Los Bienaventurados Enraizados en Cristo: a dos años de ser expulsados. Durango, México, martes 30 de julio del 2013. Por: Patricia Oviedo El 14 de mayo del 2011 fue decisivo para 26 familias que fueron expulsadas, entre gritos, golpes y disparos del ejido Pushilá, en el Estado de Chiapas, México, por abrazar el cristianismo y debido a constantes amenazas recibidas por parte de católicos tradicionalistas. Puedo imaginar los pies descalzos atravesando el camino delineado entre plantas y tierra, la respiración agitada, en busca de la libertad negada a causa de sus creencias; la incertidumbre de saber dónde están los demás integrantes de su familia. Ese instinto de supervivencia hizo que padres llegaran a la comunidad de Nueva Galilea sin sus hijos; las familias quedaron dispersas al ser bloqueadas las cuatro salidas, algunas mujeres y niños rodearon el cerro para salir de la comunidad. Cada uno tiene presente esa madrugada de mayo, donde dejaron atrás sus viviendas, sus animales y sus cosechas. La persecución por parte de los católicos empezó en el 2008 afirma Carmelino González Aguilar (líder de la iglesia perseguida), los conflictos pasaron a la asamblea general encabezada por la autoridad municipal, donde se expusieron las demandas, se abrió el diálogo para después darle seguimiento a la situación, los casos más comunes eran la negación a servicios como: electricidad, agua, educación, trabajo comunal y de cooperación. Lo que ellos más recuerdan es que en este mismo año llegó el evangelio a sus vidas. Machetes palos y balas El 14 de mayo los cristianos de esta comunidad fueron hostigados en sus casas, sus esposas, madres y hermanos recibieron las amenazas de muerte, algunos de ellos fueron golpeados, solo Dios pudo evitar el posible linchamiento que se aproximaba entre machetes, piedras, palos y balas. En la actualidad hay cuatro familias recién convertidas que ahora sufren persecución por parte de los católicos tradicionalistas. Pese a las circunstancias ellos son optimistas esperan regresar a Pushilá, trabajar sus tierras y vivir en paz, esperan que el gobierno gire orden de aprensión contra los involucrados, buscan seguridad para ellos y sus familias. Estamos al servicio del movimiento misionero latino. Encuéntranos también en: Vamos, SIM Justicia Hasta ahora las autoridades (federales y estatales) no han intervenido para que se respete su libertad de creencias, ni tampoco organizaciones como Derechos Humanos (DD.HH); a pesar de que el artículo 24 de la Constitución Mexicana habla sobre la libertad religiosa y de los 30 DD.HH el único artículo que se respeta para este grupo de cristianos es el derecho a una nacionalidad. Podría seguir recapitulando lo sucedido o hablar de todos sus derechos violados, o de las condiciones marginales en las que viven estas familias por falta de educación, higiene, vivienda, salud, etc. Pero; mi intención es pintar un paisaje distinto. Lo cierto es que sus ojos están llenos de paz, porque están enraizados en lo eterno y no en lo terrenal, la confianza que tienen en Jesucristo hace pasajero su sufrimiento. Dios está con ellos, y se siente entre las mujeres que muelen el nixtamal, entre los niños que se divierten silbando con las hojas de los árboles y también, en las niñas que con un caminar pausado se aprietan el reboso que envuelve un bebé encorvado de cachetes resecos, todos ellos reflejan a Dios, y mantienen intacta su fe que a pesar de sus condiciones de vida repleta de discriminación y falta de oportunidades, se mantienen “como viendo al Invisible”, mismo que se hace visible en su sustento diario. Cuando los escuche cantar me quebrante son muchas las aflicciones que vivimos en la tierra, de cuando se siente triste mejor le voy adorar….hermano porque estas triste recuerda que haya en el cielo riquezas de gloria están, al escuchar las bienaventuranzas en tojolabal entendí que se describen a sí mismos, ellos son los bienaventurados, “padecen persecución por causa de la justicia, de ellos es el reino de los cielos”. Ahora ellos están refugiados en el predio de Ricardo García Jiménez en la comunidad de Carmen Rusia, es un establo donde habitan estas familias que esperan pronto volver a Pushilá, agradecen a las iglesias que llevan provisiones y las oraciones de todos aquellos que están al pendiente de su situación, si está interesado en contactarlos puede buscarlos en [email protected]. Pues sus vidas son un testimonio fidedigno de la palabra del Señor “que estamos atribulados en todo, más no angustiados; en apuros más no desamparados; perseguidos más no desamparados, derribados pero no destruidos…Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” 2 de Corintios 4:8-17. Estamos al servicio del movimiento misionero latino. Encuéntranos también en: Vamos, SIM Estamos al servicio del movimiento misionero latino. Encuéntranos también en: Vamos, SIM