum NF, Lederman ER, Wallace MR. Infections associated with tumor necrosis factor-alpha antagonists. Medicine (Baltimore). 2005; 84: 291. 41. Solomon DH, Lunt M, Schneeweiss S. The risk of infection associated with tumor necrosis factor alpha antagonists: making sense of epidemiologic evidence. Arthritis Rheum. 2008; 58: 919. 42. Bongartz T, Sutton AJ, Sweeting MJ, et al. Anti-TNF antibody therapy in rheumatoid arthritis and the risk of serious infections and malignancies. JAMA. 2006; 295: 2.275. 43. Pasquetto V, Wieland SF, Uprichard SL, et al. Cytokine-sensitive replication of hepatitis B virus in immortalized mouse hepatocyte cultures. J Virol. 2002; 76: 5.646. 44. Nelson DR, Lim HL, Marousis CG, et al. Activation of tumor necrosis factor-alpha system in chronic hepatitis C virus infection. Dig Dis Sci. 1997; 42: 2.487. 45. Ueno Y, Tanaka S, Shimamoto M, et al. Infliximab therapy for Crohn’s disease in a patient with chronic hepatitis B. Dig Dis Sci. 2005; 50: 163. 46. Esteve M, Saro C, González-Huix F, et al. Chronic hepatitis B reactivation following infliximab therapy in Crohn’s disease patients: need for primary prophylaxis. Gut. 2004; 53: 1.363. 47. Campbell S, Ghosh S. Infliximab therapy for Crohn’s disease in the presence of chronic hepatitis C infection. Eur J Gastroenterol Hepatol. 2001; 13: 191. 48. Holtmann MH, Galle PR, Neurath MF. Treatment of patients with Crohn’s disease and concomitant chronic hepatitis C with a chimeric monoclonal antibody to TNF. Am J Gastroenterol. 2003; 98: 504. 49. Cepeda EJ, Williams FM, Ishimori ML, et al. The use of anti-tumour necrosis factor therapy in HIV-positive individuals with rheumatic disease. Ann Rheum Dis. 2008; 67: 710. 50. Vonkeman H, ten Napel C, Rasker H, et al. Disseminated primary varicella infection during infliximab treatment. J Rheumatol. 2004; 31: 2.517-2.518. 51. Curtis JR, Patkar N, Xie A, et al. Risk of serious bacterial infections among rheumatoid arthritis patients exposed to tumor necrosis factor alpha antagonists. Arthritis Rheum. 2007; 56: 1.125. 52. Slifman NR, Gershon SK, Lee JH, et al. Listeria monocytogenes infection as a complication of treatment with tumor necrosis factor alpha-neutralizing agents. Arthritis Rheum. 2003; 48: 319. 53. Wallis RS, Broder M, Wong J, et al. Reactivation of latent granulomatous infections by infliximab. Clin Infect Dis. 2005; 41 Supl 3: S194. 54. Bauman SK, Huffnagle GB, Murphy JW. Effects of tumor necrosis factor alpha on dendritic cell accumulation in lymph nodes draining the immunization site and the impact on the anticryptococcal cellmediated immune response. Infect Immun. 2003; 71: 68. 55. Warris A, Bjorneklett A, Gaustad P. Invasive pulmonary aspergillosis associated with infliximab therapy. N Engl J Med. 2001; 344: 1.099. 56. Kaur N, Mahl TC. Pneumocystis jiroveci (carinii) pneumonia after infliximab therapy: a review of 84 cases. Dig Dis Sci. 2007; 52: 1.481. 57. Seddik M, Meliez H, Seguy D, et al. Pneumocystis jiroveci (carinii) pneumonia following initiation of infliximab and azathioprine therapy in a patient with Crohn’s disease. Inflamm Bowel Dis. 2004; 10: 436. 58. Harigai M, Koike R, Miyasaka N. Pneumocystis pneumonia associated with infliximab in Japan. N Engl J Med. 2007; 357: 1.874. 59. Giles JT, Bartlett SJ, Gelber AC, et al. Tumor necrosis factor inhibitor therapy and risk of serious postoperative orthopedic infection in rheumatoid arthritis. Arthritis Rheum. 2006; 55: 333. 60. Dixon WG, Symmons DP, Lunt M, et al. Serious infection following anti-tumor necrosis factor alpha therapy in patients with rheumatoid arthritis: lessons from interpreting data from observational studies. Arthritis Rheum. 2007; 56: 2.896. 61. Pham T, Claudepierre P, Deprez X, et al. Anti-TNF alpha therapy and safety monitoring. Clinical tool guide elaborated by the Club Reumatismes et Inflammations (CRI), section of the French Society of Rheumatology (Société Française de Rhumatologie, SFR). Joint Bone Spine. 2005; 72: S1-58. 62. Venkatesan T, Beaulieu D, Ferrer V, et al. Abnormal PAP smears, cervical dysplasia and immunomodulator therapy in women with inflammatory bowel disease (IBD). Gastroenterology. 2006; 130: A3. 63. Kane S, Khatibi B, Reddy D. Higher incidence of abnormal pap smears in women with inflammatory bowel disease. Am J Gastroenterol. 2007; 102: 1-6. 64. Toruner M, Loftus EV, Harmsen WS, Zinsmeister AR, Orenstein R, Sandborn WJ, et al. Risk factors for opportunistic infections in patients with inflammatory bowel disease. Gastroenterology. 2008; 134: 929-936. 65. Recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP): Use of vaccines and immune globulins for persons with altered immunocompetence. MMWR Recomm Rep. 1993; 42: 1-18. 66. Harper SA, Fukuda K, Uyeki TM, et al. Prevention and control of influenza: Recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). MMWR Recomm Rep. 2004; 53: 1-40. 67. Prevention of varicella. Update recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). MMWR Recomm Rep. 1999; 48: 1-5. 68. Melmed GY, Ippoliti AF, Papadakis KA, Tran TT, Birt JL, Lee SK, et al. Patients with inflammatory bowel disease are at risk for vaccine-preventable illnesses. Am J Gastroenterol. 2006; 101: 1.834-1.840. 69. Giles JT, Bathon JM. Serious infections associated with anticytokine therapies in the rheumatic diseases. J Intens Care Med. 2004; 19: 320-334. 20 4003756 SUPL AP.indd Sec1:20 11/12/09 12:39:36 70. Dixon WG, Watson K, Lunt M, et al. Rates of serious infection, including site-specific and bacterial intracellular infection, in rheumatoid arthritis patients receiving antitumor necrosis factor therapy: results from the British Society for Rheumatology Biologics Register. Arthritis Rheum. 2006; 54: 2.368-2.376. 71. Viget N, Vernier-Massouille G, Salmon-Ceron D, Yazdanpanah Y, Colombel JF. Opportunistic infections in patients with inflammatory bowel disease: prevention and diagnosis. Gut. 2008; 57: 549-558. 72. Mouzas IA, Greenstein AJ, Giannadaki E, et al. Management of varicella infection during the course of inflammatory bowel disease. Am J Gastroenterol. 1997; 92: 1.534-1.537. 73. Nathan DM, Angus PW, Gibson PR. Hepatitis B and C virus infections and anti-tumor necrosis factor-alpha therapy: guidelines for clinical approach. J Gastroenterol Hepatol. 2006; 21: 1.366-1.371. 74. Haerter G, Manfras BJ, de Jong-Hesse Y, et al. Cytomegalovirus retinitis in a patient treated with anti-tumor necrosis factor alpha antibody therapy for rheumatoid arthritis. Clin Infect Dis. 2004; 39: e88-94. 75. Castiglione F, Del Vecchio Blanco G, Rispo A, et al. Hepatitis related to cytomegalovirus infection in two patients with Crohn’s disease treated with azathioprine. Dig Liver Dis. 2000; 32: 626-629. 76. Obrador A, López-San Román A, Muñoz P, et al. Consensus guideline on tuberculosis and treatment of inflammatory bowel disease with infliximab. Spanish Working Group on Crohn Disease and Ulcerative Colitis. Gastroenterol Hepatol. 2003; 26: 29-33. 77. Lopez-San Roman A, Obrador A, Fortun J, et al. Recommendations on tuberculosis and treatment of inflammatory bowel disease with infliximab. 2006 update. Gastroenterol Hepatol. 2006; 29: 81-84. 78. Fonseca JE, Lucas H, Canhao H, et al. Guidelines for the diagnosis and treatment of latent tuberculosis infection and active tuberculosis in patients with inflammatory joint diseases proposed for treatment with tumour necrosis factor alpha antagonist drugs. Rev Port Pneumol. 2006; 12: 603613. 79. AFSSAPS. Recommandations nationales. Prevention et prise en charge des tuberculoses survenant sous anti-TNFa. Agence Française de Securité Sanitaire des Produits de Sante, 2005. 80. Salmon D. GTI and AFSSAPS (Groupe Tuberculose et Infliximab, Agence Française de Securité Sanitaire des Produits de Santé). Recommendations about the prevention and management of tuberculosis in patients taking infliximab. Joint Bone Spine. 2002; 69: 170-172. 81. Ledingham J, Wilkinson C, Deighton C. British Thoracic Society (BTS) recommendations for assessing risk and managing tuberculosis in patients due to start anti-TNF-{alpha} treatments. Rheumatology (Oxford). 2005; 44: 714-720. 82. Centers for Disease Control and Prevention. Trends in tuberculosis. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2006; 55: 305-308. 83. Periodic Safety Update Report (PSUR): Infliximab. Abril 2007. 84. Hernández-Cruz B, Ponce de León-Rosales S, Sifuentes-Osorio J, Ponce de León-Garduño A, Díaz-Jouanen E. Tuberculosis prophylaxis in patients with steroid treatment and systemic rheumatic diseases. A case-control study. Clin Exp Rheumatol. 1999; 17: 81-87. 85. Ruiz-Manzano J, Blanquer R, Calpe JL, et al. Sociedad Española de Patología Respiratoria guidelines: Diagnostic and treatment of tuberculosis, 1.ª ed. Barcelona: Elsevier España, 2008. 86. Menzies D. Interpretation of repeated tuberculin tests. Boosting, conversion, and reversion. Am J Respir Crit Care Med. 1999; 159: 15-21. 87. Richeldi L. An update on the diagnosis of tuberculosis infection. Am J Respir Crit Care Med. 2006; 174: 736-742. 88. Ponce de León D, Acevedo-Vásquez E, Sánchez-Torres A, et al. Attenuated response to purified protein derivative in patients with rheumatoid arthritis: study in a population with a high prevalence of tuberculosis. Ann Rheum Dis. 2005; 64: 1.360-1.361. 89. Andersen P, Munk ME, Pollock JM, Doherty TM. Specific immunebased diagnosis of tuberculosis. Lancet. 2000; 356: 1.0991.104. 90. Mow WS, Abreu-Martin MT, Papadakis KA, et al. High incidence of anergy in inflammatory bowel disease patients limits the usefulness of PPD screening before infliximab therapy. Clin Gastroenterol Hepatol. 2004; 2: 309313. 91. Lalvani A, Millington KA. T cell-based diagnosis of childhood tuberculosis infection. Curr Opin Infect Dis. 2007; 20: 264-271. 92. Chapman AL, Munkanta M, Wilkinson KA, et al. Rapid detection of active and latent tuberculosis infection in HIV-positive individuals by enumeration of Mycobacterium tuberculosis specific T cells. AIDS. 2002; 16: 2.285-2.293. 93. Brock I, Ruhwald M, Lundgren B, et al. Latent tuberculosis in HIV positive, diagnosed by the M. tuberculosis specific interferon-gamma test. Respir Res. 2006; 7: 56. 94. Diel R, Nienhaus A, Lange C, et al. Tuberculosis contact investigation with a new, specific blood test in a low-incidence population containing a high proportion of BCG-vaccinated persons. Respir Res. 2006; 7: 77. 95. Pai M, Riley LW, Colford JM Jr. Interferongamma assays in the immunodiagnosis of tuberculosis: a systematic review. Lancet Infect Dis. 2004; 4: 761-776. 96. Wrighton-Smith P, Zellweger JP. Direct costs of three models for the screening of latent tuberculosis infection. Eur Respir J. 2006; 28: 45-50. 97. Diel R, Nienhaus A, Loddenkemper R. Costeffectiveness of interferon-gamma release assay screening for latent tuberculosis infection treatment in Germany. Chest. 2007; 131: 1.424-1.434. 98. Schoepfer AM, Flogerzi B, Fallegger S, Schaffer T, Mueller S, Nicod L, et al. Comparison of interferon-gamma release assay versus tuberculin skin test for tuberculosis screening in inflammatory bowel disease. Am J Gastroenterol. 2008; 103: 2.799-2.806. 99. Domínguez J, Latorre I. Role of the T-cell interferon-gamma release assays in preventing reactivation of latent tuberculosis infection in immunosuppressed patients in treatment with anti-TNF agents. Journal of Crohn’s and Colitis. 2008; 2: 250-254. 100. Fardet L, Genereau T, Poirot JL, et al. Severe strongyloidiasis in corticosteroid-treated patients: case series and literature review. J Infect. 2007; 54: 18-27. 101. Centers for Disease and Prevention. Guidelines for preventing opportunistic infections among hematopoietic stem cell transplant recipients. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2000; 49: 1-125, CE1-7. 102. Gluck T, Kiefmann B, Grohmann M, et al. Immune status and risk for infection in patients receiving chronic immunosuppressive therapy. J Rheumatol. 2005; 32: 1.473-1.478. 21 4003756 SUPL AP.indd Sec1:21 11/12/09 12:39:36 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica 103. Mansharamani NG, Balachandran D, Vernovsky I, et al. Peripheral blood CD4+ Tlymphocyte counts during Pneumocystis carinii pneumonia in immunocompromised patients without HIV infection. Chest. 2000; 118: 712-720. 104. Rodríguez M, Fishman JA. Prevention of infection due to Pneumocystis spp. in human immunodeficiency virus-negative immunocompromised patients. Clin Microbiol Rev. 2004; 17: 770. 105. Pizzo PA. Fever in immunocompromised patients. N Engl J Med. 1999; 341: 893-900. 106. Solem CA, Loftus EV Jr, Tremaine WJ, et al. Correlation of C reactive protein with clinical, endoscopic, histologic, and radiographic activity in inflammatory bowel disease. Inflamm Bowel Dis. 2005; 11: 707-712. 107. Scire CA, Cavagna L, Perotti C, et al. Diagnostic value of procalcitonin measurement in febrile patients with systemic autoimmune diseases. Clin Exp Rheumatol. 2006; 24: 123-128. 108. Delevaux I, Andre M, Colombier M, et al. Can procalcitonin measurement help in differentiating between bacterial infection and other kinds of inflammatory processes? Ann Rheum Dis. 2003; 62: 337-340. 109. Sands BE, Anderson FH, Bernstein CN, et al. Infliximab maintenance therapy for fistulizing Crohn’s disease. N Engl J Med. 2004; 350: 876-885. 110. Fomin I, Caspi D, Levy V, et al. Vaccination against influenza in rheumatoid arthritis: the effect of disease modifying drugs, including TNF alpha blockers. Ann Rheum Dis. 2006; 65: 191-194. 111. Mease PJ, Ritchlin CT, Martin RW, et al. Pneumococcal vaccine response in psoriatic arthritis patients during treatment with etanercept. J Rheumatol. 2004; 31: 1.356-1.361. 112. Centers for Disease Control and Prevention. Prevention of varicella: recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 1996; 45: 1-36. 113. Markowitz LE, Dunne EF, Saraiya M, et al. Quadrivalent human papillomavirus vaccine: recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2007; 56: 1-24. 114. Bruguera M, Cremades M, Salinas R, et al. Impaired response to recombinant hepatitis B vaccine in HIV-infected persons. J Clin Gastroenterol. 1992; 14: 27-30. 115. Elkayam O, Yaron M, Caspi D. Safety and efficacy of vaccination against hepatitis B in patients with rheumatoid arthritis. Ann Rheum Dis. 2002; 61: 623-625. 116. Nye FJ, Kennedy N. Update on vaccination guidelines. Br J Hosp Med (Lond). 1997; 57: 313-318. 117. Centers for Disease Control and Prevention. Prevention of pneumococcal disease: recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). CDC’s Surveillance Summary. MMWR Mor Mortal Wkly Rep. 1997; 46(RR-8): 1-24. 118. Centers for Disease Control and Prevention. Prevention and control of influenza: recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). CDC’s Surveillance Summary. MMWR Mor Mortal Wkly Rep. 1998; 46(RR-6): 1-26. 119. Nordenholtz KE, Stowe SP, Stormont JM, et al. The cause of death in inflammatory bowel disease: a comparison of death certificates and hospital charts in Rochester, New York. Am J Gastroenterol. 1995; 90: 927-932. 120. Loftus EV, Silverstein MD, Sandborn WJ, et al. Crohn’s disease in Olmstead County, Minnesota, 1940-1993: incidence, prevalence, and survival. Gastroenterology. 1998; 114: 1.161-1.168. 121. Triantafillidis JK, Cherakakis P, Papalouca E, et al. Severe infection by varicella virus in an adult with ulcerative colitis: favorable response to acyclovir treatment. Hellenic J Gastroenterol. 1995; 8: 71-73. 122. Keene JK, Lowe DK, Grosfeld JL, et al. Disseminated varicella complicating ulcerative colitis. JAMA. 1978; 239: 45-46. 123. Mandy FF, Nicholson JK, McDougal JS. CDC. Guidelines for performing single-platform absolute CD4+ T-cell determinations with CD45 gating for persons infected with human immunodeficiency virus. Centers for Disease Control Prevention. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2003; 52: 1-13. 124. Propst T, Propst A, Lhotta K, et al. Reinforced intradermal hepatitis B vaccination in hemodialysis patients is superior in antibody response to intramuscular or subcutaneous vaccination. Am J Kidney Dis. 1998; 32: 1.041. 125. Peces R, De la Torre M, Alcázar R, Urra JM. Prospective analysis of the factors influencing the antibody response to hepatitis B vaccine in hemodialysis patients. Am J Kidney Dis. 1997; 29: 239. 126. Alper CA, Kruskall MS, Marcus-Bagley D, et al. Genetic prediction of nonresponse to hepatitis B vaccine. N Engl J Med. 1989; 321: 708. 127. Lango-Warensjo A, Cardell K, Lindblom B. Haplotypes comprising subtypes of the DQB106 allele direct the antibody response after immunisation with hepatitis B surface antigen. Tissue Antigens. 1998; 52: 374. 128. Noh KW, Poland GA, Murray JA. Hepatitis B vaccine nonresponse and celiac disease. Am J Gastroenterol. 2003; 98: 2.289. 129. Park SD, Markowitz J, Pettei M, et al. Failure to respond to hepatitis B vaccine in children with celiac disease. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2007; 44: 431. 22 4003756 SUPL AP.indd Sec1:22 11/12/09 12:39:36 ANEXO I Hoja de registro del test de Mantoux Nombre del paciente: ________________________________________________ N.º HC: ____________________ Edad: _____ años y _____ meses. Administración del Mantoux: • Fecha (dd/mm/aa): _____ / _____ / ________ Hora (hh:mm): ____ : ____ Lectura del Mantoux: • Fecha (dd/mm/aa): _____ / _____ / ________ Hora (hh:mm): ____ : ____ • Tamaño de la induración (milímetros de diámetro máximo transversal al eje mayor del brazo*): • Vesiculación: n Sí n No • Necrosis: n Sí n No Datos clínicos: • Contacto íntimo caso índice/sospechoso: n Sí n No • Inmunodepresión: n Sí n No • Infección por VIH: n Sí n No • Parásitos intestinales (2 meses previos): n Sí n No • Vacuna virus vivos (2 meses previos): n Sí n No • Infección asociada**: n Sí n No • Insuficiencia renal crónica: n Sí n No • Malnutrición, déficit proteico grave: n Sí n No • Neoplasia linfoide: n Sí n No • Vacunación BCG***: – Fecha BCG (mm/aa): _____ / _________ n Sí n No • Mantoux previo: – Fecha Mantoux (dd/mm/aa): ______ / ______ / _________ – Resultado (mm*): _________ n Sí n No * Si no hay induración, indicar «0 mm» (no «negativo»). ** Fiebre tifoidea, brucelosis, lepra, tos ferina, sarampión, parotiditis, varicela, gripe. *** Antecedente documentado, cicatriz comprobada. Se permite fotocopiar esta página para su empleo en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. 23 4003756 SUPL AP.indd Sec1:23 11/12/09 12:39:36 Guía de inmunización y profilaxis antiinfecciosa en la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica ANEXO II Hoja de control de infecciones Memo enfermedad inflamatoria Inmunización Fecha Pretratamiento Nombre: ____________________ N.º HC: _____________________ Diagnóstico Tratamiento • Corticoides • Infliximab • AZA/6-MP • Otros tratamientos Antecedentes de vacunación • VHB • VPI • MC • VVZ • VPH • VHA • DTPa/dTpa • Hib • TV • Pn7v • Influenza Antecedentes infecciosos • Infección urinaria • Sedimento de orina • Varicela primaria • Recurrencias VHS • Candidiasis oral • Candidiasis vaginal • Infecciones bucales • Otras infecciones relevantes Serologías • VVZ • VHH-6 • VHB (con titulación) • VIH • VEB • VHS • VHA • VHC • CMV Enfermedades granulomatosas • País de procedencia • Viajes a países endémicos • Contacto con infectados • BCG (y fecha de administración) • Mantoux • Radiografía de tórax • QuantiFERON® (TIGRA) • Neutrófilos • Linfocitos Se permite fotocopiar esta página para su empleo en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. 24 4003756 SUPL AP.indd Sec1:24 11/12/09 12:39:36 FT ROT 1. NOMBRE DEL MEDICAMENTO. Rotarix suspensión oral en aplicador oral precargado. Vacuna antirrotavirus, viva. 2. COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA. 1 dosis (1,5ml) contiene: Cepa de rotavirus humano RIX4414 (vivos, atenuados)* no menos de 106,0 CCID50. * Producido en células Vero. Excipientes: Este producto contiene 1.073 mg de sacarosa (ver sección 4.4). Para consultar la lista completa de excipientes ver sección 6.1. 3. FORMA FARMACÉUTICA. Suspensión oral. Rotarix es un líquido transparente e incoloro. 4. DATOS CLÍNICOS. 4.1 Indicaciones terapéuticas. Rotarix está indicada para la inmunización activa de niños a partir de 6 semanas de edad para la prevención de la gastroenteritis debida a una infección por rotavirus (ver sección 4.2). En ensayos clínicos, se ha demostrado la eficacia frente a la gastroenteritis debida a rotavirus de los tipos G1P[8], G2P[4], G3P[8], G4P[8] y G9P[8] (ver secciones 4.4 y 5.1). El uso de Rotarix debería estar basado en las recomendaciones oficiales. 4.2 Posología y forma de administración. Posología El esquema de vacunación consta de dos dosis. La primera dosis debe ser administrada a partir de las 6 semanas de edad. Debe haber un intervalo de al menos 4 semanas entre dosis. La pauta de vacunación debería ser administrada preferentemente antes de las 16 semanas de edad, pero debe estar finalizada a las 24 semanas de edad. Rotarix se puede administrar con la misma posología a niños prematuros de 27 semanas o más de gestación (ver secciones 4.8 y 5.1). En ensayos clínicos, se ha observado raramente que se escupa o regurgite la vacuna y en tales circunstancias, no se administró ninguna dosis de sustitución. Sin embargo, en el caso improbable de que un niño escupa o regurgite la mayor parte de la dosis de la vacuna, se puede administrar una única dosis de sustitución en la misma visita. Se recomienda que los lactantes que reciben una primera dosis de Rotarix completen el régimen de 2 dosis con Rotarix. No hay datos sobre la seguridad, inmunogenicidad o eficacia cuando se administra Rotarix como primera dosis y otra vacuna antirrotavirus como segunda dosis o viceversa.Forma de administración. Rotarix es sólo para uso oral. Rotarix no debe inyectarse bajo ninguna circunstancia. 4.3 Contraindicaciones. Hipersensibilidad al principio activo o a alguno de los excipientes. Hipersensibilidad después de una administración anterior de vacuna de rotavirus. Historia previa de invaginación intestinal. Sujetos con malformación congénita no corregida del tracto gastrointestinal que podría predisponer a una invaginación intestinal. Se debe posponer la administración de Rotarix en personas que padezcan enfermedades febriles agudas graves. La presencia de una infección leve no es una contraindicación para la vacunación. Se debe posponer la administración de Rotarix en sujetos que padezcan diarrea o vómitos. 4.4 Advertencias y precauciones especiales de empleo. Se recomienda que la vacunación vaya precedida de una revisión de la historia clínica, en particular respecto a las contraindicaciones, y de una exploración física. No hay datos sobre la seguridad y eficacia de Rotarix en niños con trastornos gastrointestinales o con retraso en el crecimiento. La administración de Rotarix debería ser considerada con precaución en estos niños cuando, en opinión de su médico, la no administración de la vacuna entrañe un riesgo mayor. No se espera que las infecciones asintomáticas y ligeramente sintomáticas producidas por el VIH afecten a la seguridad o a la eficacia de Rotarix. Un estudio clínico realizado en un número limitado de niños VIH positivos asintomáticos o ligeramente sintomáticos, no mostró problemas de seguridad aparentes (ver sección 4.8). Se deben valorar cuidadosamente los potenciales beneficios y riesgos de la vacunación antes de la administración de Rotarix a niños que padecen o se piensa que pueden padecer una inmunodeficiencia. Se sabe que el virus vacunal se excreta en heces después de la vacunación con un máximo de excreción alrededor del día 7. Se han detectado partículas del antígeno viral por ELISA en un 50% de las heces tras la primera dosis de la formulación liofilizada de Rotarix y en un 4% de las heces después de la segunda dosis. Cuando se analizaron estas heces respecto a la presencia de la cepa vacunal, sólo un 17% fueron positivas. En dos ensayos comparativos controlados, la eliminación de la cepa vacunal después de la vacunación con la formulación líquida de Rotarix fue comparable a la observada después de la vacunación con la formulación liofilizada de Rotarix. Se han observado casos de transmisión del virus vacunal excretado a contactos seronegativos de sujetos vacunados sin que se produzca ningún síntoma clínico. Rotarix debe administrarse con precaución a individuos que sean contactos próximos de sujetos inmunodeficientes, tales como sujetos con enfermedades cancerosas, o que sufran algún tipo de inmunodeficiencia o que reciban tratamiento inmunosupresor. Los contactos de niños recientemente vacunados deben cuidar su higiene personal (p.ej. lavarse las manos después de cambiar los pañales). Cuando se administre la serie de inmunización primaria en niños prematuros de ≥28 semanas de gestación y especialmente en aquellos con un historial previo de inmadurez respiratoria, se debe considerar tanto el riesgo potencial de apnea como la necesidad de monitorización respiratoria durante 48-72 horas. Como el beneficio de la vacunación es alto en este grupo de niños, la vacunación no se debe impedir ni retrasar. Puede no obtenerse una respuesta inmunitaria protectora en todos los vacunados (ver sección 5.1). En ensayos clínicos, se ha demostrado eficacia frente a la gastroenteritis causada por rotavirus de los tipos G1P[8], G2P[4], G3P[8], G4P[8] y G9P[8]. No se conoce el alcance de la protección que podría proporcionar Rotarix frente a otros serotipos. Los estudios clínicos a partir de los que se han derivado los resultados de eficacia fueron realizados en Europa, América Central y del Sur (ver sección 5.1). Rotarix no protege frente a la gastroenteritis producida por otros patógenos distintos de rotavirus. No hay datos disponibles sobre el uso de Rotarix en profilaxis post-exposición. Rotarix no debe inyectarse bajo ninguna circunstancia. Esta vacuna contiene sacarosa como excipiente. Los pacientes con intolerancia hereditaria a la fructosa, malabsorción de glucosa o galactosa o insuficiencia de sacarasa-isomaltasa, no deben usar este medicamento. 4.5 Interacción con otros medicamentos y otras formas de interacción. Rotarix puede administrarse de forma concomitante con cualquiera de las siguientes vacunas monovalentes o combinadas [incluyendo vacunas hexavalentes (DTPa-HBV-IPV/Hib)]: vacuna antidiftérica, antitetánica y antipertussis de célula completa (DTPw), vacuna antidiftérica, antitetánica y antipertussis acelular (DTPa), vacuna anti-Haemophilus influenzae tipo b (Hib), vacuna antipoliomielítica inactivada (VPI), vacuna antihepatitis B (VHB), vacuna antineumocócica conjugada y vacuna antimeningocócica conjugada del serogrupo C. Los estudios clínicos demuestran que no se ven afectados las respuestas inmunitarias ni los perfiles de seguridad de las vacunas administradas. La administración concomitante de Rotarix con la vacuna antipoliomielítica oral (VPO) no modifica la respuesta inmunitaria de los antígenos de polio. Aunque la administración concomitante de la vacuna antipoliomielítica oral (VPO) puede reducir ligeramente la respuesta inmunitaria a la vacuna antirrotavirus, en un ensayo clínico con más de 4.200 pacientes que recibieron Rotarix concomitantemente con VPO se demostró que se mantiene la protección clínica frente a gastroenteritis grave por rotavirus. No hay que restringir la ingesta de alimentos o líquidos por parte del lactante, ni antes ni después de la vacunación. 4.6 Embarazo y lactancia. Rotarix no está destinada para su administración en adultos. Por ello, no se dispone de datos de su administración en embarazo o lactancia en humanos, ni de estudios de reproducción en animales. En base a la evidencia generada en ensayos clínicos, la lactancia materna no reduce la protección frente a la gastroenteritis por rotavirus conferida por Rotarix. Por tanto, puede continuarse la lactancia materna durante el periodo de vacunación. 4.7 Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas. No procede. 4.8 Reacciones adversas. Ensayos clínicos con la formulación liofilizada:. En un total de once ensayos clínicos controlados frente a placebo, se administraron aproximadamente 77.800 dosis de la formulación liofilizada de Rotarix a aproximadamente 40.200 niños. En dos ensayos clínicos (Finlandia), la formulación liofilizada de Rotarix se administró sola (la administración de las vacunas pediátricas sistemáticas fue escalonada). La incidencia de diarrea, vómitos, pérdida de apetito, fiebre e irritabilidad no fue diferente en el grupo que recibió Rotarix cuando se comparó con el grupo que recibió placebo. No se observó un aumento en la incidencia o gravedad de estas reacciones tras la administración de la segunda dosis. En otros nueve ensayos clínicos (Europa, Canadá, EEUU, Latinoamérica, Singapur, Sudáfrica), la formulación liofilizada de Rotarix se administró de forma concomitante con las vacunas pediátricas sistemáticas (ver sección 4.5). El perfil de reacciones adversas observadas en estos sujetos fue similar al perfil de reacciones adversas observado en sujetos que recibieron las mismas vacunas pediátricas y placebo. Las reacciones adversas se presentan por órganos y sistemas, y frecuencia. Las reacciones adversas se enumeran en orden decreciente de gravedad dentro de cada intervalo de frecuencia. Las frecuencias se definen como sigue: Muy frecuentes (≥1/10). Frecuentes (≥1/100 a <1/10). Poco frecuentes (≥1/1.000 a <1/100). Raras (≥1/10.000 a <1/1.000). Trastornos del sistema nervioso. Poco frecuentes: somnolencia. Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos. Raras: ronquera, rinorrea. Trastornos gastrointestinales. Muy frecuentes: pérdida de apetito. Frecuentes: diarrea, vómitos, dolor abdominal, flatulencia, regurgitación de alimentos. Poco frecuentes: estreñimiento. Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo. Raras: dermatitis, erupción. Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo. Raras: calambres musculares Infecciones e infestaciones. Raras: infección del tracto respiratorio superior. Trastornos generales y alteraciones en el lugar de la administración. Frecuentes: fiebre, astenia. Trastornos psiquiátricos:. Muy frecuentes: irritabilidad. Poco frecuentes: trastorno del sueño, llanto. El riesgo de invaginación intestinal ha sido evaluado en un ensayo clínico de seguridad a gran escala realizado en Latinoamérica y Finlandia, en el que se incluyeron 63.225 sujetos. Este estudio puso en evidencia que no existía aumento del riesgo de invaginación intestinal en el grupo vacunado con Rotarix cuando se comparó con el grupo placebo tal y como se muestra a continuación en la tabla adjunta. Casos de invaginación intestinal en los 31 días siguientes a la administración de: Rotarix N = 31.673 Placebo N = 31.552 Riesgo relativo (IC* 95%) Primera dosis 1 2 0,50 (0,07-3,80) Segunda dosis 5 5 0,99 (0,31-3,21) gravedad de la gastroenteritis se definió de acuerdo a los criterios de la OMS. La eficacia protectora de la vacuna frente a gastroenteritis grave por rotavirus que requirió hospitalización y/o rehidratación en un centro médico y la eficacia tipo específica de la vacuna después de dos dosis de Rotarix se presentan en la tabla adjunta: Gastroenteritis grave por rotavirus (1er año de vida ) Rotarix N=9009; Placebo N=8858(§) Tipo Todas las GE por RV G1P[8] G3P[8] G4P[8] G9P[8] Cepas con genotipo P[8] Eficacia (%) 84,7* 91,8* 87,7* 50,8# 90,6* 90,9* IC 95% 71,7; 92,4 74,1; 98,4 8,3; 99,7 <0,0;99,2 61,7; 98,9 79,2; 96,8 Gastroenteritis grave por rotavirus (2º año de vida) Rotarix N=7175; Placebo N=7062 (§) IC 95% 66,4; 87,4 34,5; 89,9 <0,0;97,1 0,7; 88,2 72,9; 95,3 67,0; 87,9 Eficacia (%) 79,0* 72,4* 71,9 63,1* 87,7* 79,5* (§) Cohorte ATP para la eficacia * Estadísticamente significativo (p < 0,05) # El número de casos, sobre los que se basaban los estimados de eficacia frente a G4P[8], era muy pequeño (1 caso en el grupo de Rotarix y 2 casos en el grupo placebo). Un análisis conjunto de los resultados de cinco estudios de eficacia*, ha mostrado una eficacia del 71,4% (20,1;91,1: IC 95%) frente a gastroenteritis grave por rotavirus (escala de Vesikari ≥11) causada por rotavirus del tipo G2P[4], durante el primer año de vida. * En estos estudios, la eficacia estimada y los intervalos de confianza fueron respectivamente: 100% (-1.858,0;100, IC 95%), 100% (21,1;100, IC 95%), 45.4% (-81,5;86,6, IC 95%), 74.7 (-386,2;99,6 IC 95%). No se dispone de un valor estimado de la eficacia para el estudio que falta. Eficacia protectora de la formulación líquida: Puesto que la respuesta inmunitaria observada después de 2 dosis de la formulación líquida de Rotarix fue comparable a la respuesta inmunitaria observada después de 2 dosis de la formulación liofilizada de Rotarix, los niveles de eficacia de la vacuna observados en la formulación liofilizada pueden ser extrapolados a los de la formulación líquida. Respuesta inmunitaria. El mecanismo inmunológico por el cual Rotarix protege frente a gastroenteritis por rotavirus no está totalmente claro. No se ha establecido una relación entre respuesta de anticuerpos a la vacunación frente a los rotavirus y protección frente a gastroenteritis por rotavirus. La siguiente tabla muestra el porcentaje de sujetos con títulos de anticuerpos IgA séricos antirrotavirus ≥20U/ml (por ELISA) de uno a dos meses después de la segunda dosis de vacuna o placebo tal y como se ha observado en diferentes estudios con la formulación liofilizada de Rotarix. En tres estudios comparativos Pauta Estudios realizados en Vacuna N 2, 3 meses 2, 4 meses 3, 5 meses 3, 4 meses 2, 3 a 4 meses Francia, Alemania España Finlandia, Italia Republica Checa Latinoamérica; 11 paises 239 186 180 182 393 % ≥ 20U/ml 82,8 85,5 94,4 84,6 77,9 Placebo IC 95% N 77,5;87,4 79,6;90,2 90,0;97,3 78,5;89,5 73,8; 81,6 127 89 114 90 341 % ≥ 20U/ml 8,7 12,4 3,5 2,2 15,1 IC 95% 4,4;15,0 6,3;21,0 1,0;8,7 0,3;7,8 11,7;19,0 controlados, la respuesta inmunitaria generada por la formulación líquida de Rotarix fue comparable a la producida por la formulación liofilizada de Rotarix. Respuesta inmune en niños prematuros. En un ensayo clínico realizado en niños prematuros, nacidos a las 27 semanas o más de gestación, se evaluó la inmunogenicidad de Rotarix en un subgrupo de 147 sujetos y se demostró que Rotarix es inmunogénico en esta población; un mes después de la segunda dosis de la vacuna, el 85,7% (95% IC: 79,0;90,9) de los sujetos alcanzaron títulos de anticuerpos IgA anti-rotavirus en suero ≥20U/ml (por ELISA). 5.2 Propiedades farmacocinéticas. No se requiere evaluación de las propiedades farmacocinéticas para las vacunas. 5.3 Datos preclínicos sobre seguridad. Los datos de los estudios no clínicos no muestran riesgos especiales para los seres humanos según los estudios convencionales de toxicidad a dosis repetidas. 6. DATOS FARMACÉUTICOS. 6.1 Lista de excipientes. Sacarosa. Adipato disódico. Medio de Eagle Modificado por Dulbecco (MEDM). Agua estéril. 6.2 Incompatibilidades. En ausencia de estudios de compatibilidad, esta vacuna no debe mezclarse con otros medicamentos. 6.3 Periodo de validez. 3 años. Una vez abierta, la vacuna debe usarse inmediatamente. 6.4 Precauciones especiales de conservación. Conservar en nevera (entre 2ºC y 8ºC). No congelar. Conservar en el embalaje original para protegerla de la luz. 6.5 Naturaleza y contenido del envase. 1,5 ml de suspensión oral en un aplicador oral precargado (vidrio tipo I) con un émbolo (goma butilo) y una capucha protectora (goma butilo) en tamaños de envase de 1, 5, 10 ó 25. Puede que solamente estén comercializados algunos tamaños de envases. 6.6 Precauciones especiales de eliminación y otras manipulaciones. La vacuna se presenta como un líquido transparente, incoloro, libre de partículas visibles, para administración oral. La vacuna está lista para ser utilizada (no se requiere reconstitución o disolución). La vacuna se administra oralmente sin ser mezclada con otras vacunas o soluciones. La vacuna se debe examinar visualmente para observar si existe alguna partícula extraña y/o variación del aspecto físico. En caso de apreciarse alguna de estas circunstancias, desechar la vacuna. La eliminación de las vacunas no utilizadas y de todos los materiales que hayan estado en contacto con ellas, se realizará de acuerdo con la normativa local. Instrucciones para la administración de la vacuna: 1. Quitar la capucha protectora del aplicador oral. 2. Esta vacuna es sólo para administración oral. El niño debe estar sentado en posición reclinada. Administrar oralmente (p.ej. dentro de la boca del niño hacia el interior del carrillo) todo el contenido del aplicador oral. 3. No inyectar. Desechar el aplicador oral vacío y la capucha en contenedores para residuos biológicos aprobados de acuerdo con las normativas locales. 7. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN. GlaxoSmithKline Biologicals s.a. Rue de l’Institut 89. B-1330 Rixensart, Bélgica. 8. NÚMERO(S) DE AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN. EU/1/05/330/005. EU/1/05/330/006. EU/1/05/330/007. EU/1/05/330/008. 9. FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIÓN/RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN. Fecha de la primera autorización: 21 de Febrero de 2006. 10. FECHA DE LA REVISIÓN DEL TEXTO. 21 de agosto de 2009. 11. CONDICIONES DE PRESCRIPCIÓN Y DISPENSACIÓN. Con receta médica. No reembolsable por el Sistema Nacional de Salud. P.V.P. 90,06 € P.V.P. I.V.A. 93,66 €. Referencias 1. Rotarix® ficha técnica. 2. Omeñaca F, Wysocki J, Sarlangue J, Nogueira M, Suryakiran P.V, Smolenov I.V, Han H.H. Safety, Reactogenicity and Inmunogenicity of RIX4414 Live Attenuated Human Rotavirus Vaccine in Pre-term Infants. 48th Annual ICAAC/IDSA 46th Annual Meeting. October 25-28, 2008; Washington. D.C., EEUU;Abstract G1-442a. 3. EPARs for authorised medicinal products for human use: Rotarix. 2006. EMEA (visitado 12-03-2009) Disponible en: http://www.emea.europa.eu/humandocs/Humans/EPAR/rotarix/rotarix.htm. *IC: intervalo de confianza Seguridad en niños prematuros. En un ensayo clínico se administró la formulación liofilizada de Rotarix a 670 niños prematuros de 27 a 36 semanas de edad gestacional y se administró placebo a 339. La primera dosis se administró a las 6 semanas después de nacer. Se observaron reacciones adversas graves en un 5,1% de los niños que recibieron Rotarix frente al 6,8% de los que recibieron placebo. Los índices de aparición de otros efectos adversos fueron similares en los niños que recibieron Rotarix y en los que recibieron placebo. No se notificó ningún caso de invaginación intestinal. Seguridad en niños con infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). En un ensayo clínico se administró la formulación liofilizada de Rotarix o placebo a 100 niños con infección por VIH. El perfil de seguridad fue similar entre los niños que recibieron Rotarix y los que recibieron placebo. Vigilancia post-comercialización de la formulación liofilizada: Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos: Apnea en niños prematuros de ≤ 28 semanas de gestación (ver sección 4.4). Ensayos clínicos con la formulación líquida: En un total de cuatro ensayos clínicos, se administraron aproximadamente 3.800 dosis de la formulación líquida de Rotarix a aproximadamente 1.930 niños. Estos ensayos han demostrado que el perfil de seguridad y reactogenicidad de la formulación líquida es comparable al de la formulación liofilizada. 4.9 Sobredosis. No se han notificado casos de sobredosis. 5. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS. 5.1 Propiedades farmacodinámicas. Grupo farmacoterapéutico: vacunas frente a la diarrea por rotavirus, código ATC: J07BH01. Eficacia protectora de la formulación liofilizada Se han realizado estudios clínicos en Europa y Latinoamérica para evaluar la eficacia protectora de Rotarix frente a cualquier gastroenteritis y frente a gastroenteritis grave por rotavirus. Un estudio clínico realizado en Europa evaluó la administración de Rotarix de acuerdo a diferentes esquemas europeos (2, 3 meses; 2, 4 meses; 3, 4 meses; 3, 5 meses) en 4.000 sujetos. Se definió la gravedad de la gastroenteritis de acuerdo a la escala de 20 puntos de Vesikari que evalúa el cuadro clínico de gastroenteritis por rotavirus de forma completa teniendo en cuenta la gravedad y la duración de la diarrea y los vómitos, la intensidad de la fiebre y la deshidratación así como la necesidad de tratamiento. Tras dos dosis de Rotarix, la eficacia protectora de la vacuna observada durante el primer y el segundo año de vida se presenta en la siguiente tabla: 1er año de vida Rotarix N=2572; Placebo N=1302 (§) 2º año de vida Rotarix N=2554; Placebo N=1294 (§) Eficacia de la vacuna (%) frente a cualquier forma de gastroenteritis por rotavirus y frente a gastroenteritis grave por rotavirus [95% IC] Tipo Cualquier forma de gastroenteritis por rotavirus Grave† Cualquier forma de gastroenteritis por rotavirus Grave† 96,5* 95,6* 82,7* 96,4* [86,2;99,6] [87,9;98,8] [67,8;91,3] [85,7;99,6] 89,9* 62,0 57,1* 74,7 [9,4;99,8] [<0,0;94,4] [<0,0;82,6] [<0,0;99,6] 83,1 G3P[8] 89,9* 79,7* 100* [<0,0;99,7] [44,8;100] [9,5;99,8] [<0,0;98,1] 87,3* G4P[8] 88,3* 69,6 100* [<0,0;99,7] [57,5;97,9] [<0,0;95,3] [64,9;100] 76,8* G9P[8] 94,7* 75,6* 70,5* [50,8;89,7] [77,9;99,4] [51,1;88,5] [50,7;82,8] 87,5* Cepas con genotipo P[8] 96,5* 88,2* 75,7* [77,8;93,4] [90,6;99,1] [80,8;93,0] [65,0;83,4] 85,6* Cepas de rotavirus circulantes 95,8* 87,1* 71,9* [75,8;91,9] [89,6;98,7] [79,6;92,1] [61,2;79,8] Eficacia de la vacuna (%) frente a gastroenteritis por rotavirus que requieren atención médica [95% IC] G1P[8] G2P[4] Cepas de rotavirus circulantes 91,8* [84;96,3] 76,2* [63,0;85,0] Eficacia de la vacuna (%)frente a gastroenteritis por rotavirus que requieren hospilatización [95% IC] Cepas de rotavirus circulantes 100* [81,8;100] 92,2* [65,6;99,1] † Gastroenteritis grave definida como ≥11 puntos en la escala Vesikari (§) cohorte ATP para la eficacia * Estadísticamente significativo (p < 0,05) La eficacia de la vacuna durante el primer año de vida aumentó progresivamente junto con la gravedad de la enfermedad, alcanzando el 100 % (95% CI: 84,7; 100) para Vesikari ≥17 puntos. Un estudio clínico realizado en Latinoamérica evaluó Rotarix en más de 20.000 sujetos. La 4003756 SUPL AP.indd Sec1:25 FT ROTARIX 21x28.indd 1 Fecha de aprobación: octubre 2009 11/12/09 28/10/09 12:39:38 13:24:38 FICHA TÉCNICA: 1. NOMBRE DEL MEDICAMENTO. Synflorix suspensión inyectable en jeringa precargada. Vacuna conjugada antineumocócica de polisacáridos (adsorbida). 2. COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA. 1 dosis (0,5ml) contiene: Polisacárido del serotipo neumocócico 11,2 1 microgramo. Polisacárido del serotipo neumocócico 41,2 3 microgramos. Polisacárido del serotipo neumocócico 51,2 1 microgramo. Polisacárido del serotipo neumocócico 6B1,2 1 microgramo. Polisacárido del serotipo neumocócico 7F1,2 1 microgramo. Polisacárido del serotipo neumocócico 9V1,2 1 microgramo. Polisacárido del serotipo neumocócico 141,2 1 microgramo. Polisacárido del serotipo neumocócico 18C1,3 3 microgramos. Polisacárido del serotipo neumocócico 19F1,4 3 microgramos. Polisacárido del serotipo neumocócico 23F1,2 1 microgramo. 1. Adsorbido en fosfato de aluminio. 0,5 miligramos de Al.3+ 2.Conjugado con proteína D (derivada de Haemophilus influenzae no tipable) como proteína transportadora. 9-16 microgramos. 3.Conjugado con toxoide tetánico como proteína transportadora. 5-10 microgramos. 4. Conjugado con toxoide diftérico como proteína transportadora. 3-6 microgramos. Para consultar la lista completa de excipientes (ver sección 6.1.) 3. FORMA FARMACÉUTICA. Suspensión inyectable (inyectable). La vacuna es una suspensión turbia de color blanco. 4. DATOS CLÍNICOS. 4.1 Indicaciones terapéuticas. Inmunización activa frente a enfermedad invasora y otitis media aguda causada por Streptococcus pneumoniae en lactantes y niños a partir de las 6 semanas hasta los 2 años de edad (ver secciones 4.4 y 5.1 para información acerca de la protección frente a serotipos neumocócicos específicos). El empleo de Synflorix se debe determinar en base a las recomendaciones oficiales, teniendo en cuenta el impacto de la enfermedad invasora en los diferentes grupos de edad así como la variabilidad epidemiológica de los serotipos en las diferentes áreas geográficas. 4.2 Posología y forma de administración. Forma de administración. La vacuna se debe administrar por vía intramuscular. Las zonas preferidas son la cara anterolateral del muslo en lactantes o el músculo deltoides en la parte superior del brazo en niños pequeños. Posología. Las pautas de inmunización con Synflorix deben basarse en las recomendaciones oficiales. Lactantes de 6 semanas a 6 meses de edad. La pauta de primovacunación consiste en tres dosis de 0,5 ml con un intervalo de al menos 1 mes entre las dosis (ver secciones 4.4 y 5.1). Se recomienda una dosis de recuerdo al menos 6 meses después de la última dosis de primovacunación y preferiblemente entre los 12 y los 15 meses de edad (ver sección 4.4). Niños no vacunados previamente. - Niños de 7-11 meses de edad: La pauta de vacunación consiste en dos dosis de 0,5 ml con un intervalo de al menos 1 mes entre las dosis. Se recomienda una tercera dosis en el segundo año de vida con un intervalo de al menos 2 meses entre las dosis. - Niños de 12-23 meses de edad: La pauta de vacunación consiste en dos dosis de 0,5 ml con un intervalo de al menos 2 meses entre las dosis. No se ha establecido la necesidad de una dosis de recuerdo después de esta pauta de inmunización (ver sección 4.4). Se recomienda que los sujetos que hayan recibido una primera dosis de Synflorix completen el ciclo completo de vacunación con Synflorix. 4.3 Contraindicaciones. Hipersensibilidad a los principios activos, a alguno de los excipientes o a alguna de las proteínas transportadoras. Como con otras vacunas, se debe posponer la administración de Synflorix en sujetos que padezcan enfermedades febriles agudas. Sin embargo, la presencia de una infección leve, como un resfriado, no debe provocar el retraso de la vacunación. 4.4 Advertencias y precauciones especiales de empleo. Como con todas las vacunas inyectables, se debe disponer en todo momento del tratamiento y supervisión médica adecuados, para el caso poco frecuente de aparición de una reacción anafiláctica tras la administración de la vacuna. Cuando se administre la serie de inmunización primaria en niños prematuros de ≤28 semanas de gestación y especialmente en aquellos con un historial previo de inmadurez respiratoria, se debe considerar tanto el riesgo potencial de apnea como la necesidad de monitorización respiratoria durante 48-72 horas. Como el beneficio de la vacunación es alto en este grupo de niños, la vacunación no se debe impedir ni retrasar. Synflorix no debe, bajo ninguna circunstancia, administrarse por vía intravascular o intradérmica. No se dispone de datos sobre la administración de Synflorix por vía subcutánea. Al igual que con otras vacunas administradas por vía intramuscular, Synflorix se debe administrar con precaución en personas con trombocitopenia o con trastornos hemorrágicos, ya que en estos pacientes puede producirse hemorragia tras la administración intramuscular. También se deben seguir las recomendaciones oficiales para la inmunización frente a difteria, tétanos y Haemophilus influenzae tipo b. No hay evidencia suficiente de que Synflorix proporcione protección frente a serotipos neumocócicos no contenidos en la vacuna o frente a Haemophilus influenzae no tipable. Synflorix no proporciona protección frente a otros microorganismos. Como con otras vacunas, es posible que Synflorix no proteja a todos los individuos vacunados frente a la enfermedad neumocócica invasora u otitis media causada por los serotipos neumocócicos de la vacuna. Se espera que la protección frente a otitis media causada por los serotipos neumocócicos vacunales sea substancialmente más baja que la protección frente a la enfermedad invasora. Además, puesto que la otitis media es causada por muchos microorganismos diferentes a los serotipos de Streptococcus pneumoniae presentes en la vacuna, se espera que la respuesta global frente a otitis media sea limitada (ver sección 5.1). En los ensayos clínicos Synflorix indujo una respuesta inmune frente a los diez serotipos incluidos en la vacuna, pero la magnitud de las respuestas fue variable entre los serotipos. La respuesta inmune funcional frente a los serotipos 1 y 5 fue más baja en magnitud que la respuesta frente a los otros serotipos vacunales. Se desconoce si esta respuesta inmune funcional más baja frente a los serotipos 1 y 5 tendrá como resultado una eficacia protectora menor frente a la enfermedad invasora u otitis media causada por estos serotipos (ver sección 5.1). Synflorix está indicada para su administración en niños a partir de las 6 semanas hasta los 2 años de edad. Los niños deberían recibir la pauta posológica de Synflorix adecuada para su edad cuando comiencen la pauta de vacunación (ver sección 4.2). Aún no están disponibles los datos de seguridad e inmunogenicidad en niños mayores de 2 años. La respuesta inmune obtenida después de dos dosis de Synflorix en niños de 12-23 meses de edad es comparable a la respuesta obtenida después de tres dosis en lactantes (ver sección 5.1). La respuesta inmune frente a la dosis de recuerdo después de dos dosis en niños de 12-23 meses no ha sido evaluada, pero puede ser necesaria una dosis de recuerdo para asegurar una protección óptima del niño. Sin embargo, es posible que la pauta de 2 dosis en niños de 12-23 meses de edad con riesgo elevado de enfermedad neumocócica (tales como niños con anemia de células falciformes, asplenia, infección por VIH, enfermedad crónica o que están inmunodeprimidos) no sea suficiente para obtener una protección óptima. En estos niños, siempre que esté recomendado, se debe administrar una vacuna polisacárida antineumocócica 23-valente a la edad ≥2 años. El intervalo entre la vacuna conjugada antineumocócica (Synflorix) y la vacuna polisacárida antineumocócica 23-valente no debe ser menor de 8 semanas. No hay datos disponibles que indiquen si la administración de la vacuna polisacárida antineumocócica a niños primovacunados con Synflorix puede dar lugar a hiporreactividad a dosis posteriores de polisacaricárido neumocócico o a la vacuna antineumocócica conjugada. No se dispone de datos de seguridad e inmunogenicidad en niños con riesgo elevado de infecciones neumocócicas (anemia de células falciformes, disfunción esplénica adquirida, infección por VIH, cáncer, síndrome nefrótico). Los niños con respuesta inmune deficitaria, ya sea debido al uso de terapia inmunosupresora, un defecto genético, infección por VIH, u otras causas, pueden tener una respuesta de anticuerpos reducida a la vacunación. La administración profiláctica de antipiréticos antes o inmediatamente después de la administración de la vacuna puede reducir la incidencia y la intensidad de las reacciones febriles postvacunación. Sin embargo, los datos sugieren que el uso profiláctico de paracetamol podría reducir la respuesta inmune frente a Synflorix. Se desconoce la relevancia clínica de esta observación, así como el impacto de otros antipiréticos diferentes a paracetamol en la respuesta inmune frente a Synflorix. Se recomienda la administración profiláctica de antipiréticos: - A todos los niños a los que se administre Synflorix simultáneamente con vacunas de tos ferina de células enteras debido a una tasa superior de reacciones febriles (ver sección 4.8). - A niños con convulsiones o con una historia previa de convulsiones febriles. Debe iniciarse tratamiento antipirético de acuerdo con las guías terapéuticas locales. 4.5 Interacción con otros medicamentos y otras formas de interacción. Uso con otras vacunas. Synflorix puede administrarse de forma concomitante con cualquiera de las siguientes vacunas monovalentes o combinadas [incluyendo DTPa- VHB -IPV/Hib y DTPe- VHB/Hib]: vacuna antidiftérica, antitetánica y antipertussis acelular (DTPa), vacuna antihepatitis B (VHB), vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV), vacuna antiHaemophilus influenzae tipo b (Hib), vacuna antidiftérica, antitetánica y antipertussis de célula entera (DTPe), vacuna de virus de sarampión, parotiditis y rubéola (MMR), vacuna antivaricela (V), vacuna conjugada frente a meningococo serogrupo C (conjugados CRM197 y TT), vacuna antipoliomielítica oral (OPV) y vacuna antirrotavirus oral. Las diferentes vacunas inyectables, deben administrarse siempre en diferentes lugares de inyección. Los ensayos clínicos han demostrado que la respuesta inmune y los perfiles de seguridad de las vacunas coadministradas no se vieron afectados, con la excepción de la respuesta al virus de la polio inactivado tipo 2, para el que se observaron resultados inconsistentes en los diferentes estudios (rangos de seroprotección de 78% al 100%). Se desconoce la relevancia clínica de esta observación. No se observó interferencia negativa con las vacunas antimeningocócicas conjugadas, independientemente de la proteína transportadora (conjugados con CRM197 y TT). Se observó un aumento en la respuesta de anticuerpos al conjugado Hib-TT, y a los antígenos diftérico y tetánico. Uso de medicamentos inmunosupresores sistémicos. Como con otras vacunas, cabe esperar que en pacientes que reciben terapia inmunosupresora pueda no alcanzarse una respuesta adecuada. Uso profiláctico de antipiréticos (ver sección 4.4). 4.6 Embarazo y lactancia. Synflorix no está destinada para su administración en adultos. No se dispone de datos de su administración durante el embarazo o la lactancia en humanos, ni de estudios de reproducción en animales. 4.7 Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas. No procede. 4.8 Reacciones adversas. En los ensayos clínicos se administraron más de 12.879 dosis de Synflorix a 4.595 niños sanos como vacunación primaria. Además, 3.870 niños recibieron una dosis de recuerdo de Synflorix en el segundo año de vida. En todos los ensayos clínicos, Synflorix se administró al mismo tiempo que las vacunas recomendadas en la infancia. Las reacciones adversas más frecuentemente observadas después de la vacunación primaria fueron enrojecimiento en el lugar de administración e irritabilidad, que ocurrieron después del 38,3% y 52,3% de todas las dosis, respectivamente. Después de la vacunación de recuerdo, estas reacciones adversas ocurrieron en el 52,6% y 55,4% respectivamente. La mayor parte de estas reacciones fueron de gravedad leve a moderada y no fueron duraderas. No se observó un incremento en la frecuencia o en la gravedad de estas reacciones adversas con las dosis sucesivas de la serie primaria de vacunación. Después de la vacunación de recuerdo se notificó un aumento en la reactogenicidad, en comparación con las dosis del ciclo de primovacunación con Synflorix. La reactogenicidad fue mayor en niños que recibieron vacunas antipertussis de célula entera de forma concomitante. En un estudio clínico los niños recibieron bien Synflorix (N=603) o bien Prevenar 7-valente (N=203) de forma concomitante con una vacuna que contuviera DTPe. Después del primer ciclo de vacunación se notificó fiebre ≥38°C y >39°C en el 86,1% y el 14,7% de los niños que recibieron Synflorix y en el 82,9 y 11,6% de los niños vacunados con Prevenar 7-valente, respectivamente. En ensayos clínicos comparativos la frecuencia de las reacciones adversas locales y generales notificadas dentro de los 4 días siguientes a cada vacunación fueron de la misma magnitud que las observadas después de la vacunación con Prevenar 7-valente. Las reacciones adversas (después de la inmunización primaria o de la dosis de recuerdo) consideradas como al menos posiblemente relacionadas con la vacunación se han clasificado por frecuencias. Las frecuencias se definen como sigue: Muy frecuentes: (≥1/10). Frecuentes: (≥1/100 a <1/10). Poco frecuentes: (≥1/1.000 a <1/100). Raras: (≥1/10.000 a <1/1.000). Las reacciones adversas se enumeran en orden decreciente de gravedad dentro de cada intervalo de frecuencia. Trastornos del sistema nervioso. Muy frecuentes: somnolencia. Raras: convulsiones febriles y no febriles. Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos. Poco frecuentes: Apnea en niños prematuros de ≤28 semanas de gestación (ver sección 4.4). Trastornos gastrointestinales. Poco frecuentes: diarrea, vómitos. Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo. Raros: erupción, urticaria. Trastornos del metabolismo y de la nutrición. Muy frecuentes: pérdida de apetito. Trastornos generales y alteraciones en el lugar de la administración. Muy frecuentes: dolor, enrojecimiento, hinchazón en el lugar de inyección, fiebre (≥38°C rectal). Frecuentes: induración en el lugar de inyección, fiebre (>39°C rectal). Poco frecuentes: hematoma, hemorragia y nódulo en el lugar de la inyección, fiebre (>40°C rectal).* Trastornos del sistema inmunológico. Raras: reacciones alérgicas (tales como dermatitis alérgica, dermatitis atópica, eczema). Trastornos psiquiátricos. Muy frecuentes: irritabilidad. Poco frecuentes: llanto anormal. *notificadas FT SYNFLORIX 21x28.indd 1 4003756 SUPL AP.indd Sec1:26 después de la vacunación de recuerdo. 4.9 Sobredosis. No se han notificado casos de sobredosis. 5. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS. 5.1 Propiedades farma-codinámicas. Grupo farmacoterapéutico: vacunas anti-neumocócicas, código ATC: J07AL52. Datos epidemiológicos. Los 10 serotipos neumocócicos incluidos en esta vacuna representan los serotipos que causan la mayoría de las enfermedades en Europa cubriendo aproximadamente entre el 56% y el 90% de la enfermedad neumocócica invasora (ENI) en niños <5 años. En este grupo de edad, los serotipos 1, 5 y 7F representan del 3,3% al 24,1% de las ENI dependiendo del país y del periodo estudiado. La otitis media aguda (OMA) es una enfermedad frecuente en la infancia con diferentes etiologías. Las bacterias pueden ser responsables del 60-70% de los episodios clínicos de OMA. Las causas más frecuentes de OMA bacteriana en el mundo son Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae no tipable (NTHi). 1. Enfermedad neumocócica invasora (que incluye sepsis, meningitis, neumonía bacterémica y bacteriemia). No se ha estudiado la eficacia protectora de Synflorix frente a ENI. Tal y como recomienda la OMS, la evaluación de la eficacia potencial frente a ENI se ha basado en la comparación de las respuestas inmunes frente a los siete serotipos comunes entre Synflorix y otra vacuna antineumocócica conjugada para la que previamente se ha evaluado la eficacia (es decir, Prevenar 7-valente). También se han medido las respuestas inmunes frente a los tres serotipos adicionales de Synflorix. En un ensayo clínico comparativo directo con Prevenar 7-valente, se demostró la no inferioridad de la respuesta inmune de Synflorix medida por ELISA para todos los serotipos, excepto para el 6B y 23F (límite superior del IC del 96,5% de la diferencia entre grupos >10%) (Tabla 1). Para los serotipos 6B y 23F, respectivamente un 65,9% y un 81,4% de los niños vacunados a los 2, 3 y 4 meses, alcanzaron el umbral de anticuerpos (es decir, 0,20 µg/ml) un mes después de la tercera dosis de Synflorix, frente a un 79,0% y un 94,1% respectivamente, después tres dosis de Prevenar 7-valente. Se desconoce la relevancia clínica de estas diferencias. El porcentaje de vacunados que alcanzaron el umbral para los tres serotipos adicionales de Synflorix (1, 5 y 7F) fue 97,3%, 99% y 99,5%, respectivamente, siendo la respuesta al menos tan buena como la respuesta conjunta de Prevenar 7-valente frente a los 7 serotipos comunes (95,8%). Tabla 1: Análisis comparativo entre Prevenar 7-valente y Synflorix como porcentaje de sujetos con concentraciones de anticuerpos > 0,20 µg/ml un mes después de la dosis 3 SYNFLORIX Prevenar 7-valente Anticuerpo Diferencia en %≥ 0,20µg/ml (prevenar 7-valente menos SYNFLORIX) N % N % % Anti-4 1106 97,1 373 100 2,89 1,71 CI 96,5% 4,16 Anti-6B 1100 65,9 372 79,0 13,12 7,53 18,28 Anti-9V 1103 98,1 374 99,5 1,37 -0,28 2,56 Anti-14 1100 99,5 374 99,5 -0,08 -1,66 0,71 Anti-18C 1102 96,0 374 98,9 2,92 0,88 4,57 Anti-19F 1104 95,4 375 99,2 3,83 1,87 5,50 Anti-23F 1102 81,4 374 94,1 12,72 8,89 16,13 Las medias geométricas de las concentraciones de anticuerpos (GMCs) después de la vacunación primaria con Synflorix frente a los siete serotipos comunes fueron más bajas que las inducidas con Prevenar 7-valente. Las GMCs antes de la vacunación de recuerdo (8 a 12 meses después de la última dosis de la serie de primovacunación) fueron, en general, similares para las dos vacunas. Después de la dosis de recuerdo las GMCs obtenidas con Synflorix fueron menores para la mayoría de los serotipos comunes con Prevenar 7-valente. En el mismo estudio, Synflorix demostró inducir anticuerpos funcionales para todos los serotipos de la vacuna. Para cada uno de los siete serotipos comunes, entre el 87,7% y el 100% de los vacunados con Synflorix y entre el 92,1% y el 100% de los vacunados con Prevenar 7-valente alcanzaron un título OPA ≥8 un mes después de la tercera dosis. La diferencia entre ambas vacunas en términos de porcentaje de sujetos con el título OPA ≥8 fue <5% para todos los serotipos comunes, incluyendo 6B y 23F. La media geométrica de los títulos (GMCs) de anticuerpos OPA inducidos con Synflorix fueron más bajos que los inducidos con Prevenar 7-valente para los siete serotipos comunes, excepto para el serotipo 19F. Para los serotipos 1, 5 y 7F, los porcentajes de vacunados con Synflorix que alcanzaron un título OPA ≥8 fueron respectivamente 65,7%, 90,9% y 99,6% después del ciclo vacunación primaria y 91,0%, 96,3% y 100% después de la dosis de recuerdo. La respuesta OPA para los serotipos 1 y 5 fue más baja en magnitud que la respuesta para cada uno de los otros serotipos. Se desconocen las implicaciones sobre la eficacia protectora de estos hallazgos. La respuesta frente al serotipo 7F fue de la misma magnitud que las respuestas para los siete serotipos comunes entre las dos vacunas. La administración de una cuarta dosis (dosis de recuerdo) en el segundo año de vida induce una respuesta anamnésica de anticuerpos, medida por ELISA y OPA, para los 10 serotipos vacunales, lo que demuestra la inducción de memoria inmunológica después de la tercera dosis de la serie de primovacunación. 2. Otitis Media Aguda (OMA). En un amplio ensayo clínico de eficacia frente a otitis media neumocócica (POET), aleatorizado y doble ciego, llevado a cabo en la República Checa y en Eslovaquia, 4.968 lactantes recibieron una vacuna 11-valente en investigación (11-Pn-PD) que contenía los 10 serotipos de Synflorix (junto con el serotipo 3 para el que no se demostró eficacia) o una vacuna control (vacuna antihepatitis A) de acuerdo con una pauta de vacunación a los 3, 4, 5 y 12-15 meses. La eficacia de la vacuna 11 Pn-PD frente a la aparición de un primer episodio de OMA relacionado con serotipos vacunales fue del 52,6% (IC 95%: 35,0-65,5). Se demostró eficacia tipoespecífica frente al primer episodio de OMA para los serotipos 6B (86,5%, IC 95%: 54,9-96,0), 14 (94,8%, IC 95%: 61,0-99,3), 19F (43,3%, IC 95%: 6,3-65,4) y 23F (70,8%, IC 95%: 20,8-89,2). Para el resto de los serotipos vacunales, el número de casos de OMA fue demasiado limitado como para permitir sacar conclusión alguna sobre la eficacia. La eficacia frente a cualquier episodio de OMA debido a cualquier serotipo neumocócico fue del 51,5% (IC 95%: 36,8-62,9). En este estudio no se observó aumento en la incidencia de OMA debida a otros patógenos bacterianos o a otros serotipos no contenidos en la vacuna. La eficacia estimada de la vacuna frente a cualquier episodio clínico de otitis media independientemente de la etiología fue del 33,6% (IC 95%: 20,8-44,3). Basándose en la inmunogenicidad puente entre Synflorix y la formulación 11-valente empleada en el estudio POET por lo que a la respuesta funcional (OPA) se refiere, se espera que Synflorix proporcione una eficacia protectora similar frente a OMA neumocócica. 3. Datos adicionales de inmunogenicidad. Un total de ocho estudios, llevados a cabo en Europa, en Chile y en Filipinas, han evaluado la inmunogenicidad de Synflorix después de una serie primaria de 3 dosis (N=3.089) de acuerdo con diferentes pautas de vacunación (6-10-14 semanas, 2-3-4, 3-4-5 ó 2-4-6 meses de edad). Una cuarta dosis (de recuerdo) se administró en seis estudios clínicos a 1.976 sujetos. En general, las respuestas a la vacuna observadas, fueron comparables en los diferentes esquemas posológicos, aunque se observó una respuesta inmune ligeramente superior con la pauta 2-4-6 meses. Además de la pauta de primovacunación de 3 dosis, la inmunogenicidad de Synflorix se evaluó siguiendo una pauta de vacunación primaria de 2 dosis en sujetos menores de 6 meses de edad. A pesar de que no hubo un impacto significativo en los sujetos con concentraciones de anticuerpos ≥0,20 µg/ml (ELISA), se observó un porcentaje más bajo de sujetos con títulos OPA ≥8 para algunos de los serotipos en sujetos primovacunados con 2 dosis en comparación con los primovacunados con 3 dosis. Globalmente, las GMCs medidas por ELISA después de la primovacunación y las GMTs medidas por OPA fueron más bajas en el grupo de primovacunación de 2 dosis, al igual que la persistencia en la respuesta inmune antes de la dosis de recuerdo a los 11 meses de edad. En ambas pautas, se observó una respuesta a la dosis de recuerdo indicativa de sensibilización inmunológica, a pesar de que para algunos serotipos aún se observaba un porcentaje más bajo de sujetos con títulos OPA ≥8 en la pauta de 2 dosis. Se desconocen las consecuencias clínicas de las respuestas inmunes posteriores a la primovacunación y anteriores a la vacunación de recuerdo más bajas después de la pauta de primovacunación de 2 dosis. Se recomienda la pauta de primovacunación de 3 dosis para asegurar una óptima protección. Un ensayo clínico evaluó la vacunación en niños de 7-11 meses y de 12-23 meses de edad. En el grupo de 7-11 meses, los niños recibieron 2 dosis de vacunación primaria seguidas de una dosis de recuerdo durante el segundo año de vida. Las respuestas inmunes después de la dosis de recuerdo con Synflorix en este grupo de edad fueron, en general, similares a las observadas después de la dosis de recuerdo en niños que habían sido vacunados con 3 dosis antes de los 6 meses de edad. La respuesta inmune obtenida después de dos dosis de Synflorix en niños de 12-23 meses de edad fue comparable a la respuesta después de tres dosis en lactantes, excepto para los serotipos 18C y 19F para los que las respuestas fueron mayores en los niños de 12-23 meses. No se ha establecido la necesidad de una dosis de recuerdo después de dos dosis en niños de 12-23 meses. No se ha investigado la persistencia a largo plazo de anticuerpos después de la administración de series de primovacunación en lactantes y dosis de recuerdo o después de la primovacunación con dos dosis en niños más mayores. En un ensayo clínico, se ha demostrado que Synflorix puede ser administrada de forma segura como dosis de recuerdo en el segundo año de vida a niños que hayan recibido 3 dosis de primovacunación con Prevenar 7-valente. Este estudio ha demostrado que las respuestas inmunes frente a los 7 serotipos comunes eran comparables a aquellas obtenidas con la dosis de recuerdo de Prevenar 7-valente. Sin embargo, los niños que hayan recibido Prevenar 7-valente durante la primovacunación no quedarán inmunizados frente a los serotipos adicionales contenidos en Synflorix (1, 5, 7F). Por lo tanto, no se puede predecir el grado y la duración de la protección frente a la enfermedad neumocócica invasora y otitis media debido a estos tres serotipos en niños de este grupo de edad después de una dosis única de Synflorix. 5.2 Propiedades farmacocinéticas. No se requiere evaluación de las propiedades farmacocinéticas para las vacunas. 5.3 Datos preclínicos sobre seguridad. Estudios realizados con una formulación 11-valente representativa de Synflorix revelaron que no existía riesgo especial para los humanos, basándose en estudios convencionales de seguridad farmacológica y estudios de toxicidad de dosis única y dosis repetidas. 6. DATOS FARMACÉUTICOS. 6.1 Lista de excipientes. Cloruro sódico. Agua para preparaciones inyectables. Para el adsorbente, ver sección 2. 6.2 Incompatibilidades. En ausencia de estudios de compatibilidad, este medicamento no debe mezclarse con otros. 6.3 Periodo de validez. 3 años. 6.4 Precauciones especiales de conservación. Conservar en nevera (entre 2°C y 8°C). No congelar. Conservar en el embalaje original para protegerlo de la luz. 6.5 Naturaleza y contenido del envase. 0,5 ml de suspensión inyectable en jeringa precargada (de vidrio Tipo I) con tapón (goma butilo) con o sin agujas. Envases de 1 ó 10. Puede que solamente estén comercializados algunos tamaños de envases. 6.6 Precauciones especiales de eliminación y otras manipulaciones. Durante el almacenamiento de la jeringa precargada puede observarse un depósito fino de color blanco con un sobrenadante claro transparente. Esto no constituye un signo de deterioro. Se debe inspeccionar visualmente el contenido de la jeringa precargada tanto antes como después de agitar para observar si existe alguna sustancia extraña y/o variación de aspecto físico antes de su administración. En caso de que se observe alguna de estas circunstancias, desechar la vacuna. Se debe dejar que la vacuna alcance la temperatura ambiente antes de su uso. La vacuna debe agitarse bien antes de su uso. La eliminación del medicamento no utilizado y de todos los materiales que hayan estado en contacto con él, se realizará de acuerdo con la normativa local. 7. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN. GlaxoSmithKline Biologicals S.A. Rue de l’Institut 89. B-1330 Rixensart, Bélgica. 8. NÚMERO(S) DE AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN. EU/1/09/508/001. EU/1/09/508/002. EU/1/09/508/003. EU/1/09/508/004. EU/1/09/508/005. 9. FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIÓN/RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN. Fecha de la primera autorización: 30 de marzo de 2009. 10. FECHA DE LA REVISIÓN DEL TEXTO. 30/03/2009. La información detallada de este medicamento está disponible en la página web de la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) http://www.emea.europa.eu/ 11. CONDICIONES DE PRESCRIPCIÓN Y DISPENSACIÓN: Con receta ordinaria, cupón precinto diferenciado con Visado de Inspección. Reembolsable por el Sistema Nacional de Salud. Synflorix 1 jeringa precargada + 1 aguja: P.V.P. 58,33 euros. P.V.P. I.V.A 60,66 euros. 28/10/09 12:39:38 14:27:33 11/12/09