América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial sobre desarrollo

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Sistema Económico
Latinoamericano y del Caribe
Latin American and Caribbean
Economic System
Sistema Econômico
Latino-Americano e do Caribe
Système Economique
Latinoaméricain et Caribéen
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
.
Secretaría Permanente del SELA
Caracas, Venezuela
Agosto de 2002
SP/Di No. 18 - 02)
Copyright © SELA, mayo de 2002. Todos los derechos reservados.
Impreso en la Secretaría Permanente del SELA, Caracas,
Venezuela.
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Miembros y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir
este documento sin autorización previa. Sólo se les solicita que
mencionen la fuente e informen a esta Secretaría de tal
reproducción.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
C
O
N
T
E
SP/Di No. 18 - 02
N
I
D
O
PRESENTACIÓN
I.
INTRODUCCIÓN
3
II.
EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO:
CONCEPTOS, PROPUESTAS Y PLAN DE ACCIÓN
3
III.
LOS RETOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE PARA AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE
10
IV.
V.
MODIFICACIONES EN EL ENTORNO INTERNACIONAL PARA
GARANTIZAR EL DESARROLLO SOSTENIBLE
17
CONCLUSIONES
20
ANEXOS:
I.
POSICIONES ENCONTRADAS EN EL PROCESO PREVIO A LA
CUMBRE DE JOHANNESBURGO
25
AMÉRICA LATINA (17 PAÍSES): DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO
DE LOS HOGARES - 1990-1999
29
III. ALC EN EL COMITÉ DE COMERCIO Y MEDIO AMBIENTE (CCMA)
DE LA OMC
31
II.
BIBLIOGRAFÍA
33
Secretaría Permanente
Globalización
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
P
R
SP/Di No. 18 - 02
E
S
E
N
T
A
C
I
Ó
N
Como parte
de los estudios que la Secretaría
Permanente del SELA viene realizando en torno a las
negociaciones y
compromisos derivados de las
principales conferencias multilaterales, se presenta
este documento con algunas ideas que - desde la
perspectiva de este organismo - deberían ser
consideradas por los gobiernos de la región para
definir su participación en la Cumbre Mundial sobre
Desarrollo Sostenible de Johannesburgo.
Esta labor que ha venido impulsando en la etapa más
reciente la Secretaría Permanente, tiene como
objetivo principal apoyar a los Estados Miembros en
la definición de sus estrategias de inserción en el
escenario mundial.
El presente documento aborda en un primer epígrafe
lo concerniente al nuevo enfoque de desarrollo que
implica la sostenibilidad, y al mismo tiempo discute
algunos de los aspectos más importantes de la
agenda y del plan de acción que se adoptará en la
Cumbre de Johannesburgo. En un segundo momento
se presentan los retos del desarrollo sostenible para
Latinoamérica y el Caribe, teniendo en cuenta la
situación económica, social y medioambiental de la
región a inicios de este siglo XXI. Al final, en la tercera
parte, se señalan lo que de acuerdo al SELA deberían
ser las prioridades de América Latina y el Caribe en
este foro – y en otros cónclaves multilaterales – para
que realmente se proceda a una modificación de la
institucionalidad internacional que coadyuve al logro
de un desarrollo con justicia, equidad y que sea
ambientalmente sostenible.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
I.
SP/Di No. 18 - 02
3
INTRODUCCION
Entre el 26 de agosto y el 4 de septiembre, tendrá lugar en la ciudad sudafricana
de Johannesburgo la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible. Se espera que esta
sea la mayor reunión internacional que se haya celebrado sobre los problemas de la
sostenibilidad del desarrollo, y reunirá a miles de participantes, entre ellos Jefes de Estado
y de Gobierno, empresarios y representantes de la sociedad civil.
La Secretaría Permanente del SELA, ha venido realizando recientemente estudios que
analizan las conclusiones o compromisos derivados de los principales foros de
negociación y discusión a nivel internacional. Esta tarea sistemática de la secretaría tiene
como objetivo principal, apoyar a los Estados Miembros en la definición de sus
estrategias de inserción en el escenario económico mundial.
Como parte de esta línea de trabajo, se presenta este documento con algunas ideas
que desde la perspectiva del SELA, deberían ser consideradas por los gobiernos de la
región para definir tanto su participación como la posición de los mismos en
Johannesburgo. Sin lugar a dudas, las propuestas de medidas concretas a adoptar que
se decidan en esa Cumbre, y el grado de concreción de las mismas, tendrán un impacto
importante sobre el entorno internacional. Se supone que ello ayude a viabilizar la
adopción de un enfoque diferente de desarrollo y modifique la naturaleza de la
cooperación internacional.
Este trabajo aborda en un primer epígrafe lo concerniente al nuevo enfoque de
desarrollo que implica la sostenibilidad, y al mismo tiempo discute algunos de los
aspectos más importantes de la agenda y del plan de acción que se adoptará en la
Cumbre de Johannesburgo. En un segundo momento se presentan los retos del
desarrollo sostenible para Latinoamérica y el Caribe, teniendo en cuenta la situación
socio-económica actual y los grados de cumplimiento por la región de los compromisos
definidos en la Agenda 21. Al final, en la tercera parte, se señalan lo que de acuerdo a
la Secretaría Permanente, deberían ser las prioridades de América Latina y el Caribe en
este foro – y en otros cónclaves multilaterales – para que realmente se proceda a una
modificación de la institucionalidad internacional que coadyuve al logro de un desarrollo
con justicia, equidad y ambientalmente sostenible para todos los pueblos del mundo.
II.
EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO:
PROPUESTAS Y PLAN DE ACCIÓN
CONCEPTOS,
Existe un consenso creciente en el sentido de que toda propuesta o proyecto de
desarrollo en la actualidad tiene que considerar los límites que impone la necesaria
preservación del medio ambiente. El medio ambiente debe entenderse como el sistema
de elementos bióticos, abióticos y socio-económicos, que están en interrelación con los
seres humanos. En su acepción más amplia, el medio ambiente incluye también
aspectos sociales, económicos, éticos, estéticos, históricos y culturales.
Según CEPAL, el objetivo de elevar permanentemente los niveles de bienestar del
conjunto de la población requiere avances significativos en la consolidación de
economías dinámicas y competitivas. Pero en este contexto, la equidad y el desarrollo
económico – incluida su dimensión de desarrollo sostenible - son elementos de una
misma estrategia integral.
Secretaría Permanente
4
Globalización
Los determinantes de equidad no sólo en cuanto a ingresos, sino también en términos
de acceso a los frutos del desarrollo y los recursos naturales, están indisolublemente
vinculados a la propia noción de “desarrollo sostenible”. En verdad, los problemas
relativos a la “capa de ozono”, al calentamiento global, a la destrucción de bosques
tropicales, a la pérdida de diversidad biológica, etc; han estado asociados a niveles
crecientes de pobreza y a un manejo inadecuado de los frutos del desarrollo
tecnológico.
Son múltiples los vínculos entre desarrollo económico, desarrollo social y sostenibilidad
ambiental. Como señala la experiencia internacional, los patrones de desarrollo
económico no son neutrales ni en términos sociales, ni tampoco en cuanto a impacto
ambiental.
Un patrón de desarrollo sostenible implica necesariamente establecer mecanismos de
reproducción económica eficaces que promuevan el desarrollo social, la reducción de
las desigualdades y la eliminación de toda forma de discriminación. Estos procesos
virtuosos crean al mismo tiempo condiciones propicias para el desarrollo económico
como resultado de la inversión en “capital humano” y la construcción de múltiples
formas de capital social, las que a su vez favorecen la competitividad sistémica de las
economías.
Obviamente, un modelo de desarrollo sostenible requiere una adecuada valoración
económica y social de los recursos naturales, de los procesos ecológicos y de los servicios
ambientales. Por ello, supondría igualmente una ciudadanía más solidaria, reflexiva y
activa en materia ambiental y un mercado moderno con capacidad de innovación
tecnológica y orientado hacia la producción limpia.
Lo anterior es imposible sin la consolidación de un estado eficiente con demostrado
liderazgo en la definición e implementación de una estrategia integral de desarrollo, la
que tiene que priorizar los aspectos de desarrollo social y la valoración ambiental, los
cuales son elementos que no pueden quedar en manos del mercado. Esto es lo que se
ha dado en llamar un nuevo pacto social en torno al desarrollo.
En el actual mundo globalizado, la concreción de la visión de desarrollo sostenible
anteriormente plasmada – que incorpora dinámica y coherentemente tres pilares con
igual precedencia: económico, social y ambiental – exige una cooperación que tome
como base la interdependencia constructiva y la solidaridad internacional.
Si se intentara entonces sintetizar algunos de los elementos integrados que supone el
concepto de desarrollo sostenible, estos incluirían - entre otros - los siguientes:
• La integración de políticas sociales, económicas y ambientales a fin de revertir
antes de que se tornen inmodificables, las tendencias que amenazan la calidad de vida
de los seres humanos.
• La adopción de patrones de producción y consumo que no acentúen los
desequilibrios entre ricos y pobres, tanto a nivel nacional como regional e internacional, y
que consideren los límites del medio ambiente en el diseño e implementación de dichos
patrones.
• Una combinación de creatividad política y de apoyo a la ciencia, que permita
comprender fenómenos absolutamente nuevos y enfrentar eficientemente los problemas
que sistemáticamente se presenten en la – y por la - implementación de políticas.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
SP/Di No. 18 - 02
5
• Lograr un desarrollo capaz de responder eficazmente al abrumador problema de
la pobreza y evitar sus efectos negativos para la sostenibilidad.
• Incorporar en las consideraciones de equidad, los diversos aspectos vinculados a
la equidad de género. Esto supone la plena participación de las mujeres en la
formulación y aplicación de políticas, en los ámbitos local, nacional, regional y global.
• Establecer una colaboración mundial equilibrada y justa, lo que de hecho implica
concebir a la globalización también en términos de sostenibilidad.
• En definitiva, la concepción de “desarrollo sostenible” no identifica como
problema fundamental sólo al uso no sostenible de los recursos naturales, sino el de un
modelo de desarrollo que privilegia el crecimiento económico por encima de la
sostenibilidad ambiental y social. Por ello, modificar radicalmente el patrón precedente
y proceder a la implementación del “nuevo modelo” no se limita a la esfera material de
la vida, y tiene que incluir también elementos éticos, morales y culturales.
En conclusión, la pobreza extrema, la degradación ambiental, el subdesarrollo y los
patrones de producción y consumo insostenibles, así como la falta de equidad en
materia de distribución del ingreso, afectan a todos los países de la comunidad
internacional, pero sobre todo a las naciones en desarrollo. En este contexto, la
cooperación internacional es crucial como elemento de unión entre los esfuerzos de
todo el mundo para alcanzar el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las
generaciones presentes y futuras.
-
De Río (1992) a Johannesburgo (2002): Propuestas, principios y retos
Los elementos arriba recogidos, han constituido el centro de atención de
importantes actores, personalidades e instituciones a nivel internacional desde hace
tiempo. La celebración de la denominada “Cumbre de la Tierra” en Río de Janeiro
(1992) constituyó sin lugar a dudas un hito en la lucha de la humanidad a favor de la
sostenibilidad del desarrollo, única garantía de mantenimiento de la vida y el progreso
de la civilización en la Tierra. La concreción de la visión plasmada en Río incorporaba
integralmente la preocupación por el medio ambiente y la no menos legítima
preocupación por la economía y la erradicación de la pobreza.
Una evaluación general de los diez años transcurridos desde Río, debería reconocer
efectivamente que el entorno internacional en relación con el desarrollo sostenible
observó en este período algunos cambios positivos. En efecto, se difundieron
paulatinamente ciertos principios éticos globales y el propio concepto de desarrollo
sostenible se constituyó en marco de referencia de la agenda internacional. De igual
manera, se avanzó notablemente en la codificación del derecho ambiental.
Sin embargo, muchos observan con preocupación que la implementación de los
compromisos asumidos en Río han acusado notables retrasos; y que todavía está por
impulsarse la necesaria transformación profunda de los estilos de desarrollo
predominantes en el mundo, para avanzar decididamente en la superación de la
pobreza y de las enormes diferencias de ingresos que exhibe la economía mundial
contemporánea. En definitiva, a diez años de la Conferencia de Río, las condiciones
para el desarrollo sostenible no son mejores que las prevalecientes en 1992.
Secretaría Permanente
6
Globalización
En diciembre del año 2001, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan
dio a conocer un informe donde señala que los objetivos establecidos en Río: “ (…) se
están logrando con mayor lentitud que la prevista y, en cierto sentido, las condiciones
actuales son peores que hace 10 años”. Indica que con una voluntad política decidida,
la adopción de medidas prácticas y el establecimiento de compromisos asociativos
fuertes es posible superar varios obstáculos importantes que han provocado que los
resultados obtenidos en la consecución del desarrollo sostenible hayan sido muy
desiguales.
El informe es una evaluación franca del progreso alcanzado en la ejecución de la
Agenda 21 y ha sido base documentada en las negociaciones previas a la Cumbre de
Johannesburgo, y sin duda refleja la posición que la ONU desea prevalezca en las
discusiones, así como en la adopción de estrategias y compromisos. El mismo establece
la posibilidad de adoptar múltiples medidas para lograr que la globalización facilite el
desarrollo sostenible y reitera además la validez de la Agenda 21.
Según el informe, la ejecución de la Agenda 21 se ha visto entorpecida por cuatro
factores principales, a saber:
•
Un enfoque fragmentado donde las políticas y los programas abordan cuestiones
económicas, sociales y ambientales de manera no integrada.
•
Ausencia de políticas coherentes en las esferas de las finanzas, el comercio, las
inversiones y la tecnología, y de políticas proyectadas con una visión de largo plazo.
•
Patrones de producción – y tecnológicos – que implican una utilización excesiva de
recursos, y presionan los ecosistemas.
•
La falta de recursos para la ejecución de la Agenda 21. A las dificultades de los
países en desarrollo (PED) para acceder a las nuevas tecnologías e inversiones
privadas procedentes de los países desarrollados, se une la significativa reducción de
la ayuda oficial para el desarrollo en el último decenio.
El informe, que examina el estado actual del medio ambiente global, provee
información relevante para acordar las acciones y compromisos definitivos a asumir.
Entre las realidades que han determinado los temas propuestos por la CDS (Comisión de
Desarrollo Sostenible de la ONU, que actúa como Comité Preparatorio de la Cumbre de
Johannesburgo) durante las reuniones previas a la Cumbre se destacan:
•
La población del mundo superó los 6 000 millones de habitantes en el año 2000, en
contraste con los 2 500 millones de habitantes que había en 1950 y los 4 400 millones
de habitantes del decenio de 1980. Las proyecciones muestran que la población
mundial llegará a los 8 000 millones de habitantes en el 2025 y a los 9 300 millones de
habitantes para 2050.
•
El 15% de la población mundial vive en países de altos ingresos y a ella corresponde
el 56% del consumo mundial; mientras que al 40% más pobre de la población mundial
- que vive en los países en desarrollo (PED) - corresponde únicamente el 11%. El
promedio de gastos de consumo de una familia africana se ha reducido en un 20%
en comparación con 25 años atrás.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
SP/Di No. 18 - 02
7
•
Hay 815 millones de personas desnutridas en el mundo, y 777 millones de ellas viven
en los PED. Las cifras están reduciéndose en Asia, pero aumentan en África.
•
Hay 1.100 millones de personas que carecen de acceso al agua potable y cerca de
2 400 millones de personas que carecen de saneamiento adecuado. En los PED, 89
por cada mil niños nacidos mueren antes de cumplir la edad de 5 años y más de 113
millones de niños en los PED en edad de recibir la enseñanza primaria – de los cuales
el 60% son niñas- no asisten a la escuela.
•
El agua contaminada, el saneamiento inadecuado y la falta de higiene causan más
del 80% de las enfermedades en los PED. El paludismo por sí sólo provoca más de un
millón de muertes al año.
•
En los próximos dos decenios, el mundo necesitará un 17% más de agua dulce para
cosechar alimentos y enfrentar así el aumento de la población previsto en los PED.
Para el año 2025, las dos terceras partes de la población mundial es muy probable
que habiten en zonas que sufren de carencia de agua.
•
Más de 11.000 especies están amenazadas de extinción, más de 800 se encuentran
totalmente extinguidas y otras 5.000 podrían desaparecer a menos que se adopten
medidas en este sentido.
•
La mitad de las principales zonas pesqueras del mundo se utilizan plenamente y una
cuarta parte de ellas son sometidas a prácticas de pesca excesiva.
•
La deforestación prosigue a una tasa estimada de 14,6 millones de hectáreas al año,
aunque 5,2 millones de hectáreas han sido recuperadas como resultado de nuevos
brotes y el establecimiento de plantaciones forestales. Las más elevadas tasas netas
de deforestación se encuentran en América del Sur y en África.
•
La población de los países desarrollados utiliza casi 10 veces más energía per cápitacasi - que la población de las regiones en desarrollo.
•
El 95% de la energía consumida con fines de transporte se extrae del petróleo. Se
prevé que las emisiones de dióxido de carbono, una de las principales causas del
cambio climático, aumentarán en un 75% en el período 1997 - 2020.
En el informe se sugirió entonces una lista de las 11 esferas en las que se deben
establecer y cumplir objetivos alcanzables, en relación con las cuales es necesario
adoptar medidas amplias para:
a)
Lograr que la globalización sea compatible con el desarrollo sostenible;
b)
Erradicar la pobreza y mejorar los medios de vida en las zonas rurales y urbanas,
reduciendo a la mitad para el 2015 las personas que viven con menos de un
dólar al día;
c)
Modificar los patrones insostenibles de producción y consumo;
d)
Promover la salud mediante el acceso seguro y económicamente asequible al
agua dulce, la reducción del plomo en la gasolina y el mejoramiento de la
calidad del aire en locales cerrados;
Secretaría Permanente
8
e)
Globalización
Proporcionar acceso a la energía y mejorar la eficiencia energética mediante
la creación y la utilización de tecnologías que fomenten las fuentes de energía
renovables y el alto rendimiento energético;
f)
Preservar el equilibrio de los ecosistemas y garantizar la diversidad biológica,
haciendo frente a la pesca excesiva, las prácticas no sostenibles en materia de
silvicultura y la contaminación marina, entre otros;
g)
Mejorar la gestión de los suministros de agua dulce y hacer más equitativa la
distribución de recursos hídricos;
h)
Proporcionar recursos financieros y tecnologías ecológicamente racionales a los
PED;
i)
Apoyar el desarrollo sostenible en África mediante programas nuevos y amplios
que permitan crear instituciones y sistemas que puedan abordar cuestiones
relacionadas con el hambre, la salud y la protección del medio ambiente, así
como la gestión de los recursos; y
j)
Fortalecer el sistema de administración internacional con miras al desarrollo
sostenible.
A partir de los puntos anteriormente señalados, surge el proyecto del Plan de Acción1 de
las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, documento
propuesto por la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible de la ONU constituida en Comité
Preparatorio de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (CDS10). Cuenta con
158 párrafos y es ambicioso en los temas que contempla. El mismo fue finalmente
presentado y discutido en la cuarta reunión preparatoria para la Cumbre, y todavía no
cuenta con la aprobación definitiva por parte de todos los estados miembros.
La dinámica internacional reciente ha generado preocupaciones aumentadas respecto
a la viabilidad y eficiencia de una cita mundial como la planificada para
Johannesburgo, y obviamente respecto a la aprobación y posterior aplicación de los
acuerdos allí asumidos. La actual coyuntura de desaceleración/crisis económica en los
principales centros, los cambios en las prioridades de los más importantes actores
internacionales a partir de los actos terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, y
la pérdida de confianza en algunos de los fundamentos del multilateralismo como
resultado de tensiones en la cooperación internacional y de la profusión de prácticas
claramente discriminatorias y unilaterales; pudieran influir en que el cortoplacismo
desplace y silencie los objetivos de largo plazo del desarrollo sostenible.
Este escenario, que ha servido de trasfondo a los trabajos preparatorios y las discusiones
previas a la Cumbre de Johannesburgo; también ha estado caracterizado por la
expresión - como era de prever - de muy diversos intereses que esperan diferentes
resultados de esta próxima cita mundial.2 Varios países, sobre todo los más pobres insisten
1
El Plan de Aplicación contiene 11 recomendaciones para la acción: 1) Renovación de la
asociación Norte-Sur y la visión que comenzó en Río; 2) Un enfoque equitativo y sustentable de los
recursos naturales; 3) Democracia, participación popular y fortalecimiento de capacidades; 4)
Instituciones internacionales para el desarrollo sostenible; 5) Grupos de interés y asociaciones; 6)
Responsabilidad corporativa; 7) Consumo y producción sostenibles; 8) Comercio y preocupaciones
ambientales; 9) Asistencia al desarrollo y transferencia de recursos; 10) Atención especial a las
Iniciativas de África sobre desarrollo sostenible; 11) Ratificación de convenciones ya firmadas.
2
Véase al respecto el Anexo Nº 1.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
SP/Di No. 18 - 02
9
en la necesidad de que el foco central de la conferencia sea el de la lucha contra la
pobreza; mientras que los pequeños y vulnerables estados insulares del mundo en
desarrollo prefieren que se llame la atención sobre el hecho de que los actuales patrones
de producción y consumo están detrás del calentamiento global, lo que eleva el nivel
de los mares y amenaza la propia existencia de estos estados. Algunos grupos
ambientalistas de los países industrializados, por su parte, plantean que la prioridad de
tales discusiones tiene que ser la búsqueda de acciones concretas para preservar los
ecosistemas del mundo. Ciertas organizaciones no gubernamentales que han adquirido
presencia importante en foros como el de Johannesburgo, prefieren que esta cumbre
priorice las cuestiones referidas a la salud y el desarrollo social; mientras otras insisten en
que la base de todo esfuerzo para la sostenibilidad del desarrollo radica en garantizar el
crecimiento económico y los derechos humanos para todos. Algunos quieren acciones
internacionales más fuertes, mientras que otros plantean una mayor responsabilidad de
las autoridades e instituciones domésticas.
Sin embargo, muchos de los principales actores y entidades vinculadas directamente al
debate actual sobre desarrollo sostenible, y también la inmensa mayoría de los países en
desarrollo, son de la opinión de que la Cumbre de Johannesburgo debe tener como
principal objetivo la renovación del compromiso político al más alto nivel con el
desarrollo sostenible, y en consecuencia definir un plan negociado de ejecución de los
compromisos que se habían delineado con anterioridad en Río. A través de un acuerdo
consensuado, se espera que como resultado primario de Johannesburgo los gobiernos,
la sociedad civil y el sector empresarial adopten medidas y acuerdos de colaboración
mediante los cuales se aborden problemas específicos y se logren resultados
mensurables que mejoren las condiciones de vida de la gente en todo el mundo, pero
sobre todo la que habita en los países en desarrollo.
Entre los principios de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo hay
cuatro de particular importancia para la comunidad internacional que tienen que ser
reiterados en la cita de Johannesburgo. Ello constituiría un reconocimiento explícito del
compromiso respecto a los presupuestos que sirvieron de base al consenso que con
mucho esfuerzo, se había alcanzado con anterioridad. Estos principios claves son:
1.
Responsabilidades comunes pero diferenciadas, lo que de hecho reconoce la
“deuda ambiental” en que han incurrido los países industrializados;
2.
Principio precautorio, el cual supone que la ausencia de certeza científica en
caso de peligro de daño grave o irreversible al medio ambiente, no puede
justificar la postergación o no adopción de medidas encaminadas a evitar o
reducir al mínimo la amenaza;
3.
Quien contamina, paga; lo que en última instancia dispone cómo deben
distribuirse los costos de la protección ambiental; y
4.
El derecho a saber, mediante el cual se establece que las comunidades tienen
que contar con información precisa sobre los riesgos ambientales que enfrentan.
Específicamente, lo resultados a obtener en la próxima cumbre deberían incorporar los
siguientes aspectos:
a)
Adoptar una visión amplia y transversal del tema del medio ambiente en
el contexto de las estrategias integrales de desarrollo sostenible. Ello implica reconocer
simultáneamente y de manera integral las consideraciones económicas, sociales y
ambientales asociadas a esta problemática, y también las interrelaciones entre la
Secretaría Permanente
10
Globalización
dimensión “interna” o “nacional” con los fenómenos o aspectos del “escenario
internacional”;
b)
Fortalecer la institucionalidad ambiental internacional, de tal forma que se
otorgue coherencia al conjunto de acuerdos al respecto que se han adoptado o se
adoptarán en los más disímiles foros multilaterales;
c)
Otorgar una alta prioridad al Protocolo de Kyoto, y en particular al
concepto del mecanismo de desarrollo limpio;
d)
Garantizar la consolidación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial
(Global Environmental Fund – GEF);
e)
Fomentar la comprensión, aceptación y aplicación más amplia de la
concepción de “desarrollo sostenible” entre los encargados de la formulación de
políticas en los ámbitos local, nacional y regional;
f)
Fomentar una cultura del desarrollo sostenible en las comunidades, la
sociedad civil y el sector privado, a través de la educación y de estrategias de difusión y
formación de conciencia colectiva;
g)
Reconocer las particularidades de todos los ecosistemas regionales y
subregionales – áridos, semiáridos, de montaña, boscosos, marinos, acuáticos e insulares
– que son ricos y variados, pero que incorporan grados disímiles de fragilidad.
III.
LOS RETOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Cuando se realiza un balance del estado económico y social de América Latina
y el Caribe (ALC) en estos últimos tiempos, acorde a la concepción de desarrollo
sostenible, sobresale un cuadro que cuestiona el generalizado optimismo al respecto que
se observaba en la región a principios de la década pasada.
El ritmo de crecimiento económico regional entre 1992-2001 es inferior al registrado en el
período previo a la “crisis de la deuda” y resulta insuficiente para reducir efectivamente
la brecha que separa a ALC de los países industrializados. Es más, desde fines de 1997
aproximadamente, el desempeño económico regional – en términos de actividad global
y per cápita – da cuenta ya de una “media década perdida” según CEPAL.3
3
Véase al respecto CEPAL (2002a).
11
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
SP/Di No. 18 - 02
CUADRO Nº 1
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: DESEMPEÑO ECONÓMICO. 1992-2001
(Tasas anuales de crecimiento)
PAIS
AMERICA LATINA Y EL
CARIBE
Antigua y Barbuda
Argentina
Barbados
Belice
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Dominica
Ecuador
El Salvador
Granada
Guyana
Guatemala
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República
Dominicana
Saint Kitts-Nevis
San Vicente y
Las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad-Tobago
Uruguay
Venezuela
Producto Interno Bruto (PIB)
1999
2000
2001
1992(a)
2001
0.5
3.9
0.4
2.8
1999
-1.1
PIB por habitante
2000
2001
(a)
2.3
-1.1
19922001
1.2
4.9
-3.4
3.0
6.0
0.3
0.9
-0.7
-3.8
8.0
6.8
1.3
-7.9
3.4
7.5
5.0
3.9
2.9
-1.5
0.6
3.7
7.4
3.5
-0.1
0.9
8.0
2.6
-0.8
3.1
10.5
2.3
4.2
4.4
2.2
2.2
5.3
9.7
2.3
2.1
6.5
-2.3
3.4
1.9
4.8
1.0
6.8
6.0
2.6
-0.6
3.0
7.8
4.3
-4.5
-2.2
4.7
1.3
1.5
2.8
1.5
1.0
2.5
-5.2
6.0
1.9
-3.3
2.3
1.8
-0.7
2.7
1.8
-0.4
3.1
0.4
2.4
0.2
2.7
3.5
2.6
1.3
4.7
3.4
2.7
5.5
2.5
5.0
0.0
1.2
1.9
4.3
3.1
5.0
4.0
-0.9
3.2
0.9
3.0
4.0
3.7
1.8
3.8
6.1
3.2
-4.6
2.6
3.6
-2.0
-0.4
-2.0
-5.5
5.4
6.4
1.4
-9.7
1.3
7.2
4.6
1.2
1.1
-4.1
-0.2
2.1
4.5
1.9
-2.6
-0.8
6.1
2.6
-2.0
3.1
8.5
0.1
2.8
3.1
0.4
0.0
4.9
0.8
0.4
0.1
6.2
-2.8
0.7
0.1
2.1
0.2
5.2
3.2
1.0
-3.1
1.4
6.0
3.7
-5.6
-2.6
2.5
-0.9
0.2
1.6
-0.2
-1.2
2.1
-5.2
4.1
0.0
-3.7
1.8
-0.8
-2.5
0.1
1.0
-1.9
0.4
-1.1
-0.1
-1.4
1.1
3.1
1.3
0.9
2.6
1.0
1.3
4.0
0.5
2.2
-0.5
1.3
-0.1
2.2
2.8
4.5
1.3
-2.7
0.4
0.1
1.3
1.1
1.9
-0.9
2.0
4.3
3.5
3.6
5.0
1.8
2.0
...
4.2
3.3
4.3
2.9
5.8
1.2
2.0
...
4.9
2.6
2.8
-3.5
7.8
-2.9
-5.8
0.3
-1.2
9.2
-1.8
3.8
-5.0
1.9(*)
4.3
-2.9
2.8
1.4
0.0
4.1
2.3
1.6
1.4
-3.8
7.3
-3.6
-7.7
-1.1
-1.7
8.8
-2.5
1.8
-6.4
...
3.8
-3.6
0.9
0.2
-0.3
3.4
1.6
-0.5
Fuente: CEPAL (2002). Situación y Perspectivas. Estudio Económico de América Latina y el Caribe.
2001-2002.
Notas: (a). Preliminar; (*) Según IMF (2001); (...) No disponible.
Los bajos ritmos de crecimiento económico general de ALC se han dado
simultáneamente a una disminución o mantenimiento en niveles deprimidos del
coeficiente de inversión en capital fijo en la mayoría de los países latinoamericanos y
Secretaría Permanente
12
Globalización
caribeños. Esto sin lugar a dudas, tiene implicaciones no sólo para el corto plazo en tanto
limita la capacidad de crecimiento potencial de estas economías, que además
enfrentan serios rezagos tecnológicos, sociales y de competitividad.
Se asiste entonces a un cuestionamiento de los supuestos optimistas que habían
prevalecido desde hace más de 15 años en ALC, en el sentido de que el logro de los
equilibrios macroeconómicos internos, junto a la apertura externa y la reducción del
papel del estado en la conducción económica, garantizarían un crecimiento estable y
dinámico. Los avances en cuanto a estabilidad de precios y control en los balances
fiscales de varios de los países de la región hasta fines de los años de la década anterior,
se han dado simultáneamente a variaciones en la baja de los ritmos de crecimiento y
frecuentes crisis financieras.
Otro de los rasgos que ha caracterizado al desempeño económico y social de la región
en este período ha sido la mayor heterogeneidad estructural y consiguientemente una
mayor concentración de los ingresos y del poder económico en la mayoría de los países
latinoamericanos y caribeños.
La flexibilización de las políticas monetarias, como respuesta oficial ante el deterioro de
la coyuntura a partir de los últimos años de los noventa, no ha tenido los efectos positivos
esperados. La caída en los niveles de tasas de interés internas que se observa en algunas
economías latinoamericanas no ha implicado una recuperación del crédito interno; y
pudieran ser contraproducentes teniendo en cuenta los limitados montos de ahorro
interno que históricamente se han experimentado en la región. La depreciación en las
monedas provocadas entre otros factores por la política monetaria más laxa, ha
exacerbado la inestabilidad financiera y presionado sobremanera a los sistemas
bancarios, sin que se observen ganancias importantes en cuanto a competitividad
externa.4
La conjunción del magro crecimiento en la actividad económica con las restricciones
presupuestarias que han impedido una activa política fiscal anticíclica, ha estado en la
base del cuadro general negativo que han experimentado el empleo y los niveles de
salario medio en estos tiempos. Ello ha determinado el mantenimiento en condiciones de
pobreza de una parte mayoritaria de la población latinoamericana y caribeña. Esto
unido a los crónicos perfiles de distribución de los ingresos caracterizados por su extrema
inequidad, explica las enormes presiones sociales que han padecido varios países en el
período más reciente.5 Téngase en cuenta que de acuerdo a la información contenida
en el Anexo Nº 2, de 17 países latinoamericanos, en sólo dos casos – Costa Rica y
Uruguay – el 10 % más rico de la población disponía de ingresos que equivalían a menos
del 30% del total generado por dichas sociedades al final de los noventa.
En el cuadro social de la región, la estructura de política fiscal predominante ha tenido
implicaciones negativas importantes. Por una parte – y a pesar del mejoramiento en los
saldos fiscales de los gobiernos de la región hasta 1998 - hay consenso de que los bajos
niveles de ingresos públicos en ALC son el resultado de muy reducidas tasas de
tributación. La base tributaria se concentra en varios países latinoamericanos en
impuestos indirectos, cuya incidencia distributiva tiende a ser regresiva. El aumento del
gasto público en el largo plazo sólo es posible ampliando la base tributaria; y al mismo
tiempo hay una recurrente tendencia procíclica del gasto social, lo que es contradictorio
con las necesidades sociales apremiantes durante los períodos de crisis.
4 CEPAL (2002). Crecimiento económico de América Latina y el Caribe será negativo en 2002.
Comunicado de Prensa, 1º de agosto de 2002.
5 Véase al respecto el cuadro en el Anexo Nº 2.
13
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
SP/Di No. 18 - 02
Por otra parte, el sistema educativo de la región también contribuye a la segmentación
social. En efecto, persisten rezagos de cobertura en la educación primaria – más
elevados en los niveles secundarios y universitarios – altas tasas de repetición de
estudiantes provenientes de los hogares de menores ingresos, y una fuerte segmentación
entre estratos socio-económicos en el acceso a una educación de calidad.6
Una visión de más largo plazo, también muestra que para varias naciones de la región el
desempeño de la última década ha sido inferior al promedio de crecimiento para todo
el período 1975-2000; y que en 20 de un total de 32 países computados en el Cuadro Nº
2, el mayor nivel del PIB per cápita alcanzado tuvo lugar con anterioridad al año 2000.
CUADRO Nº 2
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. DESEMPEÑO ECONÓMICO A LARGO PLAZO
PAIS
Antigua y Barbuda
Argentina
Barbados
Belice
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Dominica
Ecuador
El Salvador
Granada
Guyana
Guatemala
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República
Dominicana
Saint Kitts-Nevis
San Vicente y
Las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad-Tobago
Uruguay
Venezuela
PIB per cápita
(PPA en US$)
2000
Tasa de crecimiento anual del
PIB per cápita (%)
1975-2000
1990-2000
10541
12377
15494
5606
2424
7625
9417
6248
8650
-5880
3203
4497
7580
3963
3821
1467
2453
3639
9023
2366
6000
4426
4799
6033
4.6
0.4
1.3
2.9
-0.5
0.8
4.1
1.6
1.1
--0.2
-0.1
3.9
0.3
--2.0
0.1
0.5
0.9
-3.5
0.8
0.7
-0.7
1.7
2.8
3.0
1.7
1.6
1.6
1.5
5.2
1.1
3.0
3.7
--0.3
2.6
2.9
5.0
1.4
-2.7
0.4
-0.4
1.4
0.6
2.3
-0.4
2.9
4.2
12510
5555
5.7
3.9
4.7
2.6
12510
5555
2000
2000
5703
3799
8964
9035
5794
4.4
-0.1
0.5
1.4
-0.9
0.9
3.0
2.3
2.6
-0.6
5703
4298
9005
9557
7845
2000
1998
1982
1998
1977
Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano, 2002.
6
CEPAL .
PIB per cápita
Mayor valor
Año de
durante 1975mayor
2000. (PPA
valor
US$)
10541
2000
13204
1998
15494
2000
5606
2000
2721
1978
7625
2000
9417
2000
6653
1997
8691
1999
----3561
1997
5018
1978
7580
2000
4016
1999
3917
1980
2423
1980
2601
1979
3981
1975
9023
2000
5284
1977
6000
2000
5149
1981
5442
1981
6033
2000
Secretaría Permanente
Globalización
14
Nota: La estadística aquí contemplada toma como base la “paridad de poder adquisitivo” (PPA),
expresado en dólares estadounidenses.
Si a las anteriores estadísticas del PNUD se le adiciona el comportamiento del año 2001 y
las estimaciones correspondientes al actual, el “retroceso temporal” en cuanto a
dinamismo económico resulta más pronunciado para la mayoría de las naciones de la
región.
Igualmente es importante tener en cuenta que América Latina y el Caribe ha mantenido
una muy vulnerable integración a la economía mundial. El peso relativo de las
economías de ALC dentro de los totales mundiales, sigue siendo muy reducido y con una
tendencia a su disminución. Por otro lado, el avance de los países de la región en
cuanto a los niveles de intensidad tecnológica de sus exportaciones – indicador que
hasta cierto punto refleja la calidad de la inserción internacional – manifiesta desventajas
evidentes en el período.
CUADRO Nº 3
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. ESTRUCTURA EXPORTADORA SEGÚN CATEGORÍAS DE
INTENSIDAD TECNOLÓGICA EN 1985 Y 2000
(En porcentajes de las exportaciones)
País
América
Latina y
Caribe
México
MERCOSUR
CAN
MCCA
CARICOM
Chile
Productos
primarios
Manufacturas Manufacturas Manufacturas Manufacturas Productos
basadas en
de baja
de
de alta
no
recursos
tecnología
tecnología
tecnología
clasificados
naturales
media
1985 2000 1985 2000 1985 2000 1985 2000 1985 2000 1985 2000
50.0 27.3
23.5
17.0
7.9
14.0
12.1
24.6
4.3
14.0
2.2
3.1
53.4
42.6
59.8
71.6
41.7
41.0
11.7
34.7
59.5
27.7
37.4
40.3
10.3
23.9
32.8
10.9
39.3
50.9
5.8
24.1
24.5
9.2
34.9
48.6
5.8
12.8
2.8
8.5
5.4
1.3
14.7
11.0
6.3
39.7
10.2
3.0
18.0
15.8
2.9
4.4
5.7
3.6
38.5
21.2
6.4
6.6
11.6
5.7
9.9
2.7
0.3
3.7
6.0
0.4
25.3
6.6
0.9
14.5
1.4
0.7
2.6
2.1
1.4
0.9
1.9
2.9
3.9
2.4
2.4
2.2
4.6
1.7
Fuente: CEPAL sobre la base de la información obtenida del Programa Computacional CAN
(versión 2002).
Para las economías de la región la mayor parte de los productos exportados se
concentra en bienes primarios y manufacturas basadas en recursos naturales. Si se
excluyeran de las estadísticas a México y a Costa Rica (este último dentro del grupo de
países miembros del MCCA), menos del 10 % del total de las exportaciones de cada una
de las demás naciones clasifican como productos de alta tecnología. Lo anterior es
reflejo de las debilidades estructurales del aparato productivo de ALC y determina –
junto a otros factores – la vulnerabilidad externa de la región. Adicionalmente, estudios
realizados por CEPAL también dan cuenta que la estructura exportadora de ALC que
emerge en los años 90 – simultáneamente a la consolidación de las políticas de apertura
externa - es ambientalmente más vulnerable que la de los años 80. En la mayoría de los
países se ha tendido a una especialización más intensiva en recursos naturales.7
CEPAL (1999). Impactos ambientales de los cambios en la estructura exportadora en nueve
países de América Latina y el Caribe: 1980-1995. Serie: Medio Ambiente y Desarrollo.
7
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
15
SP/Di No. 18 - 02
Si bien en estos años ha habido un incremento perceptible en el establecimiento de
regulaciones medio ambientales en Latinoamérica y el Caribe, en muchas ocasiones
todavía dichas normas medio ambientales son raramente aplicadas o en el mejor de los
casos, muchas decisiones son tomadas sin tener en cuenta sus efectos sobre el medio
ambiente. La filosofía de que cualquier problema medio ambiental que ocurre hoy,
puede ser corregido en el futuro está todavía presente en varias instituciones y sectores
económicos y sociales de la región. A esto habría que añadir las limitaciones del
financiamiento para apoyar la preservación del medio ambiente. Según CEPAL, en los
años 90 los gastos destinados al medio ambiente no habían superado en promedio el 1%
del PIB regional y, en general, no se ha observado un alza en los presupuestos públicos
en esta área.8
La mayoría de los análisis que se han venido realizando al respecto, confirman que el
balance entre los procesos de deterioro y las transformaciones adecuadas para
establecer patrones de desarrollo ambientalmente sostenibles en ALC sigue siendo
negativo. A lo largo de los 90 se advertían señales de deterioro del aire, el agua y los
suelos; y la región había sido víctima de una serie de desastres naturales, en parte
atribuibles a los efectos de la acción humana. A lo anterior habría que agregar un
ordenamiento territorial inadecuado, construcciones e infraestructura mal diseñadas, y
falta de mecanismos eficaces de reducción de riesgos y de “alerta temprana”.
Resultan notorias las debilidades institucionales presentes: por un lado las agencias e
instancias reguladoras de la problemática medio ambiental no están integradas
eficientemente a los centros de decisión política y, por otro, hay una
escasa
penetración de los temas medio ambientales en la sociedad civil regional.
Si bien se percibe un reconocimiento incrementado por parte de los líderes económicos
de ALC respecto a la problemática de la “sostenibilidad”, los esfuerzos por reducir o
eliminar el despilfarro, reciclar materiales de desecho, controlar la polución y conservar
los recursos no renovables, han sido incompatibles con el interés por mantener los más
bajos costos de producción posibles, para poder sobrevivir a la aguda competencia
predominante. Paradójicamente, hay suficiente evidencia internacional demostrativa de
que las prácticas y los sistemas productivos compatibles con el “desarrollo sostenible”
son favorables para el mejoramiento del clima inversionista, la competitividad y la
rentabilidad empresarial.9
- Las transformaciones necesarias en Latinoamérica y el Caribe
Revertir la situación antes descrita, exige un compromiso explícito de los gobiernos y
sociedades de ALC, para lo cual se requiere fomentar y desarrollar una “conciencia
medio-ambientalista”. Esta tiene que reconocer la dependencia de los seres humanos
de la naturaleza y la necesaria viabilidad a largo plazo del medio ambiente para el
sostenimiento de la vida en la tierra.
Tal y como se ha señalado, resulta necesario articular coherentemente los tres pilares del
desarrollo sostenible – económico, social y ambiental – en las estrategias de desarrollo y
las políticas que se implementen en las naciones de la región.
CEPAL (2001). El financiamiento para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe.
LC/G.2146(CONF.90/4), Santiago de Chile.
9 SELA (2002). Documento de apoyo a la XII Cumbre Iberoamericana a celebrarse en República
Dominicana. Solicitud de la Cancillería de República Dominicana a la Secretaría Permanente del
SELA. (mimeo), Caracas, mayo, 23 pp.
8
Secretaría Permanente
16
Globalización
En primer lugar es imprescindible generar tasas satisfactorias y sostenibles de crecimiento
económico, para lo cual hay que crear un entorno macroeconómico que promueva
adecuados niveles de inversión y ahorro y minimice las distorsiones de precios relativos.10
Esto resulta fundamental para la creación de puestos de trabajo, aunque no siempre el
crecimiento es capaz por sí solo de generar una demanda de fuerza de trabajo en la
cantidad y calidad como la requerida para la transformación económica y social de
ALC.
También tienen que revisarse las concepciones dominantes respecto al manejo de la
economía y al horizonte temporal de las políticas económicas. El diseño e
implementación de políticas debe incluir al conjunto del ciclo económico incorporando
deliberadamente políticas anticíclicas activas y el crecimiento de largo plazo debe
reconocerse como objetivo explícito de las políticas económicas. Por otra parte, el
crecimiento económico tiene que concebirse como resultado de la interacción de
diversas dinámicas: la acumulación de capital, la acumulación de conocimientos
aplicados a la producción, el cambio estructural y el desarrollo institucional.11
Igualmente, el avance hacia mayores grados de continuidad educativa dentro de la
región y la garantía de una mejor calidad en la oferta educativa; tienen que
considerarse como elementos esenciales de la transformación para garantizar el
“desarrollo sostenible”. Esto resulta pertinente desde tres puntos de vista:
•
La necesaria labor de formación de conciencia respecto al “desarrollo
sostenible”, supone incrementar los niveles de instrucción y cultura de las sociedades;
• Los efectos positivos de la educación son claves para modificar a largo plazo los
perfiles inequitativos de distribución de los ingresos y también para reducir la pobreza;
• En un mundo en el que los crecientes desafíos de la competitividad son un rasgo
dominante, mejorar la calidad y pertinencia de la educación secundaria y superior es
particularmente importante.
No obstante, debe reconocerse que los efectos de la educación siempre son a largo
plazo, pero en definitiva - como lo enseñan experiencias exitosas - la educación es
crucial para superar la reproducción intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.
En todo programa de inversiones y creación de infraestructuras para el desarrollo en
ALC, tiene que considerarse como prioridad que ello no ocurra en desmedro de la
calidad del ambiente en que operan las actividades productivas y de servicios.
La protección de la calidad de las cuencas hidrológicas y de la superficie agrícola es
vital en toda estrategia sostenible de conservación de dos de los recursos naturales por
excelencia: el agua y la tierra. Por ello deben definirse iniciativas y programas de
cooperación específicos para atender estas áreas.
Particular énfasis debe otorgarse a la introducción de prácticas de cultivo y explotación
agrícolas que tengan en cuenta la protección del medio ambiente, lo que también
incide en la calidad de la alimentación y los niveles de “seguridad alimentaria” que
alcanzan los distintos países. Debería constituir un esfuerzo permanente el intercambio
Ello supone estructurar sistemas fiscales sólidos, mantener tasas de interés reales moderadas y
tipos de cambio realistas pero competitivos.
11 CEPAL (2002).
10
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
17
SP/Di No. 18 - 02
de experiencias y el desarrollo de programas de “agricultura orgánica”, lo que
constituiría un espacio significativo para avanzar en la cooperación regional.
Por otra parte, no puede obviarse en el diseño de los programas de desarrollo en la
región, la consideración de los aspectos vinculados a la biodiversidad. En la Convención
de Río de Janeiro sobre la diversidad biológica, se sentaron las bases para la
negociación de un nuevo compromiso para la preservación y el uso sostenible y
equitativo de los recursos de la biodiversidad. La región debe ser consecuente con esos
principios, y al mismo tiempo reconocer que su biodiversidad constituye el recurso natural
más preciado y parte fundamental de la base para su desarrollo económico.
Una prioridad en la estrategia para la conservación y protección del medio ambiente es
lograr avances significativos en una política coordinada, cooperativa y solidaria en
defensa de los ecosistemas marinos compartidos. En esta dirección resulta preciso definir
y aprobar políticas de protección al tráfico de desechos tóxicos – particularmente de
desechos radioactivos – entre naciones y en los mares compartidos entre nuestros países.
En definitiva de lo que se trata es de ir paulatinamente, pero con decisión, estableciendo
un nuevo pacto ciudadano en torno al desarrollo sostenible en las sociedades
latinoamericanas y caribeñas.
Resulta también importante aumentar la cooperación latinoamericana y caribeña en
asuntos vinculados al medio ambiente. Sería muy conveniente que en ocasión de la
Cumbre de Johannesburgo, la región participe activamente y sea consecuente con los
principios y objetivos enunciados en la Plataforma de Acción de Río de Janeiro hacia
Johannesburgo 2002, aprobados en la conferencia regional preparatoria de la Cumbre
Mundial sobre el Desarrollo Sostenible.12 Igualmente es de resaltar que en la pasada
Cumbre de Guayaquil, los 12 gobiernos de Sudamérica adoptaron una declaración
sobre la materia (Anexo IV del “Consenso de Guayaquil”) y se comprometieron a
coordinar las respectivas posiciones nacionales.13
América Latina y el Caribe debería reiterar la creciente preocupación regional - en todo
foro relevante - respecto al continuo deterioro de los recursos naturales y del medio
ambiente a nivel global, y consecuentemente cumplimentar los compromisos
multilaterales asumidos al respecto.
IV.
MODIFICACIONES EN EL ENTORNO INTERNACIONAL PARA GARANTIZAR EL
DESARROLLO SOSTENIBLE
Como resultado de las tendencias prevalecientes en el sistema de relaciones
internacionales, ha venido emergiendo un consenso acerca de la necesidad de lograr
una mejora sustantiva del “entorno global” que promueva la participación de todas las
naciones y garantice los niveles de regulación que exige el actual sistema mundial. Esto
debería permitir avances más firmes en la consecución del desarrollo sostenible y, al
mismo tiempo, una participación más justa y equitativa de naciones como las de
América Latina y el Caribe en las decisiones que se toman a nivel internacional.
Requisito indispensable para lograr lo anterior es el aumento de la cooperación y
concertación entre los gobiernos de ALC con vistas a presentar posiciones comunes en
los diversos foros de negociación económica internacional, tal y como ha reiterado
recientemente esta Secretaría Permanente. Esta concertación debe tener también
Véase dicha Plataforma de Acción en Anexo 1, de ECLAC (2002).
SELA (2002b). El Consenso de Guayaquil sobre integración, seguridad y desarrollo: elementos
para el análisis de la viabilidad de sus propuestas, Caracas, agosto. (SP/Di Nº 17 – 02).
12
13
Secretaría Permanente
18
Globalización
como eje la búsqueda de soluciones a las marcadas asimetrías presentes en el sistema
económico global; y, al mismo tiempo, lograr mejoras significativas en las modalidades
de inserción internacional de nuestras naciones.
A pesar de coyunturas económicas adversas, como la más reciente, el proceso de
globalización además de desafíos, también presenta oportunidades. La globalización, la
integración regional abierta y la participación activa en los flujos de intercambio
internacional constituyen, al mismo tiempo que prerrequisitos, incentivos básicos para el
imprescindible esfuerzo por aumentar constantemente la competitividad internacional
del tejido productivo y social de Latinoamérica y el Caribe.
A continuación se señalan algunos aspectos que, desde la perspectiva de la Secretaría
Permanente, deberían ser prioritarios en la posición de los gobiernos de América Latina y
el Caribe en foros multilaterales como los de Johannesburgo. Ello -bajo ciertas
condiciones- pudiera permitir el inicio de la necesaria transformación de la
institucionalidad internacional de tal forma que se generen modificaciones en las
entidades, normas, y prácticas a nivel internacional que favorezcan la consecución del
“desarrollo sostenible”.
1.
Institucionalidad internacional para el desarrollo sostenible
Reafirmar la importancia de alcanzar una mayor coherencia y
coordinación entre las estrategias y políticas ambientales, sociales y económicas, no
sólo a nivel de cada país o región, sino también a nivel de los organismos e instituciones
internacionales.
Como parte de ello, debe reconocerse que las persistentes e insostenibles
modalidades de producción y consumo, la creciente brecha de distribución de ingresos
en el mundo y el impacto negativo de ciertos mecanismos comerciales y financieros sobre todo en los países industrializados - representan un obstáculo importante para
alcanzar el desarrollo en todo el mundo.
Deben estimularse mecanismos para que todos los países – con
independencia de su poder económico – adopten una actitud proactiva en los foros
internacionales, con vistas a proponer iniciativas que contribuyan a los objetivos globales
del desarrollo.
Cualquier normativa internacional sobre los problemas de la preservación
del medio ambiente y el desarrollo sostenible tiene que reconocer la necesidad de
desarrollar capacidades locales, nacionales y regionales – a partir de alianzas
estratégicas entre todos los actores del desarrollo – para lograr una efectiva
implementación de las mismas.
Ante la notable falta de coherencia existente entre las convenciones
sobre el medio ambiente, es importante promover mecanismos eficientes – que
incorporen una mayor racionalización de los esfuerzos y recursos – para la promoción de
las sinergias entre las convenciones pertinentes, tal y como lo señala la Agenda 21.
Dado el peso decisivo que las corporaciones transnacionales y el sistema
empresarial tienen en la promoción y garantía de un desarrollo sostenible, deberían
apoyarse iniciativas que promuevan el establecimiento de eficaces mecanismos
vinculantes para que dichos agentes asuman mayores responsabilidades respecto a los
derechos humanos, sociales y ambientales.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
19
SP/Di No. 18 - 02
En cualquier plataforma de acción para instrumentar las decisiones
respecto al desarrollo sostenible, es imprescindible tener en cuenta las necesidades y
particularidades de los pequeños estados insulares en desarrollo, que confrontan una
gran vulnerabilidad ante los cambios climáticos y los desastres naturales.
2.
Sistema multilateral de comercio
Las negociaciones comerciales multilaterales tienen que priorizar la
atención a los complejos y multifacéticos problemas del desarrollo, los que no se limitan
única y exclusivamente a las cuestiones de liberalización comercial y apertura de
mercados. En este marco, el trato especial y diferenciado a favor de los países en
desarrollo debe ser consecuentemente implementado y ejecutado en la totalidad de los
acuerdos que regula la OMC.
Deben analizarse con detenimiento las probables implicaciones de la
incorporación de nuevas áreas a las disciplinas multilaterales de comercio (comercio y
medio ambiente, compras gubernamentales, inversiones y comercio y políticas de
competencia, que aunque no tienen “mandato de negociación” sí hay grupos de
trabajo conformados respecto a ellas; además de los relativos a “comercio-deudafinanzas” y “transferencia de tecnología” que se establecen como resultado de la
Declaración de Doha), para los PED. Habría también que estar muy atentos a ciertas
intenciones de llevar el tema de las normas laborales a la OMC, o vincularlas a las
normas que regulan el comercio internacional.
El tema de la liberalización de los movimientos de la fuerza de trabajo, y
como corolario de ello el de las migraciones, que no están aceptados efectivamente en
los principales acuerdos regulados por la OMC, tiene que considerarse. Ello se justifica
dado el peso decisivo que esta problemática está teniendo para las economías y
sociedades de los países en desarrollo, y también por sus probables implicaciones sobre
los perfiles de distribución de los ingresos. Tal y como se reconoció recientemente en un
foro coauspiciado por el SELA, el carácter multidimensional y multifacético de las
migraciones y su impacto económico, social y cultural requiere de la atención prioritaria
de todos los sectores de la sociedad y de los organismos e instituciones internacionales.14
Es importante evitar que los países industrializados hagan una
interpretación abusiva del principio de “precaución”, que los lleve a instrumentar
medidas de política comercial como medio de discriminación injustificable o como una
restricción velada al comercio internacional.
Debería realizarse un serio esfuerzo para que – respetando los mandatos
de cada institución – se hagan compatibles ciertas disposiciones de la OMC con los
Acuerdos Multilaterales sobre Medio Ambiente (AMUMAs).
Debe prestarse especial atención a los debates y propuestas de
decisiones que se adopten en el Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC.
(Véase al respecto el Anexo Nº 3 de este documento).
3.
Financiamiento y transferencia de tecnologías
La reforma del sistema financiero internacional debe incorporar
mecanismos que garanticen un acceso más seguro y estable a flujos internacionales de
capital en función del desarrollo sostenible, y evitar la serie recurrente de turbulencias
financieras que a través de sus efectos sobre el crecimiento económico de los PED,
exacerban la destrucción ambiental y social.
Véase al respecto los debates y las conclusiones del Seminario sobre Migraciones e Integración
Regional que bajo los auspicios del SELA tuvo lugar en Caracas, entre el 1 y 2 de agosto/2002.
14
Secretaría Permanente
20
Globalización
Insistir en que el cumplimiento por parte de los PED de los compromisos
internacionales para el desarrollo sostenible sólo podrán concretarse si estos países tienen
acceso a financiamiento internacional adecuado y a la transferencia de tecnologías.
Hay que explorar mecanismos innovadores y eficientes para financiar la
protección de bienes públicos nacionales de beneficio global.
Debe insistirse en que la carga de deuda externa y el servicio de la deuda
de la mayoría de los PED, es un grave factor que limita la posibilidad de alcanzar el
desarrollo sostenible, y que de hecho, debería considerarse también como una “deuda
ecológica”.
Las normativas respecto a la propiedad intelectual relacionadas con el
comercio deberían ser reconsideradas en algunos de sus postulados. Los pasados
conflictos entre intereses farmacéuticos y varios países en desarrollo, justificarían esta
propuesta. No sólo deberían salvarse las posibles tensiones que estas disciplinas pudieran
tener para la preservación de la salud humana. Han existido algunos casos en los que el
derecho de las naciones - y comunidades indígenas de regiones en desarrollo - al
disfrute de los beneficios derivados de la riqueza de su biodiversidad, han sido
cuestionados. Además, el acuerdo TRIPs impone requerimientos adicionales sobre los
empresarios de los países en desarrollo, que hace más costoso y difícil para ellos ganar
acceso a nuevas tecnologías.
A pesar de los avances realizados por varios PED en el establecimiento de
regímenes adecuados de protección a la propiedad intelectual, los países
industrializados no han adoptado medidas eficaces que aseguren la transferencia de
tecnologías a los PED, fundamentalmente las asociadas a tecnologías y enfoques
productivos apropiadas en términos de sostenibilidad ambiental, social y económica.
Sería conveniente realizar todos los esfuerzos posibles con vistas a evitar la
posible condicionalidad que pudieran imponer los países industrializados al vincular
estándares ambientales a la aprobación de desembolsos de créditos y otros recursos
financieros.
V.
CONCLUSIONES
El desarrollo no es sólo crecimiento económico, sino un proceso armónico e
integral que, para la satisfacción de las necesidades de los pueblos, debe incorporar
objetivos sociales y medio ambientales - reducción de la pobreza, mejorar la calidad de
la vida, garantizar oportunidades para una mejor educación y salud, preservar el medio
para las futuras generaciones, etc .
La experiencia ha enseñado que todos estos objetivos requieren una consideración
integrada, con la incorporación de los más diversos agentes y sectores sociales, lo que
presupone la creación y desarrollo de una sólida infraestructura institucional liderada por
el Estado.
La problemática de la integración a la economía mundial y al sistema de relaciones
internacionales tiene que ser considerada como parte de ese complejo y multifacético
proceso de desarrollo sostenible. El desarrollo obliga –como nunca antes– a integrarse a
la economía mundial, pero, para que esta integración sea funcional a los objetivos del
desarrollo sostenible, también debe modificarse el actual entorno global.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
21
SP/Di No. 18 - 02
La próxima Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, a celebrarse en Johannesburgo,
constituye una buena oportunidad para que las aspiraciones de desarrollo de las
mayorías se expresen y se inicie un proceso real de transformación de ciertas normas y
mecanismos existentes a nivel global.
En Johannesburgo, hay necesidad imperiosa de que se avance realmente en la
construcción de una “asociación global” en pro del desarrollo sostenible. A pesar de las
enormes dificultades y asimetrías presentes en el sistema internacional, el momento es
oportuno. Tal y como señaló al respecto el Presidente de Brasil “... cuando se vive una
crisis de la magnitud de la actual, aparecen nuevos liderazgos, a la vez que una mayor
capacidad de innovación. Quizás también sea posible lograr una mayor capacidad de
transigencia por parte de los que deben transigir....15”. En palabras de otro dignatario, el
éxito de Johannesburgo supondría iniciar el proceso que permita terminar con una
situación mundial que es moralmente inaceptable, políticamente peligrosa y
económicamente absurda.16
Latinoamérica y el Caribe no deben dejar pasar esta oportunidad para hacerse presente
y actuar coordinadamente con vistas a alcanzar los objetivos que de esta cita esperan
sus pueblos. El SELA – en coordinación con otras instituciones de la región – podría
desempeñar el papel de foro donde sus Estados Miembros intercambien experiencias,
realicen análisis y se identifiquen modalidades e instrumentos de implementación de las
decisiones que allí se adopten.
Discurso pronunciado por el Presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en sesión especial
de la Conferencia Regional de América Latina y el Caribe preparatoria de la Cumbre Mundial
sobre Desarrollo Sostenible, Río de Janeiro, 23 de octubre/2001.
16 Expresado por el Presidente de Francia, Jacques Chirac en la Conferencia Internacional sobre
Financiación al Desarrollo, en Monterrey, marzo/2002.
15
Secretaría Permanente
22
Globalización
23
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
SP/Di No. 18 - 02
A
N
E
X
O
S
Secretaría Permanente
24
Globalización
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
25
SP/Di No. 18 - 02
ANEXO Nº 1
POSICIONES ENCONTRADAS EN EL PROCESO PREVIO
A LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO17
La diversidad de intereses de las naciones y sectores representados – muchas veces
francamente encontrados – se hace evidente en todo el proceso que ha precedido a la
celebración de la “Cumbre de Johannesburgo”, y estos pudieran, según algunos
analistas, poner en peligro la continuidad del discurso global sobre la necesidad de
promover el desarrollo sostenible.
Las principales posiciones identificadas en el curso de las negociaciones son las
siguientes:
•
Sudáfrica
Como país anfitrión ha tenido una participación muy activa. Destaca que las principales
amenazas al desarrollo sostenible son la pobreza y la inequidad crecientes, y sostiene
que en la Cumbre ha de adoptarse un Programa de Acción concreto, pragmático y de
rápida ejecución para alcanzar los objetivos acordados por los líderes mundiales en la
Declaración del Milenio. Esta propuesta ha sido rescatada por Dinamarca, que la
propuso a su vez en la reunión al respecto de los países de la OCED en mayo del 2001.
Este Programa de Acción comprende Iniciativas de tipo I - acciones que negocian y
aprueban todos los gobiernos participantes -, y aboga por mayores facilidades para el
acceso a los mercados y la transferencia de tecnología a favor de los PED. Promulga la
necesidad de incrementar la ayuda para el desarrollo y promover acciones para el alivio
de la deuda. Busca el fortalecimiento de la cooperación internacional para proteger el
medio ambiente y reafirma la validez de los principios recogidos en la Declaración de Río
y de los objetivos de reducción de la pobreza incluidos en la Declaración del Milenio.
Sudáfrica ha sido además el principal impulsor de la Iniciativa para África.
•
Estados Unidos
Enfatiza el papel central y la responsabilidad de los gobiernos nacionales en el logro del
desarrollo sostenible, en contraste con el rol asignado a los acuerdos multilaterales sobre
el medio ambiente (AMUMA) y la cooperación multilateral como instrumentos más
indicados para la solución de los problemas ambientales globales. De hecho, Estados
Unidos se ha mantenido al margen de varios de los AMUMAS.18 Argumentan que la
historia ha demostrado la inefectividad de estos tipos de acuerdos intergubernamentales
y prefieren las acciones producto de la colaboración entre organizaciones empresariales
y la sociedad civil.
Se oponen además al establecimiento de compromisos políticos vinculantes – ya han
declarado que no apoyarán ningún plan que comprenda acciones concretas - y
apoyan la iniciativa de Koffi Annan denominada “Acción Global” del año 2000.
17 Resumen a partir del análisis de los documentos de las reuniones de los Comités Preparatorios de
la Cumbre.
18 Han ejercido importantes presiones para evitar que el Protocolo de Kyoto sea explícitamente
discutido en la Cumbre.
Secretaría Permanente
26
Globalización
Destacan que las oportunidades para el desarrollo se presentan como resultado del
crecimiento económico, el impulso a las nuevas tecnologías y la movilización de
capitales; lo que supone políticas económicas cónsonas con el mercado y la apertura
externa.
Prefieren las Iniciativas de Tipo II19, o sea, acuerdos voluntarios con participación
importante del sector privado, que conciernen a gobiernos, empresas y la sociedad civil.
Han mantenido un perfil bajo en cuanto a la participación de sus representantes en las
negociaciones, bloqueando cualquier iniciativa susceptible de comprometer al país en
la arena internacional. Han rechazado las clarificaciones sugeridas en el Plan de
Aplicación sobre la definición de “desarrollo sostenible”, la noción de “responsabilidad
común pero diferenciada” y el “principio de precaución”.
Han objetado asimismo el establecimiento de cualquier compromiso financiero, e insisten
en condicionar toda ayuda otorgada a los PED a medidas de “Good Governance”.
Entre sus principales aliados se encuentran algunos países desarrollados agrupados en
torno a lo que se conoce como el “Jusscannz” - por las iniciales de Japón, Estados
Unidos, Suiza, Canadá, Australia, Noruega y Nueva Zelanda- además de varios de los
países de la OPEP.
• Grupo de los 77 / China
Promueven el establecimiento de compromisos financieros de ayuda al desarrollo
sostenible por parte de los países industrializados, y se oponen a la posición de los Estados
Unidos de otorgar a las instancias nacionales la mayor responsabilidad en el tema del
desarrollo sostenible. Destacan la responsabilidad de los países más desarrollados en la
erradicación de la pobreza y la promoción de la sostenibilidad en los países pobres y en
vías de desarrollo. Abogan por la transformación del “Consenso de Monterrey” en un
programa de acción a cumplir y en garantía para el avance a favor del “desarrollo
sostenible” para todos.
Algunos han apuntado a la necesidad de renegociar ciertos términos adoptados en la
Declaración de Doha por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y temen que las
Iniciativas de Tipo II sirvan como vehículo a los países desarrollados para esquivar
compromisos explícitos dentro del Plan de Acción.
•
Unión Europea (UE)
Los objetivos estratégicos de la UE son:
-
Mayor equidad global y acuerdos efectivos para un desarrollo sostenible;
-
Mayor integración y coherencia a escala internacional en los asuntos concernientes
al medio ambiente y al desarrollo;
-
La adopción de metas claras que reimpulsen la acción iniciada en Río; y
La Cumbre no sólo tendrá como resultado una declaración política de alto nivel y un programa
de acción para llevar más allá la Agenda (iniciativas de tipo I). Las iniciativas de tipo II también
serán parte del proceso de la Cumbre, aunque no serán negociadas por todos los presentes. Más
bien, sólo será necesario que las aprueben aquellos involucrados directamente, que se
comprometerán a sacar las asociaciones adelante y a hacer que funcionen.
19
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
-
27
SP/Di No. 18 - 02
Medidas efectivas a nivel nacional con estricta supervisión internacional.
Junto a Japón, la U.E. aboga por referirse a las relaciones entre el comercio y el medio
ambiente utilizando el mismo lenguaje que prima en la OMC. Sostienen la
compatibilidad de un comercio más libre con la promoción del desarrollo sostenible,
aunque en la práctica mantienen niveles muy altos de protección a sus mercados
internos.
Plantea la adopción de una moratoria inmediata del pago de los servicios de la deuda
externa a las naciones que pertenecen al grupo de Países Altamente Endeudados y/o
Países Menos Desarrollados; así como eliminar el resto de las deudas bilaterales
contraídas por estas naciones.
Comparten con Estados Unidos la idea de que las oportunidades para el desarrollo se
presentan como resultado del crecimiento económico, el desarrollo de las nuevas
tecnologías y la movilización de capitales. La UE llama a un reforzamiento de los
mecanismos de “governance” de la ONU, lo que incluye los principios de “Good
Governance”.
•
Sector empresarial
En esta ocasión, se ha previsto una amplia participación del sector empresarial, a
diferencia de la Cumbre de Río. Compañías como Renault, Toyota, Ford, Shell estarán
presentes, y se han comprometido a incorporar la visión del desarrollo sostenible en sus
estrategias de funcionamiento. Su objetivo mayor es consolidar el apoyo de los gobiernos
a las acciones de carácter voluntario y no a normas estrictas que regulen el
comportamiento del sector privado.
Las compañías se han organizado en varios “grupos de presión” (lobbyes), como el
World Bussiness Council for Sustainable Development (WBCSD), que ha promovido con no
poco éxito su agenda de libre mercado, nuevas tecnologías y crecimiento económico
como elementos esenciales para el desarrollo sostenible.
En general, el sector empresarial favorece la iniciativa de Acción Global propuesta por
Kofi Annan que les permite comprometerse, de manera voluntaria, a respetar una serie
de principios sobre la protección del medio ambiente y los derechos humanos, entre
otros. Al no contemplarse mecanismos de monitoreo, estos compromisos pudieran
quedar sólo en el papel.
• Organizaciones No Gubernamentales (ONGs)
Las ONGs han sido protagonistas durante todo el proceso preparatorio; lógico
comportamiento si se tiene en cuenta el interés que han adquirido los temas
relacionados con el medio ambiente en la sociedad civil. Han seguido su propio
calendario de reuniones previas, paralelas a las sostenidas por la CSD10 y a otras de
carácter más local. Entre los eventos más importantes que han servido para preparar a la
sociedad civil con vistas a la Cumbre de Johannesburgo están:
-
La Conferencia Panafricana, enero 2002, Nairobi;
-
El Forum Social Mundial, febrero 2002, Porto Alegre;
-
La Cumbre Mundial de los Jóvenes, marzo 2002, Copenhague;
Secretaría Permanente
28
-
Globalización
El Forum Mundial de la Sociedad Civil, julio 2002, Ginebra.
Las ONGs proponen la vinculación de las Iniciativas de Tipo II con las Iniciativas de Tipo I
que tienen carácter intergubernamental y son hasta cierto punto “vinculantes”,
destacando la importancia de establecer normativas estrictas que regulen el
comportamiento de todos los agentes involucrados. Son además partidarias de dar
prioridad a los compromisos recogidos en los AMUMA por sobre aquellos que contempla
la OMC, destacando que en Johannesburgo se deben ratificar e implementar varios
AMUMA ya establecidos en la Cumbre de Río. Entre estos se destacan el Protocolo de
Kyoto de la Convención de Cambio Climático y el Protocolo de Bioseguridad de la
Convención de Diversidad Biológica. También subrayan la necesidad de la creación de
capacidades y la transferencia de tecnología del Norte hacia el Sur. Entre otras, critican:
La posición de los Estados Unidos, al negarse a adoptar varios de los AMUMA y
mantenerse al margen de la acción global para la protección y el mejoramiento
ambientales;
La posición del G-77-China de subestimar la relación directa existente entre los
niveles de crecimiento económico (y los patrones productivos, tecnológicos y de
consumo que explican los ritmos de crecimiento) y el desarrollo sostenible;
La posición de la UE, que ha supeditado los objetivos de una mayor protección y
mejoramiento ambiental a una creciente liberalización comercial, al tiempo que
mantiene restricciones importantes al acceso a su mercado, para bienes y servicios de
particular interés para muchos PED;
La iniciativa de Acción Global propuesta por el Secretario General de la ONU, Kofi
Annan, pues temen que esta sirva a los intereses del sector empresarial al proveerle de
una imagen pro ambientalista, sin realmente asumir compromisos concretos y
obligatorios que impulsen el desarrollo sostenible.
29
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
SP/Di No. 18 - 02
ANEXO Nº 2
AMÉRICA LATINA (17 PAÍSES):
DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO DE LOS HOGARES
1990-1999
PAIS
Argentina
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
República
Dominicana
Uruguay
Venezuela
AÑO
1990
1999
1989
1999
1990
1999
1990
2000
1994
1999
1990
1999
1990
1999
1995
1999
1989
1998
1990
1999
1989
1998
1993
1998
1991
1999
1990
1999
1997
1990
1999
1990
1999
Participación en el ingreso total del:
40 % más
30 %
20 %
10 % más
pobre
siguiente
anterior al
rico
10 % más
rico
14.9
23.6
26.7
34.8
15.4
21.6
26.1
37.0
12.1
22.0
27.9
38.2
9.2
24.0
29.6
37.2
9.5
18.6
28.0
43.9
10.1
17.3
25.5
47.1
13.2
20.8
25.4
40.7
13.8
20.8
25.1
40.3
10.0
21.3
26.9
41.8
12.3
21.6
26.0
40.1
16.7
27.4
30.2
25.6
15.3
25.7
29.7
29.4
17.1
25.4
27.0
30.5
14.1
22.8
26.5
36.6
15.4
24.8
26.9
32.9
13.8
25.0
29.1
32.1
11.8
20.9
26.8
40.6
12.8
20.9
26.1
40.3
10.1
19.7
27.0
43.1
11.8
22.9
28.9
36.5
15.8
22.5
25.1
36.6
15.1
22.7
25.6
36.7
10.4
22.8
28.4
38.4
10.4
22.1
27.1
40.5
12.5
22.9
28.8
35.9
12.9
22.4
27.7
37.1
18.6
25.7
26.9
28.9
13.1
23.0
27.8
36.2
14.5
23.6
26.0
36.0
20.1
21.6
16.7
14.6
24.6
25.5
25.7
25.1
24.1
25.9
28.9
29.0
31.2
27.0
28.7
31.4
Relación
del ingreso
medio
per cápita
(a)
13.5
16.5
21.4
48.1
35.0
35.6
18.4
19.0
35.2
25.6
13.1
15.3
12.3
18.4
16.9
19.6
27.3
22.9
30.7
26.5
16.9
18.5
37.7
33.1
24.3
21.6
10.6
22.6
17.6
9.4
9.5
13.4
18.0
Fuente: CEPAL (2001). Panorama Social de América Latina, 2000-2001, Cuadro II.1, p. 69.
Notas: (a): coeficiente Q5/Q1, que relaciona el nivel de ingreso de los hogares del quintil más rico
dividido entre el ingreso de los hogares situados en el quintil de más bajos ingresos.
Secretaría Permanente
30
Globalización
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
31
SP/Di No. 18 - 02
ANEXO Nº 3
ALC EN EL COMITÉ DE COMERCIO Y MEDIO AMBIENTE (CCMA) DE LA OMC
Como se conoce, en la Decisión de Marrakech del 15 de abril de 1994 los Ministros de
Comercio de los países miembros de la OMC acordaron empezar un programa de
trabajo sobre el comercio y el medio ambiente. Así se estableció un Comité de
Comercio y Medio Ambiente (CCMA), encargado de funciones analíticas y normativas.
Desde su primer informe de 1996, el Comité ha reconocido que el comercio y el medio
ambiente son dos esferas importantes de la formulación de políticas que han de
apoyarse recíprocamente para promover el desarrollo sostenible. En este informe se
señala que el sistema multilateral de comercio tiene capacidad para integrar las
consideraciones ambientales y potenciar su contribución a la promoción del desarrollo
sostenible sin menoscabar su carácter abierto, equitativo y no discriminatorio.
En el contexto de la OMC, los países de ALC pudieran considerar participar más
activamente en las discusiones respecto a la relación entre comercio y medio ambiente.
Algunos de los probables elementos a incluir dentro de las prioridades de atención por
parte de los gobiernos de la región, pudieran ser:
Las negociaciones deberán reforzar la coherencia entre las políticas comerciales
y ambientales, aclarando la relación entre el sistema multilateral de comercio y los
Acuerdos Multilaterales sobre el Medio Ambiente (AMUMA) mediante el establecimiento
de principios, normas o procedimientos apropiados.
El examen de los efectos ambientales de las políticas y los programas de
desarrollo - denominado Evaluación Ambiental Estratégica - es un importante
instrumento para la adopción de decisiones encaminadas a promover el desarrollo
sostenible. Este debería ser aplicado de manera consistente – pero paulatinamente – por
todas las partes.
Debería valorarse la conveniencia de abogar por una mayor liberalización del
comercio de productos y servicios ambientales, lo que aumentaría también la
capacidad de todos los países para hacer frente a problemas ambientales.
El CCMA deberá incluir en cada uno de sus análisis el tema del desarrollo
sostenible en los países pobres, pero combinando armónicamente la garantía del
crecimiento económico unido a una mejor protección ambiental. Ello implicaría velar
por la correcta y total aplicación de las medidas que establecen un trato especial y
diferenciado a los países en desarrollo. De esta manera, las exigencias comerciales
establecidas serán un verdadero incentivo para mejorar las prácticas de producción en
los países en desarrollo y no contribuirían a agravar las condiciones ambientales y de
vida en estas naciones.
El CCMA ha de pronunciarse contra la adopción, por parte del Comité de
Acceso a los Mercados de la OMC, de obstáculos innecesarios o de medidas unilaterales
bajo el amparo de la protección ambiental que afecten a los países en desarrollo. En
este contexto, las exigencias de incorporar los métodos y procedimientos de producción
en el producto final no deben ser aceptadas. Cada país posee su propio “factor de
carga de la contaminación”, por lo que los niveles de contaminación originados por los
Secretaría Permanente
32
Globalización
métodos y procedimientos de producción particulares - que no son los indicadores más
apropiados para comparar los niveles de daño ambiental -, se traducen muchas veces
en una reducción de la competitividad de las producciones de los países en desarrollo,
siendo esta una típica maniobra de proteccionismo verde.
Convendría examinar de manera equilibrada las disciplinas comerciales
multilaterales pertinentes que tengan en cuenta la creciente utilización de “normas
internacionales voluntarias” basadas en los ciclos de vida; a partir de la importancia que
hoy se le atribuye al eco-etiquetado, la certificación y la normalización en el comercio
de un amplio conjunto de mercancías.
El Comité de Comercio y Desarrollo en coordinación con el CCMA deberá insistir
en el tipo de asistencia técnica que requieren los países en desarrollo para cumplir los
programas encaminados a la promoción del crecimiento económico y la eliminación de
la pobreza como elementos esenciales para alcanzar un verdadero desarrollo sostenible.
Los fondos específicos destinados a la cooperación técnica para la “preservación del
medio ambiente”, deben considerar la interrelación directa que tienen el crecimiento
económico y la superación de la pobreza en este propósito.
Deberían apoyarse las propuestas de normas más elevadas en materia de salud
pública y medio ambiente, considerándolos estos como legítimos objetivos de política de
los Miembros de la OMC para lograr los niveles de salud, seguridad y protección del
medio ambiente que estimen apropiados. Pero resultaría imprescindible la debida
justificación de las mismas basada en testimonios científicos.
América Latina y el Caribe ante la Cumbre Mundial
sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo
33
SP/Di No. 18 - 02
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