Diciembre - LiahonaSud

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LA PRIMERA PRESIDENCIA
Spencer W. Kimball
N. Eidon Tanner
Marión G. Romney
Gordon B. Hinckley
CONSEJO DE LOS DOCE
Ezra Taft Benson
Mark E. Petersen
LeGrand Richards
Howard W. Hunter
Tilomas S. Monson
Boyd K. Packer
Marvin J. Ashton
Bruce R. McConkie
L. Tom Perry
David B. Haight
James E. Faust
Neal A. Maxwell
COMITÉ ASESOR
M. Russell Ballard, hijo
Loren C. Dunn
Rex D. Pinegar
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EDITOR DE LAS REVISTAS
DE LA IGLESIA
M. Russell Ballard, hijo
REVISTAS INTERNACIONALES
Larry Hiller, Director gerente
David Mitchell
Bonnie Saunders
LIAHONA
Raquel R. V. Tokarz,
Coordinación editorial
Elizabeth Smania, Ayudante
DIRECTOR DE ARTE
Roger W. Gylling
PRODUCCIÓN
Norman F. Price
DIRECTOR ADMINISTRATIVO
Veri F. Scott
LIAHONA
Diciembre de 1982
Número 12 Año 28
índice
ARTÍCULOS DE INTERÉS GENERAL
1 Una oración navideña, La Primera Presidencia
2 Las bendiciones del ayuno, presidente Marión G.
Romney
5 El abrigo, Cafbl Rich Brown
8 Una aguja de metal, BrentA. Barlow
12 La tarjeta de Navidad, Dawn Waiker Naylor
14 El mensaje de los cuatro Evangelios, Robert C. Patch
21 Preguntas y respuestas
24 La Iglesia Cristiana original, T. Edgar Lyon
34 El cumplimiento de una promesa, Lea Siiskonen
38 Cuando te hayas convertido, Janet Brigham
54 índice anual para 1982
65 Nueva vida (poema), Heraclia G. de Maldonado
SECCIÓN PARA LOS JÓVENES
41 Antes del llamamiento, David R. Mickel
49 El cuento de Bob Gunther, Paul D. Cantion
51 El está cerca, dispuesto a ayudarnos, élder Ted E.
Brewerton
SECCIÓN PARA LOS NIÑOS
C1 La candela de Eila, Marjorie R. Sheffer
C4 ¡Nuevas de gran gozo!, La Primera Presidencia
C6 Spencer W. Kimball, Howard Boughner
C8 La Natividad
En la cubierta' Iluminación navideña en la Manzana del
Templo y el Templo de Salt Lake, en Salt Lake City.
Fotografía por Jed A. Clark.
En la cubierta de atrás: Monumento a los pioneros con los
carros de mano, obra del noruego Torlief Knaphus. Fotografía
porMarilyn Peo.
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Una oración
navideña
n unión con todas las
personas que celebran el milagroso nacimiento de Jesucristo, el Salvador de la
humanidad, nosotros
también nos regocijamos y nos unimos a los solemnes testimonios de
millones de personas que nos han
precedido y de los millones que todavía viven, y añadimos que Jesucristo, nacido de María en Belén, es el
amado Hijo del Dios viviente, el
Redentor, nuestro Juez Eterno, la
Luz y la Vida del mundo.
La vida redentora del Salvador
iluminó para siempre el sendero de
paz e hizo posible para todos quedar
limpios de los pecados de la mortalidad. El sacrificio expiatorio del Cordero de Dios conquistó la muerte y
abrió para todos la vía hacia la vida
eterna.
En la vida del Salvador, podemos
ver un modelo divino por el que
podemos guiar la nuestra, y tener un
tema acerca del cual podemos, durante nuestra existencia, reflexionar,
admirarnos y encontrarle aplicación
personal. Aunque El con una sola
palabra tuvo el poder de hacer secar
una higuera, no tuvo reparo alguno
para orar por sus enemigos. Aunque
cruelmente fue probado más de lo
que un ser mortal puede comprender
o soportar, aun así desde la cruz
clamó rogando por los que lo atormentaban y de El se burlaban: "Padre, perdónalos, porque no saben lo
que hacen" (Lucas 23:34).
A aquellos que desean resolver
cualquier conflicto, ya sea que se
trate de un malentendido entre personas o de dificultades entre nacio-
nes, les damos el consejo que hace
mucho tiempo dio el Príncipe de Paz:
". . . Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y
orad por los que os ultrajan y os
persiguen;
para que seáis hijos de vuestro
Padre que está en los cielos . . . "
(Mateo 5:44-45).
Este principio de amarnos los
unos a los otros como Cristo nos ama
infundirá paz en el corazón de los
que están atormentados, en los hogares, y aun en las naciones y en el
mundo.
Durante esta época del año en que
nuestro corazón rebosa de amor hacia todos los que amamos, recordamos también a los que tienen menos,
los que no tienen el calor de una
familia o de sus seres queridos y a
los que se encuentran desesperados
física, emocional o espiritualmente.
A todos les pedimos que sigan el
ejemplo del Salvador, extendiendo
una mano de amor para levantar al
caído y sanar al enfermo.
Que todos estemos inspirados a
ejercer la fe en el Señor Jesucristo, a
escuchar Sus enseñanzas y a seguir
Sus preceptos, es nuestra oración
navideña para las gentes de todo el
mundo.
La Primera Presidencia
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
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1
Mensaje de la Primera Presidencia
Las bendiciones del ayuno
por el presidente Marión G. Romney
Segundo Consejero en la Primera Presidencia
U
na de las enseñanzas
importantes que el Señor
nos ha dado es la de ser
generosos en el pago de
nuestras ofrendas de ayuno; por lo
tanto, quiero que sepáis que al hacerlo recibiremos grandes recompensas, tanto de carácter espiritual
como temporal. El Señor mismo dijo
que la eficacia de nuestras oraciones
2
dependía de nuestra generosidad
hacia los necesitados (véase Alma
34:28).
En los días de Isaías las gentes
murmuraban diciendo:
". . . ayunamos, y no hiciste caso;
humillamos nuestras almas, y no te
diste por entendido."
Y el Señor les contestó así:
"¿Es tal el ayuno que yo escogí,
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que de día aflija el hombre su alma,
que incline su cabeza como junco, y
haga cama de cilicio y de ceniza?
¿Llamaréis esto ayuno, y día
agradable a Jehová?"
¡Cuan semejantes son nuestras acciones! Cuando ayunamos somos propensos a tener dolor de cabeza, y en
ocasiones hasta fingimos estar muñéndonos de hambre. El Señor le
hizo esta pregunta al antiguo Israel:
"¿No es más bien el ayuno que yo
escogí . . .
". . . que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al
desnudo, lo cubras. . . ?
''Entonces nacerá tu luz como el
alba, y tu salvación se dejará ver
pronto; e irá tu justicia delante de ti,
y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
"Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme
aquí . . .
"y si dieres tu pan al hambriento,
y saciares el alma afligida, en las
tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía."
Pensad en esas maravillosas bendiciones que han sido prometidas a
quienes contribuyan generosamente
al cuidado de los pobres y los afligidos.
"Jehová te pastoreará siempre, y
en las sequías saciará tu alma y dará
vigor a tus huesos; y serás como
huerto de riego, y como manantial
de aguas, cuyas aguas nunca faltan."
(Isaías 58:3, 5, 6-10, 11.)
Recuerdo que hace mucho tiempo,
hace más de sesenta años, cuando el
élder Melvin J. Ballard, que en ese
entonces era miembro del Consejo
de los Doce Apóstoles, me puso las
manos sobre la cabeza para apartarme como misionero, me dijo en la
bendición que me dio que una persona no podía darle al Señor una migaja de pan sin que El le devolviera a
uno toda una hogaza. Y hasta ahora
ésa ha sido mi experiencia.
Hablando de la naturaleza y el
propósito del ayuno y de las ofrendas
de ayuno, el presidente Heber J.
Grant dijo:
"Permitidme prometeros a los que
estáis aquí hoy, que si los Santos de
los Últimos Días desde hoy y para
siempre ayunan como pueblo honesta y persistentemente todos los
meses . . . y si además de eso pagan
un diezmo íntegro, los problemas
relacionados con su cuidado y bienestar quedarán resueltos . . .
"Todo Santo de los Últimos Días
que se abstenga de dos comidas un
día por mes y dé el dinero a la Iglesia
recibirá grandes beneficios espirituales y progresará en la fe del Señor
Jesucristo beneficiándose espiritualmente de una forma maravillosa; y
mediante el dinero de las ofrendas
en las manos de los obispos habrá los
medios suficientes para cuidar de
todos los pobres." (Gospel Standares, comp. G. Homer Durham,
Salt Lake City: Improvement Era,
1941, pág. 123.)
El beneficio espiritual que logren
tanto el que da como el que recibe en
la ayuda a los pobres y necesitados
debe ser la pauta del grado de amor
que se haya puesto en ello. Se debe
dar con un corazón sincero y de
buena voluntad y también recibir
con agradecimiento y felicidad.
Después que el obispo haya evaluado las necesidades de una persona
o familia, debe buscar la confirmación del Espíritu para saber quiénes
son los que en verdad necesitan ayuda.
Si al participar en esta obra lo
hacemos teniendo intenciones justas, nuestra alma será santificada y
nuestra mente recibirá gran poder.
A medida que maduramos espiritualmente por medio del cumplimiento
de nuestras responsabilidades, cua3
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Las bendiciones del ayuno
lesquiera que éstas sean, nos preparamos para "ser participantes de la
naturaleza divina" (véase 2 Pedro
1:4). Que el Espíritu colme nuestra
vida para que podamos ser atados
con el vínculo de la caridad, del cual
Moroni dijo:
". . . es el amor puro de Cristo, y
permanece para siempre; y a quien
la posea en el postrer día, le irá bien.
"Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la
energía de vuestros corazones, que
seáis llenos de este amor que él ha
otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo, Jesucristo; que lleguéis a ser hijos de Dios;
que cuando él aparezca, seamos semejantes a él, porque lo veremos tal
como es; que tengamos esta esperanza; que podamos ser purificados así
como él es puro . . . " (Moroni 7:4748).
Todos debemos considerar seriamente el ayuno. Si no ayunamos
ocasionalmente y oramos con frecuencia, no podremos llegar al Señor; además, muchos de nuestros
problemas personales podrían resolverse si así lo hiciéramos. ¿Recordáis qué les dijo el Salvador a los
discípulos que no pudieron arrojar
fuera al espíritu maligno, después
que éstos le preguntaron por qué
ellos no habían podido hacerlo cuando para El, en cambio, había sido tan
fácil? ". . . este género no sale sino
con oración y ayuno" (Mateo 17:21).
Aumentemos nuestras ofrendas
de ayuno e instemos a los santos en
toda la Iglesia a hacer lo mismo.
"No permitamos que el rico, que
sólo comparte con el pobre las migas
que caen de la mesa, crea que él es
digno de la gloria celestial." (Hyrum
M. Smith y Janne M. Sjodahl, The
Doctrine and Covenants Commentary, Salt Lake City: Deseret Book,
1971, pág. 480.)
Para poder ser dignos de esa gloria debemos impartir generosamente de nuestra substancia a los pobres
y los necesitados.
Sed generosos en vuestras dádivas para que así podáis progresar, y
no deis solamente para beneficiar al
pobre, sino por vuestro propio bienestar. Dad lo suficiente para poder
obtener el reino de Dios por medio
de la consagración de vuestro tiempo
y de todos vuestros bienes. Si deseáis recibir la gloria y las bendiciones
de los cielos, pagad un diezmo íntegro y una ofrenda de ayuno generosa, y yo prometo a todos los que así
lo hagan que aumentará su prosperidad tanto espiritual como temporal.
El Señor os recompensará de acuerdo con vuestras obras.
Es mi oración que cada uno de
nosotros aprenda y aplique en su
vida estos principios fundamentales
y que por ello obtenga la recompensa
prometida.
Ideas para los maestros
orientadores
1. Hable de sus sentimientos o de
alguna experiencia personal en cuanto a las bendiciones del ayuno. Pida a
los miembros de la familia que expresen sus sentimientos al respecto.
2. ¿Contiene este artículo algunos
pasajes de las Escrituras u otras
citas que la familia pueda leer en voz
alta y analizar?
3. Hable de la relación que existe
entre ayunar y dar de nuestra substancia para beneficio de los necesitados. ¿Por qué depende la eficacia de
nuestras oraciones de nuestra generosidad con el pobre?
4. ¿Tendría más éxito esta lección
si antes de la visita se hablara con el
jefe del hogar? ¿Hay algún mensaje
del obispo o del líder de quorum para
el padre en cuanto al ayuno y a las
ofrendas de ayuno?
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E
ra diciembre de 1886
cuando Mary Ann Stokes
Rich observaba angustiada
cómo su décima criatura
luchaba para sobrevivir. Había
nacido con raquitismo debido a que
su madre había estado mal nutrida
durante el embarazo. Su llanto era
débil. Mary Ann ya había sepultado
a cuatro hijos en circunstancias similares; su esposo había abandonado
a la familia, dejándola a ella con seis
niños en una granja poco productiva
en el estado de Idaho.
Apesadumbrada, Mary Ann se
arrodilló a orar, con el angustioso
deseo de suplicar que su hijo muriera rápidamente y se salvara de
una vida de aflicciones y pobreza.
Sin embargo, se encontró rogando
que no se le privase de la vida "jr que
fuera un consuelo y una bendición
para ella cuando envejeciera".
Su oración fue contestada. Edward Stokes Rich creció y se hizo
hombre, y cuando Mary Ann envejeció y se debilitó, él la mantuvo.
Poco después del nacimiento de
Edward, Mary Ann se trasladó con
sus hijos a Salt Lake City, donde
EL ABRIGO
Relato de la vida de Edward Stokes Rich
por Carol Rich Brown
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El abrigo
aceptó trabajo como partera, cocinera y empleada doméstica. Pero
sus escasas entradas no eran suficientes para mantener a su familia, y
Edward dejó sus estudios a la edad
de doce años para ir a trabajar en el
turno de la noche de un periódico de
Salt Lake City.
A los pocos meses, Mary Ann
había ahorrado cinco dólares de las
ganancias de Edward para pagar el
diezmo.
—Edward —le dijo—, aún no he
pagado tu diezmo. No tienes un abrigo grueso y tienes que caminar varios kilómetros todas las noches para
ir y volver de tu trabajo. Pronto
vendrá el invierno y hará mucho frío
cuando regreses a casa a las cuatro o
cinco de la mañana. De manera que
te entrego este dinero, y puedes
pagar tu diezmo o comprarte el abrigo. Tú eres quien debe decidir.
El hizo exactamente lo que ella
sabía que haría. Edward después
escribió: 'Tomé el dinero, y corrí
inmediatamente a la casa del obispo
para pagar el diezmo."
Una semana después, llegó su tía
Mary de visita, y le llevó un abrigo
que le iba pequeño a uno de sus
hijos. Era de la talla exacta de Edward y "uno mucho mejor de lo que
hubiera podido comprar con cinco
dólares". "Desde aquel día", escribió, "siempre pagué con fidelidad
mis diezmos y otras ofrendas a la
Iglesia".
Cuando Edward regresó de cumplir una misión, el país estaba sufriendo una depresión económica, y
era difícil encontrar trabajo. Casi sin
tener un centavo, ayunó y oró al
respecto. Sintió que debía pagar sus
últimos dos dólares en diezmo.
—Obispo —le dijo a fines de noviem-
bre—, yo sé que todavía no debo
este dinero, pero espero deberlo
antes de fin de año.
El próximo día, continuó haciendo
sus visitas acostumbradas a las oficinas y negocios en Salt Lake City en
busca de trabajo. Cuando salla de la
última oficina, el supervisor lo llamó
para decirle que había un puesto en
el periódico de Price, Utah, a unos
180 kilómetros de Salt Lake City.
Edward llegó a Price el próximo
día, y la compañía le pagó los gastos
de viaje. Al llegar la Navidad, se
había ganado $21.50, contando las
horas extras que había trabajado.
—Habiendo recibido aún más de lo
que había pagado de diezmo
—dijo—, pude comprar para Navidad lo que deseaba.
Tal fe y obediencia, a la par de
mucho trabajar, lograron que alcanzara éxito como negociante. Más tarde, viudo y padre de diez hijos,
continuó con un espíritu muy firme.
Cuando el último de sus hijos tenía
entre 16 y 17 años, Edward se enamoró de Leona Hyde, pero porque él
tenía cincuenta y nueve años, y ella
tenía diecinueve menos, titubeó ante
la idea de pedirle que se casara con
él. Le preocupaba comenzar otra familia a su edad. Mas después de orar
y ayunar, según dijo: —Sentí la seguridad total que me hizo saber, sin
duda alguna, que mi decisión era
acertada.
También sintió la seguridad de que
el Señor le conservaría la vida hasta
que pudiera criar otra familia. Por lo
tanto, se casó, y yo soy parte de esa
otra familia.
Durante los años de viudez, mi
padre sufrió algunos reveses financieros, de manera que cuando se
casó con mi madre, estaba nueva-
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mente casi sin un centavo. Debido a
un serio accidente automovilístico,
quedó imposibilitado para continuar
trabajando como tipógrafo, y sólo
pudo conseguir empleos poco remunerados, los que tenía que cambiar
continuamente. Sin embargo, nunca
titubeó en pagar sus diezmos y ofrendas. A veces compraba trajes de
segunda mano, en vez de los trajes
finos que había usado en años anteriores, pero ahorrando cuidadosamente y sacrificándose mucho, mi
madre y él pudieron comprar una
casa y ahorrar para la vejez.
Aun durante esta época de dificultad financiera, cuando el obispo pedía fondos para el presupuesto o
para el mantenimiento del edificio,
me daba cuenta de que mi padre a
menudo pagaba un poco más de lo
que se le pedía. El había sido obispo
durante varios años y sabía cuánto
se necesitaban las ofrendas.
—Nunca le puedes pagar demasiado al Señor —nos decía sonriendo.
Papá continuó trabajando hasta
que tuvo ochenta años y contrajo
leucemia. Recibió una bendición en
la que se le prometió que viviría
mientras la vida le fuese placentera.
Vivió un año más gozosamente, disfrutando cada una de las flores que
brotó esa primavera. Me escuchaba
con interés cuando le contaba lo que
aprendía en mis clases universitarias. Yo disfrutaba de las charlas
que teníamos en cuanto a literatura
y astronomía, porque eran dos de
sus temas predilectos. Pero, más
que todo, a él le gustaba que le
contara lo que aprendía en las clases
de religión. Como obispo, papá se
había trazado como meta estudiar
las Escrituras a diario. Por treinta
años consecutivos leyó el Libro de
Mormón por lo menos dos veces al
año y los otros libros canónicos por lo
menos una vez.
Cuando ingresó al hospital por segunda vez, los médicos dijeron que
viviría varios meses, de manera que
me sorprendí cuando durante una de
mis visitas me dijo que "iba a su
hogar celestial". Murió una semana
después, mientras dormía, pero
antes escribió su testimonio. "He
descubierto que nunca se le puede
pagar demasiado al Señor. Uno
jamás puede hacer nada por El sin
que El le devuelva tanto que uno
siempre se siente endeudado."
Hablad al respecto
Después de leer este artículo tal
vez deseen analizar individualmente
o con la familia algunas de las siguientes preguntas durante el período de estudio del evangelio:
1. ¿Recibimos siempre las bendiciones inmediatamente después de
pagar nuestros diezmos o de obedecer algún otro mandamiento? ¿Debemos esperar tales bendiciones?
2. ¿Qué se entiende por "ofrenda"
en la Iglesia? ¿Cuántos tipos de
ofrendas pueden enumerar?
3. Lea y analice el consejo actual
con respecto al ayuno y el pago de
diezmos y ofrendas. Si usted o algún
miembro de su familia no pagan un
diezmo íntegro en la actualidad,
¿qué metas familiares o individuales
pueden trazarse que les ayuden a
cumplir este mandamiento tan importante?
4. ¿Qué suponen que quiso exprer
sar el hermano Rich al decir: "Nunca
se le puede pagar demasiado al Señor"? •
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
bibliotecasud.blogspot.com
7
comienzos del mes de diciembre de 1970, se me pidió
que fuera uno de los discursantes en la reunión
sacramental navideña de nuestro
barrio. En ella narré el cuento escrito por Lloyd C. Douglas, un
novelista y ministro luterano que
falleció en 1951, titulado Precious
Jeopardy: A Christmas Story (Valioso peligro: un cuento navideño).
El cuento trata de un hombre llamado Phil Garland, su esposa Shirley, y sus dos hijos, PoUy y Júnior.
Phil estaba descontento una cierta
Nochebuena porque acababa de per-
UNA
AGUJA DE METAL
por Brent A. Barlow
Ilustrado por Roger Gylling
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der su empleo. Su situación económica había sido inquietante aun mientras trabajaba; pero entonces parecía volverse desesperada.
Esa noche Shirley quiso incluir a
Phil en algunas actividades navideñas, junto con Polly y Júnior, pero él
simplemente rezongó por el precio
de los regalos. Le recordó a su esposa que estaban en una situación muy
difícil y que realmente no contaban
con los medios para comprar obsequios. Además, dijo que la Navidad
se había comercializado demasiado.
Finalmente Shirley ayudó a sus dos
hijos a prepararse para ir a la cama y
ella se fue a su dormitorio, en un mar
de lágrimas.
A los pocos minutos oyó a Phil que
le gritaba desde el pasillo pidiéndole
que le llevara las pinzas (tenacillas).
—Pisé una aguja y se me clavó en
el pie —le explicó.
Shirley le llevó las pinzas, y él
agarró con éstas lo que se veía de la
aguja, y tiró. ¡Salió sólo la mitad de
la aguja! Ambos hablaron de la posibilidad de que fuera al hospital esa
misma noche para que le quitaran la
otra mitad de la aguja del pie, pero
él le aseguró que podía esperar hasta
la mañana siguiente.
Al otro día era Navidad, y Phil fue
al hospital, donde se detuvo ante la
entrada. Había oído en algún lugar
que si una espina de metal queda
incrustada en el cuerpo y no se saca,
puede llegar a uno de los órganos
vitales y causar la muerte. Aun así,
decidió dejar el fragmento de aguja
en el pie y aceptar las consecuencias,
cualesquiera que fueran. Cuando llegó a su casa le dijo a Shirley que todo
se había arreglado.
Desde aquel momento, creyó que
su vida peligraba. No sabía con seguridad cuánto más le tocaría vivir, de
manera que decidió aprovechar al
máximo y vivir cada día como si
fuera el último. Esa Navidad se pro~
dujo un gran cambio en él: Trató a su
esposa con mucho cariño y pasó varias horas jugando con sus hijos. El
día de Navidad fue la primera vez en
mucho tiempo que Phil se sintió verdaderamente en comunión con su
familia.
Al día siguiente podría estar muerto, pero ese día disfrutaría de las
cosas importantes de la vida. Caso
curioso, el dinero ya no le pareció
tan importante.
El día siguiente llegó, y Phil Garland todavía estaba vivo. Volvió a
ser considerado con su esposa y sus
hijos ese segundo día, porque tal vez
fuera el último de su vida. Y cada día
consecutivo, pasó más horas con
Shirley, Polly y Júnior, aceptando
trabajos temporarios para mantener
a su familia.
El cuento concluye, como comenzó, en la Nochebuena pero un año
más tarde. La celebración navideña
de los Garland era muy distinta a la
del año anterior, porque Phil se sentía sereno y feliz. Había vivido lo
suficiente para celebrar la Navidad
con su esposa y sus hijos otra vez.
Ésa noche jugó con los niños, y
después la familia intercambió algunos pequeños regalos que cada uno
había hecho durante el año. En el
curso de todos aquellos meses, Phil
había construido un bello mueble de
madera fina para la máquina de coser de Shirley. Al recibirlo, ella lloró
de agradecimiento por el cariño que
él le demostraba.
Cuando el reloj dio las doce, le
entregó a su esposo su regalo; en una
pequeña cajita, sobre un trozo de
terciopelo descansaba la mitad de
una aguja. ¡Era la que Phil creía
tener incrustada en el pie! El cuento
acaba cuando Shirley, llorando, le
pide perdón a su esposo. Había encontrado la otra mitad de la aguja
LlAHONA/DICIEMBRE de 1982
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9
Una aguja de metal
pocos días después de su accidente,
pero la había guardado secretamente, porque en cierto sentido, ésta
había devuelto a Phií a su familia.
El, agradecido al reconocer que su
vida había cambiado tanto desde la
Navidad anterior, abrazó a su esposa diciéndole que no llorara, porque
después de todo era Navidad.
Como vi que los miembros de la
Iglesia parecieron disfrutar con el
cuento, volví a utilizarlo en otras
asignaciones que tuve, para recalcar
la importancia de poner las cosas en
orden de prioridad y disfrutar de la
vida con nuestra familia.
En 1971 j me recibí de profesor
universitario y nos mudamos al estado de Illinois, donde me haría cargo
de una cátedra en la Universidad del
Sur del estado. Pocos meses después, tuve una experiencia poco común que trajo a mi memoria vividamente el cuento de Douglas.
Era la mañana de un sábado y me
había levantado temprano para corregir las tareas de mis alumnos,
antes de prepararme para una reunión de liderazgo en la Iglesia. Terminé justo a tiempo para ir a vestirme y salir. Rápidamente me dirigí
hacia el dormitorio.
Estaba casi en la puerta cuando
sentí un dolor repentino e intenso en
la parte delantera del pie izquierdo,
un dolor tan profundo que caí al
suelo, agarrándome el pie. ¡Me había
clavado una aguja! Pedí ayuda, y los
niños y mi esposa corrieron a mi
lado, mientras yo todavía me sostenía el pie y hacía gestos de dolor.
Toda la situación parecía ser dolorosamente familiar. Mi esposa buscó
unas pinzas y traté de sacar la aguja,
pero no pude extraerla. Dispusimos
que debía ir al hospital inmediatamente. Descubrí que podía manejar,
aunque tenía la aguja en el pie. Sin
embargo, a diferencia del caso de
10
Phil Garland, no titubeé para decidir
si debía hacerme sacar la aguja o no.
Eran alrededor de las 6:00 de la
mañana cuando entré cojeando a la
sala de emergencia y le dije a la
enfermera lo que me había sucedido.
El médico llegó y me hizo algunos
exámenes. Descubrió que la aguja
estaba tan profundamente incrustada en el pie que tendría que llamar a
un cirujano para que la extrajera.
Me dijo que me acostara en la mesa
de operaciones y que aguardara la
llegada del facultativo; luego me
dejó solo. Estuve allí esperando por
casi cuarenta y cinco minutos. Durante todo ese tiempo me puse a
pensar seriamente en las cosas que
son de importancia cuando uno cree
que su vida peligra. Inmediatamente
recordé el discurso que había dado
en Tallahassee, Florida, el año anterior. ¡Qué ironía! Allí estaba yo,
viviendo en carne propia la experiencia de Phil Garland. Y, como él, me
encontré pensando en la muerte, y,
aún más importante, en la vida.
Por fin llegó el cirujano y comenzó
a examinarme el pie.
—¿Es cierto que una astilla de
metal incrustada en el cuerpo puede
causar la muerte si no se extrae?
—le pregunté.
El médico sonrió.
—Creo haber oído eso antes . . .
pero no hay nada de verdad en eso.
Además usted no tiene por qué preocuparse —prosiguió—, porque le extraeré ésta en unos minutos.
Mientras el cirujano se ocupaba de
mí pie, me vino a la memoria un
pasaje de Escritura que había repetido muchas veces cuando servía como
misionero: "Porque así como en
Adán todos mueren . . . " (1 Corintios 15:22). En forma simbólica, pensé, todos tenemos una aguja de metal en el cuerpo. El Señor la llama
mortalidad. Creo que fue en ese mo-
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mentó que me di cuenta, por primera vez en mi vida, de que yo también
moriría algún día.
Después de la operación regresé a
mi familia, la que había cobrado,
üomo jamás anteriormente, un gran
significado.
Con el transcurso del tiempo el pie
se curó, pero la impresión vivida de
la experiencia nunca se ha alejado de
mí. Desde entonces, he pensado muy
seriamente con respecto a la vida.
¿Cuál es el propósito de la vida?
¿Qué es lo que más importa? ¿Dónde
paso la mayoría de mi tiempo?
Un pensamiento de Henry David
Thoreau, escritor norteamericano
que murió en 1862, me ha ayudado.
Thoreau se fue a vivir a los bosques
que rodeaban la laguna de Walden,
en el estado de Massachusetts, "porque", como dijo él, "deseaba vivir la
intensidad de cada minuto, encarar
tan sólo lo esencial de la vida, y ver
si me era posible aprender lo que ella
me podía enseñar, no fuera que al
llegar el momento de morir tuviera
que descubrir que nunca había vivido. No deseaba malgastar mi existencia, ya que el vivir es algo tan
preciado." (Masters of American Literature, Boston: Houghton Mifflin
Company, 1959, pág. 405.)
Ahora la Navidad tiene para mí
mucho más significado, especialmente por el nacimiento, la vida, muerte
y resurrección del Salvador. He comenzado a comprender lo que El
quiso decir cuando expresó:
"Yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia." (Juan 10:10.)
Con toda seguridad, parte de esa
abundancia es el disfrutar de la vida
con nuestros seres queridos. Nuestros hijos crecen, sus abuelos envejecen, y ahora nos damos cuenta de
que cada Navidad —de hecho cada
día— es única y no se debe desperdiciar en pequeneces. Esperamos poder pasar muchas Navidades juntos,
pero de no ser así, deseamos pasar
las que aún nos queden de la mejor
manera posible.
Encontré y compré un ejemplar
del cuento de Douglas. Lo leo siempre en Navidad y reflexiono sobre
mis experiencias, tanto en las que
están en el pasado como las que aún
están por venir. Y así, como la aguja
de Phil Garland, mi aguja está descansando en un trozo de terciopelo
sobre la cómoda de nuestro dormitorio, como recuerdo constante de lo
inseguro de la vida y la importancia
de poner las cosas en orden de prioridad. Es un regalo precioso, uno que
siempre recordaré. G
Supongamos que Jesucristo y los santos ángeles nos rechazaran por
cosas pequeñas, ¿qué sería de nosotros? Debemos ser misericordiosos
los unos para con los otros y pasar por alto las cosas que no tienen
importancia.
José Smith, el Profeta
.IAHONA/DICIEMBRE de 1982
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11
LA TARJETA DE NAVIDAD
por Dawn Walker Naylor
E
ra principios de diciembre
de 1978; los pensamientos
sobre mis preparativos
para la Navidad pasaban
rápidamente por mi mente al sentarme a escribir las direcciones en
las tarjetas de Navidad. Cuidadosamente examiné cada nombre de la
"A" a la "Z" en mi libreta de direcciones.
Al llegar a la "N" mis ojos se
detuvieron en el nombre del padre
de mi esposo y en su dirección de
Salt Lake City. Hacía poco que
había conseguido la dirección y la
había escrito en mi libreta, pensando
en que a mi esposo, David, posiblemente le gustaría ponerse en
contacto con su padre alguna vez en
el futuro, ya que vivíamos en una
pequeña ciudad de Utah, a unos
pocos kilómetros de distancia de la
capital del estado.
David apenas tenía seis años
cuando sus padres se divorciaron
quedando él separado de su padre.
Posteriormente éste se trasladó a
California, se volvió a casar y vivió
allí por muchos años. Mientras
tanto, David creció pensando que su
padre lo había abandonado. Durante
algunos años de su juventud se
trasladó de un lugar a otro, y, como
consecuencia, padre e hijo perdieron
todo contacto por cerca de treinta
años.
David sentía profundamente que
aquello era una tragedia, ya que
guardaba un vago recuerdo de su
12
padre, y éste se hacía más impreciso
con el correr del tiempo; por lo
tanto, se dijo que jamás quería
volver a verlo. Sin embargo, su
abuela paterna, que vivía con el
padre de David, se había mantenido
en contacto con un miembro de la
familia, de quien yo había conseguido la dirección.
El nombre en la libreta de direcciones saltaba ante mi vista.
Pensé cuan inútil era la información,
ya que no me hacía evocar ninguna
emoción o escena, ni siquiera el
recuerdo de un rostro. Pero al
sentarme a contemplar el nombre,
de repente sentí un fuerte impulso
de enviarle una tarjeta de Navidad.
Comencé a discutirlo para mis
adentros, pero aun así, la impresión
persistía.
¿Y si no quiere saber de nosotros?
¿Y si no es el tipo de persona que nos
gustaría fuera parte de nuestra
vida? Me asaltaron las dudas, pero el
impulso fue mayor, y finalmente
decidí enviar la tarjeta. A pesar de
no saber cómo reaccionaría mi esposo, resolví mandarla por correo
antes de gue él regresara del trabajo. Cuidadosamente seleccioné
una tarjeta apropiada, escribí la
dirección en el sobre e incluí una
notita con nuestro número de teléfono. Había realizado la hazaña;
puse la tarjeta en el correo, y ahora
tenía que decidir cómo decírselo a mi
esposo.
Esa noche después de la cena,
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mientras David leía el periódico, timbre, él mismo abrió la puerta y se
aproveché la oportunidad para presentó. Adentro se encontraba su
decírselo. Con calma le relaté lo que esposa, su familia, y la abuela de
había sucedido y esperé. No hubo David, quien estuvo presente dureacción. De nuevo le repetí lo que rante su nacimiento y guardaba
había hecho, pero esta vez vi como el recuerdos vividos de éí cuando era
periódico se le deslizaba de las pequeño.
manos, y la expresión en la cara de
Habían estado esperando ansioDavid revelaba que se estaba pre- samente nuestra llegada, y no tomó
guntando si había cometido un error más que unos instantes para que nos
al casarse conmigo.
sintiéramos cómodos. Al observar el
Con el paso de los días olvidé todo cuarto, mis ojos se fijaron en una
lo de la tarjeta de Navidad, hasta fotografía del presidente Spencer
que una tarde sonó el teléfono. W. Kimball que me sonreía desde la
Casualmente fui yo la que levantó el repisa de la chimenea, entonces supe
auricular y escuché una voz mas- que no nos habíamos equivocado de
culina que dijo: "Soy el padre de lugar.
David". Me quedé sorprendida en
Las palabras no podrían describir
extremo; traté de pensar en algo esta reunión de padre e hijo después
sensato que decirle mientras de- de tanto tiempo. El gozo de sus
sesperadamente trataba de llamar la semblantes es algo que nunca olatención de mi esposo.
vidaré. Sentimos mucha paz y feDébilmente le dije: "¡Ah!, veo que licidad cuando comprendimos que
recibió la tarjeta de Navidad". ellos eran todo lo que nosotros
Entonces escuché su respuesta siempre habíamos deseado en
cargada de emoción: "He esperado nuestra familia. Esa noche se
tanto tiempo para saber de ustedes". compartieron la información y los
De alguna forma pude pronunciar sentimientos de años y se hicieron
unas palabras más, antes de pre- planes para futuras reuniones; yo sé
guntarle: "¿Le gustaría hablar con que todos sentimos que nuestro
David?" y le pasé el teléfono a mi Padre Celestial desempeñó un papel
importante en aquella reunión.
asombrado esposo.
En la conversación que tuvieron
Siento que la manera en que mi
padre e hijo, convinieron una hora y esposo se regocijó al reunirse con su
un lugar para reunirse. Luego, padre será similar a la reacción de
después de varios días en los que nuestro Padre Celestial al ver a
estuvimos nerviosos y en ascuas, nos aquellos de nosotros que finalmente
encontramos a las puertas de la casa lo encontremos: "He esperado tanto
del padre de David. Cuando toqué el tiempo para saber de ti . •
13
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por Robert C. Patch
Al comenzar nuestro estudio, en
1983, de los cuatro Evangelios del
Nuevo Testamento, un conocimiento de los antecedentes de cada libro
nos facilitará la comprensión de lo
que contienen. En este artículo, el
hermano Patch considera el significado de la palabra evangelio, por
qué se les llama así a los primeros
cuatro libros del Nuevo Testamento,
y cómo estos cuatro relatos, aunque
diferentes, refuerzan y suplementan
un testimonio unido de Cristo.
Los editores
Evangelio es la versión española
de una palabra griega, euaggelion,
que significa buena nueva. Según
parece, Jesús utilizó la expresión por
primera vez en la sinagoga de Nazaret cuando afirmó que Dios le había
ungido para predicar las buenas nuevas (véase Lucas 4:18; también
Isaías 61:1).
Cabe preguntarse: ¿Qué es, precisamente, el evangelio? La revelación
moderna perfecciona la definición.
En D. y C. 76:4-44, el término evangelio comprende los conceptos relacionados con la misión de Jesús en el
14
mundo: Que El vino para ser crucificado, para llevar sobre sí los pecados
del mundo, para santificarlo, y para
glorificar al Padre salvando a todos,
menos a los hijos de perdición.
En otras dos revelaciones, evangelio encierra además las doctrinas tan
importantes del arrepentimiento, el
bautismo y el bautismo de fuego del
Espíritu Santo para que se le pueda
enseñar al individuo "las cosas apacibles del reino" (D. y C. 39:6).
El Libro de Hormón indica que
cuando los doce discípulos de Jesús
le preguntaron acerca del nombre de
la Iglesia, el Salvador aclaró que
sería su Iglesia si se la llamara por
Su nombre y si estuviera fundada
sobre su Evangelio. (Véase 3 Nefi
27:1-10.)
El evangelio, aparte de las ideas
halladas en Isaías y Doctrina y Convenios, incluye otros cuatro conceptos: Que El vino para cumplir la
voluntad del Padre, que el ser humano será levantado de la muerte para
ser juzgado, que el mundo será juzgado, y que El glorifica al Padre.
(Véase 3 Nefi 27:13-14, 16, 19; también Juan 14:13.)
Con la ayuda, pues, de la revelación moderna, podemos expresar las
acepciones del término evangelio en
la siguiente forma:
1. La misión de Jesús es autorizada por el Padre y lo glorifica.
2. Su Sacrificio redentor y muerte
en la cruz hacen posible la santificación del mundo.
3. Por medio de su propia resurrección, Jesús abrió las puertas de
la prisión de la muerte.
4. Así como los hombres de Su
época lo levantaron sobre la cruz, así
también el Padre levantará al hombre de la muerte para comparecer
ante Jesús en el juicio.
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5. La exhortación de arrepentirse
se da "a los extremos de la tierra"
(D.yC. 1:11).
6. Sólo aquellos que son santificados por la fe, el bautismo y por el
Espíritu Santo pueden purificarse.
Por estas razones la proclamación
del evangelio puede llamarse acertadamente la buena nueva; Jesús en
Nazaret aplicaba este significado de
la expresión, que también se halla en
el Libro de Hormón y Doctrina y
Convenios.
Sin embargo, para la mayoría de
los cristianos las buenas nuevas del
evangelio se encuentran registradas
en los escritos de los cuatro evangelistas; por esta razón, llamamos a sus
registros los "cuatro Evangelios".
Aun cuando Mateo, Marcos,
Lucas y Juan compartían entre sí
algunos datos, cada uno usó material
exclusivo, es decir, material no duplicado por los otros. Pero es interesante advertir cuántos puntos comunes
de información se pueden encontrar
entre los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento.
Por sei* Mateo, Marcos y Lucas
muy afines en sus componentes históricos, se les ha llamado los Evangelios sinópticos, mas aun éstos carecen de uniformidad en cuanto a detalles y esquema. Por otra parte, los
antecedentes y puntos de vista de
Juan difieren mucho de los otros
evangelistas.
No obstante, eso, los cuatro Evangelios registran por lo menos dieciocho de los mismos breves relatos. Es
impresionante notar que de éstos
sólo cuatro sucesos, aparte de la
última semana de la vida mortal de
Jesús, son relatados por los cuatro
autores: Juan el Bautista y su prédica, el bautismo del Salvador, el rechazo de Jesús por los habitantes de
Nazaret, y la alimentación milagrosa
de los cinco mil.
Los otros catorce incidentes escritos por los cuatro autores ocurren
después de la entrada triunfante de
Jesús en Jerusalén la semana antes
de la Pascua. Así que, la semana
final de la vida mortal del Salvador
—o sea, la semana de la Pasión— es
el período más detallado que tenemos en el Nuevo Testamento.
EL EVANGELIO
DE MATEO
Ilustración cortesía de Providenc
Company 1962
Dos aspectos sobresalientes del
Evangelio de Mateo son: La profusión de citas de las profecías del
Antiguo Testamento y la recopilación de importantes discursos. Ma-
LlAHONA/DtCIEMBRE de 1982
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15
E! mensaje de los cuatro Evangelios
teo cita más de cien referencias del rio terrenal de Jesús hasta su SegunAntiguo Testamento, como si perci- da Venida. (History of the Church,
biera el cristianismo como el cumpli- 2:264-72.) La importancia de la "levamiento del judaismo profético —con dura" para el mundo se pone de
una excepción principal: Era necesa- manifiesto en estas parábolas.
rio que el mensaje del cristianismo
La parábola del sembrador descrisaliera al mundo, en oposición a las be el esparcimiento del evangelio.
perspectivas más limitadas de los La parábola de la cizaña describe la
escribas. Mateo cita una profecía del apostasía. La de la semilla de mostaAntiguo Testamento que indica una za relata la restauración del evangecomprensión del hecho de que el lio en los últimos días. La de la
evangelio había de ir aun a los genti- levadura se refiere a la revelación en
les. (Véase Mateo 12:19-21.)
la Iglesia, la cual por fin lo penetra
El segundo aspecto del Evangelio todo. La parábola de la perla de gran
de Mateo, la colección de los discur- precio nos enseña acerca del patrimosos de Jesús, contiene material de nio que nos espera en Sión, y la
seis discursos principales. El prime- parábola de la red indica que los
ro es el Sermón del Monte (Mateo 5- descendientes de José están llevan7) con un énfasis fundamental sobre do el evangelio por toda la tierra. No
la justicia. Empero, hay también se puede limitar la interpretación de
una aplicación universal, como, por estas parábolas a un solo lugar o a
ejemplo, cuando Jesús dice a su au- una sola nación.
diencia: "Vosotros sois la sal de la
El cuarto discurso en Mateo trata
tierra . . ." (Mateo 5:13) y "Vosotros los problemas de las ofensas y el
sois la luz del mundo . . . " (Mateo perdón. (Véase Mateo 18.) Jesús en5:14).
señó que el Padre no quería que se
El Maestro dio el segundo discur- ofendiera a los pequeños o que pereso a los Doce cuando los envió a cieran éstos. La pregunta de Pedro
predicar. Para esta primera misión acerca de cuántas veces debía perdonar a su hermano tal vez fuera una
les enseñó:
"Por camino de gentiles no va- manifestación de la actitud popular
yáis . . . sino id antes a las ovejas en cuanto al perdón; pero la respuesperdidas de la casa de Israel." (Ma- ta de Jesús ele que se debe perdonar
"hasta setenta veces siete" demuesteo 10:5-6.)
Más tarde la misión se expandió a tra que la actitud era carente de
todo el mundo cuando Cristo dio el comprensión de este principio.
gran encargo registrado en Mateo
En el quinto discurso, que se en28:19: "por tanto, id, y haced discípu- cuentra registrado en Mateo 23,
los a todas las naciones . . . "
Jesús denuncia la hipocresía de los
El tercer discurso, una colección escribas y fariseos. El discurso final
de parábolas, se encuentra en el de esta serie contiene las enseñanzas
capítulo 13 de Mateo. Algunos se proféticas acerca del fin del mundo.
han preguntado por qué estas pará- (Mateo 24.) En la Perla de Gran
bolas fueron colocadas todas juntas Precio se encuentra la revisión del
como cuentas en un hilo. La explica- profeta José Smith de este capítulo.
ción más excelente es la del profeta (José Smith—Mateo.) En él Cristo
José Smith. El explica que este dis- nos da las señales(de la destrucción
curso es un bosquejo de los sucesos de Jerusalén, que' ocurrirá después
del reino, desde la época del ministe- de su muerte; luego especifica suce-
16
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sos paralelos de los últimos días.
Mateo comprendía claramente que
la Iglesia tendría un destino mundial, como se evidencia por su manera de expresar la gran comisión:
"Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, . . . y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo." (Mateo
28:19-20.)
EL EVANGELIO
DE MARCOS
El Evangelio de Marcos es el más
corto, y los eruditos bíblicos han
comentado que el evangelista parece
reflejar la influencia de Pedro en su
evangelio.
Mas como narrativa independiente, contiene drama, detalle y comprensión (discernimiento). La primera frase, "Principio del evangelio de
Jesucristo, Hijo de Dios", parece ser
un esfuerzo de expresar un principio
sumamente básico en el concepto
evangélico. ¿Qué es lo que constituye el "principio" del evangelio para
Marcos?
Seguramente es la misión divina
de Cristo, porque Marcos reúne evidencia para persuadir al lector de
que Cristo tenía poder sobre la muerte, que era Señor del día de reposo,
que ordenó a los Doce Apóstoles,
que levantó muertos, que dio la debida perspectiva de la purificación en
la ley de Moisés, y que públicamente
proclamó que era el Mesías. Después
de la crucifixión, Marcos lleva al
lector al punto culminante de su historia con el anuncio del ángel: "ha
resucitado" (Marcos 16:6).
¿Qué tema emplea Marcos para
relacionar la narrativa de la divinidad de Cristo con la de su ministerio? En la primera parte, que trata
del ministerio en Galilea, casi podemos ver la sombra del pasaje de
Isaías 61:1-2, una profecía que se
cumplió por el ministerio de Juan el
Bautista como precursor de Cristo.
Luego, en la narrativa que considera la divinidad de Cristo, Marcos
junta toda la evidencia que demuestra que Jesús realmente era el Mesías: El predicó que el reino se había
acercado (véase Marcos 1:15); perdonó pecados; era el Señor del sábado;
ejerció poder sobre las enfermedades, los malos espíritus y la muerte;
predijo su propia muerte; y declaró
que la sangre del nuevo pacto fue
derramada por muchos (véase Marcos 14:24).
La pluma humanitaria de Marcos
demuestra ío que hizo el Señor de los
cielos y la tierra, verificando su poder y divina misión. El Evangelio de
Marcos es un testimonio de la Expiación.
Ilustración cortesía de Providence Lithograph
Company
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
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17
El mensaje de los cuatro Evangelios
EL
EVANGELIO
DE LUCAS
Se ha llamado al Evangelio de
Lucas "el libro más hermoso del
mundo". Su relato de la Navidad y
las parábolas del Hijo Pródigo (véase Lucas 15:11-32) y el Buen Samaritano (véase Lucas 10:30-37) han cautivado el corazón del mundo cristiano. Lucas hace hincapié en lo
histórico, lo humanitario y lo espiritual, demostrando una preocupación
especial por el papel de las mujeres
en la Iglesia original. Elisabet, la
madre de Juan el Bautista; la historia de María, la madre de Jesús, y
algunas otras mujeres a quienes no
se nombra, recibe interesante distinción en este evangelio. Lucas también se preocupaba, en una manera
especial, por los pobres y humildes.
Sólo Hechos excede la perspectiva
espiritual del Evangelio de Lucas.
Como compañero misional de Pablo,
adquirió una profunda comprensión
de la obra del Santo Espíritu en la
Iglesia junto con un interés en la
misión más amplia del Mesías. De
hecho, Lucas nos manifiesta la misión de Jesús a todos los seres humanos, apesadumbrados, oprimidos o
ciegos.
Su narrativa nos dice que un ángel
describió la misión de Juan el Bautista al padre de éste, Zacarías, quien
más tarde profetizó acerca del Mesías. María sabía por medio de un
mensajero celestial que a la criatura
que nacería se le llamaría "Hijo del
Altísimo" (Lucas 1:32). El testimonio de Juan el Bautista (véase Lucas
3:16) describía a uno "más poderoso"
que bautizaría con el Espíritu Santo
y fuego. De esta manera Lucas demuestra, desde el comienzo mismo
de su Evangelio, que Zacarías, Ma18
llust ración cortesía de Providence Lithograph
Company 1957
ría, Simeón y Juan el Bautista sabían que el Hijo del Altísimo vendría.
El Evangelio de Lucas también
nos describe cómo los diablos en
Capernaum reconocieron a Jesús
como el "Santo de Dios" (véase
Lucas 4:34); cómo llamó a los apóstoles, sanó a los enfermos y perdonó
pecados, dio de comer a multitudes y
fue transfigurado. El capítulo final
nos describe la manera en que enseñó a dos discípulos en el camino a
Emaús.
Un tema destacado del Evangelio
de Lucas es la doctrina de arrepentimiento y perdón la cual se nota en
los relatos sobre la mujer pecaminosa y un hombre paralítico. Jesús
instó a sus discípulos a que se perdonaran mutuamente, y estableció un
hermoso ejemplo cuando, desde la
cruz, oró: "Padre, perdónalos . . ."
(Lucas 23:34.) Se le perdonó a Pedro
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después que éste negó tres veces
conocer a Cristo. Los versículos finales declaran que se deben predicar el
arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones. (Véase
Lucas 24:47.)
EL EVANGELIO
DE JUAN
El Evangelio de Juan es un testimonio que se destaca de una manera
singular:
'^Hizo además Jesús muchas otras
señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en
este libro.
"Pero éstas se han escrito para
que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre." (Juan
20:30-31.)
Este tema de testimonio se destaca de una manera especial. El quinto
capítulo de Juan describe a Jesús
dando instrucciones a los judíos acerca del testimonio, y señala que las
siguientes fuentes de testimonio estaban disponibles para cualquiera:
Jesús mismo, Juan el Bautista, las
obras realizadas por Jesús, Moisés
(en quien los oyentes de Cristo supuestamente confiaban) y el Padre,
aun cuando no habían escuchado su
voz. Puesto que el Salvador explica
en 3 Nefi 11:31-36 que el Padre testifica por el poder del Espíritu Santo,
Jesús estaría diciéndoles a los judíos
que estaban sordos a la voz del Santo
Espíritu.
Para Juan, Jesús era el verdadero
Cordero de la Pascua. Registra el
testimonio del Bautista: "He aquí el
Cordero de Dios" (Juan 1:29). Esta
frase provenía de Isaías 53:7 y describe las cuatro Pascuas del ministerio de Jesús.
Con cuidado, Juan registra que
cuando los soldados encontraron a
Jesús muerto en la cruz, no le quebraron las piernas como habían hecho con los dos ladrones, explicando:
"Porque estas cosas sucedieron para
que se cumpliese la Escritura: No
será quebrado hueso suyo." (Juan
19:36.) Juan estaba citando las instrucciones sobre el cordero del sacrificio para la Pascua. (Véase Éxodo
12:46.)
EL EVANGELIO,
LA APOSTASIA
Y EL TESTIMONIO
Ilustración cortesía de Providence Lithograph
Company
Durante tres siglos después de
terminado el último libro, los escritos del Nuevo Testamento se diseminaban por el mundo cristiano. En el
segundo siglo, las cuatro herejías: el
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
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19
El mensaje de los cuatro Evangelios
docetismo, el montañismo, el gnosticismo y el monarquianismo* forzaron a la Iglesia Cristiana original a
usar los escritos apostólicos del primer siglo para proteger y fortalecer
su autoridad fraccionada.
Durante este período, la lista de
libros en controversia incluía Apocalipsis, Santiago, Judas, 2 Pedro, y 2
y 3 Juan. La Epístola a los Hebreos
fue aceptada en Alejandría unos 200
años antes de que fuera aceptada en
Roma. Por otra parte, los Didache**, la Revelación de Pedro, el
Pastor de Hermas, las epístolas de
Barnabás y 1 Clemente fueron aceptados temprano y rechazados más
tarde. Durante este período de herejía, apostasía y división, el poder
religioso de los Evangelios del Nuevo Testamento no fue disputado seriamente.
El poder teológico de los Evangelios del Nuevo Testamento se basa
en testigos. Mateo testificó que las
"buenas nuevas" debían ir al mundo;
Marcos testificó que Jesús era el
Redentor; Lucas escribió un testimonio de la remisión de pecados; y el
Evangelio de Juan es un testimonio
de que se cumplió el simbolismo de la
Pascua. El libro Tercer Nefi testifica
de la santificación. Doctrina y Convenios testifica de los juicios. Todos
estos escritos testifican de la resurrección. Aun así, Juan escribió: "Si
recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de
Dios. . ."(2Juan5:9.)
*Doeetisrao —Una creencia de que Cristo
sólo parecía tener un cuerpo y sólo parecía
sufrir y morir sobre la cruz.
Montañismo —La creencia de los discípulos
de Montanus, que afirmó que el Espíritu
Santo moraba en él.
Gnosticismo —La creencia de que la materia
es mala y que la libertad de las ligaduras de
lo malo viene solamente por la fe.
Monarquianismo —La creencia de que la
Trinidad es una sola persona, a la vez que un
solo ser.
**Didache —(Palabra griega) escritos
anónimos del Siglo II; el nombre completo es
Las enseñanzas de los Apóstoles.
•
Nada tiene mayor efecto en una persona para inducirla a abandonar
el pecado, que llevarla de la mano y velar por ella con ternura.
Cuando las personas me manifiestan la más mínima bondad y amor,
¡oh, qué poder ejerce aquello en mi alma!
José Smith, el Profeta
20
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respuestas se dan como ayuda y orientación
>s miembros, y no como pronunciamiento de
a de la Iglesia.
también págs. 155-164.) Que éste no
es el caso lo demuestra el Libro de
Mormón.
Jesús, al visitar a los nefitas después de su resurrección, dio básicamente el mismo sermón (véase 3
Nefi 12-14), y al concluir sus observaciones, les dijo a los que se encontraban reunidos que ellos habían "oído
las cosas que enseñé antes que ascendiera a mi Padre" (3 Nefi 15:1). Aunque esta aseveración no declara que
el sermón se hubiera dado en alguna
otra ocasión en su totalidad, el hecho
Monte S. Nyman,
de que se pronunciara completo ante
profesor adjunto
los nefitas indicaría aún más que
de escritura antigua
también se había hecho así anterioren la Universidad Brigham Young.mente. Entonces ¿por qué parece
estar fragmentado? Aquí ofrecemos
algunas explicaciones.
La forma del Sermón del
A pesar de que el sermón ha sido
Monte parece fragmentada.
comparado con los escritos filosóficos rabínicos y griegos, se destaca
¿Hay otros ejemplos de
una obra en sí. La aparente
Escrituras que se encuentren como
falta de unidad se deriva de su contede esta misma manera o esta nido. El Evangelio de Mateo, entre
desunión es sólo aparente? ¿O otros, obviamente sufrió la pérdida
muchas partes claras y preciosas,
se trata de la forma en que ha de
pero gracias al Libro de Mormón
sido anotado y se nos ha
podemos tener un relato más detallado de los acontecimientos. (Véase 1
trasmitido?
Nefi 13:23-29.) Que hubo estas pérdidas y que las diferencias existentes
son únicamente las de dos sermoebido a la aparente frag- no
distintos queda aclarado por el
mentación del Sermón del nes
de que José Smith incluyó las
Monte, una enseñanza hecho
enseñanzas
adicionales del sermón
común en el mundo cris- que se encuentran
en el Libro de
tiano es que dicho sermón no fue Mormón
en
su
traducción
inspirada
dado en su totalidad, sino que está de la Biblia. No se deben pedir
compuesto de "aforismos, máximas e culpas por el sermón diciendo disque
ilustraciones de varios discursos que sus características se deben a errose recordaban y atesoraban". (ínter- res en la anotación y trasmisión, sino
preters Bible, vol. 1, pág. 279; véase
D
21
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PREGUNTAS Y RESPUESTAS
que probablemente debe vérsele
como un texto que ha sufrido alteraciones u omisiones y posiblemente
una mala traducción.
El sermón está fragmentado en el
sentido de que en algunas de sus
partes se dirige a audiencias diferentes. La primera parte (Mateo 5:1 a
6:24; 3 Nefi 12:1 a 13:24) fue dirigida
a la multitud que se había congregado. En el Libro de Mormón las observaciones del Salvador a la multitud
precedieron las instrucciones a los
Doce. (3 Nefi 11:21-41.) La segunda
parte (Mateo 6:25-34; 3 Nefi 13:2534) fue dirigida a los Doce a quienes
El había escogido. En la tercera
parte, de nuevo habla a la multitud.
Por lo tanto, las tres secciones distintas que podemos notar en el sermón
muestran instrucciones de aplicación
general, separadas por instrucciones
específicas para los Doce.
En el relato de Mateo del sermón
se puede observar aun mayor fragmentación dada la manera abrupta
en que cambia de tema, por ejemplo:
las Bienaventuranzas, la comparación del oyente con la sal y con la luz,
el cumplimiento de la ley, y la comparación de la ley con las enseñanzas
de Cristo —todos parecen ser tratados individual y separadamente en el
capítulo 5 de Mateo. Sin embargo, el
sermón a los nefitas une todos estos
temas al llamado que el Salvador
hace al comenzar sus instrucciones a
la muchedumbre: "venid a mí" (véase 3 Nefi 11:14, 12:3, 19, 20, 23)
haciendo del sermón, de acuerdo con
lo que está registrado en el Libro de
Mormón, un maravilloso modelo de
lo que debe ser la vida de un miembro de la Iglesia.
Desafortunadamente el mundo ha
22
perdido el unificado concepto de este
sermón magistral. No obstante, con
la restauración de estas verdades
claras y preciosas, podemos lograr
una completa apreciación del sermón
al estudiarlo en el Libro de Mormón.
Richard Lloyd Anderson,
profesor de historia
y escritura antigua,
Universidad Brigham Young.
¿Por qué son los Evangelios
tan incompletos en lo que se
refiere a los detalles de la vida
de Jesús?
S
olamente
un
Evangelio
comienza haciendo alusión a
la grandeza de Jesús en la
preexistencia. Únicamente
dos Evangelios nos hablan acerca de
su nacimiento milagroso. En tres
Evangelios se relata solamente una
pascua de su vida, permitiendo que
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el cuarto Evangelio relate los tres
años completos de su ministerio
terrenal. Es evidente que nunca
existió la intención de que esos
breves registros fueran biografía;
entonces, ¿qué se supone que son?
José Smith nos lo aclara al usar el
nuevo título: "El testimonio" de
Mateo v Juan. Estos cambios en la
traducción de José Smith, conocida
como la Versión Inspirada, destacan
la naturaleza especial de cada Evangelio.
Cada escritor tuvo fundamentalmente el mismo propósito de Juan,
quien fue uno de los Apóstoles escogidos personalmente por Jesús, y
cuyo lenguaje está caracterizado por
las palabras "testimonio" y "testificar". De todo el Nuevo Testamento,
el setenta por ciento de los pasajes
en que aparecen estas palabras (maturia y martureo) se encuentran en
los escritos de Juan, quien nos da
una evidencia de la responsabilidad
que sentía con respecto a su misión
de testificar al mundo. Para corroborar esto solamente necesitamos comparar el primer capítulo de Juan ("y
vimos su gloria" —Juan 1:14) con los
primeros versículos de la Primera
Epístola de Juan ("hemos visto con
nuestros ojos . . . y palparon nuestras manos" —1 Juan 1:1). Este último evangelista habló en nombre de
todos, haciendo hincapié en que él
escribió "para que creáis que Jesús
es el Cristo, el Hijo de Dios, y que
para que creyendo, tengáis vida en
su nombre". (Juan 20:31.)
Muchos han llegado a la conclusión
de que los escritos de Juan son solamente testimonio y no historia. En
realidad, la historia que Juan ha
i escrito gira alrededor de su testimo-
nio, como lo muestra el nombre:
evangelio. Evidentemente desde el
principio los relatos acerca de la vida
de Jesús se llamaron Evangelios,
pero, ¿por qué? El término griego
euanggelion está compuesto con angelia, que significa un "mensaje" o
"anuncio" más el prefijo que quiere
decir "bueno o favorable". El significado de la palabra evangelio es entonces "buena nueva". Los relatos
acerca de Cristo se llamaron Evangelios debido a que predicaban buenas
nuevas, o sea, el maravilloso mensaje de que El había vencido la muerte
y el pecado. A pesar de que todos los
Evangelios difieren en la forma en
que dejan establecida esta conclusión, todos la explican en detalle con
la historia de la muerte y la Resurrección. Por ejemplo, un tercio del
Evangelio según Marcos, y casi la
mitad del Evangelio según Juan dedican especial interés en relatarnos
la última semana de la vida de Cristo.
Cada hecho que podamos aprender acerca de Cristo capta nuestro
interés, pero lo que El hizo por nosotros ganó nuestra salvación. Los
Evangelios no están estructurados
en forma biográfica, sino que nos
informan de los hechos acerca de
Cristo que nos predican su evangelio: que fue enviado por Dios, mostró
el poder de Dios en su vida y en sus
enseñanzas, dio autoridad a su Iglesia, sacrificó voluntariamente su
vida por nuestra vida eterna y que
finalmente resucitó para abrir el camino a la resurrección del género
humano. Esta magnífica historia representa el bosquejo y el testimonio
de los cuatro Evangelios que se encuentran en el Nuevo Testamento.
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L
os cristianos del siglo XX,
empeñados en reconstruir
la historia de los principios
de la Iglesia, comprendieron claramente la gran deuda que
tienen con un escritor del primer
por T. Edgar Lyon
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siglo de nuestra era, un médico
llamado Lucas, autor del Evangelio
que lleva su nombre y del libro
Hechos de los Apóstoles. En realidad, ambas obras componen una
historia de la fundación del cristianismo.
A pesar de lo mucho que apreciamos los escritos de Lucas, hay
muchos detalles que desearíamos
que él hubiera registrado. No hay en
ellos ningún registro de la organización de la Iglesia en los días de
Jesús, ni de los oficiales que dirigían,
sus correspondientes títulos, o la
autoridad que tenían. Tampoco
menciona el término con que se
denominaba a la comunidad cristiana
en Jerusalén, ni qué pensaban los
judíos cristianos acerca del templo y
sus alrededores, de los sacrificios
diarios que ofrecían allí los sacerdotes levitas o del día sabático que
guardaban los judíos. Quizás esa
falta se debiera a que Teófilo, a
quien están dedicadas ambas obras,*
estuviera tan familiarizado con todas
esas cosas que Lucas no viera ninguna necesidad de hablarle de ellas.
El progreso de la Iglesia
En el libro Hechos de los Apóstoles continúa la narración sobre la
comunidad cristiana, que había quedado en suspenso al finalizar el Evangelio que él escribió. Luego de la
ascensión del Señor Jesucristo desde
*Nota de la traductora: Quizás Teófilo fuera
un oficial romano, pues Lucas se dirige a él
con términos que no se usaban entre los
cristianos ("oh excelentísimo Teófilo"),
Muchos creen que más tarde se convirtió al
cristianismo, pues en el Libro de Hechos
Lucas dice solamente "oh Teófilo", y también
porque este nombre es cristiano y no romano.
Parecería que el pórtico de Salomón hubiera tenido
el mismo propósito que el foro en los edificios
griegos y romanos, donde se llevaban a cabo
reuniones y debates públicos.
el Monte de los Olivos, Lucas relata
una reunión de los santos en Jerusalén, "como ciento veinte en número"
(Hechos 1:15). Pedro había dicho que
los Apóstoles tendrían que seleccionar candidatos entre los cuales se
eligiera uno que llenara la vacante
dejada por Judas Iscariote, y había
mencionado dos condiciones que ese
hombre debía poseer: Tenía que haber andado con Jesús y sus discípulos desde el bautismo del Salvador, y
haber sido un testigo de la resurrección de Cristo. De acuerdo con estos
requisitos, encontraron dos hombres
que parecían igualmente calificados;
entonces oraron al Señor pidiéndole
que, por conocer El el corazón de las
personas, les indicara "cuál de estos
dos has escogido" (véase Hechos
1:24). Luego fueron inspirados para
elegir a Matías, quien pasó a formar
parte de los Doce. Es muy significativo notar la insistencia de los Apóstoles en que la Iglesia fuera guiada por
el Espíritu y no por el discernimiento humano.
Después de esto, Lucas conduce a
sus lectores a un emocionante acontecimiento ocurrido diez días después de la ascensión de Jesús, durante la festividad judía de la Pascua. El
nos dice que en aquel día memorable, estando reunidos los judíos procedentes de diferentes provincias
del Imperio Romano en un lugar que
no se menciona, ocurrió en los Apóstoles una milagrosa manifestación de
lenguas extranjeras. Los que los oyeron se admiraban de que aquellos
galileos pudieran enseñar el evangelio en idiomas desconocidos para
ellos. (Véase Hechos 2:1-37.)
Luego de esa milagrosa manifestación, Pedro hizo un extraordinario
resumen de la misión mesiánica de
Jesucristo, testificando que era el
Redentor del mundo, y que había
resucitado. Los de la congregación,
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25
La Iglesia Cristiana original
comprendiendo súbitamente su necesidad de arrepentirse por haber rechazado al Maestro como su Mesías,
le preguntaron a Pedro cómo podrían escapar al castigo que tan justamente merecían. Este les respondió predicándoles los primeros principios del evangelio, y Lucas
registró que "aquel día como tres mil
personas" entraron en la Iglesia por
medio de las aguas del bautismo.
(Véase Hechos 2:37-42.)
Como consecuencia de otro acontecimiento extraordinario, hubo más
conversos que se unieron a la Iglesia. Pedro y Juan habían ido al templo "a la hora novena, la de la oración" (Hechos 3:1), y al entrar encontraron en el portal a un mendigo que
pidió dinero a Pedro. Este le respondió que no tenía nada, pero le dijo:
"lo que tengo te doy", y sanó al
hombre, que había sido inválido de
nacimiento. Este milagro, presenciado por muchas personas, atrajo a
todo el pueblo "al pórtico que se
llama de Salomón". Allí Pedro les
habló recordándoles la forma en que
ellos había rechazado a Jesús de Nazaret como su Mesías y los llamó al
arrepentimiento por tan grave pecado. Lucas registra que esa prédica
fue tan elocuente que "muchos de los
que habían oído la palabra, creyeron;
y el número de los varones era como
cinco mil". (Véase Hechos 3:11, 4:4.)
Los santos "tenían en común todas
las cosas"
El entusiasmo que reinaba entre
el gran número de personas que se
convirtieron en ambas ocasiones y el
El entusiasmo que reinaba entre el gran número de personas que se
convirtieron . . . y el compromiso que hicieron de [levar una nueva vida de
hermandad eran tales que deseaban compartir todo lo que poseían con sus
hermanos cristianos.
26
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compromiso que hicieron de llevar
una vida de hermandad eran tales
que, de acuerdo con las enseñanzas
del evangelio acerca del interés y el
cuidado que se debían los unos a los
otros, deseaban compartir entre sí
todo lo que poseían:
"Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas
las cosas; y vendían sus propiedades
y sus bienes, y lo repartían a todos
según la necesidad de cada uno."
(Hechos 2:44-45.)
"Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que
poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,
"y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según
su necesidad." (Hechos 4:34-35.)
En ambos casos se nos presenta el
plan de cooperación económica que
existía entre los santos de Jerusalén,
lo cual es evidentemente una manifestación del mismo espíritu que motivó a los nefitas en el hemisferio
occidental, después de la visita que
les hizo el Cristo resucitado. Ese
sistema duró entre ellos aproximadamente dos siglos. (Véase 4 Nefi:27.)
La Iglesia crecía tan rápidamente
que los Apóstoles se vieron obligados a dedicar todo su tiempo a la
adquisición y distribución de alimentos; comprendiendo que esto les impedía predicar el evangelio, que era
la principal responsabilidad que habían recibido del Maestro, los Doce
convocaron a los santos para explicarles que los Apóstoles no habían
sido llamados para "servir a las
mesas" sino para predicar la palabra
de Dios, y les propusieron llamar y
apartar a siete hombres que asumieran esta obligación, lo cual se hizo.
(Véase Hechos 6:1-6.)
Lucas no registró qué oficio o qué
título tenían estos hombres. Muchos
años después, cuando los cristianos
apóstatas dieron a los diáconos esta
asignación, los editores y comentaristas bíblicos comenzaron a denominarlos en los subtítulos y las notas al
margen como "los siete diáconos".
Pero los escritos de Lucas no los
mencionan por ese nombre. Es de
notar que el trabajo que realizaban
estos nombres al ocuparse de las
necesidades temporales de los miembros era parte de la asignación que
tienen actualmente los obispos. Quizás los santos de Jerusalén estuvieran organizados en siete ramas, cada
una de las cuales contara con un
obispo que se encargara del bienestar temporal de su congregación.
El adoptar el nuevo sistema económico de administración (la ley de
consagración) fue un acto de gran fe
y amor cristiano por parte de los
santos. Sin embargo, finalmente causó dificultades, pues muchos de los
que se unieron a la Iglesia en el día
de Pentecostés deben de haber sido
personas adineradas, que habían invertido su capital en propiedades o
productivas empresas de negocios.
Si ellos hubieran conservado sus posesiones y entregado a la comunidad
cristiana las ganancias que hubieran
sacado de ellas, probablemente, además de conservar sus bienes personales, habrían beneficiado a la comunidad con ingresos permanentes; en
cambio, al vender sus propiedades
para entregar a la Iglesia el dinero,
estos santos se quedaron sin una
fuente de ingresos. A medida que el
número de miembros comenzó a aumentar y muchos pobres se convirtieron a la Iglesia, el capital original
con el que habían contribuido los dos
primeros grupos grandes de conversos aparentemente se agotó.
Diez o quince años más tarde el
apóstol Pablo, mientras predicaba el
evangelio en Asia Menor y Europa
como misionero entre los judíos y los
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27
La Iglesia Cristiana original
gentiles, solicitó de esos cristianos
donaciones para ayudar a sus hermanos de Jerusalén. (Véase 1 Corintios
16:1-4; 2 Corintios 9:1-8.) Es obvio
que ya en esa época la Iglesia había
consumido todo su capital y poseía
muy pocas fuentes de ingresos.
El día sabático en la Iglesia original
Los santos de Jerusalén tuvieron
una fuerte influencia en el origen del
día sabático cristiano. Aunque las
Escrituras nos dicen relativamente
poco sobre la antigua observancia
del día de reposo, sabemos que los
primeros líderes de la Iglesia habían
sido criados en la fe hebrea y evidentemente serían devotos judíos ortodoxos; de lo contrario, no habrían
estado esperando la venida de su
Mesías. En consecuencia, siendo ya
adultos, deben de haber participado
activamente en los servicios sabáticos de las sinagogas; ciertamente,
asistirían al servicio de preparación
que comenzaba al ponerse el sol, los
viernes por la tarde, en el que se
cantaban salmos, se oraba y se leía
parte de los escritos de los profetas y
la ley de Moisés.
Aparte de los servicios religiosos,
la sinagoga y el rabino representaban respectivamente a la escuela y el
maestro durante la semana, cuando
los niños y jovencitos iban para que
se les enseñaran los Diez Mandamientos, la ley de Moisés y el Talmud, que formaban la base de la
religión judía y su servicio a la humanidad.
Jesús debe de haber sido educado
de acuerdo con esta costumbre, puesto que todas sus enseñanzas demuestran un gran conocimiento de la ley,
los profetas y los escritos. En los
Evangelios se registra que El asistía
a las sinagogas en los días de reposo,
a menudo como intérprete de las
Escrituras o explicando los errores
28
Es interesante notar
la insistencia de los
Apóstoles en que
la Iglesia fuera guiada
por el Espíritu y no por
el discernimiento
humano.
de algunas creencias y prácticas judías. (Véase Lucas 4:16-21.)
Naturalmente, sus Apóstoles lo
acompañaban en estas ocasiones, y
sería lógico para ellos y sus seguidores continuar asistiendo a la sinagoga. Lucas registra que cuando los
misioneros iban más allá de los límites de Palestina, asistían a las sinagogas en el día de reposo y, si se lo
permitían, predicaban a los judíos
sobre la muerte y la resurrección de
Jesucristo. (Véase, por ejemplo, Hechos 13:5,14; 14:1; 17:1-2.)
Puesto que las creencias cristianas
superaban a las del judaismo, no es
de extrañar que los cristianos modificaran sus servicios religiosos, hasta
el punto en que éstos llegaron a ser
incompatibles con los que se lleva-
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ban a cabo en la sinagoga. Por ejemplo, además de adorar a Dios el
Padre e interpretar las Escrituras,
costumbre que era común tanto a
cristianos como a judíos, los primeros añadieron cinco nuevos aspectos
a sus servicios sabáticos: 1) la adoración del Cristo resucitado, que había
subido a su Padre; 2) el sacramento
conmemorativo de la Santa Cena; 3)
la asistencia de mujeres y niños; 4) el
canto de "salmos . . . himnos y cánticos espirituales" (Efesios 5:19) por la
congregación; 5) el testimonio oral
de los miembros de todo lo que habían visto y oído concerniente a Jesucristo. (Véase T. E. Lyon, Apostasy
to Restoration, Course of Study for
Melchizedek Priesthood Quorums,
1960, pág. 34.)
Es impreciso el momento en que la
Iglesia Cristiana cambió su día de
reposo del sábado de los judíos al
domingo, primer día de la semana; el
Nuevo Testamento no dice cuándo
ocurrió. Quizás haya sido algo gradual, y no un cambio hecho por directiva de los Apóstoles en todas partes
al mismo tiempo. Era natural que, al
aumentar la comprensión de los santos con respecto a la Expiación y la
Resurrección, pensaran que el día en
que Cristo se levantó de los muertos
tenía para ellos más significado e
importancia que el sábado. Por otra
parte, puede que hayan querido distinguirse de los judíos, especialmente después que éstos los habían echado de las sinagogas por "herejes".
Otra gran nosibilidad es que el cambio se debiera simplemente a que
hubieran recibido un mandato directo del Señor con ese fin.
Debemos recordar que no todas
las personas en aquella época disfrutaban de un día de descanso semanal. El gobierno romano había hecho
una concesión a los judíos, permitiéndoles el descanso en su día sabático.
Los cristianos no pudieron gozar de
este privilegio hasta que el emperador Constantino así lo decretó en el
año 321 d. de J. C. y aun así sólo los
que vivían en las ciudades podían
hacerlo. Esto quizás explique por
qué los primeros continuaron con esa
costumbre de la religión judaica: en
esa forma podían disfrutar del privilegio del día de reposo judío. Además de la conveniencia, quizás fuera
también un asunto de conciencia; si
se consideraban mejores judíos que
aquellos que habían rechazado a
Jesús, pensarían que tenían derecho
a los mismos privilegios que se les
concedían a aquéllos.
La asistencia de los cristianos al
templo
Así como la costumbre del día
sabático tuvo su influencia en el origen judío de los líderes cristianos,
también la tuvieron sus ideas acerca
del templo. El libro de los Hechos
indica que los cristianos, tanto líderes como miembros, iban al templo
en Jerusalén después de la resurrección de Cristo, igual que lo habían
hecho antes de su muerte. También
existe evidencia en las Escrituras de
que esta costumbre continuó durante por lo menos 25 años de nuestra
era. Pablo mismo fue arrestado
mientras participaba en ceremonias
judaicas dentro del predio del templo. (Véase Hechos 21:26-33.)
Un motivo por el cual estos cristianos continuaban visitando el templo
era que se consideraban el verdadero Israel de las profecías y las Escrituras, y creían que el Mesías ya
había venido; ellos eran los únicos
que lo habían aceptado. Los judíos
que lo habían rechazado y crucificado habían perdido así su condición de
integrantes del Israel de la profecía,
como así también su derecho de ser
el pueblo elegido de Dios. Los santos
LlAHONA/DICIEMBRE de 1982
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29
La Iglesia Cristiana original
creían que, puesto que ellos eran
quienes habían heredado las promesas de los convenios hechos por Dios
con Abraham, el santuario y los terrenos que rodeaban al templo les
pertenecían, con todo derecho, como
su lugar de adoración. Por supuesto,
los judíos que administraban el templo no iban a renunciar a él para
dárselo a los seguidores del hombre
a quien ellos habían rechazado; por
este motivo, los cristianos tenían
que contentarse con usar las partes
exteriores del templo, mientras las
autoridades de éste continuaban con
sus ceremonias y sacrificios tradicionales, en los que los conversos ya no
creían.
Otra razón por la que continuaban
utilizando los terrenos del templo
Es impreciso
el momento en que la
Iglesia Cristiana cambió
su día de reposo
del sábado de los
judíos al domingo,
primer día de la semana.
30
era la conveniencia del amplio lugar
que íes ofrecía para las reuniones, y
que cubría aproximadamente 14 hectáreas, lugar donde se congregaban
multitudes de diferentes creencias y
tierras para tener sus servicios religiosos, pasear y hasta para negociar.
(Véase Mateo 21:12.)
Debemos recordar que los que usaban este templo eran los judíos apóstatas que aparentemente tenían el
Sacerdocio Levítico. Aunque bello y
costoso, el edificio era pequeño, pues
no había sido edificado para reuniones de ordenanzas, sino para simbolizar la histórica presencia de Dios en
Israel. Sólo un número limitado de
sacerdotes levitas podían entrar en
él, mientras que a los hombres de
otras tribus y a las mujeres en general les estaba absolutamente prohibido. Junto al templo de piedra estaban los cuartos para los sacerdotes,
un gran salón para las reuniones del
Sanedrín y las oficinas que pertenecían a los oficiales autorizados por
Roma para ejercer jurisdicción sobre los judíos en todo el mundo.
Estas estructuras estaban dentro de
las paredes del templo, con portales
que protegían el santuario de ser
profanado en caso de algún tumulto.
Fuera de estas paredes se encontraban lo que se llamaban las cortes. La
más cercana a la pared era la Corte
de los Hombres Israelitas, desde la
cual los varones judíos podían observar a los sacerdotes cuando hacían
sus sacrificios diarios en el elevado
altar al aire libre que había al este
del templo. Detrás de ésta estaba la
Corte de las Mujeres Israelitas, a
quienes no se permitía acercarse al
templo tanto como a los hombres. Y
detrás de la corte de las mujeres se
encontraba la parte más grande y
cercana al exterior, conocida como la
Corte de los Gentiles. Esta parte
estaba abierta al público.
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Herodes había hecho llevar columnas de mármol de Grecia para adornar el perímetro de esta corte, y las
había hecho colocar en doble fila sobre tres lados de la plaza. Sobre el
cuarto lado estaba el Patio Real, un
peristilo** que contenía 162 columnas corintias, colocadas en cuatro
filas, en forma similar a las del gran
templo pagano de Carnac en Egipto.
Algunas autoridades en la materia
han especulado que, al igual que
muchos templos griegos y romanos,
este peristilo estaba cubierto con un
techo de cedros del Líbano para protegerlo del sol, la lluvia y algunas
nevadas. Varias referencias bíblicas
lo denominan el "pórtico de Salomón". (Véase Hechos 3:11; 5:12;
Juan 10:23.)
La narración de Lucas indica que
los santos, habiendo establecido un
fondo común, no se veían obligados a
trabajar diariamente, por lo que se
reunían en este peristilo donde recibían instrucciones de Pedro, los
otros Apóstoles y quizás también de
los encargados de distribuir los alimentos. Parecería que el pórtico de
Salomón hubiera tenido el mismo
propósito que el foro en los edificios
griegos y romanos, donde se llevaban a cabo reuniones y debates públicos. No es de extrañar que los oficiales del templo sintieran hostilidad
contra estos grupos de "herejes" que
habían "invadido" el gran patio del
predio del templo y en él predicaban
doctrinas que condenaban las acciones de los líderes judíos y de la
nación en general.
des de conversos eran judíos, la verdad universal del evangelio pronto
comenzó a atraer a otras personas.
El primer pueblo que se mostró receptivo al cristianismo parece haber
sido el de los samaritanos. El origen
de este pueblo data del siglo VIII a.
de J. C, cuando los asirios se llevaron cautivos a miles de israelitas;
entonces hubo tribus paganas de
otras tierras, cuyos hombres se casaron con las mujeres hebreas y, a
pesar de que en general aceptaron la
religión de su esposa, mezclaron en
ella muchas creencias de la religión
de Baal que profesaban. (Véase 2
Reyes 17:24-33.) Como los samaritanos aceptaban el Antiguo Testamento y muchas tradiciones orales judaicas, no se les tenía por gentiles sino
por personas que habían corrompido
la religión. En la época de Jesús los
judíos los consideraban israelitas
apóstatas.
Mateo dice que el Maestro había
instruido a sus Apóstoles para que
no predicaran ni a los gentiles ni a
los samaritanos (véase Mateo 10:5),
y no hay ningún registro de que Él
bautizara a nadie de esos grupos. Sin
embargo, muchos samaritanos lo habían aceptado como su Mesías; cuando Felipe, posiblemente con una
asignación especial de los Doce, visitó Samaría, hizo allí muchos conversos. Pedro y Juan, enterados de su
éxito, fueron también allí y le ayudaron a confirmar a los nuevos miembros de la Iglesia. El hecho de que
líderes tan ortodoxos como Pedro,
Juan y Felipe no vacilaran en aceptar a los samaritanos en la Iglesia
indica
que ellos no los consideraban
El cristianismo entre los samarita- gentiles.
nos
Aunque los primeros grupos granLos primeros miembros que no eran
judíos
Siempre extendiéndose, el evange**Perístüo: Atrio rodeado interiormente de
lio se esparció más allá de los intecolumnas.
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La Iglesia Cristiana original
grantes de Israel. Un ejemplo de
ello es la conmovedora historia de
Cornelio, la cual representa la revelación dada por el Señor al Presidente de la Iglesia, y Su aprobación y
autorización para llevar el evangelio
a los gentiles.
Cornelio era un capitán del ejército romano, estacionado en Cesárea,
devoto adorador del Dios de los judíos y sumamente generoso con los
pobres de este pueblo. En Hechos
10:1-2 dice que "era piadosa. . . y
oraba a Dios siempre". Durante una
de esas oraciones se le apareció un
ángel y le dijo que enviara mensajeros a Jope, a unos 55 kilómetros de
allí sobre la costa, para pedir a Pedro que lo visitara.
Pedro, que había recibido una vi-
sión alegórica indicándole que había
llegado el momento de empezar a
predicar el evangelio a los gentiles,
se dirigió a Cesárea acompañado por
algunos hermanos de Jope. Cornelio
le relató la visita del ángel y le pidió
que diera a los de su casa el mensaje
que se le había prometido. Fue tal la
manifestación del Espíritu Santo en
esa ocasión, que Pedro no pudo
menos que reconocer que Cristo mismo abría la puerta del cristianismo a
los gentiles; por lo tanto, los hizo
bautizar. (Véase Hechos 10:44-48.)
Cuando Pedro volvió a Jerusalén y
relató su visión y el Espíritu Santo
que se había manifestado sobre los
gentiles, los cristianos judíos glorificaron al Señor diciendo: ". . . ¡De
manera que también a los gentiles ha
Muchos samaritanos lo habían aceptado como su Mesías; cuando Felipe
visitó Samaría hizo allí muchos conversos.
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dado Dios arrepentimiento para
vida!" (Hechos 11:18).
Aquellos fueron, entonces, los primeros gentiles que entraron en la
Iglesia Cristiana y que abrieron oficialmente la puerta del cristianismo
al mundo entero, con Pablo, el
"Apóstol de los gentiles", encargado
de esparcir la palabra.
Una organización en crecimiento
Los miembros de la Iglesia de
nuestro siglo no deben tratar de
establecer paralelos entre cada uno
de los incidentes bíblicos de la Iglesia original y los que ocurren actualmente en La Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los Últimos Días. En
lugar de ello, podríamos comparar la
primera organización de la Iglesia y
el sacerdocio con la organización restaurada entre los años de 1830 y
1850; por ejemplo, las actividades
del sacerdocio antes de que éste fuera organizado en quórumes. Hubo
personas que tuvieron antes de que
existiera el Consejo de los Doce asignaciones que más tarde se convirtieron en una responsabilidad apostólica.
Esto puede ayudarnos a aclarar
algunos pasajes confusos, como el
del hombre llamado Agabo, a quien
dos veces se menciona diciendo que
era un profeta. (Véase Hechos 11:28;
21:10.) Quizás se tratara de un setenta o algún otro oficial de la Iglesia; no
se sabe nada de él ni de su relación
con los Apóstoles, pues Lucas no nos
da ningún detalle. En la misma forma habla de que Felipe, quien vivía
en Cesárea, tenía cuatro nijas "que
profetizaban" (véase Hechos 21:9),
sin mencionar qué profecías hacían o
en qué concepto se las tenía. Por
otra parte, es evidente qué la profecía de Agabo sobre el encarcelamiento de Pablo en Roma se cumplió.
(Véase Hechos 21:11.) Tampoco sabemos qué posiciones ocupaban en la
Los escritos de Lucas nos
dan vislumbres
de una Iglesia en
crecimiento y del cambio
efectuado de la religión
judaica a una que
se extendería por
todo el mundo.
Iglesia estas personas; quizás se tratara simplemente de que tenían el
don de discernimiento espiritual.
Los escritos de Lucas nos dan
vislumbres de una Iglesia en crecimiento y del cambio efectuado de la
religión judaica a una que se extendería por todo el mundo, y de las
consecuencias que traía en aquellos
días el ser cristiano. Lo mismo que
sucede en la actualidad, esta Iglesia
era dirigida por seres humanos inspirados por el Altísimo y motivados
por el ferviente testimonio que tenían de Jesucristo. Al igual que a
nosotros, a ellos también se les dio el
encargo de convertir en acción los
principios del evangelio, fuera cual
fuera el mundo que los rodeaba. D
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El cumplimiento de una promesa
por Lea Siiskonen
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A
l mirar las pálidas facciones
del niño que dormía —las
sombras de sus curvas y
oscuras pestañas y el mechón de negro cabello que se destacaba contra el blanco inmaculado de la
almohada de hospital— me sentí
emocionalmente exhausta por la agonizante vigilia de tres semanas que
habíamos hecho junto a su cama.
Pero habíamos triunfado sobre la
muerte, y la tensión había aflojado al
desaparecer la apretada garra de
hierro del temor que nos oprimía el
corazón. En esas semanas me había
sumergido totalmente en la lucha
por la vida de mi pequeño hijito de
cinco años; había tratado de trasmitirle fortaleza por medio de miradas,
caricias y susurros en los que lo
apremiaba con mi amor a volver a la
vida.
Le toqué la mejilla; ya era hora de
irme. Eran las diez de la noche cuando silenciosamente cerré la puerta
tras de mí. En el otro cuarto me
quité la túnica del hospital y me lavé
las manos, que estaban ásperas y
secas por el uso continuo del desinfectante. Antes de alejarme, miré
por la ventana de observación a mi
hijo dormido. ¡Qué hermoso era! Habíamos tenido que internarlo en el
hospital, aparentemente para una
operación de apendicitis, pero los
exámenes habían indicado que tenía
una gran inflamación en el abdomen,
además de pulmonía; una combinación que podía ser fatal, según los
médicos.
No obstante, gracias a la misericordia de nuestro bondadoso Padre
Celestial, a una bendición del sacerdocio administrada por su padre terrenal, a las oraciones de muchas
personas —tanto miembros de la
Iglesia como otros que no lo eran— y
a una excelente atención médica, se
había producido el milagro.
La noche era oscura y fría. Un
caprichoso viento arremolinaba la
nieve, indeciso entre crear montones
aquí y allí o formar una blanca y lisa
sábana. El otoño se había convertido
en invierno sin que yo lo notara
siquiera.
El ómnibus que me llevaría a casa
se detuvo junto a mí con una sacudida. Estará en casa para Navidad,
pensé mientras subía. Nuestro hijo
vendría a casa para Navidad, tal
como había pasado ya una vez . . .
¿hacía ya cinco años?
Recordé una primavera que me
había dejado memorias extraordinarias. Sin saber por qué, había tenido
la idea de que nuestro hogar sería
bendecido con un hijo, "un varón", le
había asegurado confiadamente a mi
marido. Sin embargo, la razón, más
el diagnóstico de varios médicos y un
matrimonio estéril de diez años, me
decían que aquello era imposible.
Algunas veces habíamos pensado
en adoptar un niño, pero sabíamos
que la adopción era en Finlandia un
procedimiento muy complicado. Las
parejas interesadas debían esperar
muchos años, y a veces infructuosamente. También se nos había dicho
que muchos oficiales se oponían a dar
niños en adopción a mormones. (Más
tarde descubrimos que era lo contrario y que nuestro estilo de vida era
un factor favorable.)
A medida que pasaba el tiempo, y
a pesar de toda la evidencia en contra, lo que había comenzado como
una débil esperanza de aumentar
nuestra familia se convirtió en una
íntima seguridad. Continuamente
pensaba en "nuestro niño" y había
convencido a mi esposo de que lo
tendríamos. A menudo hablábamos
de "él", y se convirtió en algo tan
real que una vez lo vi en sueños.
Otra noche soñé que lo tenía en
brazos y corría, huyendo de alguien
o algo; mientras corría a través de
campos y cercados, mirando hacia
L1AHONA/DICIEMBRE de 1982
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El cumplimiento de una promesa
atrás a cada momento, vi que quien
me perseguía era una gitana. De
pronto, llegué a la orilla de un río
que tenía que cruzar. Empecé a vadearlo y el agua me llegaba a la
cintura, pero se hizo cada vez más
profunda hasta que me cubría la
cabeza. Yo luchaba por avanzar,
manteniendo al niño en alto fuera del
agua y repitiéndome una y otra vez:
"Tengo que salvarlo. Tengo que salvarlo". Al fin, agotada y temblorosa,
llegué a la otra orilla donde me sentí
completamente segura.
Aquel verano, viajamos a Suiza
donde seríamos sellados en el templo. Mientras estábamos allí le conté
a uno de los oficiantes sobre el fuerte
presentimiento que tenía acerca de
ese niño. El nos exhortó a que ayunáramos y oráramos pidiendo al Señor
que nos guiara. A pesar de que siempre orábamos, no se nos había ocurrido hacerlo por aquello que más nos
preocupaba y que era la causa constante cíe nuestro anhelo más ferviente.
Durante el resto de aquel verano y
parte del otoño, muchas veces pensé
en aquel consejo que habíamos recibido. No sé qué era lo que me impedía ponerlo en práctica; quizás fuera
el temor de que el Señor no me
contestara o de que su respuesta no
fuera la que yo tanto deseaba. Pero
finalmente me decidí.
Comencé mi ayuno en la tarde del
lunes 11 de diciembre. Al día siguiente fui a trabajar como de costumbre,
aunque para mí aquel día no era
como todos los demás, sino que me
parecía extraordinario; me había invadido un gozo tan inefable que tenía
la impresión de flotar cuando caminaba. Los colores de todo 1Q que me
rodeaba nunca me habían parecido
tan vivos; sentía amor por todo el
mundo y hubiera querido abrazar a
cada uno que veía. Creo que aquél
fue el día en que comprendí las palabras del pasaje de escritura: " . . . a
fin de que tus ayunos sean perfectos,
o en otras palabras, que tu gozo sea
cabal" (D. y C. 59:13).
Todavía no sabía lo que el Señor
quería de mí, pero mi corazón lleno
de gozo le había comunicado un mensaje especial: "Estoy dispuesta para
hacer tu voluntad, cualquiera que
sea".
Cuando llegué a casa, casi al final
de aquel hermoso día, ya era tiempo
de terminar el ayuno. En el momento que mi marido y yo nos sentábamos a la mesa, sonó el teléfono. Al
contestarlo oí una voz femenina que
me decía que era una hermana de un
pueblo cercano, a quien yo conocía
de nombre; recordé vagamente que
tenía algo que ver con el trabajo
social. Me dijo que me llamaba por
un motivo especial y que sería mejor
que me sentara para oír lo que tenía
que decirme. No tenía una silla cerca
del teléfono, por lo que le dije que no
se preocupara y la animé a continuar; pero al oírla deseé haber seguido su consejo, pues sentí que el
cuerpo se me aflojaba y el corazón
me palpitaba apresuradamente cuando me dijo:
—^Aceptarían usted y su esposo
un niñito? Estamos buscándole un
hogar apropiado y pensamos en ustedes. Se trata de un varoncito de seis
meses, hijo de gitanos.
Me sorprendí al oírme responderle
con toda calma:
—Es algo tan importante que desearía hablar un poco con mi marido
sobre el asunto. Después la llamaré.
Después de hablar los dos como
por una hora, la llamé dándole nuestra entusiasta respuesta afirmativa.
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Al día siguiente visitamos el hogar
para niños donde lo habían colocado
hasta encontrar quién quisiera encargarse de él. Nos quedamos en la sala
de espera aguardando la llegada de
nuestro "principito", a quien la directora de la institución había ido a
buscar. Parecía como si el tiempo y
todo lo que nos rodeaba se hubiera
detenido con la expectativa. Luego,
en la distancia, oímos un leve tintineo como de campanitas y al abrirse
la puerta notamos que procedía de
un sonajero que "nuestro" niñito llevaba en la mano. Desde ese día el
tintineo de campanitas o cascabeles
es música del cielo en mis oídos.
Al mirar a este nuevo "hombre"
que entraba en mi vida, apenas pude
dar crédito a mis ojos. Me sorprendió la seria expresión de sus grandes
ojos en aquella carita enmarcada por
largos rizos oscuros. Pensé que ésos
no podían ser los ojos de un bebé de
seis meses, ojos que me miraban con
una sabiduría de siglos, ojos oscuros,
serios, inquisitivos.
La directora puso el niño en mis
brazos. En aquél, nuestro primero y
tímido contacto, los pensamientos se
arremolinaron en mi mente: Es nuestro hijo. Nuestro niño. Mi hijo. Mi
cerebro parecía deleitarse en jugar
con estas nuevas palabras, que hasta
entonces me habían sido extrañas,
Al pasárselo yo a mi esposo, el
pequeño levantó la vista y extendió
la mano para tocar con un dedito
curioso el mentón de su nuevo papá.
Al mismo tiempo, en sus labios y en
sus ojos se dibujó una sonrisa que se
reflejó en el rostro de mi marido y se
hundió profundamente en mi corazón, donde la atesoré para recordarla eternamente.
En aquel momento, al mismo tiempo que algo llegaba a su fin, algo
nuevo comenzó y se formó el primer
lazo familiar. En realidad, no fue el
primero sino más bien la manifestación física de una relación que había
comenzado mucho antes de que nos
encontráramos en aquel tranquilo
cuarto.
Después de ese primer encuentro,
contamos con tres días a fin de preparar nuestra casa para la llegada del
bebé. Desde el punto de vista mental
y emocional, ya estábamos preparados. El domingo siguiente, 17 de
diciembre, nuestro hijito llegó a casa
para pasar su primera Navidad con
nosotros.
Una sacudida del ómnibus me sacó
de mi ensueño y me llevó súbitamente de regreso al presente. Absorta
como estaba en mis pensamientos,
había olvidado dónde me encontraba. ¿Habría pasado la parada donde
tenía que bajarme? Al mirar por la
ventana a través de la oscuridad de
la noche, distinguí las luces de un
edificio conocido. En la siguiente tendría que descender.
Mientras me dirigía a mi casa en
medio de la nevada, me invadió un
cálido sentimiento de gratitud, y en
ese momento tuve otra confirmación
de que nuestro Padre Celestial me
había guiado para que se cumplieran
nuestros deseos. Tuve también la
seguridad de que El continuaría siendo una fuente de fortaleza para mí en
todos los problemas que tuviera que
enfrentar en mi vida, y que sus
brazos nos sostendrían a mí y a mi
familia y nos guiarían a su presencia
en nuestro hogar celestial.
Los hermanos Siiskonen son miembros del
barrio Tampere, Estaca de Helsinki,
Finlandia. Tuvieron que ser padres tutelares
del niño durante unos dos años antes de que
sus padres naturales los autorizaran a
adoptarlo.
•
LlAHONA/DtCIEMBRE de 1982
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37
Cuando te hayas convertido
por Janet Brigham
S
e había convertido a la
Iglesia hacía tres años y
acababa de regresar de su
misión; es una persona que
nunca se siente tan feliz como
cuando inspira a otras con el relato
de su propia conversión. Me emocioné cuando leí la versión de su
historia, cuidadosamente escrita a
máquina a solicitud de la esposa del
presidente de misión, y también
sentí algo de envidia. Su testimonio
se había desarrollado en forma
extraordinaria a medida que estudiaba el Libro de Mormón, enseñaba
el evangelio y buscaba una confirmación espiritual de la verdad. No
había visto ángeles, pero sí había
sido testigo de sencillos milagros y el
Señor había influido en su vida. Ella,
a cambio, había influido en la mía al
compartir conmigo su historia. Yo
me crié en la Iglesia y admiro el
38
entusiasmo de los conversos.
—Tales experiencias —le dije—,
deberían ser recíprocas. Tendría que
darte algo de igual valor en cambio,
pero no sé qué.
Con mucho tacto rechazó mi ofrecimiento de que leyera mis poemas.
Me dijo que nunca leía poesía.
—¿Por qué no escribes la historia
de tu propia conversión? —me sugirió.
—Pero yo no soy una conversa a la
Iglesia.
—Eso no es una excusa. ¿No te
has convertido?
Aquella noche me senté para empezar mi historia, pero tenía algunas
dudas. Volví a leer la de ella y me
sentí desesperada pensando en lo
difícil que sería reconstruir la de mi
conversión después de una vida asistiendo a reuniones y enseñando en la
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Escuela Dominical. Los pasos hacia
mi conversión no eran muy notables;
sin embargo, los materiales estaban
a mano: Había escrito en mi diario
año tras año. Pero, ¿había en realidad allí una historia de mi conversión? Una mirada al contenido de
mis diarios me dio una visión de que
la Iglesia siempre fue parte de mi
vida. Mis antepasados se bautizaron
en Inglaterra, y luego en Nueva
Inglaterra en los primeros años de la
Restauración, para más tarde cruzar
los llanos hasta Utah. Siempre había
sido mormona.
Y así decidí empezar mi historia:
Recuerdo haber sido mormona toda
mi vida. Escribí cómo había pasado
mi niñez, sobre las fiestas de la Primaria, mis actuaciones cantando
solos y las conversaciones que tuve
con mis amigos de la escuela acerca
de la Iglesia. Escribí de cómo nadie
me tuvo que decir cuando murió mi
abuela, porque en mi corazón de
ocho años supe lo que había sucedido; que todos los parientes y casi la
mitad de la ciudad se reunieron eno su
funeral en la capilla del Barrio 4 de
Rexburg, Idaho.
En mis recuerdos, empezó a surgir un tema: desde niña había aprendido el evangelio viviéndolo. Mi familia y los maestros me habían enseñado a buscar al Señor para obtener
fortaleza, y había orado desde pequeña. Esto parecía irónico, pues durante mi adolescencia me había preguntado si mis oraciones eran correctas
y eficaces. Otras personas hablaban
de respuestas dramáticas a sus oraciones y de largas sesiones rogando
al Señor. Mis oraciones, como contraste, eran simples, cortas, y a
veces exigentes y directas. Sin embargo, pude ver, a través de mis
diarios y buscando en mi memoria,
que siempre había orado y que mis
oraciones siempre habían sido sinceras. Cuando falleció mi abuela, oré.
Cuando perdí el control del caballo
en el que cabalgaba, oré. Cuando
estaba temerosa de que nadie bailara conmigo, oré. También lo hice
cuando me sentía aterrorizada antes
de mi actuación de presentar un solo
de piano frente al público. Aun cuando no todas las oraciones fueron contestadas de inmediato, con el tiempo
todas lo fueron.
Me di cuenta de que buscaba la
ayuda del Señor cuando necesitaba
fortaleza; ésa fue una norma en mi
vida, y formaba parte de mi ser
desde que era una niñita. Reconocí
la fortaleza que antes había puesto
en duda y reconocí la influencia del
Señor en mí como nunca lo había
hecho hasta entonces.
Cuando escribí sobre la intensa
participación que había tenido en la
Iglesia entre los 16 y los 18 años de
edad* pude recordar que muchos de
mis amigos sintieron el deseo de
saber qué era lo que hacía mi vida
tan diferente de la de ellos. ¿Por qué
pasaba tanto tiempo en la Iglesia?
¿Por qué los jóvenes mormones tenían una relación tan estrecha entre
sí? ¿De qué se trataba en nuestra
clase de religión a las 6:30 de la
mañana? A varios amigos les hablé
del evangelio. Una amiga y su familia se bautizaron algunas semanas
después que tímidamente les había
preguntado, "¿Qué saben acerca de
la Iglesia Mormona?", una noche
mientras nos sentábamos alrededor
de la mesa en su cocina al volver de
un viaje que habíamos hecho con la
orquesta de la escuela. Otro amigo
obtuvo un testimonio del Libro de
Mormón, pero no tuvo a "los quince
años la fe necesaria para bautizarse.
Otras amigas fueron a las reuniones
de las Mujeres Jóvenes y a los bailes
de la Iglesia conmigo. Un joven que
conocí en una conferencia sobre periodismo se bautizó en la Iglesia después de habernos escrito sobre
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
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39
Cuando te hayas convertido
temas filosóficos durante tres años.
Yo no lo convertí, pero le había
presentado la verdad y él la había
reconocido.
Muchas veces antes de repasar
estos incidentes en mis diarios y de
utilizarlos para preparar la historia
de mi conversión, me había preguntado si yo habría sido capaz de ser
como miembro una misionera eficaz.
Por muchos años habían sonado en
mis oídos las palabras "cada miembro un misionero", haciéndome sentir culpable. En ese momento me di
cuenta de que a mi manera, yo era
una misionera, con mis propios amigos. Ahora, ese conocimiento me da
la confianza de continuar con gusto
compartiendo abiertamente el evangelio.
Entonces escribí de las veces en
que había buscado la ayuda del Señor por intermedio de sus siervos,
sobre el gran respeto que sentía por
un obispo en particular, y sobre las
bendiciones de conocer a hombres
dignos que se consideraban a sí mismos "siervos de todos" (D. y C.
50:26). Ya me había olvidado de esos
hombres y de la influencia .que con su
liderazgo tuvieron en mi vida. Había
olvidado que por medio de ellos me
había sentido impulsada a estudiar
las Escrituras hasta que las palabras
del Señor llegaran a ser una guía
para mis pensamientos.
Escribí cómo una mañana, mientras asistía a la Universidad Brigham Young, en Provo, Utah, desperté sintiendo la necesidad de saber
que mi vida tenía un propósito.
Como un miembro del Consejo de los
Doce Apóstoles hablaría esa mañana
en una asamblea espiritual, oré para
pedir que sus palabras me dieran la
dirección y la motivación que necesitaba. La oración fue contestada sin
lugar a dudas sólo algunas horas más
tarde. Tampoco había pensado en
ese incidente por algún tiempo.
40
Sé que en todos esos acontecimientos estaba la mano del Señor y que
El se interesa en mi vida. Pero,
aunque parezca extraño, había subestimado mi habilidad de vivir mi
religión con éxito. Al escribir la historia de mi conversión, en ocho páginas escritas a máquina, pude apreciarme mejor, y al leer mi diario
llegué a conocerme mejor y vi mi
desarrollo más claramente; pude darme cuenta de que aun cuando no
entendía ni aceptaba todos los principios del evangelio, aceptaba al Señor. Escribí: Por haber aprendido a
orar desde niña, gracias a la enseñanza de mi abuela, de mi madre, y
de innumerables maestros en la Iglesia, tuve fe en la oración, la que me
ayudó en los períodos de duda. Fueron mis oraciones de niña las que
recordaba en mis horas de mayor
necesidad.
Logré otro beneficio aún mayor al
escribir mi propia historia como
miembro de la Iglesia. Lucas escribió: " . . . y tú, una vez vuelto [convertido] confirma a tus hermanos"
(Lucas 22:32). He dado una copia de
mi historia a mi amiga, que fue la
primera que compartió la suya conmigo. "Está muy bien", me dijo. "No
sabías que podías escribirla, ¿verdad?"
Desde entonces, he dado unas
pocas copias a algunos amigos a medida que hemos compartido nuestras
experiencias y palabras de aliento.
He hablado de ella a amigos que no
son miembros de la Iglesia y que
desean saber más del evangelio. No
quiero decir con esto que se la daría
a leer a cualquiera, dado que es
demasiado personal; pero los amigos
con quienes he compartido mi historia se han fortalecido, y eso me fortalece a mí. Y ahora, con la historia de
mi conversión escrita, firmada, y fechada, me siento más que fortalecida: estoy convertida. Q
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S
e siente un magnetismo
especial en la casa de la
misión a la llegada de nuevos
élderes y hermanas. Los
recién llegados se notan ansiosos y el
personal de la misión está entusiasmado ante la posibilidad de
ayudarles a adaptarse rápidamente
dentro del sistema del proselitismo.
El presidente de la misión está
ansioso también por asegurarse de
que para cada misionero la misión
sea una hermosa y compensadora
experiencia al servicio del Señor.
por David R. Mickel
Algunos presidentes de
misión aconsejan cómo
'prepararse para una
misión regular
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Antes del llamamiento
El presidente de la misión hace
entrevistas personales a los nuevos
élderes y hermanas, y rápidamente
se da cuenta de que algunos están
entusiasmados y otros preocupados,
algunos son tímidos y otros se
sienten orgullosos, pero todos demuestran interés en saber la mejor
forma de cumplir sus llamamientos.
A medida que aprenden y progresan, casi todos se van transformando
en buenos misioneros.
Hay algunos que parecen estar
excepcionalmente bien preparados
ya desde el comienzo de su misión. Si
un presidente tuviera la oportunidad
de compartir sus observaciones
sobre sus trabajadores más eficaces,
¿qué diría?
Entrevistas hechas a varios
presidentes y ex presidentes de
misión en el mundo indican que
muchos de aquellos misioneros que
son más felices y tienen mayor éxito
comienzan a prepararse para su
servicio mucho antes de que el sobre
de las Oficinas de la Primera Presidencia, en Salt Lake City, Utah,
llegue a su casa. Hablamos con el
presidente Roland R. Wright de la
Misión Nueva York—Ciudad de
Nueva York, con el presidente Marión C. Robinson de la Misión Uruguay—Montevideo, con el presidente Ben E. Lewis de la Misión Inglaterra—Londres, con el presidente
Lindsay R. Curtís de la Misión California—Oakland, y con el presidente
R. Dean Robinson de la Misión Francia—París. He aquí un resumen de
sus sugerencias a aquellos que se
preparan para "embarcarse en el servicio de Dios".
¿Existen algunas características
personales específicas que la gente
joven que planea servir en una misión regular deba tratar de desarrollar?
El presidente Lewis dice:
"Deben tener el deseo de servir al
42
prójimo. Deben desarrollar una actitud de optimismo y felicidad, y ser
capaces de ver las cosas buenas en la
gente y no sus fracasos y faltas.
Necesitan ser obedientes a los mandamientos del Señor y no tratar de
oponerse a los reglamentos. Necesitan obtener un firme testimonio del
Salvador y pasar cierto tiempo preparándose para conocer a fondo las
Escrituras."
El presidente Dean Robinson está
de acuerdo.
"Mis mejores misioneros tienen fe
en que el Señor les dirigirá en sus
esfuerzos si se imponen metas. Literalmente invocan los poderes del cielo." (Véase D. y C. 121:36.)
Agrega que los buenos misioneros
han aprendido a llevarse bien con su
Padre Celestial, y lo hacen a menudo
durante el día.
El presidente Lewis también explica que los élderes y hermanas que
desempeñan bien su deber son los
que parecen haberse sobrepuesto a
la nostalgia, porque saben cómo hacerlo.
"A veces", dice, "un corto período
de la universidad les ayuda a obtener un panorama más amplio sobre
otras gentes y culturas; pero nunca
deben ir a la universidad en vez de
cumplir una misión, en el caso de
personas que están capacitadas para
servir."
Todos los presidentes están de
acuerdo en que la dignidad esesencial.
"Los misioneros deben vivir una
vida recta antes de llegar a la misión;
deben aprender cómo mantenerse a
sí mismos bajo control", el presidente Lewis dice. "El vocabulario y los
hábitos personales deben ser irreprochables".
¿Qué más deben hacer para prepararse aquellos que desean salir
como misioneros?
"Los cinco puntos básicos deberían comprender la obediencia, el
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sacrificio, el trabajo intensivo, la oración y la fe. La fe hace posibles las
cosas imposibles; abre el entendimiento y las puertas cerradas. Hasta
que los misioneros no aprenden a
entender y a andar por la fe, (véase 2
Corintios 5:7) no son eficaces", dice
el presidente Dean Robinson.
"¡Deben darse cuenta de que una
misión representa, trabajar intensivamente!", aconseja el presidente
Curtis. "Deberían tratar de adquirir
experiencia en el campo de la enseñanza y una comprensión de la naturaleza del Espíritu. Algunos jóvenes
están convencidos de que no tienen
un testimonio, cuando en realidad lo
tienen, aun cuando éste sea frágil y
requiera ser nutrido."
Él presidente Marión Robinson recalca que los misioneros necesitan
tener un conocimiento más profundo
de las Escrituras y saber cómo estudiarlas. Y el presidente Lewis lo
confirma.
"Deben haber leído el Libro de
Mormón y haber orado para adquirir
un testimonio de su veracidad", dice.
"Necesitan aprender a estudiar, llegar a ser fluidos en la lectura, en la
escritura y en ortografía. También
deben poseer un conocimiento de lo
que es el Espíritu Santo, cómo actúa, y cómo recibir bajo su influencia
la confirmación que están buscando."
Luego agrega que la mejor forma
de prepararse para poder expresar
su testimonio en el campo misional
es hacerlo ahora, siempre que se
tenga ocasión para ello. Además,
aconseja a los futuros misioneros
que éste es el momento de aprender
a ser responsables y cumplir con sus
obligaciones.
El presidente Curtís recuerda a
aquellos que consideran la posibilidad de ser misioneros, que la preparación física y emocional también es
importante.
"Los jóvenes que están sobrepasados en su peso deben normalizarlo
antes de llegar al campo misional",
dice. "Todos los futuros misioneros
deben ocuparse de adquirir buenos
modales, de tener una buena apariencia personal y una agradable for-
LiAHQNA/DICIEMBRE de 1982
bibliotecasud.blogspot.com
43
Antes del llamamiento
ma de vestir. Cualquier problema
emocional debe solucionarse antes
de salir del hogar."
Y el presidente Wright agrega
que es vital que los misioneros tengan "una comprensión de la importancia de la rectitud y de la disciplina, como también de la necesidad de
ser totalmente honrados consigo mismos así como con los demás, y especialmente ser sinceros con su obispo
y presidente de estaca".
"En el caso especial en que un
misionero no haya confesado alguna
transgresión a su obispo, y se haya
arrepentido, lleva a su misión una
carga de falta de arrepentimiento",
advierte el presidente Curtis. "Este
tipo de carga hace imposible seguir
los impulsos del Espíritu Santo, compartir el testimonio y sentirse bien
con uno mismo, por lo que la obra se
hace difícil."
¿Qué aconsejan sobre la situación
económica?
El presidente Curtis dice:
"Sugiero que antes de que el misionero salga de su hogar, los padres se
sienten a conversar con él para planear un presupuesto y dejar bien en
claro cómo se manejarán los ingresos."
Hay información disponible sobre
la cantidad de dinero que se necesita
por mes y la mejor forma de hacerlo
llegar al misionero; esta información
se incluye en la carta que el Departamento Misional le envía.
El presidente Lewis da su opinión, que comparten los cinco presidentes, cuando dice:
"Deben empezar a trabajar y abrir
una cuenta bancaria de ahorros, con
el objeto de guardar dinero para la
misión y de esa manera poder costearla hasta el máximo posible. Esto
contribuye a que la misión adquiera
mayor significado para el joven."
¿Cómo pueden trabajar unidos
los jóvenes y sus padres a fin de
44
prepararse para una misión?
¿Cómo pueden alentar a los misioneros los padres y los amigos?
"Los padres deben hacer un mayor esfuerzo por desarrollar en sus
hijos, desde que son pequeños, sentimientos de confianza y buenas costumbres, aconsejándoles sobre la
gran bendición que se logra viviendo
rectamente", dice el presidente
Wright. "Me he dado cuenta de que
muchos jóvenes nunca han sido aconsejados por sus padres, pues éstos
esperan que los líderes del sacerdocio lo hagan por ellos."
"Creo que todos los padres deberían estar al tanto de lo que se
necesita para ser un buen misionero
y luego enseñárselo a sus hijos",
agrega el presidente Dean Robinson. "Además, después que sus hijos
están en la misión, deben seguir
esforzándose por instarlos a ser buenos misioneros y obedientes."
"Deben exhortar al misionero a
que apoye a su compañero y a sus
líderes, y se mantenga cerca de los
miembros. Si les escribe diciendo
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que tiene problemas con su compañero, en vez de manifestar aprobación
o desacuerdo con él, deben pedirle
que se haga una evaluación personal
y aconsejarle algunas formas en que
esa relación podría mejorar", recomienda el presidente Curtis.
"Los padres deberían hacer todo
lo que esté de su parte para transportarse a la misión con su hijo (por
intermedio de las cartas) en lugar de
tratar de 'llevar el misionero a la
casa' ", dice el presidente Lewis.
"Yo aconsejaría no escribirles más
de una vez a la semana, pero que
sean constantes en hacerlo todas las
semanas. Deben tratar de mantener
amor y armonía en el hogar y transmitirlos al misionero", añade el presidente Marión Robinson. "Pienso que
éste necesita saber hasta cierto punto cómo están las cosas en su hogar,
pero sus padres no deben describir
con detalles todas sus dificultades.
Nada le ayuda más que el apoyo que
le hace llegar la familia."
"Es necesario hablarles más de los
programas misionales, los investigadores y sus actividades misionales,
que de lo que sucede en el hogar",
recomienda el presidente Curtis.
"No le ayudará mucho contarle sobre los planes de ir a pescar, a cazar
u otro tipo de actividades que va a
hacer la familia y que puede ponerlo
nostálgico. Deben escribirle sobre lo
que sucede en la Iglesia, mensajes
que hayan escuchado en las reuniones, ideas sobre formas de mejorar
el proselitismo. Aconsejaría a los
padres que no lo llamen por teléfono
(a menos que se trate de una emergencia, y una vez que cuenten con la
aprobación del presidente de la misión), y que no visiten a su hijo
mientras está en el campo misional,
y que en lo posible dejen que el
misionero vuelva solo al hogar en
vez de planear un viaje de regreso
juntos.
Después de prepararse adecuadamente, ¿qué puede hacer un misionero para mantener una buena actitud
después de llegar a su lugar de trabajo?
"Obedecer hasta las reglas que
parecen más insignificantes", dice el
presidente Dean Robinson. "Trabajar con ahínco y evitar estar pensando en sí mismos constantemente."
"Si un misionero extraña su hogar
o "Su novia, es muy fácil que se desanime", declara el presidente Lewis.
"La crítica y el hecho de encontrar
faltas en las demás personas también tiende a desanimarlos. Los misioneros deben estar dispuestos a
sacrificarse."
"Cierto élder que conocí se impuso
como meta el desempeñar su deber
durante el día de tal forma que en la
noche no tuviera remordimientos sobre su comportamiento", dice el presidente Wright. "Esta en realidad
fue una pauta fácil de seguir, y lo
llevó a ser un excelente misionero."
¿Qué consejo darían a los jóvenes
de ambos sexos cuyos novios van a
la misión?
"Los novios pueden ser una buena
o una mala influencia. Una novia que
apoye al misionero e insista en que el
joven mantenga el interés en su trabajo puede ser una influencia positiva. Aquellas que escriben muy seguido o muy apasionadamente tienden a
distraerlo. No ayuda en nada a un
misionero el que la novia le diga que
lo extraña mucho; sería mucho mejor
que le dijera lo orgullosa que se
siente porque está en la misión, y
demostrara interés en sus investigadores, en los bautismos que efectúa,
en sus compañeros y los programas
misionales", dice el presidente Curtis.
El presidente Marión Robinson
dice que a veces un misionero necesita "probar que puede dedicarse totalmente a la obra", y ese cometido a
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
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Antes del llamamiento
menudo se hace difícil cuando constantemente se preocupa por alguien
que ha dejado atrás.
El presidente Wright dice que a
los nuevos misioneros él les pide gue
lean el discurso del presidente Kimball "Lock your heart (Pon llave a tu
corazón)".
"Hasta que los misioneros no
aprenden a llevar su corazón al campo misional —me refiero a sus sentimientos— generalmente limitan sus
propias habilidades de progreso espiritual. Es difícil que puedan mantener demasiado interés en alguien
que ha quedado esperando y al mismo tiempo dedicarse de lleno a la
obra misional", comenta el presidente Wright.
Ya sea que alguien esté o no esperando al misionero, los presidentes
están de acuerdo en que éstos se
desenvuelven mejor cuando han
aprendido autodisciplina: escriben a
su familia una vez a la semana, a los
amigos de vez en cuando, se dan
cuenta de que habrá tiempo más que
suficiente para salir con jóvenes después de la misión; y resisten el impul-
46
so de soñar y el de gastar dinero
comprando "recuerdos", para que
cuando vuelvan, la gente sepa dónde
han estado.
¿Qué consejo darían a las jóvenes
que se preguntan si deberían ir a
una misión algún día?
El presidente Wright aconseja
que "aprendan a disciplinar su vida y
a obtener el testimonio espiritual de
la veracidad del evangelio. A medida
que aprendan a entender el evangelio y la poderosa influencia que el
Espíritu Santo puede ejercer en su
vida, encontrarán la guía y la certeza
que necesitan para saber si deben
dedicar parte de su existencia a servir como misioneras regulares".
"El profeta nos ha recordado que
todos los miembros somos misioneros, de manera que mi consejo sería
que las hermanas se prepararan
para una misión", dice el presidente
Lewis. "Pero si la oportunidad no
llega y tienen posibilidad de casarse,
y de nacerlo en el templo, deberían
considerar esto como la misión más
importante y dejar su misión de proselitismo para más adelante, cuando
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con su esposo puedan servir juntos.
"Quisiera recordar a la joven que
cuando se prepara para una misión
se está preparando realmente para
el matrimonio, y que todas las cosas
que aprenda de la obra misional pueden ser de provecho en su vida conyugal. Le aconsejo que se mantenga
espiritualmente dispuesta y que
guarde los mandamientos del Señor
para poder así ser digna de casarse
en el templo o de ir en una misión. Se
debe mantener moralmente limpia y
evitar cualquier clase de prácticas
que puedan perjudicar su virtud.
"También le recordaría, tanto a
ella como a cualquier persona que
vaya en una misión, que no la consideren como una forma de escapar de
algo o de alguien. La misión es un
trabajo difícil y abnegado; y para los
que no se hayan preparado va a ser
aún más arduo. Deben estudiar las
Escrituras y adquirir un testimonio
del Salvador y del profeta José
Smith, como también de nuestro Profeta actual; y luego, el Señor les
ayudará a saber si deben aceptar un
llamamiento misional."
¿Qué otra guía o sugerencias darían a la juventud de la Iglesia en
cuanto a prepararse para la obra
misional?
"Haría todo lo que estuviera en mi
poder por convencerlos de la necesidad de que acepten un llamamiento
misional", indica el presidente Marión Robinson. "Les aconsejaría
mantenerse cerca del obispo, seguir
los consejos del Profeta, guardar los
mandamientos, y orar al Señor para
recibir la guía necesaria a ñn de que,
cuando llegue el llamamiento, puedan estar completamente preparados espiritual, moral, mental, física
y económicamente. Creo que el programa misional es la mejor forma en
la tierra hoy día de preparar a la
gente joven para puestos de liderazgo en todos los aspectos de la vida, y
en especial en la Iglesia y en el
matrimonio. Estos son beneficios
que se reciben además de las bendiciones por servir a nuestros semejantes compartiendo el evangelio."
El presidente Curtís declara:
"Primero, les diría que se preparen sin vacilar para una misión. Se-
47
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Antes del llamamiento
gundo, que recuerden, sin duda alguna, que ésta exige un trabajo denodado, y que aun cuando trae mucho
gozo, también trae algunas desilusiones y dolores. Pero lo más importante es la actitud, el deseo de ser
buenos misioneros y la dedicación al
trabajo. Por último, y más fundamental, deben aprender a obedecer
los reglamentos. Los misioneros que
obedecen todas las reglas gozan del
Espíritu y' generalmente son excelentes misioneros."
El presidente Lewis dice:
"Yo les diría que guarden los mandamientos, que asistan a la Iglesia,
que participen todos los años en los
seminarios, que oren, y que estudien
las Escrituras, especialmente el Libro de Mormón. Si se mantienen
cerca de la Iglesia y de sus enseñanzas, evitarán aquellas situaciones
que les pueden hacer abandonar la
Iglesia y sentirse indignos de servir.
Deben vivir dignamente, especialmente en lo que concierne a la castidad, y no hacerse a la idea de que
pueden hacer todo lo que les parezca
y luego arrepentirse."
"Deberían habituarse a llevar un
diario personal", continúa, "a dar
importancia a las clases que les ayuden a hablar en público para aprender cómo expresarse con confianza al
enseñar el evangelio. Si de vez en
cuando preparan un discurso, aun
cuando sea corto, les servirá para
aprender cómo hacerlo. Les recomendaría que escribieran a un misionero que conocieran con el fin de
tratar una relación directa con alguien que esté en la misión.
"Sería prudente que aprendieran
algo sobre nutrición, la clase de alimentos que son recomendables y
aquellos que se deben evitar. Deben
aprender a cocinar comidas sencillas
y nutritivas, y aprender a coser.
Deben guardar la Palabra de Sabiduría, tener un programa regular de
ejercicios, dormir las horas suficientes, y mantenerse en buenas condiciones físicas. Si tienen interés en
algún deporte, les recomendaría que
participaran y aprendieran las reglas que rigen en ese deporte."
"AI hablar a los adolescentes hoy
día", agrega el presidente Wright,
"desearía ayudarles a entender cuan
importante es planificar sus vidas de
manera que después no tengan que
lamentarse por la elección. Servir
como misionero regular es algo que
indudablemente deben planear hacer".
"Quisiera que la juventud de la
Iglesia supiera cuan bendecida es
por pertenecer a ella y gozar de las
bendiciones del evangelio", expresa
el presidente Dean Robinson.
"Estos jóvenes han sido elegidos
para ayudar a establecer el reino del
Señor sobre la faz de la tierra, en
todas las naciones. Tienen la gran
responsabilidad de ser leales a la
confianza que el Señor ha puesto
sobre ellos. El nos necesita y está
esperando que pongamos nuestra
vida en orden para luego darnos
inspiración y guía. El espera que
esta generación real se levante y se
vista con 'toda la armadura de Dios'
(Efesios 6:11). La juventud necesita
medir esta responsabilidad personalmente y prepararse para cumplir
con sus metas." D
Como el hombre es, Dios una vez fue; como Dios ahora es, el hombre
puede llegar a ser.
Presidente Lorenzo Snow
48
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D
urante los últimos tres
años el nombre de Bob
Gunther había aparecido
en las listas de asistencia
de seminario; sin embargo, nadie
jamás lo había visto en las reuniones
de la Iglesia.
¿Quién es, entonces, el tal Bob
Gunther? Los alumnos de seminario
de los barrios de San Lorenzo,
California, lo podrían decir. Durante
los últimos años, al comienzo de cada
curso, habían firmado el nombre
ficticio de Bob Gunther como un
chiste. El chiste se convirtió en lo
que actualmente se conoce como "El
cuento de Bob Gunther".
Un lunes algo temprano, Neal
Jarecki, un joven de 16 años, se
dirigía a la escuela. Para él, aquel
era un día como cualquier otro, sin
sospechar que sería uno que cambiaría el resto de su vida. Neal salió
temprano esa mañana rumbo a la
escuela para encontrarse con Kim
Spier, una jovencita Santo de los
Últimos Días.
Al llegar a la escuela, la encontró
estudiando en la biblioteca con un
grupo de muchachas mormonas. Les
preguntó por qué llegaban a la escuela tan temprano, y entonces ellas
le empezaron a hablar del programa
de seminario. De repente, una voz
en el grupo dijo: "¡Podríamos convertir a Neal en Bob Gunther!"
Neal permaneció allí parado sin
saber qué decir, y sin siquiera comprender lo sucedido. Sólo se animó a
preguntar: "¿Qué?", a lo cual las
jovencitas le explicaron que querían
que él asumiera la parte de Bob
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El cuento de Bob Gunther
Gunther, un alumno imaginario cuyo
nombre estaba en la lista de asistencia de seminario desde hacía varios
años.
Neal, después de hacer varias
preguntas con respecto a lo que
tendría que hacer, por fin accedió a
hacer su parte para que el chiste
continuara. Durante el día, sin
embargo, comenzó a preguntarse si
se había equivocado al meterse en el
asunto.
En la tarde, recibió una llamada
telefónica de Kim y su amiga,
Marlene, miembros de la clase de
seminario; querían saber si podían ir
a dejarle un poco de literatura de la
Iglesia para leer. Como dijo que sí, a
las 5:30 de la tarde las muchachas
llegaron a su casa y le dejaron media
docena de folletos, un ejemplar del
Libro de Mormón, otro de Doctrina
y Convenios y la Perla de Gran
Precio, el manual Principios del
Evangelio y un volumen completo de
la historia de la Iglesia. Neal no
sabía qué decir y simplemente balbuceó: "¡Todavía me falta hacer las
tareas para la escuela!"
Las terminó tan rápido como pudo
esa noche, y se puso a pensar: Si voy
al seminario mañana, el maestro
sospechará algo, así que voy a necesitar un documento para identificarme. De manera que salió apresuradamente a buscar una tarjeta de identificación de la biblioteca pública a
nombre de Robert Neal Gunther.
Hasta muy tarde esa noche, leyó
tanta información sobre los mormones como pudo, pero no absorbió
mucho, dado el breve período de
estudio y la gran cantidad que tenía
que asimilar.
El martes, temprano por la mañana, Kim pasó a buscarlo para ir al
seminario. Muchos en la clase lo conocían, de manera que antes de que
llegara el maestro, la chica les dijo a
50
tantos como pudo que Neal había
asumido la parte de Bob Gunther.
Finalmente, lo presentaron al hermano Mike Danielson, maestro de
seminario. Pero el hermano Danielson no quedó convencido de que su
nuevo alumno fuera Bob Gunther, y
se rió cuando vio la tarjeta de la
biblioteca de Neal con el nombre de
Gunther.
Ahora que el chiste había terminado, Neal no tenía más remedio que
esperar a que finalizara la clase. La
lección de aquel día, que trataba
sobre el libro de Daniel, en el Antiguo Testamento, cautivó el interés
del muchacho. Concluía con el relato
de Sadrac, Mesac y Abed-nego, quienes fueron arrojados a un horno de
fuego ardiendo por orden del rey
Nabucodonosor. El maestro prometió que a la siguiente mañana les
contaría el desenlace del relato, de
manera que Neal decidió volver el
próximo día, sólo para enterarse de
lo sucedido.
El miércoles temprano, volvió a la
clase de seminario, así como había
dicho que lo haría. Y siguió yendo
todas las mañanas. Poco tiempo después, le preguntaron si quería que
los misioneros fueran a su casa para
enseñarle acerca del evangelio. Estuvo de acuerdo, y un día viernes dos
élderes le enseñaron la primera charla. Apenas dos semanas después, fue
bautizado y confirmado miembro de
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Hoy, Neal es un presbítero muy
activo y un miembro muy fiel en el
Barrio Dos de San Lorenzo, California.
Lo que comenzó simplemente
como un chiste de un grupo de estudiantes de seminario concluyó en la
conversión de un joven a la Iglesia
verdadera del Salvador, y Bob Gunther, una persona ficticia, se convirtió
en un buen misionero. Q
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por el élder Ted E. Brewerton
del Primer Quorum de los Setenta
N
unca nadie debe dar cabida
a la idea de que está solo,
porque tenemos muchas
evidencias para demostrar'
lo contrario. Nosotros, como hijos e
hijas literales de un Dios viviente,
tenemos todos los derechos de saber
que nuestro Padre Celestial nos ama
y que siempre está disponible y
deseoso de ayudarnos. De todasmaneras, debemos tener en cuenta
que El puede ver más allá de todas
las cosas y, conociendo mejor que
nosotros nuestras verdaderas necesidades, nos ayuda de acuerdo con
su propia sabiduría. Por esta razón,
es de suma importancia que confiemos en El.
Por medio del profeta José Smith,
el Señor nos hace llegar esta invitación reconfortante:
"Junto con este mandamiento que
os doy, de llamarme mientras estoy
cerca . . .
"Allegaos a mí, y yo me allegaré a
vosotros; buscadme diligentemente,
y me hallaréis; pedid, y recibiréis;
llamad, y se os abrirá." (D. y C.
88:62-63.)
Cuando yo servía como presidente
de misión en América Central, tuve
la oportunidad de conocer a un
misionero que tuvo una maravillosa
experiencia, la cual demuestra la
proximidad del Señor y su deseo de
ayudarnos en momentos de necesidad. Este élder apenas era algo
mayor que el resto de los misioneros. Era converso a la Iglesia y,
después de haber estado en el servicio militar, se había preparado
para ir a la misión. Cuando recibió su
llamamiento, fue al centro de capacitación misional en Salt Lake
LIAHONA/DICÍÉMBRE de 1982
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51
El presidente Tanner
preguntó; "¿Podrían por
favor ponerse de
pie todos los
misioneros mayores
de veinticuatro años?"
¿Cuántos misioneros
de esa edad pensáis
que había presentes?
City y estando ya allí, se preguntó:
"Yo tengo un testimonio, ¿pero
dónde está? Si en la misión voy a
gastar mis propios ahorros, debo
saber en verdad si José Smith fue un
verdadero Profeta de Dios".
Esa noche se hincó en su habitación y abrió su corazón a nuestro
Padre Celestial, rogándole le hiciera
saber si José Smith era realmente un
profeta. Para su desilusión, no tuvo
una experiencia que le diera la
confirmación que deseaba, de modo
que, al día siguiente, continuó
asistiendo a las reuniones. Era el día
en que una Autoridad General iba a
dirigirles la palabra. Sin mucho
interés, se sentó en la parte de
atrás, detrás de otros 305 misioneros. Cuando el presidente N.
Eldon Tanner entró en la habitación,
el élder pensó: "Pues él tiene el
mismo aspecto que cualquier otro
hombre de negocios bien vestido;
esto no quiere decir que parezca un
profeta".
Cuando el presidente Tanner
empezó a hablar, el élder, desilusionado aún, sintió un leve deseo de
escuchar. Pero a medida que pasaron los minutos, comenzó a poner
más atención. De pronto, el presidente Tanner preguntó: "¿Podrían
por favor ponerse de pie todos los
misioneros mayores de veinticuatro
años?" ¿Cuántos misioneros de esa
edad pensáis que había presentes?
Solamente uno: el élder a quien me
estoy refiriendo.
El presidente Tanner le pidió que
pasara al frente, y él lo hizo, aunque
con desgana.
Fue mientras se acercaba al
presidente Tanner que recibió el
testimonio por el cual había pedido la
noche anterior: El testimonió de la
divinidad del llamamiento del
Profeta de Dios. A continuación, el
presidente Tanner le pidió que
expresara su testimonio concerniente a la divina naturaleza del
llamamiento del profeta José Smith.
Y así lo hizo, declarando que sabía
que José Smith había recibido un
llamamiento divino y que era un
Profeta de Dios.
Dios vive y nos ama, y está
constantemente cerca de nosotros y
dispuesto a ayudarnos; de esto no
debemos tener ninguna duda. Todos
los miembros de la Iglesia que
cumplen con las leyes divinas
sienten la realidad de la influencia de
Dios. Pueden también percibirla
aquellos que no pertenecen a la
Iglesia cuando esto es Su voluntad.
Este principio quedó demostrado
una vez más con la siguiente experiencia que sucedió en el Templo
de Sao Paulo.
Durante el mes de septiembre de
1978, el templo quedó abierto al público en general, y luego se cerró
para prepararlo para su dedicación.
Entre los muchos visitantes que sintieron la influencia de este templo
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especial, hubo un periodista que no
pertenecía a la Iglesia.
Durante la gira, llegaron a la puerta
del salón celestial; las pocas personas que lo acompañaban vieron que
repentinamente se detenía y bajaba
la cabeza. Permaneció por algunos
momentos en esa posición, con los
ojos cerrados y la cabeza inclinada.
Entonces, abrió lentamente los ojos
al mismo tiempo que miraba de un
lado a otro con una expresión en su
rostro como si preguntara: "¿Quién
está allí?" o "¿Hay alguien ahí?"
Unos minutos después estaba ya
recuperado y, por la expresión de su
rostro, podía verse que sabía que allí
había algo santo; los que estaban allí
pudieron ver las lágrimas que le
corrían por las mejillas. El había
sentido la hermosa influencia del Espíritu que tan a menudo se encuentra en los templos; sabía que había
allí algo hermoso y sintió gozo por
ello. Era algo real, un sentimiento
tangible.
Especialmente durante los años
de la juventud, hay muchas decisiones que tomar y metas que establecer. Para ello, debemos aprender a
confiar en nuestro Padre Celestial y
a depender de El. El proveerá lo que
realmente necesitamos; y sólo tenemos que tenerle fe y confianza y El
nos guiará y nos apoyará para que
logremos ciertas metas específicas
tales como cumplir una misión, que
es uno de los esfuerzos que más
valor tendrá para nosotros, así como
también casarnos en el templo, o
sea, a la manera del Señor. Después
de establecer estas metas, no debemos permitir que nada se interponga
o nos impida alcanzarlas, recordando
siempre la proximidad y la disponibilidad de nuestro Padre Celestial.
Sobre todo, El desea que seamos
felices, y si tenemos confianza en su
consejo y obedecemos su voluntad,
recibiremos un gozo incomparable.
Sé que Dios vive, que se preocupa
por cada uno de nosotros, y que está
constantemente a nuestro lado dispuesto a ayudarnos.
"En mi casa tengo un hermoso
instrumento llamado radio. Cuando
todo está en orden, podemos sintonizar una estación determinada y oír a
un orador, o la voz de un cantante
que está al otro extremo del continente, o a veces, en alguna otra
parte lejana del mundo. Podemos oír
el programa como si estuviera allí,
en nuestra propia casa. Pero después de usar la radio por un tiempo,
hay algunas partes delicadas o conexiones eléctricas, llamadas lámparas, que comienzan a deteriorarse .. . Si no las cuidamos debidamente, . . . bueno, la radio está allí,
como antes, pero algo ha cambiado
en su interior; ya no podemos oír ni
sintonizarla para escuchar a un cantante o a un orador.
"Ahora . . . tanto vosotros como
yo tenemos en nuestro interior algo
que puede ser el equivalente a esas
lámparas. Tenemos lámparas a las
que podríamos llamar 'id a la reunión
sacramental', 'guardad la Palabra de
Sabiduría', 'pagad los diezmos', 'haced las oraciones familiares', 'leed
las Escrituras' y . . . 'guardaos moralmente limpios'. Si una de éstas
deja de funcionar por falta de uso o
por inactividad, en una palabra, si no
guardamos los mandamientos de
Dios, causará en nuestro espíritu el
mismo efecto que tiene la lámpara
gastada de la radio de mi casa cuando queremos recibir un mensaje que
viene de lejos . . .
". . . Si guardamos los mandamientos de Dios, recibiremos las respuestas de nuestro Padre Celestial
para nuestra guía y dirección." (Harold B. Lee, "Radio Tubes" —Lámparas de radio—, New Era, marzo
de 1973, págs. 10-11.) D
LlAHONA/DICiEMBRE de 1982
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53
Mes/Pág.
Tema, título, autor
índice anual de
Liahona para 1982
Volumen 8
C
Cambio
Cuando estéis angustiados..., Jeffrey R.
Holland
La empresa más importante, Derek A.
Cuthbert
POR TEMA
Castidad
Creemos en ser castos, Marión G.
Romney
Ene/7
Mar/25
Ab/1
Confianza
La sabiduría de mi abuela, Colleen Riley ... Mar/34
A
Tema, título, autor
Mes/Pág.
Administración
Desocupación vs. desesperación,
Stephen W. Gibson
Los cinco principios de la estabilidad
económica, N. Eldon Tanner
Alcoholismo
El alcoholismo: ¿Hay esperanza?, James
R. Goodrich
Amor
Cuando el amor transforma el deber,
J. Spencer Kinard
El hermano ofendido (disc), Neal A.
Maxwell
E! triunfo de nuestra hija, Paul W.
Robinson
Ethel, Susan H. Aylworth
Juan el Amado, Gordon Allred
La asignación del obispo, Terry Dale
La protectora de Laura, Sara É. Hinze
La torta de chocolate, Esther M. Brown
Ayuno
Las bendiciones del ayuno, Marión G.
Romney
Nov/38
Ma/39
Ma/22
Mar/11
Jui/75
Ma/16
Mar/38
Ab/30
Ene/25
Oct/24
Ag/23
Dic/2
B
Bautismo
Lo cálido de un bautismo en invierno,
Hildegard Hahl
Nov/11
Bendiciones
El cumplimiento de una bendición, Deris
Jan Stokes
Mar/21
El don de sanidades, Spencer W. Kimball .. Set/40
Ei cincelado espiritual de un alma justa
(Gordon B. Hinckley), Neal A. Maxwell
Ag/12
54
Confianza en Dios
El está cerca, dispuesto a ayudarnos,
Ted E. Brewerton
Para aprender la verdad, Patti Jean
Angus
Conocimiento
El santo y seña, J. Lynn Bradford
"Y esta es la vida eterna" (disc), Marión
G. Romney
Dic/51
Set/46
Ene/24
Feb/23
Consejos a Jóvenes
Cuatro consejos para los jóvenes (disc),
Gordon B. Hinckley
Feb/73
Enseñad el porqué (disc), Paul H. Dunn . Feb/126
Para que efectuéis milagros (disc), H.
Burke Peterson
Feb/61
Consejos a líderes
Activación del sacerdocio (disc), Víctor L.
Brown
Jul/69
Consejos a miembros
La oposición a la obra de Dios (disc),
Carlos E. Asay
Feb/117
Los pequeños obstáculos (disc), Ángel
Abrea
Feb/41
Recordad quiénes sois (disc), N. Eldon
Tanner
Feb/140
Consejos a mujeres
Almas similares (disc), Barbara B. Smith .... Oct/47
A pesar de todo, podemos ser felices
(disc), Elaine Cannon
Oct/43
Así cómo El (disc), Mark E. Petersen
Oct/51
"El amor nunca deja de ser" (disc),
Gordon B. Hinckley
Ab/52
El lugar honorable de la mujer (disc),
Ezra Taft Benson
Ab/71
En tiempos de transición (disc), Barbara
B. Smith
Ab/58
La posición de la mujer con respecto al
sacerdocio, Patricial. Holland
Ju/24
Sigamos aprendiendo (disc), Shirley M.
Thomas
Ab/68
Una invitación al desarrollo (disc), Dwan
J. Young
Oct/39
bibliotecasud.blogspot.com
Tema, título, autor
Mes/Pag.
Consejos a padres
Lo que el Señor requiere de los padres,
Robert L. Backman
"Recibí... alguna instrucción . . . " ,
SpencerW. Kimball
Consejos al sacerdocio
Preparemos a nuestros quórumes (disc),
L. Tom Perry
Tres asuntos vitales (disc), Gordon B.
Hinckley
Set/1
Feb/67
Jul/82
Feb/4
D
Decisiones
¿Seguimos a Cristo? (disc), Charles A.
Didier
Feb/95
Determinación
Defended vuestras convicciones, James
E. Faust
La belleza interior, Janet Thomas
Tappi-Eiska, Lea Mahoney
Mov/23
Set/28
Ag/25
Diezmo
Cuatro errores acerca del diezmo, Glenn
Latham
Ag/20
El abrigo, Carol Rich Brown
Dic/5
Hasta que sobreabunde, Mark Hart
Ab/9
Las ventanas de los cielos, Neli A.
Rogers
Ab/11
"Y probadme ahora. . .", Scot R. Meyers .. Mar/36
Dignidad
Vivamos dignamente (disc), N. Eldon
Tanner
Enseñanza
Guías espirituales para los maestros de
rectitud (disc), Gene R. Cook
La enseñanza del evangelio que
Ma/1
Ab/28
Jul/47
Ene/14
Esperanza
Volver a empezar (disc), Hugh W.
Pinnock
Jul/22
Espíritu Santo
Confortado entre las llamas, Steve
Cherry
La voz apacible, Kent A. Farnsworth
Ju/12
Ab/42
Esta es su sección
Acróstico (Libro de Mormón), Edilberto
Rodríguez
Cuando decidí asistir (Reunión
sacramental), Miguel Ángel García
Daniel Choc, primer misionero cakchiquel
(Obra misional), Kirt Harmon
El Mirador (Arqueología)
La voz del Espíritu (Espíritu Santo),
Saríah Gaytán Baltazar
Mensajeros divinos (Obra misional),
Carlino Ríos Romero
Su sueño dorado (Familia), Rosa.
Hernández
Una experiencia inolvidable (Profeta),
Philippe J. Kradolfer
Una gran oportunidad de servir (Obra
misional), Héctor J, Muñoz
Un informe sobre los mormones
(Conversión), John L. Hart
Ma/45
Mar/42
Ag/39
Ag/41
Ene/44
Mar/41
Mar/39
Ene/45
Ene/41
Mar/40
Estudio
El aprender incumbe a todos, Joe J.
Ctiristensen
Ene/18
Evangelio
Lo que enseña ei evangelio (disc),
LeGrand Richards
Jul/57
Evangelios
El mensaje de los cuatro Evangelios,
Robert C. Patch
Dic/14
Jul/152
E
Ejemplo
El poder del ejemplo, N. Eldon Tanner
Este es Christian, Archie M Brugger
Mes/Pág.
promueve un cambio, Rex A. Skidmore
Set/8
Conversión
Cuando te hayas convertido, Janet
Brigham
Dic/38
De cníico a converso, Joseph W. Darling ... Oct/30
Convicción
La certeza -. . ¿enemiga de la religión?
(disc), Gordon B. Hinckley
Tema, título, autor
F
Familia
La carta que cambió una situación, Mary
Johansen
La tarjeta de Navidad, Dawn W. Naylor
Los lazos familiares se fortalecen con
amor (disc), F. Enzio Busche
Padres felices, hijos felices, Ed y Ann
Lauritsen
Una aguja de metal, Ñola Carlson
"Venía, y subamos al monte de
Jehová . . . " (disc), L. Tom Perry
Ju/21
Dic/12
Jul/136
Ma/11
Ju/22
Jul/109
Fe
Al dar bendiciones del sacerdocio,
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
bibliotecasud.blogspot.com
55
Tema, título, autor
Mes/Pág.
Dennis L Lythgoe
El poder de la fe, Cari Fonoimoana
La fe de Catherifie, Clifford y Marsha R.
Stratton
La luz del evangelio (disc), Adney Y.
Komatsu
La navegación por los mares de la vida
(disc), momas S. Monson
Las calabazas de Pablo, W. Paul Hyde
"No soy sino un jovenzuelo*', Neal A.
Maxwell
"No tendré que irme a casa, ¿verdad?",
C. Jack Lemmon
"¿Me amas más que éstos?", Celestina
Whitehead
Nov/14
Ene/19
Ju/33
Feb/38
Jul/115
Ag/7
Ab/38
Gratitud
El cumplimiento de una promesa, Lea
Siiskonen
Nov/20
Ju/40
Dic/34
H
Hermanamiento
El libro olvidado, Derek Díxon
Set'14
La nota perfecta (disc), David B. Haight.. Feb/100
Historia
Un año sin verano, Peter K. Belville
Honestidad
Creemos en ser honrados (disc), Mark
E. Petersen
La integridad: madre de muchas virtudes
(disc), James E. Faust
"No hay nada de malo" (disc), Marvin J.
Ashton
Huerto familiar
Hacer el huerto es f á c i l . . . si sabe cómo
hacerlo
Ag/18
Jul/97
56
L
Libertad
La ley perfecta de la libertad (disc),
Marión G. Romney
Feb/78
Libre albedrio
Una perspectiva diferente, Lee Dalton
Ene/33
M
Matrimonio
Cuando la esposa tiene un llamamiento,
Gerald R. Schiefer
Oct/11
El amor era la clave, Jane R. Robinson
Ocí/28
El apoyo de mi esposo, Elizabeth Nieisen .. Oct/13
El matrimonio, esperanza de la raza
humana (disc), Robert L. Simpson
Jul/38
El matrimonio: ¿Un éxito o un fracaso?,
HughW. Pinnock
Ab/14
Hermanos, amad a vuestra esposa,
James E. Faust
Ma/8
Tú eres tan importante como él, Janet
Peterson
Oct/14
N
Jul/16
Nobleza
La verdadera grandeza (disc), Howard
W. Hunter
Set/50
Noticiaste la Iglesia
La Iglesia en Temuco, Chile, Carlos A.
Morales
La nueva Estaca Otavalo, en Ecuador
La obra misional de un grupo de jóvenes
chilenos
Nuevos llamamientos para las
Autoridades Generales
Primera estaca en Portugal
Se organiza la primera estaca en Italia
Una estaca que organiza a sus ex
misioneros, Ricardo García Viichis
Iglesia
Informes
Informe estadístico para 1981
J
Jesucristo
Divino Redentor (disc), Neal A. Maxwell .... Feb/12
Jesús ei Cristo, Edwin B. Firmage
Mar/12
Jesús es nuestro Salvador (disc), David
B, Haight
Jul/146
La resurrección de Jesucristo (disc),
Marión G. Romney
Jul/9
Una oración navideña, La Primera
Presidencia
Dic/1
Jul/28
I
La Iglesia Cristiana original, T. Edgar
Lyon
Mes/Pág.
Ene/36
G
Genealogía
Encuéntralos, Royden G. Derrick
Tema, título, autor
Dic/24
Jul/190
bibliotecasud.blogspot.com
Jui/34
Ene/42
Ag/42
Ene/40
Ene/38
Ene/39
Ene/39
Ju/56
Tema, título, autor
Mes/Pág.
O
Obediencia
No basta con la intención, Rex C. Reeve .... Ma/30
Obra misional
Abrid vuestra boca, Joe J. Christensen
Antes del llamamiento, David R. Mickel
Compartiendo el evangelio con los
amigos, Robert L. Hamblin
El cuento de Bob Gunther, Paul D.
Cantion
El servicio misional, Spencer W. Kimball
Santifiquémonos por medio del servicio
misional (disc), William R. Bradford
Seis platos sobre la mesa, Louanne
Brown-Barrett
Oración
Al sobrevenirnos peligros, Kathy Wilcox
El poder de la oración familiar (disc),
John H. Groberg
Orad siempre, Spencer W. Kimball
Un testimonio de la oración, Susan T.
Holmes
Oratoria
Los seis mejores discursos. . . , Thomas
W. Ladanye
Oración familiar
La perseverancia de nuestro maestro
orientador, Martine Bates
Ju/15
Dic/41
Oct/16
Dic/49
Ab/47
Feb/89
Set/27
Mar/23
Jul/103
Mar/1
Ju/31
Ab/22
Mar/20
P
Perdón
Dios perdonará, Spencer W. Kimball
Oct/1
El amor de Dios y su perdón (disc),
Ronald W. Poelman
'.. Jul/53
"La estatura de la plenitud de Cristo",
Jeffrey Butler
Ma/5
La misericordia (disc), Marión D. Hanks .. Feb/131
Tema, título, autor
Mes/Pág.
Preguntas y respuestas
Bautismo de los niños pequeños, Leland
H. Gentry
Diferencias sociales, Robert J. Matthews
Doctrinas y prácticas del antiguo Israel,
Ellis T. Rasmussen
El respeto a la mujer, Thomas P. Smith
El Sermón del Monte, Monte S. Nyman
La ley de Moisés, Ermel J. Morton
La religión entre los antiguos israelitas,
Leland H. Gentry
Los Evangelios y Jesucristo, Richard
Lloyd Anderson
Preparación
Estad preparados (disc), LeGrand
Richards
Preparémonos para Su venida (disc),
Spencer W. Kimball
"SI estáis preparados, no temeréis",
Marión G. Romney
Primaria
La Primaria
Ab/4
Nov/5
Ag/9
Set/20
Dic/21
Mar/9
Ju/7
Dic/22
Feb/49
Jul/4
Ene/1
Nov/9
Profetas
Ejemplos de la vida de nuestro Profeta
(disc), Robert D. Hales
Ei legado de José Smith (disc), James
E. Faust
Los poderes del Presidente (disc), Mark
E. Petersen
Spencer W. Kimball: Monumento al
ejemplo, Golden A. Buchmiller
Un profeta para nuestra generación
(disc), Ezra Taft Benson
Progreso
La historia futura de la Iglesia (disc), G.
Homer Durham
No hemos llegado a la cima (disc),
Gordon B. Hinckley
Feb/32
Feb/135
Feb/111
Ju/53
Feb/105
Jul/129
Jul/91
R
Plan de Salvación
El plan de felicidad y exaltación (disc),
Richard G. Scott
Feb/17
Poesías
Al hijo que espero, Marisa Sticco de
Valente
Maestra visitante, Ismael Sosa Anaya
Nueva vida, Heracüa G. de Maldonado
¡Pazl, Juan Alvina P
Súplica, Olivia Rojas O
¡Tú, Maestro!, César A. Guerra
Reflexión
La meditación fortalece la vida espiritual
(disc), Joseph B. Wirthlln
Ma/7
Mar/44
Dic/65
Ag/38
Mar/43
Mar/45
Reino de Dios
La fuerza dentro del reino (disc), Dean L.
Larsen
Feb/46
Restauración
¿Creeréis o no? (disc), Bruce R.
McConkie
Feb/83
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
bibliotecasud.blogspot.com
Jul/43
57
Tema, titulo, autor
Mes/Pág.
Resurrección
La esperanza de [a resurrección (disc),
Thomas S. Monson
Reverencia
La reverencia, Marión G. Romney
Feb/27
Ju/1
S
Sacerdocio
El sacerdocio (disc), Marión G. Romney
El Sacerdocio Aarónico (disc), Boyd K.
Packer
La doctrina del sacerdocio (disc), Bruce
R. McConkie
Jul/89
Feb/54
Ju/64
Sección para los jóvenes
Cuando se necesitan los amigos
(Amistad), Ann Edwards-Cannon
Ju/37
De la oscuridad nació la luz (Oración),
Thomas J. Griffiths
Ene/28
Dulce armonía (Dedicación), Kathleen
Lubeck
Ma/33
En cualquier lugar, menos en Venezuela
(Obra misional), Mario G. Echeverri
Nov/33
¡Hoy mismo! (Cambio), Derek A. Cuthbert . Nov/35
Joven, formas parte de una generación
selecta (Consejos), Spencer W. Kimball
Ju/44
La cosecha inesperada (Obra misional),
Gladys C. Farmer
Oct/34
Más veloz, más alto, más fuerte
(Determinación), Roberí L Backman
Ag/28
¿Podemos substituir al Señor? (Obra
misional), Paul James Toscano
Nov/29
Realmente Dios existe (Fe), Theda W.
Famsworth
Oct/31
Sección para los niños
Camellos y clases en Somalia (Cultura),
Mary Gehman
Cuenta tus bendiciones (Pasatiempo),
Pat Graham
David O. McKay (Ptes. de la Iglesia),
Howard Boughner
De amigo a amigo
Padres, G. Homer Durham
Élder Ronald Poelman, Joleen
Meredith
Obra misional, Charles A.
Didier
Eider Derek Cuthbert, Joleen
Meredith
Eider James Paramore, Joleen
Meredith
Élder Ángel Abrea, Joleen
Meredith
El carro de las abejas (Valor), Eileen C.
Black
58
Ju/C3
Set/C6
Set/C4
Ene/C1
Mar/C1
Ju/C1
Ag/C6
Set/C8
Nov/C6
Tema, título, autor
Mes/Pág.
Figuras escondidas (Pasatiempo)
Ab/C5
George Albert Smith (Ptes. de la Iglesia) .... Ag/C4
Harold B. Lee (Ptes. de la Iglesia)
Nov/C4
Heber G. Grant (Ptes. de la Iglesia}
Ma/C6
Joseph Fielding Smith (Ptes. de la
Iglesia), Howard Boughner
Oct/C4
La bota del bisabuelo (Historia familiar),
Nanetie Larsen
Ab/C1
La candela de Eila (Generosidad),
Marjorie R. Sheffer
Dic/C1
La herencia (Familia), Betty Lou Mell
Mar/C4
La Natividad (Pasatiempo)
Dic/C8
La oruga geómetra (Zoología), Paula De
Paolo
Ab/C7
Las hormigas "vaqueras" (Zoología),
Jeanne King
Ene/C6
Los mejores compañeros (Zoología),
Sherwood B. Idso
Nov/C6
Los moradores de las rocas (Historia),
Wiiliám Bishop
Ene/C4
María y las flores de azafrán (Trabajo),
Marilyn Naito
Ag/C1
Me alegro de ser diferente (Bautismo),
Sandra Skouson
Set/C1
Naheed y el precioso secreto (Cultura),
Dawn Asay
Oct/C1
Para tu diversión
Laberinto, chiste
Página para colorear
Pasatiempo
Spencer W. Kimball (Presidentes de la
Iglesia), Howard Boughner
Mar/C8
Ma/C4
Ju/Cfl
Dic/C6
Segunda venida de Cristo
No tenemos porqué temer ía venida de
Cristo, Gordon B. Hinckley
Ag/1
Servicio
El llamamiento más importante en la
Iglesia, Roger L Rice
Ab/7
Servicios de Bienestar
Ef fundamento de los Servicios de
Bienestar (disc), Marvin J. Ashton
El sistema de empleos de la Iglesia
(disc), J. Thomas Fyans
Ei valor del trabajo (disc), J. Richard
CSarke
"Para esto fuisteis llamados . . . " (disc),
J. Richard Cíarke
"Se levantan sus hijos . . . " (disc),
Barbara B. Smith
Trabajo y bienestar: Una perspectiva
eterna (disc), Marión G. Romney
Un paso firme hacia el futuro (disc),
Boyd K. Packer
Vivir los principios del Plan de Bienestar
(disc), Marión G. Romney
Ma/C1
bibliotecasud.blogspot.com
Feb/154
Jul/169
Jul/156
Feb/143
Jul/162
Jul/183
Jul/174
Feb/165
Tema, titulo, autor
Mes/Pág.
Sostenimientos
Sostenimiento de oficiales de la Iglesia .... Feb/165
T
Templos
El propósito de los templos {disc), W.
Grant Bangerter
Las primeras y las últimas palabras
{disc), A. Theodore Tuttle
Los templos y la obra que se realiza en
ellos, Gordon B. Hinckley
Jul/140
Jui/125
Nov/1
Testimonio
El Señor está al timón (disc), Spencer
W. Kimbal!
"Este es mi Hijo Amado" (disc),
Yoshihiki Kikuchi
Nuestro testimonio al mundo (disc),
Howard W. Hunter
Nuevo testimonio, Candy B.
Stewart-Magee
Valientes en e¡ testimonio de Jesús
{disc), EzraTaft Benson
Jul/154
Feb/122
Feb/20
Set/26
Jul/120
POR AUTOR
A
Autor, titulo
Mes/Pág.
Abrea, Ángel
Los pequeños obstáculos (disc)
Feb/41
Alvina P., Juan
¡Paz! {Poesía)
:
Anderson, Richard L.
Los Evangelios y Jesucristo {Preguntas y
respuestas)
Angus, Patti Jean
Para aprender la verdad
Asay, Carlos E.
La oposición a la obra de Dios (disc.)
Ashton, Marvin J.
El fundamento de los Servicios de
Bienestar {disc)
"No hay nada de malo" (disc.)
Aylworth, Susan H.
Ethel
Backman, Robert L.
Lo que el Señor requiere de los padres
Más veloz, más alto, más fuerte (Sección
jóvenes)
Bangerter, W. Grant
Ei propósito de los templos (disc.)
Barlow, Brent A.
Una aguja de metal •
Bates, Martine
La perseverancia de nuestro maestro
orientador
Beiville, Peter K.
Un año sin verano
Mes/Pág.
Jul/16
Mar/38
Set/8
Ag/28
Jul/140
Dic/8
Mar/20
Ag/18
Benson, Ezra Taft
El lugar honorable de la mujer (disc.)
Ab/71
Un profeta para nuestra generación(disc.)..Feb/105
Valientes en testimonio de Jesús (disc.)
Jul/120
Bishop, William
Los moradores de las rocas (Sección
niños)
Ene/C4
Black, Eileen C.
El carro de las abejas (Sección niños)
Ma/C1
Boughner, Howard
David O. McKay (Sección niños)
Joseph Fielding Smith (Sección niños)
Spencer W, Kimbail (Sección niños)
Set/C4
Oct/C4
Dic/C6
Boyer, Manan R.
La Sociedad de Socorro y los Servicios
de Bienestar (disc.)
Ab/64
Bradford, J. Lynn
El santo y seña
Ene/24
Bradford, Witliam R.
Santifiquémonos por medio del servicio
misional (disc.)
Feb/89
Dlc/22
Brewerton, Ted E.
Ei está cerca, dispuesto a ayudarnos
Dic/51
Set/26
Brigham, Janet
Cuando te hayas convertido
Dic/38
Brown-Barrett, Louanne
Seis platos sobre la mesa
Set/27
Ag/38
Allred, Gordon
Juan el Amado
Tema, título, autor
Ab/30
Feb/117
Brown, Carol R.
El abrigo
Dic/5
Feb/158
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
bibliotecasud.blogspot.com
59
Tema, titulo, autor
Mes/Pág.
Brown, Esther Moore
La torta de chocolate
Brown, Victor L.
Activación del sacerdocio (disc.)
Brugger, Archie M.
Este es Christian
Buchmiller, Golden A.
Spencer W. Kimbafl: Monumento al
ejemplo
Busche, F. Enzio
Los lazos familiares se fortalecen con
amor (disc.)
"La estatura de la plenitud de Cristo"
Dalton, Lee
Una perspectiva diferente
Ene/33
Jul/69
Darlfng, Joseph W.
De crítico a converso
Oct/30
Ab/28
De Paolo, Paula
La oruga geómetra (Sección niños)
Ab/C7
Ju/53
Jul/136
Ma/5
Oct/43
Cantion, Paulo D.
El cuento de Bob Gunlher (Sección
jóvenes)
Dic/49
Ju/22
Clarke, J. Richard
El valor del trabajo (disc.)
Jul/156
"Para esto fuisteis llamados .. ." (disc.) ... Feb/143
Cuthbert, Derek A.
¡Hoy mismo! (Sección jóvenes)
La empresa más importante
Christensen, Joe J.
Abrid vuestra boca
El aprender incumbe a todos
Nov/35
Mar/25
60
Ju/C1
Feb/95
Dixon, Derek
El libro olvidado
Set/14
Durham, G. Homer
De amigo a amigo (Sección niños)
La historia futura de la Iglesia (disc.)
Ju/12
Ju/15
Ene/18
Ene/25
Feb/126
Ene/CI
Jul/129
E
Echeverri, Mario G.
En cualquier lugar, menos en Venezuela
(Sección jóvenes)
Edwards-Cannon, Ann
Cuando se necesitan los amigos
(Sección jóvenes)
Nov/33
Ju/37
F
Farmer, Gladys C.
La cosecha inesperada (Sección jóvenes) .. Oct/34
Farnsworth, Kent A.
La voz apacible
D
Dale, Terry
La asignación del obispo
Ju/40
Dldier, Charles A.
De amigo a amigo (Sección niños)
¿Seguimos a Cristo? (disc.)
Jul/47
Ch
Cherry, Steve
Confortado entre las llamas
Derrick, Royden G.
Encuéntralos
Dunn, Paul H.
Enseñad el porqué (disc.)
C
Cook, Gene R.
Guías espirituales para los maestros de
rectitud (disc.)
Mes/Pág.
Ag/23
Cannon, Elaine
A pesar de todo, podemos ser felices
(disc.)
Carlson, Ñola
Una caja de preguntas
Tema, título, autor
Ab/42
Farnsworth, Theda W.
Realmente Dios existe (Sección jóvenes).... Oct/31
Faust, James E.
Defended vuestras convicciones
Hermanos, amad a vuestra esposa
La integridad: madre de muchas virtudes
(disc.)
Nov/23
Ma/8
Jul/97
Firmage, Edwin B.
Jesús el Cristo
Mar/12
Fonoimoana, Cari
El poder de la fe
Ene/19
bibliotecasud.blogspot.com
Mes/Pág.
Tema, título, autor
Fyans, J. Thomas
El sistema de empleos de la Iglesia
(disc.)
Jul/169
G
García, Miguel Ángel
Cuando decidí asistir
Gaytán Baltazar, Saríah
La voz del Espíritu
Ju/56
Ene/44
Gehman, Mary
Camellos y clases en Somalia (Sección
niños)
Gentry, Leland H.
Bautismo de ios niños pequeños
(Preguntas y respuestas)
La religión entre los antiguos israelitas
(Preguntas y respuestas)
Hanks, Marión D.
La misericordia (disc.)
Feb/131
Harmon, Kirt
Daniel Choc, primer misionero cakchiquel.... Ag/39
Hart, John l_
Un informe sobre los mormones
Mar/42
García Vilchis, Ricardo
Una estaca que organiza a sus ex
misioneros
Mes/Pág.
Tema, título, autor
Ju/C3
Ab/4
Ju/7
Hart, Mark
Hasta que sobreabunde
Mar/40
Ab/9
Harvey, Kay L.
Una parte para el pájaro mielero (Sección
niños)
Set/CIO
Hernández, Rosa
Su sueño dorado
Mar/39
Hinckley, Gordon B.
Cuatro consejos para los jóvenes (disc.) .... Feb/73
"El amor nunca deja de ser" (disc.)
:.. Ab/52
La certeza . . . ¿enemiga de ta religión?
(disc.)
Feb/4
Los templos y la obra que se realiza en
ellos
Nov/1
No tenemos porqué temer la venida de
Cristo
Ag/1
Tres asuntos vitales (disc.)
Jul/82
Gibson, Stephen W.
Desocupación vs. desesperación
Nov/38
Goodrich, James R.
El alcoholismo: ¿Hay esperanza?
Ma/22
Hinze, Sara E.
La protectora de Laura
Ene/7
Graham, Pat
Cuenta tus bendiciones (Sección niños)
Oct/24
Set/C6
Jolland, Jeffrey R.
Cuando estéis angustiados
Grlffiths, Thomas J.
De la oscuridad nació la luz
Ene/28
Groberg, John H.
El poder de la oración familiar (disc.)
Holland, Patricia T.
La posición de la mujer con respecto al
sacerdocio
Ju/24
Jul/103
Guerra, César A.
¡Tú, Maestro! (Poesía)
Holmes, Susan T.
Mi testimonio de la oración
Ju/31
Mar/45
Hunter, Howard W.
La verdadera grandeza (disc.)
Nuestro testimonio al mundo (disc.)
H
Hahl, Hildegard
Lo cálido de un bautismo en invierno
Haight, David B.
Jesús es nuestro Salvador (disc.)
La nota perfecta (disc.)
Hales, Robert D.
Ejemplos de la vida de nuestro Profeta
(disc.)
Hamblln, Robert L.
Compartiendo el evangelio con los
amigos
Hyde, W. Paul
Las calabazas de Pablo
Jul/34
Feb/20
Ag/7
Nov/11
Jul/146
Feb/100
Feb/32
Oct/16
I
tdso, Sherwood 8.
Los mejores compañeros (Sección niños) ... Nov/C6
J
Johansen, Mary
La carta que cambió una situación
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
bibliotecasud.blogspot.com
Ju/21
61
Tema, título, autor
Mes/Pág.
''
Tema, titulo, autor
M
K
Kelly, Louise A.
La ley divina del diezmo
Ab/13
Kikuchi, Yoshihiko
"Este es mi Hijo Amado" (disc.)
Kimball, Spencer W.
Dios perdonará
El don de sanidades Set/40
El Señor está al timón (Testimonio)
Joven, formas parte de una generación
selecta (Sección jóvenes)
Orad siempre
Preparémonos para Su venida (disc.)
"Recibí. .. aiguna instrucción . .,"
Kinard, J. Spencer
Cuando el amor transforma el deber
King, Jeanne
Las hormigas "vaqueras" (Sección
niños)
Kradoifer, Philippe J.
Una experiencia inolvidable
Feb/122
Oct/1
Jul/154
Ju/44
Mar/1
Jul/4
Set/1
Larsen, Dean L.
La fuerza dentro del reino (disc.)
Larsen, Nanette
La bota del bisabuelo (Sección niños)
Latham, Glenn
Cuatro errores acerca del diezmo
Lauritsen, Ed y Ann
Padres felices, hijos felices
Lemmon, C. Jack
"No tendré que irme a casa, ¿verdad?"
Lubeck, Kathteen
Dulce armonía (Sección jóvenes)
Lyon, T. Edgar
La Iglesia Cristiana original
Lythgoe, Dennis L.
Al dar bendiciones del sacerdocio
Mahoney, Lea
Tappi-Eíska
Maldonado, Heraclla G. De
Nueva vida (Poesía)
Dic/65
Matthews, Robert J.
Diferencias sociales (Preguntas y
respuestas)
Nov/5
Maxwell, Neal A.
Divino Redentor (disc.)
El cincelado espiritual de un alma justa
(Gordon B. Hinckley)
El hermano ofendido (disc.)
"No soy sino un jovenzuelo"
Feb/12
Ag/12
Jul/75
Ab/38
McConkte, Bruce R.
¿Creeréis o no? (disc.)
La doctrina del sacerdocio (disc.)
Feb/83
Juf/64
Ene/C6
Mel!, Betty Lou
La herencia (Sección niños)
Mar/C4
Meredith, Joleen
De amigo a amigo (Sección niños):
Élder Ronald E. Poelman
Élder Derek A. Cuthbert
Élder James M. Paramore
Élder L. Tom Perry
Élder Ángel Abrea
Mar/C1
Ag/C6
Set/C8
Oct/C6
Nov/C1
Meyers, Scot R.
"Y probadme ahora . . . "
Mar/36
Ene/45
Ab/22
Feb/46
Ab/C1
Ag/20
Ma/11
Ene/36
Mickel, David R.
Antes del llamamiento
Dic/41
Monson, Thomas S.
La esperanza de la resurrección (disc.)
La navegación por los mares de la vida
(disc.)
Jul/115
Morales, Carlos A.
La Iglesia en Temuco, Chile
Ene/42
Ma/33
Morton, Elmer J.
La ley de Moisés (Preguntas y
respuestas)
Dic/24
Muñoz, Héctor J.
Una gran oportunidad de servir
Nov/14
Feb/27
Mar/9
Ene/41
N
Nalto, Marilyn
María y las flores de azafrán (Sección
niños)
82
Ag/25
Mar/11
L
Ladanye, Thomas W.
Los seis mejores discursos
Mes/Pág.
bibliotecasud.blogspot.com
Ag/C1
Tema, título, autor
Mes/Pág.
Naylor, Dawn W.
La tarjeta de Navidad
Dic/12
Nielsen, Elizabeth
El apoyo de mi esposo
Oct/13
Nyman, Monte
El Sermón del Monte (Preguntas y
respuestas)
Dic/21
P
Packer, Boyd K.
E! Sacerdocio Aarónico (disc.)
Un paso firme hacia el futuro (disc.)
Feb/54
Jul/174
Patch, Robert C.
El mensaje de los cuatro Evangelios
Dic/14
Perry, L. Tom
Preparemos a nuestros quorumes (disc.) ... Feb/67
"Venid, y subamos a! monte de
Jehová . . ." (disc.)
Jul/109
Petersen, Mark E.
Así como El (disc.)
Creemos en ser honrados (disc.)
Los poderes del Presidente (disc.)
;
Oct/51
Jul/28
Feb/111
Peterson, H. Burke
Para que efectuéis milagros (disc.)
Feb/61
Peterson, Janet
Tú eres tan importante como él
Oct/14
' Pinnock, Hugh W.
Eí matrimonio: ¿Un éxito o un fracaso?
Volver a empezar (disc.)
Poelman, Ronald E.
El amor de Dios y su perdón (disc.)
Primera Presidencia (La)
¡Nuevas de gran gozo! (Sección niños)
Una oración navideña
Ab/14
Juf/22
Jul/53
Dic/1
Dic/C4
R
Rasmussen, Eltis T.
Doctrinas y prácticas del antiguo Israel
(Preguntas y respuestas)
Reeve, Rex C.
No basta con la intención
Rice, Roger L.
El llamamiento más importante en la
Iglesia
Ag/9
Ma/30
Ab/7
Tema, título, autor
Mes/Pág.
Richards, LeGrand
Estad preparados (disc.)
Lo que enseña ei evangelio (disc.)
Feb/49
Jul/57
Riley, Codeen
La sabiduría de mi abuela
Mar/34
Ríos Romero, Carlino
Mensajeros divinos
Mar/4t
Robinson, Jane R.
El amor era la clave
Oct/28
Robinson, Paul W.
El triunfo de nuestra hija
Ma/16
Rodríguez, Edi Iberio
Acróstico
Ma/45
Rogers, Neli A.
Las ventanas de los cielos
Ab/11
Rojas, Olivia
Súplica (Poesía)
Mar/43
Romney, Marión G.
Creemos en ser castos
El sacerdocio (disc.)
La iey perfecta de la libertad (disc.)
La resurrección de Jesucristo (disc.)
La reverencia
Las bendiciones del ayuno
"Si estáis preparados, no temeréis"
Trabajo y bienestar: Una perspectiva
eterna (disc.)
Vivir ¡os principios del Plan de Bienestar
(disc.)
"Y esta es la vida eterna" (disc.)
Ab/1
Jul/89
Feb/78
Jul/9
Ju/1
Dic/2
Ene/1
Jul/183
Feb/165
Feb/23
S
Scott, Richard G.
El plan de felicidad y exaltación (disc.)
Feb/17
Schiefer, Gerald R.
Cuando la esposa tiene un llamamiento
Oct/11
Sheffer, Marjorie R.
La candela de Eila (Sección niños) ..-.
Dic/CI
Süskonen, Lea
El cumplimiento de una promesa
Díc/34
Simpson, Robert L.
El matrimonio, esperanza de ia raza
humana (disc.)
Jul/38
Skidmore, Rex A.
La enseñanza del evangelio que
promueve un cambio
LIAHONA/DICIEMBRE de 1982
bibliotecasud.blogspot.com
Ene/14
63
Tema, título, autor
Mes/Pág.
Skouson, Sandra
Me alegro de ser diferente (Sección
niños)
Se1/C1
Smith, Barbara B.
Almas similares (disc.)
Oct/47
En tiempos de transición (disc.)
Ab/58
"Se levantan sus hijos . . . " (disc.)
Jul/162
Un lugar seguro para el matrimonio y la familia
(disc.)
Feb/152
Smith, Thomas P.
El respeto a la mujer (Preguntas y
respuestas)
Set/20
Sosa Anaya, Ismael
Maestra visitante (Poesía)
Mar/44
Stewart-Magee, Candy B.
Nuevo testimonio
Set/26
Stokes, Deris Jan
El cumplimiento de una bendición
Mar/21
Stratton, Clifford y Marsha
La fe de Catherine
Ju/33
T
Tanner, N. Eldon
El poder del ejemplo
Los cinco principios de la estabilidad
económica
Recordad quiénes sois (disc.)
Vivamos dignamente (disc.)
Ma/1
Ma/39
Feb/140
Jul/152
Tema, título, autor
Mes/Pag.
Thomas, Janet
La belleza interior
Set/28
Toscano, Paul J.
¿Podemos substituir al Señor?
Toscano, Shirley
Sigamos aprendiendo (disc.)
Tuttle, A. Theodore
Las primeras y las últimas palabras
(disc.)
Ab/68
Jul/125
V
Valente, Marisa Sticco de
Al hijo que espero (Poesía)
Ma/7
W
Whitehead, Celestia
"¿Me amas más que éstos?"
Nov/20
Wilcox, Kathy
Ai sobrevenirnos peligros
Mar/23
Wirthlin, Joseph B.
La meditación fortalece la vida espíritus!
(disc.)
Jul/43
Young, Dwan J.
Una invitación al desarrollo (disc.)
Oct/39
Colaboraciones de los lectores
Todas las colaboraciones deben enviarse a:
Revista Liahona — Spanish Translation
50 E. North Temple, 20th F.
Salt Lake City, Utah, 84150
U.S.A.
64
Nov/29
bibliotecasud.blogspot.com
Al comenzar1 un nuevo año, muchas veces tomamos nuevas resoluciones con el objeto de mejorar
nuestra vida y de elevarnos por encima de nuestras debilidades.
En éste, nuestro último número
del año, pensamos que sería apropiado publicar el poema "Nueva
vida", que nos hace recordar ese
convenio que hemos hecho con el
Señor y que debemos renovar constantemente.
por Heracíia G. de Maldonado
Un día viniste a mí
y tocaste mi alma inerte.
El mensaje que me diste
sabio, poderoso y fuerte,
me elevó hacia otra vida,
una de luz tan brillante
que disipó las tinieblas
de mi alma adormecida.
Y quise dejar esa vida
que en otro tiempo llevaba;
y en Cristo bajé a las aguas
para dejarla borrada.
Yo sé que el alma perdida
también tiene su perdón
si lo busca arrepentida
en el Plan de Salvación.
La hermana Maldonado tiene 83
años y es del Barrio 1, Tres
Arroyos, Argentina.
¡Feliz Navidad y un próspero 1983!
bibliotecasud.blogspot.com
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