Canal Laja Diguillín: un foco de conflictos aún

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Canal Laja Diguillín: un foco de conflictos aún no resueltos
autor TBB
viernes, 21 de diciembre de 2007
Problemas con la distribución de los derechos de agua, además de la escasez de los recursos hídricos en la temporada
estival, tienen en estado de alerta a las comunidades rurales de la zona.
Desde mediados de este año se ha destapado un problema no menor en la región del Bío-Bío. Continuas disputas por
los derechos de aguas, irregularidades en los accesos al riego por parte de los canalistas en la zona del
Laja–Diguillín, tienen en grave peligro la actividad económica de todas las comunidades rurales que abastecen sus
cultivos desde este sistema de riego.
En la región la necesidad de asegurar la disponibilidad de agua para regadío en
verano se planteó por primera vez en 1950, cuando se pensó en construir un embalse, lo que no fue posible por las
condiciones geológicas del terreno. A comienzos de la década de los 90, se iniciaron los estudios y, posteriormente, los
trabajos para construir un canal que traspasara agua desde la cuenca del río Laja hasta el río Diguillín. Iniciativa que, por
cierto, no estuvo exenta de polémica y significó serios cuestionamientos por parte de algunos sectores debido al traslado
de agua de una cuenta a otra. Este proyecto se ha dividido en dos grandes canales: el canal matriz Laja-Diguillín, que
se inicia en el río Laja, en la bocatoma Tucapel, con una longitud de 50 km y que vacía las aguas al río Diguillín y el canal
matriz Diguillín Larqui, que tiene una longitud de 12.4 km. Que permite el riego de aproximadamente 25.000 hectáreas.
En la actualidad el programa de aplicación tecnológica en sistemas de riego y cultivos, Laja-Diguillín, impulsado por el
Ministerio de Agricultura y cuyo principal objetivo es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los beneficiarios
del canal de regadío, ha dado frutos. Eso es lo que se desprende de datos obtenidos de dicho ministerio, según los
cuales se considera una superficie total beneficiada de 44.63 hectáreas (29.000 has., ya cultivadas y 14.663 has.,
nuevas), con un total de 2.700 predios. Desde 1996 a la fecha, el Ministerio de Obras Públicas, a través de la
Dirección de Obras Hidráulicas DOH, ha invertido 110 millones de dólares, correspondientes a estudios, diseños,
expropiaciones, construcción y explotación de las obras. En 2005 la DOH hizo una inversión de 11.544 millones de pesos.
Desde este punto de vista, el sistema de distribución de riego Laja-Diguillín se ve como un tremendo esfuerzo del Estado,
con el objeto de mejorar el potencial de desarrollo agrícola de las comunas de la provincia de Ñuble, en el cual no deberían
estar presentes la serie de inconvenientes que han salido a la luz pública.
El proyecto en sí
El Laja-Diguillín según un informe realizado por el centro EULA de la Universidad de Concepción, considera una
superficie total beneficiada de 44.630 hectáreas, las que son regadas con una seguridad de 85%, de las cuales 20.340
hectáreas corresponden a mejoradas y 24.290 a hectáreas nuevas. Actualmente se encuentra en licitación la
construcción de la última obra de importancia para dar término al proyecto, la bocatoma Diguillín, cuyo término está
programado para el último trimestre del 2007. Este proyecto beneficia directamente a los dueños de 2.400 predios de
distintos tamaños.
MOP asegura el agua para el riego
Teniendo en cuenta el actual escenario en que se desarrolla la actividad agrícola del lugar, las autoridades del MOP
indicaron en septiembre de este año que los principales embalses y ríos de la región dispondrán de caudales suficientes
para abastecer la demanda de riego e hidroelectricidad del BíoBío.
Este balance se realiza con los datos que la DGA
(Dirección General de Aguas) recolecta en sus estaciones hidrométricas acerca del nivel de precipitaciones, de
acumulación de nieve, caudales de ríos y volumen de embalses. Sin embargo, el escenario de la región es bastante distinto
según los directos implicados. Si se consideran las particularidades de región, entre otros aspectos, sus recursos y
potencialidades, sus habitantes y su cultura, sus debilidades y desafíos, sus organizaciones e instituciones públicas,
privadas y sociales, sumado a la aplicación de la Estrategia Regional de Desarrollo del Laja-Diguillín (programa del
Gobierno que busca producir una reorientación del desarrollo económico y social de la Región del Bío Bío) , la región
indudablemente ha crecido en su desarrollo económico y social. Sin embargo, y a pesar de estas mejoras, Laja-Diguillín
se encuentra en el centro de la polémica hace un tiempo. La investigadora del centro de estudios EULA, Mariela
Valenzuela explica que “los pobladores de los valles de la región todos los años tienen problemas de sequías en la
temporada cálida y si a esto le sumamos los nuevos problemas con respecto a la administración de los recursos del Laja
– Diguillín, la situación puede tornarse negra”. Rumores de sequía, regantes y canalistas que quedan sin
acceso a los beneficios sin explicación alguna, beneficios para las grandes empresas ubicadas en el lugar son, entre
otros, los problemas que aquejan a esta zona. Dentro de los perjudicados está un grupo de regantes que por su
situación se han convertido en el punto dramático del asunto.
Los blancos
Los Blancos son un nuevo grupo de regantes que agrupa a más de 700 familias entre Bulnes y San Ignacio. Es un
grupo capacitado y organizado como asociación de regantes, representando aproximadamente unas 10 mil hectáreas.
Los Blancos son llamados así, debido a que a medida que aumentaba la superficie de riego, el mapa correspondiente a
la zona se iba pintando con colores que identificaban a los sectores beneficiados y este conglomerado de regantes
figuraba en los planos simplemente en blanco.
Recientemente se reunieron en San Ignacio, los Blancos y sus
representantes, con el alcalde de esa comuna Nelson Aedo y con el juez de aguas del Río Diguillín, Francisco Saldías,
para analizar los avances del canal Laja-Diguillín, llegando a la conclusión de que lo que quieren es que el Estado
construya, como lo ha hecho en otras etapas del sistema de riego, las redes de riego asociadas para que el agua les
llegue efectivamente a sus predios.
Los dirigentes de los Blancos, César Valenzuela de San Ignacio y Lorenzo Jara de Bulnes, en junio de este año,
enviaron una carta al secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego, Nelson Pereira y a las autoridades
regionales y provinciales, explicando a que no se podrá dar por cerrada la etapa del Laja- Diguillín por el gobierno, sin
las redes de riego asociadas para los nuevos regantes,. Eso se torna imprescindible, ya que los Blancos son personas
que viven en localidades rurales, de escasos recursos que no pueden acogerse a los programas de fomento al riego
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Creado el: 29 November, 2016, 16:57
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que posee la Comisión Nacional de Riego. Pero hay otro problema que desvela a las comunidades. A raíz de un
convenio entre Endesa y la Dirección de Obras Hidráulicas, no podrán contar con sus derechos de agua hasta el 2022,
provocando un perjuicio directo a las familias del lugar, pues el caudal tendrá que ser compartido con las
hidroeléctricas. Marcelino Claret científico del centro EULA, que investiga principalmente los recursos hídricos del
secano costero, señala que “las hidroeléctricas producen energía para los mismos lugareños beneficiando su
calidad de vida, pero si esta inversión coarta la principal fuente de supervivencia de estos regantes, la situación debería ser
estudiada más a fondo”. Claret considera además muy negativa la situación que viven estas personas y que
estas irregularidades legales que rodean al Laja-Diguillín deberían transparentarse ya que se teme que esta situación deje
seco el canal.
Canal Laja-Diguillín seco
En la última asamblea general de regantes del río Diguillín, los canalistas se encontraban preocupados por el
despropósito que significaría que estando a punto de término los dos tercios de la proyecto, y luego de una inversión de
más de 120 millones de dólares por parte del Estado, el canal quede seco.
El problema se origina en 1990, y se basa
principalmente en el aprovechamiento de las aguas por parte de la Dirección de Obras Hidráulicas sobre el lago Laja,
por un caudal de 65 metros cúbicos por segundo. Contra esta situación se encuentra luchando Patricio Sabag Villalobos,
hermano del diputado Jorge Sabag e hijo del senador Hosaín Sabag, contra la Dirección de Aguas y el Fisco chileno.
Lo que están pidiendo los angelinos es la anulación de la inscripción de esas aguas en el Registro de Propiedad de
Aguas del Conservador de Bienes Raíces de Los Angeles del año 2003. Aducen que las aguas, cuyos derechos están
en cuestionamiento, son la base de la tremenda inversión que realizó el país para llevar adelante la megaobra de riego. Lo
que llama la atención es que el Canal Zañartu sólo tiene derechos por 45 metros cúbicos por segundo de los cuales
siempre se ha ocupado la mitad. A esto hay que agregar que el canal Laja-Diguillín sólo puede ocupar 40 metros cúbicos
por segundo que es su real capacidad. Por ello es poco entendible la maniobra que se hace a través de los tribunales,
ya que no existiría un problema real en el tema de la disponibilidad del agua para que ambos sistemas de riego
funcionen con sus requerimientos actuales. Existe un documento llamado "Situación de Derechos de Aguas Canal LajaDiguillín", que según el juez de Aguas del canal Diguillín, Francisco Saldías, contiene imprecisiones y aspectos que no se
condicen con la realidad, lo que hará presente al gobernador de Ñuble, y al ministro de Obras Públicas, según
declaraciones que hizo a un medio regional, "Hay errores básicos, el más grave es un reconocimiento implícito de los
derechos de agua del canal Zañartu, que es falsa".
También el presidente de la Junta de Vigilancia del canal LajaDiguillín, Hugo Álamos, a la salida de la reunión con Ramón Daza y con el director regional de Obras Hidráulicas, Patricio
Lara, señaló a un medio local que las autoridades de esas reparticiones del Ministerio de Obras Públicas habían
reiterado que tenían los derechos de agua para el Laja-Diguillín (65 metros cúbicos por segundo), pero no había ninguna
certeza de cómo la harán llegar al canal, que los abastece.
El impacto ambiental de la hidroeléctrica Trupán
Otra de las grandes preocupaciones de los regantes del Laja-Diguillín tiene que ver con el proyecto de la Central
Hidroeléctrica de pasada Trupán, presentado por la Asociación de Canalistas del Canal Zañartu de la provincia de
BíoBío para el cual están pidiendo derechos por 45 m3/s cuando históricamente siempre ha ocupado entre 8 y 10 o un
máximo de 20 m3/s. Los representantes de los regantes del río Diguillín hicieron ver al gobernador de la provincia de
Ñuble las dificultades técnicas y legales que en su opinión originaría la autorización ambiental para el proyecto central
hidroeléctrica.
Así las cosas, lo que se anunció como una iniciativa que beneficiaría a miles de personas y
mejoraría sustancialmente sus condiciones sociales y económicas, ahora se ve en jaque y con escenario confuso que no
se sabe cuándo se disipará.
Elaborado por:
Nicolás Vivar, estudiante de Periodismo
en pre práctica en Líderes sin Fronteras
Concepción, 22 de diciembre de 2007.{moshits} Veces leída.
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