LOS PASADIZOS DEL CARMEN DE LA FUNDACIÓN RODRÍGUEZ-ACOSTA GRANADA 2011 1.- INTRODUCCIÓN La Fundación Rodríguez-Acosta fue creada en 1941, por legado testamentario de su fundador, el pintor José María Rodríguez-Acosta, y fue declarada benéfico docente por el Estado Español en O.M. de 21 de Marzo de 1942, instituyendo su sede en el Carmen Estudio, construido por él, próximo a Torres Bermejas, y al conjunto monumental de la Alhambra de Granada. El recinto del Carmen, declarado Monumento Artístico Nacional por Real Decreto de 22 de Diciembre de 1982, hoy sede de la Fundación, está constituido por un conjunto de: Edificio Central (Museo, Salas de Exposiciones, Residencia de huéspedes ilustres y otras dependencias), otra Casa independiente utilizada como residencia de artistas y el nuevo edificio que alberga el Instituto y Museo Gómez-Moreno, todos estos enlazados dentro de un extraordinario jardín monumental. La parte antigua, edificios y jardines, está considerada como uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes que existen en España dentro del exponente de los movimientos estéticos de los años veinte. Aporta al panorama arquitectónico español, una solución inédita que recoge los más característicos aspectos del arte de la Secesión Vienesa y una cierta tendencia del Modernismo y de los estilos europeos, aparecidos entre las dos guerras. En opinión del arquitecto Chueca Goítia, tal como recoge en un trabajo monográfico publicado en la Revista de arquitectura IANUS (mayo 1980) dice: "Si existe una obra arquitectónica que pueda dejar perplejos a críticos e historiadores de este arte, es precisamente el Carmen que para sí construyó el pintor José María Rodríguez-Acosta, y que revela lo más profundo de su personalidad de artista y refinado esteta". El edificio central y sus jardines fueron construidos entre 1914 y últimos años de la década de los años veinte, teniendo una superficie construida de aproximadamente 3.100 m/2. La edificación y jardinería se desarrollan en distintos niveles, dando lugar a la creación de jardines colgantes con patios y ámbitos comunicados, en armónico 2 juego de espacios y galerías con huecos orientados hacia el espléndido paisaje que le rodea y domina sobre la antigua ciudad y la vega granadina, constituyendo el conjunto un elemento destacado y característico en el perfil paisajístico de la ladera sur de la Alhambra, en donde levanta sus altas, asimétricas y deslumbrantes torres blancas entre los desarrollados y largos cipreses, que en bello contraste las entrelazan. Los jardines de carácter clásico pero con cierto sabor de influencia árabeoriental están conexión arquitectura. articulados indisoluble En ellos y con en la están recogidos elementos de arte de la antigüedad, en piedra y mármol de gran calidad y valor, tales como, esculturas, relieves, columnas, capiteles, frisos y entablamentos. 2.- LOS PASADIZOS, CUEVAS O SUBTERRÁNEOS DEL CARMEN DE LA FUNDACIÓN RODRÍGUEZ-ACOSTA. DESCRIPCIÓN (CONTEXTO FÍSICO E HISTÓRICO). Una de las zonas que dejan cautivadas a nuestros visitantes, son las zonas conocidas como pasadizos, subterráneos o cuevas de la Fundación. Según cuenta Melchor Almagro, en una reseña de prensa sobre este edificio, que se publica hacia el año 19401, después de los momentos de limpieza y adecuación del solar que compró José María Rodríguez-Acosta con el fin de construir su estudio, cuando comenzaron a ALMAGRO SAN MARTÍN, Melchor.: “Un gran pintor y un gran espíritu. José Mª RodríguezAcosta” (h. 1941). Dominical, pg. 6 1 3 plantear los cimientos, salió a la luz una galería subterránea, larga y profunda, posiblemente del tiempo de los moros, “Rodríguez-Acosta mandó no solo conservarlas sino prolongarlas y adornarlas de modo fantástico, de suerte que vinieron a formar otro palacio subterráneo bajo el que se construía fuera”. Esta descripción es la más aceptable de todas las que se han sucedido; las características de estas galerías y su carácter misterioso, oculto y enigmático, han dado pie a todo tipo de interpretaciones, leyendas y conjeturas, algunas muy extendidas pese a no tener el más mínimo fundamento científico, ni histórico ni arqueológico. Podemos apuntar algunos datos a nivel histórico, como la existencia de oquedades en esta zona de diversa índole, y posiblemente también de diferente cronología, 4 naturaleza y uso. Tal es el caso de las “mazmorras” que aparecen recogidas junto a Torres Bermejas (s. IX-XIV), en la Plataforma de Ambrosio de Vico trazada en 1613. Esas “mazmorras”, serían en origen silos excavados, como otros que existen en la Alcazaba de la Alhambra, destinados al almacenamiento de alimentos de primera necesidad, para la manutención del destacamento de este baluarte defensivo, en caso de ser sitiado. Con el paso del tiempo fueron cambiando sus funciones. Hoy día pueden ratificarse la existencia de estos y otras oquedades, en el solar del carmen frontero al de la Fundación Rodríguez-Acosta, el llamado Carmen de los Catalanes (propiedad actualmente del Patronato de la Alhambra). También son conocidas otras en el Carmen de los Mártires, así como los pasos de ronda subterráneos y otros pasadizos existentes en la zona palaciega del recinto amurallado de la Alhambra. En la zona del Mauror-Realejo, se hablaba tradicionalmente de la existencia de estas zonas que eran utilizadas como alacenas y despensas en los tramos que se ocultaban bajo las casas. En el “Carmen de las ánimas”, cerca de la “Puerta del Sol”, debieron de existir. En la Casa de lo Tiros, en la calle Pavaneras, ya casi a nivel de la medina zirí, encontraron, durante unas excavaciones, parte de lo que sería el arranque de unos pasadizos parecidos a los que existen en la Fundación. Para algunos investigadores (García Pulido, 2008), muchos de estos pasadizos y abovedamientos del subsuelo, tienen relación con las explotaciones mineras auríferas romanas (ruina montium) del Cerro del Sol y la Colina Roja (colina de la Alhambra, llano de la Perdiz, hasta Cenes de la Vega). Por lo que habría que buscar un origen aún más antiguo (s. I d.C. ) y un uso más industrial que bélico, a la mayor parte de todos estos entramados subterráneos que discurren por toda la zona del Mauror, coronando la Antequeruela alta y que van buscando la Colina Roja. 5 La Fundación Rodríguez-Acosta, situada junto a Torres Bermejas, se asienta sobre el denominado CONGLOMERADO ALHAMBRA o FORMACIÓN ALHAMBRA; ésta formación conglomerática, que a veces puede verse incluso en superficie (tapia del Carmen de los Catalanes en el mismo Callejón niños del Rollo), ocupa tanto la colina en que está asentada la Alhambra como el LLano de la Perdiz, así como la zona ocupada por los barrios históricos del Sacromonte y del Albaicín. Se trata de un gran paquete de conglomerados de unos 200 m. de espesor visible, con una estratificación dispuesta horizontalmente o con ligero buzamiento hacia la Depresión de Granada. Esta formación ha sido interpretada como un depósito ligado a abanicos aluviales coalescentes procedentes de los relieves situados al norte y este de la Depresión de Granada (Sierra Arana y Sierra Nevada). Su edad es, según Martín y Braga (1997), Plioceno basal, aunque para otros autores (Aguirre, 1957 ; Rodríguez Fernández et alii , 1989; Günster y Skowronek, 2001) es de edad Plioceno –Pleistoceno inferior. Litológicamente, la formación Alhambra está formada por conglomerados heterométricos sin cementar con matriz arenosa-limosa y cantos de rocas metamórficas. Se reconocen algunos niveles de paleosuelos de colores rojizos intercalados (Günster y Skowronek, 2001). El espesor de los bancos es de 0,5 a 2 m., con secuencias granocrecientes a techo (Martín, 2000). Los cantos pueden alcanzar varios metros cúbicos de tamaño. 6 Los pasadizos están trazados y realizados en este tipo de suelo, con una organización concreta, en absoluto laberíntica, pese a su apariencia, recorrido desarrollando con un ángulos perfectamente escuadrados, que presuponen una planificación previa por parte de una persona con conocimientos constructivos, ingeniero capaz, ya sea antiguo (hispanomusulmán), tiempo de como del construcción del Carmen-estudio, quizás el propio ingeniero Santa Cruz que intervino firmemente al comienzo de obra. A día de hoy, nos es imposible poder distinguir que zonas son las originales que encontró José María Rodríguez-Acosta ya trazadas y que otras zonas son fruto de la ampliación que éste hace en las galerías, con vistas ha darles un sentido y en definitiva, la organización que hoy conocemos. Todo el interior del subterráneo está encalado, tanto las columnas, relieves, y otros elementos decorativos añadidos, como las zonas de paramento liso, terminación cálcica que posiblemente se aplicara con objeto de favorecer la consolidación de todos estos elementos, tendiendo en cuenta el alto porcentaje de humedad ambiental de estas zonas. El suelo está empedrado con cantos rodados planos, constituyendo uno de las típicos modos de solar, que se conoce en Granada como “empedrado granadino”. El conglomerado Alhambra, difícilmente se puede distinguir, entre los enfoscados de la pared, el pavimento y la homogeneidad que da el encalado. Por lo tanto, y tal como apuntábamos anteriormente, sólo con una minuciosa y cuidada 7 exploración podrían determinarse con exactitud qué zonas excavadas fueron las ampliaciones que realizó José María Rodríguez Acosta. En principio sospechar podríamos que, la mayor parte de las vías que sirven de comunicación directa con el interior del Carmen- estudio, y con la casa que denominamos “Residencia de artistas”, así como las puertas y oquedades ciegas con acceso desde el jardín, pudieron ser adecuaciones e incluso, zonas nuevas abiertas con motivo de la construcción de este edificio, y que relación debían con estar funciones en y usos, específicos requeridos por el propio José María Rodríguez-Acosta. Además de funciones de paso, y almacén, no hay que olvidar la necesidad de dar la ventilación apropiada a estos espacios, ya que sin ésta, el exceso de humedad acabaría por hundirlos, circunstancia que pudo darse en otros tramos presumiblemente existentes bajo solares colindantes, al ir cegándose poco a poco el recorrido que dibujaran, por la necesidad de separación e incomunicación que requerirían los distintos propietarios de las viviendas que sobre ellos se erigían. Además de los tramos que podríamos denominar “de ventilación”, que dan acceso al jardín, existen otros que discurren en dirección opuesta a aquellos y que son “galerías 8 ciegas”. Aunque se ha creído que estos tramos sin salida podrían desembocar en la finca lindera, y que por esta razón se llevó a cabo su cierre, esto no es más que una hipótesis sin ratificar. Como veremos a continuación, la vía principal, a la que se accede más monumentalmente desde el pórtico del Patio de Venus, comunica éste con la calle Aire Alta, después de salvar un considerable desnivel por medio de varios tramos de escaleras. 3.- USO DE LA ZONA Actualmente los subterráneos de la Fundación solo tienen dos usos: por un lado, los tramos principales, son utilizados como parte de las visitas especiales. Partiendo de la puerta porticada que se abre en el Patio de Venus, comienza el recorrido ininterrumpido, por la vía principal del pasadizo, con un par de quiebros, y dos bajadas por escaleras, que salvan considerable desnivel, hasta desembocar en la cancela que cierra la salida (o entrada) a la Calle Aire Alta. 9 La puerta de los Jardines Bajos que se utiliza para la salida, es también porticada. El resto de las entradas están camufladas entre la vegetación de las correspondientes fachadas siendo difíciles de distinguir por los visitantes. 10