El derecho a la consulta previa: estado del arte Prof. Manuel Núñez Poblete Facultad de Derecho PUCV [email protected] Introducción La incorporación en el ordenamiento jurídico interno, a partir del año 2009, del Convenio 169 implica una importante reformulación del régimen jurídico aplicable a: a) La relación del Estado con los pueblos indígenas y las culturas minoritarias b) La relación del Estado con la propiedad y los territorios. c) El reconocimiento del derecho y la jurisdicción no estatal. d) Los procedimientos legislativos e) La validez de los actos administrativos II. El contexto del Convenio 169: algunos rasgos esenciales a) No asimilacionista. b) El Convenio 169 es un instrumento de vocación universal pero de aplicación preferentemente regional, en la medida en que la mayor parte de los estados signatarios son latinoamericanos. c) Creciente desarrollo de la jurisprudencia de la Corte IDH. III. Los instrumentos a favor del consenso en el Convenio 169 El esquema básico del Convenio 169 se estructura sobre tres pilares: el consentimiento, el derecho a la consulta previa y la participación. La Declaración de Naciones Unidas agrega la autodeterminación. Consentimiento Consulta Participación Participación y autogobierno Participación Consulta ¿Autogobierno? Consentimiento Chile: estatutos especiales A. La consulta Artículo 6° C 169 1. Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos deberán: • a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente; Art. 19 DPI “Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por medio de sus instituciones representativas antes de adoptar y aplicar medidas legislativas o administrativas que los afecten, a fin de obtener su consentimiento libre, previo e informado” Art. 6.2 C 169 “ 2. Las consultas llevadas a cabo en aplicación de este Convenio deberán efectuarse de buena fe y de una manera apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas.” “ Que la consulta a los pueblos interesados que dispone el Nº 1 del artículo 6º del Acuerdo remitido no podrá, desde luego, entenderse que implique el ejercicio de soberanía, pues ella, conforme al claro tenor de lo dispuesto en el artículo 5º de la Carta Fundamental, reside esencialmente en la Nación y se ejerce por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que la propia Constitución establece. La forma de participación consultiva que la norma en examen contempla tampoco podría adoptar la modalidad de un plebiscito o de una consulta popular vinculante, pues la Carta Fundamental regula estos modos de participación, de manera incompatible con tal posibilidad, en los artículos 118 y 128 de la Constitución”, STC rol 1050/2008. ― (cons. 13º). “ El principio de que el consentimiento de los pueblos indígenas deberá ser la finalidad de las consultas no implica que la obtención del consentimiento sea un requisito absoluto en todas las situaciones. En todos los casos, es fundamental que el Estado haga un esfuerzo de buena fe para llegar a un acuerdo. Los pueblos indígenas también deben procurar de buena fe alcanzar el consenso sobre las medidas propuestas y evitar las posiciones inflexibles cuando las medidas propuestas se basen en intereses públicos legítimos ” , Segundo informe Relator Especial UN/2009, 66. Si no persigue el consentimiento, ¿entonces qué persigue? “las consultas pueden ser un instrumento de diálogo auténtico, de cohesión social y desempeñar un papel decisivo en la prevención y resolución de conflictos “, CEACR Obs. Gral. C 169/2009 “62. De conformidad con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y con el Convenio Nº 169 de la OIT, los Estados tienen el deber de consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos especiales y diferenciados sobre los asuntos que les conciernen, con la finalidad de obtener su consentimiento libre, previo e informado. Basado en el entendimiento de la marginación relativa y las condiciones desfavorables de los pueblos indígenas en relación con los procesos democráticos normales, este deber dimana del derecho primordial de los pueblos indígenas a la libre determinación y de los principios de soberanía popular y gobierno por consentimiento y es un corolario de los principios conexos de derechos humanos.”, Segundo Informe Relator UN PI/2009 Es un derecho autoejecutable (STC 309/2008, 7°). Comprende las medidas legislativas y administrativas en todos sus niveles Persigue el consenso Debe ejecutarse de buena fe Participan las autoridades representativas (de acuerdo con el derecho consuetudinario): función de la personalidad jurídica y representación de la CONADI. Síntesis explicativa En el Convenio 169, el consentimiento es la finalidad de la consulta. Como es la finalidad, se estima que la consulta no da poder de veto a las comunidades: “las consultas no implican un derecho de veto ni su resultado será alcanzar necesariamente el acuerdo o lograr el consentimiento” (OIT, CEACR, Observación General sobre el Convenio 169). “Ningún segmento de la población nacional de cualquier país tiene derecho a vetar las políticas de desarrollo que afecte a todo el país” (OIT, Guía sobre el Convenio 169). Síntesis explicativa En el plano de las reglas legalmente exigibles en Chile, el CPLI es exigido solamente en un caso —y con ciertas limitaciones— como requisito para adoptar el acto: el art. 16 del C 169 (medidas de autorización de traslado y reubicación de comunidades). Para el resto de los casos el consentimiento se limita a ser la finalidad del procedimiento de consulta sin que obste a la adopción y ejecución de la medida el que no se logre en consentimiento: el deber de consulta se cumple aun si no hay consentimiento. ¿Es tan absoluta la exigencia de consentimiento en el Convenio? No, no es una exigencia absoluta La exigencia excepcional del Convenio también admite una excepción: “cuando no pueda obtenerse su consentimiento, el traslado y la reubicación sólo deberá tener lugar al término de procedimientos adecuados establecidos por la legislación nacional”. Esta norma proviene del Convenio 107 (que especificaba razones de seguridad nacional, desarrollo económico o salud) que se simplificó el año 1988, pero salvando la posibilidad de que la legislación nacional prevea causas en que prime el interés general. ¿Hay alguna variación en los Reglamentos de consulta? Los dos reglamentos que regulan la consulta (el DS 40 particular del SEIA y el general 66 de la Consulta) siguen la misma línea de la consulta/finalidad del Convenio 169. Por lo tanto, no hay variación ni imposición de requisitos adicionales respecto del CPLI. Reglamentos aplicables: el consentimiento es la finalidad DS 66 RGC Artículo 2º.- Consulta. La consulta es un deber de los órganos de la Administración del Estado y un derecho de los pueblos indígenas susceptibles de ser afectados directamente por la adopción de medidas legislativas o administrativas, que se materializa a través de un procedimiento apropiado y de buena fe, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas susceptibles de afectarlos directamente y que debe realizarse de conformidad con los principios recogidos en el Título II del presente reglamento. Artículo 3º.- Cumplimiento del deber de Consulta. El órgano responsable deberá realizar los esfuerzos necesarios para alcanzar el acuerdo o el consentimiento de los pueblos afectados, dando cumplimiento a los principios de la consulta a través del procedimiento establecido en este reglamento. Bajo estas condiciones, se tendrá por cumplido el deber de consulta, aun cuando no resulte posible alcanzar dicho objetivo. DS 40 RSEIA Art. 7 (…) “Cuando excepcionalmente el traslado y la reubicación de grupos humanos pertenecientes a pueblos indígenas se consideren necesarios, sólo deberán efectuarse con su consentimiento, dado libremente y con pleno conocimiento de causa. Cuando no pueda obtenerse su consentimiento y existan causas establecidas en la legislación vigente, el traslado y la reubicación sólo deberá tener lugar al término de procedimientos adecuados, incluidas encuestas públicas, cuando haya lugar, en que dichos grupos tengan la posibilidad de estar efectivamente representados”. B. El consentimiento 16.2 C 169 “ Cuando excepcionalmente el traslado y la reubicación de esos pueblos se consideren necesarios, sólo deberán efectuarse con su consentimiento, dado libremente y con pleno conocimiento de causa. Cuando no pueda obtenerse su consentimiento, el traslado y la reubicación sólo deberá tener lugar al término de procedimientos adecuados establecidos por la legislación nacional, incluidas encuestas públicas, cuando haya lugar, en que los pueblos interesados tengan la posibilidad de estar efectivamente representados”. 29.2 DPI “2. Los Estados adoptarán medidas eficaces para garantizar que no se almacenen ni eliminen materiales peligrosos en las tierras o territorios de los pueblos indígenas sin su consentimiento libre, previo e informado.” ¿Existe alguna presión por extender o reforzar el CPLI? Sobre las fuentes legales, y por tanto judicialmente exigibles, hay algunos instrumentos y recomendaciones que han llevado a algunos sectores a sostener que el CPLI no solo es finalidad sino que, particularmente tratándose de la explotación de recursos naturales, es requisito sine que non para la autorización de proyectos. Un instrumento importante es la Declaración de UN de 2007. A nivel internacional existe cierta tendencia a aumentar los estándares de CPLI. Los instrumentos y recomendaciones internacionales podrían estar generando, al menos a nivel regional, los inicios de una costumbre regional en materia de CPLI Veamos algunos ejemplos en la literatura… “El consentimiento de los pueblos es exigido al Estado antes de tomar una decisión respecto de medidas que, eventualmente, puedan afectar derechos de interés superior, como la existencia e integridad de los pueblos. En tales supuestos, el Estado no puede tomar decisiones sin contar con el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos. Y, en todo caso, debe abstenerse de actos que vulneren dicha integridad o pongan en riesgo la existencia de los pueblos” (R. Yrigoyen, 2008). “[V]ida, integridad cultural y autonomía exigen que, bajos determinadas circunstancias, se requiera no solo la consulta previa y de buena fe a los pueblos indígenas y tribales, sino también su consentimiento previo, libre e informado. Es el caso de proyectos de inversión de alto impacto en territorio indígena y del desplazamiento” (Aylwin, MezaLopehandía y Yáñez, 2013) También el Relator Anaya ha opinado sobre el CPLI “Necesariamente, la solidez o importancia de la finalidad de lograr el consentimiento varía según las circunstancias y los intereses indígenas que estén en juego. Un efecto directo y considerable en la vida o los territorios de los pueblos indígenas establece una presunción sólida de que la medida propuesta no deberá adoptarse sin el consentimiento de los pueblos indígenas. En determinados contextos, la presunción puede convertirse en una prohibición de la medida o el proyecto si no existe el consentimiento de los indígenas. La Declaración reconoce dos situaciones en que el Estado tiene la obligación de obtener el consentimiento de los pueblos indígenas interesados, fuera de la obligación general de que las consultas tengan por finalidad procurar el consentimiento. Esas situaciones incluyen el caso en que el proyecto dé lugar al traslado del grupo fuera de sus tierras tradicionales y los casos relacionados con el almacenamiento o vertimiento de desechos tóxicos en las tierras indígenas (arts. 10 y 29, párr. 2, respectivamente). De la misma manera, en un caso que afectaba al pueblo saramaka de Suriname, la Corte Interamericana de Derechos Humanos sostuvo que "cuando se trate de planes de desarrollo o de inversión a gran escala que tendrían un mayor impacto dentro del territorio saramaka, el Estado tiene la obligación, no sólo de consultar a los saramakas, sino también debe obtener el consentimiento libre, informado y previo de estos, según sus costumbres y tradiciones” (Anaya A/HRC/12/34/ 2009, 47) También el Relator Anaya ha opinado sobre el CPLI… aunque con matices. “Al mismo tiempo, los principios de consulta y consentimiento no confieren a los pueblos indígenas un derecho a imponer unilateralmente su voluntad a los Estados que actúan legítimamente y de buena fe en bien del interés del público. Los principios de consulta y consentimiento están más bien encaminados a evitar que se imponga la voluntad de una parte sobre la otra y a que, en lugar de ello, se procure llegar a un entendimiento mutuo y adoptar decisiones por consenso” (Anaya A/HRC/12/34/ 2009, 47). Algunos tribunales en la región están empujando por aumentar las exigencias de CPLI. Es el caso, por ejemplo, de la Corte Constitucional de Colombia… “[N]o se puede obligar a una comunidad étnica a renunciar a su forma de vida y cultura por la mera llegada de una obra de infraestructura o proyecto de explotación y viceversa. En virtud de ello, en casos excepcionales o límite los organismos del Estado y de forma residual el juez constitucional, si los elementos probatorios y de juicio indican la necesidad de que el consentimiento de las comunidades pueda determinar la alternativa menos lesiva, así deberá ser. Lo anterior como manifestación de la protección especial que la Constitución otorga a las minorías étnicas en aquellos proyectos cuya magnitud tiene la potencialidad de desfigurar o desaparecer sus modos de vida, motivo por el que la Corte encuentra necesario que la consulta previa y el consentimiento informado de las comunidades étnicas en general pueda determinar la alternativa menos lesiva en aquellos eventos que: (i) impliquen el traslado o desplazamiento de las comunidades por la obra o el proyecto; (ii) estén relacionados con el almacenamiento o vertimiento de desechos tóxicos en las tierras étnicas; y/o (iii) representen un alto impacto social, cultural y ambiental en una comunidad étnica, que conlleve a poner en riesgo la existencia de la misma, entre otros” (Corte Constitucional de Colombia, T-129/11, 3 de marzo de 2011, 7.1). ¿Cuáles serían estos instrumentos que aumentan el estándar del CPLI? 1. La Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas de 2007. 2. Las recomendaciones de los órganos de Naciones Unidas. 3. Las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; y 4. La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos 1. La Declaración de Naciones Unidas (2007) “Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo” (art. 32.2). Hay diversas interpretaciones sobre el CPLI en la Declaración. Unos creen que es consentimiento/finalidad (comparando las propuestas originales con el texto final). Otros creen que se da un paso adicional. En todo caso, el lenguaje sigue siendo ambiguo. 2. Recomendaciones de órganos de Naciones Unidas “El Comité exhorta especialmente a los Estados Partes a que reconozcan y protejan los derechos de los pueblos indígenas a poseer, explotar, controlar y utilizar sus tierras, territorios y recursos comunales, y en los casos en que se les ha privado de sus tierras y territorios, de los que tradicionalmente eran dueños, o se han ocupado o utilizado esas tierras y territorios sin el consentimiento libre e informado de esos pueblos, que adopten medidas para que les sean devueltos. Únicamente cuando, por razones concretas, ello no sea posible, se sustituirá el derecho a la restitución por el derecho a una justa y pronta indemnización, la cual, en la medida de lo posible, deberá ser en forma de tierras y territorios”, Comité contra la discriminación racial, Observación general núm. XXIII relativa a los derechos de los pueblos indígenas, párr. 5. 3. Recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “El desarrollo de los estándares internacionales sobre los derechos de los pueblos indígenas, incluyendo aquellos fijados por el sistema interamericano, hace posible identificar una serie de circunstancias donde la obtención del consentimiento de los pueblos indígenas es obligatoria. La primera de estas situaciones, identificada por el Relator Especial de Naciones Unidas, es la de los planes o proyectos de desarrollo o inversión que impliquen el desplazamiento de los pueblos o comunidades indígenas de sus territorios tradicionales, es decir, su reubicación permanente. El requisito del consentimiento en estos casos se establece en el artículo 10 de la Declaración de Naciones Unidas: “Los pueblos indígenas no serán desplazados por la fuerza de sus tierras o territorios, No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso”. El consentimiento de los pueblos indígenas también se requiere, según la Corte Interamericana en el caso Saramaka, en los casos en que la ejecución de planes de inversión o desarrollo o de concesiones de explotación de los recursos naturales privaría a los pueblos indígenas de la capacidad de usar y gozar de sus tierras y de otros recursos naturales necesarios para su subsistencia. Otro caso en el que, como apunta el Relator Especial, resulta exigible el consentimiento de los pueblos indígenas, es el de depósito o almacenamiento de materiales peligrosos en tierras o territorios indígenas, según dispone el artículo 29 de la Declaración de Naciones Unidas” (CIDH, Derechos de los pueblos indígenas y tribales sobre sus tierras ancestrales, 2009) 4. Jurisprudencia de la Corte IDH “la Corte considera que, cuando se trate de planes de desarrollo o de inversión a gran escala que tendrían un mayor impacto dentro del territorio Saramaka, el Estado tiene la obligación, no sólo de consultar a los Saramakas, sino también debe obtener el consentimiento libre, informado y previo de éstos, según sus costumbres y tradiciones” (Corte IDH, Saramaka vs. Surinam, 2007) IV. El derecho a la consulta en la jurisprudencia chilena: síntesis del estado de la cuestión 1. El fundamento de la consulta. La consulta como derecho fundamental: el derecho a participar en igualdad de oportunidades a que se refiere el art. 1º de la Constitución política 2. Incardinación armónica con los instrumentos de participación ambiental. 3. Flexibilidad. 4. No discriminación. 5. Proporcionalidad como estándar del juicio de apreciación. 6. Significación o relevancia de la afectación. 7. El estándar de buena fe es recíproco (* revocado) 8. Sanción por omisión de la consulta. 9. Jurisdicción del contencioso: ¿jurisdicción de protección o jurisdicción ambiental? El criterio de la intervención urgente.