" El lugar la utopía americana según José Gaos", en Arévalo, H

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ENTRE EUROPA Y AMÉRICA: ESTUDIOS DE FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA EN LENGUA
ESPAÑOLA
Héctor Arévalo
Gerardo Bolado
© UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA
Ecuador 3.0 By NC ND
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Primera edición
ISBN - 978-9942-08-684-6
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el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
2015
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
1. El lugar de la material utopía humana. La
“utopía americana” de José Gaos
Héctor Arévalo Benito.
Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador)
José Gaos (Asturias, 1900- México D.F., 1969), quien fuera discípulo,
colega y amigo de Ortega y Gasset durante la conocida Escuela de Madrid
en la España del primer tercio del pasado siglo, es uno de aquellos
autores que no han sido muy estudiados en nuestra lengua. Con sólo
tres tesis doctorales acerca de su pensamiento y obra (la cual está en
torno a los veinte volúmenes), aún queda mucho por conocer sobre su
pensamiento. Lo traemos aquí a las mientes, pues el gran Arturo A. Roig,
en su Esquemas para una historia de la filosofía ecuatoriana (1977),
sí menciona a Leopoldo Zea, y a otros filósofos del círculo de Zea, pero
no parece tratar la filosofía de José Gaos. Como veremos en este escrito
que aquí presentamos, Gaos publicó hace ya 70 años sobre el tema de la
historiografía del pensamiento en la América de lengua española. Esto le
convierte en pionero. Aquí recogeremos algunas alusiones y noticias de
Gaos sobre pensadores ecuatorianos como Montalvo, Peralta, Belisario
Quevedo, etc…, así como iberoamericanos. Pero nos centraremos en su
visión general sobre la cuestión.
Así pues, en este texto sobre José Gaos recogemos qué ideas serán las
que nos corroborarán (o negarán) que, en palabras de nuestro asturiano
universal, América complete la Tierra: “América, el último lugar sobre
la Tierra para la material utopía humana; y utopía, trascendencia” (Gaos:
1990, 117), idea que puede ser entendida como colofón a su concepción
del pensamiento hispanoamericano. Para ello, nos referiremos a las ideas
de una conferencia171 impartida por Gaos en Abril de 1944 en El Colegio
171 GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., Tomo V, El pensamiento
hispanoamericano. Antología del pensamiento de lengua española en la edad contemporánea.
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Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
de México de México, y que aparecerá posteriormente publicada en la
Antología del pensamiento de lengua española contemporánea que
Gaos recopila en 1945, y recogida por Salmerón en 1993 (Gaos: 1993,
25-62).
Para José Gaos el pensamiento del hombre nacido en España, y
que posteriormente se prodigó en tierras americanas e ibéricas desde
la Edad Moderna, era un pensamiento arquetípico de un buscador de
la utopía horizontalmente hablando: pues este tipo de hombre ha
prolongado sus sueños medievales de Dios, en vías de extinción, a la otra
orilla. Así pues, esta otra vida, según el asturiano-mexicano, se realizará
en América: pues ya nos ha dicho que esta tierra es “el último lugar”172
para dicha utopía, y trascendencia. Y frente a lo que se pueda pensar, esta
material utopía sí se concretará, en su opinión, si conseguimos hacer ver
al resto de los pueblos que la única meditación posible para continuar
en el mundo es una meditación de nuestra vida. Y ésta, dirá Gaos, sabe
hacerla mejor que nadie nuestra cultura escrita en lengua española.
(Prólogo de Elsa Cecilia Frost), México UNAM, 1993, pp. 25-62. La conferencia apareció publicada
en Jornadas-12 El Colegio de México [1944], pp. 9 -50, y se trata de una publicación de El
Colegio de México, como decimos, que presumiblemente vio la luz en 1944 con ese título: “El
pensamiento hispanoamericano”. Con relación a la historia de esta publicación de Gaos en esta
Revista, puede verse, la opinión de su alumno Fernando Salmerón, cuando afirma que la ponencia
de Gaos “El pensamiento hispanoamericano apareció en 1944, en el número 12 de Jornadas,
que no consigna año de publicación, cuando este órgano del Centro de Estudios Sociales de El
Colegio de México no tenía carácter permanente”. Este carácter permanente comenzó a partir
del número 24, “muy probablemente por el director del Centro, José Medina Echavarría”. Así,
Salmerón afirma que “por esta advertencia del número 24, y por otras informaciones contenidas
en el cuaderno de Jornadas que publicó el texto de Gaos y las intervenciones de los participantes,
se puede establecer que la ponencia fue presentada en el segundo seminario colectivo de
aquel centro, dentro del primer semestre de 1944, precisamente en la sesión del 13 de abril”.
Después del seminario, “Gaos completó para la publicación el resumen ofrecido en esa fecha
y la presentación oral”. Cfr. SALMERÓN, F., <<Nota del coordinador de la edición>>, en –y
para dar la referencia completa-: GAOS, JOSÉ, O. C., T. V, El pensamiento hispanoamericano.
Antología del pensamiento de lengua española en la edad contemporánea. Prólogo de Elsa
Cecilia Frost, México, UNAM, 1993, 1197 págs., p.17.
172 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española…, p. 107.
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Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
De este modo, considerará que la meditación de “nosotros,
los hombres de lengua española hoy” (Gaos: 1990, 104), y que
llevamos a cabo desde la Edad Moderna y la Ilustración hasta la Edad
Contemporánea, ha versado de forma principal sobre la inmanente
circunstancia, y así debemos reconocerlo y estudiarlo. Al respecto, Jose
Gaos afirma que, realmente, le apenaba mucho que Ortega entendiese a
la América hispánica “tan sólo como una circunstancia más dentro de la
[circunstancia] universal”:
“Es de sentir que Ortega mismo no viera, es decir, en la raíz,
viviera desde el primer momento la unidad de la circunstancia
hispano-americana […]”173 .
Así, la América hispánica puede ser ciertamente una circunstancia
más dentro de lo universal (Ortega), pero lo importante, para José Gaos,
en realidad era la unidad de la circunstancia hispano-americana. Y esta
actitud orteguiana hacia la América hispana venía determinada en buena
medida para Gaos por el propio ego de Ortega –cuando no, por cierto
etnocentrismo occidentalista:
“[…] el motivo de […] [las] relaciones [de Ortega] con América:
entusiasmos, reconocimiento de influjo, una idea del continente
como la insinuada en la secuencia de Hegel, un abandono del
continente [Americano] como el que acaba de hacer”174 .
173 Ib., p. 76. No obstante, Gaos ya había hecho alusión al “programa de <<salvaciones>> de
las <<circunstancias>> españolas”, como algo propuesto por Ortega desde 1914 en otra
obra anterior, publicada en Febrero de 1942: “Cuarto a espadas: ¿Filosofía <<americana>>?”,
en Ib., pp. 291-296. Este texto último vio la luz, por vez primera en la revista mexicana Cima,
exactamente en el número 5 (Febr. 1942), pero la crítica de Gaos a Ortega no aparece hasta 1944.
174 Ib.He aquí, decimos, una crítica a Ortega por parte de Gaos; sin embargo, Gaos no deja de
reconocer todo lo bueno que debe a Ortega. Así, Gaos considera que Ortega, es, al mismo
tiempo “quien parece más ajeno a tal aspecto y quien sin embargo más patentemente pone de
manifiesto el origen uno de todo él”. De hecho, para Gaos Ortega supuso “una culminación” con
relación al interés por el pensamiento hispanoamericano, afirma “a pesar de lo dicho al final del
aparte anterior” (es decir, de la crítica que citamos más arriba), y también a pesar de la “distancia
entre su obra en general y su acción o actitud política en particular” respecto a España. Todo ello,
afirma Gaos, pone de manifiesto que su interpretación de Ortega no es meramente la de una
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Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Pero, vayamos pues, directamente a lo que nos interesa; antes de
la Ilustración, afirmará Gaos, también hubo otras formas destacables del
pensamiento en lengua española: las primeras aportaciones de nuestro
pensamiento al universal se iniciaron también a comienzos de la Edad
Moderna, y se ofrecieron a través de la mística175, el escolasticismo y
el Renacimiento (Gaos: 1990, 50 y ss.). Veamos el camino, pues, que
lleva hasta ellas, y si nuestra cultura puede, según Gaos, ofrecer algo
aún al conjunto del saber. Pues quizá sea cierto eso de que nuestro
pensamiento, como “hispanoamericanos”, ya viniera siendo muy original
incluso antes de la propia Edad Moderna…
1.
Sobre el “pensamiento alfonsí ”
De hecho, y frente a la idea que ha venido defendiendo en el denso
texto escrito entre 1942 y 1943176, en la mencionada ponencia de 1944
Gaos retrotrae el nacimiento del pensamiento español hasta el siglo XIII,
con Alfonso X El Sabio (1221-1284):
“En España hay pensamiento desde la Edad Antigua, a lo largo
de toda [Edad] Media […] [sin embargo] no hay pensamiento
propiamente español hasta que empieza a expresarse en lengua
española, aunque siga expresándose en la tradicional latina. En
todo caso, tras unos precedentes cercanos y cuya importancia
“devoción ciega, acrítica, impertérrita, de discípulo”, sino que, más bien “sin perder la devoción
al maestro, no le [he] seguido en todo sus pasos, especialmente y desde un principio en los
políticos”. Ib.p. 76.
175 Sobre las relaciones entre filosofía y mística en Gaos, puede verse lo que señala el profesor
Salvador Feliú, de la Universidad de Valencia (España), quien afirma que puede ampliarse
acerca de la preocupación de Gaos sobre este tema en el tomo III de las Obras Completas.
FELIÚ, SALVADOR, “Circunstancia y anomalía”, en SEVILLA, SERGIO (ed.): Visiones sobre un
transterrado. Afán de saber acerca de José Gaos. Madrid/Frankfurt am Main, Iberoamericana/
Vervuert, 2008, pp. 157-179, p. 162, n.12. Ciertamente, se trata de una preocupación muy
presente en toda la obra gaosiana.
176 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española. Pensamiento
Español. Prólogo de José Luis Abellán. Coordinador: Fernando Salmerón. México,
UNAM, 1990, 417 págs.
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Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
mayor es serlo, hay desde Alfonso el Sabio un pensamiento de
lengua española” (Gaos: 1993,37)
Gaos no había señalado hasta esta conferencia de abril de 1944
–o, al menos, no en los tres textos escritos sobre el tema entre 1942 y
1943, y publicados en 1945-, el papel que pudo desempeñar Alfonso X
el Sabio con relación a los inicios propiamente dichos del “pensamiento
de lengua española”. Así, y en consonancia con lo que afirmara el
filólogo y especialista Francisco Giménez Menéndez, debemos decir que
con respecto al comienzo histórico de este pensamiento propiamente
español que defiende José Gaos, es cierto que aunque desde el siglo X ya
contáramos con romances (v.g. Glosas Emilianenses y Glosas Silenses),
“la consolidación de un sistema estable de escritura del romance
castellano no se presenta hasta el siglo XIII, especialmente bajo el
reinado de Alfonso X” 177.
Tiene razón Gaos cuando considera que esos textos de “poco
antes”178 de Alfonso X El Sabio –que, entre algún otro, probablemente
son aquéllos a los que se refiere Giménez Menéndez-, si bien es cierto
que pudieron ser “obras de escasa originalidad en fondo y forma”179, sin
177 En palabras de Gímenez Menéndez. Con relación a la hipótesis gaosiana acerca de la “lengua”
común en la época de Alfonso X, es muy interesante mostrar la nota al completo de Giménez
–que confirmaría lo que apunta Gaos-: “Aunque las primeras muestras escritas de los romances
hispánicos se sitúan en el siglo X (Glosas Emilianenses, Glosas Silenses y Nodica de kesos de un
convento de Rozuela en León), la consolidación de un sistema estable de escritura del romance
castellano no se presenta hasta el siglo XIII, especialmente bajo el reinado de Alfonso X”.
(Cursiva nuestra). De hecho, se dan algunas de las razones de tal cambio: “La decidida voluntad
de configurar unos sistemas escritos vernáculos parece responder a las restricciones introducidas
por la pronunciación del latín medieval, con el propósito de facilitar la divulgación eficaz de
textos vernáculos, tales como sermones, donaciones, privilegios, etc.” GIMÉNEZ MENÉNDEZ,
FRANCISCO, <<Caracterización sociolingüística del “Libro de los primitivos privilegios de
Alicante de Alfonso X el Sabio>>, en Studia historica (in honorem Vicente Martínez Morellá),
Alicante, [Folleto], 1985, pp. 119-142, p. 119. [Mss.Foll 2.589, BNE].
178 GAOS, JOSÉ, <<Introducción>>, “Antología de lengua española en la Edad Contemporánea”,
O.C., T. V,…, p. 67.
179 Ib., p. 68. Y aquí el Gaos traductor, advierte de forma matizada: “Mas aunque de escasa
originalidad [aquellos textos “de poco antes”] pudieran ser de importancia: una traducción
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Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
embargo fueron fundamentales para los comienzos del pensamiento
de lengua española a causa de su “empleo de la lengua vulgar para dar
expresión al pensamiento en la literatura”180. Esta unidad en la lengua
podría ser síntoma -o quién sabe si sinónimo- de una unidad en un
pensamiento que ya se muestra incipientemente a través de la literatura,
y antes que en la filosofía, ya en aquellos siglos. Sin embargo, hay que
advertir que dichos textos cuasi-alfonsíes, Gaos sólo los quiere considerar
importantes en la medida en la cual son “precedentes de la obra de
Alfonso [X El Sabio]”, y en cuya obra aquéllas quedaban asumidas”181.
De esta manera, la obra alfonsí –afirma-182 “constituye […] una
enciclopedia de rasgos, como el del uso del romance, y significado
excepcionales entre las muchas de la Edad Media”: en este sentido, no
sólo se generalizaba el uso del romance, sino que el “significado” de la
obra destaca por encima del resto de las obras medievales: de hecho,
la obra Crónica General, “lleva con justicia el nombre del rey” 183, y de
ella destaca José Gaos el siguiente Fragmento de la Crónica General de
Alfonso X:
“Esta España que decimos, tal es como el Paraíso de Dios […]
España sobre todas es engañosa, atrevuda mucho et esforzada,
ligera en afán, leal al Señor, afincada en estudio, palaciana en
palabra, complida de todo bien; non ha tierra en el mundo que
la semeje en abondanza, nin se eguale en fortalezas, et pocas
ha en el mundo tan grandes como ella. España sobre todas es
puede serlo de una gran obra”. Ib.
180 Ib.
181 Ib.
182 Ib. En la conferencia de 1944, no es tan explícito, ya que sólo dice que la obra de Alfonso X
“integra una enciclopedia de rasgos e importancia únicos entre muchas de la Edad Media”.
GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., T. V…, p. 37. En el texto de la
<<Introducción>>, como vemos, recalca la importancia del significado.
183 GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., T. V…, p. 37 y GAOS, JOSÉ,
<<Introducción>>, “Antología de lengua española en la Edad Contemporánea”, O.C., T.
V,…, p. 68.
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Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
adelantada en grandez et mas que todas preciada por lealtad ¡Ay,
España, non ha lengua nin engeño que pueda contar tu bien!”184.
Este fragmento le parece representativo del comienzo, por lengua
y por significado, de nuestro pensamiento de lengua española, acaecido
para Gaos en pleno siglo XIII europeo:
“El pensamiento [propiamente español] se adelanta en presagio
del orto de la grandeza de España sobre el horizonte histórico.
Cuando sube por él, de ella es parte, y principal, el pensamiento”185.
Este pensamiento español nacido durante el siglo XIII, insinúa Gaos
que anunciaba, en cierto modo, el papel que en la historia iba a desempeñar
España como Imperio tras la llegada a América, y las subsecuentes
colonización (o descubrimiento) y expansión. En este sentido, Gaos
parece querer situar los antecedentes latinos de nuestro pensamiento
–aún no escrito en lengua española- en la época bajomedieval, antes de
la llegada a América y enraizando dicho pensamiento con la Edad Media,
e incluso con la Edad Antigua. Pues ya sabemos que había dicho que:
“En España hay pensamiento desde la Edad Antigua, a lo largo de
toda la Media”186.
Pero, como decimos, bien es cierto que todo este pensamiento
antiguo-medieval, al estar expresado exclusivamente en lengua
184 GAOS, JOSÉ, <<Introducción>>, “Antología de lengua española en la Edad Contemporánea”,
O.C., T. V,…, p. 68. En GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., T. V…, p. 37,
sólo cita la primera línea y las dos últimas líneas del texto que aquí transcribimos.
Para otras consultas, también hemos usado: Alfonso X El Sabio, Las Cantigas de Santa María (Vol. I)
[Códice Rico, Ms. T-I-1. Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial] (Coord.:
Laura Fernández Fernández y Juan Carlos Ruíz Sousa; Ed. crítíca de: Elvira Fidalgo Francisco),
Madrid, Patrimonio Nacional/Testimonio Compañía Editorial (Colección Scriptorium), 2011, 471
págs. La ventaja de esta edición, es la completa traducción de las Cantigas al castellano actual
(cfr. op. cit., p. 25).
185 GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., T. V…, p. 37 y ss.
186 Ib., p. 37.
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Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
latina187, para Gaos no era pensamiento propiamente español: pues
éste comenzaría en verdad cuando nuestro pensamiento “empieza
a expresarse en lengua española”188, al mismo tiempo que siguiera
haciéndolo en lengua latina. Fue así como, para nuestro pensador,
España se estrenó con este pensamiento propiamente español
“ […] a participar en el erasmismo, el humanismo y la llamada
filosofía del Renacimiento” 189.
Tenemos aquí, in nuce, una de las primeras conclusiones: el siglo XIII
en España, y gracias a los mencionados textos alfonsíes, es representativo
del comienzo, por lengua y por significado, de nuestro pensamiento de
lengua española, inicio gracias al cual pudo posteriormente comenzar
éste su participación en el eramismo, humanismo y filosofías renacentistas
europeas. En ellos aparecería reflejado, por ver primera, un pensamiento
de la grandeza –el cual, como se verá, acabo truncándose.
2.
Inmanentismo, pensamiento de la grandeza y pensamiento
de la decadencia.
En el texto escrito entre 1942 y 1943, “El pensamiento
hispanoamericano. Notas para una interpretación histórico-crítica”, Gaos
tampoco profundiza sobre la cuestión del pensamiento de la grandeza de
España y las causas de su decadencia. Sin embargo, sí menciona en aquél
que si España quería descubrir cuáles eran las causas de tal decadencia
en sus propias entrañas, debía de recuperar la reflexión sobre los años
inmediatamente anteriores a la Ilustración. Sólo de este modo podría
llevar a cabo “una revisión y crítica del pasado que había concluido
187 Téngase en cuenta que –justamente, hacia el final de su texto- en 1942-1943 Gaos no tiene
reparos en apuntar que Séneca ya era “pensamiento español”.
188 Ib. O, por entenderlo en términos más actuales, digamos que se refiere a “lengua romance”.
189 Ib., p. 38. Al respecto de esta pregunta que se va formando Gaos, sobre si existe una filosofía
española, hay muchísima bibliografía, pero hay un texto contemporáneo de especial riqueza por
su variedad y riqueza: ABELLÁN, J.L., FLÓREZ, R., HEREDIA, A., NÚÑEZ, D., REULA, J.A. y RIELO,
F. (1988). ¿Existe filosofía española? Madrid: Fundación Fernando Rielo.
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Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
en aquella decadencia” (Gaos: 1990, 38; para ampliar, id.: 38-49). Para
entender mejor este punto, volvamos de nuevo al texto de 1944, “El
pensamiento hispanoamericano”.
Ya hemos visto que con relación a España, Gaos afirma que desde el
principio del siglo XIII hay “un pensamiento de España, un pensamiento
español” 190; pero ahora toca analizar cómo va a profundizar sobre esta
idea, afirmando que éste “se presenta articulado en dos edades”:
“Una edad del pensamiento de la grandeza. Y una edad del
pensamiento de la decadencia”191.
Así, establecerá una relación entre el pensamiento de la grandeza y
las causas de su decadencia. Con relación al pensamiento de la grandeza
Gaos sostiene192 que debemos de ser conscientes de lo siguiente:
en cuanto objeto, en esta “grandeza” se incluye España pero también
América, y a ésta, en la medida en la cual también son objetos de
estudio todos los “hechos y problemas aportados o planteados por el
descubrimiento, conquista y colonización de América”.
Así pues -según Gaos193- en este pensamiento de la grandeza
nuestro pensamiento era en fondo y forma un “pensamiento integrado”
por pensamiento y filosofía, en parte, decíamos, “de lengua latina aún”,
y en parte, de “lengua española, la más perfecta que se haya escrito
jamás” sobre España. Sin embargo (y antes de perder la madeja del hilo
del razonamiento gaosiano…), debemos reparar en que en este sentido
afirma que hay un pensamiento de la grandeza que comenzaría a decaer
en pleno auge, existente incluso:
190
191
192
193
Ib., p. 40.
Ib.
Ib.
Ib., p. 41. Cursiva de Gaos.
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Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
“[…] aún antes de que el pensamiento de la grandeza decaiga en
tradición de didáctica rutina, un pensamiento cuyos comienzos
quizá deban hacerse remontar a algunos de los llamados
historiadores de Indias; con seguridad, a la literatura histórica,
política, y, principalmente, ascética inspirada por la rivalidad con
Inglaterra, el cisma de ésta y el desastre de la Invencible”194.
Para Gaos, esta “pérdida” de la literatura ascética vendría reflejada
en el pensamiento que formula Cervantes en sus obras. Es fundamental
reparar sobre cómo en éste, “la literatura histórica, política y especialmente
ascética” cumple un papel esencial, pues ya en el Quijote despuntaba
una “ideología” que hacía relación a este pensamiento de la decadencia.
De esta manera, en la gran obra de Cervantes se ve expuesta claramente
la siguiente situación:
“[…] los choques de la razón de la sinrazón quijotesca con la
realidad crecientemente irreal por obra de los burladores que
van desde los confabulados para afirmar la bacía yelmo hasta
los ducales empresarios de fantasmagorías y los barceloneses
autores de bromas burguesas simbolizan el fracaso del ideal
medieval e imperial de grandeza caballeresca en una inanidad
creciente”195.
Es el fracaso del ideal medieval e imperial el que se ve reflejado en
el Quijote: la inanidad de un pensamiento de la grandeza.
Rápidamente, tras el anterior apunte, y si seguimos estudiando
este texto de Gaos, nos menciona el nombre de Baltasar Gracián
(1601-1658) como parte y epígono del pensamiento de la grandeza,
pues considera que, paradójicamente, Gracián es al mismo tiempo el
último representante del pensamiento de la grandeza, a la vez que el
194 Ib., p. 38.
195 GAOS, JOSÉ, <<Introducción>>, “Antología de lengua española en la Edad Contemporánea”,
O.C., T. V,…, p. 72. Cursiva nuestra.
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primer representante del pensamiento de la decadencia196. También197
en su conferencia de 1944 afirmaba que Gracián era un “paradójico
representante” de este pensamiento de la grandeza.
No obstante, si situamos a ambos –Cervantes y Gracián- dentro de
un pensamiento de la grandeza, los dos hablarían acerca de:
“[…] el pensamiento cuyo objeto es la decadencia, que en
lo cultural desciende al punto más bajo de toda su trayectoria
histórica en la segunda mitad del siglo XVII”198.
En este punto, Gaos establecerá que el pensamiento de la grandeza
de España sucedió debido a dos razones:
(a) una participación “abortada” –afirma-, y a pesar de lo
mencionado en nuestra conclusión anterior: pues con relación al
pensamiento renacentista y reformista europeo sostiene que “España no
participa como [=en la misma medida] otros países en la Escolástica
cristiana de la Edad Media”, pues a pesar del “nombre glorioso” de
Ramón Llull (1233-1315), dice199, y de Alfonso X El Sabio (“algo parte
de aquella Escolástica”), Gaos sostiene que hubo una fatal interrupción
196 Ib. En este punto Gaos manifiesta sus dudas sobre si el Quijote pudo ser el primer representante
“fetén” del pensamiento de la decadencia, si bien es cierto que como afirma el propio Gaos quizá
sea irrelevante determinar quién fue “el primero”. De hecho, Gaos también ha manifestado en
otras ocasiones, y vuelve a afirmar aquí, estos límites borrosos entre los períodos de la historia
son posibles: “Estas paradójicas concomitancias de sucesivas y opuestas corrientes históricas en
una misma figura u obra no deben sorprender. Las divisiones de la historia no se reemplazan
en un punto y hora. Las posteriores se engendran en las entrañas de las anteriores y éstas se
extinguen en el seno de aquéllas”. Ib. Asimismo, Gaos vuelve a repetir en este texto –como en
el escrito entre 1942 y 1943- sus ideas acerca de la imposibilidad de hablar de compartimentos
estancos en el transcurso de los cambios en la historia. Con relación a Cervantes en Gaos, véase
el excelente texto: MORA, José Luis, “Lecturas del Quijote en el exilio”, en Sánchez Cuervo, A.
y Hermidade Blas, F. (Coords.), Pensamiento exiliado español. El legado filosófico del 39 y su
dimensión iberoamericana, Madrid, Biblioteca Nueva/CSIC, 2010, 322 págs., pp. 164-202.
197 GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., T. V…, p. 38.
198 Ib.
199 Ib., p. 51.
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en la incorporación a Europa que pudo deberse a que España fuera “la
defensora de la Cristiandad hacia fuera, contra el Islam”. Así pues, si en
1942 consideraba que se habían iniciado tres grandes aportaciones a la
historia universal de la filosofía por parte de nuestro pensamiento, sin
embargo en 1944 pondría de relieve que la existencia del “pensamiento
español”, ya presente en los textos alfonsíes, sin embargo no se incorporó
al universal con normalidad debido a nuestro papel en Europa como
defensores hacia el exterior de la cristiandad.
(b) En segundo lugar, España también tuvo una “participación
creadora y fundamental” en el pensamiento de la Contrarreforma. En
consecuencia, habrá que sumar la defensa del cristianismo hacia el
exterior en época medieval a esta postura contrarreformista –afirma200durante la Edad Moderna. Esto conformará la posición “tomada por
España” con respecto a la modernidad: pues España “defiende hacia
fuera a la Cristiandad”, pero mientras tanto “se transforma desde su
interior”. En esta suerte de filosofía de la Historia del pensamiento en
España que hace Gaos, éste considera que el proceso de desplome de la
grandeza sucedió de la siguiente manera:
“España triunfa decisivamente [con respecto] del Islam justo
por el tiempo en que esta transformación interna se hace
patente y que en [=durante] ella, España, descubre América y
va conquistándola y colonizándola, o por el tiempo en que se
constituye el Imperio Español. [En este momento] España había
empezado a participar en la modernidad “201.
España participa en la modernidad europea como defensora, y
“expansionadora” al mismo tiempo en América, de una posición católica
pre-luterana. Así, propone Gaos que ocurrió la siguiente reacción:
200 Ib.
201 Ib.
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Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
“Al hacerse patente aquella transformación [de la modernidad],
asume [España] la defensa, si no ya de la Cristiandad, de la
comunión católica, hacia dentro de la colectividad europea. Y se
cierra [en consecuencia] a la modernidad. Singularmente deja de
participar en la creación de la ciencia moderna”202.
Es un doble movimiento de cierre a la modernidad por parte de
España: pues antes del descubrimiento de América, España defendería a
la cristiandad europea del Islam (lo cual impidió que España se integrara
en el viejo continente); pero después del Descubrimiento, a España le
volvería a tocar el papel de defender el cristianismo, esta vez en forma de
catolicismo, y contra el protestantismo creciente en Europa. De nuevo,
España se vio obligada a dejar de participar en la modernidad europea.
Así pues –dentro de este segundo bloqueo- aportaríamos mística,
escolástica y pensamiento renacentista influyente, sí, pero dentro de los
limes de un catolicismo contrarreformista que, según Gaos, supuso para
España el segundo cierre a la mencionada colectividad europea. Pero hay
que tener muy en cuenta que también considera Gaos que esto significó
que, frente al protestantismo, España se volcase en la orilla americana de
lengua española. En este sentido, sucedió para Gaos que
“La propia conquista y colonización de América la concibe
[España] como una empresa de ganancias compensatorias
para el catolicismo de las pérdidas que le ha hecho padecer el
protestantismo”203.
Esto es para Gaos lo que sucedería en la época del pensamiento de
la grandeza anterior al inicio del pensamiento de la decadencia: y la
decadencia comenzaría, precisamente, en el momento en que España se
cierra a la modernidad en cualquiera de los dos momentos mencionados,
y a pesar de su magnífica <<apertura>> americana.
202 Ib.
203 Ib.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
221
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Pero esto no quedará así para José Gaos: pues precisamente,
y como reacción al pensamiento de la grandeza, surgirá –afirma- un
pensamiento de la decadencia en ambas orillas (y que no es decadente
en sí), el cual, en gran medida, luchará por volver a situar al pensamiento
de lengua española –pero esta vez, en forma de “pensamiento
hispanoamericano”: mucho más fuerte, robusto, crecido y nutrido-, en
el lugar que le correspondería dentro del saber universal. Antes de entrar
en examinar dicho pensamiento de la decadencia –no decadentista-,
vamos a mencionar una de las características que, según Gaos, mejor nos
definen: saber desplegar el valor y potencial de la filosofía inmanentista.
En consecuencia, decimos, este inmanentismo filosófico sería
la primera posibilidad que tendríamos como hispanoamericanos, tras
las posibilidades no del todo desarrolladas de nuestro pensamiento
de la grandeza español (al no equipararnos en modernidad a Europa,
decíamos), como un intento de <<llegar a ser lo que somos>>:
metafísicos mundanos de los auténticos problemas humanos, con
posibilidad de convertirnos en <<guías de perplejos>>…europeos.
Además lo haríamos muy bien –afirma-, gracias a nuestro pasado, y
con la garantía de que nunca olvidaríamos el papel de la trascendencia
agazapada en nuestra condición en cuanto humanos.
Pasemos, pues, a exponer qué implicaciones conlleva consigo el
inmanentismo, pues conociendo éste a fondo, entenderemos mejor por
qué plantea la necesidad de un pensamiento de la decadencia.
3.
El Inmanentismo
|Es el momento, entonces, de explicitar cuál es el papel del
inmanentismo. Gaos propugnaba que España y la América de lengua
española debían de reconocer conjuntamente el potencial del
“pensamiento hispanoamericano”: pues las dos juntas forman un “cuerpo
de cultura y tradición”, el cual está repleto de “esfuerzos históricos”, y de
222
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
“ideales y destino”, con relación a los cuales nuestra cultura no debía
de permanecer más tiempo pasiva: pues el “pasado ilustre” y el vasto
“porvenir”, de por sí “incita[n] al esfuerzo constructor” (Gaos; 1993,
20)204.
Este esfuerzo es el que quisiera acometer Gaos con su propuesta,
y para ello propugna reparar en el inmanentismo filosófico presente en
nuestra tradición compartida, entendiéndolo como una aportación que
podríamos acuñar, tras las tres ya mencionadas anteriormente –pero, esta
vez, de forma definitiva-, al pensamiento universal. Así pues, considerará
que nuestro inmanentismo, si bien no se desarrolló antes que el inglés, sí
al menos lo hizo con antelación al germano (Gaos: 1990, 102). Esto lo sitúa
en los inicios de la Edad Moderna. Esta es la “cuarta gran aportación”205
que querrá recuperar Gaos de nuestra tradición de pensamiento. Así, el
inmanentismo habría nacido con el pensamiento del hombre burgués y
laico, en su mirada avizora hacia los problemas de esta vida y de este
mundo (Gaos: 1990, 49), representando un tipo de mentalidad que no
es estrictamente científica ni sistemática (pues le parece ésta una “nueva
metafísica”), pero tampoco dirigida desde el ámbito religioso (aun
siendo consciente de que éste está inscrito en nuestra naturaleza; Gaos:
1990, 49 y ss.). Así pues, se trata de evitar “la metafísica [que] gravitaría
hacia el pasado; y [apostar por] el inmanentismo, sobre el presente hacia
el futuro”. Es clave entender, para Gaos, que la forma de pensar que
por fin desplegaría nuestro pensar inmanentista, debería desatender a
la metafísica tradicional (y a los riesgos de la ciencia en esta dirección,
204 La cita completa es la siguiente: GAOS, JOSÉ, “El seminario colectivo sobre <<América
Latina>>”, en O. C., T. V, El pensamiento hispanoamericano. Antología del pensamiento de
lengua española en la edad contemporánea. (Prólogo de Elsa Cecilia Frost), México UNAM,
1993, pp. 19-21, p. 20.
205 Recuérdese como Feliú ha destacado la importancia de este punto en Gaos. En sus palabras:
“Se trata, pues, de completar la reinvindación de estos <<pensadores>> como filósofos,
poniendo de relieve la <<originalidad>> de su inmanentismo; porque éste, el inmanentismo,
es la <<cuarta gran aportación>> del pensamiento español a la historia de la filosofía […]”
FELIÚ, SALVADOR, “Circunstancia y anomalía”…, pp. 157-179, p. 162
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
223
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
pues aquélla siempre tiene visos de convertirse en nueva metafísica),
al tiempo que apartando la atención, de momento, de la trascendencia
agazapada tras los objetos y sujetos (Gaos: 1990, 88 y ss.), e intentar así
<<denunciar>> que el auténtico problema que impide el desarrollo
de nuestro pensamiento como hispanoamericanos es la definición previa
–una definición sistemática- que hemos aceptado de qué es (y qué no)
“filosofía”.
Así pues, España e Hispanoamérica serán en el futuro lo que hagan
de su pasado (Gaos: 1990, 98): el pensamiento hispanoamericano debe
de tomar una decisión desde el futuro, hacia el pasado, diferenciando
su tradición como la de un pensamiento propio y reconociendo su
peculiar forma de “hacer filosofía”: pero nunca reiterando una metafísica
tradicional de corte europeo, sino mostrando su original modo de pensar.
No debemos ser metafísicos del pasado, sino pensadores del inmediato
–dirá206-; no debemos orientar nuestro pensamiento exclusivamente a la
trascendencia, sino también, y con relevancia, la inmanencia, pues:
“[…] el pensamiento de la grandeza hizo principales objetos
suyos los objetos trascendentes por excelencia; [pero] este
pensamiento de la decadencia va a hacer objeto predilecto,
exclusivo, obsedente, la decadencia, y justo sin ninguna referencia
trascendente”207.
Sólo recordar aquí cómo las expresiones de este mundo, de esta
vida, han sido utilizadas constantemente (Gaos: 1990, 49 y ss) por Gaos
en su planteamiento acerca del estudio del pensamiento en lengua
española.
206 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española…, p. 99.
207 GAOS, JOSÉ, <<Introducción>>, “Antología de lengua española en la Edad Contemporánea”,
O.C., Tomo V,…, p. 72.. Repárese en que aquí usa los mismos términos que en el texto de
su ponencia de abril de 1944: “[…] tener por objeto, predilecto, exclusivo, obsedente,
impresionante, la decadencia, las causas y los congruentes remedios de la decadencia”. GAOS,
JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, O.C., Tomo V,…, p. 38. Cursiva nuestra.
224
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Consideraremos, a continuación, cuál puede ser el rendimiento y
papel del inmanentismo en el pensamiento de la decadencia, y su valor,
relaciones y objetos de preocupación, para así justipreciar el peso de la
propuesta de Gaos.
4.
Pensamiento de la decadencia
Así, será éste uno de los primeros problemas que nos planteemos
con relación a las palabras de Gaos: ¿quiénes han sido pensadores de lo
inmediato? O, ¿es esta la auténtica característica original del pensamiento
hispanoamericano? Para este punto debemos volver a aquel tema que
mencionábamos al fnal de la segunda conclusión de las aquí resumidas:
con el pensamiento de la grandeza derrumbado, ¿cómo levantar cabeza?
¿Existe un pensamiento hispanoamericano que se haya enfrentado
a estas ruinas? Para Gaos sí lo hay, y lo denomina pensamiento de la
decadencia. Y lo constituye una larga tradición de pensadores a ambos
lados del océano.
Así, habíamos visto que en la conferencia de 1944 con relación a
España Gaos afirmaba que desde el principio del siglo XIII había “un
pensamiento de España, un pensamiento español, que se presenta
articulado en dos edades”:
“Una edad del pensamiento de la grandeza. Y una edad del
pensamiento de la decadencia”208.
Pero con relación a la edad del pensamiento de la decadencia,
afirmó también que se podía considerar este pensamiento desde el
punto de vista del objeto:
“Porque la decadencia, la busca de sus causas y remedios, es
el objeto que hace que desde Feijoo hasta hoy el pensamiento
208 GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., T. V…, p. 40.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
225
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
español, [ya sea] con el krausista, [ya sea] con el tradicionalista,
sea el [pensamiento] de la decadencia”209.
Aunque Gaos quiere dejar claro que los pensadores de la decadencia
no son “decadentes ellos mismos”:
“[…] ni en el sentido de aceptar la decadencia como definitiva, ni
en el de decaer de valor relativamente a los de la grandeza. Todo
lo contrario. Buscan y encuentran, no sólo las causas, sino los
remedios de la decadencia”210.
“[…] en la España de la decadencia lo único no decadente, o lo
menos decadente, es el pensamiento”211.
En efecto: Gaos sostiene212 que tal pensamiento de la decadencia,
más bien al contrario fue una:
“[…] promoción sucesiva de la ciencia moderna del Renacimiento
y de la Ilustración, del pensamiento de ésta y del positivismo, del
krausismo […]”213.
Esta promoción “sucesiva de la ciencia moderna del Renacimiento
y de la Ilustración”, afirma214 que se inicia en ambas orillas, tanto con
Sigüenza en América como con Feijoo en España, y se prolonga con “los
jesuitas, Gamarra, y Cadalso”, krausismo y positivismo, y llega hasta a
Ortega.
209
210
211
212
213
214
Ib., p. 41.
Ib.
Ib.
Ib., p. 51.
Ib.
Ib.
226
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Así, con estas palabras nos parece que Gaos siente gran alivio al
poder afirmar215 que “en la primera mitad del siglo XVIII aparece Feijoo”.
Y que desde él, hay una línea de pensamiento que coincide en:
“[…] tener por objeto, predilecto, exclusivo, obsedente,
impresionante, la decadencia, las causas y los congruentes
remedios de la decadencia” 216.
De esta manera, Gaos plantea que esta línea se fijaría en España
desde Feijoo217, pasando por su desarrollo en “los jesuitas emigrados
a Italia” (“[Francisco] Isla218, el más conocido”, pero no “el mejor”,
215 Ib., p. 38.
216 Ib. Cursiva nuestra.
217 Ib. Esta idea la manifesta así en al conferencia de 1944; no obstante, en el texto de la “Introducción”
a la Antología…, matizará y dirá que “[…] mientras que la decadencia cultural de la metrópoli
descendía al punto más bajo de toda su trayectoria histórica, y el lado literario de la obra de
Sigüenza representa una prolongación decaída del decaído gongorismo de la metrópoli, el lado
científico e histórico –y hasta la figura de Sor Juana […] representan algo sumamente distinto:
que las colonias se adelantaron a la metrópoli en la curiosidad por la ciencia, filosofía y
literatura modernas, que iba a generalizarse y a conducir a la introducción creciente de ellas,
acompañando en un principio al desvío efectivo, pero tácito, respecto de la escolástica, al fin a
la crítica descarada, sarcástica, excesiva”. (Cursiva nuestra) GAOS, JOSÉ, <<Introducción>>,
“Antología de lengua española en la Edad Contemporánea”, O.C., T. V,…, p. 73. En este sentido,
dicho pensamiento de la decadencia, en verdad, comenzaría por América antes que por España.
218 “Padre José Francisco Isla de la Torre y Rojo (Vidalnes, León, 1703-1781). Novelista satírico y
autor de panfletos […] Entró como novicio en el monasterio jesuita de Villagarcía de Campos en
1719. Estudió en Salamanca y fue profesor de teología en Segovia y Santiago de Compostela. Su
primera sátira fue Juventud triunfante (1727), en la que narraba los festejos que se hicieron en esa
ciudad a raíz de la canonización de dos jesuitas locales. Gran parte de sus sátiras se intepretaron
como alabanzas, como pasó con la primera edición de Triunfo del amor y de la lealtad. Día
grande Navarra (1746), en la que se burlaba de la nobleza y la burguesía rica de Pamplona;
éstos se sintieron tan halagados que le enviaron varios regalos, ante lo cual el jesuita añadió Dos
palabritas al impresor en la 2ª edición que apareció en 1747. Su mejor obra es también la mejor
novela del siglo XVIII y se trata también de una sátira Fray Gerundio de Campazas (1757-1768,
2 vols.), que es un largo y duro ataque contra los predicadores pretenciosos, al que da vida el
lenguaje campesino, el tonto fray Blas y la figura de una “gracioso” parecido a los que utilizaban
Lope en sus obras. La obra fue prohibida por la Inquisición en 1760, pero era tan popular en la
corte y entre los seglares que la prohibición pasó casi desapercibida. Isla llegó a tener sólida fama
como predicador (sus Sermones morales aparecieron en 1792-1793, en 6 vols.). María Bárbara,
reina de Portugal, le pidió que fuera su confesor. A pesar de que amaba con desenfreno la comida
y la bebida, se negó a abandonar su celda de Villagarcía, pues según escribió a su hermana, temía
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
227
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
dirá), para luego continuar con la obra de José Cadalso (1741-1782),
especialmente Cartas marruecas; y siguiendo, después con Jovellanos
“y demás pensadores y escritores de política, de economía, de fines
del XVIII y principios del XIX”. Con relación a Feijoo (y al mencionado
Gamarra) transcribimos el párrafo al completo en el que Gaos afirma que
es cierto:
“[…] aquello de que Sigüenza sabe y que aplica la ciencia
copernicana, la filosofía natural cartesiana, que es la ciencia
física de Descartes. Feijoo rechaza expresamente los tres
sistemas a que reduce la metafísica moderna, los de Descartes,
Gassendi y Maignan. Sus entusiasmos son para la que él sigue
llamando <<filosofía>>, pero en la que el calificativo de
<<experimental>> que le da y el fundador y sobre todo los
cultivadores principales que le atribuye, Bacon y los miembros de la
Sociedad Real de Londres, identifican a la ciencia moderna. Como
los entusiasmos de todos aquellos contemporáneos que profesan
un <<eclecticismo>> y hasta un <<escepticismo>>
con que tratan de cohonestar su desvío respecto de la filosofía
de la Iglesia y sus entusiasmos. Así [también sucede] con el
eclecticismo de Gamarra”219.
Ya hemos mencionado durante nuestro trabajo de investigación
que un estudio de las fuentes europeas y americanas de Feijoo sería de
gran interés.
la vida cortesana más que la propia muerte. Después de la expulsión de los jesuitas se refugió en
Civitavecchia, Córcega y Bolonia, ciudad en la que murió. Durante los últimos años de su vida
se dedicó a la traducción y a El Cicerón, poema de 16 cantos y 12.00 versos sobre la vida del
orador, pero en el que se deslizaba subterráneamente una paradia sobre las insensateces de la
vida española de su tiempo. Un manuscrito autógrafo de esta obra se encuentra en la Biblioteca
Pública de Boston desde 1844. Con el seudónimo de “Joaquín Federico Is-Salps” tradujo las
Aventuras de Gil Blas de Santillana (1787-1788, 4 vols.) que, según él, habían sido “robadas a
España” por el autor, basándose en el hecho de que Lesage tradujo fragmentos del Marcos de
Obregón de Espinel [entre otras obras]”. WARD, PHILIPH, The Oxford Companion to Spanish
Literature…, pp. 413 y 414.
219 Ib., p. 52. Cursiva de Gaos.
228
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Con respecto a las Cartas marruecas (1793) de Cadalso, Gaos
extrae una idea que sugiere que hubiera podido ser el propio lema de
las Cartas:
“Trabajemos en las ciencias positivas para que no nos llamen
bárbaros los extranjeros”220.
Gaos encuentra que “promoción” de filosofía y “pensamiento” de
la Ilustración, también es:
“[…] el pensamiento de la decadencia y de la independencia
desde un jesuita sensualista como Eximeno221 hasta Balmes en
España, [Andrés] Bello en América”222.
Y que el pensamiento de la Independencia, también fue
“promocionado” por el positivismo americano:
“Desde Alberdi hasta los finales de Prada” 223.
En definitiva, vemos que Gaos entrelaza ambas orillas. Pero sobre
España, en concreto, va a explicar que en el siglo XIX224 destacan dentro
de este conjunto de pensadores (ya mencionados en otro capítulo de la
tesis), especialmente dos: Larra, en la primera mitad del mismo, y Ganivet
y su Idearium español en la segunda parte del siglo. Cabe añadir que
éste y su generación son precursores, para Gaos, de la generación del
220 Ib. Recuérdese que once años antes, en 1782, se había dado la conocida primera polémica de
la ciencia, y que comenzó con la famosa y polémica publicación del artículo de Masson de
Morvilliers -en la sección de “Geografía Moderna”, de la Enciclopedia Metódica-, en la que
se criticaba la (supuesta) nula aportación de España al conjunto del saber. Considerar las
aportaciones gaosianas a la luz de las diferentes polémicas de la ciencia (a saber: la primera, la
mencionada en 1782; la segunda, entre Gumersindo Laverde y Sánchez de la Campa, en 18571858; la tercera, la iniciada por Núñez de Arce, a raíz de su discurso en la Academia de la Lengua
en 1876), todas habidas en nuestro país, es un tema para el cual lamentablemente no tenemos
espacio en esta investigación.
221 Se refiere a Antonio Eximeno, uno de los jesuitas expulsados.
222 Ib.
223 Ib.
224 Ib., p. 38.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
229
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
98. Del mismo modo, y también en la segunda mitad del siglo XIX, Gaos
plantea225 en esta misma línea la importancia del krausismo introducido
por Sanz del Río, pues aquél se trata de una filosofía que tiene “expresa
intención de cooperar a la renovación cultural y nacional” de España –
desde Sanz del Río hasta a Cossío226.
Dentro de esta propuesta acerca de un pensamiento de la
decadencia, y aunque en ciertos sentidos, en dirección opuesta, Gaos
también defiende227 como fundamental la importancia del pensamiento
tradicionalista español del siglo XIX: entre estos, destaca a Jaume
Balmes, Donoso Cortés y Menéndez Pelayo “por encima de todos los
neoescolásticos anteriores y posteriores”. E incluso, Gaos encuentra228
que el pensamiento tradicionalista también es “promoción” del
tradicionalismo francés. Para Gaos229, este pensamiento tradicionalista
también “tiene por objeto la decadencia”, si bien es cierto que “está
animado por el afán de restaurar las pasadas grandezas”.
A pesar de lo que pudiera parecer, Gaos sí va a tratar estos autores,
comenzando para su explicación por Balmes:
“[…] Balmes no deja de ser un escolástico puro tan sólo por los
elementos o entusiasmos cartesianos, leibnizianos, escoceses,
reconocidos por todos. Sino también por su dependencia hasta
de la ideología […]”230.
Gaos señalará231, a renglón seguido, que Balmes pretendía “conciliar
a los partidarios de la tradición con los de la modernidad y el progreso
[…]”.
225
226
227
228
229
230
231
Ib., p. 39.
Ib. A este último le menciona en p. 52.
Ib., p. 39.
Ib.,p. 52
Ib., p. 40.
Ib.
Ib.
230
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Asimismo, Gaos planteará que acerca de Marcelino Menéndez
Pelayo “se sigue discutiendo si no dejó de ser el tradicionalista
demasiado evidente” que se le atribuyó con su Ciencia Española. Gaos
destaca el papel de la Historia de los Heterodoxos Españoles, así como
“el humanista tan comprensivo de la modernidad” en su Historia de la
Ideas Estéticas. Por ello, y aunque se sitúe a Menéndez Pelayo entre los
tradicionalistas, no deja de creer que sobre éste:
“Es posible que la verdad sea que a lo largo de toda la vida osciló: al
encontrarse con aparentes extranjerizantes y barbarizantes como
los krausistas, se sentía tradicionalista; [y] al ver el tradicionalismo
en torno suyo, no sentía menos la necesidad de un tradicionalismo
como el encarnado por él. En suma: una posición intermedia”232.
Más tarde, será en la generación del 98 cuando “la decadencia
parece hundirse con el fin del Imperio”, pero Joaquín Costa y Unamuno
232 Ib., p. 40. Con relación al tradicionalismo americano, Gaos considera que para hacer justicia y
sea completa la descripción de los autores del siglo XIX hispanoamericanos (también destaca
el papel de los del XX), es necesario hacer referencia “a un corriente de pensamiento que fluye
desde la Independencia por los distintos países hispanoamericanos”: “[…] el pensamiento
defensor, si no del pasado anterior a la Independencia, de algo tan vinculado a él como la Iglesia
o el catolicismo”. Así pues, se trata de aquellos autores que prolongan “en cierto sentido […]
el pensamiento anterior a Sigüenza”. Gaos señala de estos tradicionalistas americanos:“[…]
los mexicanos [Lucas] Alamán y [Martínez] Murguía, los argentinos Esquiú, Frías, Estrada,
los colombianos Caro y Suárez, el peruano Herrera…”. Si ampliamos este apartado de los
conservadores en la tradición hispanoamericana según Gaos -pues si bien no deja de citarlos,
no se extiende en ellos mucho-, debemos decir de manera general que, seguramente, algunas
de estas propuestas conservadoras –si usamos las sintéticas palabras de Ascensión Martínez
Riaza-, entendían que “era preciso no quebrantar el orden natural de las cosas, manteniendo,
en el marco de la independencia política, elementos del sistema colonial como la religión y las
costumbres”. MARTÍNEZ RIAZA, A., “Los proyectos nacionalistas 1830-1930”…, pp. 41-51, p. 43
Así, por ejemplo, sucedería con Lucas Alamán (1792-1853), quien publicó entre 1849 y 1852 su Historia
de México desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en el año de
1808 hasta la época presente. En él exponía su opinión sobre la Independencia, pues Alamán
estaba en desacuerdo con el curso que ésta había tomado desde la rebelión del cura Hidalgo,
al cual condenaba por haber llevado a los indígenas a la sublevación. Para Alamán, “la situación
caótica de México se debía a la ruptura del pacto social que había trastocado el estado político
y civil y atacado las creencias religiosas y los usos establecidos” GAOS, JOSÉ, “El pensamiento
hispanoamericano”, en Obras Completas, Tomo V…, p. 34.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
231
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
(éste, para Gaos233, quizá “representante máximo” de dicha generación),
y los epígonos de la misma –“Ortega y su escuela”-, todos ellos se
preguntarán por las mencionadas “causas y los congruentes remedios
de la decadencia”.
Por otro lado, sobre las causas y remedios que se aducen, dirá Gaos
que toda esta línea de pensamiento de la decadencia, desde Feijoo hasta
Ortega y su escuela, ha coincidido en los mismas explicaciones, es decir:
“[…] el haberse cerrado España a la modernidad, singularmente
a la ciencia moderna, y en buscar, congruentemente, los remedios
en el abrirse a las mismas, en introducirlas en España, como de
ellas son introductores ellos mismos [desde Feijoo hasta Ortega
y su escuela], lo que vino a llamar la <<europeización>> de
España”234.
Así, para Gaos, Feijoo (1676-1764) ejemplifica con su Teatro crítico
universal y con su Cartas eruditas el acto de considerar:
“[…] la introducción de la ciencia moderna en la patria por
reverso del anverso de <<desengaño de errores comunes>>
[…]”235.
Posteriormente, para Gaos236 serán los jesuitas los que reivindicaron
España “en y ante el extranjero”, además de que llevaron la “modernidad
más allá de los límites posibles incluso al jesuitismo”. De hecho, este
jesuitismo, para Gaos:
“[…] [fue] nacido para salvar el catolicismo conciliándolo con la
modernidad […]”237.
233
234
235
236
237
Ib., p. 38.
Ib., p. 39.
Ib.
Ib.
Ib.
232
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Asimismo, también Larra escribió una “obra periodística”, afirma
Gaos , animada en “lo político” y en “lo social”, tanto como lo hizo en
su literatura.
238
Del mismo modo, Unamuno en Del sentimiento trágico de la vida,
habla239 de “este sentimiento” trágico “como propio de ciertos hombres
y pueblos, desde luego los españoles”, para finalmente reflejarlo en la
figura de “El Quijote”.
Y, cómo no, Ortega también contempló240 de un modo “teórico
y estético” la realidad con su Espectador; en verdad, se trata de la
“salvación de las circunstancias” españolas, y cuyo programa para Gaos
está expuesto en Meditaciones del Quijote: hacer “reverberar [las
circunstancias] a los rayos de todas las luces” –en palabra de Gaos-, pues
“El Espectador de todos los espectáculos mira en busca de estos rayos”.
Para Gaos, la filosofía orteguiana estaría en plena consonancia con el
historicismo:
“La filosofía de la razón vital es la misma filosofía de la razón
histórica de los últimos cursos y escritos inéditos y publicados
[de Ortega]”241.
Por último, también incluirá en este pensamiento de la decadencia
a las filosofías marxistas242.
Por su parte, con relación a América afirma Gaos que también
hay paralelismos con los tradicionalistas: si en la metrópoli Balmes ya
propuso la dependencia ideológica de la ontología, esta propuesta
tendrá un “nexo”, partiendo desde la Filosofía Fundamental de aquél, y
238
239
240
241
242
Ib.
Ib.
Ib.
Ib.
Ib., p. 52.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
233
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
llegando a la Filosofía del entendimiento de Andrés Bello (1781-1865).
Pero también con los no tradicionalistas: Así, otro paralelismo consiste
en mostrar243 cómo el modernismo americano de Prada, Martí y Rodó “es
uno de los antecedentes y de los ingredientes de la obra de la generación
del 98”. Prada critica a “grandes escritores españoles oficiales del XIX”,
del mismo modo que lo hizo la generación del 98.
Y, para Gaos hay una correspondencia aún mayor entre Korn, Vaz,
Deustúa, Caso –todos ellos con relación a Ortega.
En resumidas cuentas: el pensamiento de la grandeza se orientó a
los problemas del ámbito trascendente, pues éste y aquél se comportaban
como las grandes metafísicas que eran, estando en perfecta armonía con
la metafísica sistemática-tradicional europea (en el último punto de este
apartado veremos cómo en realidad toda esta metafísica se trataba –diráde todo un sistema en crisis: el europeo), constituyendo un modelo
caduco el cual sólo podría ser salvado gracias a la intervención de una
filosofía circunstancial, y la cual estaría representada del mejor modo
concebible, para Gaos, en el pensamiento hispanoamericano.
5.
Formas de expresión, producción e ideación del
pensamiento hispanoamericano
Así pues, es claro para Gaos que el pensamiento de la decadencia
representó en nuestra tradición hispanoamericana una intención de
salvación del mencionado fracaso metafísico. Y como se adivina en los
títulos de algunas de las obras destacadas, así como en lo que sugiere la
sola mención de los nombres de algunos autores pertenecientes a dicho
pensamiento, podemos afirmar que gran parte de este pensar posee un
estilo determinado (también existente, aunque inadvertido, en el de la
grandeza, y en definitiva, desde los comienzos alfonsíes), y en el que
observamos que la literatura está íntimamente ligada a la forma en que
243 Ib.
234
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
se hace filosofía, y viceversa. Como a continuación expondremos, este
modo literario-filosófico del pensamiento hispanoamericano no era sólo
su expresión, sino, precisamente, su modo preferido de originarse como
pensamiento, en cuanto pensamiento de una inmanencia sobre la que
pretende resolver sus problemas del aquí y ahora.
Nuestro tipo de pensar como hispanoamericanos trata, en definitiva,
de un modo de hacer filosofía cuya existencia -y desde los orígenes de
su historia- ya había sido anunciada por Wilhelm Dilthey, y que ahora
recogía José Gaos al explicar el sentido de nuestra tradición: se trata una
filosofía ametafísica y ametódica, pero no necesariamente caótica, ni
débil ni anti-filosófica, la cual, más bien al contrario, posee un modo de
ideación filosófica, estético en las formas y pedagógico-político en los
objetivos, que supone un radical “cambio en la vida misma”. Habría que
dar un paso, según Gaos, hacia una “transición de la filosofía metafísica
a la ametafísica” (Gaos: 1990, 92 y ss). Este cambio consistiría en un
<<giro>> hacia el:
“[…] “pensamiento”, a la “literatura de ideas”, a la “literatura”,
pura y simplemente, como la [literatura] existente de[sde] la
religión a la filosofía y viceversa, o en general, de unos “sectores
de la cultura” a otros”244.
Es decir: nos encontramos ante una filosofía, ametafísica y
asistemática en su producción y expresión, entendida como pensamiento
que se expresa (Gaos: 1990, 60)en forma de literatura de ideas o,
simplemente, como literatura de imaginación -es decir, “pura” pero con
<<tintes filosóficos>>-, y que constantemente está referida a todos
los ámbitos de la cultura humana, de la religión a la filosofía. Con ella cree
Gaos que se atenuaría esa simplificación esquemática (<<filosofía/no
filosofía>>) para así “hacer justicia a la realidad de toda especie de
miscelánea e intermediarios” existentes en el pensamiento y, según Gaos,
244 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española…, p. 93.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
235
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
presentes de forma muy exclusiva en el hispanoamericano. Así pues,
apoyado en las dos formas diltheyanas de filosofar (una más sistemática:
Aristóteles, escolástica, Descartes, Spinoza, Kant, Hegel…; otra más
literaria, pero no necesariamente “asistemática”: Platón, postaristotélicos,
renacentistas, pensadores ilustrados…), Gaos defendería la segunda de
ellas como un modo de pensamiento afincado desde la filosofía antigua
y prolongado hasta nuestros días, y que se manifiesta especialmente,
desde la Edad Moderna, en nuestra cultura de lengua española. Se podría
decir que en ella este estilo es deliberado para hacer justicia y poder
corresponder así al cambio presente en la inmanencia, y que produjo
la aparición de la retórica propia del burgués laico (supra, p. 329 y ss.)
para referirse a los problemas inmanentes a su realidad. Se inscribiría la
producción de dicha retórica, pues, dentro del papel que desde la Edad
Moderna cobrarían los asuntos humanos, las cosas de este mundo, de
esta vida en nuestro pensamiento, apoyando así la caracterización del
pensamiento hispanoamericano como un “pensamiento aplicado”245: un
pensar orientado, principalmente, a la estética, a la ética y a la política
–como estipularemos en el siguiente apartado-.
En definitiva, el escritor-pensador hispanoamericano tiene un
modo específico de producción, y es de bien escribir (Gaos: 1990, 58).
Existe, pues, una aproximación a la literatura si atendemos a la forma
que expresamos los contenidos más netamente filosóficos de nuestro
pensamiento. Así, dirá Gaos que los pensadores hispanoamericanos
escriben como ensayistas (Gaos: 1990, 60 y ss.): en España (Feijoo,
Cadalso, Larra, Valera, Ganivet, Unamuno, la generación del 98, Ortega,
Ayala…), y en América (Sarmiento, Montalvo, Martí, Rodó, Prada, Ureña,
Reyes, Varona, Romero). Pero también los autores de literatura de
ficción escriben como pensadores, dándose siempre desde la literatura
un acercamiento a los problemas filosóficos (supra p. 382) al hacer
referencia al espíritu ideológico que ha existido a lo largo de los siglos
245 Ib., p. 88
236
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
en la Literatura hispanoamericana –ésta, en sentido gaosiano-: desde a)
el “término del triple movimiento místico, escolástico y renacentista”
que es propio y característico del pensar hispano-americano; b), el “siglo
de Oro”; c ) continuando por el “prosaico” siglo XVIII en España; d) en
“los dos pensadores más importantes” -desde “el movimiento místico”-:
Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset ; e) en “novelistas” como Pío
Baroja y Ramón Pérez de Ayala; f) en “poetas” como Antonio Machado
y Juan Ramón Jiménez; g) y en último lugar, en los seis “nombres
centrales” de la literatura hispanoamericana según Henríquez Ureña:
“Bello, Sarmiento, Montalvo, Martí, Darío y Rodó”. En este punto, vemos
que muchos de los nombres que Gaos aquí propone caerían, al mismo
tiempo, en varias <<categorías>>.
Asimismo, afirma que incluso existe un género intermedio entre
ambos –literatura de ideas y literatura de imaginación (supra, p. 365)-,
representado por: Sarmiento, Macedonio Fernández, Ortega, Lizardi, y
“algo de” Ganivet, Unamuno, Vasconcelos, Montalvo y Martí.
Sea como fuere, Gaos piensa que todos tienen algo en común,
pues los tres tipos mencionados de “pensamiento hispanoamericano”
(usemos las denominaciones gaosianas: literatura de ideas, literatura
de imaginación y literatura “entre límites”) poseen una forma ideativoimaginativa de producir pensamiento: se trata de un pensamiento no
cientificista, que se expresa de manera muy peculiar con las siguientes
formas:
“[…] el ensayo y el artículo de revista general y de periódico; el
libro de génesis, estructura y calidades, valores, reducibles a los
del ensayo. Que no es el libro integrado con ensayos y artículos
publicados o no anteriormente […]”246.
E incluso…
246 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española…, p. 60.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
237
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
“[…] en la palabra oral desatada en el correr seguido o en el
saltar sobre los obstáculos de la interlocución […]”247.
Pues es el nuestro un pensamiento que discurre:
“[…] por conceptuación y hasta discurso mediante imágenes,
por términos del habla corriente o de un estilo literario tomados
en acepciones “contextuales”, “ocasionales” o “circunstanciales”
que los hinch[an] [=a los términos] de una significación o
intención ideológica más amplia o más densa, menos o más
nueva o única en cada contexto, ocasión o circunstancia, entre
las cuales encuentra, pues, contradicción la inteligencia que,
procediendo tradicionalmente, las toma abstractas de estos
contextos, ocasiones o circunstancias que la concretan”248.
La aceptación de la tradición debe implicar la comprensión de la
circunstancia: pues a ella responden las formas hispanoamericanas de
escritura (ensayo, carta, artículo), pero también las de ideación:
“El pensador hispano-americano contemporáneo se
“produciría”, mediante la palabra oral, mejor, más a su gusto.
Mediante ella, discurriría, descubriría, si no exclusiva, más
fácilmente, y sobre todo, más a su satisfacción”249.
Es decir, no sólo nos expresaríamos de esa manera como la más
conveniente para nuestro pensar circunstancial, sino que además gracias
a ella se produce nuestro pensamiento, pues
“No hay que tener en cuenta las formas de la palabra escrita, sólo.
Hay que tomar en consideración, y no menor, ciertamente, las
[formas] de la [palabra] oral: la oratoria política y académica y
hasta la conversación. Porque el pensamiento hispano-americano
247 Ib., p. 64.
248 Ib. Cursiva nuestra.
249 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española…, p. 63. Cursiva nuestra.
238
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
contemporáneo viene usándolas como formas dilectas, no
simplemente de expresión y comunicación, sino de ideación, de
invención”250.
“Toda oratoria pierde su piel y sangre y hasta su carne, para
quedarse en carne exangüe o en verdaderos puros huesos, al
pasar a mera letra”251.
Es en este sentido en el que Gaos concluye que:
“El monólogo, el diálogo libres serían una fuente caudalosa y
continua, un órgano heurístico, aun en casos de natos escritores,
de escritores de espontaneidad absolutamente pareja de la
espontaneidad oral más insólitamente perfecta. Yo he “vivido” un
ejemplar máximo: Ortega”252.
Tras haber llegado con Ortega, según Gaos, a “una manifestación
suma del verbalismo hispánico”, es hora de extender esta premisa
“congruentemente” -afirma253- al pensamiento hispano-americano
contemporáneo completo, y concluir que nuestro pensamiento
“preferiría [antes que] a la palabra escrita [,] la oral”. Se trata de un
socrático método de ideación, y de acción, el cual hemos llegado a poner
por escrito en formas literarias, ensayísticas, epistolar, de artículos…,
formas todas las cuales en definitiva tendrían un objetivo claro:
“[…] una pedagogía política por la ética y más aún la estética; una
empresa educativa, o más profunda y anchamente, “formativa”
–creadora o reformadora, de “independencia”, “constituyente
o “constitucional”, de “reconstrucción”, “generación”,
“renovación”- de los pueblos hispano-americanos, [a] por medio
de la “formación” de minorías operantes sobre el pueblo y de la
250
251
252
253
Ib., p. 62. Cursiva nuestra.
Ib., p. 63.
Ib.
Ib.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
239
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
directa educación de éste; [b] por medio, a su vez, principalmente
de temas específicamente bellos y de ideas, si no específicamente
bellas, expuestas, como aquellos temas, en formas bellas, entre
las cuales se destaca la de la palabra oral en la intimidad, la de la
conversación”254.
Llegamos con estas palabras, pues, a una definición atendible sobre
qué debe ser filosofar, y para qué, el tipo de pensador hispanoamericano
que somos.
Al respecto, quizá no esté de más mencionar un detalle, pues quizá
contenga algo de esencial, que sobre el propio Gaos contaba su discípulo
Alejandro Rossi que “la palabra oral era su instrumento predilecto, aquel
que manejaba con soltura y comodidad, con espontaneidad y hasta
creatividad literaria”, pues:
“Las mejores clases de Gaos producían el efecto de una narración
bellamente llevada, de un cuento bien dicho y no, por ejemplo,
el de una prueba o demostración. Los asistentes raramente
interrumpían la lección con alguna pregunta, sino que cumplían,
sabiéndolo o no, la función de espectadores, de público teatral,
cuya misión es ver y escuchar. Era un virtuoso de la conferencia,
de la clase “magistral”, como le gustaba decir”255.
6.
La koiné hispanoamericana y la crisis europea
En último lugar, cabe resaltar que para Gaos el pensamiento
hispanoamericano sabe plantar cara a los problemas morales y políticos
254 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española…,., pp. 87 y 88. No obstante, si se
observa todo lo que venimos planteando hasta aquí, creemos que el prof. Pedro Cerezo Galán
coincidiría en muchos aspectos con las propuestas gaosianas. Véase, por ejemplo, su idea acerca
de “Filosofia, Literatura y Mística”, en Actas del II Seminario de Historia de la Filosofía Española:
Salamanca, del 28 de abril al 2 de mayo de 1980 , en Antonio HEREDIA Soriano (dir. congr.), Vol.
1, 1982, ISBN 84-7481-239-9 , págs. 27-51.
255 ROSSI, ALEJANDO, “Una imagen de José Gaos”, en Manual del distraído, México, Ed. Joaquín
Mortiz, 1978, 190 págs., pp. 93-100, pp. 94 y 95.
240
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
de nuestro tiempo de crisis, mejor que ninguna otra filosofía: pues
el pensamiento hispanoamericano, a través de su centenario saber
desarrollado en dos partes distintas del globo terráqueo, sabría fijarse
en el presente, conceptuar y actuar de la forma más certera sobre cuáles
son los problemas, y cuáles podrían ser las soluciones, en nuestro
mundo contemporáneo. Es la hora de nueva hegemonía –cree-, la del
pensamiento de lengua española:
“[…] como el [pasado] del romano imperial, el [pasado] del
español imperial ha pasado; como tras el del romano imperial
vino el de los pueblos germánicos, incluso el italiano, tras el del
español imperial ha venido el de los hispano-americanos, incluso
el español; y como los pueblos romano-germánicos se formaron
en la cultura grecorromana, así los hispano-americanos se habrían
formado en la moderna y contemporánea para crear la futura”256.
Gaos estima que si el “pensamiento occidental” está constantemente
conceptuándose a sí mismo como filosofía, en parte, una u otro, o en
su totalidad, dicho pensamiento debe tomar radical y definitivamente en
cuenta que el pensamiento hispanoamericano aporta un inmanentismo
que es novedad en el conjunto de todos los inmanentismos existentes
del pensamiento occidental hasta la fecha, y que nuestro pensar como
hispanoamericanos puede representar la parte más pujante de las
filosofías inmanentistas occidentales. Esto lo propone refrendado en
aquellos años por la segunda guerra mundial, pues le parece que los
países occidentales comparten una crisis en la medida en al cual “la crisis
de su grandeza [es] la crisis de la modernidad”. Pero nuestra crisis en
cuanto hispanoamericanos tiene otras raíces –y, en este sentido, parece
apuntar Gaos que tiene otras soluciones; y que incluso, tiene solución,
tenemos solución…frente a los países occidentales-, pues:
“[…] el Imperio español fue el antagonista de la modernidad”257.
256 GAOS, JOSÉ, O. C., T. VI, Pensamiento de Lengua Española…, p. 104.
257 GAOS, JOSÉ, “El pensamiento hispanoamericano”, en O. C., T. V…, p. 52.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
241
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Es decir: para Gaos, todos aquellos países que integraron el ex
Imperio español –tanto las colonias como la metrópoli-, no viven la crisis
occidental contemporánea en cuanto “crisis de su grandeza”, sino en
cuanto parte de Occidente:
“Por el contrario, [en el pensamiento hispanoamericano] su seguir
el curso de la historia de Occidente en la edad contemporánea
implica una relación con la propia grandeza no implicada por la
historia de los países protagonistas de la modernidad: [en nuestro
pensamiento se trató de] un desviarse de la grandeza propia para
seguir la extraña”258.
Y esto, para Gaos, se tiene que notar en la posible salida de
la crisis, pues la crisis de Occidente (en definitiva: la guerra que libra
Europa contra los fascismos de distinto signo), “para todos los países de
Occidente” implica:
“[…] la crítica de su pasado a la vista del presente y del futuro.
Para los países protagonistas de la modernidad, la crítica de ésta
o de su grandeza”259.
Y sin embargo, para España e Hispanoamérica, “los países de lengua
española”, implica:
“[…] la crítica de la grandeza extraña y la crítica de su desviarse
de la propia por extraña”260.
Nosotros no hemos sido parte de la modernidad durante la Edad
Moderna; más bien hemos sido “ovejas descarriadas” –piensa- de esa
modernidad. En este sentido, estamos hablando de dos tipos distintos
de crisis: la occidental, que tiene que ver con la caída de los valores
preeminentes; y la hispanoamericana, que es más un actitud provocada
258 Ib.
259 Ib.
260 Ib.
242
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
por la crisis de Occidente: se trata de reconocer nuestro pensar y
reconocer nuestros problemas, y de enmarcarlos en esa historia de
Occidente que se escribe día a día. En definitiva, se trata de reconocernos.
En este sentido, ya hemos mencionado cómo Gaos estaría pidiendo
una vuelta a reconstruir la historiografía de lo que ha constituido y
significado nuestro pensar como hispanoamericanos –y, además de
conocer el pasado, sobre todo, de lo que puede significar el pensamiento
hispanoamericano en el futuro: se trata de reconocer nuestras propias
señas de identidad criticando la grandeza extraña, y conocer cuál ha
sido nuestra “grandeza”: nuestro pensamiento, nuestros problemas,
nuestros temas, nuestro estilos, nuestros autores, etc., a lo largo de la
existencia del pensamiento de los distintos países de lengua española.
Gaos apunta la solución –en un sentido muy transliteral y oblicuo-,
para que podamos salir de: (a) la parte de crisis que nos toca en cuanto
hispanoamericanos que imitábamos la modernidad europea, y (b)
ejerciendo como <<cabezas visibles>> y <<locomotoras>>
-valgan las imágenes- que se coloquen en la avanzadilla del camino a
seguir para superar la crisis co-lateral de Occidente que vivimos:
“La salida de la crisis parece no poder encontrarse más que en
la dirección de una nueva comunión de fe trascendente, en
que la razón vuelva a ser el órgano de la comunión y su fe
trascendente”261.
Una “religión de la razón”, de forma que nos de unidad, pero no
una unidad cualquiera, sino la nuestra:
261 Ib. Cursiva nuestra.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
243
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
“Los países de lengua española parecen singularmente vocados
[llamados] por su antagonismo a la modernidad a cooperar
creadoramente al advenimiento de la nueva comunión” 262.
Seguramente debamos entender este sentido de “comunión”
en el sentido de to koinón: una koiné hispanoamericana. Gaos,
haciendo una exageración, y una metáfora incluso llegar a afirmar263
que nuestro papel como antimodernos, casi vaticinaba la idea de que,
algún día, dejaríamos de seguir y de “ir a la zaga” de la modernidad
occidental, y podríamos –en una suerte de pensamiento teleológicoconocer, reconocer, crear y recrear nuestra propia historiografía como
hispanoamericanos. Más que un “ir a la zaga” (nihil est sine ratione, que
seguramente aprendió del estudio de Leibniz con Ortega en el curso de
doctorado), apuesta Gaos que los nuestro no era un ir “retrasados”, sino
más bien una “anticipación”, premonitorio y prenunciador del desastre
que se avecinaba para Occidente.
Sea como fuere, Gaos afirma que este tipo de “comuniones de
fe trascendente”, no se buscan, sino “se encuentran”: Iberoamérica
y España se han encontrado con la opción de recrear y reconocer su
propia tradición –y, decimos nosotros, de situarse con ella a la cabeza del
pensamiento universal- con una misión futura:
“En todo caso, en hacerse órgano tal parece tener el pensamiento
de lengua española su actual, urgente, indeclinable misión hacia
el futuro”264.
Para Gaos esta idea de las comuniones de fe trascendente no
deja de ser una metáfora –si bien explicativa del proceso de una etapa
histórica: el carácter de la Cristiandad-, pero con la pretende dejar claro
que no valdría “una salida de crisis [que] fuese irracionalista en términos
262 Ib.
263 Ib.
264 Ib.
244
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
absolutos”265: dejaría de tener sentido, entonces, una historiografía.
Y Gaos pide una historiografía como condición necesaria para que el
pensamiento hispanoamericano –tal y como había propuesto ya en su
texto escrito entre febrero de 1942 y Mayo de 1943, y hemos estudiado-,
aquél pueda liderar una recuperación de la crisis:
“Pero no es menos claro que a poco que la salida de la crisis acepte
los <<servicios>> de la razón, habrá de haber historiografía
del pensamiento hispanoamericano”266.
Gaos considera que para que se lleve a cabo dicha salida de la crisis (si
su diagnóstico y propuesta no es equivocada, admite), debe preocuparnos
hacer una “historiografía del pensamiento hispanoamericano”. Y para
que podamos ocuparnos en esta historiografía –y llevar a buen puerto
la koiné del pensamiento hispanoamericano y… ¡en definitiva, el
pensamiento universal…!-, antes asegurar el hecho de que se cumplan
“las condiciones” que Gaos plantea en trece proposiciones.
Para la “salida de la crisis”, “hay que preocuparse por la historiografía
del pensamiento hispanoamericano”. Y ésta podrá hacerse si se cumplen
“las condiciones”267 siguientes:
“Que los participantes en la sesión del seminario dedicada a la
discusión de esta ponencia recaben de El Colegio de México y del
Centro de Estudios Filosóficos de la Universidad que gestionen:
•
La organización, en cuanto sea posible, de un Congreso
donde estén adecuadamente representados todos los países
265 Ib. Cursiva de Gaos.
266 Ib. Con relación a la razón y la filosofía española, recomendamos el excelente: BALIÑAS, C.,
BARBOSA CORBACHO, J., BENAVIDES LUCAS, M., CRUZ HERNÁNDEZ, M., GONZÁLEZ GARCÍA,
M., GUY, ALAIN Y MINDÁN MANERO, M. (1993). Diversas claves del pensamiento español
contemporáneo. Madrid: Fundación Fernando Rielo.
267 Ib., p. 54 y ss.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
245
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
de lengua española y se acuerden las medidas conducentes
para lograr todo lo que sigue.
246
•
La reorganización urgente de aquellas bibliotecas y archivos
de los países representados cuya organización actual no
responde a las exigencias de la investigación científica en la
actualidad.
•
La orientación del trabajo de los institutos filosóficos y de las
tesis de filosofía en los países representados y del trabajo de
quienes obtengan becas para el estudio de la filosofía o la
investigación filosófica en los países representados o en los
extranjeros, hacia la historiografía del pensamiento de lengua
española.
•
La fundación de institutos con esta orientación en los países
representados donde no los haya y la concesión de becas
de procedencia nacional o extranjera para el estudio de la
filosofía y la investigación filosófica con la misma orientación
en aquellos países que no dispusieran de ellas.
•
La coordinación del trabajo de los institutos, autores de tesis
y becarios a que se refieren las dos proposiciones anteriores.
•
La coordinación del mismo con la del trabajo análogo sobre
otros sectores de la cultura de los mismos países.
•
La publicación de una revista exclusivamente filosófica de
lengua española que dedique una parte importante y regular
a la historiografía del pensamiento de esta lengua.
•
El fomento de las ediciones y necesarias reediciones de texto
y en general de las publicaciones referentes a la repetida
historiografía por los institutos aludidos en proposiciones
anteriores y por los editores en general.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
•
El intercambio de profesores e investigadores entre los
centros de enseñanza y de investigación relacionados con
la historiografía del pensamiento de lengua española en los
países representados en los Congresos.
•
El establecimiento de la enseñanza de la historia del
pensamiento de lengua española en todos los centros de
enseñanza superior de ciencias humanas y la obligación de
los alumnos de cursarla.
•
La presentación y discusión de ponencias de historiografía
del pensamiento de lengua española.
•
La organización periódica de Congreso de la misma índole
donde se revise todo lo hecho con arreglo a las proposiciones
anteriores y se presenten y discutan nuevas ponencias como
las de la proposición anterior.
•
En tanto no se verifique el Congreso pedido en la proposición
1 (primera), la consecución de los desiderata que constituyen
el contenido de las proposiciones anteriores, directamente en
México y en los demás países de lengua española dirigiéndose
a las instituciones o personas que juzguen indicadas”.
Sí, es lo que el lector está pensando: se trata de la lengua española,
y toda la vasta y jugosa cultura escrita en ella, como una puerta abierta –y
al parecer, con cierto idealismo optimista a la par que con grandes dosis
de realismo crítico-, de par en par, hacia el futuro. Atrevámonos a entrar,
alegres, sí, pero siempre con la cautela comedida a las que nos invita la
finita razón humana. Muchas cosas se han cumplido; otras, habrá que
intentarlas.
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
247
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
7.
Conclusión: Gaos y el pensamiento del lengua española
Podemos concluir este breve texto afirmando que Gaos, en
sus planteamientos filosóficos, y yendo más allá de estas cuestiones
relacionadas con la literatura, la forma de ideación, la escritura o la
oralidad, propondrá la necesidad de una historiografía del pensamiento
de lengua española –ya sea aquél presentado literaria o filosóficamente
en su forma-, que aúne el pensamiento liberal (de un corte filosófico más
inmanentista, decimos), junto al pensamiento tradicionalista (con acento
trascendentalista en lo religioso-filosófico), y elevando así ambos por
igual en su rango y validez junto con las filosofías cristianas desarrolladas
antes y durante la Edad Moderna, y planteando su estudio en conjunción
con las filosofías ilustradas que se prolongan desde su inicio en el siglo
XVIII hasta nuestros días.
En consecuencia, defenderá que es de necesidad un estudio, por
igual, de tradición y modernidad, historiografiando el pensamiento de
autores como: Sor Inés, Gamarra, Feijoo, los jesuitas expulsados, Bolívar,
Cadalso, Larra, Balmes, Bello, Sarmiento, Alberdi, Donoso Cortés, Sanz
del Río, Lastarria, Barreda, Montalvo, Peralta, Espejo, Hostos, Prada,
Martí, Ganivet, Varona, Costa, Rodó, Sierra, Valera, Menéndez y Pelayo,
Carlos Arturo Torres, Unamuno, Giner, Ingenieros, Deustua, Korn,
Ortega, Vasconcelos, Vaz Ferreira, Caso, Romero y Alfonso Reyes.
En definitiva, y aunque no tengamos espacio aquí para entrar a
estudiar a los autores mencionados más arriba, la propuesta gaosiana
pretende describir cómo el pensamiento en lengua española es un
“pensamiento hispanoamericano”, e indistintamente de la parte del
Atlántico desde la que nos llegue su producción, pues ésta entraña en
sí mismo una mutua e inevitable imbricación entre literatura, estética,
pedagogía, historia, filosofía y religión que conforma la historia de la
cultura occidental escrita en nuestra lengua. Recorrer este giro en el
pensamiento, y estudiar cómo se ha dado en los distintos autores del
248
Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
pensamiento hispanoamericano, es el objetivo general que tiene nuestro
asturiano universal en los textos aquí estudiados y, también creemos
por nuestra parte, una necesidad contemporánea existente que pide
historiografiar, con urgencia, las ideas filosóficas sobre América y la
cultura de lengua española sea cuál sea su tradición y/o destino. Filosofía
simpliciter.
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ZIRIÓN, Antonio (2009). “José Gaos (1900- 1969)”, en M. Garrido,
N. R. Orringer, L. M. Valdés & M. M. Valdés, El legado filosófico
español e hispanoamericano del siglo XX ((pp. 535-544).Madrid:
Cátedra.
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Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
Entre Europa y América
Estudios de Filosofía Contemporánea en lengua española
Colección φ Humanidades
Filosofía y Teología
UTPL
Es una Colección periódica de Publicaciones inserta en la
Sección de Filosofía y Teología
(Universidad Técnica Particular de Loja, Ecuador),
con monográficos dedicados a temas de:
Pensamiento Europeo y Americano Moderno y Contemporáneo,
Historia del Pensamiento Hispano-Americano,
Estudios Trasatlánticos,
Filosofía de la Cultura,
Filosofía Política,
Ética, Bioética, Filosofía y Teología,
Religión.
COMITÉ CIENTÍFICO
José Luis Cañas, Universidad Complutense de Madrid, España.
Walter Gadea, Universidad de Huelva, España.
Antonio Heredia Soriano, Universidad de Salamanca, España.
Luis Andrés Jaume, Universidad de las Islas Baleares, España.
María del Carmen Lara, Universidad de Granada, España.
Ramón Emilio Mandado, Universidad Complutense de Madrid, España.
Ciriaco Morón, Universidad de Cornell, EE.UU.
Diego Núñez Ruiz, Universidad Autónoma de Madrid, España.
Antonio Piñas Mesa, CEU San Pablo, España.
Juana Sánchez-Gey, Universidad Autónoma de Madrid, España.
Javier San Martín, UNED, España.
Christian Schweizer, Universidad de Saarbrücken, Alemania.
Agustín Serrano de Haro, Instituto de Filosofía. Centro Superior de
Investigaciones Científicas, España.
Stéphane Vinolo, Regent´s University London, Inglaterra.
Antonio Zirión Q., Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, México.
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Héctor Arévalo y Gerardo Bolado
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