LA UrSUEHECCION Telegramas de anoche Mundo político

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AñoXXV.-ÉpooaV.
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trirh. 4; sem. 7,50; año 15.—Portugal, sem. 11; año 20.—Extranjero, sem. 30; año 55.—Cuba y Puerto Rico, sem. 20; año 35.
—Filipinas, sem. 25; año 50.—^íúmero del día, 5 céntimos.—
Atrasado, 15 céntimos.
LA UrSUEHECCION
E3>J C U B A .
Con profunda pena hemos leído las
noticias recibidas ayer en el ministerio
de Ultramar, las cuales hallarán nuestros lectores en otro lugar de este número.
La gravedad que encierran y los comentarios que su lectura nos sugiere,
son de tal índole, que la más vulgar
prudencia aconseja omitirlos.
Lo que no callaremos, porque la indignación que sentimos lo impide, es
aquello que se relaciona con el estado á
que nuestro Gobierno dejó reducido en
la gran Antilla un ejército hoy llamado
á sofocar insurrección naciente, que si
vuelos tomara, debería exigirse de ella
estrecha cuenta á los verdaderos culpables.
Un día y otro día venimos clamando
contra desacertadas reducciones de la
fuerza armada, única garantía de orden
y sostén único de la integridad de la patria.
Nuestras voces se pierden en el vacío
ó se consideran como obedeciendo á interesadas miras.
Los ministros de la Guerra, sometidos dócilmente á ese poder civil que
aborrece al ejército, decretan reducciones ¡que eil_p2iís ignorante recline con
aplauso, para maldecirlas cuando el peligro asoma.
Venceremos hoy como ayer vencimos, pero será á costa de muchas vidas
de españoles, de muchos jirones de
honranacional, y de todo ese dinero ahorrado para sostener lujo, alimentar fraudes y darse aire de salvadores de la Hacienda.
Venceremos con armamento inútil
contra fusiles de repetición que alguien
cuidará de dar á los insurrectos; con
soldados bisónos apenas instruidos, con
unidades tácticas reducidas á su menor
expresión; con socorro tardío y costoso
que de este desorganizado ejército peninsular ss pueda mandar allí.
Venceremos sin reservas de Ultramar
que debieran crearse para este caso; sin
batallones organizados que de aquí vayan, sin barcos que los conduzcan, y
sin otros elementos que el valor y el entusiasmo, única propiedad de que no
han podido desposeer á este sufrido
ejército del cual se acordarán ahora para sacrificarlo.
Si en nuestra mano tuviésemos el antiguo poder de los Papas, y las excomuniones surtieran el efecto que entonces
surtían, diríamos á los causantes de esta
nueva desdicha:
«Maldita sea la tierra que pises y el
pan que comas.» Anatema sic.
¿Dónde irían después de esta maldición los ministros de la Guerra que empezaron la desorganización del ejército,
y el Sr. López Domínguez que acaba
de consumarla?
EL DESPRIGIO
A. L A . OFíisriorgr
Pocos hombres habrá con quienes la
prensa haya agotado los epítetos que la
adulación dicta, como con el general
López Domínguez, escatimándole, en
cambio, los calificativos duros y malsonantes. Su condición dulce y afable, y
hasta cierto punto inofensiva, han sido
seguramente la razón de esa benevolencia.
No hemos de decir aquí si en este
país, donde no se sabe nombrar á cualquier estimable sujeto sin llamarle distinguido, ilustrado, conspicuo y hasta
eminente, al obtener esos y aun otros
dictados, el general López Domínguez
demostró méritos que los justificasen.
Ni como general en campaña, ni como
político, ni menos como simple particular, hace al caso ahora el juicio de su
conducta, que sólo nos corresponde
apreciar como ministro de la Guerra.
Y en tal concepto, podrá poseer toda la distinción y conspicuidad del
mundo y ser el más ilustrado y el más
eminente de los mortales (excepto Castelar), pero como para su gestión no
usa ninguna de esas virtudes, resulta lo
mismo que si fuera la más honorable de
las medianías.
Pero sea como fuere, y esto es lo que
nos propusimos decir al comenzar el artículo, dedúcese de lo anterior que nadie
como el Sr. López Domínguez puede saber lo mucho que el concepto de las gentes, aunque estén equivocadas, influye en
la elevación de los hombres. Por eso extráñase tanto ahora, que hombre tan
dado á buscar esas palabras halagadoras de la vanidad y del oído; hombre
que siempre se cuidó tanto de lo que
decían de él; que con su mónita personal logró captarse amigos hasta entre
sus adversarios, prescinda de tal manera actualmente de los juicios de la opinión militar.
A no ser que este adjetivo, el de militar, baste para que á su ojos la opinión á la cual se aplica pierda todo
el valor que puediera poseer si se llamase opinión pública en general, ó de
los políticos ó de los literatos ó de los
ornitólogos en particular.
Y esto debe de ser; esto es, sin la menor duda; el general López Domínguez
no estima en lo más mínimo la opinión
militar; quizás ni cree que existe semejante opinión. Cosa que se explica perfectamente.
No pertenece el Sr. López Domínguez á los tiempos que corren; procede
de esa generación que va ya desapareciendo, y que si influyó poderosamente
en los destinos de nuestra Patria, está,
como suele decirse, mandada retirar; de
esa generación que hasta cuando forma
parte de las escuelas políticas ó filosóficas más radicales, resulta hoy atrasadísima en comparación de las otras generaciones que llegan ahora con un concepto mucho más real, mucho más exacto de la vida; con un criterio más á la
moderna para juzgar todas las cuestiones.
Ejemplo evidente nos lo dan algunos
hombres que figuran hoy en ciertos partidos extremos; éstos podrán poseer la
llave de lo porvenir, pero, como en la
Plaza de Toros de esta Corte, tienen
cada llavero que allá se las ha con el
Mtdrano en punto á juventud... de ideas.
Cuando el general López Domínguez
se inició en el teje maneje de la vida
pública, no existía lo que hoy llamamos opinión militar. Podría haber algunos militares que poseyesen opinión
propia sobre los problemas relativos á
la existencia, organización y régimen
de los ejércitos; pero distaban mucho
de estar generalizadas esas opiniones
particulares. En una palabra: de todo
se hablaba en los cuartos de banderas
menos de cuestiones militares. En las
armas generales, los oficiales jóvenes
pensaban en divertirse (ó en explotar
SálDado 29 de Abril de 1893.
ésta ó la otra influencia para ascender
por elección), y los veteranos cuidábanse
no más que de ir corriendo años para
mejorar su retiro. Los cuerpos especiales se encerraban en lo técnico; y de lo
orgánico, y ni siquiera de lo verdaderamente militar, no había tres que se ocupasen. Por desgracia, el hueco venía á
llenarlo en buena parte lo político.
En esa atmósfera que se respiró casi
hasta la terminación de la guerra civil,
hubo de vivir siempre el general López
Domínguez; de ahí su desprecio para
una opinión cuya existencia ni conoce
tal vez; de ahí también que á las manifestaciones de la prensa profesional no
les de valor alguno, cuando no son golpes de incensario, de esos á que su sibaritismo le hace tener afición tan desmedida.
No sabe el general López Domínguez
que hoy en los cuartos de banderas se
cumple como nunca lo que la ordenanza previene al recomendar á los oficiales que se ocupen mucho de los asuntos
de la profesión; ignora que hoy en ellos
no se juega (en sus tiempos se jugaba)
ni se refieren calaveradas y aventuras
no siempre de buen género, ni se murmura de los jefes ^ de sus familias,
ni se conspira por instigación de este ó
el otro general inquiáto, sino que se habla de organización y de táctica y de estrategia y de armamento; y como es natural, si en todos esos puntos existen
defectos, claro es que resultarán en evidencia, pues quienes hablan y discurren sobre tales materias, aunque ostenten trencillas ó galones y no entorchados en las bocamangas, las dominan lo
suficiente, y más, mucho más, de fijo,
que aquellos que sí las estudiaron (como
entonces se estudiaba) allá por los días
de Torrejón de Ardoz; olvidáronse después de todo ello entre la holganza del
rutinarismo burocrático ó el bullir indocto de la política.
Todo esto, repetimos, no lo sabe y
muy por su mal, el Sr. López Domínguez. Pero cuando salga del ministerio
desprestigiado y mal querido, fácil es
que se arrepienta de tal ignorancia.
Sólo que entonces será ya tarde y de
nada le valdrá su arrepentimiento.
Telegramas de anoche
(DE LA AGENCIA FABRA)
La Bolsa.
Paris 28.—Después de la hora oficial de
Bolsa, han cerrado hoy:
El 3 por IDO francés, á 96,27.
El 4 por ICO exterior español, á 66 y un
cuarto.
Londres 28.—Clausura de la Bolsa de
hoy: 4 por 100 exterior español, 66,43.
Vaperes qne van.
Singapore 28,—Hov viernes ha salido de
este puerto para Manila, el vapor-correo de
la Compañía Trasatlántica Isla de Panay.
Barcelona 28.—Hoy viernes ha salido de
este puerto para Manila^ el vapor-correo Isla
de Lujón, de la Compañía Trasatlántica.
Conflicto en Tàtsger.
Paris 28.—Una nota oficiosa publicada
en la tarde de hoy, dice:
«En contra de las noticias de Madnd respecto al incidente surgido en Tánger entre
Mr. Lonhart, encargado de Negocios de
Francia en aquella capital y el agente español de la Compañía Trasatlántica, la información hecha demuestra que el agente golpeó brutalmente y derribó á Mr. Lonhart, sin
nmguna provocación de parte de éste. Inmediatamente se elevó una queja al ministro español en Tánger, y Mr. Danbigny, que lo es
de Francia en Marruecos, ha pedido una rápida y enérgica reparación.»
Los huelguistas.
Nantes 28.—La huelga cjue se había declarado en varias corporaciones va en aumento. Los huelguistas, que en la actualidad
son 8.000, se pasean por grupos en las calles.
Los presupuestos en Francia.
París 28.—En la sesión "celebrada esta
mañana por la Cámara de diputados, ha sido
desestimada por j6o votos contra 175 la pro-
Se suscribe en la Administración del periódico y en casa de
nuestros corresponsales.—También se reciben en la Administración, comunicados y anuncios españoles y extranjeros i precios convencionales.—Toda la correspondencia debe dirigirse
al Administrador de EL COKREO MILITAR, Sta. Brígida, 4, bajo.
posición de la comisión de presupuestos sobre reforma de las patentes, aprobando en
votación ordinaria el sistema actual.
En la sesión de la tarde se resolvió por 397
votos contra 132, segregar del presupuesto el
proyecto de reforma sobre las bebidas alcohólicas. M. Peytral, ministro de Hacienda, solicitó esta separación, haciéndola cuestión de
Gabinete.
Después de algún debate, ha aprobado
también el proyectado impuesto sobre las
operaciones de Bolsa, votado ya por el Senado.
El conjunto del presupuesto ha sido aprobado por 417 votos contra 48.
Paris 28.—En el Senado ha seguido la discusión sobre la reforma de las patentes.
Después el ministro de Hacienda, monsieur
Peytral, ha presentado el presupuesto. El Senado ha aplazado su discusión para esta
tarde.
Viajes regios.
Turin 28.—El duque de York ha salido de
esta población con dirección á Londres.
Ñapóles 28.—Los soberanos de Italia y
Alemania se embarcaron á bordo del acorazado italiano Lepanto, para visitar el golfo
de Ñapóles.
Harmonías religiosas.
Constantinopla 28.—En Cesárea, al pasar
por delante de la mezquita el féretro que
conducía el cadáver de un armenio notable,
el acompañamiento fué atacado por los turcos armados de palos, resu'tando muertos y
heridos numerosos armenios.
Entre usureros.
Berlín 28.—En el Parlamento alemán se
ha discutido el proyecto de ley contra la usura, habiendo revestido el debate un carácter
de excepcional violencia fr cambiándose entre los socialistas, semitas y antisemitas los
dictados de cobarde, canalla y pillo.
SI duque de Veragua enfermo.
Londres 28.—(Via cable Bilbao).—Según
despachos de los Estados Unidos, fecha de
hoy, el duque de Veragua que se dirige á Chicago, se sintió enfermo desde Filadèlfia á
Harrisbury.
•
En esta población se encontró ya mejor;
pero se ha juzgado conveniente que le acompañe un médico durante el resto del viaje.
Mundo político.
Kn e l S e n a d o .
Continuó en la sesión de ayer la discusión del Mensaje, consumiendo el segundo y tercer turno en contra los señores vizconde de Campo Grande y
Hernández Iglesias.
El primero censuró que el Gobierno
no ofrezca mejora alguna en el material
ni en fortificaciones y defensas, y que
haya prometido no mermar las fuerzas
del ejército, cuando es sabido que los
proyectos de Guerra dejan en cuadro la
Infantería y la Caballería y todas las
armas especiales.
El Sr. Portuondo, que fué el encargado de contestar á este señor senador,
no halló medio mejor de defender al
Gobierno que diciendo que él entendía
que no podían dejarse desatendidas cosas tan sagradas como el material de
guerra y la defensa de costas y fronteras.
Pues que se lo cuente al Sr. López
mínguez.
Quien á pesar de la opinión del señor Portuondo, no sólo ha desatendido
esas sagradas atenciones, sino que ha
introducido la perturbación y el desbarajuste en todos los organismos del
ejército.
En el Congreso.
Cada día se va haciendo más cansada
la discusi-ón de actas, de la que van quedando cada día más rotos y maltrechos
la seriedad del Gobierno y el prestigio
del régimen parlamentario.
La sesión de ayer, que duró seis horas, se dedicó íntegra á la discusión del
acta de Cangas de Tineo, en donde dicen que se han cometido horrores por
favorecer al candidato electo Sr. Suárez
Inclán, el cual, sin embargo, fué admitido diputado y declarado compatible, á
pesar de ser registrador de la Propiedad.
El suplicatorio.
L a tan debatida cuestión del suplicatorio para el procesamiento del señor
Bosch, quedará resuelta esta tarde, según afirman los periódicos de la mañana.
Las corrientes que circulan en la Comisión, son favorables á la autorización
solicitada por el juez, aun cuando el actual alcalde de Madrid, Sr. Angulo, se
opone á que se siente este precedente.
« *
Núm. 5.249.
El Sr. Maroto ha denegado la reposición del auto de procesamiento que
solicitaron los concejales procesados.
La E x p o s i c i ó n d e C h i c a g o .
Ahora parece que se tropieza con serias dificultades para que S. M. el Rey
pueda inaugurar el gran certamen americano y transmitir el mensaje de rúbrica á aquél lejano continente.
Como que la cuestión es de ochavos.
Y ya se sabe que estamos en época
de economías.
Por lo cual, sería un derroche incalificable el gasto de unas cuantas pesetas
por corresponder al honor que nos dispensa la gran república Norte-americana.
Ingenieros militares.
El Globo publica un articulo en el que, haciéndose cargo de Ip que estos días se ha dicho en varios otros periódicos acerca de la no ,
justificada ni justificable exclusión de los ingenieros militares para redactar proyectos de
carreteras, acordado por el Real decreto de 8
del corriente, considera injustas las reclamaciones de dichos ingenieros, estimando que
con la pretensión que esas reclamaciones entrañan, se invaden atribuciones puramente
peculiares de los ingenieros civiles.
Para sostener esta opinión, el articulista se
fija en que el Decreto habla de proyectos de
carreteras comprendidas en el plan general
del Estado.
Creemos que el autor extrema el argumento.
La intervención del Estado en cuanto á dichos proyectos, ya la determinan concretamente los arts. 3.°, 4.° y 5.°, donde se prescribe que aquéllos han de ser confrontados,
examinados é informados por los ingenieros
y empleados de obras públicas del Gobierno.
No se trata, pues, con las reclamaciones de
los Ingenieros militares, de invadir atribubuciones reglamentarias de los ingenieros civiles que están al servicio del Estado, sino
de poder sostener la competencia privada
con respecto á los ingenieros de caminos y
ayudantes de obras públicas que, no como
agentes del Gobierno, si como particulares,
redacten proyectos de carreteras. Porque para la acción oficial del cuerpo pericial de
obras públicas al servicio del Estado, ya están los artículos 3.°, 4.° y 5.°
De otro modo, resultaría que el tal decreto
tendía á favorecer á los ingenieros de caminos y ayudantes de obras públicas al servicio
del Estado, no ya sólo frente á los ingenieros militares, sino también con respecto á
los ayudantes de obras públicas é ingeniera
de caminos que pueden no formar parte del
cuerpo sostenido por el Estado, 6 estar excedentes 6 supernumerarios.
Cuanto más que en el caso expuesto, se verificaría algo parecido á lo de Juan Palomo,
porque si en el art. 2." se tratase sólo de los
ingenieros y ayudantes y al servicio del Estado, tendríamos que los agentes del Gobierno suscribirían primero los proyectos de carreteras, para ellos mismos confrontarlos,
examinarlos é informarlos después; lo que
no parece muy propio que se diga.
Cometido eso último á los agentes del Gobierno, queda lo primero á la iniciativa y la
aptitud privada.
Ahora bien, en este concepto no cabe excluir de la concurrencia á los ingenieros militares, cuya aptitud está oficialmente reconocida por el Estado.
Por lo mismo, estimamos que las reclamaciones dé los ingenieros militares no tienen
nada de pecaminosas y absurdas é injustas.
Los ingenieros militares que están en servicio de su Instituto, dicho se está que no han
de poder consagrarse á estudios de proyectos
de carreteras: para dedicarse á tales trabajos, se hallarán en situación de supernumerarios.
En tal situación, ninguna razón puede aducirse para privar á los ingenieros militares de
utilizar, en la esfera de la actividad privada
y de las empresas particulares, las aptinides
técnicas que oficialmente por el Estado tienen reconocidas.
Con eso no invaden atribuciones de cuerpo alguno de ingenieros al servicio del Estado, á tenor de lo que se desprende del decreto de referencia.
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