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Algunas consideraciones en torno a la aplicación
del Código Nacional de Procedimientos Penales
Karen Zarina Reyes Solís*
Víctor Manuel Cueva Téllez**
RESUMEN: En el artículo se analizan algunos
dilemas que se advierten en la aplicación del
Código Nacional de Procedimientos Penales,
principalmente relacionados con los retos
del sistema procesal penal acusatorio y oral
frente al mecanismo de protección de derechos
humanos conocido como juicio de amparo.
SUMARIO: I. La reforma en materia penal
y el Código Nacional de Procedimientos
Penales. II. El juicio de amparo en el nuevo
sistema procesal. III. Los interrogatorios y
las objeciones en el nuevo código. IV. Los
peritos terceros en discordia a la luz del
nuevo sistema. V. Conclusiones. VI. Fuentes
de consulta.
I. La reforma en materia penal y el Código Nacional
de Procedimientos Penales
En junio de 2008, se reformaron y adicionaron diversos
artículos de la Constitución, para introducir el sistema
penal acusatorio y oral en México.
Para la implementación del nuevo sistema procesal
penal, se otorgó un plazo de 8 años, contado a partir
∗ Oficial administrativo. Delegación Nayarit del Instituto Federal de Defensoría
Pública.
∗∗
Oficial administrativo. Defensoría Pública Federal adscrita al Primer
Tribunal Unitario del Vigésimo Cuarto Circuito en Tepic, Nayarit.
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del día siguiente de la publicación en el Diario Oficial
de la Federación del Decreto que contenía la reforma,
o antes según lo estableciera la legislación secundaria.
En marzo de 2014, se publicó, en el Diario Oficial de la
Federación, el Código Nacional de Procedimientos Penales,
que en su transitorio segundo señala que entrará en vigor
gradualmente, a más tardar el 18 de junio de 2016.
El nuevo código, que suplirá al Código Federal de
Procedimientos Penales de 1934 y a los diversos códigos
de procedimientos penales en la República Mexicana,
cambia completamente la estructura y desarrollo del
proceso penal.
Sin embargo, aunque la esencia de la reforma se
enfoca en el respeto de los derechos humanos de todos
los involucrados en el proceso penal, existen algunas
cuestiones que deben ser consideradas antes de la
completa implementación del sistema, como ejemplos se
puede citar la incompatibilidad del juicio de amparo con
algunos principios del nuevo sistema o la desaparición
del perito tercero en discordia.
II. El juicio de amparo en el nuevo sistema procesal
El sistema procesal penal que se implementa en México
enfrenta a varios retos frente al juicio de amparo.
El mecanismo de protección de derechos
fundamentales conocido como juicio de amparo fue creado
en México. Si bien es cierto que existen antecedentes de
figuras protectoras en otros sistemas, lo limitado de su
función (como el caso del habeas corpus) dan crédito
a que el sistema jurídico mexicano fue el primero en
desarrollar la amplia gama de protección de derechos, que
ha influenciado a diversos países en donde se le reconoce
como acción, recurso, derecho, garantía o al igual que en
México: un juicio.
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Por tanto, muchas de las figuras jurídicas que se
intentan adaptar al sistema mexicano se enfrentan a los
efectos del juicio de amparo; el proceso penal acusatorio
y oral no es la excepción, sobre todo tratándose de los
principios que lo rigen.
El principio de continuidad en el proceso penal
establecido en el artículo 20 de la Constitución, se
refiere principalmente al ininterrumpido desarrollo de
las audiencias con el objeto de hacer rápido y veraz el
desahogo de las mismas.
Por tanto, el proceso será continuo cuando la
presentación, recepción y desahogo de las pruebas, así
como todos los actos del debate, se desarrollen ante el
juez y las partes en una audiencia, la cual será continua,
sucesiva y secuencial, salvo casos y excepcionales
previstas en la ley1, aunque las referidas excepciones
de ley pueden convertirse en una desnaturalización de
la esencia del principio de continuidad.
La audiencia puede prolongarse a sesiones
sucesivas hasta su conclusión, sin menoscabar ningún
principio cuando no se puedan concluir en una sola
ocasión; en determinados casos, puede interrumpirse
sin afectar la esencia del proceso; como ejemplos,
se pueden citar la suspensión de interrogatorios o
declaraciones cuando por cansancio o por cuestión del
horario se considere necesario.
Sin embargo, suspender indefinidamente una
audiencia hasta la resolución de un juicio de amparo
sí afectaría la continuidad del proceso, más cuando
no le asiste la razón a la parte que interpuso el medio
de protección de derechos humanos; tomando en
cuenta que la continuidad busca establecer las mejores
1
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Natarén Nandayapa, CF. y Caballero Juárez, J.: Los principios… cit., p. 24.
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condiciones posibles para que el juez tome las decisiones
que el desarrollo del proceso requiere2.
Los países que cuentan con un sistema penal
acusatorio y oral no enfrentan dilemas como el que se
ha planteado, porque han adecuado sus mecanismos
de protección o sistemas de impugnación al desarrollo
del proceso.
Para el sistema mexicano, el juicio de amparo
presenta retos indiscutibles; por un lado, atendiendo a la
reforma de 2011 en materia de derechos humanos, que
reconoció expresamente el principio de progresividad
en el artículo 1 de la Constitución, se hace imposible la
desaparición o limitación del amparo como mecanismo
de protección ante violaciones directas por parte de
cualquier autoridad a los derechos humanos; aunque
por otro lado, existen implícitos diversos derechos de
la misma naturaleza que podrían verse vulnerados con
la interrupción de las etapas del nuevo proceso penal,
tanto para la víctima como para el acusado.
La activación del juicio de amparo podría interrumpir
la audiencia y por ende, retardar el dictado de la
sentencia; aunque también podría afectarse el principio
de continuidad en el supuesto de que la sentencia
conceda el amparo y ordene la reposición del mismo.
Por lo anterior, si lo que se desea es que los
procedimientos penales sean más rápidos, que la
mayoría de los casos se resuelvan en una sola audiencia,
eso difícilmente puede lograrse con el actual sistema de
impugnaciones3; si se desea que, además de la rapidez
exista certeza y congruencia en el desarrollo del proceso,
manteniendo en todo momento la imparcialidad del
2
3
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Ibídem, p. 26.
Leguízamo Ferrer, ME.: “El papel... cit., p. 26.
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juzgador para lograr una sentencia apegada a derecho,
la protección de la continuidad de las actuaciones es
un aspecto fundamental que debe garantizarse.
Por otro lado, también se contrapone la suplencia
de la queja que tiene el acusado en materia penal en el
juicio de amparo con el principio de contradicción del
proceso penal acusatorio, pues la suplencia de la queja
favorece la garantía de no incriminación, pero menoscaba
la contradicción y la igualdad rígida entre las partes del
proceso penal 4; otorgándose preferencia al principio de
suplencia de la queja, porque no se deben aplicar de
manera rigurosa los principios del proceso penal en el
juicio de amparo.
Al respecto, para garantizar el equilibrio procesal
entre las partes del proceso penal acusatorio, la Ley
de Amparo prevé la suplencia de la queja en favor del
ofendido o la víctima, en los casos en que tenga el
carácter de quejoso o adherente.
Además, en el nuevo sistema de justicia penal, el
amparo enfrenta dilemas para su interposición, puesto
que la oralidad y la forma en la que se desarrolla la
audiencia, impiden o dificultan que algunas cuestiones
puedan ser objetadas (o si lo fueren, pueden ser
desechadas), en cuyo caso, será necesario esperar el
momento procesal oportuno para la interposición del
medio de impugnación pertinente, lo que podría traer
como consecuencia la reposición del procedimiento,
que vulnera el principio de continuidad como ya se
explicó; o en su caso, se tendría que resolver de plano la
situación planteada al momento de dictar la sentencia
correspondiente.
4
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Ferrer Mac-Gregor, E. y Sánchez Gil, R.: “Amparo...” cit., p. 436.
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III. Los interrogatorios y las objeciones en el nuevo
código
Las características del proceso penal en México
se establecen en el artículo 20 de la Constitución:
acusatorio y oral.
La oralidad como característica del nuevo proceso
penal es uno de los pilares de la transformación del
sistema de justicia en México; se busca la transparencia
y rapidez en las actuaciones.
Toda la argumentación que presenten las partes
en el sistema procesal penal se desarrollará de manera
oral; se agrega que la oralidad no es un principio gratuito
o autónomo, sino que sirve a los de publicidad y en
algunos aspectos al de inmediación5.
La oralidad de todas las comunicaciones que se
lleven a cabo en el proceso sirven para que un auditorio
pueda tener conocimiento casi directo de lo que se
actúa, para que los ciudadanos participantes en él
puedan controlar su desarrollo, y para que con mayor
eficiencia el juez adquiera conocimiento personal de los
elementos de prueba y se comunique con las partes6; es
una herramienta del juzgador para determinar por sí
mismo la credibilidad de un testigo o la calidad de su
testimonio.
La oralidad del proceso incluye la contradicción
de las pruebas de la contraparte como herramienta
fundamental para lograr la convicción del juzgador que
emitirá la sentencia.
La obtención de cualquier prueba con violación
de derechos humanos será considerada nula; el
desequilibrio procesal que se derive de la vulneración de
derechos humanos, hace que la prueba pierda su valor.
5
6
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Ibídem, p. 437.
Ídem.
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Lo anterior podría presentarse cuando se deseche
una pregunta que ha sido objetada por la contraparte,
siempre y cuando esa pregunta sea indispensable para
probar la teoría del caso; supuesto que se encuadraría
como una violación de derechos fundamentales que deja
en estado de indefensión a la parte objetada; pues la
decisión del juez se basa en su propio criterio y razón;
como ser humano, es susceptible de equivocarse.
Según el artículo 354 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, corresponde al juzgador la
dirección del debate a juicio; es quien moderará la
discusión, impedirá intervenciones impertinentes o que
no resulten admisibles y resolverá las objeciones que
se formulen durante el desahogo de la prueba.
La concentración de funciones en una sola persona
puede generar errores involuntarios en su desempeño,
sobre todo en debates largos en los que se tienen que
desahogar muchas pruebas; aunque el juez es una
persona experta en el desarrollo, múltiples factores
pueden errar su criterio.
El artículo 374 del citado código señala que
las objeciones serán analizadas por el juzgador que
dirige la audiencia, sobre la que resolverá de plano,
sin que se pueda admitir recurso alguno contra la
determinación.
Lo anterior pone de manifiesto que ante el
desechamiento de alguna pregunta relevante, el
único camino es promover un juicio de amparo; por
otro lado, la admisión de una pregunta objetada a
la contraparte (cuando la objeción es pertinente),
también vulnera derechos fundamentales que son
de imposible reparación, porque la respuesta a dicha
pregunta desaparecería la materia del posible juicio
de amparo.
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IV. Los peritos terceros en discordia a la luz del
nuevo sistema
La prueba pericial es de suma importancia en el
proceso penal mexicano; en el nuevo sistema de proceso
penal acusatorio y oral será trascendental para que
el juzgador pueda tener un pleno conocimiento de los
hechos a través del experto en cuestiones que no son del
conocimiento general y en áreas en donde la razón no
es suficiente para emitir una sentencia justa, completa,
imparcial y apegada a derecho.
Aunque la prueba pericial no se utiliza para todos
los procesos, ni para todos los delitos; solo en aquellos
que es necesario y no es el único factor que motivará la
decisión del juzgador, es indispensable para acercarse
a la verdad.
Sin embargo, la opinión de los expertos peritos no
siempre es coincidente, ya sea por el método utilizado,
por la experiencia que cada uno de ellos tenga respecto
del punto sobre el que versa su opinión e incluso, por la
propia creencia o convicción respecto de una situación;
sin omitir que pudiera presentarse la parcialidad del perito
al emitir el dictamen sustentada en razones particulares.
Para dar solución al conflicto que se deriva de
dictámenes periciales opuestos en algunas o en todas
sus partes, el artículo 236 del Código Federal de
Procedimientos Penales prevé: cuando las opiniones de
los peritos discordaren, el funcionario que practique las
diligencias los citará a junta en la que se discutirán los
puntos de diferencia, haciéndose constar en el acta el
resultado de la discusión. Si los peritos no se pusieren
de acuerdo se nombrará un perito tercero en discordia.
El Código Nacional de Procedimientos Penales
suprimió por completo la figura del perito tercero en
discordia.
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Karen Z. Reyes Solís y Víctor M. Cueva Téllez
La finalidad del desahogo de la prueba pericial
mediante el interrogatorio directo al perito sobre el
dictamen que elaboró con atención a su arte, ciencia u
oficio, es la oportunidad de las partes para controvertir
su dicho.
Cuando ambas partes presentan peritajes
contradictorios, el juez (quién no es experto en el
contenido del dictamen) carece de un valor de referencia
para poder determinar cuál de las dos opiniones es
la correcta; lo que podría traer como consecuencia la
vulneraión de derechos humanos de la víctima, del
ofendido o del propio acusado a quién le interesa que
se tome en cuenta un dictamen.
La valoración de la prueba queda al libre criterio
del juzgador, advirtiéndose que el simple razonamiento
no será suficiente para obtener la verdad.
V. Conclusiones
La implementación de la reforma al sistema procesal
penal mexicano implica la participación de todos los
involucrados para ajustar el derecho nacional vigente
al nuevo sistema.
Es necesario reflexionar y, en su caso, revisar la
compatibilidad del nuevo sistema procesal en materia
penal y el juicio de amparo como mecanismo de
protección de derechos fundamentales, principalmente
en relación con el principio de continuidad establecido
en el artículo 20 de la Constitución.
Se advierte que los países que cuentan con un
sistema penal acusatorio y oral han adecuado sus
mecanismos de protección o sistemas de impugnación
al desarrollo del proceso; México no debe ser la
excepción, se deben buscar soluciones que garanticen
el respeto de los derechos humanos de las víctimas
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u ofendidos, así como de los imputados, acusados o
sentenciados.
También se debe buscar solución a los conflictos
que se advierten en el Código Nacional de Procedimientos
Penales, como los que podrían presentarse por el
desechamiento de preguntas relevantes para la teoría
del caso que han sido objetadas por la contraparte;
pues la decisión del juez se basa en su propio criterio y
razón, por lo que no está exento de incurrir en errores
o la decisión del juzgador orientada por dictámenes
periciales contradictorios, sin opción de tener una
tercera opinión que le ayude a acercarse a la verdad.
VI. Fuentes de consulta
Bibliográficas
• Benavente Chorres, Hesbert, El amparo y
su relación con el sistema acusatorio, Serie
Juicios Orales número 10, México, UNAM,
Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Instituto de For mación Profesional de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito
Federal, 2013.
• García Ramírez, Sergio e Islas de González
Mariscal, Olga, coordinadores: La situación
actual del sistema penal en México, XI Jornadas
sobre Justicia Penal, serie Doctrina Jurídica,
número 613, México, UNAM, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, 2011.
• González Oropeza, Manuel y Ferrer MacGregor, Eduardo, coordinadores: El juicio de
amparo. A 160 años de la primera sentencia,
tomo I, serie Doctrina Jurídica, número 621,
México, UNAM, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, 2011.
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Índice
Karen Z. Reyes Solís y Víctor M. Cueva Téllez
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo y Sánchez Gil,
Rubén: “Amparo y proceso penal acusatorio
en México”, en Ferrer Mac-Gregor, Eduardo y
Said Ramírez, Alberto, coordinadores, Juicios
orales. La reforma judicial en Iberoamérica.
Homenaje al maestro Cipriano Gómez Lara,
serie Doctrina Jurídica, número 662, México,
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
2013.
• Natarén Nandayapa, Carlos F. y Caballero
Juárez, José Antonio: Los principios
constitucionales del nuevo proceso penal
acusatorio y oral, serie Juicios Orales número
3, México, UNAM, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, 2014.
•
Revistas
• Leguízamo Ferrer, María Elena: “El papel del
juicio de amparo en los juicios orales”, en
Revista del Instituto de la Judicatura Federal
número 25, 2008.
Legislativas
• Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
• Código Nacional de Procedimientos Penales.
• Código Federal de Procedimientos Penales.
• Ley de Amparo, Reglamentaria de los artículos
103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
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Índice
Karen Z. Reyes Solís y Víctor M. Cueva Téllez
Internet
• Carbonell, Miguel: La Reforma Penal que
México necesita. Instituto de Investigaciones
Jurídicas, UNAM, Institución Renace, A.B.P. y
Red Nacional de Organizaciones Civiles de apoyo
a los Juicios Orales y Debido Proceso. http://
www.miguelcarbonell.com/artman/uploads/1/
La_reforma_penal_que_M__xico_necesita.pdf
• El Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio,
desde la Perspectiva Constitucional. http://
www.cjf.gob.mx/reformas/documentos/
ElnuevosistemadeJusticiaPenalAcusatorio.pdf
• Ferrajoli, Luigi: Derechos y garantías. La
ley del más débil, 2ª. ed., trad. de Perfecto
Ibánez y Andrea Greppi, Madrid, Trotta, 2001.
http://www.cubc.mx/biblioteca/libros/30.-%20
Derechos%20Y%20Garantias%20(La%20Ley%20
Del%20Mas%20Debil)%20-%20Ferrajoli.pdf
pág. 523
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