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Un paseo por el urotelio. Correlación radiopatológica.
Poster no.:
S-1548
Congreso:
SERAM 2012
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores:
G. Aguilar Sánchez, R. Alcantara da Silva, J. Sánchez Parrilla, A.
Radosevic, N. Risueño Pedrosa, N. Juanpere Rodero; Barcelona/
ES
Palabras clave:
Inflamación, Infección, Procedimiento diagnóstico, Ultrasonidos,
TC, RM, Oncología, Vía urinaria, vegija, Neoplasia
DOI:
10.1594/seram2012/S-1548
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Objetivo docente
•
Mostrar los hallazgos por diferentes técnicas de imagen de una amplia
variedad de lesiones tanto malignas como benignas que afectan al urotelio.
•
Correlacionar dichos hallazgos con la imagen anatomopatológica
macroscópica y microscópica.
Images for this section:
Fig. 1: Urotelio normal. Epitelio transicional, estratificado, constituido por cuatro a
seis capas de células columnares superpuestas, con núcleos ovalados orientados
perpendicularmente al eje mayor del tejido, algunos de ellos con hendiduras. Las células
de la capa más superficial son las denominadas células en paraguas, perpendiculares
al urotelio subyacente, sobre el cual ejercen una función protectora.
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Revisión del tema
INTRODUCCIÓN
De entre las alteraciones benignas que pueden presentarse en el urotelio constan
las afectaciones inflamatorias y/o infecciosas agudas, crónicas, granulomatosas
y xantogranulomatosas en forma de pielonefritis, pieloureteritis, ureteritis, cistitis
(incluyendo la cistitis glandular) y uretritis, todo ello en diferentes contextos clínicos.
La patología maligna incluye el carcinoma de células transicionales (fenotipo
plasmocitoide, células en anillo de sello, linfoepitelioma, diferenciación escamosa o
glandular), el carcinoma escamoso, el carcinoma glandular o adenocarcinoma, tumores
neuroendocrinos (carcinoma de célula pequeña) y lesiones metastásicas.
Hemos revisado nuestra casuística seleccionando aquellos pacientes con patología
urotelial que disponían de imagen morfológica y correlación anatomopatológica. Las
alteraciones evaluadas pueden ser benignas, incluyendo lesiones inflamatorias.
UN PASEO POR LA NORMALIDAD
Repaso Histológico
El epitelio de transición o urotelio es un epitelio estratificado especializado y distensible
compuesto por varias capas celulares (3 a 8) entre las que destacan las células más
superficiales o células de cubierta, con una función protectora y de mantenimiento de
la integridad del urotelio. Una importante propiedad del urotelio es la distensibilidad,
variando su grosor dependiendo del estado de repleción.
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Fig. 1: Urotelio normal. Epitelio transicional, estratificado, constituido por cuatro a
seis capas de células columnares superpuestas, con núcleos ovalados orientados
perpendicularmente al eje mayor del tejido, algunos de ellos con hendiduras. Las
células de la capa más superficial son las denominadas células en paraguas,
perpendiculares al urotelio subyacente, sobre el cual ejercen una función protectora.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Dicho epitelio tapiza la vía urinaria desde el sistema pielocalicial hasta la uretra, siendo
encontrado en el revestimiento del sistema colector renal (cálices, infundíbulo, pelvis),
uréter, vejiga urinaria, además de algunos segmentos uretrales.
Con respecto a la uretra, los segmentos iniciales son de uroepitelio y los segmentos
distales son de epitelio escamoso estratificado.
El urotelio de la vejiga normal puede mostrar múltiples invaginaciones epiteliales
llamadas nidos de von Brunn. Estos pueden estar recubiertos de células columnares
secretoras de moco en vez de urotelio.
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Estudios más recientes apuntan que las células epiteliales, más que simples barreras
físicas, estarían involucradas en una serie de mecanismos sensoriales, respondiendo a
estímulos químicos, mecánicos y térmicos, con consecuente liberación de mediadores
químicos.
Repaso anatómico
Se puede considerar que las vías urinarias se inician en la papila renal. La orina sale a
través de los cálices renales hacia la pelvis renal, situada sobre el seno renal, que por
su vez se continua con el uréter.
Los uréteres son estructuras retroperitoneales que miden alrededor de unos 25 - 30
cm de largo y 2 cm de diámetro, descendiendo en un trayecto paralelo a los cuerpos
vertebrales de L3, L4 y L5 hasta desembocar en el interior de la vejiga.
El uréter atraviesa la pared posterior de la vejiga de forma oblicua durante algunos
centímetros, formando en el interior vesical lo que se conoce como trígono vesical , en
la base de la vejiga, que es una zona más lisa con forma triangular, delimitada por los
dos meatos ureterales y el orificio para la uretra.
TÉCNICAS DE IMAGEN
La urografía intravenosa (UIV) fue durante muchos años la principal técnica utilizada en
la valoración de la enfermedad del tracto urinario superior.
Sin embargo, otras modalidades como la ecografía, la TCMD y la RM han asumido una
buena parte de estas indicaciones a lo largo de los años. A pesar de ello, en la actualidad
todavía es frecuentemente solicitada en la valoración de hematuria y para complementar
la exploración de pacientes con enfermedad litiásica pre o post-tratamiento.
La secuencia de imagen en urografía está diseñada para optimizar el estudio de
zonas específicas del tracto urinario durante la máxima opacificación de este. Hay que
considerar que la técnica es operador dependiente, exigiendo buena experiencia para
la obtención de las imágenesy para una interpretación más precisa de estas.
La ecografía constituye la técnica de imagen inicial en la valoración de sospecha de
patología de la vía urinaria.
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La TCMD con estudios multifase permite evaluar la totalidad de los riñones y la vía
urinaria en diferentes fases de captación del contraste.
Las tres fases de perfusión renal definidas en el diagnóstico por TC son la fase
cortico-medular (FCM), la fase nefrográfica (FN) y la fase de eliminación renal o fase
excretora (FE).
El estudio basal sin contraste (EB) será útil para determinar el grado de captación de las
lesiones así como para detectar lesiones hiperdensas, densidad grasa y calcificaciones.
En la FCM se contrasta el sistema vascular y el espacio intersticial extracelular, teniendo
una duración aproximada de 40 segundos.
La FN se inicia alrededor de 70 segundos después de la administración del contraste
que se filtra a través de las asas de Henle y túbulos colectores, obteniendo una captación
homogénea del parénquima renal. La opacificación del sistema colector se inicia a los
180 segundos y constituye la FE.
Con relación a otras técnicas diagnósticas, el estudio helicoidal de la vía urinaria aporta
una información morfológica muy precisa:
•
Determinando a menudo el nivel lesional y la extensión de la lesión.
•
Demostrando el tipo de relación de la vía urinaria con las estructuras
adyacentes (compresión benigna, compromiso/ infiltración)
•
Objetivando disrupción de la vía excretora al detectar fuga de contraste en
fase de eliminación renal.
•
Los tumores de urotelio son hipercaptantes en fase vascular (FCM y FN).
La administración de contraste e.v. (condicionada por los valores de creatinina y
disposición de unidad de hemodiálisis), aporta valiosa información sobre la situación
funcional renal mostrando un retraso o ausencia de eliminación del contraste en caso
de afectación de la misma.
La TCMD multifase es una técnica de gran precisión morfológica en la evaluación de la
patología de la vía urinaria y su repercusión en las estructuras adyacentes, aportando
además información relevante sobre el funcionalismo renal.
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La RM es la técnica más reciente y es útil en la evaluación de distintas alteraciones del
tracto urinario, tales como el diagnóstico y estadiaje del cáncer renal, vesical y prostático.
Al no exponer a radiaciones ionizantes es la técnica complementaria indicada en la
valoración de niños o embarazadas.
Como desventajas, cabe destacar que esta técnica tiene una baja sensibilidad en la
detección de litiasis pequeñas de las vías urinarias o pequeños carcinomas uroteliales,
además de su mayor coste y su menor disponibilidad.
UN PASEO POR LA INFLAMACIÓN/INFECCIÓN
La Infección del tracto urinario es la patología urológica más frecuente. La estructura
anatómica del epitelio urotelial que se abre al exterior, favorece el desarrollo de
infecciones, más frecuentemente por Escherichia coli.
La mayoría de las infecciones se quedan aisladas en las vías urinarias bajas, pero parte
de ellas asciende de manera directa o por diseminación hematógena.
El papel de las pruebas de imagen en el diagnóstico inicial es controvertido, no estando
por lo general indicados en los casos no complicados.
PIELONEFRITIS BACTERIANA AGUDA
En los adultos, las infecciones del tracto urinario se presentan habitualmente con un
cuadro clínico de fiebre, temblor y dolor lumbar uni o bilateral (puño percusión positiva).
Pueden presentar además síntomas gastrointestinales como dolor abdominal, vómitos
y/o diarrea).
La mayoría de los pacientes responden bien al tratamiento antibiótico y no requieren
otras exploraciones.
En el diagnóstico por imagen, la radiografía convencional se utiliza actualmente para
identificar presencia de litiasis o de aire en el tracto urinario.
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La ecografía suele ser la técnica de imagen inicial en la valoración de este grupo
de pacientes, pudiendo detectar desde áreas de nefritis focal a cambios inflamatorios
parenquimatosos más difusos.
Los principales hallazgos ecográficos:
•
•
•
•
•
Riñón aumentado de tamaño , voluminoso
Hidronefrosis
Pérdida de la diferenciación córtico-subcortical
Abscesos focales
Zonas de hipoperfusión valorables por doppler.
La urografía Intravenosa (UIV) mostrará un aumento del tamaño renal y un posible
retraso en la eliminación del contraste, en caso de componente obstructivo, mostrando
una dilatación asociada del sistema pielocalicial en grado variable.
En cuadro de pielonefritis aguda complicada, la tomografía computarizada es la
modalidad de elección ya que permite una adecuada visualización de la perfusión del
parénquima renal y del posible componente obstructivo asociado de la vía urinaria.
El estudio basal detectará la presencia de gas, litiasis y/o hemorragia. La fase
nefrográfica podrá identificar zonas bien delimitadas de menor coeficiente de atenuación
el parénquima renal, además de engrosamiento mural difuso de la pelvis renal y de la
pared ureteral. La hidronefrosis puede estar presente o no.
Se suele asociar un engrosamiento de la fascia de gerota, trabeculación de la grasa
perirrenal y en casos evolucionados pueden aparecer abscesos.
PIELONEFRITIS CRÓNICA
El concepto de pielonefritis crónica puede corresponder a una infección crónica activa o
traducir los cambios producidos por los diferentes episodios infecciosos agudos previos.
En la TCMD podemos identificar cicatrices corticales, atrofia o adelgazamiento cortical,
hipertrofia del tejido normal residual, asimetría renal. La hipertensión es una secuela
descrita con relativa frecuencia. Fig. 3 on page 34
PIELONEFRITIS XANTOGRANULOMATOSA (PNFX)
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La pielonefritis xantugranulomatosa es un proceso granulomatoso crónico del
parénquima renal que se asocia a historia de obstrucción e infección prolongadas del
tracto urinario.
Se caracteriza por la destrucción y sustitución del tejido renal por un infiltrado celular de
macrófagos mononucleares cargados de lípidos (histiocitos espumosos) que aumenta
el tamaño renal manteniendo su morfología reniforme y con mínimo o ausente
funcionalismo renal.
La presencia de un cálculo obstructivo coraliforme completo o incompleto está presente
en aproximadamente un 70% de los casos.
Es un proceso típicamente unilateral y puede ser focal o difuso. Existe una fuerte
asociación con nefrolitiasis y patógenos infecciosos (E. coli y Proteus mirabilis).
El perfil del paciente con PNFX son mujeres de mediana edad que presentan fiebre
recurrente y dolor en flanco. Los síntomas más comunes son dolor abdominal, disuria,
fiebre y en ocasiones masa palpable, hematuria y pérdida de peso.
Las pruebas de imagen indican una afectación difusa en la mayoría de los casos (84,6%).
De forma menos frecuente la PNFX puede afectar solo una porción del riñón. Se asocia
una afectación en grado variable del espacio perirrenal.
Por ecografía los cambios inflamatorios se visualizan en forma de masas hipoecogénicas
con focos centrales más ecogénicos, pudiendo identificar cálculos de disposición central.
Fig. 4 on page 34
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Fig. 4: PIELONEFRITIS XANTOGRANULOMATOSA. Mujer de mediana edad con
clínica de fiebre y dolor lumbar derecho. La ecografía muestra un riñón derecho
aumentado de tamaño con dilatación calicilial y contenido heterogéneo/ecogénico,
objetivando foco hiperecogénico central con sombra acústica posterior (flechas)
correspondiente a un cálculo alojado en la pelvis renal.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Los hallazgos por TC son patognomónicos en la mayoría de casos e incluyen
nefromegalia difusa de morfología reniforme con baja atenuación central mal definida,
adelgazamiento cortical aparente y la presencia de cálculo central. Fig. 5 on page 35
y Fig. 6 on page 36
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Fig. 5: Pielonefritis xantogranulomatosa. Se practicó estudio con TCMD visualizando
MPR coronal (A) e imágenes axiales (B) que muestran nefromegalia derecha (14 cm
de longitud) con adelgazamiento cortical aparente y extensas áreas centrales de baja
atenuación identificando litiasis alojada en la pelvis renal (flecha). Se identifica además
otra litiasis ubicada en grupo calicial superior (punta de flecha).
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Las áreas centrales de baja atenuación representan material xantomatoso no captante
que puede mostrar valores de atenuación menores a los de densidad agua.
La nefrectomia suele ser curativa.
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Fig. 6: PIELONEFRITIS aguda y crónica XANTOGRANULOMATOSA. A) Imagen
macrocópica que corresponde a pieza de nefrectomía derecha seccionada
coronalmente. La arquitectura normal del riñón se encuentra borrada por múltiples
lesiones nodulares amarillentas correspondientes a abscesos, algunas de ellas con
quistificación y hemorragia central. El parénquima renal es marcadamente atrófico y se
aprecian extensas áreas de fibrosis tanto en el hilio renal como en la grasa perirrenal.
Nótese la presencia de un cálculo coraliforme alojado en la pelvis. B) Imagen
microscópica de un granuloma con histiocitos epitelioides en el centro y una corona
linfocitaria en la periferia. C) Componente inflamatorio agudo constituido por leucocitos
polimorfonucleares neutrófilos y componente inflamatorio crónico xantomatoso
integrado por histiocitos con citoplasma finamente vacuolado o espumoso.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
PIELOURETERITIS
Podemos encontrar cambios inflamatorios por pieloureteritis en pacientes con uropatía
obstructiva por cálculos o que presenten estasis urinario relacionado con estenosis ya
sea de anastomosis uretero-vesicales (reimplantación ureteral) o anastomosis ureteroileales (cirugía urológica tipo Bricker). Fig. 7 on page 37
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Fig. 7: PIELOURETERITIS derecha post cistectomia radical con anastomosis
ureteroileal tipo Bricker. Estudi axial con TCMD que muestra engrosamiento mural
hipercaptante de todo el sistema pieloureteral derecho.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Los cambios morfológicos por TCMD mostrarán un engrosamiento mural hipercaptante
piélico y ureteral, con trabeculación y edema de la grasa peripiélica y periureteral.
Usualmente tiene una extensión menor que la esperada para un CCR.
Infección secundaria puede inducir mayor extensión de la afectación
Cuando la litiasis es eliminada o cambia de posición, los cambios inflamatorios
pueden persistir, simulando el aspecto de un CCT infiltrativo, siendo en algunos casos
recomendable realizar seguimiento. Fig. 8 on page 38
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Fig. 8: Pieloureteritis izquierda litiásica. Imágenes axiales con TCMD en fase
nefrográfica que muestran un engrosamiento mural en unión pieloureteral inflamatorio
causado por cálculo impactado en esta localización.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Fig.9
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Fig. 9: A) Ureteritis aguda y crónica. Imagen microscópica panorámica de una sección
de pared ureteral en la que destaca un prominente infiltrado inflamatorio en lámina
propia y submucosa. B) Detalle de la imagen anterior en el que se aprecia marcado
componente inflamatorio de tipo crónico en la lámina propia ureteral, así como
inflamación aguda en forma de exocitosis de leucocitos polimorfonucleares neutrófilos
a través del urotelio.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
La radioterapia provoca cambios inflamatorios y fibrosis que pueden afectar la vía
urinaria fundamentalmente a nivel vesical y ureteral pudiendo condicionar estenosis
ureteral y retracción vesical.
Los procesos inflamatorios infecciosos o no infecciosos (colitis granulomatosa,
pancreatitis...) también pueden comprometer la vía urinaria.
La fibrosis retroperitoneal puede comprometer la vía urinaria al retraer y comprimir
los uréteres junto con los grandes vasos retroperitoneales presentando un aspecto
morfológico indistinguible de la afectación metastásica, fibrosis por radioterapia y
amiloidosis.
ADENOMA NEFROGÉNICO
La metaplasia nefrogénica o adenoma nefrogénico es una proliferación benigna de
estructuras de tipo glandular que afectan la vejiga urinaria con mayor frecuencia. Se
considera que esta lesión se origina por metaplasia del urotelio subyacente.
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La lesión se ha asociado a tratamiento radioterápico, cirugía, cálculos, instrumentación
e instilaciones intravesicales de BCG.
UN PASEO POR LA MALIGNIDAD
La patología maligna incluye el carcinoma de células transicionales (fenotipo
plamocitoide, células en anillo de sello, linfoepitelioma, diferenciación escamosa o
glandular), el carcinoma escamoso, el carcinoma glandular o adenocarcinoma, tumores
neuroendocrinos (carcinoma de célula pequeña) y lesiones metastásicas.
Fig. 2
Referencias: WHO
Carcinoma de células transicionales
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El carcinoma de células transicionales (CCT) constituye el 90% de todos los cánceres
de la pelvis renal y uréter.
Otros procesos malignos que afectan al urotelio incluyen el carcinoma escamoso (10%)
y adenocarcinomas (menos del 1%).
La incidencia y la mortalidad aumentan con la edad, situándose el pico de mayor
incidencia en la 6ª-7ª décadas de la vida, siendo más frecuentes en varones.
El síntoma más común es la hematuria indolora, que se produce en el 75 a 90 % de
los pacientes. El dolor en flanco aparece en el 20-25 % de los pacientes, pudiendo
desencadenarse por obstrucción causada por un tumor o por coágulo. La disuria y el
dolor son más frecuentes en los tumores ureterales.
De acuerdo con sus características patológicas, pueden clasificarse en carcinoma
papilar, papilar infiltrante y difusamente infiltrante, correspondiendo la mayoría
(alrededor de 95%) a carcinoma papilar infiltrante.
Los carcinomas papilares tienen morfología papilar y presentan una base ancha y un
aspecto verrucoso.
El factor de riesgo más importante para desarrollar CCT es el tabaco, aumentando el
riesgo en hasta 4 veces. 1/3 de los casos de cáncer vesical se diagnostican en pacientes
fumadores.
La patogenia tiene una relación directa con el tiempo de exposición a carcinógenos
excretados, por lo cual la aparición de procesos neoformativos en la vejiga urinaria es
hasta 30 a 50 veces más frecuente que en resto de la vía urinaria.
La estasis urinaria favorece la carcinogénesis, identificándose un riesgo aumentado
en los pacientes que presentan anomalías en la estructura renal (riñón en herradura),
divertículos vesicales y obstrucción crónica de la unión pieloureteral (UPU).
Tumores de la vía urinaria superior
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El aumento detectado en la incidencia se relaciona con la mejora de las técnicas
diagnósticas y con el aumento de la supervivencia en los pacientes con cáncer vesical
que presentan un alto riesgo de desarrollar neoplasia urotelial en vía urinaria superior.
El carcinoma de células transicionales (CCT) afecta mayoritariamente el urotelio vesical,
localizándose en el urotelio de la pelvis renal y el uréter en un 5% de casos.
Aproximadamente el 40% de pacientes con carcinoma de células transicionales del
tracto superior desarrollaran carcinomas del tracto urinario inferior y esto explica la
importancia del seguimiento sistemático de este grupo de pacientes.
La histología y citología de los tumores uroteliales superiores es similar a la del CCT
vesical: 85% de los CCT de vía urinaria superior presentan un estadio bajo y son
superficiales y aproximadamente un 15% son infiltrantes.
Sin embargo, estos tumores son más agresivos que los tumores infiltrantes de vejiga
urinaria.
La detección de los tumores de la vía urinaria superior se realiza utilizando técnicas
radiológicas. La urografía intravenosa se ha utilizado tradicionalmente, pero en la
actualidad se ha implementado la TCMD multifásica de vía urinaria como una técnica
fundamental que permite diagnosticar y estadificar este tipos de tumores.
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Fig. 11: NEOPLASIA UROTELIAL PIELOCALICIAL DERECHA. La UIV muestra
defecto de repleción pièlico irregular que se extiende a grupo caliacial superior.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Fig. 12: NEOPLASIA UROTELIAL PIELOCALICIAL DERECHA. El estudio axial por
TC demuestra el defecto de repleción piélico irregular que se extiende a grupo calicial
superior correspondiente a la neoproliferación.
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Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
El tumor de pelvis renal por ecografía se muestra como una masa central
de ecogenicidad intermedia en el seno de la hiperecogenicidad sinusal habitual,
acompañada o no de hidronefrosis.
Por TCMD el 85% de los casos identificados son del tipo papilar infiltrativo, presentando
una base de sustentación amplia y un aspecto irregular. En la fase nefrográfica se
observa lesión con densidad de partes blandas, moderadamente captante. En la fase
excretora se identifican defectos de repleción aislados o múltiples y/o amputación o
distensión calicial. Cabe destacar que este tipo de tumores no suelen distorsionar el
contorno renal (a diferencia del carcinoma de células renales).
Fig. 13: TUMOR UROTELIAL PIELOCALICIAL. Reconstrucciones coronales de
TCMD en fase nefrográfica y en fase excretora que demuestran la existencia de
una lesión neoproliferativa piélica derecha. La lesión presenta densidad de partes
blandas y realza con contraste en FN, mostrándose como un defecto y distorsión de la
repleción en FE.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
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La urografía por resonancia magnética (RM) está indicada en los pacientes que
no pueden someterse a una TCMD. La tasa de detección de la RM es del 75 %
tras la inyección de contraste en el caso de los tumores menores de 2 cm. La
urografía por RM es más rentable con inyección de contraste, sin embargo, en los
pacientes con insuficiencia renal grave (aclaramiento de creatinina < 30 ml/min) sigue
estando contraindicada la administración de gadolinio por el riesgo de fibrosis sistémica
nefrogénica.
La RM sin contraste resulta menos útil que la urografía por TCMD para diagnosticar
patologías malignas uroteliales.
Los CCTs de pelvis renal se localizan más frecuentemente en la porción extrarenal
seguida de la región infundíbulo-calicial y los de uréter asientan normalmente en el tercio
ureteral distal.
Fig. 14: CARCINOMA DE CÉLULAS TRANSICIONALES PIÉLICO. Imágenes axial
y coronal en FN que muestran formación sólida hipercaptante ocupando pelvis renal
izquierda. En las imágenes axial y coronal en FE la lesión se identifica como un
defecto de repleción.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
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Los tumores localizados en la pelvis renal, si bien suelen estar confinados en la luz del
sistema colector pueden extenderse hacia el parénquima renal con un patrón típicamente
infiltrativo.
Cuando la localización es ureteral el uréter distal es la ubicación más frecuente (73%).
Un 24 % se ocalizan en uréter medio y solo un 3% en el uréter proximal. La afectación
del tracto urinario superior de forma bilateral se produce en un 2-5%.
Fig. 15: CARCINOMA URETERAL DISTAL DERECHO. Imágenes coronales de
TCMD que muestran tumoración sólida endoluminal ocupando uréter distal derecho
(flechas).
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Los tumores ureterales representan un 2.5-5% de todos los tumores uroepiteliales.
En la fase vascular (FCM I FN) el tumor ureteral se muestra como un engrosamiento
circunferencial de la pared presentando realce anormal y presencia de lesiones
endoluminales que en fase excretora se identifican como defectos de repleción.
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Fig. 16: CARCINOMA UROTELIAL MULTIFOCAL, ureteral izquierdo y vesical. A) Las
RMP de TC muestran focos de engrosamiento tumoral afectando el uréter izquierdo
proximal y distal además de proliferación sólida endovesical (flechas). B) Imagen axial
que muestra tumoración endoureteral izquierda (flecha). C) Imagen ecográfica que
nuestra la lesión sólida perimeatal izquierda (flechas). D) Imagen axial de TC que
demuestra afectación vesical y ureteral inferior (flecha).
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
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Fig. 17: A) Carcinoma urotelial papilar, grado 2, pTa. Pieza de nefroureterectomía
izquierda con marcada atrofia parenquimatosa renal e hidronefrosis. En el uréter
se identifica una lesión exofítica, carnosa, friable y con áreas hemorrágicas, que se
extiende a lo largo de prácticamente todo el trayecto ureteral y que ocupa el 100% de
su perímetro. B) Detalle de la imagen anterior.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Debemos recordar que un 20% de los tumores ureterales son benignos destacando por
su frecuencia el papiloma benigno y el pólipo fibroepitelial que presentan una morfología
cilíndrica y pueden tener un tallo que los haga móviles. Su localización más frecuente
es el tercio ureteral proximal. Morfológicamente pueden ser muy difíciles de diferenciar
del CCT siendo necesario realizar un diagnóstico histológico.
Los tumores de vía urinaria superior diseminan más frecuentemente por invasión directa
y por vía linfática, que por vía hematógena a causa de la fina pared del uréter y su rico
drenaje linfático. Los ganglios linfáticos retroperitoneales se afectan con frecuencia. Es
rara la invasión de las venas renales y de la vena cava inferior.
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Tumor vesical
El cáncer de vejiga es el tumor más frecuente del sistema urinario caracterizándose por
su alta recurrencia y por su multiplicidad. Presenta un pico de incidencia que se sitúa
entre la 6ª y 7ª décadas de la vida.
El CCT constituye aproximadamente un 90% de los tumores de vejiga urinaria. El
segundo tipo celular más frecuente es el carcinoma de células escamosas (8%), seguido
del adenocarcinoma. Otros subtipos más raros como el carcinoma de células pequeñas
constituyen menos del 1% de los casos.
Estos tumores tienden a ser multicéntricos, identificando afectación sincrónica y
metacrónica en un 30-40% de los casos.
La cistoscopia con biopsia es el método de elección para diagnóstico y estadiaje.
Ejemplos de DISPLASIA Fig. 19 on page 46 y Fig. 18 on page 45
Ecográficamente los detectaremos como engrosamientos murales focales más o menor
nodulares que pueden ser múltiples o como tumoraciones mayores con ocupación
variable de la luz vesical.
Por TCMD podemos visualizar una o varias captaciones murales planas o nodulares
de tamaño variable, un engrosamiento mural más o menos difuso o una masa de
extensión variable. La sensibilidad es del 79-89% con una especificidad del 91- 95%.
Ocasionalmente puede presentar pequeñas calcificaciones. En los tumores planos
(limitados a mucosa/submucosa) la sensibilidad es más baja.
Por RM el tumor es discretamente hiperintenso respecto al músculo en secuencias
potenciadas en T2 e isointenso en secuencias T1.
Histopatológicamente el CCT vesical se caracteriza como de bajo grado (grado I),
moderadamente diferenciado (grado II) o pobremente diferenciado (grado III).
Morfológicamente se dividen en dos categorías, superficial o invasiva, con un
comportamiento completamente diferente.
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Los tumores superficiales constituyen el 70-80% estando limitados a la mucosa y
la lámina propia. Presentan un pronóstico excelente pero una elevada tendencia a la
recurrencia (el 70% a los 3 años). Entre el 10-20% de los que recurren pueden progresar
a la forma invasiva.
Fig. 20 on page 47
Los tumores invasivos presentan un pronóstico peor pudiendo invadir las diferentes
capas de la pared vesical y eventualmente estructuras extravesicales. Fig. 21 on page
48 , Fig. 22 on page 49 y Fig. 23 on page 50
Fig. 24 on page 51
El CCT presenta el ratio de recurrencia más alto de todos los cánceres siendo necesario
un riguroso seguimiento después del tratamiento.
La diseminación linfática se produce por invasión inicialmente loco regional perivesical,
sacra, presacra, hipogástrica, obturatriz y cadenas ilíacas externas. Fig. 25
Página 26 de 65
Fig. 25: METASTASIS GANGLIONAR DE CARCINOMA UROTELIAL. A) Imagen
axial de TCMD que muestra importante componente adenopático ilíaco izquierdo
con centro de aspecto necrótico y periferia hipervascular afectando parcialmente
hueso ilíaco homolateral (punta de flecha en A). B) Adenopatía inguinal izquierda de
similares características siendo todas ellas compatibles con afectación metastásica.
C) Reconstrucción multiplanar coronal. Adenopatía inguinal izquierda referida
previamente (asterisco).
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Fig. 26
Página 27 de 65
Fig. 26: METÁSTASIS GANGLIONAR de carcinoma urotelial en adenopatia inguinal
izquierda. A) La ecografía muestra dos nóduls sólidos correspondientes a adenopatías
de aspecto patológico (la mayor de 30 mm) localizadas en área inguinal izquierda.
B) Imagen microscópica panorámica de una biopsia de aguja realizada con trucut 16G en la que en el extremo inferior derecho se identifica celularidad linfoide,
compatible con ganglio linfático, y en el extremo superior izquierdo, una proliferación
epitelial. C)Detalle de la imagen anterior. La celularidad epitelial corresponde a epitelio
transicional o urotelio.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
La afectación de cadena ilíaca común y la aparición de adenopatías paraaórticas, que
se produce en fases tardías de la enferemedad, se considera metástasis a distancia.
La diseminación metastásica por vía hematógena afecta con mayor frecuencia
pulmones, huesos, hígado y glándulas suprarrenales.
Fig. 27 y Fig. 28
Página 28 de 65
Fig. 27: METÁSTASIS ÓSEAS DE CARCINOMA DE CÉLULAS TRANSICIONALES
pT1GIII. Paciente varón de 60 años con antecedente de RTU de tumor vesical
correspondiente a carcinoma de células transicionales pT1GIII. Tres años después
presentó además de una recidiva local, afectación ósea en forma de lesiones
radiolucentes sobre pubis izquierdo (punta de flecha en A, reconstrucción coronal
TCMD óseo) y metáfisis humeral izquierda (flecha en B). Posteriormente se produjo
una fractura patológica de fémur que se trató con un enclavado medular. Radiografía
convencional en C y D. Fractura: asterisco en D.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
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Fig. 28: METÁSTASIS ÓSEAS DE CARCINOMA DE CÉLULAS TRANSICIONALES
pT1GIII(continuación de caso anterior): A. Biopsia de fémur proximal, metástasis de
carcinoma urotelial. En la imagen se aprecia una trabécula ósea no decalcificada
inmersa en tejido conectivo que muestra infiltración por una proliferación epitelial
neoplásica formando nódulos de tamaño variable (flechas). B. Detalle de la imagen
anterior. La proliferación neoplásica muestra fenotipo urotelial.
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
La TC y la RM tienen un importante papel en la estadificación de la enfermedad invasiva.
Las técnicas seccionales (TC y RM) presentan todavía importantes limitaciones en la
estadificación de tumores T1, T2 y T3. El estadio T se realiza mejor por cistoscopia con
biopsia profunda. Sin embargo, cuando existe retracción de la pared externa de la vejiga
constituye una evidencia indirecta de enfermedad músculo invasiva (T2b). Las técnicas
de imagen ayudan a diferenciar tumores invasivos confinados a la vejiga de tumores con
extensión extravesical macroscópica (T3b) y afectación de órganos adyacentes (T4).
La extensión macroscópica extravesical morfológicamente se reconoce por irregularidad
mural con márgenes externos de la pared vesical mal definidos pudiendo detectar
nódulos sólidos y/o trabeculación de la grasa perivesical.
Página 30 de 65
Fig. 37: TUMOR VESICAL INFILTRANTE. Imágenes Axiales de TC que muestran
un engrosamiento mural vesical patológico de predominio anterolateral derecho.
observando trabeculación de la grasa perivesical y nodularidad asociada (flecha).
Referencias: G. Aguilar Sánchez; Diagnòstic per la Imatge, Hospital Universitari del
Mar, Barcelona, SPAIN
Carcinoma escamoso
El carcinoma de células escamosas (CCE) de la vejiga urinaria es una neoplasia maligna
infrecuente derivada del urotelio que muestra histológicamente un fenotipo de células
escamosas puro.
Es mucho menos frecuente que el carcinoma urotelial constituyendo el 1.3% de los
tumores vesicales en hombres y un 3.4% 3n mujeres.
Constituye menos del 5% de los carcinomas vesicales en áreas donde la
esquistosomiasis no es endémica y un 75% en áreas donde la infección por S.
haematobiumes endémico.
Página 31 de 65
Factores de riesgo en áreas no endémicas incluyen irritación crónica por catéteres,
cálculos vesicales o infección crónica.
En un 80% de casos son tumores de alto grado y localmente agresivos con invasión de
la muscular.
Macroscòpicamente la mayoría de los CCE son masas necróticas sólidas, voluminosas
y polipoides que ocupan gran parte de la luz vesical. Tienen predilección por el trígono
y las paredes laterales.
Microscópicamente el tumor invasivo puede ser bien diferenciado con islotes de células
escamosas mostrando queratinización, puentes intercelulares prominentes y mínimo
pleomorfismo nuclear, o pobremente diferenciado con marcado pleomorfismo nuclear y
focos aislados de diferenciación escamosa evidente. Fig. 29 on page 56, Fig. 30 on
page 57 y Fig. 31 on page 57
Adenocarcinoma
El adenocarcinoma es una neoplasia derivada del urotelio que histológicamente muestra
un fenotipo glandular puro y constituye menos del 2% de todos los tumores vesicales
malignos. Incluye el adenocarcinoma vesical primario de vejiga urinaria y el carcinoma
uracal.
Es más frecuente en varones en una proporción 2.6:1 y presenta un pico de incidencia
en la sexta década de la vida.
El síntoma más frecuente es la hematuria seguido de la disuria y raramente presenta
mucosuria.
Macroscópicamente este tumor puede ser exofítico, papilar, sesil, ulcerado o infiltrante
exhibiendo un aspecto gelatinoso.
Microscópicamente el adenocarcinoma puro puede mostrar diferentes patrones de
crecimiento. Estos incluyen: tipo entérico (colónico), forma de adenocarcinoma no
específica, células en anillo de sello, mucinoso (coloide), células claras, hepatoide y
mixto.
Fig. 32 on page 58 , Fig. 33 on page 59 y Fig. 34 on page 60
Página 32 de 65
Carcinoma de célula pequeña
El carcinoma de célula pequeña es una neoplasia neuroendocrina maligna derivada del
urotelio que histológicamente simula su homólogo pulmonar.
El síntoma más frecuente es la hematuria macroscópica. Otros síntomas incluyen disuria
y dolor abdominopélvico localizado.
Aproximadamente un 56% de los pacientes presentan enfermedad metastásica en el
momento del diagnóstico.
La mayoría de los carcinomas de célula pequeña del tracto urinario se originan en la
vejiga urinaria. El tumor puede presentarse como una masa sólida aislada, polipoide,
nodular con o sin ulceración y puede infiltrar de forma extensa la vejiga urinaria.
Están constituidos por células pequeñas con molde nuclear, citoplasma discreto y núcleo
con cromatina finamente punteada siendo el nucleolo apenas visible. Las mitosis están
presentes y pueden ser frecuentes.
La expresión neuroendocrina
inmunohistoquímicos.
se
identifica
habitualmente
por
métodos
Este tipo de tumores se caracteriza por presentar un curso clínico agresivo con invasión
vascular y muscular precoz. La supervivencia media a los 5 años en pacientes con
enfermedad vesical local por carcinoma de célula pequeña es del 8%.
Fig. 35 on page 61 y Fig. 36 on page 61
Afectación secundaria maligna
La causa más frecuente de afectación secundaria maligna de la vía urinaria es la
extensión directa fundamentalmente de sarcomas y carcinomas de cérvix, próstata,
vejiga urinaria, colon y útero. Por TC se identifican como estenosis irregulares con
engrosamientos murales focales hipercaptantes.
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Images for this section:
Fig. 3: PIELONEFRITIS CRÓNICA. Riñón izquierdo de aspecto atrófico, observando
adelgazamiento cortical y cambios cicatriciales. Se asocia engrosamiento espiculado
piélico identificando litiasis impactada proximalmente a la anastomosis ureteroileal
(Antecedente de cistectomía radical tipi Bricker).
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Fig. 4: PIELONEFRITIS XANTOGRANULOMATOSA. Mujer de mediana edad con
clínica de fiebre y dolor lumbar derecho. La ecografía muestra un riñón derecho
aumentado de tamaño con dilatación calicilial y contenido heterogéneo/ecogénico,
objetivando foco hiperecogénico central con sombra acústica posterior (flechas)
correspondiente a un cálculo alojado en la pelvis renal.
Página 35 de 65
Fig. 5: Pielonefritis xantogranulomatosa. Se practicó estudio con TCMD visualizando
MPR coronal (A) e imágenes axiales (B) que muestran nefromegalia derecha (14 cm
de longitud) con adelgazamiento cortical aparente y extensas áreas centrales de baja
atenuación identificando litiasis alojada en la pelvis renal (flecha). Se identifica además
otra litiasis ubicada en grupo calicial superior (punta de flecha).
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Fig. 6: PIELONEFRITIS aguda y crónica XANTOGRANULOMATOSA. A) Imagen
macrocópica que corresponde a pieza de nefrectomía derecha seccionada
coronalmente. La arquitectura normal del riñón se encuentra borrada por múltiples
lesiones nodulares amarillentas correspondientes a abscesos, algunas de ellas con
quistificación y hemorragia central. El parénquima renal es marcadamente atrófico
y se aprecian extensas áreas de fibrosis tanto en el hilio renal como en la grasa
perirrenal. Nótese la presencia de un cálculo coraliforme alojado en la pelvis. B) Imagen
microscópica de un granuloma con histiocitos epitelioides en el centro y una corona
linfocitaria en la periferia. C) Componente inflamatorio agudo constituido por leucocitos
polimorfonucleares neutrófilos y componente inflamatorio crónico xantomatoso integrado
por histiocitos con citoplasma finamente vacuolado o espumoso.
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Fig. 7: PIELOURETERITIS derecha post cistectomia radical con anastomosis
ureteroileal tipo Bricker. Estudi axial con TCMD que muestra engrosamiento mural
hipercaptante de todo el sistema pieloureteral derecho.
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Fig. 8: Pieloureteritis izquierda litiásica. Imágenes axiales con TCMD en fase nefrográfica
que muestran un engrosamiento mural en unión pieloureteral inflamatorio causado por
cálculo impactado en esta localización.
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Fig. 9: A) Ureteritis aguda y crónica. Imagen microscópica panorámica de una sección de
pared ureteral en la que destaca un prominente infiltrado inflamatorio en lámina propia y
submucosa. B) Detalle de la imagen anterior en el que se aprecia marcado componente
inflamatorio de tipo crónico en la lámina propia ureteral, así como inflamación aguda en
forma de exocitosis de leucocitos polimorfonucleares neutrófilos a través del urotelio.
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Fig. 10: CISTITIS GLANDULAR. Ecografía localizada de la vejiga urinaria en los planos
sagital (A-B) y axial (C) que muestra una vejiga de morfologia respetada observando
presencia una formación nodular sólida y lobulada con foco cálcico y sin flujo en
su interior. D) Imagen histológica de la biopsia vesical en la que se aprecia urotelio
normal en el extremo derecho de la imagen y una proliferación epitelial nodular con
metaplasia glandular de tipo intestinal (colónico) en la lámina propia vesical (esquina
inferior izquierda).
Fig. 11: NEOPLASIA UROTELIAL PIELOCALICIAL DERECHA. La UIV muestra defecto
de repleción pièlico irregular que se extiende a grupo caliacial superior.
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Fig. 12: NEOPLASIA UROTELIAL PIELOCALICIAL DERECHA. El estudio axial por
TC demuestra el defecto de repleción piélico irregular que se extiende a grupo calicial
superior correspondiente a la neoproliferación.
Fig. 13: TUMOR UROTELIAL PIELOCALICIAL. Reconstrucciones coronales de TCMD
en fase nefrográfica y en fase excretora que demuestran la existencia de una lesión
neoproliferativa piélica derecha. La lesión presenta densidad de partes blandas y realza
con contraste en FN, mostrándose como un defecto y distorsión de la repleción en FE.
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Fig. 14: CARCINOMA DE CÉLULAS TRANSICIONALES PIÉLICO. Imágenes axial y
coronal en FN que muestran formación sólida hipercaptante ocupando pelvis renal
izquierda. En las imágenes axial y coronal en FE la lesión se identifica como un defecto
de repleción.
Fig. 15: CARCINOMA URETERAL DISTAL DERECHO. Imágenes coronales de TCMD
que muestran tumoración sólida endoluminal ocupando uréter distal derecho (flechas).
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Fig. 16: CARCINOMA UROTELIAL MULTIFOCAL, ureteral izquierdo y vesical. A) Las
RMP de TC muestran focos de engrosamiento tumoral afectando el uréter izquierdo
proximal y distal además de proliferación sólida endovesical (flechas). B) Imagen axial
que muestra tumoración endoureteral izquierda (flecha). C) Imagen ecográfica que
nuestra la lesión sólida perimeatal izquierda (flechas). D) Imagen axial de TC que
demuestra afectación vesical y ureteral inferior (flecha).
Página 44 de 65
Fig. 17: A) Carcinoma urotelial papilar, grado 2, pTa. Pieza de nefroureterectomía
izquierda con marcada atrofia parenquimatosa renal e hidronefrosis. En el uréter se
identifica una lesión exofítica, carnosa, friable y con áreas hemorrágicas, que se extiende
a lo largo de prácticamente todo el trayecto ureteral y que ocupa el 100% de su perímetro.
B) Detalle de la imagen anterior.
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Fig. 18: DISPLASIA UROTELIAL. Imágenes axiales de TCMD realizado en fase
nefrográfica (A) y en fase excretora (B) que muestran la presencia de dos pequeñas
proliferaciones papilares en la pared antero-superior de la vejiga urinaria (flechas y punta
de flecha).
Página 46 de 65
Fig. 19: DISPLASIA UROTELIAL. A) Imagen axial e imagen coronal (B) por TC que
muestran las pequeñas proliferaciones papilares. C) Imagen microscópica de un urotelio
que muestra aumento del tamaño nuclear y de la densidad cromatínica (hipercromasia).
Los núcleos se vuelven redondeados y pierden la polaridad, es decir, dejan de orientarse
perpendicularmente al eje mayor del estroma. A comparar con la imagen de urotelio
normal (D).
Página 47 de 65
Fig. 20: CARCINOMA UROTELIAL PAPILAR vesical G1pTa. A) Imagen axial por TC
que con vejiga urinaria a moderada repleción observando lesión polipoide endoluminal
en cara anterior de 14 mm compatible con tumor vesical (flecha). B) Se trata de un
carcinoma urotelial papilar de bajo grado histológico (grado 1), no infiltrante (pTa).
Microfotografía a pequeño aumento en la que se aprecia la arquitectura papilar de la
lesión, con ejes conectivos fibrovasculares revestidos por urotelio neoplásico. C) Detalle
de la imagen anterior. El urotelio muestra rasgos displásicos, pero no se observan
diferencias marcadas en el tamaño y la forma nucleares, ni en la ordenación arquitectural
de las células uroteliales (displasia de bajo grado, grado 1).
Página 48 de 65
Fig. 21: CARCINOMA UROTELIAL INFILTRANTE. Imágenes axiales de TCMD que
muestran la vejiga urinaria sondada a baja repleción, con engrosamiento mural
epicentrado sobre margen ínfero-lateral izquierdo compatible con tumor. Hematoma
extraperitoneal parcialmente incluido en las imágenes en relación a antecedentes de
drenaje (punta de flecha).
Página 49 de 65
Fig. 22: A) Microfotografía a pequeño aumento en la que se identifica urotelio conservado
en la esquina superior derecha de la imagen y una proliferación urotelial neoplásica
en forma de pequeños nidos tumorales que infiltran desde lámina propia hasta capa
muscular propia vesical (mitad izquierda de la imagen). B) Imagen a mayor aumento en
la que se observa infiltración de haces de tejido muscular liso de la capa muscular propia
por la proliferación urotelial neoplásica. C) Secciones axiales de la vejiga en las que se
observa una superficie mucosa ulcerada, así como una lesión blanquecina que afecta
a la capa muscular propia y la grasa perivesical. Asimismo, se aprecia una solución de
continuidad en la sección inferior.
Página 50 de 65
Fig. 23: CARCINOMA UROTELIAL INFILTRANTE. A) Carcinoma urotelial de alto grado
(grado 3), pT3b. Pieza de cistoprostatectomía radical abierta por la cara anterior.
En la pared posterior se aprecia un área ulcerada y hemorrágica (la pintura con
distintos colores obedece a razones de identificación de los márgenes de resección
quirúrgicos).B)Imagen a mayor aumento en la que se observa infiltración de haces de
tejido muscular liso de la capa muscular propia por la proliferación urotelial neoplásica.
C)Tejido adiposo perivesical infiltrado por el carcinoma urotelial.
Página 51 de 65
Fig. 24: CARCINOMA UROTELIAL papilar con FENOTIPO PLASMOCITOIDE. La
ecografía (A,B) muestra una ocupación de la luz vesical por una tumoración sólida
de aspecto sésil. C) Carcinoma urotelial papilar con fenotipo plasmocitoide, grado 3,
pT1b. Imagen microscópica de una lesión urotelial neoplásica de arquitectura papilar.
D) Detalle de la imagen anterior. La lesión es de alto grado histológico, integrada por
células neoplásicas que muestran núcleos con contornos marcadamente irregulares,
hipercromáticos, con figuras ocasionales de mitosis. Los citoplasmas son relativamente
amplios y el núcleo se halla marginado, lo que confiere a las células tumorales un aspecto
similar al de una célula plasmática.
Página 52 de 65
Fig. 25: METASTASIS GANGLIONAR DE CARCINOMA UROTELIAL. A) Imagen
axial de TCMD que muestra importante componente adenopático ilíaco izquierdo
con centro de aspecto necrótico y periferia hipervascular afectando parcialmente
hueso ilíaco homolateral (punta de flecha en A). B) Adenopatía inguinal izquierda de
similares características siendo todas ellas compatibles con afectación metastásica. C)
Reconstrucción multiplanar coronal. Adenopatía inguinal izquierda referida previamente
(asterisco).
Página 53 de 65
Fig. 26: METÁSTASIS GANGLIONAR de carcinoma urotelial en adenopatia inguinal
izquierda. A) La ecografía muestra dos nóduls sólidos correspondientes a adenopatías
de aspecto patológico (la mayor de 30 mm) localizadas en área inguinal izquierda. B)
Imagen microscópica panorámica de una biopsia de aguja realizada con tru-cut 16G en
la que en el extremo inferior derecho se identifica celularidad linfoide, compatible con
ganglio linfático, y en el extremo superior izquierdo, una proliferación epitelial. C)Detalle
de la imagen anterior. La celularidad epitelial corresponde a epitelio transicional o
urotelio.
Página 54 de 65
Fig. 27: METÁSTASIS ÓSEAS DE CARCINOMA DE CÉLULAS TRANSICIONALES
pT1GIII. Paciente varón de 60 años con antecedente de RTU de tumor vesical
correspondiente a carcinoma de células transicionales pT1GIII. Tres años después
presentó además de una recidiva local, afectación ósea en forma de lesiones
radiolucentes sobre pubis izquierdo (punta de flecha en A, reconstrucción coronal TCMD
óseo) y metáfisis humeral izquierda (flecha en B). Posteriormente se produjo una fractura
patológica de fémur que se trató con un enclavado medular. Radiografía convencional
en C y D. Fractura: asterisco en D.
Página 55 de 65
Fig. 28: METÁSTASIS ÓSEAS DE CARCINOMA DE CÉLULAS TRANSICIONALES
pT1GIII(continuación de caso anterior): A. Biopsia de fémur proximal, metástasis de
carcinoma urotelial. En la imagen se aprecia una trabécula ósea no decalcificada inmersa
en tejido conectivo que muestra infiltración por una proliferación epitelial neoplásica
formando nódulos de tamaño variable (flechas). B. Detalle de la imagen anterior. La
proliferación neoplásica muestra fenotipo urotelial.
Página 56 de 65
Fig. 29: CARCINOMA ESCAMOSO. Imágenes axiales por TCMD en fase nefrográfica
(A) y en dase excretora (B) que muestran engrosamiento mural de pared anterolateral derecha de vejiga urinaria que se realza tras la administración de contraste y
presenta crecimiento endoluminal. Se observan signos que sugieren infiltración de la
grasa perivesical adyacente a la pared lateral derecha de la vejiga (punta de flecha).
Fig. 30: CARCINOMA ESCAMOSO de vejiga urinaria. A) Imagen macroscópica de
cistoprostatectomía radical abierta por la cara anterior, en la que se observa una lesión
exofítica blanquecina y hemorrágica, friable, localizada en la cara anterior vesical desde
el trígono hasta la cúpula. B) Secciones axiales de la vejiga en las que se identifica
la lesión tumoral, exofítica, sólida, que infiltra macroscópicamente la grasa perivesical
(pT3b).
Página 57 de 65
Fig. 31: CARCINOMA ESCAMOSO vesical. A) Imagen microscópica de una sección
vesical en la que se observa mucosa normal en la mitad izquierda y la proliferación
neoplásica en la mitad derecha. B) La lesión neoplásica infiltra la grasa perivesical.
C) Detalle de la diferenciación escamosa del tumor, con presencia de células
disqueratóticas en el centro y en la mitad izquierda de la imagen. Las células neoplásicas
son poligonales, de límites bien definidos, con citoplasmas amplios, eosinófilos, de
textura fibrilar y con núcleos grandes, irregulares, con nucleolo prominente.
Página 58 de 65
Fig. 32: ADENOCARCINOMA de vejiga urinaria. Estudio con TCMD en fase nefrográfica
que muestra imágenes axiales (A), imagen coronal (B) e imagen sagital de la
vejiga urinaria de paredes engrosadas e irregulares objetivando la presencia de
formación papilar exofítica sobre margen posterolateral e inferior sugestiva de afectación
neoplásica.
Página 59 de 65
Fig. 33: ADENOCARCINOMA de vejiga urinaria. A) Imagen axial por TC en fase
nefrográfica centrada en vejiga que muestra un engrosamiento predominante en
pared posterolateral derecha. B) Imagen macroscópica que corresponde a la pieza
de cistoprostatectomía radical abierta por la cara anterior, con una lesión ligeramente
sobreelevada, papilaroide, con áreas ulceradas y deprimidas en el área perimeatal
derecha. C) Sección axial de la vejiga con una lesión nodular exofítica blanquecina y un
área de mucosa ulcerada adyacente. El tumor infiltra la capa muscular propia vesical
hasta su porción externa (pT2b). D) Imagen microscópica en la que se observa una
proliferación neoplásica constituida por glándulas, infiltrando los haces de músculo liso
de la capa muscular propia vesical.
Página 60 de 65
Fig. 34: ADENOCARCINOMA de vejiga urinaria. A) Imagen microscópica en la que se
observa una proliferación neoplásica constituida por glándulas, infiltrando los haces de
músculo liso de la capa muscular propia vesical. B) Detalle de la imagen anterior.
Fig. 35: CARCINOMA UROTELIAL DE CELULAS PEQUEÑAS. Imágenes de TC axiales
en fase nefrográfica centradas en la pelvis que muestran un marcado engrosamiento
mural de la hemicistos derecha que presenta una elevada captación del contraste e.v.
administrado.
Página 61 de 65
Página 62 de 65
Fig. 36: CA UROTELIAL CA DE CELULAS PEQUEÑAS: A. Carcinoma urotelial con
componente mayoritario de célula pequeña. Proliferación neoplásica de alto grado
con células de escaso citoplasma, núcleos hipercromáticos con cromatina gruesa "en
sal y pimienta" (flecha) y numerosas figuras de mitosis (punta de flecha). B. Imagen
microscópica del componente de carcinoma urotelial de la lesión anterior. Se trata de un
tumor con diferenciación escamosa.
Fig. 37: TUMOR VESICAL INFILTRANTE. Imágenes Axiales de TC que muestran
un engrosamiento mural vesical patológico de predominio anterolateral derecho.
observando trabeculación de la grasa perivesical y nodularidad asociada (flecha).
Página 63 de 65
Conclusiones
La patología urotelial abarca una amplia variedad de lesiones que debemos conocer y
reconocer en los estudios de imagen, siendo interesante profundizar en su correlación
anatomopatológica, sin olvidar nunca el contexto clínico del paciente.
Aunque la ecografía continua siendo la técnica de estudio inicial de la vía urinaria,
la TCMD multifásica es una técnica de gran precisión morfológica en la evaluación
de la patología de la vía urinaria y su repercusión en las estructuras adyacentes,
aportando además información relevante sobre el funcionalismo renal. La urografía por
RM constituye una técnica complementaria en auge.
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