documento - Congreso de la República

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PREDICTAMEN
RECAÍDO
EN
EL
PROYECTO DE LEY 2395/2012-CR POR EL
CUAL SE PROPONE LA LEY QUE
MODIFICA EL ARTÍCULO 30 DE LA LEY
26842, LEY GENERAL DE SALUD SOBRE
LA
VIGENCIA
DEL
SECRETO
PROFESIONAL
Congreso
República
Congreso dedelala
República
Comisión de Salud y Población
COMISIÓN DE SALUD Y POBLACIÓN
PERÍODO ANUAL DE SESIONES 2013-2014
Dictamen
- 2013-2014/CSP-CR
Señor presidente:
Ha sido remitido para dictamen de la Comisión de Salud y Población el Proyecto de Ley
2395/2012-CR, presentado por el Grupo Parlamentario Solidaridad Nacional, a iniciativa
del congresista Gustavo Rondón Fudinaga, por el que se propone la Ley que modifica
el artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud, fortaleciendo la vigencia del
secreto profesional en salud.
El presente dictamen fue aprobado por
Comisión de Salud y Población, celebrada el
I.
SITUACIÓN PROCESAL
a)
Antecedentes
en
de
sesión ordinaria de la
de 2014.
El Proyecto de Ley 2395/2012-CR ingresó al Área de Trámite Documentario el 21
de junio de 2013 ha sido derivado para su estudio y dictamen a la Comisión de
Salud y Población, mediante decreto de fecha 1 de julio de 2013.
b)
Opiniones e información solicitadas
Se ha solicitado opinión e información a las instituciones y se han recibido las
siguientes:
- El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, mediante Oficio 825-2013-
JUS/VMJ, de fecha 11 de diciembre suscrito por el Viceministro de Justicia, señor
Jorge Pando Vílchez, manifiestan que el artículo 30 de la Ley 26842 no penaliza
la omisión del médico de poner en conocimiento los hechos descritos en su texto
a la autoridad competente. Asimismo, la información de estos procede si la
autoridad policial o el Ministerio Público lo requiere, tal como lo expresa el párrafo
final del artículo 25 de la referida ley.
Además, manifestan que la intervención sobre el derecho al secreto profesional
de los médicos es constitucional dentro de los términos planteados por los
artículos 25 y 30 de la Ley 26842, pues dice que la injerencia supera el test de
proporcionalidad en la limitación de los derechos. En efecto, señalan que la
medida es idónea para garantizar el interés público y la seguridad ciudadana, es
necesaria porque constituye la intervención menos gravosa que puede realizarse
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PREDICTAMEN
RECAÍDO
EN
EL
PROYECTO DE LEY 2395/2012-CR POR EL
CUAL SE PROPONE LA LEY QUE
MODIFICA EL ARTÍCULO 30 DE LA LEY
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LA
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sobre tal atributo y existe relación directa entre el grado de intervención sobre
el secreto profesional y la consecución del objetivo.
De otro lado, expresa que en la iniciativa se ha realizado una lectura aislada del
artículo 30 de la Ley 26842. El extremo final de este artículo señala que el médico
“está obligado a poner el hecho en conocimiento de la autoridad competente”; el
párrafo final del artículo 25 de dicha ley refiere que “la información sobre el
diagnóstico de las lesiones o daños en los casos a los que se refiere el artículo 30
de esta ley, deberá ser proporcionada a la autoridad policial o al Ministerio Público
a su requerimiento. Por lo que la limitación al ejercicio del secreto profesional del
médico prevista en el artículo 30 de la Ley en análisis, operará solo a través del
requerimiento efectuado por la autoridad policial o por el Ministerio Público.
Luego, opinan que esta previsión flexibiliza aún más la intensidad de la
intervención, pues exonera al médico de informar la atención de los pacientes
descritos en el referido dispositivo si no media el requerimiento previo.
Concluye su opinión recomendando solicitar opinión del Ministerio de Salud,
debido a que el objeto del proyecto de ley constituye una materia que se
encuentra dentro de sus competencias.
-
La Corte Suprema de Justicia de la República, mediante Oficio 6158-2013PJ, suscrito por el Dr. Javier Mendoza Ramírez, Presidente del Poder Judicial,
señala que los argumentos con los que se destaca la importancia del secreto
profesional desde el punto de vista de la medicina, así como aquellos que
sostendrían la inconstitucionalidad de lo señalado en el artículo 30 de la Ley
General de Salud son razonables y atendibles; sin embargo, también recoge lo
esbozado por Gonzalo Gianella Malca, citado en la exposición de motivos del
proyecto de ley, quien señala lo siguiente:
No toda la información que sucede durante un acto médico tiene el mismo valor con
respecto a la necesidad de reservarla a terceros. Parte de esta información es
utilizada por el médico para que su accionar sea más eficiente, aunque existe
información que incluso es vital mantener lo más pública posible, como son, por
ejemplo, las alergias a medicamentos. Por otro lado, hay que tener en cuenta que
los actos médicos no son eventos uniformes. No es lo mismo una atención en una
emergencia a un individio que está sufriendo de un cólico renal, que una atención a
una adolescente víctima de violencia sexual, Por ello, los actos médicos contienen
valoraciones de información distinta de acuerdo a su naturaleza.
Los distitnos tipos de información que se producen en un acto médico no tienen
tampoco la misma “sensibilidad” con respecto a su divulgación. Es decir, la valoración
de la vulneración de la intimidad y dignidad de las personas no tendrá la misma
magnitud para cada tipo de información. Así, la información relacionada con los
hábitos de una persona no será tan sensible como la seropositividad de un individuo
con respecto a la hepatitis B o al VIH.
De igual manera, señala que pueden llegar a conocimiento del médico la
comisión de delitos de menor envergadura, cuya omisión de denuncia o puesta
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en conocimiento ante las autoridades no generaría consecuencias
especialmente graves, pero también podría llegar a conocer delitos
esencialmente violentos o graves, como por ejemplo, actos de violación de
derechos humanos o crímenes de lesa humanidad, es decir, determinadas
conductas que, conforme a la evolución del Derecho Penal Internacional, por
sus características de aberración ofenden la conciencia colectiva y generan
obligaciones universales de persecución y sanción penal. En esa posición, y
considerando, además, que no existen derechos fundamentales absolutos,
resulta evidente la necesidad de exgir la denuncia de tales hechos como
excepción del derecho fundamental al secreto profesional, pues detrás de ello se
encuentra la lucha contra una afrenta a la dignidad humana.
De otro lado, manifestan que la excepcionalidad que se sugiere considerar en la
protección del secreto profesional en el artículo 30 de la Ley General de Salud,
no pretende condicionar de ninguna manera la actividad propia del profesional
médico ni instrumentalizarlo como un delator de sus pacientes, sino
simplemente hacerlo partícipe, como a todo ciudadano, en la protección de
los valores superiores que son la base de una sociedad inmersa en el
marco de un Estado constitucional y democrático de derecho como el
nuestro, para la salvaguarda de un bien público que hace posible la
convivencia pacífica, el desarrollo de sus miembros y el respeto de su
dignidad.
II.
El Ministerio de Salud, mediante Oficio 155-2014-DM/MINSA, suscrito por la
Señora Ministra de Salud, Midori de Habich Rospigliosi, adjunta el Informe 815 2013-OGAJ/MINSA, mediante el cual manifiestan que la Dirección General de
Salud de las Personas, ha emitido opinión señalando que ”el artículo 30° de la Ley
General de Salud se refiere al acto médico en el cual el médico orienta su
dinámica de acción hacia una persona que lo solicita o necesita de su ayuda en
su lucha por la preservación de dos valores excelsos de la especia humana: la
vida y la salud”.
Refiere que el artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud, no está
enfocado desde la premisa de que el médico tome conocimiento de hechos que
son comunicados o informados por el paciente (secreto profesional), sino de actos
visibles, contrastables y verificables durante el acto médico o profesional, que no
han requerido o necesitado de ninguna información que haya proporcionado el
propio paciente. En tal sentido, la propuesta legislativa comporta una
tergiversación del alcance y contenido de artículo 30 de la Ley General de Salud
al pretender encausar el conocimiento directo de un daño en la salud de un
paciente como consecuencia de una “herida por arma blanca, herida de bala,
accidente de tránsito o por causa de otro tipo de violencia que constituya delito
perseguible de oficio o cuando existan indicios de aborto criminal” como secreto
profesional; lo cual es diametralmente diferente al mandato de la norma vigente.
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Asimismo, señalan que la iniciativa legislativa pretende colocar al profesional en
condición de predecir posibles hechos futuros sobre la base de la información
recibida, proponiendo que con dicha información se pueda evitar la comisión de
un hecho delictivo futuro, grave y cierto, exponiendo al profesional de la salud a
emitir un juicio valorativo sobre un supuesto hecho delictuoso comunicado por el
paciente, obligándolo incluso a calificar lo mismo, en un tipo penal, todo lo cual
excede a sus funciones y experticia.
En consencuencia, concluyen manifestando que no es viable el proyecto de ley.
III.
CONTENIDO DE LA PROPUESTA
El Proyecto de Ley 2395/2012-CR consta de dos artículos:
El artículo 1, modifica el artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud, en los
términos siguientes:
Artículo 30. Los médicos que brindan atención a una persona afectada en su
salud o integridad personal, por causa o con ocasión de un supuesto hecho
delictivo, están amparados por el secreto profesional; debiendo poner la
información relacionada con trales hechos, en conocimiento de la autoridad
competente, cuando con ello se pueda evitar la comisión de un hecho delictivo
futuro, grave y cierto”
En el artículo 2 establece que el Poder Ejecutivo, en un plazo de 60 días
naturales, implementará, la reglamentación de la presente ley.
La exposición de motivos de este proyecto de ley señala que, en el Perú, el
secreto profesional se encuentra reconocido y protegido a nivel constitucional, por
eso manifiestan que el artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud lo
vulnera al obligar a los médicos a denunciar los casos en que exista evidencia o
indicios de un delito, lo que no sucede con ninguna otra profesión. Está obligación
hace que los médicos renuncien a su derecho o deber de secreto profesional y
se vean involucrados en funciones de persecución criminal, que son ajenas a sus
competencias.
IV.
MARCO NORMATIVO
-
Constitución Política del Perú.
Código Penal
Cóidgo Procesal penal
Código de Procedimientos Penales.
Ley 26842, Ley General de Salud.
Ley 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
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V.
ANÁLISIS DE LA PROPUESTA
a)
Análisis Técnico
La propuesta de modificación del artículo 30 de la Ley General de Salud se sustenta en
la convicción de que la obligación de denuncia impuesta a los médicos constituye una
vulneración del derecho fundamental al secreto profesional, prescrito en el artículo 2
inciso 18 de la Constitución Política que corresponde a los médicos y que a su vez
garantiza los derechos a la vida, salud e intimidad de sus pacientes.
La pretención de modificar el referido artículo se sustenta en que el proyecto de ley no
entra en contradicción con la Constitución Política del Perú, Código Penal vigente y
otras normas afines del ordenamiento jurídico. Señalan que la reforma se encuentra
amparado por el derecho fundamental al secreto profesional y los derechos que se
encuentran conexos con él y porque, según el artículo 407 del Código Penal constituye
un delito de infracción .
El secreto profesional
El secreto profesinal es una obligación de confidencialidad que se impone por la
necesidad de que exista una absoluta confianza entre el profesional y quienes acuden a
solicitar sus servicios. El secreto profesional ha sido considerado como un elemento
indispensable para el ejercicio de diversas profesiones y como elemento de seguridad
en las relaciones dentro de una sociedad.
Este derecho está reconocido en el artículo 2 numeral 18 de nuestra Constitución que
consagra el derecho a mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas,
religiosas o de cualquiera otra índole, asi como guardar el secreto profesional
Según la Real Academia Española, se define al secreto profesional como el “deber que
tienen los miembros de ciertas profesiones, como los médicos, los abogados, los
notarios, etc; de no descubrir a tercero los hechos que han conocido en el ejercicio de
su profesión”.
Respecto al secreto profesional médico, este está referido a la relación entre médico y
paciente y, por tanto, su valoración y análisis puede hacerse desde el punto de vista del
médico o desde el paciente, pero ambos enfoques deben resultar complementarios: el
secreto médico es un deber del médico que responde a un derecho fundamental del
enfermo y ambos deben ser preservados.
El deber de guardar el secreto profesional tiene sólidos fundamentos éticos y jurídicos.
Los primeros fundamentos tienen su base en una de las frases del juramento
hipocrático: “Guardaré silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga que
se refiera a la vida de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto
todo lo que pudiera ser vergonzoso si lo supiera la gente”.
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El juramento hipocrático está considerado como el texto moral más importante de la
tradición médica. Dicho texto se refiere al contenido del secreto, que comprende no sólo
lo conocido por el médico en el acto médico, sino también lo conocido como este fuera
de él. Y por otra parte, hace una precisión al aludir a “aquello que jamás deba
divulgarse” es decir, lo que puede hacer referencia más directa a la vida privada y a la
intimidad de las personas.
Es importante señalar que en el deber de secreto descrito en el juramento es el médico
quien determina que es lo que no debe divulgarse.
El Código de Ética y Deontología Médica del Perú, prescribe en su artículo 64 que
“Comete falta contra la ética el médico que divulgue o difunda por cualquier medio la
información que hubiera obtenido o le hubiere sido confiada con motivo de la realización
de un acto médico”.
De otro lado, es menester señalar que la relación médico-enfermo, base del ejercicio de
la medicina, exige una relación de plena confianza entre ambos que posibilite la eficacia
de la asistencia médica. La confianza debe estar siempre presente en todo momento.
La confianza hará posible que el paciente acuda al médico, relate los problemas más o
menos íntimos que le afectan, acepte los consejos y el tratamiento y decida volver
permitiendo al médico su seguimiento hasta que sea necesario.
Nuestra Constitución Política establece en el inciso 18) del artículo 2 que toda persona
tiene derecho a mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas,
religiosas o de cualquiera otra índole, así como guardar el secreto profesional. Al
respecto, el tratadista Enrique Bernales Ballesteros1 manifiesta sobre la norma
constitucional, en la parte final del inciso donde se establece que la persona tiene
derecho a guardar el secreto profesional que, por ser secreto, es también un deber. En
otras palabras, se establece dos aspectos del asunto: se le da derecho y, por la
naturaleza de la institución, se le establece la obligación de guardar el secreto
profesional, que es el conjunto de ideas y conocimiento de hechos que el profesional
recibe de quienes piden sus servicios. El secreto profesional protege a quien consulta a
un profesional, a fin de que pueda decirle la verdad o todas sus opiniones, sin que se
vea amenazado porque el profesional esté luego obligado a decir lo que sabe.
En el mismo sentido, el doctor Marcial Rubio señala que el secreto profesional es una
regla de juego en la relación profesional-usuario del servicio, que obliga al profesional a
guardar silencio sobre lo que tome conocimiento de la otra parte en el contexto de la
prestación de los servicios profesionales. Es una de las características más eficientes
de la relación profesional para que el interesado cuente toda la verdad (o, al menos, su
verdad) al profesional que lo asiste.
1
Bernales Ballesteros, Enrique “La Constitución de 1993, Análisis Comparado, Cuarta Edición, Lima ,
1998 pág. 154.
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De otro lado, el Tribunal Constitucional, al referirse al secreto profesional, ha precisado
que el derecho a “guardar el secreto profesional” supone una obligación para el
profesional (abogado, notario, médico, periodista, etc) de mantener en reserva o
confidencialidad las confesiones, hechos, situaciones o cualquier noticia de la que haya
tomado conocimiento, o que se le haya confiado de modo directo en su condición de
profesional o técnico en determinada arte o ciencia. Dicha obligación le impone que no
divulgue ni participe a otros dichos secretos sin consentimiento de la persona a quien le
conciernan.
El secreto profesional es, así, una garantía para el ejercicio de determinada profesión u
oficio, de modo que niguna autoridad o poder público, en general, puede obligar a
entregar dicha información reservada para usos propios de la profesión2
Análisis constitucional del artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud
El análisis de constitucionalidad del artículo 30 de la Ley General de Salud, supone
ponderar un conflicto entre dos bienes de reconocimiento constitucional. De un lado se
encuentra el derecho al secreto profesional y los derechos fundamentales que este
garantiza; y, por el otro, puede identificarse la correcta administración de justicia para la
persecución de los delitos y los derechos que la función jurisdiccional protege en cada
caso. Cuando la norma hace especial referencia a la obligación de denuncia del aborto
criminal, debe considerarse que se busca contribuir a la persecución penal de los actos
lesivos a la vida del concebido.
Se puede argumentar que la obligación impuesta al profesional de denunciar al o la
paciente puede redundar en perjuicio y riesgo de la persona que requiere asistencia
médica, quien, ante el temor que la consulta médica sea la antesala a su detención,
podría inhibirse de acudir al centro de salud, poniendo en riesgo su salud y su vida.
En razón del conflicto entre dos bienes de reconocimiento constitucional, es menester
señalar lo indicado por el Tribunal Constitucional3.
El principio de proporcionalidad se constituye en un mecanismo jurídico de
trascendental importancia en el Estado constitucional y como tal tiene por función
controlar todo acto de los poderes públicos en los que puedan verse lesionados los
derechos fundamentales, entre otros bienes constitucionales. Como tal, el principio
de proporcionalidad se encuentra contenido en el último párrafo del artículo 200 de
la Constitución, por lo que, teniendo en cuenta los principios de unidad de la
Constitución y de concordancia práctica, según los cuales la interpretación de la
Constitución debe estar orientada a considerarla como un todo armónico y
sistemático a partir del cual se organiza el sistema jurídico, evitándose en todo caso
las contradicciones, entonces debe entenderse que, cuando los poderes públicos
2
3
STC 0134-2003-HD/TC, Fundamento Jurídico N° 3
Sentencia Tribunal Exp. 012-2006 PI/TC, fundamentos Jurídicods 31 y 32
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pretendan la limitación de los derechos fundamentales o la imposición de sanciones,
entre otros aspectos, deben observar el principio de proporcionalidad.
Debido a la propia naturaleza del principio de proporcionalidad, su afectación
siempre va a estar relacionada con la afectación de un derecho fundamental o un
bien constitucional.(en tanto estos últimos son fines en sí mismo). En otros términos,
si se determina que una medida estatal es desproporcionada. no se está afectando
solamente el principio de proporcionalidad, sino principalmente el derecho
fundamental o bien constitucional comprometido en la referida medida estatal.
Del interés público y la seguridad ciudadana
Al referirnos a los bienes constitucionalmente protegidos que se busca proteger con la
limitación del derecho a guardar el secreto profesional, el Tribunal Constitucional ha
señalado: “La noción de interés público incorpora, las funciones que está llamada a
cumplir la autoridad. Por ello, tras el interés público es posible encontrar el deber de la
Administración de, por un lado, proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades; y,
por otro, garantizar la seguridad ciudadana y el desarrollo en términos sociales. En esa
medida, la Administración en cada caso deberá mantener las condiciones adecuadas
para el logro de estas finalidades y, a su vez, remover los obstáculos que pudieran
impedirlas; o dicho de otra manera, hacer posible la convivencia pacífica de los
administrados en la sociedad y a la vez el desarrollo de la misma”4.
Es cierto que existe un interés legítimo del Estado y la sociedad en que aquellas
conductas que constituyan delitos sean sancionadas.
La colaboración con la justicia y la correspondiente obligación de la denuncia, tiene
sustento en el bien jurídico de administración de justicia. La justicia como valor se
encuentra reconocida en el artículo 44 de la Constitución Política del Perú, que
prescribe que “son deberes primordiales del Estado: defender la soberanía nacional;
garantizar la plena vigencia de los derechos humanos, proteger a la población de las
amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar general que se
fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la nación. La
vulneración de esta norma constitucional cuenta con sanción penal, señalado en el
artículo 407 del Código Penal que establece “el que omite comunicar a la autoridad las
noticias que tenga acerca de la comisión de algún delito, cuando esté obligado a
hacerlo por su profesión o empleo, será reprimido con pena privativa de libertad.
Al respecto, no puede negarse que el bien jurídico “administración de justicia”
constituye un presupuesto esencial de la convivencia, por encontrarse al servicio de la
solución de conflictos sociales mediante la aplicación del Derecho y se caracteriza por
la imparcialidad y la independencia de los órganos que la desempeñan.
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Setencia recaída en el Exp. 3951-2007-AA/TC. Fundamento jurídico 10
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La omisión de denuncia puede considerarse una modalidad de lesión a la
administración de justicia, por constituir una forma de obstaculizar la labor del Poder
Judicial para solucionar un conflicto social sobre el cual tiene competencia.
El artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud vigente está orientado a que el
médico que atienda a un paciente y que constate que ha sufrido una herida por arma
blanca, herida de bala, accidente de tránsito o por causa de otro tipo de violencia que
constituya delito perseguible de oficio o cuando existen indicios de aborto criminal, está
obligado a poner el hecho en conocimiento de la autoridad competente.
Si bien es cierto, con esta norma se le obliga al médico a renunciar a su derecho/deber
de secreto profesional y a asumir funciones de persecución criminal ajenas a su
competencia, también es cierto que con esta norma se está protegiendo otros
derechos como es el caso de la vida de una persona, la tranquilidad pública o la paz
pública. El Estado está en la obligación de garantizar la seguridad ciudadana.
El artículo original y el texto propuesto señalan la obligación de denunciar al paciente.
Consideramos, que la persecución de los delitos corresponde a las instituciones, como
la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial, encargados
constitucionalmente para tal función. Específicamente, en el proyecto de ley se
propone modificar el artículo 30 de la Ley General de Salud estableciendo que se
debe comunicar a la autoridad competente hechos delictivos cuando con ello se pueda
evitar la comisión de un hecho delictivo futuro, grave y cierto. Esta modificación
tampoco se ajusta al quehacer del médico, porque no es el indicado en emitir un juicio
valorativo sobre un supuesto hecho delictuoso, comunicado por el paciente, ya que no
es de su competencia calificar estos hechos, por lo cual, se estaría excediendo en sus
funciones.
De otro lado, luego de hacer un anáisis del marco legal y constitucional, consideramos
que, en el ejercicio del derecho al secreto profesional, se deben admitir algunas
excepciones: la exoneración del secreto por parte del propio paciente y por mandato del
Poder Judicial, la cual estaría en concordancia con lo establecido en el artículo 25 de la
Ley General de Salud.
En el caso de que existan indicios de aborto criminal, operará definitivamente la
limitación al ejercicio del secreto profesional, porque en este caso están obligados a
poner el hecho en conocimiento de la autoridad competente. Este párrafo se ha
mantenido por que en el delito de aborto, el bien jurídico protegido es la vida humana y
sin duda, estamos ante un bien jurídico de gran importancia. El derecho a la vida se
encuentra reconocido en nuestra Constitución y en diversas normas internas e
internacionales, las que reconocen el derecho a la vida desde el momento de la
concepción. Por eso, tal como lo señala el artículo 30 de la LGS, hacemos una
especial referencia a la obligación de denunciar el aborto criminal, porque se debe
contribuir a la persecución penal de los actos lesivos a la vida del concebido
b) Análisis del marco normativo y efecto de la vigencia de la norma
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La Constitución Política del Perú, en el artículo 2, inciso 18, ha previsto como un
derecho fudamental de la persona el secreto profesional, y señala textualmente lo
siguiente:
Artículo 2. Derechos fundamentales de la persona
Toda persona tiene derecho:
18. A mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas, religiosas o
de cualquiera otra índole, así como a guardar el secreto profesional.
El Código Penal, artículo 165, incrimina a quien revela información que ha conocido
por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o ministerios de secretos cuya
publicación pueda causar daños, los revela sin consentimiento del interesado, será
reprimido con pena privativa de la libertad no mayor de dos años y con sesenta a ciento
viente días multa.
El Código Penal, artículo 407, el que omite comunicar a la autoridad las noticias que
tenga acerca de la comisión de algún delito, cuando esté obligado a hacerlo por su
profesión o empleo, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos
años.
El Código Procesal Penal, en el artículo 165, numeral 2, literal a, expresa:
“Deberán abstenerse de declarar, con las precisiones que se detallarán, quienes
según la Ley deberán guardar el secreto profesional o de Estado:
a) Los vinculados por el secreto profesional no podrán ser obligados a declarar
sobre lo conocido por razón del ejercicio de su profesión, salvo los casos en
los cuales tengan la obligación de relatarlo a la autoridad judicial. Entre ellos
se encuentran los abogados, ministros de cultos religiosos, notarios, médicos
y personal sanitario, periodistas u otros profesionales dispensados por ley
expresa. Sin embargo, estas personas, con excepción de los ministros de
cultos religiosos, no podrán negar su testimonio cuando sean liberadas por el
interesado del deber de guardar secreto.
Asimismo en el Código Procesal Penal, artículo 327 numeral 2, prevé que no están
obligados a denunciar cuando el conocimiento de los hechos está amparado por el
secreto profesional.
El Código de Procedimientos Penales, artículo 141, numeral 1, establece que no
podrán ser obligados a declarar los eclesiásticos, abogados, médicos, notarios y
obstetras respecto de los secretos que se les hubiera confiado en el ejercicio de su
profesión.
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Ley 27806, Ley de la Transparencia y Acceso a la Información Pública, artículos
15-B, numerales 4 y 5; artículo 15-C.
Artículo15-B, numerales 4 y 5.
El derecho de acceso a la información pública no podrá ser ejercido respecto de
lo siguiente:
4. La información preparada u obtenida por asesores jurídicos o abogados de las
entidades de la administración pública cuya publicidad pudiera revelar la
estrategia a adoptarse en la tramitación o defensa de un proceso administrativo o
judicial, o de cualquier tipo de información protegida por el secreto profesional que
deba ser guardado por el abogado respecto de sus asesorado. Esta excepción
termina al concluir el proceso.
5. La información referida a los datos personales cuya publicidad constituya una
invasión a la intimidad personal y familiar. La información referida a la salud
personal se considerará comprendida dentro de la intimidad personal. En este
caso, el juez puede ordenar la publicación, sin perjuicio de lo establecido en el
inciso 5 del artículo 2° de la Constitución Política del Perú.
Artículo 15-C, los casos establecidos en los artículos 15, 15-A y 15-B son los
únicos en los que se puede limitar el derecho al acceso a la información pública,
por lo que deben ser interpretados de manera restrictiva por tratarse de una
limitación a un derecho fundamental.
La información contenida en las excepciones señaladas en los artículos 15; 15-A
y 15-B son accesibles para el Congreso de la República, el Poder Judicial,
Contralor General de la República y el Defensor del Pueblo.
El ejercicio de estas entidades en la administración pública se enmarca dentro de
las limitaciones que señala la Constitución Política del Perú.
El Código de Ética y Deontología del Colegio Médico del Perú, artículo 64, señala
que comete falta contra la ética el médico que divulga o difunda por cualquier medio la
información que hubiere obtenido o le hubiere sido confiada con motivo de la realización
de un acto médico. Y el artículo 63 prescribe que el médico tiene el deber de guardar
reserva, hasta el límite que señala la ley, sobre el acto médico practicado por él o del
acto médico del que hubiere podido tomar conocimiento en su condición de médico
consultor, auditor o médico legista.
De otro lado, es menestar señalar que el artículo 10 del Código de Ëtica del Abogado,
dispone que guardar el secreto profesional es un derecho y un deber del abogado, por
lo que el abogado tiene la obligación de mantener en reserva las confidencias que sus
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PREDICTAMEN
RECAÍDO
EN
EL
PROYECTO DE LEY 2395/2012-CR POR EL
CUAL SE PROPONE LA LEY QUE
MODIFICA EL ARTÍCULO 30 DE LA LEY
26842, LEY GENERAL DE SALUD SOBRE
LA
VIGENCIA
DEL
SECRETO
PROFESIONAL
Congreso
República
Congreso dedelala
República
Comisión de Salud y Población
clientes o terceros le hagan en el ejercicio de su profesión, excepto en los casos que se
entere de la comisión de eventos delictivos próximos.
La Ley 26842, Ley General de Salud, artículo 15, inciso 15.3) expresa que toda
persona usuaria de los servicios de salud, tiene derecho a ser atendida con pleno
respeto a su dignidad e intimidad sin discriminaión por acción u omisión de ningún tipo.
Igualmente, el artículo 30, prescribe que el médico que brinda atención médica a una
persona herida por arma blanca, herida de bala, accidente de tránsito o por causa de
otro tipo de violencia que constituya delito perseguible de oficio o cuando existan
indicios de aborto criminal, está obligado a poner el hecho en conocimiento de la
autoridad competente
c) Análisis costo-beneficio
Actores involucrados
El Estado
Profesionales médicos
Paciente
V.
Efectos directos
Efectos indirectos
El
Estado
protege
los
derechos fundamentales del
paciente.
No tendría que gastar en
pagos de procesos judiciales
y el pago reparaciones civiles.
Se le restringe el deber de
denunciar a los pacientes
Formularán la denuncia solo
cuando lo autorice el
paciente, o le requiera la
autoridad competente.
La atención de su salud está
asegurada.
No se vulneran sus derechos
fundamentales.
CONCLUSIÓN
Por lo expuesto, la Comisión de Salud y Población, de conformidad con el literal
b) del artículo 70 del Reglamento del Congreso de la República, recomienda la
APROBACIÓN del Proyecto de Ley 2395/2012-CR, con el siguiente:
12
PREDICTAMEN
RECAÍDO
EN
EL
PROYECTO DE LEY 2395/2012-CR POR EL
CUAL SE PROPONE LA LEY QUE
MODIFICA EL ARTÍCULO 30 DE LA LEY
26842, LEY GENERAL DE SALUD SOBRE
LA
VIGENCIA
DEL
SECRETO
PROFESIONAL
Congreso
República
Congreso dedelala
República
Comisión de Salud y Población
TEXTO SUSTITUTORIO
LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 30 DE LA LEY 26842,
LEY GENERAL DE SALUD, SOBRE LA VIGENCIA DEL SECRETO
PROFESIONAL
Artículo Único . Modificación del artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud
Modifícase el artículo 30 de la Ley 26842, Ley General de Salud, que queda redactado
de la siguiente manera:
Artículo 30. El médico que brinda atención médica a una persona herida por
arma blanca, herida de bala, accidente de tránsito o por causa de otro tipo de
violencia que constituya delito, debe poner en conocimiento de este hecho a
la autoridad judicial competente cuando esta lo requiera o previo
consentimiento por escrito del paciente.
Cuando existan indicios de aborto criminal, está obligado a poner el hecho en
conocimiento de la autoridad competente.
Lima, 7 de mayo 2014.
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