Entrevista con Hanna Segal

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Melanie Klein Trust
Remembranzas de Melanie Klein: una entrevista con Hanna Segal
Hanna Segal, nacida en Polonia en 1918, fue psicoanalizada por la propia
Melanie Klein. Segal -fallecida en 2011- fue, por derecho propio, una de las
pensadoras y escritoras contemporáneas más reconocidas en la tradición
kleiniana. Fue conocida tanto por sus trabajos dinámicos y amenos sobre el
trabajo de Klein, como por sus fundamentales aportes al psicoanálisis.
Publicó cinco libros y numerosos trabajos académicos. Su obra fue
recientemente homenajeada en un Festschrift [obra de homenaje] en dos
volúmenes editados por David Bell.[1]
El encuentro clínico es el núcleo del trabajo de Hanna Segal, y da cuenta de
sus muchos aportes psicoanalíticos a áreas tan diversas como la estética, la
literatura, la psicología de la guerra, o la naturaleza de la psicosis. Desarrolló
las conceptualizaciones de Klein acerca de la forma en que la fantasía
inconsciente sustenta la vida mental, y fundamentalmente amplió nuestra
comprensión de la naturaleza de la formación de símbolos. A su vez, el
trabajo de Segal sobre la simbolización ha arrojado mucha luz tanto sobre el
uso creativo de los símbolos en la vida diaria y en las obras de arte, como
sobre el sufrimiento de aquellos individuos que son incapaces de simbolizar.
Esta entrevista con Hanna Segal tuvo lugar en Londres en agosto de 2001. El
entrevistador principal es Daniel Pick, con algunas preguntas agregadas de
Jane Milton quien también ha compilado la introducción y las notas al pie.
Ambos son psicoanalistas pertenecientes a la Sociedad Británica de
Psicoanálisis. El objetivo de esta entrevista y otras que continúan la serie es
reunir recuerdos de Klein como persona, así como reflexiones personales
sobre sus aportes clínicos y teóricos.
Lo que sigue es la entrevista grabada, que ha sido apenas editada para
mayor claridad y por motivos de confidencialidad, aunque se ha mantenido el
estilo coloquial e informal del original.
Daniel Pick: Yo quería comenzar preguntándole acerca de su llegada a
Inglaterra en 1940, y luego sobre su primer encuentro con Melanie Klein.
¿Cuál fue su impresión?
Hanna Segal: Le contaré cómo di con Klein. Hacía mucho tiempo que yo
había querido ser analista y recibí todo tipo de consejos, lo que no fue bueno
en absoluto, hasta que llegué a Edimburgo y allí fue donde escuché hablar de
Klein por primera vez a Fairbairn[2]. Había leído a Freud todo lo que pude.
Para empezar, no leía mucho en inglés pero leí lo que había sido traducido al
polaco o al francés y no sabía nada en absoluto sobre la existencia de Anna
Freud o de Melanie Klein, y fue Fairbairn quien me dio a leer The Ego and the
Mechanisms of Defence[3] de Anna Freud y Psychoanalysis of Children.[4] de
Melanie Klein. Y Psychoanalysis of Children me atrajo mucho. Él me explicó
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algo, no mucho, acerca de las discrepancias dentro de la Sociedad [Británica
de Psicoanálisis]. Decidí entonces que quería aprender con Melanie Klein.
Fairbairn me entregó una carta para Winnicott[5] y trabajé un tiempo como
médico residente con él. Winnicott arregló para que yo conociera
personalmente a Klein. En ese entonces me impresionó como una persona
de bastante edad. (¡Actualmente la consideraría bastante joven!) Le expliqué
que había leído su libro y que quería formarme con ella y contestó que no
estaba segura de tener un lugar vacante y me quiso delegar a una de sus
estudiantes, Paula Heimann.[6] Pero yo era joven y obstinada y dije “No, no
lo haré”, y entonces decidió aceptarme. Pero el problema eran sus honorarios
en esa época. Fairbairn cobraba £1 por sesión - £5 por semana y mi beca
total era de £ 2,50 por semana. ¡Por lo que solo alcanzaba para media
semana! Pero Klein en realidad me tomó como paciente clínica [7] y no hizo
gran aspaviento sobre eso. Por lo que ese fue mi primer contacto con ella.
Me resultó muy perspicaz en cosas que ella decía, y demás.
Entonces, allí fue donde comenzamos. En realidad, hay algo que me ha
quedado en la memoria, y también en la suya y mucho pues es algo que,
más tarde, la hizo sentir muy mal. Cuando llegué a mi primera sesión su
primera comunicación conmigo fue: “Puede fumar en el consultorio”, porque
yo había apagado mi cigarrillo antes de entrar a la consulta. ¡Ese fue el
primer mensaje que recibí!
Ese, entonces, fue el primer contacto. Y luego mi recuerdo se desdobla en
dos imágenes diferentes que tengo de ella. Una vez, cuando yo estaba en
análisis con ella, y otra vez cuando ya la conocía bien. Las dos imágenes no
son muy opuestas. La gente a menudo dice que ella exageraba lo negativo
pero algo que me sorprendió fue que era extremadamente equilibrada, algo
que siempre enfatizo y, al menos en mi experiencia, era muy poco
perseguida. Lo que quiero decir es poco persecutoria, pero creo que las dos
cosas van bien juntas. Mi análisis fue bastante largo: creo que duró unos
nueve años y hacia el final era de tres sesiones a la semana. Me pareció
extremadamente respetuosa de los límites psicoanalíticos. Eso fue en la
época de las Grandes Controversias (Controversial Discussions)[8] y de las
terribles agitaciones dentro la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Yo no
sabía nada al respecto. Rosenfeld[9] sabía mucho más. No sé cómo, quizá
porque él estaba un año más avanzado que yo en la formación. Yo apenas si
sabía algo.
No sé si vale la pena hablar de esto pero arroja un poco de luz sobre la
situación de ese entonces. Primero organicé y comencé mi análisis con Klein.
Luego me presenté para la formación psicoanalítica y uno de mis
entrevistadores fue Glover[10]. Yo estaba muy impresionada por los trabajos
escritos de Glover, en particular por sus escritos acerca de la guerra y cosas
como esas, y realmente quería conocerlo personalmente. Llegué. Él era un
hombre muy apuesto de cabello blanco. Dijo todas las cosas preliminares
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sobre por qué yo había llegado al análisis y entonces me preguntó: “¿Ha
pensado a quién desearía como analista?” Respondí; “Acabo de comenzar
con Melanie Klein”. Saltó de su asiento y dijo “¡En ese caso, no tengo nada
que hacer con usted! Ellos tienen a su gente, nosotros tenemos a la nuestra.
¡Adiós!”. Yo verdaderamente no lo podía creer porque él actuaba en nombre
de la Sociedad. Regresé con Klein y le dije: “Mire, alguien aquí está loco y no
creo ser yo”, pero no me dijo nada del trasfondo ni nada. Solo lo tomó como
una mala experiencia y dijo que la Sociedad probablemente coordinaría otra
entrevista. Eso fue todo. El hecho no influyó en su actitud analítica en
absoluto.
Con el tiempo la iría conociendo. Era una persona extremadamente cálida y
muy muy generosa. Una de las cosas que más me molestó de esta obra
teatral sobre Klein[11], (en la que el autor parece querer ridiculizar a tres
mujeres muy exitosas), es que en la obra siempre se la retrata como
explotando a Heimann, del punto de vista financiero, obligándola a hacer
cosas –beber y demás-, pero nada podría estar más alejado de su
temperamento. Era extremadamente generosa y muy poco preocupada por el
dinero. Era muy divertida. Tenía buen sentido del humor. Solo una vez la
recuerdo diciendo algo mordaz. Era acerca de dos candidatos del mismo
analista y dijo: “el problema es que X es agradable pero no muy inteligente, e
Y es inteligente, ¡pero no es para nada agradable!”. Estaba tremendamente
focalizada en su trabajo y podía ser tolerante o intolerante. En cosas que ella
consideraba como auténticos avances era muy tolerante. Por ejemplo, tenía
muchos desacuerdos con Bion[12] pero eso nunca significó que lo respetara
menos o que pensara menos de él o que quisiera influir en él. Recuerdo su
comentario cuando él habló de madres con identificación proyectiva. Levantó
las manos y dijo “¿Qué otra cosa más tendrá que hacer la madre ahora?”
Pero no interfirió con eso. Pero cuando se daba algo que ella percibía como
una traición a los principios psicoanalíticos, o cuando sentía que los
kleinianos se alejaban de su trabajo podía ser muy intolerante. Por ejemplo,
aunque lo comprendía, en cierta medida le costó mucho perdonar a Jones
por traer a Freud y a su familia aquí en vez de llevarlos a América, a causa
de los problemas que Anna Freud generó [13]. Y eso, por supuesto, era
absurdo. Jones quería encontrar el mejor lugar para ellos. Y Klein podía
llegar a ser muy exigente con sus ex analizados y discípulos.
DP
¿De qué forma?
HS
Bueno, nunca se perdía un encuentro científico o un congreso y no le
gustaba si uno no estaba ahí, si uno no trabajaba. Pero pienso que tenía muy
poco narcisismo. En mi opinión una de las razones por las que la Sociedad
no se dividió como otras sociedades es que ni a Anna Freud ni a Melanie
Klein las movía demasiado la ambición personal. Se enfrentaban porque
estaban en desacuerdo. La mayoría de las divisiones se deben al narcisismo
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y al sentimiento de superioridad de los analistas.
Jane Milton: ¿Entonces usted sentía que ambas mujeres se apasionaban por
el psicoanálisis y que, simplemente, era eso sobre lo que estaban en
desacuerdo?
HS
Correcto.
DP
¿Klein realmente se reunió con Freud a la llegada de este a Londres,
justo antes de la Segunda Guerra Mundial? ¿Sabe usted algo de sus
encuentros personales?
HS
No sabría decirle en absoluto. Sé cuál era su actitud general con
respecto a Freud, por supuesto. De inmensa admiración y respeto. Tuve una
conversación con Dinora Pines[14] que fue muy graciosa. Dinora vivía en la
casa de al lado de Klein. Esto sucedió incluso antes de que Dinora se
convirtiera en candidata a psicoanalista. Había una cierta forma en la que la
Sra. Klein protegía a los hijos de Dinora de otros niños que los atacaban o
algo así. Comenzaron a conversar y Dinora preguntó a la Sra. Klein, “¿Cuál
es su profesión?”, y ella contestó “Soy analista”. Dinora Pines dijo, “Mi
hermano también es analista pero es freudiano”. La Sra. Klein se irguió lo
más alto que pudo (que no era mucho) y dijo “Mi querida, todos somos
freudianos, pero al menos yo no lo soy de Anna Freud”.
DP Usted ha hecho referencia a la relación de Klein con Freud, Bion y
algunos otros. ¿Y con respecto a figuras más lejanas? Por ejemplo, creo que
Jacques Lacan[15] era un admirador muy ambivalente de Klein ya desde una
etapa muy temprana.
HS
Como su amor por mí. Para empezar él era un admirador mío. Era un
afecto no correspondido. Pero ella estaba interesada en Lacan.
DP
¿Leyó ella el trabajo de Lacan y expresó su opinión acerca del mismo?
HS
Lo hizo en los inicios, pero luego de un tiempo ya no. Ella era amiga
de Lagache[16]. En Londres en 1953 tuvo lugar el Congreso Internacional.
Por esa época la Sociedad Francesa estaba a punto de dividirse. A Lacan y a
Lagache les permitieron realizar una presentación de 10 minutos en un
encuentro de trabajo para exponer su caso y que les permitieran permanecer
en la Asociación Psicoanalítica Internacional. Me encontré con Lagache
durante el té en la casa de la Sra. Klein y él se mostró preocupado porque ni
él ni Lacan manejaban el idioma inglés lo suficiente como para hacerlo. Mi
esposo y yo invitamos a Lagache a nuestra casa y le ofrecimos traducir el
trabajo escrito por él. Pero en vez de Lagache quien vino fue Lacan ¡y nos
tuvo ocupados toda la noche trabajando con su ponencia de 10 minutos!
Desconozco si Klein alguna vez se reunió con Lacan. Pero una de las cosas
con las que ella era muy categórica era la técnica. Cuando supo que Lacan
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cortaba las sesiones y otras cosas que hacía, directamente lo borró. En
cuanto a los voluminosos escritos de Lacan, no creo que ella les prestara
demasiada atención. De cualquier manera ¿por qué asociar Bion y Lacan?
¡No tienen nada en común! El encuadre y la técnica de Bion eran estrictos y
él era kleiniano.
Acerca de la relación de Klein con Freud yo iba a decir que, por una parte,
ella sentía por él una inmensa admiración. Por otra parte, sentía una
tremenda decepción porque él no se había interesado por su trabajo. El
problema de rivalidad entre Anna Freud y Klein radicaba básicamente en
quién era en realidad la hija de Freud. Klein se sentía muy decepcionada y
dolida ante la falta total de interés de Freud hacia su trabajo. Y también, le
costaba muchísimo admitir que, después de todo, Anna era la hija de Freud.
Creo que Freud se lo comentó a Jones en una carta diciendo “¿Qué espera
usted que yo haga? Anna es mi hija”.
DP ¿Sabe usted algo de la vida de Klein en Inglaterra durante las décadas de
1920 y 1930, antes del primer encuentro de ustedes dos? ¿Qué opinión tenía
de Inglaterra como lugar para venir a vivir?
HS Ella estaba inmensamente agradecida a Inglaterra y a la Sociedad
Británica. Cada vez que, durante los malos tiempos, se hablaba de que los
kleinianos se separarían de la Sociedad, su posición era que había sido la
Sociedad Británica la que le había dado un hogar y un lugar para enseñar y
que ella no haría nada para perjudicar a la Sociedad. Creo que le gustaba
Inglaterra.
DP ¿Piensa que la cultura inglesa afectó en forma significativa sus ideas y su
interés por la primera infancia u otros aspectos de la vida síquica?
HS Aquí lo referiré a un trabajo de Riccardo Steiner [17]. De sus dos libros
más recientes, uno trata mucho sobre las influencias inglesas en Klein. Yo la
asociaría más a la cultura francesa, pero eso puede ser pura proyección. Ella
hablaba bastante fluidamente el idioma francés. Aunque pienso que también
el esloveno. (Más tarde me dijo que le resultaba gracioso cuando me veía
luchar con la traducción de algo del polaco, cuando en realidad ella lo
entendía perfectamente bien, ya que el esloveno es muy parecido al polaco).
Creo que su esposo estuvo en Eslovenia antes de su divorcio. Esto fue antes
de la guerra, y se sabe que un europeo con educación recibía influencia de
diversas culturas. A ella ciertamente le gustaba Inglaterra, nunca se quejaba
(¡Algo que yo sí hago!). Pero la Inglaterra de antes de la guerra, aparte de las
dictaduras, tenía el sistema más reaccionario, pedante y clasista. No creo
que esto la hubiera afectado en los círculos que ella frecuentaba. Pero en
tiempos de guerra y en la posguerra, el país se transformó en un país en
desarrollo. Los efectos de la guerra fueron profundamente beneficiosos en
algunos aspectos, no solo para el desarrollo del psicoanálisis sino en
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términos de democratización de Inglaterra.
DP ¿Esa opinión es la suya, o la de ella?
HS Es mi opinión.
DP ¿Y la de ella?
HS Pienso que no hablaba mucho de eso. Sobre lo que sí hablaba y mucho
era sobre análisis, pero también sobre eventos culturales de actualidad, que
eran mayormente ingleses. Solía ir mucho al teatro y al cine.
DP ¿Más adelante llegó a saber más de la propia Klein sobre sus primeras
épocas?
HS No demasiado. Ella hablaba de su análisis con Ferenczi[18] y con
Abraham[19]. Decía que de Ferenczi había aprendido sobre la existencia del
inconsciente. Completa convicción sobre eso. Pero él nunca analizó la
transferencia negativa y ella sentía que con él no llegaba muy lejos. Sin
embargo, su análisis con Abraham es con lo que ella se sentía realmente
identificada. Hablaba un poco de las dificultades que había tenido en
Alemania. Acerca de los niños.
DP
¿A qué tipo de dificultades se refiere?
HS
Bueno, su trabajo era absolutamente rechazado en Alemania, a
excepción de Abraham. Cuando este falleció ella simplemente no existía.
Nadie se interesaba por su trabajo en lo más mínimo. De ahí su enorme
gratitud hacia los británicos, quienes la aceptaron con tanto entusiasmo.
DP No la imagino a usted entrevistando a Klein de la forma en que la
estamos entrevistando ahora, pero, ¿pudo captar algo sobre qué fue lo que la
acercó a ella al psicoanálisis? ¿Alguna vez hizo referencia a los orígenes de
su interés por la primera infancia?
HS Pienso que seguramente se acercó al análisis por depresión. Era una
mujer muy deprimida y sospecho que debe haber sido bastante histérica por
todos sus síntomas pero le daba muchísimas importancia a lo que ella
llamaba el instinto epistemofílico; lo que ahora, a partir de Bion[20], llamamos
“K”. Le apasionaba mucho descubrir la naturaleza humana. Un interés
insaciable, de ahí su interés por la literatura. Originalmente había querido
estudiar medicina pero no lo hizo porque se enamoró, de manera bastante
poco afortunada, y se casó con un hombre extremadamente insatisfactorio.
Pero cuando tuvo que esperar un año –no sé exactamente cuánto tiempoentre su matrimonio o entre el momento en que tenían que irse, ya no tenía
sentido comenzar a estudiar medicina. Pienso que fue en ese entonces que
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comenzó estudios de literatura. Creo que estaba enormemente interesada en
eso.
DP
¿Qué tipo de cosas leía Klein? ¿Estaba más interesada en la literatura
de Europa Central? ¿O la francesa? ¿O la ficción inglesa?
HS
Usted puede preguntarme eso sobre Klein o sobre mí misma y yo no
podría contestarle. Nos interesaban los buenos libros. Algunos eran rusos,
otros eran ingleses y algunos eran franceses. También le gustaban mucho el
teatro y la música. Tocaba el piano y asistía a conciertos.
JM
¿Qué tipo de música le gustaba?
HS
Clásica principalmente. Era su favorita. Pero también era muy alegre.
Le gustaba reír, y le gustaba el vino. Una vez –creo que fue en la Dordoñaganó una competencia de degustación de vinos. ¡Un logro muy poco
frecuente para una mujer! Y otra vez, en una exposición húngara nos dieron
una gran caja de Tokai genuino y a ella le gustó tanto que lo guardamos para
su consumo personal. Era extremadamente sociable, le gustaba una buena
fiesta, un buen trago, y reír. En ese sentido era muy diferente a Anna Freud.
En ella no había nada remilgado o de maestra de escuela. Fue muy coqueta
hasta una edad muy avanzada. En su juventud había sido una mujer muy
hermosa. Balint[21] me dijo que, en Budapest, la llamaban “la belleza
morena” porque era tan atractiva, y oscura. Era muy coqueta.
DP: ¿Pudo usted comparar sus escritos sobre niños con su práctica real y su
forma de relacionarse con ellos?
HS: Tenía una forma extraordinaria de contactarse con bebés y niños
pequeños. Uno de mis hijos tenía unos seis meses cuando ella falleció por lo
que lo conoció muy bien de pequeñito. Recuerdo que cuando él aún no tenía
tres meses ella se sentaba con él y le conversaba mucho. Uno realmente
tenía la sensación de que estaban conversando.
DP: Hace ya mucho tiempo que la observación de bebés es parte de la
formación psicoanalítica. ¿Sabe usted cómo ella estructuró tales técnicas y el
tema de qué se puede y qué no se puede inferir de esas observaciones?
HS: Hay dos cosas. Ella misma había llevado a cabo amplias y extensas
observaciones de sus propios bebés. Estaba muy interesada en el trabajo de
Merrill Middlemore, quien escribió acerca de la observación de bebés en una
época temprana y lo que percibía. Y le entusiasmaba mucho el trabajo de
investigación de Esther Bick[22] sobre la observación de bebés. Pero
desconfiaba mucho de teorías analíticas como las de Meltzer[23] y Bick, que
estaban basadas en la observación. Ella debió admitir que no sabemos lo
que ocurre en la mente de un bebé, solo el “aspecto infantil” del adulto o del
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niño en una situación analítica. Eso puede confirmar o refutar cosas pero no
se pueden basar las teorías analíticas únicamente en observaciones de la
conducta.
DP: ¿A Klein le interesaba específicamente el tema de la formación? ¿Y en
qué debería consistir, más allá del análisis personal?
HS: Usted sabe que estamos en una Sociedad Mesiánica. Siempre estamos
esperando a la nueva generación –Jesús– y todos los analistas están
obsesionados con la formación. Al final, todas las divisiones y todas las
diferencias giran en torno a la formación. Qué tipo de análisis, qué tipo de
supervisión, qué tipo de formación, por cuánto tiempo, o cuántas veces a la
semana. Estamos sobre-dedicados a la formación.
DP A propósito de eso, me resultó interesante cuando usted mencionó antes
que, al final de su análisis, acudía a tres sesiones semanales. Me sorprendió
oír eso. ¿Klein tenía una opinión más general acerca de un vínculo de
psicoanálisis de cinco veces a la semana a formas menos intensivas de
análisis o psicoterapia?
HS: Era categórica acerca de las cinco veces a la semana. Pasamos a tres
veces a la semana cuando ella estaba a punto de jubilarse y estaba
terminando. O a veces al final, pero era muy estricta sobre eso.
DP
¿Klein le dio a entender algo sobre el origen de su interés por los
estados primitivos muy tempranos y la primera infancia?
HS
Supongo que eso viene de su familia y de su propio análisis.
DP
¿Y de su propia experiencia con niños?
HS
Sí.
JM
Eso me lleva a pensar en su hija, Melitta Schmideberg[24], sobre lo
qué pasó allí, y cuán trágica fue esa relación.
HS
Toda la relación con sus hijos tuvo una terrible interferencia de su
madre. Ella estaba muy dominada por su madre. Todo el tiempo su madre
quería que ella enviara a sus hijos lejos y que se fuera a hacer una cura aquí,
allá y a cualquier parte y Melanie escribía cartas desesperadas en las que
relataba su preocupación por sus hijos y que los echaba de menos y su
madre respondía “Todo está bien. Tú quédate allí y completa tu cura”. Ese
tipo de cosas. Pienso que lo que sucedió con Melitta fue lo siguiente. Melitta
era muy talentosa y, por supuesto, Klein analizó a sus propios hijos al igual
que todos los analistas de la época, incluido Freud. No sé qué pasaba entre
ella y Melitta en ese entonces, pero ella [MS] ciertamente comenzó como
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analista y continuó mucho del trabajo de su madre. Luego comenzó a
analizarse con Glover a quien, para empezar, también le entusiasmaba
mucho Klein, y después establecieron una suerte de alianza contra ella. Klein
estaba convencida de que en realidad Glover tenía un romance con Melitta,
aunque nunca lo expresó excepto a mí y quizá a algunos otros amigos
íntimos. Y también hay un trabajo de Glover que no pude localizar, en el que
él dice que con personas muy paranoides a veces lo mejor es fijar la paranoia
en un miembro de la familia y dejar al resto libre.
DP
De alguna forma eso nos trae nuevamente a las Grandes
Controversias con las que tanto Melitta como Glover estuvieron involucrados
en forma cercana.
HS
En forma muy cercana. Eso era mucho más personal y mucho más
sucio. Por un lado porque Klein nunca habló en contra de Melitta o de Glover.
Nunca participó en eso.
DP Mirando esa época en retrospectiva, ¿qué es lo que más se destaca en
su opinión de las Grandes Controversias?
HS Se trató de un conflicto que dejó de manifiesto cuáles eran las diferencias
pero, en términos generales, a decir verdad, casi nunca pienso en eso.
Pienso que no es muy relevante en la actualidad. Pero, ciertamente, eso
forzó a Klein, con la ayuda de Susan Isaacs[25] y de Paula Heimann en ese
punto, a ser más precisa sobre sus teorías, aunque es algo irrelevante. No
hay partidario de Anna Freud en la actualidad que no crea que existe un
vínculo significativo previo a la época descrita por Freud. Se han dado todo
tipo de cambios. La técnica en análisis infantil no tiene nada que ver con la de
la época de las Grandes Controversias. Por eso no lo considero muy
relevante, excepto en cuanto a que el pasado siempre es relevante porque
ayuda a cambiar actitudes.
DP ¿Podría trasmitirnos el tenor de los debates dentro del grupo de Klein por
aquellos años? ¿Klein discutió activamente la evolución y los cambios en sus
ideas o trabajó en forma más solitaria, presentando sus hallazgos más tarde,
una vez completados?
HS Ambas cosas. No sé cuánto debatió con Joan Rivière[26] y con Susan
Isaacs y esa generación, pero más tarde hubo un grupo de personas muy
cercanas a ella; Bion después de su análisis, Elliott Jaques[27], Betty
Joseph[28] (que no era una analizada), y yo.
JM ¿Rosenfeld?
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HS Creo que Rosenfeld asistió a un seminario con ella que también incluyó
a Joan Rivière. Ella respetaba mucho el pensamiento de Rosenfeld y estoy
segura de que ambos debatían cosas a menudo. Ella discutía su trabajo pero
había ciertos puntos del mismo que no discutía con nadie, por ejemplo, su
trabajo académico sobre la envidia, hasta el final. Si ella discutió ideas sobre
el trabajo relativo a mecanismos esquizoides no sé con quién lo hizo, porque
ninguno de nosotros –el grupo que describí antes, más o menos mis
contemporáneos – estuvimos allí en esa etapa.
DP En retrospectiva, ¿puede detectarse una clara influencia de otros
miembros del grupo en ella?, o más allá de eso, ¿puede uno registrar otras
influencias psicoanalíticas en su propios cambios de percepción?
HS Originalmente tuvo la influencia de Fairbairn. Generalmente reconocía a
quienes habían sido sus influencias. Fairbairn le dio la idea de la posición
esquizoparanoide, aunque más adelante diferirían y mucho. Pienso que la
influencia más importante fue la del trabajo de Abraham sobre depresión
temprana. Ella escuchaba las críticas con muy buena disposición y a veces
discutía sus casos, pero recuerdo que, con respecto a los trabajos sobre la
envidia, se los guardó por mucho tiempo. Más tarde, una vez que tenía una
teoría, la discutía y se mostraba abierta a las críticas.
DP ¿Y qué opinaba ella de algunas tareas desarrolladas por sus seguidores y
discípulos más jóvenes –pensando en usted, Rosenfeld y Bion– y de los tipos
de trabajos que se realizaban, como por ejemplo en el tratamiento
psicoanalítico de pacientes muy enfermos?
HS Sí, se mostró sumamente entusiasmada al respecto, y sumamente
generosa. Le diré, por ejemplo, en cuanto a mí. Utilicé un término acerca de
la simbolización concreta. Se mostró muy complacida con mi trabajo[30].
Aceptó absolutamente mi crítica sobre lo que ella había manifestado acerca
de Dick, el niño autista, en el sentido de que el problema no era el excesivo
sadismo, sino un exceso de identificación proyectiva y concretización. Le
gustó mucho. Me dijo que posteriormente había utilizado mi término pero, de
hecho, tal como señalé, era un término suyo; ella ya había hablado de
pensamiento concreto en distintos casos. Pero estaba dispuesta a dar crédito
y a alentar. Estaba muy impresionada por el trabajo de Rosenfeld. Y también
por Bion. Como digo, no recibió bien algunos de los desarrollos posteriores
de Bion. Ella ya estaba muy mayor. La contratransferencia no le agradó
demasiado. Expresó que se debía considerar a la contratransferencia a la
vieja usanza como la había descrito Freud. Si tienes una fuerte reacción de
contratransferencia, ¡primero debes analizar lo que pasa contigo! Algo muy
bonito sucedió con un analista que falleció muy joven, David Davidson. Un
día fue a verla, con un montón de cosas y dijo ‘y el paciente proyectó en mí
toda esa confusión’. Y Klein le respondió, ‘No mi querido, el paciente no
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proyectó en usted toda esa confusión; usted estaba muy confundido’. Pero
pienso que nunca logró comprender totalmente los aspectos positivos de la
contratransferencia que sí existen. Incluso cuando es algo patológico, el tema
está en qué hizo el paciente para estimularlo. Actualmente prestamos mucha
atención a la contratransferencia y a la información que nos brinda.
DP Volviendo a sus recuerdos de Klein como presencia viva; alguien que solo
la conociera a través “del papel” ¿qué cosas no sería capaz de detectar
acerca de sus cualidades personales como pensadora y como clínica?
¿Piensa usted que hay aspectos importantes que no quedan plasmados en el
registro escrito?
HS Pienso que lo que no quedó plasmado, y me sorprende, es su buena
disposición con respecto a la contratransferencia. Porque yo diferencio entre
reacción de contratransferencia y predisposición básica a la
contratransferencia. Ella debe haber tenido una muy buena predisposición a
la contratransferencia. Pienso que era muy cálida. Nunca hablaba en forma
despectiva de sus pacientes, como lo hacen otros. Nunca se quejaba de esto
o aquello. Uno siempre tenía la sensación de que de veras escuchaba. A
veces no comprendía correctamente e intentaba nuevamente comprender. Y
eso no está plasmado en su producción escrita. Específicamente en sus
primeros trabajos parecería que hacía demasiado hincapié en la agresión, o
en esto, o en aquello. Pero no era así, en absoluto, al menos en mi
experiencia, tanto en análisis, como cuando supervisaba con ella el análisis
de algún niño. Tenía una buena disposición y era muy objetiva.
DP ¿Le resultaba fácil escribir?
HS No lo sé porque no sé cómo era en alemán. Le resultaba difícil escribir en
inglés y sus primeros escritos eran muy áridos. Creo que su inglés mejoró
con el tiempo. Envy and Gratitude[31] es de lectura accesible, pero carecía
del don que tenía Freud para la expresión exacta.
JM ¿Piensa que se debió a eso que algunas personas se sintieran
desmotivadas, y que de alguna manera no comprendían correctamente lo
que ella escribía porque no lo hacía en su lengua materna y no tenía ese don
para escribir?
HS Puede ser que cuando se escribe en inglés pensando en alemán no
funcione bien. Ella tenía facilidad para los idiomas. Su inglés hablado era muy
bueno, y aprendió el esloveno rápidamente, pero no era una escritora nata.
DP ¿Y como oradora? ¿Qué tipo de presencia tenía?
HS Era buena. Y en la sala, sin importar la situación, uno tenía la percepción
de una presencia poderosa.
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DP Me pregunto qué opinión habría tenido del rumbo que tomó el
psicoanálisis después de su muerte. ¿Formuló alguna predicción sobre cuál
sería el destino del movimiento psicoanalítico a largo plazo?
HS Es difícil de decir. La gente mayor tiende a ser pesimista. Freud era
pesimista y ella se volvió más pesimista después de su trabajo sobre la
envidia. ¿Se trataba de algo temperamental e inabordable? Aunque ella
misma demuestra, de muchas maneras, que puede ser abordable. Pero no
tenía razones para preocuparse sobre el futuro del movimiento kleiniano.
Comenzó como un grupo muy reducido en la Sociedad y ella tuvo muchos
discípulos talentosos que continuaron. Pero quedó muy afectada por Paula
Heimann [quien abandonó el grupo].
DP ¿Qué opinión tenía del hecho de que se trataba de ‘un grupo’?
Probablemente surgió un dilema sobre si esa era la mejor forma de promover
su pensamiento. Si contar con un grupo específico, o más bien intentar
difundir sus ideas en la Sociedad de una manera más general.
HS Ella nunca resolvió ese conflicto. En principio, solamente quería que sus
ideas se difundieran. Al tiempo se interesó más en decir que existía algo
como una técnica kleiniana y una teoría kleiniana, lo que era bastante
coherente y ella quería que eso se identificara y, sin embargo, quería que
todos fuéramos analistas y que no hubiera discriminación. Ella quería que
fuera de las dos maneras.
DP ¿Qué piensa usted que hubiera opinado Klein de los desarrollos
posteriores en cuanto a técnica dentro de la tradición kleiniana?
HS Sí, estaba pensando en eso. Pienso que hay cosas que le habrían
gustado mucho. Por ejemplo, el hecho de que hemos podido organizar mejor
la patología de la posición esquizoparanoide. Ella consideraba que en las
personas se daba una regresión a la posición esquizoparanoide, pero pienso
que ahora tenemos mucho más conocimiento acerca de los detalles de la
posición esquizoparanoide y de su patología asociada. La diferencia entre
regresión a una posición esquizoparanoide normal o a una patológica. Ahora
nos damos cuenta de que es muy importante ir hacia atrás y poder reintegrar
más y más. Ella valoraría mucho eso. Por ejemplo, valoraría algunos de los
trabajos sobre la envidia y su relación con las perversiones. El trabajo sobre
la envidia se ha vuelto mucho más elaborado.
Pienso que a ella no le gustaría… Verá. Ciertamente, ella sobreinterpretó la
fantasía y funcionó con algunos pacientes que se encontraban en posición
depresiva. Con otros pacientes lo habría usado como complicidad; ambos
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caerían en el mundo de la fantasía. Nosotros, ciertamente, interpretamos
menos fantasía, pero pienso que algunos se van a los extremos y casi se
vuelven analistas clásicos otra vez: solo analizan las defensas. Pienso que
ella tampoco estaría completamente de acuerdo –por supuesto ella traía el
aquí y el ahora y la extraordinaria importancia de la transferencia diaria- pero
pienso que habría considerado que en la actualidad hay demasiado “aquí y
ahora”. Era más una integradora. Quería una interpretación completa. Quería
fantasía, realidad, pasado, futuro. Probablemente sobreinterpretaba, pero
pienso que consideraría que algunos de nosotros subinterpretamos.
DP: Durante el período de postguerra, ¿Klein se interesó por la reacción que
provocaba su trabajo fuera de Inglaterra?
HS: No inmediatamente después de la guerra porque había pocos contactos,
pero cuando comenzó a viajar eso le interesó mucho. Thorner[32] viajó a
Alemania; Rosenfeld y yo comenzamos a viajar mucho. Los argentinos la
visitaron. Le interesaba mucho todo eso así como los desarrollos de su
trabajo en otros países.
DP: Más allá de la pregunta de la institución psicoanalítica en sí, ¿puede
usted decirnos algo sobre su influencia? ¿Por ejemplo sobre el efecto que
causó en el Servicio de Salud, o quizá en la cultura de modo más general?
HS: Hubo una enorme influencia en la educación gracias a Susan Isaacs.
Pienso que después de la guerra, la educación en los niveles maternal y
primario en Inglaterra eran seguramente los mejores de Europa, y quizá de
todo el mundo. Ambos niveles tomaban en cuenta el rol de las fantasías, la
necesidad de permitir el desarrollo creativo. Y todo eso lo estamos perdiendo
hoy, y tenemos que convertir a los niños en tragalibros, que leen información
y números. Ella ejerció una enorme influencia en la educación de este país.
Pienso que en su época el Servicio Nacional de Salud estaba en ciernes,
pero ella estaba muy interesada en los desarrollos de la Tavistock[33].
Riccardo Steiner, quien es más bien un historiador, reveló unas cuántas
cosas que ella hizo para la radio francesa sobre evacuación y cosas así. En
el aspecto político ella era muy consciente de lo que estaba sucediendo; era
del tipo liberal de izquierda. Pero el impacto de su trabajo se dio mucho
tiempo después. Al combinarlo con las teorías de Bion sobre grupos, uno
realmente podía aplicar un pensamiento analítico del tipo kleiniano. Pero ella
estaba familiarizada con Fornari[34] y su trabajo sobre la guerra, a menudo
determinado por un duelo fallido en guerras previas. A Klein le interesaba
mucho todo eso. Es curioso eso de que lo dificultoso de sus trabajos escritos
hiciera que la gente perdiera interés. Envidia y Gratitud se volvió
tremendamente popular entre artistas e intelectuales. Les atrajo
inmediatamente.
13
Melanie Klein Trust
DP ¿Ella pensaba que existía un lugar para sus ideas y su técnica clínica en
otros ámbitos, por ejemplo, en el trabajo con grupos o en psicoterapia en
términos más generales?
HS: Tenía cierta sospecha al respecto. Por un lado, sabía que era importante
influir en los siquiatras, en las enfermeras siquiátricas, en el servicio de salud
mental en general. Era consciente de esto pero, en lo personal, lo que quería
hacer era continuar con el análisis, y no deseaba que sus discípulos más
creativos hicieran muchas otras cosas.
DP: Algo de lo que no hemos hablado explícitamente aún es de la actitud de
Klein con respecto a la relación entre el mundo interno y el mundo externo.
¿Puede decirnos su perspectiva acerca de la perspectiva de Klein?
HS: Pienso que es algo totalmente falso. Solo un idiota pensaría que el
entorno no influye en el destino del niño y solo un idiota pensaría que todos
los niños son iguales. Pero, y aunque puedo estar sesgada en este sentido,
de hecho pienso que otras personas son mucho más extremas. Cuando
presionamos a Winnicott -¿el temperamento del niño no tiene nada que ver
con el desarrollo? ¿Todo es culpa de la mala madre?- finalmente reconoció
que algo que finalmente se convierte en el coeficiente intelectual
probablemente tiene su influencia. Es así. Mientras que Klein –quien
obviamente sobre-enfatizó el rol de la fantasía porque era su descubrimiento
y nuevo- constantemente habla del entorno.
Consideremos a ‘Richard’[35]. Hubo un ataque en Londres; el padre de
Richard viene, se encuentra con su prima –ella es tremendamente consciente
del impacto. En mi propio análisis, sé que ella estaba interesada y que era
muy cuidadosa en tratar de separar fantasía de realidad en la infancia. El
análisis de Dick[36] comienza cuando dice que su madre lo rechazó desde el
nacimiento. Eso surge muy poco en su trabajo porque prácticamente todos
los niños son hijos de analistas. A través de ella supe muchísimo sobre los
padres de Dick, pero no pudo ponerlo por escrito. Tenía a los hijos de Ernest
Jones[37] en análisis. Estaba muy limitada en todo eso. Pero siempre
enfatizaba el hecho de que cualquier realidad es interpretada por el niño en
fantasía. En realidad, yo enfatizo eso en mi trabajo siguiendo a Klein; gran
parte del trabajo radica en tratar de ver la interacción. No hay tal cosa como
fantasía pura. Y el hecho de que ella trae relaciones de objetos desde el
nacimiento, si hay una relación de objetos entonces obviamente la conducta
del objeto es muy importante. El contraste se da con gente que piensa que la
vida mental comienza a los dos o algo así. En la actualidad no se da con la
mayoría de los analistas, pero sí se daba en ese entonces.
Klein siempre enfatizó que hay una potente fantasía primaria, y que cuanto
más pequeño sea el niño más dominante es la fantasía. Al respecto he
formulado un concepto con el que estoy segura que ella estaría de acuerdo.
14
Melanie Klein Trust
Contrariamente a algunos que dicen que ella no demuestra comprensión o
empatía hacia el niño, yo digo que, por el contrario, otras personas imaginan
al pobre niño sufriendo la maldad del adulto. Klein piensa que el pobrecito no
solo sufre de la maldad del adulto ¡sino también por la culpa de haberla
causado! Porque surge de una parte omnipotente de la mente del niño. En
los distintos relatos de casos, ella habla de madres frustrantes o madres frías
o sucesos. Incluso teóricamente hablando, en la descripción de Klein de la
posición depresiva, es el retorno regular de la madre lo que permite que el
niño construya su mundo interno. Pero en aquellos días, Freud pensaba en
las fantasías como fenómenos discretos –una fantasía aquí y allá. No como
una fuente de cosas y la constante interacción entre ellos. Por eso la
considera una acusación totalmente falsa [que Klein ignoraba al mundo
externo]. Pero ciertamente algunos piensan que lo interno es más importante,
y otros piensan que lo externo es más importante. Pero a partir del trabajo de
Bion acerca de la identificación proyectiva patológica y normal, se volvió claro
exactamente por qué ciertas madres, que aparecen como madres
maravillosas, en realidad son muy malas madres porque no toleran decir “no”.
Podríamos adentrarnos en los detalles de la interacción, pero deben tenerse
en cuenta ambos factores, con lo interno encontrándose con lo externo. Y
ambos se afectan mutuamente. En mi opinión, el campo de batalla es la
posición depresiva; las proyecciones se retiran y entonces el niño reconoce
más y más la realidad externa. Por eso, es un argumento falso y un fracaso
antes de comenzar - a menos que uno lleve hasta el final la teoría de que
todo está en los genes y el entorno no tiene importancia.
DP ¿Qué fue lo que más la sorprendió sobre el estilo de Klein como
supervisora de su trabajo clínico propio? ¿Qué recuerda más vívidamente?
HS Bueno, su originalidad y cuánto podía ver en el material, que uno no
había visto. Y no era severa; al menos esa fue mi vivencia. No era tan severa
como Joan Rivière, que no soportaba a los tontos. Klein podía soportar a la
gente tonta muy bien, incluso podían llegar a agradarle.
JM Me preguntaba qué tipo de lenguaje usaba ella. Probablemente utilizaba
mucho lenguaje corporal, y términos de los objetos parciales. Creo que eso
es lo que usted ha estado dando a entender.
HS: Es correcto. Es lo mismo, ya ve. Ella lo sobre-utilizaba y luego Meltzer
también lo hacía. Solíamos llamarlo la escuela de los senos y los penes
voladores. Por otra parte existe el riesgo de perder contacto con la fantasía,
con la fantasía corporal. A ella no le habría gustado eso. Siempre fue muy
consciente de eso. Sabe, hay un chiste. Una señora de edad está
escuchando a unos jóvenes hablando de sexo. Cuidadosamente aparta a uno
de los jóvenes y le pregunta: “¿es que ya nadie lo hace a la vieja usanza?” Y
ahora, cuando escucho casos a veces me pregunto ¿es que ya nadie lo hace
15
Melanie Klein Trust
a la vieja usanza? ¿Ya nadie interpreta a la envidia como envidia? Nos
hemos vuelto demasiado cautos en cuanto a interpretar los impulsos reales.
La gente se pregunta, ¿Cómo podemos saberlo?, ¿no es mejor no utilizar
lenguaje de objetos parciales? Pero pienso que [nombrar a las cosas en
forma concreta] se ha vuelto en cierto modo un tabú. No llamamos envidia a
la envidia, y a un seno no lo llamamos seno. Y estoy de acuerdo con algunas
críticas que hace Egle Laufer[38] al decir que se trata siempre de un
pensamiento al encuentro de otro pensamiento. “¿Es que la parte inferior del
cuerpo nunca se menciona?”, se preguntó una vez, como crítica a un trabajo
post-kleiniano demasiado brillante, y ¡tenía razón! Como suele suceder, esto
es de ida y vuelta. Porque exageramos aquellas interpretaciones directas de
los impulsos y de las fantasías corporales, lo que no funcionó en un estado
de identificación proyectiva masiva, y porque estábamos demasiado
fascinados con los detalles de la fantasía, ahora la tendencia es a alejarse
demasiado de ella. Estoy segura de que a ella no le gustaría eso.
DP Vayamos ahora a la última fase de Klein y al trabajo en proceso y que
finalmente quedó inconcluso. ¿Existen ‘trabajos no escritos’ de Klein, o ideas
con las que usted sepa que ella seguía trabajando pero que en realidad
nunca llegó a materializar en artículos o libros?
HS Sus últimos trabajos publicados en realidad no estaban terminados.
Pienso que uno sobre la soledad Loneliness[39] todavía era un manuscrito.
Ciertamente, en mi opinión, el otro trabajo, sobre una de las tragedias
griegas, no era un trabajo terminado. En el día anterior a su muerte, trabajaba
sobre las pruebas de ‘Richard’,
DP ¿Puede contarnos algo acerca del período de su vejez y su muerte?
¿Qué recuerda de la etapa final?
HS Era extremadamente vigorosa. Hasta el final nunca se perdía una reunión
o cosas así. Pero se encontraba bastante deprimida y se sentía muy sola. Su
hijo había muerto y obviamente ella sufría mucho por el tema de Melitta, a
quien Klein le escribió intentando arreglar las cosas. Eric fue un hijo muy fiel.
Ella era muy apegada a sus nietos, y hacia el final se sentía particularmente
apegada a Michael, el mayor. Pero se trataba de visitas familiares cada tanto.
Yo soy afortunada de vivir con mi familia. Ella tenía muchos amigos pero se
sentía muy sola y muy a menudo deprimida. Pero estaba trabajando y dejó
todo cuidadosamente dispuesto en lo referente a lo que debía hacerse con
sus pacientes, y todo eso. Debió haber estado enferma por bastante tiempo.
Se encontraba muy muy cansada y no se sentía bien, y su médico
simplemente lo achacó a la edad avanzada y al cansancio. Pero ella sufría de
sangrados. No se lo dijo a él; pensó que eran hemorroides y no sé por qué no
le dijo que estaba sangrando mucho, y se estaba volviendo anémica.
16
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Enfermó durante las vacaciones y debieron traerla de regreso. Después todo
sucedió muy rápidamente. Se recuperó muy bien de su operación. Pero lo
que sucedió fue en realidad, y de alguna manera, su culpa. Insistió en que no
necesitaba una enfermera durante la noche. Se levantó de noche,
confundida, y se cayó, lo que hizo que su herida se abriera y sangrara. Pero
la noche anterior aún estaba trabajando en ‘Richard’.
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NOTAS
[1] Reason and Passion, y Psychoanalysis and Culture, Ambos: Londres:
Duckworth 1997.
[2] W. D. Fairbairn (1889 – 1964), trabajaba en forma independiente y al
mismo tiempo que Klein, en Edimburgo, en el desarrollo de una teoría sobre
relaciones de objetos. Ambos llegarían a diferir en importantes aspectos. Él
fue uno de los fundadores clave de lo que llegaría a conocerse como la
‘British Object Relations School’.[Escuela Británica de Relaciones de Objetos]
[3] Anna Freud (1895 – 1982), hija de Sigmund Freud, tenía posiciones muy
diferentes a las de Klein, enfocadas particularmente en la teoría y la técnica
del psicoanálisis infantil. Las discrepancias entre Londres y Viena en la
década de 1930 se concentraron ferozmente dentro de la Sociedad Británica,
después de que Freud y Anna, escapando de los nazis, se refugiaran en
Londres en 1939. Las controversias dentro de la Sociedad terminaron en una
serie de presentaciones/discusiones que tuvieron lugar entre 1942 y 1944, en
las que los seguidores de Klein debieron justificar que sus nuevas teorías
eran fieles al psicoanálisis, para mantener su derecho a permanecer en la
Sociedad. Se las conocería como las Grandes Controversias [Controversial
Discussions] [Ver R. Steiner y P. King (eds) The Freud-Klein Controversies
1941-45, Londres: Routledge (1991)].
El libro al que se refiere Segal aquí es The Ego and the Mechanisms of
Defence de Anna Freud [El Yo y los mecanismos de defensa] Londres:
Hogarth 1986 (primera publicación 1936).
[4] The Psychoanalysis of Children. (1932) [El psicoanálisis de niños] en The
Writings of Melanie Klein, Vol. 2. Londres: Hogarth 1975.
[5] Donald Winnicott (1896 – 1971) llegó al psicoanálisis como pediatra. Un
temprano seguidor de Klein, luego tendría importantes discrepancias con ella
en la teoría y en la clínica. Se convirtió en un prominente miembro del
llamado Middle Group [Grupo Intermedio] dentro de la Sociedad Británica a
partir de la década de 1950.
[6] Paula Heimann (1899 – 1982) fue analizada por Klein y en los inicios fue
una de sus amigas y partidarias clave en el hostil ambiente que rodeó a Klein
y a sus ideas en la década de 1940. Sin embargo, más tarde Heimann
renegaría mucho del trabajo de Klein y dejaría de serle leal, algo que
causaría a Klein una enorme aflicción.
[7] Esto era (y sigue siendo) un plan subsidiado que brinda la Clínica de
Psicoanálisis de Londres (London Clinic of Psychoanalysis) bajo el auspicio
del Instituto de Psicoanálisis (Institute of Psychoanalysis).
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[8] Grandes Controversias. Ver nota 3.
[9]
Herbert Rosenfeld (1910 – 1986) fue analizado por Klein. Realizó
aportes sustanciales (tal como hicieran Hanna Segal y Wilfred Bion en la
misma época) acerca de la comprensión psicoanalítica de pacientes sicóticos
y con otras patologías severas, y la clínica técnica aplicada a ellos.
[10] Edward Glover (1888 – 1972) fue un poderoso miembro de la
Sociedad Británica de Psicoanálisis en las décadas de 1930 y 1940, hasta su
renuncia en el año 1944. En los inicios apoyó a Klein y sus ideas, y en 1933
comenzó a analizar a la hija de aquella, Melitta Schmideberg. Más tarde, se
unió a su paciente para atacar a Klein públicamente y con ferocidad, lo que
agudizó mucho las asperezas en torno a las Grandes Controversias (ver 2).
[11] Mrs Klein, [La Sra. Klein], obra teatral de Nicholas Wright, llevada a los
escenarios por primera vez en Londres en 1989.
[12] Wilfred Bion (1897 – 1979) fue analizado por Klein. Se convirtió en uno
de los psicoanalistas más innovadores e influyentes del siglo XX. Teoriza
tanto acerca del funcionamiento de grupos como acerca de los elementos
fundamentales del funcionamiento síquico individual. Aquí Segal se refiere a
la teoría de Bion de la identificación proyectiva comunicativa y la “contención”
materna. Ver también nota 6.
[13] Ver nota 2.
[14] Dinora Pines es miembro de la Sociedad Británica de Psicoanálisis,
actualmente jubilada. Su trabajo se enmarca en la Tradición Freudiana
Contemporánea que, a su vez, tiene sus raíces familiares en la tradición de
Anna Freud. Se destaca por su trabajo psicoanalítico sobre embarazo.
[15] Jacques Lacan (1901 – 1981). Psicoanalista francés que desarrolló su
propia versión del psicoanálisis freudiano, basado en las ideas lingüísticas
estructuralistas y post-estructuralistas. Llevó a cabo cambios radicales en el
encuadre psicoanalítico (por ejemplo, permitir al analista variar la duración de
la sesión a su voluntad). Sus ideas fueron particularmente influyentes en el
psicoanálisis académico, aunque no en el clínico.
[16] Daniel Lagache (1903 – 1972). Fundador y primer Presidente de la
Sociedad Psicoanalítica Francesa desde 1964, Lagache fue un importante
psicoanalista francés. Fue un destacado docente y prolífico escritor
interesado en la síntesis entre psicoanálisis y psicología social.
[17] Riccardo Steiner, psicoanalista e historiador del movimiento
psicoanalítico, fue Archivista Honorario de la Sociedad Británica de
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Psicoanálisis desde 1944. Los libros a los que se hace referencia aquí son:
Tradition, Change, Creativity: Repercussions of the New Diaspora on Aspects
of British Psychoanalysis. Londres: Karnac (2000), y ‘It is a New Kind of
Diaspora’: Explorations in the Sociopolitical and Cultural Context of
Psychoanalysis. Londres: Karnac (2000). Steiner es también co-autor, junto
con Pearl King, de The Freud-Klein Controversies. (ver nota 3).
[18] Sandor Ferenczi (1873 – 1933) fue el primer analista de Klein, en
Budapest, y uno de los más cercanos colaboradores originales de Freud. Más
tarde se alejaría de la ortodoxia en su experimentación radical con el
encuadre analítico.
[19] Karl Abraham (1877 – 1925) fue el segundo analista de Klein, en Berlín.
Ejerció una muy importante influencia en la teoría gracias a sus
descubrimientos sobre el desarrollo primitivo y la fantasía. Fue un firme
seguidor de la obra de Klein en las primeras épocas. Falleció muy joven, por
lo que el análisis de Klein se vio interrumpido después de apenas un año.
[20] Ver nota 9. El ‘K’ link [enlace “K”] de Bion trata de la necesidad del
conocimiento/aprendizaje [“knowing”] con base en las emociones y de ser
conocido [“known”], como algo tan vital para la integridad síquica como el
amar [“love”] y ser amado [“loved”] (el enlace “L”). Ver Learning from
Experience (1962) Londres: Heinemann.
[21] Michael Balint (1896 – 1971), contemporáneo de Klein, es considerado
actualmente como un miembro reconocido de la ‘British Object Relations
School’ (ver nota 1).
[22] Esther Bick (1902 – 1983) es más conocida por su trabajo sobre
psicoterapia infantil en la Clínica Tavistock (ver nota 30), por su introducción
de la observación infantil en la formación analítica y por sus ideas sobre las
funciones protomentales de la piel.
[23] Donald Meltzer fue, al igual que Segal, paciente de Klein. Abandonó la
Sociedad Británica de Psicoanálisis pero sigue ejerciendo la práctica clínica
en Oxford, Inglaterra. Su trabajo es poco usual en cuanto al uso que sigue
haciendo de la interpretación directa de la fantasía primitiva.
[24] Melitta Schmideberg (1904-83), única hija mujer de Melanie Klein. El
conflicto entre ella y su madre, tanto personal como profesional, fue muy
difundido y trágico, durante la tempestuosa época de las Grandes
Controversias y después. Ver notas 2 y 7.
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[25] Susan Isaacs (1885 – 1948), fue una de las más incondicionales y
creativas seguidoras de Klein durante los años de las ‘Grandes
Controversias’ (ver nota 2) y después. Es muy reconocida por su trabajo ‘The
Nature and Function of Phantasy’ (1948) [Naturaleza y función de la fantasía],
International Journal of Psychoanalysis 29: 73-97. Aplicó las ideas
psicoanalíticas kleinianas a su trabajo en educación.
[26] Joan Rivière (1883 – 1962), al trabajar en la tradición kleiniana, realizó
importantes aportes, los que han sido recogidos en la obra The Inner World
and Joan Riviere (1991) Londres: Karnac.
[27] Elliot Jaques se destacó particularmente por su trabajo sobre dinámicas
de grupo e institucionales, y por su trabajo ‘Death and the Mid-Life Crisis’
(1965) [La muerte y la crisis de la mediana edad] International Journal of
Pychoanalysis 46:502-14. Actualmente se encuentra jubilado como analista y
se desempeña en el campo de la sociología.
[28] Betty Joseph es una ex supervisada de Klein y, al igual que Segal, se
convertiría en una colega cercana de aquella. Ha realizado importantes
aportes a la teoría clínica psicoanalítica y ha ejercido una importante
influencia en la técnica contemporánea post-kleiniana. Ver Psychic
Equilibrium and Psychic Change: Selected Papers of Betty Joseph. (1989)
Londres: Routledge.
[29] ‘Notes on Some Schizoid Mechanisms’ (1946) [Notas sobre algunos
mecanismos esquizoides] en The Writings of Melanie Klein Vol. 3, Londres:
Hogarth Press, (1975).
[30] ‘Notes on Symbol Formation’ (1957) [Notas sobre la formación de
símbolos] en International Journal of Psychoanalysis 38: 391-7.
[31] Envy and Gratitude (1957) [Envidia y Gratitud] en The Writings of
Melanie Klein Vol. 3 176-235. Londres: Hogarth Press (1975)
[32] Con el advenimiento de Hitler al poder, Hans Thorner emigró de Berlín a
la Sociedad Británica, e inicialmente trabajó como médico. Fue analizado por
Klein y después por Bion y se convirtió en un miembro prominente del grupo
de seguidores de Klein.
[33] The Tavistock Clinic [Clínica Tavistock], de Londres, fue fundada en
1920 como una clínica psicoterapéutica y se volvería famosa como centro de
formación para psicoterapeutas psicoanalíticos, adultos y niños, dentro del
Servicio de Salud Británico. También influyó mucho en el tratamiento de
neurosis de guerra y en el desarrollo de la teoría de las relaciones de grupo.
[34] Franco Fornari (1921-85), psicoanalista italiano, publicó, entre otras
cosas, un importante trabajo en que aplicó las ideas kleinianas sobre la
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psicología de guerra. Publicada en italiano en 1966, la edición inglesa se
titula The Psychoanalysis of War [El psicoanálisis de la guerra]. Bloomington
y Londres: Indiana University Press 1975.
[35] Esto se refiere a Narrative of a Child Analysis (1961) [Relato del
psicoanálisis de un niño] de Klein, publicado como el Volumen 4 de The
Writings of Melanie Klein Londres: Hogarth Press 1975. Es el relato diario del
análisis de cuatro meses de duración de un niño de 10 años a quien ella
llamó “Richard”. Fue llevado a cabo en Pitlochry, lugar donde se refugió Klein
un tiempo durante los bombardeos a Londres en tiempos de la guerra.
[36] ‘Dick’ fue el nombre que Klein dio a un niño autista que analizó y sobre
quien escribió en The Psychoanalysis of Children (1932). En The Writings of
Melanie Klein Vol 2. Londres: Hogarth Press 1975.
[37] Ernest Jones (1879 – 1958), galés, fue una figura clave en el
psicoanálisis británico temprano. Fue amigo cercano y el biógrafo oficial de
Sigmund Freud, con quien mantenía correspondencia. Jones fundó la
Sociedad Británica de Psicoanálisis de la que fue presidente entre 1919 y
1944. Fue un gran seguidor de Klein y de su trabajo por largo tiempo, y quien
primero la invitó a Londres.
[38] Egle Laufer es una prominente psicoanalista británica dentro de la
tradición freudiana contemporánea (ver nota 11). Se ha destacado
particularmente por su trabajo sobre adolescencia.
[39] ‘On the Sense of Loneliness’ (1963) [Sobre el sentimiento de soledad] en
The Writings of Melanie Klein Vol 3. Londres: Hogarth Press 1975.
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