LANDA,LILIAN-NAVARRO,MÓNICA

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LOS CONTRATOS DE INTEGRACIÓN VERTICAL EN LA CADENA DE
LECHERÍA, EN EL NUEVO MILENIO
LILIAN DEL ROSARIO LANDA1
MÓNICA LILIANA NAVARRO 2
ESTER JORGELINA DESTÉFANI DE PICCO3
Integración vertical en la cadena agroindustrial de la leche;
Articulación con los contratos agrarios:
Al decir de Gloria Domenech, en su obra “Los contratos de integración
agroindustrial”: “Existe relación contractual, ya que hay un acuerdo entre
voluntades cuando en la comercialización de un producto, se establecen
condiciones entre las partes, no solo sobre el propio acuerdo de compraventa, las características de dicho producto, sobre las obligaciones
futuras referidas al flujo de bienes, servicios, información entre los
agentes económicos que intervengan en dicha relación.”
Al reflexionar sobre esta aproximación al concepto, o bien caracterización
de modelo contractual, ubicamos aquí, la relación existente entre el Empresario
Titular (propietario de la empresa agraria productora de leche) y la industria
láctea, receptora del producido de ese tambo. Este contrato, la fijación del
precio, las exigencias relativas a la calidad de la leche, (realizando recuento de
células somáticas), así como a los aspectos sanitarios en materia de higiene,
(efectuando periódicamente el recuento de unidades formadoras de colonias
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Abogada, Docentes Universitaria, Integrante del Instituto de Derecho Agrario del Colegio de
Abogados de la 5ta. Circunscripción Judicial de la Provincia de Santa Fe.
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Abogada, Docentes Universitaria, Integrante del Instituto de Derecho Agrario del Colegio de
Abogados de la 5ta. Circunscripción Judicial de la Provincia de Santa Fe.
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Abogada, Docentes Universitaria, Integrante del Instituto de Derecho Agrario del Colegio de
Abogados de la 5ta. Circunscripción Judicial de la Provincia de Santa Fe.
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(UFC)), los acuerdos de cupos de entrega, pautas de mayor valor económico
por el cumplimiento de objetivos de calidad y cantidad; aspectos estos que
ingresan en la materia agroalimentaria y se conjugan con los grandes pilares
del Derecho Agroalimentario: Modelos de producción y Modelos de consumo.
Las grandes transformaciones socioeconómicas y productivas de las últimas
décadas, como también, la nefasta intervención del Estado, no solo en materia
tributaria, sino también en la fijación de precios del litro de leche, con
independencia de las reglas del mercado y por sobre los acuerdos de partes,
arrogándose las facultades de imperio bajo el argumento de garantizar el
alimento a los argentinos, produjeron resultados adversos, generaron la
desaparición de miles de tambos en la cuenca.
Los altos costos en materia de inversiones tecnológicas aunado a los
mínimos márgenes de renta, llevaron a la concentración en pocas manos, en
tambos muy grandes, con altísima productividad.
Es interesante mencionar una breve referencia de la evolución en costos, de
la última década (2.003-2013): en el año 2003 eran necesarios 2.880 litros de
leche para poder adquirir una vaquillona preñada (indispensable en un tambo),
mientras que en el año 2.013 hacían falta la cantidad de 5.159 litros. Otro
referente es el costo de la mano de obra: un peón con cargas sociales y
alimentación requería en el año 2003 el equivalente a 19.911 litros de leche,
mientras que el año pasado -2013- eran necesarios contar con 44.000 litros de
leche para afrontar su costo. -datos extraídos del trabajo efectuado por el
Ing.Agron. José Quintana.”El poder adquisitivo de la leche”-Márgenes
Agropecuarios-Diciembre 2013) .
Con estos datos y teniendo en cuenta que los insumos están dolarizados,
fácil es concluir que los medianos productores se vieron obligados a cerrar sus
empresas, subsistiendo aquellos de mayor productividad.
Por ello se deben modificar los conceptos y los métodos de análisis del
sector, así como también adecuar sus instrumentos a una realidad muy
diferente a la del siglo XX.-
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Domenech nos dice: “… se modifican las interrelaciones entre los
agentes de la cadena, dejando la agricultura de ser el principal
componente del sistema agroalimentario y estrechando progresivamente
unos vínculos de dependencia con respecto a los demás sectores de la
actividad, fenómenos que influyen en los necesarios cambios que el
derecho necesita realizar en la materia contractual.-“
Sin perjuicio de coincidir con la conclusión final de la autora, no estamos de
acuerdo en que la producción agraria haya dejado de ser el principal
componente; tales conceptos, llevaron a desproteger al sector, a presionar
irresponsablemente sobre el mismo, hasta el punto de poner en riesgo su
supervivencia; ¿ como articularíamos la cadena agroalimentaria de la leche y
todos sus derivados, su comercialización, nacional e internacional, su
marketing, todo el gerenciamiento respecto a su distribución, sus políticas de
penetración en el mundo ( pongamos como ejemplo el gran valor agregado que
ha logrado la cooperativa Sancor con la venta de leche maternizada para
bebés en el mercado chino), que haríamos con todo este capital si dejamos de
producir leche?
1.- La articulación con el contrato asociativo de explotación tambera
Estos procesos de articulación agroindustrial, impactan en la relación del
contrato asociativo de explotación tambera, reglamentado en nuestro país por
la Ley 25.169 del año 1989.La concentración de la producción de leche en grandes tambos requiere de
instrumentos adecuados para su normal desarrollo, lejos quedaron las pymes
tamberas del siglo pasado, se ha convertido en historia regional el viejo
estatuto del tambero, de los tiempos del General Perón.
Enfrentados al panorama de tambos de producciones importantes, ¿cuales
son las mayores dificultades que nos trae la aplicabilidad de la ley 25.169?
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Una de ellas corresponde a la figura del “tambero-asociado”. Según lo
define el artículo 3 “ inc. b)” de la referida ley “tambero-asociado es la persona
física que ejecuta las tareas necesarias destinadas a la explotación del tambo,
pudiendo para tal fin contribuir con equipos, maquinarias, tecnología, enseres
de su propiedad y con o sin personal a su cargo. Dicha tarea es personal e
indelegable.”
Del texto surge claramente, que se trata de un contrato “intuito personae”, y
por lo tanto, no admite una figura colectiva para desempeñarse como tal. De
modo que descartamos que se admita una sociedad, regular o irregular para
esta actividad.
¿Cuál es la dificultad mayor que acarrea celebrar un contrato de estas
características?. No cabe dudas que, tratándose de un tambo de gran
magnitud, o sea, que procesa un buen volumen en litros de leche, ello hace
que las liquidaciones de las participaciones percibidas por el “tamberoasociado” sean de sumas elevadas, que los hace entrar en la categoría de
tributarios del “ IVA e impuestos a las ganancias”.
En este punto debe considerarse un elemento esencial en el contrato como
lo es “el plazo”, pues advertimos en forma cotidiana que los contratos
asociativos de explotación tambera, dada la libertad brindada por la ley, se
hacen por plazos relativamente cortos, a lo sumo de un año, pues ello permite
adecuar las condiciones del vínculo. Una explotación tambera requiere de
muchas tareas, aparte del ordeñe, si a ello le multiplicamos tener un gran
plantel, fácil es deducir que la actividad es mucha y que obviamente el
“tambero-asociado” sólo, no lo puede hacer y debe contar con un equipo de
trabajo que generalmente lo componen miembros de su familia.
Esto conlleva a que los contratos se van modificando en la medida que ese
grupo pueda desarrollar con más habilidad una tarea que otra, la que quedará
a cargo de otra persona, dependiente del propio “tambero-asociado” o del
“empresario-titular”, tal lo convengan en la renovación del contrato.
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Es así que, ello juega en contra de darle al “tambero-asociado” el carácter de
contribuyente o no. No son pocos los que proponen celebrar contratos
paralelos, o sea dos contratos asociativos por el mismo tambo con dos
personas distintas, e incluso hasta sugieren que cada uno de los contratantes
se encarguen de un ordeñe distinto. Esto si bien traería una solución por el lado
tributario (habida cuenta que AFIP lo considera pertinente y válido),
jurídicamente es improcedente: pues, por más que la tareas de ordeñe
estuvieren a cargo de personas diferentes en los distintos turnos, el plantel es
el mismo. Además tornaría prácticamente imposible, hacer cumplir las
obligaciones previstas por la ley, como lo consagra el art. 7° en su “inc. b):
responsable del cuidado de los bienes que integran la explotación;” y “
c):observar las normas de higiene.”.
En estos casos estaría el “empresario-titular”, tratando de dirimir cuál de los
dos o tres tamberos es el que omitió cumplirlas, por ejemplo cual será el que
dejó la tranquera abierta por la que se fueron los animales o quién es el que
lava mal el equipo de ordeñe por el que el plantel adquirió mastitis. Como
advertimos traería un conflicto innecesario.
Opinamos que se solucionaría ésto, admitiéndose como “tamberoasociado”, a figuras colectivas como las sociedades de hecho, que por otra
parte, resulta frecuente que dos familias, normalmente emparentadas, se
hagan cargo de un tambo.
En la práctica, vemos establecimientos de alta producción, que han
descartado la figura del peón ordeñador, cuadrillas rotativas en la modalidad de
trabajo agrario;
entre otras causales por el ausentismo y la dificultad en
algunos casos de reunir al plantel de operarios en tiempo y forma para el
cumplimiento de las rutinas y, en cambio, se ha vuelto al esquema del trabajo
grupal de la familia rural que reside en el predio, que está atenta al manejo del
rodeo y cumplimenta las variadas tareas del tambo actual.-
2.- Contrato de Trabajo Agrario
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Otra contratación conexa a la cadena integrada de la leche, la vemos con la
figura del trabajador rural. El nuevo régimen de trabajo agrario, consagrado por
la Ley 26.727, al referirse a la solidaridad nos dice textualmente en su art. 12):
quiénes … “ cedan total o parcialmente, a terceros el establecimiento o
explotación que se encontrare a su nombre, para la realización de
dichas
actividades, que hagan a su actividad principal o accesoria … deberán exigir el
adecuado cumplimiento “ etc. etc. luego en párrafo aparte nos dice: “La
solidaridad establecida en el primer párrafo tendrá efecto aún cuando el
trabajador demande directamente al principal, sin accionar contra el contratista,
subcontratista o cesionario”.
Interpretamos que el legislador, con una técnica legislativa muy deficitaria, ha
descripto la actividad reglada por la Ley 25.169. Vale decir que lo normado nos
sitúa ante la posibilidad de que el peón rural del “tambero-asociado”, podrá
demandar al “empresario-titular” por el incumplimiento de aquel como
empleador. Entendemos que la extensión de la solidaridad en estos casos sólo
debe abarcar el período contractual que lo vinculó en ese establecimiento.
Ejemplo: si el peón lleva cinco años trabajando para ese empleador que ahora
se desempeña como tambero asociado, en un establecimiento desde hace un
año, entendemos que la solidaridad de ese “empresario-titular” sólo abarca el
período contractual de un año, circunstancia que no resulta de fácil medición y
que nos lleva necesariamente a un juicio.Por otro lado, encontramos dificultades interpretativas de parte de los
organismos encargados de reglar y/o custodiar el desenvolvimiento de las
distintas tareas rurales. Así organismos de control, como el Ministerio de
Trabajo, en la Provincia de Santa Fe, en las diferentes inspecciones efectuadas
a campo, entiende que, si un “tambero-asociado” no cuenta con contrato
escrito es un peón. Ello, en evidente contradicción con lo sostenido por la Ley
Nacional N° 25.169 que prevé la posibilidad del contrato verbal.-
3.-CONTRATO DE LOCACIÓN DE HACIENDA:
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Este es otro contrato que se ha desarrollado frecuentemente en las empresas
tamberas, a través de él, el propietario del tambo que ha decidido liquidarlo (en la
mayoría de los casos por falta de rentabilidad), se resiste a deshacerse del
plantel, de esta forma mantiene el capital de animales, y por el otro lado, al que
tiene una empresa tambera en expansión, le permite agrandar la producción con
una inversión accesible y amortizable, con lo que producen las propias vacas.
Con estas ventajas, se ha expandido la utilización de esta figura en la zona de la
cuenca.
De acuerdo a lo que pacten en el contrato las partes, al momento de
terminación y/o rescisión contractual, se le debe devolver, otro animal de igual
característica que la entregada, ya que el objeto, o sea la vaca en producción o
potencialmente productible, cumple su ciclo biológico por lo que hace difícil que
se devuelva el mismo animal, e imposible que lo sea en las mismas condiciones.
Algunos pactan, como pago final del contrato: el valor de los animales (tasados
originariamente), en montos equivalentes a cantidades de litros de leche.
El Contrato por el cual se entregan las vacas y/o hacienda con la finalidad de
ser ordeñadas pagando un precio o canon mensual, cumple con los caracteres
de la locación de cosa mueble, siendo el objeto del contrato, los semovientes,
una cosa mueble, fungible por su naturaleza de ser vivo. Es bilateral, oneroso,
consensual, trato sucesivo y como regla no formal.
La doctrina cita este tipo de contratos expresando: “El deudor debe dar la
cantidad, especie y calidad pactadas. Si la obligación tuviese por efecto
restituir cantidades de cosas recibidas, el acreedor tendrá derecho a una
cantidad igual de la misma especie y calidad; si el deudor hubiere incurrido
en mora, el acreedor podrá exigir dicha cantidad, más los daños y
perjuicios,…” (Tratado de Derecho Civil, Guillermo Borda, Obligaciones, Tomo I,
Obligaciones, La Ley, Capitulo: Obligaciones de dar cosas fungibles o cantidades
de cosas, N° 454, pag.387. 9° edición).
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Reclamo Judicial de estos contratos:
Este contrato “innominado” acarrea una serie de dificultades a la hora de un
planteo judicial, sobre todo motivado por incumplimiento de lo pactado y/o
rescisión contractual. La falta de una regulación específica, obliga al magistrado
actuante a recurrir analógicamente a normas afines. Es por ello, que se aplican
disposiciones vinculadas a la “locación de cosas”, pero es “fundamental” no
olvidarse que estamos en presencia de un “contrato eminentemente agrario”,
tanto por su objeto, como por el lugar de cumplimiento del mismo, porque de
ninguna manera se puede concebir a ese lazo como algo estrictamente “civil”.
Los conflictos suscitados en razón de una locación de hacienda, que versa
sobre una actividad agraria, deben resolverse considerando la finalidad de esa
actividad y de la empresa ligada a los intereses de la producción, que se
identifican en el orden público del Derecho Agrario, que hoy se resuelven con la
legislación Civil.
Nuestro país ha redactado leyes sobre algunas materias específicas agrarias,
pero para este tipo de contrato de locación de hacienda, hoy no existen, y se ve
inmerso en insuficiencias y consecuentes injusticias de la legislación Civil que
debe aplicarse para una actividad que se desarrolla en el ámbito rural y con
objeto puramente agrario.
El orden público de ésta materia, también está comprometido en la búsqueda
de nuevas técnicas de la agricultura, ganadería y/o lechería, con fines
conservacionistas y de sustentabilidad, respetando los principios consagrados
constitucionalmente.
Ante la falta de un fuero agrario, debe plantearse en sede civil. En un caso
concreto en nuestra jurisdicción: un reclamo de rescisión del contrato por
incumplimiento de parte del locatario, que no procedió a la devolución de los
animales tal como fuera expresamente pactado; planteada la medida cautelar, se
solicitó el secuestro de los semovientes, aportando al aquo, todas las pruebas
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que evidenciaban que de mantenerse los mismos en poder del locatario, se corría
el riesgo de la pérdida de los semovientes para el locador, propietario de ellos.
Situación además sumamente particular, porque de continuar el locatario en
posesión de esas vacas, las continuaba ordeñando y vendiendo su producción.
Lo cierto y real, es que al término de estos contratos, la mayoría de los
animales entregados por un locador de hacienda, ya no existen en el tambo del
locatario, sabido es que al momento de llevar el locador los animales al campo
del locatario, se efectúa en Senasa el trámite del Renspa Pastajero, y ello
autoriza al locatario vacunar, trasladar, caravanear etc. los animales del locador,
por ello quizás los vendió, porque los animales cumplen su ciclo biológico, se
secan y dejan de servir para la producción láctea.
Se pensó en esta cautelar, para poder recuperar los animales del actor,
solicitando el secuestro de animales de la misma característica que la expresada
en el contrato rescindido.
Así Guillermo Borda manifiesta: “Si la locación hubiese sido de un predio
rústico con animales de trabajo o de cría…art.1617 C.C. Es decir, que el
locatario sólo deberá devolver el plantel tal como lo recibió, sustituyendo
los animales que hubiera recibido por otros de las mismas calidades y
edades. En suma no se trata de devolver los mismos animales que se
recibió, sino un plantel de igual número de cabezas, edades y calidades…”.
(Tratado de Derecho Civil, Contratos, Tomo I, La Ley: Capitulo Consecuencias
de la Conclusión de la locación, Restitución de la Cosa, Estado en que la cosa
debe ser restituida, N° 860, pág. 711,712. Edición 9°.”
Lo acordado por las partes era, que al momento de terminación y/o rescisión
se debe devolver otra cosa de igual característica que la entregada de acuerdo a
lo que establece el Contrato acordado, porque con el tiempo este objeto, cumple
su ciclo de vida.
“El deudor debe dar la cantidad, especie y calidad pactadas. Si la
obligación tuviese por efecto restituir cantidades de cosas recibidas, el
acreedor tendrá derecho a una cantidad igual de la misma especie y
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calidad; si el deudor hubiere incurrido en mora, el acreedor podrá exigir
dicha cantidad, más los daños y perjuicios,…” sostiene el autor citado, en
Tratado de Derecho Civil, Guillermo Borda, Obligaciones, Tomo I, Obligaciones,
La Ley, Capitulo: Obligaciones de dar cosas fungibles o cantidades de cosas, N°
454, pag.387. 9° edición.
No obstante ello, el Juez rechazó la cautelar de secuestro, por considerar que
lo que se intenta secuestrar no es la misma cosa mueble entregada por el
locador, además expresa que si se aceptara la medida de secuestro, la leche de
los animales que es el fruto pertenecen al dueño de las vacas que es el
locador…”
Este decreto fue elevado en revocatoria a la Cámara Civil, que ratificó la
sentencia de primera instancia.
Ante la negatoria se solicitó un embargo sobre la liquidación de leche, que
entregaba el locatario a la empresa láctea. Lo interesante es que tampoco
autorizaron el embargo del 100% de la liquidación, sino solo el 20% de la
misma.
Siendo esto altamente cuestionable, sin lógica alguna, ya que la leche que
entrega el productor es una “venta” de un producto, no es un sueldo que cobra
el demandado.
Lo que intentamos con esto es demostrar lo poco razonable que es la
justicia, para entender este tipo de reclamos sobre contratos agrarios, donde el
locador pone un capital muy importante en manos del locatario y si debe acudir
a la justicia por algún incumplimiento, estaremos librados al azar de que
interpretan los jueces sobre un objeto distinto a una locación urbana.
4.- Nuestras conclusiones
Este breve trabajo, no pretende agotar los instrumentos jurídicos del
Derecho Agrario, incluidos en la integración vertical, obviamente podríamos
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sumar también, a los contratos de arrendamiento para los empresarios sin
tierras, lo contratos accidentales, los pastajes, los pastoreos, como figuras
involucradas en la articulación, pero que han sido desarrolladas con amplitud
por la doctrina clásica.
Hemos iniciado un trabajo, respecto a las nuevas herramientas vigentes en
el Derecho Agrario, sean estas tipificadas por la ley o derivadas del uso y la
costumbre; tratando de lograr
su conciliación para un más efectivo
asesoramiento profesional y una mayor claridad a la hora de la interpretación
judicial para la resolución de conflictos, conciliación que demanda tanto en el
Juez como en el Legislador la mirada específica de la ruralidad.FUENTES BIBLIOGRAFICAS:
1.- Los contratos de integración agroindustrial, Domenech Gloria - Ediciones
Cooperativas (Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos
Aires) -2010.2- Márgenes Agropecuarios- Publicación Ing.Agron. José Quintana.”El poder
adquisitivo de la leche”- Diciembre 2013
3 – El Nuevo Estatuto del Peón de campo Ley 26.727; Maiztegui Martinez
Horacio – Rubinzal Culzoni Editores – 2012.4.- Tratado de Derecho Civil, Guillermo Borda, Obligaciones, Tomo I,
Obligaciones, La Ley, Capitulo: Obligaciones de dar cosas fungibles o cantidades
de cosas, N° 454, pag.387. 9° edición.-
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