Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe Latin American and Caribbean Economic System Sistema Econômico Latino-Americano e do Caribe Système Economique Latinoaméricain et Caribéen América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo . Secretaría Permanente del SELA Caracas, Venezuela Agosto de 2002 SP/Di No. 18 - 02) Copyright © SELA, mayo de 2002. Todos los derechos reservados. Impreso en la Secretaría Permanente del SELA, Caracas, Venezuela. La autorización para reproducir total o parcialmente este documento debe solicitarse a la oficina de Prensa y Difusión de la Secretaría Permanente del SELA ([email protected]). Los Estados Miembros y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir este documento sin autorización previa. Sólo se les solicita que mencionen la fuente e informen a esta Secretaría de tal reproducción. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo C O N T E SP/Di No. 18 - 02 N I D O PRESENTACIÓN I. INTRODUCCIÓN 3 II. EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO: CONCEPTOS, PROPUESTAS Y PLAN DE ACCIÓN 3 III. LOS RETOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 10 IV. V. MODIFICACIONES EN EL ENTORNO INTERNACIONAL PARA GARANTIZAR EL DESARROLLO SOSTENIBLE 17 CONCLUSIONES 20 ANEXOS: I. POSICIONES ENCONTRADAS EN EL PROCESO PREVIO A LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO 25 AMÉRICA LATINA (17 PAÍSES): DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO DE LOS HOGARES - 1990-1999 29 III. ALC EN EL COMITÉ DE COMERCIO Y MEDIO AMBIENTE (CCMA) DE LA OMC 31 II. BIBLIOGRAFÍA 33 Secretaría Permanente Globalización América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo P R SP/Di No. 18 - 02 E S E N T A C I Ó N Como parte de los estudios que la Secretaría Permanente del SELA viene realizando en torno a las negociaciones y compromisos derivados de las principales conferencias multilaterales, se presenta este documento con algunas ideas que - desde la perspectiva de este organismo - deberían ser consideradas por los gobiernos de la región para definir su participación en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo. Esta labor que ha venido impulsando en la etapa más reciente la Secretaría Permanente, tiene como objetivo principal apoyar a los Estados Miembros en la definición de sus estrategias de inserción en el escenario mundial. El presente documento aborda en un primer epígrafe lo concerniente al nuevo enfoque de desarrollo que implica la sostenibilidad, y al mismo tiempo discute algunos de los aspectos más importantes de la agenda y del plan de acción que se adoptará en la Cumbre de Johannesburgo. En un segundo momento se presentan los retos del desarrollo sostenible para Latinoamérica y el Caribe, teniendo en cuenta la situación económica, social y medioambiental de la región a inicios de este siglo XXI. Al final, en la tercera parte, se señalan lo que de acuerdo al SELA deberían ser las prioridades de América Latina y el Caribe en este foro – y en otros cónclaves multilaterales – para que realmente se proceda a una modificación de la institucionalidad internacional que coadyuve al logro de un desarrollo con justicia, equidad y que sea ambientalmente sostenible. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo I. SP/Di No. 18 - 02 3 INTRODUCCION Entre el 26 de agosto y el 4 de septiembre, tendrá lugar en la ciudad sudafricana de Johannesburgo la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible. Se espera que esta sea la mayor reunión internacional que se haya celebrado sobre los problemas de la sostenibilidad del desarrollo, y reunirá a miles de participantes, entre ellos Jefes de Estado y de Gobierno, empresarios y representantes de la sociedad civil. La Secretaría Permanente del SELA, ha venido realizando recientemente estudios que analizan las conclusiones o compromisos derivados de los principales foros de negociación y discusión a nivel internacional. Esta tarea sistemática de la secretaría tiene como objetivo principal, apoyar a los Estados Miembros en la definición de sus estrategias de inserción en el escenario económico mundial. Como parte de esta línea de trabajo, se presenta este documento con algunas ideas que desde la perspectiva del SELA, deberían ser consideradas por los gobiernos de la región para definir tanto su participación como la posición de los mismos en Johannesburgo. Sin lugar a dudas, las propuestas de medidas concretas a adoptar que se decidan en esa Cumbre, y el grado de concreción de las mismas, tendrán un impacto importante sobre el entorno internacional. Se supone que ello ayude a viabilizar la adopción de un enfoque diferente de desarrollo y modifique la naturaleza de la cooperación internacional. Este trabajo aborda en un primer epígrafe lo concerniente al nuevo enfoque de desarrollo que implica la sostenibilidad, y al mismo tiempo discute algunos de los aspectos más importantes de la agenda y del plan de acción que se adoptará en la Cumbre de Johannesburgo. En un segundo momento se presentan los retos del desarrollo sostenible para Latinoamérica y el Caribe, teniendo en cuenta la situación socio-económica actual y los grados de cumplimiento por la región de los compromisos definidos en la Agenda 21. Al final, en la tercera parte, se señalan lo que de acuerdo a la Secretaría Permanente, deberían ser las prioridades de América Latina y el Caribe en este foro – y en otros cónclaves multilaterales – para que realmente se proceda a una modificación de la institucionalidad internacional que coadyuve al logro de un desarrollo con justicia, equidad y ambientalmente sostenible para todos los pueblos del mundo. II. EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO: PROPUESTAS Y PLAN DE ACCIÓN CONCEPTOS, Existe un consenso creciente en el sentido de que toda propuesta o proyecto de desarrollo en la actualidad tiene que considerar los límites que impone la necesaria preservación del medio ambiente. El medio ambiente debe entenderse como el sistema de elementos bióticos, abióticos y socio-económicos, que están en interrelación con los seres humanos. En su acepción más amplia, el medio ambiente incluye también aspectos sociales, económicos, éticos, estéticos, históricos y culturales. Según CEPAL, el objetivo de elevar permanentemente los niveles de bienestar del conjunto de la población requiere avances significativos en la consolidación de economías dinámicas y competitivas. Pero en este contexto, la equidad y el desarrollo económico – incluida su dimensión de desarrollo sostenible - son elementos de una misma estrategia integral. Secretaría Permanente 4 Globalización Los determinantes de equidad no sólo en cuanto a ingresos, sino también en términos de acceso a los frutos del desarrollo y los recursos naturales, están indisolublemente vinculados a la propia noción de “desarrollo sostenible”. En verdad, los problemas relativos a la “capa de ozono”, al calentamiento global, a la destrucción de bosques tropicales, a la pérdida de diversidad biológica, etc; han estado asociados a niveles crecientes de pobreza y a un manejo inadecuado de los frutos del desarrollo tecnológico. Son múltiples los vínculos entre desarrollo económico, desarrollo social y sostenibilidad ambiental. Como señala la experiencia internacional, los patrones de desarrollo económico no son neutrales ni en términos sociales, ni tampoco en cuanto a impacto ambiental. Un patrón de desarrollo sostenible implica necesariamente establecer mecanismos de reproducción económica eficaces que promuevan el desarrollo social, la reducción de las desigualdades y la eliminación de toda forma de discriminación. Estos procesos virtuosos crean al mismo tiempo condiciones propicias para el desarrollo económico como resultado de la inversión en “capital humano” y la construcción de múltiples formas de capital social, las que a su vez favorecen la competitividad sistémica de las economías. Obviamente, un modelo de desarrollo sostenible requiere una adecuada valoración económica y social de los recursos naturales, de los procesos ecológicos y de los servicios ambientales. Por ello, supondría igualmente una ciudadanía más solidaria, reflexiva y activa en materia ambiental y un mercado moderno con capacidad de innovación tecnológica y orientado hacia la producción limpia. Lo anterior es imposible sin la consolidación de un estado eficiente con demostrado liderazgo en la definición e implementación de una estrategia integral de desarrollo, la que tiene que priorizar los aspectos de desarrollo social y la valoración ambiental, los cuales son elementos que no pueden quedar en manos del mercado. Esto es lo que se ha dado en llamar un nuevo pacto social en torno al desarrollo. En el actual mundo globalizado, la concreción de la visión de desarrollo sostenible anteriormente plasmada – que incorpora dinámica y coherentemente tres pilares con igual precedencia: económico, social y ambiental – exige una cooperación que tome como base la interdependencia constructiva y la solidaridad internacional. Si se intentara entonces sintetizar algunos de los elementos integrados que supone el concepto de desarrollo sostenible, estos incluirían - entre otros - los siguientes: • La integración de políticas sociales, económicas y ambientales a fin de revertir antes de que se tornen inmodificables, las tendencias que amenazan la calidad de vida de los seres humanos. • La adopción de patrones de producción y consumo que no acentúen los desequilibrios entre ricos y pobres, tanto a nivel nacional como regional e internacional, y que consideren los límites del medio ambiente en el diseño e implementación de dichos patrones. • Una combinación de creatividad política y de apoyo a la ciencia, que permita comprender fenómenos absolutamente nuevos y enfrentar eficientemente los problemas que sistemáticamente se presenten en la – y por la - implementación de políticas. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo SP/Di No. 18 - 02 5 • Lograr un desarrollo capaz de responder eficazmente al abrumador problema de la pobreza y evitar sus efectos negativos para la sostenibilidad. • Incorporar en las consideraciones de equidad, los diversos aspectos vinculados a la equidad de género. Esto supone la plena participación de las mujeres en la formulación y aplicación de políticas, en los ámbitos local, nacional, regional y global. • Establecer una colaboración mundial equilibrada y justa, lo que de hecho implica concebir a la globalización también en términos de sostenibilidad. • En definitiva, la concepción de “desarrollo sostenible” no identifica como problema fundamental sólo al uso no sostenible de los recursos naturales, sino el de un modelo de desarrollo que privilegia el crecimiento económico por encima de la sostenibilidad ambiental y social. Por ello, modificar radicalmente el patrón precedente y proceder a la implementación del “nuevo modelo” no se limita a la esfera material de la vida, y tiene que incluir también elementos éticos, morales y culturales. En conclusión, la pobreza extrema, la degradación ambiental, el subdesarrollo y los patrones de producción y consumo insostenibles, así como la falta de equidad en materia de distribución del ingreso, afectan a todos los países de la comunidad internacional, pero sobre todo a las naciones en desarrollo. En este contexto, la cooperación internacional es crucial como elemento de unión entre los esfuerzos de todo el mundo para alcanzar el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las generaciones presentes y futuras. - De Río (1992) a Johannesburgo (2002): Propuestas, principios y retos Los elementos arriba recogidos, han constituido el centro de atención de importantes actores, personalidades e instituciones a nivel internacional desde hace tiempo. La celebración de la denominada “Cumbre de la Tierra” en Río de Janeiro (1992) constituyó sin lugar a dudas un hito en la lucha de la humanidad a favor de la sostenibilidad del desarrollo, única garantía de mantenimiento de la vida y el progreso de la civilización en la Tierra. La concreción de la visión plasmada en Río incorporaba integralmente la preocupación por el medio ambiente y la no menos legítima preocupación por la economía y la erradicación de la pobreza. Una evaluación general de los diez años transcurridos desde Río, debería reconocer efectivamente que el entorno internacional en relación con el desarrollo sostenible observó en este período algunos cambios positivos. En efecto, se difundieron paulatinamente ciertos principios éticos globales y el propio concepto de desarrollo sostenible se constituyó en marco de referencia de la agenda internacional. De igual manera, se avanzó notablemente en la codificación del derecho ambiental. Sin embargo, muchos observan con preocupación que la implementación de los compromisos asumidos en Río han acusado notables retrasos; y que todavía está por impulsarse la necesaria transformación profunda de los estilos de desarrollo predominantes en el mundo, para avanzar decididamente en la superación de la pobreza y de las enormes diferencias de ingresos que exhibe la economía mundial contemporánea. En definitiva, a diez años de la Conferencia de Río, las condiciones para el desarrollo sostenible no son mejores que las prevalecientes en 1992. Secretaría Permanente 6 Globalización En diciembre del año 2001, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan dio a conocer un informe donde señala que los objetivos establecidos en Río: “ (…) se están logrando con mayor lentitud que la prevista y, en cierto sentido, las condiciones actuales son peores que hace 10 años”. Indica que con una voluntad política decidida, la adopción de medidas prácticas y el establecimiento de compromisos asociativos fuertes es posible superar varios obstáculos importantes que han provocado que los resultados obtenidos en la consecución del desarrollo sostenible hayan sido muy desiguales. El informe es una evaluación franca del progreso alcanzado en la ejecución de la Agenda 21 y ha sido base documentada en las negociaciones previas a la Cumbre de Johannesburgo, y sin duda refleja la posición que la ONU desea prevalezca en las discusiones, así como en la adopción de estrategias y compromisos. El mismo establece la posibilidad de adoptar múltiples medidas para lograr que la globalización facilite el desarrollo sostenible y reitera además la validez de la Agenda 21. Según el informe, la ejecución de la Agenda 21 se ha visto entorpecida por cuatro factores principales, a saber: • Un enfoque fragmentado donde las políticas y los programas abordan cuestiones económicas, sociales y ambientales de manera no integrada. • Ausencia de políticas coherentes en las esferas de las finanzas, el comercio, las inversiones y la tecnología, y de políticas proyectadas con una visión de largo plazo. • Patrones de producción – y tecnológicos – que implican una utilización excesiva de recursos, y presionan los ecosistemas. • La falta de recursos para la ejecución de la Agenda 21. A las dificultades de los países en desarrollo (PED) para acceder a las nuevas tecnologías e inversiones privadas procedentes de los países desarrollados, se une la significativa reducción de la ayuda oficial para el desarrollo en el último decenio. El informe, que examina el estado actual del medio ambiente global, provee información relevante para acordar las acciones y compromisos definitivos a asumir. Entre las realidades que han determinado los temas propuestos por la CDS (Comisión de Desarrollo Sostenible de la ONU, que actúa como Comité Preparatorio de la Cumbre de Johannesburgo) durante las reuniones previas a la Cumbre se destacan: • La población del mundo superó los 6 000 millones de habitantes en el año 2000, en contraste con los 2 500 millones de habitantes que había en 1950 y los 4 400 millones de habitantes del decenio de 1980. Las proyecciones muestran que la población mundial llegará a los 8 000 millones de habitantes en el 2025 y a los 9 300 millones de habitantes para 2050. • El 15% de la población mundial vive en países de altos ingresos y a ella corresponde el 56% del consumo mundial; mientras que al 40% más pobre de la población mundial - que vive en los países en desarrollo (PED) - corresponde únicamente el 11%. El promedio de gastos de consumo de una familia africana se ha reducido en un 20% en comparación con 25 años atrás. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo SP/Di No. 18 - 02 7 • Hay 815 millones de personas desnutridas en el mundo, y 777 millones de ellas viven en los PED. Las cifras están reduciéndose en Asia, pero aumentan en África. • Hay 1.100 millones de personas que carecen de acceso al agua potable y cerca de 2 400 millones de personas que carecen de saneamiento adecuado. En los PED, 89 por cada mil niños nacidos mueren antes de cumplir la edad de 5 años y más de 113 millones de niños en los PED en edad de recibir la enseñanza primaria – de los cuales el 60% son niñas- no asisten a la escuela. • El agua contaminada, el saneamiento inadecuado y la falta de higiene causan más del 80% de las enfermedades en los PED. El paludismo por sí sólo provoca más de un millón de muertes al año. • En los próximos dos decenios, el mundo necesitará un 17% más de agua dulce para cosechar alimentos y enfrentar así el aumento de la población previsto en los PED. Para el año 2025, las dos terceras partes de la población mundial es muy probable que habiten en zonas que sufren de carencia de agua. • Más de 11.000 especies están amenazadas de extinción, más de 800 se encuentran totalmente extinguidas y otras 5.000 podrían desaparecer a menos que se adopten medidas en este sentido. • La mitad de las principales zonas pesqueras del mundo se utilizan plenamente y una cuarta parte de ellas son sometidas a prácticas de pesca excesiva. • La deforestación prosigue a una tasa estimada de 14,6 millones de hectáreas al año, aunque 5,2 millones de hectáreas han sido recuperadas como resultado de nuevos brotes y el establecimiento de plantaciones forestales. Las más elevadas tasas netas de deforestación se encuentran en América del Sur y en África. • La población de los países desarrollados utiliza casi 10 veces más energía per cápitacasi - que la población de las regiones en desarrollo. • El 95% de la energía consumida con fines de transporte se extrae del petróleo. Se prevé que las emisiones de dióxido de carbono, una de las principales causas del cambio climático, aumentarán en un 75% en el período 1997 - 2020. En el informe se sugirió entonces una lista de las 11 esferas en las que se deben establecer y cumplir objetivos alcanzables, en relación con las cuales es necesario adoptar medidas amplias para: a) Lograr que la globalización sea compatible con el desarrollo sostenible; b) Erradicar la pobreza y mejorar los medios de vida en las zonas rurales y urbanas, reduciendo a la mitad para el 2015 las personas que viven con menos de un dólar al día; c) Modificar los patrones insostenibles de producción y consumo; d) Promover la salud mediante el acceso seguro y económicamente asequible al agua dulce, la reducción del plomo en la gasolina y el mejoramiento de la calidad del aire en locales cerrados; Secretaría Permanente 8 e) Globalización Proporcionar acceso a la energía y mejorar la eficiencia energética mediante la creación y la utilización de tecnologías que fomenten las fuentes de energía renovables y el alto rendimiento energético; f) Preservar el equilibrio de los ecosistemas y garantizar la diversidad biológica, haciendo frente a la pesca excesiva, las prácticas no sostenibles en materia de silvicultura y la contaminación marina, entre otros; g) Mejorar la gestión de los suministros de agua dulce y hacer más equitativa la distribución de recursos hídricos; h) Proporcionar recursos financieros y tecnologías ecológicamente racionales a los PED; i) Apoyar el desarrollo sostenible en África mediante programas nuevos y amplios que permitan crear instituciones y sistemas que puedan abordar cuestiones relacionadas con el hambre, la salud y la protección del medio ambiente, así como la gestión de los recursos; y j) Fortalecer el sistema de administración internacional con miras al desarrollo sostenible. A partir de los puntos anteriormente señalados, surge el proyecto del Plan de Acción1 de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, documento propuesto por la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible de la ONU constituida en Comité Preparatorio de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (CDS10). Cuenta con 158 párrafos y es ambicioso en los temas que contempla. El mismo fue finalmente presentado y discutido en la cuarta reunión preparatoria para la Cumbre, y todavía no cuenta con la aprobación definitiva por parte de todos los estados miembros. La dinámica internacional reciente ha generado preocupaciones aumentadas respecto a la viabilidad y eficiencia de una cita mundial como la planificada para Johannesburgo, y obviamente respecto a la aprobación y posterior aplicación de los acuerdos allí asumidos. La actual coyuntura de desaceleración/crisis económica en los principales centros, los cambios en las prioridades de los más importantes actores internacionales a partir de los actos terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, y la pérdida de confianza en algunos de los fundamentos del multilateralismo como resultado de tensiones en la cooperación internacional y de la profusión de prácticas claramente discriminatorias y unilaterales; pudieran influir en que el cortoplacismo desplace y silencie los objetivos de largo plazo del desarrollo sostenible. Este escenario, que ha servido de trasfondo a los trabajos preparatorios y las discusiones previas a la Cumbre de Johannesburgo; también ha estado caracterizado por la expresión - como era de prever - de muy diversos intereses que esperan diferentes resultados de esta próxima cita mundial.2 Varios países, sobre todo los más pobres insisten 1 El Plan de Aplicación contiene 11 recomendaciones para la acción: 1) Renovación de la asociación Norte-Sur y la visión que comenzó en Río; 2) Un enfoque equitativo y sustentable de los recursos naturales; 3) Democracia, participación popular y fortalecimiento de capacidades; 4) Instituciones internacionales para el desarrollo sostenible; 5) Grupos de interés y asociaciones; 6) Responsabilidad corporativa; 7) Consumo y producción sostenibles; 8) Comercio y preocupaciones ambientales; 9) Asistencia al desarrollo y transferencia de recursos; 10) Atención especial a las Iniciativas de África sobre desarrollo sostenible; 11) Ratificación de convenciones ya firmadas. 2 Véase al respecto el Anexo Nº 1. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo SP/Di No. 18 - 02 9 en la necesidad de que el foco central de la conferencia sea el de la lucha contra la pobreza; mientras que los pequeños y vulnerables estados insulares del mundo en desarrollo prefieren que se llame la atención sobre el hecho de que los actuales patrones de producción y consumo están detrás del calentamiento global, lo que eleva el nivel de los mares y amenaza la propia existencia de estos estados. Algunos grupos ambientalistas de los países industrializados, por su parte, plantean que la prioridad de tales discusiones tiene que ser la búsqueda de acciones concretas para preservar los ecosistemas del mundo. Ciertas organizaciones no gubernamentales que han adquirido presencia importante en foros como el de Johannesburgo, prefieren que esta cumbre priorice las cuestiones referidas a la salud y el desarrollo social; mientras otras insisten en que la base de todo esfuerzo para la sostenibilidad del desarrollo radica en garantizar el crecimiento económico y los derechos humanos para todos. Algunos quieren acciones internacionales más fuertes, mientras que otros plantean una mayor responsabilidad de las autoridades e instituciones domésticas. Sin embargo, muchos de los principales actores y entidades vinculadas directamente al debate actual sobre desarrollo sostenible, y también la inmensa mayoría de los países en desarrollo, son de la opinión de que la Cumbre de Johannesburgo debe tener como principal objetivo la renovación del compromiso político al más alto nivel con el desarrollo sostenible, y en consecuencia definir un plan negociado de ejecución de los compromisos que se habían delineado con anterioridad en Río. A través de un acuerdo consensuado, se espera que como resultado primario de Johannesburgo los gobiernos, la sociedad civil y el sector empresarial adopten medidas y acuerdos de colaboración mediante los cuales se aborden problemas específicos y se logren resultados mensurables que mejoren las condiciones de vida de la gente en todo el mundo, pero sobre todo la que habita en los países en desarrollo. Entre los principios de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo hay cuatro de particular importancia para la comunidad internacional que tienen que ser reiterados en la cita de Johannesburgo. Ello constituiría un reconocimiento explícito del compromiso respecto a los presupuestos que sirvieron de base al consenso que con mucho esfuerzo, se había alcanzado con anterioridad. Estos principios claves son: 1. Responsabilidades comunes pero diferenciadas, lo que de hecho reconoce la “deuda ambiental” en que han incurrido los países industrializados; 2. Principio precautorio, el cual supone que la ausencia de certeza científica en caso de peligro de daño grave o irreversible al medio ambiente, no puede justificar la postergación o no adopción de medidas encaminadas a evitar o reducir al mínimo la amenaza; 3. Quien contamina, paga; lo que en última instancia dispone cómo deben distribuirse los costos de la protección ambiental; y 4. El derecho a saber, mediante el cual se establece que las comunidades tienen que contar con información precisa sobre los riesgos ambientales que enfrentan. Específicamente, lo resultados a obtener en la próxima cumbre deberían incorporar los siguientes aspectos: a) Adoptar una visión amplia y transversal del tema del medio ambiente en el contexto de las estrategias integrales de desarrollo sostenible. Ello implica reconocer simultáneamente y de manera integral las consideraciones económicas, sociales y ambientales asociadas a esta problemática, y también las interrelaciones entre la Secretaría Permanente 10 Globalización dimensión “interna” o “nacional” con los fenómenos o aspectos del “escenario internacional”; b) Fortalecer la institucionalidad ambiental internacional, de tal forma que se otorgue coherencia al conjunto de acuerdos al respecto que se han adoptado o se adoptarán en los más disímiles foros multilaterales; c) Otorgar una alta prioridad al Protocolo de Kyoto, y en particular al concepto del mecanismo de desarrollo limpio; d) Garantizar la consolidación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global Environmental Fund – GEF); e) Fomentar la comprensión, aceptación y aplicación más amplia de la concepción de “desarrollo sostenible” entre los encargados de la formulación de políticas en los ámbitos local, nacional y regional; f) Fomentar una cultura del desarrollo sostenible en las comunidades, la sociedad civil y el sector privado, a través de la educación y de estrategias de difusión y formación de conciencia colectiva; g) Reconocer las particularidades de todos los ecosistemas regionales y subregionales – áridos, semiáridos, de montaña, boscosos, marinos, acuáticos e insulares – que son ricos y variados, pero que incorporan grados disímiles de fragilidad. III. LOS RETOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Cuando se realiza un balance del estado económico y social de América Latina y el Caribe (ALC) en estos últimos tiempos, acorde a la concepción de desarrollo sostenible, sobresale un cuadro que cuestiona el generalizado optimismo al respecto que se observaba en la región a principios de la década pasada. El ritmo de crecimiento económico regional entre 1992-2001 es inferior al registrado en el período previo a la “crisis de la deuda” y resulta insuficiente para reducir efectivamente la brecha que separa a ALC de los países industrializados. Es más, desde fines de 1997 aproximadamente, el desempeño económico regional – en términos de actividad global y per cápita – da cuenta ya de una “media década perdida” según CEPAL.3 3 Véase al respecto CEPAL (2002a). 11 América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo SP/Di No. 18 - 02 CUADRO Nº 1 AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: DESEMPEÑO ECONÓMICO. 1992-2001 (Tasas anuales de crecimiento) PAIS AMERICA LATINA Y EL CARIBE Antigua y Barbuda Argentina Barbados Belice Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba Dominica Ecuador El Salvador Granada Guyana Guatemala Haití Honduras Jamaica México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Saint Kitts-Nevis San Vicente y Las Granadinas Santa Lucía Suriname Trinidad-Tobago Uruguay Venezuela Producto Interno Bruto (PIB) 1999 2000 2001 1992(a) 2001 0.5 3.9 0.4 2.8 1999 -1.1 PIB por habitante 2000 2001 (a) 2.3 -1.1 19922001 1.2 4.9 -3.4 3.0 6.0 0.3 0.9 -0.7 -3.8 8.0 6.8 1.3 -7.9 3.4 7.5 5.0 3.9 2.9 -1.5 0.6 3.7 7.4 3.5 -0.1 0.9 8.0 2.6 -0.8 3.1 10.5 2.3 4.2 4.4 2.2 2.2 5.3 9.7 2.3 2.1 6.5 -2.3 3.4 1.9 4.8 1.0 6.8 6.0 2.6 -0.6 3.0 7.8 4.3 -4.5 -2.2 4.7 1.3 1.5 2.8 1.5 1.0 2.5 -5.2 6.0 1.9 -3.3 2.3 1.8 -0.7 2.7 1.8 -0.4 3.1 0.4 2.4 0.2 2.7 3.5 2.6 1.3 4.7 3.4 2.7 5.5 2.5 5.0 0.0 1.2 1.9 4.3 3.1 5.0 4.0 -0.9 3.2 0.9 3.0 4.0 3.7 1.8 3.8 6.1 3.2 -4.6 2.6 3.6 -2.0 -0.4 -2.0 -5.5 5.4 6.4 1.4 -9.7 1.3 7.2 4.6 1.2 1.1 -4.1 -0.2 2.1 4.5 1.9 -2.6 -0.8 6.1 2.6 -2.0 3.1 8.5 0.1 2.8 3.1 0.4 0.0 4.9 0.8 0.4 0.1 6.2 -2.8 0.7 0.1 2.1 0.2 5.2 3.2 1.0 -3.1 1.4 6.0 3.7 -5.6 -2.6 2.5 -0.9 0.2 1.6 -0.2 -1.2 2.1 -5.2 4.1 0.0 -3.7 1.8 -0.8 -2.5 0.1 1.0 -1.9 0.4 -1.1 -0.1 -1.4 1.1 3.1 1.3 0.9 2.6 1.0 1.3 4.0 0.5 2.2 -0.5 1.3 -0.1 2.2 2.8 4.5 1.3 -2.7 0.4 0.1 1.3 1.1 1.9 -0.9 2.0 4.3 3.5 3.6 5.0 1.8 2.0 ... 4.2 3.3 4.3 2.9 5.8 1.2 2.0 ... 4.9 2.6 2.8 -3.5 7.8 -2.9 -5.8 0.3 -1.2 9.2 -1.8 3.8 -5.0 1.9(*) 4.3 -2.9 2.8 1.4 0.0 4.1 2.3 1.6 1.4 -3.8 7.3 -3.6 -7.7 -1.1 -1.7 8.8 -2.5 1.8 -6.4 ... 3.8 -3.6 0.9 0.2 -0.3 3.4 1.6 -0.5 Fuente: CEPAL (2002). Situación y Perspectivas. Estudio Económico de América Latina y el Caribe. 2001-2002. Notas: (a). Preliminar; (*) Según IMF (2001); (...) No disponible. Los bajos ritmos de crecimiento económico general de ALC se han dado simultáneamente a una disminución o mantenimiento en niveles deprimidos del coeficiente de inversión en capital fijo en la mayoría de los países latinoamericanos y Secretaría Permanente 12 Globalización caribeños. Esto sin lugar a dudas, tiene implicaciones no sólo para el corto plazo en tanto limita la capacidad de crecimiento potencial de estas economías, que además enfrentan serios rezagos tecnológicos, sociales y de competitividad. Se asiste entonces a un cuestionamiento de los supuestos optimistas que habían prevalecido desde hace más de 15 años en ALC, en el sentido de que el logro de los equilibrios macroeconómicos internos, junto a la apertura externa y la reducción del papel del estado en la conducción económica, garantizarían un crecimiento estable y dinámico. Los avances en cuanto a estabilidad de precios y control en los balances fiscales de varios de los países de la región hasta fines de los años de la década anterior, se han dado simultáneamente a variaciones en la baja de los ritmos de crecimiento y frecuentes crisis financieras. Otro de los rasgos que ha caracterizado al desempeño económico y social de la región en este período ha sido la mayor heterogeneidad estructural y consiguientemente una mayor concentración de los ingresos y del poder económico en la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños. La flexibilización de las políticas monetarias, como respuesta oficial ante el deterioro de la coyuntura a partir de los últimos años de los noventa, no ha tenido los efectos positivos esperados. La caída en los niveles de tasas de interés internas que se observa en algunas economías latinoamericanas no ha implicado una recuperación del crédito interno; y pudieran ser contraproducentes teniendo en cuenta los limitados montos de ahorro interno que históricamente se han experimentado en la región. La depreciación en las monedas provocadas entre otros factores por la política monetaria más laxa, ha exacerbado la inestabilidad financiera y presionado sobremanera a los sistemas bancarios, sin que se observen ganancias importantes en cuanto a competitividad externa.4 La conjunción del magro crecimiento en la actividad económica con las restricciones presupuestarias que han impedido una activa política fiscal anticíclica, ha estado en la base del cuadro general negativo que han experimentado el empleo y los niveles de salario medio en estos tiempos. Ello ha determinado el mantenimiento en condiciones de pobreza de una parte mayoritaria de la población latinoamericana y caribeña. Esto unido a los crónicos perfiles de distribución de los ingresos caracterizados por su extrema inequidad, explica las enormes presiones sociales que han padecido varios países en el período más reciente.5 Téngase en cuenta que de acuerdo a la información contenida en el Anexo Nº 2, de 17 países latinoamericanos, en sólo dos casos – Costa Rica y Uruguay – el 10 % más rico de la población disponía de ingresos que equivalían a menos del 30% del total generado por dichas sociedades al final de los noventa. En el cuadro social de la región, la estructura de política fiscal predominante ha tenido implicaciones negativas importantes. Por una parte – y a pesar del mejoramiento en los saldos fiscales de los gobiernos de la región hasta 1998 - hay consenso de que los bajos niveles de ingresos públicos en ALC son el resultado de muy reducidas tasas de tributación. La base tributaria se concentra en varios países latinoamericanos en impuestos indirectos, cuya incidencia distributiva tiende a ser regresiva. El aumento del gasto público en el largo plazo sólo es posible ampliando la base tributaria; y al mismo tiempo hay una recurrente tendencia procíclica del gasto social, lo que es contradictorio con las necesidades sociales apremiantes durante los períodos de crisis. 4 CEPAL (2002). Crecimiento económico de América Latina y el Caribe será negativo en 2002. Comunicado de Prensa, 1º de agosto de 2002. 5 Véase al respecto el cuadro en el Anexo Nº 2. 13 América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo SP/Di No. 18 - 02 Por otra parte, el sistema educativo de la región también contribuye a la segmentación social. En efecto, persisten rezagos de cobertura en la educación primaria – más elevados en los niveles secundarios y universitarios – altas tasas de repetición de estudiantes provenientes de los hogares de menores ingresos, y una fuerte segmentación entre estratos socio-económicos en el acceso a una educación de calidad.6 Una visión de más largo plazo, también muestra que para varias naciones de la región el desempeño de la última década ha sido inferior al promedio de crecimiento para todo el período 1975-2000; y que en 20 de un total de 32 países computados en el Cuadro Nº 2, el mayor nivel del PIB per cápita alcanzado tuvo lugar con anterioridad al año 2000. CUADRO Nº 2 AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. DESEMPEÑO ECONÓMICO A LARGO PLAZO PAIS Antigua y Barbuda Argentina Barbados Belice Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba Dominica Ecuador El Salvador Granada Guyana Guatemala Haití Honduras Jamaica México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Saint Kitts-Nevis San Vicente y Las Granadinas Santa Lucía Suriname Trinidad-Tobago Uruguay Venezuela PIB per cápita (PPA en US$) 2000 Tasa de crecimiento anual del PIB per cápita (%) 1975-2000 1990-2000 10541 12377 15494 5606 2424 7625 9417 6248 8650 -5880 3203 4497 7580 3963 3821 1467 2453 3639 9023 2366 6000 4426 4799 6033 4.6 0.4 1.3 2.9 -0.5 0.8 4.1 1.6 1.1 --0.2 -0.1 3.9 0.3 --2.0 0.1 0.5 0.9 -3.5 0.8 0.7 -0.7 1.7 2.8 3.0 1.7 1.6 1.6 1.5 5.2 1.1 3.0 3.7 --0.3 2.6 2.9 5.0 1.4 -2.7 0.4 -0.4 1.4 0.6 2.3 -0.4 2.9 4.2 12510 5555 5.7 3.9 4.7 2.6 12510 5555 2000 2000 5703 3799 8964 9035 5794 4.4 -0.1 0.5 1.4 -0.9 0.9 3.0 2.3 2.6 -0.6 5703 4298 9005 9557 7845 2000 1998 1982 1998 1977 Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano, 2002. 6 CEPAL . PIB per cápita Mayor valor Año de durante 1975mayor 2000. (PPA valor US$) 10541 2000 13204 1998 15494 2000 5606 2000 2721 1978 7625 2000 9417 2000 6653 1997 8691 1999 ----3561 1997 5018 1978 7580 2000 4016 1999 3917 1980 2423 1980 2601 1979 3981 1975 9023 2000 5284 1977 6000 2000 5149 1981 5442 1981 6033 2000 Secretaría Permanente Globalización 14 Nota: La estadística aquí contemplada toma como base la “paridad de poder adquisitivo” (PPA), expresado en dólares estadounidenses. Si a las anteriores estadísticas del PNUD se le adiciona el comportamiento del año 2001 y las estimaciones correspondientes al actual, el “retroceso temporal” en cuanto a dinamismo económico resulta más pronunciado para la mayoría de las naciones de la región. Igualmente es importante tener en cuenta que América Latina y el Caribe ha mantenido una muy vulnerable integración a la economía mundial. El peso relativo de las economías de ALC dentro de los totales mundiales, sigue siendo muy reducido y con una tendencia a su disminución. Por otro lado, el avance de los países de la región en cuanto a los niveles de intensidad tecnológica de sus exportaciones – indicador que hasta cierto punto refleja la calidad de la inserción internacional – manifiesta desventajas evidentes en el período. CUADRO Nº 3 AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. ESTRUCTURA EXPORTADORA SEGÚN CATEGORÍAS DE INTENSIDAD TECNOLÓGICA EN 1985 Y 2000 (En porcentajes de las exportaciones) País América Latina y Caribe México MERCOSUR CAN MCCA CARICOM Chile Productos primarios Manufacturas Manufacturas Manufacturas Manufacturas Productos basadas en de baja de de alta no recursos tecnología tecnología tecnología clasificados naturales media 1985 2000 1985 2000 1985 2000 1985 2000 1985 2000 1985 2000 50.0 27.3 23.5 17.0 7.9 14.0 12.1 24.6 4.3 14.0 2.2 3.1 53.4 42.6 59.8 71.6 41.7 41.0 11.7 34.7 59.5 27.7 37.4 40.3 10.3 23.9 32.8 10.9 39.3 50.9 5.8 24.1 24.5 9.2 34.9 48.6 5.8 12.8 2.8 8.5 5.4 1.3 14.7 11.0 6.3 39.7 10.2 3.0 18.0 15.8 2.9 4.4 5.7 3.6 38.5 21.2 6.4 6.6 11.6 5.7 9.9 2.7 0.3 3.7 6.0 0.4 25.3 6.6 0.9 14.5 1.4 0.7 2.6 2.1 1.4 0.9 1.9 2.9 3.9 2.4 2.4 2.2 4.6 1.7 Fuente: CEPAL sobre la base de la información obtenida del Programa Computacional CAN (versión 2002). Para las economías de la región la mayor parte de los productos exportados se concentra en bienes primarios y manufacturas basadas en recursos naturales. Si se excluyeran de las estadísticas a México y a Costa Rica (este último dentro del grupo de países miembros del MCCA), menos del 10 % del total de las exportaciones de cada una de las demás naciones clasifican como productos de alta tecnología. Lo anterior es reflejo de las debilidades estructurales del aparato productivo de ALC y determina – junto a otros factores – la vulnerabilidad externa de la región. Adicionalmente, estudios realizados por CEPAL también dan cuenta que la estructura exportadora de ALC que emerge en los años 90 – simultáneamente a la consolidación de las políticas de apertura externa - es ambientalmente más vulnerable que la de los años 80. En la mayoría de los países se ha tendido a una especialización más intensiva en recursos naturales.7 CEPAL (1999). Impactos ambientales de los cambios en la estructura exportadora en nueve países de América Latina y el Caribe: 1980-1995. Serie: Medio Ambiente y Desarrollo. 7 América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo 15 SP/Di No. 18 - 02 Si bien en estos años ha habido un incremento perceptible en el establecimiento de regulaciones medio ambientales en Latinoamérica y el Caribe, en muchas ocasiones todavía dichas normas medio ambientales son raramente aplicadas o en el mejor de los casos, muchas decisiones son tomadas sin tener en cuenta sus efectos sobre el medio ambiente. La filosofía de que cualquier problema medio ambiental que ocurre hoy, puede ser corregido en el futuro está todavía presente en varias instituciones y sectores económicos y sociales de la región. A esto habría que añadir las limitaciones del financiamiento para apoyar la preservación del medio ambiente. Según CEPAL, en los años 90 los gastos destinados al medio ambiente no habían superado en promedio el 1% del PIB regional y, en general, no se ha observado un alza en los presupuestos públicos en esta área.8 La mayoría de los análisis que se han venido realizando al respecto, confirman que el balance entre los procesos de deterioro y las transformaciones adecuadas para establecer patrones de desarrollo ambientalmente sostenibles en ALC sigue siendo negativo. A lo largo de los 90 se advertían señales de deterioro del aire, el agua y los suelos; y la región había sido víctima de una serie de desastres naturales, en parte atribuibles a los efectos de la acción humana. A lo anterior habría que agregar un ordenamiento territorial inadecuado, construcciones e infraestructura mal diseñadas, y falta de mecanismos eficaces de reducción de riesgos y de “alerta temprana”. Resultan notorias las debilidades institucionales presentes: por un lado las agencias e instancias reguladoras de la problemática medio ambiental no están integradas eficientemente a los centros de decisión política y, por otro, hay una escasa penetración de los temas medio ambientales en la sociedad civil regional. Si bien se percibe un reconocimiento incrementado por parte de los líderes económicos de ALC respecto a la problemática de la “sostenibilidad”, los esfuerzos por reducir o eliminar el despilfarro, reciclar materiales de desecho, controlar la polución y conservar los recursos no renovables, han sido incompatibles con el interés por mantener los más bajos costos de producción posibles, para poder sobrevivir a la aguda competencia predominante. Paradójicamente, hay suficiente evidencia internacional demostrativa de que las prácticas y los sistemas productivos compatibles con el “desarrollo sostenible” son favorables para el mejoramiento del clima inversionista, la competitividad y la rentabilidad empresarial.9 - Las transformaciones necesarias en Latinoamérica y el Caribe Revertir la situación antes descrita, exige un compromiso explícito de los gobiernos y sociedades de ALC, para lo cual se requiere fomentar y desarrollar una “conciencia medio-ambientalista”. Esta tiene que reconocer la dependencia de los seres humanos de la naturaleza y la necesaria viabilidad a largo plazo del medio ambiente para el sostenimiento de la vida en la tierra. Tal y como se ha señalado, resulta necesario articular coherentemente los tres pilares del desarrollo sostenible – económico, social y ambiental – en las estrategias de desarrollo y las políticas que se implementen en las naciones de la región. CEPAL (2001). El financiamiento para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe. LC/G.2146(CONF.90/4), Santiago de Chile. 9 SELA (2002). Documento de apoyo a la XII Cumbre Iberoamericana a celebrarse en República Dominicana. Solicitud de la Cancillería de República Dominicana a la Secretaría Permanente del SELA. (mimeo), Caracas, mayo, 23 pp. 8 Secretaría Permanente 16 Globalización En primer lugar es imprescindible generar tasas satisfactorias y sostenibles de crecimiento económico, para lo cual hay que crear un entorno macroeconómico que promueva adecuados niveles de inversión y ahorro y minimice las distorsiones de precios relativos.10 Esto resulta fundamental para la creación de puestos de trabajo, aunque no siempre el crecimiento es capaz por sí solo de generar una demanda de fuerza de trabajo en la cantidad y calidad como la requerida para la transformación económica y social de ALC. También tienen que revisarse las concepciones dominantes respecto al manejo de la economía y al horizonte temporal de las políticas económicas. El diseño e implementación de políticas debe incluir al conjunto del ciclo económico incorporando deliberadamente políticas anticíclicas activas y el crecimiento de largo plazo debe reconocerse como objetivo explícito de las políticas económicas. Por otra parte, el crecimiento económico tiene que concebirse como resultado de la interacción de diversas dinámicas: la acumulación de capital, la acumulación de conocimientos aplicados a la producción, el cambio estructural y el desarrollo institucional.11 Igualmente, el avance hacia mayores grados de continuidad educativa dentro de la región y la garantía de una mejor calidad en la oferta educativa; tienen que considerarse como elementos esenciales de la transformación para garantizar el “desarrollo sostenible”. Esto resulta pertinente desde tres puntos de vista: • La necesaria labor de formación de conciencia respecto al “desarrollo sostenible”, supone incrementar los niveles de instrucción y cultura de las sociedades; • Los efectos positivos de la educación son claves para modificar a largo plazo los perfiles inequitativos de distribución de los ingresos y también para reducir la pobreza; • En un mundo en el que los crecientes desafíos de la competitividad son un rasgo dominante, mejorar la calidad y pertinencia de la educación secundaria y superior es particularmente importante. No obstante, debe reconocerse que los efectos de la educación siempre son a largo plazo, pero en definitiva - como lo enseñan experiencias exitosas - la educación es crucial para superar la reproducción intergeneracional de la pobreza y la desigualdad. En todo programa de inversiones y creación de infraestructuras para el desarrollo en ALC, tiene que considerarse como prioridad que ello no ocurra en desmedro de la calidad del ambiente en que operan las actividades productivas y de servicios. La protección de la calidad de las cuencas hidrológicas y de la superficie agrícola es vital en toda estrategia sostenible de conservación de dos de los recursos naturales por excelencia: el agua y la tierra. Por ello deben definirse iniciativas y programas de cooperación específicos para atender estas áreas. Particular énfasis debe otorgarse a la introducción de prácticas de cultivo y explotación agrícolas que tengan en cuenta la protección del medio ambiente, lo que también incide en la calidad de la alimentación y los niveles de “seguridad alimentaria” que alcanzan los distintos países. Debería constituir un esfuerzo permanente el intercambio Ello supone estructurar sistemas fiscales sólidos, mantener tasas de interés reales moderadas y tipos de cambio realistas pero competitivos. 11 CEPAL (2002). 10 América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo 17 SP/Di No. 18 - 02 de experiencias y el desarrollo de programas de “agricultura orgánica”, lo que constituiría un espacio significativo para avanzar en la cooperación regional. Por otra parte, no puede obviarse en el diseño de los programas de desarrollo en la región, la consideración de los aspectos vinculados a la biodiversidad. En la Convención de Río de Janeiro sobre la diversidad biológica, se sentaron las bases para la negociación de un nuevo compromiso para la preservación y el uso sostenible y equitativo de los recursos de la biodiversidad. La región debe ser consecuente con esos principios, y al mismo tiempo reconocer que su biodiversidad constituye el recurso natural más preciado y parte fundamental de la base para su desarrollo económico. Una prioridad en la estrategia para la conservación y protección del medio ambiente es lograr avances significativos en una política coordinada, cooperativa y solidaria en defensa de los ecosistemas marinos compartidos. En esta dirección resulta preciso definir y aprobar políticas de protección al tráfico de desechos tóxicos – particularmente de desechos radioactivos – entre naciones y en los mares compartidos entre nuestros países. En definitiva de lo que se trata es de ir paulatinamente, pero con decisión, estableciendo un nuevo pacto ciudadano en torno al desarrollo sostenible en las sociedades latinoamericanas y caribeñas. Resulta también importante aumentar la cooperación latinoamericana y caribeña en asuntos vinculados al medio ambiente. Sería muy conveniente que en ocasión de la Cumbre de Johannesburgo, la región participe activamente y sea consecuente con los principios y objetivos enunciados en la Plataforma de Acción de Río de Janeiro hacia Johannesburgo 2002, aprobados en la conferencia regional preparatoria de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible.12 Igualmente es de resaltar que en la pasada Cumbre de Guayaquil, los 12 gobiernos de Sudamérica adoptaron una declaración sobre la materia (Anexo IV del “Consenso de Guayaquil”) y se comprometieron a coordinar las respectivas posiciones nacionales.13 América Latina y el Caribe debería reiterar la creciente preocupación regional - en todo foro relevante - respecto al continuo deterioro de los recursos naturales y del medio ambiente a nivel global, y consecuentemente cumplimentar los compromisos multilaterales asumidos al respecto. IV. MODIFICACIONES EN EL ENTORNO INTERNACIONAL PARA GARANTIZAR EL DESARROLLO SOSTENIBLE Como resultado de las tendencias prevalecientes en el sistema de relaciones internacionales, ha venido emergiendo un consenso acerca de la necesidad de lograr una mejora sustantiva del “entorno global” que promueva la participación de todas las naciones y garantice los niveles de regulación que exige el actual sistema mundial. Esto debería permitir avances más firmes en la consecución del desarrollo sostenible y, al mismo tiempo, una participación más justa y equitativa de naciones como las de América Latina y el Caribe en las decisiones que se toman a nivel internacional. Requisito indispensable para lograr lo anterior es el aumento de la cooperación y concertación entre los gobiernos de ALC con vistas a presentar posiciones comunes en los diversos foros de negociación económica internacional, tal y como ha reiterado recientemente esta Secretaría Permanente. Esta concertación debe tener también Véase dicha Plataforma de Acción en Anexo 1, de ECLAC (2002). SELA (2002b). El Consenso de Guayaquil sobre integración, seguridad y desarrollo: elementos para el análisis de la viabilidad de sus propuestas, Caracas, agosto. (SP/Di Nº 17 – 02). 12 13 Secretaría Permanente 18 Globalización como eje la búsqueda de soluciones a las marcadas asimetrías presentes en el sistema económico global; y, al mismo tiempo, lograr mejoras significativas en las modalidades de inserción internacional de nuestras naciones. A pesar de coyunturas económicas adversas, como la más reciente, el proceso de globalización además de desafíos, también presenta oportunidades. La globalización, la integración regional abierta y la participación activa en los flujos de intercambio internacional constituyen, al mismo tiempo que prerrequisitos, incentivos básicos para el imprescindible esfuerzo por aumentar constantemente la competitividad internacional del tejido productivo y social de Latinoamérica y el Caribe. A continuación se señalan algunos aspectos que, desde la perspectiva de la Secretaría Permanente, deberían ser prioritarios en la posición de los gobiernos de América Latina y el Caribe en foros multilaterales como los de Johannesburgo. Ello -bajo ciertas condiciones- pudiera permitir el inicio de la necesaria transformación de la institucionalidad internacional de tal forma que se generen modificaciones en las entidades, normas, y prácticas a nivel internacional que favorezcan la consecución del “desarrollo sostenible”. 1. Institucionalidad internacional para el desarrollo sostenible Reafirmar la importancia de alcanzar una mayor coherencia y coordinación entre las estrategias y políticas ambientales, sociales y económicas, no sólo a nivel de cada país o región, sino también a nivel de los organismos e instituciones internacionales. Como parte de ello, debe reconocerse que las persistentes e insostenibles modalidades de producción y consumo, la creciente brecha de distribución de ingresos en el mundo y el impacto negativo de ciertos mecanismos comerciales y financieros sobre todo en los países industrializados - representan un obstáculo importante para alcanzar el desarrollo en todo el mundo. Deben estimularse mecanismos para que todos los países – con independencia de su poder económico – adopten una actitud proactiva en los foros internacionales, con vistas a proponer iniciativas que contribuyan a los objetivos globales del desarrollo. Cualquier normativa internacional sobre los problemas de la preservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible tiene que reconocer la necesidad de desarrollar capacidades locales, nacionales y regionales – a partir de alianzas estratégicas entre todos los actores del desarrollo – para lograr una efectiva implementación de las mismas. Ante la notable falta de coherencia existente entre las convenciones sobre el medio ambiente, es importante promover mecanismos eficientes – que incorporen una mayor racionalización de los esfuerzos y recursos – para la promoción de las sinergias entre las convenciones pertinentes, tal y como lo señala la Agenda 21. Dado el peso decisivo que las corporaciones transnacionales y el sistema empresarial tienen en la promoción y garantía de un desarrollo sostenible, deberían apoyarse iniciativas que promuevan el establecimiento de eficaces mecanismos vinculantes para que dichos agentes asuman mayores responsabilidades respecto a los derechos humanos, sociales y ambientales. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo 19 SP/Di No. 18 - 02 En cualquier plataforma de acción para instrumentar las decisiones respecto al desarrollo sostenible, es imprescindible tener en cuenta las necesidades y particularidades de los pequeños estados insulares en desarrollo, que confrontan una gran vulnerabilidad ante los cambios climáticos y los desastres naturales. 2. Sistema multilateral de comercio Las negociaciones comerciales multilaterales tienen que priorizar la atención a los complejos y multifacéticos problemas del desarrollo, los que no se limitan única y exclusivamente a las cuestiones de liberalización comercial y apertura de mercados. En este marco, el trato especial y diferenciado a favor de los países en desarrollo debe ser consecuentemente implementado y ejecutado en la totalidad de los acuerdos que regula la OMC. Deben analizarse con detenimiento las probables implicaciones de la incorporación de nuevas áreas a las disciplinas multilaterales de comercio (comercio y medio ambiente, compras gubernamentales, inversiones y comercio y políticas de competencia, que aunque no tienen “mandato de negociación” sí hay grupos de trabajo conformados respecto a ellas; además de los relativos a “comercio-deudafinanzas” y “transferencia de tecnología” que se establecen como resultado de la Declaración de Doha), para los PED. Habría también que estar muy atentos a ciertas intenciones de llevar el tema de las normas laborales a la OMC, o vincularlas a las normas que regulan el comercio internacional. El tema de la liberalización de los movimientos de la fuerza de trabajo, y como corolario de ello el de las migraciones, que no están aceptados efectivamente en los principales acuerdos regulados por la OMC, tiene que considerarse. Ello se justifica dado el peso decisivo que esta problemática está teniendo para las economías y sociedades de los países en desarrollo, y también por sus probables implicaciones sobre los perfiles de distribución de los ingresos. Tal y como se reconoció recientemente en un foro coauspiciado por el SELA, el carácter multidimensional y multifacético de las migraciones y su impacto económico, social y cultural requiere de la atención prioritaria de todos los sectores de la sociedad y de los organismos e instituciones internacionales.14 Es importante evitar que los países industrializados hagan una interpretación abusiva del principio de “precaución”, que los lleve a instrumentar medidas de política comercial como medio de discriminación injustificable o como una restricción velada al comercio internacional. Debería realizarse un serio esfuerzo para que – respetando los mandatos de cada institución – se hagan compatibles ciertas disposiciones de la OMC con los Acuerdos Multilaterales sobre Medio Ambiente (AMUMAs). Debe prestarse especial atención a los debates y propuestas de decisiones que se adopten en el Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC. (Véase al respecto el Anexo Nº 3 de este documento). 3. Financiamiento y transferencia de tecnologías La reforma del sistema financiero internacional debe incorporar mecanismos que garanticen un acceso más seguro y estable a flujos internacionales de capital en función del desarrollo sostenible, y evitar la serie recurrente de turbulencias financieras que a través de sus efectos sobre el crecimiento económico de los PED, exacerban la destrucción ambiental y social. Véase al respecto los debates y las conclusiones del Seminario sobre Migraciones e Integración Regional que bajo los auspicios del SELA tuvo lugar en Caracas, entre el 1 y 2 de agosto/2002. 14 Secretaría Permanente 20 Globalización Insistir en que el cumplimiento por parte de los PED de los compromisos internacionales para el desarrollo sostenible sólo podrán concretarse si estos países tienen acceso a financiamiento internacional adecuado y a la transferencia de tecnologías. Hay que explorar mecanismos innovadores y eficientes para financiar la protección de bienes públicos nacionales de beneficio global. Debe insistirse en que la carga de deuda externa y el servicio de la deuda de la mayoría de los PED, es un grave factor que limita la posibilidad de alcanzar el desarrollo sostenible, y que de hecho, debería considerarse también como una “deuda ecológica”. Las normativas respecto a la propiedad intelectual relacionadas con el comercio deberían ser reconsideradas en algunos de sus postulados. Los pasados conflictos entre intereses farmacéuticos y varios países en desarrollo, justificarían esta propuesta. No sólo deberían salvarse las posibles tensiones que estas disciplinas pudieran tener para la preservación de la salud humana. Han existido algunos casos en los que el derecho de las naciones - y comunidades indígenas de regiones en desarrollo - al disfrute de los beneficios derivados de la riqueza de su biodiversidad, han sido cuestionados. Además, el acuerdo TRIPs impone requerimientos adicionales sobre los empresarios de los países en desarrollo, que hace más costoso y difícil para ellos ganar acceso a nuevas tecnologías. A pesar de los avances realizados por varios PED en el establecimiento de regímenes adecuados de protección a la propiedad intelectual, los países industrializados no han adoptado medidas eficaces que aseguren la transferencia de tecnologías a los PED, fundamentalmente las asociadas a tecnologías y enfoques productivos apropiadas en términos de sostenibilidad ambiental, social y económica. Sería conveniente realizar todos los esfuerzos posibles con vistas a evitar la posible condicionalidad que pudieran imponer los países industrializados al vincular estándares ambientales a la aprobación de desembolsos de créditos y otros recursos financieros. V. CONCLUSIONES El desarrollo no es sólo crecimiento económico, sino un proceso armónico e integral que, para la satisfacción de las necesidades de los pueblos, debe incorporar objetivos sociales y medio ambientales - reducción de la pobreza, mejorar la calidad de la vida, garantizar oportunidades para una mejor educación y salud, preservar el medio para las futuras generaciones, etc . La experiencia ha enseñado que todos estos objetivos requieren una consideración integrada, con la incorporación de los más diversos agentes y sectores sociales, lo que presupone la creación y desarrollo de una sólida infraestructura institucional liderada por el Estado. La problemática de la integración a la economía mundial y al sistema de relaciones internacionales tiene que ser considerada como parte de ese complejo y multifacético proceso de desarrollo sostenible. El desarrollo obliga –como nunca antes– a integrarse a la economía mundial, pero, para que esta integración sea funcional a los objetivos del desarrollo sostenible, también debe modificarse el actual entorno global. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo 21 SP/Di No. 18 - 02 La próxima Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, a celebrarse en Johannesburgo, constituye una buena oportunidad para que las aspiraciones de desarrollo de las mayorías se expresen y se inicie un proceso real de transformación de ciertas normas y mecanismos existentes a nivel global. En Johannesburgo, hay necesidad imperiosa de que se avance realmente en la construcción de una “asociación global” en pro del desarrollo sostenible. A pesar de las enormes dificultades y asimetrías presentes en el sistema internacional, el momento es oportuno. Tal y como señaló al respecto el Presidente de Brasil “... cuando se vive una crisis de la magnitud de la actual, aparecen nuevos liderazgos, a la vez que una mayor capacidad de innovación. Quizás también sea posible lograr una mayor capacidad de transigencia por parte de los que deben transigir....15”. En palabras de otro dignatario, el éxito de Johannesburgo supondría iniciar el proceso que permita terminar con una situación mundial que es moralmente inaceptable, políticamente peligrosa y económicamente absurda.16 Latinoamérica y el Caribe no deben dejar pasar esta oportunidad para hacerse presente y actuar coordinadamente con vistas a alcanzar los objetivos que de esta cita esperan sus pueblos. El SELA – en coordinación con otras instituciones de la región – podría desempeñar el papel de foro donde sus Estados Miembros intercambien experiencias, realicen análisis y se identifiquen modalidades e instrumentos de implementación de las decisiones que allí se adopten. Discurso pronunciado por el Presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en sesión especial de la Conferencia Regional de América Latina y el Caribe preparatoria de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, Río de Janeiro, 23 de octubre/2001. 16 Expresado por el Presidente de Francia, Jacques Chirac en la Conferencia Internacional sobre Financiación al Desarrollo, en Monterrey, marzo/2002. 15 Secretaría Permanente 22 Globalización 23 América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo SP/Di No. 18 - 02 A N E X O S Secretaría Permanente 24 Globalización América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo 25 SP/Di No. 18 - 02 ANEXO Nº 1 POSICIONES ENCONTRADAS EN EL PROCESO PREVIO A LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO17 La diversidad de intereses de las naciones y sectores representados – muchas veces francamente encontrados – se hace evidente en todo el proceso que ha precedido a la celebración de la “Cumbre de Johannesburgo”, y estos pudieran, según algunos analistas, poner en peligro la continuidad del discurso global sobre la necesidad de promover el desarrollo sostenible. Las principales posiciones identificadas en el curso de las negociaciones son las siguientes: • Sudáfrica Como país anfitrión ha tenido una participación muy activa. Destaca que las principales amenazas al desarrollo sostenible son la pobreza y la inequidad crecientes, y sostiene que en la Cumbre ha de adoptarse un Programa de Acción concreto, pragmático y de rápida ejecución para alcanzar los objetivos acordados por los líderes mundiales en la Declaración del Milenio. Esta propuesta ha sido rescatada por Dinamarca, que la propuso a su vez en la reunión al respecto de los países de la OCED en mayo del 2001. Este Programa de Acción comprende Iniciativas de tipo I - acciones que negocian y aprueban todos los gobiernos participantes -, y aboga por mayores facilidades para el acceso a los mercados y la transferencia de tecnología a favor de los PED. Promulga la necesidad de incrementar la ayuda para el desarrollo y promover acciones para el alivio de la deuda. Busca el fortalecimiento de la cooperación internacional para proteger el medio ambiente y reafirma la validez de los principios recogidos en la Declaración de Río y de los objetivos de reducción de la pobreza incluidos en la Declaración del Milenio. Sudáfrica ha sido además el principal impulsor de la Iniciativa para África. • Estados Unidos Enfatiza el papel central y la responsabilidad de los gobiernos nacionales en el logro del desarrollo sostenible, en contraste con el rol asignado a los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente (AMUMA) y la cooperación multilateral como instrumentos más indicados para la solución de los problemas ambientales globales. De hecho, Estados Unidos se ha mantenido al margen de varios de los AMUMAS.18 Argumentan que la historia ha demostrado la inefectividad de estos tipos de acuerdos intergubernamentales y prefieren las acciones producto de la colaboración entre organizaciones empresariales y la sociedad civil. Se oponen además al establecimiento de compromisos políticos vinculantes – ya han declarado que no apoyarán ningún plan que comprenda acciones concretas - y apoyan la iniciativa de Koffi Annan denominada “Acción Global” del año 2000. 17 Resumen a partir del análisis de los documentos de las reuniones de los Comités Preparatorios de la Cumbre. 18 Han ejercido importantes presiones para evitar que el Protocolo de Kyoto sea explícitamente discutido en la Cumbre. Secretaría Permanente 26 Globalización Destacan que las oportunidades para el desarrollo se presentan como resultado del crecimiento económico, el impulso a las nuevas tecnologías y la movilización de capitales; lo que supone políticas económicas cónsonas con el mercado y la apertura externa. Prefieren las Iniciativas de Tipo II19, o sea, acuerdos voluntarios con participación importante del sector privado, que conciernen a gobiernos, empresas y la sociedad civil. Han mantenido un perfil bajo en cuanto a la participación de sus representantes en las negociaciones, bloqueando cualquier iniciativa susceptible de comprometer al país en la arena internacional. Han rechazado las clarificaciones sugeridas en el Plan de Aplicación sobre la definición de “desarrollo sostenible”, la noción de “responsabilidad común pero diferenciada” y el “principio de precaución”. Han objetado asimismo el establecimiento de cualquier compromiso financiero, e insisten en condicionar toda ayuda otorgada a los PED a medidas de “Good Governance”. Entre sus principales aliados se encuentran algunos países desarrollados agrupados en torno a lo que se conoce como el “Jusscannz” - por las iniciales de Japón, Estados Unidos, Suiza, Canadá, Australia, Noruega y Nueva Zelanda- además de varios de los países de la OPEP. • Grupo de los 77 / China Promueven el establecimiento de compromisos financieros de ayuda al desarrollo sostenible por parte de los países industrializados, y se oponen a la posición de los Estados Unidos de otorgar a las instancias nacionales la mayor responsabilidad en el tema del desarrollo sostenible. Destacan la responsabilidad de los países más desarrollados en la erradicación de la pobreza y la promoción de la sostenibilidad en los países pobres y en vías de desarrollo. Abogan por la transformación del “Consenso de Monterrey” en un programa de acción a cumplir y en garantía para el avance a favor del “desarrollo sostenible” para todos. Algunos han apuntado a la necesidad de renegociar ciertos términos adoptados en la Declaración de Doha por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y temen que las Iniciativas de Tipo II sirvan como vehículo a los países desarrollados para esquivar compromisos explícitos dentro del Plan de Acción. • Unión Europea (UE) Los objetivos estratégicos de la UE son: - Mayor equidad global y acuerdos efectivos para un desarrollo sostenible; - Mayor integración y coherencia a escala internacional en los asuntos concernientes al medio ambiente y al desarrollo; - La adopción de metas claras que reimpulsen la acción iniciada en Río; y La Cumbre no sólo tendrá como resultado una declaración política de alto nivel y un programa de acción para llevar más allá la Agenda (iniciativas de tipo I). Las iniciativas de tipo II también serán parte del proceso de la Cumbre, aunque no serán negociadas por todos los presentes. Más bien, sólo será necesario que las aprueben aquellos involucrados directamente, que se comprometerán a sacar las asociaciones adelante y a hacer que funcionen. 19 América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo - 27 SP/Di No. 18 - 02 Medidas efectivas a nivel nacional con estricta supervisión internacional. Junto a Japón, la U.E. aboga por referirse a las relaciones entre el comercio y el medio ambiente utilizando el mismo lenguaje que prima en la OMC. Sostienen la compatibilidad de un comercio más libre con la promoción del desarrollo sostenible, aunque en la práctica mantienen niveles muy altos de protección a sus mercados internos. Plantea la adopción de una moratoria inmediata del pago de los servicios de la deuda externa a las naciones que pertenecen al grupo de Países Altamente Endeudados y/o Países Menos Desarrollados; así como eliminar el resto de las deudas bilaterales contraídas por estas naciones. Comparten con Estados Unidos la idea de que las oportunidades para el desarrollo se presentan como resultado del crecimiento económico, el desarrollo de las nuevas tecnologías y la movilización de capitales. La UE llama a un reforzamiento de los mecanismos de “governance” de la ONU, lo que incluye los principios de “Good Governance”. • Sector empresarial En esta ocasión, se ha previsto una amplia participación del sector empresarial, a diferencia de la Cumbre de Río. Compañías como Renault, Toyota, Ford, Shell estarán presentes, y se han comprometido a incorporar la visión del desarrollo sostenible en sus estrategias de funcionamiento. Su objetivo mayor es consolidar el apoyo de los gobiernos a las acciones de carácter voluntario y no a normas estrictas que regulen el comportamiento del sector privado. Las compañías se han organizado en varios “grupos de presión” (lobbyes), como el World Bussiness Council for Sustainable Development (WBCSD), que ha promovido con no poco éxito su agenda de libre mercado, nuevas tecnologías y crecimiento económico como elementos esenciales para el desarrollo sostenible. En general, el sector empresarial favorece la iniciativa de Acción Global propuesta por Kofi Annan que les permite comprometerse, de manera voluntaria, a respetar una serie de principios sobre la protección del medio ambiente y los derechos humanos, entre otros. Al no contemplarse mecanismos de monitoreo, estos compromisos pudieran quedar sólo en el papel. • Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) Las ONGs han sido protagonistas durante todo el proceso preparatorio; lógico comportamiento si se tiene en cuenta el interés que han adquirido los temas relacionados con el medio ambiente en la sociedad civil. Han seguido su propio calendario de reuniones previas, paralelas a las sostenidas por la CSD10 y a otras de carácter más local. Entre los eventos más importantes que han servido para preparar a la sociedad civil con vistas a la Cumbre de Johannesburgo están: - La Conferencia Panafricana, enero 2002, Nairobi; - El Forum Social Mundial, febrero 2002, Porto Alegre; - La Cumbre Mundial de los Jóvenes, marzo 2002, Copenhague; Secretaría Permanente 28 - Globalización El Forum Mundial de la Sociedad Civil, julio 2002, Ginebra. Las ONGs proponen la vinculación de las Iniciativas de Tipo II con las Iniciativas de Tipo I que tienen carácter intergubernamental y son hasta cierto punto “vinculantes”, destacando la importancia de establecer normativas estrictas que regulen el comportamiento de todos los agentes involucrados. Son además partidarias de dar prioridad a los compromisos recogidos en los AMUMA por sobre aquellos que contempla la OMC, destacando que en Johannesburgo se deben ratificar e implementar varios AMUMA ya establecidos en la Cumbre de Río. Entre estos se destacan el Protocolo de Kyoto de la Convención de Cambio Climático y el Protocolo de Bioseguridad de la Convención de Diversidad Biológica. También subrayan la necesidad de la creación de capacidades y la transferencia de tecnología del Norte hacia el Sur. Entre otras, critican: La posición de los Estados Unidos, al negarse a adoptar varios de los AMUMA y mantenerse al margen de la acción global para la protección y el mejoramiento ambientales; La posición del G-77-China de subestimar la relación directa existente entre los niveles de crecimiento económico (y los patrones productivos, tecnológicos y de consumo que explican los ritmos de crecimiento) y el desarrollo sostenible; La posición de la UE, que ha supeditado los objetivos de una mayor protección y mejoramiento ambiental a una creciente liberalización comercial, al tiempo que mantiene restricciones importantes al acceso a su mercado, para bienes y servicios de particular interés para muchos PED; La iniciativa de Acción Global propuesta por el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, pues temen que esta sirva a los intereses del sector empresarial al proveerle de una imagen pro ambientalista, sin realmente asumir compromisos concretos y obligatorios que impulsen el desarrollo sostenible. 29 América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo SP/Di No. 18 - 02 ANEXO Nº 2 AMÉRICA LATINA (17 PAÍSES): DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO DE LOS HOGARES 1990-1999 PAIS Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay República Dominicana Uruguay Venezuela AÑO 1990 1999 1989 1999 1990 1999 1990 2000 1994 1999 1990 1999 1990 1999 1995 1999 1989 1998 1990 1999 1989 1998 1993 1998 1991 1999 1990 1999 1997 1990 1999 1990 1999 Participación en el ingreso total del: 40 % más 30 % 20 % 10 % más pobre siguiente anterior al rico 10 % más rico 14.9 23.6 26.7 34.8 15.4 21.6 26.1 37.0 12.1 22.0 27.9 38.2 9.2 24.0 29.6 37.2 9.5 18.6 28.0 43.9 10.1 17.3 25.5 47.1 13.2 20.8 25.4 40.7 13.8 20.8 25.1 40.3 10.0 21.3 26.9 41.8 12.3 21.6 26.0 40.1 16.7 27.4 30.2 25.6 15.3 25.7 29.7 29.4 17.1 25.4 27.0 30.5 14.1 22.8 26.5 36.6 15.4 24.8 26.9 32.9 13.8 25.0 29.1 32.1 11.8 20.9 26.8 40.6 12.8 20.9 26.1 40.3 10.1 19.7 27.0 43.1 11.8 22.9 28.9 36.5 15.8 22.5 25.1 36.6 15.1 22.7 25.6 36.7 10.4 22.8 28.4 38.4 10.4 22.1 27.1 40.5 12.5 22.9 28.8 35.9 12.9 22.4 27.7 37.1 18.6 25.7 26.9 28.9 13.1 23.0 27.8 36.2 14.5 23.6 26.0 36.0 20.1 21.6 16.7 14.6 24.6 25.5 25.7 25.1 24.1 25.9 28.9 29.0 31.2 27.0 28.7 31.4 Relación del ingreso medio per cápita (a) 13.5 16.5 21.4 48.1 35.0 35.6 18.4 19.0 35.2 25.6 13.1 15.3 12.3 18.4 16.9 19.6 27.3 22.9 30.7 26.5 16.9 18.5 37.7 33.1 24.3 21.6 10.6 22.6 17.6 9.4 9.5 13.4 18.0 Fuente: CEPAL (2001). Panorama Social de América Latina, 2000-2001, Cuadro II.1, p. 69. Notas: (a): coeficiente Q5/Q1, que relaciona el nivel de ingreso de los hogares del quintil más rico dividido entre el ingreso de los hogares situados en el quintil de más bajos ingresos. Secretaría Permanente 30 Globalización América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo 31 SP/Di No. 18 - 02 ANEXO Nº 3 ALC EN EL COMITÉ DE COMERCIO Y MEDIO AMBIENTE (CCMA) DE LA OMC Como se conoce, en la Decisión de Marrakech del 15 de abril de 1994 los Ministros de Comercio de los países miembros de la OMC acordaron empezar un programa de trabajo sobre el comercio y el medio ambiente. Así se estableció un Comité de Comercio y Medio Ambiente (CCMA), encargado de funciones analíticas y normativas. Desde su primer informe de 1996, el Comité ha reconocido que el comercio y el medio ambiente son dos esferas importantes de la formulación de políticas que han de apoyarse recíprocamente para promover el desarrollo sostenible. En este informe se señala que el sistema multilateral de comercio tiene capacidad para integrar las consideraciones ambientales y potenciar su contribución a la promoción del desarrollo sostenible sin menoscabar su carácter abierto, equitativo y no discriminatorio. En el contexto de la OMC, los países de ALC pudieran considerar participar más activamente en las discusiones respecto a la relación entre comercio y medio ambiente. Algunos de los probables elementos a incluir dentro de las prioridades de atención por parte de los gobiernos de la región, pudieran ser: Las negociaciones deberán reforzar la coherencia entre las políticas comerciales y ambientales, aclarando la relación entre el sistema multilateral de comercio y los Acuerdos Multilaterales sobre el Medio Ambiente (AMUMA) mediante el establecimiento de principios, normas o procedimientos apropiados. El examen de los efectos ambientales de las políticas y los programas de desarrollo - denominado Evaluación Ambiental Estratégica - es un importante instrumento para la adopción de decisiones encaminadas a promover el desarrollo sostenible. Este debería ser aplicado de manera consistente – pero paulatinamente – por todas las partes. Debería valorarse la conveniencia de abogar por una mayor liberalización del comercio de productos y servicios ambientales, lo que aumentaría también la capacidad de todos los países para hacer frente a problemas ambientales. El CCMA deberá incluir en cada uno de sus análisis el tema del desarrollo sostenible en los países pobres, pero combinando armónicamente la garantía del crecimiento económico unido a una mejor protección ambiental. Ello implicaría velar por la correcta y total aplicación de las medidas que establecen un trato especial y diferenciado a los países en desarrollo. De esta manera, las exigencias comerciales establecidas serán un verdadero incentivo para mejorar las prácticas de producción en los países en desarrollo y no contribuirían a agravar las condiciones ambientales y de vida en estas naciones. El CCMA ha de pronunciarse contra la adopción, por parte del Comité de Acceso a los Mercados de la OMC, de obstáculos innecesarios o de medidas unilaterales bajo el amparo de la protección ambiental que afecten a los países en desarrollo. En este contexto, las exigencias de incorporar los métodos y procedimientos de producción en el producto final no deben ser aceptadas. Cada país posee su propio “factor de carga de la contaminación”, por lo que los niveles de contaminación originados por los Secretaría Permanente 32 Globalización métodos y procedimientos de producción particulares - que no son los indicadores más apropiados para comparar los niveles de daño ambiental -, se traducen muchas veces en una reducción de la competitividad de las producciones de los países en desarrollo, siendo esta una típica maniobra de proteccionismo verde. Convendría examinar de manera equilibrada las disciplinas comerciales multilaterales pertinentes que tengan en cuenta la creciente utilización de “normas internacionales voluntarias” basadas en los ciclos de vida; a partir de la importancia que hoy se le atribuye al eco-etiquetado, la certificación y la normalización en el comercio de un amplio conjunto de mercancías. El Comité de Comercio y Desarrollo en coordinación con el CCMA deberá insistir en el tipo de asistencia técnica que requieren los países en desarrollo para cumplir los programas encaminados a la promoción del crecimiento económico y la eliminación de la pobreza como elementos esenciales para alcanzar un verdadero desarrollo sostenible. Los fondos específicos destinados a la cooperación técnica para la “preservación del medio ambiente”, deben considerar la interrelación directa que tienen el crecimiento económico y la superación de la pobreza en este propósito. Deberían apoyarse las propuestas de normas más elevadas en materia de salud pública y medio ambiente, considerándolos estos como legítimos objetivos de política de los Miembros de la OMC para lograr los niveles de salud, seguridad y protección del medio ambiente que estimen apropiados. Pero resultaría imprescindible la debida justificación de las mismas basada en testimonios científicos. América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo 33 SP/Di No. 18 - 02 BIBLIOGRAFÍA - CEPAL (2002). Situación y perspectivas. Estudio Económico de América Latina y el Caribe. 2001-2002, Santiago de Chile. - CEPAL (2002a). Crecimiento económico de América Latina y el Caribe será negativo en 2002. Comunicado de Prensa, Santiago de Chile, 1 de agosto de 2002. - CEPAL (2001). Panorama Social de América Latina. 2000-2001. Santiago de Chile, octubre. (LC/G.2138-P). - CEPAL (2001a). El financiamiento para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile. (LC/G2146(CONF.90/4) - CEPAL (2000). La Brecha de la Equidad: una segunda evaluación. Santiago de Chile, mayo. (LC/G-2096). - CEPAL (1999). Impactos ambientales de los cambios en la estructura exportadora en nueve países de América Latina y el Caribe. 1980-1995. Serie: Medio Ambiente y Desarrollo, Santiago de Chile. - ECLAC (2002). 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