La Cruz de Kurutziaga, una de sus más preciadas joyas, es un crucero de extraordinaria belleza gótica y ostenta la categoría de Monumento Nacional. Se cree que fue levantada como monumento expiatorio por el terrible proceso herético que sacudió el Duranguesado a mediados del siglo XV y que ha venido a denominarse "Los Herejes de Durango". Además de la función expiatoria, la Cruz de Kurutziaga sirvió como límite fronterizo de la jurisdicción de la Villa y eje organizador del espacio urbano del entonces arrabal de Kurutziaga. Este carácter conformador y organizador de un espacio urbano, jerarquiza de alguna manera el propio arrabal, lo desvincula de su marginalidad, otorgándole una centralidad que irá ganando con el paso del tiempo. Una de las teorías más extendidas es que fue levantada como monumento expiatorio con motivo de la presencia en la Villa de una secta herética conocida como "Los Herejes de Durango", que intentó introducir el fraile Alonso de Mella, quien predicaba la comunidad de bienes y mujeres y obtuvo numerosos seguidores en la Villa, por lo que fué severamente reprimida por la Inquisición. Algunos de sus seguidores fueron condenados a muerte y quemados. La Cruz representa la historia de la redención humana, desde el Pecado Original a la Pasión de Cristo. La relación temporal entre datación del crucero y fechas entre las que transcurrió la predicación de Fray Alonso de Mella nos conduce a pensar que fue erigida como monumento exculpatorio, como símbolo del triunfo de la ortodoxia. Kosme Barañano y Javier Durana nos ofrecen esta lectura iconográfica: “Las consecuencias del pecado original (fuste) son superables a través de la vida de la Iglesia y sus normas (tambor) pero sobre todo gracias a la acción redentora y sacrificada de Cristo (Cruz)”. La propia iconología de la Cruz ha llevado a algún estudioso del tema, siempre a nivel hipotético, a buscar una estrecha relación entre el monumento y el suceso. Un ejemplo es la presencia, en un lugar preeminente del crucero, de la figura de Sta. Bárbara, patrona de los tejedores, sector social en el que más influyó la herejía. El estilo de la talla es claramente enmarcable en el gótico, aunque es posible reseñar ciertos rasgos arcaizantes, como pueden ser el hieratismo facial de los personajes representados y la estilización de los cuerpos desnudos, en los que se produce una simplificación de los detalles mucho mayor que en los de las tallas de personajes vestidos. La pieza reviste un cierto barroquismo, un cierto horror “vacui” del artista, que intenta rellenar espacios vacíos. Este barroquismo gótico hizo al erudito Carriazo, datar la cruz hacia mediados del siglo XV, fecha que parece aceptada por la gran mayoría de estudiosos y expertos. Es un monumento de piedra arenisca, consta de tres cuerpos. El primero lo forma el fuste, alrededor del que se enrolla el diablo encarnado en la serpiente, con cabeza de mujer. En la parte superior se narra el episodio del Antiguo Testamento de la Expulsión de Adán y Eva del Paraíso. El segundo corresponde al tambor, en el que se representa a los doce apóstoles con sus correspondientes atributos, a pesar de que debido al deterioro que sufre, en algunos casos es difícil la identificación. El tercer cuerpo es la cruz propiamente dicha. En uno de sus lados se representa la crucifixión de Cristo, con la Virgen y San Juan flanqueándola. Se advierte el tema del árbol de la vida a través de la presencia de una calavera a los pies de la Cruz, que representa la sepultura de Adán, lugar en el que nace el árbol con el que se construirá la cruz de Cristo y que representa la redención del pecado a través de su muerte. Aparecen ángeles recogiendo la sangre de Jesús de sus heridas, y en la parte superior las imágenes del sol y la luna (adaptación de los símbolos paganos a la religión católica). Al otro lado se representa a la Virgen con el niño, dentro de la tipología de Andra Mari, flanqueada por Santa Catalina y Santa Bárbara. Bajo ellas dos santos no identificados. En la parte superior aparecen ángeles músicos. Fue declarada Monumento Histórico Artístico el 5 de febrero de 1954. Se expone una reproducción en el Museo Vasco de Bilbao. El original se encuentra en la Ermita de la Vera Cruz, en la misma calle Kurutziaga; la ubicación inicial de la Cruz se cree fue frente a dicha ermita. Tras la rehabilitación de la Ermita, se situará en ella el Museo de la Cruz Fuente: Diputación Foral de Bizkaia. Dpto. de Cultura. Servicio de Patrimonio Histórico. Textos: Ana Isabel Leis Alava. Depósito Legal: BI-2501-00 / Diputación Foral de Bizkaia. Monografías de Pueblos de Bizkaia - Durango. Textos: Andoni Iturbe Mach. D.L.: BI-706-93. Fotos: Txelu Angoitia.