SUSPENSION. DESCARGA Y CIRCULACION DE VEHICULOS. La

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250680. . Tribunales Colegiados de Circuito. Séptima Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen 151-156, Sexta Parte, Pág. 181.
SUSPENSION. DESCARGA Y CIRCULACION DE VEHICULOS. La suspensión no puede
negarse, salvo en casos de peligro grave, manifiesto e inminente a la salud o a la seguridad
pública, cuando de ejecutarse el acto reclamado y concederse luego el amparo, sería
imposible volver las cosas al estado que tenían antes de cometerse la violación constitucional.
Pero cuando la ejecución del acto reclamado no impide el retorno de las cosas al estado
anterior, pero si dificulta ese retorno, o bien causa a la parte quejosa daños y perjuicios, la
suspensión puede ser negada cuando de concederla se seguiría perjuicio al interés social, en
términos de la fracción II del artículo 124 de la Ley de Amparo. Y ello, independientemente
de la cuestión relativa a si la administración pública suele o no indemnizar a los particulares
por los daños y perjuicios que les causa con sus actos ilícitos, pues de tomarse en cuenta la
dificultad para tal reparación, procedería conceder siempre la suspensión, en el estado actual
de cosas, contra todos los actos de autoridad, fuese cual fuere el daño al interés social. Ahora
bien, en el segundo párrafo de la mencionada fracción II se mencionan algunos casos en que
el legislador, para liberar a las autoridades de la carga de la prueba, estimó presuntivamente
que se considerará que se sigue perjuicio a dicho interés público, como cuando de concederse
la suspensión se continúe el funcionamiento de centros de vicios, de lenocinios, la producción
y el comercio de drogas enervantes, etcetera. Pero en los casos no previstos en ese párrafo, la
lesión al interés público debe ser evidente o manifiesta, o bien debe probarse, para lo cual las
autoridades -que tienen interés en ejecutar su acto aunque cause daños y perjuicios al
quejoso, que quizás no le piensan reparar si obtiene el amparo-, o el tercer perjudicado, en su
caso, tienen la carga de aportar al ánimo del juzgador, para los efectos de la suspensión
únicamente, elementos de convicción acerca de la lesión que se seguiría al interés público
con la suspensión del acto reclamado, o de sus consecuencias. Y en esto, la sola afirmación
dogmática de las autoridades, que equivale únicamente al dicho de una de las partes en el
juicio, carece de más valor probatorio que el que pudiera tener el de cualquiera otra de las
partes. En consecuencia, si el acto reclamado consiste en el acuerdo del jefe del
Departamento del Distrito Federal que limita la circulación y descarga de vehículos dentro de
la zona urbana delimitada en el propio acuerdo, modificando con ello la situación
anteriormente establecida por la propia autoridad, para que se niegue la suspensión habrá que
determinar si su concesión causa lesión al interés público. En este aspecto, es manifiesto que
hay interés público en que se regule el tránsito en esta ciudad. También es manifiesto que hay
interés público en que se procure mas fluidez en el tránsito. Es asimismo manifiesto que el
prohibir la circulación de vehículos de carga, y la descarga de los mismos, ayuda a la fluidez
del tránsito, en principio. Pero también es manifiesto que hay interés público en que haya
carga y descarga de vehículos, para uso de comerciantes y de particulares. Y es también
manifiesto que entorpecer mas allá de cierto grado la circulación y descarga, puede tener
efectos nocivos para los comerciantes y también para el bien público, que se manifestarían,
entre otras cosas, en un aumento general de precios al trasladar los comerciantes a los
consumidores la carga pecuniaria de las horas extras y nocturnas de trabajo que la medida les
ocasionaría. Así pues, en las condiciones apuntadas, y ante dos intereses públicos opuestos,
es claro que debe haber un estudio de peritos en la materia, para determinar la urgencia en la
ejecución del acto y los daños y beneficios que la medida pueda ocasionar, en un sentido o en
otro. Y del resultado de ese estudio se deberá concluir que es lo que conviene al bienestar
público y al interés social. Es decir, con ese estudio se determinará cual de los platillos pesa
más en la balanza del interés social, y el Juez de amparo podrá determinar, presuntivamente y
para los efectos de la suspensión, si la fracción II del artículo 124 permite conceder la
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250680. . Tribunales Colegiados de Circuito. Séptima Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen 151-156, Sexta Parte, Pág. 181.
suspensión, o si ordena negarla. Pero si la respuesta no es obvia y manifiesta, y si las
autoridades no aportaron al incidente de suspensión ningún elemento de convicción al
respecto, ni lo contiene el acto reclamado, ni se menciona ni menos presenta al incidente el
estudio hecho, el Juez a quo no podría negar la suspensión a ciegas, obsequiando
gratuitamente los deseos de la autoridad, aceptando su simple afirmación dogmática de que la
necesidad de regular el tránsito hace que la reglamentación elegida satisfaga las necesidades
del interés social y que éste se lesionaría con la suspensión. Luego en estos casos procede
conceder la medida, ya que la ejecución del acto causara a los quejosos evidentes daños y
perjuicios de difícil (sino imposible) reparación, durante el tiempo en que se falle el amparo,
aunque de concederse éste bien podría restablecerse la situación anterior.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER
CIRCUITO.
Incidente en revisión 1234/81. Artículos Mundet para Embotelladores S.A. 8 de octubre de
1981. Mayoría de votos. Ponente: Guillermo Guzmán Orozco. Secretario: Mario Pérez de
León E.
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