REVISTA DE BELLAS ARTES. CRÍTICATEATRAL.-PINTURA.-MÚSICA.-ESCULTURA.-ARQUITECTURA. s piracion en el arte cristiano. Empezó sus estudio en la misma capital, ejecutando dos frescos bíblicos, que se titulan «La esplicacion de los sueños de Al ocuparnos de la pintura religiosa en el exaFaraón» y «José dándose á conocer á sus hermanos.» men critico de la Exposición nacional de Bellas arEn 1817 salió de Roma para volver á Alemania, y tes, trazamos á grandes rasgos su historia en los después de haber dirigido durante algún tiempo la tiempos que alcanzamos, indicando los orígenes del Academia de Dusseldorf, obtuvo del rey de Baviera neo-clasisismo alemán, fuente principal donde aquela dirección de la de Munich. lla ha intentado regenerarse. Aunque en la ocasión Puede decirse que Cornelius es el pintor de la mencionada emitimos nuestro juicio sobre la con diCruz y de la Biblia. En el museo de escultura de cion actual y el porvenir de ese género pictórico, Munich pintó el «Cristo de la Cruz» y «el Juicio fiteniendo en cuenta que la pintura al fresco, que es nal.» en cuyas dos obras se advierte que el artista la manifestación mas característica de esa escuela, se ha formado en la lectura y meditación del Anticontinua cultivándose en Francia y en Alemania guo Testamento y de la Divina Comedia; que Moicon éxito, mientras en Roma se la emplea con presés le inspira y Dante le instruye, y que ha creado ferencia á otra alguna en el embellecimiento de los su personalidad siguiendo la senda de los Cimabué templos, no hemos vacilado en reproducir el siy de los Giotto. A veces fué á buscar la inspiración guiente estudio que, con relación á Cornelius, jefe en Homero, habiendo representado la Iliada en los verdadero del neo-clasisismo, después deOwerbeck, frescos de la Glyptoteca de Munich; pero Moisés y ha escrito una pluma autorizada y competente. CoDante son sus poetas predilectos. mo nuestros lectores advertirán, aunque el objeto Sus pintores no eran ni Rafael ni Rubens: la esdel trabajo que les ofrecemos parece no ser otro sino cuela de Munich no reconoce ascendientes, y ha juzgar al eminente pintor cuya reciente muerte llovenido al mundo después de un largo eclipse del arra el arte, encierra una apreciación perspicua del te alemán. La escuela de Munich, que, más bien renacimiento neo-clásico, y en este sentido no será que al mérito de la ejecución y de la forma, aspira infructuoso el darlo á conocer á los artistas y afiá la gloria de la inspiración, significa en pintura cionados españoles. Dice asi: respecto de los alemanes, lo que en literatura signiEl arte cristiano acaba de esperimentar una dofica la escuela de Alejandría respecto de los griegos; lorosa pérdida con la muerte de Pedro Cornelius, el apareciendo después de una gran época cuya vitaliFra Angélico de la Alemania moderna. Francia ha dad había concluido, de un período casi borrado de la tenido á Ingres y á Delacroix, dos grandes pintores memoria de los hombres, después, en fin, de Alberto de historia y de mitología: Alemania ha tenido á Durero, de Holbein y de Cranach. Esa época es tan Cornelius y á Owerbeck, dos pintores de inspiración remota para Alemania, como para ios griegos de maravillosamente cristiana. Adviértese en CorneAlejandría era el ciclo de Esquiles, de Sófocles y lius riqueza de imaginación, profundidad, delicadede Aristófanes. A la manera que la escuela de Aleza de sentimiento: su ejecución es atrevida, su majandría trató de renovar las letras, la escuela de nera grandiosa. Owerbeck tiene composiciones llenas Munich ha querido renovar la pintura: nótase en de gracia, de sencillez, de delicaaeza, de corrección ambas idénticos conatos , iguales tendencias resde dibujo: Cornelius y Owerbeck representan los pecto de la antigüedad: Munich adora la edad meverdaderos artistas católicos de la edad media; el dia como Alejandría rinde culto á la caduca mitogenio de su escuela es la inspiración religiosa. logía. El más célebre de los dos esPedro Cornelius, quien Así, pues, el centro princi])al del arte alemán durante la época que fué director de la Academia contemporáneo es Munich; del mismo modo que de Munich, disfrutó el monopolio de todas las pintuWeymar lo es de la literatura. El rey de Baviera ras de los palacios y de las nuevas iglesias de la cahabia repartido entre Cornelius y todos sus amigos pital de Baviera. Habiendo salido muy joven de Dusseldorf, su pueblo natal, recorrió las orillas del alemanes de Roma la Glyptoteca, el Jardín de la Rhin, inspirándose en los últimos restos del arte Corte, el Palacio Real, el Odeon, la iglesia de San bizantino y de la antigua escuela pictórica de Luis, la iglesia Evangélica y el Palacio del príncipe Colonia. Fué á Roma, á la patria de Rafael; pero Max, á fin de que los embellecieran. Cornelius y sus abandonó muy pronto la escuela de este maestro: compatriotas se consagraron en cuerpo y alma al que el arte pagano le asustaba y solo hallaba ins- estudio de la historia profana y sagrada, de las crónicas locales, de las crónicas griegas, de los poetas NüM. 30.—28 DE ABRIL DB 1867. EL RENACIMIENTO NEO-CLÁSICO. M 234 REVISTA DE BELLAS ARTES. trájicos, de las tradiciones y el romanticismo, de la poesía moderna, y reuniéronlo todo para crear un nuevo imperio de formas, de figuras y de colores. En la Glyptoteca (Museo de antigüedades) ha pintado Cornelius los episodios del primer poema de Homero, la Diada, ó sea la guerra de Troya. En los salones de la Residencia, Schwanthaler hace lo mismo con el primer poema de Hesiodo, la Teogonia, ó expedición de los argonautas. Hess pinta los techos de la iglesia Bizantina, reproduciendo escenas del Antiguo yNuevo Testamento; y finalmente, Schnorr adorna los salones bajos de la Residencia con grandes asuntos tomados délos Niebelungen, del primer poema de la Germania. Mientras que el Museo de Munich se poblaba de obras maestras de la estilaría griega y se transformaba en el Pecilo délos antiguos griegos, Cornelius trazaba en sus muros las escenas del Olimpo pagano; en las galerías de la Pinacoteca (Museo de pinturas) donde están representadas todas las escuelas, pintaba veinte y cinco logias, cual en otro Vaticano, y escribía con su pincel la historia mas ó menos completa de la pintura, empleando para cada época el estilo que en ella había predominado; así pasó sucesivamente de Giotto á Caraccio, de Rafael á Pablo Veronese y á Rembrandt; aunque no afirmaremos que Rembrandt y Veronese se hubieran reconocido en aquellos frescos. Sus cartones, destinados á la capilla Bizantina, fueron compuestos para pintarse sobre fondodeoro, á la manera de Cimabué y de los primeros pintores de la era cristiana. Supo imprimir á los frescos de la iglesia gótica de San Luis el carácter sombrío y la exaltación misteriosa del catolicismo, y logró dar vida al antiguo arte cristiano entre los modernos panteistas. Cornelius no fué solíimente pintor, sino arquitecto, escultor y grabador; los grandiosos edificios que actualmente forman la gloria de Munich fueron levantados con arreglo á sus planos, ó á los de los prácticos elegidos por él; y Munich le debe esa pléyade de estatuarios que no hallaba en Alemania ocupación suficiente para sus cinceles. En 1825 pintó su famoso fresco de la conquista de Troya; recibiendo en premio la orden civil de Baviera, que le otorgó el rey Luis juntamente con un título de nobleza. Desde Rubens no había habido artista en Alemania que gozase de tan gran favor; y la protección del rey de Prusía, que siguió á la que desde un principio le dispensara el de Baviera, proporcionaron al afortunado artista, además de honores y consideración, la hacienda suficiente para llevar la vida espléndida y fastuosa, en que tanto se distinguieron los pintores italianos del siglo XVI. Cornelius se consagró á la pintura al fresco, porque este género ee el mas propio para los asuntos místicos y sublimesde la religión y de la poesía, ofreciéndolos en grupos grandiosos que reclaman todas las fuerzas de la concepción y obligan al talento á crearse una manera atrevida, una voluntad resuelta y firme, toda vez que lo pintado, pintado se queda, sopeña de derribar un lienzo de pared. ¡Cuántos artistas inliábiles serian causa de la destrucción de preciados monumentos! Cornelius poseyó en el mas alto grado la personalidad de un maestro; pues era uno de esos carac- teres que no impresionan ni entusiasman, ni enardecen sino por medio del ejemplo, llegando á adquirir su genio tal preponderancia en Munich, que subyugó las facultades de todos sus discíj)ulos y cautivó sus imaginaciones, hasta el extremo de que sus obras no son mas que reflejos de la originalidad del maestro, mas ó menos modificados por la diferencia de carácter y de sentimiento: los mismos rasgos de audacia, igual predilección por las figuras colosales y hasta sus mismas incorrecciones, á saber faltas de naturalidad y color frío. Es esto tan exacto que cuando no es Cornelius el que sirve de norma, cuando no es el maestro, el gran maestro, qaíen ejecuta, sino plagiarios que no han pasado de la medianía, entonces se ven carnes rojas, como sangre, ó verdescomo la achicoria, músculos tan tirantes, que parecen exostosisó degeneran en tumores: dislócase la acción y la espresion no es mas que una caricatura. Teófilo^Gautier, que ha estudiado los frescos y los cuadros délas escuelas de Dusseldorf y de Berlín, juzga del siguiente modo á los pintores de la joven Alemania, á cuya cabeza se encuentra Cornelius: «Diríase que los pintores alemanes no poseen la facultad de ver un objeto directamente, y que solo llega á ellos reflejado por un cuadro. Una educación demasiado perfecta los hace insensibles al espectáculo de las cosas, y se asemejan á esas gentes que lloran en una tragedia y que permanecen insensibles á la vista de una desgracia real. Así se nota que la ejecución les causa hastío, que la paleta se les cae de las manos y que no ven la hora de arrojar el pincel para tomar el lápiz. El lado plástico del arte les parece demasiado material, y una vez espresada la idea, dejan gustosos á principiantes ó artesanos el trabajo de revestirlas de colores. Un cuadro de Decamps, que represente un lienzo de pared negruzco y desconchado, lleno de pegotes, calcinado por el sol é incandescente de luz, sobre el cual se dibuja lasombra azulada deunborriquillo descansando, debe de ser para ellosdespreciable é insignificante; y sin embargo, hay en él mas verdad artística que en las inmensas composiciones, por otra parte inatacables y razonadas, de la Glyptoteca y de la Pinacoteca, que satisfacen tanto á la inteligencia como desagradan á la vista. No es esto decir que exijamos al fresco las tinta.s animadas, verdaderas y llenas de variedad del cuadro al oleo; sabemos que aquel género de pintura debe limitarse á tonos locales de una neutralidad armoniosa, en una escala apacible, formando cuerpo con la arquitectura, aunque Masaccio y Andrés del Sarto, en Florencia, Lippi, en Orvieto, y otros maestros italianos en otros puntos hayan sabido, á tiempo, deleitar la vista por medio de un colorido celeste y de una serenidad luminosa; comprendemos que en la pintura mural la composición es lo importante, pero no juzgamos necesario que la ejecución haya de ser desagradable, oscureciendo de este modo otras cualidades meritorias.» Cornelius consideraba la composición y el dibujo como las únicas cualidades esenciales de una obra de arte, y el color no era para él mas que un accesorio; censurando toda imitación, toda mezcla, singularmente la de las maneras y de los estilos. Su rival Owerbeck bebió la inspiración en los libros Ú # REVISTA DE BELLAS ARTES. sagrados, y refirió el arte en su totalidad á la pintura religiosa: mostróse mas esclusivo todavia que Coruelius, menos libre y aun menos desenvuelto. Pero de todos modos,Cornelius yOwerbeck son los que lian comenzado la regeneración de la pintura religiosa en la época moderna. X . de Villarceaux. EXPOSICIONES LIBRES DE PINTURAS EN INGLATERRA. • Mucho se habla del mercantilismo de los hijos de la orguUosa Albion; mucho se les censura porque, según se afirma, atienden con mayor ahinco á satisfacer las necesidades de los sentidos que las del alma; pero es lo cierto que Inglaterra es quizás el país donde con más empeño se procura fomentar la cultura del espíritu y estender los beneficios de la verdadera civilización. Si se trata de las ciencias físico-matemáticas, Inglaterra nada tiene que envidiar ala activa Francia ni á la profunda Alemania. Si nos fijamos en la literatura, la inglesa ocupa un elevado puesto entre las europeas, por sus altos fines y sus recomendables tendencias; si en las artes, en sus varios modos, la Gran Bretaña es el entusiasta Mecenas que trabaja por enaltecerlas con mano pródiga y liberal empeño. La música sabia y popular se cultiva con éxito en todos los ámbitos del Reino-Unido; empléasela en la educación del pueblo; sirve para morigerar las costumbres y constituye una de las aficiones preferentes de las clases acomodadas. La pintura, la escultura, la arquitectura, el grabado, han alcanzado en nuestros dias un gradode esplendor estraordinario entre los insulares. Sus grandes las protejen, empleando paradlo sus riquezas; su clase media admira las obras que producen y rodea de aplauso el nombre de los artistas. Asi se comprende el que la Gran Bretaña sea el país donde se celebran más certámenes y exposiciones artísticas, y esa misma circunstancia esplica la holgura en que allí viven los artistas, á quienes no se ocurre ni por un momento la idea de quejarse de que el Estado no les proteje cual debiera y de que se les abandona en el antro de la miseria. Pero esto no puede, no debe sorprendernos. Inglaterra, por regla general, todo lo refiere al individuo, que es la base primera de su organización social. España, como los demás pueblos de la raza latina, todo lo espera del Estado, inmensa entidad que absorve á las individualidades. El Estado, para nosotros, es la providencia en la tierra, es el sol fecundante, sin cuyos rayos los gérmenes más poderosos no pueden desenvolverse; y el arte, como las ciencias, como ]a literatura, no saben vivir sino bajo la influencia de su tutela y de su patronazgo. 1 Fijándonos en las exposiciones, no hace muchos dias que leímos en el volumen que, con referencia al Salón de 1866 ha escrito Edman o About, lo siguiente : «Asisto á la décimasegunda ó décimaquinta de estas modestas fiestas, y en verdad que no he presenciado apertura de exposición sin que me haya i tentado el deseo de decir á cada uno de los artistas I áí5 lo que el rey Enrique IV escribía familiarmente á Sully: «Amigo mío, sois un pobre diablo.» »Gon efecto, los artistas son por lo menos mil, dos mil quizás: tienen mucho tiempo que perder, puesto que lo pierden realmente; ganan muy buenos escudos en el momento que tienen una apariencia siquiera de talento; sus eminencias nadan en el oro; al morir un pintor un poco notable, se recoje medio millón, si no uno entero, vendiéndose hasta los trastos viejos de su estudio, y sin embargo, los artistas no saben arreglarse sus negocios por sí mismos. Ayer leí en La Opinión nationale estas líneas: «La sociedad civil de obreros picapedreros, fundada hace ocho años, ha obtenido tan buenos resultados, que es indispensable buscar un local donde definiI tivamente se constituyan sus oficinas. «¿Cuántos años trascurrirán antes de que los artistas franceses', conquistando su independencia, í lleguen á ser moralmente iguales á esos apreciables ' picapedreros? ¿Cuándo los veremos guardar en común la centésima parte de sus ahorros, crear un capital é instalar sus obras en un local que les pertenezca?... Luis XIV ha muerto hace siglo y medio, y sin embargo, el arte se arrastra todavía bajo el peso del régimen del patronazgo y del vasallaje: el arte se ve reducido a mendigar, no solo los encargos y las recompensas, sino también ellugarqueocupay Ja luz que lo ilumina. ¿De quién es la falta? ¿del poder? de ningún modo. La administración de las bellas artes no es infalible, pero peca por bondadosa. En vez de sostener sus privilegios, ha favorecido las exposiciones libres, que nuestros artistas no han querido sostener.» Después de consignar tan preciosas observaciones, M. About demuestra las ventajas que reportarían al arte y á los artistas las exposiciones libres, esplicando la manera de llevarlas á cabo con facilidad. Otro día volveremos á ocuparnos de la crítica que del sistema actual hace el escritor mencionado, crítica que en gran escala alcanza también á nuestros pintores. Volviendo á Inglaterra, consuela contemplar el incremento que las exposiciones libres de pinturas van adquiriendo. Son varias las que ahora se anuncian ó acaban de abrirse. Próximamente se inaugurará la que celebra periódicamente la Real Academia de Inglaterra (Royal English Academy). Entre los lienzos que figurarán en sus salones, se enumeran los que indicamos enseguida. Un cuadro de Mr. Frith relativo á la escena ocurrida en Whitehall el último domingo de la vida de Carlos II. De Mr. Pbillip, recientemente muerto, se expondrán: «Antonio,» estudio de tipos españoles; dos cuadros de costumbres inglesas, y «Una gitana española descansando después de bailar; Mr. Hook expone también cuatro cuadros de costumbres; mister Faed expone un lienzo, representando un ciego pidiendo limosna á una familia de pescadores; mister F. Goodall presenta: «Entrevista de Abraham y Rebeca», y «Raquel;» Mr. Elmore, una ciudad oriental; Mr. Millais, varios cuadros con asuntos bíblicos; Mr. Maclise, dos ilustraciones pictóricas de Shakespeare; Mr. Ward, un cuadro también inspirado por las obras de Shakespeare; Missis Ward, un 236 REVISTA DE BELLAS ARTES. lienzo relativo á la historia de Juana de Arco; mister Horslty exhibe «La Dueña y los convidados;» Mr. Cooke, varios paisajes; Mr. Webster, el «Interior de una aldea;» Mr.Calderón,«Elhogar despuesdela pelea;» Mr. Pettie, «La traición;» Mr. Leighton, un asunto mitológico; también expone «Una escena en la bahia de Cádiz;» Mr. Watts, un estudio del desnudo y «Una joven orando;» Mr. Armitage, un cuadro religioso y otro histórico sobre Savonarola; mister 0'Neil,un asunto tomado de la juventud de LuteTo,yalTiziano pintando la puesta del sol desde una góndola; Mr. Yeames, un escena del principio de la Reforma; Mr. NicoL un cuadro de costumbres. Mr. Ansdell contmúa la serie de sus paisajes españoles. Ahora presenta «Una visita á la Alhambra,» «Un calvario en la llanura de Granada.» Además de estos pintores, que pertenecen á la Academia, espondrán Mr. Wynfield, «La muerte de Cromwell;» Mr. Hodgson, «Una escena en la iglesia de Evensons;» Mr. M. Stone, «Un cuadro de costumbres;» Mr. Orchardson, «Una escena dramática;» Mr. Leslie, «Varios cuadros de costumbres;» Mr. Marks, «Falstaff y su haraposo contingente;» Mr. Boughton, «Una escena sobre la nieve;» Mr. Graham, «Varios paisajes;» Mr. Chester, «Un molino;» Misis Chester, «Un episodio británico.» En cuanto á retratos, el presidente de la Academia, Sir Francis Graham, expone entre otros, los de la duquesa de Sutherland y de Lord Stanley. Mr. Williams, otro del deán de Chichester. Además exponen retratos: M. M. Boxall, Knignt, Richmond y Wels. Como se vé, el número de cuadros es considerable, y entre los enumerados muchos encieran asuntos de entidad. Otra circunstancia digna de notarse es que todos los académicos artistas exponen obras; sistema que también siguen la Academia de Edimburgo y las demás instituciones pictóricas de Inglaterra. Entre las exposiciones libres, inauguradas recientemente, citaremos la especial de pintores franceses y flamencos. (Exhibitiou of the french and flemish schools.)—Esta exposición, cuyo establecimiento se debe á Mr. Gambart, ha adquirido mayor importancia bajo la iniciativa de su actual director Mr. Wallis. Tiene por objeto dar á conocer en Inglaterra á los pintores franceses y flamencos de nuestros dias, pro. porcionando compradores á sus obras. Muchos son los lienzos notables que registra esta galería, tal como acaba de ofrecerse al publico. Llaman la atención un cuadro de Gerome, que representa una escena entre Luis XVI y Moliere.— «Luis XVI en la herrería,» por Caraud; «Maria Antonieta acompañada de una de sus favoritas,» por el mismo; «Alberto Durero recibiendo un mensaje de la duquesa de Parma,» por G. Koll, pintura notable por el colorido; varios cuadros con pinturas arqueológicas, por Coomans; y «Arte y libertad,» por Gallait. También contiene la mencionada galería una notable serie de lienzos de costumbres y variedades con las firmas de Stevens, Schalten, Plassin, Pecrus, Trayer, De Yonglie, Schelesinger, Baugment, De Noter, Knarren, célebre por sus floreros, y Serrure: varios cuadritos ejecutados por discípulos de Messonier, entre los que se distingue nuestro compatriota Ruiperez, por su notable «Albanés vendiendo naranjas.» Todos estos pintores son ya conocidos del público inglés: otros aparecen por primera vez este año ante su criterio; entre ellos se anuncia ventajosamente Vibert, autor de un lienzo de gran mérito titulado «Danex y Cloe,» y de otros cuadros sobre asuntos españoles. Rosa Bonheur, y su hermano Augusto, exponen cuadros de animales, en cuyo camino les sigue sin desventaja el pintor belga Schveyer. El paisaje está representado por cuadros del difunto Troyon y de Teodore Reusseau, Corot y Daubigny, eminencias en este género en Francia, y por Lambinet, Veyrassat y Ludwig, que siguen las tendencias de la escuela moderna alemana. Asimismo debemos mencionar otra exposición que acaba de abrirse, y es la que celebra la sociedad de artistas británicos, «Society of british artists.» Si la anterior tiene por objeto, aparte de los ya indicados, el familiarizar al público y á los artistas ingleses con los adelantamientos y las tendencias del arte continental, la exposición de que ahora se trata dirijese á servir de estimulo á los pintores nacionales, exhibiendo sus lienzos ante el fallo inapelable de la pública opinon. Muchos nombres reputados se leen en el catálogo de este certamen, donde todos ios géneros están representados. Para no hacer demasiado largo este artículo, solo nombraremos entre los pintores británicos que exponen obras este año, á M. M. Bromley, Rossiter, Dowling, Heaphy Lucas, Holyoake, émulo del finado y célebre Mister Phillip; tan aficionado á los asuntos españoles, á M. M. Munno, Hurlstoue, que presenta un cuadro de mérito titulado «La niña española,» á Woolmer Hill, Coole, Cárter, Hering, Cobbett, Ludovici', Munro, Bonavia, Gilbert, Moore y Webb. Abundan los paisajes, los estudios de animales y las acuarelas. Tub'mo. ESTRAVIOS DE LA CRITICA. No es cosa nueva ni para nosotros estraña, el que los críticos de allende el Pirineo cometan las mayores injusticias al ocuparse de las instituciones, usos y costumbres de nuestra patria. Achaque común fué siempre de los escritores que sin la debida experiencia y la imparcialidad necesaria se deciden á hablar de otros países, el dejarse llevar de sus primeras y fugaces impresiones, asentando así juicios erróneos ó apasionados, que ellos mismos rechazarían de examinarlos con más ilustrado criterio y ocasión menos apremiante. Pero aunque creemos que esta es una dolencia universal y al parecer incurable, los franceses están padeciendo de ella con relación á España en grado superlativo, desde hace muchos años. En ninguna otra parte de la Europa civilizada, se escriben tantas inconveniencias respecto á nuestros usos como en Francia. Limitándonos al orden artístico,-porque cuanto digamos debe entenderse con referencia á él,-hace sobre cien años que Du Bos, secretario perpetuo de la Academia francesa, nos calificaba de infortunados porque, según su opinión, nuestro clima no permitía el desarrollo del arte, haciendo notar que España solo había producido uno ó dos pintores de segundo orden. Desde Du Bos hasta ia época actual, los dislates se han continuado sin tregua ni medida. Y no ha sido parte á evitarlos el que los pintores españoles lleven sus cuadros á los certámenes extranjeros, ni que las vías férreas fací- liten el estudio de nuestros museos y galerías, sin sacrificios considerables. La sección artística española de la Exposición de Londres de 1862, donde figuraban lienzos de Gisbert, Manzano y otros reputados artistas, nos proporcionaba la crítica de M. Fernando de Lasteyrie, que por lo injusta é inaudita debe recordarse. La facilidad en las comunicaciones ha sido ocasión para que M. Beulé, el autorizado y célebre propagador del renacimiento griego en Francia, escriba artículos sobre Murillo^ que no pueden leerse sin experimentar impresiones enojosas. Pero no es esto todo. Acaba de abrirse la Exposición universal de París, y cuando era de esperar que se hiciera justicia á nuestros progresos, el crítico del Temps nos anuncia seriamente que los Murillos, Velazquez y Riberas están muertos y muy muertos. Esto dice ese concienzudo escritor que tiene la ocurrencia de llamar la atención del público sobre el cuadro de Palmaroli, clasificando á este entre los artistas italianos. No hay que sorprenderse. Durante la Exposición de Londres, ya citada, hubo quien aseveró con toda formalidad que la Escuela española había desaparecido por completo, confundiendo los cuadros españoles que en ella figuraron con los de las escuelas italiana y romana. No es este el momento de refutar la errada aseveración del Temps. Si Murillo, Velazquez y Ribera están muertos» hoy se levanta en España otra generación que cultiva e arte con privilegiadas facultades, comprendiendo sus fines contemporáneos y el carácter que le han dado las modificaciones de los tiempos. El aliento de aquellas emitíencias no se ha extinguido. El crítico francés está equivocado. Las gloriosas tradiciones pictóricas de España inflaman todavía el entusiasmo de nuestros artistas, quienes con enérgica voluntad pugnan por volver á las artes patrias el brillo que un día tuvieron y de que múltiples causas las han tenido privadas durante un período de inevitable decadencia. Negar el renacimiento de la pintura española, de aquella pintura á que dieron fama universal los lienzos de los maestros que cita el colega traspirenaico, es negar lo evidente. Y cuenta que no es este un hecho que en Francia deje de tener sostenedores de gran valía. Sin ir más lejos, la Revista del siglo xix, en torno de la cual se agrupa una pléyade de distinguidos y celebrados escritores, dijo ocupándose de la Exposición de bellas artes celebrada allí el año anterior: «Debemos registrar un hecho importante en la historia del arte contemporáneo y es el nacimiento de una nueva escuela en Europa, la escuela española. Muchas obras notables lo anuncian en esta Exposición.» Enseguida la Revista emite su juicio sobre los cuadros expuestos por los Sres. Ferrandiz, Zamacois, Rui Pérez, Escosura y Mercado, elogiando sin reserva sus tendencias y apuntando sus defectos con la mayor consideración y benevolencia. No creemos que sea la cometida por el Tempsla. última equivocación que nos veamos obligados á deshacer, mas también se nos figura que escritores serios, como ahora se dice, nos han de estudiar sin pasión y con calma á orillas del Sena, y que en el mismo punto donde se ha creído que Murillo , Velazquez y Ribera habían muerto para siempre, habrá quien reconozca los grandes progresos que en artes hemos hecho en pocos años, demostrando que el fuego que animara á aquellas inteligencias aun no se ha apagado entre nosotros. EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE 1867. ARQUEOLOGÍA. Además de las obras de arte y de industria antigua que en números anteriores hemos mencionado, la comisión francesa de la historia del trabajo ha recibido: El tesoro de huchas y utensilios de piedra, pertenecien- 7 tes á la época prehistórica, hallados bajo el dolmen de Mane-Kroek, remitidos por la sociedad filomátíca del Morbihan, con otros objetos también importantes que han enviado el museo de Tolosa y el alcalde de aquella ciudad M. Fílhol. Magníficos brazaletes de oro cincelado, que corresponden á la época de la Galia independiente y que envía también el museo de Tolosa; varias monedas de oro y plata, utensilios de barro y un casco de bronce, todo de la misma época. Las fíbulas de bronce esmaltado, procedentes del museo arqueológico de Reims, y la preciosísima colección de bronces encontrados en Evreux, de la época déla Galia bajo la dominación romana. Los vasos negros, con adornos blancos y amarillos, del litoral de la Mancha, que ha prestado el museo de Boulogne-sur-Mer. Las notabilísimas armas y joyas estraidas de los cementerios del Boulonnais, que representan la Francia merovingiana. Dos manuscritos de la biblioteca de Laon, uno de los cuales es el Benediccionario, célebre por el viaje literario de dos religiosos benedictinos, y un cofrecillo de márfíl del museo de Reims; ambos objetos de la época de los CarlovíDgios. La edad media es hasta ahora la época mejor representada en la sección francesa. Después de los ornamentos eclesiásticos y de las obras de plata y bronce que hemos citado, se ha recibido un sin número de objetos de marfil, estatuas del siglo xir, cofrecitos del siglo xiii, procedentes de los museos de Lilla y Tolosa, y la magnífica Virgen del hospital de Villeneuve. Entre los manuscritos, merecen especialísima mención Los Milagros de la Virgen, de Gautier de Coincy, magníficamente iluminado á fines del siglo xin y que envía el seminario de Soissons; wxBreviario y l&s Horas, delsígloxv, perteneciente el primero á M. E. Dutuít y las segundas á la biblioteca de Laon. Las tapicerías de la catedral de Angers, las mas antiguas que se conocen, dan principio á la serie de los monumentos de una industria que estará representada por numerosos ejemplares. Una espada con incrustaciones de plata en la guarnición, del museo arqueológico de Mans, y un cuchillo de Felipe el Atrevido, representan hasta ahora la armería. A las preciosas colecciones de esmaltes pintados del barón de Theis y de E. Dutuit, hay que añadir un cuadro pintado por el gran esmaltador Leonardo Limosin, y que representa, con figuras de tamaño natural, La incredulidad de Santo Tomás, cuadro expuesto por el museo de Limoges, que además ha remitido una importante colección de esmaltes. Entre las bellas obras del siglo xviii merecen notarse varios objetos de plata, pertenecientes al señor conde da Pontgíbault, algunos abanicos y numerosas joyas y adornos de bronce. El vizconde de Le Pie ha enviado bellísimos muebles de Riesner. Pero de tedas las colecciones de objetos arqueológicos con que la ilustración y el desprendimiento de algunos particulares contribuyen al brillo de esta magnífica exposición, única en su género, ninguna tan rica, tan completa, tan importante como la del aficionado y escritor de Fontenay, M. Benjamín Fillon. Hé aquí una breve reseña de esta colección: La totalidad de los instrumentos, utensilios y vasos hallados en el sepulcro de la Mujer pintora del siglo ni, en Saint-Medard-les-Prés, cerca de Fontenay-le-Comte: son unos objetos rarísimos y de gran utilidad para el estudio de los procedimientos que usaban los pintores antiguos.—Una serie de objetos merovingianos, de oro, entre los cuales se encuentra una sortija sigilaría del siglo vi, atribuida á Santa Radegonda.—Dos espadas cariovíngía- 233 REVISTA DE BELLAS ARTES. ñas.—Algunas sortijas y anillos de los siglos xii y xiii, y una Virgen de marfil, de principios del siglo xv.—El medallón de Andrés Tiraqueau, el primer arqueólogo de Fontenay, modelado en Roma en 1552.—Varios vidrios poitevinos de los siglos xvi y xvii.—Una fuente de barro esmaltado, de la época de Carlos IX, adornada con escenas de caza y juegos de Tritones, pieza inédita y de grandísimo interés ceramográñco.—Y por último, la miniatura del devocionario de Claudio Gouffier, que puso á Fillon sobre la pista de las famosas porcelanas de Oiron. Las bellas artes españolas tendrán representación en el jurado de la Exposición universal, ya que la negligencia de nuestros comisionados nos priva de muchas otras clases de reconocida importancia: se ha nombrado al Sr. Soriano Murillo para las clases reunidas de «pintura al óleo, pinturas diversas y dibujos;» y al conde de Moriana para la de «escultura y grabados en medallas.» En una carta de Paris, referente á la Exposición, leemos lo siguiente: «Se verifica diariamente la reunión de los jurados de la Exposición para distribuir los premios. A nuestro compatriota el señor Rosales le han faltado Tínicamente cuatro votos para obtener la medalla de honor en pintura, y al fin la ha obtenido Francia. De todos modos, en esta sección España está considerada como la tercer nación, y solo se le anteponen, en concepto de la comisión. Francia y Bélgica.» ARTES Y ARQUEOLOaiA. Habiendo manifestado á la Real Academia de arqueología el distinguido artista belga Mr. Weiner, que tenia preparados para la publicación numerosas vistas del interior de las catedrales más notables de todos los paises, en magníficas medallas de plata, y que desearía se le facilitasen dibujos de las principales de España, la REVISTA, de acuerdo con la Academia, cree de su deber escitar el celo de los aficionados á nuestras artes para que remitan á la secretaría de dicha corporación, Hortaleza, 116,2.° derecha, ó á la redacción de este periódico, los dibujos que obren en su poder, que les serán devueltos bajo recibo. El dia 16 se inauguró en Sevilla la Exposición de pintura, escultura y arquitectura, que celebran la Academia y la Escuela de bellas artes de aquella ciudad. La reina de Inglaterra ha expuesto en la Galería nacional de retratos de Londres, nueva exposición permanente, un retrato de cuerpo entero de su difunto esposo, ejecutado por Winterhalter. El príncipe Alberto aparece con el uniforme de coronel de la brigada de rifleros. La comisión de monumentos históricos y artísticos de Sevilla ha redactado un luminoso informe sobre las escavaciones que deban emprenderse para desenterrar las interesantes ruinas de Itálica. Otro dia nos haremos cargo de este documento. Ya que hablamos de Itálica, debemos llamar la atención sobre una circunstancia importantísima, relacionada con el hecho de su despoblación y ruina. Generalmente se ha creído que esta debe referirse al último periodo de la dominación romana; pues bien, las escavaciones practicadas hasta ahora han hecho descubrir, entre muchas y magníficas esculturas romanas, algunas de la época visigoda: mas todavía, según se nos ha afirmado por persona respetable, se han extraído de aquellos parajes objetos árabes, lo cual demuestra que el sitio de que se trata tuvo población hasta nna época mucho más reciente de lo que hasta ahora se habia pensado. m- Cerca de Leicester se acaban de descubrir varios vasos Y utensilios de la época romana. La Ilustración inglesa, del dia 13 de abril, se ocupa de ellos y publica además una lámina que contiene la representación de los más notables. Son dignos de mencionarse un ánfora y varios vasos de cristal. El dueño de estos objetos los ha cedido al museo de Leicester. El dia 18 de este mes verificóse en el hotel Drouot, de Paris, la venta de los últimos cuadros de la galería del mariscal Soult, que á su debido tiempo anunciamos. Los precios á que han sido adjudicados los lienzos principales, son como sigue: El alma de San Felipe elevándose al cielo, firmado por Murillo, fué vendido en 16,000 francos; El bandido deteniendo á un fraile, del mismo, en 12,000 francos; el Cristo en la crv,z, del mismo, en 3,800 francos; los tres cuadros de Zurbarán han producido 18,450 francos; los dos de Ribera 16,350; Ahraham ofreciendo hospitalidad á los ángeles, de Fernandez de Navarrete, 18,100, y otros diez y seis caadros de menor importancia, han dado un total de 5,520 francos. Los coros que se cantarán definitivamente en el festival internacional de que ya tienen noticias nuestros lectores, y que ha de celebrarse á últimos de julio, son: ¡Bebamos! ¡Bebamos! de '^oaaim. —¡Paris! ¡Francia,! ¡Francia! de Ambrosio Thomas.—Aníbal pasando los Alpes, de F . Bazin.—Oración q%e precede al combate de F . Kucken.—.Sí arco, de Camilo de \os.—Domine salvum, de Carlos Vervoitte.—El cazador negro, de Carlos María Weber.—Plegaria, de Méhul. La Exposición anual de Bellas artes se abrió el dia 15 en París, en el palacio de la Industria, ante un concurso no tan numeroso como el de otros años, á causa de la Exposición universal, que escita toda la atención de parisienses y extranjeros. Este año se advierte la abstención de muchos artistas distinguidos, que habían expuesto en anteriores certámenes, contentándose, por lo visto, con tomar parte en el concurso internacional. El catálogo de esta Exposición registra 1581 obras de pintura, 535 dibujos, aguadas, pasteles, etc., y 381 esculturas y grabados enhueco y piedras preciosas. En los centros de los cuatro frentes del salón cuadrado, que es el de honor, se han colocado: Un gran lienzo de Gustavo Doré, titulado El tapete verde asunto inspirado por las escenas de la vida en las estaciones de baños durante el verano; El sueño de Puvis, por Chavannes; La muerte de César, por A. Clement, y la Junta de Cádiz, original del artista gaditano Sr. Rodríguez, pensionado de aquella Academia. Este cuadro llama con justicia la atención de los críticos. Representa el momento en que los proceres se niegan á entregar la plaza á los franceses. Habiéndose recibido el dia 25 un telegrama de Zamora dando parte á la Academia de San Fernando de haberse empezado á demoler la torre de San Salvador, de la mencionada ciudad, que es un monumento histórico de grandes recuerdos, esta corporación, con un celo que le honra, ofició en el mismo dia al señor ministro de la Gobernación, para que ordenase por telégrafo al gobernador de Zamora que mande suspender la demolición, Ínterin se forma el oportuno espediente. Para llevar á cabo lo dispuesto en el artículo 6.» del Real decreto de 20 de marzo último, sobre creación de Museos arqueológicos, se ha espedido una Real orden mandando á la Academia de San Fernando que dé posesión del cargo de vocales natos de las Comisiones provinciales de Monumentos históricos, á los jefes y oficiales del cuerpo facultativo de archiveros bibliotecarios, que se eapresan á continuación: D. Juan Eugenio Hartzembusch, jefe de la Biblioteca REVISTA DE BELLAS ARTES. Nacional, y D. Tomás Muñoz y Romero, del Archivo histórico nacional.—Madrid. D. Manuel de Bofarull, jefe del Archivo de la Corona de Aragón, y D. Gregorio Romero Larrañaga, de la Bibloteca pública.—Barcelona. D. Ventura Camacho y Hernández, jefe de la Biblioteca pública.—Sevilla. D. Luis Igartuburu, jefe de la Biblioteca provincial.— Cádiz. D. José María Cuadrado, jefe del Archivo general.—Mallorca. D. Vicente Somoza y Carabero, jefe del Archivo de Galicia.—Coruña. D. Miguel Velasco y Santos, jefe del Archivo provincial. —Valencia. En la Exposición francesa de bellas artes de 1866, ocurre un suceso sin precedente en la historia de aquellas exposiciones. Juan Federico Maximiliano de Waldek, nacido en Viena (Austria) el 16 de marzo de 1766, y naturalizado en Francia, habiendo cumplido por consiguiente ciento y un años el 16 de marzo último, figura en el palacio de los Campos Elíseos con dos pinturas al oleo, terminadas, según declaración del autor, á últimos de 1866. Waldek es discípulo de Vien, de David y de Prudhon. El Sr. Jareño ha terminado los planos que han de servir para la construcción del teatro de la ciudad de las Palmasde Canarias. A principios de junio tendrá lugar en París la venta de la magnífica galería de pinturas, del marque's de Salamanca, según ya hemos anunciado. Dicho señorha hecho reunir en París lo mejor de sus colecciones, 300 cuadros escogidos entre 500 ó 600 que adornan su palacio de la corte y su quinta de Vista-Alegre; unos 20 de Murillo, entre ellos la «Muerte de Santa Clara,» por el cual dio más de 80.000 francos; la hermosa serie del «Hijo pródigo;» varias madonas, una docena de lienzos de Velazquez, entre los cuales hay magníficos retratos: una docena de obras de Goya, que serán la alegría de los artistas, y cuadros de casi todos los demás maestros españoles, desde Joanes hasta principios del siglo xvin. Hay también bellísimos cuadros italianos de Bellin, de Garofalo, de Guido y otros; flamencos, de Rubens, Van-Dyck, SuydersyTeniers; holandeses, entre ellos el Metsu de la venta de Marny, y hasta franceses, dePoussin, Rigaud, etc. España verá desaparecer de su suelo estas riquezas, sin hacer nada por rescatarlas. Por pereona competente se ha dirigido desde Sevilla á la Real Academia de San Fernando un extenso y razonado informe acerca del proyecto de demolición de la histórica Puerta de Triana de aquella ciudad, manifestando los fútiles pretestosque para llevarla á cabo se aduceny proponiendo, como medio único de salvar de la piqueta destructora este monumento, una pronta y completa restauración, cuya forma indica. En su vista, la Academia acordó, en junta de 10 del mes actual, dirigirse al señor gobernador presidente de la Comisión de Monumentos de Sevilla, para que proceda inmediatamente á su restauración, remitiendo al efecto un plano de las obras que han de hacerse en ella, acompañado de una Memoria y del presupuesto detallado de dichas obras. Hace años que la Academia remitió un informe al gobierno, indicando las reformas que debían hacerse, á fin de facilitar el tránsito entre la ciudad y el puente de Triana sin demoler la puerta. De desear fuera que se tuviera eñ cuenta lo que entonces se acordó. Tenemos preparada una reseña de la magnífica colección de obras artísticas que en esta corte posee el señor conde de Adanero. El esceso de material nos impide darla á luz en este número. Un vocal de la Comisión de Monumentos de Córdoba, acompañado del arquitecto del distrito de Montoro, acaba de hacer un reconocimiento en el término de Fuente Tojar, que ha producido los más lisonjeros resultados. Parece que han descubierto una fortaleza y población romanas, de las cuales ningún historiador se habia ocupado hasta ahora, y que han recogido, en el cementerio de la misma, multitud de objetos interesantes en solo dos dias que practicaron las escavaciones. Estos objetos, que pronto figurarán en el Museo arqueológico de Córdoba, ascienden á 142, y consisten en urnas, jarrones y ollas cinerarias, vasos, platos, armas, monedas, broches y anillos de variadas formas y metales. Hoy comenzará sus lecciones sobre Arqueología cristiana en la Academia de arqueología y geografía, el consiliario' déla misma Sr. Pulido.Parece que estas lecciones, que tie nen por objeto popularizar un ramo tan importante de l-i ciencia de la antigüedad, se publicarán además en un voumen, a fin de que puedan utilizarse por los que no se hallen en posibilidad de asistir á las conferencL. También publicaremos un extracto de ellas en la REVISTA. « ' ' ' _ La Comisión que ha de calificar las obras que, optando a los premios ofrecidos por la mencionada acLem^a p'e senten los alumnos de sus cátedras, se compone de b s se ñores marques de Gerona, presidente; Pulido (D Tose')" ZatTí^^VSS.'"^^'^^^^--^^-^^^^^^^^^^ Se ha recibido á informe de la Academia de San Fernán d Í p L n r z * ° ' ' ' T ' ' P ' " '^ ''"^^'^ n.etropolitano del Pilar de Zaragoza. Los autores de este provecto <,on ln= arquitectos D. José Yarza y D. Antonio A t S En la última junta general celebrada por la Academia de San Fernando, se dio cuenta de dos informes de D. Valentín Carderera, referente el uno al monasterio de Ripoll, y el otro al de San Juan de la Peña. El académico D. Pedro Madrazo presentó asimismo un dictamen sobre la restauración de la casa de Cortés, en Medellín. De estos interesantes documentos nos ocuparemos oportunamente. La Comisión de Monumentos de Cáceres se ha organizado con los señores siguientes: D. Manuel Semdianes, D. Felipe Calzado Revilla, don Alejandro Millan, D. Gonzalo Liñan, jefe de Fomento; don León Mora, arquitecto provincial. Aun faltan por designar otros, cuyos nombres anunciaremos oportunamente. El señor Castro Serrano ha publicado en la Revista de la Exposición de Paris, que dá á luz en aquella capital, el siguiente articulo que creemos verán con gusto nuestros lectores: CASA DE ESPAÑA. No es una ilusión del amor propio nacional, ni menos un exagerado arranque de interés patriótico, lo que nos induce á decir que el mas bello de los edificios levantados en el Campo de Marte es el pabellón de España. Colocado en la parte mas elevada del terreno; elevado él por sí en hombros de su gallardía, y ostentando los signos de la severa y noble arquitectura á que pertenece, se diría que nuestro país, trasladado á tiempos antiguos, preside k^ REVISTA DE BELLAS ARTES. 240 una reuQÍoa de naciones implantadas al rededor del representante de Castilla.—Portugal y Suiza, Austria y Prusia, Noruega y Suecia, Rusia, Dinamarca, y otros paises secundarios cercan el pabellón español en uno de los mas vistosos departamentos del parque, contribuyendo con sus construcciones populares y en cierta manera humilde, á realzar la grandeza del palacio de Monte Rey. Es, en efecto, el pabellón un recuerdo muy semejante de ese bellísimo palacio que por fortuna se conserva íntegro en Salamanca, como muestra de los tiempos caballerescos de Castilla. Sus dimensiones son mayores que las de todos los edificios contiguos, y su altura, que también lo es bastante sobre ellos, le presta nueva importancia á la que él propio tiene en sí por su forma arrogante, por lo rico y delicado de sus adornos, por la esbeltez de sus líneas y disposición general. Construido á imitación de piedra ennegrecida por el sol de las llanuras castellanas, resiste hoy con su tono al plomizo cielo que lo cubre; y cuando el sol de Francia se permita mostrarnos su alegre faz dentro de un par de meses, los españoles nos creeremos trasportados á Zamora, Valladolid ó Palencia, mirando este palacio. Consta de un cuerpo central, que mide diez y siete metros de largo por ocho de fondo, y dos torres laterales de seis por diez cada una, que, saliendo en el frente y en el testero, avanzan su fachada sobre la del cuerpo principal. Este se compone de un primer piso con cinco grandes arcadas que suministran abundante luz al salón bajo, cuya superficie de ciento veinte metros, ó sean dos mil quinientos pies próximamente, ha de servir de local de exposición. Una nave semejante encima, con aberturas en proporción menores, pero del mismo estilo, completa el cuerpo de que hablamos. Las torres, que son elegantísimas, presentan asimismo grandes arcadas sobre muros lisos, y tienen dos cuerpos que se unen á los del edificio principal, con otros dos propios en que le esceden: el primero sirve como de zócalo al superior, y el segundo, abierto con arcadas en los lados esteriores, constituye un mirador agradable, desde donde se domina toda la estension del cuartel en que se halla situado el palacio. Por último, una hermosa azotea, hábilmente acusada al esterior en las cubier tas de las torres, ofrece de una ojeada la perspectiva de todo el parque. La altura de estas torres es de diez y seis metros. introducir, como ahora se dice, ante el público, á una joven tiple que con ella hace su debut, y el segundo es un juguete sin pretensiones de ningún género. Aunque la temporada de ejercicio termina pronto, aun se anuncian algunas novedades en este teatro. Parece que el señor Arderíus, con su troupe, se trasladará desde la corte á Zaragoza y después á Barcelona. —El sábado 30, á eso de las tres do la tarde, en ocasión que el señor Barbieri ensayaba en el salón grande del Conservatorio de música y declamación las piezas del concierto que habia de tener lugar al dia siguiente, se declaró un violento incendio en el edificio, consumiendo una parte de sus dependencias. El salón mencionado ha desaparecido, v con él las esculturas que lo exornaban y el magnífico órgano que existia en uno de sus extremos, el busto de la Lagrange y otros efectos de valor y mérito artístico. Entre los objetos salvados se cuentan el retrato del célebre Rubini y el de la Lema, que han sido entregados al señor Eslava, con otros varios, por el inspector general de la compañía de la Union. —El octavo concierto dado por el señor Barbieri agradó al público tanto como los anteriores. La circunstancia de tocarse por primera vez la marcha del Tannhauser, llevó al circo del Príncipe Alfonso, tanto á gran número de aficionados á la música novísima alemana, como á otros que, rechazando sus tendencias, desean estudiar las producciones que la caracterizan: la marcha de Tannhauser ofrece novedades que/ no es posible apreciar en una sola audición. Hoy se celebra el noveno y último concierto de la temporada, con arreglo al siguiente programa: 1.° Marcha de la ópera Tannhauser por los coros y la orquesta, .Wagner.—2.° Scherzo del célebre compositor ruso Glinka.—3." Quando corpus morietur, por los coros á voces solas, Rossini.—4.° Overtura de Oberon, Weber. 5.° Primer Allegro de la 5." Sinfonía , en do menor, obra 67, Beethoven.—6." Andante de idem, ídem.—7.* Scherzo y Allegro, final de idem, idem. 8.° Introducción y coro de Sras. de la ópera Gli Orazi e Curiazi, Mercadante.—9.° Andante de la 4." Sinfonía, obra 60, Mendelssohn.—10. Aleluya del célebre oratorio Et Mesías, compuesto en 1741, ejecutada por los coros y la orquesta. (Instrumentación de Mozart), Handel.—II. El Trémolo, tanda de v^alses (á petición), Strauss. Está decorada la parte baja del pabellón con la sencillez que exige el carácter severo de las construcciones ,que encarnan, digámoslo así, el feudalismo de la época á que se refieren. Sin embargo, el artista constructor ha querido enriquecer su obra con otro bellísimo recuerdo de Castilla, amenazado hoy de muerte por nuestra proverbial incuria: nos referimos á la fachada de la antigua casa de Expósitos de Toledo, convertida ahora en escuela militar. Los finos y delicados detalles de las ventanas principales del pabellón, así como los más grandiosos aun de las aberturas de las torres, muestran sobre bases áticas las columnas estriadas sobre cuyos capiteles corre el airoso remate central y los candelabros que completan esta admirable forma decorativa; la cual en nada afecta á la severidad del conjunto del edificio, sino antes bien lo caracteriza y avalora. Nuestra casa del Campo de Marte, que en su traza y ejecución se debe al renombrado arquitecto Sr. Gándara, va á servir de punto de exposición á los objetos enviados áParís por la provincias españolas de Ultramar. ÚLTIMA HORA. CRÓNICA GENERAL. MADRID. Los Bufos continúan iUcreciendo los favores del público de buen humor, no obstante lo avanzado de la estación. Últimamente se han puesto en escena en dicho coliseo dos piezas nuevas, tituladas Bl ajuste de una tiple y Un muerto de buen humor. El objeto de la primera es solo Al cerrar este número recibimos de Paris una noticia que no queremos aplazar para el venidero: la referente á los pintores que, en la Exposición universal, han obtenido las medallas de primera clase según el fallo del Jurado. Hé aquí sus nombres: M. Meissimnier, que ha expuesto catorce cuadros entre ellos «Mil ochocientos catorce,» «El Emperador en Solferino.» «Una lectura encasa de Diderot,» y «El mariscal Ferrant.» M. Cabanel, que ha presentado «El Nacimiento de Venus,» «El retrato del Emperador,» y «El Paraíso perdido.» M. Gerome, que ha expuesto «Los Gladiadores,» «Friné ante el tribunal,» «El Prisionero,» «La Almea» y «La muerte de César.» M. Th. Rousseau, que presenta ocho paisajes. Estos cuatro pintores son franceses. M. Khaus, alemán, autor del «Saltimbanco» y del «Inválido.» M. Leys, belga, expositor de diez cuadros relativos á la historia flamenca. M. Kaulbach, bávaro, director de la Academia de bellas artes de Munich, ha presentado el dibujo de su fresco, titulado «La Reforma,» una de las seis grandes composiciones que decoran el museo de Berlín. MADRID.—IMPRENTA EUROPEA, HUERTAS, 58. Gerente, don Francisco Aranda ,