RECONOCIMIENTO DE LAS MUJERES DESDE LA LEGISLACIÓN. Por PATRICIA MARTINEZ CIFUENTES “Necesitamos que nos dejen hablar, no para emprender una revancha estéril de las mujeres, ni para tomarnos el poder, ni para que los hombres sufran pues no estamos interesadas en una guerra de sexos. Es una lucha para visibilizar a la mujer”. FLORENCE THOMAS En Colombia podemos decir sin ningún reparo que jurídicamente las mujeres hemos alcanzado una lugar de igualdad al lado del hombre, es más, podría decirse que en el ámbito legal, tenemos suficientes instrumentos para afirmar que estamos en mejores condiciones que los varones pues el estado debe aplicar acciones positivas que beneficien a las mujeres para que la igualdad planteada no se quede en el texto y sea viable en la vida real. Pero a pesar de todo nos es muy difícil creer que sí somos iguales y es que durante casi toda nuestra historia después de la conquista hemos sido tratadas, aún por la legislación, como ciudadanas de segunda. Amanera de ejemplo citaré los siguientes, aclarando que algunas de estas normas ya no están vigentes bien por derogatoria, o por declaración de inconstitucionalidad (inexequibilidad) o por inconstitucionalidad sobreviniente: El Código Civil expedido en 1.887. Artículo 33: Mientras las palabras hombre, persona, niño, adulto y otras semejantes en su sentido general se aplican a individuos de la especie humana, por el contrario las palabras que designan el sexo femenino como mujer, niña, viuda y otras semejantes no se aplicarán a otro sexo. Artículo 140. “El matrimonio es nulo y sin efecto en los casos siguientes: ...7º. Cuando se ha celebrado entre la mujer adúltera y su cómplice, siempre que antes de efectuarse el matrimonio se hubiere declarado, en juicio, probado el adulterio”. Artículo 154. Son causales de divorcio..."el adulterio de la mujer" Artículo 176. “... la mujer debe obediencia al marido”. Artículo 177. “La potestad marital es el conjunto de derechos que las leyes conceden al marido sobre la persona y bienes de la mujer” Artículo 178. “El marido tiene derecho para obligar a su mujer a vivir con él y seguirle a dondequiera que traslade su residencia”. Artículo 180. “Por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes entre los cónyuges, y toma el marido la administración de los de la mujer...” Artículo 181. “Sin autorización escrita del marido no puede la mujer casada parecer en juicio, por sí, ni por procurador, sea demandando, o defendiéndose”. Artículo 182. “La mujer no puede, sin autorización del marido, celebrar contrato alguno, ni desistir de un contrato anterior, ni remitir una deuda, ni aceptar o repudiar una donación, herencia o legado, ni adquirir a título alguno oneroso o lucrativo, ni enajenar, hipotecar o empeñar” Artículo 200. “ El juez decretará la separación de bienes en el caso de insolvencia o administración fraudulenta del marido. Si los negocios del marido se hallan en mal estado, por consecuencias de especulaciones aventuradas, o e administración errónea o descuidada, podrá oponerse a la separación, presentando fianzas o hipotecas que aseguren suficientemente los intereses de la mujer”. En el Código Penal: Artículo 712 Código Penal de 1.890 derogado en 1.936: "La mujer casada que cometa adulterio sufrirá una reclusión por el tiempo que quiera el marido, con tal que no se pase de cuatro años. Si el marido muriese sin haber solicitado la libertad de la mujer y faltare más de un año para cumplir el término de reclusión, permanecerá en ella un año, después de la reclusión hasta que cumpla su condena" . El artículo 382 del código penal que rigió hasta 1981 establecía: “Cuando el homicidio o las lesiones se cometan por cónyuge, padre o madre, hermano o hermana contra el cónyuge, la hija o la hermana de vida honesta, a quienes sorprenda en ilegítimo acceso carnal o contra el copartícipe del acto” caso en el cual se podía otorgar el perdón judicial y aún eximírsele de responsabilidad, huelga decir que este artículo solamente se aplicaba cuando la víctima era de vida honesta, o sea, una mujer. Art. 322. “El responsable de los delitos de que tratan los dos capítulos anteriores quedará exento de pena si contrajere matrimonio con la mujer ofendida” por el cual cesaba la acción penal en contra del violador que se casaba con su víctima, derogado por la ley 360 de 1.997 artículo 8º. A partir de 1.932 con la ley 28 que concede a la mujer casada los mismos derechos patrimoniales que al hombre, para obligarse, celebrar contratos sin autorización del marido y administrar sus bienes, por fin empieza a cambiar la situación de las mujeres. El Decreto 1972 de 1933 nos abrió las puertas de las universidades. En la reforma constitucional de 1.954 se nos otorgó el derecho de elegir y ser elegidas. Y el derecho al voto en el plebiscito de 1.957 haciendo parte del constituyente primario, por autorización del decreto 254 de 1.957. El Decreto 1260 de 1970 eliminó la obligación de la mujer casada de llevar el apellido del esposo. El decreto 2820 de 1.974 acabó con la potestad marital y le concedió a la mujer la patria potestad sobre sus hijos. La ley 1 de 1.976 convirtió a marido y mujer en cónyuges con iguales derechos y deberes. La ley 51 de 1.981 que aprobó la Convención de Copenhague, eliminó todas las formas de discriminación contra la mujer. Define la „discriminación contra la mujer‟, como toda distinción, exclusión basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de la mujer , de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera. Esta ley, si bien es muy importante, no tuvo mecanismos que garantizaran su aplicación. Estableció los siguientes compromisos para los estados parte: Los estados parte se comprometen a: 1. Consagrar en la constitución y en cualquier otra legislación la igualdad del hombre y la mujer y por medio de leyes hacer que este principio se realice en la práctica. 2. Adoptar medidas con las sanciones correspondientes que prohíban toda discriminación contra la mujer. 3. Establecer la protección judicial de la mujer y garantizar la protección efectiva de ésta. 4. Abstenerse de realizar cualquier práctica discriminatoria contra la mujer. 5. Eliminar cualquier ley, reglamento, uso o práctica que constituyan discriminación. 6 .Tomar medidas para eliminar la discriminación contra la mujer practicada por particulares. 7. Eliminar todas las disposiciones penales nacionales que constituyan discriminación contra la mujer. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para: a) Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres; b) Garantizar que la educación familiar incluya una comprensión adecuada de la maternidad como función social y el reconocimiento de la responsabilidad común de hombres y mujeres en cuanto a la educación y al desarrollo de sus hijos, en la inteligencia de que el interés de los hijos constituirá la consideración primordial en todos los casos. Frente a la Participación Política de las mujeres consagra los siguientes derechos: a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas; (elegir y ser elegida). b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas. c) ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales; d) Gozar de todos los derechos y libertades en igualdad de condiciones con los hombres. e) Participar en asociaciones y organizaciones no gubernamentales. (partidos, sindicatos, juntas). f) Representar a su gobierno en el plano internacional y de participar en la labor de las organizaciones internacionales g) Elegir libremente su nacionalidad y legarla a los hijos e hijas. El decreto 999 de 1.988 permitió a la mujer eliminar voluntariamente el apellido del esposo de su nombre. El decreto 1398 de 1.990 que reglamentó la ley 51 de 1.981 y creó un Comité de Coordinación y Control para la implementación de la ley. La ley 50 de 1.990. amplía en cuatro semanas descanso remunerado para la época del parto y lo hace extensivo a la madre adoptante. La ley 54 de 1.990 permitió a la compañera permanente (antes llamada concubina) la posibilidad de reclamar derechos patrimoniales de su compañero haciendo valer el trabajo doméstico invisible. En 1.991, la Nueva constitución Política establece en condiciones favorables la situación jurídica de las mujeres: El artículo 13 que consagra la igualdad real y efectiva y da lugar a la creación de la igualdad real, la equidad y la discriminación positiva. "Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familia, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan". Establece la llamada IGUALDAD REAL, que es definida así por la corte Constitucional: “La igualdad que estatuye el precepto constitucional no implica que el trato dado por la ley a las personas deba ser idéntico, pues bien se sabe que al Estado corresponde contrarrestar aquellas desigualdades surgidas de condiciones económicas, físicas o mentales, por cuya razón, ciertas personas se encuentran respecto de las demás en circunstancias de debilidad manifiesta. En desarrollo del concepto de igualdad real y efectiva, las autoridades públicas están obligadas a introducir en sus actos y decisiones, elementos que desde el punto de vista formal podrían parecer discriminatorios, pero que sustancialmente tienden a lograr un equilibrio necesario en la sociedad, por cuya virtud se superen en la medida de lo posible, las deficiencias que colocan a algunos de sus miembros en notoria posición de desventaja.” C-588-92. Otros artículos de la C.P: El artículo 40 :”las autoridades garantizarán la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de la administración pública” El artículo 42 que consagra la igualdad de derechos del hombre y la mujer en sus vínculos de pareja .... y le da un tratamiento igual a las familias creadas mediante matrimonio de las conformadas por la unión marital de hecho. El artículo 43 que establece la igualdad de sexos, la no-discriminación, el apoyo especial a la mujer embarazada y el apoyo a la mujer cabeza de familia. La ley 82 de 1.993 que consagra beneficios para la mujer cabeza de familia. Más adelante veremos a detalle cuales son estos beneficios. (Modificada por la ley1232 de 2.008). La ley 25 de 1.992 establece el divorcio para el matrimonio civil y hace más clara la igualdad de ambos cónyuges. El decreto 2055/94 que creó la comisión de asesoría para la equidad y la participación de la mujer y el decreto 1440 de 1.995 que creó la Dirección Nacional para la Equidad Ley 248 de 1995 por medio de la cual se aprueba la Convención Internacional para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, suscrita en la ciudad de Belem Do Para, Brasil, el 9 de junio de 1994. La ley 258 de 1.996 creó la afectación a vivienda familiar. El decreto 311 de 1.996 creó el registro Nacional de protección familiar que protege a la cónyuge y los hijos. La Corte Constitucional se manifestó al respecto diciendo que siempre la esposa tiene derecho a percibir alimentos de su cónyuge y que este no es un derecho simplemente patrimonial sino una obligación social. La ley 294 de 1.996. Ley para Prevenir, remediar y sancionar la Violencia intrafamiliar. Esta ley fue posteriormente modificada por la ley 575 de 2.000, 882 de 2.004 y la Ley 1142 de 2.007. La ley 360 de 1.997 artículo 8º. Derogó el artículo 307 del Código Penal. En materia laboral se ratificó del convenio 111 de la O.I.T. relativo a la discriminación en materia de empleo y ocupación. La ley 581 de 2.000 por la cual se reglamenta la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos del poder público, de conformidad con los artículos 13, 40 y 43 de la Constitución Nacional. La ley 599 DE 2000 por la cual se expide el Código Penal tipifica como delitos contra la familia: La violencia intrafamiliar y la inasistencia alimentaria. Y como delitos contra la libertad, integridad y formación sexuales la violación y los actos sexuales abusivos y trae como circunstancia de agravación el que se realice contra el cónyuge o contra quien se cohabite o se haya procreado un hijo. La ley 755 de 2.002. Establece la Licencia de paternidad. La Ley 823 de 2.003 Por el cual se dictan normas sobre igualdad de oportunidad para las mujeres. Tiene por objeto establecer el marco institucional y orientar las políticas y acciones por parte del Gobierno para garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades de las mujeres. Ley 984 de 2005 aprueba el protocolo facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación de la mujer adoptado en la Asamblea de Naciones Unidas el 6 de Octubre de 1999. Ley 1257 de 2.008 por la cual se dictan normas para prevenir, erradicar y sancionar toda forma de violencia contra las mujeres. Crea el acoso sexual como tipo penal. Reforma al Código penal Ley 599 de 2.000. “ARTICULO 210 A. Acoso sexual: El que en beneficio suyo o de un tercero y valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años“ LA POLÍTICA DE EQUIDAD Y PARTICIPACIÓN DE LA MUJER –EPAM-. A partir de mediados de los noventas, gracias al movimiento social de mujeres y a los convenios suscritos por Colombia, el gobierno nacional se compromete con la problemática de la mujer colombiana. Se propone el gobierno: Integrar la perspectiva de género en la gestión pública territorial, en los ministerios y las distintas entidades, revalorizar el trabajo doméstico, adecuar los servicios a las necesidades de las mujeres ( calidad, horarios, contenido de la oferta), buscar protección legal, buscar la inserción de la mujer en las actividades económicas, políticas y culturales, superar los obstáculos que impiden el acceso de las mujeres a los recursos y oportunidades. Para el trabajo en los municipios se propone: Atender los problemas inmediatos de las mujeres y lograr el desarrollo de las instituciones que se creen para este fin a futuro. Los pasos que se deben dar son: 1. Planeación desde diagnósticos realizados con participación de la mujer. 2. Adecuación de servicios institucionales a las necesidades de la mujer, papel productivo, reproductivo y acción comunitaria. 3. Fortalecimiento de las organizaciones de mujeres. 4. Tener una dependencia que impulse los programas de la mujer Hoy está en vigencia la Ley 823 de 2.003 Por el cual se dictan normas sobre igualdad de oportunidad para las mujeres. Tiene por objeto establecer el marco institucional y orientar las políticas y acciones por parte del Gobierno para garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades de las mujeres. Acciones Positivas para el cumplimiento del objeto de la ley: 1. Promover y garantizar a las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales. 2. Eliminar los obstáculos que impiden el pleno ejercicio de sus derechos ciudadanos y el acceso a los bienes que sustentan el desarrollo de la nación. 3. Incorporar las políticas y acciones de equidad de género e igualdad de oportunidades de las mujeres en todas las instancias y acciones del Estado, a nivel nacional y territorial Acciones Positivas para la ejecución de las políticas de género por las instituciones: 1. Adoptar criterios de género en las políticas, decisiones y acciones en todos los organismos 2. Adoptar las medidas administrativas para que las instituciones responsables cuenten con instrumentos adecuados para su ejecución. 3. Promover la adopción de indicadores de género en la producción de estadísticas de los organismos e instituciones públicas y privadas. 4. Divulgar la legislación sobre los derechos para las mujeres Acciones Positivas para promover y fortalecer el acceso de las mujeres al trabajo urbano y rural: 1. Desarrollar acciones para garantizar la no discriminación y que se cumpla el principio de “a trabajo igual salario igual” 2. Diseñar programas de formación y capacitación laboral para mujeres dejando a un lado los estereotipos. 3. Brindar apoyo tecnológico, organizacional a las mujeres sobre sus derechos laborales y económicos y sobre los mecanismos de protección a los mismos. 4. Divulgar y proteger los derechos laborales de la mujer. 5. Garantizar a la mujer campesina la propiedad o la tenencia de la tierra, el crédito y la asistencia para su adecuada explotación. 6. Vigilar y controlar el cumplimiento de las normas de seguridad social a favor de las mujeres trabajadoras. 7. Evaluación periódica sobre las condiciones de trabajo de las mujeres, sobre todo de las rurales. Acciones Positivas en salud. 1. Mejorar e incrementar el acceso de las mujeres a los servicios de salud integral, inclusive de salud sexual y reproductiva y salud mental durante todo el ciclo de vida. 2. Diseñará y ejecutará programas sobre: Capacidad reproductiva. Para prevenir las tasas de morbimortalidad femenina relacionada con S.S.R., salud mental y discapacidad. 3. Los proceso de formación y capacitación de los recursos humanos en salud, públicos y privados, incorporarán la perspectiva de género. 4. El sistema de registro e información estadística en materia de salud en forma actualizada especificará el componente de género. Acciones Positivas para las mujeres embarazadas: En cumplimiento de lo estipulado por el artículo 43 de la C.P., la mujer gozará de especial asistencia y protección del Estado durante el embarazo y después del parto. El Gobierno Nacional diseñará planes especiales de atención a las mujeres no afiliadas a un régimen de Seguridad social. El gobierno establecerá un subsidio alimentario para la mujer embarazada desempleada o desamparada. Acciones Positivas en educación: 1. Garantizará el acceso de las mujeres a todos los programas académicos y profesionales en igualdad de condiciones. 2. Eliminar el sexismo y otros criterios discriminadores en los procesos, contenidos y metodologías de educación. 3. Estimular los estudios e investigaciones sobre género e igualdad de oportunidades para las mujeres asignando recursos para los mismos. 4. Facilitar la permanencia de las mujeres en el sistema educativo. 5. Mejorar la producción y difusión de estadísticas e indicadores educativos con perspectiva de género. 6. Realizar campañas a través de los medios masivos de comunicación con mensajes dirigidos a erradicar los estereotipos sexistas y discriminatorios y a estimular actitudes y prácticas sociales incluyentes. Acciones Positivas El Gobierno Nacional diseñará programas especiales de crédito y subsidios para que las mujeres cabeza de familia, las trabajadoras del sector informal y las madres comunitarias accedan a vivienda digna. El gobierno Nacional promoverá y garantizará la inclusión de proyectos, programas y acciones en el Plan Nacional de Desarrollo y cofinanciará las acciones departamentales y nacionales. Seguimiento y evaluación. Estará a cargo del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República hará el seguimiento y evaluación de las políticas. Así mismo en el informe anual al Congreso incluirá un capítulo sobre el cumplimiento de las normas que reglamenten la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres. Estos son algunos aspectos importantes a tener en cuenta en el proceso de reconocimiento de las mujeres en la legislación: 1. LA EQUIDAD COMO ESTRATEGIA PARA LOGRAR LA IGUALDAD. Igualdad de oportunidades, valoración social, acceso al desarrollo, igualdad. ACCIONES AFIRMATIVAS Mujeres, indígenas, comunidades afrodescendientes, menores de edad, personas en situación de discapaciad, población lgtb, tercera edad… Ha tenido un buen desarrollo por parte de la Corte Constitucional. (Podría decirse que la construcción de la Equidad en materia jurídica – para las mujeres- es de creación de la Corte Constitucional. Las sentencias C son de constitucionalidad, las T son de Tutela y las SU son unificadoras de doctrina.) Dice la Corte: Sobre la validez de aceptar que la igualdad no sea una operación matemática en la sentencia C-588/92: “Para responder al anterior interrogante, la Corte recuerda que no todos los criterios ni puntos de vista son igualmente válidos para que la ley establezca diferenciaciones y regulaciones. En efecto, hay criterios constitucionalmente neutros, y que pueden entonces ser ampliamente utilizados por las autoridades, pero existen categorías, que han sido denominadas “sospechosas”, por cuanto son potencialmente discriminatorias y por ende se encuentran en principio prohibidas. Así, esta Corporación había señalado, en la sentencia C-481 de 1998, MP Alejandro Martínez Caballero, Fundamento 17, que pueden ser consideradas sospechosas y potencialmente prohibidas aquellas diferenciaciones (i) que se fundan en rasgos permanentes de las personas, de las cuales éstas no pueden prescindir por voluntad propia, a riesgo de perder su identidad; además (ii) esas características han estado sometidas, históricamente, a patrones de valoración cultural que tienden a menospreciarlas; en tercer término, esos puntos de vista (iii) no constituyen, per se, criterios con base en los cuales sea posible efectuar una distribución o reparto racionales y equitativos de bienes, derechos o cargas sociales. Finalmente, (iv) en otras decisiones, esta Corporación ha también indicado que los criterios indicados en el artículo 13 superior deben también ser considerados sospechosos, no sólo por cuanto se encuentran explícitamente señalados por el texto constitucional, sino también porque han estado históricamente asociados a prácticas discriminatorias. Esta diferencia entre puntos de vista “sospechosos” y categorías “neutras” es esencial en el análisis de la igualdad por cuanto, tal y como esta Corte lo ha señalado, la intensidad del control judicial de la igualdad no puede ser la misma, cuando una diferencia de trato se funda en un criterio potencialmente discriminatorio, que cuando recurre a puntos de vista neutrales. Así, frente a las diferenciaciones basadas en categorías potencialmente prohibidas, esta Corporación ha indicado que el juicio de igualdad debe ser más estricto, por lo cual, en principio sólo son admisibles aquellas regulaciones que sean necesarias para alcanzar objetivos imperiosos para la sociedad y para el Estado. En cambio, frente a categorías neutrales, el escrutinio judicial de la igualdad debe ser menos riguroso, por lo cual, en principio son legítimas todas aquellas clasificaciones que puedan ser simplemente adecuadas para alcanzar una finalidad permitida, esto es, no prohibida por el ordenamiento constitucional. Como es obvio, las consecuencias que derivan de la aplicación de estas diversas pruebas de igualdad son diferentes, pues una norma que sería admisible si se aplica un "test" débil, puede resultar inconstitucional si el control es fuerte o estricto. En el juicio débil basta que la clasificación sea potencialmente adecuada para obtener resultados admisibles, mientras que, conforme al "test" estricto, la diferencia de trato debe ser necesaria, y el objetivo buscado debe ser imperioso. Esto muestra pues la importancia de tener en cuenta si la regulación se funda o no en criterios “sospechosos” o potencialmente prohibidos. Con todo, la Corte precisa que las consecuencias del uso de una categoría sospechosa no son siempre que el juez constitucional deba mecánicamente recurrir al escrutinio más estricto posible, por las siguientes tres razones. De un lado, no todas esas pautas son igualmente discriminatorias, por cuanto algunas pueden reunir solamente algunas de las características que tornan un criterio sospechoso, pero no todas, mientras que otros puntos de vista pueden presentar todas esas características. El escrutinio judicial puede ser entonces menos riguroso en el primer caso, que en el segundo. De otro lado, no todos los usos de esas categorías son igualmente problemáticos constitucionalmente, puesto que no es lo mismo que se utilicen esos criterios para profundizar o perpetuar desigualdades, que para corregir las discriminaciones existentes. En efecto, la Constitución, con el fin de lograr que la igualdad sea real y efectiva, autoriza las acciones afirmativas en favor de grupos discriminados o marginados, o de personas que se encuentren en situaciones de debilidad manifiesta (CP Art. 13). Y es obvio que las autoridades sólo pueden tomar medidas efectivas y positivas para eliminar esas desigualdades, si toman explícitamente en consideración el criterio que ha servido hasta ahora para discriminar negativamente. Esa es la esencia de las acciones afirmativas, que tiene expreso sustento constitucional, pues mal podría un Estado tratar de mejorar la situación de un grupo marginado, sin expedir regulaciones que mencionen el factor que provocó su segregación. Así, si la ley quiere mejorar la situación de la mujer frente al hombre, o aquella de los indígenas frente a los blancos, pues es obvio que la ley debe recurrir a clasificaciones étnicas o sexuales. Por ello, por ejemplo, el artículo 4º de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer señala explícitamente que no constituyen discriminación las “medidas especiales de carácter temporal encaminadas a acelerar la igualdad de facto entre el hombre y la mujer”. Igualmente, esta Corte ha indicado que “no siempre que se utilicen criterios distintivos como el sexo, existe un tratamiento discriminatorio”, pues se "autoriza, dentro de un principio de protección, la toma de medidas positivas, dirigidas a corregir desigualdades de facto, a compensar la relegación sufrida y a promover la igualdad real y efectiva de la mujer en los órdenes económicos y sociales." (Sentencia C-082 de 1999) En tal contexto, si las autoridades recurren a un criterio “sospechoso”, pero para tomar medidas de acción afirmativa, destinadas a reducir la discriminación existente, es obvio que esas disposiciones no pueden estar sometidas al mismo escrutinio judicial que en aquellos eventos en que ese criterio ha sido utilizado para profundizar o perpetuar las desigualdades. Por ello, esta Corporación ha indicado que las acciones afirmativas están sometidas a una prueba intermedia del respeto a la igualdad, en virtud de la cual es legítimo aquel trato diferente que está ligado de manera sustantiva con la obtención de una finalidad constitucionalmente importante. Finalmente, si bien los derechos fundamentales tienen una eficacia horizontal, y por ende se proyectan a las relaciones entre los particulares, tal y como esta Corte lo ha indicado, es obvio que la fuerza del principio de igualdad es mucho mayor cuando regula las relaciones entre las autoridades y las personas, que cuando se trata de vínculos privados entre particulares. La razón es tan sencilla como poderosa: la Constitución no sólo protege el pluralismo (CP Art. 7º) sino que, además, las personas son autónomas, tienen derecho al libre desarrollo de la personalidad y gozan de la libertad de asociación (CP Art. 16 y 38), por lo cual los individuos pueden expresar ciertas preferencias que le están vedadas a las autoridades. Por ejemplo, una persona puede escoger sus amistades exclusivamente entre aquellas personas que profesan ciertas opiniones políticas o convicciones religiosas, mientras que está prohibido a las autoridades realizar ese tipo de diferenciaciones (CP Art. 13). Con todo, podría argumentarse que ese examen estricto no es procedente en este caso, por cuanto la ley no tiene una voluntad discriminatoria, esto es, la norma estaría haciendo un uso relativamente benigno de la noción de género, pues ¿qué perjuicios importantes se siguen para los hombres de que el juez competente sea exclusivamente aquel del domicilio de la mujer? Según esa objeción, ese uso, si se quiere, desprevenido y benévolo, de la diferenciación por razón del sexo, elimina el carácter potencialmente discriminatorio de este criterio, por lo cual, esas regulaciones deben estar sometidas a un escrutinio suave, y no a un análisis estricto de igualdad. Este reparo plantea el siguiente problema: ¿pueden las normas hacer un uso benévolo de categorías sospechosas? Y para la Corte la respuesta es negativa, pues precisamente la idea misma de nociones sospechosas, o potencialmente discriminatorias, es que su uso por las autoridades se encuentra en principio prohibido (CP Art. 13), por lo cual, las regulaciones fundadas en esos criterios se presumen inconstitucionales. Las autoridades deben entonces, en principio, evitar emplear esas clasificaciones, incluso de manera inocente. Por ende, si una diferencia de trato se funda en una categoría potencialmente discriminatoria, tienen que concurrir claras razones que expliquen su empleo, pues de no existir esas justificaciones especiales, y en virtud de la presunción de inconstitucionalidad, el juez constitucional deberá retirar del ordenamiento esas regulaciones. “ Sobre la igualdad de sexos: “Hombre y mujer gozan de los mismos derechos y prerrogativas y están obligados por sus deberes en igual forma a la luz de la Constitución, pues ninguno de los dos sexos puede ser calificado de débil o subalterno para el ejercicio de los primeros ni para el cumplimiento de los segundos, ni implica "per se" una posición de desventaja frente al otro. La pertenencia al sexo masculino o al femenino tampoco debe implicar, por sí misma, una razón para obtener beneficios de la ley o para hallarse ante sus normas en inferioridad de condiciones. De allí que sean inconstitucionales las disposiciones que plasman distinciones soportadas única y exclusivamente en ese factor. El concepto de la igualdad debe ser comprendido y aplicado en el contexto de la realidad, razón por la que, su alcance no puede obedecer a criterios absolutos que desconozcan el ámbito dentro del cual están llamadas a operar las normas jurídicas.” Sobre la IGUALDAD ANTE LA LEY: “La igualdad que estatuye el precepto constitucional no implica que el trato dado por la ley a las personas deba ser idéntico, pues bien se sabe que al Estado corresponde contrarrestar aquellas desigualdades surgidas de condiciones económicas, físicas o mentales, por cuya razón, ciertas personas se encuentran respecto de las demás en circunstancias de debilidad manifiesta. En desarrollo del concepto de igualdad real y efectiva, las autoridades públicas están obligadas a introducir en sus actos y decisiones, elementos que desde el punto de vista formal podrían parecer discriminatorios, pero que sustancialmente tienden a lograr un equilibrio necesario en la sociedad, por cuya virtud se superen en la medida de lo posible, las deficiencias que colocan a algunos de sus miembros en notoria posición de desventaja. La corte ha definido en la sentencia C-511/94: “Ha sostenido esta Corte, sin perjuicio de la igualdad mujer-hombre en tanto persona titular de derechos, especiales consideraciones, por encima de la sexualidad de orden material, que permiten establecer un trato legal diferente para los hombres y las mujeres, sin que ello resulte contrario a las previsiones del artículo 13 de la Carta Política” También en la C 082/99 la razón de ser de la discriminación a favor de la mujer: “La igualdad de derechos que se reconoce al hombre y a la mujer no es simplemente de carácter formal, pues en algunos eventos se justifican diferenciaciones en aras de terminar con la histórica discriminación que ha sufrido la población femenina. En este sentido se "autoriza, dentro de un principio de protección, la toma de medidas positivas, dirigidas a corregir desigualdades de facto, a compensar la relegación sufrida y a promover la igualdad real y efectiva de la mujer en los órdenes económicos y sociales." Es decir, que no siempre que se utilicen criterios distintivos como el sexo, existe un tratamiento discriminatorio; sin embargo, para que estas diferenciaciones sean constitucionalmente válidas, deben sustentarse en criterios razonables y objetivos que así las justifiquen”. Sentencias importantes • C-588/92 Igualdad ante la ley. • C-133/94. Penalización del aborto. • C-410/94 Igualdad formal • C-309/96 Sustitución pensional para viuda • C-082/99 Sanción a mujer adúltera • C-112 /00 Domicilio para celebrar matrimonio • C-371/00. Ley de cuotas • C-44/04 Acciones afirmativas • C-355/06. Despenalización del aborto. • C-804/06. Lenguaje no sexista SENTENCIA C-804 de 2.006. “Dado que los contenidos de las definiciones legales inciden en la manera como se perpetúan medidas, actuaciones y en general políticas discriminatorias frente a las mujeres, la Corte encuentra que la definición que se hace en el artículo 33 del Código Civil y el contraste que representa el concepto que se da de los vocablos, hombre, niño, adulto e individuo, que cobija a ambos géneros y los términos mujer, niña, viuda que no tiene el mismo significado legal, contribuye a mantener la situación histórica de discriminación contra las mujeres. Pretender que se utilice como universal el vocablo hombre solo trae como consecuencia la exclusión de las mujeres, pues en su uso oficial sólo se refiere a los varones. La Corte precisó que sólo una definición cuyo contenido permita visualizar lo femenino, hacer visible a las mujeres, armoniza con la dignidad humana, la igualdad, el derecho a participar en el ejercicio del control político y acorde con la prohibición de discriminación.” 2. MUJER EMBARAZADA Y ESTABILIDAD LABORAL. La Constitución Política en sus artículos 53 y 57 establecen una serie de principios a favor de los trabajadores y una protección a la mujer y a la maternidad. En el artículo 53 se consagra que los convenios de la O.I.T. son legislación interna. Colombia ha ratificado además de los más importantes tratados de derechos humanos, los convenios de la OIT 100 Sobre igualdad de remuneración y 111 sobre eliminación de discriminación por medio de las leyes 54 de 1.962 y 22 de 1.967. La legislación laboral es proteccionista de la mujer en embarazo o lactancia: Establece además de la licencia de 12 semanas remuneradas durante el embarazo y el descanso remunerado durante la lactancia, un fuero especial para la mujer embarazada o en lactancia. Para despedirla se requiere de una autorización otorgada por el Ministerio de Trabajo y existe la presunción de que si el despido se produce sin autorización del Ministerio de Trabajo fue realizado por motivo de la lactancia o embarazo, es decir, que el despido de la mujer embarazada o durante los tres primeros meses de lactancia sin el permiso respectivo es nulo. Ha sido creación absolutamente jurisprudencial de la Corte Constitucional la estabilidad reforzada a las mujeres en embarazo o lactancia aún en el caso del vencimiento del plazo de un contrato a término fijo. Reiteradamente se ha concedido el amparo de tutela como mecanismo transitorio a estas mujeres que han sido despedidas en embarazo. La corte exige que se den estos supuestos para que prospere la tutela: 1. Que la mujer haya sido despedida en el término que establece la ley como fuero de maternidad. 2. Que el patrón hubiera sabido del embarazo. 3. Que no se hubiera solicitado la autorización al Ministerio de Trabajo. 4. Que esté en juego el mínimo vital de la madre y su hijo. 5. Que no se haya cumplido con los requisitos legales para el despido. Esta posición de la Corte Constitucional volvió a reiterarse en sentencia de este año, la T-040A-01 en donde expresa: “La Corte Constitucional sostuvo en fallo de control de constitucionalidad del artículo 239 ordinal 3° del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por el artículo 35 de la ley 50 de 1990, Sentencia C-470 de 1997, que si bien conforme al artículo 53 de la Constitución Nacional, todos los trabajadores tienen un derecho general a la estabilidad en el empleo, existen casos en que este derecho es aún más fuerte, por lo que en tales eventos cabe hablar de un derecho constitucional a una estabilidad laboral reforzada. Entendiendo el derecho a la estabilidad laboral como la garantía que tiene todo trabajador a permanecer en el empleo y a obtener los correspondientes beneficios salariales y prestacionales, incluso contra la voluntad del patrono, si no existe una causa relevante que justifique el despido. Este Tribunal consideró que una de esas situaciones particulares que reciben protección especial es la de las mujeres embarazadas, es decir, que tienen un derecho constitucional a una estabilidad laboral reforzada, pues una de las manifestaciones más claras de discriminación sexual ha sido, y sigue siendo, su despido injustificado, debido a los eventuales sobrecostos o incomodidades que tal estado puede implicar para los patronos. Es necesario que el Estado además de proteger los ingresos laborales de estas mujeres, les asegure de manera efectiva la posibilidad de trabajar, para esto se hace imperante integrar al ordenamiento legal los postulados constitucionales sobre igualdad (artículo 13) y de la protección de la maternidad en el ámbito laboral (artículos 43 y 53), de esta manera debe entenderse que carece de todo efecto el despido de una trabajadora durante el embarazo, o en los tres meses posteriores al parto, sin la correspondiente autorización previa del funcionario competente, y en caso que el patrono no lo haga, no solo debe pagar la correspondiente indemnización sino que, además, el despido es ineficaz.” 3. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS La salud reproductiva fue definida como un estado general de bienestar físico, mental y social, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos por la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo del Cairo llevada a cabo en 1.994. La salud reproductiva va más allá de l asesoramiento en materia de reproducción y de enfermedades de transmisión sexual. El XII Congreso mundial de Sexología, realizado en junio de 1.997 en Valencia, España, enuncia cuales son los derechos sexuales que se deben respetar: -Derecho a la libertad. No debe haber coerción, explotación o abuso sexual. -Derecho a la autonomía, a la integridad y a la seguridad del cuerpo. No debe haber tortura, mutilación ni violencia de ningún tipo. -Derecho a la equidad y a la igualdad sexuales. Respeto a la diversidad sexual, sin importar sexo, género ni orientación sexual. -Derecho a la salud sexual. Investigación, diagnóstico y tratamiento de enfermedades de transmisión sexual incluido el VIH-SIDA. -Derecho a la libre información sobre sexualidad humana, abierta, objetiva y efectiva. -Derecho a una educación comprensiva de la sexualidad desde el nacimiento y a través de todo el ciclo vital. -Derecho de asociarse libremente. -Derecho a optar libre y responsablemente con respecto a la vida reproductiva. -Derecho al aislamiento. En Colombia, tienen asiento en la Constitución Política especialmente en el artículo 16 que consagra el derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad. También se funda en los artículos 13, 15, 17,18,42,43,4 y 67 que se refieren en su orden a la igualdad, el derecho a la intimidad personal y familiar, la prohibición de la esclavitud y la trata de seres humanos, la libertad de conciencia, la igualdad de la pareja en las relaciones familiares y la libertad para escoger pareja para conformar una familia, la igualdad de la mujer y el hombre, los derechos de los niños a no ser abusados ni maltratados, la atención en salud y el derecho a la educación. Colombia a adherido a los siguientes instrumentos internacionales: La declaración de derechos humanos, El pacto internacional de derechos Civiles y Políticos, El Pacto de Derechos Económicos y Sociales, la Convención Internacional para la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención Internacional de los derechos del niño. Igualmente, Colombia participó en las Conferencia internacional de Derechos Humanos de Viena en 1.993, La Conferencia Internacional de Población y desarrollo de El Cairo en 1.994 y la Conferencia Mundial de la Mujer en Beijín en 1.995. En la legislación colombiana se sanciona la violencia sexual, el abuso sexual en contra de los niños y las niñas y a pesar de ser la segunda causa de mortalidad materna, el aborto en Colombia se sigue considerando un delito, si bien en tres circunstancias fue despenalizado: que la mujer haya sido violada o inseminada artificialmente sin su consentimiento, que su vida corra peligro y que el feto no sea viable (C355/06). El Comité para la erradicación de todas las formas de discriminación contra la mujer de las Naciones Unidas CEDAW presentó en 1.998 las siguientes recomendaciones a Colombia: -Comentó negativamente el alto número de abortos espontáneos y la mortalidad materna. Sería conveniente modificar la legislación vigente e implementar la planificación familiar sobre todo el campo. -Si la segunda causa de mortalidad materna es el aborto el Comité observa con gran preocupación que siga sancionado como conducta ilegal pues es una violación de los derechos de la mujer a la salud y la vida y al artículo 12 de la Convención. -Solicita al gobierno que derogue la ley y que periódicamente suministre estadísticas desglosadas por región. -Expresa su preocupación porque el medio más utilizado de planificación es la esterilización de la mujer y se debe dar mayor difusión a los demás métodos. -Recomienda que se de mayor difusión a los métodos de anticoncepción y se adopten medidas para que estén al alcance de las mujeres sobretodo las más vulnerables y se aliente a los hombres al uso de la vasectomía. La Corte Constitucional ha tutelado estos derechos entre otras sentencias en T-437/93, T-341/94, T-138/99, T-484/92, T-505/92, T271/95, T-328/98, T-488/98 y C-355 de 2.006. BIBIOGRAFIA DÍAZ CHALARCA, Flor María. Calidad de atención a Mujeres víctimas de Violencia: Una estrategia para recuperar la esperanza. Cerfami. Perspectivas en salud y derechos sexuales y reproductivos. Medellín 2.000. CABAL, Luisa y otras. Cuerpo y derecho. Editorial Temis. Bogotá. 2.001. GONZALEZ VELEZ, Ana Cristina. Los procesos de influencia política en el campo de la salud sexual y los derechos sexuales y reproductivos. Editorial Profamilia Bogotá 1.999. DE LA ESPRIELLA, Adriana. ¿Porqué una política para las mujeres en Colombia? SISMA MUJER. Bogotá 2.001. DE SUREMAIN, Maria Dominique y otras. Quines son y cómo viven las Mujeres jefas de hogar?. Enda América Latina-Corporación Vamos Mujer. Medellín 1.998. POSADA GONZALEZ, Carmen. Políticas Públicas y Trabajo de las mujeres en Antioquia: Las tareas pendientes. 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