Exposición documental - Colegio Oficial de Graduados Sociales de

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EL RECURSO DE SUPLICACION
A) CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LOS RECURSOS.
Cabe definir los medios de impugnación, siguiendo a Montero Aroca, como “Los
instrumentos legales puestos a disposición de las partes para intentar la modificación o
anulación de las resoluciones judiciales”.
Dichos instrumentos son conocidos tradicionalmente como “Recursos” y sobre los
mismos cabe realizar 3 consideraciones iniciales:
1) Que salvo en material penal, donde el artículo 14.5 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, ratificado por España el 19 de diciembre de 1.966, dispone que
“Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio
y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo
prescrito por la ley”, en el resto de materias, y por tanto también en la laboral, no hay un
derecho a recurso en general, pudiendo el legislador vedar el derecho a recurrir cuando lo
estime oportuno y en tal sentido el T.C. ha señalado en la STC 157/1989, de 5 de octubre,
cuya doctrina fue ratificada por otras posteriores como la 374/1993, de 13 de diciembre y la
112/1994, de 11 de abril, que “…aunque el art. 24.1 CE no obliga al legislador, salvo en
materia penal, a establecer en todo caso la doble instancia, esto es, a someter a un Tribunal Superior las decisiones adoptadas por los órganos judiciales, comprende, sin embargo,
la utilización de los recursos legalmente previstos en la forma y con los requisitos que señalen las leyes que los autoricen”.
2) Que una vez reconocido el derecho a un recurso, las reglas que lo regulan sí tienen relevancia constitucional y al respecto el T.C. en su sentencia 19/1983, de 14 de marzo,
señaló que “El derecho a la tutela judicial, según ha declarado también el Tribunal en
reiteradas ocasiones, no comprende el de obtener dos resoluciones judiciales -a través del
sistema de doble instancia o mediante otros recursos como el de casación- de forma que
obligue a crear un sistema de recursos al legislador, pero una vez establecido tal sistema
hemos de afirmar que el mencionado derecho comprende el de utilizarlo de acuerdo con
la Ley y el de obtener una resolución fundada en derecho en el recurso correspondiente…”, añadiendo la sentencia 248/2005, de 10 de octubre, que “…una vez que el legislador
ha previsto un concreto recurso contra determinadas resoluciones judiciales, el derecho a
disponer del citado recurso pasa a formar parte del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva…”.
3) Que sobre la interpretación de esas reglas que regulan cada recurso y que por lo
tanto permiten el acceso a los mismos, dicho Tribunal mantuvo dos líneas interpretativas:
una estricta de exigir de forma exhaustiva el cumplimiento de los requisitos formales para el
acceso al recurso y otra generosa que favorece el acceso al sistema de recursos partiendo de
una interpretación más laxa y flexible de dichos requisitos.
Y parece que últimamente triunfa la línea estricta y como ejemplo de la misma la
sentencia 114/2.004, de 12 de julio, señala: “En efecto, de acuerdo con nuestra doctrina,
sintetizada en la STC 59/2003, de 24 de marzo, FJ 2, "en la fase de recurso el principio
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pro actione pierde intensidad, pues el derecho al recurso no nace directamente de la Constitución sino de lo que hayan dispuesto las leyes procesales, correspondiendo al ámbito de
libertad del legislador, salvo en materia penal, el establecimiento y regulación de los recursos procedentes en cada caso (SSTC 37/1995, de 7 de febrero, FJ 5; 71/2002, de 8 de
abril, FJ 3), por lo que las decisiones judiciales de inadmisión no son, en principio, revisables en la vía de amparo. Esta regla general encuentra su excepción en aquellos supuestos en los que las resoluciones judiciales vulneren el derecho a la tutela judicial efectiva,
toda vez que, configurado legalmente el recurso, el art. 24.1 CE garantiza también su utilización (SSTC 63/1992, de 29 de abril, FJ 2; 63/2000, de 13 de marzo, FJ 2). Ahora bien,
en consonancia con la operatividad más restringida del principio pro actione en relación
con el derecho de acceso a los recursos, el canon de constitucionalidad al que son sometidas por parte de este Tribunal las resoluciones judiciales que declaran la inadmisibilidad
de un recurso, excluyendo el pronunciamiento sobre el fondo en la fase impugnativa del
proceso, es más limitado que el que deben superar las resoluciones judiciales que deniegan el acceso a la jurisdicción".
En este sentido, constituye doctrina de este Tribunal, recordada en la STC
71/2002, de 8 de abril (FJ 3), que la decisión sobre la admisión o no de un recurso y la
verificación de la concurrencia de los requisitos materiales y procesales a que está sujeto
constituye una cuestión de "legalidad ordinaria que corresponde exclusivamente a los
Jueces y Tribunales, en el ejercicio de la potestad jurisdiccional que les atribuye el art.
117.3 CE... sin que este Tribunal pueda intervenir salvo que, como hemos señalado en
muchas ocasiones, la interpretación o aplicación de la norma que se adopte sea arbitraria,
manifiestamente infundada o producto de un error patente" (en el mismo sentido se pronuncian entre otras las SSTC 94/2000, de 10 de abril, FJ 2; 116/2000, de 5 de mayo, FJ 3;
251/2000, de 30 de octubre, FJ 3; 258/2000, de 30 de octubre, FJ 2; 57/2001, de 26 de febrero, FJ 4; 218/2001, de 31 de octubre, FJ 3; 33/2002, de 11 de febrero, FJ 2; y
164/2002, de 17 de septiembre, FJ 3)”.
B) CLASES DE RECURSOS.
Los recursos se clasifican tradicionalmente atendiendo a tres criterios: el órgano que
los resuelve, la incidencia mediata o inmediata que tienen en la resolución recurrida y su
carácter ordinario o extraordinario en relación a los motivos por los que cabe recurrir.
1) Con base en el primero de dichos criterios, órgano que resuelve, se distingue entre recursos devolutivos y no devolutivos, siendo los primeros los que resuelve un órgano
distinto del que dictó la resolución recurrida, un órgano superior, y los segundos los que son
resueltos por el mismo órgano que dictó la resolución que se recurre.
A esta clasificación se refiere incidentalmente la exposición de motivos de la Ley
13/2009, de 3 de noviembre, de reforma de la legislación procesal para la implantación de la
nueva Oficina judicial cuando señala que “…se unifica la regulación de los recursos devolutivos…”.
Son recursos devolutivos el de queja, suplicación, casación, revisión frente a sentencias firmes, revisión frente a decretos del Secretario y los de amparo e inconstitucionalidad. Y no devolutivos el de reposición y el desaparecido de súplica.
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2) Atendiendo al segundo de los criterios citados, incidencia mediata o inmediata en
la resolución recurrida, los recursos pueden suspender la ejecución de la resolución recurrida
o no suspenderla.
No la suspenden los de reposición y revisión de decretos (artículos 184.3, párrafo
segundo y 186.1, párrafo segundo de la Ley de Procedimiento Laboral) y lo hacen a veces
los de suplicación y casación (no siempre porque en materia de seguridad social las sentencias de instancia estimatorias obligan al pago de la prestación durante la tramitación del recurso y los despidos nulos obligan a readmitir o abonar el salarios sin readmisión mientras se
tramita el recurso).
3) Y por su carácter ordinario o extraordinario, los recursos ordinarios son los que
no tienen motivos tasados y por tanto el órgano que los resuelve puede valorar en toda su
extensión la resolución recurrida (reposición y apelación civil) en tanto que los extraordinarios son los que sólo caben por motivos taxativamente fijados por la ley y el órgano que resuelve sólo puede entrar a examinar lo expresamente denunciado sobre la resolución recurrida y permitido por la ley (casación para unificación de doctrina o revisión de sentencias firmes, éste sólo frente a sentencias firmes y cuando aparecen documentos decisivos no tenidos
en cuenta al dictar la sentencia, cuando se dictase en base a testimonio de peritos o testigos
luego condenados por falso testimonio, documentos declarados falsos en proceso penal y
resoluciones obtenidas mediante cohecho, violencia o fraude – artículo 510 de la Ley de Enjuiciamiento Civil).
C) RECURSO DE SUPLICACIÓN: REGULACIÓN Y CARACTERÍSTICAS.
Viene regulado en los artículos 190 a 204, 229 a 235 y 245 (sobre necesidad de
consignación para recurrir el auto resolutorio del incidente de no readmisión) de la vigente
Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, Ley 36/2.011, de 10 de octubre.
Y es el recurso tipo y más frecuente en el orden social que constituye el segundo
grado jurisdiccional (no la segunda instancia porque no es un recurso ordinario como el de
reposición o el de suplicación) en todos los procesos seguidos ante los Juzgados de lo Social
y que admitan un segundo grado.
Se trata de un recurso devolutivo porque lo resuelven órganos superiores al que dictó la resolución recurrida: el Tribunal Superior de Justicia.
Es un recurso que normalmente mientras se tramita suspende los efectos de la resolución recurrida salvo en ciertos casos: eficacia de las sentencias dictadas en materia de Seguridad Social que obligan al abono de la prestación durante la tramitación del recurso.
Y es un recurso extraordinario porque sólo cabe por motivos tasados y frente a ciertas resoluciones y no por cualquier motivo y contra todas las resoluciones dictadas por los
Juzgados de lo Social.
D) ORGANO COMPETENTE PARA RESOLVERLO.
Lo regula el artículo 190.1 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, a cuyo
tenor “Las Salas de lo Social de los Tribunales Superiores de Justicia conocerán de los
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recursos de suplicación que se interpongan contra las resoluciones dictadas por los Juzgados de lo Social de su circunscripción, así como contra los autos y sentencias que puedan dictar los Jueces de lo Mercantil que se encuentren en su circunscripción y que afecten al derecho laboral”.
E) RESOLUCIONES RECURRIBLES.
Como norma general el número 2 del artículo 190 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social establece que “Procederá dicho recurso contra las resoluciones que se determinan en esta Ley y por los motivos que en ella se establecen”.
Pero luego la Ley distingue entre sentencias y autos.
E1) SENTENCIAS.
En los recursos frente a sentencias deben a su vez distinguirse 3 tipos de reglas: la
general, las negativas y las positivas.
====Regla General:
Viene recogida en el artículo 191.1 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social a
cuyo tenor “Son recurribles en suplicación las sentencias que dicten los Juzgados de lo
Social en los procesos que ante ellos se tramiten, cualquiera que sea la naturaleza del
asunto, salvo cuando la presente Ley disponga lo contrario”.
A pesar de este principio general, luego la Ley enumera un gran número de resoluciones no recurribles y recurribles atendiendo a la materia, cuantía, objeto del recurso, etc.
Por ello es preciso examinar las Reglas Negativas y Reglas Positivas que establece
el artículo 191 en sus números 2 y 3.
====Reglas Negativas:
Vienen recogidas en el número 2 del artículo 191 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social y son de dos tipos: por razón de la materia y por razón de la cuantía.
a) Por razón de la materia: El citado precepto enumera las siguientes materias en
las que las sentencias dictadas por los Juzgados de lo Social no tienen acceso al recurso de
suplicación:
1) Sanciones. Según lo establecido por el artículo 191.2.a) no procede el recurso de
suplicación en materia de “Impugnación de sanción por falta que no sea muy grave, así
como por falta muy grave no confirmada judicialmente”, lo que confirma el artículo 115.3.
2) Vacaciones. Según el apartado b) del citado artículo 191.2 tampoco cabe recurso
de suplicación frente a las sentencias dictadas por los Juzgados de lo Social en “Procesos
relativos a la fecha de disfrute de las vacaciones”, lo que reitera el artículo 126.
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Sobre esta materia el T.S. ha aclarado (Sentencia de fecha 17 de febrero de 1.997,
entre otras) que este proceso especial sólo se aplica cuando el objeto de litigio “sea la fijación concreta de las fechas del calendario a que el descanso vacacional se extiende. Si lo
que se ventila es sólo la concreción de la fecha de disfrute de las vacaciones, la fijación de
dicha fecha, es claro que el proceso a seguir es el especial de la Ley Procesal, de tramitación sumaria y preferente”. Por tanto, cualquier otro problema sobre las vacaciones que no
tenga por objeto fijar la fecha de su disfrute, es ajeno a este proceso especial y debe tramitarse por el proceso ordinario, con lo que sí podría tener acceso al recurso de suplicación, caso
de la denegación de las vacaciones.
Sin embargo, si se reclaman días sueltos, el T.S. considera que el acceso al recurso
depende del valor económico de tales días y de que superen la cuantía mínima para el acceso
al recurso (actualmente 3.000 euros a tenor de lo dispuesto por el artículo 191.2.g).
En tal sentido las sentencias del T.S. de fechas 9 de julio de 2.009 y 22 de junio de
2010 señalan que “…cuando se reclama el reconocimiento de un derecho y la condena a
estar y pasar por la declaración del mismo, el acceso a la suplicación (y, consiguientemente, a la unificación de doctrina) viene condicionado a que el valor económico de lo pedido
("efectos económicos que puede alcanzar el cumplimiento de la declaración", en la dicción de nuestra sentencia citada de 20-11-1998 ) supere la cuantía señalada, siendo indiferente a estos efectos tanto que el accionante deduzca demanda declarativa autónoma,
como que reclame sólo la cifra dineraria en que el derecho reclamado se traduce, como
que aúne formalmente ambas peticiones. En el presente caso la demanda pretende que se
reconozca al actor el derecho al disfrute a la ampliación del período de vacaciones en seis
días más sobre los veinticinco disfrutados, y es claro, a la vista de los hechos probados,
que no se ha acreditado que la retribución correspondiente al actor en este tiempo supere
la cantidad reseñada”.
3) Materia electoral, salvo en el caso del art. 136, según recoge el artículo 191.2.c)
de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social y reitera el artículo 132.1.b).
Sí son recurribles en suplicación (artículo 136.3) las sentencias que dicten los Juzgados de lo Social en relación con “Las resoluciones de la oficina pública dependiente de
la autoridad administrativa o laboral relativas a la expedición de certificaciones de la capacidad representativa de los sindicatos o de los resultados electorales” (artículo 136.1).
En esta materia cabría plantearse, como ya se hizo, la cuestión de que la materia
electoral se conecta con el derecho fundamental a la libertad sindical y las sentencias dictadas en esta última sí son recurribles en suplicación (artículo 191.3.f) al constituir la libertad
sindical un derecho fundamental (artículo 28 de la Constitución).
Al respecto, el T.S. en su sentencia de fecha 2 de diciembre de 2.009, recogiendo la
doctrina del T.C., ha señalado: “Igualmente el Tribunal constitucional en su auto nº
32/1997 de 10 de febrero, (recurso de amparo 2365/1995) ya declaró acerca de la posibilidad de recurrir en suplicación la sentencia del Juzgado de lo Social que no cabe recurso
contra dicha sentencia pues así se deducía del art. 133 b) de la LPL (hoy 132. de la vigente
Ley Reguladora de la Jurisdicción Social) sin que del hecho de que el art. 188-1 f) (actual
191.3.f) disponga que pudiera recurrirse las sentencias dictadas en materia de Tutela de la
Libertad Sindical y demás derechos fundamentales y libertades públicas, pueda ser sufi-
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ciente para extender dicha previsión a las sentencia recaídas en procesos electorales por el
mero hecho de denunciar las lesión de un derecho de tal naturaleza”.
4) Tampoco son recurribles en suplicación según el artículo 191.2.d) las sentencias
dictadas por los Juzgados de lo Social en “Procesos de clasificación profesional, salvo en el
caso previsto en el apartado 3 del art. 137”, lo que reitera este último precepto que establece
que “A la acción de reclamación de la categoría o grupo profesional será acumulable la
reclamación de las diferencias salariales correspondientes. Contra la sentencia que recaiga no se dará recurso alguno, salvo que las diferencias salariales reclamadas alcancen la
cuantía requerida para el recurso de suplicación”.
En este punto es preciso realizar dos puntualizaciones:
La primera que el T.S. ha declarado (Por todas, sentencias de fechas 18 de enero y
27 de marzo de 2.007 y 17 de marzo y 10 de octubre de 2.011) que “…en los pleitos de encuadramiento profesional hay que diferenciar dos supuestos distintos, a los que corresponden distintas vías procesales. Siguiendo tal diferenciación, la modalidad procesal de
clasificación profesional debe utilizarse exclusivamente cuando las reclamaciones de categoría profesional estén fundadas en el desempeño de actividades de categoría superior
en la que son determinantes los hechos y circunstancias del trabajo efectivamente desarrollado. En cambio, se han de encauzar por la vía del proceso ordinario las reclamaciones en las que la clave de la decisión jurisdiccional se encuentra en la interpretación de
preceptos, es decir, en consideraciones "de derecho" y no "de hecho”.
La segunda que con la anterior regulación vigente en que esta materia no era susceptible de recurso, el T.S. había señalado en sentencias de fechas 17 de noviembre de 1.994
y 27 de febrero de 1.999, entre otras, que cuando se presentaban ambas acciones acumuladas, reclamación de categoría profesional y diferencias retributivas basadas en el desempeño
de funciones de superior categoría, no cabía recurso aunque las diferencias reclamadas superasen la cuantía que normalmente permitía el acceso al recurso (en aquellas fechas
300.000 pesetas) ni tampoco aunque la cuestión afectase a gran número de trabajadores y por
tanto sólo permitía el acceso al recurso cuando sólo se reclamaban diferencias retributivas,
sin reclamación de categoría, y dichas diferencias superaban las 300.000 pesetas.
Con la actual regulación que permite el acceso al recurso cuando se acumulan ambas acciones y las diferencias retributivas superan los 3.000 euros cabe preguntarse: ¿El Tribunal Superior de Justicia debe limitar su examen y resolución a las diferencias retributivas o
puede también entrar resolver sobre la categoría profesional?
5) El apartado e) del artículo 191.2 incluye varios procedimientos cuyas sentencias
resolutorias no tienen acceso al recurso de suplicación, supuestos básicamente reiterados por
el artículo 138.6. Son:
--- “Procesos de movilidad geográfica distintos de los previstos en el apartado 2
del art. 40 del Estatuto de Trabajadores” (traslados colectivos). Se excluyen por tanto los
traslados no colectivos y los desplazamientos, sean éstos individuales o colectivos.
--- “Modificaciones sustanciales de condiciones de trabajo, salvo cuando tengan
carácter colectivo de conformidad con el apartado 2 del art. 41 del referido Estatuto”. Por
tanto, se excluyen del acceso al recurso las individuales y plurales que no tengan la conside6
ración de colectivas por no alcanzar los umbrales previstos por el citado artículo 41.2 y salvo
que la acción ejercitada sea de conflicto colectivo, en cuyo caso la sentencia de instancia sí
tiene acceso al recurso de suplicación.
En este punto es importante recordar la doctrina del T.S. (Por todas, sentencias de
fechas 18 de septiembre de 2.000, 15 de marzo y 10 de octubre de 2.005, 9 de diciembre de
2.010 y 7 de octubre de 2.011) según la cuál “…la decisión patronal podrá considerarse
como modificación sustancial de condiciones de trabajo a efectos procesales y sustantivos,
sólo en la medida en que pueda ser reconocible o identificada como tal, por haberse adoptado cumpliendo las exigencias de forma del art. 41 ET. Entonces sí será obligada su impugnación por la modalidad procesal del art. 138 LPL y estará la acción sujeta al plazo de
caducidad correspondiente. En caso contrario la acción habrá de seguir el cauce del procedimiento ordinario, o el de conflicto colectivo si se ejercita acción de esta naturaleza y ni
en un uno ni en otro la acción estará sometida a plazo de caducidad ni a recurso”.
--- “Los de cambio de puesto o movilidad funcional, salvo cuando fuera posible
acumular a estos otra acción susceptible de recurso de suplicación”, supuesto no incluido
en el artículo 138.6 y que es novedoso en la actual Ley Reguladora de la Jurisdicción Social
ya que antes sí tenían acceso al recurso y ahora sólo cuando pueda acumularse otra acción
que sí tenga acceso al recurso (tutela de derechos fundamentales, indemnización de daños y
perjuicios en cuantía superior a los 3.000 euros, etc.).
--- Y “las suspensiones y reducciones de jornada previstas en el art. 47 del Estatuto de los Trabajadores que afecten a un número de trabajadores inferior a los umbrales
previstos en el apartado 1 del art. 51 del Estatuto de los Trabajadores” (precepto éste que
regula el despido colectivo).
6) El apartado f) del artículo 191.2 incluye los “Procedimientos relativos a los derechos de conciliación de la vida personal, familiar y laboral previstos en el art. 139, salvo
cuando se haya acumulado pretensión de resarcimiento de daños y perjuicios que por su
cuantía pudiera dar lugar a recurso de suplicación”. Son básicamente los permisos por
lactancia y reducciones de jornada por cuidado de menores o personas con discapacidad física, psíquica o sensorial.
Efectivamente, el artículo 139.1.a), párrafo segundo, prevé que en las demandas en
materia de conciliación de la vida personal, familiar y laboral “…a la medida de conciliación podrá acumularse la acción de daños y perjuicios causados al trabajador, exclusivamente por los derivados de la negativa del derecho o de la demora en la efectividad de la
medida, de los que el empresario podrá exonerarse si hubiere dado cumplimiento, al menos provisional, a la medida propuesta por el trabajador”. Y la sentencia tendrá recurso si
la indemnización reclamada supera los 3.000 euros.
7) El apartado g) del repetidamente citado artículo 191.2 incluye dos supuestos. Establece dicho apartado que carecerán de recurso de suplicación las sentencias dictadas en
“Reclamaciones cuya cuantía litigiosa no exceda de 3.000 euros. Tampoco procederá recurso en procesos de impugnación de alta médica cualquiera que sea la cuantía de las
prestaciones de incapacidad temporal que viniere percibiendo el trabajador”.
Empezaremos por el segundo inciso ya que la importancia del primero debe llevar a
su examen independiente y destacado.
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--- El segundo supuesto es novedoso en la vigente Ley Reguladora de la Jurisdicción Social y responde a la nueva regulación del procedimiento de impugnación de altas médicas, desgajado de la regulación general de los procedimientos en materia de Seguridad
Social y regulado de forma autónoma en el artículo 140.3, cuyo apartado c) ya dispone que
la sentencia que se dicte no tendrá recurso.
================= RECLAMACIONES CUYA CUANTÍA LITIGIOSA NO
EXCEDA DE 3.000 EUROS.
La novedad de la vigente Ley fue el importante incremento de la cuantía que pasó
de los 1.803 euros a los 3.000 euros.
Y novedosas son también algunas de las reglas de determinación de la cuantía que
recoge el artículo 192, varias de ellas haciéndose eco de la doctrina del T.S. al respecto.
Dichas reglas son:
1ª) “Si fuesen varios los demandantes o algún demandado reconviniese, la cuantía litigiosa a efectos de la procedencia o no del recurso, la determinará la reclamación
cuantitativa mayor sin intereses ni recargos por mora”. Es decir, se computa solamente el
principal reclamado.
2ª) “Si el actor formulase varias pretensiones y reclamare cantidad por cada una
de ellas, se sumarán todas para establecer la cuantía”.
3ª) “Cuando en un mismo proceso se ejerciten una o más acciones acumuladas
de las que solamente alguna sea recurrible en suplicación, procederá igualmente dicho
recurso, salvo expresa disposición en contrario”.
Este supuesto es novedoso en la vigente Ley Reguladora de la Jurisdicción Social y
nos lleva a reiterar aquí la pregunta que ya nos hicimos al examinar el recurso en materia de
clasificación profesional cuando se acumula una demanda solicitando diferencias retributivas
basadas en la realización de funciones de superior categoría y tales diferencias superan los
3.000 euros: ¿El Tribunal Superior de Justicia debe limitar su examen y resolución a la acción que tenía recurso por sí misma o debe examinar y resolver sobre todas?
4ª) La cuarta regla, contenida en el número 3 del artículo 192, consiste en que
“Cuando la reclamación verse sobre prestaciones económicas periódicas de cualquier naturaleza o diferencias sobre ellas, la cuantía litigiosa a efectos de recurso vendrá determinada por el importe de la prestación básica o de las diferencias reclamadas, ambas en
cómputo anual, sin tener en cuenta las actualizaciones o mejoras que pudieran serle aplicables, ni los intereses o recargos por mora”.
Esta misma regla se aplica a las prestaciones de Seguridad Social según el número 4
de dicho precepto que establece al respecto que “En materia de prestaciones de Seguridad
Social igualmente valorables económicamente, se estará a la regla del apartado 3 de este
mismo artículo, computándose exclusivamente a estos fines las diferencias reclamadas
sobre el importe reconocido previamente en vía administrativa”. Obviamente se refiere a la
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reclamación de cuantías, no al reconocimiento de las prestaciones porque éstas siempre tienen recurso (artículo 191.3.c) salvo, como vimos, las impugnaciones de alta médica.
Esta regla no hace sino recoger la doctrina del T.S. sobre la materia. Y en tal sentido las sentencias de dicho Tribunal de fechas 30 de diciembre de 2.008 y 15 de septiembre
de 2.011, siguiendo ésta última, contienen varios principios orientadores:
“a) Cuando se reclaman prestaciones periódicas (Diferencias), no se aplica supletoriamente la Ley de Enjuiciamiento Civil, puesto que el plazo decenal del art. 251.7º de
dicha Ley (“Que establece que “En los juicios sobre el derecho a exigir prestaciones periódicas, sean temporales o vitalicias, se calculará el valor por el importe de una anualidad multiplicado por diez, salvo que el plazo de la prestación fuera inferior a un año, en que se estará
al importe total de la misma”) resulta claramente inadecuado para el proceso social, acudiéndose a la técnica de la "anualización", es decir, fijándose la cuantía en atención al
importe de la suma reclamada correspondiente a un año (así, se señaló por el Tribunal
Supremo desde la sentencia de 20 de diciembre de 1993 (rcud. 422/93, reiterada en otras
como la de 25 de junio de 2002 (rcud. 3218/01).
b) Sin embargo, cuando además se reclaman atrasos, para fijar la cuantía del recurso no basta con atender a la anualización del importe de la prestación periódica reclamada, sino también al importe total de la cantidad reclamada en concepto de atrasos, que
si excede de 1.800 euros (hoy 3.000) determinará la procedencia del recurso, verificando
en su caso la acumulación de las distintas pretensiones.
c) Aunque la demanda debe contener la súplica correspondiente, en los términos
adecuados al contenido de la pretensión ejercitada (art. 90.1 d ) LPL ), y en caso de demandas acumuladas las súplicas correspondientes a todas ellas, la cuantía litigiosa que
hay que tener en cuenta a estos efectos es la formulada en el trámite de conclusiones "determinando (...) de manera líquida (...) las cantidades que por cualquier concepto sean
objeto de petición de condena" (art. 87.4 LPL ) (así se ha pronunciado por esta Sala en
sentencia de 10 de julio de 2007, rcud 2523/06 , con cita de la ya mencionada de 25 de
junio de 2002, rcud 3218/01 y de 15 de junio de 2004, rcud. 3049/03 ), pues es en ese trámite cuando de manera definitiva se materializa la acción, concretando de manera irrevocable la cuantía litigiosa a los efectos de determinar la procedencia del recurso de suplicación”.
Y un ultimo criterio lo fija el T.S. en su sentencia de fecha 6 de abril de 2.009 sobre
indemnizaciones por lesiones permanentes no invalidantes (indemnizaciones por baremo)
señalando que “Las referidas "indemnizaciones por baremo" derivadas de "lesiones permanentes no invalidantes" tienen, como se deduce de numerosos preceptos de la LGSS
(entre otros, los arts. 38.1.c, 86.2, 114, 150 a 152), el carácter de prestaciones económicas
de la Seguridad Social de naturaleza contributiva.
4.- En consecuencia, el litigio en el que se debate sobre el reconocimiento o denegación de indemnizaciones derivadas de " lesiones permanentes no invalidantes " con
fundamento separado en diversos apartados del baremo no cabe configurarlo como constituido por una pretensión dirigida a solicitar el reconocimiento o denegación de una única prestación de la Seguridad Social en la que fuera dable aplicar, sobre la suma de las
distintas indemnizaciones pretendidas, las reglas generales sobre cuantía litigiosa a los
efectos del acceso al recurso de suplicación. Por el contrario, podrá accederse a este re-
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curso aunque se tenga reconocida una indemnización por un concreto apartado del baremo, si lo que se pide es otra indemnización con fundamento en apartado distinto del baremo al de la ya reconocida, por constituir, en definitiva, un proceso que versa " sobre el
reconocimiento o denegación del derecho a obtener prestaciones de la Seguridad Social ",
con independencia de la cuantía indemnizatoria que corresponda por aplicación del concreto apartado del baremo pretendido o denegado; pues la prestación económica de Seguridad Social está cuestionada y la controversia no se limita exclusivamente a la cuantía
económica, por lo que es aplicable el mandato del art. 189.1.c) LPL , precepto que declara
recurribles en suplicación las sentencias de instancia recaídas " en los procesos que versen sobre reconocimiento o denegación del derecho a obtener prestaciones de la Seguridad Social, incluidas las de desempleo, así como sobre el grado de invalidez aplicable”Pero en la misma sentencia el T.S. deja claro que “Cuestión distinta fue la analizada por esta Sala en su STS/IV 22-noviembre-1994 (recurso 1950/1993), pues la pretensión
se centraba en un apartado único del baremo (punto VI, nº 110), referido a las " cicatrices
no incluidas en los epígrafes anteriores ", en las que según las características de las mismas y, en su caso, las perturbaciones funcionales que produzcan, la cuantía de la indemnización a tanto alzado puede oscilar entre una cifra mínima y una máxima, interpretándose en aquel caso que la diferencia entre lo reconocido y lo pretendido no excedía de
cuantía litigiosa necesaria para acceder al recurso de suplicación.
Asimismo, el supuesto ahora planteado es diferente al resuelto en la STS/IV 19julio-1994 (recurso 2508/1993), pues afectaba a diferencias de cuantía de una concreta
indemnización por baremo ya reconocida, ya que "En el escrito de demanda la Mutua
solicitó que la indemnización por baremo reconocida al trabajador por importe de 45.000
pts. se fije de acuerdo con las normas vigentes con anterioridad a la Orden de 16-enero1991, que preveían una indemnización por importe variable según las características de la
lesión 7.500 a 30.000 ptas. (Baremo, aprobado por la OM de 5-abril-1974)”.
5ª) La quinta regla viene igualmente recogida en el número 3 del artículo 192 y
consiste en que “La misma regla (antes mencionada) se aplicará a las reclamaciones de
reconocimiento de derechos, siempre que tengan traducción económica”. Es decir, si no
hay una reclamación de una suma concreta, el derecho se cuantifica por su valor en cómputo
anual.
6ª) La sexta regla la recoge el número 4 del citado artículo 192 que dispone que
“En impugnación de actos administrativos en materia laboral y de Seguridad Social se
atenderá, a efectos de recurso, al contenido económico de la pretensión o del acto objeto
del proceso cuando sea susceptible de tal valoración y, en su caso, en cómputo anual.
Cuando se pretenda el reconocimiento de un derecho o situación jurídica individualizada,
la cuantía vendrá determinada por el valor económico de lo reclamado o, en su caso, por
la diferencia respecto de lo previamente reconocido en vía administrativa. Cuando se pretenda la anulación de un acto, incluidos los de carácter sancionador, se atenderá al contenido económico del mismo. En ambos casos no se tendrán en cuenta los intereses o recargos por mora”.
En este punto conviene recordar algunos criterios jurisprudenciales:
a) Demandas declarativas: Señala el T.S. en su sentencia de fecha 15 de julio de
2.009 que “La alegación de la recurrente de que estamos ante una acción declarativa, la
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encaminada al reconocimiento de una mayor antigüedad, que se complementa con la reclamación de las diferencias salariales derivadas del éxito de la pretensión formulada en
primer lugar no es acogible. No puede estimarse que el ejercicio de una acción declarativa, como la del reconocimiento de mayor antigüedad, suponga siempre que se conceda
recurso de suplicación contra la sentencia de la instancia. Es cierto que la norma no contempla las pretensiones meramente declarativas, ni aquellas en las que se pide una condena no dineraria. Pero para suplir esa laguna la Sala ha precisado que cuando se trata de
acciones declarativas o de acciones de condena que no tienen un contenido dinerario directo, para determinar la procedencia o no del recurso hay que estimar el valor económico
del litigio a efectos de la aplicación del límite cuantitativo del artículo 189 de la Ley de
Procedimiento Laboral. En este sentido se pronunciaron ya en casación ordinaria las sentencias de 4 de marzo de 1986 y 26 de octubre de 1990. Más recientemente la sentencia de
26 de febrero de 2001 , con cita de la sentencia de 20 de noviembre de 1998 , señala que
cuando se ejerciten acciones sin contenido dinerario directo e inmediato para fijar su valor cuantitativo ha de estarse a "los efectos económicos normales del agente generador, o
dicho de otra manera, a los efectos económicos que puede alcanzar el cumplimiento de la
declaración", recurriendo cuando fuera precisa a la técnica de la "anualización" de ese
importe que es también la que continúa rigiendo en materia de Seguridad Social (sentencias de 30 de enero de 2002 y 15 de junio de 2004 , entre otras). La aplicación de esta doctrina obliga a concluir que la cuantía de la litis es inferior al límite establecido para el
acceso al recurso de suplicación, porque la diferencia salarial anual que se deriva del reconocimiento de una mayor antigüedad es inferior al tope cuya superación, conforme al
artículo 189 de la L.P.L., viabiliza el recurso de suplicación”.
b) Reconocimiento de derecho: “El argumento que alega la parte recurrente de
que reclamándose una cantidad lo que se está reclamando previamente es el reconocimiento del derecho sobre el que se reclama una concreta cuantía, no sirve por cuanto
aceptarlo supondría admitir todos los recursos en contra de lo que el legislador quiso,
pues todas las reclamaciones por pequeñas que fueran tendrían en este caso recurso al
depender todas ellas del previo reconocimiento del derecho a percibir el concepto por el
que se reclama. Por ello esta Sala ha desestimado este argumento cuando se alegó cual
puede apreciarse también en reiteradas sentencias como la de 17 de mayo de 2005 (rec.6231/2003), 7 junio de 2006 (rec.- 2611/2004), o 30 de enero de 2007 (rec.- 4028/05 ) por
citar sólo algunas en el mismo sentido”. (Sentencia de fecha 25 de mayo de 2.010).
Y en la misma línea las de fechas 9 de julio de 2.009 y 22 de junio de 2010, ya citadas, indican que “Como señalan nuestras sentencias del Pleno de la Sala de 30 y 31 de
enero de 2002 (rec.- 752/2001 y rec.- 31/2001), manteniendo doctrina jurisprudencial anterior (SSTS 26-2-2001, rec.- 2350/2000, 20-11-1998, rec.- 774/1998; y las que se citan en
ellas), cuando se reclama el reconocimiento de un derecho y la condena a estar y pasar
por la declaración del mismo, el acceso a la suplicación (y, consiguientemente, a la unificación de doctrina) viene condicionado a que el valor económico de lo pedido ("efectos
económicos que puede alcanzar el cumplimiento de la declaración", en la dicción de
nuestra sentencia citada de 20-11-1998) supere la cuantía señalada, siendo indiferente a
estos efectos tanto que el accionante deduzca demanda declarativa autónoma, como que
reclame sólo la cifra dineraria en que el derecho reclamado se traduce, como que aúne
formalmente ambas peticiones. En el presente caso la demanda pretende que se reconozca
al actor el derecho al disfrute a la ampliación del período de vacaciones en seis días más
sobre los veinticinco disfrutados, y es claro, a la vista de los hechos probados, que no se ha
acreditado que la retribución correspondiente al actor en este tiempo supere la cantidad
reseñada”.
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====Reglas Positivas:
Vienen recogidas en el número 3 del artículo 191 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social que recoge varios supuestos por afectación general, materia, y objeto y el número 4.b) por la jurisdicción:
a) Por afectación general:
Dispone el artículo 191.3.b) que “Procederá en todo caso la suplicación: b) En reclamaciones, acumuladas o no, cuando la cuestión debatida afecte a todos o a un gran
número de trabajadores o de beneficiarios de la Seguridad Social, siempre que tal circunstancia de afectación general fuera notoria o haya sido alegada y probada en juicio o posea
claramente un contenido de generalidad no puesto en duda por ninguna de las partes”.
Sobre esta norma el T.S. ha dictado numerosas resoluciones. En la sentencia de fecha 17 de octubre de 2.011 señala que “En relación con esta cuestión esta Sala, -- como
recuerdan, entre otras, la STS/IV 24-noviembre-2010 (rcud 108/2010) --, partiendo de la
base de que este concepto de la afectación general está dentro de lo que se conoce como
conceptos jurídicos indeterminados, ya unificó los criterios a tener en cuenta para determinar cuándo concurre tal circunstancia en doctrina que en origen fue establecida por
dos sentencias de 3-octubre-2003 (rcud 1011/03 y 1422/03) dictadas por todos los Magistrados que la integran, y ha sido reiterada luego por otras muchas (sentencias de 25enero-2006 -rcud 3892/2004, 5-diciembre-2007-rcud 3180/2006 , 30-junio-2008 –rcud
4048/2006 y 7-octubre-2008 -rcud 2044/2007, entre otras) con un resumen recogido en
la STS/IV 14-mayo-2009 (rcud 2048/2008) y que, en concreto, dice lo siguiente:
"La afectación general ha de entenderse como una situación de conflicto generalizado en la que se ponen en discusión los derechos de los trabajadores frente a su empresa (siempre que ésta tenga una plantilla suficientemente extensa y tales derechos alcancen
a todos o a un gran número de sus trabajadores) o los derechos de los beneficiarios de la
Seguridad Social frente a ésta. Y en consecuencia:
I. No es necesaria la previa alegación de parte ni la prueba de la afectación general en el supuesto de que la misma sea notoria; no siendo preciso que la notoriedad sea
absoluta y general, como establece el art. 282.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, sino
que, a efectos del art. 189.1.b. LPL basta con que la misma sea apreciada, razonadamente,
por el Juzgado o Tribunal encargado del enjuiciamiento.
II. Tampoco es necesaria su alegación y prueba cuando el asunto posea claramente un contenido de generalidad no puesto en duda por ninguna de las partes, apreciación que corresponde efectuar, razonadamente, al Juez de lo Social en principio, y también, al tratarse de materia de competencia funcional, a las Salas de lo Social de los Tribunales Superiores de Justicia, en vía de suplicación, y a esta Sala IV del Tribunal Supremo, en unificación de doctrina.
III.- En los restantes supuestos si es necesaria la alegación y prueba de la afectación múltiple o general”.
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También ha precisado que “no es necesaria una cifra elevada de procesos judiciales para apreciar la afectación de "un gran número de trabajadores” (Sentencia de fecha
11 de octubre de 2.011).
b) Por razón de la materia: El citado precepto enumera las siguientes materias en
las que las sentencias dictadas por los Juzgados de lo Social tienen siempre acceso al recurso
de suplicación:
1) “En procesos por despido o extinción del contrato, salvo en los proceso por
despido colectivo impugnados por los representantes de los trabajadores”.
Se excluyen los despidos colectivos impugnados por los representantes de los trabajadores porque de su impugnación conocen los Tribunales Superiores de Justicia de conformidad con lo dispuesto por el artículo 7.a), párrafo segundo de la vigente Ley Reguladora de
la Jurisdicción Social.
2) “En los procesos que versen sobre reconocimiento o denegación del derecho a
obtener prestaciones de Seguridad Social, así como sobre el grado de incapacidad permanente aplicable”.
Si se reclaman cuantías o diferencias en una prestación reconocida o que se revoca,
no su reconocimiento o denegación, deberá atenderse al criterio de la cuantía reclamada o
diferencias en cómputo anual, que en ambos casos deberán superar los 3.000 euros.
Es bueno que se mencione expresamente los grados de invalidez porque puede suceder que la diferencia de pensión de un grado a otro no alcance los 3.000 euros en cómputo
anual y con ello, de no ser por esta mención y siguiendo la regla general sobre diferencias en
las prestaciones periódicas de la Seguridad Social, no tendría recurso.
3) “Contra las sentencias dictadas en materias de conflictos colectivos, impugnación de convenios colectivos, impugnación de los estatutos de los sindicatos, procedimientos de oficio y tutela de derechos fundamentales y libertades públicas”.
4) “Contra las sentencias dictadas en procesos de impugnación de actos administrativos en materia laboral no comprendidos en los apartados anteriores, cuando no sean
susceptibles de valoración económica o cuando la cuantía litigiosa exceda de dieciocho
mil euros”.
c) Por el objeto o finalidad del recurso:
El citado precepto incluye dos supuestos:
1) “Cuando el recurso tenga por objeto subsanar una falta esencial del procedimiento o la omisión del intento de conciliación o de mediación obligatoria previa, siempre
que se haya formulado la protesta en tiempo y forma y hayan producido indefensión. Si el
fondo del asunto no estuviera comprendido dentro de los límites de la suplicación, la sentencia resolverá sólo sobre el defecto procesal invocado”.
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Se trata de denunciar defectos cometidos en la tramitación del procedimiento y se
exige la concurrencia de 3 requisitos: que se haya producido el defecto, que éste se haya denunciado en tiempo y forma y que haya producido a la parte que lo denuncia efectiva indefensión.
Y el órgano superior no entra a valorar el fondo de la cuestión si éste no era recurrible sino tan sólo el defecto de forma.
2) “Contra las sentencias que decidan sobre la falta de jurisdicción por razón de
la materia o de competencia territorial o funcional. Si el fondo del asunto no estuviera
comprendido dentro de los límites de la suplicación la sentencia, resolverá sólo sobre la
jurisdicción o competencia”.
Supuesto similar al anterior en el que se pretende que el órgano superior decida sobre la competencia, no pudiendo entrar en el examen del fondo del asunto.
Si decide sobre la competencia material cabe que considere que ésta es de la jurisdicción social en cuyo caso, de no haber resuelto el órgano de instancia sobre el fondo del
asunto, debe remitir de nuevo el procedimiento al mismo para que resuelva sobre el fondo.
De haber entrado el órgano de instancia en el fondo del asunto y considerar el superior que la
competencia no es de la jurisdicción social, simplemente debe anular la resolución de instancia sin resolver sobre el fondo.
En el caso de competencia territorial y funcional se limitará a determinar el órgano
competente para resolver, anulando la resolución del órgano de instancia en caso de no considerar competente al mismo.
d) Por la jurisdicción:
El artículo 191.4.b) admite recurso de suplicación frente a las “sentencias que se
dicten por los Juzgados de lo Mercantil en el proceso concursal en cuestiones de carácter
laboral”.
E2) AUTOS.
Hay 4 supuestos. Son recurribles en suplicación:
1) “Los autos que resuelvan el recurso de reposición interpuesto contra la resolución en que el órgano jurisdiccional, antes del acto del juicio, declare la falta de jurisdicción o de competencia por razón de la materia, de la función o del territorio”.
El artículo 5.1 dispone que “Si los órganos jurisdiccionales apreciaren la falta de
jurisdicción o de competencia internacional, o se estimaren incompetentes para conocer
de la demanda por razón de la materia, del territorio o de la función, dictarán auto declarándolo así y previniendo al demandante ante quién y cómo puede hacer uso de su derecho”. Este auto es susceptible de recurso de reposición por aplicación del artículo 186.2 y
frente al que resuelve el recurso de reposición es frente al que se concede recurso de suplicación.
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2) “Los autos que se dicten por los Juzgados de lo Mercantil en el proceso concursal en cuestiones de carácter laboral”.
3) “Los autos que resuelvan el recurso de reposición, o en su caso de revisión, interpuesto contra la resolución que disponga la terminación anticipada del proceso en los
siguientes supuestos:
1º Satisfacción extraprocesal o pérdida sobrevenida de objeto.
2º Falta de subsanación de los defectos advertidos en la demanda no imputable a
la parte o a su representación procesal o incomparecencia injustificada a los actos de conciliación y juicio, siempre que, por caducidad de la acción o de la instancia o por otra causa legal, no fuera jurídicamente posible su reproducción ulterior”.
Se trata de los autos resolutorios de los recursos de reposición y revisión interpuestos frente a las resoluciones que acordaron poner fin al procedimiento por desistimiento,
conciliación, no subsanación de defectos para cuya subsanación fue requerida la parte, exigiéndose en el caso de desistimientos que no sea posible reproducir la acción por estar caducada o cualquier otra causa. Sólo si no es posible reproducir la acción se concede suplicación
frente al auto que resuelve el recurso interpuesto frente a la resolución que acordó el archivo
por desistimiento.
4) “Los autos que decidan el recurso de reposición interpuesto contra los que dicten los Juzgados de lo Social y los autos que decidan el recurso de revisión interpuesto
contra los decretos del secretario judicial, dictados unos y otros en ejecución definitiva de
sentencia u otros títulos, siempre que la sentencia hubiere sido recurrible en suplicación o
que, de tratarse de ejecución derivada de otro título, haya recaído en asunto en el que, de
haber dado lugar a sentencia, la misma hubiere sido recurrible en suplicación, en los siguientes supuestos:
1º Cuando denieguen el despacho de ejecución.
2º Cuando resuelvan puntos sustanciales no controvertidos en el pleito, no decididos en la sentencia o que contradigan lo ejecutoriado.
Sobre este supuesto el T.S. en sentencia de fecha 5 de marzo de 2008 ha señalado
que “La Sala llega a la conclusión de que para que quepa recurso de suplicación han de
darse tres condiciones: 1) que la cuestión que se resuelva en el auto sea una cuestión sustancial no decidida en la sentencia; 2), que contra la sentencia ejecutoria quepa recurso
de suplicación; y 3) que el recurso de suplicación se interponga contra el auto que resuelva el recurso de reposición que cabe contra el auto en ejecución de sentencia y no directamente contra este”.
3º Cuando pongan fin al procedimiento incidental en la ejecución decidiendo
cuestiones sustanciales no resueltas o no contenidas en el título ejecutivo.
4º En los mismos casos, procederá también recurso de suplicación en ejecución
provisional si se hubieran excedido materialmente los límites de la misma o se hubiera
declarado la falta de jurisdicción o competencia del orden social”.
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Finalmente indicar que el T.S. en sus sentencias de fechas 28 de febrero y 3 de junio
de 2.008 respecto de los honorarios en fase de ejecución ha señalado que “no procede recurso de suplicación, ni por ende de casación contra los autos de los Juzgados en relación
con la inclusión de los indicados honorarios de los letrados en ejecución de sentencia firme. Y ello por tratarse de un tema ajeno a la fase de conocimiento y decisión del pleito, no
estando comprendido en ninguno de los supuestos del art. 189.2 LPL, por lo que no puede
entrar en contradicción con lo ejecutoriado, ni resolverse puntos sustanciales no controvertidos en el pleito ni decididos en la sentencia. En definitiva, se declara de oficio la incompetencia funcional y la nulidad de lo actuado a partir del auto del juzgado de lo Social”.
F) OBJETO DEL RECURSO.
Según el artículo 193 del Ley Reguladora de la Jurisdicción Social “El recurso de
suplicación tendrá por objeto:
a) Reponer los autos al estado en el que se encontraban en el momento de cometerse una infracción de normas o garantías del procedimiento que haya producido indefensión.
b) Revisar los hechos declarados probados, a la vista de las pruebas documentales
y periciales practicadas.
c) Examinar las infracciones de normas sustantivas o de la jurisprudencia”.
El recurso de suplicación, como recurso no ordinario, no tiene por objeto, como sí
lo tiene la apelación civil, conocer del asunto en toda la extensión en que lo hizo el órgano
de instancia sino tan sólo examinar la denuncia efectuada por el recurrente, denuncia que
sólo puede ser una de las expuestas: quebrantamiento del procedimiento, revisar hechos probados y examinar la infracción de normas sustantivas, no procesales, o jurisprudencia. No
cabe que el órgano superior se exceda de estos límites.
Básico es decir que al formalizar el recurso debe citarse el apartado del anterior precepto que se considera que lo ampara: a) si es vulneración de una norma procesal, b) si se
pretende revisar los hechos declarados probados y c) si estima el recurrente vulneradas normas sustantivas o jurisprudencia.
1) El primero se refiere a lo que la doctrina conoce como quebrantamiento de forma
y requiere la concurrencia a su vez de varios requisitos:
a) Que efectivamente se haya infringido una norma procesal, no sustantiva.
b) Que el recurrente cite la norma infringida. Puede ser la Constitución (sobre todo
el artículo 24.1 de la tutela judicial efectiva) o principios procesales como el litisconsorcio,
falta de legitimación, etc. En suma, todo lo que afecte a la tramitación del procedimiento.
c) Que la vulneración procesal sea invocada por la parte que no la provocó. Sólo
puede alegar el defecto quien lo sufrió y no lo ocasionó.
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d) Que el defecto haya provocado indefensión a la parte que lo denuncia.
e) Que, de ser posible, se haya formulado protesta en tiempo y forma (los cometidos
en el acto de juicio oral, si es posterior no se precisa protesta porque no hay tiempo hábil
para efectuarla). Sobre esta última exigencia cabe, no obstante, distinguir 2 supuestos: infracciones apreciables de oficio (falta de competencia, litisconsorcio) en que no es precisa la
protesta porque el órgano superior las examinará igualmente e infracciones que deben ser
denunciadas para que el órgano superior pueda examinarlas (prescripción).
Importante es señalar que sobre la competencia el Tribunal Superior puede examinarla de oficio y para ello puede hacerlo teniendo en cuenta todo el material probatorio existente en las actuaciones sin atender a la relación de hechos declarados probados por la sentencia de instancia.
2) El segundo se refiere a la revisión de hechos declarados probados. Y sobre el
mismo debe puntualizarse:
a) Tanto cabe denunciar que el órgano de instancia declaró probado algo que no debió serlo como que no declaró algo que la parte considera que sí debió serlo. Como señala la
doctrina la revisión puede pretender la supresión, rectificación o adición de hechos (Sentencia del T.S. de fecha 2 de julio de 1.992).
b) También como indican los tribunales, el error de hecho justificativo de la revisión fáctica de la sentencia debe ponerse de relieve de forma manifiesta, evidente y clara sin
necesidad de cualquier otra argumentación o conjetura ni acudir a complejos razonamientos.
c) Los errores deben tener trascendencia en el fallo sino carece de objeto su revisión.
d) Los errores deben resultar necesariamente de documento o pericia que en forma
directa y evidente pongan de manifiesto la equivocación que se atribuye al Juzgador (Sentencia del T.S. de fecha 15 de julio de 1.995). No cabe la revisión con base en las pruebas de
interrogatorio ni testifical, algo que cabría replantearse desde el momento en que el acto de
juicio queda grabado ya que el órgano superior tiene un conocimiento de dichas pruebas muy
similar al que tuvo el órgano inferior.
e) El recurrente debe ofrecer el texto alternativo de cómo debería quedar a su juicio
el hecho declarado probado que pretende revisar (sólo si pretende modificarlo o adicionarlo,
si quiere suprimirlo basta con indicar el hecho y que desea eliminarlo), indicando, además, el
documento o informe pericial -o la parte de los mismos que pongan de manifiesto el error del
Juzgador (identificando el documento o informe pericial si hay varios- normalmente por fecha y folio de las actuaciones-). No cabe introducir conclusiones o valoraciones de carácter
jurídico ni simples apreciaciones.
f) La declaración de hechos probados no tiene que incluir normas jurídicas aunque
muchas veces se hace: reproducir preceptos de un convenio cuando se impugnan, etc.
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3) El tercero objeto del recurso tiene como finalidad denunciar la norma sustantiva
o jurisprudencia que por indebida aplicación o no aplicación o interpretación errónea tuvo
como fundamento el juzgador de instancia para resolver la litis.
a) Respecto a las normas sustantivas indicar que a veces se trata de normas procesales pero que han servido para resolver la litis porque fueron determinantes del fallo: cosa
juzgada, contradicción en el fallo, incongruencia entre lo pedido y lo resuelto y error de derecho al valorar la prueba son normas procesales cuya vulneración debe hacerse valer por
este cauce de infracción de normas sustantivas.
Y debe citarse el concreto precepto que se estima infringido, por no aplicación o
aplicación indebida o interpretación errónea. No basta citar la norma en general, es preciso
citar el precepto concreto y, de tener números y apartados, también éstos.
Y la vulneración debe determinar el cambio del fallo de la sentencia: no se recurre
contra argumentos sino contra decisiones. Si los razonamientos del juez son incorrectos pero
la decisión es correcta, la resolución recurrida se confirmará. Así, la sentencia de la Sala Civil del T.S. de fecha 29 de julio de 2.010 señala que “El objeto del recurso es el fallo y no lo
manifestado en la fundamentación jurídica”.
Señala la jurisprudencia sobre este tercer objeto del recurso: cuando la pretensión se
refiere a la censura jurídica sustantiva, debe señalarse si la infracción es de norma jurídica
sustantiva, siendo precisa la cita concreta del artículo e incluso del párrafo, sin que basten
remisiones genéricas a textos legales; si se alega infracción de la jurisprudencia, deben citarse al menos dos sentencias del Tribunal Supremo- o -una sola si ha sido dictada en el antiguo
recurso en interés de la Ley o en el actual de casación para la unificación de la doctrina- o
una sentencia del Tribunal Constitucional; si se alega incongruencia debe citarse el artículo
218 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; si la alegación es de cosa juzgada, el artículo 222 de
dicha Ley, la sentencia anterior firme que la produjo y poner de manifiesto que ya se planteó
en la instancia; y si se alega error de derecho en la apreciación de la prueba, ha de citarse el
artículo de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social o de Ley de Enjuiciamiento Civil en
el que se concede valor legal a ese medio de prueba.
b) Respecto a la jurisprudencia, deben citarse al menos dos sentencias del Tribunal
Supremo- o una sola si ha sido dictada en el antiguo recurso en interés de la Ley o en el actual de casación para la unificación de la doctrina- o una sentencia del Tribunal Constitucional o del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas o del propio Tribunal Superior
de Justicia al que va dirigido el recurso. Y la infracción puede consistir, al igual que en las
normas sustantivas, en no aplicación o aplicación indebida o interpretación errónea.
G) PROCEDIMIENTO DEL RECURSO.
En el procedimiento o trámite del recurso de suplicación deben distinguirse 4 fases:
anuncio, interposición, sustanciación (distinguiendo a su vez la sustanciación ante el Juzgado
y ante la Sala del Tribunal Superior de Justicia) y decisión.
G1) Anuncio del recurso.
Lo regulan los artículos 194, 229 a 232 y 245 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social. Y se tramita ante el Juzgado de lo Social.
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Y deben distinguirse varios aspectos:
1) Aspectos personales. Según el artículo 194 el recurso de suplicación podrá anunciarse por: la parte, su representante, su abogado o su graduado social (novedad ésta importante introducida por la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social).
2) Plazo. El recurso debe anunciarse dentro de los 5 días siguientes (hábiles) a la
notificación de la resolución a recurrir. El artículo 194 menciona sólo la sentencia pero sabemos que son también recurribles diversos autos.
El T.C. en sus sentencias 15/1985, 101/1993 y 84/1997, entre otras, cuyo criterio es
seguido por el T.S. en la suya de fecha 9 de diciembre de 2.010, ha señalado que “La tutela
judicial efectiva que el art. 24.1 de la Constitución proclama… no alcanza a flexibilizar
los plazos, ni a prolongar el tiempo en que han de ser cumplidos, puesto que aquellos no
dependen del albedrío de los litigantes, sino de la determinación legal”, con lo cual no cabe
prorrogar dicho plazo para recurrir.
Es más, añade dicha sentencia del T.S. que “El otorgar eficacia a la errónea fijación judicial del plazo para formalizar el recurso - como pretende el recurrente - equivaldría a conceder al Juez la facultad de modificar el texto de la Ley. Finalmente, no puede
olvidarse, como señala con acierto la sentencia recurrida, que la tutela judicial protege a
las dos partes en el proceso y que el recurrido tiene derecho a la intangibilidad de la sentencia de instancia, una vez que ha transcurrido el plazo legal para impugnarla”.
Recordar lo dispuesto por el artículo 45.1, a cuyo tenor “Cuando la presentación
de un escrito esté sujeta a plazo, podrá efectuarse hasta las quince horas del día hábil siguiente al del vencimiento del plazo en el servicio común procesal creado a tal efecto o, de
no existir éste, en la sede del órgano judicial”.
Y también lo establecido por el 43.6 que señala que “A los efectos del plazo para
interponer recursos, cuando en las actuaciones medie una fiesta oficial de carácter local o
autonómico, se hará constar por diligencia”.
3) Forma. Puede anunciarse por mera manifestación o por comparecencia o por escrito.
4) Depósito. El artículo 229.1.a) de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social dispone que “Todo el que, sin tener la condición de trabajador, causahabiente suyo o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social, anuncie recurso de suplicación…, consignará como depósito: a) Trescientos euros, si se trata de recurso de suplicación”, depósito que se constituirá en la cuenta de depósitos y consignaciones correspondiente al órgano
que hubiere dictado la resolución recurrida, debiendo el secretario judicial verificar en la
cuenta la realización del ingreso, debiendo quedar constancia de dicha actuación en el procedimiento y quedando excluidos de realizarlo también “El Estado, las Comunidades Autónomas, las entidades locales y las entidades de derecho público con personalidad jurídica propia vinculadas o dependientes de los mismos, así como las entidades de derecho público reguladas por su normativa específica y los órganos constitucionales, estarán exentos de la
obligación de constituir los depósitos, cauciones, consignaciones o cualquier otro tipo de
garantía previsto en las leyes. Los sindicatos y quienes tuvieren reconocido el beneficio de
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justicia gratuita quedarán exentos de constituir el depósito referido y las consignaciones que
para recurrir vienen exigidas en esta Ley”.
El depósito debe efectuarse, según el artículo 230.3 “…en el momento del anuncio
del recurso de suplicación…. Si el anuncio… del recurso se hubiere efectuado por medio
de mera manifestación en el momento de la notificación de la sentencia, el depósito…
podrá efectuarse hasta la expiración del plazo establecido para el anuncio o preparación
del recurso, debiendo en este último caso acreditar dichos extremos dentro del mismo plazo ante la oficina judicial mediante los justificantes correspondientes”.
De ser varios los recurrentes, aunque la condena sea solidaria, deben efectuar cada
uno su propio depósito porque el artículo 230.1 prevé respecto de la consignación que pueda
efectuarla uno en beneficio de todo pero nada se dice en relación al depósito.
Recordar de nuevo que cabe hacer el depósito hasta las 15 horas del día hábil siguiente al del vencimiento del plazo.
5) Aseguramiento. Respecto al aseguramiento de la condena que se exige para recurrir debe distinguirse entre la consignación o aval y las resoluciones dictadas en materia de
Seguridad Social.
a) Consignación y aval: Dispone el artículo 230.1 que “Cuando la sentencia impugnada hubiere condenado al pago de cantidad, será indispensable que el recurrente que
no gozare del derecho de asistencia jurídica gratuita acredite, al anunciar el recurso de
suplicación…, haber consignado en la oportuna entidad de crédito y en la cuenta de depósitos y consignaciones abierta a nombre del órgano jurisdiccional, la cantidad objeto de la
condena, pudiendo sustituirse la consignación en metálico por el aseguramiento mediante
aval solidario de duración indefinida y pagadero a primer requerimiento emitido por entidad de crédito. En este último caso, el documento de aseguramiento quedará registrado y
depositado en la oficina judicial. El secretario expedirá testimonio del mismo para su
unión a autos, facilitando el oportuno recibo”.
Igual previsión de consignación exige la Ley (artículo 230.2.d) respecto de las mejoras de la acción protectora de la Seguridad Social (complemento de prestaciones, etc.).
Novedad importante en la ley es la previsión contenida en su apartado segundo a
cuyo tenor “En el caso de condena solidaria, la obligación de consignación o aseguramiento alcanzará a todos los condenados con tal carácter, salvo que la consignación o el
aseguramiento, aunque efectuado solamente por alguno de los condenados, tuviera expresamente carácter solidario respecto de todos ellos para responder íntegramente de la condena que pudiera finalmente recaer frente a cualquiera de los mismos”.
Al igual que el depósito, la consignación debe efectuarse, según el artículo 230.3
“…en el momento del anuncio del recurso de suplicación…. Si el anuncio… del recurso
se hubiere efectuado por medio de mera manifestación en el momento de la notificación
de la sentencia, la consignación… podrá efectuarse hasta la expiración del plazo establecido para el anuncio o preparación del recurso, debiendo en este último caso acreditar
dichos extremos dentro del mismo plazo ante la oficina judicial mediante los justificantes
correspondientes”.
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Y también que se regula la consignación para recurrir el auto resolutorio del incidente de no readmisión en los procedimientos por despido. Dispone el artículo 245 que
“Salvo en los casos expresamente establecidos en la ley, las resoluciones dictadas en ejecución se llevarán a efecto, no obstante su impugnación, no siendo necesario efectuar
consignaciones para recurrirlas en suplicación o casación, excepto para recurrir el auto
resolutorio del incidente de no readmisión, de no existir en la ejecución en el momento del
anuncio o de la preparación, embargo actual y suficiente de bienes y derechos realizables
en el acto o ingreso de cantidades en la cuenta del juzgado para atender al importe objeto
de la ejecución”.
b) Seguridad Social: La ley distingue según el condenado no sea o sí sea una entidad gestora:
---- En el primer caso distingue entre prestaciones de pago periódico o de pago único.
Respecto de las primeras, incluido el recargo por falta de medidas de seguridad que
afecte a las prestaciones de pago periódico, quien no sea entidad gestora debe constituir, previo cálculo por la Tesorería General de la Seguridad Social, el capital coste de la pensión, o
diferencia de pensión, reconocida al beneficiario de la Seguridad Social. Para ello, anunciado
el recurso, el secretario mediante diligencia requiere a la Tesorería General de la Seguridad
Social para que calcule el capital coste y, recibido el cálculo, se le conceden 5 días al recurrente para que acredite haberlo ingresado en la Tesorería para abonar la prestación al beneficiario durante la tramitación del recurso y se une a autos justificante el ingreso.
Las de pago único o atrasos siguen el régimen general. Dice dicho precepto que
“En los casos en los que no proceda el ingreso del capital coste o del importe de la prestación se estará a las reglas generales del apartado 1 de este artículo”, es decir se consigna
en el Juzgado.
---- También en el segundo caso distingue entre prestaciones de pago periódico o
de pago único.
En relación a las primeras dispone que “Si en la sentencia se condenara a la Entidad Gestora de la Seguridad Social, ésta quedará exenta del ingreso prevenido en los
apartados a) y b) anteriores, pero deberá presentar ante la oficina judicial, al anunciar o
preparar su recurso, certificación acreditativa de que comienza el abono de la prestación y
que lo proseguirá puntualmente durante la tramitación del recurso, hasta el límite de su
responsabilidad”. Ello no supone un pago inmediato sino que la norma realmente lo que
exige es que se hayan puesto en marcho los mecanismos para pagar porque una Administración no puede pagar de forma inmediata porque tiene que seguir unas normas.
En relación a las prestaciones de pago único y atrasos, no es preciso que las entidades gestoras los abonen ni consignen para recurrir (artículo 230.2.c).
6) Designación de letrado o graduado social. La recoge el artículo 231. Debe hacerse al anunciar el recurso pero si la parte es un trabajador, beneficiario de la Seguridad Social
o empresario que tenga reconocido el derecho de asistencia jurídica gratuita y anuncia recurso pero no designa abogado ni graduado social, se le designa de oficio, en este caso letrado,
no graduado social y se le designa al día siguiente de concluir el plazo para el anuncio.
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La designación comprende los trámites de anuncio, preparación, formalización, interposición o impugnación del respectivo recurso, sin necesidad de nueva designación de
oficio.
Y el letrado designado de oficio puede oponer que la cuestión no es sostenible, lo
que valorará la comisión de Asistencia Jurídica Gratuita.
7) Admisión del recurso. Anunciado el recurso, caben 3 posibilidades:
a) Que se hayan cumplido todas las previsiones legales, en cuyo caso el artículo
195.1 dispone que “Si la resolución fuera recurrible en suplicación y la parte hubiera
anunciado el recurso en tiempo y forma y cumplido las demás prevenciones establecidas
en esta Ley, el secretario judicial tendrá por anunciado el recurso…”.
b) Que en el anuncio del recurso la parte haya incurrido en defectos subsanables, en
cuyo caso el secretario judicial debe concederle un plazo de 5 días para subsanarlos. Y el
artículo 231.5 declara que son subsanables los siguientes defectos:
--- Insuficiencia de la consignación o del aseguramiento efectuados, incluidas las
especialidades en materia de Seguridad Social.
Al respecto el T.C. el en numerosas sentencias (por todas, las 173 y 343/1993, de 27
de mayo y 22 de noviembre ha considerado insubsanable la falta total de consignación argumentando que en estos supuestos en los que “hay inexistencia de actividad consignataria
y no solo insuficiencia, no cabe la subsanación, ya que no puede dejarse al arbitrio de la
parte la ampliación del plazo.... previsto en la LPL para recurrir”.
Y el T.S. en sentencias de fechas 26 de noviembre de 2.008 y 1 de marzo y 20 de
abril de 2011 ha señalado que “…la jurisprudencia de esta Sala del Tribunal Supremo,
teniendo en cuenta la anterior doctrina constitucional, ha distinguido en la interpretación
del art. 193.3 entre el "total incumplimiento del deber de consignar", por voluntad del
recurrente de ignorarlo o incumplirlo "o por la falta de la más elemental diligencia", y la
insuficiencia de la consignación por error (STS 17-2-1999), limitando la consideración de
requisito procesal insubsanable a la falta total de consignación (SSTS 17-2-1999, 14-62000 y 14-7-2000)”.
--- Falta de aportación, en el momento del anuncio del recurso, de los justificantes
de la consignación o del aseguramiento, siempre que el requisito se hubiera cumplimentado
dentro del plazo de anuncio.
--- Defecto, omisión o error en la constitución del depósito o en la justificación documental del mismo. Fijarse en que en el depósito cabe la subsanación aunque se hubiese
omitido a diferencia de la consignación que sólo es subsanable la insuficiencia, no la falta
total. La falta de depósito puede incluso subsanarse ante la Sala del Tribunal Superior de
Justicia previo requerimiento por ésta.
--- Falta de acreditación o acreditación insuficiente de la representación necesaria o
de cualquier requisito formal de carácter subsanable necesario para el anuncio o preparación.
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Si la parte subsana el defecto el recurso se tiene por anunciado y de no subsanarlo el
artículo 230.6 dispone que “…se dictará auto poniendo fin al trámite del recurso, quedando firme la resolución. Contra dicho auto podrá recurrirse en queja ante la Sala que
hubiera debido conocer del recurso”.
c) Que la resolución impugnada no fuera recurrible en suplicación, que el recurso
no se hubiera anunciado en tiempo o el recurrente hubiera incumplido los requisitos necesarios para el anuncio del recurso de modo insubsanable o no hubiera subsanado dichos requisitos dentro del término conferido al efecto, según lo dispuesto en el apartado 5 del art. 230,
en cuyo caso el artículo 195.2 dispone que “el órgano judicial declarará, mediante auto,
tener por no anunciado el recurso, quedando firme en su caso la sentencia impugnada.
Contra este auto podrá recurrirse en queja ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior
de Justicia”, lo que innecesariamente reitera el artículo 230.4 al establecer que “Si el recurrente no hubiere efectuado la consignación o aseguramiento de la cantidad objeto de
condena en la forma prevenida en los apartados anteriores, incluidas las especialidades en
materia de Seguridad Social, el juzgado o la Sala tendrán por no anunciado… el recurso
de suplicación… y declararán la firmeza de la resolución mediante auto contra el que podrá recurrirse en queja ante la Sala que hubiera debido conocer del recurso”.
G2) Interposición del recurso.
Cabe distinguir 3 trámites: entrega de los autos, escrito de interposición y subsanación de defectos.
1) Entrega. Dispone el artículo 195.1 que “Si la resolución fuera recurrible en suplicación y la parte hubiera anunciado el recurso en tiempo y forma y cumplido las demás
prevenciones establecidas en esta Ley, el secretario judicial tendrá por anunciado el recurso y acordará poner los autos a disposición del letrado o graduado social colegiado
designado por la parte recurrente, por el orden de anuncio, en la forma dispuesta en el
apartado 1 del art. 48, para que interponga el recurso, dentro de los diez días siguientes a
que se notifique la puesta a disposición, debiendo sustituirse el traslado material de las
actuaciones por la entrega de soporte informático o mediante acceso telemático, si se dispusiera de los medios necesarios para ello. Este plazo correrá cualquiera que sea el momento en que el letrado o el graduado social colegiado examinara o recogiera los autos.
Si el órgano jurisdiccional dispusiera de los medios para dar simultáneo traslado
o acceso a las actuaciones a todas las partes recurrentes, se dispondrá que tanto la puesta
a disposición de las actuaciones, como la interposición del recurso, se efectúen dentro de
un plazo común a todos los recurrentes”.
Recordar que son días hábiles, que el plazo no es prorrogable y que termina a las 15
horas del día siguiente al de vencimiento del plazo.
2) Escrito de interposición o formalización. Recordando lo exigido al hablar del objeto del recurso, el artículo 196 dispone que “En el escrito de interposición del recurso,
junto con las alegaciones sobre su procedencia y sobre el cumplimiento de los requisitos
exigidos, se expresarán, con suficiente precisión y claridad, el motivo o los motivos en que
se ampare, citándose las normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia que se
consideren infringidas. En todo caso se razonará la pertinencia y fundamentación de los
motivos.
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También habrán de señalarse de manera suficiente para que sean identificados,
el concreto documento o pericia en que se base cada motivo de revisión de los hechos probados que se aduzca e indicando la formulación alternativa que se pretende”.
El escrito consta de:
--- Encabezamiento, en el que debe hacerse constar la Sala a la que va dirigido, partes y representación y forma en que se les confirió, resolución impugnada y autos en que
recayó.
--- Motivación. Reiterar lo dicho sobre la revisión de hechos probados, denuncia de
infracción de normas sustantivas y de jurisprudencia y sobre reposición de autos por infracción de normas y garantías del procedimiento e indicar que el orden de denuncias debe ser
éste:
En primer lugar debe hacerse valer, si así interesa, la anulación de actuaciones.
Y si se pretende valorar el fondo del asunto, con revisión de hechos probados y
aplicación de normas sustantivas y jurisprudencia, debe instarse antes la revisión de hechos
para hacer luego valer la denuncia de infracción de normas sustantivas y/o de jurisprudencia.
--- Súplica en la que se solicita lo que se desea: anular actuaciones, revocar la sentencia en su totalidad o en parte, etc.
--- Firma de abogado o graduado social. Si carecen de poder debe firmar también la
parte.
--- Designación de domicilio en la sede del Tribunal Superior de Justicia (artículo
198).
--- Del escrito deben presentarse tantas copias como partes recurridas.
3) Subsanación de defectos.
Hay ciertos defectos en la interposición que puede apreciarlos el Juzgado y puede
instar a la parte a su subsanación, caso de: falta de copias del escrito interponiendo el recurso, falta de firma del letrado o graduado social y falta de fijación del domicilio. No puede
entrar a valorar el contenido del escrito.
También el Juzgado debe controlar si el escrito está presentado dentro de plazo y
declarar el recurso desierto con pérdida del depósito si se presentó fuera de plazo, declarando
firme la sentencia por medio de auto recurrible en queja.
G3) Sustanciación del recurso.
Como ya indiqué debe distinguirse la sustanciación ante el Juzgado y ante la Sala
del Tribunal Superior de Justicia.
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A) Ante el Juzgado: Hasta la entrada en vigor la vigente Ley Reguladora de la Jurisdicción Social contenía sólo dos trámites: escrito de impugnación y elevación de los autos
pero dicha Ley introdujo un tercer trámite: el traslado del escrito de impugnación y posibilidad de hacer alegaciones al mismo.
1) Escrito de impugnación. Dispone el artículo 197.1 que “Interpuesto el recurso
en tiempo y forma, el secretario judicial proveerá en el plazo de dos días dando traslado
del mismo para su impugnación, a la parte o partes recurridas por un plazo común de
cinco días para todas ellas. En los escritos de impugnación, que se presentarán acompañados de tantas copias como sean las demás partes para su traslado a las mismas, podrán
alegarse motivos de inadmisibilidad del recurso, así como eventuales rectificaciones de
hecho o causas de oposición subsidiarias aunque no hubieran sido estimadas en la sentencia, con análogos requisitos a los indicados en el artículo anterior”.
A diferencia del escrito de interposición, el de impugnación carece de todo formalismo. Sólo exige firma del abogado o graduado social, designación de domicilio en la sede
del Tribunal y aportar tantas copias como sean las demás partes, no sólo las recurrentes.
Ahora bien, si aparte de limitarse a impugnar el escrito de interposición, que es su
contenido natural, se alegan motivos de inadmisibilidad, rectificación de hechos o causas de
oposición no estimadas en la sentencia, sobre estos extremos se exigen los mismos requisitos
que para interponer el recurso: indicar el documento o pericia en que se fundamenta la rectificación de hechos y redacción propuesta, normas sustantivas o procesales y jurisprudencia
infringidas, etc.
Sus defectos (falta de copias, de firma de letrado o graduado social o designación de
domicilio) son subsanables al igual que en el de interposición del recurso aunque la ley no lo
diga.
2) Alegaciones al escrito de impugnación. El artículo 197.2 establece que “Del
escrito o escritos de impugnación se dará traslado a las partes. De haberse formulado en
dichos escritos alegaciones sobre inadmisibilidad del recurso o los motivos a que se refiere
el apartado anterior, las demás partes podrán presentar directamente sus alegaciones al
respecto, junto con las correspondientes copias para su traslado a las demás partes, dentro
de los dos días siguientes a recibir el traslado del escrito de impugnación”.
Estas nuevas alegaciones no exigen formalidad alguna.
3) Elevación de los autos. Concluye el artículo 197 en su número 3 señalando que
“Transcurrido el plazo de impugnación y en su caso el de alegaciones del apartado anterior, háyanse presentado o no escritos en tal sentido y previo traslado de las alegaciones si
se hubieran presentado, se elevarán los autos a la Sala de lo Social del Tribunal Superior
de Justicia, junto con el recurso y escritos presentados, dentro de los dos días siguientes”.
Es importante que el Juzgado indique, como ya señalé, si en la tramitación del recurso hubo algún festivo local conforme a lo establecido por el 43.6 que señala que “A los
efectos del plazo para interponer recursos, cuando en las actuaciones medie una fiesta
oficial de carácter local o autonómico, se hará constar por diligencia”.
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B) Ante la Sala del T.S.J. La doctrina distingue entre una tramitación normal y una
anormal.
B1) Tramitación normal. Según los artículos 155, 203 y 249 y siguientes de la Ley
Orgánica del Poder Judicial se designa un magistrado ponente que tiene 3 días para instruirse
y acuerda admitir el recurso a trámite mediante providencia y señalar día para la votación,
desde la cuál tiene 10 días para dictar sentencia.
B2) Tramitación anormal. Consta de varios pasos:
a) El primero es la subsanación de defectos. Al respecto el artículo 199 dispone que
“Recibidos los autos en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia, si el secretario judicial apreciara defectos u omisiones subsanables en el recurso, concederá a la
parte el plazo de cinco días para que se aporten los documentos omitidos o se subsanen los
defectos apreciados. De no efectuarse, la Sala dictará auto declarando la inadmisión del
recurso y la firmeza de la resolución recurrida, con devolución del depósito constituido y
la remisión de las actuaciones al juzgado de procedencia. Contra dicho auto sólo cabe
recurso de reposición”.
Como se ve la norma distingue entre defectos subsanables e insubsanables que son
los ya referidos.
b) No admitir el recurso a trámite por el fondo. El artículo 200 prevé que se oiga al
recurrente, no al recurrido, por 3 días si el ponente considera que existe doctrina jurisprudencial unificada del Tribunal Supremo en el mismo sentido que la sentencia recurrida y, si considera que no procede admitirlo a trámite dicta auto en 3 días acordándolo y ello conlleva la
pérdida del depósito del recurrente y dar el destino que corresponda a las consignaciones.
Cabe la inadmisión parcial por algún motivo en cuyo caso se sigue el recurso por el
resto de motivos.
En este punto conviene recordar que el T.S. (Sentencias de fechas 27 y 28 de enero
de 2010 y 10 de octubre de 2.011) que la Sala puede apreciar de oficio si contra la sentencia
de instancia cabe recurso por razón del procedimiento, de la cuantía y (Sentencia del T.S. de
fecha 17 de octubre de 2.011) por la pretendida afectación general.
c) Presentación de documentos. El artículo 233 establece al respecto que “La Sala
no admitirá a las partes documento alguno ni alegaciones de hechos que no resulten de
los autos. No obstante, si alguna de las partes presentara alguna sentencia o resolución
judicial o administrativa firmes o documentos decisivos para la resolución del recurso que
no hubiera podido aportar anteriormente al proceso por causas que no le fueran imputables, y en general cuando en todo caso pudiera darse lugar a posterior recurso de revisión
por tal motivo o fuera necesario para evitar la vulneración de un derecho fundamental, la
Sala, oída la parte contraria dentro del plazo de tres días, dispondrá en los dos días siguientes lo que proceda, mediante auto contra el que no cabrá recurso de reposición, con
devolución en su caso a la parte proponente de dichos documentos, de no acordarse su
toma en consideración. De admitirse el documento, se dará traslado a la parte proponente
para que, en el plazo de cinco días, complemente su recurso o su impugnación y por otros
cinco días a la parte contraria a los fines correlativos”.
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Y el T.S. ha declarado (Por todas, sentencia de fecha 11 de octubre de 2.011) que
“…los únicos documentos que podrán incorporarse son las sentencias o resoluciones judiciales o administrativas firmes dictadas o notificadas en fecha posterior al momento en
que se llevaron a cabo las conclusiones en el juicio de instancia cuyo objeto y contenido
resulte determinante para resolver la cuestión planteada”.
d) Acumulación de recursos. Establece el artículo 234.1 que “La Sala acordará en
resolución motivada y sin ulterior recurso, de oficio o a instancia de parte, antes del señalamiento para votación y fallo o para vista, en su caso, la acumulación de los recursos en
trámite en los que exista identidad de objeto y de alguna de las partes. No obstante, podrá
dejarse sin efecto la acumulación en todo o en parte si se evidenciaren posteriormente
causas que justifiquen su tramitación separada”.
Del recurso acumulado conoce quien haya sido ponente del primero y los efectos de
la acumulación son “discutirse y resolverse conjuntamente todas las cuestiones planteadas”.
G4) Decisión del recurso.
Cabe distinguir entre sentencia y transacción.
A) Sentencia: A su vez debe distinguirse entre pronunciamientos principales y accesorios.
Principales: A su vez hay que tener en cuenta dos posibilidades: Que se desestime el
recurso, con lo que se confirma la resolución recurrida; y que se estime, en cuyo caso hay
dos supuestos:
1) Si alegó infracción de normas o garantías del procedimiento que haya producido
indefensión y se estima el recurso “…la Sala, sin entrar en el fondo de la cuestión, mandará reponer los autos al estado en que se encontraban en el momento de cometerse la infracción, y si ésta se hubiera producido en el acto del juicio, al momento de su señalamiento” como señala el artículo 202.1.
2) Si la denuncia se refiere a hechos probados, pueden o no revisarse y si es de
normas sustantivas y jurisprudencia cabe desestimar el recurso, estimarlo totalmente o estimarlo en parte, entrando con ello la Sala en el fondo del asunto.
Pero apreciando motivos relativos a hechos y normas sustantivas o jurisprudencia,
cabe que la Sala deba anular la resolución de instancia y no pueda entrar en el fondo del
asunto. Es en los siguientes supuestos:
--- Si la sentencia no contiene hechos declarados probados suficientes para resolver
(artículo 202.2).
--- Si el Juzgado no entró en el fondo del asunto por estimar alguna excepción o por
considerarse incompetente.
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--- Si el Juzgado incurrió en incongruencia por defecto (que no haya resuelto alguna
cuestión planteada).
Accesorios: Los recogen los artículos 203, 204 y 235 y se refieren a las consignaciones, avales, capital coste, depósito para recurrir, multas por temeridad y costas y dependen de que el recurso se haya estimado en su totalidad, en parte o se haya desestimado en su
totalidad.
1) Si se estima totalmente procede devolver el depósito y la consignación efectuados en su caso para recurrir así como se reintegra el aval bancario constituido o el capital
coste constituido, lo que hará el Juzgado por orden de la Sala.
2) Si se estima parcialmente se devuelve el depósito y parcialmente la consignación,
aval o capital coste, por la parte estimada en instancia y no acogida en el recurso.
3) Si se desestima totalmente: se pierde el depósito que se transfiere al Tesoro Público; se le da a la consignación el destino que proceda (pago al que obtuvo en la instancia
sentencia favorable que es confirmada); se imponen las costas al recurrente si no gozaba de
beneficio de justicia gratuita que incluye los honorarios del letrado o graduado social de la
parte contraria, costas que en los conflictos colectivos son asumidas por cada parte las suyas
salvo que el Tribunal aprecie en alguna de ellas mala fe o temeridad, en cuyo caso se las
puede imponer; y también el Tribunal puede imponer a la parte que considere que actuó con
mala fe o temeridad la multa que establecen los artículos 75.4 y 97.3: “…de forma motivada
y respetando el principio de proporcionalidad, ponderando las circunstancias del hecho, la
capacidad económica y los perjuicios causados al proceso y a otros intervinientes o a terceros, una multa que podrá oscilar de ciento ochenta a seis mil euros, sin que en ningún
caso pueda superar la cuantía de la tercera parte del litigio”.
B) Transacción. Establece el artículo 235.4 que “Las partes podrán alcanzar, en
cualquier momento durante la tramitación del recurso, convenio transaccional que, de no
apreciarse lesión grave para alguna de las partes, fraude de Ley o abuso de derecho, será
homologado por el órgano jurisdiccional que se encuentre tramitando el recurso, mediante auto, poniendo así fin al litigio y asumiendo cada parte las costas causadas a su instancia, con devolución del depósito constituido. El convenio transaccional, una vez homologado, sustituye el contenido de lo resuelto en la sentencia o sentencias anteriormente dictadas en el proceso y la resolución que homologue el mismo constituye título ejecutivo. La
impugnación de la transacción judicial así alcanzada se efectuará ante el órgano jurisdiccional que haya acordado la homologación, mediante el ejercicio por las partes de la acción de nulidad por las causas que invalidan los contratos o por los posibles perjudicados
con fundamento en su ilegalidad o lesividad, siguiendo los trámites establecidos para la
impugnación de la conciliación judicial, sin que contra la sentencia dictada quepa recurso”.
El convenio por tanto sustituye a cualquier resolución dictada, con lo que se da primacía al acuerdo entre partes.
Al no haber perdido ninguna, cada una asume sus gastos y se les devuelve el depósito efectuado para recurrir.
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La impugnación del acuerdo debe basarse en ser ilegal o lesivo para alguna de las
partes y se tramita como la impugnación de la conciliación judicial no siendo recurrible la
sentencia que resuelva sobre la impugnación.
-------------- Finalmente, como toda sentencia, la del Tribunal Superior de Justicia
también debe advertir a la parte, por aplicación de los artículos 52 y 97.4 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, si la misma es o no firme y, en su caso, los recursos que procedan, el órgano ante el que deben interponerse y el plazo y requisitos para ello, así como los
depósitos y las consignaciones que sean necesarios y la forma de efectuarlos.
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